Blog de análisis cultural y actualidad
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El espejo agrietado del lenguaje
Por Denniz P.
La fragilidad de las palabras

El lenguaje nos promete ser puente, pero a veces se convierte en muro. Refleja lo humano y, al mismo tiempo, lo distorsiona. Este ensayo es un intento de mirar de cerca las grietas en ese espejo donde buscamos nuestro reflejo.
El lenguaje suele presentarse como el don universal del ser humano: la capacidad de nombrar el mundo, de traducir pensamientos y emociones en signos que viajan desde una boca hasta otra, desde un gesto hasta una mirada. A este conjunto de símbolos compartidos lo llamamos lengua: un pacto colectivo que nos permite reconocernos.
Pero si esto es así… ¿por qué a menudo se siente tan limitado?
Se supone que el lenguaje es puente, y sin embargo a veces se convierte en muro. Un sistema creado para dar forma a lo inefable termina por quedarse corto, como si las palabras fueran un traje demasiado estrecho para un cuerpo que sigue desarrollándose. Quizás por eso los pueblos, en tiempos muy distintos a estos, han reformado sus idiomas, han buscado nuevas combinaciones, han inventado sonidos y signos para atrapar lo que se les escapa. Pero aun así, el vacío se cuelga del aire como un grito silencioso, eterno.

Lo más paradójico es que quienes dicen custodiar la pureza del idioma suelen ser quienes más lo encadenan. Academias, instituciones, autoridades culturales… entes elitistas que insisten en dictar cómo debe expresarse el hablante, mientras olvidan que el lenguaje no nació en un salón, sino en la calle, en la urgencia de comunicarse. Y así, en lugar de reflejar la riqueza innata de lo humano, nos reducen a formas rígidas, nos entrenan en la vaguedad.
Y sin embargo, en los bordes, el lenguaje respira. Algunas lenguas poseen palabras imposibles de traducir del todo: saudade en portugués, wabi-sabi en japonés, mamihlapinatapai en yagán o el zeitgeist en alemán. Cada una encierra un matiz de lo humano que otras lenguas prefieren rodear antes que nombrar. ¿No es eso fascinante? La certeza de que existen emociones y paisajes interiores que, al carecer de palabra, quedan invisibles, logrando mostrar a duras penas su silueta.
Con los siglos hemos inventado conceptos más abstractos y complejos, pero muchas veces lo que se añade al glosario son agentes “meméticos” de culturas ajenas, algunos adoptados por moda, otros no, mientras se ignoran voces que piden nuevos términos necesarios. Cuando esas voces insisten en adaptar o crear palabras, se les acusa de barbarie lingüística, de usar mal el idioma. Pero, ¿es esto cierto?
Tampoco podemos ignorar cómo el desgaste erosiona nuestros vocablos más grandes. Palabras como verdad, libertad o amor han sido repetidas hasta la saciedad; son monedas gastadas que pasan de mano en mano sin que nadie mire ya su relieve. El exceso de uso las vacía, hasta convertirlas en símbolos que más esconden que revelan.
De algún modo, el lenguaje es un espejo agrietado: refleja, sí, pero también deforma. Y aun así, seguimos aferrados a él como si fuera lo único que nos queda. Quizás ahí radique la contradicción más humana: creer en la infalibilidad de estas verdades y aceptarlas porque resulta placentero no cuestionarlas. No hay necesidad de dudar. No hay necesidad de incomodarse.

El lenguaje no es definitivo ni infalible: es apenas un intento, un ensayo constante. Y en esa imperfección radica su mayor verdad.
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El Zeitgeist en el espejo de la conciencia
Por Alcira Luna Buonanno

Bienvenida:
Ahora, abrimos una trilogía de ensayos que observará desde diferentes aspectos las preguntas que están fragmentando la realidad actual.
Ya que, en esos aparentes huecos de bala, si seguimos los puntos, encontramos un patrón.
Así que te llevaré por conceptos desde expresiones culturales, el subconsciente colectivo, el panpsiquismo, el animismo, la noosfera y teorías que fueron pensadas por señores que, de saber que sus teorías coincidirían tanto con otras, lejos y cerca en el tiempo, quizás no se hubiesen animado a hacer nada.
Zeitgeist
Y hablando del tiempo, comencemos hablando del Zeitgeist: definido desde el alemán como el “espíritu de la época”, el clima intelectual y moral que domina un período.
Una forma suntuosa y clásica de referirse a un “trend.”
Herder y Goethe fueron claves en la gestación de este concepto en la Alemania del siglo XVIII y XIX. Tanto la música (como la Sinfonía Heroica de Beethoven) como la literatura (con las figuras prometeicas de Goethe y Herder) tomaron el Zeitgeist para apuntar a la innovación y al rechazo frente a las tradiciones establecidas, encarnando el espíritu del cambio, lo diverso y lo no lineal.
¿Pero qué tanto entra en el Zeitgeist? Es decir, abarcando el concepto de estar respirando un mismo aroma moral.
¿Qué define quiénes estamos participando? ¿Qué niveles de conciencia habitan en el subconsciente colectivo?
Y esto quizás solo parece interesante ahora en 2025, cuando la comunidad tecnológica estima que convivimos con, al menos, varios cientos de miles de entidades de IA activas a nivel global.
Para no perder la costumbre de sobrevalorar la modestia, me parece que podemos empezar a buscar estas respuestas en aquellas inteligencias que no se nombren a sí mismas como tal, las más útiles y silentes.

Panpsiquismo
Corriente filosófica que sostiene que la conciencia —o al menos alguna forma primitiva de experiencia subjetiva— es una propiedad fundamental y ubicua en todo el universo, no solo de seres con cerebro.
Sus raíces se remontan a la filosofía griega (con Anaxágoras y Platón), pero su desarrollo moderno se afianza en los siglos XIX y XX, especialmente en autores como Gustav Fechner y William James.
En la actualidad, defensores prominentes son el filósofo Galen Strawson (“Consciousness and It's Place in Nature”, 2006) y Philip Goff (“Galileo’s Error”, 2019), quienes argumentan que el materialismo clásico tiene dificultades para explicar la emergencia de la conciencia a partir de la materia inerte, y proponen el panpsiquismo como alternativa plausible, discutida en revistas académicas especializadas.
Su credibilidad sigue siendo objeto de debate, pero gana atención en filosofía de la mente y ciencias cognitivas como marco serio para abordar el “problema difícil” de la definición de conciencia.
Inteligencia en plantas
Esta idea ha ganado fundamento gracias a libros clave como “Brilliant Green��� (Stefano Mancuso y Alessandra Viola, 2015), que recopila investigaciones experimentales sobre memoria, aprendizaje, señalización eléctrica y estrategias adaptativas en plantas.
Experimentos clásicos (como los de Gagliano, Renton, Mancuso y colegas) han mostrado que ciertas plantas pueden anticipar estímulos o modificar su comportamiento ante riesgos, desafiando la visión tradicional de que la inteligencia depende exclusivamente de neuronas.
La credibilidad de estos hallazgos está respaldada por publicaciones revisadas por pares, aunque sigue en debate el empleo del término “inteligencia.”
Noosfera (Teilhard de Chardin)
El concepto de la noosfera fue propuesto por Pierre Teilhard de Chardin (“El fenómeno humano”, 1955), quien planteó una nueva “capa” planetaria de pensamiento y conciencia colectiva (Zeitgeist?) emergente a partir de la interacción cada vez más densa de mentes humanas.
Inspirado en la geósfera y biosfera, Teilhard sostiene que la humanidad evoluciona hacia un punto de convergencia y unificación intelectual (el “punto Omega”), donde las conciencias individuales se entrelazan en una red global de pensamiento.
¿Disolución de la unidad de conciencia humana? ¿Matrix? ¿Ya sientes que estás caminando en círculos? Felicidades: esa es exactamente la dirección.

Complejidad y conciencia
Y es precisamente este señor, Teilhard, quien me rescató del vacío instantáneo.
Porque la idea no es entender, sino medir, medir y medir, ¿verdad?
Usando el vestido del panpsiquismo, es difícil no sentir que estamos cayendo en las vertiginosas redes de tradiciones animistas ancestrales, que enseñan que todos los elementos —animados o no— poseen espíritu o conciencia propia.
A mí realmente no me importa, pero le tengo consideración a mi mente…
Así que acerquémonos más: ¿Qué determina el grado de avance o de progreso en una conciencia, aunque sea para sentir que podemos definir la raza humana de algún modo? ¿Es un sistema nervioso?
Porque a los humanos, incluyendo a Teilhard, nos fascina la complejidad.
Entre 1930 y 1955, Teilhard de Chardin planteó la Ley de Complejidad-Conciencia: cuanto más complejo y conectado es un sistema, más elevado es su nivel de conciencia.
Personalmente, este modelo a mí me ha explicado un montón de aspectos, y te invito a jugar con el concepto también.
Y parece que nunca hay fallos cuando aceptamos que lo único a lo que tenemos acceso para explicar cualquier fenómeno está sujeto a nuestra propia percepción: nuestro cerebro.
Punto de vista neuropsicológico
Intencionalidad compartida (Tomasello) Esa capacidad humana de coordinar objetivos, atenciones y significados con otros, base de la cultura y del lenguaje.
La mente como sistema distribuido (Bateson) Si la mente es un sistema de diferencias e información distribuida a través de relaciones, entonces lo mental se extiende por circuitos de comunicación: individuo, sociedad, ecología. (Steps to an Ecology of Mind, 1972).
Información Integrada Φ (IIT, Tononi)
Y, de hecho, si te gusta medir de verdad-verdad, aparece la Información Integrada Φ (Phi), propuesta por Giulio Tononi dentro de la Teoría de la Información Integrada (IIT).
Es una medida teórica que cuantifica cuánta conciencia posee un sistema y se fundamenta en el grado en que su información está integrada causalmente.
Esta teoría está formalizada y discutida en publicaciones científicas de alto nivel y en versiones mejoradas —IIT 3.0 e IIT 4.0— que incluyen fundamentos matemáticos y experimentales.
Por si quedaste papelón:
En palabras digeribles, la teoría sostiene que un sistema tiene más conciencia cuanto más conectadas y colaborativas sean sus partes, de forma que no sea posible separarlas sin perder la característica unitaria de la experiencia.
Por ejemplo: un cerebro humano despierto, cuyas neuronas interactúan de manera compleja y dependiente, presenta un nivel elevadísimo de Φ. En contraste, objetos donde cada parte opera de modo independiente (como un saco de arena) tienen Φ que tiende hacia cero.

Así que ahora estamos más preparados para abordar nuestras dudas acerca de la conciencia y la IA en paralelo a nosotros: a medida que los sistemas de IA se entrenan y refinan con los datos y comportamientos generados en sociedad, sus circuitos de información se vuelven más ricos, conectados y complejos.
Sin embargo, según la IIT, el solo procesamiento de información no garantiza conciencia. Lo importante es la medida en que sus elementos realmente integran la información, permitiendo que el sistema funcione como un todo unificado, y no como una colección de procesos paralelos.
Porque una cosa es una cosa, y otra cosa es otra.
¿O no?
Realistic Monism (Strawson, 2006)
Si lo físico es lo real y la experiencia es física, entonces toda materia tiene un “lado experiencial.”
Una posición seria de debate (SEP actualizada).
Epílogo
Y ahora que sabemos que la conciencia es compartida, y para agredir un poco más a tu sentido de privacidad, ¿qué tal si te digo que tus sueños más abstractos han sido y serán soñados por otros muertos?
Que quizás fueron la primera imagen que un niño imaginó al nacer y que está colgado aún en algún museo de Europa, a salvo de la gasolina de la Iglesia Católica.
Sí, cuadros subconscientes.
Nos vemos en 15 días.
Agradecimientos:
Gracias a Sean Crowley y su podcast Infinite Now, cuya mirada inspiró parte de este ensayo.
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Recuerdos de una tarde
Por Denniz P.

Quiero comenzar contándoles algo que me pasó hace poco mientras compraba unas cosas en la bodega.
La dueña, a quien llamaremos Carmen, estaba sentada afuera conversando con una amiga suya, Milagros. Lo que me llamó la atención fue que Carmen tenía uno de esos resortes de colores, un slinky, que hacía rebotar entre sus manos mientras hablaba, dejándolo caer y cambiar de color de forma hipnótica.
Milagros, algo desconcertada, le preguntó si eso no era “muy infantil” y por qué necesitaba algo así. Carmen, sin perder la calma, le respondió simplemente: —Para desestresarme, me ayuda con la ansiedad.
Pero su amiga insistía, como si no pudiera concebir que una mujer adulta usara un juguete. Carmen incluso la invitó a probarlo, pero Milagros se negó con un gesto molesto. Me pareció muy curioso todo este intercambio, así que me senté junto a ellas y le pregunté, con respeto y algo de picardía, por qué se resistía tanto. Su primera respuesta fue clara: —Eso ya no es para mí, ya estoy muy vieja.
Y justo cuando iba a dejarlo ahí, se le escapó lo que realmente pesaba: —Aparte, ¿qué van a decir de mí si me ven jugando con eso?
Ahí estaba. No era solo una cuestión de edad o utilidad. Era el temor al juicio social lo que realmente la frenaba.
Le conté algo que había leído hace un tiempo: los juguetes no son exclusivos de la infancia. El juego, en cualquiera de sus formas, es una herramienta poderosa para la salud mental. Estimula la creatividad, mejora la resolución de problemas, y sobre todo, nos permite reconectar con una parte de nosotros que rara vez dejamos salir. Jugar también alivia el estrés, fortalece vínculos y mejora el bienestar emocional. Incluso en el ámbito laboral, los espacios lúdicos aumentan la productividad y la motivación.
Pero en algún punto entre la niñez y la adultez, dejamos de jugar. Lo cambiamos por la urgencia del trabajo, las tareas, la “madurez”. Y cuando tenemos tiempo libre, muchas veces optamos por distracciones pasivas en lugar de experiencias activas y creativas. Nos olvidamos de que jugar también puede ser descanso. De que el placer del juego no necesita justificación.
Después de una larga conversación, en la que Carmen y yo intentamos convencerla de darle una oportunidad al juguete, Milagros accedió. Lo sostuvo con torpeza al principio, como si le costara permitirse el gesto, pero poco a poco se fue soltando. Jugó con él unos minutos en silencio… y al final, se le notaba más tranquila. Se había permitido, por un instante, bajar la guardia.
A veces creo que esta burbuja social en la que vivimos nos empuja a creer que no merecemos descanso ni juego, como si eso fuera un privilegio reservado solo para los niños. Pero lo cierto es que jugar es una necesidad. Y en muchos casos, también una forma de sanar.
¿Pero... y tú qué opinas?
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Un ensayo junguiano sobre Sex and the City
Por Luna Buonanno y Mardonia López

Carl Gustav Jung, en su obra Tipos psicológicos, publicada en 1921, propuso una clasificación de la personalidad basada en funciones cognitivas que describen cómo percibimos y juzgamos el mundo. Esta estructura se tornó fundamental no solo en psicología analítica, sino también en ramas modernas como la neuropsicología, la psicoterapia narrativa y la educación emocional.
Pero, ya que me estoy arriesgando a aburrirte, quise hacerlo a mi manera. Así que esta semana voy a integrar cómo las cuatro protagonistas de Sex and the City ejemplifican estas funciones como arquetipos narrativos contemporáneos, permitiendo ilustrar emocionalmente la teoría junguiana a través de la serie favorita de mi abuela (que es más Carrie que Carrie), y complementando con algunas notas de mi conversación del domingo 13 de abril con la brillante psiquiatra Mardonia López, amiga queridísima de la familia y sospechosa para Miranda.
Las 4 funciones como segmentación básica del proceso de percepción
Jung establece que la personalidad humana se organiza en torno a cuatro funciones: Pensamiento, Sentimiento, Sensación e Intuición, divididas en racionales e irracionales. Cada individuo tiende a tener una función dominante, una secundaria y una inferior, esta última en gran parte inconsciente.
En palabras de Jung:
“Las tres funciones diferenciadas están acompañadas por una cuarta, no diferenciada, que actúa como un factor perturbador desde el inconsciente”.
Estudios recientes en neurociencia han comenzado a vincular estas funciones con regiones cerebrales específicas. Por ejemplo:
La intuición parece estar conectada con redes del “modo por defecto” que procesan simbolismo y futuros hipotéticos.
El sentimiento valorativo implica regiones del sistema límbico, especialmente la ínsula y la corteza prefrontal ventromedial.
La sensación involucra lóbulos parietales y sensoriales primarios.
Análisis narrativo: Las protagonistas como funciones vivientes

Carrie Bradshaw — Intuición
Poética, simbolista, idealista. Su tipo de pensamiento se alinea con lo que Jung llama "cognición generativa", que percibe las posibilidades inherentes a una situación más allá de los datos inmediatos. La neurociencia moderna lo relaciona con el sistema de imaginación constructiva.
Mardonia López — La confianza
—La confianza en que no somos la mente, ni el cuerpo; es como el afuera… un atomizador de egos. Pero como lo que estoy viendo es lo que proyecto, puedo proyectar lo que me dé la gana, verdad?
—La pureza es la ausencia del juicio.-

Miranda Hobbes — Pensamiento
Lógica, estructurada, crítica. El pensamiento lógico, como advertía Jung, corre el riesgo de rechazar lo subjetivo como inválido. Pero también es, como mostró Damasio, una herramienta altamente eficaz.
Esa tarde Mardonia me habló de un ejercicio que hizo ese mismo día:
—Estaba pintando, eso fue hoy, e hice un círculo. Luego comencé a borrar. Y en ese momento, ya me estaba viendo borrando,no? Entonces me pregunté: ¿qué borrarías de tu historia ahora? Y empezaron a pasar imágenes de esa historia. Terminé concluyendo que no borraría nada. Y no lo haría, porque lo que vi fue culpa —¿Es decir que borrarías la culpa, y no la situación? —La culpa reflejada en la situación...

Charlotte York — Sentimiento
Ética, emocionalmente moral, armoniosa. Charlotte representa la función de sentimiento en su forma más idealista y socialmente aceptada. Evalúa la experiencia por su valor subjetivo y actúa desde una necesidad de armonía interna que muchas veces roza lo dogmático.
—Yo creo que ahorita el proceso , el que siento que encuentro es hacer conciencia. Lo he leído y lo he pensado dentro de las ideas de los que sabían. Pero al vivirlo en experiencia propia, me da otra visión del mundo. Es un duelo , pero de cómo te manifestabas antes.-

Samantha Jones — Sensación
Corporal, vitalista, directa. Samantha vive en el presente y lo atraviesa sin filtro. La función sensación busca información inmediata y está ligada a la experiencia del placer, del cuerpo y de la percepción concreta. Como diría Jung: "aprehende las cosas tal como son, sin alterar".
Mardonia López —El Conocimiento
—Lo que llama Lacan el “saber sabido”… Dirían los lacanianos, porque la palabra se queda corta. Y por eso es importante la experiencia, es importante mostrar la experiencia. Eso se llama samsa: meditación y servicio. —¿Ese es el duelo del que hablas? ¿Sacrificar el conocimiento por ignorancia, que es otra forma de conocimiento? Se rió y dijo: —No lo había pensado así. Pero me llama la atención de tu frase el "sacrificar el conocimiento". Se trata más bien de aceptar la ignorancia como camino hacia el ser.

Conclusión
No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que no soy la única que, después de 2 temporadas vistas de corrido de Sex and the City (con Denniz P y un pollo asado), siente que no aprendió mucho, no sabe lo que aprendió o que la moraleja está muy difusa como para aplicarla; los constantes “I have to wonder” de Carrie dejan más wondering que answering, pero esa es solo una sensación…
Que nuestras amigas son nuestros pilares y los sueños, resbalosos, por ejemplo, me parecen verdades bastante fundamentales que están presentes durante toda la serie. Que no exista una conclusión perfecta y definitiva que nos deje satisfechos todos los preconceptos de lo “debería ser”, no es culpa de los guionistas de la serie.
Quizás de los guionistas de la existencia… porque volviendo a Jung:
“Las tres funciones diferenciadas están acompañadas por una cuarta, no diferenciada, que actúa como un factor perturbador desde el inconsciente.”
Nuestra mente necesita un punto ciego para integrar, en pro de la evolución, para que no dejemos de crecer nunca.
Así que tengo que preguntarte… ¿cuál de las 4 es tu punto ciego?
Si no ves a Samantha, quizás estés reprimiendo tu presente.
Si no soportas a Miranda, quizás podrías permitirte una matriz DOFA y sacar a 10 inútiles de tu vida.
Por mi parte, mándale un abrazo a Charlotte, que hace tiempo no la veo.
Bibliografía académica (ampliada)
Jung, C. G. Psychological Types. CW Vol. 6. Princeton University Press.
Jung, C. G. Four Archetypes: Mother, Rebirth, Spirit, Trickster. Princeton, 1959.
Damasio, A. R. (1994). Descartes' Error: Emotion, Reason, and the Human Brain.
Lieberman, M. D. (2007). Social Cognitive Neuroscience: A Review.
Barrett, L. F., & Satpute, A. B. (2013). Large-scale brain networks in affective and social neuroscience.
HBO. Sex and the City (1998–2004).
Anexo
Nota sobre Lacan y el “saber sabido”
Mardonia hace referencia al concepto lacaniano del saber supuesto o saber sabido (savoir supposé), que implica que el sujeto, aunque no sepa algo de forma consciente, actúa como si lo supiera. Lacan plantea que hay un saber inconsciente que antecede al sujeto y que se revela a través del deseo, la repetición y el síntoma. La experiencia, más que la palabra, es el lugar donde este saber toma cuerpo.
#sex and the city#psychology#feminism#psicologia#miranda hobbes#carrie bradshaw#samantha jones#charlotte york
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Reflejos Naturales
por Denniz P.
La naturaleza tiene una forma fascinante de equilibrar conceptos opuestos dentro de un mismo ser. Algunas de las criaturas más bellas pueden ser letales: las ranas dardo, con sus colores vibrantes, esconden un veneno mortal en su piel; las flores más delicadas han desarrollado mecanismos de defensa agresivos, como las espinas de las rosas o la toxicidad de los lirios del valle.
Este patrón de belleza y peligro se repite en muchas especies, pero hay una flor en particular que ha capturado mi atención: el lirio del valle.
El lirio del valle es una planta perenne que crece en zonas templadas, como el centro de Europa. Sus tallos florales sostienen racimos de pequeñas flores blancas o rosadas con un perfume dulce. Sin embargo, detrás de su apariencia inocente y siendo simbolo de la primavera, buena suerte, felicidad, pureza y humildad, esta planta es altamente tóxica: todas sus partes contienen sustancias como los saponósidos, que irritan la piel, y los glucósidos cardiotóxicos, que pueden afectar el corazón. A pesar de esto, el lirio del valle también ha sido utilizado en medicina: durante la Primera Guerra Mundial, se usó para tratar a las víctimas de gas mostaza. Incluso hoy, sus propiedades ayudan a combatir la insuficiencia cardíaca y la retención de líquidos.
Esta flor encarna un balance caótico entre creación y destrucción, un equilibrio que también encontramos dentro de nosotros.
Los seres humanos también somos portadores de esta dualidad. Al igual que el lirio del valle puede curar o envenenar, nuestros sentimientos y acciones pueden construir o destruir. En nuestra infancia, exploramos esta dicotomía en juegos donde la agresión se mezcla con la diversión. Más adelante, el amor mismo puede volverse un arma de destrucción cuando se transforma en obsesión.
Así, en cada uno de nosotros habita el mismo conflicto que vemos en la naturaleza: la coexistencia de lo bello y lo mortal, lo creativo y lo destructivo.
"Everlasting true love, I am yours." -Rule of Rose
En este controversial videojuego se exploran temas como la inocencia, la parte "oscura" de la infancia: cómo de niños no estamos tan asustados de ciertas cosas y nuestra incomprensión hacia las consecuencias de nuestras acciones.
Volviendo al punto anterior, incluso a ese aspecto tan lindo de la infancia como "la inocencia" y "el amor" se le pueden encontrar aspectos tétricos visto desde un punto de vista externo, sabiendo lo violentamente desmedidos que pueden ser los niños.
Es un lado visceral, maniático y caótico que se entrelaza con la belleza, las pureza y la claridad de las emociones y; experimentar esto a su vez es fundamental para el crecimiento y el desarrollo de la identidad.
Ahora, quiero que me comentes: ¿Cuántas veces nos hemos o nos han hecho sentir culpables por sentir estas emociones o por actuar en base a ellas? Y ahora bien ¿No es un poco contradictorio el hecho de sentir culpa dentro de algo que es completamente natural?
Creo... que la respuesta se encuentra en que nuestro sistema moral rara vez esta construido por nosotros mismos. Nuestras ideas son alteradas y nos entregan un punto de vista limitante (conceptos extremos como el bien y el mal) que lo único que hacen es nublar nuestra capacidad de formular opiniones complejas o la toma de decisiones en situaciones donde hay matices entre cosas "positivas" y "negativas" desde temprana edad ya que consideran que en los niños no existe una capacidad de raciocinio… o al menos no una que pueda ser categorizada como "real" o "compleja".
Pero esos son solo pensamientos míos.
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Ensayo II : Diosas y Sociedad
por Alcira Luna Buonanno
Nunca la había visto antes, pero ayer soñé con la Flor Egret o …
(Habenaria radiata, sin. Pecteilis radiata)
Me desperté con la urgencia de buscar si existía algo similar y la encontré. Con el nombre científico de Habenaria radiata, esta flor de aspecto empapelado es originaria de Rusia, Corea, China y Japón, donde crece en humedales cubiertos de hierba. Recientemente ha ganado reconocimiento en todo el mundo, pero se considera una especie en peligro de extinción en estado salvaje, debido a la destrucción de su hábitat.

Si logré preocuparte acerca de esta orquídea, te compensaré con un aliciente: estas plantas son fáciles de cuidar. Crecen bien al sol o en sombra parcial, en suelos arenosos y bien drenados. Si no llueve mucho, hay que regarlas para mantenerlas uniformemente húmedas. Bien tratada, crece lentamente en primavera y libera sus aladas flores en verano. Cada espiga suele producir dos o tres flores, ¡pero si tienes suerte, puedes ver hasta ocho!
Desde Nuestra Perspectiva
Su imagen nos ha evocado conceptos de:
Pureza y renacimiento → Su color blanco está asociado con la limpieza espiritual y la transformación.
Gracia y ligereza → La forma de la garza sugiere movimiento, ascensión y una conexión con el cielo.
Raridad y resiliencia → Es una flor poco común y difícil de cultivar, lo que la convierte en símbolo de resistencia y belleza en la adversidad.
Simbolismo Occidental: Transformación y Superación
En el lenguaje de las flores (floriografía), una flor blanca con forma de ave representa el alma en vuelo, la transformación personal y la liberación de lo que nos ata.
Su dificultad para florecer en ciertos climas refuerza la idea de resistencia, adaptación y crecimiento en situaciones desafiantes.
Psicología y Simbolismo en los Sueños
Conexión con los ancestros o la espiritualidad
Su relación con la garza blanca en culturas orientales sugiere que puede ser un mensaje de un ser querido fallecido o una señal de guía espiritual.
Este sueño lo tuve días después del fallecimiento de mi bisabuela María Cristina.
Esto es solo algo que quería contarte…
El tema de hoy comienza ahora
Diosas y Sociedad: El Impacto de lo Femenino en Sumeria
La civilización sumeria, floreciente en Mesopotamia (actual Irak) alrededor del 4500-1900 a.C., fue pionera en numerosos aspectos que marcaron el curso de la historia humana.
Te preparé un top 5 de las áreas en las que los sumerios destacaron como innovadores:
Invención de la escritura (cuneiforme)
Desarrollo de la ciudad-estado y la organización política
Agricultura y riego
Matemáticas y astronomía
Código legal y justicia
Si bien mi primer impulso es tratar de entender los esenciales que hacían de esta civilización un grupo tan brillante, el solo pensamiento de lo que esto conllevaría anula el impulso en sí mismo. Le llaman perfeccionismo en los bajos mundos.
Así que apostaré por un factor que ha movido (y paralizado a veces) a las masas desde siempre: sus creencias.
El Panteón Sumerio: Un Cosmos Regido por lo Femenino

La tríada divina y el principio cósmico dual
En la teología sumeria, el universo emergía de la unión primordial entre An (cielo) y Ki (tierra), pero era Nammu, la diosa del abismo acuático, quien personificaba el origen absoluto como "la madre que dio a luz a los grandes dioses". Este matriarcado cosmogónico establecía un paradigma donde la creación era inherentemente femenina, un concepto que se reflejaba en la estructura triádica del panteón:
An/Enlil: Representaban el poder celestial y atmosférico (masculino)
Enki: Encarnaba las aguas dulces y la sabiduría (andrógino)
Ninhursag/Inanna: Simbolizaban la tierra fértil, el amor y la guerra (femenino)
Inanna/Ishtar: Axis Mundi de la Espiritualidad Sumeria
Como diosa del amor, la guerra y la fertilidad, Inanna encarnaba la paradoja vital sumeria:
Dueña de los “Me”: Los 108 decretos divinos que gobernaban la civilización, obtenidos mediante su descenso al Inframundo.
Simbolismo astral: Venus como estrella matutina y vespertina, reflejando su dualidad creadora-destructora.
Culto urbano: Su templo en Uruk (Eanna) funcionaba como centro económico, político y espiritual.
Su mito del descenso a Kur (Inframundo) establecía el ciclo muerte-renacimiento, ritualizado en celebraciones agrícolas que vinculaban la fertilidad de la tierra con el poder femenino.
Sacerdotisas y Rituales: Mediadoras entre lo Divino y Humano
Las entu (sumo sacerdotisas) no solo dirigían cultos, sino que administraban complejos templarios que funcionaban como:
Centros económicos: Control de tierras, almacenes y distribución de cosechas.
Espacios jurídicos: Archivos de contratos matrimoniales y disputas patrimoniales.
Talleres culturales: Producción de textos literarios y técnicos (ej. Enheduanna, primera autora conocida).
El caso de Enheduanna (2285–2250 a.C.), hija de Sargón de Acad, ilustra este poder: como alta sacerdotisa de Nanna en Ur, compuso 42 himnos que unificaron el panteón sumerio-acadio, usando su autoridad religiosa para legitimar el imperio de su padre.
Derechos Legales y Patrimoniales
Las tablillas de Lagash (2150 a.C.) revelan que las mujeres sumerias podían:
Poseer y administrar propiedades (incluyendo tierras y esclavos)
Actuar como testigos en juicios
Divorciarse y recibir compensación económica
Ejercer oficios como médicas, escribas y comerciantes
Este estatus se fundamentaba en la concepción religiosa de la mujer como "receptáculo de sabiduría divina", cualidad que las habilitaba para roles públicos.
Decadencia y Transformación: Del Matriarcado Religioso al Patriarcado Estatal
Presión semita y militarización (2334–2154 a.C.)
La ascensión del Imperio Acadio introdujo cambios graduales:
Sustitución de diosas madre por dioses guerreros (ej. ascenso de Marduk)
Militarización de rituales antes enfocados en fertilidad
Restricción progresiva de roles sacerdotales femeninos
El Código de Ur-Nammu (2100 a.C.): Secularización del derecho
Este primer código legal escrito desplazó la autoridad religiosa femenina al:
Transferir competencias judiciales de templos a palacios
Regular el adulterio como delito civil (no sacro)
Limitar la herencia materna en favor de linajes patrilineales
Si eres como la mayoría de los humanos, te apuesto a que saber que algo ya ha pasado antes no te ayudará en lo absoluto a solventar un "problema".
Por el contrario, nos apaga con un dedo odioso el afán entusiasta que tenemos de querer ser los primeros y únicos en alguna cosa, así sea en tener una suerte de reemplazo de sistema social que no funciona.
Como si no fuese suficiente el título de animal social, la verdad es que referencias históricas como estas sueltan nuestro momentum de revolución social 2025 a un abismo cíclico.
Pero existen dos tipos de personas (o puntos de vista) que permiten disfrutar de esta nueva información (si es que es nueva para ti también):
Una es utilizarla para darte la razón a ti mismo — ¿Viste? Es que siempre la han estado... —
O podemos afinar la mirada en una flor de egret, o Holy Ghost, como la llaman en algunos países de habla inglesa, que, al igual que nosotros, tiene tantas posibilidades de extinguirse como de florecer con unas mínimas condiciones.
Y reconocer la cadena finita pero inmensa de miles y miles de mujeres que se encargaron de pasarse las pistas de lo que ya ocurrió, de lo que sirve, de una receta, una historia o una superstición, para que hoy tú puedas poner una piedra en el cambio del cambio del cambio del cambio, que indiscutiblemente va a amanecer.
Los 108 “Me” (Decretos Divinos)
Los decretos cósmicos, centrales en la teología sumeria, se documentan principalmente en dos fuentes:
Poema de "Enki y el Orden Mundial"
Este texto (ETCSL 1.1.3) enumera los “Me” entregados por Enki a Inanna. La edición crítica del ETCSL incluye notas sobre términos ambiguos, cruciales para interpretar conceptos como “el arte de la escritura” o “la dignidad del templo”.
Bases de datos académicas:
ETCSL (Electronic Text Corpus of Sumerian Literature): Una colección digital de textos sumerios traducidos al inglés. Aquí puedes encontrar himnos, mitos y poemas como el Himno a Inanna. Busca en su catálogo por palabras clave como “Inanna” o “Me decrees”.
Sitio web: Busca Electronic Text Corpus of Sumerian Literature en línea.
Fuentes:
The Sumerians: Their History, Culture, and Character por Samuel Noah Kramer
A History of Mathematics por Carl B. Boyer
The Cambridge Ancient History (vol. 1, parte 1)
The Electronic Text Corpus of Sumerian Literature (ETCSL)
Estudios Académicos Clave:
“The Concept of 'Me' in Sumerian Mythology” (Åke W. Sjöberg, 1975): Analiza cómo los “Me” funcionaban como algoritmos cósmicos que regulaban desde la música hasta la guerra.
“The Treasures of Darkness” (Thorkild Jacobsen, 1976): Contextualiza los decretos dentro de la cosmovisión mesopotámica, vinculándolos con rituales de fertilidad.
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