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"Abstinencia"

Quien sufre más de esta abstinencia, si el consumidor o el de la demencia. Si las caricias son escasas y los sentimientos se congelan como si en tu pecho solo albergaras partículas de iceberg. Y congelándose los dedos, jamás nunca penetrará la anestesia. Y sin anestesia el dolor solo incrementa. Quien padece más la abstinencia de tus senos, si mis sábanas o mis dedos, si el que emigra, o el que escucha los pasos de despedida tras la puerta. Si el unisono de tu partida aun resuena en los estribillos de mi vida, si al zarpar de mi vida has incrementado las heridas, si al consumir el néctar de otras personas no borro nunca la huella de tu espalda desnuda bajo mis sabanas. Quien sufre más de la abstinencia, si el portador o la toxina, si necesito de ti para aligerar mis días, si ya no encuentro otra salida, otra ayuda, otra mano amiga, otra jeringa, otra droga desconocida. Quien sufre más la abstinencia, si mis manos deseosas de tus senos fluorescentes, o mis ojos indecentes deseosos de verte. Quien sufre más de la abstinencia, si yo por esperar la droga en puerta, o tu siendo intravenosa de otro cuerpo. Mara García

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De mi libro “Escritos de Sal”

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"Crónica de un depresivo amoroso" Parte 1:

Día 5 de tu ausencia. Me he perdido entre la soledad y el olvido, pero no es tu culpa cariño. Durante mucho tiempo he rehusado sanarme, salvarme, mejorar. Hoy la soledad es la única mano amiga que me brinda la vida, mis brazos y mi cuerpo te extrañan, y si tengo que culpabilizar a alguien, ese alguien debo de ser yo. Me culpo ante la vida misma, por no saber cómo mejorar la tristeza y la ansiedad, la falta de compromiso social y todo el dolor que en mí ser habita. Has decidido partir. He decidido dejarte. Para no lastimarte con mi semblante, para no amargarte la vida. Y no fue por cobardía, aclaro. Estoy enfermo, más no puedo aceptarlo, y el escribirlo solo hace empeorarlo. Por cabeza tengo una maraña de miedos que me carcomen las entrañas, que se instalan como telarañas, que me irrigan las pestañas y se salen de mis cuencas. Miedos deseosos de placer, ansiosos de carcomer cada parte de mi ser. Es por eso cariño, que he decidido marcharme, no por cobardía, por amor. Porque mereces más que dudas, más que depresión, más que este simple escritor. Porque mereces más locuras, más espontaneidad, más que yo. Perdido ya estaba, te reitero. Y el tiempo que permaneciste aquí, la habitación se tornó nítida, como el color que mis ojos nunca podrán ver. Como el color de tus hombros en pleno verano, a plena luna muda. Perdido ya estaba cariño, no trates de entenderlo, que ni yo entiendo esta absurda enfermedad. Estoy enfermo, enfermo del tiempo que no me basta, de las voces que no cesan en esta cabeza taciturna, de esta vida tan añeja, de las risas invisibles, de los infinitos dolores de cabeza, de las sabanas cubriendo mi cabeza todas las tardes, todas y cada una de las tardes. Más roto que compuesto. Estoy enfermo, y muy tarde lo entiendo. He decidido marcharme, y no es por cobardía, es por falta de alegría, de sintonía… conmigo mismo. Y en mis días lúcidos te recordaré, como aquello que en su momento me salvo del abismo mental. Y en los días de ofuscación también lo haré, porque aunque no estés, eres lo que me mantiene de pie, y en combate. Tristemente, los dos estábamos equivocados, tú, por un lado: no supiste afrontar los cambios en nuestros calendarios. Yo, por otra parte: no supe enfrentar esta enfermedad. Y porque amar es dejar libre si eres tu quien daña en lugar de sumar, estaré cuerdo, solo, calvo y enfermo, pero siempre de los siempre, estarás aquí dentro. Con cariño, tu taciturno y depresivo amor. Hasta luego. Mara García

https://www.facebook.com/maragarcia8/

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Qué te voy a contar yo, si en mi tierra sólo hay días buenos, si la gente te estrecha su mano y te comparte de un buen pescado fresco. Qué les puedo decir pues, si de dónde vengo no hay infierno, si de dónde vengo sólo hay paraíso eterno. Qué te voy a decir yo pues zanka, si de la costa es de dónde vengo.

Mara García/ Fragmento de “Soy zanka pues”

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"Otra manera de amar"

Perdemos mucho tiempo buscando al ideal, al igual, al que nos resta en lugar de sumar. Nos disolvemos en soledad los domingos por la noche, porque ya no hay nada más que dar. Porque siempre resultará igual. Esperamos con ansias la llegada predestinada de otra manera de amar. Y justo cuando pasa, nos echamos pa’ tras. Justo cuando llega quien nos suma alegría y logros en la repisa, nos volteamos por quien nos resta amor y suma desengaños. Preferimos los malos tratos, y los lapsos cortos y escasos. Preferimos las sonrisas fingidas en las fotos y autorretratos. Descartamos ciegamente a aquel que nos alegra los días, por permanecer donde no deberíamos. Por quedarnos con alguien que creemos que nos pertenece. Que nos dará alegría. Preferimos restarle tiempo a nuestra vida, que ya es poco. Y vamos pregonando el mismo canto de siempre: “Porqué a mi” “Porqué yo” “Porqué a nosotros” Y la verdad es que siempre hemos sido malos en las matemáticas. Malos para distinguir las sumas de las restas. Las victorias de las presas. Las envidias de la buena vida. Los amores tóxicos y deplorables de los buenos y entregados. Siempre hemos sido malos a la hora de elegir con quien compartir nuestras vidas, nuestros ratos, nuestras copas, nuestras heridas nuestras almas, y nuestras sonrisas. Y gracias a eso, permanecemos desapercibidos a las distintas maneras de amar. Por creer que merecemos estar con quien nos resta en lugar de sumar.

Mara García

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A mi viejo, el marinero.

Mi viejo está cansado, esperando el regreso de la sirena al puerto. Mi viejo está herido, por la brisa, por la rutina y por la mar que en días buenos se alojan en su pecho. En sus viejas y arrugadas manos lleva una caracola reina, que en su tiempo él arrojó al mar esperando su deseo cumplir al llegar a tierra. Y lo hizo, se cumplió lo cometido. La sirena regresaría a él con el triunfo en sus manos, con la frente y la corona en alto. Mi viejo no para, así le pese el reloj, él no para. Y continúa dando batalla, echando la atarraya, preparando la carnada, para llevar el alimento a casa. Así tengan bandera roja en el puerto, no para. Sigue dando batalla por los suyos y por él. Sigue esperando con ansias la llegada pronosticada. Sigue tachando en el calendario la fecha esperada. Mi viejo está cansado, por la vida que dejó en su barca, por los sueños que nunca aterrizaron en ningún puerto, por la sonrisa de su viejo, que al partir dejó un agujero en su pecho. Mi viejo está cansado, de la arena que se incrusta en sus venas, de la marea que no cesa, de la brisa que lo altera, de los días de poca pesca. Mi viejo sigue firme en su promesa, de no dejar sin platos a la mesa, como el buen marinero que es, sigue firme en su promesa.

Mara García

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“Mujer Libre

Ámala sin poseerla, porque la tienes pero no te pertenece. Le pertenece a ella misma, y no pretendas cambiar eso, que mucho trabajo le ha costado ser su dueña. Acompáñala en su camino pero no invadas su sendero, permanece si así lo deseas, pero no pretendas cambiar el cursor de sus pasos. Demasiado tiempo ha pensado hacia dónde dirigirlos como para que de tu boca salga una opinión errada. Y comprende que una mujer libre vale oro, comprende que tú necesitas más de lo que ella pueda necesitar de ti. Ella tiene luz propia,  y no permitirá que alguien más la encienda por ella.

Vive con ella sin atarte a la dependencia, conserva tu esencia y también aprende de ella. No intentes cortarle sus alas, ha sobrevivido a una lucha interna para dejarlas crecer. Y si no puedes con eso, y con todo lo que viene con ella. Déjala volar, aléjate de ella si lo que quiere es volar. Consigue tus propias alas y emprende el vuelo por tu cuenta.

Mara García

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Se marchó en abril, y antes de partir regó las rosas del jardín. Se marchó con la frente en alto y el corazón partido, me dejó sus ojos y su sonrisa, me arregló los botones de muchas camisas, me reparó en un abrazo cuando moría de miedo, me dejó las pecas del hombro izquierdo. Se marchó en abril y desde entonces el 27 duele más que nunca. En su piel llevaba un mapa de arrugas, cada una, un coraje, cada una, un abrazo no dado, cada una, un domingo en solitario. En sus manos poseía la magia de los rosales, y las heridas latentes de un pasado trabajador. En sus pies cansados por la mar, llevaba el camino perfecto, el andar cansado y el semblante añejo. Los años le pesaban en sus hombros pecosos, el llanto guardado se postraba en sus parpados, la alegría esperanzada de la mesa repleta la guardaba en su pecho. Se marchó en abril y me dejó las lluvias torrenciales del mes en mis ojos. Y cada noche le escribo al viento, para que la brisa le lleve mi mensaje, que no la olvido, que aún la llevo conmigo, pero también que hoy la suelto.

Mara García

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Cartas a nadie. Ilustración de Andreas lie.

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El problema

El problema del pasado no es que grite cuando ya hemos sanado.          El problema es de nosotros que volteamos a la primera llamada. El problema no es de la llamada que nos quita el sueño a las 3 de la mañana, el problema es de nosotros que siempre atendemos. El problema de la atención no es que haga falta, el problema es que la brindamos a las personas equivocadas. El problema no es que te cruces con las personas equivocadas, el problema es que no sabemos elegir a alguien que no nos lastime el alma. El problema de no saber elegir es que siempre nos ponemos al final de la lista, cuando deberíamos de ser los primeros en amarnos, los primeros en llamarnos, los primeros en atendernos, los primeros en ser nuestra persona adecuada.

Mara García

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Si te enamoras de mi

Te partiré el corazón si te enamoras de mí…

Te devoraré la piel y las entrañas, como hicieron las pirañas con aquel hombre del Amazonas.

Si te enamoras de mí, prometo hacerte daño.                                    Pero no un daño cualquiera, no. Prometo volverme tu necesidad, y que en las noches de excesos te entre la nostalgia y decidas buscarme.

Prometo incendiarte la piel sin necesidad de tocarla.

Prometo hundirte en el abismo sin la mínima intención de sacarte de él.

Si te enamoras de mí, habrás cometido un grave error.

Porque yo no sé qué es lo que quiero, o lo que no. No sé distinguir la libertad del libertinaje. Camino despeinado y sin rumbo. Permanezco en casa el viernes por la noche ahogado en llanto y humo. Me embriago y cometo errores. Como tú y como todos.

Permanezco desapercibido la mayor parte del día, me preocupo más por el aroma de la casa que de mi apariencia, mi lista de prioridades está en desorden, pero eso no es tu culpa.

Si te enamoras de mí, seré tu mayor error.

                                  La piedra más grande de tu camino. Porque salto de falda en falda, porque no sé permanecer en una sola habitación y porque navego por las cordilleras de mujeres desconocidas, porque lo mío son los amores fugaces, y tú cariño, de fugaz no tienes ni la risa.

Si te enamoras de mí, terminarás tan perdida como yo.

Mara García

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Y bailar contigo aunque no sepa, y perdernos bajo la noche o bajo la mesa.

Y que la suerte se muera de envidia al observar el rubor de tus mejillas.

Y que esto no solo sea una fantasía, y que este ultimo trago te traiga de vuelta.

-Mara García-

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Mara García

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Por si regresas.

Por si regresas he preparado la maleta, con todas las respuestas que quedaron pendientes. Con todas y cada una de nuestras promesas.

Por si regresas he arreglado mi vida, la he manipulado para que esta vez todo funcione.

Por si regresas he alquilado una casa a la orilla de la playa, porque sé que te encanta la brisa y el sonido de las olas que rompen en la orilla.

Por si regresas estoy listo, para ti y lo que venga contigo.

Por si regresas, aquí estoy y no me he ido.

Mara García

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El amor que nos dimos se quedó corto. Y la monotonía llegó sin alardear. Nos quedamos varados en aquellas aguas a las que juramos nunca jamás entrar. Perdimos la noción del tiempo, y en un abrir y cerrar de ojos nos olvidamos de querernos.

Mara García, Fragmento de "lejanía"

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Hoy te suelto y me despido con este oleaje tan herido. Hoy me marcho, de tu vida y tu sonrisa. Te dejo los cigarros en tu repisa y hoy parto con el sol.

Mara García, Fragmento de “Hoy te suelto”.

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Hoy te suelto

Hoy te suelto y me despido con este oleaje tan herido. Hoy me marcho, de tu vida y tu sonrisa. Te dejo los cigarros en tu repisa y hoy parto con el sol. Hoy me alejo de tu vida junto al agua cristalina y la estela que la ballena jorobada dejó, tan desorientada, y tan inestable como yo. Hoy me uno a las sirenas desdichadas y malvadas que ha dejado tu mar de dudas. Hoy me adentro en los arrecifes de la penumbra inaudita que resultó tu amor. Hoy decido alejarme, junto a la marea de Diciembre, junto a las frías corrientes que llegaron con la luna. Hoy te suelto, a ti y a todos tus mares, a ti, y a todos tus pesares. Hoy me despido con el sol,me despido de la luna que algún día nos cobijó, me despido de la brisa, de la orilla, de mis pies sobre tus tierras, de la vida de allá afuera. Hoy me uno a las ballenas,hoy ya soy parte de ellas.

Mara García