Tumgik
ghostly100 · 4 months
Text
"Tiempos sin Emoción: El Exilio del Alma"
Era una noche oscura, irónicamente todo estaba iluminado por una espléndida luz, muy brillante, tanto que provocaba que mis ojos dolieran al verla. Mi cabeza también dolía, tape con mis manos mis ojos y comencé a pensar cómo había llegado a esta situación, me plantee repetidas veces el porqué había aceptado esa extraña invitación, aunque ya no tenía inseguridades o miedo… pero tal vez el precio era demasiado alto para el producto obtenido.
Bajo mis ojos en dirección a mi brazo, buscando la protección de la brillante luz, pero en cambio terminó por encontrarme con el chorro viscoso y brillante de mi sangre, veo la cuchilla empapada del líquido que antes estaba en mis venas y imagino que, todavía siendo un objeto inanimado, probablemente sonreía por cumplir una de sus funciones, cortar, porque todo lo filoso puede cortar, pero a veces todo lo que corta no es filoso. 
Realmente la sangre no era un problema para mi, solo una cosa más que limpiar, algo más que esconder y quitar de la luz, de la mirada de la gente y de ellos, porque tal vez eso solo provocaría que exista uno más, y aunque miedo, fastidio, enojo, tristeza o dolor no me daba, yo sentia una sensacion de que algo en mi pecho no funcionaba bien, que poco a poco me estaba transformando en algo mas, algo mas fascinante ante los ojos ajenos, algo más real ante la sociedad, ya no sería solo una carita mas del mundo. O bueno, eso pensaba.
Pero para entender mi situación probablemente debería empezar por el inicio, donde van a ver a mi verdadero yo y como es que me convertí en una persona tan ida, como si de una lobotomía se tratase, solo que con menos dolor (mentira), sangre (mentira) y menos personas involucradas (mentira).
Mi ojos se abren, todavía llenos de sueño y queriendo volver a cerrarse, un bostezo sale de mi boca mientras me siento en mi cama, aquella almohada tan cómoda todavía haciendo de soporte para mi espalda, veo mi ropa, totalmente abandonada hace meses en la silla que hace juego con mi escritorio, el cual no está tampoco en las mejores condiciones, las hojas rebalsan y amenazan con caer sobre los restos de pinturas, acrílicos y dibujos viejos, acompañados de manualidades que nunca terminaré y que nunca llegarán a su destinatario.
Mi cuerpo se siente pesado, tanto que me cuesta levantarme de la cama, mi alarma todavía suena, pero todos mis sentidos están dedicados a intentar hacer que mi cerebro despierte, es divertido porque mi cerebro hace que mis sentidos andén, pero a la vez está totalmente dormido y parcialmente infuncional.
Sonrió mientras decido levantarme de mi cama, pensando en el sueño que tuve aquella noche, uno muy divertido donde volaba con mi psicóloga y mis perros por el país de nunca volverás, pronto mis pensamientos se comienzan a dispersar en otros asuntos más importantes, mi cuerpo se mueve al ritmo que mi cerebro le ordena hacerlo. Pronto la necesidad imperiosa de preocuparme por mis tareas diarias y mis metas de vida me inundan, se agarran de mi como si de garrapatas se tratase y su vida dependiera de ello.
La televisión suena de fondo como si fuera la música de un ascensor y me giro con sorpresa, pensando en cómo mi cuerpo, en automático, encendió la televisión y la pava eléctrica. El ruido de fondo pronto reclama mi atencion a gritos, giro mi cabeza mientras leo las palabras “Gratis”, “Seguro” y “100% comprobado” en grandes letras, de color amarrillo flour y con signos de exclamacion aun mas grandes, a mis oidos llega una voz femenina muy chillona, la cual habla de una terapia experimental ya comprobada pero todavia no muy famosa, sonrio entre dientes mientras agarro el mando de la television y cambio de canal, buscando algo que alegrase mi mañana y mi rutina matutina. Cierro los ojos, escuchando un programa de chisme de fondo.
Al volverse a abrir mis párpados observo, claramente, como la luz del letrero neón de la tienda, “25 horas”, se presenta ante mí, elevado y luminoso, visible antes todos los que pasan frente al negocio y observan lo que sería el mejor chiste del mundo. 
Mientras entro a la tienda, con el molesto ruido de la campanilla de fondo, me cuestiono cómo es que mi cuerpo posee tal automatización que de solo cerrar los ojos mi rutina siguió como si nada hubiera pasado, suspiró dramáticamente.
-Hola, buen dia.
Nada, ninguna mirada o saludo, ningún movimiento de la mano o de la cabeza, refunfuño por lo bajo y algunas leves maldiciones se escapan de mi boca, pasó al lado de Javier, mi estupido y muy grosero jefe.
Mis pies avanzan a través de las baldosas grises del suelo, también lo maldigo, porque tal vez el pasar por ahi cada dia provocaba que el color de las baldosas me inunde a mi, por eso cada vez se borraban más, mis pies se detienen ante el delantal y la víscera del negocio, siento el ruido de la puerta de salida y se que mi jefe ya se fue, y que tampoco saludo esta vez. Suspiro nuevamente, mi cuerpo no responde y debo obligarme a que mis manos suban en busca del delantal.
Cierro mis ojos, y de nuevo estoy en otro lugar, ahora a punto de comprarme un helado y subirme al bus, mi mirada se desvía y corre por la cartelera, buscando el gusto más adecuado para un día de… ¿Qué clima era? Observo mi ropa y eso ayuda a determinar mis sabores favoritos. Mientras pago y agarro el cono, mi mirada sigue el ritmo de la calle, de las personas que pasaban por esta y de los perros, con ropa, manos y una estatura muy pequeña, que circulaban felices e ingenuos ante los peligros de la gente y las miradas de asco de algunas mujeres que planeaban vivir sin estorbos todo su vida. 
Cierro mis ojos y al abrirlos estoy en el bus, la lluvia cae fuertemente y lo único que evita que me moje es la gran estructura metálica y el cristal que se extiende desde arriba de mi cabeza hasta abajo de mis rodillas, suspiro pesadamente pensando en lo aburrido del dia, como todo pasa tan rápido y ni siquiera soy consciente de ello.
Otro parpadeo, otro suspiro, otro escenario nuevo.
Esta vez estoy en mi casa, mi espalda recostada sobre la suave manta de la cama, mis pies sintiendo la suavidad del peluche, ya no blanco sino gris, y mi cuerpo vestido con mis ropajes para dormir. 
Mi vida es asi de aburrida y monótona, todos los escenarios cambian mediante mis parpadeos, nunca soy consciente de mis acciones habituales, simplemente las ejerzo como un robot, los únicos momentos donde mis sentimientos surgen es cuando me enfrento ante una situación nueva, la extrañeza se apodera de mi cuerpo, el miedo y la angustia también, pienso en qué decir, de que temas debo hablar, como debo actuar, repito cada palabra en mi cabeza, deletreando sucesivamente hasta que siento que todo va a salir bien. 
Pienso cada paso, cada acción, incluso en la monotonía de mi vida hay cierta incertidumbre, ¿Y si algo cambia? ¿Si algo sale diferente hoy?
Esas dos preguntas me persiguen constante-... ¿Eh? Mi atención se desvía a la televisión, el ruido de fondo, como siempre lo es, clama mi atención con fervor, es el mismo anuncio de hoy a la mañana, de nuevo volvió a llamar mi atención, de nuevo volvió a gritar en mis oídos como si fuera una bestia llameante.
“¿Estás cansado de tener miedo? ¿Estás cansado de NO vivir?”
Una secuencia de imágenes pasan rápidamente ante mis ojos, el “NO vivir” siempre presente en la pantalla, las grandes letras amarillas me invitan a no perder la palabra de mi campo visual, mientras las imágenes me susurran al oído promesas como si de un amante se tratase.
“Pruebe la nueva cura, ya al 100% probada, del doctor Teil. Es la nueva solución para dejar de sentirse mal, furioso, triste o incómodo ante las nuevas experiencias o las del dia diario”
Nuevas secuencias de gente sufriendo, muy falsas se ven, en diferentes situaciones, hay personas mordiéndose las uñas en una reunión, estrellando sus puños contra una pared o explotando ante su jefe.
“Solo una pastilla por cada emoción de la que quiera deshacerse y va a volver a sentir que la felicidad es lo único que invade su cuerpo, termine con el miedo y la envidia. Podrá hacer todo lo que desee, aquello por lo que una vez soñó, ya nada lo detendrá, será imparable antes las adversidades”
Me río ante el monólogo planteado, las palabras suenan como un intento de hipnotizar a alguien o de convencerlo de que lo que dice verdaderamente pasara. Probablemente las pastillas no funcionen, o sean simples antidepresivos con un paquete más colorido, llamativo y vibrante, algo que invite a los niños o adolescentes a comprar el producto. 
“Y todo por el módico precio de un conjunto de ropa”
Mis ojos se abren de la sorpresa y confusión, una risa me inunda y mi cuerpo comienza a moverse en el sillón, sacudiéndose a carcajadas del precio. Esa propaganda era una clara mentira, aunque una muy bien hecha, ya que la chica del final muestra una gran confiabilidad con sus sonrisa blanca perlada de grandes dientes, ojos sonrientes y con brillo, como si todo en serio estuviera bien para ella.
Veo la hora y el programa en la televisión continúa, bostezo y decido apagar la televisión, todavía con una carcajada escondida en el fondo de mi estómago, mis ojos se cierran, pero mi cabeza no, todavía suena el anuncio, pasan las imágenes, los colores vibrantes y las palabras, el “No vivir” en amarrillo, todo, todo, todo. 
5 notes · View notes