hito-ji

[hito-ji]

Mis héroes tuvieron el corazón para perder sus vidas arriesgándolas.

[hito-ji]

La luz blanquecina, es blanca como el frío

La luna lo es, pero brilla por lo oscuro

Estoy a espaldas en lo oscuro, y el frío y la luz me enceguecen en mi futuro

[hito-ji]

Hola de nuevo frío diario. Han pasado muchas cosas y he aprendido algunas cuantas. Me he dado cuenta de que la soledad es mi mejor compañía. Qué cómodo es mirar la cordillera y no las espaldas de personas que no aprecian la compañía. Aunque las sinuosas montañas no me vean, yo las veo y me brindan una tranquilidad que ninguna otra cosa puede darme.

Odio a los falsos, odio a los desatentos. Quiero a quienes realmente me quieren, no a los que solo dicen que me quieren. Espero poder querer a alguien que me corresponda.

Me siento incómodo ante aquellos. Me siento despreciado, ignorado. Soy como una piedra que está ahí a la vista, pero no en la atención, sino en el olvido. Me fascina la idea, pero me gustaría ser una piedra que ni siquiera esté cerca de ellos. Quiero estar en lo alto de la montaña, solo, con el frío y el viento; para mi eso es estar acompañado.

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En la soledad, me siento más tranquilo y atento. Es agradable limitarme de no reaccionar; sin embargo, en ocasiones me encuentro inmerso en el flujo comunicativo junto a mi familia, y raramente me cuestiono. He aprendido a comprender sus percepciones sobre mí. A pesar de esto, y aunque pueda sonar triste, tengo la sensación de que si la soledad en su plenitud, estuviera conmigo, sería aún más pleno.

[hito-ji]

¿Qué tal si empiezo a obsesionarme conmigo mismo y mis objetivos? ¿Qué tal si comienzo a ser más consciente de mis sentimientos y pensamientos, así como de lo que me rodea? ¿Qué sucede si empiezo a considerar mis deseos y pasiones, dejando de prestar tanta atención a las opiniones de los demás? ¿Qué pasa si comienzo a cuestionarme quién soy, mis gustos, mis metas y lo que estoy y no estoy buscando? ¿Y si empiezo a analizar mi entorno y a comprender lo que me brinda comodidad o incomodidad? ¿Qué sucede si aumento mi autoestima y dejo atrás a aquellos que no me brindan el amor que merezco? ¿Y si empiezo a reflexionar en mis propias acciones, en lugar de concentrarme sobre el peso que conlleva analizar las acciones de los demás frente a mi persona?

[hito-ji]

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Me siento tan patético, me siento tan patético tratando de hablar con algunas personas. Me siento tan patético cuando a alguien que estimo conveniente conversar me ignora, o me evita. Me siento tan patético de dirigirme a algunas personas que realmente no desean mi presencia. Siento necesario también evitarlos, estar solo, quiero dejar de sentirme patético.

[hito-ji]

El frío de la noche me obliga a escribir. Días de agonía, por el celo del mañana y el olvido del presente. Me siento en mi escritorio esperando hacer algo por lo que sentirme orgulloso, pero no son más que meros ideales que prontamente se desapegan de mi yo azaroso.

[hito-ji]

Una vez más, siento incomodidad, recelo, decepción y juego. Todo es más hermoso cuando solo el viento susurra en mi oído, cuando soy solo yo y el cielo. Sin duda, prefiero estar en solitario; es lo mejor para mí. Así evito la intranquilidad y el deseo innato de desviar mis pretensiones y mi verdadero ser.

[hito-ji]

Cada día me pregunto cuándo comenzará mi aventura. Cada día planeo para el mañana, pero apenas una fracción de lo que deseo coincide con lo que he planeado para el futuro. ¿Será que no exijo lo suficiente de mí mismo? ¿Habré dejado de lado mi disciplina? Lo que sí sé es que la mayoría de las veces me siento limitado por el contenido y no por sus formas. Mientras escribo, reflexiono sobre la necesidad de ser más selectivo en mis elecciones tanto de acciones como de consumos. También considero que estas trivialidades en las que pienso son distracciones que me apartan de muchas cosas. Debería partir de algún punto concreto.

[hito-ji]

¿Dónde estoy? ¿En qué punto me encuentro? ¿Hasta qué altura quiero llegar? ¿Cómo podré llegar allí? ¿Soy lo suficientemente bueno para alcanzar esa meta? ¿Solo deseo llegar a la cima?

Amo el deseo de saber mucho, pero aborrezco el esfuerzo de intentarlo. Me gusta la contemplación, y si para contemplar mejor requiero la virtud de saber mucho, me siento en la obligación de no solo amar el deseo de saber mucho, sino también amar la aventura del conocimiento. Sin embargo, ¿cómo podré saber que realmente sé? ¿Son los sabios que están en las montañas más altas los que poseen el conocimiento? ¿Cómo se determina que ellos saben? ¿Cómo puedo estar seguro de que entiendo lo mismo que ellos intentan comunicar? ¿Repetición? ¿Memorización? Ya no lo sé. Frente a esta incertidumbre, solo puedo reconocer que sé que no comprendo lo que otros saben, y entiendo que no podré alcanzar el mismo nivel de conocimiento que el sabio más versado. No obstante, también sé que anhelo el conocimiento. ¿El método? Lo mencioné antes: solo sé que no lo sé.