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jinetefr · 4 years
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jinetefr · 4 years
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jinetefr · 4 years
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Principales autores
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jinetefr · 5 years
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Escribir es estar solo.
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jinetefr · 5 years
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Creo que yo no soy realmente yo, Jordán.
Tengo un montón de nudos sensoriales, tengo espacios de tiempo en los que ni me percato de mis acciones, ahora mismo no imanta a mis intenciones ese motivo literario pero me es necesario compartírtelo.
Desde que estudio en la bolivariana he sido testigo de cierta interferencia en mis capacidades sensitivas, hay ocasiones en las que no tolero un roce de tela con mi espalda porque mis impulsos nerviosos se ponen a efervescer furiosamente y esos son los picos, cuando se me va el encéfalo a los valles es peor aún, ya que prefiero estar incómodo hasta la sudoración helada que pasar minutos y horas como si no supiera estar despierto.
Siento que he perdido un porcentaje fundamental de mi cordura e incluso la capacidad de reconocerlo, pero he podido aprender a desesperarme menos; es como si simplemente se le relevara el control de mis facultades a algo o alguien que sabe dirigirlas para asegurarme mínimamente la supervivencia y una suficiente interacción social, soy yo, pero me voy a ratos.
Por otro lado, y, guardando una extraña relación con el relato que solo acabo de comenzarte, hoy en la mañana tuve una clase de sueño o de impresión mientras sostenía el libro con la mano izquierda y con la derecha rayaba frenéticamente una hoja de periódico que te enseñé, se trata de otra manera de sentir que yo no soy yo, resulta que se me apareció de repente en la sinaptización una imagen de mí siendo ya cucho, en un estudio enpiscado a tábano hasta detrás de los empapelados de los muros, muros curtidos por la inasistencia de miembros familiares, me pensé en ese futuro quizás de bondad no tan resaltable y me pensé intentando escribir o mejor dicho, intentando recordar para escribir. Como si estuviera tratando de sacudirme el polvo de las rótulas que me articulan el alma. Como si todo lo que pasa en este momento fuera un intento de mi columna maltrecha y destartalada de estructurar una exhalación de suspiro lo suficientemente eficaz como para descomprimirse por fuera de una melancolía gravitatoria, como si todo lo que me hace sufrir en este momento no fuera más que el efecto de alguna sustancia sintética diseñada para apreciar otra vez lo vivido, como si estuviera pegado de la piedad de quién sabe qué santo a premonición de la fruslería de otro deceso, sentí que solo soy un avatar de mí mismo, uno al que le toca mamarse o gozarse todo otra vez, me sentí confundido porque puede que haya otro viejo marica que se me está robando las pieles de gallina y los cansancios matutinos, aquí es donde ambas anécdotas de continua construcción están especialmente ensartadas con el mismo alfiler, ahora, te estarás preguntando por la relación que guarda esta maricada (o este resumen del comienzo de una maricada) y vos, yo diría que es cuanto menos discreta; con vos no me da maluquera el sentirme dormido o dormitado o vomitado y con vos no me da tanta rabia compartirme.
Además, los momentos en los que estamos juntos me siento más lúcido, como si fuera capaz de arrebatarme mi propia vida.
Una última cosa, si me siento lúcido con vos es porque sos o fuiste una historia que necesito o que necesitaré o que necesité recordar, yo qué voy a saber.
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jinetefr · 5 years
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Cama de teatro
Recibí un golpe aturdidor por un tornillo en cierta ocasión, me descargó lo que se había recogido durante tantas jornadas de trabajo silencioso y resignado y un día después ya contaba con una nueva marca para ser reconocido por un policía cauto que se atreviera a tomarse la delicadeza de revisar mis manos, no me atreveí a clavarme una aguja en la uña para sacar el coágulo, no podía arriesgarme a que la punción de ese limítrofe dolor físico me despertara el dolor del alma.
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jinetefr · 5 years
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Manifiesto de la insoportable y lenta corrosión de haber desayunado parcialmente; una mirada a la levedad y ligereza con la que se vive el aislamiento de una biblioteca con muchas ventanas
De tres universidades, presumiblemente de cuatro pero no en la materialidad objetiva, me puso a buscar un libro pero no con palabras o dominios sino con un un anhelo del que no sabe, uno etéreo y de procedencia desconocida que ya ni siquiera sé dónde radica, una primera hipótesis podría ser sensata al sugerir la parte de atrás de los globos oculares, quizás en las membranas de piel que unen los sistemas motrices de los dedos, de pronto radica en los separadores metálicos de los libros de esta biblioteca que poco a poco me es menos desconocida, este campus no es mío y ese bibliotecario o al menos, su estela esforzada, tampoco lo es, se trata de un lugar para el que no formulo en los censos, se trata de que estoy buscando el libro que le gusta pero sin formular en su lista de situaciones memorables.
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jinetefr · 5 years
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Quiromancia
Durante mi vida no es que haya habido grandes cantidades de esperanza, podría rugir desde mi reserva de ingratitud que no hubo al menos cantidades miserables pero, a los diecisiete años y durante uno de los inadvertidos ataques incapacitantes de deseo de lectura que me empezaban a ratos, estuve ojeando de manera casi aleatoria una sucesión deformada y fracturada de artículos y páginas de internet, una cantidad de güevonadas de fuentes poco confiables, bendito cada interludio que viví entre las sesiones rojizas de hambre y grito, momentos tan privados en los que le arrebaté al hastío la posesión de la totalidad de mis jornadas, se concretaban los amaneceres siendo testigos de los descensos de estela perniciosa que me agrietaba más todavía las córneas, ni mierda de credibilidad académica tenía todo eso que veía, ni siquiera un poquito de credibilidad mínimamente racional pero eran textos y eran gratis así que todo bien, ¿Qué putas iba a hacer cuando me graduara del colegio? Frené en seco la combustión de la polvorada que me estaba efervesciendo después de haberla tomado, fue una congelación súbita la que me petrificó el pensamiento y la asimilación de lo leído. Por más que leyera, no importaría, si de toda o de parcial o de mínima certeza, me chuparía una incertidumbre constante y mi insatisfacción seguiría en aumento porque cada vez tenía más encima el hecho de no poder ir a la universidad y que, en caso de vivir el arepazo magnífico de entrar a alguna mierda, no podría mantenerme ni medianamente estable en cuanto a plata; interesante manera de permitirse la automutilación del optimismo desenfrenado y malhabido.
“La quiromancia te enseña el destino escondido en tus manos”, me llamó la atención el título de un artículo y es que, sin haberme dado cuenta había seguido escroleando mientras gestionaba las verdades incómodas de mi imposible futuro anhelado, pasó como si los puntos más aislados de mi visión panorámica hubieran decidido revelarse para ser los únicos que no querían preocuparse por la realidad objetiva.
No sé que hay o qué hubo en la palabra “destino” porque, me entumeció los músculos que rodean las vértebras cervicales, sentí por casi un instante que “destino” fue la gravedad que imantó al dedo corazón de mi mano derecha. Pensé que tenía acceso al destino y tenía dos manos.
Abrí el enlace y comencé a leer lo que se me desplegó de manera frenética.
Estuve de inmediato analizando las palmas de mis manos, intentando encontrar marcas y figuras específicas, rayas donde ni sé, líneas que según su extensión y curvatura debían auguriarme éxito y paz, mi ilusión ebullía y momentáneamente y digo momentáneamente porque pronto el éxtasis estuvo en caída librea en igual que la sensación de los quemonazos estomacales que me escupía cada vértice de la mano al no parecerse en lo absoluto a lo que debería decirme algo.
Me extenué hasta que solo quedó el movimiento de las lágrimas hacia mis manos esforzadamente rectas, rectas como aquello recién leído que debía significar algo bueno,
Me recosté en esa silla incómoda y mi cuello se dejó caer, mi mandíbula se desvinculó de su posición ideal, estaba abierta y entonces me hacía respirar porque mis narices se habían inmolado al plagiar el llanto. Me dormía por momentos, castigándome de pronto con la vigilia por no tener ni el honor de merecer un futuro mejor, vi entonces que detrás de la ventana el mundo se estaba comenzando a iluminar, estuve dormido.
Volví a sentir por culpa de una voz tosca e innecesariamente ruidosa que le reclamaba a mi nombre quién sabe qué hijueputa, me levanté y agarré un soplo de aire caliente en el primer instante en el que mi respiración fue relevada a mi consciencia y lo devolví con frustración, mi tío necesitaba que lo acompañara a reclamar una plata, probablemente, otra vez, ni siquiera se necesitaron palabras porque la rutina se me había sublimado en la parte interior de los párpados.
No tuve entonces nada y tuve menos la iniciativa de cepillarme los dientes y menos la de peinarme, busqué mis chanclas y salí a esperar al tío a la acera para no darle municiones que dispararme a los tímpanos o a la autoestima.
No sabía qué hora era, solo sabía que mero calor tan doblehijueputa y que se me quemaba la cabeza, estaba sofocado y seco pero no podía pararme siquiera a sentirlo porque mi tío ya me había sacado distancia, como si no hubiese sido suficiente con aquella que estableció ese nuevo día al ni siquiera voltear a verme cuando salió del portal mugroso, al acercarme a su camino vi que tenía un cuchillo pero realmente no me interesó, nada presuntamente iba a interesarme ese día, lo guardó en su pantalón y siguió caminando como ese hombre intimidante que yo me había propuesto jamás imitar; continuó el camino.
Recordé lo que había pasado en la madrugada, intenté ignorarlo como recordaba porque hacía tiempo no me decepcionaba por nada porque a nada le ponía fe, eso de la quiromancia y especialmente eso de mis manos incapaces de prometer me tenían muy pensativo, casi se me olvidó la sed, continué caminando por la loma inagotable.
Mis pasos seguían y ya se habían hecho inmunes a la interferencia rebotada de la tristeza que me causaba haber visto el corto alcance de mi bienestar futuro, el tío seguía erguido y constante en su marcha, despreciaba su postura y su coordinación y me mantenía siguiendo su rastro con la cabeza gacha y con mi malparida curvatura de columna, con los hombros encogidos y con la mirada en el suelo.
Intuí por el cambio en la dirección del caminar del tío cuál sería la casa a la que iríamos a cobrar su plata, cosa innecesaria puesto que el tío se aceleró de manera inusual al ver a la persona que buscaba, era un pela’o de mi edad, un muchacho joven de cabello rizado, sin más abrigo en la parte superior de su cuerpo que un extenso manto de cicatrices profundas, estaba sentado comiendo un mango que cortaba con cuchillo, intentó saludar pero mi tío le cercenó la sonrisa, tenías hasta ayer pa’ pagarme aquello, gonorrea, se abalanzó sobre él con su puñal recién desenvainado, un impulso de estrés me hizo especialmente lúcido y de reflejos rápidos, no sé porqué hice eso, no sé qué me llevó a actuar aunque días después estuve intentando explicarme a mí mismo, si es que no quería que se muriera alguien tan joven, no sé si es que el intento de un trato amable me conmovió hasta la acción, ni idea, no sé, apenas sé que recibí un corte largo en la mano al intentar parar la puñalada, de pronto que el pela’o reaccionó también y que en su defensa le clavó el cuchillo del mango a mi tío en la garganta.
Sé que ambos nos vimos a los ojos horrorizados y abiertos antes de escapar de ese solar de pura maleza entonces teñida, en direcciones opuestas, me acuerdo de que no había visto antes esa cantidad de sangre y de que la mano cerrada me goteaba profusamente y sé que tras llegar a la casa y al cerrar la puerta rápido, me eché al suelo a pensar que ahora de pronto la quiromancia me tendría algo bueno que contar.
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jinetefr · 5 years
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"La vida parece mentiras, está uno y ya no."
Mi abuela con su escasa educación tiene más sensatez que el presidente de la nación.
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jinetefr · 5 years
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jinetefr · 5 years
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«La cigarra quiere a la cigarra; a la hormiga, la hormiga; los halcones, a los halcones; yo, a la Musa y al canto 6. jLlénese de él mi casa! Que ni el suerio, ni la primavera repentina son más dulces; ni las flores lo son a las 35 abejas. Tanto quiero yo a las Musas. A quienes ellas ven con alegría, nunca Circe hechizó con bebedizo» 7.
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jinetefr · 5 years
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De tres pa' arriba es cariño
Soltó unas cuantas infinidades de docenas de electrones con el apretar desbordado de su mandíbula y luego se dedicó a pegarle fuerte al botón del ascensor, ni siquiera lo presionó sino que casi lo implotó, entonces volteó y sus sinapsis tuvieron susto de procesar ese impulso eléctrico de la delimitación de su cara endemoniada por un espejo, saltaron hacia atrás y el muy inteligente azotó el cristal con su puño, punta insuficiente de insuficientes músculos atrofiados por falta de movimiento y circulación de sangre y curtidos por falta de sol y las mordeduras nerviosas de un padecimiento carpiano; los dientes casi chisporrotearon porque jamás en la vida él debió merecerse una calificación promedio.
Otro golpe al botón pero entonces se sucedió una secuencia de sonidos de corto circuito, semejantes a los que la putería le producía a su encéfalo de dones sobresalientes, hijueputa vida gonorrea, pensó mientras contuvo un hiperactivo grito que se amplificó por cada rebote dentro de su mandíbula.
Estuvo bajando al primer piso luego de salir del salón que le aguillotinó el orgullo con una deshonra socialmente aceptable, manada de mediocres gonorreas, pirobo profesor, afortunado todo aquel que bajó por las escaleras, el genio no soportó más la quietud que cubrío a ese ascensor que parecía de descenso infinito por la tergiversación espaciotemporal del desconocido fracaso, le pegó un cabezazo al espejo ya partido, se mareó y cayó, en ese instante la puerta estuvo conectando a la celda hermética con el mundo de los inferiores y se abrió justo a tiempo para que su cabeza diera con el espacio necesario para ponerse a dormir, el sistema se encontró defectuoso porque algún agüevado le pegó un puño así que el sensor se jubiló, se cerró la puerta y el muchachito se encontró decapitado. Definitivamente fue una cabeza de 3.2
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jinetefr · 5 years
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[…] quien desea comprensión, se condena a ahogarse en un arroyo de cinco centímetros parejos acostándose boca abajo y a enfurecerse porque nadie le levanta la cabeza […] 
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jinetefr · 5 years
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[…] desconocidos afanados con las frentes manchadas, embarrándole en tres segundos de “estamos”  los dedos al sacerdote, pobrecito, qué pesar, o el cura embadurna las dermis de mis iguales con su hipocresía de escupida oscura […] 
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jinetefr · 5 years
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[…] en ese descenso que me obligué para un día de cierto examen, me encontré un rottweiler blanco mascando hierba y me dije, buena alternativa a las epeeses y me pregunté porqué la gente desperdicia así sus muertes con turnos alfanuméricos oxidados y, peor aún, sus pasajes […]  
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jinetefr · 5 years
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Paseo acostumbrado
Durante uno de esos escapes indecorosos que me fueron permitidos por el derroche que mis indiferencias criminales les arrebataron a los bolsillos insaciables de mis socios durante los días en el senado, estuve de paseíto por ahí. Solo los colores nuevos le permitieron a mi cavidad encefálica distraerse del sentido de culpa que se paraba en el podio de mi concentración posdiplomática. Entonces quise emprender un recorrido que generara un ritmo desconocido de dilatación para mis pupilas, no necesariamente por un camino desconocido, sino a la luz de otro ángulo, nada más, agarrar una calle por el lado contrario por el que usualmente la recorría y, en efecto, cambiaron las güevonadas, se vieron diferentes los carteles que alternaban intermitentemente de idioma.
Un Western, un McDonald´s y lo que siempre fue, necesité justificar el motivo por el cual pretendí entretenerme por solo caminar hacia donde nunca lo había hecho y, entonces, una señora detuvo el reparo de mis discusiones conmigo; Joven, qué pena, ¿Usté tiene la amabilidad de decirme si por acá llego al parque de Belén? Es que me parece que es por acá pero yo estoy como embolatada y, nononó, mejor dicho, lo que pasa es que yo andaba con mi marido pa’ todo lado y yo lo seguía pero hasta que se me murió, pues, él me decía que saliéramos y nos veníamos caminando desde Aranjuez hasta acá, imagínese, en esos tiempos, que todo era como más fácil, no había como tanta inseguridad ni tanto problema pa’ andar uno por la calle, pues, como caminábamos pa’ todo lado y yo no sabía pa’ donde íbamos sino que él sabía, y entonces él me decía, Lucre, organizá pues pa’ que nos vayamos a andar pa’ Belén, y nos íbamos a andar y nos quedábamos por ahí en el parque tomando tintico, y con los muchachos y, más bueno, ¿Qué estación es la que queda allí adelantico? Dijo mientras apuntaba al frente con sus labios por la imposibilidad de sus manos de librarse del paraguas y de las bolsas negras en lo absoluto amigables con el medio ambiente, interrumpió la respuesta de su propia pregunta con un comentario revestido de melancolía con el que intentó recordar el espacio donde estuvo el puesto de empanadas de una conocida suya, ni siquiera pareció que la nostalgia que empapó sus palabras tuviese efecto en la expresión de su rostro, como si la constitución de su ser estuviera adecuada al repechaje del corazón, como si los pliegues de su cara fueran inmunes a la tristeza y el discurrir de su palabrería hubiese estado por siglos lubricado por la profunda soledad que ahora se presentaba impotente ante la resistencia, martíricamente adquirida de un blindaje desconocido, Aaaah, allá quedaba antes el Servientrega, ¿Cierto?
Doña, esa estación es la de Morayta, estamos en Manila, Filipinas;
Le dije de manera grosera mientras internamente lloraba por el daño inconmensurable que el señor muerto le hizo a esa pobre alma que ya no podía reconocer el mundo sin él, el mundo ni su esplendor, que, por cierto, yo ya no era capaz de apreciar por el peso de todo lo malo que hice, señor malparido, anciano maldito, ¿Cómo había sido capaz de mutilarle a la señora el saber donde estaba parada?, ¿Cómo había tenido la crueldad de estar con ella durante toda su vida y luego morirse? La dejó abandonada y ciega, con su amor lo único que hizo fue degradarle la percepción y el conocimiento de su propio planeta, ¿Cómo alguien es capaz de ser tan pirobo en la vida? Bueno, más importante que todo, ¿Cómo putas pudo llegar esa viejita al centro de un país a mil setecientos kilómetros de Colombia, por mar y mientras pensaba que estaba caminando por Medellín?
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jinetefr · 5 years
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Qué decir para declararle tu cariño/cómo decirle que ha sido una gonorrea que te destruye sin decir ni mierda
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