jovenfigaro
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jovenfigaro · 4 days ago
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Tonight I Can Write
by Pablo Neruda tr. W.S. Merwin
Tonight I can write the saddest lines.
Write, for example, ‘The night is starry and the stars are blue and shiver in the distance.’
The night wind revolves in the sky and sings. Tonight I can write the saddest lines.
I loved her, and sometimes she loved me too.
Through nights like this one I held her in my arms. I kissed her again and again under the endless sky.
She loved me, sometimes I loved her too. How could one not have loved her great still eyes.
Tonight I can write the saddest lines. To think that I do not have her. To feel that I have lost her.
To hear the immense night, still more immense without her. And the verse falls to the soul like dew to the pasture.
What does it matter that my love could not keep her. The night is starry and she is not with me.
This is all. In the distance someone is singing. In the distance. My soul is not satisfied that it has lost her.
My sight tries to find her as though to bring her closer. My heart looks for her, and she is not with me.
The same night whitening the same trees. We, of that time, are no longer the same.
I no longer love her, that’s certain, but how I loved her. My voice tried to find the wind to touch her hearing.
Another’s. She will be another’s. As she was before my kisses. Her voice, her bright body. Her infinite eyes.
I no longer love her, that’s certain, but maybe I love her. Love is so short, forgetting is so long.
Because through nights like this one I held her in my arms my soul is not satisfied that it has lost her.
Though this be the last pain that she makes me suffer and these the last verses that I write for her.
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jovenfigaro · 10 days ago
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nobody lures you into the fog anymore
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jovenfigaro · 11 days ago
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Paulette Goddard in Second Chorus (1940)
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jovenfigaro · 18 days ago
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Paulette Goddard in Modern Times by Charlie Chaplin (1931)
Photo by Max Munn Autrey
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jovenfigaro · 18 days ago
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jovenfigaro · 18 days ago
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Disney’s Pepper Ann (1997 - 2000)
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jovenfigaro · 18 days ago
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Ireland Phone
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jovenfigaro · 19 days ago
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Paulette Goddard, June 3, 1910 – April 23, 1990.
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jovenfigaro · 30 days ago
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Hustler Magazine, 1977
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jovenfigaro · 1 month ago
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El weon más caliente del mundo (parte IV y final)
- “Yapo, qué pasa con ese gil culiao??”, interpeló Rober a la Marce, esperando una explicación convincente sobre la negativa de la mina a culiar
- “Bueno… me lo encontré en trabajos de verano hace unas semanas… andaba sin la Xime, y un día carreteamos junto a los demás”
- “Y? qué pasó?”, preguntó Rober, temiendo lo más que evidente
-  “Pucha igual me da plancha contarte… pero filo, ya… a mi el nunca me cayó muy bien, lo encontraba medio fresco y barsa, varias veces me había joteado pero yo ni lo pescaba… pero ese día no sé, como que se me pasó la mano con el copete, y pucha… terminamos atinando… y lo hicimos”
Weón….. ¿qué chucha? ahora todos los culiaos se habían afilado a esta chusca, menos él. ¿Cuál era la diferencia? ¿Era más feo? ¿Tenía más tufo a mierda? Más olor a axila quizás… o tal vez era a causa de uno de esos putos extraños motivos por los cuales las minas siempre hacen güeás inexplicablemente agueonas. Se sentía aberrantemente loser. Todos los weones se habían pisado a esta mina, menos él, el que mejor había hecho el trabajo. En fin.
- “Ya…. y qué onda con eso?”, le dijo el Rober disimulando su sensación de perdedor con un ligero tono de indiferencia en sus palabras.
- “Es que… no me cuidé”
- “¿Cómo no te cuidaste? ¿Te caiste, te pegaste? ¿Te pasó algo de ahí?”
- “Ay, no pos… que eris tonto… digo que no usamos protección… él no usó condón, y yo no estaba tomando pastillas en ese tiempo”
“Y si sin pastillas ni condón culiabai a fierro pelao, como chucha habrá sido con pastillas, maraca culiá y la reconchetumare, y seguramente con todos los culiaos, menos conmigo perra culiá!!!!!”, dijo para sus interiores este muchacho. Pero en realidad no tenía nada mucho que decirle a la Marce en esos momentos.
- “El problema es que…. tengo un atraso”, complementó la chica, al tiempo que hizo amague de ponerse a llorar, y las primeras lágrimas asomaron por sus ojos.
Conchesumadre. Ahora sí que nada de culión. Más encima iba a tener que ser de nuevo el pañuelo de lágrimas de la Marce, sin ninguna posibilidad de chiflársela, y todo producto de que culió con OTRO weón. Robertito empezaba a sentirse frustrado y amargado. Pero no podía tirar todo su trabajo por la borda por lo que hizo de buen amigo y le dió su consuelo. Por supuesto, al rato ya se estaban yendo del departamento del David, sin haber concretado el acto sexual. Pa más recachas, la mina le pide que lo invite a tomar algo. “Esta es la mía, le pongo unos copetes más y ahora sí que lo suelta”, pensó él, aún intentando forzar una situación que a todas luces no se iba a dar.
- “Unas pilsen?”, le dijo Rober
- “No… no quiero copete, no me siento bien… mejor vamos a tomar un helado”.
Finalmente el poder de la calentura de Roberto fue mayor y accedió a ir a una heladería, lugar en el cual la Marce pidió la copa de helado más cara, que por supuesto fue cancelada, junto a la totalidad de la cuenta, exclusivamente por el Rober. Luego de eso la fue a dejar a su casa mordiendo, una vez más, el polvo de la derrota.
Había sido suficiente humillación y arrastre. Ser pañuelo de lágrimas, andar invitándola y acarreándola pa’rriba y pa’bajo, andar a las parás de la mina, todo el cuento, para obtener como retribución nada mas que unos besos cagones y uno que otro agarrón de teta ahí cuando la mina andaba volando bajo.
Así fue como Rober entonces comenzó a darse cuenta de a poco que toda la ilusión de poder follarse a la Marce nunca se concretaría, y que sólo tendría que conformarse con diversas pajas en su nombre. La obsesión comenzó a ceder y ya no era tema recurrente en sus pensamientos. Eso hasta que un buen día sábado se encontraba el Rober carreteando por ahí, cuando tipo 4.30 AM suena su celular. Era nada más ni nada menos que la Marce. A esas alturas, seguramente pensaba que era para echar la talla un rato y dar algo de jugo de curaos, así que sonriente y feliz, le contestó.
- “Holaaaaa, guapo… hmmhic”
- “Jajaja, weeena Marce, tai terrible curá… que onda, tai carreteando??”
- “Noooooomhhgg….. Estaba, pero ahora agabo de nnnllegar a mi gasa… y me tiré en mi cama, me saqué la ropa… y me empecé a agordar nnnnde dí”
“Ahora venís a estar caliente maraca reculiá”, se dijo Rober a sí mismo, sin embargo otra fue la respuesta:
- “Jajaja, si querís voy pa’lla, no me demoro nada”
- “Noooo, ahora no… guiero dormir… bero bañana, mmmañana básame a bbbbuscar en la dardeee, y vamos a un motel, ya lindo?”
- “A… a… a… a un motel????? en serio? querís que vayamos a un motel????”, respondió Robertito, aguantando la baba y con una incipiente erección en su entrepierna
- “mmmmsipooo… no es eso lo que tanto hai guerido bor too este tiempooo?”
La situación ameritaba que Rober saltara en una pata. Sin embargo la experiencia previa le indicaba que había que desconfiar. No podía ser tan sencilla tamaña oferta. Algo raro debía haber detrás, pero prefirió no darle más vueltas al asunto para no ilusionarse en vano y luego llevarse otra decepción, así que siguió carreteando y luego se fue a dormir.
Pero obviamente al otro día pescó el teléfono después de almuerzo planificó cómo hacer la llamada de rigor. La pensó bien: no quería dejar espacio para los titubeos de Marcela. Tenía que tener todo listo y dispuesto, de manera que ella no tuviera oportunidad de correrse (de echarse pa’tras). Aprovechando que se trataba de un domingo en la tarde, cotizó debidamente y se dio cuenta que había alternativas decentes para su bolsillo. Estaba todo en orden, así que marcó el número de Marcelita…
- “Alo, Marce!”
- “Si, hola, como estai?”
- “Bien po… y tu? te parece si te paso a buscar a las 5?”
- “Eeh… ehm…. mm…. para qué?”
- “Cómo que pa que? pa lo que hablamos anoche po cuando me llamaste!!”
- “Es que no me acuerdo qué te dije…. estaba demasiado curá, hoy en la mañana caché que te llamé, pero qué hablamos?”
- “Naaa… la dura no te acordai??”
- “No”
- “En serio?”
- “Sí, en serio… de qué hablamos?”
- “Me dijiste que hoy fuéramos a un motel”
- “Ay… en serio? chuta………. pero no se, no lo dije como en serio”
- “Aaahhh ya, pero no podís arrugar ahora po, te paso a buscar en media hora”, dijo Rober previendo un nuevo fracaso, e intentando hacer todo lo posible por salvar el buque
- “Es que quedé de ir con mi abuelita al cine ahora”
- “Oye no po, con tu abuelita podis ir al cine mañana… además, qué vai a ver?”
- “Esta película que estrenaron recién, la de los monos y la wea”
- “Aaahhh pero no vayai, está llena, está todo el mundo como weon viéndola, las entradas están agotadas y hay que hacer fila como de 1 hora antes de entrar a la sala… mejor anda con tu abuelita el otro finde y ahora vamos al motel”
No sabemos cómo chucha, pero logró que la Marce deshiciera el supuesto panorama con la abuela. En un rato el Rober estaba pasándola a buscar. La Marce se subió al auto, y estaba excepcionalmente callada. Algo no usual en ella, menos aún estando con alguien de tanta confianza como el Rober. Nuestro héroe no estaba pa sorpresas, por lo tanto intentó relajar el ambiente con un par de tallas, pero fue interrumpido.
- “Ya, dónde vamos?”, dijo la Marce
- “Al motel po, tal como quedamos”
- “Ay, en serio? en verdad pretendís que vayamos a un motel?”
- “OBVIO”
- “Pero es que no se, yo nunca he ido a uno… me da no se qué ir, me imagino que para allá va la pura gente que tiene amantes, y se van a meter ahí mientras cagan a sus parejas”
- “Sí pero ni tú ni yo estamos pololeando… bueno si no quieres ir vamos a mi casa y lo hacemos”, respondió sabiamente Rober. Marcela no respondió.
Una vez ingresados al estacionamiento del lugar, la Marce como que todavía no podía creer que fuera realidad. “En serio nos vamos a bajar?”, “SI”, respondió Rober, más contento que maricón con tetas nuevas.
Entraron al lugar. Rober no daba más de felicidad, ahora sí que sí. La Marce no tenía escapatoria, además no había salido con ninguna excusa culiada, sólo había intentado apelar a la de la abuela y el cine, mas Rober con toda la calentura experiencia acumulada por años se la sacó con una filigrana sutil y precisa digna de Zidane. A la entrada, luego de solicitar una habitación, les dijeron que tendrían que esperar por algunos minutos ya que estaban haciendo el aseo en las habitaciones disponibles, pero que los cubículos de espera estaban llenos, así que los hicieron esperar sentados en unos pisos de cocina debajo de la escalera que iba al segundo piso del inmueble, rincón en cuyas paredes había diversas dedicatorias y nombres de parejas encerrados en corazones. Extraña escena considerando que estaban en un motel que se suponía “bien”, no una mierda cerda pasá a pico. Marce no disimuló su inquietud con ello, por lo que se lo reprochó: “mira a los lugares donde me traís…”. El Rober no la pescó y se empezaron a dar unos besitos amparados por la intimidad que les otorgaba tan oscuro, recóndito y escarpado cuchitril.
Pasaron ahí cerca de 15 minutos. Demasiado rato. Rober comenzó a ver los fantasmas del fracaso nuevamente, que la Marce se apestara y quisiera irse era una posibilidad real. Por suerte, en el momento indicado los hicieron pasar a la habitación.
Al fin solos, no había escapatoria. Lo iba a lograr, era sólo cosa de minutos. Rober tenía frente a sí a la Marce, en una habitación de motel, ya pagada, con todo listo y dispuesto para finalmente poder concretar lo que tanto había soñado: por casi 6 años había querido hacerle el amor a esa mujer, y al fin llegaba la oportunidad, y esta vez si era inminente.
Para deleite de los lectores, todo iba transcurriendo con total fluidez, se besaban apasionadamente y las ropas de a poco empezaban a volar: primero fueron los zapatos y luego los pantalones. Pasado un rato, Roberto estaba ad portas de largarle el sostén a Marcela. La primera parte de su sueño estaba por cumplirse, al fin podría verle, acariciar y lamer esas tetas que al menos exteriormente tan buenas se veían. Si hasta se nos anduvo emocionando un poco el cabro, ya no sería más un anhelo, sino que una experiencia real. Su calentura quebró todos los records conocidos, y ya no había dudas: si en ese momento hubieran hecho el concurso, este weon del Rober lo ganaba… era el weon más caliente del mundo
Lamentablemente, esta historia no es del todo feliz como podrán haber notado. Nuestro compañero se llevó una decepción no menor cuando se dio cuenta que la mina usaba sostén con relleno. No era tan plana, pero sin duda que tenía poca teta, y más encima las tenía medias deformes, no muy redondas que digamos… no ofrecían una imagen digna del erotismo con el que el muchacho se las imaginaba en sus sueños.
Pero no importaba, aún había más: era tiempo de sacar los calzones. Pero el que debía ser el momento climax de su realización personal, espiritual y cachística, se transformó en la segunda decepción de la jornada. En lugar de tener la vagina depilada o con algún corte delicado tipo “mohicano” o “triangulito”, esta muchacha cultivaba una frondosa mata de pelos de carácter realmente amazónico. Un matorral de pendejos que hasta tenían las puntas medias partidas. No importaba, no era suficiente para hacer mella en la gigantesca calentura  del Rober, total, filo con los pelos, la wea era tener el hoyito ahí a disposición.
Bajó con su cabeza acercándose al bajo vientre de la muchacha, haciendo ademán de querer propinarle sexo oral, cuando una misteriosa e invisible fuerza lo detiene por completo. No había sido la Marce. O sea, no físicamente, porque lo que lo detuvo fue un peculiar olor que sintió repentinamente. El colapso que le significó sentir aquel aroma le impidió notar la realidad. Se negaba a aceptarlo aún teniendo la evidencia frente a sus narices. Cuando la pungencia y el hedor fueron insoslayables, le cayó la teja: la Marce tenía el sapolio terriblemente de hediondo, con un olor así como entre a meadero y sobaco. Mala la wea. Tanto así que interrumpió de manera inmediata su operación de peinada de alfombra, disponiéndose finalmente a lo que habían venido: chantarle la prieta, estaba presto a ello, cuando se dio cuenta que la Marce tenía los calcetines puestos (uno con una papa en el dedo gordo).
Eso ya no era parte del plan y estaba comenzando a ser matapasiones. Rober pensó en decirle que no fuera tuja y que se sacara las cagás de calcetines, sin embargo prefirió no hacerlo, ya que después de lo visto, no tenía ganas de presenciar alguna otra sorpresita corporal, por lo tanto el sacro acto del coito se llevó a cabo con la lolita teniendo sus calcetas aún puestas en sus pies.
Con dichas incomodidades finalmente pasaron las 3 horas de rigor. A pesar de todo, Roberto lo disfrutó y sintió que realmente había por fin cumplido su sueño: se sentía un poco menos loser, sentía que toda la plata y el tiempo invertido y las humillaciones por las que pasó tuvieron su recompensa, y ahora las pajas no tendrían que ser imaginando algo que nunca había visto sino que serían recordando una experiencia real…
Se subieron al auto, pasaron a tomarse un helado por ahí, y el Rober la pasó a dejar a su casa. Después de despedirse, Rober iba partiendo cuando la Marce lo detuvo desde la calle, le hizo un gesto de querer decirle algo, Rober bajó la ventanilla del auto, y la chica le sonrió y le dijo
"Te quiero"
Fin.
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jovenfigaro · 1 month ago
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El weon más caliente del mundo (parte III)
“Ya… te digo… pero prométeme que no me vai a molestar”
Roberto accedió, Marce dudó un tanto. al final fue tanto hueveo que Rober empezó a molestarse. La mina finalmente la largó:
YA…. ES QUE….AYER LEI MI HOROSCOPO… Y DECIA QUE IBA A APARECER UN NUEVO AMOR, QUE IBA A CONOCER AL HOMBRE DE MI VIDA
Este hueon no lo podía creer. AÑOS de esfuerzo a punto de coronarse, a punto de culminar en gloria y majestad… miles de noches de sueños húmedos y califas a punto de recibir su carnal recompensa, todo arruinado…
“Y qué tanta hueá con eso?!”, le preguntó Rober indignado
ES QUE SIENTO COMO SI LO ESTUVIERA ENGAÑANDO… EN SERIO, NECESITO MIRAR HACIA ADELANTE, PARA PODER ENCONTRAR A ESE HOMBRE Y ENTREGARME POR COMPLETO A EL
“Ah claro y yo soy el que se tiene que quedar esperando verdad sapa culia?”, pensó Rober… pero una vez más se comió sus palabras.
ADEMÁS ANDO CON LA REGLA… así que igual mejor que no
Un chorrito de sangre, un poco de dolor uterino y una que otra alteración hormonal fueron suficiente material para derrotar un verdadero trabajo de joyería, porque claro, la excusa del horóscopo era demasiado como el pico como para tragársela… aunque igual le dio algo de crédito, después de todo la Marce nunca se ha caracterizado por ser muy brillante que digamos, y eso este muchacho lo tenía más que claro, no por nada notó que en la habitación de la lolita había algunos ejemplares de publicaciones literarias tan excelsas como “HORÓSCOPO CHINO DEL 200X”, “PREDICCIONES MAYAS 200X”,  “LO QUE DICEN LOS ASTROS”, y una edición especial de la revista Cosmopolitan que decía incluir un especial sobre cómo encontrar al hombre de tu vida este año que recién comenzaba.
Pero no era solo eso lo que amargaba el corazón de nuestro amigo: todo el tiempo invertido, la plata gastada, el tener que aguantar al saco weas del tal Negro por ene rato, el tener que andar a las parás de la mina toda la noche, el tener que recurrir a lo más selecto de su labia y tener que utilizar sus palabras con pinzas para no cagarla y por fin tener una oportunidad de pisar… todo eso a la basura. Su frustración era inconmensurable. Jamás en su vida había estado tan caliente como en ese momento, y sin poder hacer nada.
La sitaución era clara. Tenía dos opciones: seguir insistiendo o retirarse como un caballero y aguardar hasta la próxima oportunindad (que podía llegar en 5 años más, o quizás nunca). Si bien tal vez lo más sensato era lo segundo, este gil tenía su cordura cegada por la calentura.
No… eh, no me importa, en serio, a mí esas cosas me dan lo mismo… o sea, lo de la regla…
Le dijo, siendo algo mentirosillo, ya que a decir verdad nunca había intimado con una mujer estando ella en su período. “En serio?”, le preguntó Marce. “Sí, es verdad…” respondió sonriente Rober mientras acercaba su cara al calzón de la peuca. Sin embargo la advertencia de la lolita debió haber sido escuchado por el galán protagonista de esta historia, ya que ni bien estuvo a unos 10 cm de la prenda interior de la cabra, este weon sintió un hedor punzante que lo descompuso de inmediato: la mina estaba más hedionda que calzoncillo de payaso de micro. Rober se replegó inmediatamente y deicidió que era mejor dejarlo hasta ahí, para no cagarla y no perder todos los bonos que había ganado aquella noche para poder capitalizar en otra oportunidad. Total, ya tenía un buen plan para poder generar prontamente otra ocasión como esta.
- “Bueno, no importa, no te preocupís, te entiendo y si vai a estar incómoda (y yo también, culia hedionda) mejor no lo hagamos”, sentenció Rober
- “Ay… en serio? No te molesta? Pucha sorry por no haber podido hacerlo, pero en verdad es mejor así, además tu sabis lo importante que son pa mi el horóscopo y esas cosas”, replicó Marcela.
Rober se quedó durmiendo al lado de ella hasta el amanecer y luego se fue para su casa.
Al día siguiente se dedicó a reflexionar acerca de lo ocurrido. Cómo mierda pudo estar tan cerca y tan lejos a la vez, en tantas oportunidades durante toda la noche? Cómo pudo haberse dado vuelta la tortilla en tantas ocasiones durante toda la jornada? Sin duda había sido una montaña rusa de calentura y de emociones. Este weon había quedado tan caliente como jamás pensó que podía estar. Había alcanzado un nuevo status, había descubierto un nuevo nivel, era como el equivalente a un Super Sayayin nivel 666. “Esta wea no puede acabar acá”, concluyó luego de tanto pensar, para pasar finalmente a pegarse una macaca de proporciones bíblicas con la Marce en mente.
Pasaron así un par de dias, hasta que contándole de su drama cachamoroso al David, este weon le dijo “oiga perrito, yo me voy de vacaciones el jueves, te puedo pasar las llaves de mi depto y así te la podís llevar pa’lla si querís, y aprovechai de darle comida a mi gato y de pegarle una regada a las plantas… pero cambiai las sábanas después si conchetumare, no las quiero con ketchup a la vuelta”. Perfecto, era exactamente lo que necesitaba. Una tremenda coartada. “Y por qué este hueon no la invitaba a su casa o a un motel”, se preguntarán uds… la respuesta es porque la mina nunca accedía a ir a la casa de este hueon, ni tampoco respondía a las invitaciones explícitas para tener sexo. Por lo tanto esta era una buena opción.
Para el sábado siguiente, el Rober había invitado a la Marce a salir a tomarse alguna cosita. Habían pasado 3 semanas desde el fallido intento anterior, “así que si esta guliá nicagando anda de nuevo con la ruler y ya debe haberle salido alguna otra gueá en el horóscopo, como no le va a haber salido que le preste el mono al primer hueon que se le cruce nomas??”, pensó nuestro héroe. Pasó a buscar a la niña, y este weón estaba tan caliente, que su claridad mental se vio algo alterada: mientras cualquier hombre con dos dedos de frente primero la habría invitado a unos copetes así como para entrar en confianza,  y luego de eso la habría llevado al elegante y pomposo depto del David ubicado en el exclusivo sector de El Golf, este weon no se pudo aguantar tanto rato. En una maniobra de calidad galanterística más que cuestionable, de entrada le dijo “oye, pero antes que vayamos a tomar algo, tengo que pasar a la casa de un amigo, me acompañai?”
La Marce se vio algo confundida con los planes ofrecidos por su galan, no muy convencida aceptó, y pasó a preguntarle que por qué tenían que pasar ahí primero, intuyendo algo medio raro.
Es que este hueón se fue de vacaciones entonces tengo que pasar a darle comida a su gato
Mala volá. La mina claramente desconfiada acompañó a Roberto. Una vez dentro del depto, este hueón le dijo a la mina que se sentara y que se pusiera cómoda, mientras este hueón se demoraba mucho más de lo necesario en alimentar al animal, así como para estirar el chicle. Le ofreció algo de tomar, y la mina le pidió una cerveza. Por suerte el David había dejado un par en el refri. Una vez terminada la labor doméstica a la que Rober había ido, se sentó con un par de pilsen en el sillón junto a la Marece. Algo más distendido el ambiente, comenzaron a conversar, echar la talla y besuquearse. Al rato Rober estaba tirando las manos cual Martín Vargas, y la mina no oponía resistencia alguna. “Ahora si que si mierda!!!!” pensaba este hueón.
Al parecer la minoca había quedado terrible caliente de la última vez y quería concretar lo que en aquella ocasión no se materializó, porque la cosa le estaba saliendo inusitadamente fácil a Robertito, tanto así que nuevamente despertó sospechas en su mente, pero prefirió no darles crédito.
Luego que la cosa estuviera virando hacia una inminente relación sexual, Rober tomó a la Marce de la mano y se paró del sillón.
Qué? qué pasa?
Dijo la Marce. “Vamos pa la pieza”, le dijo Rober con una sonrisa de ancla en l’ocico que ni un cañonazo en los cocos se la quitaba, ya comenzando a saborear los frutos de tanto arduo trabajo y de tantos años de espera.
Ay, no, mejor quedémonos acá
Respondió la muchacha. “Querrá culiar en el sillón”, pensó para sí Rober, “bueno, no será tan terrible si se lo dejo al David con un poco de olor a raja… de ahí le paso un trapo al tapiz”
Ahm, bueno, ya…
Le dijo Rober, al paso que comenzaba a desvestirla. Sin embargo la Marce lo frenó en seco. “No, no es que no quiera ir pa la pieza, no quiero hacerlo”
- “Pero como?!?!?! Por qué!?!?!?!?!?!?!?!”
- “Porque no nomas…”
- “Noooo poh, pero por qué poh, no se, si no querís esta bien, pero al menos dame una razón, si mira como estábamos”
- “Porque no… y ya”
- “Pucha… yapos Marce, me preocupa, estai bien?”, a esas alturas terriblemente ofuscado. La hueá ya era como musho.
Marcela no respondió. Solamente se reincorporó y se arreglló sus ropas. Se paró del sillón, se volteó a mirar por la ventana y su semblante cambió radicalmente. Algo de pena se podía desprender de su expresión facial y podía intuirse que en cualquier momento podía romper en llanto. Rober se preocupó de verdad. Quizás la mina lo estaba puro manipulando, quizás estaba puro agarrándolo pa’l hueveo y jugando con su calentura sus emociones. Pero quizás de verdad la mina tenía un problema. Nuevamente Rober apeló a lo más conciliador de su manual, se dirigió donde la Marce y la abrazó mientras le hacía cariño en el pelo.
- “De verdad te pasa algo?”, le preguntó
- “Sí……. y sorry, pero no puedo hacerlo”, dijo Marcela
- “No, si no importa, eso no importa, a mí eso me da lo mismo (saaaaa), lo que me preocupa es si no estai bien tú”.
- “En serio te preocupa?”, le dijo la loca algo asombrada por tanta calentura comprensión expresada por su compañero de aventuras sexuales
- “Pero obvio po, cómo no me vai a importar?… cuéntame, qué onda?”
El silencio de la Marce permitió que este weón comenzó a pasarse todos los rollos del mundo por la cabeza. “La regla nicagando, le vino hace 3 semanas así que de nuevo no, a menos que sea una mentirosa reculiá… y si me está agarrando pa la paipa? demás que sí, si igual debe cachar que estoy verde por chiflármela, no creo que pase piola”. Así siguió elucubrando conjeturas y teorías sobre la negativa de Marcela para concretar el sacro acto del coito
- “Prefiero no contarte”.
Nicagando. Rober no había llegado hasta ese punto para conformarse con ello. NECESITABA una explicación decente.
- “No poh, mira como estai, como no me vai a contar? Si es algo grave, sabis que podís confiar en mi”
Se anotó un punto a su favor. Marce lo miró con su mejor cara de amor y le dijo “que eris lindo, por eso te quiero tanto, no se qué habría hecho todos estos años sin tí”. Sin duda que al Rober se le ocurrieron muchas respuestas para dicha afirmación, partiendo por un “no se voh pero yo me habría tenido que pajear pensando en otras weonas”, y otras ideas aún más flaites que es mejor no publicar. El abrazo que le dio Marce encendió aún mas las pasiones de Rober. Deseaba esa respuesta casi tanto como pisarse a esta mina.
- “Ya… te voy a contar… pero prométeme que no me vai a juzgar ni me vai a retar”.
- “Lo prometo”. Ni weon.
- “Ok…… ya… lo que pasa… ay”
- “Tranquila, dime nomas…”
- “Ya… lo que pasa, es que… ¿te acordai de la Xime, mi amiga?”
- “Sí… qué pasa con ella?”
- “No, con ella directamente nada… pero te acordai de su pololo?”
- “Sí, algo, creo que una vez lo ví en un carrete”, respondió Roberto, rogando que lo que Marcela estaba a punto de contarle, no fuera lo que él estaba pensando.
(Continuará...)
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jovenfigaro · 1 month ago
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El weon más caliente del mundo (parte II)
El motor del automóvil nuevo del Rober rugía de manera furibunda. Este weon estaba demasiado caliente como para demorar siquiera un segundo más de lo estrictamente necesario. No podía esperar más pa chantarle el pate en la alcancía de carne a la Marcelita.
AAYYYY, pero por qué vai tan rápidoooooo, anda un poco más lento, querís que nos matemos???
le dijo la loquita.
- “Por qué tan apurado pa ir a dejarme a mi casa?”, prosiguió.
- “Como que ‘ir a dejarte’? no que íbamos a ir los dos a tu casa?” replicó Rober.
- “Sí pero es que estoy sola… entonces en verdad me da como un poquito de no se qué que entris tú también”, prosiguió la Marce
“PERO POR LA PUTA MADRE”, pensó Rober… esto ya estaba comenzando a pintar para mal.
- “Eeeehh.. yapos… cuál es el problema? mejor así poh, estamos solitos sin que nadie nos moleste”, le dijo Rober ya imaginándose a la Marce completita en pelotas, pero esta vez no para estimular una paja sino que como una posibilidad real de tener frente a sí.
Marce no respondió, y se quedó callada hasta que llegaron a su casa. Cuando llegaron, Rober estacionó el auto e hizo ademán de bajarse.
- “En verdad querís pasar?”, le preguntó Marce deslizando un cierto dejo de inseguridad en el tono de sus palabras
“No mierda, me quiero quedar acá esperando que lleguen tus viejos pa entrar a tu casa”, pensó en decirle Rober, pero se contuvo y su respuesta fue otra
- “PERO PERO OBVIO!!!!!!!”, le respondió el weon, a esas alturas más caliente que rodamiento de tanque
- “pero a ver… ya… lo que tú queris… o sea… tú queris que nos acostemos? querís que lo hagamos??”
En ese momento Rober ya estaba más o menos enchuchado y quería puro decirle
“SI PEUCA CULIA, ME TENIS MAS CALIENTE QUE LA CONCHA ‘E TU MARE Y ME HAI HECHO ESPERAR COMO UN SOBERANO AWEONAO TODA LA NOCHE, QUÉ POR TODA LA NOCHE, POR CASI 6 AÑOS AGILA CULIA, MÁS ENCIMA ME HACIS MAMARME AL OTRO SACO WEAS QUE TAMBIÉN QUERÍA PURO CHANTÁRTELO, ASI QUE MAS TE VALE QUE TE HAYAI LAVAO LA CHANFLA CON SAPOLIO PORQUE TE VOY A DAR TANTO QUE VAI A TENER QUE APRENDER A CAMINAR DE NUEVO ZORRA CULIA RECULIA Y LA ZORRA CULIAAA!!!!”.
En realidad no podemos culpar a Robertito. Era lo que cualquier hombre como ud o como yo habría querido decirle en un momento de tamaña tensión. Mas por suerte no se le había ido el 100% de su sangre a la pichula y algo le quedaba en el cerebro. “Eehh… o sea, no, no se, entremos, pa que nos demos unos besitos, no se, pa que no estis sola poh, imagínate, pueden entrar a robar a tu casa o algo y tu ahi sola, mejor te acompaño poh, además pa que estemos otro rato juntitos”.
Gracias a esa gran respuesta, nuestro héroe se ganó el pase al inmueble de la lolita. Una vez dentro, este weon juraba que la hueá iba a ser una vil película porno, sobretodo después de que la chiquilla le dijera “pasa a mi pieza, yo voy a ponerme algo más cómodo por mientras. Qué le dijeron!!!! este weon se pasó todos los rollos del mundo por la cabeza. “Seguramente se fue a poner un portaligas. O no, quizás tiene un traje de enfermera guardado y lo va a usar ahora!! Y si en volá llega derechamente en pelota? Yo cacho que eso va a hacer, porque si se pone cualquier otra wea…”, cuando sus rollos se vieron interrumpidos con la aparición de Marcela.
Para desgracia de todos los lectores, quienes de seguro esperaban una acabada descripción del atuendo que Marcela se había ido a poner para incitar sexualmente a su compañero, la chiquilla no se había puesto nada de lencería erótica, ni mucho menos un disfraz con tintes sexuales. Menos aún llegó desnuda. La mina llegó con un pijama de franela más feo que chirlito en los cocos, que parecía Teletubbie la weona. No cuesta imaginar que la decepción de Rober fue gigantesca.
“Yo me voy a acostar”, le dijo Marce, mientras se tiraba al lado de él, en su cama, y se tapaba con las frazadas sin dejar niun centímetro cuadrado de su cuerpo a la vista.
Esta wea no podía estar pasando. ¿Qué mierda era esto? ¿Una broma o una pesadilla? La mina con la que este gil había tenido fantasías sexuales por años estaba durmiendo al lado de él, ebria, y con la casa sola, y este weon ahí, sentado como los giles sin hacer nada. Cientos de sueños húmedos, millares de manflinflas protagonizadas por aquella mujer… y este baboso de mierda sin poder concretar. No señor, no estaba para esto. Apeló a lo más selecto de sus técnicas de galantería y comenzó a acariciarla sutilmente, sin ser invasivo ni molestoso. Sus acciones tuvieron efecto más que inmediato, pues al par de segundos, estaba besuquéandose de nuevo de la manera más ferviente posible con Marcela. Lo estaba logrando, estaba a punto! Había logrado dar vuelta la situación y las condiciones estaban dadas, era la oportunidad que toda la vida había esperado… cuánto había anhelado esto, iría a ser como se lo imaginaba? Su calentura excedía todos los límites que el mismo conocía.
Rober le sacó la parte superior del poco sensual pijama a su chica, cuando ella lo detiene y le dice “NO……. para….. no puedo”
QUE… QUE… QUÉ?!?!?!?!?!?!?!?
- “Es que no puedo… no… es que mejor no…”, respondió Marce.
- “PERO POR QUE NO!!?!?!??!?!?!?!?!?!?!!?” gritó sumido en desesperanza nuestro amigo
- “Porque no nomas, no puedo”
- “Pero por algo debis no poder poh, o sea, si ya estamos acá, no se poh… te pasa algo? no te gusto?”
- “No, no es eso”, dijo la lolita
- “Entonces qué poh”
- “Nada, ay, no te puedo decir… no puedo nomas, y ya”
- “Pero como?!?! y si no podiai, por qué me invitaste a pasar y me hacis venir hasta acá?!”
- “Ah, entonces lo único que queríai era tirar conmigo… no te importaba nada más de mi, si me quedaba sola aca y me pasaba algo, o cualquier cosa…”
Cazador cazado. Rober pensó meticulosamente las palabras con las que iba a responder aquello sin delatarse.
- “Ehh… ah…. mmm… nooo, nada que ver, si no es eso… lo que pasa es que eehh…. ahmm… no se, te veis tan linda hoy, que como que me dieron ganas”
- “Ay… en serio encontrai que hoy me veo linda? bueno igual tu siempre me decis que me veo linda”, dijo Marce
Rober tuvo que hurguetear dentro de su mente para pillar lo más selecto de su manual…
- “Si pero es que hoy te veis distinta… tenis como algo especial, no se, aparte de lo linda que te veis siempre, hoy te veis como mas atractiva… como mas rica”
Fue suficiente para que la muchacha cayera. “Ay si, mira Rober, si en verdad yo también quiero hacerlo…”, le dijo, mientras comenzaba a agarrarlo a besos. Las ilusiones de aquel hombre volvían a encenderse cuando vio nuevamente ante sí la inminente posibilidad de al fin afilarse a la Marce. Luego de trajinarla un rato y de que volaran un par de prendas por ahi, comienza a sacarle los calzones cuando las manos de ella lo detienen en seco, y de manera abrupta, firme y resolutiva, le dice
NO….. ay… es que no… en serio… no, mejor no… no puedo hacerlo…
Era musho. Pero el Rober sabía que si expresaba su rabia, se iba todo a la mierda. La opción era adoptar un tono más conciliador para ver si de una puta vez saltaba la liebre
“OK… a ver, cuéntame… por qué no puedes?”, le preguntó. “Es que me da plancha contarte”. A esas alturas nuestro compañero tenía más o menos claro que esa noche ya no le iba a echar el pato a la mina como tanto había soñado, pero al menos quería salir de la curiosidad y saber por qué mierda no había resultado lo que en un comienzo pareció tan simple y fácil. Fue tanto lo que huevió el pobre cabro, que al final esta loca terminó por acceder a contarle.
“Pero prométeme que no te vai a enojar ni me vai a molestar”… le dijo Marce antes de largar toda la verdad acerca de su negativa a empotarse con Roberto.
(Continuará...)
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jovenfigaro · 1 month ago
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Edward Gorey, American Artist and Writer
"The Sea Monster"
An illustration from the book 'The Tuning Fork'
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jovenfigaro · 1 month ago
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jovenfigaro · 1 month ago
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jovenfigaro · 2 months ago
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Mark Rothko Untitled, c. 1968 on paper © Kate Rothko Prizel & Christopher Rothko / ARS, New York
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jovenfigaro · 2 months ago
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'Nereids Worshipping the Moon' by Moritz von Schwind, (1804-1871)
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