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lalenguasetraba · 5 months ago
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La democracia funcionó, pero ahora parece un dispositivo obsoleto.
Mi primera Marcha fue del orgullo, 17 años. De ahí en adelante la mayoría fueron por protestas por decisiones políticas, sociales, económicas y medioambientales de los gobiernos entre 2010 y 2017. Nunca se llegó al congreso, siempre se terminó en bombardeos de gases-lacrimógenos, agua sucia, algunos pequeños tachos de basura quemados y palos de policia en cuerpos de muches. Me he llegado a pelear con un policia, felizmente nunca me detuvieron, me salve de salir bastante ilese de que una lacrimógena rebote en mi espalda. He leido manuales e ideas para combatir a la policia durante las manifestaciones, logré hurtar a mi abuelo mascarilla para poder "resistir" los gases, he sabido escabullirme durante largos años e ir a alguna que otra asamblea que se organizaba por ese entonces. Cuando llegué a Buenos Aires y fui a las primeras marchas me parecían un pasacalle de pancartas, gritos y muy poca protección, mientras yo estaba con todos los sentidos alertas me preguntaba ¿Así son las marchas? La mayoría de veces terminaban en tomar mate o birra en una plaza cercana, comer pizza y seguirla con les amigues. En Lima todo terminaba en llegar a casa sin ser atrapade por la policia, con rabia, enojo, dolor, escuchando las quejas de mi madre, que es muy peligroso y que me podía pasar cualquier cosa. Mi vieja tiene esos traumas del fujimorismo donde desaparecían estudiantes en los primeros años de los 90, entre otras atrocidades del gobierno y otras en manos de Sendero Luminoso.
En terapia me fui enterando que el sentido de alerta y ansiedad con que me manejaba fue en parte por ese contexto social en el que desarrolle gran parte de mi vida. Entendí que Buenos Aires es un poco una isla de latam, una isla muy grande por como se manejan o manejaban las protestas. Llevaron un par de años poder calmar mi sistema nervioso y trabajar ciertas ansiedades y de más temas en terapia. Algo que sí me asombra y me intriga cada tanto es el nivel de Activimos de les porteñes, quizá de demasiades argentines, esa forma de juntarse, debatir y accionar con respecto a un fin, me parecía nunca antes vista en ninguna calle o Avenida de esta Sudamerica. Sin embargo; ahora siento como si esa alerta solo fue puesta en pausa, que la corriente del extractivismo en un mundo donde la extrema derecha se afirma, se ríe y retumba como una marea amarilla verdosa y altera el sistema nervioso de varies.
Hace una semana aproximadamente me enteré que un compañero, una trans-madculinidad, se quitò la vida. Casi todas las semanas veo historias en instagram, mensajes de wsp en grupos o amigues al juntarnos decir que tenemos la salud mental al límite, que nuestros estándares de bienestar bajaron a niveles irrisorios; yo siento que dentro de todo, no estoy tan mal, siento que dentro de todo estoy en un buen momento, porque sé el nivel de salud mental con la que me fui de Lima no volverá.
Entonces pienso en Lima, pienso en el pequeño viaje de apenas dieciocho días que estuve e hice el enorme esfuerzo de generar una burbuja de fuerza interna, con aquello que trabajé durante seis años en la migración a Buenos Aires, además de haberla extrañado, de extrañar mi país y enfocarme en resolver temas familiares, personales y disfrutar lo máximo que pudiese con quienes amo y extrañé tanto. Saberme en parte turista de mis propias calles y costumbres ayudó un poco y a la vez pudo darme distancia para observar.
Pienso en que el tema de salud mental está aún peor que en Buenos Aires, el tema social está intervenido por una corrupción que no lleva uno o dos gobiernos sino más de veinte años; haciendo que la mayoría de la población aprenda a vivir con la indignación, la rabia, la desesperanza y por ratos la valentía de posibilidades; donde el Activismo es sinónimo aún de terrorismo y acusaciones o de muerte en manos de intereses personales o de grupos que no desean para nada que el statu quo sea alterado.
¿Qué harían les argentines o les porteñes actuales si en una marcha matan a personas? Hace poco casi matan a un periodista, en Perú en los primeros quince días de Dina Boluarte mataron a veinticunco personas, algunos menores de edad; de ahí en adelante todo se volvió un tanto más desolador para muches pobladores, ahora hay una necropolitica en las tierras del Perú.
No hago esta comparativa para decir que no debería existir queja y decir "estamos bien" No, nada está bien en estos momentos apenas y nuestras amistades, redes o espacios de contención están bien y no deberìamos esperar ni una sola muerte para salir y querer resetear todo, hago esto porque me pregunto ¿cuánto tiene que pasar? ¿cuántos derechos nos tienen que quitar? Se está cuestionando qué significa o cuánto vale monetariamente cada uno?
Latam siempre es el patio de recursos de todo tipo para quienes hoy se pelean y amenazan con otra gran guerra si no estamos para el abastecimiento del lado que desean. En esta parte del mundo, cito a Suely Rolnik, " el males-estar supera el umbral de tolerabilidad: el trauma". Vivimos en constante perplejidad, el pavor y frustración ante pensamientos extremos en conservadurismo, odio y aniquilación de posibilidad a algo distinto, a la diversidad, cualquiera que estorbe los planes de poder consolidar esa nueva fase del capitalismo; con una economía "estable", una economía de información apagada pues hace poco el actual presidente Donald Trump ordenó borrar datos estadísticos de los últimos veinticinco años y no hacer más público las cifras de inflación, empleo y el PBI, un neocapitalismo o como dijo Guatari por los años 80, "Capitalismo mundial integrado"
Pienso y retorno, la importancia de marchar, la importancia del cupero ¿cuánto resiste un cuerpo? ¿cuál es el límite del trauma? ¿cómo se trata? ¿cuáles serán los síntomas del estrés postraumático de aquí a unos años? ¿cómo hicieron nuestros antecesores para mantenerse y mantenernos? Y en esa última pregunta veo un tramo con posibilidad de esperanza porque creo que si ellos sobreviviron a esos episodios o momentos complicados y traumáticos, así como cada une sobrevivió a sus propios traumas, haciendo terapia, transformándolos en historias, en cuadros, en una impulso de organización, creo que podemos aferrarnos a eso, por ratos y por ratos descansar, darle el peso digno que nos merecemos todes del descanso que hoy nos quitaron y llenaron de productividad ilimitada sin fronteras, descansar para contar los traumas en las plazas, en las calles y avenidas, con dolor y rabia renovada en búsqueda de nueva brisa fresca que nos lleve a recuperar el sentido de la vida.
Convoquemonos por el deseo de actuar y de posibilitar subjetividades diversas, a quejarnos y aceptar que el dispositivo de la democracía quedó obsoleto y que si queremos ponerle el prefijo neo, se tome, se observe, se critique, se recupere lo que nos sirve y se le suministren nuevas piezas, como cuando cambiamos de celular o yendo a algo más macro, cuando cambiamos y asimilamos una nueva tecnología.
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