leeeey

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Martes, 13 de abril de 2021

Ya sé que te lo he pedido muchas veces, Ley, pero perdón un día más.

Perdón por haber tenido que fallar tantas veces para volver a ti, 

perdón por haber tenido que sacar tanto miedo y tanta rabia, tanto fuego y tanta llama, al ver que otros no me daban lo que yo debería haberme dado.

Perdón por hacerte saltar por los aires, 

cuando sentía el frío de haberme alejado de ti,

incendiando todo lo que había fuera,

cuando la explosión estaba dentro.

Perdón, por haberte hecho pasar por todo eso,

por haberte hecho luchar en muchos coliseos distintos,

en vez de quedarme en casa hasta que estuviese lista.

Te pido perdón todos los días,

intento entender lo que pasó, reviso todas las jugadas, pero ya no más.

No soy perfecta, no me arrepiento por no serlo, no me avergüenza mi interior, ni mi exterior, 

cometo errores, cometo muchos errores, 

pero aprendo el doble, si caigo dos metros, salto cuatro,

si me quedo al fondo del acantilado, no me para nadie hasta que piso la cima.

Pero a veces me paro yo, me culpo por haber caído, por no saber escoger las piedras buenas a las que agarrarme, por no tenerlo todo bajo control ni conocerme de verdad.

Te pido perdón y me perdono a la vez,

no he sido mi mejor versión, no he luchado por ti, no me he fiado de ti, no he seguido mi instinto,

no he apostado todo por ti, he dejado la garra escondida mucho tiempo,

me he dejado vencer por el miedo más veces de las que me gustaría,

te pido perdón y me perdono,

por fallar, por estropear momentos, por hacer saltar las chispas y no parar hasta arrasar con todo el campo,

te pido perdón y me perdono,

por avergonzarme de mi misma en su momento, por dudar, por no irme cuando debí hacerlo, por no dejar cuando sabía que no era recíproco, por saltarme todos los semáforos simplemente por las ganas que tenía de llegar,

te pido perdón y me perdono,

por poner el placebo por delante del alma, por perseguir en lugar de atraer, por coger los prismáticos por miedo a ver demasiado con el telescopio, por miedo a no ver.

Te pido perdón y me perdono,

porque tengo que dejar muchas heridas, tengo que olvidarme cosas por el camino, para que la travesía valga la pena,

porque no puedo conquistar cada poblado,

porque no me van a recibir con los brazos abiertos si no me quieren,

pero no pasa nada, porque eso solo significa que me queda camino por explorar,

y me está gustando mucho,

te estoy descubriendo, las sombras y las luces, la selva y el oasis,

y he decir que, no eres perfecta, pero aprendes como nadie,

no eres perfecta, pero aceptas y corriges,

y da igual que la Ley de hace unos meses no sea tu mejor versión,

porque eso sólo significa que ya te has dado cuenta y de que lo mejor

está por venir.

Te pido perdón y me perdono, Ley

porque no pasa nada por seguir siendo una alumna, y no el maestro.

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Domingo, 11 de abril de 2021

‘Se aprende perdiendo’ me dijo mi abuelo.

Y he tenido que perder muchas cosas para darme cuenta de las que estaba dando por perdidas sin querer afrontarlo.

He tenido que perder cosas que pensaba que necesitaba, para ver las que estaba echando a perder por no querer necesitarlas.

Y sí, me he dejado vencer por mí misma, por no querer afrontar lo que me tocaba terminar. Por no querer dedicar tiempo a mis propias obligaciones. Por no invertir en lo mío, y luchar siempre por lo de fuera. 

Por miedo a mis propias batallas, creaba nuevas.

Por miedo a mis propias batallas, buscaba otros campos en los que ganar, o perder. Para hablar de esas peleas y no centrarme en mis derrotas.

Se aprende perdiendo,

y he tenido que perder lo que no necesitaba, para valorar lo que sí.

He tenido que perder lo que no necesitaba, para volver a mi coliseo y recuperar lo que es mío. 

Para volver a mi coliseo, pedir perdón por haber huido y prometer, aún con la grada en contra, que me ganaría su respeto otra vez.

Aún con la grada en contra, me levanto de madrugada para entrenar, y lo voy a repetir el tiempo que haga falta hasta ganar mis batallas.

Aún con la grada en contra, confío en mí. Acepto sus dudas, me responsabilizo de mi culpa, y prometo, a mi y a todos, que no voy a salir de mi Coliseo hasta que deje de estar en ruinas.

He tenido que perder, sí,

pero no volverá a pasar.

Perdón y gracias, y a seguir trabajando. 

Lo que gane será lo que me merezca.

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Sábado, 10 de abril de 2021

A veces Ley eres el mar,

a veces paseas por el borde y te da igual quién se queda detrás

a veces notas el sol en la piel, el aire en los pulmones y el tiempo parado,

a veces te asomas, miras la caída y te ríes,

y sigues paseando.

A veces Ley eres una presa,

a veces pareces en calma y bajo control,

se te refleja el arco iris cuando rozas la orilla 

y el sol se pone en tu horizonte y todo parece mágico,

a veces se abre la barrera,

y sales a caudales, lo llenas todo, no sabes parar y te quedas vacía.

A veces Ley eres esa persona que lo observa todo,

que tiene templanza, paciencia y seguridad en sus siguientes pasos,

a veces paseas por tu orilla y tomas el sol, sin miedo a las olas, porque sabes calmar el mar

a veces, te acercas demasiado al borde una noche de temporal, y te dejas llevar.

A veces Ley, te olvidas de que lo eres todo a la vez,

de que todo son fases y pasos,

de que no sirve de nada correr si no miras el mapa de vez en cuando,

de que a veces, tomando desvíos encuentras un paisaje precioso,

y aunque sepas que quieres seguir tu camino, te paras un rato a mirar.

A veces Ley, te olvidas de ti,

de darte tiempo, ánimo y perdón,

de que hay que dejar que el aire salga del horno antes de cerrarlo,

de que aunque esté un poco abierto, no se va a quemar la casa.

A veces Ley, te centras tanto en el horizonte, que no ves la orilla,

te agobia mojarte los pies pero quieres echar a nadar,

y si te entra frío o miedo, no pasa nada si vuelves a la toalla un poco más.

A veces Ley, tienes que dejar de intentar y descansar.

Gracias por fallar y gracias por probar una vez más.

[leeeey]

Martes, 6 de abril de 2021

No puedes dar nada por hecho.

Que un sábado estás cantando mientras te llevan por carreteras como serpientes, y un domingo estás esperando a la grúa.

Que un sábado crees que puedes con todo, y un domingo te das cuenta de que eres muy pequeña.

Que un sábado estás infravalorando lo que estás viviendo, y un domingo te sientes estúpida por no haber visto lo privilegiada que eras.

Que un sábado piensas en lo que te va a costar la gasolina del coche, y un domingo en todo lo que te va a tocar trabajar para volver a conducir.

Que un sábado te quejas de que no puedes ir más allá, y un domingo la vida te dice ¿si? pues ya no puedes ir a ningún lado.

Que un día tienes la libertad esperándote en la calle de al lado, y al día siguiente te das cuenta de la suerte que tenías de poder admirarla.

Que un sábado piensas que tienes todo bajo control, y un domingo te das cuenta de que no sabes nada.

Coño, que tenía un tesoro conmigo y se me ha ido cuando menos lo esperaba, que sólo me queda aceptarlo, afrontar las consecuencias y trabajar para merecerme el siguiente.

Que no te cuidé del todo como debía, aunque pensase que si.

Que tendría que haberte tenido en una burbuja y no dando brincos por los baches.

Que el día que más energía tenía, se te acabó la tuya.

Que ojalá devolver todo lo que me han dado cuando te trajeron aquí, pero es imposible. Ojalá acercarme algo a todo lo generoso que hubo en ese regalo, aunque me toque aprender a hostias.

Que fuiste el acto de amor más grande que me mostraron nunca, y el que menos agradecí.

Y te agradezco ahora que te vas, porque ya no puedo deshacer lo que ha pasado.

Pero te prometo que sigo dando gracias por ti todos los días, aún cuando ya no me des más. Porque has aguantado a la Leyre más explosiva del mundo, y en vez de dejarme caer a mi, has reventado tú.

Que soy gilipollas por haber dejado ir esa oportunidad que me pusieron en bandeja, pero llevo tu tapacubos conmigo y el cuerpo manchado de grasa. Que las ojeras de ese día y la ropa destrozada fueron tu luto, y te mereces más.

Estarás en mi pared, por encima de mí, para recordar que a veces tengo que arrodillarme yo, por todos lo que en su momento lo hicieron por mi. 

Perdón y gracias hermano, tienes manchas y golpes de lo que no tengo tatuado en la piel, pero grabado a fuego en el pecho.

[leeeey]

Viernes, 2 de abril de 2021

Soy una viajera, siempre lo he sido.

No puedo estar quieta ni en mi cabeza, ya puedo estar sentada en mi habitación que mi mente pasa de lo que acabo de ver en la carretera, a una conversación de hace 3 semanas, a cómo estaba sentada viendo la NBA la noche anterior, a un recuerdo de hace un año, de vuelta a una conversación de hace 2 días y de ahí a mi silla otra vez.

La tranquilidad no se queda mucho tiempo, no le dejo, y mira que nos estamos llevando muy bien. Es como si, cada vez que me tumbo a tomar el sol, cada vez que me quedo en silencio, sin distracciones, sin pensamientos, sin problemas en general, entro en un estado de agobio al instante y mi cabeza busca un problema en el que pensar, como si no se creyese que no hubiese ninguno. Como si no se creyese que puede vivir tranquila, sin preocuparse constantemente por algo.

Supongo que no se no vivir alerta, es la primera vez que puedo bajar la guardia y es justo la calma lo que me pone nerviosa estos días.

No sé vivir sin guerra, no sé dejar las riendas sueltas, bajarme de la torre de vigilancia y tirarme en el césped a descansar.

Ley, que ya no hay batalla, que has echado a quién tenías que echar de tu castillo, se ha ido la nube negra que no te dejaba salir y el foso ahora está lleno de flores. Que tu muralla se ha convertido en un oasis, disfrútalo.

Que te lo encontraste vacío, con una semillita recién germinada en el centro y decidiste quedarte a cuidarlo.

Que cada día, has salido a ver el sol, a regar tu parcela y a construir tu nueva casa. 

Que ya no hay fronteras, todo son puentes.

Que un mes después, tienes el jardín de Versalles, y día tras día, estás más cerca de la selva.

Que la parcela de tierra seca y agrietada se ha quedado atrás, que tú sólo estás aquí, que la Ley que nos importa es la que se ha despertado hoy y ha cumplido su palabra un día más.

Que la Ley de ayer era increíble y fuerte, y la Ley de mañana promete como nunca, pero la única que existe e importa es la de hoy. La única que existe e importa es la que cuides cada día, la que cumple todo lo que se propone y más, la que falla pero aprende el doble, la que baila aunque haya dormido 3 horas, la que se mira al espejo y cada día se reconoce más, la que se escucha, se perdona y se acepta. 

La que se quiere Ley, porque todavía no te conozco del todo, pero cada día me llamas más, y, no sé, que no puedo irme a la playa pero el viaje que estoy empezando contigo es el único que necesito.

Que estoy muy orgullosa de decir que tú eres mi casa.

[leeeey]

Pero lo hace porque algo dentro de su mente le castiga. Mejor no le jodo y dejo que le joda la vida, porque no hay mayor verdugo que una conciencia intranquila.

Sweetpain

[leeeey]

Incluso el sol ciega a ratos.

Cuesta,

cuesta recordar que toca aceptar cosas que no comprendes,

sin más, sólo puedes aceptarlas y seguir adelante.

Cuesta,

cuesta tener que aceptar la cantidad de gente que no quiere hacerse responsable de sus actos,

que atropella y se fuga,

cuesta tener que aceptar que igual nadie sabrá nunca lo que hicieron,

que sólo lo sabes tú que estás sangrando en la carretera

y él que corre para negar lo que ha hecho.

Cuesta,

cuesta tener que aceptar que igual hasta se le pongan los semáforos en verde,

y a ti te cueste dos semanas en cama y rehabilitación.

Cuesta,

cuesta tener que aceptar que tú esperas justicia e igual no llega.

Igual no llega, de la manera que tú esperas que llegue.

Igual esperas que el conductor tenga un accidente,

pero tu justicia llega en forma de alta voluntario y ninguna secuela.

Igual esperas que le pare la policía,

pero tu justicia llega en forma del enfermero que te cuida cada día.

Igual tienes que dejar de esperar lo que crees que quieres,

y dejar que te llegue lo que necesitas.

Igual tienes que dejar de esperar simplemente.

Y en ello estás,

y desde que no esperas nada,

la vida te lo está dando todo.

Desde que te olvidas del arcén,

la vida te ha metido en la ruta 66 y cada día tienes una moto nueva.

A veces, el tobillo te da un pinchazo y recuerdas que te lo torciste,

y que todavía no está curado del todo,

pero te da el viento en la cara,

te ciega el sol,

la gasolina cada día dura más

y cada autoestopista que te cruzas te sonríe como si fuese el último.

Y es ahí,

en cada sonrisa,

en las suyas y en la tuya,

cuando ya no esperas que le pase nada a nadie,

si no que te siga pasando todo a ti.

Y gracias,

porque un día más,

todo el daño que me han hecho, 

está pagado.

Cuídate y suerte,

que a mi ya no me hace falta.

[leeeey]

Martes, 23 de marzo de 2021

No sé, me está gustando mucho esto. Estoy redescubriendo muchas cosas pero con la sensación de no haberlas vivido del todo bien nunca.

No sé, me estás gustando mucho tú, Ley. Estoy redescubriéndote pero con la sensación de no haberte conocido del todo bien nunca.

No sé, me están gustando mucho las mañanas, siempre lo han hecho, pero ahora madrugo distinto. Es como si mi cuerpo se hubiese reencontrado después de mucho tiempo, todo funciona, todo continúa, como un mecanismo que se ha limpiado para que fluya otra vez.

No sé, me están gustado mucho los planes, es como si antes no hubiesen podido pasar porque todo lo demás no estaba a su altura. Como si hubiesen estado esperando a que llegase, pero a que llegase yo de verdad. Libre, consciente, con la mente clara y el corazón abierto.

No sé, me está gustando aprender cada día algo sobre mi, es como un viaje constante hacia mi misma y engancha. Creo que es el nivel al que no conseguía pasar, llegaba al final del anterior y moría, y tenía que empezar la partida otra vez.

No sé, me está gustando haber muerto en esos mil intentos y haber conseguido ascender ahora. Coño, que lo veo todo claro, y la idea de ver las cosas claras que tenía antes no es nada comparado con esto. Que me he cambiado las lentillas y me ha cambiado el mundo de color. Que no sé dónde estoy, pero sé que no echo de menos donde estaba antes. Que hay días que veo el pasado y todavía no sé por qué me alejaba de mí, no sé qué es lo que me asustaba tanto de este sitio como para correr en dirección contraria. 

No sé, que voy pasito a pasito pero me encantan las vistas.

No sé, que me da cosa mirar atrás por si me resbalo, pero sé que Ley no me dejaría caer. Se que se reiría y diría ‘Venga tú, levántate coño que llegamos tarde’.

No sé, que no voy a cortarme las alas nunca más, no sabía cuánto las echaba de menos. Que canto hasta levantándome a las 7, que me quedo dentro del volvo con todo apagado sólo por terminar de bailar una canción, que me estoy poniendo morena en puto marzo, la vida es una maravilla joder, Ley, ¿dónde estabas?

Ah, y gracias. Todos los días.

[leeeey]

Domingo, 14 de marzo de 2021

Que mi victoria es vuestra se repite.

Que no sé ni en qué día vivo de lo surrealista que está siendo mi vida estas semanas, 

Que la vida no para de dejarme claro que estoy en el camino correcto,

Joder que Leyre ha vuelto y cómo la echaba de menos.

Cómo echaba de menos lo que se reía la vida conmigo,

las historias de gente aleatoria que se planta en mi vida,

las quería de vuelta y madre mía si han vuelto.

Que me preocupaba no poder ser la misma, no vivir lo que vivía antes,

y, coño, no me has dado un puto respiro, 

se han abierto las puertas del embalse y voy flotando por encima de la corriente.

Que me sentía estancada,

cuando sólo tenía que levantarme y seguir caminando,

que lo que soñaba con hacer y vivir me estaba esperando,

mientras estaba sentada mirando a la pared.

Que nada más levantarme y alejarme del bordillo, se me han puesto todos los semáforos en verde y he olvidado lo que me hacían sentir los peajes.

Que mi vida me estaba esperando a que volviese, y yo no hacía más que ir en dirección contraria,

Pero, ¿no ves lo feliz que estás?

Leyre, que en 5 días de mierda has hecho lo que esperabas hacer en un año, que has escalado, has salido de fiesta, has estado con desconocidos, has vuelto a correr, has dormido en casas ajenas, has jugado al puto pádel, te has quemado la espalda y el pecho, ha aparecido Pablo, te has hecho amiga del camarero nada más entrar y has acabado en la mesa y de la mano de quién no podías parar de mirar, ¿y te estabas perdiendo todo esto?

¿Y tú tenías miedo de no ser la misma? 

¿Y tú tenías miedo de no saber volver al partido? ¿De no recordar cómo eras antes?

No necesitas demostrar nada a nadie, y tienes que seguir tu camino, pero necesitabas saber que podías, y la vida te ha recordado sólo una pincelada de los cuadros que sabes hacer. Ahora deja el pincel y sigue bocetando, que vas bien.

Coño Leyre, que no es que te estés reconstruyendo, es que has aparecido con un buldócer a demoler un bungalow, que te sobra energía como para acabar siendo patrimonio de la humanidad. 

Que la llama se ha vuelto a encender y lleva medio bosque ya.

Estoy muy orgullosa de ti, que tienes una garra que asusta al que quiere controlar, porque no sólo lucha, también abraza y crea, y eso es jodidamente único.

Que sé lo que quiero, o no lo sé, pero lo estoy haciendo igualmente, y me encanta.

Gracias, 

Un día más, todo el daño que me han hecho, ya está pagado.

[leeeey]

Domingo, 7 de marzo 

Joder, qué suerte tengo.

Gran parte de lo bien que me siento estos días, y cada día más, es vuestra.

Es tuya, que me recibes en tu casa a la hora que sea, el día que sea.

Es tuya, que me llevas con tus amigos la misma noche para que vea todo lo que me espera.

Es tuya, que me recibes con los brazos abiertos, me das tu chándal y tu cami del Paris Saint-Germain, me haces la cena, me pones un cubata, me haces la recena, me cuentas tus historias y me das una cama.

Es tuya, que te ríes conmigo y me picas como si llevásemos haciéndolo toda la vida.

Es tuya, que me llevas en moto a la parada del autobús para que no vaya sola.

Es tuya, que hablas conmigo todas las noches para que pueda irme a la cama tranquila, y lo consigo.

Es tuya, que juegas conmigo un día cualquiera a una hora cualquiera y me alegras el día.

Es tuya, que me preguntas todas las mañanas qué tal estoy, y aguantas las historias que me hayan pasado sean las que sean.

Es tuya, que vienes desde Tarazona a acogerme y arroparme como si me lo debieses.

Es tuya, que me preguntas qué tal estoy, coges mis llamadas, te plantas en mi barrio y me das la tranquilidad que a quién le correspondía no me ha dado.

Es tuya, que no he estado ni cerca de lo que me das y me lo sigues dando.

Es tuya, que sales de clase a las 21 y te plantas aquí para verme 10 minutos.

Es de toda la gente que prácticamente ni me conoce y ofrecen ayuda.

Es de toda la gente que no tiene la obligación de estar y está.

Es de toda la gente que no era consciente que tenía detrás.

Hostias, que tenía una puta nube negra encima, y estaba tapando un hall repleto de gente. 

Que sólo veía que una no estaba, en lugar de ver a las 80 que nunca se han ido y las que no paran de aparecer.

No sé qué he hecho para merecer esto, pero no puedo preocuparme por alguien que no me demostraba nada, cuando tengo a mil demostrándomelo todo. 

Pasaría mil veces por lo mismo con tal de que sigáis todos aquí. 

Todos me decíais que estuviese tranquila, que lo bueno se devuelve y que cada uno se acaba llevando lo que se gana.

Joder, que razón, si no ha pasado ni una semana y me habéis devuelto todo lo bueno que podría merecerme y más cada puto día, me habéis dado la tranquilidad que necesitaba sentir al instante.

No sé qué he hecho para merecerme esto, pero ya no quiero la lotería, me habéis tocado todos vosotros y todo el mal que me hayan podido hacer, ya se ha pagado.

Joder, sois la puta hostia,

Gracias.

[leeeey]

Martes, 23 de febrero de 2021

Hoy,

He vuelto a despertarme muy alegre, he podido empezar el día tranquilamente preparándome otro de mis desayunos favoritos y viendo una serie con personajes que me inspiran, motivan, enseñan y hacen reír.

Hacía un sol radiante ya desde que he salido de la cama, así que estaba claro que el objetivo era perseguirlo durante el día.

Por segundo día consecutivo, he salido del desayuno con una energía y unas ganas de comerme el mundo enormes, me he puesto la radio alemana que me da la vida y he empezado a prepararme para coger fuerza y buenas vibras haciendo ejercicio.

He cumplido un día más mi rutina mañanera de este año, que cada día disfruto más, he hecho ejercicio para mantener mis objetivos y el yoga que tanto me centra, me recuerda que soy dueña de mi cuerpo, de lo que soy capaz, que puedo conseguir lo que quiero, y, finalmente, me relaja y me deja flotando unos minutos al terminar.

He podido sentarme en el suelo del salón, en silencio, con los ojos cerrados, cogiendo el calor y la energía que me da el sol, y recibiendo e intercambiando amor y cariño con mi galgo favorito, los dos quietos al lado de la ventana.

He podido perder la noción del tiempo sentada en el jardín, a través de la vida de Samantha Power, un día más, y saludando al sol, otra vez. Ya he dicho que iba a perseguirlo. Hacía días que no se dejaba ver, y, cuando aparece sin avisar, hay que exprimirlo.

He podido descansar, recordarme cosas a mí misma y escribir para dejarlas plasmadas. Tengo la gran suerte de poder descubrir, recordar, cambiar y perdonar cosas todos los días,

He podido terminar la mañana con otra maravillosa comida, recordándome que no tengo ninguna prisa, que siga mi camino, que recuerde relajarme y aprender a no hacerlo todo. Dejar al universo que haga un poquito su trabajo. 

He podido disfrutar del campo veeerde verde y de ver a Nilo correr como descubriendo cada rincón, encontrando algo emocionante debajo de cada piedra, en cosas que ni nos paramos a pensar, por tener siempre prisa, aunque creamos que vamos tranquilos, no observamos, no descubrimos como antes. Una vez más, respirando aire fresco, sin gente, sin ruidos, sin mascarillas, dejando que el sol me cegase, otra vez, sí.

He podido ducharme y prepararme tranquilamente, el ritual de cada día, y elegir cómo voy al salir al mundo hoy, contenta, eso seguro. He vuelto a sentarme en el bordillo de un parterre al esperar el bus, no pienso desperdiciar ni 5 minutos a la sombra.

He podido tomarme un café, reírme y hablar con personas preciosas que siempre me acogen, apoyan, animan y distraen, con sus sonrisas, cumplidos, bromas, historias, y su simple presencia, son una maravilla todas. 

He podido trabajar en el tfg, un día más, estando segura de los pasos que estoy dando, continuando mis objetivos, cumpliendo lo propuesto. 

He podido llevar tu sudadera durante todo esto, dejando que me venga tu olor de vez en cuando, como si hiciese falta recordarme que estas ahí, aunque no estés.

He podido pasear, sin prisa, por las calles ya sin luz de Zaragoza, de camino al bus, el ritual de descanso después de un largo día, el ritual de vuelta a casa. Escuchando una electrónica que me lleva a otros mundos, no sé cómo, pero lo hace fácil, que me mete en ese aura de evasión, de estar sobre las nubes, de estar en el limbo entre despierta y dormida, descansando y sintiendo todo a la vez.

He podido cenar siguiendo otra de las historias que me relajan en los tiempos muertos del día y, he podido, otra noche más, estar tirada en la cama escribiendo esto, para recordarme lo maravilloso que puede ser un día, y la de oportunidades que nos da, sólo tienes que levantarte y caminar. Tú eliges.

Gracias 

:)

[leeeey]

Miércoles, 27 de enero de 2021

Hoy,

He podido prepararme un desayuno que me encanta. He podido beberme el café y comerme las tostadas tranquilamente en la mesa de la cocina.

He podido comenzar el día escuchando qué quería decirme el universo, y he podido escribir después sobre ello.

He sido capaz de hacer el ejercicio que me había propuesto un día más, y seguir camino de cumplir los cambios que me propuse a finales del año pasado.

He podido prepararme para comer un plato repleto y delicioso.

He podido bajar a Zaragoza a ver a un amigo, dejar que el sol me diese en la cara caminando por la calle, y ver como se escondía sentada en una terraza, hablando y con un café enfriándose en la mesa.

He podido mirar a la gente que había por la calle, con sus rutinas, sus hábitos, sus amigos y sus estudios,

He podido pasear siguiendo los últimos rastros de sol, respirar tranquilidad en el parque y descubrir árboles y plantas nuevas.

He podido pasear sin prisa, intentar encontrar un libro que me llamó la atención el otro día y volver a casa tranquilamente, 

He podido cenar lo que se me ha ocurrido y pasear después con Nilo, respirando aire fresco y viendo las luces en la oscuridad en la que se transforma el campo por la noche.

Hacía un día precioso, y estoy agradecida, aunque a veces no lo vea, de haberlo podido pasar. 

Sigo trabajando en aprovecharlos más cada día, y recobrar mi sonrisa poco a poco. Estoy en ello.