Si sabes que esa persona no es el amor de tu vida, no te aferres por miedo a la soledad o costumbre, puedes engañarte a ti mismo pero no por mucho tiempo;deja que esa persona también conozca al amor de su vida.
No miento cuando digo que extraño de más. No miento cuando digo que por tu culpa no paré de llorar algunos días. Pero mi cabeza hizo click por un instante, se dio cuenta que la niña de la tinta blanca y los ojos de cristal estaba harta de siempre dar y nunca recibir. La niña se dio cuenta que nunca la buscaste, que era ella quien siempre te buscaba a ti. Así que, decidió dejar de buscarte y aunque te amara, asumió que tú nunca volverías a ella, y en caso de hacerlo, nunca la corresponderías.
- María I. “Lo siento, en esta historia sí que hay un ‘pero’”