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[mar-nades]

La encontré y qué linda, más linda que el sol.

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El primer despertar

Juro que este sí que será lo último que escribiré je.

Tuve un flashback.

Aquí va:

"Ambos despertamos en mi cama, con un dolor de cabeza de esos que te recuerdan lo mucho que bebiste la noche anterior.

Habíamos bailado hasta decir basta y fue el día en donde, por primera vez, nos besamos.

Abrí los ojos y yo estaba en mi rincón, tú por tu parte, también estabas en el otro extremo de la cama... eso me dió cuenta que ambos hace tiempo dormíamos solos.

Puse música y sonó: Faded.

Me puse a cantarla y me apasioné en la parte de "where r u now?", me miraste con tu cara de burla, tomaste mi propia almohada y me sacaste de mi cama a golpes con ese artículo.

Desde el suelo me reía y observaba todo, era lógico, ambos estábamos nerviosos, es fácil actuar cuando hay alcohol de por medio, pero ahí, en esa escena y momento, los dos estábamos lo suficientemente sobrios como para darnos cuenta que lo que había pasado era real y eso hacia que nos costara mirarnos a los ojos.

Nos vestimos y caminamos por Gamero.

Nos despedimos con un beso en la cara."

¿Sabes?, fue lindo sentir ese cosquilleo. Muchas veces en la vida nos enfrascamos en sensaciones típicas y nos olvidamos de lo lindo que es vivir cosas que te saquen de tu zona de confort.

Y pensándolo bien, eso siempre fuiste, una escapada de mi zona segura. Ayudaste en mi revolución personal, fuiste un precursor en mi vida, por quién me enfrenté a cosas por el sólo hecho de que no quería que me vieras como una niña pequeña y así poder estar a tu nivel... que un día me miraras y dijeras: ella sí puede.

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El tiempo

Dicen que todo pasa con el tiempo y me he podido dar cuenta, que es verdad.

Hoy desperté y te recordé.

No sé porqué, pero lo hice y me nació escribir (tal vez) un último texto, para finalizar el contenido de este blog.

Para mí todo tiene valor cuando existe un sentir y esta mañana, me hace reflexionar que no hay motivo por el cual seguir escribiendo en este espacio.

El tiempo pasó, las oportunidades se perdieron, nos hemos perdido. Nos perdimos y nos encontramos, no al otro, sino que a nosotros mismos.

Perderte fue un dolor horrendo, saber que no volvería a dormir contigo, a darte un beso en la mañana, a regalonear, a sentir tus manos rozando mi cabello, hacernos uno y entregar todo lo que somos en ese momento de absoluta perfección, me rompió en mil pedazos. Pero aquí estoy.

[Sólo te puedes dar cuenta que sanaste, cuando en ti encuentras todo lo que siempre estuviste buscando.] ~BI'MF.

¿Y sabes? si, ahora sé porqué te recordé.

Ayer fue mi defensa de tesis y yo quería que estuvieras ahí (hace un tiempo atrás), pero perdimos el contacto, de hecho no tengo tu número registrado y debo reconocer que tampoco hice algo por conseguirlo de nuevo (porque se borró). No te dije nuevamente porque ya no te quería ahí. Apesar de eso, por un momento creí y se me pasó por la cabeza, que iba a recibir un mensaje de tu parte, cosa que no sucedió, tú sabiendo que para mí esto era muy importante. Yo lo hubiese hecho porque contigo nunca tuve miedo a perder el orgullo.

Debo reconocer, que quizá ese momento en el que no recibí tu mensaje, me dió cuenta que no vale la pena pensarte.

Y la verdad es que ya no lo hago... pero hoy fue distinto y por ese motivo me dieron ganas de escribir.

Eres un lindo recuerdo, el capítulo de nosotros se ha cerrado y aunque (de manera inexplicable) cuando nos juntamos existe una magia siniestra, pasional y potente, es momento de dejar eso sólo en el corazón y avanzar.

Yo sé que tú te diste cuenta hace mucho tiempo que esto murió, pero dentro de mi existía una luz de esperanza y por esa razón, era que nos seguíamos viendo; yo organizaba, yo hablaba y yo decía. Hoy sentí como esa luz abandonaba mi cuerpo y debo admitir, que siento paz.

Te admiro (y eso es raro porque para mí todo el mundo vale callampa) desde hace mucho, incluso desde antes de haber estado juntos porque siempre te ví como un ser lleno de luz. Pero hoy te admiro principalmente por el lado profesional, ya que me he decepcionado en algunas oportunidades de ti, (quizá tú también de mi y lo acepto) pero siento que tu chispita se está apagando, estás estancado en un momento de tu vida (igual yo cara de raja diciendo eso, porque llevo como 300 años de la u) como que aún no te das cuenta que es momento de madurar, de avanzar, tú estás en otra etapa de la vida, no te digo: "oye, ten hijos, compra un perro y cásate", no, pero si quizá llegó el tiempo de afrontar el paso de los años y enfocarte en nuevos desafíos, eres capaz de lograrlo, yo sé que si, sea lo que sea te propongas.

Te quise como a un amigo y no te miento, te amé a más no poder, me enamoraba con cada palabra tuya, con tu risa, con tus chistes malos, con tu gusto excesivo a la bicicletas, con tus calcetines bonitos, con tus gorros de skater, con tu bigote, con tu iris precioso y esa sonrisa que de verdad me ponía los pelos de punta... nunca había sido tan feliz con alguien, que como lo fui contigo. A tu lado pensé en vivir toda una vida volando uno al lado del otro, construyendo sueños y haciéndolos realidad, también creí que no me movería de ti, quizá por eso es que me costó tanto desenamorarme, porque siempre ví lo nuestro como algo a largo plazo, literalmente compartir mi vida contigo.

Qué gracioso, siento todo eso que dije anteriormente tan lejano y así fue, las últimas juntas no me dejaban ninguna linda sensación, al contrario, me desesperaba pues pensaba en cuanto tiempo te vería de nuevo y eso me apenaba. Y yo no apeno por casi nada.

Quiero que sepas que nunca te podría odiar, de hecho jamás lo hice. No creo que sea posible sentir algo tan malo, por quién amaste con locura y quisiste por el resto de tus días.

Espero que cumplas los objetivos que te propongas en tu vida, que sigas apoyando a tu familia de manera incondicional y desinteresada, recuerda que aunque sean hincha pelotas y tu viejo a veces te saque los choros del canasto, son los único que siempre estarán contigo y aprovechalos.

Un beso a la distancia, es probable que nunca leas esto, o quizá lo leas hoy mismo, o durante tu viaje, no lo sé. Soy un ser muy impulsivo y quizá sea leído, o tal vez no, ¿quién sabe?

PD: estai claro que no te agregaré a Instagram porque tú me borraste, así que tú debes enviar esa solicitud en un futuro. Tal vez seamos buenos amigos otra vez.

Cuídate y usa siempre tus elementos de protección cuando hagas deporte, no entres nunca al mar volado o al andar en circuitos de bicicleta.

Adiós, mi queridísimo cosito.

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No le cogí el gustito a la espera

Hola. Quizá nunca leas esto y déjame decirte, que es un alivio. Esta es una carta a ti, pero sin que logre llegar a tus manos.

Cada vez que vuelves a mi vida, es una explosión de sensaciones y emociones dentro de mi. Una por una, mis células se revolucionan al tacto y enloquecen, explotan para luego relajarse y ser normales otra vez. Tú, fuiste y eres una persona que logra llegar a mi de una forma íntima y única, de esa donde sientes eso de pertenecer, de ser parte de otra persona y ser feliz con eso. Algo así como cuando encajas justo luego de ser el problema en tu antiguo círculo o cuando encuentras esa ocupación que te llena el alma; algo así.

Pero, el tiempo pasa y no pasa en vano.

Ambos tomamos distintos caminos, separados del otro y nos acostumbramos a ese sistema. Hemos estado involucrados con otras personas, compartimos nuestras camas y pieles con desconocidos, no por llenar un espacio... o quizá sí.

Es increíble que, a pesar de todo lo que hemos pasado, aún no nos demos cuenta de lo real.

Tal vez, nunca lo sepamos con convicción al actuar, pero he aprendido con el tiempo, que el amor no se ruega ni se pide, es algo que nace y debe entregarse, pican las manos si no lo haces, te desesperas. A mí me pican las manos cuando estoy contigo, pero es probable que a ti no.

Fue difícil ser parte de tu vida hace un tiempo atrás, porque tus tiempos son acotados, tu vida es muy ocupada. Sin embargo, adecué mis tiempos a ti y si bien, mis horas libres son más que las tuyas, siento que me faltó ser egoísta. Es probable que nunca viste ese esfuerzo de mi parte, porque en algunas ocasiones me subestimaste, pero si lo hice: yo; una persona hermética y sumamente egocéntrica.

Al final, lo logré. Logré ser parte de tus tiempos y ser algo cercano a una prioridad. Y extraño eso. Costó tanto alcanzarlo y por una mala situación, se perdió y nunca volvió.

Nos separamos y fue un respiro. Si, me sentí aliviada, porque empecé a hacer cosas estúpidas e infantiles por recuperar eso que me llenaba tanto y con la separación, volví a mi.

Me hice más solitaria, fue difícil luego de compartirlo todo contigo.

Mantuve tu recuerdo vivo conmigo. De vez en cuando escuchaba viejas playlist y miraba fotos de ambos, leía el mail que me mandaste luego de terminar la primera vez y colgué en la pieza la frase clave en toda nuestra conexión. Tú sabes cuál es.

Cada día que pasaba, tus recuerdos eran menos dolorosos y me hice fuerte. Los viajes al pasado daban como conclusión solamente felicidad y cositas lindas en la pancita.

Trato de recordar cómo fue que nos acercamos otra vez y no sé quién fue el que partió con todo, pero lo importante es que luego de seis meses, nos vimos. Y a diferencia de la vez pasada, el tiempo si pesó.

No lo niego, si se me pasó por la cabeza la idea de compartir vida otra vez, pero eso no es posible y es que simplemente, no me veo en eso. Y tú tampoco.

Fue lindo sentirnos.

Fue intenso y único; así como siempre fuimos.

Pero fuimos y quizá, es mejor dejarlo así, ¿no?.

No estás dispuesto a ceder y yo por mi lado, no estoy dispuesta a esperar.

La vida es ahora y ambos merecemos vivirla como queramos, aunque a veces, nos queramos más que a la vida misma.

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💫

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MuyNosotros🌀

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Misma filosofía 💫

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Cómplices

Y después de muchos meses, nos vimos.

Venía de un viaje maravilloso y él me fue a encontrar.

El camino a casa fue familiar; tantas conversaciones en la nave, tantas cosas conocidas que fue imposible no sentirse en casa en ese pequeño espacio sobre ruedas. Hablamos de los días, del clima y de lo feliz que estábamos.

Llegamos al refugio y dejé mis bolsos en la pieza, nos servimos una cerveza que tenía en el refrigerador y nos pusimos cómodos. Las risas y familiaridad del ambiente fueron clave en que ambos nos fuéramos desinhibiendo, además de la amiga con grado etílico. 

Curiosa fue la manera de acercarse, yo siempre era de tomar la iniciativa, pero esta vez, él se adelantó. Se paró de su silla y se puso al lado mío, mirándome con cara de ternura. La conversación nos llevó a acercarnos de a poco, primero roces de manos, luego un abrazo para darle paso a un beso eterno.

Beso eterno que al cerrar los ojos puedo sentir otra vez.

Nos miramos como el ayer y nuestros labios se juntaron como magnetismo mágico, se pertenecían y ambos lo sentimos. Fue una especie de droga que nos hizo enloquecer, las bocas se devoraban y las manos se distorsionaban tocando la cara del otro, era un sueño tenernos al frente, algo que ninguno de los dos podía creer.

Sentí sus brazos sobre mi cintura y me subió al mesón de la cocina para seguir comiendo mis palabras, secando mis lágrimas y abriéndole mi alma sin pensar en nada más que no fuera él.

Sus manos se perdieron bajo mi ropa y tocaban desesperadas mi piel, así como arrancando pedazos de epitelio. 

El éxtasis estaba en su punto máximo; entramos a la pieza sin despegar nuestros labios, la ropa fue arrancada de los cuerpos con euforia por parte del otro y con una Luna que nos miraba encantada desde la ventana, juntamos nuestro cuerpos formando uno solo.

Entre aruños, gemidos y sudor, pudimos ambos sentir un orgasmo que salió desde lo más interno de nuestro cuerpo para dejarnos sobre la cama húmeda por un par de horas, observando nuestros cuerpos, tocando la piel y besandonos los labios como si el último beso de la noche, hubiese sido el último de nuestra vida.

Fue desesperado y animalesco, actos brutos y apasionados que nos hacía conectarnos como siempre lo hemos hecho; formando un todo.

Él es un templo que amo.

Todo esto transciende el tiempo, espacio y eternidad.

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Miniparocardiaco

Fue extraño el sentimiento.

Ver que otra mujer estaba ocupando mi lugar en la vida de él, me descolocó.

Hace mucho tiempo que no sentía algo así, ese paro cardíaco momentáneo para que luego se subiera mi presión a las nubes y me viniera un extraño calor por mis extremidades. No quería volver a sentir y es que, sin frenar mis pensamientos, me fui engatuzando en una historia que tenía un punto… y muy aparte.

Son cosas que pasan, que alteran, que te hacen sentir viva… de esas sensaciones que te dan esperanzas de poder amar otra vez.

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Otro sueño... mejor dicho, pesadilla

Caminaba por la calle Amanecer y se notaba que eran tipo cuatro pe eme. Sabía que lo vería, lo sentía dentro, así como cuando sabes que será un buen día.

Crucé la calle sin saber dónde ir y entre los árboles que ya había pasado, un sonido llamó mi atención y me devolví. Tenía el cabello desbaratado y lacio, castaño oscuro y piel bronceada, con unos lentes grandes que tapaban sus ojos color miel y un jockey que lo cuidaba del sol.

Atónita, lo miré y corrí a abrazarlo. Sentí sus brazos formidables y peludos sobre mi espalda, esa caricia sobre mi nuca con esos dedos fuertes y míos… eran sólo míos.

Caminamos por la calle hablando de la vida, pero de un momento a otro, el escenario cambió y ya era de noche. Estábamos en un grupo, éramos seis en una mesa, no conocía a nadie pero no sentí incomodidad, al contrario, hablaba alegremente con todos.

Y mi silla estaba a su lado, nos mirábamos como cuando salíamos a beber por ahí y nuestros temas de conversación eran sobre planear los fines de semana que nos quedaban por delante, tocar nuestras manos y reírnos de cualquier tontera.

De pronto, un temblor nos hizo estar alerta y abrazarnos de súbito. Pero alguien llegó.

Él se paró de la silla y la besó con cariño. Se sentó al frente mío con ella y fue como si yo ya no estuviera ahí.

Abandoné el lugar sin entender lo que pasaba, me fui sintiendo el corazón apretado, con ganas de gritar o arrancarle el cabello a la chica. Las gotas por mis ojos caían para calmar mi agonía y lo único que me hizo sentir alivio, fue saber que en su cara, una sonrisa dejaba demostrar lo feliz que ahora se encontraba.

[mar-nades]

Aquí

Te guardo aquí, dentro de unos minutos de recuerdo que reproduces al mirar el mar o al viajar y escuchar aquella canción de fondo, como que toda la historia es el video clip y te llena el corazón de cierta manera, porque si bien, todo recuerdo tiene su cuota de dolor, también está esa satisfacción de: “gracias porque ocurrió”.

Y si, gracias porque ocurrió.

Y gracias, aunque estemos destinados a no ser.

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Domingo

Eres de eso que te queda en la mente cuando abandonas el lugar que te contuvo un tiempo porque te haces extrañar, no sé qué será; quizá la sutileza de tu voz, lo simpático que suena tu risa al fumar un poco de mota o probablemente sea lo adorable que se ve tu rostro al sonreír.

Eres suspiro luego de hacer el amor, complementado con una noche y una Luna expectante a nuestros cuerpos tibios unidos, que en un intento burdo de alargar el momento, aplazaron a más no poder las horas de sueño.

Eres refugio, así como un lugar seguro, cómodo y cálido, fusionado con toques de locura y pasión que parten desde que cruzamos la mirada, en donde me fascina y enloquece pasar horas contemplando.

Eres positivo, parte de un magnetismo que se fusiona con mi polaridad negativa.

Eres complicidad, cariño y ganas de vivir.

Eres y gracias por ser.

[mar-nades]

Orgullo

“Jamás pensé que te escribiría una inspiración y un resumen de todo lo que he vivido estos días de lejanía, se que quizás pueda solventar algunas dudas que quedaron en ti después de aquel adiós.

Lo primero es siempre agradecer y seguir agradeciendo todos los momentos lindos que vivimos, cuanta apañada y cuanta alegría juntos, además de caídas y momentos melancólicos en donde estábamos ahí tirándonos todo el apoyo necesario para subsistir el uno con el otro.

Tengo muy marcados cada uno de estos momentos, desde que comenzó esta aventura hasta que ya nos embarcamos como tal. Siento que me fui amoldando a tu estilo de vivir, a tus momentos, a tus gustos y porque no a tus alegrías, siempre quizás supe como lograr sacar sonrisas desde lo mas profundo de ti, tal y como lo hiciste siempre.

Te agradezco enormemente todo el cariño, amor y respeto que siempre me brindaste, sentimiento que fue siempre entregado de la misma forma hacia ti y con demasiada alegría de saber que estabas ahí, al despertar y al dormir, casi como siempre te dije: como un sueño.

Además, agradecer cada una de las mejorías que íbamos teniendo en esta relación, siempre luche por ser el mejor, por llenarte y por hacerte feliz, créeme que siempre estuve demasiado comprometido en esto. Si estoy hoy día aquí, sentado en mi carpa, mirando el mar con el compu en mis piernas, con olor a sal en el ambiente y con una luna que me dice tu echa afuera no más, es netamente porque quiero despedirme de ti de una forma sana para el corazón, es saber que vencí al fin el orgullo de quedarme en silencio, vencí mis miedos y estoy deseándote siempre lo mejor en tu vida, quizás, falle, quizás te hice daño, quizás fui el mas cuático, el más mala onda, no sé, pero de todo lo que te hice, créeme que jamas pensé ni quise hacerte sentir mal, siempre te lo dije, primero el bienestar de ti, la paz interna de ti y sin sufrir.

Ambos sabemos de relaciones sufridas y nunca quise ser uno más de aquellos que te hacen sentir así. Siempre luché y luché por mejorar todo lo que me pedías, me proyecté, me involucré, te involucré y siempre fue con una visión a futuro. Es que tu si que me provocabas cosas en la barriga desde que te veía hasta que te escuchaba. Pasaba horas y horas antes de dormir en pensar como sorprenderte, como llenar esos espacios que de repente quedaban en el aire, como lograr entrar bien en tu vida y hacerte sentir plena, siento que esa fue mi lucha constante y que lo logré en algún momento de esta relación, logré muchas cosas contigo y siempre fue de la forma más sincera.. siempre quise ser el compañero de aventuras que siempre tanto mencionabas, el compañero de malos ratos y el compañero de vida que proyectamos en algún momento.

Sigue con esa gran luz interna que tanto me encanta, con esa sonrisa a flor de piel y esa mujer tan detallista que siempre me sorprendió desde lo más profundo.

Gracias por siempre ser tú, por hacerme volver a ser un niño, un pequeño niño que siempre quiso lo mejor de ti y para ti.”

09/01/17

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Una falda negra

Era un evento semi formal y es que no existe peor código que ese, dime, ¿qué significa?, una mierda. Así que, busqué entre mi ropa algo no tan elegante, pero no tan casual, un punto intermedio por si era la única en ir con el código y pasar desapercibida si algo fallaba con los demás. Dentro de mi closet, encontré una falda negra que siempre apaña y una blusa de colores, agregué unos zapatos de tacón a la mochila y salí por la puerta del departamento, me vestiría en la casa de la organizadora del evento.

Abajo, me esperaba él como siempre; gorro, sonrisa y cariño, pero de amigos. Yo me veía como cualquier otro día, esa típica ropa grande y calzas para evitarme momentos incómodos.

Llegamos a la fiesta y con la dueña de casa, subimos a cambiarnos ropa. Ella luciría un vestido rojo apretado. Me puse las pantys, luego la blusa, la falda y al final, los zapatos. Me maquillé casi la nada misma, suelo ser de poco arreglo personal. Mi cabello era un desastre, por lo que, un par de orquillas sujetarían esas mechas molestosas que caían por sobre mi rostro.

Y bajé, pero al final.

Abajo estaba el pololo de mi amiga y cuando la vió, la besó pero evitó comentarios. Yo me hice la importante, esperé a que me llamaran. Iba nerviosa, hace mucho que no me arreglaba tanto y quizá sería raro para él verme así, siempre he sido muy al lote, muy poco femenina, casi masculina.

Me deslicé peldaño por peldaño con cuidado y ahí estaba, mirándome. Su cara de sorpresa y de baboso no se la quitaba nadie, no podía creer cómo me veía, me tomó en brazos en el último escalón y me levantó, me besó y no dejaba de repetir lo bella que me veía, que no se cansaría de mirarme en toda la noche.

Y no dejó de hacerlo… al menos por esa noche.

[mar-nades]

Después de las ocho

Ya se volvió costumbre y no me gusta.

Después de las veinte horas empieza este sentimiento extraño y las gotitas de los ojos caen sin reparo por mi mejilla, quizá es la falta. Si, debe ser eso. Y es que, si en algún momento pudiese haber visto el presente, hubiese hecho algo por cambiar cosas en mi pasado porque es probable que con ese ligero arreglo de planes, hoy no estaría mirando por el balcón a la gente pasar con un corazón afligido.

Todo es consecuencia y las acciones son como cuchillos, al igual que las palabras.

Es bueno liberar de vez en cuando, pero, ¿y si hoy me deshidrato, me hundo y me pierdo en la brisa de la noche que no deja de hacerme recordar?

Quizá el Alzheimer juvenil no es tan mal diagnóstico.

[mar-nades]

Imprevisto

Sin poder digerir aún todo lo ocurrido la noche anterior, me levanté e hice el aseo de todo el apartamento. Esperé paciente a mi amigo con el que más tarde nos lanzaríamos un bukket y nos iríamos a un parque cualquiera a matar la tarde.

Cuando el join hizo el efecto, las nubes fueron la mayor entretención del día; diversas formas deslumbraban nuestros rostros atónitos de tanta droga circulante en el cuerpo.

Pasamos un par de horas en ese lugar, disfrutando el verde del pasto, el azul del cielo, lo blanco de las nubes y lo lindo de una buena amistad.

Ya empezó a oscurecer y mi amigo me pide irnos, pero aún quedaba en mi un deseo que observar la naturaleza, por lo que rechacé su propuesta. Pasaron como treinta minutos y le dije que nos fuéramos. Emprendimos viaje de vuelta al hogar, pretendíamos comprar pan y un poco de cecinas para tomar once.

Iba yo, caminando por medio del parque, engatuzada por lo lindo del día, lo puro del aire y riéndo de lo que mi amigo me decía, cuando de pronto miro hacia el frente y la sorpresa fue inevitable de disimular.

Era el bigote.

Nos saludamos con tanto afecto, que hasta el hombro herido le pasé a llevar. Fue como si todo ese cariño acumulado a lo largo de estos meses distanciados, se concentró en ese momento de coincidencia pura. Su cara no podía disimular lo nervioso que se encontraba, se ruborizó al límite y mi pequeña broma de “apagate porfa” fue un alivio a su acelerado corazón.

“Yo quiero hacer un comentario de lo que nos pasó hace un ratito atrás. Fue cuático, muy cuáaaatico, pero fue bacán, muuy bacán, me gustó demasiado verte. La recepción que ambos tuvimos fue tan de piel y con mucho amor, en verdad, eso es lo que se siente. Así que feliz feliz.”