mariposa-melancolica - Tumblr blog

[mariposa-melancolica]

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Perdóname por no poder pensar, por no poder expresarme. Perdóname por todo lo que soy; y todo lo que no soy. Perdóname por el daño que causé en ti, perdóname por llevarte a los rincones más oscuros de mi corazón. Sin salida, sin alivio, sin amor. Perdóname por intentar ser auténtica, por ser yo misma. Perdóname por no ser alguien capaz de todo. Perdóname, también, por permitir que la fantasía endulzara nuestros oídos, como si ella pudiera salvarnos del destino infortunio.

Por ello, dirijo mis palabras de perdón a ti, a mí misma; a la parte de mí que permanece encerrada, que busca con desesperación encontrar la llave de la luz, y vivir.

Por los sueños que no podré alcanzar, te pido perdón.

-Carla.

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“A veces, espero con ansias la medianoche que no me deje dormir porque son momentos raros en los que puedo bajar la guardia, rendirme ante las peleas perdidas y nadie más lo sabrá. Solo yo, mis almohadas y las paredes de mi habitación. Verás, muchas veces me pregunto por qué la felicidad siempre parece fuera de mi alcance, y no puedo evitar preguntarme si tiene algo que ver conmigo persiguiendo cosas que nunca están destinadas a mí. Que tal vez, me seguía diciendo a mí mismo que si no me rindo, llegaré de alguna manera y antes de darme cuenta, ya estoy perdido. Por eso me refugio a medianoche donde puedo permitirme ser débil. Para finalmente dejar ir las cosas que duelen para poder darme la vuelta y empezar de nuevo. Así puedo encontrar mi camino de vuelta a estar completo. Me permito llorar todo lo que dejé atrás, y luego, me alejo en sueños y silencio, esperando un mañana mejor.”

— Jun Mark Patilan (via humanismo-nostalgico)

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Estoy sola, no tengo amigos. Y me odio por ello. ¿Por qué no soy una personal normal, con muchos amigos?

-Carla

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No puedo perdonarte, los recuerdos todavía duelen.

-Carla

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Recuerdo que, cuando pasaba mis primeras noches llorando en silencio sentía vergüenza, angustia y miedo, mucho miedo. Sin embargo, hoy no es más que una vieja costumbre.

-Carla

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Y un día volví allí, a aquel lugar que tanto me destroza, al rincón de mi corazón donde no hay más que mera tristeza. Debería preocuparme, pero no lo hace. Comienzo acostumbrarme a ella y, quizás, eso sea lo malo.

-Carla

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Un vacío que no se quita, pensamientos que no se evitan. En un mundo sin amor, me pregunto si mis versos dejarán el dolor.

-Carla.

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Amor mío, si fueras testigo de la tristeza escrita en cada uno de mis versos, también llorarías conmigo.

-Carla.

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no puedo imaginarlo y eso duele. demasiado.

“Realmente no puedo idealizar a una persona enamorada de mí. No puedo imaginar a alguien pensando en mí antes de acostarse, o hablándole a sus amigos acerca de mí con una tierna sonrisa en su rostro, no puedo imaginar a alguien por las nubes sólo porque le dije “Hola” o algo similar, no me puedo imaginar a alguien sonriéndole a la pantalla sólo por una notificación mía en su ordenador. No sé, simplemente no puedo si quiera imaginarlo.”

— Anónimo

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Arrastrada por fantasmas.

Mientras intento alcanzar la pintura del cielo, el fantasma de tu abruma me tomó de las piernas y jurando tu amor, me obsequiaste tu dolor. Entre tanta tristeza, sigo esperando por vos, en el silencio y ausencia de un beso que nos rompió.

–Carla.

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“Me quedé demasiado dentro de mi cabeza y terminé perdiendo la cabeza.”

— Edgar Allan Poe.

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“Nada más violento que un abrazo de despedida. Ese que se lleva un poco de ti, que sin piedad te deja inmóvil sin pedir permiso te abre las manos, sin mucha cortesía te roba latidos. Te descose las promesas y sin anestesia se lleva tu corazón. Dejándote vacío ahí lleno de ruidos, sin saber donde estás, ni por donde empezar.”

— M. Sierra Villanueva (via ideasviajando)

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Tantos escritos sin terminar, tantos sentimientos sin poder expresar.

-Carla

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Lo que odio de mí

Odio mi cabello porque lo corte de la forma equivocada 

Odio mi sonrisa porque mis dientes no son blanco brillante 

Odio mi cuerpo porque no tengo caderas 

Odio mis ojos porque después de ser lo único que amaba me di cuenta que no tienen nada de especial 

Odio mi rostro porque mi nariz es una bola estorboza 

Odio mis brazos porque se han bronceado con el sol

Odio mi peso porque siempre fue un problema 

Quisiera amarme y odio todo

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El chico lindo que alguna vez fuiste

Lamento ser aburrida, en serio, lo lamento. Yo solo quería hablarte, conocerte y que me conozcas. Lamento ser como soy, sé que me ilusiono rápido pero no era necesario que me trataras así, con tanta crueldad; de verdad que no era necesario porque solo lograste que me rompiera. Me duele que hayas cambiado, que yo haya cambiado y que lo nuestro también lo hiciera. Eras tan lindo cuando hablabamos y te preocupabas por mí, tan pero tan lindo que me hiciste quererte, ¿y ahora? Ahora soy yo la que te habla, la que sigue y lucha por no terminar esto (que ni siquiera sé qué es esto). ¿Qué te pasó? Eso es lo que me pregunto día tras día, qué pasó con ese chico lindo y dulce que dijo quererme y amarme como nunca. ¿Qué pasó?

-Carla

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Un hogar para mamá

Mamá me abraza y me siento segura. Sus brazos son pequeños escudos que me protegen de los monstruos que se esconden dentro de mi cabeza e invaden mis pensamientos. Su voz es la melodía —dulce y tranquila— de una canción que ahuyenta la perversidad de la oscuridad y trae consigo un ápice de claridad. Tantas veces me arropaste y cuidaste que ahora es mi turno de abrirte los brazos y crear un escudo que te proteja del mal que te acecha, esta vez me toca a mí ser tu ángel guardián y velar por tu luz. Tu mundo se derrumba y me encuentro recolectando cada pieza de él para ayudarte a crear uno nuevo en donde tú seas la reina y el sol brille otra vez. No tienes que preocuparte por dejar que tu corazón y alma lloren delante mío, no tienes que fingir ser fuerte por y para mí; yo sostendré tu mano y tú puedes permitirte derrumbarte. Te abrazaré fuerte, dejaré que el amor y cariño puedan curar el dolor y apaciguar tu agonizante llanto y tormenta interior, haré de este abrazo un hogar en el que te sientas segura y protegida como tú lo hiciste conmigo tantas veces.

-Carla