meletriste
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entre tinta y café
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meletriste · 1 month ago
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nunca he escrito, creyendo hacerlo,
nunca he amado, creyendo amar,
nunca he hecho nada más que esperar
delante de la puerta cerrada.
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meletriste · 2 months ago
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meletriste · 2 months ago
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meletriste · 2 months ago
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Jamás hubo tanta distancia entre mi sueño y mi acción. No salgo, no llamo a nadie. Cumplo una extraña penitencia. Y me duele funestamente el corazón. Tanta soledad. Tanto deseo.
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meletriste · 2 months ago
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“Tal vez en otra vida”
Se cruzaron en una esquina cualquiera, después de mucho.
No había música de fondo.
No había lluvia.
Solo dos personas que se habían amado mal,
mirándose como quien ya no sabe por dónde empezar.
Él sonrió, torpe.
Ella también.
Pero en los ojos de los dos había algo que no se dice,
algo que dolía un poco
y al mismo tiempo… ya no tanto.
Hicieron charla de paso.
El clima, el trabajo, lo de siempre.
Nada importante.
Nada que pesara.
Pero en el fondo —muy en el fondo—
sabían que habían querido decir otras cosas.
Que aún quedaba un “perdón” atragantado,
un “te fallé”,
un “te esperé demasiado”,
un “me hiciste falta”,
un “yo también me fui cuando todavía estaba”.
Cuando se despidieron,
él la miró como si quisiera detener el tiempo.
Y ella, con una ternura que ya no buscaba salvar a nadie,
le dijo bajito:
—Tal vez en otra vida.
Y se fue.
Sin mirar atrás.
Sin romperse.
Porque a veces, las historias no se terminan con un portazo,
sino con una frase que lo contiene todo:
la tristeza, el amor, la aceptación.
Todo.
Tal vez en otra vida.
Pero en esta… ya no.
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meletriste · 2 months ago
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“Tal vez en otra vida”
donde no duelas,
donde no te elijas tan fácil,
donde yo no tenga que hacerme fuerte
por haberte amado tanto.
Tal vez en otra vida,
vos llegues limpio,
yo llegue tarde,
y no nos rompamos.
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meletriste · 2 months ago
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“El día que dejó de doler”
No fue un día especial.
No hubo sol perfecto, ni música triste,
ni una frase reveladora.
Solo fue un martes, o un jueves,
de esos que no dejan huella.
Ella estaba doblando ropa.
Escuchaba algo de fondo.
Y de pronto, pensó en él.
Pero no como antes.
No con ese nudo en el pecho.
No con lágrimas contenidas o bronca escondida.
Pensó en él…
y nada.
No hubo eco.
No hubo ruido.
Solo el silencio.
Y el silencio, por primera vez, fue paz.
Ahí entendió que se había terminado.
No el recuerdo.
No la historia.
Pero sí el peso.
La herida ya no sangraba,
y ella ya no necesitaba explicaciones.
No lo perdonó del todo.
Pero se perdonó a sí misma:
por haberse quedado de más,
por haber amado tanto,
por haberse perdido un poco en el intento de sostener lo insostenible.
Ese día no pasó nada.
Y sin embargo, cambió todo.
Se sirvió un café.
Abrió la ventana.
Y por primera vez en mucho tiempo,
respiró profundo…
y sintió alivio.
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meletriste · 2 months ago
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“Manual para desaparecer de a poco”
El día que él la dejó, no hubo portazo.
Ni gritos.
Ni lágrimas en cámara lenta.
Solo una conversación tibia,
una verdad dicha a medias,
y una excusa envuelta en palabras amables.
Ella no hizo escándalo.
No se arrastró.
No preguntó “¿por qué?”.
Se tragó las preguntas con un vaso de agua
y le dijo: “Que te vaya bien”.
Él pensó que eso era fortaleza.
No supo ver el derrumbe silencioso que se llevaba a cabo adentro de ella,
en los huesos, en la garganta,
en esas partes donde el dolor no hace ruido pero arrasa.
Él se fue.
Ella se quedó…
pero no toda.
Se fue deshaciendo de a poco.
Primero dejó de escuchar sus canciones favoritas.
Después dejó de hablar de él.
Dejó de revisar si estaba en línea.
Dejó de escribirle cartas que nunca iba a mandar.
Y una noche, sin darse cuenta,
se dio cuenta:
ya no le dolía.
No porque lo hubiera olvidado.
Sino porque ya no quedaba nada suyo en ella.
Ni rabia.
Ni amor.
Ni siquiera tristeza.
Solo un huequito vacío donde alguna vez vivió algo hermoso.
Un lugar al que ya no volvía.
Ni siquiera de visita.
Eso fue lo más parecido a sanar que conoció.
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meletriste · 2 months ago
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“Elena sabe” es una novela breve, pero con una fuerza emocional enorme. Claudia Piñeiro construye un relato que duele, incomoda y, sobre todo, interpela. Elena, la protagonista, emprende una búsqueda de justicia por su hija mientras su propio cuerpo se convierte en una trampa que la obliga a librar una batalla con cada movimiento.
La historia es áspera, directa, sin adornos. Y eso es lo que la hace tan potente: no hay golpes bajos, hay verdad. Piñeiro pone el foco en lo invisible, en lo que muchos no ven o no quieren ver: la enfermedad, el abandono, los mandatos sociales, la carga que se les impone a las mujeres incluso en su dolor.
El ritmo es ágil y la tensión crece sin necesidad de artificios. Lo que más impacta es cómo logra, en tan pocas páginas, dejar una huella tan profunda. Es un libro que se lee rápido, pero se queda con vos mucho tiempo después. Te hace pensar, te obliga a mirar distinto. Y eso, en definitiva, es lo que hace que valga tanto la pena.
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meletriste · 2 months ago
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Me quiere, si
pero no así.
Me pide que no sea yo,
que vuelva a la de antes.
La de hoy
y la de antes,
nunca deje de ser.
Pero me quiere, si
triste y aburrida,
adormecida en la normalidad.
Se desarma
el nudo del que tanto hablo.
En mi cabeza,
siempre es confusión.
Y ya no quiero creer que me quiere.
No creo que me quiera tanto,
si me pide que no sea yo.
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meletriste · 2 months ago
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No estoy enojada.
El enojo se reserva para quienes aún nos importan.
Lo tuyo ya es otra cosa.
Un desgarro seco, sin lágrimas.
Un asco que se pega al paladar cuando digo tu nombre en voz baja.
Te fuiste cayendo solo de todo lo que yo construí en vos.
No sos quien amé. No sé si alguna vez lo fuiste.
Quizás solo eras la sombra bien maquillada de lo que yo quería ver.
Estás con ella.
Con esa que siempre me sonó a ruido.
La que yo esquivé por respeto a vos, por respeto a mí.
Esa elección tuya me confirma lo que mi intuición susurraba
cuando yo me llamaba “loca” para no perderte.
Ahora me encuentro sola con la verdad:
no dolés como dolías antes.
Dolés distinto. Como una traición anunciada
que igual sorprende.
Me da pena la versión de mí que te defendía.
La que creía que eras incapaz de hacer algo así.
Pero no me culpo más.
Yo no haría lo que vos hiciste.
Y eso me salva.
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