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{ Washington Artillery }

Las calabazas eran iluminadas... La gente joven y hermosa bailaba alrededor, festejando la celebración. Las familias se agrupaban... Las madres con los padres, con unos hijos preciosos... Y hasta a veces los abuelos. Y entonces, un poco apartada, estaba ella. Iluminada gracias a una de las calabazas pequeñas... Sola. Por haber rehusado de sus padres, por haber seguido un sueño imposible, por haber decidido abandonar a su supuesto amor de su vida. Ahora sola...

Aunque a decir verdad, no lo estaba del todo. Se llevó una mano al vientre, abultado por los cuatro meses de embarazo. -Aquí estamos... Tú y yo. Sentía sus ojos escocerse por las lágrimas retenidas. -Siempre estaremos tú y yo. No necesitamos a nadie más.

Empezó a notar como lloraba en silencio... Pero a pesar de ello, captando alguna que otra mirada. Rodó los ojos y se secó las mejillas. -Son las hormonas.

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                     } Ahora tiene dos posibilidades, ya que hasta entonces no tenía nada que hacer. Dar un paso adelante (o intentarlo) o bien quedarse tal y como estaba. El zorro impulsivo hubiera insistido en la primera, el amigo razonable se queda con la segunda. Las dos tienen ventajas e inconvenientes a tener en cuenta. Es más complicado de lo que pueda parecer.

Decide que solo la fuerza del destino puede ser reveladora. Coge una moneda y la lanza al aire, cara para quedarse igual y cruz para tentar a la suerte y al cambio, con tan mala suerte que cae rodando varios metros allá. Una persona se encuentra cerca. { Hey, ¿fue cara o cruz? Y no me mientas, mi destino depende de ella. }

Aunque no hubiera asistido al viaje, Miranda se podía decir que tenía oído y orejas en todas partes... Sobre todo cuando involucraban a su hija. Era conocedora de todo, quisiera o no Penelope contárselo. Pobre chiquilla descarriada... Aún no tenía ni idea de cual era el verdadero camino, ni tampoco lo que estaba destinada a hacer -como sangre de su sangre que era. Pero no pasaba nada, todo se vería... Con paciencia. Con paciencia y manipulaciones. Todo el mundo se podía coaccionar...

No podía adentrarse en Penny por medio del lobo al que conocía, ya fuera el alfa o el beta de su manada. Era demasiado arriesgado... Y no tenían la astucia y la mentira que un zorro travieso llevaba innata en su carácter. Bendecida por la suerte, había uno precisamente revoloteando alrededor de su hija.

Era atractivo, lo cual le daba un punto positivo. Ahora bien, era un poco idiota al jugarse el destino con una moneda... Pero los tontos eran más fáciles de manipular. Sonrió y usó parte de su poder para dejar la moneda en vertical, ni cara ni cruz, sino apoyada en el borde. -Parece que este no te va a ser un método fiable... Negó ligeramente con la cabeza. -¿Para eso quieres las monedas que tratas de robar? ¿Para decidir tu destino? Preguntó con sorna y se acercó unos pasos a él. -En nuestro primer encuentro no nos presentamos debidamente... ¿Por qué no haces los honores? Sé educado por una vez en tu vida.

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ooc: voy a pedir hiatus para Miranda hasta llegar de nuevo a Montreal bc no me sale nada con ella y lo estuve pensando en el hospital mientras me aburría más que todo (?. Lo pensé bien y me voy a traer a una beta para Ohana, lo que haré será reciclar a mi Mary que no la pude usar como quería. tygfhgfgfghfgfgfhgfg. Así que me voy a esperar a que me la acepten para poder empezar a rolear... Así descanso un poco y como algo, que recién acabo de llegar a casa.

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» Yo en el lago del retiro ahogaba a Miranda. by Anon III @mirandarch

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Miranda iba paseando viendo el palacio sin las indicaciones del guía, no le gustaba seguir las órdenes de nadie y por ser un viaje no iba a cambiar aquello. El palacio le llamaba la atención por un único motivo, de joven cuando creía que se iba a comer el mundo había soñado que viviría en una mansión parecida a aquella. Cuánto había cambiado su deseo a la realidad... Pero nunca era tarde para conseguir lo que se proponía y la darach pensaba usar su fuerza para alcanzar los sueños que se le arrebataron.

Estaba explorando la que podría ser su futura habitación algún día cuando una voz la interrumpió. -Ugh, que vulgar. Ni siquiera le echó un vistazo, solo con escucharlo ya tenía bastante. Miranda estaba acostumbrada a esos comentarios tan poco elegantes... -Los jóvenes solo pensáis en una cosa. Por desgracia en la academia dónde impartía clases había escuchado de todo y más.

                          ||I’ll never be royals||19 de Agosto||

El castaño se paseaba por la habitación, observando a un montón de pedantes y turistas regodearse por el lugar, realmente no pensaba en ellos, pero cada vez le daba más hambre, sangres exóticas, mujeres y hombres diferentes a lo que acostumbraba, era como ir a un restaurante internacional, quería probar lo nuevo en el menú. Mirando a las delicadas pinturas en el lugar, no pudo evitar pensar en ese entonces, cómo debía ser lo más fácil ser un Wendigo, sin tanta tecnología, con todos aterrorizados pero sin poder hacer nada y claro, seguramente habían cazadores, pero no tenían la tecnología de ahora. 

Siguió por las habitaciones hasta que llegó a un dormitorio, sabía que habían cientos de habitaciones en las cuales no se podía accesar, claramente Jeffrey tenía que ver las más prohibidas, pero sería después de molestar a alguien. Había una gran cama, sonrió cuando otra persona viendo se acercó. — Me pregunto cuántos orgasmos reales se tuvieron en esa casa, todos parecían tan elegantes y puritanos, pero seguro que muchas y muchos gritaron como animales. — Enarcó una ceja, ladeando una sonrisa que en el caníbal siempre parecía mórbida y con dobles intenciones.

— Puedes unirte a la lista, sólo tienes que pedirlo amablemente o a la fuerza. — Nuevamente esa mirada perversa, porque podría hacer gritar a la persona a su lado de placer o absoluto dolor. 

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Había sido increíble ganar aquel concurso. Se lo merecía. Hacía tanto que no viajaba... Lo había hecho de joven, cuando aún no se había quedado embarazada y creía que se iba a comer el mundo con su voz. Pero entonces su hija había llegado y se había visto recluida en la pequeña ciudad de Liverpool. Ahora al fin se la recompensaba por tal sacrificio... Lo malo es que había habido muchos ganadores y, por si fuera poco, le había tocado compartir habitación con alguien más. No se podía tener todo perfecto en la vida.

En aquel día tocaba visitar el Museo del Prado, uno de los más llamativos del país por la cantidad de autores que exponían. Miranda sabía lo básico de arte, lo más importante... Lo que había aprendido en el colegio, por suerte tenía una buena memoria y recordaba varios detalles como para hacer ver que era toda una entendedora.

Caminaba por una de las salas cuando un cuadro le llamó la atención. Justo delante había una de las chicas del viaje pero no le prestó atención hasta que habló... Que sandeces se podía llegar a decir. -Ambos se lo merecían por estúpidos, no veo lo triste de la historia.

18 de agosto / Museo del Prado

Distraerse. Eso era justo lo que necesitaba.El sorteo de aquel viaje había sido como un regalo caído del cielo para ladruida, sobre todo ahora que se sentía perdida más que nunca. La antigua Alfade la manada se había ido, igual que el resto de betas a excepción de Fletcher,y Charlotte trataba de convencerse de que todo iría bien, incluso a pesar deque aun ni siquiera se había atrevido a contárselo a su madre (que fue druidade la manada antes que ella) y de hablar sobre el tema con la Wilde.

Aunque era bastante de esperar que se incluyera algún queotro museo en aquel tipo de itinerarios, Chuck lo agradecía de todas maneras.Se encontraba paseando entre los pasillos del Prado, contemplando todas lasobras posibles y tomando notas de algunas, hasta que una en particular captó suatención: Los amantes de Teruel. Al parecer estaba basada en una leyenda del país…una de la que no había oído hasta ahora, claro estaba. Por lo que la druidadecidió leer de que trataba con calma.

Una pareja de enamorados separados durante años con final trágico,logrando estar juntos solo debido la muerte… pero a pesar de ser una historiatriste, algunos personajes del cuadro les observaban con ternura. El sonido deunos pasos la sacó de sus pensamientos, aunque Charlotte continuaba con lamirada puesta en la obra.- ¿Crees que el hecho de que la muerte los uniera hacela historia un poco menos triste? -preguntó en un murmuro, sin estar segura desi la habrían escuchado o si se trataría de otro de sus compañeros de viaje.

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¿Se arrepentía de las decisiones que tomó? Únicamente de una. De haber dejado a Lily atrás en las manos de alguien que jamás estaría dispuesto a ver todo su potencial. Y ahora lo que pretendía desde hacía unos meses era recuperarla... Porque era suya. Era su madre y solo las madres sabían que era lo mejor para sus vástagos. ¿Quién mejor que ella para saberlo? En cuanto se había negado al camino que le marcaba su madre las cosas habían ido de mal a peor... Fue retomar sus enseñanzas, su verdad, y descubrir todo aquel poder, aquella verdad que se escondía en el más profundo conocimiento druida.

Sí que había tenido que matar gente pero ¿quién no lo había hecho? Charlie había tratado de acabar con la vida de su prometida -y su amante- al verse traicionado por ésta. Adam se había desecho de Peter para que la manada tuviera un futuro decente. ¿No era equiparable a los sacrificios que había hecho para mantener a salvo a su familia? Su madre lo habría comprendido, ellos no.

Estaba llena de rencor y odio hacia la persona que le había arrebatado a sus razones. Y todo porque estaba ciego. ¿Pero que se podía de esperar de alguien que era una criatura? Nunca comprenderían lo que era estar indefenso en un mundo en el que no se podía estar con la guardia baja -demasiadas experiencias se lo habían demostrado. Ya no podía hacer nada para su primogénito... Era un lobo, una criatura, una causa perdida -al igual que su marido. Pero Lily era distinta.

Su hermoso lirio. Aún tenía que verla florecer... Quién le diría que aquel evento le proporcionaría la oportunidad idónea para llevar a cabo sus planes. Esperó a su momento oportuno... Sin perder la vista de su hija, seguía cada uno de sus pasos. Debió de notarlo porque echó a correr, pero no iría demasiado lejos. La alcanzaría de un momento a otro, se encargaría... Aunque tuviera que echar mano de la telequinesis para tirarla al suelo -que al final es lo que acabó sucediendo.

Lily cayó al suelo... Y aunque era perfecto para acercarse, algo la frenó. Un grito en la lejanía. Siempre era tan inoportuno... Pero para su mala suerte, ella estaba más cerca. -¿Por qué estás huyendo de mí? Preguntó en un murmullo mientras se acercaba a ella situándose frente a su lirio. -Ya nos separan demasiado... No te alejes ahora por tu propio pie. Dame una oportunidad.

“Save me if I become my demons”

No debería de haber bebido. No debería de haberse alejado del grupo, de la gente que conocía. No debería de haber ido sola para empezar al campamento. No debería de haber echado a correr en cuanto aquella sensación paranoica se apoderaba de ella, que la seguían, que la vigilaban, que había alguien ahí entre la maleza del parque. No debería…

Pero ya estaba hecho.

Y no podía dejar de correr, movida por el miedo, el terror, y parte por la embriaguez. Creía que no estaba lejos del campamento… Pero lo cierto es que se encontraba desorientada y perdida, cada vez adentrándose más en la parte desconocida. -¡Ayuda! Gritó, pensando que alguien tenía que haber cerca. ¡Alguien tenía que estar escuchando! ¡Alguien! -¡AYUDA! ¡Por favor! Le faltaba la respiración, estaba agotada, pero la adrenalina le daba las suficientes fuerzas para seguir. No podía detenerse ahora. ¿Y si le daba alcance?

Aunque… ¿Y sino había nadie y se lo estaba imaginando todo? La sola idea la horrorizó. Dios mío. ¿Y si de verdad se estaba volviendo loca, y si estaba perdiendo el juicio? Empezó a asustarse aún más, pero ahora no por aquella presencia (que tampoco sabía si era real), sino por sí misma. -Danny… Él estaba ahí. En el campamento. Lo había visto. Se habían encontrado. Le necesitaba. Él lo sabría. Él… -¡DANNY! Tenía que encontrarlo. ¿Dónde estaba? ¿Seguro que era por aquí…?

Tropezó contra una rama seca e incapaz de mantener el equilibrio, cayó al suelo parando la caída con los brazos para no hacerse demasiado daño. Porque se había caído, ¿no…? ¿O la habían empujado? Pero estaba sola. Allí no había nadie… O sí. Gimoteó, en el suelo, incapaz de levantarse.

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es meryl streep

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Put a song in my ask box that reminds you of my muse, and I'll rate it anywhere from 1-10 on how much I agree.

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Send, "You need to get over _______. They aren't good for you." To my ask box to see my muses reaction.

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My muse just tried to kiss yours. Put your muse's reaction in my inbox.

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Anonymously tell me what you like most about my muse.

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ULTIMATE SHIP MEME - Send my character a ❤ and I'll fill in the form of what my character would do with yours.

BOLD YOUR CHOICES

Affectionate; Holding hands | Cheek kisses | Hugs from behind | Cuddling | Hand kiss | Spooning | Shared baths | Whispers | Affectionate texts | Caressing | Stroke hair | No displays of affection

Sex; Shower sex | Wall sex | Neck bites | Oral | Morning sex | Drunk sex | Public sex | Backseat of car | BDSM | No sex

Dates; Picnic | Cinema | Restaurant | Sports game | Hike | Coffee | Museum | Club | Bar | Beach | No dates

Would my character…

Marry them? Yes | No Have sex on the first date? Yes | No Confess their attraction first? Yes | No Have children/adopt? Yes | No Die for your character? Yes | No Cheat on your character? Yes | No Lie to them? Yes | No Cuddle after sex? Yes | No

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Su hija se estaba volviendo en contra de ella... Tanto trabajo que había implicado en que fuera un corderito que pudiera manipular y ahora estaba aprendiendo a rebelarse. Eso solo podía ser culpa de la manada a la que se había unido y se había alejado de su influencia. Debía de sacarla de allí cuanto antes y mostrarle el verdadero camino a seguir. Los darach, los druidas oscuros que no tenían ningún lazo más que su unión al Nemetón. -¿Y piensas impedírmelo tú? Todo este tiempo y aún no sabes de lo que soy capaz. Era una amenaza y como tal había sonado de sus labios.

Se alzó de la silla de un movimiento brusco, tirándola al suelo. Sonó en la oscuridad del bar y Miranda avanzó lo justo para situarse frente a su hija.... Aunque ya no la reconocía, a esa niña que había podido llevar por dónde quisiera, dirigirla como una marioneta hacia dónde creía conveniente. -Siempre tan ingenua. Espetó como sino fuera más que un insulto.

Entonces volteó, dándole la espalda, y se dirigió hacia la puerta. -Esto solo acabará cuando yo lo diga.

Se estaba sentando… Ya había pocas posibilidades de echarla pues. Además no se veía con corazón de levantarla a peso y arrastrarla fuera del local. Miranda pesaba lo suyo y ella no era muy fuerte. Puso los ojos en blanco y se cruzó de brazos, escrutándola con la mirada de pocos amigos. Sí que había sido verdad y una mera casualidad. Se había ido la luz, la única vez desde que trabajaba en ese sitio. Pero ya no le rechistó más, hubiera sido una pérdida de tiempo hacerlo.

Tuvo que morderse la lengua para no contestar a aquella frase. No, no quiero verte. ¿Qué le hacía pensar que era bien recibida? Quizás antes sí. Antes había sido su fuente de inspiración, su persona a la que recurrir en momentos de crisis. Ya no. Sabía su verdad y eso la hacía una decepción en toda regla.

-Sé lo que intentas hacer. Le advirtió, desde su posición de pie se sintió con más fortaleza para defenderse. Podía hacerlo, podía imponerse a ella. -Y no te voy a dejar. Le alzó un dedo para advertirle que se callara, era su momento para hablar. -Lo has hecho durante toda tu vida… Durante toda mi vida… Pero se ha acabado, madre. Si Charlie iba a convertirla en su fortaleza, él se convertiría en la suya. Se enfrentaría a Miranda, fuera como fuera. Su control había acabado, todo tenía un límite.

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Contenta porque le haya dado la razón y ver esa expresión en el rostro del joven, Miranda está decidida a marcharse para seguir con sus tareas. Pero entonces aquella pregunta la detiene, resopló y se volvió para examinar mejor al joven. No le sonaba, nunca lo había visto antes, por lo que era probable en un cien por cien que nunca antes se hubieran encontrado. -Me gusta que hayas aprendido la lección, debes de ser un caballero con las damas. Le regañó mientras se acercaba unos pasos a él.

Él la estaba mirando y Miranda le devolvió la expresión con decisión. -Espero que esto no sea otro de tus juegos de mal cortejo. Respondió de inmediato con una expresión de pocos amigos y emitió un gruñido. -¿Dónde crees que nos hemos visto?

                      } No le gustan tan maduritas aunque la señora que tiene enfrente se ha conservado muy bien y puede ver su atractivo. La edad es fuente de experiencia, podría enseñarle alguna cosa… Pero lo desecha ante aquellas palabras tan anticuadas. A veces corteja cuando sabe que va a obtener algo, pero no suele ser el caso. { Tiene razón… No ha estado bien por mi parte. } Finge una expresión dolida, no lo siente de verdad. Baja la mirada para dar más efecto. Le dan igual los modales, nunca se obtiene nada bueno de ellos.

Ahora está lejos para conseguir robarle. Una pena porque parece una buena billetera repleta de dólares. Quizás pueda pensar otra excusa para acercarse. { ¿Nos hemos visto antes? } Es la excusa típica. Sabe que no es así… Aunque cuando la mira hay algo familiar en ella.