Me gustaría poder permanecer a su lado por siempre y verlo sonreír. En primavera, verano, otoño, invierno. Cada segundo. Te amo.
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
Akihiko
- Claro que lo eres -lleno sus mejillas y frente de besos- Eres mi adorable Misaki.
Misaki
—¡Usagi-san! —protestó aunque le estaba comenzando a dar algo de risa— N-no hagas eso.
Akihiko
- ¿No hago que? -se hizo atrás un poco mientras sonreía- ¿Dejar de amarte? -le dio un largo beso en los labios- Porque no puedo dejar de hacer eso.
Misaki
–Eso no… yo digo… ay, olvídalo -le sonrió un poco de medio lado y bajó la mirada a su pecho. Estaba muy feliz y no estaba seguro de qué era lo que le causaba esa felicidad.
Akihiko
El escritor rió divertido de la reacción de su joven novio y siguió besándolo un buen rato.
- ¿Porque no nos damos un baño? -pregunto cerca de su oído- Con una sola mano no puedo hacer mucho, y así después de refrescados, puedes seguir con tu tesis y yo no te molesto más ¿De acuerdo?
Misaki
Se volvió a poner ultra rojo, pero asintió. -T-tienes razón, debemos limpiarnos y tú no puedes usar esa mano… -lo miró a los ojos- t-te ayudaré a limpiarte.
Akihiko
- Tan atento como siempre -beso sus mejillas, pero no tardo en regresar a sus labios, en los cuales fácilmente se perdía- Gracias -sostuvo también su mirada sin dejar de sonreir.
Misaki
-¿P-por q-ué me das las g-gracias? N-no h-hice nada… -lo miró sonreir y lo ponía muy nervioso, no podía pensar con claridad- ¿P-Por qué me miras a-así?
Akihiko
- Te doy las gracias por siempre velar por mi, aun cuando yo intento hacerlo por ti y termino errando aparatosamente -beso la punta de su nariz con dulzura y se alejo sin dejar de sonreir- Y te miro así porque estoy enamorado de ti, Misaki ¿Por qué mas lo haría?
Misaki
Cerró los ojos para recibir el beso y todo su cuerpo se estremeció, fue tan inesperado y curioso cómo un beso tan inocente sacudía todo su ser. -V-vamos a l-limpiarnos... p-por favor... U-Usagi-san...
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
Akihiko
- Claro que lo eres -lleno sus mejillas y frente de besos- Eres mi adorable Misaki.
Misaki
—¡Usagi-san! —protestó aunque le estaba comenzando a dar algo de risa— N-no hagas eso.
Akihiko
- ¿No hago que? -se hizo atrás un poco mientras sonreía- ¿Dejar de amarte? -le dio un largo beso en los labios- Porque no puedo dejar de hacer eso.
Misaki
–Eso no… yo digo… ay, olvídalo -le sonrió un poco de medio lado y bajó la mirada a su pecho. Estaba muy feliz y no estaba seguro de qué era lo que le causaba esa felicidad.
Akihiko
El escritor rió divertido de la reacción de su joven novio y siguió besándolo un buen rato.
- ¿Porque no nos damos un baño? -pregunto cerca de su oído- Con una sola mano no puedo hacer mucho, y así después de refrescados, puedes seguir con tu tesis y yo no te molesto más ¿De acuerdo?
Misaki
Se volvió a poner ultra rojo, pero asintió. -T-tienes razón, debemos limpiarnos y tú no puedes usar esa mano… -lo miró a los ojos- t-te ayudaré a limpiarte.
Akihiko
- Tan atento como siempre -beso sus mejillas, pero no tardo en regresar a sus labios, en los cuales fácilmente se perdía- Gracias -sostuvo también su mirada sin dejar de sonreir.
Misaki
-¿P-por q-ué me das las g-gracias? N-no h-hice nada... -lo miró sonreir y lo ponía muy nervioso, no podía pensar con claridad- ¿P-Por qué me miras a-así?
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
Akihiko
- Claro que lo eres -lleno sus mejillas y frente de besos- Eres mi adorable Misaki.
Misaki
—¡Usagi-san! —protestó aunque le estaba comenzando a dar algo de risa— N-no hagas eso.
Akihiko
- ¿No hago que? -se hizo atrás un poco mientras sonreía- ¿Dejar de amarte? -le dio un largo beso en los labios- Porque no puedo dejar de hacer eso.
Misaki
–Eso no… yo digo… ay, olvídalo -le sonrió un poco de medio lado y bajó la mirada a su pecho. Estaba muy feliz y no estaba seguro de qué era lo que le causaba esa felicidad.
Akihiko
El escritor rió divertido de la reacción de su joven novio y siguió besándolo un buen rato.
- ¿Porque no nos damos un baño? -pregunto cerca de su oído- Con una sola mano no puedo hacer mucho, y así después de refrescados, puedes seguir con tu tesis y yo no te molesto más ¿De acuerdo?
Misaki
Se volvió a poner ultra rojo, pero asintió. -T-tienes razón, debemos limpiarnos y tú no puedes usar esa mano... -lo miró a los ojos- t-te ayudaré a limpiarte.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
Akihiko
- Claro que lo eres -lleno sus mejillas y frente de besos- Eres mi adorable Misaki.
Misaki
—¡Usagi-san! —protestó aunque le estaba comenzando a dar algo de risa— N-no hagas eso.
Akihiko
- ¿No hago que? -se hizo atrás un poco mientras sonreía- ¿Dejar de amarte? -le dio un largo beso en los labios- Porque no puedo dejar de hacer eso.
Misaki
–Eso no... yo digo... ay, olvídalo -le sonrió un poco de medio lado y bajó la mirada a su pecho. Estaba muy feliz y no estaba seguro de qué era lo que le causaba esa felicidad.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
Akihiko
- Claro que lo eres -lleno sus mejillas y frentes de besos- Eres mi adorable Misaki.
Misaki
—¡Usagi-san! —protestó aunque le estaba comenzando a dar algo de risa— N-no hagas eso.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua… no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más… ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te… t-te… —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
Akihiko
El escritor, riendo, apoyo su frente en la de su joven novio, lleno de dicha.
- Eres realmente adorable -beso sus labios castamente- Te amo tanto… Gracias por tu esfuerzo.
Misaki
-N-no soy adorable -replicó completamente rojo, pero no podía evitar sonreir porque al fin podía ver esa mirada llena de alegría de Usagi al escuchar por primera vez en voz alta sus sentimientos. No sabía si ahora sería más fácil decirlo, pero intentaría hacerlo.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo… te…. -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- …amo.
Akihiko
Lo vio atento, esperando con suma paciencia sus intentos por querer decirle algo, lo cual intuyo que era importante. Sin embargo no creyó que fuera a decir tan claramente sus sentimientos.
Akihiko lo vio sorprendido, hasta muy sutilmente sonrojado mientras sonreía atónito.
- Misaki… Por favor -le suplico- Repitelo.
Misaki
Vio a Usagi a los ojos y sintió que toda la sangre se subía a su cabeza. Abrió la boca y la cerró tantas veces qeu parecía pescado fuera del agua... no era que no quisiera decirle algo, sentía en su corazón lo que quería decirle, pero repetirla una vez más... ¿por qué le costaba tanto?
Y esos ojos violeta le suplicaban una respuesta.
-T-te... t-te... —frunció el ceño y tomó aire y esta vez gritó— ¡Te amo!
Y al decirlo al fin en voz alta, se sintió liberado, como si una cadena en su interior se hubiera roto.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas… Usagi-san… —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé…
Akihiko
El Usami sonrió enternecido, a la vez que su corazón latio con fuerza en su pecho, triunfante.
Sus labios viajaron desde la oreja a una de las mejillas del pequeño castaño, lugar en donde se posaron para alejarse sonriendo.
- Te amo, Misaki… No sabes cuan feliz me haces.
Misaki
Los ojos de Usagi eran sinceros y su sonrisa tocaba lo más profundo de su corazón. Cerró los ojos y respiró profundo, frunció el ceño y trató de hablar, pero las palabras se atoraron en su garganta una vez más. Tragó con fuerza, volvió a tomar aire y lo intentó de nuevo -Yo... te.... -tuvo que volver a tomar aire y cerrar los ojos con más fuerza para que saliera al fin un susurro un poco más claro que antes- ...amo.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos… además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar… tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis… ¡Usagi-san!
Akihiko
- No te preocupes de la camisa y ya avanzamos bastante en tu tesis… Preocúpate más por mi -susurro a su oído, mismo que beso largamente- ¿No te das cuenta que te eche de menos?
Misaki
-N-no hagas... Usagi-san... —de nada servía protestar, Usagi arremetía más contra su oreja y lo desarmaba por completo. Dejó de protestar y ocultó el rostro- También te extrañé...
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil… yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma… solo no podía hacerlo.
Akihiko
Le dedico una pequeña sonrisa, dándole a entender que había captado lo que quería decir.
El escritor le dio un ultimo beso al menor y extendió su mano sana por pañuelos para limpiar el desastre que había hecho. Misaki no tardo en ayudarle, ya que con una sola mano no podía hacer mucho.
Misaki
—D-deberíamos cambiarnos... además, tienes la camisa un poco manchada con sangre, hay que meterla a lavar cuanto antes —señaló abochornado, pero un posesivo abrazo de Usagi lo obligó a desistir de su modo sutil de querer escapar y comenzó a protestar con más ganas— U-Usagi-san, no puedo respirar... tenemos que cambiarnos y debo seguir con mi tesis... ¡Usagi-san!
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm… U-sa-gi… —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
Akihiko
Akihiko no tardo en seguir los pasos de su dulce novio, mezclando su placer en uno solo que embarro sus manos y un tanto sus vientres. Pero eso no fue el final, siempre el resabio del orgasmo que dominaba sus cuerpos era dulce; no tardaron en hacerse presentes los largos y tiernos besos eran dedicados a Misaki, quien se mantenía sonrojado, pero abierto a recibir las caricias del mayor profesándole su amor.
- Te amo, Misaki -dijo bajito, mirándole directamente a los ojos después de un sentido beso en la comisura de sus labios.
Misaki
Estaba rojo, más rojo que un tomate y tartamudeaba, pero aún entre todo su tartamudeo se las ingenió para pronunciar un débil... yo también que terminó por sacar vapor de sus orejas. Aunque quisiera decirle algo más a Usagi, desnudar su alma... solo no podía hacerlo.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
Akihiko
- Aaah… M-Misaki… -jadeo mientras buscaba los labios del castaño, quien le estrechaba contra su mano e intimidad con vehemencia , fundiéndose en aquel sofocante, pero placentero, calor- M-misaki… dios, Misaki…
Misaki
-Hnm... U-sa-gi... —no tardó mucho tiempo para que los besos y la sensual voz de Usagi terminaran de desbordar su interior de placer y su miembro comenzó a derramar el blanco fruto del orgasmo sobre sus vientres, su mano y la de Usagi.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
Akihiko
Complacido escucho el gemido de su amado, observando como se curvaba su espalda buscando unirse mas en sus intimidades.
- Te amo, Misaki -le confesó su amor con voz ronca contra el oido, mismo que beso largamente- Mueve tu mano… Mas rápido -casi le suplico.
Misaki
Asintió titubeante y cerró los ojos para cumplir lo que Usagi le pidió. Era demasiado, ya no podía detenerse, no quería detenerse hasta que el anhelado orgasmo se hiciera presente, podía sentirlo acumularse en su centro listo para descargar esa ola de placer a todo su cuerpo.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
//Trabajar horas extra me va a matar...
Pero al fin terminé por hoy. Mañana vengo a seguir ;)
1 note
·
View note
Text
[1] - [2] - [3]
Misaki
Tuvo que sujetarse con fuerza de Usagi cuando sintió ese toque en su miembro, pero de nuevo la pena regresó a su pequeño ser, mas tuvo que asentir mientras se apartaba un poco para complacer la petición de su novio. Fue cuidadoso, pero en un momento se sintió intimidado por la tremenda erección que apareció al bajar la prenda.
Akihiko
Suspiro contra el oído del menor cundo este rozo muy infimamente su erección, sin embargo las manos del chico se detuvieron, lo cual le advirtió que había llegado a su limite.
- Si no puedes hacerlo, lo intentare hacer yo.
Misaki
- N-no Usagi-san… e-estás herido… y-yo lo hago —dijo sacando decisión de quién sabe donde y continuó con su trabajo hasta que ya no hubo ningún obstáculo entre sus pieles. Era una situación tan extraña, pero quería cuidar a Usagi.
Akihiko
Mientras Misaki hacia la tarea encomendada, Akihiko no podía dejar de mirar su rostro levemente sonrosado en las mejillas, embobado y completamente consciente de cuan enamorado estaba de el castaño y de cada una de sus reacciones.
Cuando se vio libre de la prisión de su ropa y con el chico sosteniendo su intimidad con temblorosa mano, el mayor con la suya rodeo la de Misaki, obligandole a que sostuviera contra su palma ambos miembros.
- Hazlo lento… Tomate tu tiempo -le susurro contra le mejilla a la par que deja un largo beso en su piel.
Misaki
Cerró los ojos y se relamió los labios antes de tragar con fuerza. Su mano comenzó a moverse como Usagi le había indicado y aunque quiso controlar su voz, no podía contener los gemiditos que brotaban de su garganta. Fue poquito a poquito, tratando de hacerlo bien para Usagi.
Akihiko
- Misaki… -cuando pronuncio su nombre se escucho ronco y ahogado, cargado de deseo, mientras seguía besado sus mejillas y se deleitaba con los suaves gemidos que escapaban de sus labios.
Misaki
-U-U-sa-gi…ngh-san… —No sabía cómo era que seguía moviendo su mano, ya no era algo consciente sino relegado completamente a sus instintos y al deseo de complacer a su amante. No importaba su torpeza o lo vergonzoso, que aunque ese sentimiento siempre lo acompañaba poco a poco era más capaz de hacerlo a un lado y actuar a pesar de él.
Akihiko
Los suspiros y gemidos del menor fueron mezclándose con el húmedo sonido proveniente de sus intimidades frotándose al unisono, y de paso, se agolparon en los oídos de ambos.
Akihiko respiro pesado contra el cuello de Misaki, a veces dejando escapar roncos gemidos de sus labios que contrastaban con los dulces besos que regaba en su hombro o cuello.
- N-ngh… Misaki… -le llamo en medio de un leve espasmo que hizo que su mano se cerrara con fuerza sobre la del castaño que los sostenía a ambos.
Misaki
Su espalda se arqueó ligeramente ante esa presión tan deliciosa. Pero su rostro se volvió completamente rojo al sentirse avergonzado por el bochornoso gemido que escapó de su boca. No podía evitarlo, se sentía bien y debía expresarlo.
¿Quien dijo que los conejos traen buena suerte?
138 notes
·
View notes
Text
//Y no he fangirleado
Por si no han leído el último capítulo... porque puede que yo no sea la última en leerlo... lo dejo bajo llave :P
¡¡¡¡MANAMI YA SABE QUE MISAKI Y USAGI SON PAREJA!!!!
¡¡MISAKI SE ARMO DE VALOR PARA HABLARLE!!
OMPAOWJFPOAWIJEPFAWOIJEFPAWOIEJF
1 note
·
View note