monipadilla - Tumblr blog

[monipadilla]

Vamos por la vida pensando que no nos tocará a nosotros, que las cosas pasan en otros lugares y a otras personas pero no a nosotros, nunca.

[monipadilla]

Hay momentos en la vida en los que te sientes perdida, que no sabes hacia dónde ir o qué hacer. Personalmente, llevo atrapada mucho tiempo en esa etapa, este me ha servido para darme cuenta de que da igual. Sí, no importa porque incluso sabiendo qué hacer te puedes perder. El truco está en asumirlo, no sirve de nada intentar buscar una solución, no la hay. He llegado al punto en el que por fin disfruto de la libertad de no saber qué va a pasar, qué más da lo que ocurra, sabes que siempre saldrás de todo con más o menos daños, pero viva. Incluso cuando el tiempo corra y eches la vista atrás lo recordarás todo con una sonrisa, todo serán divertidas anécdotas aunque en el momento dado fuera lo peor de tu vida. Tenemos suerte de tener una memoria sorprendentemente selectiva. No debemos caer en en la auto-compasión, solo conseguirás que tu vida se convierta en un pozo de tristeza y amargura del que realmente te costará salir, en el que debo admitir que he permanecido un largo período. Aunque quizás todos necesitemos estar una etapa así para darnos cuenta de lo estúpido que es, porque al fin y al cabo, los seres humanos, somos eso; estúpidos. Nos pueden intentar convencer con argumentos más que sustentados, por ejemplo, de que el fuego quema,  pues en nuestra infinita estupidez eso no importa porque hasta que no lo comprobemos en carnes propias no dejaremos de jugar con él.

[monipadilla]

Pajaritos

La gente “mayor” me dice que tengo muchos pajaritos en la cabeza, lo justifican añadiendo: “es que está en la edad, tiene que ser rebelde ahora, ¿cuándo si no? Ya cambiará cuando crezca.” Todo porque no pienso como ellos. Todo porque tengo ilusiones, sueños y aspiraciones en la vida que van más allá de tener un buen trabajo, ganar mucho dinero y formar una familia. Todo por tener unos ideales más o menos claros que no coinciden con lo que están acostumbrados. Al fin y al cabo esos son mis “pajaritos” para ellos.

Cada vez que me sueltan esa frase se despierta en mí la tentación de responderles, de intentar explicarles que no son “pajaritos” ni son cosas de la edad ni es algo pasajero. Esa tentación se apaga en a penas unos segundos porque me doy cuenta que no son más que personas muertas en vida, personas que un día pudieron tener ese tipo de aspiraciones pero que pronto se dieron por vencidos y que cualquier cosa que les dijera solo les serviría para reafirmar mi aparente “rebeldía”.

Al principio les creía, sí. Creí que era cosa de la edad y que con el tiempo me volvería más como ellos -llegué a sentir una enorme pena de mí misma al verme así de muerta-, pero me di cuenta que no es el hacerte mayor lo que te lleva a dejar de ser “rebelde”, sino tú mismo. Pensé que había gente de todas las edades que perseguían y defendían lo mismo que yo.

¿De qué sirve tener un buen trabajo y ganar mucho dinero si no tienes nada por lo que luchar, nada que te haga reflexionar y ningún sueño que alcanzar? Cuando hablo de sueños no me refiero a esas utopías que en ocasiones nos montamos en nuestras cabezas, sino esas cosas que en realidad solo depende de nosotros que puedan ser reales -porque tenemos la capacidad y las facultades necesarias para ello- pero que a lo largo de nuestra vida nos vamos poniendo excusas para no hacerlo. Esas excusas no son más que mentiras. Mentiras porque no existen, nosotros mismos nos las inventamos, solo son producto del miedo que tenemos, un miedo tan común que ni siquiera nos damos cuenta de que nos posee. El miedo a fracasar.

No sé por culpa de qué o de quién el fracaso está tan mal visto y de ahí nuestro temor pero si nos detenemos a pensar por un segundo, realmente ¿qué tiene de malo? 

Sí, de acuerdo, todos nos frustramos cuando las cosas no nos salen cuando y como queremos y tratándose de nuestras grandes ilusiones somos incluso más vulnerables pero, me reitero; ¿qué tiene de malo? Que yo sepa haber fracasado una vez -o dos o tres, cuatro, cinco... Las que sea- no te cierra las puertas a seguir intentándolo y mucho menos a conseguirlo algún día por lejano que sea. Es más, estoy casi segura de que si realmente lo has intentado lo conseguirás y si nunca llegas a hacerlo tampoco pasa nada, al menos no vivirás preguntándote “¿Y si lo hubiera intentado?” Y, a mi parecer, no hay nada peor que eso.

Y así estamos, en un mundo donde la gente vive frustrada por el miedo al fracaso y sumida en la incertidumbre, viviendo una vida que ni siquiera les gusta porque no pueden estar más lejos de lo que siempre habían soñado, y para colmo, cuando ven a alguien que no tiene ese miedo que a ellos les frenó y que aún sueña, es que es un loco/a. Vivimos en un mundo de muertos. Muertos de miedo.

Pero bueno, tampoco me hagáis mucho caso, yo solo soy una universitaria que tiene “muchos pajaritos en la cabeza”.

[monipadilla]

Estancada, si hay una palabra que defina mi situación actual sin duda es esa. Sí, estoy perdida en el centro, y más que en el centro en el miedo, ese miedo que siempre presumí no tener. Miedo al ver que el pasado se me escapa. Miedo, sobre todo al futuro. Y ahora estoy aquí, no ahogada en el pasado pero sí con ese mal sabor de boca que se te queda cuando se van las cosas buenas, a la espera de ver qué me depara un futuro que nunca llega porque sin querer no lo dejo respirar. Estancada en una etapa de transición entre lo conocido y lo completamente desconocido, y lo cierto es que me aterra. Me aterra no ser capaz de avanzar, quedarme estancada. Me aterra mi impredecible futuro y todos los cambios que supone. Me aterran mis duelos internos entre qué es lo que debo hacer y qué es lo que realmente hago. Me aterran las consecuencias. Tengo tantos miedos que me he creado yo sola que ahora no sé cómo destruirlos.

[monipadilla]

Shades.

Aquí estoy, como cada noche. Sin poder dormir. No sé cómo lo hago pero siempre acabo así, tumbada en medio de la oscuridad de mi habitación sin hacer otra cosa que no sea torturarme. Si pensara menos y actuara más, si dejara de especular con las opciones que la vida me ofrece y simplemente tomara una, pero no soy así. No puedo serlo. He perdido tanto tiempo, he hecho tantas estupideces y no tengo para nada claro lo que quiero. Suelo pensar que haciendo esto algún día lo sabré, pero lo cierto es que hasta el momento no he conseguido nada más que amargura.

Sé que soy joven y que para nada voy a saber qué quiero para los restos, pero tampoco es lo que pretendo. No quiero una vida perfecta de color rosa ni un príncipe azul ni mucho dinero. Solo quiero poder ser yo y conseguir que al menos una persona lo entienda, ni siquiera que lo comparta. Me gustaría que alguna vez tuviera las cosas claras o tener el valor de que a pesar de no tenerlas seguir adelante. Ahora mismo no lo hago, hace tiempo que estoy estancada. Hundida, sumida en la desesperación y la ansiedad que me crea esta situación.

Probablemente la gente que me conoce no me imagine así, tal vez este sea mi lado más "oscuro" por llamarlo de alguna forma. A nadie le gusta que los demás lo vean débil, vulnerable, todos tenemos sombras.

Es irónico. Yo, que siempre he defendido el ser una loca, el no pensarse las cosas más de dos veces, el no intentar adivinar qué nos depara la vida sino vivir el presente e ir descubriéndolo. Aquí estoy, frenada por mis miedos, por el peor miedo, el miedo a equivocarse, una vez más.

[monipadilla]

Lo que hoy somos no es más que la suma de las decisiones, tanto buenas como malas, que hemos tomado a lo largo de nuestra vida. La cuestión es que nuestro camino, como mínimo, siempre se divide en dos. Siempre tenemos que elegir, decantarnos por algo y olvidar lo otro, o al menos intentarlo. Lo que no sabemos es que tomemos la decisión que tomemos estamos condenados a pensar que ha sido la mala y a torturarnos pensando qué habría pasado si hubieras tomado otra. Intentamos imaginarnos cómo hubiera sido todo, en vano, porque ya de nada sirve preguntarnos constantemente ese "¿Y si...?" Las decisiones tampoco son eternas, podemos cambiarlas, podemos intentar deshacer y re-elegir otra opción. Muchas veces nos habremos equivocado con nuestra primera decisión, no tenemos que encadenarnos a ella.

[monipadilla]

¿No os dáis cuenta de cómo vosotros solos os atáis en las relaciones? Somos jóvenes, vuestra vida puede cambiar bruscamente en cualquier momento, ¿cómo osas prometer que estarás siempre junto a alguien? Somos jóvenes, aún nos quedan mil cosas por descubrir, ¿cómo estáis tan seguros de que nunca conoceréis algo mejor o al menos que os guste más? Somos jóvenes, la vida da cien mil vueltas, ¿por qué os empeñáis en querer ser la felicidad de alguien? Si algún día os vais también seréis la causa de su infelicidad, ¿no es acaso una responsabilidad demasiado grande? Somos jóvenes, la vida nos guarda miles de sorpresas, de experiencias, ¿estáis dispuestos a perderlas por estar atado a alguien? No digo que no amemos o que no tengamos parejas estables, solo digo que no os esforcéis tanto en predecir vuestro futuro al lado de una persona, ni hagáis promesas que no sabéis si algún día incupliréis, porque por mucho que améis ahora no sabéis qué puede pasar y qué puede llegar. Simplemente dejaos llevar, quered, amad, pero no os atéis. En la vida hay millones de opciones, igual esa persona sí es con la pasaréis el resto de vuestros días, pero igual no, ¿por qué prometerlo sino lo sabes?

[monipadilla]

Estoy cansada. Sí, cansada de que la gente que cree conocerte se crea tener el derecho de juzgarte, se crea saber más de ti que tú. Cansada que por dar tu opinión sobre algo que no les cuadra puedan encasillarte, colgarte la etiqueta de algo que realmente no eres. Que crean que solo se puede ser de una forma, como ellos, y sino eres así, solo puedes ser de la que es opuesta. 

Estoy cansada de los hipócritas, de los falsos tolerantes, esos que dicen aceptar lo que no es de su zona de "confort" -por llamarlo de algún modo- de esos que defienden la variedad, cuando para ellos las cosas en realidad solo pueden ser blancas o negras, y en cuanto te sales de una te encasillan en la otra, sin entender que no, que tú no eres así. Que no quieres pertenecer a esas normas que ellos adoptan por las "correctas" y que no quieres ser ese tipo de persona que ellos consideran "normal", que simplemente quieres ser tú, quedarte con lo mejor de cada sitio, quedarte con lo mejor de lo que la vida te ofrece y no limitarte, no creer que las cosas solo pueden ser de una forma.

Estoy más que cansada, harta. Harta de todo esto, y que encima tenga que soportarlo, y callarme, porque si hablas es peor. Pero ya no tengo miedo, me da igual, que piensen, que opinen de mí, yo sé quién soy, los que me importan saben quién soy, los demás que sigan inventándose mi vida.

[monipadilla]

Esta eres tú, sentada en mitad del vacío de tu vida. Vacío porque aunque tu vida esté llena de bienes materiales y tengas amor, cariño y todas esa cosas que la gente "normal" quiere tú siempre vas más allá, siempre quieres un poco más, siempre deseas lo que no puedes tener. Deseas saber lo que nadie sabe, deseas conocer cosas que solo se conocen viviendo y te torturas por ello. 

Es difícil vivir en la tortura. En la tortura de no saber si los esfuerzos que estás haciendo hoy tendrán el resultado que realmente quieres, pero no es solo eso. 

Es más difícil aún obsesionarte con algo que ni siquiera sabes si quieres, sabiendo que te obsesionas con ello solo porque ahora te resulta inalcanzable, pero habrá un momento en el que lo alcances, porque eres así, si lo quieres haces todo lo posible hasta tenerlo. El problema es que cuando lo tienes te das cuenta de que no es lo que quieres y vuelta a empezar.

Una nueva obsesión, un nuevo deseo que solo se sacia consiguiendo ese "imposible", y cuando por fin lo tienes desecharlo solo porque te das cuenta de que no es más que un capricho. Esto te hace dudar de si lo que ahora deseas es una vez más un capricho y si merece la pena luchar por ello.

Todo esto te lleva a la tortura porque sabes que la única culpa de que todo te vaya mal eres tú, porque no logras entenderte.

[monipadilla]

Hay momentos en la vida en los que no sabes a donde vas. Momentos en los que no sabes exactamente para que  lado tirar porque en tu cabeza hay un duelo entre lo que prefieres, lo que quieres y lo que realmente puedes conseguir. Es un inconformismo constante con lo que logramos, cosas que si hubieran sucedido en otro tiempo hubieras apreciado más o lo hubieras ignorado por completo, y es que todo depende del contexto. En este contexto me defino como una infeliz en una busca permanente de la felicidad, o al menos intentando tener un remota idea de donde se halla.

[monipadilla]

Esa mierda de sensación de no estar nunca haciendo lo correcto.

[monipadilla]

PO ME MUERO.

[monipadilla]

Wherever you are is the place I belong.

One Direction- Ready to run.

[monipadilla]

Uno es de donde llora pero siempre quiere ir a donde ríe.

[monipadilla]

EspaÑa.

¿Sabéis qué es lo más acojonante? Que cada día sale un nuevo caso de corrupción, que cada día vemos como se ríen en nuestra puta cara estafando millones por los que les caerá unos años en prisión y no devolverán ni un céntimo y eso si llegan a cumplir condena porque con las fianzas de risa que les ponen sus delitos pasan desapercibidos. Pero lo más acojonante es que aquí estamos los españoles, sentados en nuestros sofás, viendo las noticias, quejándonos por las redes sociales y en voz bajita cuando coincidimos con algún vecino en el ascensor para hacer ese trayecto menos incómodo. ¿Qué mierda estamos haciendo? Vemos como cada día nos recortan más y más en libertad, sí, en libertad, ¿qué son esas nuevas "normas" que entrarán en vigencia en Sevilla en 20 días? Señor, Zoido, pónganos un toque de queda denos una paliza si estamos en la calle a partir de este, amordacemos a nuestras mascotas, a nuestros bebés y a nosotros mismos para que así no haya "contaminación acústica". 

No entiendo una mierda de política ni tengo el más mínimo interés en aprender, yo creo en la justicia aunque últimamente lo ponen difícil, pretendo creer en el hombre pero esto también se me hace MUY difícil. Ni siquiera creo en ningún Dios. Repito, creo en el hombre, en su capacidad de lograr lo que se proponga cuando hay unión pero lo cierto es que día a día intentan separarnos más, y lo están logrando.

Si hubiera más diálogo y menos odio, si personas con distintas ideologías pudieran hablar sin alzarse la voz ni echarse "mierda" mutuamente, si gente de la ultra derecha, de la derecha, del centro, de la izquierda, de la ultra izquierda de este país dejara de buscarse los fallos, de matarse con las palabras y se unieran, se levantaran en contra de la panda de incompetentes que gobiernan o que pretenden gobernar nuestro país todo sería tan distinto. Si se dieran cuenta de que estos partidos en realidad no representan otra ideología que no sea las del beneficio propio, que en realidad lo que hacen es jugar con nosotros... Todo sería tan distinto...

Prácticamente en casi cualquier país que tuviera las elevadísimas tasas de paro que en España tenemos los ciudadanos ya se hubieran más que levantado y alzado su voz por todo lo alto para denunciar la situación. Y ojalá el paro fuera el único problema del país, pero somos conscientes de que no, de que es el paro, la corrupción, el enriquecimiento de los ricos a costas de empobrecer aún más a los pobres, es ese continuo odio entre los españoles, es esa ansia de distraer el pueblo con temas poco relevantes en comparación con la situación en la que vivimos. "¿Qué hacemos para distraer al pueblo y que no se fijen en el desastre económico? ¡Saquemos una ley que prohíba el aborto! ¡Que se peleen por la independencia de Cataluña! ¡Introduzcamos el ébola en España y encima dinerito extra por la venta de medicamentos y asustemos al pueblo!"- Pensadlo, no digo, ni mucho menos, que estos temas no sean importantes, solo digo que crean polémicas con estos temas para que nos olvidemos de lo que realmente nos está jodiendo. Al final la ley del aborto se anuló, Cataluña sigue sin independizarse y parece ser que la situación del ébola está controlada, ¿no os dais cuenta?

Ya estoy harta de eufemismos, de no llamar las cosas por su nombre, de querer enmascarar los delitos que cuatro imbéciles cometen y de que se crean en el derecho de que con una disculpa que ni siquiera es sincera sean disculpados porque no. El gran problema es que les estamos permitiendo que hagan lo que quieran, que se crean la mierda que sueltan por la boca y ya está bien, ya está bien de que cuando falte el dinero porque ellos se lo han llevado calentito para casa lo recuperen sangrándonos a impuestos, recortando en cosas tan básicas como la sanidad y la educación.

El gobierno se está convirtiendo en ese matón que en el colegio nos daba una colleja y nos quitaba el desayuno, y nosotros como idiotas nos callábamos y al día siguiente se lo dábamos otra vez. Echémosle huevos.

Att: una universitaria que no entiende de nada.

[monipadilla]

[monipadilla]

Los tristes no ganan.