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It feels like Monday ☺️

Happy Wednesday!!!

Bueno decídete lunes o miércoles 🤔 que importa venimos con energía para comenzar a trabajar yey! 🥳

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ESPÉRENME!

Neela se estaba preparando para ir a dormir, se puso el pijama y fue a cepillarse los dientes con su papá. Ir a dormir le aburría, no entendía porqué la mandaban a acostarse temprano si siempre terminaba durmiéndose tarde por culpa del televisor de la abuela, encendido hasta entrada la noche, así que eso de ir a la cama temprano no tenía sentido, sin embargo, como cada noche se fue a dormir.

Había visto una película esa tarde, de esas que asustan, que eran las que le gustaban más. Se trataba de unos bichos raros como erizos que venían a la Tierra a comerse a todo aquel que se les atravesara por el medio. Aunque pensaba que era imposible que siempre tuvieran hambre y que la protagonista era estúpida por subir las escaleras en lugar de salir de la casa, no podía dejar de pensar que el hueco oscuro junto a su cama/gaveta sería una guarida ideal para los Creeters.

  Más tarde esa noche, Neela al irse a la cama se fijó bien que no hubiera un nuevo residente en el hueco que quedaba al sacar su cama de debajo de la litera. Buscó primero a la serpiente, enrollada al fondo junto a la pata de la trilitera, y luego por Chucky, y como no encontró a ninguno de los residentes fijos y satisfecha de no ver tampoco a ningún Creeter se dio la vuelta para dormirse.  

    Habían llegado por fin a la calle larga, esa que parecía extenderse por siempre, una cuadra llanera diría su abuela, se extendía solitaria y oscura sin nadie alrededor. Su familia se encontraba mucho más adelante y caminando a paso lento. Neela se apresuró a amarrar su zapato como mejor pudo, se levantó y comenzó a caminar.

No podía verse a sí misma, pero notó como llevaba puesto un ridículo vestido de esos falda de campana; mientras que su hermana llevaba una especie de suéter sin mangas sobre los hombros que le pareció gracioso –parece una vieja- pensó. Podía ver a su mamá tomada del brazo de su papá como siempre, y le llamó la atención el extraño sombrero que llevaba puesto él, -mi papá no usa sombreros- se dijo; allí estaba su abuela vestida también de negro –a ella no le gusta el negro- frunció el entrecejo y siguió caminando, dispuesta a alcanzarlos. A pesar de sus ropas raras sabía quienes eran y no quería quedarse sola en esa calle desconocida y solitaria.

            -¿Por qué van tan rápido?, ya va espérense- dijo. Nadie respondió.

Siguieron caminando derecho por la calle. Sin importar que tanto corriera no lograba darles alcance. Neela no creía que fueran muy rápido, no era como si su abuela pudiese correr, pero no conseguía a cortar la distancia.

La niebla estaba envolviéndolo todo, haciendo que la oscuridad se tornara más densa. Pronto comenzaron a subir, la calzada era empinada y siempre recta. No habían cruces, ni semáforos, tampoco carros u otras personas, solo iban caminando, siguiendo la calle.

Neela tomo aire y comenzó a correr, sentía el esfuerzo de ir en subida y le daba la impresión de que alguien o algo la retenía, con cada paso que daba retrocedía dos, tal como ir en contra del viento, y su familia se alejaba. Siguió luchando para no perderlos de vista, se debatió contra la fuerza invisible que le hacía el cuerpo tan pesado que casi ni lo podía mover, en un último esfuerzo intentó llamarlos.-Espérenme, espérenme, espérenme- dijo, una y otra vez pero no la escuchaban.

Neela tomó aire una vez más y con todas sus fuerzas grito -¡¡¡Espérenme!!! -¿Qué te espere quién niña?- dijo su abuela. 

-¡Ah! ya está soñando otra vez- dijo su hermana.

Neela parpadeó y se dio cuenta de que estaba acostada en su gaveta, se dio vuelta, miro con afán la esquina negra donde siempre se agazapaba la serpiente, buscó a Chucky y tampoco lo encontró, alzó un poco el cuello para ver el pie de la cama y al no ver a ningún Creeter, se acurrucó y volvió a dormir.

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OSCURA OBSESIÓN

Por: Eleonora Rivas

Foto de Majd Sheikh en Pexels

Nunca pensé que por despertar esa mañana estaría sentando nuestro destino para siempre, que los eventos que se desarrollarían luego habrían de ser mi culpa desde el principio. Todo comenzó meses antes, irónicamente en la misma forma en que todo terminó, conmigo abriendo mis ojos.

El sol estaba alto en el cielo y el aire tenía ese tenue olor floral del otoño dando a luz a la primavera. Al pie de la colina, sentada junto a los girasoles, inconsciente de su alrededor, se encontraba la criatura más hermosa que jamás había visto. Una encantadora, fresca y joven.

Tal vez dirías que fue el puro instinto lo que me llevó a hacer lo que hice, esa es una forma de verlo, una muy simple. Sin embargo, y en contra de la creencia popular, pues no soy de esos que salta de una a otra con el único propósito de saciar los deseos de la carne, me le acerqué. Necesitaba sentir su calor, tocar su piel tan suave como el terciopelo que solo un delicado roce fue suficiente para saber que debía hacerla mía.

Finalmente sucedió una lánguida tarde tras sentir sus brazos rodeando su cuello y su trémulo cuerpo, se me entregó. Mi preocupación crecía con el pasar de los días, la veía desvanecerse cada noche y resurgir cada mañana. Saltaba a la vista que la vida se escapaba de su ser y esta regeneración de ave fénix no podría prolongarse mucho más. Temprano en la mañana llegaba el médico de confianza y con sus fríos instrumentos pretendía frenar lo inexorable.

Tal fue mi obsesión por no dejarla ir, por vivir otro minuto en su calor, que opté por alejarme un poco pensando que ese espacio entre nosotros serviría para reanimar nuestra relación, y darle un nuevo sentido. Así, quise convertir la habitación contigua en mi cueva, un lugar sólo para mí y lo tosco del comportamiento de los machos, creyendo que tendría la fuerza de voluntad suficiente para mantenerme alejado el tiempo necesario para su recuperación.

 ¡Oh qué tonto fui!, era imposible evitar escabullirme en la oscuridad de la noche hasta su habitación. Ocultos mis pasos por el silencio de la alfombra, era sencillo llegar hasta el pie de la cama y contemplarla dormida, deslizarme sigilosamente entre las sabanas acariciando esa piel sonrosada ya cargada del líquido de la vida, y llegar hasta ese cuello largo y terso donde podía perderme por horas.

Más de una noche fui descubierto en mis aventuras nocturnas. Parado junto a la puerta ella me miraba fijamente. No fue hasta el final que pude entender que ese sentimiento reflejado en sus grandes ojos no era el amor que yo profesaba por ella, y tanto ansiaba me fuese correspondido, sino más bien el terror de una víctima contemplando a su asesino.

En los días finales, su propia fragilidad comenzó a afectarme. Caí en un extraño estopor vencido ya por lo irreversible de los acontecimientos, los médicos habían venido sin mucha prisa a confirmar la noticia, mi hermosa criatura se había roto, ya no quedaba nada fresco en ella y su calor se apagó para no resurgir nunca más.

La sirvienta entró para deshacer la cama y llevarse con ella el dulzón olor de la muerte tratando de convertir el vacío cascarón en una silueta del ser divino que tuve ocasión de poseer, fue allí cuando sucedió. Un haz de luz me sacó de mi sueño e hiriendo mis ojos debí abrir los parpados para contemplar a mi rival. Allí estaba él, un macho fornido que a pesar de su fuerza no había conseguido proteger a su hembra. De un solo tajo deshizo mi escondite, aquel que nos había servido de nido de amor.

Al sentir sus garras cernerse sobre mi cuerpo no fue el instinto lo que me guió, sino mas bien un sentimiento de pura abnegación de un amante hacia su novia. Aferré mis fauces con todas mis fuerzas, y sin conciencia ya de lo que hacía regurgité el líquido rojizo que algún día hizo latir su corazón, consiguiendo por fin unirme a ella por la eternidad.

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The Silence

Foto de João Cabral en Pexels

I was walking along the long dark road; don't know how or when I got there. Was walking in zigzag, crawling my feet, feeling the cold wind blowing around me, suffocating me...

There had passed minutes and hours and I just walked no place to go, didn't know where I was going was simply feeling the wind.

Along with my thoughts and my pain wishing never had been here the only thing I could do was to keep walking. It was late and dark at night the deepest silence was swallowing everything as I let myself deepest into the road that silence wasn't just silence. It was strong, the strongest I've ever heard, it had character, and it had power, slowly swallowing everything around it. I kept walking.

The pad was very stretch, barely could see through the fog. There was no moonlight and nothing since to be alive. I kept walking down the road turning right, then left, my head was blur but my thoughts were clear I didn't know where I was going, I just felt a greater need to get there.

The Silence was getting deeper and deeper, almost as it was after me. That feeling of being chase. That thought of being hunt.

The emotion of being all alone with the Silence turns my blood cold, and a shake went through my body, head to toe. I started to walk faster even though the weigh on my shoulders was getting heavier. I kept crawling my feet, and I lean forward in an intended to stay straight on them. I kept walking.

The Silence was heavier and so is how it gets louder by swallowing everything it touches surrounding the road. You could almost say that it planned it, it was leading me, keeping me in pad

I was no longer alone, the Silence was my company, it has become incredible loud and vibrant. I tried to walk faster, I wanted to run but my feet got heavier, and my legs were tired, and the weight, that unbearable weight on my shoulders was more than I could take, but I had to walk forward.

The road kept deeper and darker almost fades away in the fog. I couldn't see beyond it, I made a turn, turned again, and again. I was beginning to feel dizzy, suffocating, better said, by the Silence, being buried under the weight of the chains on my hands and feet. The pillory on my shoulders was made of wood an iron it was forced long go.

The Silence was growing louder and louder until my ears bled, it shook all with such strength that I felt on my knees onto the rug stone floor.

The Silence was above me, behind me, in front of me, everywhere it had swallowed each piece of life, love; every piece of mercy letting nothing left. I felt abandoned and alone punished by my loneliness and agony my head no longer blur brought me back some disturbing memories, evil images that showed someone’s past, my past.

The Silence, that horrible, cold, dark silence; it was looking at me with no humanity it had no heart, it had no feelings, just hunger The Silence got bigger, it grew its strength as I got weaker, I was terrified, shaking, and confused all cover in a hot sweat.

I could felt my heart biting uncontrolled, my breath was deep and fast, oppressive fighting for apiece coat of breath. The air was insanely cold, and with every breath it got colder but the heat around me made seemed thought me I was on fire.

The pain because of the chains on my feet was unbearable, the weight of the pillory, and the uncomfortable position of my arms made the blood not flow to my hands anymore. I wanted to get on my feet and leave but the Silence continued pushing me down against the floor.

At the edge of madness, completely hopeless, I made a last intent for help tried to get up, I wanted to scream but The Silence rose above my voice and swallowed it, started to spin around me I could no longer hear my voice The Silence was eating its sound, and as I indented to scream louder The Silence got stronger and hunger I could feel how it was taking of the tiny space that I was in, it fed out with my voice I couldn’t hear it anymore. The bits of my heart were getting faster almost feel like the pass of a horse bumping inside my chest, pressing so hard that it began to be difficult to breath.

The Silence made a last move it twisted itself went up, high in the sky and in the time of a blind it pounced in drift over me I felt the impact like a lighting stroke so strong that the pillory broke into pieces, and I was thrown against the stone floor, I turned on my back and used my hands for protection, it was pointless. I knew it was inevitable.

The Silence was floating over me and it took a second to taste its victory. My heart, a moment ago biting insanely, was now slow its bits were being eaten for the Silence, feeding it. 1…2…3…

The horror and ache were beyond me, they were so strong, so clear, and neat almost like salvation The Silence started to come closer as my heart was getting quitter and quitter 4…5…6…

Until the Silence was so close that I could touch it, I was breathing it in me The Silence got closer and closer, stronger by my horror. I could feel like disappearing The Silence was erasing me, it had took my voice now my heart’s bits, and finally satisficed with its conquest the Silence slow down its attack to take delight all of what was left of me, it twisted again over itself I tried to put my hands as protection one more time as a reflex, the battle was lost.

The Silence covered my body and slowly went from toe to head inch by inch I was being consumed for the Silence. It twisted over till totally enclosed me. As it got to my head, I felt its touch in my hair and neck and very tender it covered my mouth, the horror attempt of me becoming one with the nothing, was this the price?  Was this the punishment? Silence, loneliness, forgotten, abandoned.

The Silence finally covered my eyes, when it was finished it made another twist and spread away letting anything there but silence.

[nasyer]

Hola!