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: 𝙣𝙪𝙣𝙘𝙖 𝙫𝙤𝙡𝙫𝙚𝙧𝙚... 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Louise se queda callada cuando la pregunta de una amiga va en general: '¿A dónde irán en las vacaciones?'. Todas responden inmediatamente, algunas desinteresadas, otras presumiendo que irían de viaje con sus novios. Ella fue la única que no contestó, es más, se centró en la comida que tenía delante suyo y haciendo creer que no escuchó.
━ Louise... ━ quiso maldecir, ¿por qué ahora sí la notaban? ━ No contestaste la pregunta, ¿qué harás?
Revolvió su ensalada, quería no responder a aquella pregunta, pero Lou no era para nada grosera y tampoco lo sería en esos momentos.
━ Me quedaré en casa por las dos semanas. ━ dijo, embozando una sonrisita de nervios. ━ Mis familiares viven lejos... ━ mintió. ━... además, tengo mucho trabajo en la heladería.
Todas se miraron entre sí, algo absortas pero no sorprendidas por las respuesta que les dio la muchacha de hebras rojizas. Louise tampoco, sabía que ella siempre había sido así y que nunca hablaba de su familia sin cambiar de tema a los dos minutos. No sabían por qué lo hacía, y a pesar de ser todas amigas, Lou nunca dio el ápice de querer contarlo.
No insistieron, optaron por hablar de otra cosa mejor. La joven soltó un hondo suspiro, aliviada al no ver reproches ni nada en medio. No se encontraba de humor para aguantar preguntas, ni nada. Así que, levantándose de la mesa, se despidió diciendo que debía ir a la biblioteca para retirar algunos libros para un examen que tendría pronto. Se retiró, perdiéndose entre los pasillos y los alumnos.
━... iré a visitar a mi familia, hace tanto que no la veo. ━ Yo también. Aprovecharé estas dos semanas...
Louise apretó los labios y caminó más rápido para no oír esa conversación casual (mejor dicho, el destino quería atormentarla). Todos hablaban de lo que harían. Todos mostraban con orgullo que sí tenían una familia. Todos tenían planes, menos ella. ¿Por qué? Ah, porque su madre estaba muerta, su padre en prisión y sus hermanos desaparecidos.
Además, ni siquiera quería regresar a ese lugar que denominó como 'casa' cuando era niña. Tantos recuerdos malos, tantos golpes, llantos de aquel lugar la hacían tener pesadillas y sentirse que aún estaba ahí. ¡Como olvidar cuando su padre la mandó al manicomio! Solo por creerle a un psicólogo que -casi- se propasó con ella, todavía recordaba con rencor a aquel hombre. Había crecido con tanto odio, que estaba segura que su mamá estaría decepcionada de ella.
Pero ella no estaba más en ese mundo. Era la realidad, la dura y verdadera realidad. No obstante, ella había sido su motor para seguir viviendo en aquel mundo. A veces piensa que esa mariposa en sus sueños fue su progenitora, quien la empujó para despertar bajo los escombros y huir antes de que todo se deterioré.
Le gustaría visitar su tumba, pero como había dicho, eso significaba pisar otra vez su ciudad y estar cerca de su antigua casa. Lou se prometió aquel día, cuando despertó en el hospital, que jamás volvería a su pasado y se centraría en el futuro que tenía adelante.
No tenía padre. No tenía hermanos. Ni tenía tíos, tampoco. Solamente una madre, que luchó, amó y se recuperó por ella. (entre comillas)
Ya no era esa muchachita que lloraba a cada momento. Ya no era la niña que golpeaban, solo por ser 'rara'. Ya no le interesaban los poemas, ni las flores o los peluches; todo fue destruido por la maldad y su inocencia fue destrozada por los doctores, quienes la trataron de loca desde el primer momento.
Louise sabe que cambió, y seguirá tratando de mejorar para que su historia no se vuela a repetir.
𝘚𝘪𝘯 𝘦𝘮𝘣𝘢𝘳𝘨𝘰, 𝘔𝘪𝘶 𝘦𝘴 𝘳𝘦𝘯𝘤𝘰𝘳𝘰𝘴𝘢 𝘺 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘰𝘭𝘷𝘪𝘥𝘢. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #personalitate )
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: 𝙢𝙖𝙧𝙞𝙥𝙤𝙨𝙖𝙨 𝙚𝙣 𝙚𝙡 𝙖𝙞𝙧𝙚. 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Park YoungMi cumple quince años cuando presencia la escena: su mejor amiga abrazada a un chico mayor que ella, compartiendo un beso fogoso y a tres cuadras del colegio. No puede evitar que sus mejillas se ruboricen, y más porque su compañera no tiene pudor de 'demostrar' su amor en un parque público. Ella lo vio, pero eso no significa que hubiese sido la única al presenciarla; los rumores vienen y van, no se sorprenderá cuando la muchacha corra lloriqueando a sus brazos con un montón de repliques. Y ella se dejará envolver, porque ChanMi era su 'amiga del alma' y no podría verla destrozada. Tarde o temprano los padres se enterarían, sus compañeros también y sería categorizada como la 'zorra' de la clase.
Es por esa razón que YoungMi mira a ChanMi fijamente cuando entra el salón, como la curiosa que es, sus ojos se instalan en los labios hinchados y el ruborcito instalado en sus mejillas.
ㅡ Te vi hoy... ㅡ le dice, titubeando y viendo su cambio de expresión. ㅡ No fue algo que yo quería ver, pero lo realizaste frente a mucha gente, ¿sabes? ㅡ No sé de que hablas. ㅡ tartamudea la niña de quince. ㅡ De seguro me confundiste, salí y vine de inmediato acá. ㅡ No me mientas, ChanMi. ㅡ se controla de no gritar, pero la paciencia de YoungMi es nula y se rompe fácilmente. ㅡ Soy tu mejor amiga, te reconocería a un millón de kilómetros si es necesario... ㅡ la bulla en el salón es fuerte, pero agradece porque así puede hablar sin sentir miedo de que la están escuchando. ㅡ ¿Desde cuándo tienes novio?
Su amiga parece descolocada por la pregunta, sin embargo, ve como su rostro está más calmado y resignado. Un suspiro sale de sus labios, todavía hinchados.
ㅡ Una semana... es mi vecino. ㅡ dice. YoungMi lo recuerda, es el chico de diecinueve años y sabe que se apellida 'Min'. ㅡ Me olvidé de las llaves el lunes pasado, así que esperé con el frío y todo. Él apareció, me dijo si quería esperar en su casa hasta que aparezcan mis padres... ㅡ sus mejillas se colorearon más al recordarlo. ㅡ Me contó muchas cosas. Me hizo reír en los momentos, y sin saberlo, de un momento a otro me encontraba compartiendo un beso.
ㅡ ¿Tus padres, o los suyos, saben de ésto...? ㅡ su compañera niega, tímida y nerviosa. ㅡ Mierda, ChanMi, uh... tienes realmente suerte que fui yo la que vi. Pero estaban a tres malditas cuadras, ¿qué hubiese pasado si te vio un conocido? O un compañero, saben que muchos son cotillas y... ㅡ suspiró, arreglándose los mechones que caían. Respiró dos veces. ㅡ ¿Qué se siente estar enamorada?
Cambió de tema porque se estaba empezando a enojar, y no le gustaba cuando pasaba eso. Pero, el solo hecho de ver a su amiga contarle cómo se sentía junto al vecino, le hizo ponerse más curiosa y preguntarse a sí misma si se enamoraría en algún momento.
ChanMi hablaba de que tenía maripositas cuando su mano rozaba con su novio, o si compartían besos sentía que su mundo se transformaba en un cielo rosa y nadie (más que ellos) experimentaban esas sensaciones. También le contó que, por primera vez, sus ojos brillaban al ver un nuevo mensaje, o que veía su figura acercarse y un escalofrío recorría cada célula de su anatomía.
YoungMi pensó que ChanMi estaba infectada, sí, infectada de amor y alegría. Algo que jamás vio antes en ella, pero que ahora le estaba causando mucha, mucha envidia (de la sana, quiso mentirse). Estaba bien, no lo negaría, si su amiga era feliz con un desconocido ella lo sería también. Y esperaba que ese muchacho mayor la cuidase, porque ChanMi era una muchacha risueña que mostraba una sonrisa sin importar el qué o cómo. Personas así no se encontraban con facilidad.
ㅡ Cuando te enamores, sentirás maripositas en el estómago, tus ojos brillarán al verlo y tu mundo se volverá rosa. ㅡ Yo no quiero infectarme de amor... ㅡ murmuró con peso en sus palabras. ㅡ Lo importante es mi estudio, y la carrera que tomaré cuando empiece la universidad. ㅡ Aún faltan muchos años, YoungMi. ㅡ dijo con una sonrisa traviesa, pegándole con delicadeza el brazo. ㅡ Vive la vida, además, tienes a ChungHo, ¿verdad?
Odiaba cuando ChanMi decía ese nombre, porque sus mejillas (sin consultarlo) se convertían en tomates y empezaba a tartamudear como una tonta enamorada. Ella no era tonta, ni le gustaba ChungHo. El chico era un gran amigo que, a pesar de estar en distintas clases, siempre la pasaba a buscar para ir juntos a casa o al parque con sus amigos del barrio.
Puede que ChungHo fue su primer amor, o quien causó cosquillitas en el estómago; hasta deseó ver las estrellas con él en una tarea, pero eso era algo que nadie sabía más que ella misma. No entendía porque ChanMi insistía y metía idioteces, veía a ChungHo como su amigo, alguien que la sostuvo en sus momentos difíciles y le juró estar a su lado hasta el final del túnel.
ㅡ Es mi amigo... ㅡ no tartamudeó, pero el rubor estaba ahí. ㅡ Hey, ¡No estamos hablando de mí! Deberías preocuparte y pensar cómo decirle a tus padres que tienes novio, no puedes ocultarlo más.
La conversación terminó con ChanMi pensando en qué haría, hubiesen seguido pero el profesor apareció a los pocos minutos y no quedó de otra que finalizar el tema por el momento. Ni lo tocaron en el almuerzo, receso ni nada. Las dos se separaron para volver a su casa, mientras que ella se iba con ChungHo junto a los otros chicos; estos decidieron irse a un arcade, así que se quedaron los dos solos.
Silencio, un cómodo silencio donde el único ruido que había era del viento chocar contra las hojas de los árboles.
ㅡ ¿ChanMi tiene novio? ㅡ ¿C-Cómo es que tú...? ㅡ el chico la mira, viendo la respuesta a los dos segundos. ㅡ La vi hoy, pasé por el parque y creí que eran de cursos mayores. Pero... la reconocí, sin embargo, creí que era mi imaginación. ㅡ se quedó en silencio. ㅡ Me diste la respuesta, si hubieses negado tal vez creería que estaba equivocado. ㅡ Me agarraste desprevenida. Otro silencio. ChungHo suelta una carcajada suave. ㅡ Perdón. ㅡ dice entre risitas pequeñas. ㅡ Es que, me sorprendió bastante. Aún ni terminamos secundaria... y ChanMi ya anda en cadenas, ¿tú lo...? ㅡ También me enteré hoy...ㅡ parpadeó, prestando atención al camino. ㅡ... tuve que sacárselo y amenazarla para que me contase todo.
ChungHo da otra carcajada, más, sus manos posan en la cabellera larga ajena y la despeina con ternura. YoungMi se sonroja, pero quiere creer que es por el frío.
ㅡ A ti te prohíbo tener novio. Eres una niña, debes cumplir tus sueños y luego pensar en esas cosas. ㅡ dice en un tono demandante, pero con pizcas de burlas. ㅡ Eres tonto. ㅡ rueda los ojos riendo. ㅡ mi único novio son las estrellas, y la más especial será cuando vea una y la llamé por mi nombre. ㅡ Mi niña amante astrónoma. Oh, ya llegué a mi casa. Como sea, te veo mañana, ¿sí?
YoungMi asiente, mueve sus manos y se da la vuelta para seguir su camino.
Pero se detiene, gira su cuerpo y, antes de que ChungHo se meta a su casa, le hace una pregunta que rodó su cabeza hace horas:
ㅡ Si en algún momento tienes novia, ¿nunca te separarás de mí, verdad? ㅡ preguntó, ante la atenta mirada del mayor.
ChungHo ríe y asiente. ㅡ Siempre serás mi número uno, pero... ㅡ pucherea, cruzándose de brazos. ㅡ Espero ser el primer chico que verá las estrellas contigo, ¿lo prometes?
Park YoungMi cree, en esos momentos, que está sintiendo todo lo que ChanMi le contó aquella tarde en el aula. Sus ojos brillan al ver la sonrisa de ChungHo, su cuerpo siente escalofríos, su mundo se está volviendo rosa y los únicos presente son ellos dos; pero, lo más importante, es que siente cosquillitas en su estómago.
Aquellas que creyó superar.
ㅡ Lo prometo.
Park YoungMi termina infectada, sin previo aviso, de amor y alegría. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #adolesc )
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: 𝙏𝙖𝙡𝙤𝙣 𝙙𝙚 𝘼𝙦𝙪𝙞𝙡𝙚𝙨.
𝙛𝙘 - x ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ — A ti no te molesta Alfred... lo que te pasa, es que te pones como un tonto por su presencia. — Alegas cosas sin sentido, Francis. — las cejas espesas estaban notoriamente arrugadas. El mencionado frunció las suyas, con ironía pintada en su rostro. — ¡Me vale una hectárea Jones, te lo he dicho una y mil veces! — Ya, pero tampoco es para que te pongas así, Kirkland... yo solo decía la verdad.
Arthur se pregunta por enésima vez porque sigue siendo "amigo" de ese bueno para nada. Pero, la respuesta está al frente de sus ojos: Francis es el único que soporta sus arranques de molestia, y quien lo conoce más que otras personas. Es por esa razón que siempre están juntos, a pesar de que son como agua y aceite. No obstante, en esos momentos, quiere agarrar el fino cuello del francés y estrangularlo para que dejé de soltar idioteces. Kirkland no aguantaba las suposiciones de Francis, o como a cada rato se burlaba por su su cara de enamorado al ver a Alfred.
Él no estaba enamorado de ese idiota, nop. O tal vez sí, pero no quería que Bonnefoy presuma que tenía la razón frente suyo. Y también porque el rubio de melena larga lo obligaría a ir hablar, cuando él ya perdió amistad con Jones desde hace años.
Sí, algo sorpresivo, pero el inglés fue un mentor y/o amigo del de ojos azules. Tuvieron una gran amistad, Alfred siempre lo trataba bien o decía que le agradaba su presencia en esos momentos; esas pequeñas cosas causaban un poco de risas nerviosas o "Idiota, mira lo que dices". Esas idioteces lo terminaron enamorando.
Pero los mocosos crecen, Arthur (se dijo). Y Alfred es un mocoso, creció, se convirtió en un chico popular y se olvidó de su existencia en ese lugar. Pues, era demasiado obvio, los dos tenían una pequeña amistad todavía, pero no era como hace meses atrás. Por lo menos cruzaban dos o tres palabras, o se saludaban al verse y se sonreían mínimamente.
Arthur seguía enamorado del americano. Alfred no, él prefería faldas y mujeres con cuerpos voluptuosos. Y él no tenía nada eso, solamente unas cejas espesas junto a su malhumor de todos los días.
— ¿Ves? ¡Te perdiste otra vez en tu mundo, Arthur! — regañó Francis, bufando. — Como sea, vamos a terminar los papeleos. Ya me llené y estoy cansado de ver tu cara de bobo-por-Jones.
— Que... — se calló al ver la mirada del contrario, soltó un hondo suspiro. — Sí, como sea, vamos...
Lo que no se esperó a continuación fue que su bandeja con poca comida terminase en el piso, y él empapado completamente por el agua mineral que compró para llevar. Lo que sí espero, fueron las risas en la cafetería y como escuchaba a su 'mejor amigo' carcajearse con fuerzas. Más, su atención fue dirigida al causante de ese desastre y su vergüenza.
Alfred lo miró nervioso, Arthur mantuvo una expresión de frialdad en esos momentos en la susodicha que estaba a lado del americano. Sí, ella había sido la causante por andar torpe y embobada con el de gafas. La fulminó con la mirada, y si matasen, aquella joven ya estaría dentro de un cajón bajo tierra.
— Perdónala, Arthur... — se explicó Alfred, abrazando con protección a la jovencita de melena castaña. — Ella iba distraída, ¡si la castigas, también a mí, por favor!
'Sorprendente...' pensó, sacándose la chaqueta mojada 'Alfred siendo un tonto enamorado, lo que me faltaba...'
Estaba por negarse a esa petición, a gritarle a la muchacha de que (se alejase de su platónico) se fije mejor por dónde iba y castigarla con algo. Estaba celoso, sí, lo estaba completamente. Todos esperaban a escuchar la negación de Arthur y ver como reaccionaba 'el cejón bomba'.
Gran sorpresa fue cuando Arthur los ignoró, junto con un "harán unos papeleos que me dejaron, ese será su castigo" sin mirar atrás o demostrar enojo en sus palabras. Hasta Francis se había quedado impactado, quien, sin esperar, siguió a Arthur en el pasillo.
— ¡Porqué dejaste pasar esta oportunidad, maldito inglés! — chilló. El francés sabía que había algo raro ahí. — Digo, pensé que tomarías de los cabellos a esa joven hermosa y... espera, ¿estás llorando?
Arthur Kirkland negó, pero su rostro delataba otra cosa. Lágrimas caían de sus ojos, mientras intentaba taparse el rostro y apoyarse de algo para no desplomarse en el piso. Francis le entregó un hombro, dejando que el joven inglés se desahogue.
— Lo iba a hacer... — murmuró entre sollozos. — Pero, su sonrisa... su gesto hacia ella, el como se sacrificó por una desconocida. Me dio tanta, tanta rabia... ¿por qué no puedo ser con él como lo soy con otros? Odio a Alfred. Odio que su presencia me dejé así tan... vulnerable. — Pero lo amas.. — Lo peor es que sí... — rió amargamente, limpiando las lágrimas. — No importa si lo detesto. Lo amo tanto, tanto que no puedo ser cruel con él...
Y porque su sonrisa... la sonrisa de Alfred era todo lo que el inglés amaba en esa vida. Por esa razón jamás lo castigó o reprendió, hasta muchos se preguntaron si era su favorito o algo. Para Arthur, era imposible, porque era como una marioneta y se dejaba controlar por esa blanca sonrisa americana.
Sin embargo, esa sonrisa jamás sería suya. Ni aunque haga lo posible. No se dio cuenta que se largó a llorar, otra vez, en los brazos del francés.
Francis Bonnefoy suspiró, acariciando la pequeña espalda y llevarlo a la oficina del consejo estudiantil para que se desahogue en paz. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #ingarthur ) ( ‹#Aquiles ƪ #Ddium › )
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: 𝙚𝙣𝙖𝙢𝙤𝙧𝙖𝙧𝙨𝙚 𝙚𝙨 𝙪𝙣 𝙙𝙚𝙨𝙖𝙛𝙞𝙤. 𝙛𝙘 - Oh Sehun. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ
— Craig, viejo, amigo. — el rubio lo mueve de lado a lado, tratando de despertar al contrario. — Oye, debo contarte algo... extraño... ¡maldita sea, deja de dormir! — Mh... eres insoportable... — abre uno de sus ojos, pero no da el intento de desacomodar su almohada improvisada (sus brazos, para ser más específico). Aún así, centra su atención en el joven de ojos celestes. — Canta, idiota. — Creo que me enamoré, amigo...
Craig Tucker, en esos momentos, puede jurar que si tuviese bebiendo algo, ya lo estaría escupiendo por la sorpresa que le llevo aquel comentario. Lo único que pudo hacer es abrir completamente sus ojos y levantar su cabeza con lentitud, mientras que posaba sus fríos (o curiosos) ojos azules eléctricos en el rubio. Éste tenía una cara de bobo, junto a un suave sonrojo aparcando sus tostadas mejillas.
Casi se atraganta con su saliva al ver esa imagen, por lo tanto, tuvo que carraspear.
— Alucinas... — gruñó, apoyándose en su mano derecha. — Lo que tienes es capricho, siempre te pasa cuando te interesa alguna chica que no te da atención a la primera. Pero luego bien te vas cuando satisfaces tu necesidad... — ¡Eso es mentira, Tucker! E-Ella es diferente... es tan hermosa, única, tiene un cabello rojizo tan...ah ~. Creo que en serio me he enamorado, amigo.
Por alguna razón, el joven de chulo azul quiere gritarle e irse de la azotea para que no vea como su corazón se rompe pedazo a pedazo. Pero, eso significaría explicarle al otro día por qué se fue de repente, y Craig no estaría de humor para iniciar una pelea de la nada con su amigo. Además, lo conocía como su propia palma de la mano, Kenneth no era un muchacho interesado en las relaciones de fidelidad o de enamorarse fácilmente.
Él interpretaba el "me enamoré" con un "me la quiero llevar a la cama y listo". Una de las cosas que le disgustaba del chico con abrigo naranja, sin embargo, así se había acostumbrado de aquel joven.
Y también se enamoró de él. Así de pervertido, asqueroso, sucio y mal-hablado.
Pero Kenny McCormick no era gay, como él tampoco. Solamente le atraía (gustaba) su amigo, ¿la razón? Bueno, tampoco la tiene. Lo único que sabe es que su corazón late como loco y sus mejillas se vuelven rojizas al tenerlo tan cerca.
Por esa razón detesta que sea de esa manera, que mezcle palabras sin saber realmente el significado de éstas. Él se las explicó un millón de veces, pero Kenny en vez de tener cerebro tiene una nuez y piensa lo que se le da la maldita gana. ¡Hasta se rindió de decirle!
— Serás su novio, le quitarás la virginidad y la botarás. ¡Como todas tus anteriores 'novias'! Deberías dejar de ilusionar a chicas, Kenneth. — estaba enojado, y más cuando dijo el nombre completo del menor. — No estas e-na-mo-ra-do. ¡Es capricho, obsesión o qué-se-yo! Así que deja de decir idioteces. — Eres un celoso, ¿sabes? — no lo evito, sus mejillas se tiñeron de un rosado suave.— Que tú nunca te hayas enamorado no tiene nada que ver, ¿sabes? Tsk, ni siquiera sé porqué te conté ésto...
Craig borra su sonrojo, y con una expresión de furia, toma sus cosas para volver al aula. Por primera vez, no quiere quedarse en ese lugar y menos con la presencia de su jodido amigo que no escucha sus consejos. Pero no era eso, no, le dolió que le dijese que jamás se había enamorado verdaderamente de alguien.
Porque sí lo hizo, y la persona era el estúpido de Kenneth McCormick. Kenny era un tonto, idiota, estúpido que causaba que su corazón se desilusione muy rápido. ¿Quién lo mandó a enamorarse de ese tipo? ¡Debió interesarse en alguna chica de su clase, o no sé!
— Vete al infierno, McCormick. Muérete y jamás vuelvas, es más, espero que esa maldita no te presté atención por lo imbécil que eres. — estaba tan, tan enojado que no midió sus palabras. — ¿Sabes qué espero también? ¡Que ninguna persona se enamoré de ti, así se ahorran de vivir con alguien tan insoportable como tú, Kenneth!
Alzó su dedo del medio y desapareció por las escaleras. No miró atrás, no vio la mirada de tristeza de Kenny porque, si lo hacía, volvería como un perro arrepentido. Él no era así, él no movía algún rabo inexistente por Kenny; estaba cansado de perder, de llorar a cada momento.
Quería desenamorarse de Kenneth. Pero Craig también es un estúpido, porque a pesar de jurar algo, siempre terminaba rompiendo esa promesa que se hizo a sí mismo. Volvería a los brazos de su amigo, volvería a sus travesuras y ausencias en clases.
No obstante, Craig Tucker quería estar alejado de Kenneth McCormick por esa ocasión; no estaba del ánimo para ver su mirada afligida y de arrepentimiento. Necesitaba pensar en él mismo, en saber qué haría de ahora en adelante.
Ya no era un mocoso, pronto cumpliría una mayoría de edad y debía pensar como un adulto. Téngase miedo o no. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #craig )
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ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ amistad.
Cuando Ayano vio a Aurélie y a Anastasia por primera vez, pensó que aquellas chicas eran de mundos diferentes, completamente ajenos al de ella. Por esa razón, jamás se motivo (o propuso) a sí misma de acercarse para conocerlas pues, ella se decía que estaba muy bien con su propio círculo y que sería atrevido de su parte meterse con personas que no conocía. No obstante, la joven Weillschmidt siempre ha admirado a las dos muchachas desconocidas.
Lo que no se esperó, es que las tres se unirían por obra del destino. Ayano llegó a pensar que, al menos, compartían un mínimo gusto, pero tampoco le mantenía tantas esperanzas de cierta manera. Eso sí, no negaba que Aurélie y Anastasia le cayeron muy bien.
Pero, Ayano se equivocó. Compartían más gustos, más conversaciones y mismos pensamientos que las llevaron a hablar cada noche. Hacían bromas juntas, se reían de cualquier cosa, charlaban de diversos temas y liberaban sus malestares como si se conociesen de hace años. Sin darse cuenta, ella se empezó a encariñar demasiado con las muchachas, y para cuando lo supo, había dejado ingresar en su corazón la confianza que Aure y Anastasia emanaban con su sola presencia.
Y entonces comprendió: que no quería alejarse de ellas, que se sentía tan cómoda y podía hablar de sus molestias sin sentirse juzgada.
Se convirtieron en su pilar, en su ayuda y en sus hermanas de sangre distinta. Ayano, por primera vez, se sentía feliz de poder llamar 'mejores amigas' sin sentirse atrevida. Le gustaba presumirlas, poder conocerlas más y bromear entre sí sin sentirse ofendidas. Weillschmidt espera (y jura) que esa amistad jamás se terminase por nada, y que, si alguna se sentía mal con la otra, que se lo digan directamente en la cara. Porque, a pesar de todo, conflictos o comentarios habrían en una amistad sin importar qué, pero prefería de antemano la honestidad entre las tres. Ayano Weillschmidt quiere, adora, ama a Aurélie y a Anastasia; con defectos y todo. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ
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: ¿𝙫𝙚𝙧𝙙𝙖𝙙𝙚𝙧𝙤 𝙖𝙢𝙤𝙧...? 𝙛𝙘 - x ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝFrancis y Arthur. Arthur y Francis.
Ellos dos eran completamente distintos en cuanto a gustos y personalidad. Pero, de alguna rara manera, el destino los juntó para que el mundo se colisione y explote por la extraña relación-archienemigos que esos dos muchachos formaron con el pasar de los tiempos. Se odiaban, cada vez que se veían empezaban a gritarse, empezaban a presumir idioteces ("Sabes, me comí a una en la discoteca. ¡Ah, cierto que tú ni sales!", "¿Y no te contagió alguna enfermedad? Porque, las que siempre consigues, no son puritanas, eh", "¡Envidioso!") y los golpes iban y venían. Al finalizar, terminaban enojados, ofendidos, heridos y optaban por sentarse en lugares separados hasta que el malestar pase.
Todos pensaban que ninguno volvería a llevarse bien de vuelta, vaya sorpresa se dieron la primera vez que Francis se acercó al inglés y empezaron a hablar... con tranquilidad. Al otro día, la rutina se repetía de vuelta, pero con el pasar del tiempo muchos se acostumbraron a la relación que mantenían el inglés y el francés. Hasta llegaron a pensar que tenían algo amoroso, y al decirles eso, los dos empezaron a carcajearse con fuerzas sintiendo como el estómago empezaba a doler. Confirmaron que no, ya su amistad era extraña, el hecho de verlos como algo más allá rozaba lo imposible como insólito.
Lo que nadie sabía, es que Francis y Arthur ya tuvieron una relación en primer año, secreta, pero estuvo ahí la chispa. No obstante, la cosa no funcionó como ellos querían realmente. Francis era un pervertido que, aunque tomase de la mano derecha a Arthur, con la otra se encargaba de complacer a desconocidos en fiestas. Mientras que, Kirkland, era un muchacho que le apetecía más la tranquilidad, leer y tener citas regulares cursis pero que no vayan más allá de eso. Los dos no coincidían, y ninguno se sentía muy bien como una 'pareja'.
Pero, no negaba que se sentían atraídos de cierta manera. La cuestión, es que la relación se terminó a los dos meses. Decidieron olvidarlo, dejarlo como un 'metamos el recuerdo dentro de un tren y que nunca vuelva'. Bonnefoy siguió con sus conquistas y Arthur demostrando su orgullosa posición como presidente del consejo estudiantil.
Y ellos dos, como amigos, enemigos y compañeros para hablar de sus malestares, penas, etc.
Sin embargo, fue un día donde apareció un muchacho más joven que ellos, de lentes, rubio también y con una brillante sonrisa que hechizó al inglés. Francis no era tonto, se dio cuenta cuando vio los brillantes ojos de Arthur al ver la presencia de Jones cerca.
— ¿Por qué esa cara de enamorado? — Porque creo que me enamoré.
Fue la primera vez que el corazón de Bonnefoy se estrujo de: dolor, miedo, tristeza y enojo. Aún así, no lo demostró, si no que lo codeó y lo obligó a que se acerqué al americano para pedirle su número.
Ignoró los gritos en su interior, esos que le decían que no sea un idiota y vaya tras Arthur Kirkland. No lo hizo, vio, desde la lejanía, como Arthur hablaba animadamente con Alfred sobre algún tema irrelevante. Observando como sus mejillas se coloreaban, o como jugaba nerviosamente con las manos. Jones no se quedaba atrás, rascaba sus cabellos y reía torpemente.
Se dio cuenta. Aquello no era unilateral, era correspondido.
Y lo confirmó un día, cuando el de ojos verde se acercó gritándole que era el novio de Alfred. Arthur estaba tan, pero tan feliz que ni notó su rostro sorprendido y pálido. Francis lo felicitó, desapareció por la puerta y sintió como pequeñas lágrimas caían por la esquina de sus ojos.
Kirkland se preguntó qué estaba pasando, y no se lo olvidó ni aunque Jones lo estuviese abrazando contra su pecho en esos momentos.
Le preocupaba el ánimo de Francis. Lo habló con Alfred, pero éste bufó y susurró un "olvídate de él, soy tu novio". De cierta manera, le molestó esa reacción, aún así olvidó el malestar al sentir los cálidos labios ajenos contra los suyos.
Lo hizo. Pero la molestia seguía ahí, y sin darse cuenta, llegó a la casa de su amigo-enemigo para bombardearlo con un millón de preguntas. Francis abrió la puerta al tercero toque en su timbre, y con algo de barba, ojeras; sintió su cuerpo tensarse al ver la presencia del inglés.
— Francis... — Vete, Arthur... — gimoteó de enojo, le disgustaba que lo vea con lástima. — ¿No deberías estar con tu novio...? — Lo estaba, pero... — Entonces no me molestes. Adiós.
Y con esfuerzo, el de espesas cejas detuvo la puerta antes de que se cerrase por completo, como su amistad en esos momentos.
— ¡Dime qué te pasa! — ¡Vete joder! — chilló, dejando que algunas venas se noten en su cuello por la rabia. — ¿¡Por qué actúas así!? ¡Dímelo, maldito sapo!
Las lágrimas caen sin su permiso, y su boca habla de más. Pero ya no puede ocultarlo más.
— Me gustas tanto, tanto... — sollozó Francis, cayendo al piso y dejando que Arthur pasé. — Ya es tarde, ¿verdad? Soy un idiota por haberme dado cuenta, por ver como eres feliz con otro. Yo fui quien estuve contigo antes, yo vi todas tus facetas. — No las valoraste, Francis. — susurró el inglés, agachándose y limpiando el rastro con sus dedos. — Dame una oportunidad... — No puedo, Francis. — sintió su corazón oprimirse al ver la desesperación en su rostro, sin embargo, continúo:— Tú eres mi pasado, y Alfred mi presente. Estoy enamorado de ti, pero mi amor ya no es el de primer año... lo que siento es amistad, nada más que eso.
Arthur deja que su amigo lloré contra su pecho, que lo insulté en su idioma natal y ver como la rabia se tintaba en cada expresión de su rostro. Verlo así tan deplorable, miserable, causaba que él también quisiese llorar y gritar un montón de cosas. Aún así, no era su derecho, era el calmar y estar a lado de aquella persona que amó en un pasado.
Francis Bonnefoy sigue siendo su amor verdadero, quien lo cautivó y le hizo sentirse cómodo a su lado. Pero, los amores eran fugaces, y aunque creyó que el francés sería su amor de la vida: éste le demostró que ninguna relación era duradera a pesar de todo. Lo que lo mató, lo fortaleció.
Le atrae Francis, pero lo que el contrario siente es un capricho al ver que el inglés ya lo superó con otra persona.
Porque, hasta el final de ese día, Arthur Kirkland pudo darse cuenta que su amor a Bonnefoy fue ya superado por un par de ojos azules que le concedieron una oportunidad más a amar. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #ingarthur ) ( ‹#TrueLove ƪ #Ddium › )
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: 𝙝𝙞𝙨𝙩𝙤𝙧𝙞𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙘𝙝𝙞𝙘𝙤 𝙥𝙚𝙧𝙙𝙞𝙙𝙤. 𝙛𝙘 - Min YoonGi. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ (flash back)
Aleck aún puede recordarlo como si hubiese sido ayer, aún puede sentir el cuerpo frío de su difunta madre entre sus brazos y como él lloriqueaba, con once años, susurrando de que despierte, que no podía dormirse todavía porque papá y él la estaban esperando en casa ansiosos. Aleck recuerda su intento desesperado de conectar aquella máquina otra vez, viendo como sus dedos se volvían torpes y zarandeaba a aquella fría mujer en la cama del hospital. También puede recordar como fue encontrado por el doctor y el padre, éste último chilló en desesperación, gritó su nombre mientras abrazaba el cuerpo ya abandonado. Pero, lo que jamás podrá olvidar en todos sus años, era la mirada fría que su progenitor le mandó cuando contó la historia.
"Mamá dijo que la desconecté..." sollozó, limpiando las lágrimas y los mocos que caían " Me dijo que sería muy feliz, y yo quería que mamá esté feliz. Ella sufría aquí, pero... y-yo jamás pensé que ella..."
Aquel día recibió una cachetada, insultos y el desprecio de quien fue su amoroso padre hace unos días atrás. La primera vez que lo golpearon: lo marcó con un bolígrafo rojo, para no olvidar que también fue el día que su padre trajo a una desconocida a tener relaciones en la casa.
Veintiuno de octubre, día que mató a su mamá, día que su papá lo golpeó y se emborrachó por primera vez. Jamás superó la perdida, como tampoco dejó de culparse a sí mismo cada mañana.
De vez en cuando, su progenitor se lo hacia recordar, solo para echarle más sal a la herida y quitarle todo rastro de felicidad. Aleck ya no recuerda esa sensación de la que tanto hablan sus compañeros de clase.
La culpa, silenciosamente, lo está matando poco a poco. Pero está bien, se dice; mañana será un buen día, se recuerda con una falsa sonrisa dibujada en el rostro.
— ¿Sabes que día será la próxima semana, no? — el hombre aparece sin camisa, con un pantalón y con chupones en su cuello que no le molesta mostrar. Aleck se tensa, sin embargo, ignora aquella pregunta y posa su silenciosa mirada en la de su padre. — Ja. No me digas que te olvidaste, mugroso. — Tengo clases en unos minutos. Lo siento, me voy.
Desesperado toma sus cosas, las mete adentro y camina con rapidez a la puerta de la casa.
— El día que mataste a tu madre. Al amor de mi vida... — la voz suena ronca, y tal vez debe ser porque se bebió una lata de cerveza de un solo trago. — No puedes esquivar la verdad, Aleck. La verdad estará un pie delante de ti...
¿Por qué él es así? Siempre recriminándole, gritándole, ordenándole. ¿Por qué no puede tener un padre normal, uno que no lo culpé de la muerte deseada de su madre? ¡Maldita sea, él también sufre! Y era un niño, uno que cayó ante las mentiras de aquella mujer y la obedeció sin rechistar.
Porque mamá dice la verdad, y si mamá quiere eso, su hijo asentirá sin protestas. Eso es lo que le dijeron en primaria.
Se revuelve el cabello color menta en desespero, siente como sus ojos se vuelven borrosos y un nudo en la garganta le hace imposible hablar. Aún así, se enfrenta a su padre, quien parece estallar como una bomba en algún momento.
— Si te molesta mi presencia y recordarlo... — respira entrecortado. — Me iré esa semana a otro lugar, así ahogas tus penas en mujeres y bebidas. ¡No me voy a aguantar tus quejas esa semana, ni como esas chicas me coquetean sin descaro! Aleck desaparece de la puerta cuando grita esas palabras. No se detiene ante los gritos de su padre amenazante, ni por los vecinos que salen de la casa para chismosear 𝘲𝘶é 𝘦𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘯𝘥𝘰 en esa rara vivienda. Él corre, corre y corre.
Quiere desaparecer, quiere morirse, quiere gritar e insultar. No obstante, lo único que hace es perderse en un bosque, lloriquear y lastimar sus nudillos por sacar su rabia en un inocente árbol.
Aquel día no fue a la escuela o a su casa, ni la siguiente semana y la otra. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #aevum )
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: 𝙙𝙚𝙗𝙞𝙡 𝙤 𝙞𝙣𝙪𝙩𝙞𝙡, 𝙣𝙤𝙥. 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ( #pde29 ) ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ — ¡Joder, maldita sea Ayano! ¡Perdimos aquella alma por tu descuido! — Ya he dicho lo siento, yo... — ¿Un 'lo siento' hará que el alma vuelva? ¡No! Ugh, mierda... ahora tendremos que seguir buscando hasta que aparezca. Si nos vamos con las manos vacías, Rokkaku nos matará.
Tanizaki es cruel siempre, nunca mide sus palabras y termina gritándote lo primero que se le cruza por su cabeza hueca. Ella no es la única a la que reta siempre, aunque parece que el de ojos violetas le gusta verla en ese estado: arrepentida, sumisa y disculpándose con él (en pocas palabras, dejando que tenga la razón). Y, por lo visto, su nuevo títere era ella. Ayano quiere explotar de rabia, llanto y con ganas de rebanarle la garganta a su egocéntrico compañero.
Pero eso sería traición, y cometer esa acción como escolta era un gran delito en el inframundo. Irónico, ¿no? Todos ahí cometían pecados, no le importaban las reglas en ningún momento. ¡Ah! sin embargo, asesinar a tu compañero de escolta era lo peor que podías hacer viviendo allí. Esa es la razón principal por la cual debe controlarse.
La otra, es que, mínimamente, admira a Tanizaki peleando. Es respetado, lleva un millón de años como Kinoshita y conoce esa vida como su propia palma. Rokkaku se enorgullece de él, Saeki también y Kinoshita, siendo su mejor amigo en las misiones, es un compinche que no puede ser sacado por ninguna razón.
¡Todos se llevaban bien con él, menos ella porque ese chico era un maldito con desordenes emocionales! Reía cuando estaba con los demás, aparecía Ayano y su expresión se volvía molesta.
Le fastidiaba que un compañero (que dependía su vida), la tratará como una mujer débil, inocente y con pocas fuerzas. ¡No! Ella también tenía una meta allí, no apareció en aquel lugar solo porque se le dio; fue llevada a su propia voluntad y, para la cereza del pastel, removieron sus recuerdos.
Se esforzaba, practicaba, aprendía y leía muchos métodos para empuñar su kanakiri con orgullo al luchar. Sí, era una mujer, pero eso no significaba que dejaría a sus compañeros hombres llevarse el crédito. Tenía orgullo, una habilidad aprendida y un puesto del cual se sentía demasiado bien.
No buscaba quitarle la posición a Tanizaki, eso cree ella; además, Rokkaku no es de esos que tenga favoritismos. Y si la eligió, fue por algo, ¿no? Saeki le contó que el jefe era muy selectivo en esas cosas, agradecía internamente haber sido aceptada con los brazos abiertos por esa gran familia que conoció con los meses.
— ¿Y si dejas de estar en tu mundo de nenas y me ayudas? — Tanizaki le gruñó enojado, apunto de sacar su bate con púas. — ¿Sabes? Tú ve por allá y yo por aquí, cuando encuentres algo grita y yo haré lo mismo. — lo ve replicar, pero se da la vuelta para no escucharle. — Tan solo escúchame por una vez, joder. — Bien...
Ayano no sabe si esta enfadada o su orgullo muy herido, no obstante, recorre los pasillos de aquella casa abandonada y viendo rincón por rincón. En busca de aquella alma que le saca de quicio, para poner un punto en esa misión y volver a casa. Quería estar con Hirahara o Tagami, al menos ellos dos no le criticaban cuando se equivocaba en algo.
Y como un rayo de esperanza: la alma en pena aparece enojada, gritándole cosas que no entiende como también por atacarla. Grita, pero no de miedo, si no de enojo y yendo de frente para encajar el filo de su katana sobre la zona de un inexistente corazón invisible.
"Tú alma será enviada para el rey Enma, no esperes misericordia con él". Recitó suavemente, viendo como poco a poco desaparecía el objetivo principal de la misión.
— ¡Mierda, dime que sigue aquí! ¡Estaba en la otra punta! — Tanizaki llega preparado, más, al ver a la única mujer guardando su espada y con una sonrisa de satisfacción, se da cuenta que llegó tarde. — Me tienes que estar... — ¿Ahora soy inútil, Tanizaki?
El mencionado bufa, dándole un empujón mientras Ayano lo sigue embozando una risita suave. Acomoda aquel sombrero verde y vuelven, de nuevo, a su lugar de origen. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #hellsguard )
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: 𝙢𝙞 𝙢𝙪𝙣𝙙𝙤 𝙙𝙚 𝙡𝙖𝙨 𝙢𝙖𝙧𝙖𝙫𝙞𝙡𝙡𝙖𝙨. 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Aquel universo, diferente a la realidad, no fue tan difícil de crear en su mente. Solamente requirió un poco de de imaginación, inocencias y muchos deseos que albergó en el fondo de su corazoncito. Viajar a aquel mundo creció porque Louise necesitaba escaparse del suyo, necesitaba uno nuevo para sentirse querida, apreciada y que no haya violencia, odio en ninguna parte. Por esa razón, cada vez que era la hora de dormir, Lou se metía a su mundo de fantasías tal como si fuese Alicia en el país de las Maravillas. Solamente que el suyo era diferente, no habían seres místicos como se demostraba en la película; solamente estaba ella y la naturaleza.
Louise despertaba con tranquilidad, frotaba sus ojos y miraba con una brillante sonrisa la belleza que la rodeaba. Los gran y verdes árboles, los prados de infinitas flores con distintos colores y esencias. El cielo celeste, sin nubes y majestuoso a la vista. Sin duda, un lugar donde Lou estaría encantada de vivir junto a su madre. Ellas solas, sin su padre abusador y alejadas de la sociedad que prefería darles la espalda que ayudarlas.
Cuando entra en ese mundo, también cambia su piyama y lo reemplaza con un bonito vestido blanco acorde al ambiente de aquel lugar. Y con un pequeño listón del mismo color, corre entre las flores soltando pequeñas risitas, sintiendo las cosquillas en sus pies desnudos junto al perfume de las flores que entra a sus narices. Le es inevitable no caer, con el rostro sonrojado por la carrera, los ojos entrecerrados y ella riendo como nunca lo ha hecho en su vida; porque está disfrutando lo que no puede hacer en la realidad, a pesar de que es un mundo creado por su imaginación.
Eso no le importa.
Louise también ve pájaros revolotear por aquí y por allá. A los cuales sigue con curiosidad de querer saber a dónde van. Por esa razón se levanta, mientras que camina adentrándose a un sendero que la lleva al interior de un refrescante bosque lleno de frutas dulces que toma en esa caminata. No perdió la vista, en ningún momento, de los pajaritos danzantes que parecen guiarla a un lugar que ella no conoce (el cual quiere).
Corre unas ramillas, y se tapa los ojos al encontrarse con el reflejo brillante de un río puro. ¡Nunca ha visto aquello en su mundo! Lou se acerca feliz, levantando su vestido hasta las rodillas y metiendo sus pies dentro de la cristalina agua. Ve, en esos momentos, la naturaleza que la rodea junto a la fauna que habita en aquel lugar.
Es más maravilloso de lo que ya pensaba.
— Mojarás tu vestido, Lou. — una voz se acerca, mientras que la susodicha abre los ojos y suelta un grito al ver a su madre frente ella. — ¡Ma...má! — ¡Ah, te dije que cuidado!
Un ruido de algo (o alguien) cayéndose en el río. Y sin previo aviso, las dos mujeres dejan escapar una sonora carcajada antes de envolverse en un fuerte abrazo, uno donde ninguna quiere soltarse. Louise se separa un poco, queriendo decirle un montón de cosas a su progenitora, sin embargo, la escena que tiene al frente la deja sorprendida a más no poder. Su madre, con una sonrisa rota y lágrimas, va desapareciendo como polvo. Le susurra palabras que no pudo entender, pero que chilló con desespero para saber.
Fue despertada por golpes en la puerta. Estaba sudando, con la piel blanca y en una habitación que no era suya, no obstante, se da cuenta en dónde está a los minutos.
Ah, era el psiquiátrico.
— Paciente nº89, es hora del desayuno. Apúrese. — V-Voy...
Suspiró con pesadez. Miró la poca decoración, junto al cuarto blanco y luego a su piyama con conejitos rosa. No traía más el vestido blanco, ni estaba rodeada de naturaleza; sólo de cemento y maldad. Había vuelto a la realidad, a su cruel, verdadera y dura realidad que llevaba desde hace un año.
Se tragó las ganas de llorar, y con más positivismo, obligó a decirse que volvería a su mundo ideal.
A su mundo maravilloso, donde estaba ella y su madre. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #personalitate ) ‹ #Travel3 ƪ #Ddium ›
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: 𝙘𝙞𝙣𝙩𝙖𝙨 𝙣𝙚𝙜𝙧𝙖𝙨, 𝙧𝙤𝙟𝙖𝙨, 𝙗𝙡𝙖𝙣𝙘𝙖𝙨 𝙮 𝙜𝙧𝙞𝙨𝙚𝙨. 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Los noticieros, periodistas y el vecindario olvidaron, de un día para el otro, el homicidio que hubo frente a su casa. Como el caso ya había sido cerrado, y también encontraron al homicida, decidieron dejar pasar el tema a un "bueno, pobre individuo, que en paz descanse". Todos volvieron a la normalidad, haciendo creer que su barrio estaba en paz de vuelta, más que el asesino estaría tras las rejas por un largo tiempo.
Sin embargo, Tsukuyo todavía no podía olvidarlo aunque quisiese. Aún recordaba como el listón gris se transformaba en uno blanco al morir, o el hecho de que su familia esté llevando también esos collares y que, por lo visto, su hermano menor estuviese portando uno color gris. Aquella la hace poner nerviosa e histérica, porque la vida de Shouta está en peligro y no tenía que ser inteligente para unir cabos con la muerte del desconocido y su hermano, quienes portaban el mismo collar y color.
Shouta iba a morir. Tal vez hoy, tal vez mañana, tal vez la próxima semana o mes. No lo sabe, pero tampoco quiere quedarse de brazos cruzados para descubrir qué pasará. Y por esa razón, entre esas dos semanas de reposo, se propuso acompañar a Shouta a la escuela como a buscarlo junto a padre.
Su madre se negó, diciéndole que venía de una operación y que todavía era sensible a los rayos solares. Tuvo que ingeniarse alguna excusa que convenciese a la mujer.
━ Me pondré lentes negros. ━ Tsukuyo dijo su última alternativa. ━ Por favor, madre. Es para ahorrarle a papi y a ti el trabajo, cuando inicié el colegio otra vez, juro que lo seguiré llevando. ━ ¿Nos estás diciendo viejos? ━ su madre se carcajeó, mientras que lavaba los platos y asentía con un hondo suspiro. ━ Está bien, pero no te saques los lentes hasta que llegues a casa, que el doctor nos ha dicho que aún eres sensible.
Saltó de felicidad, abrazó a su madre y besuqueó su rostro con una gran felicidad. Buscó a Shouta, lo apresuró y se despidió de un beso en la mejilla a sus padres.
Era rarísimo que Tsukuyo acompañase a su hermanito al colegio, siendo que ese trabajo se encargaba su padre y además que el colegio no quedaba tan lejos. Pero no quería arriesgarse que le pase algo en las pocas cuadras, cuidaría a su hermanito y evitaría que la muerte lo arrebatase de los brazos.
No estaba segura de lo que diría, pero, si tiene la habilidad de predecir las muertes de otros, entonces puede salvarlas de ellas y hacer que su tiempo se alargué. Tsukuyo tiene muchas dudas, sin embargo, necesita investigar, ver más cosas y descubrir cómo llegó a poseer aquel 'poder' (podía ser genial si se lo mirase, y más si estuviese en una serie; pero no es algo bonito de tener).
Tsukuyo deja a Shouta en la entrada de la escuela, es más, casi lo llevó hasta el aula sino fuese que el más joven la retó de que ya era mayor y se iría solito al salón. Tuvo que resistirse, pero se despidió con un beso en la frente y le susurró un "vendré a buscarte rápido, no te vayas sin mí y ten mucho, mucho cuidado". Shouta la miró extraño, pero se despidió rápido al ver a sus compañeros cerca. Tsuki, a regañadas, tuvo que volver a casa molesta y con aburrimiento. Aún le faltaba tres días para volver a clases, aunque la idea no sonaba grata y complaciente, estar en su hogar se volvía muy monótono.
Caminó por el pequeño patio del establecimiento, viendo a niños pasar a lado suyo con listones rodeando su pequeño cuello. Le parecía raro, pero el hecho de que sean puros rojos y negros causaba un tanto de curiosidad.
¿Acaso los grises aparecen muy pocas veces? Soltó un hondo suspiro, al menos aquellas infantiles mentes todavía tienen derecho de vivir mucho más.
Acomodó sus lentes negros. Se apoyó en las rejas y escuchó el timbre de iniciación. Optó por quedarse unos minutos más, hasta que cerrasen todo y el guardia que custodiaba la entrada apareciese en su posición.
Segundos, minutos pasaron. Tsukuyo miró a su izquierda y notó que el guardia todavía no aparecía, las rejas no se habían cerrado y todos los niños ya estaban adentro del colegio. Le gustaría quedarse más, pero su madre de seguro estaría preocupada ya.
Pensó en retomar su camino, sin embargo, chocó contra un cuerpo pequeño que causó la caída de sus lentes negros. "Mierda" susurró, tapando su vista para que el sol no chocase.
━ D-Disculpa... ━ voz infantil, chillona pero suave. La de hebras rubias movió su mano, tanteando en busca del objeto para ponérselos otra vez. ━ Deberías ir al colegio, se te hará tarde. ━ había notado que la niña llevaba el uniforme como su hermano, solo que en chica. Camisa blanca, falda hasta las rodillas y un moño gris. ━ Te pondrán tardanza. ━ G-Gracias, lo sé.
Y, sin darse cuenta, la muchachita escapó. Tsukuyo acomodó los lentes negros, soltando un hondo suspiro al ver que se habían ensuciado un poco con polvillo.
"Pobre niña. Tal vez tuvo un percance, pero aún es joven, ¿por qué vino sola y tenía las rodillas con sangre?" se preguntó, limpiando su ropa "además, tenía un collar gris, que ra..."
Collar gris. Collar - Gris. Gris: muerte.
━ Oh, Dios... ━ se giró tan rápido que ni se dio cuenta que sus lentes cayeron, de vuelta, al piso. Corrió a la entrada del colegio mientras trataba de ver dónde estaba aquella pequeña.
Diablos. Diablos. Había tratado de mirar a la jovencita para disculparse de su torpeza, sin embargo, sus ojos libres habían notado que aquel collar gris se estaba transformando en uno blanco lentamente. Además, lo notó tarde y la niña se había esfumado de su vista muy rápido, ¡maldita sea!
La cabeza le empezaba a doler. Veía todo borroso. Al cerrar los ojos, podía ver a la personita sin vida, con sangre y sustancias de las que no quería saber qué eran.
La vio. Pero más alejada, cerca del bosque que rodeaba el establecimiento mientras que era acallada y jalada a un coche negro. A Tsukuyo le valió su operación o el hecho de que aún estaba en reposo, corrió hacia los tipos y jaloneo para empujar a la niña lo más alejado.
━ ¡Maldita zorra! ━ Ahora verás, perra. ━ de quién sabe dónde, uno de los hombres sacó una pistola y apuntó hacia la dirección de Tsukuyo.
Cerró los ojos. Esperando que la niña haya corrido para llamar a la policía, esperando que se haya escapado para volver a su casa sana y salva.
Pero el sonido de un coche chocando contra algo alertó a los presentes. Uno maldijo, le gritó al que le apuntaba a Tsuki de que la dejase y se metiese el auto pues, se podía oír a lo lejos el ruido de las bocinas de la policía.
Tsukuyo calló al suelo, en un mar de lágrimas al ver el cuerpo inerte de la pequeña en la calle junto a un charco de sangre. Pudo ver como el auto negro que la chocó, escapaba de la escena junto al otro donde estaban los dos tipos. Vio, antes de desmayarse, como aquel collar gris se transformaba en uno blanco definitivo.
No la pudo salvar. Se desmayó a los pocos minutos, escuchando voces a la lejanía junto a gente. Entro en una oscuridad, sintiendo la culpa, el remordimiento por no haber salvado a una joven que tenía la misma edad que su hermanito.
¿Y si tampoco lo salva a él? ¿Qué hará...? ¿Cómo mirará a su padre y madre a los ojos? ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #blackredgray )
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: 𝙗𝙡𝙤𝙦𝙪𝙚𝙖𝙙𝙤 𝙥𝙤𝙧 𝙥𝙚𝙣𝙙𝙚𝙟𝙤. 𝙛𝙘 - Oh Sehun. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ 𝗖𝗿𝗮𝗶𝗴 𝗧𝘂𝗰𝗸𝗲𝗿. 𝘦𝘯 𝘭í𝘯𝘦𝘢. 𝘯𝘰 𝘭𝘦í𝘥𝘰𝘴. 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗧𝘄𝗲𝗲𝗸: (𝟰) "¿V-Vienes a la casa de T-Token...?" 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗖𝗹𝘆𝗱𝗲: (𝟭𝟬) "EMO, NO ME IGNORES." 𝗺𝗲𝗻𝘀𝗮𝗷𝗲𝘀 𝗱𝗲 𝗧𝗼𝗸𝗲𝗻: (𝟮) "A las ocho". 𝘓𝘦í𝘥𝘰𝘴. 𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸. "Craig, hablemos" ✔✔✔ leído 6:48 p.m (𝘯𝘶𝘦𝘷𝘰 𝘮𝘦𝘯𝘴𝘢𝘫𝘦 𝘥𝘦 𝘒𝘦𝘯𝘯𝘺)
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: Oye, Craig. Sé que estas leyendo ésto. ¡Así que, deja de ser tan niñato y contéstame, idiota! ✔✔✔
leído: 6:50 p.m
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: Me está disgustando tu actitud. :) Hey... Es en serio... ¿Por qué me ignoras? ¿Acaso eres marica y te afectó la pelea?
leído: 6:55 p.m
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: Ya, perdón... Por lo visto te molesto. Pero, hey, extraño mucho estar contigo en la azotea, pelear y tontear. No sé que te molestó para que terminásemos paleando. Pero... ¿Acaso no te agrada mi novia...? ¡Termino con ella, si quieres, amigo! ✔✔✔
leído: 7:00 p.m
𝗖𝗿𝗮𝗶𝗴 𝗧𝘂𝗰𝗸𝗲𝗿: Kenneth, me vale una hectárea llena de mierda con quien andes o no. Te ignoro porque nuestra amistad se acabó. No quiero hablar más contigo, no quiero tenerte cerca, no quiero saber más de tu estúpida existencia.
Si me sigues hablando, te bloquearé.
leído: 7:02 pm ✔✔✔
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: ¡Pero por qué, Craig! ¿De qué te enojaste? Sino es culpa de mi novia, ¿QUÉ COÑO HICE? Me desespera lo fastidioso que eres...
leído: 7:04 pm ✔✔✔
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: Craaaaaaaaaaaig. Deja de ignorarme... ¿Vas a ir a la fiesta de Token, verdad? Si es así, vamos juntos. No me importa que la gente sepa que somos amigos... Podremos hablar frente a frente. Como verdaderos hombres.
leído: 7:10 pm ✔✔✔
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: ¿:c? Craig, mi bebé, mi chico loco. Contéstameeeeeee. Quiero que hablemos, por favor. No me gusta estar así contigo, con Stan jamás me pasó... es más, ni me importaba.
leído: 7:12 pm ✔✔✔
𝗖𝗿𝗮𝗶𝗴 𝗧𝘂𝗰𝗸𝗲𝗿:
Es porque Stan es un pendejo. Y me vale cómo te lleves con Marsh. Y no, no iré. Ve con esa zorra, yo no quiero tener nada que ver contigo.
leído: 7:13 pm ✔✔✔
𝗞𝗲𝗻𝗻𝘆 𝗠𝗰𝗖𝗼𝗿𝗺𝗶𝗰𝗸: Es mi novia, y como amigo deberías respetarla. ¿Sabes? Tsk... Como sea. Ahora entiendo por qué Stan dice esas cosas de ti. Eres un amargado, maldito y sin sentimientos.
¡Por eso no vas a tener novia nunca! ✔✔
¿𝙌𝙪𝙞𝙚𝙧𝙚𝙨 𝙗𝙡𝙤𝙦𝙪𝙚𝙖𝙧 𝙖 𝙆𝙚𝙣𝙣𝙮 𝙈𝙘𝘾𝙤𝙧𝙢𝙞𝙘𝙠? 𝘀í. 𝘯𝘰
𝘽𝙡𝙤𝙦𝙪𝙚𝙖𝙨𝙩𝙚 𝙖 𝙆𝙚𝙣𝙣𝙮 𝙈𝙘𝘾𝙤𝙧𝙢𝙞𝙘𝙠.
𝙏𝙤𝙠𝙚𝙣. ¿Y vas a ir? Irá el team de Stan, junto con Wendy y la novia de Kenny.
leído: 7:30 pm ✔✔✔
𝗖𝗿𝗮𝗶𝗴 𝗧𝘂𝗰𝗸𝗲𝗿: No, paso... Tengo que cuidar a Ruby y... Creo que me estoy enfermando.
leído: 7:32 pm ✔✔✔
𝙏𝙤𝙠𝙚𝙣. Una pena... Bueno, cuídate. Para la próxima tienes que venir, eh. Nada de excusas.
leído: 7:36 pm ✔✔✔
𝗖𝗿𝗮𝗶𝗴 𝗧𝘂𝗰𝗸𝗲𝗿: Estúpido. Ah, protege a Tweek del alcohol, por favor. ✔✔
𝘯𝘰 𝘦𝘯 𝘭í𝘯𝘦𝘢. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #craig )
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: 𝙡𝙖 𝙗𝙞𝙗𝙡𝙞𝙤𝙩𝙚𝙘𝙖 𝙙𝙚 𝙡𝙤𝙨 𝙢𝙖𝙜𝙤𝙨. 𝙛𝙘 - Son Seungwan. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Cuando pisó el último escalón de la cuarta planta, Katherine se arrepintió de haber obedecido a su jefe. Es que, ni siquiera había escuchado su petición claramente por lo cansada y somnolienta que se encontraba pues, llevaba como seis horas en la biblioteca y todavía le faltaba media hora para que su turno termine completamente. Y para cuando entendió, ya estaba escuchando el crujir de las maderas bajo sus pies, el silencio incómodo del cuarto piso junto el olor a polvillo metiéndose en sus fosas nasales. También porque ya cruzó la sección de Literatura antigua junto a la de física cuántica.
El único lugar que pasaba aquellas dos secciones pocos habitada, era: la zona de fantasía, magia oscura, etc. El jefe prohibió cualquier acceso a que no sean empleados, sin embargo, nadie deseaba pisar aquellos terrenos "peligrosos". Por leyendas, porque estaba sucio o por lo fantasmal que era. ¿Y por qué estaba ella ahí? se preguntaba Katherine, jalándose los cabellos rojizos con pura desesperación al encontrarse con el letrero de "fantasía"encima de todo junto a una banda amarilla rota (la de "peligro") en pedazos.
Ella llevaba mucho tiempo trabajando allí, jamás falló las peticiones de su querido jefe. Pero, en esos momentos, la joven con pecas estaba pensando en huir y mentirle de que nadie se metió a ese lugar.
La cuestión es que; Katherine es muy mala mintiendo, como tampoco quiere arriesgarse a que el amable señor, que la acogió a trabajar en la biblioteca, se enojase con ella por ser una empleada miedosa y no-capaz. No era su culpa, la cosa es que jamás subió al cuarto piso sin compañía, además que el ambiente era frío como oscuro causándole miedo sin haber pisado el interior.
Pero bueno...
Trabajo era trabajo, se motivo Katherine a sí misma diciéndose que jalaría a la persona y/o mocoso que haya desobedecido las reglas de ingresar un lugar prohibido como aquel. Buscó aire, respiró tres veces y se atrevió a cruzar el tétrico lugar con el corazón en las manos.
Polvo. Suciedad. Hojas rotas. Libros caídos. Ruido de animalitos yendo de aquí para allá. Ese fue su recibimiento. Pero no había ninguna presencia humana, ¿y sí su jefe se equivocó? ¿y si el sujeto ya se fue? Exploró tres veces, por si no miró bien. No había nadie.
¡Bien, entonces podría salir de ahí y aparentar que jamás estuvo!
Mala idea. Escuchó una voz susurrante, no sabía que decía debido a que estaba lejos, pero hacia ruidos y se encontraba entre los estantes cerca de una polvorienta ventana. Katherine tembló, no obstante, se acercó con pasos determinados y lentos para espiar quién era.
Miró desde un hueco en los libros, buscando no ser atrapada in-fraganti. Lo que vio fue algo que no se esperó. Cabellos castaños largos ondulados, portaba un vestido negro largo con bordes delicados y un moñito que adornaba en la zona del cuello. Era más baja que la pelirroja, pero poseía una piel muy, muy pálida.
A Katherine le atrajo más el hecho de que la jovencita esté portando un gordo libro y hable en voz baja con un idioma que desconocía. No parecía tan intimidante, sin embargo, su cuerpo temblaba a pesar de no tener nada de frío. Se sentía vigilada, aunque tal vez era su imaginación por el ambiente de esa sección.
Atrevió a salir del escondite. Necesitaba sacar a esa muchacha de ese lugar, y rápido.
— Oye, tú...— la joven dejó caer el libro y se giró en un segundo. — ¡Cuidado, detrás de ti!
¿Un puñal, o era un cuchillo? No lo sabe, pero algo rozó con rapidez su mejilla y cuando tocó la zona lastimada , un líquido rojo caliente fue el que encontró. Casi chilló. Casi se desmayó. Casi estuvo por insultarla y demás.
No lo hizo pues, un pañuelo blanco con las iniciales de "SS" apareció en su campo de visión.
— Tendrías que haber tenido cuidado, ¿sabes? Éste lugar no es muy seguro. — la amable chica limpió su mejilla, agachándose mientras con su mano libre aparecía un papel con caracteres extraños y se desvanecía de a pocos. — Los demonios saben que estas conectada a la biblioteca, pero están enojados con todos de aquí porque han sido alejados y olvidados con el tiempo.
Katherine balbuceó.— ¿D-Demonios...?
— ¿Ah? Oh... entonces no sabes de lo qué hablo. — dijo formando un puchero, alzó los hombros levantándose y ayudándola. — Llévame con tu jefe, ¡ah! Y también quiero que me descuenten estos libros. Woah, ¡no tengo nada de ésto en donde vivo! ¿sabes?
Katherine piensa que la chica es muy charlatana, sin embargo, su presencia la hace sentir más segura y, por sobre todo, con lo que dijo sobre 'demonios', aunque ésto último la hace sentir algo curiosa. No reprochó el hecho de que una humana estaba en esa zona, tampoco de que estaba prohibido retirar los libros de magia. La pelirroja llevó a la pequeña chica a la oficina de su jefe con una gran prisa pues, estaba muy dudosa, de paso, con que dijo: "entonces no sabes de qué hablo". Tenía derechos, y más porque ella estuvo en presencia de aquella extraña reacción como su manera de actuar al leer libros pesados.
— Aquí estamos. — ¿Cómo te llamas, jovencita? — Ah... K-Katherine.— se sonrojo, nunca nadie fue tan amable como la castaña en esos momentos. — ¡Yo soy Sophia! Siento que nos llevaremos muuuy bien.
La tal Sophia pasó sin problemas a la oficina, no esperó una aprobación y ni siquiera tocó la puerta. Solamente se sentó bajo la atenta mirada curiosa de su jefe. Éste detuvo toda acción que realizaba y centró su mirada en la empleada, diciéndole "¿Qué es esto?" con una ojeada.
— E-Ella quiere hablar con usted, señor. Se llama Sophia y... — mordió el interior de su mejilla, nerviosa y temerosa. — Ella es a quien encontré en la zona prohibida... — ¿Zona prohibida? ¡No debería serlo, es más, contienen muy buena información! Además, no debería mandar a sus empleados así como sí... — Interrumpió Sophia, rascó su mejilla apretando su bolso (el cual jamás notó) y los tres libros que cargaba en los delgados brazos. — Habitan demonios, y éstos están muy enojados por el trato que le dieron. — ¿Demonios...? Puede ser que tú... — el jefe, en una acción extraña, se sacó los lentes redondos y abrió sus ojos con exaltación. Luego miró a Katherine. — Sal de aquí, Katty. Es una conversación larga, muy seria y tú debes seguir tu trabajo.
Katherine estuvo por replicar, ¡ella había visto lo que hizo esa extraña chica y merecía saber la verdad! Pero, al ver la mirada fría de su mayor, asintió desganada y salió de esa habitación con frustración. Tantas preguntas, y justo cuando creía que las tenía, era echada como perro.
Decidió esperar hasta que la charla terminase.
No estuvieron mucho, por lo visto. Sophia salió con una sonrisa en el rostro y apretando los libros bajo su brazo. El jefe la siguió después, soltando un hondo suspiro mientras que miraba a los presentes que posaban la mirada en la desconocida joven de cabellos castaños.
— Ha sido una grata visita... jamás pensé que alguien como tú — carraspeó.—...vendría a esta biblioteca que lleva años en funcionamiento. — el señor peinó sus canas para atrás, embozó una sonrisa pequeñita. — Aceptaré tu propuesta, y espero verla pronto aquí de vuelta. — ¡Claro que sí! Me encanta esta biblioteca, tiene libros que no he conseguido en Canadá u otros países. Pero no tengo mucho tiempo de hablar y ver más. Ahora mismo me iré, ha sido un gusto conocerle y, por favor, sean paciente con ellos...
El jefe asintió, volviendo a meterse a su oficina. Las dos quedaron solas. Katherine se quedó mirada a la pequeña castaña, hasta que ésta la notó y le regaló una sonrisita. Se acercó lentamente, mientras que le entregaba una tarjeta que sacó del bolso con florecitas infantiles.
— Me has caído bien, Katty. Por favor, comuniquémonos otra vez... llámame por si tienes algunas circunstancias, o por si tienes algún interés. Vendré rapidísimo.
La mencionada miró la tarjeta. Había un dibujo extraño con caracteres demasiados raros para entenderlo, sin embargo, pudo notar un "Sophia Swanson" al final junto a un número de móvil. Era de un color celeste pastel, muy bonito. Para cuando le quiso agradecer, Sophia ya no se encontraba más.
Solamente había un rastro de plumas brillantes que se desvanecieron al caer en el piso. Katherine sonrió, realmente le causaba curiosidad la identidad de aquella joven como el trato que hizo con el hombre que manejaba esa gigantesca biblioteca.
Algún día lo descubriría. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #sacerdote )
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#HMTRPG; #HNTT (reto 4) ; drabble. Kenny no siente la misma electricidad cuando los labios de Meredith chocan con los suyos por quinta vez, es más, ni siquiera hace el intento de seguir el ritmo que su novia estableció con tanto esfuerzo y timidez (más siendo el hecho de que él es el pervertido que toma la iniciativa). Está hecho piedra, callado como, a la vez, sumido en sus pensamientos, y la pelirroja pudo darse cuenta al separarse y mirar con molestia a McCormick. Últimamente estaba salido, contestaba con monotonía o triste. Meredith pensó que tenía problemas familiares (más el hecho de que su novio es pobre) y trató de ayudarlo. Le dio dinero, ropa limpia para él y su hermanita, comida, etc.
Kenneth seguía melancólico, mientras que Meredith se estaba cansado de ser caritativa y no saber qué -diablos- tenía. Estaba harta, hostigada, cansada.
— Amor, ¿irás a la fiesta de Token, verdad? — No lo sé... — se mordió el labio, nervioso y jugando con sus dedos. — Creo que estará Craig, sabes muy bien de nuestra situación... — Ah, Craig. — Meredith odiaba a Tucker, y saber que eran amigos lo hacia odiarlo más. — ¿Qué importa él? Sólo seremos nosotros dos, él estará con sus amigos... — Importa, y mucho. Tengo que hablar con él. — Bebé, ¡Craig ya ni le importas! ¿Acaso seguirás insistiéndole...? — Es que, me bloqueó y él es grandioso, n-no quiero perderlo... — Estoy creyendo que Tucker es más importante que yo, y más que soy tu novia. — bufó, separándose del rubio. — ¿Acaso Craig te regaló lo que yo te di? ¿Acaso Craig te cuidó y vio la miserias que tienes? No, o será; ¿te gusta Craig, Kenneth?
Kenny se sonroja, pero procesa las palabras de su novia y niega lentamente. Meredith le sonríe, volviendo a abrazarlo con felicidad.
— Lo siento, Meredith. Craig es un tonto, jamás hizo lo que tú has hecho por mí. Te trató mal y a mí también, prometo no volver a dudar.
Perfecto. McCormick cayó en la telaraña de su novia, de vuelta. Aún sabiendo que ella odiaba a su mejor amigo.
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: 𝙡𝙖𝙜𝙧𝙞𝙢𝙖𝙨, 𝙛𝙞𝙚𝙨𝙩𝙖𝙨, ¿𝙮... 𝙖𝙢𝙞𝙜𝙤𝙨 𝙙𝙚 𝙫𝙪𝙚𝙡𝙩𝙖? 𝙛𝙘 - Oh Sehun. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Craig apagó su celular y lo tiró hacia alguna parte de la habitación, junto a su chulo y la chaqueta de color azul, quedándose en una camiseta negra con el logotipo de su banda favorita.
Una con la que compartía con McCormick. Diablos, no. Encajó sus dedos en los mechones azabaches, tirándolos mientras acallaba las ganas de gritar mordiéndose el interior de la mejilla. ¡No quería acordarse de Kenneth en esos malditos momentos, menos suspirar por su ausencia o sentir arrepentimiento el haberle bloqueado!
Pero el tonto se lo merecía, metió el tema de que jamás tendría pareja y también protegió a la estúpida pelirroja que tenía como novia. ¿Y él qué? Ah, sí, ahora que tiene a alguien se preocupa por su bienestar ya ni le importa su amistad. Pues, para el rubio: Craig nunca fue importante. Craig jamás escuchó sus berrinches tontos o sus sollozos nocturnos hasta las cuatro de la mañana. Craig jamás valoró esa amistad, jamás consoló silenciosamente a Kenny y nunca estuvo a su lado en sus momentos.
¿Acaso él siempre fue una maldita pintura todo ese tiempo? ¡Claro que no, hizo todo aquello que mencionó!
Tucker siente demasiada rabia, porque siempre ha estado a lado de Kenny McCormick, tanto en las buenas como en las malas. Se comió muchas sanciones, peleas en donde denigraban y llamaban al rubio de muchas maneras, noches en donde no dormía porque recordaba que él le decía que saldría a bares; y Craig lo llamaba, escuchando desde el otro lado a un McCormick borracho diciéndole que todo estaba bien, que ya estaba cerca de casa y que siguiese durmiendo. Cosa que no hacía pues, hasta que no viese a Kenny frente al colegio, no podía sentirse calmado.
Él siempre se preocupó por él. Él siempre estuvo a lado, cuidando de su bienestar en silencio. Él siempre estuvo ahí, apreciando a Kenny con sus miles de facetas y sus arranques de pervertido. Él siempre estuvo enamorado de Kenny, solamente que hace unos meses se dio cuenta que aquello fue más allá de una simple amistad.
Pero no, Kenny debía cagarla y decirle que se había enamorado de una chica. Y de todas esas debía ser Meredith; oh, la 'adorable e inocente' Meredith, con su cabello rojo ondulado, sus pecas y sus ojos azules que tanto atraían. JA. Meredith parecía se tierna, amorosa, comprensiva a su imagen externa, pero esa muchacha siempre fue posesiva, demandante, engreída y que buscaba pisotear a cualquier persona solo para que ella esté feliz. Hubo un tiempo en que - casi - fue su novio, pero notó aquella faceta que ocultaba y, antes de iniciar algo, la rechazó frente a todos. Desde ese día, ella lo odiaba y él a ella.
Sin embargo, Meredith había ganado la batalla de tener el amor de McCormick. A pesar de que ninguno planeó una 'lucha' por el cariño del mencionado. Ella sabía que él era su amigo pues, un día los encontró en la azotea y los saludó con una hipócrita sonrisa. Tal vez, aquel día, fue donde Kenny quedó flechada por la belleza falsa que Meredith emanaba. Tal vez, después de una semana, fue donde los dos se pelearon y se alejaron.
Luego de eso, Kenny lo bombardeó con mensajes y acosos en el colegio. Craig lo rechazó, escapando o yendo hacia donde estaba su team quienes los miraban con extrañeza. No estaba listo para enfrentarle.
Quería pensar, saber qué haría para arreglar esa situación y poder decirle (de una jodida vez) sus sentimientos a su mejor amigo.
Pero Kenny tuvo que arruinarla, de vuelta, ese mismo día, justo unas horas antes de la fiesta de Token donde empeoró su ánimo con sus palabras dolorosas. Le hubiese insultado, dejado el visto; sin embargo, lo único que se le ocurrió fue bloquearlo y mentirle a Token de que no iría con la excusa de sentirse mal.
Y ahí estaba. Con los cabellos azabaches despeinados, ojeras hasta las mejillas y con ganas de dormir una eternidad. Enterró su rostro en la almohada, mientras se arrullaba entre las sabanas y se disponía a tomar una pequeña siesta por unas largas horas. Total estaba solo, sus padres salieron y se llevaron a Ruby consigo.
Craig olvidó todo al cerrar los ojos, se dispuso a dejar las preocupaciones de lado y poder descansar en paz por unas largas horas.
. . .
Su paz se fue a la mierda. Un ruido, dos ruidos, tres ruidos, cuatro ruidos. Algo estaba chocando contra su ventana y él se estaba molestado demasiado. Su cuerpo se levantó pesadamente de su cama y abrió la ventana de su cuarto en par a par.
Vaya sorpresa, era Kenny McCormick frente a él y tambaleándose en el gran árbol que estaba cerca de su habitación.
Azules y celestes se encontraron en una larga mirada. Craig aspiró aire, somnoliento como cansado.
— Estas borracho, McCormick, vete a casa. — No quiero... y estoy sobrio, Tucker. — Aja, supongamos que no tienes las mejillas rosadas... — rodó los ojos. — ¿Sabes qué? Ni siquiera sé qué hora es, pero deduzco que es tarde y quiero seguir durmiendo. Vete a casa, no vivo cerca, te pueden asaltar.
Estaba por cerrar las ventanas, sin embargo, Kenny las pateó y se metió al cuarto como si nada. Cayó al piso por el impacto, más porque estaba borracho.
— No te entiendo... — habló, luego de un silencio y una mirada molesta de Craig por esa patada que casi rompe -por segunda vez- . — Primero te enojas por algo que no sé, luego me bloqueas en whatsapp y no vas a la fiesta de Token. — hipó. Tal vez de llanto o por la bebida. — Ahora me tratas bien, diciéndome que me vaya a casa, pero me echas como si no quisieses verme... — ¿Será por qué quiero? — Eres incomprensible, sabes... — rió, llevando sus manos al rostro y temblando. — ¿No qué eramos grandes amigos, Tucker?
Craig tuvo ganas de decirle un montón de cosas, de que sí, eran amigos y aún lo eran a pesar de tdo. Pero, al recordar que Kenny estaba en su habitación borracho, sin tener noción de su alrededor; calló su boca y bufó entre dientes. No esperaba tener esta escena delante de sus ojos, y más el hecho de que no se encontraba listo de confrontar a su amigo.
— No lo sé. Tu novia me odia, Kenny. Y es mutuo. — ¿Y eso qué? Eres mi amigo, pero eso no significa que tienes que caerle bien a Meredith. — gruñó. — Me vale mierda eso. Lo que buscó decirte es que Meredith hará lo posible para separarnos... — Craig buscó las palabras más fáciles de explicar para un borracho. — Eres su corderito, ¿sabías? Ella te dice algo y tú la seguirás. Que pisado eres, McCormick.
No dijo nada, sin embargo, Kenny se sacó las manos del rostro y lo miró con ojos tristes. Craig tuvo que correr la mirada, intentando esquivar la magnitud que lo atraía al verlo.
— Vuelve a ser mi amigo, por favor. Te extraño... — Ya te dije, no estoy para aguantar berrinches de tu no...via...
Bien. Primero: jamás se esperó que los brazos de Kenny lo rodeasen. Segundo: nunca pensó que era cálido estar ahí, siendo abrazado por un chico que olía a perfume masculino, cerveza, sexo, cigarros. Tercero: ¿desde cuándo Kenny rebasó su altura? Él apretó su cuerpo. Lloriqueando y susurrando puros balbuceos que no entendía. Craig se removió, incómodo y sintiendo como su corazón latía como loco. Estaba tentado a corresponderle, pero debía mantener su orgullo como su posición de 'no-ceder-ante-los-encantos'.
— Kenny, hueles asqueroso. — mintió, cerrando los ojos. — Suéltame, tu hermanita debe estar preocupada, t-tu novia también. — Karen está bien. Y Meredith no me importa, solo... solo déjame estar así por unos minutos.
Craig Tucker agradecía que el cuarto esté a oscuras, porque sus mejillas se estaban volviendo rojizas y empezaba a sudar frío por las sensaciones que recorría por cada sector de su cuerpo. Pero se dio el capricho de disfrutar el momento, de ser rodeado por un Kenny que olvidaba a su novia, por un Kenny que lo apretaba y aspiraba su cuello, por un Kenny que acariciaba sus cabellos oscuros.
Tuvo ganas de llorar.
— Craig. Y-Yo... creo que...
Vomitó. Y luego cayó desmayado en sus brazos.
Ahora tenía ganas de reír, como también de encajarle unos cuantos golpes a Kenny. No obstante, solo suspiro y cargó al muchacho a su cama. Limpió el vomito en el piso, le sacó la chaqueta y lo arrulló en sus sabanas limpias. Él optó de quedarse en una silla y verlo dormir como un bebé.
Tomó el celular que tiró hace horas atrás, miró el horario y notó que eran las cuatro de la madrugada. Vio puros mensajes en whatsapp de sus amigos, el grupo y las notificaciones. Luego de eso, miró a Kenny por unos segundos.
Concedió el deseo silencioso y le desbloqueó. Luego de eso, se le quedó mirando por unas horas, hasta que también cayó dormido.
Craig había perdonado (indirectamente) a Kenny. Aún así sabiendo el nudo que tenía y las ganas de llorar, como también que Kenneth jamás lo miraría con otros ojos y seguiría detrás de Meredith como un perro faldero.
Pero Craig no quiere perder esa batalla, porque McCormick esa noche estaba con él y no con Meredith.
Pelearía de vuelta por sus sentimientos, por la felicidad que Kenny merecía y las ganas de destronar a Meredith otra vez. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #craig )
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: 𝙫𝙞𝙚𝙟𝙤𝙨 𝙩𝙞𝙚𝙢𝙥𝙤𝙨 + 𝙪𝙣 𝙗𝙚𝙣𝙩𝙤𝙪 𝙘𝙖𝙨𝙚𝙧𝙤. 𝙛𝙘 - Son Seungwan (#idol) ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ¿Cuántos meses han pasado desde que no va hacia esos pasillos? Wendy siente nostalgia y la melancolía de los recuerdos apoderarse en cada fibra de su ser. Aún tiene memoria de sus años como una SMROOKIE, de las amistades que se ganó en ese tiempo y su esfuerzo para convertirse en lo que es hoy: una vocalista e integrante de un grupo que, poco a poco, va siendo reconocido y aceptado entre los surcoreanos. La canadiense jamás olvidará esos momentos que resguardó en su memoria pues, eran ejemplos que la ayudarían en un futuro a mejorar por sí misma.
¿Y qué hacía ella allí por los pasillos de los trainees? Fácil. Son Seungwan quiere visitar a las personas que estuvieron a su lado practicando, y también animarlos para que su esperanza no decaiga de un día al otro.
Oh, y también quiere felicitar a los chicos de NCT (sí es que los ve allí) por su reciente debut. Ella y sus compañeras realmente adoraron el concepto. Pero como todas tuvieron que hacer algo aquel día, Wendy fue la única que decidió repartir sus felicitaciones por todas las demás. Llegó a los pocos minutos, tocó la puerta y se adentró a la puerta que tanto recordaba (la zona de baile, oh, como recordaba su cansancio a la noche). Susurró algunas palabras y embozó una pequeña sonrisa al ver caras conocidas.
— Ha sido un tiempo. — bromeó la castaña, levantando dos bolsas. — Les traje a todos unas cajas llenas de comida. ¡Ah! También quería visitarlos, justo hoy tuvimos la suerte de tener un día libre...
Wendy saluda a su antiguo instructor de baile, el cual detiene la práctica para aprovechar e ir hablar con alguien. La joven aprovecha de entregarles a todos cajas de comida casera, y de paso saludarlos con un fuerte abrazo.
La canadiense tiene suerte, justo ve a algunos de NCT para felicitarles y darles buena suerte en el futuro. Justo le habían quedado tres cajas, tal vez hizo demasiada comida. Decide darles una y poder acercarse a la última persona.
— ¡Oh, Ji HanSol! — dice, dibujando una sonrisita. — No te he visto desde hace meses, ¿aún sigues estando a altas horas practicando baile? Siempre te he dicho que te puedes enfermar...
Conoce a HanSol por leves conversaciones que han tenido antes de que ella debute, el joven siempre ha sido un chico dedicado al baile y alguien muy apasionado en lo que hace. Wendy lo admira, de cierta manera, pero siempre lo regañó de que coma sus tres comidas al día y no practique mucho porque puede enfermarse. Sí, la canadiense parece una madre, pero ella siempre fue así de preocupada por todos.
— Toma. Come un poco, estoy segura que no has probado un bocado desde hace horas. — asegura con un puchero, entregándole una caja bordo, mientras que se sienta a lado y saca la última caja con comida que le quedó. — ¿Cómo te encuentras, HanSol? He escuchado el proyecto de NCT, espero verte en el escenario pronto junto a todos los demás... ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #swy )
respuesta:
No hay descanso cuando los pies tocan la habitación. Antes había gritos conocidos donde ahora las voces nuevas se unen a las filas, por lo que esta aliviado de que los sonidos cansados que perciben sus oídos son los conocidos. HanSol se siente más tranquilo, está esperando que la habilidad social le florezca alguna noche y los gestos callados se vayan de a poco y sin darse cuenta. Pero no pasa. JaeMin está a su lado, después de la operación y algunos meses de reactivación motriz finalmente le han permitido incorporarse lentamente a las prácticas y el castaño es el encargado de velar por su seguridad (como siempre lo ha hecho). El entrenamiento de hoy es un balance, una única coreografía para todos los miembros de NCT y los posibles, por lo que YukHei, Kun y JungWoo están en la sala, intentando unificar los pasos con los ya debutados. Lo que se busca es que el nivel de baile este a la par y justamente sean una mezcla homogénea en el escenario, aunque justo ahora la mezcla esta sudada y maloliente. Sentir que los pies se arden en una sola llama con el calzado no alcanza a expresar exquisita agonía de la práctica, las correas se han mimetizado con la carne que palpita, los músculos están doloridos y las articulaciones crujen, sobre todo a TaeYong y Ten, pero es natural, lo han hecho miles de veces, bailar hasta perder un poco más la consciencia. Los descansos son mínimos a lo largo de dos horas, exceptuando a JaeMin, quien tiene que mantener un ritmo más bajo y ligero. Hasta que el olor de una fragancia bastante dulce y vocecilla vivaz detiene en seco los movimientos. El couch se queda frito, HanSol sonríe y sabe de qué se puede tratar, acierta al verla. Wendy es toda voz cantarina y amabilidad, está sorprendido, no muy a menudo los artistas visitan las salas de practica cuando no tienen programado algún entrenamiento, pero estamos hablando de ella, quien es un cuerpo lleno de amabilidad, Ji HanSol admira la manera de cantar y la fuerza de voluntad de la mayor, aun la recuerda los primeros días, el peso era el problema y a pesar de no ser especialmente amigos, le gustaba la clase de canto, donde podía escuchar su voz. Sin embargo prefiere seguir repasando movimientos de manera ligera, donde hay que flexionar y donde que ir recto, cuanta fuerza hay que imprimir y que expresión debe de hacer juego por lo que la sorpresa se refleja en sus facciones apenas la ve. Ella le ofrece un pequeño recipiente, no puede hacer más que tomarlo y sonreír, ella se sienta y el a su lado, meneando la cabeza con añoranza, ¿Cuántos años ya han pasado? -También espero lo mismo, noona.- La respuesta es corta pero bien expresada, no puede espantar un puñado de nervios que le presionan el vientre como hormigas, no lo quiere llamar ansiedad, pero el debut le presiona como una bolsa de aire comprimido. -A veces siento jamás debutare, ¿alguna vez sentiste eso?.- Las manos de HanSol deshacen la presión de la tapa plástica, abriendo el refractario, el olor es celestial, los palillos ya están tomando una porción de lo que supone es carne, masticando con cuidado mientras sus ojos se fijan en los de su afable compañera.
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: 𝙖𝙢𝙤𝙧 𝙮 𝙩𝙧𝙞𝙨𝙩𝙚𝙯𝙖. 𝙛𝙘 - Oh Sehun. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Kenneth lo abrazó aquella mañana diciéndole que estaba muy, pero muy feliz de haber sido perdonado (aunque, repite no saber porqué su amigo lo detestó aquellos días). Sin embargo, no sintió la misma chispa de los brazos rodeándolo como a la madrugada, cuando apareció en su ventana. Qué pena.
Y tal como la amistad se recuperó, su amigo lo bombardeó (igual que siempre) con puras noticias, chismes y pensamientos que tenía sobre su "hermosa" novia Meredith. Craig no quería escucharlo, pero se tuvo que comer las ganas de insultarlo y hacer que 'oía' atentamente a McCormick suspirar por una pelirroja hipócrita.
— Craig... — ¿Qué? — No sé cómo describir esta sensación... — murmuró, sentándose en la cama donde estaba acostado Tucker. — Pero me hace feliz saber que volvimos a ser amigos, te he extrañado demasiado.
Kenny es directo, siempre lo ha sido desde que lo conoció. Y Craig odia (pero ama) que lo sea, porque no puede evitar que su corazón salte y sus mejillas se ruboricen lentamente ante las palabras de su mejor amigo. Agradece estar boca abajo y con el rostro hundido en la almohada, así el rubio no puede ver lo colorado que está.
Decide soltar una carcajada sarcástica, la más actuada si es posible.
— Te perdoné porque me faltaban tus tontas ocurrencias. — soltó con sorna. — Como la que acabas de decir ahora mismo. — ¡Oye! Yo siendo tan amoroso con mi mejor amigo y tú tratándome así... — ¿Qué? ¿Esperabas que te contestará feliz diciendo "oh, Kenny, yo también te extrañé y mucho, nunca nos separemos"? Lo siento, amigo. Yo no soy Stanley.
El rubio suelta una fuerte risotada, tirándose encima sobre el cuerpo de Craig y empezar a abrazarlo con fuerzas. El azabache intenta separarlo, una porque algún familiar puede abrir y ver esa escena; y dos, porque Kenny es muy cálido, tanto que su cuerpo está sufriendo el efecto de las hormonas adolescentes apoderarse de su mente.
— ¡Joder, extrañaba tus contestaciones, hermano! — Tucker detiene todo movimiento, y suelta un bufido al sentir el gran peso encima. El aroma de Kenny lo está embriagando. Pero un sonido rompe el ambiente. — Ah, mi celular... — ¿Acaso tu perrita ya quiere tu atención? — dijo Craig burlonamente, aunque un tanto celoso. Kenneth le da una mirada fría. — Oye, si quieres que ser mi amigo todavía, acepta mis comentarios. Ella no me cae, y yo no le caigo. — Sí, pero...— un nuevo mensaje. — Vete Kenny. Debo ducharme porque 𝘢𝘭𝘨𝘶𝘪𝘦𝘯 vomitó encima mío anoche. Y tú tienes a alguien que atender, en resumen: ¡los dos felices!
McCormick parece pensar unos segundos, mientras que Craig tiene una leve esperanza de que el rubio decida no ir y quedarse con él a tontear por unas buenas horas, como en los viejos tiempos. No obstante, Kenny parece tomar sus cosas y se despide de él prometiéndole que mañana estarán más juntos. Craig alega un "no me importa" sin interés, hasta que Kenneth desaparece de su casa y él... puede sentir la presión, las emociones y demás cosas salir a flote por fin. Ni siquiera tiene olor a vomito, pero metió una excusa para que el muchacho se vaya de una vez y lo dejé pensar aquel día.
𝘚𝘰𝘺 𝘥𝘦𝘮𝘢𝘴𝘪𝘢𝘥𝘰 𝘤𝘰𝘯𝘵𝘳𝘢𝘥𝘪𝘤𝘵𝘰𝘳𝘪𝘰 𝘤𝘰𝘯 𝘮𝘪𝘴 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘮𝘪𝘦𝘯𝘵𝘰𝘴, pensó. Hundió su nariz en la almohada otra vez, sintiendo la colonia masculina que Kenny usó aquella noche en la fiesta de Token. Le hubiese gustado estar también, pero eso significaría ahogarse en celos y ver como Meredith se le insinuaba a su amigo. Pensar que antes eso ni le importaba, ahora se siente en un mar de indecisión por un chico que le está produciendo un millón de sensaciones que jamás sintió con nadie más.
Kenny es una caja de pandora, y él la persona que la abrirá.
Aunque, él más que nadie, sabe que ha abierto aquella caja desde hace un buen rato, desde que se dio cuenta que miraba a Kenneth con otros ojos. Le ha costado asimilarlo, aceptarlo y poder decir "sí, yo, Craig Tucker, me he enamorado del pervertido Kenny McCormick". Pero lo hizo. Porque, a pesar de querer negarlo, los sentimientos que tenía hacia su amigo no eran comparados los que sintió por Tweek en algún momento.
A Tweek quería protegerlo, como un hermano menor que jamás tuvo. En cambio, con Kenny quería protegerlo también, sí; pero de la gente que lo lastimaba y poder resguardar aquella sonrisa verdadera para sí mismo. Era un jodido celoso, no lo negaría.
Sonaba un cliché su historia: él enamorándose de su mejor amigo, el cual tenía novia y jamás le prestaría atención porque le tiraba más a las mujeres que a los hombres. Ah, y también que lo veía como un 'hermano'.
Pero, ¿a quién le importa? Kenneth es su cliché favorito. No puede explicar con palabras sencillas cómo se ha enamorado de él, solamente puede decir que es un chico que sufre en silencio por un amor no correspondido.
Amor y tristeza. Esas palabras son las que describen realmente la vida de Tucker. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #craig ) ( ‹ #Nowords ƪ #Ddium › )
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: 𝙧𝙖𝙯𝙤𝙣𝙚𝙨 𝙥𝙤𝙧 𝙡𝙖 𝙘𝙪𝙖𝙡 𝙖𝙢𝙤 𝙗𝙚𝙨𝙖𝙧𝙩𝙚. 𝙛𝙘 - ninguno. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ Mi primer beso fue contigo, uno donde hubo un leve contacto de labios debido a tu timidez y el ver como reaccionaba. Admito que quedé echa piedra unos minutos, sin embargo, no negué en ese momento que amé la sensación de tus labios chocando contra los míos. Fue algo mínimo, un segundo; pero revolucionaste millones de sentimientos. Acepté ser tu novia al otro día, ya que cuando compartimos esa experiencia escapaste asustado y sin haberme escuchado. Todavía sigo riéndome de esa situación, y tú, sonrojado hasta las orejas, me callas con besos para distraerme. ¡Cómo conoces mis debilidades!
Adoro (y amo) el hecho de poder estar a tú lado, porque apareciste en el momento oportuno en que necesitaba una mano para levantarme. Y el hecho de que me hayas besado aquel día causó que mis pensamientos dejarán de dudar; a ti te quería, a nadie más.
También me he vuelto adicta a sus labios, no hay día que no los pruebe. Y eso es lo que hago en estos momentos: te he tomado del mentón, te sonrojaste y te besé para hacerte trasmitir las emociones que no puedo demostrar con palabras, pero sí con acciones.
Sonrío al verte nervioso y echo un tomate. Me recriminas que no te tomé desprevenido. Yo río. Porqué sabes muy bien que nunca cumpliré esa petición. Disculpa ser desobediente, amor; pero no me importa serlo si tengo que besarte una y otra vez. ᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝᅝ ( #plot )
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