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*   𝐭𝐫𝐚𝐯𝐞𝐫𝐬.

Ignoró el comentario del muchacho, tal y como hacía con las palabras negativas que recibía. No le resultaba difícil, pues llevaba fingiendo toda su vida para conservar la imagen que quería proyectar. La única diferencia era que, ahora, a la gente parecía gustarle. “Por favor, vamos a dejar a los viandantes poder caminar con facilidad.” Apresuró a decir con buenos modales, sin perder la sonrisa.

De un empujón se hizo espacio. Su expresión se mantuvo asqueada y en ella un tinte de furia se pintó. ― Nadie que te conozca realmente te cree ―bramó en dirección a la rubia―. Alguien acaba de ser despedazado, literalmente, ¿y ni eso te provoca un poco de vergüenza? ¿De saber que sujetos como tú son los culpables? ―Ya conocía la respuesta, pero igualmente lo pronunció; porque estaba enfurecido. Jamás fue bueno controlando su ira.

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*   𝐥𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚𝐧𝐠𝐞.

Rodolphus se hallaba bastante ebrio, a su lado su amigo Lucius reía cómplice de los inapropiados comentarios que hacía a Rosmerta, la camarera rubia que solo hacía su trabajo en las tres escobas. Él en su muy retorcido sentido del humor le repetía que eran halagos mientras hablaba despectivamente de su propia esposa a un volumen lo suficientemente alto como para incomodar a los otros presentes en el establecimiento.

Con una carcajada falsa se unió al par de imbéciles, llegando de lado de Lestrange y casi azotando la botella de cerveza en la mesa. De una manera poco amable, y bastante brusca, exclamó: ― No conoces lo que es respetar a las mujeres, ¿verdad, imbécil? ―Su aliento despedía alcohol, claramente se encontraba ebrio; gran forma de evadir su vida deslizándose cual avalancha de nieve por una montaña―. No puedes siquiera respetar a tu propia esposa. Vaya pedazo de idiota ―se burló del mayor, bebiendo de su cerveza a continuación. 

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*   𝐬𝐜𝐚𝐫𝐥𝐞𝐭𝐭.

No sabía cómo había ocurrido pero, sin quererlo, se encontraba rodeada de una masa de gente que pregunta acerca de su opinión sobre los últimos acontecimientos reflejados en El Profeta. Obviamente Scarlett no iba a decir lo que en realidad pensaba, mucho menos después de escuchar a un par de niños pidiendo su autógrafo. “Yo lo único que quiero es la paz en el mundo.” Dijo, sonriendo rápidamente al observar como sus fans asentían y comentaban lo bella por dentro y por fuera que era.

― Me sorprende lo imbéciles que son para creerle ―refunfuñó a espaldas de Travers. ¿Realmente le sorprendía? Por supuesto que no. Eran una bola de tarados si se tragaban las palabras de la contraria―. Déjame pasar, idiota ―espetó a un sujeto que le bloqueaba el camino con el único fin de ver a la rubia. 

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LORENZO ZURZOLO as Alessandro in “Weekend” (2020)

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*   𝐚𝐧𝐝𝐫𝐞𝐚.

– te voy a ser completamente honesta… no tengo idea de qué está pasando –comentó a la persona que estaba junto a ella, aunque las palabras salían como arrastrándose de sus labios, siendo hasta difíciles de entender si no le estaban poniendo atención. y es que a pesar de que era temprano, andrea estaba completamente borracha ( tal como lo había estado la noche anterior y gran parte del día ), así que no tenía idea de porqué la gente se veía tan triste o alarmada. 

― God i wish that were me Ojalá ser tú, honestamente ―alzó la botella de cerveza que tenía en manos y continuó bebiendo. Su vida se estaba yendo al carajo y la espantosa noticia de lo ocurrido a Fenwick no era nada agradable. Con suerte sería el siguiente en caer―. Pensé que era el único que bebía tan temprano... ―Ya no solía hacerlo, pero dadas las circunstancias había retomado ese mal hábito.

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*   𝐯𝐚𝐧𝐜𝐞.

emmeline no había conciliado el sueño desde la noche anterior. no importaba cuanto lo intentara y las pocas veces que lo lograba, las imágenes volvían de golpe. seguía teniendo el olor a humo y a muerte impregnados en la nariz. seguía escuchando sus gritos ( que le costaba reconocer como propios ). pero la vida seguía. de alguna forma, seguía. su trabajo en el ministerio la esperaba y tenía información que procesar, porque la guerra también seguía. todo seguía, aunque ella parecía haberse quedado detenida. y aunque debería moverse de esa cafetería, donde estaba sentada con una taza de café que ya se había enfriado junto a ella, no hallaba la fuerza. sintió a alguien acercarse a ella, asumiendo que era la mesa pidiéndole que se fuera una vez más– sí, ya me voy –habló sin siquiera ver quien era ni esperar a que hablara. 

― Técnicamente no pueden echarte, falta media hora para que cierre ―objetó Montague, haciéndose de la silla frente a Vance. No tenían nada en común más que haber asistido a la misma escuela, en la misma casa, justamente con quien era la noticia del momento. Era extraño. No sabía exactamente qué pensar al respecto. No era bueno consolando, ni siquiera conseguía consolarse a sí mismo cuando lo necesitaba. De modo que sólo pudo ofrecerle compañía a Vance de una forma―: También perdí a uno de mis mejores amigos ―admitió. No era un tema que llegara a tocar seguido, porque no le agradaba. Sin embargo, ahora lo hacía por la compasión que experimentaba al ver a su antigua compañera―. No de la misma forma, pero... Jamás volví a saber de él.

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*   𝐜𝐥𝐞𝐚𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫.

“Prometo que te daré más dulces al llegar a casa, pero no podemos quedarnos aquí.” insistió la pelirroja a la Clearwater más pequeña, tratando de hacer que el llanto se detuviera. Estar en las calles no era seguro para personas como ella, mucho menos para una niña de siete años. Cassia ya no sabía que hacer ni que decir para que su sobrina continuara moviéndose, tampoco entendía la razón de su molestia. Nunca le había visto ponerse así de la nada. Antes de que pudiera hacer algo más, la menor salió corriendo en dirección contraria. “¡Penelope!” llamó, siguiéndole el paso, solo para verla aferrarse a la siguiente persona que cruzó su camino. El breve momento de pánico se disipó luego de reconocer a Alastair. Sí, sería una situación incómoda, pero pudo haber sido peor. “Lo siento —no entiendo qué le pasa. ”  

𝐏𝐀𝐑𝐀: @ofcigarettes​

Casi brincó cuando sintió un peso sobre su pierna. Fue completamente inesperado, en especial al bajar la mirada y descubrir a la niña desconocida que se aferraba a él. Frunció el ceño, preguntándose de quién se trataba, pero la verdad es que no conseguía darle nombre. ― ¿Y tú de dónde saliste? ―Le preguntó a la infante con curiosidad, girándose para mirarla mejor. Fue entonces que escuchó una voz que sí consiguió identificar. Pasó la vista de la niña a Clearwater, y ahí conectó los puntos―. ¿Es tu sobrina? ―En algún momento la había mencionado, y hasta donde sabía no era madre, de modo que concluyó que así era―. ¿Quizá sólo tenía ganas de escapar? ¿No la tenemos todos en algún momento? ―Encogió los hombros, mientras se agachaba, tratando de quitar a la niña de su pierna con cuanta gentileza podía―. ¿Eso querías? ¿Escapar? ―Le preguntó al estar a su altura. Honestamente sólo solía estar en contacto con dos niños: Oliver, el hijo de Danny, y Susan, la hija de Michael. No sabía mucho sobre niños, pero creía que al menos no era terrible en su presencia.

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*   𝐭𝐨𝐧𝐤𝐬.

– ¡No te atrevas a decir algo de ella, imbécil! –exclamó llena de un enojo poco propio de Andrómeda y apuntó a le purista con su varita. La persona contraria estaba hablando de Zoe, diciendo cosas horribles, como que debería haber muerto. Y Andrómeda, por más miedo que sintiera de ellos el último tiempo, no permitía que hablaran así ni de su familia, ni de sus amigues.

No podía mentir, después de lo que le había confesado Zoe esa noche, de la cual tampoco recordaba mucho, sentía cierta empatía hacia ella. Sabía por Danny que no era una terrible persona, y fue eso lo que lo llevó a darle un puñetazo en la cara al sujeto, lo cual lo hizo trastabillar y, sorpresivamente, golpearse con algo para terminar cayendo inconsciente. ― Bueno, alguien tenía que hacerlo, ¿no? ―Seguramente esto iba en contra de la petición de sus amigos sobre no meterse en peleas, sin embargo tampoco podía quedarse quieto cuando aquel sujeto continuaba diciendo un montón de estupideces, mucho menos si se le ocurría en algún momento atacar a Tonks―. Gracias al poste por hacer el trabajo, ya no tendremos que escucharlo ―aludió al objeto con el cual aquel sujeto terminó golpeándose. Montague se giró hacia Andromeda, observándola en silencio unos segundos―. ¿Nettles está bien?

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*   𝐛𝐨𝐧𝐞𝐬.

“Buenas tardes y gracias por venir. A la derecha se encuentran los aperitivos. En el salón, una gran foto de mi hermano con su familia muerta. ¿No es emocionante?” Que su familia hubiera hecho una pequeña reunión para recordar a Edgar, su esposa e hijos no le parecía del todo mal. Lo que no soportaba Amelia es tener que recibir a los invitados, que libremente caminaban por la sala. No había superado el suceso todavía y, lo que menos le apetecía, era estar allí, intentando ser amable con todos, tal y como su progenitora le había ordenado. 

Honestamente la enorme foto de los fallecidos sólo creaba una sensación de incomodidad, incrementando la ya existente en el lugar. Alastair estaba ahí para apoyar a Michael, pero le era complicado ayudar emocionalmente a las personas, de modo que simplemente se situaba en silencio a lado de su amigo, con una mano en el hombro. Cuando comenzó a dar vueltas por el lugar, se topó con Amelia, y aquel comentario provocó que oprimiera los labios en una firme línea. ― ¿En verdad quieres estar aquí? ―Preguntó segundos después. Comprendería si la respuesta era negativa.

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*   𝐢𝐯𝐚𝐧.

                 “Estoy bien. No es nada. Es sólo un poco de sangre.”  @ofcigarettes​

— Sí…No creo que la otra persona piense lo mismo—una mueca atravesó su rostro, atisbando el resultado de aquel que tuvo el atrevimiento de molestar a su amigo. Definitivamente lucía peor, mucho peor. Davies encogió sus hombros, no planeaba intervenir. Si Alastair decía que no era nada, le creería. — ¿Podrías limpiarte? No quiero que manches mi periódico. 

Escupió sangre, de la que le restaba en la boca, salpicando el suelo. Aquel sujeto continuaba retorciéndose sobre el mismo. ― Debió pensarlo antes de decir tantas idioteces ―sumado a que llevaba un largo rato sin meterse en una pelea y parecía haber desencadenado toda su violencia interna en aquella discusión―. No le digas nada a Danny. No quiero oír su sermón de padre ―indicó. Sabía que le habían pedido que dejara de golpear a otras personas, y lo había cumplido en su mayor parte, simplemente hoy no poseía la paciencia suficiente―. Ay no, tu periódico. Tu sagrado periódico ―exageró la voz, rodando los ojos. Acto seguido se limpió la nariz y pasó su palma sucia sobre la página que Ivan leía actualmente―. Oh no. ¿Ahora cómo sabrás quien ganó ese concurso de cocina? Tan interesado que estabas...

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*   𝐚𝐤𝐢𝐲𝐚𝐦𝐚.

                               “Te quedaste mirándome de nuevo.” @ofcigarettes​​

― ¿Lo hice…? Oops ―soltó una risita, le pareció reconocerlo desde el otro lado del bar―. ¿Y eso es algo malo? Tu rostro se me hizo familiar, al final acerté. ¿Por qué? ¿Me echaste de menos?

― No sé, pensé que tenía algo en la cara ―encogió un hombro, aunque en realidad se preguntaba porque lo observó por un largo rato. De todas formas no le dio muchas vueltas, no era necesario―. Oh, sí. Todos estos días pensé: ¿Será que Akiyama está en aquel lago sin mí? Y no podía con la angustia ―expresó sarcástico, aunque su media sonrisa denotaba que bromeaba y no era una burla dirigida hacia el contrario―. Pues sí, soy yo. Sorpresivamente estoy en un bar, casi nunca vengo a uno ―volvió a emplear su usual tono irónico. Palmeó el sitio a lado de él―. Siéntate, yo invito. ¿Qué quieres?

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*   𝐤𝐞𝐧𝐭𝐚 / flashback.

Carcajeó mientras acariciaba con la punta de sus dedos el suelo, arrastrando tanto arena como pequeñas piedrecitas como una actividad de entretención, debía mantenerse en movimiento para no ser capaz de sentir el frío entrar por su piel. Notó la figura de Montague caer en un salto cerca de donde estaba, salpicando agua helada por todas partes, un par de gotas llegaron hasta su mejilla.  ― ¿Nieve? Estás demasiado mal de la cabeza ―río―. Lo peor que podría pasar aquí es que nos caiga un meteorito, eso sí sería peligroso. Por la posición lunar y la marea, es poco probable y además esto es un lago―una de las cosas que podía hacer por horas sin inmutarse era hablar, sobre la última persona a quién leyó las cartas, si visitó a monjes en algún templo, el próximo número de la revista en la que trabajaba. Aun así eligió el tema más trivial a consecuencia de la cantidad de alcohol que consumió, de alguna manera terminó en ese sitio con el varón, tampoco recordaba mucho al respecto.  ― Mmm, no a todos. Algunos los llevo a mi habitación…―aseguró, guiñando uno de sus ojos―. ¿Y que hay de ti? ¿Es normal verte nadar por aquí desnudo? Pensé que serías más del tipo que jugaba Quidditch para relajarse pero no me quejo. 

― No, es simple lógica. Sigue siendo inverno, así que de pronto podría caer una tormenta de nieve, nunca lo sabes ―quizá sólo exageraba para respaldar su argumento, el cual no tenía intenciones más allá de las de una broma. Nadó en los alrededores, paseando su mirada por la naturaleza cercana―. Y yo soy el que está mal de la cabeza... ―ladeó el rostro al voltear a ver a Akiyama, una media sonrisa divertida marcada en sus labios. Le causó gracia lo comentado. No conocía mucho a Kenta, más allá de sus tiempos en Hogwarts, pero decía un montón de cosas bastante ocurrentes. Al menos no se aburriría en su presencia. Nuevamente volvió a reír al toparse con el guiño ajeno, negando suavemente con la cabeza mientras volvía a aproximarse al contrario, quedándose quieto en un lugar―. Jugaba Quidditch en Hogwarts, pero... Nunca lo vi como algo que quisiera hacer después ―contestó, la vista alzada al cielo mientras rememoraba esos tiempos―. Es divertido, sólo que... No es una actividad que me interese mucho. A veces lo juego con mis amigos, porque todos parecen amarlo ―a excepción de Danny, e incluso entonces él se unía al grupo y jugaba con ellos. Eran momentos así donde se sentía genuinamente feliz; sus amigos le brindaban demasiada alegría, no podía negarlo―. En realidad no pienso esto una actividad relajante, hay otras más que se me vienen a la mente ―y con ello aludió de manera indirecta a actos entre sábanas que cometía con frecuencia, o incluso la destrucción, fueran lugares u objetos. Eso sí le calmaba―. Pero nadar desnudo no es algo que hagas todos los días, así que... ―encogió los hombros, apartándose unos metros de Kenta para explorar el lago. Nadar era agradable, sí, sólo que no se encontraba ahí por esa razón―. ¿Tú haces esto para relajarte? ¿Nunca te han atrapado? ―Se giró para mirarlo lleno de curiosidad.

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Henry Miller, from a letter to Anaïs Nin, featured in “A Literate Passion: Letters of Anaïs Nin & Henry Miller, 1932-1953″

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*   𝐜𝐥𝐞𝐚𝐫𝐰𝐚𝐭𝐞𝐫 / flashback.

“Tú no tienes idea de lo que puedo o no imaginar.” bromeó, queriendo seguir el juego por un minuto más. No lograba ubicar la razón del porqué, pero estar cerca de este chico, al que solo había visto por años correr entre la pandilla de cuervos de ravenclaw, con andar misterioso y pocas palabras dirigidas hacia ella más allá de un contexto escolar, le hacía sentir extrañamente tranquila, casi protegida, si es que tenía que describirlo más específicamente. Lo cual era un tanto contradictorio puesto que hasta Cassia notaba que los problemas no dejaban de seguirlo. Si la chica fuese tan inteligente como creía serlo, mantendría alejada de él; mas confiaba demasiado en una vida llena de buena suerte y años de pruebas que no tenían mayor explicación que esa. “Quizá lo hago. Aunque no lograras que lo admita sin un abogado presente. O una buena contribución al negocio” sus hombros se alzaron nuevamente y aprovechó para regalarle la más inocente de las sonrisas. No traficaba nada incorrecto o contra la ley, simplemente tenía un amor poco común hacia el azúcar. El comentario que salió de los labios ajenos no debió haberla molestado, pero si fue suficiente para causar duda y vacilación en su interior a partir de ese momento. ¿A caso no era bienvenida ahí? Tenía sentido, estaba invadiendo su espacio personal, no le había dado más opción que lidiar con ella— “Me agradecerás después, cuando parezcas un niño con subidón de azúcar.” ocultó su repentino pesar detrás de una corta risa. Mordió un pedazo de gomita, observando a Alastair con mera curiosidad, intuía que la base de su sugerencia iría en contra del concepto idealizado que la pelirroja tenía respecto a las relaciones. ”O… ellos son una prueba más de que algo así existe. Yo elijo creer eso.” nada le haría cambiar de opinión. Poco después, una risa vibró a su alrededor. De todo lo que lo había escuchado decir, lo último era lo más increíble. “Si yo realmente fuera Danny, ¿por qué me elegiría a mi? No tiene sentido. Solo quería asegurarme de que estuvieras bien. Y.. tus nudillos no están hinchados, así que…” otra gomita. Mientras su ex compañero hablaba, ella asentía como lo haría una terapeuta. “¿No estás pensando en como salir de aquí, al igual que todos?”

― No sé qué pensar de eso, tiene demasiadas implicaciones ―repuso tras escucharla, a pesar de que se trataba de una broma. Honestamente no tenía idea de cómo funcionaba Clearwater, era un misterio. Sólo la recordaba como la niña de los dulces y las sonrisas, una actitud demasiado empalagosa para juntarse con la suya―. Nah. Siento que si lo hicieras, me lo habrías dicho ya ��descartó la posibilidad. No parecía ser del tipo que escondiera asuntos ilegales, más bien de quienes seguían las reglas y convivían pacíficamente con los demás, un grupo al que él no pertenecía. Jamás creía hacerlo, no se le daba ser tranquilo o paciente. Ella, en cambio, lucía cómo la persona a la cual se le escaparía de pronto que había realizado una mala acción. Montague escogió otro dulce y lo saboreó mientras escuchaba a la pelirroja―. Claro que crees eso. Supongo que tendremos distintas opiniones sobre si existe o no lo que sea que tengan. Las mías serán más, ¿cómo decirlo? Deprimentes ―así las calificarían algunes, sin embargo él las consideraba realistas. En su vida no fue espectador de muchas relaciones amorosas; al contrario, todo parecía falso, o frágil, o terrible. No era tampoco cómo si le importara mucho; el amor, o lo que fuese, no era para él, tampoco de su interés―. Buen punto ―corroboró la defensa de Cassia, alzando sus cejas a modo de sorpresa. Touché. Además Danny se habría acercado él mismo, con su mirada comprensiva y música de apoyo emocional que casi parecía sonar a donde iba―. ¿Qué tiene que mis nudillos no estén hinchados? ―Elevó una de sus cejas al indagar. Por instinto se observó las manos por unos instantes―. Puedes golpear con otras partes del cuerpo ―informó. No necesitaría de sus manos para darle una paliza a alguien, era muy creativo cuando se trataba de violencia. Cruzó los brazos, casi divertido por las intenciones contrarias―. Tranquila, Clearwater. No he golpeado a nadie... Aún ―aclaró. No es que no lo deseara, pero como sus amigos habían dicho: era una mejor idea soportar las ganas de moler a golpes a varios idiotas ahí, porque las sanciones eran complejas y desconocidas―. Tampoco es algo que deba preocuparte ―reconocía que existían ciertas personas que inevitablemente sentían compasión o compañerismo por el mundo entero, no obstante angustiarse por él era un pozo sin fondo. Siempre encontraría algún problema en el cual liarse―. No realmente ―admitió al escucharla, meneando suavemente la cabeza de derecha a izquierda―. ¿Para qué? Es obvio que no podemos salir. Prefieren tenernos aquí adentro. Sólo sería una pérdida de tiempo ―y pese a lo mucho que deseaba escapar, sabía de sobra que era inútil. Sólo quedaba esperar, y estar preparado para el peor de los casos―. ¿Por qué? ¿Acaso tienes algún plan o algo? ―Se mostró bromista, sin creer que Clearwater fuera capaz de infringir la ley. Ladeó el rostro al voltear a verla, una ligera sonrisa entretenida la visible en sus facciones.

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*   𝐧𝐞𝐭𝐭𝐥𝐞𝐬.

Algo en lo más profundo de su mente le decía que no debía responder a aquella pregunta. Preserva tu orgullo, se decía. Sin embargo, todo aquel alcohol ingerido tenía un plan muy diferente para ella. “¡Claro que me gustaba!” Declaró con rapidez, incluso un tanto molesta al inevitablemente recordar todo aquello. ¿Y por qué había exclamado algo tan vergonzoso? “Bueno… Al principio sí que era mentira. Pero luego ya no.” Siguió explicando, como si nada. “Fue horrible.” Concordó seguidamente, con lo último escuchado. “Lo peor de todo es que fui de invitada a la boda.” Y comenzó a reír, demasiado borracha como para importarle nada. Su vida era un absoluto desastre. Una humillación tras otra… Y por algún motivo, todo aquello le resultaba de lo más divertido.

Abrió los ojos de manera exagerada, sorprendido por lo revelado. Creía ya saberlo, sin embargo estaba tan ebrio que creía acababan de revelarle un secreto enorme. ― ¡Por supuesto que te gustaba! ¡A todos les gusta Danny! No sé si es su voz que parece terciopelo en tus oídos o su sonrisa que una vez juro que vi brillar en la oscuridad ―nadie iba a decirle lo que había visto. Él estuvo ahí, la sonrisa de Danny también, y una brillante luz. Lo vio con sus dos ojos―. ¿En verdad? ¿Y cómo te diste cuenta? ¿Por qué no se lo dijiste? Quizá ahora serías su esposa ―siguió tomando de su bebida, demasiado intrigado por la historia de Zoe. Este era el chisme del mes (si es que eso le interesaba, no lo hacía realmente, excepto ahora mismo). Terminó soltando una enorme carcajada a la par de la pelirroja, burlándose de la desgracia ajena. Era muy divertido, no sabía porque, pero le dio muchísima gracia―. N-no puede ser, entonces... ―Intentó nivelar su respiración, aunque era difícil dado que no dejaba de reír―. Mierda, tu vida es un asco ―volvió a soltar otra risa―. Si fuera tú quizá lloraría todas las noches. O no, porque no sé qué es el amor ―admitió y aquello le divirtió aún más. Es que era graciosísimo todo el asunto―. Maldito Danny, invitándote a su boda cómo todo un hijo de puta. Merece un golpe, si quieres yo se lo doy por ti.

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Baby (2018-)

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“por favor dime que no te lo comiste.”

— No me digas que estaba envenenado —respondió entonces, girando el rostro para observar a Davies. Bueno, que más daba, irónicamente moriría por comer. Siempre creyó que sería en una explosión o algo más estruendoso—. Pues, mierda, ¿cuánto me quedará de vida? —Intentó calcular—. Ahora sí o sí debes contarme qué rayos pasó, me lo debes antes de que muera. 

*   𝐏𝐀𝐑𝐀    ;     @daviesz​