Una vez mi psicóloga me describió como alguien "3 veces más inteligente y 4 veces mas sensible que una persona normal'' y, a pesar de que yo no diría ''inteligente'', sino ''con una clarividencia especial para advertir la transversalidad de la vida", desde entonces sé que acabaré conmigo misma.
Don't wanna be here? Send us removal request.
Text
Olivia, por favor, deja de creerte que eres Carrie Bradshaw.-
Dicen que el truco para ser feliz está en no esperar nada de nadie, pero eso sólo confirma más que las relaciones hoy en día están vacías. ¿Por qué no puedo esperar nada de nadie? ¿Por qué nos cuesta tanto confiar en que la otra persona no nos defraudará? Porque ya me he llevado muchos palos, dirán algunos. Porque es mejor una buena sorpresa que un decepción, dirán otros. Pero, ¿cómo sienta eso de que la gente también tenga ese prejuicio hacia ti? Si nadie deposita en ti un voto de confianza, ¿cómo podemos demostrar que, efectivamente, se puede esperar algo de nosotros? ¿Si la próxima persona que me conozca asume que no se puede esperar nada de mí, y no espera nada de mí, qué voy a darle? Si lo que espera es “nada”, ¿no es eso lo que acabará recibiendo? ¿ “Nada”? ¿Cómo puedo saber qué ofrecerle si no se atreve a pedir? ¿Cómo voy a esperar yo que alguien satisfaga mis necesidades, si finjo desde el principio que no las tengo? ¿Cómo voy a quejarme de que él no me devuelva la llamada si ni yo misma cojo el teléfono? ¿Por qué intentamos protegernos tan fervientemente? Es un instinto biológico básico intentar huir del dolor, pero si algo tenemos de peculiar los humanos, es que somos expertos en ignorar esos instintos primigenios. ¿No merece la pena a veces esperar algo de alguien, y llevarte todas las decepciones que sean necesarias, para poder decir, yo tuve fe? ¿No merece la pena a veces jugársela, si el camino hasta la decepción está plagado de diversión? ¿De verdad el truco para ser feliz es, en lugar de recuperarse del dolor, fingir que no sientes nada? ¿Preferimos estar vacíos que estar heridos? ¿Preferimos pretender que la otra persona puede adivinar nuestros deseos jugando al autoengaño, y luego culparla de que no los satisfaga? ¿Podemos acaso exigir algo que fingimos no desear?
1 note
·
View note
Text
Te escribo, como siempre hago, para sacar fuera lo que nos está pasando.
Te he escrito mil veces a lo largo de estos años, tú nunca lo has sabido. Te he escrito sobre amor, sobre odio, sobre olvido. Te he descrito siendo un monstruo, siendo un un loco, un amigo.
Te he escrito para todo, para tenerte y para romper contigo.
He escrito muchas cosas que se parecían a esta, pero nunca han sido iguales. Espero que este sea el único estilo. Que no te vuelva a reprochar nada para arrepentirme después. Que no te vuelva a adorar tanto para retractarme después.
Sé que no va a ser posible.
Sé que dentro de un tiempo te escribiré otra vez, sobre el daño que me has hecho de nuevo y lo que te odio.
Pero si algo he escrito de nosotros es que no tenemos remedio, es que estamos condenados a intentarlo una y otra vez más, así que aquí estoy, jugándomela de nuevo. Como nunca esta vez.
Esta vez las cosas van en serio. Esta vez hemos dicho cosas que no se pueden retirar, hemos sentido cosas que no se pueden ignorar, esta vez la apuesta es tan alta que no sé cómo la vamos a pagar si perdemos la jugada.
Esta vez me has sorprendido rompiendo todo este juego, esta vez eres tú el que se muere por vernos, y por mucho que mi parte racional diga que no, vas ganando terreno.
Vas tocando por dentro, como siempre pero como nunca y sé que no estoy a salvo dentro de mi coraza de hielo, nunca lo he estado. Puedo huir pero no esconderme, puedo amortiguar el golpe pero no detenerlo.
Te escribo para decirte que nunca he estado mejor contigo, que nunca te he tenido en tan alta estima, que nunca te había sentido tan cerca, pero que, por experiencia, me da miedo.
Sólo me jode no vernos, sólo me jode no comprenderlo, no poder estudiarlo, diseccionarlo vivo antes de que esté muerto y yo esté de nuevo escribiendo la palabra <<traición>>.
Ya te lo he dicho, que no sirven de nada estos sentimientos, que no sirven de nada y se los va a llevar el viento que sopla entre las tierras que nos separan.
Pero ha merecido la pena, ha sido bueno saberlo, ha sido bueno descubrir que era de carne un corazón que creía de hierro. Gracias, como tantas veces, gracias. Gracias por esa felicidad siempre efímera que me ofreces, siempre lúcida y escurridiza.
Espero que esta vez nos dure algo.
0 notes
Text
Chasing the sea on a train.-
The sea was grey and muddy,
it was low and almost plain.
The waves were not moving forward,
the foam in form of dirty crests.
Penmaenmawr was endlessly climbing
a huge, red, bald mountain,
as the others in the backs
were sopttered in white.
The sea was out of my sight for a while
and all of a sudden a tunnel swallowed us in.
When it spat the train out again
the sea was already waiting for me,
this time more silvered and less soiled,
trying to reach the black rounded stones
that seemed to be bravery awaiting fot it
to come and embrace them.
Another tunnel.
The sea was there again.
Another tunnel.
And it was suddenly gone.
The emerald green hills of Conwy were there instead.
Then, the castle.
Its ancient black stones standing proudly above me,
looking down at me.
They reminded me of the ones in the beach,
and following my thoughts...
the sea was there again
but only for two seconds.
Llandudno was as red as I’d always imagined,
and as sad as I’d always feared.
And again came the green grass and the dark trees,
and the little farms and the flooded lands,
the white sheeps against the black tombs,
the great Wales agains the small me.
And again, in Colwyn Bay, THE SEA.
0 notes
Quote
Los chicles son los líquenes urbanos.
Una reflexión así rápida y tonta
0 notes
Quote
I'm not afraid of feeling. I am afraid of the things I could do when I feel.-
1 note
·
View note
Text
Lo siento por estar así de loca pero imaginarme a otra durmiendo en tu pecho hace que me ardan las mejillas de anhelo.
Ese pecho es sólo mío, ese abrazo es sólo mío, y el nudo que hacíamos con las piernas nadie lo puede desenredar.
Me da igual cuánto jure que esto ya es imposible, no estaré en tu futuro pero tu pasado es para mí nada más.
Lo siento, pero me duele pensar en tu sonrisa contra otros labios, en tu ropa en otro armario y en tus ganas de siempre abrazarme un poco más.
Me niego a despedirme de tus pantalones morados, a aceptar que no sea mío el roce de tus manos, a tragarme mi propia mentira de que ya no importas más.
Yo lo sé y tú también lo sabes: que me duele que no me hables, que las mentiras van encima de más mentiras, y que el ofendido te lo haces demasiado bien.
Los dos lo tenemos claro: que soy yo la que no te ha olvidado pero que tengo bien firmes los cojones que te faltan a ti para decir adiós.
Sé que los dos lo recordamos, que me apuntabas directo al pecho cada vez que nos mirábamos, y la primera vez que te vi acertaste de lleno el disparo.
Y espero que tengas presente que aún tengo ese casquillo guardado.
1 note
·
View note
Quote
Siempre tuviste la capacidad de hacerme feliz y desdichada en un mismo día, al mismo tiempo. Y aún hoy después de todo, e incluso en sueños, lo sigues consiguiendo.-
0 notes
Text
Réquiem
Réquiem por todos esos poemas que se quedaron sin escribir porque llegaron a mí cuando estaba al filo del sueño, y yo muy confiada pensé que a la mañana siguiente los iba a recordar. Réquiem por todos esos poemas que se perdieron en la aplicación de “notas” de todos los teléfonos móviles que murieron en mis manos. Réquiem por todos los poemas que repudié después de nacidos y nunca llegaron más allá de la punta de mi lápiz. Réquiem por todas las canciones que andan cojas, unas sin música, otras sin letra y que no consigo arreglar. Réquiem por todo el arte que pudo haber sido y no llegó a ser.-
0 notes
Text
Eh, tú, sí tú, el de nunca, el de siempre. Que te has dejado una foto tuya en mi fondo de pantalla. Que te has dejado unos calzoncillos horrorosos entre mis sábanas. Que se te ha olvidado recoger todo el alcohol.
Eh, tú, ¿dónde vas tan deprisa? ¿Qué esperas que haga con este puñado de discusiones? ¿Dónde quieres que coloque este pedazo de canción? Se te olvidan las zapatillas de correr sólo hacia adelante.
Oye, que tus estupideces se están reliando con la red de mi stick de lacrosse. Eh, que te pares un momento, que no te vas sin que quites de encima de mi oboe ese bulto de arrepentimiento. Y, por si acaso, busca bien tus excusas, no me las vaya a encontrar luego en un cajón.
Pero párate, que te vas sin los tickets de comida china, la película que nunca vimos y el vídeo juego al que siempre ganaba yo.
Te vas corriendo y no lo estás pensando: si te vas, te vas; pero es que te estás dejando muchas cosas atrás. ¿Dónde vas a encontrar otro par de sonrisas como este? Anda, llévatelas, que están graduadas. No, el líquido de lentillas es mío, con una vez que me hayas cegado es bastante.
Eh, pero escúchame un segundo, ¿de verdad no ves todo lo que estás perdiendo por el camino? Que irse no es ligero, que no es así de fácil, que no se hace así. Ah, ¿que no lo sabías? Bueno, pues no puedes dejarme a mí todos estos tratos, al menos la mitad de este caos se va contigo.
Toma, ya te he hecho la maleta, ya sí que puedes marchar. Ya, ya sé que pesa, qué me vas a contar a mí, si llevo dos años yéndome y viniéndome de habitaciones como esta sin parar.
Oye, pero que no te vayas sin darme un beso, eso sí lo puedes dejar. Aquí, entre comisura y comisura, entre lunar y lunar. Sé que la mochila es muy pesada, y que si te agachas te vas a caer. No te preocupes, yo me pongo de puntillas, no sea que al final te vayas a quedar.
Tú, desastre, tira ya y no te des más la vuelta. Que sí, que yo también siento que algo se te ha olvidado, que te dejas algo atrás. Ya, yo también lo creo, supongo que lo que se te olvida llevarte soy yo.-
2 notes
·
View notes
Text
¿De verdad crees en el “amor eterno”?
¿De verdad crees en el amor eterno?
El amor duele, el amor mata en vida, el amor sobrecarga tus nervios y hace explotar por dentro tus entrañas.
Por eso el amor no puede durar para siempre, sería insoportable. Tan tortuoso que acabaría con nosotros si lo sufriéramos durante demasiado tiempo.
El amor te lleva a gritar y llorar en un coche a las dos de la mañana, y no puedes pasarte toda la vida gritando y llorando en un coche a las dos de la mañana.
No, el amor se acaba o te destruye, se pierde o te gana, el amor se deja o te consume.
¿Cómo puedes creer en el amor eterno si alguna vez has sentido tu pecho abrirse con tus gritos, si alguna vez has experimentado lo que es dejar de ser tú mismo y sólo ser una masa de dolor?
No. No podemos pasarnos la vida amando, no podemos pasarnos la vida aguantando ese sufrimiento para siempre, es inaguantable, insostenible.
¿De verdad crees en el amor eterno? Si existiera, no pasaríamos de adolescentes.-
3 notes
·
View notes
Text
Quiero decirte.-
Quiero decirte que he perdido tu poema y con él una parte de lo que fui. No fue mi culpa, lo guardaba con celo y de vez en cuando lo acariciaba con los ojos con los que una vez te vi; pero no pude hacer nada por salvarlo, ardió desde dentro y se perdió para siempre, se inmoló en el calor de la mala suerte.
Quiero decirte que aún sueño contigo. Aún pienso en ti más de lo que te hago saber, y me pregunto si tú aún me ves de la misma manera, yo a ti sí. Aún te estoy agradecida por todas esas noches de llorera y conversación.
Quiero decirte que ella me ha escrito; pero tranquilo, tu secreto está a salvo conmigo. No le he dicho que no me dejaste marchar sin que voláramos una vez más, ni le he contado cuántas veces has querido volver a mis brazos, yo no soy así. Yo no soy quién para decidir cuál es la verdad y cuál es la mentira: si tus palabras para ella o tus palabras para mí.
Quiero decirte que aún me acuerdo de tus letras, y que recordarnos susurrándolas en la cama de madrugada me da fuerzas para seguir. Obviamente nunca olvidaré que lo primero que me unió a ti fue nuestra maldición, nuestra enfermedad por escribir.
Quiero decirte que te quiero conmigo cuando vuelva. Darnos un abrazo, un puñetazo y volver a reírme de ti. Sólo para eso. Teniendo eso, qué más quiero, qué más me da el resto si cuando tú entras en el juego sólo tengo ojos para ti.
Quiero decirte que he perdido tu poema y que lloré cuando ocurrió. Que hay otros brazos que me llenan, que he inspirado más poemas pero nada sustituye al que la suerte me quitó.
Quiero decirte que me acuerdo de los instantes, de los detalles insignificantes, de cómo tu cuerpo hacía hundirse el colchón. Me acuerdo de tu abrazo por las noches, de tus palabras, de tus reproches, del roce de tu mano buscando la mía al caminar.
Quiero decirte que me acuerdo de tus labios, de las risas que en ellos ahogamos, y de ese sabor que en mí nunca expiró. Me acuerdo de tus ojos claros, me acuerdo de su seriedad al mirarnos, me acuerdo del brillo de tu sudor.
Quiero decirte que esto no es amor. Quiero decirte que eres más que un amigo, pero nunca serás el que me pare los pies. Nunca estaré contigo, nunca cambiaré mis aventuras por tu ombligo, y nunca te diré que no quiero a nadie más.
Quiero decirte que los quiero a todos; los quiero a todos, pero contigo, quiero taparme los ojos y lanzarme sin mirar. Quiero traicionar todo lo que hoy te digo, no importarme si me contradigo, quiero ser más libre de lo que puedo imaginar.
Y aun así quiero decirte que he perdido tu poema, que cada vez que lo recuerdo me lleva el demonio de la pena, pero que, por ti, nunca me vas a ver llorar.-
2 notes
·
View notes
Text
Yo era tu ninfa. Tu viciosa, rayada, pequeña ninfa.
Tú sonreías a cada toque de mi lira, y admirabas cada verso de mi canto.
Tú me dabas todos los besos que pedía, y secabas con ternura las lágrimas de mi llanto.
Pero... no tuve en cuenta una cosa...
Las ninfas no existen.-
2 notes
·
View notes
Text
Verte y no decirte nada
como el mayor de los pecados.
Mirar tus ojos y sentir vacío,
perder la capacidad del habla,
burlar la ciencia, sentir el frío.
Notar que se te nubla la mirada,
y, aunque te sepa mío,
no poder dirigirte una palabra.-
4 notes
·
View notes
Text
Y así fue como todas las cosas que había perdido volvieron a mí.
Primero fue aquella frase de un libro que no sé si terminé de leer; luego el olor de jabón de campamento. Después vino en silencio aquella alfombra voladora de mi infancia que creía extraviada en Australia, y trajo con ella esa imagen de mí misma más pequeña, entornando los ojos llorosos para descifrar un cuento mágico. Tras ella llegaron, feroces, los episodios de depresión y anorexia, tan crueles, que me hicieron echarlos de menos. Luego la pluma con la que escribía cartas a Madrid y Córdoba, el reloj de flores azul y naranja, y una muñeca que creo que siempre odié. Volvieron también los cortes de pelo, algún que otro balonazo, y hasta las gafas de sol de mi profesor de volleyball.
Y los fui guardando, uno a uno, pensando si no sería mejor volver a deshacerme de todos ellos.
El último llegó cuando todo estaba ya ordenado. Era un álbum con la selección de todos mis primero besos; no pude si no reírme.
Ése lo quemé.-
2 notes
·
View notes
Text
Es raro cómo la gente se implica tanto en tu vida... y luego de repente ya no está. Es como si se la hubiera llevado el aire sin decir una sola palabra.
Pero queda todo lo que construyeron, y con dolor recuerdas el momento en el que les importabas tanto que se dejaban la piel construyendo para ti.
Quedan los dolorosos recuerdos de una lámpara arreglada con Fix-O, una funda de edredón, el sabor de un plato exquisito sólo por la persona que lo preparó...
Es raro que alguien pueda formar parte de las pequeñas insignificancas de tu vida, y luego desaparezca como si nunca hubiera hecho magia con tu piel.
Y tú sigues viviendo en el mundo que te construyó alguien que ya no está. Tú sigues durmiendo sobre el mismo colchón, usando el mismo champú, poniéndote esa lencería que tanto le gustó. Tú sigues usando sus rastros porque son todo tu mundo, porque los tocó y los hizo suyos. Y para huir de alguien que no está hay que huir de uno mismo, de lo de siempre, de lo que amas, de tu dolor. Pero eso no se puede hacer... No, cuando no tienes otro sitio a donde ir.-
1 note
·
View note
Text
El asfalto ardiente quema mis pies descalzos y los llena de heridas y llagas. Levanta mi piel y libera la sangre de mis plantas. Pero sigo andando. Sigo andando porque no queda otra cosa. Porque pararse significa una derrota y la única forma de pagar el sufrimiento es ganar. Doy otro paso, encuentro una nueva piedra, un nuevo resalto que hiere mis pies aún más… pero no me detengo. He de seguir andando. He de seguir padeciendo, porque eso significa que no estoy muriendo. “Sigo aquí”, pienso, y mi siguiente paso es más firme, más intenso; también doloroso, pero ya ni lo siento. Estoy llegando, no sé a dónde, pero lo estoy haciendo. Estoy dejando atrás toda la sangre y los recuerdos. Está doliendo, pero eso sólo me recuerda que sigo en movimiento. Nunca dejaré que el asfalto me gane, nunca quedaré atrapada, mis tobillos ahogados en alquitrán hirviendo. Nunca. Seguiré avanzando, seguiré sufriendo. Seguiré dejándome la piel en este infierno. Eso es lo que yo hago: avanzar. Esta es mi única meta: no parar. No dejarlo, no rendirme, aguantar. No permanecer en el mismo lugar, cambiar, dejar el pasado atrás. Volver a poner el pie en el fuego y no gritar. Vista al frente, boca muda, caminando, dejándome llevar, alejándome de un dolor para afrontar otro nuevo. Como si en vez de caminar levantara el vuelo; sólo que sigo aquí, en la tierra, en el suelo, en mi sitio.
Sin dejar de andar, sin permitirme aflojar, aproximándome cada vez más a mi verdad. Nada. Ni nadie. Ni las heridas de mis pies descalzos me van a parar.-
1 note
·
View note
Text
Voy a contaros un secreto: me agobia la tierra firme y me agobian las playas infinitas. Puede parecer contradictorio, pero no lo es dentro de mí. La cosa queda así: necesito estar amparada. Necesito que me abracen las montañas hechas de lava, la caliza fosilizada, el basalto incrustado de conchas. Necesito verme envuelta de tomillos y retamas, de piedra y polvo blancos... pero necesito un escape. Necesito que mi única vía de salida sea el mar. Necesito ver el agua y saber que puedo sumergirme y huir. Necesito el viento salado en mi pelo y las algas en mi cara. Necesito poder arrugarme y perderme y mecerme con las olas. Por eso, sólo me siento segura en las calas. Siento las espaldas y flancos protegidos y ante mí el gran azul para escapar. Siento que no pertenezco a ningún otro lugar.-
0 notes