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Genealogía de la fragmentación y de la jerarquización concebida-construida por animales humanos con miedo a ser presas.
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Que algo no sea manifiesto, que el ser no sea pura presencia, que no se muestre, que se esconda, que se ausente, confirma la potencia de su ser como pura posibilidad. La fuerza de la negatividad abismal abre la inmensidad, lo sublime e inconmensurable. Como potencia, como amplitud, como falta de límites, como prerracionalidad, como posible origen. ¿Qué había antes? ¿Cómo se entrama el mundo si no hay principio ni fin? ¿Qué verdad hubiéramos intencionado si la historia hubiera sido femenina?
La negatividad propone la metodología del desconcierto presente en la contemplación. Reivindicar la irracionalidad que preexiste y se entrelaza. Aprehender la ausencia. Incorporar la permeabilidad del atravesamiento. Romper la llegada, destruir el mapa, explorar el camino (durch den Wald).
Encontrar el impulso vital. Cuidar, abrir, dar. Inhalar, exhalar, continente y contenido se encuentran en la simultaneidad. Buscar la raíz, la matriz, el origen común, lo maleable. Lo permeable como ontología de lo que existe. El entramado del todo en todo. La coordinación y sincronicidad, el punto de encuentro. La vida y la muerte en un fuego cosmogónico constante.
La destrucción como precreación. La pared que nos separa. El foco en el/lo concreto. la pérdida de amplitud. la comodidad de la costumbre, el adormecimiento del cuerpo. Quisimos tanto estar acá, que ahora tememos el más allá.
Lo otro. El otro. Lo que no somos. El virus, la frontera, el enemigo. La lucha, los anticuerpos, las defensas, la armadura. La creación del discurso. La desconfianza, la intraducibilidad de las intenciones. La herida siempre abierta. La profundidad del mal. El ritmo de la creación y de la construcción. El arrasamiento destructivo. La fuerza. Los niveles. La paradoja de Aquiles y la tortuga.
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bajo tierra
el ciclo de la planta. en la oscuridad puede crecer la raíz. la luz no le permitiría sobrevivir. la oscuridad avanza en lo profundo. todo es silencio vibrante en esa conexión.
en esa información que desconocemos, en esa presencia que intuimos, en esa vida que intentamos explicar, hay movimiento y quietud. hay escucha y espera. lo que es, se presenta como ausencia. solo gracias al crecimiento en la oscuridad y el atravesamiento de las sombras emerge la vida en busca de luz. solo a partir de lo que ya no es y ya no quiere, puede confirmar su destino, soltarse en una danza sincrónica con viento y tiempo. en el verde y en la entrega, vida y muerte coexisten.
una ofrenda ciega. la semilla vuelve a la tierra en un hacer mundos posibles desde la acción humilde. solo gracias a la oscuridad del linaje, de la genética, de la creación, del pasado, podemos actuar el propósito. ser y actuar. ser el destino. una cosmogonía constante en todos los niveles. nacer y morir. lo pequeño muere en lo sublime, crece y deja de ser. lo grande muere y se reparte, se separa y vuelve al origen, a la oscuridad de la nutrición. se entrega a todo lo demás.
el individuo se diversifica y se brinda, crece y se vuelve a diferenciar. la abeja danza y se refriega. la colaboración es inconsciente. parte, reparte, se mueve y acompaña la reproducción de la vida.
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Me da miedo que me endurezcan el corazón si un día, patinando, quiebro el hielo y quedo atrapada en la frontera de lxs demás.
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Me quedé pensando en dos cosas: el género y la amistad.
El reconocimiento legal de identidades no binarias integra e incluye a las personas que no se sienten identificadas con lo que la sociedad espera de ellas (ni como hombres ni como mujeres). Porque el género es eso: una construcción cultural que dice cómo son, se portan -o deberían ser y portarse- las personas según si nacieron con pene o vagina (como si fueran las únicas dos opciones posibles). Si cumplís con lo que se cree "normal" sos cis, si no, quedás afuera. Yo no me siento trans, pero sí definitivamente no quiero identificarme con lo que se espera de mí. Yo no jugaba con las barbies ni a ser mamá, sino con mis primos, a las escondidas, a la mancha. Como soy hiperkinética, me divertía mucho más todo lo que implicaba movimiento. Desmembraba a las muñecas y hacía "arte".
En términos de género (o como se lo entendía antes, al menos) no sé, creo que soy un fracaso de mujer: no sueño con casarme ni tener hijos, no uso ropa femenina, no soy delicada ni prolija. Soy una persona que tiene de todo, un poco de cada género. El binarismo es una estructura que hay que demoler a martillazos. Porque se momifica y nos asigna lugares y roles que ocupar: los pibes son así, las pibas asá. Es una forma de organizar la sociedad de acuerdo con los intereses de los que mandan. Así como también se organizó la sociedad según el color de piel y eso devino esclavitud. Siempre hay un grupo que pierde en este tipo de órdenes: porque no sólo se dividen en términos de sexo, o color, o etnia. Esa estructura está, además, jerarquizada: el binarismo hace que exista un género mejor valorado que el otro (y que todo lo que corresponda al género masculino esté mejor valorado socialmente que lo femenino -y, ni hablar, que lo trans-).
Desde siempre pero, sobre todo, desde el capitalismo, conviene que nos ordenemos, que respetemos las instituciones, que nos portemos bien, que seamos lo que se espera de nosotros, en este caso según si somos mujeres o varones. Como en cualquier rebaño. Las mujeres en casa, los varones trabajan. Hay un lugar específico y único para cada unx, “porque así lo dispuso la naturaleza”. Como si los instintos fueran ajenos a la experiencia. Como si las sensaciones fueran absolutamente naturales y no se desarrollaran también de acuerdo al contexto. No sea cosa que la gente se rebele y la estructura tiemble.
El no binarismo hace que la estructura tiemble, por eso da tanto miedo. Porque nada mejor para el poder (que se disfraza de todo lo que se te ocurra: la religión, el Estado, la moral) que mantenerse perpetuamente arriba, que generar miedos, que parecer incuestionable, que excluir, dividir, organizar. Yo pienso que aguante todo lo que venga a replantear lo que es (y lo que se autoproclama "natural"): para que haya cada vez más lugar para la diferencia, más integración, empatía e inclusión. Para que no haya que cumplir con lo impuesto ni con las normas que vienen de antes que nosotrxs.
Y sobre “la amistad entre el hombre y la mujer”: creo en la amistad. Nunca lo pienso en términos de género porque creo que me manejo del mismo modo con todxs. Cariño torpe, compañía, risas y bancarse en todas (incluso en las diferencias). La amistad es el modelo de vínculo que más me representa: soy muy buena amiga y elegí muy buenxs amigxs (y lxs que no lo fueron, se dejaron atrás). La amistad, como la veo yo, es movimiento y es dinamismo. Es un proceso, un refugio, un lugar al que llegar pero también un concepto que uno construye. Si me preguntabas hace 10 años, te decía otra cosa. Era una purista con ciertos códigos y modos que hoy, con la experiencia, me di cuenta que no eran tan así. Y perdoné y me perdonaron y lastimé y me lastimaron. Y bueno, así vamos, como con todo.
Creo que en la amistad se da una complicidad increíble y una aventura muy divertida. Pero bueno, hablo desde mi experiencia. Me gusta relajarme en lxs otrxs, porque creer en la expansión del mundo y confiar en lxs otrxs es sin dudas lo que más me gusta de mí. Yo me entrego a las personas y, si fallan o me lastiman, me corro. A priori tiendo los brazos porque así abro mi universo.
Si lo pienso en los términos en los que hablan harry y sally, te diría que puedo tener tantos amigos porque no hay tensión ni orientación sexual, porque sé cómo me manejo yo y cómo se manejan ellos, porque a mí me sirvió desexualizar la amistad (igual que con las mujeres, por cierto). Salvo algún grave error puntual, así me manejé siempre. Yo construyo más bien hermandades. Y, aunque no me lo preguntaste, no sé por qué, necesitaba ponerlo en palabras porque me había quedado la reflexión atragantada.
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Me reía cuando contaba con adjetivos y coronas el levante que tenías. Con lo insoportable que era ver la respuesta rotundamente efusiva de lxs otrxs ante tu pasividad. Y cómo ligabas, qué envidia. Tu álbum de banderitas. Me divertía que miráramos para el mismo lado.
Me reí hasta que dejé de idealizarnos. No eras el amigo perfecto, ni mi refugio, ni me cuidabas, ni llenabas de leña mi segundo hogar. Cuando cambió la orientación de mi mirada y tu horizonte, no te ví más. Desde que llegué te encontré distinto, raro, pero no me dijiste nada. Como cómo reconocer la locura en quienes uno ama, fue una mirada, un silencio, un mal humor.
Tu nuevo disfraz me obligaba a revestirme a mí. No había punto de encuentro, todo era Incomodidad. Te soplaba e intentaba robarte palabras para poder entender, para poder evitar el árbol de enrosques en los que caía yo. La cadena de posibles interpretaciones y culpas, de desenlaces y castigos y lastimaduras que volvían a arder. Pero no. No hiciste nada. No te moviste. No cambiaste nada. No diste nada.
Atrás y abajo de todo estaba yo, la que va siguiendo tu vida, acompañándote a todos los lugares a los que vas. Fui quien se esforzó por entenderte, por demostrarte cuánto te quiero. Soy yo el origen de este amor. Y, ahora, también el final de este recorrido. Se agotó esta ficción de garantía, y yo me canso de jugar este juego. Di 100, diste 50, te dí mi resto para encontrarte en el medio. Y no estabas. Al final no queda resto acá para mí.
Me comí la cabeza, me desmembré en sensaciones y alcoholes. Te vi, me confundí. Traté de acomodar lo que me pasaba en el corazón con la honestidad y la valentía que implica aceptar el poder de la marea. Sola. Porque, obvio, para vos era mejor culparme de todo. Despotricar contra mi sensibilidad.
Quise encontrarle sentido y hacerme cargo de lo que me atravesaba. Invisible, ignorada y negada. Te callaste cuando tenías que hablar y hablaste cuando era mejor no decir nada. Sé que unx intenta evitar sufrir pero en tu vacío de palabras, me asignaste el cajón de las cosas que uno no quiere ver, pero tampoco tienen un lugar determinado.
Sentí y siento por vos muchísimas cosas que hace tiempo no sentía. Adentro mío pasó de todo. Me asusté y me asusto pero fue imposible no arriesgar el orden en pos de esa aventura. Incluso sabiendo que el error estaba esperando a la vuelta de la esquina: podía perder mucho y también perderte a vos. Y se me desgarró el corazón cuando te solté.
Yo sé el juego que quiero jugar. Me divierto tanto con vos, que podrías haber sido todo, compañero, amigo y amante. Pero no estábamos listos. O no te animaste. O simplemente no lo sentiste.
Cualquier cosa es válida, siempre y cuando no te portes como un tibio desconocido con tu mejor amiga. Mientras tu confusión no sea tóxica para la otra persona, para quien fue tu hermana. Los códigos también se jugaban acá: invitarme y echarme, coger y deshacer, embarcarte en otras solapas con otros nombres, todo al mismo tiempo. Eso es atarme a tu desprolijidad. Y seguir culpando a mi sensibilidad.
No pensé que estaba tan verde el asunto, hasta que me acordé que a vos te buscaban. Que fuiste pasivo siempre. Que buscás que la culpa sea de la otra persona que tiene incapacidades para involucrarse, o el corazón frío. Diferencias culturales para descartar la posibilidad de actuar.
Me dijiste: si alguien va a boludear a alguien acá, voy a ser yo a la otra persona. Bueno, no, amigo. Eso pensé que no aplicaba a mí. Y si aplica, entonces vos y yo nunca tuvimos los mismos códigos como pensaba. O no compartimos absolutamente ninguno.
Evitá meterte, entonces, con una persona sincera como yo. No propongas un barco al que tu fantasma no te deja subir. Al final no supiste jugar este juego: vos sos el que busca refugios, certezas, cariño tibio y mediocre. Te había dicho: garchemos y veamos a dónde vamos, porque somos vos y yo. Bueno, no. Me parece que acá el motor de fuego, de movimiento, de amor, era yo sola.
#fuckyou #exfriend
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Te tengo que decir un millón de cosas porque me levanté sintiendo que iba a explotar. Iría a hablar con vos, porque normalmente un abrazo tuyo ya me reconforta. Pero ahora estamos barrileteando los dos. No hay límites claros de nada.
Normalmente me gustan los nombres de las cosas. Los límites claros, los códigos (cogidos) en cuanto a qué tengo que hacer. Con vos las fronteras siempre fueron claras. Esto es amistad. Crece. Entonces, es hermandad. Y te cuido y me cuidás y me preocupo y te preocupás. Así vamos, así íbamos. Un poco más cerca, un poco más lejos. Pero hablando siempre desde lo más profundo. No hay nadie en quien confíe más que vos.
La puta madre. No sé ni qué siento. Siento todo. Siento que exploto de confusión. Tengo mucho miedo y la sensación de estar haciendo cualquiera. Pero también siento absolutamente todo lo demás. Lo mismo que antes. Que ya era todo. Porque éramos todo. Somos todo. Y sin embargo tengo miedo, porque siento que estoy fuera de mí mirándonos de modo distinto. Y odio los cambios. Odio el miedo al fin. Mutar era inevitable. La puta madre, qué pasará. A dónde vamos. Qué estamos haciendo. No entiendo nada. El riesgo es incalculable.
Ah, y todo lo que te dije ayer fue de borracha. Pero basta de emborracharnos así. No sé si estaba preparada para esto. Pero pasó. Oh, fuck. Oh, well. Sólo 10 días más.
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Juli mit dir
-¿Pero vos sabés las cosas que pueden pasar en un mes?
Yo ya estoy involucrada hasta la profundidad, por ejemplo. Se ve que aunque me guste ser estrella, me atrapa más la lucha. Perder el poder, sólo para recuperarlo. El desafío.
En este vínculo el empoderado sos vos. El que está pero se va. Escribe poco y dice mucho.
Las otras. La soltura, la liviandad que me atrapa porque me hace reír.
Me ves, pero no tanto. Y de ser todo, no encuentro otro escalón que no sea hundirme en la nada. No existe un punto medio. La única o la invisible que se desdibuja. Como si mi única existencia dependiera de tu mirada que me valida. Que me da la oportunidad de poder ser alguien. Y parece que cuando era fantasía, buscabas asirme. Ahora que estás acá me deshacés. Desaparezco.
El no espacio, el no lugar. Los secretos. Volvemos o volvamos al terreno previo, en el que no importaba lo próximo.
Ya cumpliste, ¿no? Cerrás tu ciclo apoderándote de la fantasía. Saldando las deudas pendientes con vos mismo. Yo soy un elemento más en tu mente experta.
Y siempre estuviste yéndote.
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punto amorfo
Este es el punto alfa. El nuevo que se transforma. Es lo que es, la dinámica propia de lo que se mueve. Construimos sobre lo que ocurre, esta masa amorfa de lo que somos.
Empecé el día queriendo amoldarlo. Pensé en vos con otra personas y ya no encajaba en mi ideal. Sos rústico, pero yo también.
-Gauchita, no tiene sentido pensar. No tiene sentido engancharse. En el único lugar en el que nos podemos encontrar es ahora, en la libertad del aire y el espacio. Libertad o muerte.
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punto 0
Igual, aunque te decía de extrapolar las soluciones de microsituaciones exponencialmente hacia las macro y estar preparadas, todas estas historias me obligan a lidiar con la realidad. Dejarme atravesar por lo que siento con la cualidad propia del sentir.
Es así, hay que dejar ser. No se puede controlar todo, no alcanzo a resolverlo todo en lo nuevo y no me puedo apropiar de lo que desconozco.
Tengo que lidiar con las espinas. A veces quedan algunas fijas, calcificadas.
...Y volver al punto cero no es una opción.
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¿Cómo hacer?
No sé. Se hace, se siente, se sufre, se ama.
No, G., no se puede ir al banco de amor. No se puede hipotecar lo que se siente. Se siente, a secas. Y se resuelve. Y siempre se resuelve, eh. No te preocupes que acá vivimos a todo o nada. Tenés banca. Bah, tenemos todo, G.
La felicidad está en todas nuestras hipotecas de amor.
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La espera
Me dijiste “nos espera la felicidad, mi amor” y fue lo último que necesitaba para entender que se había muerto. Que la disociación entre el tiempo y él, entre la pasividad de su presente y las promesas a futuro, formaban un todo inorgánico.
La espera vacía, la palabra sin cuerpo.
-Nunca entendiste. La felicidad es todo lo que necesito para existir. Y ese fuego es impostergable.
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es corp io
Te encuentro en otras personas, otros gigantes. Me acuerdo de haberme sentido tu salvadora, pero vos eras mi guardaespaldas y mi sombra.
Ya pasé todas las broncas, ya pasé los recuerdos que me hicieron odiarte y entenderme.
Todo lo que fuimos y ya no somos. Todas las realidades posibles en las que los desenlaces fueron distintos.
La línea de tiempo que quebramos.
No sé dónde estoy parada, si mi futuro y mi pasado eran con vos.
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tarot
Estás acá reafirmando tus elecciones.
No sos lo que se esperaba de vos, no? Eso te pesa. Pero mientras más rápido lo asumas con alegría, más inmediatamente se te formarán las decisiones. Elegirse, asumirse.
Mamá, papá, soy este bardito hermoso. Esta cosquilla de incertidumbres que se ríe-con todos y todavía cree que puede salvar al mundo.
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ich bin hier und hier bist du
Sola, sola. Esta la respirás sola, la dejás fluir sola y la vibrás sola. Lejos de tantas palabras, tanto miedo, tanto mandato.
No hay nada que decir. hay que relajarse y dejar de creer tener el control.
La soga se mantiene sola sobre el abismo.
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wir haben nur was wir jetzt haben
Ya siento adentro la expansión. Sos vos, el agua la transparencia. El fuego y el juego entre tu presencia y el viaje.
No me amenaces. Tenemos esto.
Adentro está pasando de todo.
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Estoy re enojada: enojada con la injusticia, enojada con...cómo la gente se caga en mí. cómo no me escuchan, cómo piden todo de mí y nadie me da nada. Estoy enojada: enojada con que no me salgan las cosas, con no terminar de definir qué quiero, no saber dónde quiero estar.
Estoy enojada con la forra de D, con haberme bancado tanto tiempo su maldad. Estoy enojada con M y su negligencia.
Estoy enojada. Necesito que se acomode algo, necesito decir las cosas, necesito ser clara...y no me sale. No puedo salir de este loop en el que estoy hace un montón. De fracaso, de vergüenza, de palabras de mierda que me digo a mí misma.
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