De Asturias coche a Madrid. Tarde, noche y mañana en Navacerrada con Enrique y familia…
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Y seguimos camino a MArbella, donde nos juntamos con el resto de la familia Redondez
Y en Marbella es tradición ir al súper a hacer una compra. En esta ocasión lideraba la expedición Oscar, que siempre se pone nervioso. Experiencia inolvidable, y jamás he visto un carro tan lleno en mi vida
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Y hablando de tradiciones…
Mi desayuno habitual. Con moderación, que estoy en plena operación bikini
Bueno, pues muy bonito Lisboa. Nos vemos en verano de 2022. Cogemos el avión y a Madrid, PCR mediante de nuevo.
¿He dicho que cogemos el avión? Pues casi no. Los sindicalistas, que ya sabemos que son grandes trabajadores y saben ir ganándose las simpatías de todos, decidieron hacer una doble huelga y el aeropuerto estaba colapsado, con un 90% de vuelos cancelados y gente hacinada en el aeropuerto haciendo fiesta COVID. Total, el turismo puede aguantarlo todo. Todo sea por la lucha de clases.
Afortunadamente, nuestro avión era de los privilegiados y pudimos llegar a MAdrid. Recogemos a los niños y a seguir con el tour: Prense y Asturias, donde como es tradicional hicimos un curso de surf
También reservamos tres días para explorar la zona de Cascais, donde están los colegios.muy diferente de la experiencia urbanista de Lisboa, pero también con mucho encanto
Más fotos de Lisboa. Nos encantaba comer en los bares por cuatro duros
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Acabaremos cansados de comer pescado y beber vino? Dudoso
Y aquí tenemos a nuestra camarera de 11 años en el bar de debajo de casa. Padre japonés, madre francesa, bareto de sushi y noodles en Lisboa con música de fados
El plan era el siguiente: trabajar de 7 de la mañana a 12 del mediodía (tarde en Singapur) y dedicar cada tarde a explorar un barrio distinto de Lisboa. La idea era tomarle el pulso a Lisboa y ver dónde nos gustaría buscar casa dentro de un año. Misión complicada, porque Lisboa, y especialmente en verano, es preciosa.
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Un pulpo, don Camilo
Venga
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Yes señor
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Solidaridad con el colectivo LGTB…I…Q?…Ñ? Ya me lío
Después del bajón del verano 2020 (que no existió) decidimos volar a España. El precio a pagar era alto y las condiciones a la vuelta eran inciertas, pero ya estábamos hasta los nísperos de dos años sin vacaciones, sin ver a la familia, y sin salir de la isla.
Así que con toda la ilusión del mundo cogimos el avión, que lógicamente iba vacío. Aquí en la escala en Estambul.
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Momento patriótico
Momento de redescubrimiento del Cola Cao
Reencuentro con Jacobo. Una cervecita y un vinito para celebrar
El plan maestro era dejar a los niños en Madrid y pasar dos semanas en Lisboa, nuestro próximo destino para Julio de 2022. Así que, PCR mediante, agarramos un avión y aterrizamos en Lisboa, donde teníamos un precioso apartamento esperándonos en un barrio muy acogedor
Algo falla aquí. Quizás un poco de decoración…
Así mejor. Y aquí Redondo trabajando en remoto para mantener Singapur a flote.