sagermans

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el peso que siente caer sobre su estómago es el mismo que sintió momentos atrás, cuando el preguntarse por el estado de su madre pasó por su mente. no podría culpar a la contraria por la desesperación—por el contrario, entendía muy bien esas ansias de moverse y ese sentimiento de tener que hacer algo. sin embargo... 'no podría dejarte ir sola—mira lo enloquecidos que están ahí afuera. sin algún tipo de protección contra el resto sería demasiado peligroso.' con su brazo libre, el primer instinto es atajarla para darle más soporte.

en la mirada de theia, sage intenta buscar una alternativa que no le exponga tanto a la amenaza, más sólo encuentra eso mismo que él ha estado intentando ignorar por el bien de su sanidad: servir de ayuda. tras un largo suspiro, por fin desvía la vista hasta la entrada del pórtico de la casa. 'si vamos a movernos,' inicia, aunque su idea se pierde por completo tras el fuerte retumbar que trae la explosión consigo. su agarre en ella se refuerza, en aras de no perder el equilibrio. '¿te encuentras bien? hay que buscar refugio antes de seguir avanzando.'

la desesperación va quebrando poco a poco su psique. sin señal, es incapaz de lograr contacto con rory, mejor amiga y madre de eli. los ojos se vuelven cristalinos al escuchar la mención de eli, como un recuerdo digno de quedarse en la memoria contraria tras último encuentro. ' yo — no sé — él esta con su madre, se supone que hoy regresarían al pueblo y no — no me puedo poner en contacto con ellos. ' ahí la voz se le quiebra y la desesperación aprieta su pecho al punto de dificultarle la respiración. ' tengo que ir a bloomwood. ' aquel es el vecindario donde ambos residen. vale la pena el risgo, piensa. ' por favor, déjame ir. si algo les llegara a pasar yo ... ' un dolor se instala en su pecho, punzante. en un intento por no perder el equilibrio es que se aferra al brazo ajeno, con la respiración agitada.

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no es hasta que ha dado vuelta en la esquina de su hogar, que se da media vuelta para soltar un: "¡aquí!", procurando que su voz no sea muy fuerte como para causar más alboroto del que ya hay en las calles. ahora, en la parte trasera, las puertas exteriores que dan al sótano se encuentran frente a sus pies. "rápido, sube la puerta de la izquierda," impera, al posicionarse él en la contraria. "a la cuenta de tres hay que abrirla. uno, dos..."

"¡Sígueme!" @sagermans

En medio de un estado de disociación donde se sentía completamente ajena al caos que envolvían las calles, sólo el grito de alguien más consiguió despertarle. Entonces agradeció el rostro limpio, son sangre a la vista, porque se sintió como la luz al final del tunel ¿O sería demasiado pronto para ello? "¿¿A dónde vamos??" Inquirió hacia él, sin aminorar el trote.

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"¿no piensas ir allá, o sí?" y aún si ese fuese su deseo, sage no está seguro de si 1. le dejaría marcharse así como así, o 2. el bosque fuese la opción más segura en ese momento. en realidad, piensa todo lo contrario. "está un poco más al sur, de todas formas—demasiado lejos como para ir a pie en estar condiciones." con las calles llenas de caos y el peligro a la vuelta de la esquina, sólo un desquiciado haría tal acto.

su mirada celeste va hasta el cielo y luego hasta el final de la calle y, una vez su mirada se cruza con un frenético tercero a la distancia, pronto se ve a sí mismo tirando con suavidad del brazo de su vecina. "esto no es bueno," murmura. "hay que entrar a la casa, ya."

@sagermans : " escucho las sirenas pero no veo a la policía cerca "

mala idea haber tomado un buen desayuno para su primera guardia de la semana porque ahora solo sentía naúseas, sintiendose en una capsula que le resta aire cada vez más hasta que voz ajena la atrae a tierra, dejando marrones de seguir a los helicopteros del cielo, & sin querer, tomando apoyo en hombro de vecine. parecia un deja vú de algo que apenas recordaba. menea cabeza, recordando lo dicho, " n-no, no lo sé. viene de todos lados, " el ruido, el estallido, el aire caliente del fuego, & el frio clima, era un completo caos. " ¿donde está el bosque? " estaba muy desorientada.

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"¡Ayuda a quitármelo de encima!" @mokhann !

el llamado ajeno ha logrado ser lo suficientemente inquietante como para sacarle de su escondite tras la puerta de aquella casa vacía. con sus manos empuñando fuertemente una pala que encontró momentos atrás, un corrientazo invade su espalda ante la imagen que ahora presencia, así como al pensar en lo que se supone, ha de hacer a continuación para ayudarla. herir a alguien más, aunque ésta persona no parezca estar dentro de sus cabales...

sage toma un respiro hondo al aproximarse, bateando con fuerza el rostro del tercero errático y dejándole vía libre a mokha para levantarse. si con eso no logra desorientarlo... "¡corre, ahora! la casa de la puerta color caoba— ¡lo distraeré mientras pueda!"

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'¡déjame ir, necesito ir con mi familia!' @loveiiaz !

familia. sage habría estado dispuesto a retenerla de no haber sido por esa palabra, por el peso que cae hasta su estómago al pensar qué habrá sido de su madre al otro lado del pueblo, y cómo no puede hacer nada más que protegerse a sí misme ahora. un suspiro abandona sus labios y, tras frotarse el rostro, asiente con cuidado. "¿el pequeño?" lo recuerda por la noche del cumpleaños. "¿en dónde está? tu familia. ir sola sería demasiado arriesgado." déjame acompañarte, es lo que realmente quisiera decir.

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'tenemos que encontrar refugio cuanto antes.' @safvdie !

"no. no puedo—" dejarla, no logra completar. es entonces cuando una cruda verdad cae sobre sus hombros: ni porque un milagro ocurriera, lograría llegar al parque de tráilers a tiempo. tendría que avanzar sin ella, sin su madre, le gustara o no la idea. con el puño bien apretado, sage suelta un suspiro y con la mirada, busca una apertura entre el caos. "a la... izquierda. el callejón de allá da a mi casa. tal vez las cosas estén mejor allí."

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"con más razón se me hacen espeluznantes. ¿no? imagina que diez personas no pudieran dejar de observarte a donde sea que te movieras." sage, particularmente, era alguien que apreciaba su privacidad de sobremanera. el sólo escenario, por más ficticio que fuera, lograba incomodarle lo suficiente como para remover las manos dentro de su chaqueta. "tal vez es su manera de decirle a los visitantes que no son bienvenidos a este lugar." tira al aire. ¿tiene certeza de lo que dice? en lo absoluto, pero supone que es una probabilidad. "eso, o le gusta coleccionar cosas inquietantes." podría ser cualquiera de esas dos opciones. "nah, me gustan más los paisajes. ¿qué hay de ti, no te gustarán las cosas extrañas, por mera casualidad?"

pregunta contraria le saca una carcajada, posiblemente porque no lo había pensado de esa manera. " dicen que te siguen por el pasillo con la mirada " explica lo que ella escuchó en la entrada del evento y se había puesto a comprobar para escapar un rato de las responsabilidades de la noche. " pero sí, no son muy amigables realmente " mirada vuelve a las pinturas, como si tratara de entenderlas. " me cuesta comprender por qué alguien tendría todo esto en su casa " vuelve a mirarle. " ¿tú lo harías? "

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la sonrisa sobre sus labios, aunque breve, es genuina. en general, no puede fingir que toda la situación resulta algo enternecedora y hasta nostálgica en algún punto. no es nada, piensa sage en susurrar, pero al final se queda con sus palabras. él parece más concentrado en iniciar un trote lo suficientemente rápido como para acortar distancias, pero no lo suficiente como para llegar hasta el infante --- quizás, sólo quiere mantener la ilusión del juego arriba, más allá de pretender ganar.

"es rápido," menciona entre respiro y respiro. si bien puede seguirle el paso, ni su energía ni su cuerpo son lo que eran hacía un par de décadas atrás (y cómo lo lamenta). por un momento, decide pausar. "¿le gusta el deporte? a eli. a esa edad suelen tener bastante energía."

desde llegada definitiva al pueblo theia se ha cruzado con todo tipo de personas, aquellas que entienden y encuentran entretenido el actuar energético de eli y quienes no. siempre es bueno toparse con aquelles que toman con alegría las ocurrencias del pequeño de hebras doradas. la timidez del pequeño es breve, efímera, pues apenas escucha aquella pregunta da un saltito de su escondite, asintiendo y dando brinquitos de la emoción. el juego era mucho más divertido con más personas. « ahora tú la traes, ¡corre theia! ¡corre! » eli es el primero que se echa a correr y la castaña, antes de emprender carrera, le susurra un gracias, sincero. ' ten cuidado con eli, le gusta hacer trampa. '

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"¿sólo yendo con la corriente? es cosa de valientes." si bien el tono que usa es ligero, no necesariamente está bromeando. por el contrario, sage no suele decir cosas de las que no esté enteramente convencido. "más bien ando de metiche en este sitio." explica, por un momento dirigiéndole la mirada. después de un momento, sus orbes celestes vuelven al suave vaivén de las hojas contra la brisa. "la música aquí no es tan fuerte y quería un pequeño descanso. la edad no viene sola, sabes--- por lo general la acompaña un crónico dolor en las rodillas."

Chasqueó la lengua en modo de decepción y movió la cabeza en ambas direcciones. "Está bien. Justo ahora estoy aceptando cualquier cosa que sea mi destino," un suspiro largo y tendido escapó de entre sus labios cual acción dramática que nunca faltaba cuando de Vala se trataba. "¿Te ha tocado trabajar aquí, o te han asignado un puesto especial que se trata de descubrir a todo aquel individuo que haya escapado de sus responsabilidades asignadas para esta noche?" ladeó el rostro con curiosidad genuina.

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"dahlia. le decía siempre que tenía nombre de señora." cómo terminaron, sin embargo, se lo reserva en un intento de buscar las palabras adecuadas para continuar, ¿bien, mal, terrible? ni él mismo sabe cuál será la respuesta correcta. "quizá si la ves de buena gana, no le importe mucho. pelirroja, de ojos azules--- por si te la topas." menciona tras una ligera risa. "entonces, no planeas tú salir a la pista? sería una pena privar a las señoras de ese espectáculo."

' en ese caso te debo las gracias ' sí, porque después de un rato empezaron a aparecer nombres de jóvenes en la lista. el juego motivó a los ancianos y en parte lo asocia a que bailar era una de las cosas que solían hacer a menudo en reuniones. Viktor delata una sonrisa divertida ante sus palabras y lo mira. ' depende, ¿cómo terminaron las cosas con tu ex? ' pregunta mientras repasa la lista. ' y su nombre, para ver si debo emparejarte o no con ella, te ganaste eso.'

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una sonrisa no tarda en aparecérsele en el rostro. "¿aceptarías?" pregunta aún cuando su comentario anterior había sido al aire. que la contraria se contenga, sólo incentiva más la risa que abandona sus labios aunque al final, parezca mas un ligero bufido. "la verdad, me estarías haciendo un favor."

la atención de sage pasa con ligereza hasta la señora. a la distancia, no puede hacer más que apreciar las líneas invisibles que forman sus pasos y la estela de gozo que queda tras éstos. y puede que sólo sea efecto de las palabras ajenas, pero puede jurar que un halo dorado cubre a aquella mujer desconocida.

lo mismo no puede decir de lara, sin embargo. "hm, no quise decir que las hubiera. es sólo que..." pausa. en el breve silecio, lamentablemente, encuentra más incomodidad que otra cosa. "el licor las empuja a la superficie en vez de hundirlas, sabes. pero si no hay nada allí, supongo que no hay de qué preocuparse." más bien, ¿tenía algo él dentro suyo?

Sus sollozos se calman considerablemente cuando escucha el comentario. "¿Esa es una indirecta para invitarme a bailar?" Enarca las cejas, luchando contra una mueca divertida. "Además, no necesito vivirlo para saberlo, nada más mírala, ¡apostaría que fue bailarina en sus años dorados!" Manotea el aire en dirección a la señora. De hecho, esa señora era su señora, la que le habían asignado, y cuando lo pensaba bien, se sentía agradecida de que fuese así. Ojalá ser como ella, ojalá seguir escuchando sus historias y conocerla un poco mejor, ojalá— "No hay ninguna pena que ahogar," el tono se le torna levemente esquivo. No había empezado a beber escapando de algo, por lo menos, que haya encontrado motivos a mitad de camino para seguir haciéndolo era otro asunto. Vuelve a empinarse el vaso para masticar uno de los hielitos a medio derretir. De repente, no tenía más nada que decir. O quizá era mucho más lo que tenía para pensar.

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"con que la casa no sea un trailer aparcado, está bien." para él, al menos. la idea del laberinto, sin embargo, no puede negar que es un poco tentadora. "sería divertido. el laberinto, digo... hasta que te llegue la cuenta del jardinero."

TERRAZA ⨾ Después de un rato cumpliendo con su tarea, se sentó a descansar mirando al patio. A lo lejos se encontraban sus hijos, jugando entre ellos, y la situación en particular parecía curar sus preocupaciones.

"Nuestras casas igual podrían tener una terraza y un patio así. Laberinto incluido," comentó a quien tuvo cerca, solo por hacer conversación. Una sonrisa a gusto, que no llegaba a sus ojos, adornaba su semblante. "Aunque por el precio, quizás es mucho pedir."

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el comentario, inevitablemente, le roba una pequeña sonrisa.

el karma. quién sabe cuánto más podía caerle encima. "para tu fortuna, soy alguien bastante respetuoso de las desgracias ajenas." y no era mentira, ¿con qué cara podría serlo, de todas formas?

de pie y a un par de escasos metros del columpio, debajo de sus botas se escucha el crujir de las marrones hojas de otoño. "estoy bien. provecho." menciona, sólo levantando su mirada para asentir con suavidad, antes de volver suatención a la hojarasca. es de esas pocas veces en donde realmente sí está bien. "increíble que este sitio siga en pie."

ubicación — juegos infantiles ay, la edad. llegaba tan fuerte en ocasiones. fue casi imposible para él evitar los viejos juegos infantiles durante su periodo de descanso. con un emparedado en su diestra y una botella de agua en la izquierda, terminó por sentarse sobre uno de los endebles columpios que colgaban de un árbol. ‘ si se cae y te ríes, quiero que sepas que el karma caerá sobre ti ’ le sonrió a la figura que vio un par de metros más allá, ¿lo escucharía? seguramente, nunca había sido de los callados. ‘ ¿comiste algo? puedo compartir ’ estiró el emparedado en dirección del tercero, incluso aunque se muriera de hambre, siempre podría darle a alguien más. 

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"que te excuses tan de repente te ha sonar más culpable." aunque el tono de su voz sea plano, la sonrisa que serpentea por sus comisuras delatan que, en realidad, él no se ha tomado el asunto para nada en serio. al contrario, "yo mismo me apunté hace un rato. a lo mejor alguien más se anime a venir cuando vea que no sólo los ancianos la están pasando bien de este lado." confiesa, "o a lo mejor fue mi ex-novia que quiere verme hacer el ridículo. ¿tú que crees?"

CASONA. ' yo no puse tu nombre ahí... ' señala con la vista el papel donde están los interesados en bailar en parejas. la idea es que los interesados se anoten o como parece ser el caso: alguien te anote sin que te des cuenta, para bailar con alguien al azar. la idea motivó a la población mayor más que a los jóvenes, lo cual comprende porque él no lo haría, solo está cumpliendo su parte. ' ¿algún enemigo quizás? ' se atreve a especular, dirigiendo la mirada hacia la persona. ' me temo que es tarde para borrarte ' eso no es cierto, solo no quiere rogarle a alguien para que se anote.

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"¿qué de las pinturas? ¿que sean jodidamente creepys?" si ha bajado el tono de su voz, es porque quizás algún rincón de su inconsciente desea no perturbar la quietud de aquel pasillo. "parece que ese es su encanto." comenta como quien no quiere la cosa, con las manos guardadas en los bolsillos de su pantallón. el trabajo técnico de los cuadros era impresionante, eso sí. ¿pero encantadores? difícil... al menos, para sage.

PASILLO PRINCIPAL

deja un poco de lado sus obligaciones. no se queja pero le gustaría hacerlo. pensó que construir comunidad en un pueblo pasaría por otro lado, y que se limitaría a trabajar en la firma. se encuentra cruzada de brazos, mirando las pinturas, moviéndose a penas de un lado al otro comprobando que parece que las pinturas te siguieran con la mirada, como la mona lisa. " ¿crees que sea apropósito? " pregunta al sentir una presencia cerca, sin mirar a su nuevo acompañante. " lo de las pinturas "

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"más que tú y yo, ¿cómo sabes eso? nunca has bailado conmigo." sabe bien que no ha sido más que sentido figurado, más su primer instinto al ver a alguien llorar, es el de brindar algún tipo de consuelo (incluso si no se lo han pedido). ¿quizás su jugueteo aterrice bien...? eso espera, mientras su mirada divaga hasta dar con la señora. algo en ella, no sabe qué aún, le recuerda a su propia abuela. "a lo mejor te venga bien un vaso con agua. ahogar las penas en alcohol..." no lo recomienda, es lo que diría de no ser por la mueca que hace en cambio.

"Es que— es que perdió a sus hijos, perdió a su esposo, perdió a sus hermanos... ¡Y mírala! Tiene más energía para bailar que tú y yo juntos," presiona una servilleta contra la nariz mientras sorbe con fuerza, conmovida. Se refería a la señora que treinta minutos atrás le había compartido todas las tragedias de su vida y que ahora bailaba junto a sus amigas como si nada. "Ah, creo que necesito... más vino." Hace una pausa para respirar profundo. ¿O quizá había tomado demasiado?

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el baile de los matorrales cuando la gélida brisa los acaricia, ha distraído lo suficiente a sage como para no notar la presencia contraria—al menos hasta escuchar su voz. sólo entonces, sus labios se estiran en una débil sonrisa "no parece ser tu día de suerte," musita al guardar las manos en los bolsillos de su chaqueta, "no puedo mantener un secreto ni porque sea cosa de vida o muerte." en realidad, diría él, es todo lo contrario. pero el silencio que ahora embarga el sitio es tan grande, que es casi que imposible no sentir la necesidad de llenarlo con cualquier cosa, incluso si sólo se trata de una broma inofensiva.

LABERINTO — Por primera vez en muchos años aquel evento la hizo sentirse un poco engentada y encerrada; quizá es por el simple hecho de que ha tenido que interactuar con más personas vivas de lo que está acostumbrada. Por esa razón cuando tuvo la oportunidad, se escabulló entre el bullicio y fue a dar a aquel lugar. "No le digas a nadie que me he escapado," comenta al sentir presencia.