La fiesta se ha apagado, las luces del circo ya no existen, estoy en la nada del circo no queda sino un traje raído cansado descolorido; Yo. Hay un lado sádico en el hombre que disfruta con el espectáculo de la descomposición
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Dobly II
JUEZ. Procedimiento Abreviado, Juicio Oral número 14, barra 2003. Se declara abierta la sesión. Por el Señor Secretario se va a dar lectura a los escritos de acusación y defensa.
SECRETARIO. Keane Albescu acusado por delitos sexuales contra una menor, secuestro y agravantes de robo con antecedentes.
JUEZ. Keane Albescu póngase en pie. Se le informa de su derecho a no declarar contra sí mismo y a no confesarse culpable. Si va usted a declarar, responda a las preguntas del Ministerio Fiscal.
FISCAL./ACUSADO
- Kaene Albescu responda sinceramente ¿Es usted padre?
- Si señor.
- ¿De cuatro hijos?
- Si señor.
- ¿Y dónde están esos niños ahora?
- Con su madre en Rumanía señor.
- ¿Cumple usted con la pensión alimenticia?
- Si señor, todos los meses y si pide más se lo doy.
- ¿Echa de menos a sus hijos?
- Claro... Señor. Todos los días de mi vida.
Meredith se levantó de la mesa apelando que aquella información era irrelevante al caso cuando el juez desestimo la queja dejando que procediese. Ella sabía que estaba intentando justificar su paternidad como medida para acercarles a un violador más humanizado. Meredith se sentó de nuevo fulminando al acusado con la mirada.
- Puede decirse, que usted vive aquí por sus hijos, para mantenerlos ¿No?
- Así es señor.
- Menores todos. ¿No?
- Si...
- Señoría, no hay más preguntas.
(...)
MEREDITH ABOGADA DE LA ACUSACIÓN PARTICULAR
- Señoras y señores la justicia es ciega, pero tiene voz. Y hoy, la verdad saldrá a la luz. Señor Albescu ¿Quiere decir al tribunal, cómo se sucedieron los hechos de la noche del 14 de enero?
- Entré en el bar de Rayder después del trabajo y tomé unas copas Angela estaba ahí, había venido varias veces a mi establecimiento y otras tantas había estado en el bar, sus padres no la atendían nunca y yo la cuidaba, aquella noche me dijo que tenía 17 hasta la fecha no lo sabía. Rayder estaba cerrando. Angela me preguntó si quería ir con ella y pasar... Un buen rato. Lo que ocurrió a partir de entonces fue de común acuerdo.
- ¿Sabe que el perjurio es un delito, señor Albescu?
- Protesto, mi cliente es un miembro respetable de la comunidad mientras que la señorita Angela Da Soul tiene un historial de consumo de estupefacientes (...)
- Aquí no se juzga a mi clienta.
- (...) Que ponen entre dicho su testimonio.
- Su testimonio no esta entre dicho. ¡Una menor de catorce años fue violada y mutilada una de sus falanges!
- Letrados por favor, cálmense, ya basta.
- La verdad es... señora Kepner- Dijo Albescu mirando a la letrada, satisfecho por como presionaba los puños por la rabia contenida.-... Que Angela disfrutó hasta el último segundo.
La madre de Angela que asistía al juicio como publico rompió en llanto ante la incapacidad de controlarse por las monstruosidades que el acusado recitaba, blasfemando ante la imagen de su hija.
- Señor Albescu, espero por su bien que la justicia haga con usted lo que merece.
(...)
JUEZ. El acusado queda declarado no culpable por el falso testimonio de la victima y falta de pruebas legitimas. El tribunal le declara inocente. Despejen la Sala.
(...)
A la salida del juzgado los medios de comunicación arropaban al acusado como victima del Estado de tal modo que alimentaban el morbo del noticiario como recurso para mantener altos el numero de espectadores. Meridith observaba esperando al taxi asqueada por la imagen. Cuando el coche llegó y antes de entrar un hombre chocó contra ella introduciendola en su abrigo una nota.
- Eh, más cuidado...
La nota decía: Se te avisó. Date por acabada.
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— ¿Cómo te llamas?
« — (...) Se despertaban en la noche gritando, arañando el papel tapiz. Porque cuando esos niños cerraban los ojos de noche sólo soñaban con asesinatos, una y otra vez, uno tras otro. Nos tomó poco tiempo darnos cuenta de que los llamados " sueños" se convertían en realidad. Entre esos tres niños, tú. Los hombres somos mucho menos complicados de lo que tú te imaginas o puedes ver. Pero lo que ocurre dentro de la tortuosa mente de una mujer, nadie lo puede adivinar. Quizá puede que sea la razón por la que necesitases dos mutantes hombre para... Déjalo, iba a ser un chiste, no entiendes nada de lo que digo, no tiene sentido.
— ...
— Tuvimos un hijo. No de la manera ordinaria, me gustaría poder decírtelo de otra manera pero desde que te conozco tengo la sensación de que voy a morirme cada segundo, nunca te saqué a bailar, te pedí una cita o robé un beso, ni discutimos, ni llenaste mi armario con tus zapatos, no conozco tus manías, ni tus virtudes, no conozco tu postura al dormir, ni la lista de sitios a la que te gustaría ir y sin embargo estamos unidos en alguna parte del mundo al dar vida a algo que ni siquiera has pedido.
Los humanos te hicimos esto y no lo merecías, eso tampoco lo entenderás; Somos animales terriblemente débiles, y no nos gusta que se nos recuerde cuán débiles somos, cuán delicados son los equilibrios que se producen dentro de nuestro cuerpo, cuán breve es nuestra permanencia sobre la Tierra y con cuánta facilidad concluye. Así que imaginamos que otras formas de vida deben ser como nosotros, con lo que no tenemos que pensar en la verdadera amenaza, la terrorífica amenaza que pueden representar, sin que siquiera lo intenten. Los mutantes siempre habéis estado con nosotros, pero los humanos nunca estaremos con vosotros, prueba de ello es PreCrimen.
— ...
— Se llama Devon, nuestro hijo, le pusieron Devon me encantaría saber si tiene tus ojos verdes o los míos azules, cuantos lunares tiene o su voz, hasta ayer esas mariconadas ni me las planteaba, ahora no puedo sacarlas de la cabeza. Sería un buen momento para que hablases, cualquier cosa, antes de que te duerman de nuevo. Yo me llamo Jhon, dilo. Por favor... Por... Favor... P... »
—Señorita, disculpe, disculpe... ¿Cómo te llamas?
— Devon.
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Dobbly I
— Letrada Kepner. Un segundo por favor, acérquese.
Alan Caster compañero en el caso de "Los niños de Dobly" instó a la rubia con semblante serio a que se acercase al grupo de hombres, cada participante expectante siguieron los pasos de la rubia hasta la llegada a ellos.
Con evidente desconfianza la mujer mantuvo un paso por detrás del epicentro que la tenían reservado observando la sonrisa sonsacarrona de Alan al descubrir que con una simple orden había logrado su cometido. Meredith eligió la espera, pues reconocía a los otros dos hombres, ambos constituían la defensa de Keane Albescu. Un mero carnicero de barrio acusado de seis delitos sexuales a menores, con antecedentes de robo forzado, intento de secuestro y un asesinato sin resolver.
Una lacra social que entraba a los tribunales por la puerta principal y tres horas después salia por la misma gracias a esos dos hombres. Nadie parecía extrañarse por el hecho de que Albescu pudiese permitirse como defensa a los hombres de "Big Tank" El magnate de negocios número uno según la revista Times y que tenia el monopolio de varias empresas en Wall Street.
— Los letrados han descubierto nuestra falta de pruebas en el caso, hemos perdido el anterior y...
— Una niña de catorce años ha sido violada.
— Ya, bueno Meredith, a esa edad piensa en la de niñas que dicen ser violadas para sacar algo, se enamoran y...
— Una niña de catorce años ha sido violada, apareció a las seis de la madrugada con un trapo de cocina en la mano por la amputación del dedo indice de la mano izquierda. Llevaba un collar de castigo, el mismo que se le ponen a los perros.
Uno de los hombres encargados de la defensa del acusado carraspeó interfiriendo en la disputa cortando el cada vez más evidente tono de repugnancia con el que la abogada exponía los hechos.
— De eso queríamos hablar. La victima afirma que la amputación se debió al bajar al taller de su padre, que es carpintero. El resto del testimonio ha sido fruto de su delirio. Albescu no conocía a la victima. No hay pruebas de laboratorio que incriminen a Albescu como agresor sexual ni le sitúen en la escena del crimen.
— Es una niña de catorce años. Una niña.
— Los niños a veces imaginan cosas, sea por odio o celos. Pero el falso testimonio es ilegal y pese a ser menor tiene su pena, el letrado Caster ha sido tan amable de negociar con nosotros el...
— Hijo de p*uta.
— Meredith. Sh. — Dijo Caster con el ceño fruncido pero la rubia no dejaba de mirar al gusano que jugaba con la integridad de una niña.
— No negociaremos.
— Será el fin de su reputación.
Meredith se acercó al letrado perfilándose los labios con el filo de la lengua, gesto que cometía de manera inconsciente cuando los nervios, a flor de piel, bramaban por sobresalirse de las lineas morales.
— Acabaré contigo del mismo modo que acabaré con ese pedófilo, sigue manipulando las pruebas con dinero porque haré que se te gaste destapando uno a uno todos y cada uno de tus secretos. Todos. "Letrado".
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