Tumgik
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
Semana 4 - 19 de Junio
0 notes
social2017-blog · 7 years
Link
Esta pagina nos ayudo a saber la historia acerca de la mujer, como se desenvolvió en el contexto histórico, como fue de a poco tomando conciencia acerca de su rol domestico, se fue posicionando con el derecho a voto, el derecho de ir a la universidad, entre otros. De esta manera la cultura se dio cuenta que tenían que tomarle peso a la mujer, no dejarla de lado, ya que era tan capaz como el hombre.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Text
Reflexiones sobre la discriminación Laboral.
El estereotipo que tiene la sociedad chilena es que la mujer debe estar en el hogar preocupada de los niños y dedicada a las labores domésticas, con el tiempo la mujer comenzó a desarrollar otras actividades, como las de trabajar en labores remuneradas, sin embargo siempre bajo el alero del hombre, realizaban funciones menos importantes, jerárquicamente sin peso dentro de las organizaciones y debido a esto los empresarios consideran que la mujer tienen un sobre costo dentro de la organización por el argumento de ser madre, que genera ausencias en su trabajo producto de etapas pre y post natal y lactancia. Esta misma mirada en que la mujer puede realizar más de una actividad, es decir ser madre, preocuparse de su casa y realizar trabajo remunerado, ha generado que el rol del hombre no sea tan exigente dentro de la sociedad, como en de la mujer.
Este nuevo rol de la mujer en la sociedad ha comenzado a generar cambios positivos en el estereotipo de la mujer, que afectarán en el día a día en  mejorar la posición jerárquica de la mujer dentro de las organizaciones.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Link
El siguiente enlace, nos ayudo a ver la perspectiva respecto a los roles de genero en la mujer y en el hombre en Chile, nos dimos cuenta que pese a que la mujer ha tomado conciencia al respecto de su rol domestico en el hogar y no poder desempeñarse de manera adecuada en el trabajo por esta misma temática, en que el hombre se esta dando cuenta del asunto sin embargo todavía no se demuestra en acciones. Además vimos como incide la maternidad en el trabajo, ya que los empresarios lo ven como un costo más.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Text
Trabajo de Psicología Social I
Integrantes:
Camila Ávalos S.
Enzo Barraza
Marignacia Solari M.
Marion Vergara P.
   I) Identificación del fenómeno social a abordar.
Para un mejor entendimiento del fenómeno “Discriminación de Género Laboral Enfocado en la Mujer” problemática generada en la relaciones de trabajo entre hombre y mujer originada en una organización social con o sin fines de lucro, es necesario conocer que dice la normativa respecto al tema, según el Código del Trabajo (2017) indica en el artículo n° 2, inciso 3 con la siguiente cita:
Los actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o preferencias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión pública, nacionalidad u origen social, que tengan por objeto anular o alterar la igualdad de oportunidad o de trato en el empleo y la ocupación. (Ministerio del Trabajo, 2017,pp 15-16).
La discriminación laboral se genera en parte por una falta de reconocimiento de las competencias de la mujer respecto al hombre,
Ahora para poder mostrar que las competencias laborales de la mujer no son reconocidas al mismo nivel que las del hombre, según Estrella Díaz Andrade, psicóloga, en su investigación La desigualdad salarial entre hombres y mujeres dice:
En el caso de Chile, diversas fuentes coinciden en el cálculo general de un ingreso promedio mensual para las asalariadas de, aproximadamente, 20% menor al ingreso promedio mensual de los hombres asalariados, sin embargo la brecha podría llegar a 30% o más en los estratos profesionales y en los puestos de trabajo de mayor responsabilidad. (Díaz,2015, p.7)
Esto expresa el nivel de remuneración de las mujeres que es menor a la del hombre.
Basados en la definición de desigualdad y de competencias es posible extraer que la mujer en el mercado laboral se encuentra mal remunerada en el caso de tener la igualdad de cargo y de estudios técnicos/profesionales con el hombre, una explicación del caso sería que:
Con frecuencia ocurre que mientras las mujeres son clasificadas (justamente) de acuerdo con sus competencias reales, los hombre son de alguna manera clasificados por encima. Los hombres habitualmente también obtienen más extras, como coche de empresa, teléfono móvil, bonus, etc. Estas diferencias se explican por el hecho de que las mujeres trabajan menos horas o que, simplemente, no piden los citados extras. (WageIndicator, 2017,p.1)
Esto ha sido generado por una cultura machista de la sociedad chilena, a lo que se puede agregar que “las diferencias de género no son naturales, sino culturales y que son impuestas en la vida de hombres y mujeres mediante la socialización.” (Estévez, 15 de junio 2016, p.1), y esto ha impedido que en las organizaciones con o sin fines de lucro la mujer sea reconocida como un par y que esta pueda competir con el hombre ante nuevos cargos a igualdad salarial, esta afirmación es respaldada  por la cita de la OCDE que concluye que “Chile en comparación con el resto de los países pertenecientes a dicha organización presenta una gran desigualdad de remuneraciones en el mercado del trabajo. (EFE, 2015, p.1)
La relevancia que tiene este fenómeno se debe a que es un problema que existe en Chile; la discriminación laboral femenina, ha estado siempre latente.  “Relegando a la mujer, el género femenino, a lo doméstico, al dominio de lo privado, en el cual los roles de las mujeres se restringen a dar a luz, al cuidado, protección, formación y entrega de afecto a la prole.” (Parra, n.d, p.1), por otra parte las Naciones Unidas dicen que:
A las representaciones mayoritarias subyace la imagen de que el hombre es el principal encargado de proveer los recursos económicos mediante el trabajo y de asegurar el orden a través de su participación en el poder, mientras que la mujer es la encargada de las tareas domésticas, la crianza de los hijos y el ejercicio de las labores de cuidado de otros. (PNUD, 2010 p.15)
Todo esto está interiorizado en nuestra cultura y sociedad de manera tal, que si lo miramos desde la perspectiva histórica, la mujer está siendo valorada en igualdad de capacidades desde hace pocos años.
Nos basamos en la siguiente cita para lo anteriormente dicho, según Abramo(2004):
De allí, entonces, la necesidad de reconocer que las “limitaciones” atribuidas a las mujeres en el trabajo no tienen relación con una suerte de “naturaleza femenina menos apta para el trabajo remunerado”, o con su supuesta condición de “fuerza de trabajo secundaria”, sino que tienen relación con: a) la organización de los roles de género que siguen predominando en nuestras sociedades por lo cual ellas siguen cargando de manera unilateral las responsabilidades familiares; b) el marco de economías (y sociedades) que no incorporan al concepto de actividad económica el trabajo no remunerado dedicado al cuidado de las personas, por lo cual los costos de la reproducción social son asumidos por las mujeres a través de sobretrabajo, remuneraciones no recibidas o trayectorias laborales menos satisfactorias. (Abramo,2004,pág 231)
Por último mencionar que la discriminación de género en el mercado se puede observar cuando se analiza la actividad económica y categoría ocupacional, las cuales en su mayoría relacionan a la mujer directamente con el cuidado de personas y trabajo doméstico, es decir, los procesos de división sexual del trabajo al interior del hogar guarda conexión con la segregación ocupacional y la discriminación social, también tienen mayor prevalencia en ocupaciones vinculada al sector comercio, a servicios comunales, sociales y personales
A través de la Dirección del Trabajo del Gobierno de Chile podemos extraer los siguientes datos:
Las ocupaciones en que se desempeñan las mujeres no son las mismas ocupaciones a las que acceden los hombres; por lo tanto, sus condiciones de trabajo no son similares. Los trabajos de las mujeres se concentran en las siguientes actividades:
           Servicios, un 46% (comunales, sociales y personales): En este sector las mujeres son la mayoría; se incluyen aquí casi el 100% del servicio doméstico y un porcentaje importante de los trabajos en los sectores de salud y educación.
           Comercio, un 25%: En este sector que incluye tanto el comercio detallista como el mayorista, grandes tiendas, malls y supermercados entre otros, las mujeres son aproximadamente la mitad de trabajadores del sector.
           Industria manufacturera, un 11%: Aquí los trabajadores hombres son 3 veces más numerosos que las trabajadoras mujeres; estas se desempeñan principalmente en las industrias textiles, de confección y vestuario, de cuero y calzado y en la industria alimenticia; cantidades menores están en la industria química y metalúrgica.
           Agricultura, alrededor de un 6%: En este sector se encuentran las actividades agrícolas, ganadería, pesca y caza y la actividad forestal; los hombres superan en cantidad a las mujeres en 6 a 7 veces. Las mujeres se concentran en actividades agrícolas de temporada en cultivos de exportación y en el cultivo de productos marinos.
           Establecimientos financieros, un 7%: Aquí están los trabajos en bancos y financieras, y las mujeres son alrededor de 1/3 de los trabajadores. (Dirección del Trabajo, p.1).  
De la cita anteriormente dicha inferimos que a la mujer aún le falta introducirse en las diferentes áreas de trabajo que existen.
Justificación: ¿Por qué este fenómeno?  La justificación debe estructurarse al menos en relación a criterios como la relevancia e incidencia del fenómeno en la realidad nacional, el interés disciplinario y las motivaciones personales/grupales. Paso de lo público a lo privado
La motivación que lleva a desarrollar este tema es dar a conocer y llevar a discusión un tema de actualidad principalmente porque como lo indica una investigación publicada por el SERNAM, (2014) “En Chile, la participación económica de las mujeres en el mercado de trabajo remunerado se encuentra por debajo del promedio latinoamericano.” (p, 13), fenómeno donde la mujer si bien ha sufrido discriminación de género en el ámbito laboral a lo largo del tiempo, también es a través de éste, que poco a poco ha conseguido ganar más terreno en ámbito ocupacional pero no así en de las remuneraciones en cuanto a la inclusión laboral. Debido a que, en un pasado, no muchos años atrás, por cierto, en nuestra cultura predominaba el pensamiento machista dando lugar a la discriminación que recibía la mujer en cuanto a sus limitaciones en el momento de encontrar trabajo, esta situación ha ido cambiando, pero no lo suficiente para lograr una igualdad de salarios tanto para el género femenino como el género masculino. Y esta oportunidad de cambio se ha posibilitado principalmente por la accesibilidad a mayores niveles de educación.
El aumento en la participación económica de las mujeres se mantiene en el tiempo debido al ingreso de nuevas generaciones de mujeres con participación más alta, la que mantienen a través de su vida generándose un “efecto cohorte” al ser reemplazadas las generaciones más antiguas cuyas tasas de participación son menores. (SERNAM, 2014,pág 14).
La cita anterior es utilizada para explicar que, si bien los porcentajes de discriminación laboral en cuanto a inserción ha disminuido, a partir de los datos de la CASEN 1990 a 2011, investigación del SERNAM (2014) indica que “Chile tiene valores más bajos, aunque también aumentó en el mismo período de 32,5% a 43,5%. Se mantuvo en nueve puntos porcentuales bajo la media regional.” (SERNAM,2014,pág. 13), esta situación no demuestra un aumento directo entre inclusión ocupacional, igualdad de salarios y discriminación indirecta hacia el género femenino.
Lo anterior lo podemos ver respaldado por la afirmación de la psicóloga y docente de la Escuela de Trabajo Social de la Universidad del Pacífico, Lorena Esquivel entrega en 2016 mediante una entrevista al noticiero 24 horas:
Un ejemplo de ello, un ingeniero o ingeniera, para un mismo trabajo, tiene honorarios distintos. Es más, ellas son asignadas a las áreas de Recursos Humanos y los hombres a las áreas de Finanzas y Gerenciales. Lo mismo ocurre con las diferencias en remuneraciones relacionadas con distintos orígenes sociales(Esquivel, 2016)
Como lo mencionamos anteriormente, el género femenino no ha logrado alcanzar igualdad en cuanto a inclusión laboral, es decir, las ocupaciones y calidad de trabajo siguen siendo distintas para el género femenino y masculino puesto que como lo plantea el SERNAM, (2014) existen ciertas restricciones tanto intrínsecas como extrínsecas hacia el trabajo remunerado de la mujer:
Estructuras de Restricciones hacia el Trabajo Remunerado de las Mujeres
Restricciones extrínsecas o impuestas
·       De los mercados: preferencias y prejuicios de los empleadores, acceso e información sobre medios de comercialización.
·       De los Estados: regulaciones legales, acceso a control de recursos, a la tecnología de las redes sociales, a la educación y al transporte.
Restricciones intrínsecas
·       Las normas, creencias y valores sociales y familiares que definen los modelos dominantes de masculinidad y feminidad.
·       Socialización de género y definición estereotipada de ocupaciones como femeninas de menor valor o masculinas de mayor valor.
·       Distribución de tareas domésticas y de cuidados por género.(Arriagada & Gálvez,2014,pág.12).
 La mujer se ha incorporado al trabajo sin dejar de lado los roles tradicionales estipulados en esta sociedad occidental, sigue siendo quien se preocupa de las labores domésticas, ya sea el cuidado de los niños y de la casa. La principal razón porque las mujeres no trabajan es por la dedicación a los quehaceres del hogar. La anterior afirmación se puede ver reflejada en la siguiente cita “Consideramos que uno de los factores que habría determinado el alza de partipación laboral fémina habría sido la expansión que en los últimos cuatro años registro la red de sala cunas y jardines infantiles” (Comunidad Mujer,pág.3)
La fuerza de trabajo femenina ha ido incrementando desde 1990, sin embargo, el área laboral que más ocupa la mujer es la de servicio entonces se repite lo domestico (vida privada) en configuración del empleo.  La mujer se ha ido posicionando lentamente en el ámbito laboral, sin embargo no ha habido un cambio en las tareas del área doméstica en que haya una equiparación entre hombre y mujer,  que cada uno se dividida los quehaceres, sigue siendo la mujer la que los ejerce, no se muestra un avance en el aspecto de equidad de género en esta área. Es decir, la participación de la mujer en el ámbito laboral no se ve reflejado un mayor avance que sea semejante por parte del hombre en los quehaceres del hogar. Sin embargo si hay un cuestionamiento de la mujer sobre estos roles tradicionales ya que se ha ido posicionando de a poco a través del tiempo, nos basamos en la siguiente cita para corroborar esto:
Para lograrlo, el primer escollo que debió salvar fue el acceso a la educación llamada “científica”, el cual le permitiría salir de su rol apegado exclusivamente a la domesticidad, ingresar al mundo de las profesiones y diversificar sus opciones de trabajo. El segundo fue el logro de derechos civiles que le permitieran obtener mejores condiciones laborales y mayor control sobre su vida y la de su familia; el tercero fue la concesión de derechos políticos (Stuven, 2013, pág. 4)
Se sigue invisibilizando y naturalizando esta conducta de que la mujer es la que tiene que se tiene que hacer cargo de estas labores, puesto que como ha quedado demostrado mediante estudios e investigaciones se observa que sobretodo en clases socioeconómicas más bajas, las mujeres son las encargadas de las labores domésticas y cuidado de personas ya sea se enfermos, adultos mayores o niños lo cual significa un trabajo no remunerado. Entonces al tener este estereotipo de la mujer como una “madre cuidadora” surge la representación social del hombre que lleva el sustento económico al hogar. A lo dicho anteriormente podremos fundamentarlo según lo que dice Comunidad en la mujer (2012) en la siguiente cita:
Como lo indica la tabla precedente, tan sólo un 41% de los hombres que están ocupados en Gran Santiago participan del Trabajo Doméstico No Remunerado (TDNR), destinando a esta actividad un promedio de 2,8 horas diarias. Por contraste, un 75% de las mujeres ocupadas participa en TDNR, destinándole un promedio de 4 horas diarias. En el caso de las personas no ocupadas la participación en TDNR es mayor, pero el aumento prácticamente no permite acortar la brecha de participación entre hombres y mujeres: un 52% de los hombres no ocupados realiza TDNR, mientras un 88% de las mujeres lo realiza. En cuanto al promedio de horas diarias destinadas a TDNR, la brecha entre hombres y mujeres no ocupados/as es aún mayor: 2,9 horas en el caso. (Comunidad Mujer, 2012, pág 2)
Las mujeres empezaron a entrar al mundo laboral, una de las ideas que dio inicio a esto fue lo que mencionaremos en esta cita de Memoria Chilena (2016):
Una de las iniciativas que promovió tempranamente la incorporación de las mujeres a la actividad industrial, fue la organización de la Escuela Profesional de Niñas propuesta por la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), en 1887. Por su parte, las mujeres católicas promovieron entre las trabajadoras, la creación de sindicatos y cooperativas que se establecieran bajo su protección como, por ejemplo, la Liga de Damas Chilenas que desde 1915 apoyó la creación de sindicatos femeninos católicos. (Memoria Chilena, 2016, pág. 1)
3) Descripción (contextualización) del fenómeno: ¿Cómo se manifiesta el fenómeno en la realidad nacional?, ¿qué características tiene?, ¿qué actores sociales participan de éste?, ¿cómo?, ¿cuál ha sido su evolución en el tiempo?, etc.recorrido histórico, violencia de género, cuando empezó a entrar al trabajo, tiene un contrato de trabajo
La discriminación laboral de género, en específico a la mujer se enmarca como parte de un residuo o resultante de una industria Chilena sumamente machista y además de carácter paternalista. En la realidad nacional el fenómeno se manifiesta en torno a diversas formas de violencia, tanto activa como pasiva, desde un mercado activamente sexista que define las labores y trabajos “propios” de cada género, hasta una forma pasiva, enmarcada en políticas y fundamentos económicos que aumentan la brecha y disparidad al momento de comparar las condiciones laborales para hombres y mujeres.
           Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas en Encuesta Suplementaria de Ingresos:
A fines del 2011 la brecha salarial entre hombres y mujeres promedio era de 32,8%, pero subía a 35,4% entre los trabajadores con educaciones universitaria y al 38,2% en aquellos con educación secundaria. El sueldo promedio de hombres es de 417.900 pesos mensuales y el de las mujeres es de 280.900 pesos mensuales. (Lara, 2014, pág.1)
La cita anterior refleja la disparidad y desigualdad económica presente a nivel país, brecha que en la actualidad se mantiene siendo un punto clave a la hora de hablar de discriminación laboral. El fenómeno escogido además reúne bajo si una diversa gama de factores y problemáticas asociadas, la violencia y la brecha económica son solo algunos de los tantos tópicos a través de los cuales podría considerarse este fenómeno.
En la historia laboral de nuestro país, la mano de obra femenina ha tenido uno de las tasas de ingreso más bajas a nivel latinoamericano, lo cual refleja lo vigente y presente del fenómeno abordado, además esta forma de discriminación enmarcada en el ámbito laboral presenta un grado de violencia muy preocupante y dramático, Chile evidencia una industria violenta con políticas que atentan contra la mujer, en su calidad de madre, victimizándola y considerando la maternidad como un defecto o perjuicio de la mujer hacia el trabajo, una mirada empresarial que denota una marcada y arraigada discriminación cultural entorno al desempeño femenino con ideas estereotípicas tales como: “el hombre proveedor y la mujer de la casa” o “ hay trabajos masculinos y labores de femeninas”  son estas frases que atentan contra la mujer, las que nos permiten vislumbrar el fenómeno electo, patente en la vida diaria.
A nivel de ingreso, no solo existen diferencias salariales entre hombres y mujeres por realizar la misma labor, sino también existen diferencias significativas en el nivel de ingreso que reciben las familias según sexo del jefe de hogar. Un problema que hay que solucionar no solamente generando políticas que promuevan la igualdad, sino también que busquen la equidad. Estas políticas, en muchas oportunidades, pueden y deben basarse en medidas desiguales para reducir desigualdades ya establecidas. (Ramírez, 2016, pág 1)
Los actores sociales del fenómeno abordado nos presentan un sinfín de responsabilidades compartidas, desde las arcaicas ideas de la iglesia  la cuales avalaban el abuso a la mujer, hasta las políticas internas de algunas empresas y las ideas colectivas machistas que posicionan a la mujer como un blanco de acoso e inferior en capacidades, ideas que carecen de fundamento y en la actualidad se han ido movilizando a la par de los colectivos como #niunamenos u otros. Históricamente se pueden resaltar movimientos sociales que buscaban reivindicar la figura y el papel social de la mujer. Como hito fundamental se observa la aprobación en 1952 del voto femenino para  elecciones presidenciales, lo cual marca un precedente de esta “evolución” en tanto a políticas públicas que apelan a la equidad, cabe destacar que recién en 1970 se logró la paridad con los votos masculinos. Los movimientos sociales femeninos guardan una estrecha relación en el decrecimiento perceptivo de la discriminación laboral, no obstante los estudios sobre el tema no indican un avance significativo, en la actualidad la brecha salarial ha ido disminuyendo a través de los años, a juicio de la OCDE (organización para la cooperación y el desarrollo económico) “se debería centrar en promover la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo, generar puestos de trabajo de calidad, reforzar la calidad de la educación e incrementar la formación continua durante la vida laboral”. (EFE, 2015, p.1) Sin embargo las condiciones básicas laborales no han mejorado, se sigue observado una gran diferencia entre géneros en cuanto a la tasa de contratación, predominando como ha sido la tónica del fenómeno abordado las preferencias por el género masculino, para corroborar lo anteriormente dicho nos basaremos en los siguientes datos “En tanto, la tasa de ocupación por sexo (porcentaje de la población ocupada con respecto a la población en edad de trabajar de 15 años o más) fue del 54% a nivel nacional en 2015 siendo el 66,2% hombres y el 43,4% mujeres. En 1990 era de 67,9% y 29,4% y un 47,7% el total.” (Villalobos, 2017).
Además de todo lo expuesto se puede apreciar la discriminación laboral en torno a concepciones establecidas de trabajos por género, ejemplo:
Los oficios de hombres y mujeres se diferencian por roles tradicionales de género que se reproducen en la estructura de empleo. El área de servicios es la más feminizada; por su parte, los oficios más masculinizados son las operaciones de instalaciones y máquinas. En el poder Ejecutivo, Cuerpos Legislativos y Directivos, sólo un 31,5% son mujeres, reflejo de lo que se conoce como “discriminación vertical”, en tanto las mujeres suelen ocupar en mucha menor medida que los hombres cargos gerenciales que implican poder en la sociedad. Existen diferencias en la ocupación entre hombres y mujeres. La mayoría de los empleadores (77%) y trabajadores por cuenta propia (59,3%) son hombres; mientras, el 97% de las trabajadoras de servicio doméstico son mujeres y el 70% de estas en las ocupaciones familiares no remuneradas (trabajan, por ejemplo, ayudando en el almacén de un familiar sin recibir un pago).  (Brega, Duran, & Sáez, 2015, pág 4).
A raíz de todo lo expuesto es necesario remarcar que la discriminación laboral ha estado y sigue estando presente en la actualidad, tanto en el ideario colectivo como en la estructura de múltiples empresas, lugares trabajo y servicios, en los cuales la mujer vivencia y padece bajo esta discriminación que pareciera solventarse solo en el hecho de haber nacido “mujer” en una sociedad aparentemente dominada tanto económica, social y cultural por hombres.
4.- Conceptualización del fenómeno: aplicar o vincular alguno de los conceptos o teorías abordados en la cátedra para describir, comprender y/o relacionar con el fenómeno seleccionado estereotipo, en relación a la discriminación laboral.
La definición que abordaremos sobre estereotipo servirá de sustento a esta conceptualización, la cual es de los autores Ashmore y Del Boca “... una serie de creencias sobre los atributos personales de un grupo de personas”. (Gómez, 2007, p.215).
En relación a estas definición, podemos identificar la “figura” de la mujer como un estereotipo de orientación sociocultural, el cual históricamente se ha consolidado desde la violencia y la desigualdad de género, múltiples son los ejemplos, desde el determinismo clásico de la iglesia defendiendo una seudo supremacía del hombre por sobre la mujer, a ideas de carácter eugenésico donde las mujeres son menos capaces de ejercer cualquier tarea alejada de las labores del hogar. Dichas ideas han generado una serie de estereotipos y creencias entorno a la mujer que han trascendido al tiempo y han logrado establecerse como parte de un “ideario popular”.
En la actualidad la sociedad no permite el avance a través de la equidad de género y esto se ve reflejado en específico  en las brechas  que aún existen en cuanto salario, derechos y obligaciones ya sea laborales o domésticas sean diferentes, por lo cual se ve en el ámbito laboral en el cual se desarrollan las mujeres según el Ministerio del trabajo son en el ámbito de servicios, comercio y en menor medida industria. Esta creencia que tiene la sociedad chilena sobre la mujer como se tiene que estructurar en el mundo y socialmente en el cual tiene que incorporarse al mundo del trabajo, sin embargo sin dejar de lado su rol doméstico que es el cuidado de los hijos, y la mantención de la casa con la siguiente cita fundamentamos lo anteriormente dicho “La visión conservadora, entendida comúnmente como “machismo”, sería un ejemplo de éstos, de roles que establecen al hombre como proveedor y a la mujer como cuidadora.” (Comunidad Mujer, 2013, pág. 2). Siguiendo la problemática quiere decir que los roles tradicionales de género en Chile se repiten,  en un pasado el cuidado doméstico interfería negativamente con su desempeño laboral y en el ámbito laboral el contratar mujeres, además que continúen en el trabajo aumenta los costos según el punto de vista de los empleadores alguno de estos factores  serían la protección a la maternidad, horario especial de lactancia, tener sala cuna dentro de la organización, entre otros. En cambio los hombres son las operaciones de instalaciones y maquinas, por el hecho que siempre se han visto con más fuerza. También en el entorno laboral en que las mujeres se desarrollan en jornadas parciales que estas no están sujetas a ningún tipo de regulación, que además generan menos ingresos. Para fundamentar lo explicar lo anteriormente dicho nos basamos en la siguiente cita: “Las personas desarrollan los estereotipos para estructurar el mundo al que se enfrentan y para crear o mantener una estructura social que les interese, Haslam y cols.(2002).” (Gómez, 2007, p.220). Para contextualizar de mejor manera la cita mencionada nos referimos a que las mujeres se siguen estructurando en base a este estereotipo de que se tienen que desempeñar en al ámbito doméstico ya que se podría decir que es su “área de especialidad”, entonces el sexo femenino estructura su mundo de acuerdo al contexto histórico, social en cual viven, de esta manera mantienen esta noción de ser dueñas de casa.
Es bajo esta mirada de comparación social y diferencias entre grupos que resalta el estereotipo más simple y arraigado en la cultura chilena “la mujer que tiene que estar en casa y el hombre que trae el sustento, estos estereotipos vienen arraigados por los roles de género imperantes, para fundamentar lo anteriormente dicho nos basamos en la siguiente cita “Aun cuando las mujeres ocupan cada vez más puestos laborales, el hombre como proveedor central, y la mujer ocupando un rol secundario, o de manera esporádica, siendo el principal causante también el que la mujer se dedique a los hijos.”(Bravo, pág. 3).Además para seguir corroborando este estereotipo anteriormente mencionado nos apoyamos en la siguiente cita “La visión conservadora, entendida comúnmente como “machismo”, sería un ejemplo de éstos, de roles que establecen al hombre como proveedor y a la mujer como cuidadora.” (Comunidad Mujer, 2013, pág. 2).
El estudio del PNUD sobre igualdad de género en Chile elaboró un mapa de las representaciones culturales y detectó cinco tipos, definidos así, uno de ellos en cual nos justificaremos es:
En la representación “tradicional”, con la cual se identifica el 18% de la población, la mayoría (88%) considera que el hombre necesita a una mujer que lo cuide; el 82% cree que la responsabilidad de mantener económicamente a la familia es del hombre; el 82% dice que la responsabilidad de cuidar la casa y a los niños es de la mujer; el 73% sostiene que las mujeres tienen más capacidad para cuidar de las relaciones familiares. (Comunidad Mujer, 2013).
Las diferentes situaciones que se presentan en este trabajo de discriminación laboral, tienen de base el priming que se define como parte de los estereotipos así se afirma en el trabajo de Sedikides y Skowronski, 1991 que dice que:
Ha sido apoyado por cientos de experimentos realizados principalmente en el campo de la Cognición social y la conclusión general es que nuestras experiencias pasadas determinan lo que vemos y oímos en el presente, cómo interpretamos la información que recibimos y cómo la almacenamos para volver a utilizarla en el futuro (Gómez,  2007, p.232)
Con la cita anteriormente dicha, podemos dar a entender que la cultura Chilena tiene una mirada de la mujer que ella se tiene que desempeñar en el ámbito doméstico, ya que ha sido tradicionalmente su rol, entonces de esta forma está determinado por el pasado, como sigue influyendo esta mirada en el presente, la cual ha ido cambiando lentamente ya que la mujer entra al ámbito laboral sin embargo no deja de lado el cuidado de los hijos y de la casa, se tiene que desempeñar en ambas cosas.
“Cuanto mayor sean las diferencias entre el grupo que estereotipa y el estereotipado, mayor será la probabilidad de que esas características formen parte del estereotipo” (Gómez, 2007, p.210)
Explicando la cita anterior, nos referimos al grupo que esteoreotipa como la cultura Chilena, y el estereotipado como las mujeres, entonces mientras más se fomente este rol de género que está impregnado en la cultura Chilena, el cual no avanza en ver a la mujer con solo una característica como ama de casa, es vista así en su globalidad por los demás, sin embargo la mujer sabe que no es solo ama de casa, sino que tiene muchas más características, por eso se ha estado luchando por formar parte de esta cultura se ve reflejando, en el derecho a voto, el derecho a trabajar, la mujer se ha ido posicionando poco a poco, lamentablemente se puede dar una hipótesis al respecto que si la estereotipa en este caso la cultura siga viendo de esta manera a la mujer, estas características seguirán formando parte de ella, no podrán cambiar.
5)  Discusión: Identificar argumentadamente los aportes y limitaciones del abordaje conceptual escogido en el punto 4.
Se generan representaciones sociales a favor de la inclusión de la mujer, esto se puede ver reflejado en las leyes que han resguardado  a la mujer, sin embargo en las empresas se encuentran ciertas ofertas de trabajo que es requisito ser hombre esto da a entender que se sigue transgrediendo las leyes de no discriminación, entonces es un cambio superficial ya que pueden haber leyes que se preocupan de esta temática, sin embargo no sirven de mucho si las empresas siguen infringiendo esto.
No podemos dejar de lado en que la mujer se ha ido cuestionando el contexto social en que se desenvuelve, de tomar conciencia acerca de su situación de esta manera querer mejorarla y tener voz, esto se evidencia en el derecho a voto, derecho a entrar en la universidad, organizaciones de mujeres. Además esto tiene incidencia directa con ciertos cambios que se viven en la cultura chilena, nos basaremos en la siguiente cita:
 “Las relaciones familiares sufren grandes cambios se constata una baja en las tasas de natalidad a su vez un aumento en el número de hijos nacidos fuera del matrimonio, se ha producido un cambio desde la familia extendidas a un predomino de la familia nuclear, el trabajo remunerado asignado al género masculino y su rol exclusivo de proveedor como la división sexual del trabajo, han entrado en crisis (Lara, 2009, pág. 33)
 Por otra parte reconocemos otro límite, la mujer tiene una doble demanda culturalmente, por la razón que al entrar a trabajar, tiene la responsabilidad de los quehaceres del hogar, el cuidado de los niños, nos apoyamos para decir esto en la siguiente cita “(…) Los hombres en general no desarrollan trabajo doméstico, no hay tareas compartidas entre varones y mujeres al interior de la vida familiar” (Lara, 2009, pág. 34), entonces al no tener las tareas compartidas del hogar, tiene que preocuparse mucho más al tener que desempeñarse en dos áreas de manera adecuada.
 Por otro lado podemos identificar como límite que si bien se ha logrado un aumento en la participación de la mujer en el ámbito laboral, no se ha completado una total inclusión. Siguen existiendo brechas en cuanto a las ocupaciones o puestos de trabajo que son otorgados dependiendo el género que lo ocupará. En un artículo del diario La Tercera online se presentan las siguientes características:
Un 41% de los chilenos consultados en el estudio del PNUD afirmó haber “experimentado en el último año alguna forma de malos tratos”. Un 43% de estas personas afirmaron que fue debido a su clase social, y un 41% por ser mujer, indicó el estudio presentado por Silvia Ruks, representante residente del PNUD en Chile.(La Tercera, 2017)
Como queda demostrado, aún existe la discriminación de género en el ámbito laboral lo cual afecta directamente los ingresos de la mujer y con ello su calidad de vida.
“Todas las mediciones hechas hasta ahora (en el mundo y en Chile) indican que el promedio total de horas trabajadas por las mujeres es superior al de los hombres” (Arriagada & Thelma, 2014, pág. 10), con la cita anterior podemos dar a entender que la mujer al mismo tiempo cumple un rol laboral activo remunerado y también cumple un rol activo no remunerado en los quehaceres del hogar y el cuidado de los hijos en mayor medida que la figura paterna.  La investigación del SERNAM también lo sustenta por medio de la siguiente afirmación: “Así, la encuesta de uso de tiempo realizada por SERNAM-DOMOS Universidad Bolivariana (2009) muestra que del total del tiempo destinado al trabajo no remunerado, las mujeres realizan el 71,5% en tanto los hombres el 28,5%” (Arriagada & Thelma, 2014) Luego de esta demostración estadística la investigación publicada por el SERNAM, (2014) continúa explicando:
Esta situación es la que produce la gran diferencia entre mujeres y hombres con respecto al trabajo. Culturalmente, y en la práctica, el mandato para los hombres es trabajar de forma remunerada y para las mujeres es más incierto ya que plantea más opciones relacionadas con la maternidad y la familia(..). (Arriagada & Thelma, 2014, pág. 10)
Por ultimo podemos reconocer que gracias al cuestionamiento de la mujer en su contexto social, histórico, está cambiando de manera gradual el estereotipo de vida, de esta manera hay mayor posibilidad de expectativas respecto a la mujer en el área laboral, que se pueda desempeñar en cierta medida sus preferencias al elegir trabajo.
 6) Reflexiones: aportes y reflexiones personales en torno al proceso de construcción del trabajo, a los desafíos profesionales visualizados y a los aprendizajes. Se incorpora al trabajo escrito final
 Finalmente, considerando nuestras reflexiones finales, tomamos en cuenta el hecho de que la discriminación de género laboral enfocado en la mujer sigue presente en la actualidad sociocultural de nuestro país desde diversas aristas que se observen, de la misma forma como aún siguen presentes determinados estereotipos que consideran a la mujer necesariamente como la figura materna que tiene que estar presente siempre en el hogar y al cuidado de este y que la figura paterna sea exclusivamente dedicada a una figura que provee ingresos para la familia.  
A nivel grupal consideramos que tanto hombre como mujer, o tanto padre como madre deben cumplir en conjunto las determinadas labores que se presentan dentro de una familia y su funcionamiento, el padre debe ayudar a la madre en cuanto a labores de cuidado doméstico y de los hijos de la misma forma como la madre también puede ayudar generando ingreso para la familia, si bien es cierto, en la actualidad el paradigma actual ha ido cambiando paulatinamente en contraste con años anteriores y las mujeres han ido adquiriendo cada vez más mayor protagonismo en los trabajos, el fenómeno de la discriminación laboral sigue presente, ya sea por el salario, por el hecho de que se subestima la figura femenina para determinadas labores o habilidades que se requieren para un trabajo determinado, entre otros.
A nivel grupal consideramos un anhelo idóneo el hecho de equidad tanto para ambos sexos sea cual sea la actividad o labor que se requiere llevar a cabo, tanto a nivel nacional en la sociedad chilena como a nivel mundial, puesto que no es solamente en nuestro país donde se presentan fenómenos de discriminación laboral a las mujeres y discriminación a nivel general. Pero para que este anhelo se concrete debe tener lugar un cambio sociocultural, puesto que esto viene desde hace mucho en nuestra sociedad por motivos socioculturales, los cuales consideramos han ido cambiando paulatinamente por medio de movimientos y colectivos como los mencionados anteriormente que permiten una concientización de las personas y darse cuenta que independiente de nuestro genero podemos aportar e innovar de la misma forma. 
Bibliografía
 Sagi-Vela Grande, Luis. Gestión por competencias: el reto compartido del crecimiento personal y de la organización. ESIC Editorial, 2004.
Abramo, L. (2004). www.scielo.br. Estudios Feministas, Florianópolis, 12(2): 224-235.(Mayo/Agosto 2004).URLS www.scielo.br/pdf/ref/v12n2/23969.pdf  
Brega, C., Duran, G., & Saez, B. (2015 de Marzo). www.fundancionsol.cl. Recuperado de http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2015/03/Estudio-Mujeres-Trabajando-2015.pdf
Lara, N. (20 de Agosto de 2014). www.elquintopoder.cl. Obtenido de http://www.elquintopoder.cl/genero/diferencias-de-genero-ambito-laboral/
Ministerio del Trabajo. (s.f.). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/1601/w3-article-59923.html
Gómez Jiménez, A. (2007). Estereotipos. En Psicología Social. Morales, J.F. Mc Graw Hill, tercera edición 2007.
Marciá Gómez, Ramón (14 de enero de 2010). www.educasities.net. Recuperado de http://www.educasites.net/otrasopiniones/127-la-discriminacion-de-la-mujer-en-la-historia.html
Castro, C. J. (Marzo de 2001). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/1601/articles-65173_recurso_1.pdf
Ramírez, D. C. (21 de Marzo de 2016). www.uss.cl. Recuperado de http://www.uss.cl/newsletter-uss/2016/03/21/brecha-salarial-la-gran-deuda-con-las-mujeres-que-participan-en-el-mundo-del-trabajo/
Soto, L. (24 de Diciembre de 2011). www.radio.uchile.cl. Recuperado de http://radio.uchile.cl/2011/12/24/discriminacion-salarial-por-genero-un-problema-cultural-y-no-economico/
Vargas, I. (22 de Febrero de 2016). www.bibiochile.cl.  Recuperado de
http://www.biobiochile.cl/noticias/2016/02/22/la-brecha-salarial-entre-generos-cayo-por-segundo-anno-consecutivo.shtml
trabajo, D. d. (5 de Junio de 2017). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/legislacion/1611/articles-95516_recurso_2.pdf
Véliz Fuenzalida, H. F., & Carmona Martin, K. (2005). www.repositorio.uchile.cl. Obtenido de http://repositorio.uchile.cl/tesis/uchile/2005/carmona_k/sources/carmona_k.pdf
EFE. (21 de Mayo de 2015). www.emol.com. Obtenido de http://www.emol.com/noticias/nacional/2015/05/21/717935/chile-es-el-pais-con-mayor-desigualdad-salarial-de-la-ocde.html
Toro, D. (2016). www.24horas.cl Recuperado de: http://www.24horas.cl/economia/mayor-discriminacion-laboral-en-chile-ocurre-en-ambitos-profesionales-mas-calificados-1907315
SERNAM, (2011) .www.estudiossernam.cl. Recuperado de: https://estudios.sernam.cl/?m=e&ppl=2
WageIndicator (2017)  www.tusalario.org/chile Obtenido de http://www.tusalario.org/chile/main/salario/brecha-de-genero/brecha-salarial-de-genero-preguntas-frecuentes
Lara, A. C. (2009). La discriminación con la mujer en el ambito laboral. Santiago: TESIS.
 Arriagada, I., & Thelma, G. (2014). www.estudios.sernam.cl. Obtenido de https://estudios.sernam.cl/documentos/?eMjQyNDg3Mw==-Estructura_de_restricciones_a_la_participaci%C3%B3n_laboral_y_a_la_autonomia_econ%C3%B3mica_de_las_mujeres:_estudio_orientado_a_mejorar_las_politicas_de_equidad_de_genero_
Bravo, C. (s.f.). www.actacientifica.servicioit.cl. Obtenido de http://actacientifica.servicioit.cl/biblioteca/gt/GT11/GT11_BravoVillagraC.pdf
Comunidad Mujer. (Marzo de 2013). www.dev.comunidadmujer.cl. Obtenido de http://dev.comunidadmujer.cl/biblioteca-publicaciones/wp-content/uploads/2013/03/BOLETIN-MARZO-2013-VF.pdf
Lara, A. C. (2009). La discriminación con la mujer en el ambito laboral. Santiago: TESIS.
Mujer, C. (s.f.). www.comunidadmujer.cl. Obtenido de http://www.comunidadmujer.cl/wp-content/uploads/2010/09/Resumen-Ejecutivo-VMB-20101.pdf,
Stuven, A. (Julio de 2013). www.politicaspublicas.uc.cl. Obtenido de http://politicaspublicas.uc.cl/wp-content/uploads/2015/02/serie-no-61-la-mujer-ayer-y-hoy-un-recorrido-de-incorporacion-social-y-politica.pdf
Tercera, L. (14 de Junio de 2017). www.latercera.com. Obtenido de http://www.latercera.com/noticia/clasismo-machismo-causantes-las-desigualdades-chile/
Villalobos, F. (17 de Enero de 2017). www.emol.com. Obtenido de http://www.emol.com/noticias/Economia/2017/01/17/840453/Casen-2015-Tasa-de-participacion-laboral-registra-porcentaje-historico-desde-1990.html
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
Bitácora 4 19 de junio, Marignacia Solari.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
Bitácora Semana 4 (19 de Junio) Marion Vergara.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Text
Trabajo de Psicología Social I
Trabajo de Psicología Social I
Integrantes:
Camila Ávalos S.
Enzo Barraza
Marignacia Solari M.
Marion Vergara P.
   I) Identificación del fenómeno social a abordar.
Para un mejor entendimiento del fenómeno “Discriminación de Género Laboral Enfocado en la Mujer” problemática generada en la relaciones de trabajo entre hombre y mujer originada en una organización social con o sin fines de lucro, es necesario conocer que dice la normativa respecto al tema, según el Código del Trabajo (2017) indica en el artículo n° 2, inciso 3 con la siguiente cita:
Los actos de discriminación son las distinciones, exclusiones o preferencias basadas en motivos de raza, color, sexo, edad, estado civil, sindicación, religión, opinión pública, nacionalidad u origen social, que tengan por objeto anular o alterar la igualdad de oportunidad o de trato en el empleo y la ocupación. (Ministerio del Trabajo, 2017,pp 15-16).
La discriminación laboral se genera por una falta de reconocimiento de las competencias de la mujer respecto al hombre,  por este concepto se entiende lo siguiente: “Sagi-Vela define la competencia laboral como el conjunto de conocimientos (saber), habilidades (saber hacer) y actitudes (saber estar y querer hacer) que, aplicados en el desempeño de una determinada responsabilidad o aportación profesional, aseguran su buen logro” (Sagi-Vela, 2002. pp 86)
Para poder mostrar que las competencias laborales de la mujer no es reconocida al mismo nivel que las del hombre, estas se expresan en el nivel de remuneraciones de las mujeres que son menores a las del hombre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) indican que “Chile es uno de los países con mayor desigualdad frente a la armonización salarial Dinamarca, Eslovenia, Republica Checa y Noruega. (EFE, 2015, p.1)
Basados en la definición de desigualdad y de competencias es posible extraer que la mujer en el mercado laboral se encuentra mal remunerada a igualdad de cargo y de estudios técnicos/profesionales con el hombre, generado por una cultura machista de la sociedad chilena y que ha impedido que en las organizaciones con o fines de lucro la mujer sea reconocida como un par y que esta pueda competir con el hombre ante nuevos cargos a igualdad salarial, esta afirmación es refrendada en el párrafo anterior  por la cita de la OCDE que concluye que Chile en comparación con el resto de los países pertenecientes a dicha organización presenta una gran desigualdad de remuneraciones en el mercado del trabajo.
La relevancia que tiene este fenómeno se debe a que es un problema que existe en Chile; la discriminación laboral femenina, ha estado siempre latente. Tradicionalmente a las mujeres se les ha asignado un papel de madre, en que al hombre siempre se le ha visto como proveedor y sale de casa para ganar el sustento diario, dejando el trabajo de los quehaceres domésticos a la mujer. Todo esto está interiorizado en nuestra cultura y sociedad de manera tal, que si lo miramos desde la perspectiva histórica, la mujer ha sido valorada en igualdad de capacidades desde hace pocos años.
Nos basamos en la siguiente cita para lo anteriormente dicho, según Abramo(2004):
De allí, entonces, la necesidad de reconocer que las “limitaciones” atribuidas a las mujeres en el trabajo no tienen relación con una suerte de “naturaleza femenina menos apta para el trabajo remunerado”, o con su supuesta condición de “fuerza de trabajo secundaria”, sino que tienen relación con: a) la organización de los roles de género que siguen predominando en nuestras sociedades por lo cual ellas siguen cargando de manera unilateral las responsabilidades familiares; b) el marco de economías (y sociedades) que no incorporan al concepto de actividad económica el trabajo no remunerado dedicado al cuidado de las personas, por lo cual los costos de la reproducción social son asumidos por las mujeres a través de sobretrabajo, remuneraciones no recibidas o trayectorias laborales menos satisfactorias. (Abramo,2004,pág 231)
Por último mencionar que la segregación de género en el mercado se puede observar cuando se analiza la actividad económica y categoría ocupacional, las cuales en su mayoría relacionan a la mujer directamente con el cuidado de personas y trabajo doméstico, es decir, los procesos de división sexual del trabajo al interior del hogar guarda conexión con la segregación ocupacional y la discriminación social, también tienen mayor prevalencia en ocupaciones vinculada al sector comercio, a servicios comunales, sociales y personales
A través de la Dirección del Trabajo del Gobierno de Chile podemos extraer los siguientes datos:
Las ocupaciones en que se desempeñan las mujeres no son las mismas ocupaciones a las que acceden los hombres; por lo tanto, sus condiciones de trabajo no son similares. Los trabajos de las mujeres se concentran en las siguientes actividades:
           Servicios, un 46% (comunales, sociales y personales): En este sector las mujeres son la mayoría; se incluyen aquí casi el 100% del servicio doméstico y un porcentaje importante de los trabajos en los sectores de salud y educación.
           Comercio, un 25%: En este sector que incluye tanto el comercio detallista como el mayorista, grandes tiendas, malls y supermercados entre otros, las mujeres son aproximadamente la mitad de trabajadores del sector.
           Industria manufacturera, un 11%: Aquí los trabajadores hombres son 3 veces más numerosos que las trabajadoras mujeres; estas se desempeñan principalmente en las industrias textiles, de confección y vestuario, de cuero y calzado y en la industria alimenticia; cantidades menores están en la industria química y metalúrgica.
           Agricultura, alrededor de un 6%: En este sector se encuentran las actividades agrícolas, ganadería, pesca y caza y la actividad forestal; los hombres superan en cantidad a las mujeres en 6 a 7 veces. Las mujeres se concentran en actividades agrícolas de temporada en cultivos de exportación y en el cultivo de productos marinos.
           Establecimientos financieros, un 7%: Aquí están los trabajos en bancos y financieras, y las mujeres son alrededor de 1/3 de los trabajadores. (Dirección del Trabajo, pág 1)
Justificación: ¿Por qué este fenómeno?  La justificación debe estructurarse al menos en relación a criterios como la relevancia e incidencia del fenómeno en la realidad nacional, el interés disciplinario y las motivaciones personales/grupales. Paso de lo público a lo privado
La motivación que lleva a desarrollar este tema es dar a conocer y llevar a discusión un tema de actualidad, donde la mujer de a poco ha ido ganando más terreno en el ámbito laboral mayormente en el área de servicios y comercio ya que en un pasado en la cultura occidental la mujer solo se preocupaba del ámbito doméstico y no así en  la mentalidad de los grupos de poder empresarial de nuestra sociedad occidental por la razón que ellos lo ven como un costo más por las protecciones legales respecto a la maternidad que tienen que pagar un pre y post natal, tiempo de lactancia y otros factores, sin embargo esto no explica las diferencias de las remuneraciones comparado con el hombre.
La mujer se ha incorporado al trabajo sin dejar de lado los roles tradicionales estipulados en esta sociedad occidental, sigue siendo quien se preocupa de las labores domésticas, ya sea el cuidado de los niños y de la casa. La principal razón porque las mujeres no trabajan, es por la dedicación los quehaceres del hogar esto se le puede llamar “trabajo reproductivo”. La fuerza de trabajo femenina ha ido incrementando desde 1990, sin embargo el área laboral que más ocupa la mujer es la de servicio entonces se repite lo domestico (vida privada) en configuración del empleo.  La mujer se ha ido posicionando lentamente en el ámbito laboral, sin embargo no ha habido un cambio en las tareas del área doméstica en que haya una equiparación entre hombre y mujer, que cada uno se dividida los quehaceres, sigue siendo la mujer la que los ejerce, no se muestra un avance en el aspecto de equidad de género en esta área. Es decir la participación de la mujer en el ámbito laboral no se ve reflejado un mayor avance que sea semejante por parte del hombre en los quehaceres del hogar.
Se sigue invizibilizando y naturalizando esta conducta de que la mujer es la que tiene que se tiene que hacer cargo de estas labores, porque siempre se ha visto y hecho de esta manera en la cultura occidental. A lo dicho anteriormente podremos fundamentarlo según lo que dice Comunidad en la mujer (2012) en la siguiente cita:
Como lo indica la tabla precedente, tan sólo un 41% de los hombres que están ocupados en Gran Santiago participan del Trabajo Doméstico No Remunerado (TDNR), destinando a esta actividad un promedio de 2,8 horas diarias. Por contraste, un 75% de las mujeres ocupadas participa en TDNR, destinándole un promedio de 4 horas diarias. En el caso de las personas no ocupadas la participación en TDNR es mayor, pero el aumento prácticamente no permite acortar la brecha de participación entre hombres y mujeres: un 52% de los hombres no ocupados realiza TDNR, mientras un 88% de las mujeres lo realiza. En cuanto al promedio de horas diarias destinadas a TDNR, la brecha entre hombres y mujeres no ocupados/as es aún mayor: 2,9 horas en el caso. (Comunidad Mujer, 2012, pág 2)
Las mujeres empezaron a entrar al mundo laboral, una de las ideas que dio inicio a esto fue lo que mencionaremos en esta cita de Memoria Chilena (2016):
Una de las iniciativas que promovió tempranamente la incorporación de las mujeres a la actividad industrial, fue la organización de la Escuela Profesional de Niñas propuesta por la Sociedad de Fomento Fabril (SOFOFA), en 1887. Por su parte, las mujeres católicas promovieron entre las trabajadoras, la creación de sindicatos y cooperativas que se establecieran bajo su protección como por ejemplo, la Liga de Damas Chilenas que desde 1915 apoyó la creación de sindicatos femeninos católicos.
           A consecuencia del aumento de las trabajadoras, las organizaciones y mutuales femeninas que buscaron su defensa y protección se multiplicaron, dando cuenta de un activismo que tuvo importante expresión en la prensa obrera feminista de la época. (Memoria Chilena, 2016, pág. 1)
La discriminación laboral de género, en específico a la mujer se enmarca como parte de un residuo o resultante de una industria Chilena sumamente machista y además de carácter paternalista. En la realidad nacional el fenómeno se manifiesta en torno a diversas formas de violencia, tanto activa como pasiva, desde un mercado activamente sexista que define las labores y trabajos “propios” de cada género, hasta una forma pasiva, enmarcada en políticas y fundamentos económicos que aumentan la brecha y disparidad al momento de comparar las condiciones laborales para hombres y mujeres.
  Según datos del Instituto Nacional de Estadísticas en Encuesta Suplementaria de Ingresos:
A fines del 2011 la brecha salarial entre hombres y mujeres promedio era de 32,8%, pero subía a 35,4% entre los trabajadores con educaciones universitaria y al 38,2% en aquellos con educación secundaria. El sueldo promedio de hombres es de 417.900 pesos mensuales y el de las mujeres es de 280.900 pesos mensuales. (n/d, 2014, pág 1)
La cita anterior refleja la disparidad y desigualdad económica presente a nivel país, brecha que en la actualidad se mantiene siendo un punto clave a la hora de hablar de discriminación laboral. El fenómeno escogido además reúne bajo si una diversa gama de factores y problemáticas asociadas, la violencia y la brecha económica son solo algunos de los tantos tópicos a través de los cuales podría considerarse este fenómeno.
En la historia laboral de nuestro país, la mano de obra femenina ha tenido uno de las tasas de ingreso más bajas a nivel latinoamericano, lo cual refleja lo vigente y presente del fenómeno abordado, además esta forma de discriminación enmarcada en el ámbito laboral presenta un grado de violencia muy preocupante y dramático, no es de extrañar historias sobre mujeres a las cuales se les ofrece una mejoría laboral y salarial a cambio de favores de diversa índole o un resguardo a cambio de lo mismo. Chile evidencia una industria violenta con políticas que atentan contra la mujer, en su calidad de madre, victimizándola y considerando la maternidad como un defecto o perjuicio de la mujer hacia el trabajo, una mirada empresarial que denota una marcada y arraigada discriminación cultural entorno al desempeño femenino con ideas estereotípicas tales como: “el hombre proveedor y la mujer de la casa” o “ hay trabajos masculinos y labores de femeninas”  son estas frases que atentan contra la mujer, las que nos permiten vislumbrar el fenómeno electo, patente en la vida diaria.
A nivel de ingreso, no solo existen diferencias salariales entre hombres y mujeres por realizar la misma labor, sino también existen diferencias significativas en el nivel de ingreso que reciben las familias según sexo del jefe de hogar. Un problema que hay que solucionar no solamente generando políticas que promuevan la igualdad, sino también que busquen la equidad. Estas políticas, en muchas oportunidades, pueden y deben basarse en medidas desiguales para reducir desigualdades ya establecidas. (Ramírez, 2016, pág 1)
Los actores sociales del fenómeno abordado nos presentan un sinfín de responsabilidades compartidas, desde las arcaicas ideas de la iglesia  la cuales avalaban el abuso a la mujer, hasta las políticas internas de algunas empresas y las ideas colectivas machistas que posicionan a la mujer como un blanco de acoso e inferior en capacidades, ideas que carecen de fundamento y en la actualidad se han ido movilizando a la par de los colectivos como #niunamenos u otros. Históricamente se pueden resaltar movimientos sociales que buscaban reivindicar la figura y el papel social de la mujer,  tales como la aprobación en 1934 del voto femenino en Chile para elecciones municipales y en 1952 para elecciones presidenciales, cabe destacar que recién en 1970 se logró la paridad con los votos masculinos. Los movimientos sociales femeninos guardan una estrecha relación en el decrecimiento perceptivo de la discriminación laboral, no obstante los estudios sobre el tema no indican un avance significativo, en la actualidad la brecha salarial ha ido disminuyendo a través de los años, a juicio de la OCDE (organización para la cooperación y el desarrollo económico) “se debería centrar en promover la inclusión de la mujer en el mercado de trabajo, generar puestos de trabajo de calidad, reforzar la calidad de la educación e incrementar la formación continua durante la vida laboral”. (EFE, 2015, p.1)
Además de todo lo expuesto se puede apreciar la discriminación laboral en torno a concepciones establecidas de trabajos por género, ejemplo:
Los oficios de hombres y mujeres se diferencian por roles tradicionales de género que se reproducen en la estructura de empleo. El área de servicios es la más feminizada; por su parte, los oficios más masculinizados son las operaciones de instalaciones y máquinas. En el poder Ejecutivo, Cuerpos Legislativos y Directivos, sólo un 31,5% son mujeres, reflejo de lo que se conoce como “discriminación vertical”, en tanto las mujeres suelen ocupar en mucha menor medida que los hombres cargos gerenciales que implican poder en la sociedad.  Existen diferencias en la ocupación entre hombres y mujeres. La mayoría de los empleadores (77%) y trabajadores por cuenta propia (59,3%) son hombres; mientras, el 97% de las trabajadoras de servicio doméstico son mujeres y el 70% de estas en las ocupaciones familiares no remuneradas (trabajan, por ejemplo, ayudando en el almacén de un familiar sin recibir un pago).  (Brega, Duran, & Sáez, 2015, pág 4).
A raíz de todo lo expuesto es necesario remarcar que la discriminación laboral ha estado y sigue estando presente en la actualidad, tanto en el ideario colectivo como en la estructura de múltiples empresas, lugares trabajo y servicios, en los cuales la mujer vivencia y padece bajo esta discriminación que pareciera solventarse solo en el hecho de haber nacido “mujer” en una sociedad aparentemente dominada tanto económica, social y cultural por hombres.
4.- Conceptualización del fenómeno: aplicar o vincular alguno de los conceptos o teorías abordados en la cátedra para describir, comprender y/o relacionar con el fenómeno seleccionado estereotipo, en relación a la discriminación laboral.
La definición que abordaremos sobre estereotipo servirá de sustento a esta conceptualización, la cual es de los autores Ashmore y Del Boca “... una serie de creencias sobre los atributos personales de un grupo de personas”. (Gómez, 2007, p.215).
En relación a estas definición, podemos identificar la “figura” de la mujer como un estereotipo de orientación sociocultural, el cual históricamente se ha consolidado de la violencia y la desigualdad de género, múltiples son los ejemplos, desde el determinismo clásico de la iglesia defendiendo una seudo supremacía del hombre por sobre la mujer, a ideas de carácter eugenésico donde las mujeres son menos capaces de ejercer cualquier tarea alejada de las labores del hogar. Dichas ideas han generado una serie de estereotipos y creencias entorno a la mujer que han trascendido al tiempo y han logrado establecerse como parte de un “ideario popular”.
En la actualidad la sociedad no permite el avance a través de la equidad de género y en específico que las brechas en tanto a salario, derechos y obligaciones sean diferentes, por lo cual se ve en el ámbito laboral en el cual se desarrollan las mujeres, que son en el ámbito de servicios, comercio y en menor medida industria. Esta creencia que tiene la sociedad occidental sobre la mujer como se tiene que estructurar en el mundo y socialmente en el cual tiene que incorporarse al mundo del trabajo, sin embargo sin dejar de lado su rol doméstico que es el cuidado de los hijos, y la mantención de la casa, esto quiere decir que los roles tradicionales de género en occidente se repiten,  en un pasado el cuidado doméstico interfería negativamente con su desempeño laboral y aumentan los costos según el punto de vista de las empresas que serían la protección a la maternidad, horario especial de lactancia, entre otros. En cambio los hombres son las operaciones de instalaciones y maquinas, por el hecho que siempre se han visto con más fuerza. También en el entorno laboral en que las mujeres se desarrollan en jornadas parciales que estas no están sujetas a ningún tipo de regulación, que además generan menos ingresos. Para fundamentar lo anteriormente dicho nos basamos en la siguiente cita: “Las personas desarrollan los estereotipos para estructurar el mundo al que se enfrentan y para crear o mantener una estructura social que les interese, Haslam y cols.(2002).” (Gómez, 2007, p.220).
Es bajo esta mirada de comparación social y diferencias entre grupos que resalta el estereotipo más simple y arraigado en la cultura chilena “la mujer que tiene que estar en casa y el hombre que trae el sustento”. Son planteamientos como estos lo que  llevan a normalizar la discriminación laboral, dado que presentan al hombre como el baluarte del trabajo, el sacrificio, el esfuerzo, en desmedro de la mujer a la cual se le atribuye una visión simplista, relegando sus labores y capacidades a las tareas domésticas, podemos basarnos en la siguiente cita para abordar lo anteriormente dicho “El contenido del estereotipo es sensible al contexto de comparación social e incrementa la diferencias entre el endogrupo y exogrupo.(Gómez, 2007,p.220).
En el presente trabajo se utiliza el concepto de Industria entendido como sistema laboral con sus matices y características específicas, del cual se destaca su preponderancia por la contratación de hombres y a su vez todas las políticas que atentan de una forma u otra a la mujer. La discriminación laboral  en el empleo por sexo,  se ve estereotipada debido al cambio en la estructura de nuestro sistema laboral donde ya el hombre no es el único que trabaja por una remuneración, así lo acredita este párrafo: “Este es un tema que históricamente se puso sobre el tapete con ocasión del acceso de la mujer al empleo, particularmente en la actividad industrial y de servicios”. (Castro, 2001, p.6).
Las diferentes situaciones que se presentan en este trabajo de discriminación laboral, tienen de base el priming que se define como parte de los estereotipos así se afirma en el trabajo de Sedikides y Skowronski, 1991 que dice que:
Ha sido apoyado por cientos de experimentos realizados principalmente en el campo de la Cognición social y la conclusión general es que nuestras experiencias pasadas determinan lo que vemos y oímos en el presente, cómo interpretamos la información que recibimos y cómo la almacenamos para volver a utilizarla en el futuro (Gómez,  2007, p.232)
Con la cita anteriormente dicha, podemos dar a entender que la sociedad occidental tiene una mirada de la mujer que ella se tiene que desempeñar en el ámbito doméstico, ya que ha sido tradicionalmente su rol, entonces de esta forma está determinado por el pasado, como sigue influyendo esta mirada en el presente, la cual ha ido cambiando lentamente ya que la mujer entra al ámbito laboral sin embargo no deja de lado el cuidado de los hijos y de la casa, se tiene que desempeñar en ambas cosas.
                 Bibliografía
 Sagi-Vela Grande, Luis. Gestión por competencias: el reto compartido del crecimiento personal y de la organización. ESIC Editorial, 2004.
Abramo, L. (2004). www.scielo.br. Estudios Feministas, Florianópolis, 12(2): 224-235.(Mayo/Agosto 2004).URLS www.scielo.br/pdf/ref/v12n2/23969.pdf  
Brega, C., Duran, G., & Saez, B. (2015 de Marzo). www.fundancionsol.cl. Recuperado de http://www.fundacionsol.cl/wp-content/uploads/2015/03/Estudio-Mujeres-Trabajando-2015.pdf
Lara, N. (20 de Agosto de 2014). www.elquintopoder.cl. Obtenido de http://www.elquintopoder.cl/genero/diferencias-de-genero-ambito-laboral/
Ministerio del Trabajo. (s.f.). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/1601/w3-article-59923.html
Gómez Jiménez, A. (2007). Estereotipos. En Psicología Social. Morales, J.F. Mc Graw Hill, tercera edición 2007.
Marciá Gómez, Ramón (14 de enero de 2010). www.educasities.net.  Recuperado de http://www.educasites.net/otrasopiniones/127-la-discriminacion-de-la-mujer-en-la-historia.html
Castro, C. J. (Marzo de 2001). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/1601/articles-65173_recurso_1.pdf
Ramírez, D. C. (21 de Marzo de 2016). www.uss.cl. Recuperado de http://www.uss.cl/newsletter-uss/2016/03/21/brecha-salarial-la-gran-deuda-con-las-mujeres-que-participan-en-el-mundo-del-trabajo/
Soto, L. (24 de Diciembre de 2011). www.radio.uchile.cl. Recuperado de http://radio.uchile.cl/2011/12/24/discriminacion-salarial-por-genero-un-problema-cultural-y-no-economico/
Vargas, I. (22 de Febrero de 2016). www.bibiochile.cl. Recuperado de
http://www.biobiochile.cl/noticias/2016/02/22/la-brecha-salarial-entre-generos-cayo-por-segundo-anno-consecutivo.shtml
trabajo, D. d. (5 de Junio de 2017). www.dt.gob.cl. Obtenido de http://www.dt.gob.cl/legislacion/1611/articles-95516_recurso_2.pdf
Véliz Fuenzalida, H. F., & Carmona Martin, K. (2005). www.repositorio.uchile.cl. Obtenido de http://repositorio.uchile.cl/tesis/uchile/2005/carmona_k/sources/carmona_k.pdf
EFE. (21 de Mayo de 2015). www.emol.com. Obtenido de http://www.emol.com/noticias/nacional/2015/05/21/717935/chile-es-el-pais-con-mayor-desigualdad-salarial-de-la-ocde.html
  6D@���GL�
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
0 notes
social2017-blog · 7 years
Link
La relevancia que tiene este fenómeno se debe a que es un problema que existe en Chile; la discriminación laboral femenina, ha estado siempre latente. Tradicionalmente a las mujeres se les ha asignado un papel de madre, en que al hombre siempre se le ha visto como proveedor y sale de casa para ganar el sustento diario, dejando el trabajo de los quehaceres domésticos a la mujer. Todo esto está interiorizado en nuestra cultura y sociedad de manera tal, que si lo miramos desde la perspectiva histórica, la mujer ha sido valorada en igualdad de capacidades desde hace pocos años.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
0 notes
social2017-blog · 7 years
Link
Este vídeo demuestra la realidad en Chile, que hay leyes que protegen a la mujer, sin embargo estas no son cumplidas como el incumplimiento de sala cuna y cambio de funciones. Da a entender como es para la mujer compatibilizar la crianza, el cuidado con el trabajo remunerado, que ahora es un problema en la actualidad, ya que las tareas todavía no se equiparan de igual manera para hombres y mujeres, por la razón que es un rol tradicional que cumple la mujer en la sociedad occidental que es lo domestico. 
0 notes
social2017-blog · 7 years
Link
La discriminación laboral  en el empleo por sexo,  se ve estereotipada debido al cambio en la estructura de nuestro sistema laboral donde ya el hombre no es el único que trabaja por una remuneración, así lo acredita este párrafo: “Este es un tema que históricamente se puso sobre el tapete con ocasión del acceso de la mujer al empleo, particularmente en la actividad industrial y de servicios”. (Castro, 2001, p.6).
Así en el enlace también son explicadas las distintas formas de determinación, específicamente las que el autor explica son la directa y la indirecta.  
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
Mujeres encargándose de los quehaceres mas bien domésticos, mientras sus esposos se encuentran trabajando en la fábrica.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media
Una foto que demuestra como la mujer fue entrando al ámbito laboral, sin embargo siempre en el ámbito del servicio en este caso, se ven mujeres llevando acabo una labor manual.
0 notes
social2017-blog · 7 years
Photo
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
Bitácora Semanales de Marignacia Solari, 29 de Mayo, 4 y 12 de Junio.
0 notes