Tumgik
spideype · 3 years
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Giftober 2021 + @mcuchallenge prompt Day 24: Faceless.
Define lunch or be disintegrated.
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spideype · 3 years
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spideype · 3 years
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El cosquilleo de la nuca irguió a Peter sobre la hamaca de telaraña. No lo dudó un segundo antes de lanzarse al vacío y seguir su instinto. Cuando llegó al puente de Brooklyn, la escena lo dejó alucinado. Atónito. No eran los coches abandonados en mitad de la carretera. Ni la gente corriendo. Ni siquiera los gritos. Sino lo que se movía entre ellos.
—¿Qué demonios…?
Se dejó caer en picado en cuanto comprobó que el atacante se valía de la fuerza bruta de sus manos para levantar vehículos y tirarlos hacia el agua. “Por favor que no haya nadie dentro. Por favor que no haya nadie dentro. Por favor.”
—¡Ya voooooooooooooooooyyyyyyyyyyy! —gritó a la vez. Lanzando redes a diestro y siniestro para sujetar los coches e impedir que cayeran al vacío.
Un lagarto gigante se giró hacia Spider-Man y gritó con todas sus fuerzas. Peter, jamás en su vida, había visto semejante cosa. Semejante monstruosidad. El pánico lo invadió.
—Vaya, encantado. Y-yo soy… soy… Spider-Man. Pero también puedes llamarme Spider-Boy. Spider-Guy. Puedes llamarme increíble… Pero no me llames tarde para cenar. ¿Lo pillas? ¡Wow! ¡Wow! ¡¡Para!!
Dio un salto hacia atrás y alzó las manos, consiguiendo frenar el choque del lagarto contra su cuerpo. Aun así, cayó hacia atrás unos metros, quemándose con el asfalto y gruñendo por el dolor. Era fuerte. Casi más que él.
—¿De qué va esto? ¿Qué te han hecho los coches de la ciudad?
—Aparta de mi camino, insecto.
—Oh… Ahora… Ahora resulta que hablas. ¿No podías haberlo dicho antes?
En mitad de la frase lanzó una red directa hacia la cara del lagarto, cubriéndola por completo. Sin embargo, y antes de que pudiera hacer nada más, la arrancó con increíble facilidad y se tiró sobre él.
Se vio desbordado. No solo por su rapidez y fuerza, sino también por su afán por matarlo. Era la primera vez que se enfrentaba contra un villano que iba a muerte a por él. Aun así, manteniéndose fiel a sus ideales, Peter solo intentaba frenarlo. Hasta que, de pronto, se vio con una mano al cuello.
—Eres… igual… que tu padre… —espetó con saña mientras usaba sus garras para rasgar la araña del traje y, de paso, su piel.
Peter gritó.
De pronto, y para mayor sorpresa del arácnido, la misma mano que se aferraba a su garganta comenzó a deshacerse. El lagarto miró hacia la misma y con gesto de pavor, empujó al chico contra un coche.
—¿De qué…? ¿De qué estás hablando? —preguntó a duras penas por la falta de aire—. ¡Espera!
El joven Stark-Strange trató de levantarse y seguirlo, pero el golpe había sido tan fuerte que su traje empezó a fallar. Incluso las lentes se abrían y cerraban sin control, impidiendo que viera a un palmo de distancia.
No daba crédito de lo que había oído. ¿Sabía quién era? ¿Se refería a Tony? ¿Stephen? ¿O a Richard Parker? La confusión se apoderó de él. Y el cosquilleo de su nuca no se fue. Ni siquiera cuando se quedó solo en mitad de la carretera, temiendo lo peor.  
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spideype · 3 years
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Be careful what you wish for, Parker. Green Goblin, Electro and Doc Ock teasers in SPIDER-MAN: NO WAY HOME trailer
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spideype · 3 years
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| @the-x-pack |
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The Amazing Spider-Man (2012) dir. Marc Webb
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spideype · 4 years
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—¡Panda de holgazanes! Hemos llegado.
Con la cabeza apoyada en su propia mano, Jimbo se encontraba dando una cabezadita hasta que escuchó a Rocket gritar, haciendo que se despertarse e hiciera varios movimientos abruptos pero también cómicos a ojos ajenos.
—¡No estoy dormido!
Groot se sentó sobre el hombro del mapache y señaló al frente con gesto emocionado.
—¡Yo soy Groot! 
—¿Cómo procedemos? —preguntó Gamora mientras volvía a sentarse para el aterrizaje, aunque pareciese sería por dentro le recorría cierto nervio al saber que de allí se irían todos juntos, o ese era su deseo.
—Vamos a ir de buenas maneras. Y si por las buenas no se puede, pues ya... Improvisamos. Espero que sea más fácil de lo que creemos.
—Me parece un buen plan —respondió Rocket a la propuesta de Jimbo ya que, básicamente, siempre había sido su modo de proceder.
En cuanto él y el capitán aterrizaron, cada cual fue a preparar sus armas antes de bajar de la nave y recorrer la zona, en la búsqueda de sus dos guardianes perdidos.
—¡Venid a por mí! ¡VAMOS!
Una figura surgió de entre las sombras, yendo directa hacia ellos con gesto amenazador. El mapache, sin pensarlo un segundo, levantó su arma y disparó una ráfaga de energía paralizante, haciendo que la figura cayera pesadamente a pies de Gamora.
—¿Drax? Tío, ¿qué estabas haciendo? Somos los guardianes. —Alzó la mirada hacia Jimbo, encogiendo los hombros—. ¿Dónde está Mantis?
—Idiota, por poco te matamos.
—¡TÍO! ¡LE HAS DISPARADO A DRAX! —gritó Jimbo casi al mismo par.
—Solo era una ráfaga paralizante, ¿vale? Nadie va a matar a nadie. A no ser que sigáis cuestionando todo lo que haga. —Rocket no tardó en replicar de mal humor, dándole un toque con la pata a su recién recuperado amigo para comprobar que se encontraba sano y salvo.
Sin embargo, Gamora se percató de una figura más que no venía sola, dejándose ver pronto a Mantis apuntada con un arma por un hombre corpulento. Tanto Rocket como Jimbo se pusieron en alerta ante tal hecho.
—O la sueltas o te juro que te meto el blaster por el culo y disparo hasta que te conviertas en una puta estación de energía y todas las naves puedan repostar en tu cara. ¿Me has oído? Suéltala. 
Mantis miró a su grupo de amigos con gesto entre asustado y esperanzado al ver que todos los guardianes habían acudido en su rescate. Mientras tanto Groot, sin que nadie se diera cuenta, había aplastado las manos contra el suelo y hacía crecer varias raíces y ramas en dirección a los pies del atacante para enredarlos.
—Yo soy Groot. 
Gamora, en cuanto vio lo que hacía Groot, no tardó en lanzar la daga de su mano para que le diese al captor de Mantis con mucha precisión.
—PERO QUE LE VAS A DAR A MANTIS,  IDIOTA. —Jimbo gritó fruto del pánico al ver lo que hacía Gamora, alzando levemente su blaster y pulsando varias veces sin querer el gatillo del mismo en dirección al captor. — AAAAAAAA. ¿Le he dado? Mierda, ¿Mantis...?
—¡Estoy bien! —exclamó de momento la aludida—. Creo que él está muerto, no puedo sentir nada. 
—¿Veis? Os lo dije. Estaba bien.
Gamora lo miró exasperada, claramente juzgándolo después de haberle visto perder el control del blaster por mucho que ahora pretendiese fingir que no.
Groot, sin tardar, echó a correr al encuentro de Mantis ahora que todo peligro se había disipado, bastante contento ahora que volvía a estar todos juntos. Drax, a su vez, consiguió levantarse del suelo y sacudirse restos de tierra de los hombros. 
—Menos mal que hemos permanecido unidos en todo momento,  no quiero imaginar qué habría pasado con Mantis si no. Es muy débil, no habría podido soportarlo —murmuró en un tono más bajo aquello último.
Rocket se giró en su dirección, arrugando el hocico y moviendo las orejas. 
—Tío, tú ni siquiera te has movido. Tu única aportación ha sido para intentar atacarnos por error. 
—¡Yo soy Groot! 
| Guardians Of The Galaxy: Star-Lord, Gamora, Rocket, Groot, Drax y Mantis; @saudadenlosdiasgrises ; @secretwarsrol |
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spideype · 4 years
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I love you
Un mes atrás...
La explosión que terminó con su nuevo hogar en aquel nuevo mundo y la ruptura con quien había considerado desde hacía años su mitad, había traído consecuencias en la joven neoyorquina. Se veía incapaz de continuar, y había caído en una espiral de la que le costaba salir incluso con la ayuda de su padre, Scott. Días atrás, había decidido aceptar una beca en Oxford, Inglaterra, y comenzar una nueva vida allí.
De camino al aeropuerto, Gwen miraba por la ventana con aire distraído y un nudo en la garganta al cómo su ciudad, se alejaba por completo de ella. Sin embargo, aquel ensoñamiento se perdió cuando en el horizonte pudo ver cómo con la telaraña que tanto conocía, se trazaban palabras que comenzaban a tener sentido y que la hicieron revivir las mariposas de su estómago. “I LOVE YOU”, se podía leer a la perfección. Por un momento, se congeló el tiempo y su corazón se disparó, ¿Era Peter? ¿Estaba soñando? De inmediato, se inclinó hacia delante para gritarle al conductor, — DETENGA EL TAXI. — quien, perplejo, escuchaba las nuevas directrices de la muchacha mientras esta salía corriendo en dirección al puente a toda velocidad, con los ojos aguados y esperando encontrarse con en chico de una vez por todas.
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Haciendo uso de las habilidades mejoradas de su traje, rastreó a Gwen por la ciudad hasta que se cruzó con ella en mitad de camino. Un halo de esperanza se abrió en él cuando comprobó que corría en dirección al puente, imaginado que para reencontrarse con él. Así que, envalentonado, se dejó caer a la vez que lanzaba una red contra un edificio, de modo que hizo efecto de liana y acabó agarrando a la chica antes de impulsarse y acabar ambos en las alturas de la ciudad. Sin tardar, se quitó la máscara, a pesar de todo seguía completamente nervioso.
— ¡Antes de que digas nada! Sé lo que debes estar pensando, y si lo que quieres es darme una bofetada con todas tus fuerzas, te prometo que no lo esquivaré, pero antes déjame decirte algo. — Llevó sus manos hacia su cintura, mirándola con los ojos aguados. — Te dije que era mejor separar caminos... Es mentira. Es más, ni siquiera hay caminos separados que tomar. Tú eres mi camino, Gwen.
Su última frase hizo que inevitablemente las lágrimas recorrieran sus mejillas aunque sonriendo, pasando los brazos por los hombros ajeno.
— Ni siquiera sé qué decir porque tú ya lo has dicho todo. Y puede que sí que tuviera ganas de darte una bofetada con todas mis fuerzas pero... —Negó, terminando por acercarse para atrapar sus labios, dejando que aquel gesto hablara por ella más de lo que ella era capaz. Pasados unos segundos, ante la falta de aire, se separó para mirarla.
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— Sí me queda algo que decir a mi... Te quiero.
— Yo también te quiero, Peter. Y te juro que te daré la bofetada más fuerte de la historia si vuelves a apartarme de ti.
— Nunca, te lo prometo. Fui un idiota. De verdad. Ha sido lo peor que he hecho en mi vida y no pienso dejarte escapar nunca más. Eres tú, te lo prometo.
— Te daré una paliza, Peter Stark-Strange.
— Con todas tus fuerzas, Gwen Lang.
Le besó de forma prolongada y lenta durante unos instantes, sin poder evitar sonreír en mitad del beso cuando sintió que la alzaba incluso. Tras separarse para poder tomar aire, se lanzó sobre él con fuerza para abrazarle, escondiendo la cabeza contra su hombro.
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— Debería llamar para cancelar la beca. Dios mío... ¡Mi padre!
— ¿Tu padre? ¿Qué pasa con tu padre? Espera, espera, no quiero que rechaces una beca. Puedo... ¡Me iré contigo a Londres! Hablaré con mis padres. Lo entenderán.
— ¡Mi padre! ¡Le he mandado las maletas de vuelta a casa! Debe estar llamando a la policía seguro. — Se llevó una mano contra el pelo, girándose un poco para llevar la vista a la ciudad, aunque en seguida se giró hacia él, negando.— ¿Cómo vas a venir a Londres? Que no. Además no es la primera vez que la rechazo... Solo quería salir de aquí porque no me imaginaba vivir en una misma ciudad donde tú estuvieras y no pudiera ni verte.
— ¡Te llevo a casa! ¡Te llevo a casa ahora...! ¿De verdad te ibas a ir solo por... mí? Porque si aún sigues pensando en aceptar esa beca. De verdad, me iré contigo a donde haga falta.
— Tengo todo lo que quiero aquí. No me iría ni por asomo. Ya no.
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· Peter Stark-Strange @spideype
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spideype · 4 years
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He thinks I’m some stupid thing! He does!
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spideype · 4 years
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Nadie había contemplado la posibilidad, pero la vieja casa de Richard y Mary Parker, padres de Maguna y Peter, se había convertido en el refugio del arácnido desde que se marchó de la torre Stark con intención de no volver.
Apenas había pasado unos pocos años de su vida allí, en aquellas paredes, siendo un niño normal con una familia normal. Todo empezó ahí dentro, donde se puso en marcha un motor que lo empujaría a su perdición: a Spider-Man. Todavía conservaba algunos recuerdos, algunos momentos de felicidad a los que aferrarse, donde las únicas preocupaciones eran cepillarse los dientes antes de dormir y procurar que Morgan estuviese bien arropada por la noche para que no pasara frío. 
¿Por qué sus padres se marcharon de la noche a la mañana? ¿Por qué los abandonaron de aquel modo? Necesitaba respuestas, necesitaba poner un por qué a aquellas incógnitas. ¿Por qué él, y no otro, estaba destinado a no ser una persona normal? Solo dentro de ese hogar abandonado podía encontrar respuestas mientras se resguardaba de la lluvia y el frío propios de la estación. 
La vieja habitación de sus padres, el despacho, cualquier recoveco, incluso detrás de los muebles del salón, ni una sola pista. Hasta que un pequeño flashback asaltó su cabeza: su padre guardando a toda prisa un maletín entre los viejos tratos del sótano, entre la basura, donde nadie nunca buscaría.
A toda prisa, Peter bajó los peldaños de dos en dos hasta llegar a la planta baja, atestada de papeles, chismes y suciedad. Sin demorar mucho más, comenzó a registrar entre las cajas, en los estantes, a leer cualquier papel que pudiera darle la menor pista a seguir. Al igual que los días anteriores, todo en vano: el maletín estaba completamente vacío. 
—¿Es qué tenía que enrevesarlo todo? ¿No tenías suficiente con marcharte y dejar solos a tus hijos? ¡¿También tenías que hacerlo sin dejarme respuestas?!
Enfadado y frustrado, empujó la pared de ladrillos con todas sus fuerzas, la cual tembló. Asustado, retrocedió unos pasos creyendo que la pared no podía sostener sus habilidades superiores y que terminaría por echar el muro abajo. Lejos de aquello, una pared corredera se deslizó y dejó expuesta una pantalla.
Inserte el código de seguridad: _ _ _  
Peter se sintió empalidecer, pero corrió hacia el monitor para comenzar a teclear números sin ton ni son. Todos erróneos. Debía haber una pista, el menor de los indicios que le dijera cuál era la clave de seguridad que resolvería todas sus dudas. 
Y tan solo tuvo que mirar hacia el maletín para hallar la respuesta en el grabado del cuero: OOO
Con el corazón latiéndole a mil por hora, tecleó los tres dígitos y, pronto, la imagen de su padre quedó frente a la pantalla; parecía nervioso y cansado, incluso paranoico, pero tras comprobar en varias ocasiones que estaba solo en la habitación, comenzó a hablar frente al monitor:
Hola Peter, hijo. Me habría gustado darte este mensaje en vida, haberlo explicado como se merecía, pero me temo que eres demasiado joven como para comprenderlo y que no me queda demasiado tiempo. Eso es lo que realmente me duele, saber que aquí llega el final. Han sido unos años maravillosos, y no sabes lo orgulloso que estoy de ti y de poder llamarme tu padre. Créeme, el sentimiento de tu madre es el mismo. Los dos os queremos con locura, a ti y a Morgan. Sé que cuidarás de ella. Siempre lo has demostrado, eres mejor de lo que tu madre y yo seremos nunca. Incluso que los tíos Ben y May. Os dejamos en buenas manos.
Sin embargo, hay algo que nunca os hemos dicho, ni siquiera a ellos, y que tarde o temprano tenéis que saber. Tú el primero, eres el mayor después de todo, colega. 
Mi investigación científica con las arañas, sé que el Doctor Connors cree que lo he abandonado sin razón alguna, pero no es cierto. El gobierno quiere apropiarse del experimento y crear un ejército demasiado poderoso como para ser frenado, no nos ha quedado más remedio que destruir todas las pruebas posibles y huir. Si nos atrapan, será el final de todo, comenzará la guerra. Y mi deber moral es impedirlo. Ojalá pudiéramos llevaros con nosotros, pero ni siquiera sé si llegaremos muy lejos y no es un riesgo que estemos dispuestos a asumir con tu hermana y contigo. Es doloroso, pero es la mejor opción.
Unos ruidos se escucharon tras Richard, el propio Peter, siendo niño, llamaba a su padre. 
No me queda mucho tiempo y aún tengo algo importante que decir. Espero que algún día nos perdones por esto, pero quiero que entiendas que tu madre y yo estábamos desesperados, y que de haber tenido otra opción jamás habríamos recurrido a ello. Pero no hubo más remedio. 
Durante mucho tiempo, tratamos de ser padres por la vía tradicional pero me temo que mis genes no son lo suficientemente fuertes, así que jugamos una maniobra desesperada: hacernos con la genética de otra personas. Espero que comprendas que eran otros tiempos y que nuestro amor hacia vosotros nos llevó a cometer un acto imprudente pero... Peter, aunque jamás me quitaré de encima el título y el honor de ser el padre de mis pequeños Parker, por vuestras venas corre otra sangre. La de Tony Stark. 
Si algún día ves esto y decides ponerte en contacto con él, Dios sabe que estaré agradecido por ello. Es un buen hombre, sé que él cuidará bien de vosotros si algún día os faltan la tía May y el tío Ben. Aunque espero que nunca tengáis que comprobarlo. 
Peter, te quiero más que a nada en este mundo, y a tu hermana también. Cuídala. Conviértete en el hombre que estás destinado a ser. Mi legado eres tú. Si alguien debe continuar con lo que yo dejé en vida, ese debes de ser tú.
El video se cortó de pronto, Peter ni siquiera se inmutó o reaccionó aparentemente, demasiado en shock por todo lo que había oído. Sus padres no se habían ido por voluntad propia, los querían, solo habían intentado ponerlos a salvo. Habían obrado en busca de un bien mayor. Por fin tenía respuestas para el Doctor Connors. 
Sin embargo, algo resonaba con mucha más fuerza dentro de su cabeza, por encima de todo el cúmulo de pensamientos: Por vuestras venas corre otra sangre. La de Tony Stark. 
La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark. La de Tony Stark. La de Tony Stark. La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark.  La de Tony Stark. Tony Stark. Tony Stark.
El señor Stark era su padre. 
���Hay que joderse —musitó, confuso por tal hecho.
Sin embargo, no tardó en recordar la primera vez que se conocieron, la conexión, la complicidad. Como el señor Stark y él se habían entendido desde primer momento con una sola mirada. Sus instinto paternal hacia él y Maguna. El deseo oculto de ser una familia. La necesidad de estar juntos. Todas las veces que Peter en su fuero interno había pensado en él como “papá” antes de la adopción, el incontable número de ocasiones en que Maguna lo había llamado así en voz alta, con toda naturalidad. El parecido físico. 
Había tenido la respuesta ante sus narices y no había sido capaz de verlo por sí mismo, cegado por el deseo y la frustración de querer ser un Stark sin abandonar sus raíces como Parker. 
Lo había tenido todo el tiempo y, lejos de conservarlo, había salido corriendo. 
Pero se había acabado.
No volvería a dar la espalda a quien era:
Peter “Parker” Stark-Strange. 
| Mención a Tony Stark: @thedarkestnightrol​ |
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spideype · 4 years
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A punto de dar la primera cabezada de la noche, abrió de pronto los ojos y se irguió donde estaba, completamente sobresaltado. Instintivamente, a pesar de la oscuridad reinante, miró a su alrededor tratando de localizar el origen del ruido, pero allí no había nadie. Ni una sola alma. Al menos ninguna con vida, salvo la del propio Peter.
Asustado, se llevó una mano contra el pecho y suspiró. Quizás había sido la sugestión, quizás llevaba más tiempo del que pensaba dormido. Quizás, simplemente, se estaba volviendo loco. No le sorprendía después de todo, nadie podía perder a tantas personas sin cruzar una línea y, desde hacía tiempo, sentía que había puesto un pie al otro lado. A lo mejor había llegado a su punto de no retorno. Después de todo, haberse ido de casa, con solo una triste nota como despedida, no había sido la maniobra más inteligente de su vida. Tenía miedo de haberse cerrado esa puerta. A la vez, estaba decidido de que era el mejor camino a escoger. No solo el enfado por cómo había trascurrido todo hablaba por él, también la necesidad de mantener a salvo a su familia. Se las apañarían bien. Con el tiempo incluso se acostumbrarían a ver su habitación vacía.
“Me siento tonta hablando a un móvil cuando sé que no va a haber respuesta al otro lado... Pero por ti lo hago.”
—¿Qué? ¿Quién anda ahí? Dakota, ¿eres tú?
“Peter, tienes una casa a la que volver, no puedes imaginar la manera en la que te has llevado la luz que había aquí. (…) Todos hemos cometido errores que queremos arreglar, deja que abracemos tu dolor contigo, no tienes que hacerlo solo. Somos tu familia y vamos a estar a tu lado siempre. Peter yo nunca suplico pero... Por favor, por favor hermano, vuelve a casa. Te echo mucho de menos. ”
Sobresaltado una vez más, se puso en pie de golpe y giró sobre sí mismo, esperando ver a su hermana a unos metros de distancia, acercándose hacia él. Sin embargo, de nuevo, comprobó que estaba solo. Ni un ruido delataba que tuviera compañía esa noche, ni siquiera el sentido arácnido que le indicaba que lo habían encontrado.
“Hola Peter, soy Piper. Siempre has sido una de las personas más importantes para mí, incluso antes de que fuéramos hermanos oficialmente ya te sentía así. (…) Sé que no he estado cuando debía y más me necesitabas. (…) Pero te quiero y mucho, no puedo imaginarme la casa sin ti.”
“Hey... No sé cómo hablar de esto y menos por aquí, pero cuando esta mañana he ido a tu habitación y he visto que no estabas he sentido un vacío enorme. (…) Eres la persona que más me importa en el mundo entero, me niego a pensar siquiera que pueda perderte y menos de este modo. (…) Ojalá pueda verte pronto y demostrarte que soy la hermana que te mereces. Esperaré todo el tiempo que haga falta a que aparezcas por la puerta de casa, ojalá esta noche. Te quiero.��
—Oh no, no. No, no puede ser. Esto no es real. No es real. No lo es. No sois vosotras de verdad. No sois de verdad.
Abatido tras escuchar las voces de Dakota, Piper y Audrey, sus tres hermanas, se dobló sobre sí mismo y se llevó las manos contra la cara. Después de haber pasado el día al completo llorando, se le habían terminado por secar los ojos, pero haberlas escuchado desesperadas porque volviera a casa había sido como un detonante que había desatado de nuevo un torrente de lágrimas que no podía contener. No había mentido cuando, en su carta, había dicho que lamentaba el malestar que su marcha pudiera ocasionar. Tener que comprobar de primera mano hasta qué punto les había afectado era como haberse apuñalado a sí mismo en pleno corazón.
“Hola hijo... Ante todo quiero decirte que no estoy enfadado. (…) Solo quiero que estés bien, es lo único que me importa. Te daré todo lo que necesites incluso si ahora mismo el espacio es lo que quieres, pero ojalá pudiera ser uno de los que te acompañasen. No soy el mejor padre, pero intento hacer las cosas lo mejor que puedo. (…) Te quiero y mucho, Peter. Estoy muy orgulloso del hombre en el que te has convertido y en el que sé que serás el día de mañana; uno muchísimo mejor que nadie. Eres un héroe de corazón, y no mucha gente puede decir algo así. No sé cómo pedirte que vuelvas a casa. (…) Siempre serás nuestro hijo. Y siempre vamos a estar aquí, pase lo que pase.”
—Usted no lo entiende señor Stark —respondió a viva voz, como si realmente el magnate pudiera oírle. Sabía que no era el caso, pero también sabía que si no lo expresaba en voz alta la pena y la culpabilidad lo ahogarían—. Ninguno lo entendéis. Este soy yo, esto es lo que hago. El tío Ben, Gwen, la tía May, MJ. Se han ido todos por mi culpa. No he dejado de cometer errores. Nadie debería estar cerca de mí. No puedo hacerlo, no puedo volver. No quiero perder a nadie más.
“Peter… Soy yo, tu padre. Stephen. Posiblemente esto sea lo último que necesites ahora mismo, pero estoy desesperado porque vuelvas y estoy dispuesto a jugar cualquier baza. Escucha hijo, sé que lo estás pensando. Te culpas por lo que ha pasado, te sientes como una maldición para los de tu alrededor. Sé lo que es estar ahí, no era mucho mayor que tú cuando todo eso pasó. Sé que nunca te lo he contado, ojalá lo hubiera hecho antes para que lo entendieras mejor. Pero, créeme, irte, quedarte solo, no es la solución. Ni siquiera es una vida. Yo pasé casi veinte años de la mía así, y no me daba cuenta de lo infeliz que era, hasta que llegasteis vosotros. Lo cambiasteis todo, Peter, absolutamente todo. Perderte ahora sería como perder una parte de mi alma. Y, por el amor de dios hijo, no quiero volver a sentirme despedazado. No quiero que tú pases por lo mismo que yo. Aun estás a tiempo, nadie está enfadado. No te haces una idea de lo mucho que todos estamos deseando verte aparecer por la puerta. En especial tus hermanas mayores. Peter, todos cometemos errores. Sé que lo sabes. Y sé que eres el que más capacidad de perdonar tiene. Decidas lo que decidas, aquí siempre tendrás a tu familia. No importa el tiempo que pase, siempre te esperaré. Te quiero pequeño.”
Tras escuchar aquel último mensaje, el de Stephen, el muchacho se quedó completamente paralizado, en silencio. Seguía con los ojos aguados y el corazón encogido, pero había dejado de llorar. De un modo u otro, cada uno de los mensajes había calado en él. Incluso, a pesar del dolor, le habían dado cierta calidez. Pero las palabras de su padre le habían impactado: no quiero volver a sentirme despedazado.
No se había dado cuenta hasta ese momento que era justo lo que sentía él. Desde que salió por la puerta de casa había sentido que los últimos trozos que formaban su ser se habían roto.
—¿Crees que tienen razón? —murmuró entonces, alzando la mirada hacia la lápida que había frente a él, atreviéndose por fin a leer el grabado sobre el mármol después de años—. ¿Qué harías tú en mi lugar, Gwen Stacy? ¿Te atreverías a intentarlo otra vez?
Dejó pasar los segundos, consciente de que era imposible, pero aferrado a la vaga ilusión de recibir una respuesta. Por supuesto, nunca llegó y el silencio se hizo más ensordecedor que en toda su existencia. Incapaz de ver que, desde primer momento, la respuesta tenía que hallarla por sí mismo en su interior.
Con gesto abatido suspiró y alzó la mirada al cielo, como si de algún modo así pudiera hacerles llegar sus palabras.
—Cuidaré de vosotros, aunque creáis que ya no estoy. Lo prometo.
| Familia Stark-Strange: @thedarkestnightrol​ ; @brookskala​ ; @almasmanchadas​ |
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spideype · 4 years
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El estallido le pilló por sorpresa, lo único que percibió Peter fue un intenso cosquilleo en la nunca y, de pronto, una luz cegadora lo cubría todo al par que su cuerpo salía despedido varios metros atrás. Lo siguiente que sintió fue un golpe en la cabeza y varios trozos de escombros cubrir su cuerpo, hasta que perdió por completo el sentido.
Los minutos pasaron. Donde segundos atrás había fuego, ahora quedaban cenizas; un edificio que se consumía y se venía abajo sin que nada ni nadie pudiera hacer nada al respecto. El silencio seguía sin ser opción, la explosión había dado paso a un zumbido agudo y, finalmente, a gritos de horror y dolor.
Peter abrió los ojos, sobresaltado, necesitando unos segundos más para recordar dónde estaba. Le costaba pensar con claridad, tenía la vista nublada y respiraba polvo. Solo era consciente de una cosa: la escuela mutante se había venido abajo. Mary Jane, ya no estaba con él.
—M… ¡MJ! ¡MJ! ¿Dónde estás? ¡Mary Jane! ¿Puedes oírme? ¡MJ!
La única respuesta que obtuvo fueron más gritos de socorro; ninguna voz pertenecía a su amiga de la infancia.
—Vamos Peter… Vamos… Puedes hacerlo… Puedes… Puedes hacerlo. Puedes hacerlo. Vamos.
No gritó, pero un gruñido agónico se desprendió de entre sus dientes cuando, haciendo acopio de su fuerza sobre humana, Peter agarró los escombros más pesados que tenía sobre él y comenzó a levantarlos, hasta recuperar la movilidad de su cuerpo. Si se había roto algún hueso, el subidón de adrenalina no le permitía ser consciente.
Conforme los minutos transcurrían y se iba moviendo, sus esperanzas caían en picado. Hasta ahora, el cien por cien de personas que iba encontrando estaban muertas. “MJ está bien. MJ es fuerte. Estará bien. La vas a sacar de aquí… La vas a sacar de…”
—¿Peter…?
—¿MJ? ¡MJ YA VOY! ¡No te muevas! ¡Ya voy! ¡Ya voy! Aguanta. Ya voy.
Oír la voz de su amiga le dio un halo de esperanza, razón por la que agilizó sus movimientos y usó sus lanza redes. La voz de la chica había sonado débil, casi agónica, pero ignoró tal hecho. La encontraría, la sacaría de allí y ambos se pondrían bien. Era todo cuanto iba a pasar.
Sin embargo, cuando llegó hasta MJ se dio de golpe contra la cruda realidad: una barra de hierro la atravesaba a la altura del estómago. El chico araña no pudo disimular un gesto de horror.
—MJ no… No, no. Espera, espera. No te muevas… No te muevas, ¿vale? Vamos a salir de aquí. Vamos a salir de esta… ¿ALGUIEN PUEDE OÍRME? ¿HOLA? ¿ALGUIEN? ¡¡AYUDA POR FAVOR!! ¡AYUDA!
—Peter…
—No, no hables. No hables, ¿vale? Tienes que… Tú aguanta, MJ.
—Peter, por favor, escúchame. —Llevó una mano hacia su rostro para obligarlo a detenerse y que la mirase, consciente de que tenía poco tiempo—. Necesito que hagas algo por mí Peter. Tienes que… Tienes que ayudarme.
—Claro, lo hare. Lo haré. Te sacaré de aquí. Te salvaré MJ.
—No, no a mí. A mi hermano, Pet.
Conocía al hermano de MJ, o más bien lo conoció. Un chico bondadoso que nunca dudó en ayudar a los de su alrededor, costase lo que costase. Los Parker incluidos. Pero desapareció, tiempo atrás, sin dejar rastro.
—Dominic está vivo… Es… Es él. Es…
—¿Quién MJ? ¿Quién es?
—El Buitre.
Spider-Man se quedó silencio. Se había visto máscara a máscara con el Buitre, una pelea que había dejado postrado al metahumano un par de días. Un villano. ¿Cómo había pasado de héroe local a aquello? No tenía sentido alguno, era incapaz de entenderlo rodeado de esas circunstancias, y tampoco puso sus esfuerzos en ello. No había tiempo.
—Mary Jane, yo…
—No Peter, prométemelo. Promete que salvarás a Dominic. Júralo.
La mirada decidida de la chica se clavó a consciencia en él quien, sin querer decepcionarla, asintió.
—Lo juro —aseguró—. Salvaré a Dominic. Pero también te salvaré a ti. Tú solo… Aguanta unos minutos más. La ayuda ya está en camino. Vamos a salir de esta. Los dos vamos a salvar a tu hermano.
—Eres el mejor súper héroe de todos.
Pronunciadas esas últimas palabras, los ojos de MJ se apartaron de la mirada suplicante de su amigo, hasta perderse en el infinito. Peter tardó unos segundos en percatarse de tal suceso, y cuando lo hizo, se resistió a aceptar la verdad.
—¿MJ? Hey, eh… MJ… MJ vamos, vamos. Hey. Mary Jane… ¿Mary Jane? Mary Jane… ¡Por favor, por favor! Por favor… MJ, no me hagas esto. MJ despierta, despierta, despierta. MJ, por favor, respira, ¡respira! Mary Jane por favor, no… No. No. No. Mary Jane, por favor.
... 
MJ se había ido.  
| Menciones: Escuela Mutante, MJ y El Buitre; @brookskala​ , @eternalcaptain​ ; @courtslegacy​ |
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spideype · 4 years
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Easy, Rocket!
—Si alguien pregunta diré que eres mi hijo.
—Ni de broma.
—¿Quieres que piensen que he raptado a un niño por la calle?
—Sería divertido.
—¿Acabo de llegar y ya la quieres liar en La Tierra? Vamos a entrar. Silencio. Hablo yo.
Rocket asintió bajo la sábana que Jimbo había usado para cubrirle y se quedó callado mientras él se acercaba al mostrador.
—Quiero una mesa para mi hijo y para mí. Verás, es muy tímido y tiene un trastorno mental, agradeceríamos una mesa donde hubiera el menor ruido posible y las menos personas también.
El animal, mientras lo escuchaba, gruñó molesto sin poder contenerse.
Tomó a Rocket por los hombros y caminó tras la camarera mientras el mapache se removía tratando de alcanzar sus manos para morderle. Al sentirlo, Jimbo le dio suavemente contra el hocico, haciendo que estornudase contra la sábana.
—Gracias señora, muy amable. La comanda también la tenemos. —Hizo como que ayudaba a Rocket a subirse a la silla y luego murmuró—: ¿Qué te tengo dicho de morder? Espero que tengas la vacuna contra la rabia.
—Da gracias de que no te haya arrancado de cuajo el dedo, humano de pacotilla.
—Qué cosas me dices, cariño —respondió, tratando de pasar desapercibidos—. El que se enfada tiene derecho a menos comida, ¿sabías?
De un movimiento rápido, Rocket se hizo con un tenedor e hizo el amago de clavarlo contra su mano, aunque en el último momento lo hizo contra la mesa.
—Toca mi comida y eres hombre muerto. —Cogió uno de los platos servidos y lo metió bajo la sábana, comenzando a comer de manera bastante sucia y ruidosa.
—¿Puedes comer como un humano normal y corriente, cariño? Te estoy hablando a ti, Anthony.
—¿Qué? —murmuró el mapache con la boca llena, tardando unos segundos en darse cuenta de que hablaba con él—. ¿Ahora tampoco puedo comer como me de la gana? ¿Y tú qué miras? —espetó aquello último de mala gana a un niño que lo miraba.
Al ver su comportamiento, Jimbo llevó una mano a la tela para darle un ligero golpe en la cabeza a modo de reprimenda.
—¿Tú quieres que te descubran, estúpido? No te saco más a comer a ningún lado. Es más, te compraré pienso para cachorros.
Mientras le oía hablar, Rocket rodó los ojos. Al terminar de comer eructó como si nada y se limpió los pelillos de la boca con el interior de la sábana, pero en cuanto sirvieron el postre se inclinó sobre la mesa, sacando el hocico para olfatear, con aire desconfiado.
—Esto, amigo mío, es lo mejor que vas a poder comer —aseguró Jimbo.
—¿Seguro? No huele a nada parecido que haya olfateado antes.
—Que lo pruebes.
Cogió un trozo de brownei con las patitas y le dio un bocado, sintiendo cómo se le iluminaban los ojillos de lo bueno que estaba, tanto que no tardó en coger el plato entero para quedárselo y darse un atracón de chocolate.
Con la panza llena, quiso dejarse caer sobre la silla con aire desplomado, pero pronto sintió dentro de su cuerpecito cómo el azúcar empezaba a hacer efecto, poniéndolo de los más inquieto.
—¿Estás bien, Rocket?
Las orejas del mapache se alzaron y se apreció que olfateaba algo. Se bajó de su asiento y, aún cubierto, comenzó a seguir un rastro que le llevó hasta un hombre con una pierna ortopédica.
—Pssssss… ¡Eh! —murmuró Jimbo en cuanto le vio—. ¿Se puede saber qué estás haciendo?
Se había olvidado de la compañía de Jimbo, completamente obsesionado con hacerse con aquella pierna por lo que, al sentir de pronto las manos en sus hombros, sumado al subidón de azúcar, se sobresaltó, dando un brinco bastante grande mientras emitía un ruido completamente animal. La sábana se descolgó y quedó al aire.
Star-Lord lo tapó rápidamente con la tela, aunque más bien lo que hizo fue liarlo y cogerlo en brazos para salir corriendo de allí antes de asustar a nadie más.
—Para no haber probado nunca los browneis has engordado un montón.
—¡BÁJAME AHORA MISMO! ¿Y A QUIÉN LLAMAS TÚ GORDO? ¡ESTÁS A UN PUDDING DE LA OBESIDAD! —replicó mientras se revolvía y arañaba la sábana.
Tras esconderse en un callejón, lo soltó sin cuidado para dejarlo caer.
—¿Estás contento? Ya te he bajado, conejo seboso.
Al verse tirado contra el asfalto, a pesar de su cabreo, lejos de lanzarse contra Jimbo, comenzó a moverse bastante desquiciado, incluso trató de trepar por las paredes solo para volver a caerse.
—¡¿SE PUEDE SABER QUÉ ME HAS DADO?! ¡¿ESTÁS INTENTANDO ENVENENARME?!
Jimbo estaba algo asustado, de hecho en su gesto se podía apreciar, aunque pronto cayó en lo que pasaba: el azúcar. Verle de aquel modo hizo que presionase los labios y le mostrase las palmas de las manos.
—Solo quería pasar un buen rato contigo y darte algo bueno de comer —dijo con sinceridad y parte de culpabilidad—. Intenta tranquilizarte o te meto un sopapo para que te duermas y podamos volver a tu casa, ET.
Al ver sus manos expuestas, su reacción animal fue acercarse y agarrarlas con las patitas para olfatearlas, aunque ante su amenaza le miró mostrando los colmillos y lo agarró con fuerza para que no se soltase.
—Hazlo y vuelves a tu casa con un dedo menos.
—Pues a ver quién pilota la nave y tú no vale como respuesta. —Llevó las manos detrás de sus orejas para rascarle mientras reía por su comentario.
A Rocket le habría gustado mantener la dignidad pero en cuanto sintió el cosquilleo se removió más tranquilo, incluso golpeó el suelo con una pata un par de veces.
| Con Jimbo; @saudadenlosdiasgrises​
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SPIDER-MAN: HOMECOMING 2017 | dir. Jon Watts
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“Peter, ¿qué estás haciendo? Si te pillan te meterás en un lío, se te caerá el pelo. Al señor Stark le dará un infarto y Doctor Strange te va a castigar lo que queda de vacaciones. Esto es una locura.”
A pesar de haberse repetido esas palabras una y otra vez desde que se paró frente a la fachada del edificio, el arácnido finalmente se adentró en el que fue el centro de trabajo de su padre. Un científico de alta reputación. 
¿Entonces por qué en todos los documentos que había buscado sobre él hablaban de un científico chiflado? Dos científicos locos para ser exactos. Nunca había tenido valor suficiente para preguntar a la tía May y ahora que ella no estaba solo le quedaba la opción de preguntar al único del dúo que quedaba con vida.
—¿Doctor Connors? Siento interrumpir, ¿tiene un momento?
—Chico, si vienes por las visitas guiadas, deberías volver con el grupo. 
—No, no vengo con nadie. Soy... soy el hijo de Richard Parker, señor. Solo quiero hacerle un par de preguntas sobre él. Eran amigos, ¿no? Eso es todo. 
El hombre, al oír el nombre de su viejo colega, se dignó a alzar la mirada hacia el chico con gesto de completo asombro, incuso se demoró unos segundos a analizarlo con la mirada. La última vez que vio a Peter no era más que un niño.
—Peter... Lo siento, pero me temo que no puedo ayudarte. No sé por qué se marcharon tus padres ni tampoco a dónde se dirigían antes de morir. 
Con gesto frustrado, Peter agachó la cabeza y suspiró, posando sin querer la mirada en el brazo amputado del científico. Supo que no había sido muy discreto cuando el Doctor Connors lo echó hacia atrás, de modo que quedó oculto. 
—He leído su libro... —musitó el chico, aun cabizbajo y claramente avergonzado—. Es impresionante. ¿De verdad cree que es posible la genética entre especies?
—Sí —respondió el hombre de momento, bastante impresionado. Empezaba a ver la figura de su amigo en Peter—. Pero durante años se mofaron de tu padre y de mí por nuestras teorías. No solo entre científicos, también en Horizon. Nos llamaron científicos locos. 
Tras esas últimas palabras, el joven súper héroe sintió un terrible peso sobre los hombros. Quizás los titulares de internet eran ciertos y su padre no había sido más que un chiflado. Quizás la picadura de araña no había sido más que una afortunada casualidad y él en realidad debería estar muerto. Sin embargo, un halo de esperanza se abrió én cuando el hombre continuó hablando: 
—Entonces tu padre crió esas arañas y todo cambió. Los resultados eran más que alentadores. Eran espectaculares, Peter. Íbamos a cambiar la vida de millones de personas. Incluida la mía, sí. Y de pronto todo se acabó. Él se fue. Y con él la investigación. Y yo supe que sin él, yo... Estaba furioso, así que me alejé de ti y de tu familia, y lo siento muchísimo. 
Se quedó en completo silencio, pensativo por unos segundos. ¿Entonces sí era cierto? El intercambio de ADN entre especies, ¿su padre era el causante de que él fuese Spider-Man? En aquel multiverso. Lo único que no lograba entender era por qué había huido con la investigación y había dejado a Connors en la estacada. 
—Supongamos... Supongamos que es cierto. ¿Qué efectos secundarios habría? ¿Hasta qué punto tomaría el mando la especie ajena?
—Es difícil saberlo, ningún sujeto sobrevivió. El problema era siempre...
—¿El algoritmo de desintegración? —se adelantó Peter.
—Sí, exactamente.
No se paró a pensar demasiado en aquel momento, simplemente un único pensamiento rondaba su cabeza: él había sobrevivido. Su padre descifró el algoritmo y lejos de ayudar a un amigo, lo abandonó a su suerte. Necesitaba cambiar eso en nombre de la familia Parker. ¿Y si él podía descifrar el algoritmo? El Doctor Connors podría tener dos brazos, cumplir su sueño.
Sin pedir permiso si quiera, cogió un lápiz y uno de los documentos del despacho, y comenzó a desarrollar una elaborada ecuación por unos segundos. 
—Extraordinario... ¿Cómo has llegado a esa conclusión? —Cuando giró el papel hacia él, Connors se inclinó sobre la mesa y la revisó con meticulosidad, sintiendo que el corazón se le detenía de pura excitación. Los cálculos eran prometedores.
Peter, simplemente, se limitó a darse un toque sobre la sien con el lápiz. 
—¿Qué te parecería venir a verme a los laboratorios durante los fines de semana? Podrías ayudarme con mi nueva investigación, el intercambio de ADN entre reptiles y humanos. Te pagaré, considéralo un trabajo.
—Sí señor. Ahí estaré. 
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spideype · 4 years
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Tras el mensaje de Jimbo, Rocket se dignó a abandonar las instalaciones del telepático para acudir hasta la nave de los guardianes, donde lo esperaba junto a Groot para la cena.
—He pedido pizza carbonara.
—No sé lo que es pero vale. ¿Y Groot?
Como si lo hubieran invocado el arbolito hizo acto de presencia, de lo más feliz al ver al mapache y sin demorarse mucho, corrió hacia él con los brazos alzados para que lo cogiera.
—¿Qué pasa enano? —Rocket se agachó para dejar que se subiera a su hombro, acomodándolo sobre este—. Ya veo que te lo montas bien por aquí.
Mientras hablaban, Jimbo posó las manos en su espalda y tiró de ellos para adentrarse en la nave.
—Groot quiere ver Pocahontas.
—¿Qué es eso de Pocahontas? Suena a una enfermedad.
—A mí no me mires, yo solo he visto Sherk con Vada —respondió el hombre a la vez que tomaba asiento y les pasaba un par de cartones de pizza—. Yo creo que en "Nisflas" no está, Groot. ¿La has buscado?
Rocket se dejó caer en uno de los asientos libres al mismo tiempo que hacía trozos más pequeños de pizza para pasárselos a Groot hasta que escuchó a Jimbo, sin poder evitar echarse a reír a carcajadas.
—Perdona, ¿no está dónde?
—Yo soy Groot.
—Es una amiga, Groot. La que me dio el "Nisflas". Se dice así, ¿no? —Jimbo frunció el ceño al ver a Rocket reírse.
—Yo soy Groot. Yo soy Groot.
Por unos minutos, la risa fue tal en el mapache que casi no pudo hablar, incluso un par de lágrimas gotearon de sus ojos castaños, teniendo que secarlas con las patitas en un vano intento de contenerse.
—No me puedo creer que hasta Groot lo diga mejor que tú. Es Netflix, cateto.
—Pues lo que yo decía... "Nisflas".
Al ver que no había manera de que lo pronunciase bien volvió a echarse a reír, aunque más calmado en aquella ocasión, cediendo un trozo de pizza a Groot para que siguiera comiendo, quien miraba a uno y luego al otro sin tener la menor idea de qué estaba pasando.
—No sé cómo no pierdes el atractivo con esa chica diciéndole algo así.
—La hago reír, listo. —Lo miró haciendo caras—. Y comemos helado de fresa y gusanitos.
—¡Yo soy Groot!
—A ti te doy Lacasitos y los justos, que eres muy pequeño. ¿Verdad Rocket?
—Verdad. No puedes comer tantos Lacasitos, luego te pones enfermo.
Al ver que ambos estaban de acuerdo y que poco podía hacer para ganar aquella batalla, Groot los miró con gesto enfadado e incluso cruzó los bracitos para dejar constancia de su indignación.
—Y vomitaste. Que el otro día vomitaste —recalcó Jimbo.
—¿Le hiciste vomitar? —preguntó alarmado el animal al oírle.
—Vomitó él solo. Díselo Groot.
—Yo soy Groot.
—¿Se puede saber en qué andabas pensando, Jimbo?
—¿Qué hemos hablado sobre las mentiras Groot?
Tras la pregunta, el árbol lo meditó por unos segundos, hasta que finalmente alzó la mirada y encogió los hombros con cara de auténtica incertidumbre.
—¿Yo soy Groot?
—Que está mal mentir —aclaró Jimbo—. Como vuelvas a mentir te quedas sin Lacasitos una semana entera.
—Vamos a racionalizarlos a partir de ahora y el resto me los llevo yo para que no los cojas a escondidas.
—No, que te los comes tú y ya es lo que me faltaba —se adelantó Jimbo.
—Si a mí ni siquiera me gustan, tío —replicó Rocket mientras ponía cara de circunstancias.     
—Yo soy Groot.
—Los guardo yo y punto —insistió el hombre—. Ni tú ni tú tampoco os los vais a comer.
—Claro, te los vas a comer tú todos en un descuido —murmuró Rocket de mala gana.
—Deja de llamarme gordo, ¿quieres?
—Solo digo lo que veo.
Al ver que todos sus intentos por llamarles la atención y conseguir lo que quería no estaban dando fruto alguno, Groot no se lo pensó dos veces antes de echarse a llorar todo lo alto que pudo, buscando así que ambos dejaran de discutir y volvieran a hacerle caso.
—Me voy a la cama.
Ante la respuesta de Jimbo, Rocket suspiró con aire exhausto y rodó los ojos.
—Pues nada... Vámonos Groot, se ha enfadado.
—Groot se queda aquí.
—¿Quieres dejar tu vena posesiva a un lado? —inquirió el animal, mirándolo con reproche—. No es una propiedad, ¿vale?
—Es muy tarde y él es un niño. 
—Genial, pediré cite previa para poder estar con él.
—Pídela en horario de niños y no de adultos. O te vienes aquí con nosotros y no tienes que pedirla.
Ignorando sus palabras y pretendiendo hacerse el duro aunque estuviese desando volver a vivir todos juntos en familia, Rocket comenzó a caminar hacia la salida de la nave, no sin antes coger un par de trozos para el camino.
—Adiós madre posesiva —respondió—. Groot, no te portes bien.
—Yo soy Groot.
—Eso, vete. Déjanos aquí desamparados.
El animal parlante se giró hacia Jimbo y Groot tras esas últimas palabras, sintiendo un escalofrío sacudir su pelaje y sin poder contener una expresión de completo desagrado mientras alzaba las patas en señal de reproche.
—¿Quieres dejar de sonar como si estuviésemos casados?    
| Baby Groot + Jimbo + Rocket ; @saudadenlosdiasgrises​ |
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Después de cerciorarse de que estaban todos los asistentes en la sala de reuniones, Piper y Tony entraron bastante más serios de lo común.
— Os he citado en esta reunión de urgencia porque tenemos asuntos muy importantes de los que tratar y que tenéis que ser conscientes todos. — Tony.
Después de hacerle una seña, una réplica exacta de Piper entró en la sala con una pequeña sonrisa en los labios, situándose al lado de ellos.
— Tenemos una visitante de otro multiverso que se va a quedar aquí con nosotros. Como veis, es mi yo de la tierra 212, tierra que ha sido completamente destruida por un arma letal a manos de una persona. Algunos ya le conocéis, pero tenemos con nosotros también a Stephen Strange, el custodio de los multiversos. — Piper le señaló en la reunión. — Si tenéis preguntas muy concretas y que se puedan responder, es vuestro hombre. Pero primero vamos por partes. El arma que ha sido usada allí es muy peligrosa, y probablemente haya una réplica aquí. Que aquí no haya ocurrido aún el apocalipsis nos ayuda a pensar que no ha caído en manos de la persona equivocada, pero aún así tenemos que evitar que lo haga. El sujeto en cuestión se llama Jake Williams. Supuestamente. Trabajó en Industrias Stark hace años y todo lo que tenemos hoy en día son datos de una identidad falsa y archivos borrados. Pero estamos trabajando en ello. Simplemente es una reunión informativa de lo que ha ocurrido y de una posible amenaza. Conforme se vaya ampliando la información, os la haremos llegar. ¿Alguien quiere añadir algo? — Piper.
— Yo. Me alegra saber que estáis todos vivos, queridos. — Audrey.
— Tenemos que estar atentos y coordinados en el caso de que el arma caiga en malas manos. — Tony. 
— ¿En resumidas cuentas esto quiere decir que nos podemos ver dentro de un apocalipsis en cualquier momento? ¿Y cómo funciona el multiverso exactamente? ¿Existe un nosotros en cada mundo o es una especie de lotería alternativa? – Clint.
— Es bastante complejo, existe una cantidad infinita de multiversos, es imposible, a día de hoy, registrarlos todos, aparecen y desaparecen a cada segundo que pasa. Respondiendo a tu pregunta, existen versiones de nuestro multiverso. Nosotros pertenecemos a Tierra 616. Hay más versiones de nosotros mismos en cada uno de ellos. Algunos casi idénticos, otros con variaciones significativas. Pero también existen multiversos que no guardan ningún tipo de relación con el nuestro, donde habitan entidades que los seres humanos ni siquiera pueden albergar en su imaginación ahora mismo. — Strange.
— Y en cuanto a lo del Apocalipsis… Yo diría que sí. No sabemos si se cuenta con ese arma o no en esta tierra pero es mejor prevenir y estar preparados. ¿Alguien tiene más preguntas? — Tony.
— ¿Qué arma es? — Thor.
— Se conoce como el corazón del universo. Tiene la capacidad de destruir absolutamente todo a su paso. Y si no os parece suficiente con eso, tiene el añadido de que su efecto es irreversible. Una vez se utiliza, nada puede reparar el daño. — Strange.
— ¿Y que repercusión tendría un ‘otro nosotros’ en el mismo tiempo? Con ellas, por ejemplo, con Piper y la otra Piper… — Clint.
— Ninguna. Salvo casos excepcionales y muchos más complejos que el de habitar conjuntamente con otra versión de ti mismo. — Strange.
— Vale, yo tengo una pregunta… ¿Se sabe algo de ese tal Jake Williams? Algún indicio de donde pueda estar. — Peter.
— Por ahora nada, Steve y yo hemos estado trabajando estos dias atrás día y noche para intentar recopilar algo de información pero… El tío es bueno. No ha dejado rastro más allá del nombre y estamos intentando averiguar a quién le ha robado la identidad si es que lo ha hecho, bueno, en definitivas cuentas, estamos buscando algo de lo que empezar a tirar para poder encontrarle. Hace años… Bueno, robó información y tuvo acceso durante mucho tiempo a nuestros servidores y documentos almacenados. — Piper.
— Os aseguro que Piper y yo estamos haciendo todo lo posible por crear un patrón que nos lleve hasta él. — Steve.
— ¿Algo que nosotros podemos hacer? — Clint.
— Esperad, esperad, esperad… Si ese arma lo destruye TODO, o sea todo todo todo… ¿Cómo es que Piper…? ¿Te llamas Piper? Bueno… ¿Cómo es que tú estás aquí? Y no te ofendas. O sea, me alegro eh. Me alegro. Me alegro de que estés aquí. Y de que estés viva eh. Me alegro mucho. Y me estoy empezando a repetir, estoy un poco nervioso. Que alguien me de una silla o un vaso de agua. — Scott.
— Scott, respira. — Clint.
— Por ahora esperar a ver si con los medios que tenemos encontramos el arma o al hombre en cuestión. Os iremos informando si podéis ir haciendo algo, pero por ahora mismo no. — Tony.
Me llamo Piper, pero tendré que cambiarme el nombre porque la otra Piper no me deja quedármelo. Y estoy aquí porque conseguí construir un portal por el que llegué a este mundo. Era la última superviviente allí, además de Jake. — Audrey.
— Scott, respira o el vaso de agua te caerá por la cabeza. — Thor.
— He estado investigando estos días, los hechiceros contamos con cierta información. Me consta que existen varios multiversos extintos. No puedo decir con certeza que haya sido a través del arma que hemos mencionado, pero en los Sanctums hemos llegado a la conclusión de que merece la pena ir hasta ellos e investigar qué ha sucedido. Yo mismo partiré en los próximos días en busca de respuestas. En cuanto vuelva os informaré de la situación, quizás entre todos podamos crear un patrón de rastreo. Mientras tanto, he dado la orden en los Santuarios de que se transcriban a nuestro idioma los textos sobre el corazón del universo para que tengáis acceso a ellos. — Strange.
— Voy a hacer la siguiente pregunta con cierta certeza de no poder ser respondida como quiero, ¿Cuántas posibilidades hay de salir bien parados de esto? — Clint.
— VAMOS A MORIR TODOS. — Scott.
— Me esperaba esa respuesta pero igual ligeramente adornada. — Clint.
— Eso no va a suceder. Somos el mejor equipo de La Tierra, Tony nos unió para este tipo de casos extremos. Estamos preparados para afrontar la amenaza, solo nos va a llevar más tiempo y dedicación que de costumbre. Y, por supuesto, estar más unidos que nunca. Esta no es la primera adversidad a la que nos enfrentamos, tampoco será la última. Ya hemos pensado antes que no habría un mañana, y aquí seguimos viviendo uno nuevo cada día. No será el final. La gente de este multiverso cuenta con nosotros, no dejaremos que nadie nos arrebate esa confianza que con tanto esfuerzo nos hemos ganado desde que esta familia se unió. — Steve.
— Espero que no haya una Melianne 2.0 porque sería vuestro final. Aunque yo la mataría por copiarme. Mientras se transcriben los textos y le seguís la pista voy a intentar encontrar información sobre ese arma. Puede que su efecto sea irreversible pero puede ser frenable.— Melianne.
— Vamos a tranquilizarnos todos un poquito, por favor. Nos vamos informando de las cosas que vayamos recopilando y poniendo en común. No va a morir nadie. Steve tiene razón y la gente confía en nosotros para que evitemos que la vida aquí pueda llegar a su fin. — Tony.
— Gracias, Lia. Es exactamente como me siento. — Piper.
— Yo voy a preguntar por Asgard y otros mundos si alguien tiene información sobre ella y os comentaré. — Thor.
— Yo estoy con la chica todopoderosa, se puede frenar. Al menos intentarlo. Yo estoy tomando muchas notas por si sirve de algo. — Peter.
— Scott a ti te dejamos la parte de tomarte una tila. Es broma.No, no lo es. — Melianne.
— Primero tila y después tela. — Thor.
— Yo cuando me dejen de temblar las piernas intentaré hablar con Hank Pym. El mundo cuántico sirve de conector con otros multiversos, quizás descubramos algo… — Scott.
— ¿Sabemos algo más sobre el arma? — Melianne.
— Por ahora eso es todo lo que tenemos. — Piper.
— Como alguien mate o toque a Scott está muerto pero de otra forma. — Audrey.
— Fotocopia de Piper, acabas de llegar. No des órdenes que tengo la trituradora oxidada. — Melianne.
— Mira bonita, en mi multiverso tú eras la primera que moría. Así que menos hablar. — Audrey.
— Ya está bien. Nada de discusiones. Estamos en situación de emergencia. — Strange.
— ¿Hemos acabado? Estaré pendiente de cualquier cosa que pueda ser de ayuda. — Clint.
— Sí, a no ser que alguien tenga más preguntas… Eso es todo. Por favor, quien vaya descubriendo algo sobre el arma, el hombre o cualquier cosa relevante, que la haga saber a los demás. — Tony.
— Gracias por venir. — Piper.
| @brookskala @eternalcaptain @lavroftheory @benjenodinson  @spideype |
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Subió por las escaleras del bloque dando saltos. La noche con Gwen había ido de maravilla y no podía esperar por contarle todo a la tía May. Sin embargo, a medida que se acercaba a la puerta del apartamento, el cosquilleo en su nuca se hacía más intenso. Como nunca antes en su vida. Hasta que, con el corazón acelerado, Peter echó a correr para llegar cuanto antes.
No sabía qué se iba a encontrar, pero el corazón le latía a mil por hora y se le había erizado la piel por completo.
—Tía May… ¡Tía May! ¿Estás bien?
Al abrir la puerta, lo primero que percibió fue la oscuridad y el silencio absoluto que reinaban en el piso. Extraño de por sí. La tía May nunca se iba a la cama hasta que él no volvía a casa.
—¿Tía May? ¿Dónde estás? Si es una broma, no es divertido.
Agudizó sus sentidos y no percibió nada. Ni una respiración, ni un latido. Hasta que sus pies chocaron contra algo inerte en el suelo.
—May… ¿May…? ¡May! ¡No! ¡No! ¡Tía May! ¡Tía May!
Sus rodillas se clavaron pesadas como el plomo en el suelo, moviendo el chico el cuerpo con cuidado hasta darle la vuelta. Al ver el rostro de su querida tía, emanó un grito de horror sin poder contenerse.
—Hey… Hey… ¿Qué te pasa? Estás bien, estás bien. ¿Qué pasa…? Soy yo. Soy yo, soy Peter. Tía May. Vamos, soy yo. Soy tu Peter. Venga. Tienes… Abre los ojos, ¿vale?
Se quedó paralizado cuando comprobó que el cuello de su tía presentaba una deformidad.
—¡Que alguien me ayude! ¡Llamad a una ambulancia! ¡Por favor! Que alguien… Tía May, no. No ha pasado nada. No ha pasado nada. Estás bien, ¿a que sí? Estás bien. Estoy justo aquí. Justo aquí. Venga, solo somos tú y yo. Así que despierta. ¿May…?
La dura realidad lo golpeó de pronto. Daba igual cuántas veces la llamase o suplicase. No importaba con tantas fuerzas desease verla abrir los ojos. Nunca lo haría.
—May… May, lo siento tía May. Lo siento mucho.
Mientras se deshacía en lágrimas, el chico la sostuvo con fuerza entre sus brazos y la apretó contra él. Sentía que su mundo se deshacía, por dentro y por fuera. Que todo se había perdido. La tía May, durante todo ese tiempo, había sido mucho más que una tía. Había sido su salvadora. Su lugar seguro. Su mundo entero. Su madre.
Y ahora la había perdido para siempre.
—Solos tú y yo, tía May. Solos tú y yo. Lo siento… Te quiero muchísimo.
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