syntheticbite

[syntheticbite]

Mi alma no encajaba en mi cuerpo, o no quería entrar. Mi alma sabía lo que quería y lo que no.

Esa alma afirma no estar en el cuerpo correcto porque por más que lo intenta no logra entender el porqué.

En el espejo se ve un niño, este luce muy confundido porque, él no se siente como él mismo, y ahí, el espejo empieza a deformarse y muestra una hermosa chica sonriendo y divirtiéndose, o, una niña.

De pronto, ese sueño se hizo realidad y ella pudo estar feliz y libre, siendo ella misma y dándole importancia solo a los buenos comentarios.

Y ella lo relaciono todo desde la perspectiva de una pequeña oruga y, futura mariposa.

[syntheticbite]

Voy a empezar a martillar mis palabras, para que ahora sí puedan clavarse en tu corazón.

Nunca vas a olvidar el adiós que dijiste y yo nunca olvidaré la venganza que te proporcione.

Y espero nunca arrepentirme de lo que hice, tarde o temprano aceptaré que me perdiste.

Y que el amor que te di un día no te pareció suficiente para llenar tus expectativas.

[syntheticbite]

“Todas las cosas tienen su ritmo pero nosotras estábamos aceleradas, cuando me conociste yo tenía taquicardia, y cuando te conocí, tú ya te sentías absolutamente sola”.

- Little Jesús (Cabras).

[syntheticbite]

Sabían mi dolor y aún así me lastimaban.

Lastimaban a un niño confundido.

Me sentía como un gato en un laberinto.

Me abrían el pecho y me arrancaban el corazón.

Me echaban sal en el cuerpo y me comían descaradamente.

[syntheticbite]

Algo que yo hago que odio es envidiar a las personas que amaba y ya no forman parte de mi vida. También odio mi resentimiento, porque siempre estuve del lado de esas personas pase lo que pase, porque me hicieron creer que eran mi casa y que podía sentirme seguro ahí, porque les confié todos mis secretos y esa casa me los confió a mí. Pero un día salí y la puerta se cerró sola, no había lugar para mí. Odio a esa casa y la extraño, es un sentimiento que no puedo entender. Odio que esa casa tuviera el piso limpio o los muebles más lindos, y que cambió lo que esa casa decía ser, porque ahora es de otro color y tiene un piso más.

Odio sentirme así, pero nunca fui malo con esa casa. Le planeaba comprar pintura cuando estaba saliendo aquella vez, y por ahí unas manijas buenas, pero me cerró la puerta. Y terminé con la pintura en mis manos y las manijas clavándome el corazón. Y vi como las hormigas me comían descaradamente poco a poco y no podía hacer nada.