Tumgik
#⚜→ dialogues: park jae-hyuk
trcpidatixn · 3 years
Text
Tumblr media
Sería iluso de su parte considerar que se encuentran en un terreno neutro, no cuando él se ha encargado de convertir cada escenario en un campo de batalla, así que no tiene más opción que bajar la mirada cuando se encuentra de frente con Martím. Le ha echado de menos, mucho más de lo que sería capaz de admitir, pero no es la mitad de valiente de lo que se considero una vez como para fingir normalidad frente a él. No cuando sabe que le ha hecho daño. Aclaró su garganta, un intento pobre de llamar su atención, antes de hacerse de todo el valor que cabe en su comodina personalidad para poder mirarle a los ojos. “Martím”; musitó, como si no hubiera pronunciado aquel nombre cientos de veces en contextos mucho más íntimos. Sin embargo, se ha enterado que ahora es parte del pasado de brujo y no debería sentirse tan ofendido, pero no esta seguro si se trata de ego herido o es la constante negación de sus sentimientos lo que se alberga en su pecho como una sensación hostil.  “No debería sorprenderme tanto verte aquí, ¿no es cierto? “.  | @givcrny​
0 notes
trcpidatixn · 4 years
Text
@etlabsinthe​​
Tumblr media
“El mismo. Lo único que te falta es el color y creo que ya cubrimos lo demás,” bromea, entrecerrando los ojos ligeramente para imaginar, ridículamente, cómo se vería el contrario con uno de esos ya famosos disfraces del personaje de Dr. Seuss. Era ridículo lo bien que se sentía con Jae, lo mucho que su simple compañía parecía hacerlo sentir tan bien consigo mismo, hacerlo sentir como pocas personas podían. Se toma un momento para observarlo y, sin poder evitarlo, dejar que sus labios se curven en una sonrisa que apenas y se da cuenta que está formando, la calidez inequívoca extendiéndose por su pecho, ante atenciones que no sabe cómo tomar. Porque sí, el mayor está allí, con él, a pesar de su renuencia a las relaciones interpersonales, lo ve ceder, y por un instante, se enciende dentro de él una pequeña luz de algo que hace mucho no sentía: esperanza. Debía significar algo, ¿no era así? Sabe que el tutor ha hecho muchas excepciones por él, que las está haciendo ahí mismo, y no puede evitar preguntarse si, tal vez, algo en su relación está cambiando. Allí, a su lado, sólo puede desearlo, e intentar no poner sus esperanzas demasiado altas (algo imposible para quien siempre veía el vaso medio lleno). “Es una película que debiste ver en tu niñez, no entiendo cómo se te pudo haber pasado…” acusa antes de negar con la cabeza, fingiendo una indignación que realmente no sentía. Estira el brazo para darle un sorbo a la taza de vino caliente antes de levantar la mirada hacia el contrario. “¿No vas a beber un poco?” inquiere, buscando asegurarse que Jae se encontrara cómodo en absolutamente todos los sentidos. “Eso servirá… Veremos Home Alone, claro… No es una película de intelectuales, pero –creo que podrías no-odiarla,” o, al menos, era lo que había considerado, de todas sus decisiones, era mucho mejor que Love Actually o The Holiday que, estaba seguro, el tutor terminaría por detestar. Está dispuesto a dar play al control remoto cuando su celular comienza a sonar en el bolsillo de su pantalón. Se incorpora para sacarlo y ver que se trata de su madre. “Lo siento, es mi madre, debería responder…” dedica sonrisa apologética al mayor, antes de presionar el botón verde en la pantalla y comenzar en idioma que su progenitora y él comparten: “Estou? –Sim… Ah, sí, está bien… Veremos una película… Con Jae. Lo convencí de ver Home Alone y… ¿Segura? Bien, hablamos mañana entonces, eu te amo…” termina después de haber cambiado al idioma de su residencia, por petición de su madre, que estaba consciente de su compañía y, hasta cierto punto, de importancia que tenía el surcoreano para él en su vida. Como si nada, deja su teléfono sobre la mesa frente a ellos, y vuelve a su posición anterior, levantando su mirada para buscar la contraria. Ni siquiera era consciente de lo malo que podría ser tomado el hecho de haber mencionado el nombre contrario, pecando una vez más de iluso. “Perdón… ¿Podemos reanudar donde nos quedamos?” sugiere, haciendo ilusión a ligeras caricias sobre su cabello.
Tumblr media
“Creo que estás exagerando, el Grinch era menos extraño porque, al menos, tenía a ese perro que sale en la portada”; ofreció a manera de broma, colocando los ojos en blanco de inmediato. El silencio que emanaba el apartamento de Martim le hacía sentir una nostalgia que no podía explicar, ni siquiera estaba seguro de cual era la razón, pero le hacía añorar una realidad de la que no podía ser parte. Sabía que podía poner un alto en cualquier momento, dejar de jugar al tonto y cortar de raíz alguno de los dos disyuntivas que lo ponían en apuros. Por un lado, estaba Martim y todas las promesas que no podía hacerle; aunque, del otro, también estaba la libertad que había añorado toda su vida. Martim valía renunciar a todo, lo sabía, pero no estaba seguro si se atrevía a ello. Eran dos realidades que no podía cruzarse, ni aunque tuviera la suficiente suerte para que todo le saliese bien, sino porque se sentiría terriblemente de ser él quien hiciera suficiente mella en personalidad de su interlocutor. No quería herir a Martim, pero todavía sentía que su papel en esa interacción era el de ser la figura cuestionable que podía destrozar el corazón ajeno. ¿Sería capaz de dar un paso en falso en su dirección? No estaba seguro, la sola idea le daba ganas de echar a correr al baño para poder humedecer su nuca en orden de poner sus pensamientos de nuevo en su vía usual. Sin embargo, tan pronto como esas ideas aparecieron en su cabeza, la voz masculina lo regreso a la realidad. “La navidad no era muy importante en mi familia, creo que comencé a interactuar verdaderamente con ella cuando llegue a Estados Unidos”; ofreció con un breve encogimiento de hombros. Tampoco hay mucho secreto detrás, había llegado a occidente con la suficiente edad como para perder el interés por cualquier parte de la cultura popular generalmente achacada a la infancia. Asintió, mirándole. “Por supuesto”; sentenció, justo antes de llevar la taza a sus labios y probar el vino caliente. Debía admitir que no lo entendía, no lo suficiente, pero no hizo ninguna puntualización cuando el sabor fue lo suficientemente bueno como para plantearse recrearla en casa. “Si podría no odiarla creo que es suficiente, puede ser un experimento interesante”; bromeó. Tampoco esperaba una obra cumbre del cine, por supuesto, pero quizá eran esos pequeños sacrificios los que le hacían plantearse la posibilidad de escoger el camino que incluía a Martim. No sería tan malo. No si lo pensaba fríamente, el apenas menor le agradaba lo suficiente como para estarse planteando aquella posibilidad. “Adelante”; sentenció, ademan acompañando sus palabras. Se irguió al escuchar aquella conversación, sobre todo al escuchar su nombre con una naturalidad que no esperaba. Se preguntó, de inmediato, si era un tema común entre las charlas de su acompañante con su progenitora y un escalofrió recorrió por completo su espina dorsal. Sabía que no tenía poder sobre lo que él compartía con el resto; sin embargo, la simple idea logró elevar las exigencias que llevaba a cuestas en aquel intercambio. No podía llamarlo una relación, no ahora, porque cualquier planteamiento previó se había esfumado rápidamente ante aquella interacción. Intentó mantenerse estoico, después de todo había conversaciones que prefería evitar, pero no estaba seguro de que tan sencillo sería aquello por el resto de la velada. Dedicó una breve sonrisa, nada más que un gesto nimio, antes de girarse en dirección a la pantalla. “Claro, podemos reanudar en donde nos quedamos”; sentenció. No obstante, estaba seguro que esos serían los noventa minutos más largos de su vida.
0 notes