#( dynamic ♡ sakmin & doyoon)

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˚₊‧꒰ა ☆ ໒꒱ ‧₊˚° ┄───────────────────────╮

𝐷𝑜𝑛'𝑡 𝑏𝑒 𝑎𝑓𝑟𝑎𝑖𝑑, 𝑡ℎ𝑖𝑠 𝑡𝑜𝑜 𝑠ℎ𝑎𝑙𝑙 𝑓𝑎𝑑𝑒, 𝑖𝑡'𝑠 𝑔𝑜𝑛𝑛𝑎 𝑏𝑒 𝑜𝑘𝑎𝑦. 𝐼'𝑙𝑙 𝑠𝑡𝑎𝑦 ℎ𝑒𝑟𝑒 𝑎𝑠 𝑙𝑜𝑛𝑔 𝑎𝑠 𝑦𝑜𝑢 𝑛𝑒𝑒𝑑, 𝑖𝑓 𝑖𝑡'𝑠 𝑠𝑢𝑛𝑟𝑖𝑠𝑒 𝐼 𝑎𝑖𝑛'𝑡 𝑔𝑜𝑖𝑛𝑔 𝑡𝑜 𝑠𝑙𝑒𝑒𝑝. 𝐿𝑒𝑡 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑚𝑖𝑛𝑑 𝑎𝑛𝑑 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑠𝑜𝑢𝑙 𝑏𝑒 𝑓𝑖𝑙𝑙𝑒𝑑 𝑤𝑖𝑡ℎ 𝑝𝑒𝑎𝑐𝑒.

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Sabe que lo es, lleva semanas fantaseando sobre poner sus manos en el divino cuerpo ajeno, haciendo volar su imaginación con intensidad al usar lencería específicamente para él. “No puedo permitir que otros te mirasen más de la cuenta...” afirma, en cada presentación se encontraba con hombres platicando o coqueteando sutilmente con el mayor, provocando que Doyoon dejase cualquier charla o actividad de lado, corriendo a rodearlo por la cintura, besar su mejilla y preguntar si puede acompañarlo unos instantes. No es violento o algo parecido pero su mirada siempre cambiaba a una más fría y dedicada a las personas que intentaban conseguir una parte de su esposo. El joven jadea al nuevo contacto sobre su piel, la cámara regresa sobre las sábanas y con la mano libre, sujeta al otro de la misma forma que lo hacía en los eventos, con la clara diferencia que ahora el agarre es más fuerte, firme, evitando que escape. “No sabía cómo pedirlo, soy demasiado tímido y tú— tú eres perfecta, noona.” Sabe que sus amigos le llaman de esa forma y Doyoon quería intentarlo, mas no encontraba el momento adecuado o se saboteaba a sí mismo, pensando que necesitaba más confianza o podía ofenderlo. Ahora y en esa acalorada habitación, con ambas respiraciones tan cerca, aquella palabra adquiría una tonalidad seductora. “Quiero hacerte mío, Sakmin, aquí, ahora… déjame demostrar que puedo ser un buen esposo incluso en la cama.” Ya no hay arrepentimientos ni vuelta atrás, por lo tanto, Doyoon va directo a los labios ajenos, besándolos con desesperación, con hambre, haciéndole saber de alguna forma que lo ha deseado por mucho tiempo, tal vez más del que Sakmin pueda imaginar. Las extremidades se deslizan por los costados, memorizando las curvas y caderas perfectas, atreviéndose un poco al llevarlas hacia la parte trasera, apretando sutilmente sus glúteos sin romper la unión de ambas bocas. Ahoga un gruñido en el beso ante lo suaves que son, presionando con más fuera. “¿Por favor, noona?”

Sakmin  no  puede  negar  como  su  cuerpo  estalla  en  llamaradas  cuando  percibe  el  color  oscurecerse  en  los  ojos  del  otro,  en  como  el  brillo  toma  otra  tonalidad  diferente  y  más  que  nada,  el  cambio  de  posición  por  parte  de  su  fotógrafo  le  hacen  imaginar  mil  y  una  cosas  que  podrían  suceder  en  cuestión  de  segundos.  Obedece  porque  podía  hacerlo,  especialmente  cuando  le  hablaban  de  forma  tan  directa  y  lo  que  se  pedía  era  obvio,  sonriendo  bonito  y  hasta  inocente  al  tenerlo  tan  cerca,  percibiendo  su  aroma  y  el  calor  de  su  cuerpo.  Sakmin  mantiene  el  ahora  contacto  visual,  estirando  el  cuello  para  poderle  dar  el  ángulo  que  buscaba,  uno  pervertido  y  que  seguramente  no  sería  para  ningún  tipo  de  revista.  -  —Pervertido  —  -no  puede  evitar  decírselo,  pero  no  deja  de  acomodarse  como  gusta,  moviendo  la  cabeza  y  cerrando  los  parpados  para  algunas  tomas,  sintiéndose  hervir  por  cada  fibra  de  su  cuerpo.  -  —¿Controlarte  de  qué,  Doyoon?  —  -saca  la  lengua  para  sentir  el  digito  del  otro  contra  ella,  lamiendo  el  mismo  y  cerrando  su  boca  en  torno  al  mismo  antes  de  soltarlo  como  si  fuese  una  paleta  de  caramelo.  Sakmin  se  incorpora  ligeramente,  sus  manos  tomando  las  caderas  del  otro  para  erguirse  y  quedar  completamente  de  rodillas  frente  a  él,  la  diferencia  de  alturas  en  esa  posición  notable  entre  los  dos,  pero  su  boca  muy  cerca  de  la  contraria.  -  —Diría  que  no  eres  bueno  mintiendo,  cada  vez  tus  manos  se  tensaban  más  y  eras  increíblemente  cariñoso  frente  y  fuera  de  las  cámaras  —  -levanta  sus  falanges  para  desabotonar  los  primeros  tres  botones  de  su  camisa,  acercándose  para  besar  las  clavículas,  subiendo  por  su  cuello  hasta  llegar  a  la  suavidad  de  sus  orejas,  marcándolo  con  el  labial.  -  —Diría  que  has  sido  lento  y  te  has  tardado  demasiado  en  pedirme  ser  tuyo.  Eres  mi  esposo  Doyoon,  noona  necesita  y  añora  que  consumas  nuestro  matrimonio  como  es  debido,  ¿puedes  hacer  eso,  cachorro?

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Doyoon sabe que está mal fijarse en un omega con mate, ha recibido regaños de los ancianos y advertencias de otro lobo que marcó a Sakmin primero, amenazas que no saldría ileso si continuaba persiguiéndolo sin control, pero no podía evitarlo. Estaba completamente impregnado en él, aprovechando cada segundo que podía para compartir un par de palabras. "Ah... aquí estás." dice lo obvio, mordiéndose el labio inferior y sacando de su espalda la margarita que consiguió minutos atrás, extendiéndola al mayor. "Es para ti..."

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La familia, el núcleo más importante de la sociedad, un grupo de personas por quienes debes estar dispuesto a todo, incluso eso significa perder tus sueños, felicidad o propia vida. Es lo que ha escuchado de pequeño, criado en un lugar acomodado y con lujos que no todos podías permitirse. Educado en los mejores colegio, vestido con las mejores prendas, asistiendo a fiestas que nunca le gustaron y aún así, debía mantener una sonrisa en sus labios pues en sus manos estaba el futuro de una compañía que su abuelo construyó con esfuerzo e inteligencia. Sus ojos, por desgracia, siempre miraban hacia otro lado, lugares bellos que capturaba en fotografías, un hobbie que se volvió en algo más cuando decidió estudiar el dominio de técnica para plasmar cada momento por toda la eternidad. Pero seguía teniendo responsabilidades como heredero, una de ellas era un matrimonio arreglado que beneficiaría a ambas partes, conviviendo en pareja desde el primer día. Doyoon no es la persona más parlanchina, prefiriendo su espacio y estar a solas, no obstante hay algo que le atraía del mayor, especialmente cuando lo encontraba tan concentrado en una nueva prenda con una idea apareciendo en su mente. "Me gustaría que modeles para mi, Sakmin."

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No está asustando a Doyoon, simplemente está molesto porque ese asqueroso anda cerca.

No puede opinar mucho, porque él mismo ignoró cualquier límite impuesto, pero sí siente que ese alfa no es nadie amigable(??)

Modula  tu  tono  conmigo,  alfa,  y  no  hay  ningún  problema…  solo  está  asustando  al  bebé  aka  Doyoon

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La risa del otro se contagia cuando parece estar de acuerdo que Yejun y sus acciones no son tan minuciosas como aquel lobo piensa. “¡Ese ese! Yo le dije que estaba loco si planeaba hacerlo solo, pero no quiso esperar a que termine mi cacería e ir juntos. Doyoon-hyung no parece ser agresivo, interesante…” murmura lo último más para sí mismo y lo tendrá presente en el caso hipotético que deba emplear su fuerza, pues entre los dos amigos, Minsu es más fuerte físicamente. Gruñe ligeramente al regaño, odia recolectar frutas o cosas similares, prefería enterrar sus colmillos en presas grandes, desangrarlas por minutos y regresar triunfante a la manada, recibiendo halagos por sus habilidades. Quizás podría sorprender al otro con un obsequio de ese estilo. “Muy bien, iré con la condición que me des una en la boca.” Su coqueteo no tiene límites ni mucho menos cuándo detenerse, ignorando por completo las marcas que el mayor tiene sobre su piel, indicando que ya ha sido tomado por dos lobos. “¿Has hablado con ellos? No me gusta ser presumido pero soy bastante popular en mi grupo.” Desde que se presentó como alfa ha recibido confesiones de hombres y mujeres, quienes ansiaban una mordida suya en el cuello y pertenecerles hasta que la tierra reclamase sus almas. Minsu se conoce mejor que nadie, sabe que es incapaz de llevar relaciones series por su afán de fijarse en cualquier lobo que llega de visita. “Ahora mismo solo quiero salir contigo, hyung.”

No  puede  no  reírse  cuando  escucha  al  otro  haciendo  un  ligero  berrinche  de  como  parecía  desear  saltarle  encima  y  asustarlo  como  un  cachorro,  aunque  Sakmin  podía  oler  que  tenía  claras  intensiones  mucho  más  oscuras  que  las  acciones  de  un  lobo  inocente.  Tal  vez  sí  que  quería  saltarle  encima.  -  —Ese  amigo  tuyo  tiene  un  carácter  bastante  peculiar,  sin  mencionar  que  tiene  una  valentía  un  poco  trastornada  si  creía  que  podía  derribar  a  mi  hermoso  Doyoon  —  -era  gentil  y  suave,  como  un  osito,  pero  sabía  mejor  que  nadie  de  la  increíble  fuerza  que  tenía  y  de  lo  violento  que  podía  volverse  si  sentía  a  Sakmin  en  peligro  y  ya  había  dicho  más  de  una  vez,  que  no  confiaba  en  ninguno  de  esos  dos  sujetos.  -  —Nope,  como  un  trabajo  que  claramente  no  estás  haciendo  y  tu  alfa  requiere  que  hagas  —  -aun  no  sabe  que  pensar  de  esa  manada,  los  dos  sujetos  que  más  cercas  tenía  eran  raros  y�� por  demás  de  intensos,  el  alfa  los  recibió  y  les  dio  asilo  durante  el  tiempo  que  quisieran  quedarse  el  delta  y  sus  mates,  pero  no  sabía  si  debía  esperar  algo  parecido  en  personalidad  de  ese  sujeto.  Tenía  tiempo  de  entablar  conversaciones,  pero  por  ahora,  debían  seguir  con  esa  labor.  -  —Estoy  seguro  de  que  hay  muchos  omegas  por  ahí  que  querrían  salir  en  una  cita  contigo,  Minsu-ah.

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Sí ha cambiado, solo que Sakmin fue mucho más rápido y no alcanzó a reaccionar a un fuerte agarre.

No  ha  cambiado  en  nada  entonces,  sigue  siendo  el  mismo  príncipe  despistado  y  que  necesita  ser  cuidado~

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Osito de peluche no está para nada contento que otro alfa esté siguiéndolo como animal en celo. Decidido, lo va a matar.

¿Su  osito  de  peluche  enfadado  por  otro  alfa  alrededor?  ¿Celoso  y  tan  irritable?  Como  le  gusta  su  hombre(?)

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El lobo de dedica a terminar una pulsera de huesos a juego con una que ya descansa alrededor de su muñeca, agotado de interactuar con otros y sobre todo, de intercambiar miradas con un chico que parecía gentil y bueno, pero que conoce los deseos que tiene sobre su pareja, así que entre menos tiempo pasara fuera del pequeño hogar mejor para todo. “Una cosa es que luzca molesto, otra es que realmente esté molesto.” Recalca a penas le escucha hablar, manteniendo la vista fija en el pequeño obsequio para su mate hasta que este decidió acortar la distancia y ser el centro de atención. Taeyong envuelve la pequeña cintura ajena de inmediato, recibiendo el beso y llevando sus propios labios a la mandíbula de Sakmin, mordiéndola. “Me sorprende que estés aquí, conmigo y no acompañando a otro lobo.” Cualquiera diría que está molesto con el delta, cuando en realidad detesta el hecho que otro más esté rondando alrededor suyo a pesar de advertirle. “¿Cuáles son las palabras que debes expresar por dejar a tu mate solo, triste y abandonado, noona?”

Sakmin,  a  pesar  de  que  no  es  un  sadista  o  que  disfrute  de  incomodar  a  su  pareja,  no  puede  evitar  reírse  cuando  detecta  el  malestar  en  su  esencia  que  tanto  le  gustaba.  Aquella  tienda  prestada  en  aquella  manada  ajena,  cada  día  olía  más  y  más  a  café  caliente  en  una  nevada  de  invierno,  la  granada  gentilmente  bañada  con  el  cítrico  de  sus  dos  esencias,  oliendo  mucho  más  a  hogar.  -  —Eres  tan  lindo  cuando  estas  molesto,  me  encanta  tu  cara  —  -se  ríe  dulcemente,  gateando  por  la  cama  llena  de  cueros  y  pieles,  subiéndose  por  encima  de  su  mate  antes  de  sentarse  a  horcajadas  sobre  su  regazo,  los  brazos  alrededor  de  su  cuello  y  un  beso  cayendo  en  sus  labios.  -  —¿Por  qué  no  me  marcas  un  poco,  mi  amor?  Echo  de  menos  tu  esencia  pesada  sobre  mí.

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Gruñe un poco cuando el diseñador menciona algo que ya sabía, pero no podía admitir, al menos no por ahora y donde sus pensamientos estaban enfocados en sobrevivir al calor corporal que lo invade. Se ríe nervioso y evita comentar algo por miedo a quedar en vergüenza con alguna palabra que pueda escapar de su boca, frunciendo el ceño cuando es llamado una manera formal, como solía hacerlo cuando inició la relación, no porque estuviese molesto, sino porque es un golpe directo a su miembro semi duro. El flash de la cámara vuelve a iluminar la habitación un par de veces, obteniendo imágenes perfectas con esta nueva posición que pidió exclusivamente para su gusto sin embargo y gracias al ángulo que tiene, algo pasa por su cabeza, inspirado en la forma que el mayor parece entregarse a él. “Quédate así un momento.” Doyoon hace unos nuevos ajustes en la cámara, quitándole el flash automático y luego retira la cámara del trípode, haciendo contacto visual antes de encaminar sus pasos hacia él, hacia la cama, apoyando una mano sobre las sábanas mientras la otra va directo al mentón del mayor, dejando el objeto muy cerca. “Levanta más el rostro… déjame plasmar tu sensual imagen para siempre.” El pulgar se desliza por la piel, tocándola despacio y con cuidado, queriendo memorizar la textura en caso que esta situación no se vuelva a repetir. Desde esa posición podía apreciar cada detalle en el maquillaje y la parte inferior del conjunto, como el tejido se ajustaba y estiraba, es una vista perfecta que no tarda en levantar la cámara, colocándola a una distancia prudente del rostro. “Lo haces bien, Sakmin, muy bien, perfecto, tanto que es difícil controlarme.” susurra con una pequeña sonrisa pícara en sus facciones, pasando el dígito sobre el labio inferior, manchándolo de rojo y presiona el botón del dispositivo, tomando varias fotografías tanto con sus ojos abiertos como cerrados. “Si supieras que eres todo lo que he deseado desde que te vi, que no puedo soportar que alguien se acerque a ti durante los eventos… ¿Qué dirías, mi bello demonio?”

Doyoon  era  complejo  de  leer  a  veces,  muy  tímido  y  muy  acostumbrado  seguramente  a  hacer  lo  que  sus  padres  pedían  que  se  le  dificultaba  completamente  poderse  expresar  y  dejar  ver  sus  deseos.  No  obstante,  cuando  escucha  el  nombre  de  la  criatura  que  efectivamente  podría  ser,  le  hace  reír  sabiendo  a  ciencia  cierta  que  conocía  completamente  como  es  que  esos  demonios  robaban  la  energía  vital  de  sus  presas.  Modela,  cambiando  sus  facciones  para  cada  una  de  las  tomas  o  moviendo  una  mano  ligeramente,  abriendo  un  poco  más  las  piernas,  queriendo  darle  diferentes  ángulos,  aunque  fuesen  solo  tres  fotografías  inicialmente.  -  —¿Oh?  ¿No?  Bueno,  no  soy  de  modelar  desnudos,  pero  hice  una  vez  algo  parecido  con  lencería  y  poca  ropa  cuando  era  más  joven,  apareció  en  una  revista  —  -cuando  su  espíritu  innovador  deseaba  demostrar  que  un  cuerpo  masculino  podía  lucirse  en  lencería,  en  encaje  y  ligueros,  que  lucirían  sexys  y  sin  tabús  si  se  exudaba  la  confianza  correcta.  Su  cuerpo  se  eriza  de  inmediato  cuando  percibe  las  primeras  ordenes,  gustándole  que  el  contrario  entrase  en  un  subespacio  donde  solo  existían  los  dos  y  al  parecer,  los  deseos  más  profundos  del  fotógrafo.  Seongyeol  tenía  razón,  los  más  tímidos  resultaban  ser  los  personajes  más  freaky  en  la  cama.  -  —Okay  Doyoon-nim  —  -bromea  con  el  honorifico,  posando  sus  manos  sobre  las  sabanas  para  inclinarse  lentamente  como  un  felino  que  se  estiraba,  logrando  prácticamente  acomodarse  contra  sus  antebrazos  y  la  parte  trasera  de  su  cuerpo  quedaba  en  el  aire,  la  perfecta  y  diminuta  cintura  se  arqueaba  mientras  la  tela  de  las  panties  se  apretaba  en  la  forma  de  sus  glúteos,  los  ligueros  contra  la  tersa  piel  de  sus  piernas.  Abre  la  boca  como  se  le  indica,  la  rojiza  lengua  se  asoma  entre  el  gloss  y  el  color  carmín  de  su  tintura  y  los  ojos  se  mantienen  fijos  sobre  el  lente  de  la  cámara,  donde  sabe  que  el  otro  lo  observa  y  él,  no  puede  evitar  provocarlo  con  un  implícito  “así  es  como  podrías  tenerme  y  sentirme”.  -  —¿Lo  estoy  haciendo  bien?  ¿Soy  de  tu  gusto? 

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“Y eso que todavía no me has visto en mi otra forma.” El halago no hace más que acelerar sus latidos, contento que el otro piensa de esa manera y pensando que eso le daría unos puntos extras. Los cachorros lo ven como uno de ellos pero más grande y esponjoso, sobre todo en su forma feral, saltándole encima o mordiéndole las orejas o colas sin control. Debió prepararse para el instante que el otro hablase con tanta devoción sobre Taeyong, dueño de la marca que resalta entre los oscuros cabellos del delta y por quien gruñe a causa de la envidia. “Lo sé, estoy metiéndome en un enorme problema que puede causar la ruptura entre tu manada y la mía pero…” Doyoon se recarga en esa mano, frotando la nariz contra la palma que ahora lo acaricia, buscando la esencia del omega que no ha podido borrar desde que llegó. Sabe que el otro alfa no tardará en buscar a su mate, así que debía aprovechar ese tiempo al máximo. “No me estás deteniendo y eso hace pensar… que estás igualmente interesado en mí.” Su extremidad, claramente más grande y menos suave por las tareas diarias, se posicionado sobre la de Sakmin, manteniendo sus párpados entrecerrados, como si pudiese quedarse dormir ahí mismo por el dulce contacto. “¿Tengo alguna esperanza? No pido que lo reemplaces, porque él llegó primero a tu vida y lo entiendo…”

Le  sorprende  como  es  que  Doyoon  encuentra  momentos  perfectos  para  aumentar  la  cercanía,  para  tocarlo  y  hacerle  sentir  sus  verdaderas  intenciones.  Sakmin  se  jactaba  de  conocer  bien  a  los  lobos,  habiendo  lidiado  con  muchos  en  toda  su  vida  como  delta,  por  lo  que  no  puede  detectar  malicia  de  Doyoon  o  un  deseo  meramente  carnal,  sus  sentimientos  eran  los  de  un  alfa  enamorado  de  un  omega  a  pesar  de  la  prominente  marca  sobre  su  cuello.  -  —Nunca  he  dudado  de  tus  habilidades  para  cazar,  aunque  parezcas  muy  lindo  y  adorable  —  -suelta  aquella  mano  solo  para  volverla  a  subir  pellizcar  una  de  sus  mejillas,  riéndose  despacio.  La  mención  de  Taeyong  le  tensa  un  poco,  no  porque  su  presencia  le  incomode,  sino  porque  sabía  que  las  cosas  entre  los  dos  estaban  ardiendo  y  prontamente,  iban  a  explotar.  -  —Claro,  es  mi  mate  después  de  todo.  No  podemos  dejarlo  fuera  de  ninguna  comida,  todo  lo  mío  es  suyo,  así  se  ha  escrito  entre  nuestros  lideres  de  manada  y  entre  nuestros  ancestros  —  -recordaba  como  si  fuese  ayer  el  ritual  de  conexión,  viendo  a  su  abuelo  y  sus  demás  familiares,  como  también  vio  a  los  familiares  fallecidos  de  Taeyong  y  todos  estaban  de  acuerdo  en  su  unión,  encontrando  tierra  marrón  con  tierra  nevada  una  combinación  perfecta.  Doyoon  era  como  una  tierra  primaveral,  verde,  colmada  de  flores.  El  pellizco  en  esa  mejilla  se  torna  una  caricia,  su  sonrisa  flaquea  ligeramente.  -  —Sabes  que  no  deberíamos  hacer  nada  de  esto,  ¿verdad?

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Esos labios siempre le habían parecido lo más atractivo que había visto, pero ahora, bajo el tinte que adquirían y la atmósfera del lugar, se asemejaban a la fruta prohibida que Adán y Eva probaron. Y aunque Doyoon no se consideraba un pecador, estaba convencido de que lo sería al probarlos. “Un súcubo…” La imagen femenina de una criatura oscura pasa por su cabeza y puede imaginarse sin problemas a Sakmin con una cola puntiaguda, cuernos y alas negras subiéndose sobre la cama para arrebatarle la energía vital mientras le monta, haciendo los más exquisitos sonidos del mundo o murmurando entre gemidos que es un buen chico, que nunca había estado con un humano como él. Nuevamente se pierde en sus deseos más oscuros y la pregunta le hace abrir los ojos de golpe ante el doble sentido, ¿Cómo lo quiere? ¿Puede ser sincero y decir que sin ropa, abierto completamente piernas y a su total merced? Quizás, pero no sabe si es lo correcto, no puede arruinar la imagen que el otro tiene de él. Se rasca detrás del cuello, incapaz de no mirar esas lindas piernas que parecían invitarlo y esos ligueros que gritaban ser arrancados con los dientes, sintiéndose como un completo pervertido nuevamente. Doyoon sigue sus movimientos, enfocándose primero en la decoración sobre la piel con tinta, luego en la entre pierna y lencería está creada a la medida, dándole la misma imagen seductora y femenina que recuerda de años atrás. Traga saliva, regresando a la pantalla digital, revisando que la imagen sea nítida y ajustando un poco el brillo, luego presiona el botón más grande tres veces de manera simultánea, así podían elegir cuando de las fotografías era la mejor. “Esta faceta tuya… no la conocía.” No puede decir aquel secreto que todavía se oculta en su habitación, bajo un montón de ropa y en una caja con cosas que no podía botar, pero en el tiempo que llevan juntos solo ha conocido al Sakmin alegre, que acelera su corazón con un simple ‘Buenos días’ y que dejó se tratarlo tan formal, dando espacio a que Doyoon piense que está interesad en su persona. “Intenta apoyar tus manos en las sábanas… en cuatro, pero mirando hacia acá.” Ordena, su voz adquiere un tono diferente, ya no era la misma voz dulce y gentil que todos conocía, aquel chico que se avergüenza con facilidad hasta con un simple halago, sino que se deja llevar por las ideas más cautivadoras que tiene, usando el cuerpo del otro para satisfacer sus fantasías. “Y abre más la boca, Sakmin.”

Es  complejo  que  Sakmin  experimente  nerviosismo  con  un  tema,  pero  cuando  nota  la  ligera  sequedad  en  la  respuesta  acerca  de  su  primer  acercamiento,  le  hacen  abultar  sutilmente  el  labio  inferior  creyendo  que  tal  vez,  solo  tal  vez,  estaba  recibiendo  señales  mixtas.  ¿Y  si  Doyoon  realmente  solo  tenía  un  interés  en  él  meramente  profesional?  ¿Si  todo  aquel  circo  acababa  en  un  corazón  lastimado  y  rompiendo  su  relación  que  se  había  vuelto  tan  agradable  para  soportar  esos  cinco  años  de  matrimonio  forzado?  Pero  su  seguridad  vuelve,  como  un  oleaje  de  calor  que  se  transportaba  por  todo  su  cuerpo  gracias  a  la  mirada  que  recorría,  sin  vergüenza  alguna,  todo  su  cuerpo.  Las  siguientes  reacciones  más  animadas  le  hacen  reírse  suavecito,  llevando  la  mano  hasta  sus  labios  sin  tocarlos  para  no  arruinar  su  maquillaje.  -  —Gracias,  aunque  ahora  no  me  siento  tanto  como  un  hada,  sino  como  algún  tipo  de  demonio  —  -comenta,  echándose  un  vistazo  en  el  espejo  de  cuerpo  completo  que  estaba  frente  a  su  cama,  observando  cada  curva  y  como  las  prendas  abrazaban  lascivas  cada  porción  más  prominente  de  su  fisionomía  entera.  Cuando  escucha  que  está  listo,  el  mayor  se  mueve  hasta  el  pie  de  la  cama,  donde  la  cámara  apuntaba  directamente  y  se  sienta  en  lo  prístino  de  su  edredón  blanco,  cruzando  su  pierna  tatuada  cubierta  por  medias  y  ligueros,  ladeando  la  cabeza  ligeramente.  -  —¿Cómo  me  quieres,  Doyoon?  —  -su  pregunta  iba  con  dirección  a  las  poses,  pero  no  podía  evitar  sentir  ese  hormigueo  en  el  estómago,  señal  de  que  también  podrían  estar  hablando  de  posiciones  en  la  cama.  -  —Creo  que  tomaré  la  iniciativa  con  las  primeras  fotografías,  luego  puedes  decirme  que  quieres  que  haga  para  ti  —  -comenta,  sus  ojos  escaneando  el  lenguaje  corporal  del  más  alto  y  no  puede  evitar  sonreír  un  poco  más  amplio  al  notar  que  sus  pantalones  parecían  quedarle  más  pequeños  que  antes.  No  duda  en  dejarse  caer  más  en  el  centro  de  la  cama,  su  cuerpo  mirando  directo  a  la  cámara  mientras  se  arrodillaba  sobre  la  tela,  abriendo  ligeramente  las  piernas  y  una  de  sus  manos  se  posa  sobre  el  tatuaje  en  su  vientre,  su  cabeza  se  inclina  entrando  en  su  trance  de  modelo  y  espera  el  primer  flash. 

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Doyoon asiente rápidamente y ahoga un pequeño grito de felicidad cuando el contrario hace exactamente lo que había imaginado en cuanto vio la flor y decidió arrancarla del suelo, sonrojándose más cuando el mayor le toca y el dulce sonido de la risa ajena llega a sus oídos. “No soy bueno hablando con otros.” Deseaba agregar que solo está interesado en él, pero eso podía arruinar la cercanía del momento y Doyoon quería mantenerlo para él un poco más, o hasta que la pareja aparezca. Sujeta con cuidado la muñeca del otro que tiene cerca, recorriendo lentamente la forma de sus dedos y lo suave que son, dejándose llevar por aquello que quiere creer, es una atracción mutua. “Puedo preparar algo especial para ti con tu carne favorita, soy un hunter aunque no lo parezca, cazar es mi tarea principal.” Algunos decían que era demasiado bondadoso y bueno para arrebatar vidas de otros animales, pero también olvidaban lo listo y astuto que es de cachorro, escondiéndose mejor que nadie entre los arbustos, si tuviese una personalidad más dominante sería un buen líder de manada. “Claro que tendrías que compartirla… y quizás eso cause inconvenientes.” Frunce el ceño un momento al recordar la fría mirada del otro alfa cada vez que cruzan caminos, la tensión de ellos crece cada día y es que Doyoon hace caso omiso a las amenazas de Taeyong. “Tendré algún plan para que la pruebes, confía en mi.”

Cuando  percibe  el  aroma  a  pistacho  y  como  esta  esencia  buscaba  envolverlos  en  un  ambiente  digno  de  un  cortejo,  Sakmin  mantiene  su  propia  esencia  a  raya  y  calmada,  solo  ligeros  tintes  adornando  sus  alrededores,  demostrando  que  no  estaba  nervioso  o  rechazándolo,  pero  tampoco  lo  invitaba  a  invadir  su  espacio  y  marcarlo  con  su  aroma.  -  —Oh,  ¿algo  así?  —  -pregunta,  colocando  la  flor  detrás  de  su  oreja,  acomodándola  de  tal  forma  que  se  enredase  un  poco  con  el  negro  cabello  para  que  luciera  bonita.  El  muchacho  se  ríe  ante  el  piropo,  rodando  ligeramente  sus  ojos  en  las  cuencas  y  una  de  sus  manos  golpea  el  hombro  del  más  alto.  -  —Deberías  dedicarle  a  la  poesía  en  lugar  de  cazar,  ¿le  dices  eso  a  todos  los  omegas  que  conoces?  —  -no  hay  celos  en  sus  vocablos  porque  era  el  menos  indicado  para  siquiera  pensar  en  celar  al  alfa  soltero,  solo  un  ligero  toque  de  broma  en  su  voz  y  en  cada  uno  de  sus  gestos  que  no  podía  evitar  derramar  ciertas  pizcas  de  sensualidad  y  coqueteo  natural  por  parte  del  lobo  del  norte.  -  —Hmm,  no  lo  sé.  Me  gustan  las  granadas  y  la  carne  de  búfalo,  aunque  debo  admitir  que  en  todos  mis  viajes  la  única  carne  exquisita  que  he  probado  es  la  de  mi  hogar.  Pero  me  gusta  probar  todas  las  cosas  y  comidas,  después  de  todo  como  un  delta,  tengo  que  ser  abierto  a  la  experimentación. 

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¿Hay un problema con que quieran marcarlo, Sakmin?

No le agrandan esos dos... bueno Minsu un poco, pero Yejun le pone nervioso.

Ah,  le  encanta  despertar  de  su  siesta  en  medio  del  bosque,  rodeado  del  aroma  de  testosterona  pura.  Wow,  increíble,  pura  masculinidad  alfa. 

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Siente la ansiedad crecer, sus latidos se aceleran y las manos tiemblan un poco cuando hace contacto visual y ve los cambios en el rostro del mayor, dudando si fue  una buena idea dejar a relucir sus deseo. Momentos como este es que desearía tener a su blanca gata Bianca a su lado, quien se encarga de calmar sus emociones, pero aún vive con sus padres y espera poder traerla pronto, una vez su relación con Sakmin sea más estable y se conozcan mejor. Arruga la nariz cuando escucha hablar de sí mismo de esa forma, pues ante sus ojos tiene el mismo brillo y aura que reflejaba en revistas y pasarelas. “Muchísimas gracias, prometo plasmar tu belleza como nunca.” A pesar de ser un chico nervioso tiene confianza en su talento, muchas personas, tanto amigos como profesores o simplemente gente del mismo status han alabado la forma única de transmitir sensaciones, haciendo que olvide por un corto tiempo su solitario futuro en lo alto de algún edificio, admirando la ciudad a través de sus ojos y no desde el lente de su cámara. “Tengo un par de ideas, puede ser una sesión cotidiana, es decir tú diseñando alguna ropa como si no estuviese ahí, he notado… cómo sonríes cuando terminas.” Se ha quedado mirándolo más veces de las que podía confesar, esperando que sea la admiración y devoción del pasado hablando por él. Una tímida curva se traza en sus labios, ahora que Sakmin ha regreso a su trabajo no siente una presión en el pecho y es mucho más fácil ser sincero. Ríe ligeramente al repasar una última vez la otra inspiración que llegó mientras buscaba referencias para nuevas tomas. “Por otro lado, el cabello rosa te da una esencia mágica, como una ninfa del bosque y pensaba que podría tomar algunas fotografías en el jardín. Eres libre de usar la ropa que más te guste o sientas que vaya acorde el tema, además de aceptar cualquier idea o proponer otra, soy todo oídos, Sakmin-ssi.”

Sakmin  aguarda  hasta  que  pueda  hilar  sus  pensamientos,  porque  si  había  algo  que  caracterizaba  al  muchacho  más  bajo,  era  su  paciencia  con  las  personas  y  la  forma  tan  gentil  que  tenía  de  tratar  con  ellas.  No  obstante,  no  espera  lo  que  se  le  dice  y  no  puede  evitar  alzar  una  sola  ceja,  enmarcando  sus  ojos  llenos  de  una  pequeña  duda.  ¿Modelar  personalmente?  Sonaba  como  algo  demasiado  personal  para  ellos  dos,  demasiado  íntimo.  Pero  le  permite  hablar,  sintiendo  una  pizca  de  ternura  cuando  lo  observa  nervioso  con  los  botones  de  su  suéter.  -  —Ah,  puedo  hacerlo  si  es  para  un  uso  personal.  No  me  creo  capaz  de  volver  a  pararme  frente  a  una  cámara  profesional  y  salir  en  un  espectacular  —  -bromea  con  eso,  aunque  sabía  que  su  talento  y  dedicación  no  mermarían  con  los  años  de  descanso  que  tiene  en  el  rubro,  la  idea  le  provoca  un  poco  de  ansiedad.  Sakmin  vuelve  al  corsé,  blanco  como  a  nieve,  pero  con  un  bordado  como  una  herida  en  las  costillas,  cerca  del  corazón.  Su  nueva  colección  giraba  en  torno  a  la  pureza,  y  el  rojo  de  la  sangre,  tal  vez  algunos  corazones  rotos.  Toma  otra  piedra  color  rubí,  volviendo  al  bordado.  -  —¿Cuál  sería  tu  idea,  Doyoon-ssi?  Solo  trabajo  con  ideas  realmente  creativas  —  -bromea,  echando  un  vistazo  al  otro  de  reojo,  manteniendo  mayormente  su  concentración  en  la  pieza.  -  —Y  que  tipo  de  ropa,  fondo  y  expresión  deseas  capturar…  soy  flexible  —  -modeló  desde  trajes  hasta  vestidos,  inclusive  tuvo  una  pequeña  línea  de  lencería  que  salió  en  revistas  de  personas  adultas,  sabe  moverse  sobre  el  espectro  completo  de  su  sexualidad  sin  problema. 

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Los segundos que le toman al otro el aceptar o no su regalo se siente como una eternidad y pensó que aún podía disculparse, huir y hacer que esto no sucedió, que no intentó torpemente en acercarse al chico que ha permanecido en sus pensamientos desde que lo vio y que portaba muestras de estar unido a otro lobo. Pero en contra de todo mal pronóstico, Sakmin sí recibe el pequeño obsequio, provocando que la esencia a pistacho propia aparezca con timidez, intentando controlarla para no causar más problemas. “¿Lo son? Oh… la elegí porque pensé que quedaría bien en tu cabello.” De estar en su forma de lobo, la cola se movería sin control y se promete a sí mismo no olvidar esta valiosa información, puede regalarle más o llevarlo a la zona oculta donde las encontró. “No hay de que… además no existe flor más bella que tú.” Agrega rápidamente y sin pensar, sus manos juguetean entre sí, rozando las uñas sobre la piel una y otra vez, un gesto que mal acostumbra hacer cuando está nervioso. Sabe que es terreno peligroso, que esto puede terminar mal para él, para Sakmin y para ambas manadas que ansiaban un vínculo amistoso, sin embargo, es alguien que se deja llevar por sus sentimientos y lo que su lobo dicta, en este caso, es saber más sobre el lobo del norte. “¿Qué otras cosas te gustan? ¿Alguna fruta o comida?”

Su  historia  con  Taeyong  no  había  sido  sencilla,  no  cuando  su  padre  y  toda  la  manada  estaban  completa  y  absolutamente  en  contra  de  Sakmin,  odiándolo  aun  más  cuando  dejó  a  aquella  pobre  muchacha  sin  un  mate  al  haber  sido  elegido  por  Taeyong  y  con  ello,  abandonado  la  manada.  Taeyong  era  el  único  heredero,  pero  su  padre  era  testarudo,  negándose  a  recibirlo  de  regreso  a  pesar  de  la  cantidad  ridícula  de  cartas  que  Sakmin  le  escribía  siempre  pidiéndole  una  segunda  oportunidad,  que  sea  razonable,  que  su  alfa  merecía  ese  puesto  y  su  único  pecado  fue  enamorarse  de  él  y  no  de  la  loba  que  pusieron  a  su  merced.  Por  eso  y  mucho  más,  no  puede  evitar  sentirse  culpable  cuando  aquel  hermoso  lobo  le  mira  con  amor  y  devoción,  sacándole  una  pequeña  risa  al  delta  que  visitaba  su  manada  junto  a  su  mate  para  generar  buenas  relaciones  con  el  clan  del  norte,  con  los  Jun.  -  —Wow,  me  sorprende  que  tuvieses  la  intuición  correcta,  son  de  mis  favoritas  —  -sabía  que  debería  negarse,  que  aceptar  sus  obsequios  solo  incrementaría  sus  intensiones  de  cortejarlo,  aunque  la  marca  en  su  cuello  y  el  anillo  en  su  dedo,  indicasen  que  era  un  omega  con  dueño.  -  —Gracias  Doyoon-ssi,  es  muy  bella.