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#Alzamiento Zapatista
naimedsayarba · 5 months
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Los zapatos nuevos
De ellos es la noche, el amanecer es nuestro. EZLN
Ayer me acosté con dolor de pies me dolía mucho ya el tres
por la mañana andaba descalzo y me encontré un regalo para el pié que calzo
eran zapatos nuevos para mis pies viejos
eran zapatos nuevos para rebeldes relevos
eran zapatos nuevos para pasos colectivos
y si empiezo a caminar el dolor va a terminar
dos y cuatro ¿truco o trato?  tengo doce meses para este Zapato
el dos no hay quien lo aguante pero el cuatro me queda como guante
mil novecientos noventa y cuatro es la lucha que idolatro
y no miento,  si les digo que hoy celebro el alzamiento
fue un primero de enero del que me hago cumpleañero
pues ya no cuento los años solamente los peldaños
no hay tiempo que perder hay que aprender a ascender 
en el aire flota pólvora tras la tronadora hora
con el paliacate atado se atacó el libre mercado
al mando del mero mero dominaron el tablero
ya no es cuando, ya es ahora esta es la precisa hora
ya se vienen con el sismo ¡que se hunda el colonialismo!
alegría y rebeldía digna rabia y poesía
compañera pise fuerte que nos persigue la muerte
compañero pise duro y saltemos ya este muro
no hay nada que celebrar solamente el caminar
para rejuvenecer es bueno retroceder
cuarenta, treinta, diez, uno con esta soñadera aúno.
_ Naimed Sayarba Levante, Al-Andalus 1 de enero 2024
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sociedadnoticias · 4 months
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Filmoteca UNAM conmemora los 30 años del alzamiento zapatista
30 años del EZLN: Un Viaje Cinematográfico a las Montañas de Chiapas Por Deyanira Vázquez | Reportera Hace tres décadas, el primero de enero de 1994, el mundo fue testigo del levantamiento del Ejército de Liberación Nacional (EZLN) en las montañas de Chiapas. Para conmemorar este hito, Filmoteca UNAM presenta dos producciones cinematográficas que ofrecen una mirada profunda a las comunidades…
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losbigotesdegato · 3 years
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"Ayer: La teoría y la práctica".
Una asamblea en un poblado en una de las montañas del sureste mexicano. Deben correr los meses de julio-agosto de un año cercano, con la pandemia del coronavirus adueñándose del planeta. No es una reunión cualquiera. No sólo por la locura que les convoca, también por el evidente distanciamiento que hay entre silla y silla, y porque los colores de los cubre bocas se opacan detrás del vaho de las caretas transparentes.
Están ahí los mandos político-organizativos del EZLN. También están algunos mandos militares, pero permanecen en silencio a menos que se les pida que hablen sobre un punto específico.
Son bastante más de lo que podría suponerse. Hay ahí al menos 6 lenguas originarias, todas de raíz maya, y usan el español o “la castilla” como puente para entenderse entre sí.
Varios de los ahí presentes son “veteranos”, estuvieron en el alzamiento que inició el uno de enero de 1994 y, con las armas en la mano, bajaron a las ciudades juntos con otros miles de compañeras y compañeros, como uno más, una más. Hay también “los nuevos”, hombres y mujeres que se han ido incorporando a la dirección zapatista después de muchos aprendizajes. La mayoría de “los nuevos” son “nuevas”, mujeres de todas las edades y de diferentes lenguas.
La asamblea en sí, su desarrollo, sus tiempos, sus modos, reproduce las asambleas que se realizan en las comunidades. Hay quien coordina la reunión, y es quien va dando la palabra e indicando los temas a tratar que han sido acordados de antemano. No hay límite de tiempo para cada intervención, así que el tiempo adquiere aquí otro ritmo.
Alguien, ahora mismo, está contando una historia o un cuento o una leyenda. A nadie le importa si lo que se narra es realidad o ficción, sino lo que se dice con ese recurso.
La historia va así:
Un hombre zapatista va caminando por un poblado. Viste sus mejores galas y su sombrero nuevo porque, dice, va a buscar a una su novia. El narrador imita el paso y los ademanes que vio en alguna de las películas que circularon a raíz del Festival de Cine “Puy Ta Cuxlejaltic” I. La asamblea ríe cuando, quien cuenta la historia, hace el tono del Cochiloco (interpretado por Joaquín Cosío en “El Infierno”. Luis Estrada, 2010), y se quita el sombrero para saludar a una mujer imaginaria que pasa a su lado con una imaginaria mula llevando la leña ídem. El contador de la historia mezcla el español con una de las lenguas mayas, así que en la asamblea, sin interrumpir, se traducen entre sí.
Quien narra el cuento ha recordado que es tiempo de elote, la asamblea asiente confirmando. Sigue la narración:
El hombre del sombrero se topa con un conocido, se saludan. “Y diai, no te conocía con ese sombrero y tan galán”, le dice el conocido. El interpelado responde: “Es que lo voy a buscar a una mi novia”. El otro: “¿Y cómo se llama tu novia y dónde vive?”. El del sombrero: “Pues no sé”. El otro: “¿Cómo que no lo sabes?”. El sombrero: “Pues por eso dije que ando buscando, viera que ya la encontré pues ya lo sé su nombre y dónde vive”. El otro valora un segundo esa lógica contundente y asiente en silencio.
Es el turno del sombrero: “¿Y vos que haces?”. El otro responde: “Estoy sembrando maíz porque quiero elote”. El sombrero queda un rato en silencio, mirando cómo el otro está, con un palo de escoba, haciendo hoyos en el medio del camino de grava. El sombrero: “Oiga compadre, con todo respeto, pero está usted bien pendejo”. El otro: “¿y por qué pues? Si le estoy echando muchas ganas al trabajo y estoy muy decidido de comer elote”.
El del sombrero, se sienta, enciende un cigarro y se lo pasa al otro, y enciende uno más para sí mismo. No parecen tener prisa: ni el del sombrero por encontrar una su novia, ni el otro por comer elote. La tarde se va alargando y, a mordiscos, le arranca a la noche algo de luz. No llueve todavía, pero el cielo empieza a tender nubes grises para cobijarse. La luna acecha detrás de los árboles. Después de un dilatado silencio, el sombrero explica:
“Pues mire compadre. A ver si me entiende: en primera está el terreno. En ese piedregal no va a prender el maíz. Ahí nomás se va a morir la semilla entre tanto pisotón y no va tener pa´onde agarrar la raíz. De que se va a morir la semilla, se va a morir. Y luego su escoba, que usted la usa como coa, pero la escoba es escoba, y la coa es coa, por eso ya está toda quebrada y parchada la pobre escoba.”
El sombrero toma la escoba, revisa los remiendos que, con cinta adhesiva y lazo, le ha hecho el otro, y sigue: “Ya ni la amuela compadre, donde lo vea mi comadre que ya le pasó a perjudicar su escoba, ahí nomás me lo van a mandar a dormir al monte”.
Sigue: “entonces la milpa no dónde sea, compadre, ni con lo que sea, sino que tiene su dónde y tiene su con qué. Además no es su tiempo de hacer milpa ahorita, ora toca la cosecha. Y para que toque la cosecha, es porque ya usted lo trabajó duro la milpa. O sea que la tierra no es de que “ya vine vieja, dame mi pozol y mis tortillas” que es como usted le gritaba a la comadre, -bueno, hasta que ella se reunió en como mujeres que somos y anda vete, se acabaron los gritos-, pero eso ahí va en su cuenta, compadre. Lo que le digo es que a la tierra no se le dan órdenes, sino que se le explica, se le habla, se le honra, se le cuentan historias para que se anime. Y no es cualquier tiempo que la tierra escucha, sino que tiene, como quien dice, su calendario. Quiere que tiene que hacer bien la cuenta de los días y las noches, y mirarla la tierra y el cielo para ver cuándo mero poner la semilla”.
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“Entonces ahí está, como quien dice, la problema. Porque le falla usted a todo, y quiere que nomás porque le echa mucha ganas y está muy decidido, se le va a cumplir el antojo. Usted lo que necesita es el conocimiento. Las cosas no salen nomás por mucho trabajo y mucha decisión, sino que quiere que usted escoge un buen terreno, luego las herramientas que son para eso, luego los tiempos de cada parte del trabajo. O sea que, como quien dice, quiere la teoría y la práctica con conocimiento, y no las tonterías que usted está haciendo, que debería darle pena porque todos lo están mirando y se ríen.”
“Y de babosos que se ríen, porque no se dan cuenta de que las tarugadas que usted hace, también los van a afectar a ellos, porque ahí nomás donde está usted hoyando, se va a encharcar primero, luego, cuando corra el agua, se van a hacer unas zanjas que como las arrugas de su abuela de usted compadre, que la mía ya está en el cielo. Y ahí nomás no va a poder entrar el carro de la junta de buen gobierno, porque se va a atascar, y los materiales o las mercancías que traiga, lo van a tener que llevar a lomo, y con el encharcadero se van a perjudicar sus botas y sus pantalones, cuantimás si se visten galanes como yo ahorita, y nuncamente van a encontrar una su novia. Y las compañeras, pues peor, compadre, porque ésas son bravas. Ahí nomás van a pasar a su lado, con un burro cargando sus cosas, y van a decir: “Tras que hay quien es más terco que mi burro, y más tarugo”. Y le van a aclarar: “Oiga usted, cuando yo diga “ora pinche burro”, no se vaya usted a ofender, es que le estoy hablando a mi animalito”.
“¿Qué pasó compadre, que así nos llevamos de pesado?”, dice el otro indignado.
El sombrero: “no pues, si nomás le digo. Tómelo pues como un consejo o una orientación, no es orden pues. Pero, como decía el finado Sup: “es mejor que hagas como te digo, porque si no, cuando salga mal te voy a decir “odio decir que te lo dije, pero te lo dije”. Así que hágame caso compadre.”
El otro: “¿Entonces este terreno no sirve? ¿Ni mi coa? ¿Ni es el tiempo?”
El sombrero: “no, no y no”.
“¿Y cuándo es su tiempo pues?”
“Uy, pues ya pasó ya. Ora tiene que esperar otra vuelta. Por ahí de abril, mayo, y para que no le falle el agua, el 3 de mayo quiere que a la tierra usted le va a dar su pancito, un su refresco para el calor, de repente cigarrito de hoja, sus veladoras, y quien quita y también su fruta y su verdura y hasta un su caldito de pollo. Decía el finado Sup que sólo calabaza no, que si lo das calabaza a la tierra ahí nomas se embravece y pura culebra saca. Pero creo era su mentira del finado, lo decía porque no muy le gustaba la calabaza”.
“¿Cuándo mero pues?”
“Hmm, pues ora verá: estamos ya como quien dice casi en octubre, entonces 6 meses. Entonces en abril-mayo. Pero depende pues.”
“Vale magre, ¿y ahora cómo le hago si quiero elote ahorita mismo?”. Queda pensando el otro y, de pronto, agrega: “¡Ya sé cómo! Le voy a pedirle prestado unos elotes a la autoridad autónoma”.
El sombrero: “¿Y luego cómo le va a reponer a la autoridad?”
“Ah, pues le pido prestado a la Junta y con eso le repongo. Y para reponerle a la Junta le pido prestado a los Tercios. Y para reponerle a los Tercios le vuelvo a emprestar a la autoridad, al fin que ya lo va a saber que sí pago”.
El sombrero, rascándose, la cabeza. “Mta compadre, pos ora sí que como en la película ésa del Vargas, salió usted más cabrón que bonito. Si así piensa usted como los malos gobiernos, debiera usted ser diputado, o senador o gobernador o algún tarugo de ésos”.
“¿Qué pasó, compadre? Si yo mero resistencia y rebeldía. Ya voy a ver cómo le hago.”
El sombrero: “Bueno pues, me voy porque si no, no voy a encontrar una mi novia. Ahí nos vemos compadre.”
El otro: “Ande con Dios, y si la encuentra una su novia, pregúntele si su familia no tiene unos elotes que me preste, que ahí le repongo luego”.
El contador de la historia se dirige a la asamblea: “Entonces, ¿qué es más mejor? ¿Le prestamos elotes al compadre o que lo haga la teoría y la práctica con conocimiento?”
—*-
Llegó la hora del pozol. La asamblea se dispersa, El SupGaleano, nomás por mula, le dice, al salir, al Subcomandante Moisés: “Yo, por eso, puro maíz palomero” y se dirige a su champa. El Subcomandante Moisés le revira: “¿Y la salsa picante pues?”. El SupGaleano no responde pero cambia la dirección de su paso. “¿A dónde vas pues?”, le inquiere el SubMoy. El Sup, alejándose, casi grita: “Voy a pedir prestada la salsa en la tiendita de las insurgentas”.
Doy fe.
Miau-Guau.
El Gato-Perro, ya de polizón en La Montaña.
(Oh pues, no alcanzó la paga y, además, hay un letrero a la entrada de la Montaña que dice: “No se admiten gatos, perros… ni escarabajos esquizofrénicos”).
México todavía. Abril del 2021.
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Glosario
Promotores: Los promotores de salud tienen los intereses de la comunidad en mente cuando trabajen. 
Yuxtaposición: Tener la comunidad zapatista junta a una comunidad tradicional es una yuxtaposición interesante. 
Pedagogía: Mis profesores han aplicado la pedagogía para enseñar efectivamente. 
Alzamiento: Los alzamientos que demandan la atención a veces son los movimientos sociales más efectivos. 
Cabecera municipal: Todos los edificios del gobierno están ubicados en la cabecera municipal. 
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patoanacoreta · 3 years
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¿POR QUÉ LAS CLASES DOMINANTES TEMEN A LA HISTORIA?
HARVEY J. KAYE
Nota previa a ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? de Harvey J. Kaye
José Gandarilla
Este texto nos fue enviado especialmente por su autor para que figurase en las páginas de Memoria. Revista de crítica militante, gesto que enaltece a nuestro colectivo y al trabajo editorial que emprendemos, sin embargo, no es solo ese hecho lo que justifica su inclusión, sino la innegable actualidad que conservan las proposiciones ahí vertidas.
El escrito de Harvey J. Kaye es el discurso íntegro que ofreció en ocasión de la recepción del Premio Isaac y Tamara Deutscher, y fue leído en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Ahí muestra, con rigor, la pertinencia del enfoque historiográfico al que liga su trabajo, por ello transitan en sus páginas referencias no solo a los historiadores marxistas británicos sino a ciertas figuras de la tradición revolucionaria de las clases desposeídas como es el caso, por supuesto, de Marx, Rosa Luxemburgo, Lenin, Gramsci (y lo hace, recordemos, en un momento en que aparece en toda su vigencia el alegato sobre el “fin de la historia”, y las posturas posmodernistas, a las que sugiere tomar muy en serio, en un contexto en que todavía están frescos los sucesos de la caída del “socialismo real”), pero también está presente su sutil advertencia sobre la posible refuncionalización de una lectura del pasado a los fines de apuntalar la política del poder, cuando, en un procedimiento, propio de los grupos conservadores y las nuevas derechas (punto que hoy se revela hasta más vigente que entonces) se pretende quitar el filo cuestionador de los hechos y memorias de la gesta histórica, y se opta por neutralizar su sentido, para hacer de aquellos acontecimientos (bajo un encubridor revisionismo) un repertorio integrable en la tarea cívica del adoctrinamiento, del olvido; o ejemplo de polarizaciones indebidas que fracturan la sociedad e impiden su “sano” desarrollo. Ante ese potencial uso reaccionario del pasado, nuestro autor esgrime los planteos de la llamada historiografía desde abajo, lugar de enunciación que lo mismo incluye los trabajos de quien reconoce como su mentor, Victor Kiernan, como los del propio homenajeado, Isaac Deutscher.
Kaye no duda en mostrarse, para las cuestiones de los Estados Unidos (potencia en declive, pero con ambiciones recobradas de supremacía global), como un heredero de los movimientos por una democracia profunda, la que abolió la esclavitud, la que pelea por el reconocimiento de los derechos civiles, contra el racismo y el resurgente fascismo; esa historia que quedó plasmada en ciertos pronunciamientos de sus fundadores, en el gesto de Rosa Parks, en la narrativa de Gore Vidal o Toni Morrison; que encuentra su relato crítico en los trabajos de Eugene D. Genovese o Noam Chomsky, y en la de tantos otros pensadores e historiadores radicales (entre los cuales el propio Kaye se cuenta). De ahí que, en su disertación, subraye la condición de peligrosidad que puede asumir el trabajo del historiador ante los intereses y las prácticas de las clases dominantes, cuando éste hace su opción, como lo señalara Howard Zinn, otro de sus autores de preferencia (fallecido hace once años), en un pasaje significativo de su clásico libro:
“en esa inevitable toma de partido que nace de la selección y el subrayado de la historia, prefiero explicar la historia del descubrimiento de América desde el punto de vista de los arahuacos; la de la Constitución, desde la posición de los esclavos; la de Andrew Jackson, tal como la verían los cherokees; la de la Guerra Civil, tal como la vieron los irlandeses de Nueva York, la de la Guerra de México, desde el punto de vista de los desertores del ejército de Scott, la de la eclosión del industrialismo, tal como lo vieron las jóvenes obreras de las fábricas textiles de Lowell; la de la Guerra Hispano-Estadounidense vista por los cubanos; la de la conquista de las Filipinas tal como la vieron los soldados negros de Luzón; la de la Edad de Oro, tal como la vieron los agricultores sureños; la de la I Guerra Mundial, desde el punto de vista de los socialistas; y la de la Segunda vista por los pacifistas; la del New Deal de Roosevelt, tal como la vieron los negros de Harlem; la del Imperio Americano de posguerra, desde el punto de vista de los peones de Latinoamérica”
Otro aspecto que revela actualidad del texto reside no solo en apuntar cómo es vista la historia por los grupos y clases dominantes, sino también cómo en los ojos de los poderosos puede llegar a percibirse esa ansiedad, ese temor a “las clases peligrosas”, a los de abajo, cuando éstos toman en sus manos los rumbos de sus vidas. Por la fecha en que fue escrito, uno no puede sino tener en mente el accidentado proceder de Carlos Salinas de Gortari, brazo ejecutor del quiebre histórico que significó la implementación del consenso de Washington en México, su figura desencajada y una mirada que traslucía entre miedo y odio, luego del alzamiento zapatista, los primeros días de enero de 1994. Por otra parte, en este 2021, que se conmemoran los 500 años de la caída de Tenochtitlan, se esperan hondos debates sobre el tema, que también esperamos atender en estas páginas, ante los retos que se abren en la coyuntura problemática por la que atravesamos, parte de cuyos problemas remiten sus orígenes más remotos a aquellos procesos fundantes (colonialismo, racismo, clasismo, discriminación). Justamente, frente a la persistencia de una idea de nación “solo para unos cuantos”, la que pretendió imponerse en la tentativa oligárquica y elitista del neoliberalismo, como antes lo fue con el porfirismo, es que se alza hoy la propuesta constructiva de una Cuarta Transformación, a la que se oponen, desde los grupos dominantes, todo género de obstáculos; eso, y el hecho de que hoy contemos con un Ejecutivo al que le gusta y practica la historia (y la entiende simbólica y materialmente como un espacio de permanente disputa), son algunos de los motivos por los que juzgamos oportuno publicar esta importante contribución de Harvey J. Kaye.
1989 fue el año del bicentenario de la Revolución Francesa, y -a pesar de las maquinaciones de las clases dirigentes en Occidente y en Oriente- los acontecimientos de ese año parecieron ser una dramática prueba viviente de que los grandes ideales de 1789 no solo eran recordados, sino que aún eran una acción inspiradora y animadora. A través de Eurasia y más allá, hombres y mujeres lucharon nuevamente por la libertad, la igualdad, y la democracia. Las rebeliones reivindicaron el control de los espacios públicos y derribaron a gobernantes y a regímenes. Hubo triunfos, como la caída del Muro de Berlín, y hubo tragedias, como la masacre de la plaza de Tiananmen. Pero de conjunto, estos eventos recordaron al pueblo a nivel mundial sobre el deseo popular de libertad y la demanda del “poder al pueblo”. Había razones para celebrar y para creer que todavía habría más por venir.
Y, sin embargo, en pocos años, la esperanza y la sensación de la posibilidad engendrados por esos eventos y por el final de la Guerra Fría han sido superados por otros acontecimientos, más oscuros, y el orden espiritual del día se ha convertido en un orden de desesperanza y cinismo. Emulando a las tradiciones más brutales de nuestro siglo, la política del nuevo orden mundial ha sido aparentemente dominada por la codicia, el odio, y las masacres; tristemente, solo necesitamos mencionar a Somalia, Bosnia, Ruanda. La propia vida europea está marcada por el resurgimiento de los nacionalismos, los fascismos, la xenofobia, de una forma de lo más extravagante, en vista de los trágicos éxitos de los nazis en sus intentos de librar al continente de judíos, el antisemitismo.
Al mismo tiempo, y seguramente contribuyendo en una proporción masiva al fortalecimiento de estas brutalidades, el mercado ahora gobierna en todo el mundo -al Norte y al Sur, subsumiendo todo y a todos bajo el mando del capital, intensificando las ya groseras desigualdades, mientras los ricos se hacen más ricos y los trabajadores más pobres- y amenaza con destruir al movimiento obrero occidental y a su mayor conquista, los gobiernos socialdemócratas.
Se vuelve cada vez más difícil ganar audiencia para el “bien público” o el “bienestar común”. El discurso público y los pensamientos privados a lo largo del espectro político parecen aceptar -como dijo el neoconservador estadounidense Francis Fukuyama- que estamos ante el “fin de la historia”.[1] Con el triunfo global del capitalismo, se cree que hemos llegado al término del desarrollo histórico mundial, la culminación de la historia universal, que no solo implica el colapso de la Unión Soviética sino enviar a todas las variedades del socialismo al cementerio de la historia. Pueden surgir fundamentalismos y particularismos para desafiar al capitalismo liberal, pero no son una alternativa universal al mismo, ni ahora ni en el futuro. De hecho, el estudio reciente del mundo hecho por Edward Luttwak hace que la misma tesis de Fukuyama parezca totalmente optimista. En lugar del liberalismo, Luttwak ve “el fascismo como la ola del futuro”.[2]
En cualquier caso, las posibilidades de la democracia radical se han agotado; el mayor progreso y desarrollo de la libertad y la igualdad está excluido, para siempre. Se declara, y así se lo percibe, que pensar de otro modo, no solo es utópico, sino peligroso.
No acepto esa presunción, y no cederé ante ella. No estamos satisfechos; y nuestras exigencias y satisfactores no son simplemente materiales. La historia y sus posibilidades políticas progresivas no están resueltas.
Sin embargo, considero a la idea del “fin de la historia” con la mayor seriedad. No lo hago simplemente porque la apariencia de la presuntuosa obra de Fukuyama sea un golpe literario y comercial inteligentemente sincronizado, orquestado con el apoyo financiero patrocinado por una fundación de la Nueva Derecha dotada corporativamente, sino porque -a pesar de lo ilusoria que realmente pueda ser- esta idea ha articulado otra vez a las perennes ambiciones y sueños de las potencias para hacer de sus regímenes y órdenes sociales no solamente omnipotentes y universales sino inmortales. Y, al menos por ahora, ella parece captar en una sola frase la visión histórica dominante.
Para aquellos de nosotros que todavía aspiramos a promover los ideales críticos y democráticos de la Ilustración y de la era de la Revolución, continúa presentándose la vieja cuestión: ¿qué hacer? Y, sin embargo, parecería haber una cuestión previa, e incluso más urgente: ¿de dónde podremos obtener el apoyo, la esperanza, y una sensación de posibilidad, cuando se debe admitir que hay razones sustanciales para ser pesimista?
Más inmediatamente, no puedo hacer nada mejor que citar al mismo Deutscher: “Me parece que la conciencia de la perspectiva histórica”, escribió, “ofrece el mejor antídoto al pesimismo extravagante, así como al optimismo extravagante sobre los grandes problemas de nuestro tiempo”.[3]
Más allá de eso, lo que tengo en mente puede chocarles como algo bastante perverso. Quiero que miremos plenamente y con profundidad en los ojos de las clases dominantes y dirigentes. Percibamos lo que ellos ven. Victor Kiernan, el extraordinario historiador británico de los imperios, del estado-nación, y de tantos otros temas, jamás dejó de recordarme que nuestros dirigentes han podido asegurar su dominio una y otra vez porque ellos están más unidos, son más conscientes de su clase y, políticamente, más inteligentes. Ellos están habitualmente en el puesto de mando; nosotros no; de modo que por más ansiedad de autoengañarse que puedan tener (y es imperioso que traten de hacerlo), están mejor posicionados para espiar el camino que tienen por delante y el que dejan atrás.
Mi opinión es que por más imponente que pueda ser el poder de las clases dominantes, y por más sumiso que pueda parecer el pueblo sobre el que lo ejercitan, los ojos de las clases dominantes no reflejan seguridad y confianza, sino aprensión y ansiedad. ¿Qué es lo que ven? ¿Qué es lo que reconocen? ¿Qué es lo que saben? El historiador radical estadounidense Howard Zinn apunta a una respuesta:
Cuando nos deprimimos al pensar en el enorme poder que los gobiernos, las corporaciones multinacionales, los ejércitos y la policía tienen para controlar las mentes, aplastar a los disidentes, y destruir las rebeliones, deberíamos tener en cuenta un fenómeno que siempre encuentro interesante: Quienes poseen un enorme poder están sorprendentemente nerviosos sobre su capacidad para aferrarse a su poder. Reaccionan casi histéricamente ante los que parecen ser débiles e inofensivos signos de oposición (…) ¿Es posible que la gente con autoridad sepa algo que nosotros no sabemos?[4]
En las miradas y acciones de los poderosos, podemos descubrir qué es lo que les preocupa así y, al mismo tiempo, recordar lo que parece estar casi en el olvido. Al fin y al cabo, tendremos que preguntarnos: ¿Por qué las clases dominantes temen a la historia?
*
Tengo una historia para relatar, que llevo conmigo desde hace varios años. No es larga, ni grandiosa, ni épica en sus dimensiones. Y, seguramente, hay muchas otras, más poderosas. No obstante, pienso que puede servir como un punto de partida.
A comienzos del otoño de 1986, uno de mis colegas, Craig Lockard, dejó sobre mi escritorio un artículo del Far Eastern Economic Review que relataba las dificultades y adversidades de un joven disidente, Yu Si Min, ante el poder y las autoridades de Corea del Sur.[5] Craig pensó razonablemente que mis estudiantes y yo lo hallaríamos como algo intrigante, pues se refería a un texto que habíamos estado leyendo y discutiendo en clase.
La historia comienza en 1978, cuando Yu partió, desde su ciudad provincial sureña, hacia la capital, pues había sido aceptado para estudiar economía en la más prestigiosa institución académica del país, la Universidad Nacional de Seúl.
Ese fue un momento tremendo para él y su familia. Yu era el quinto de seis hermanos; sus padres habían escatimado y ahorrado durante muchos años para lograr que él pudiera continuar sus estudios. Como él mismo dijo, al dejar su hogar familiar, él podía realmente sentir la “mirada orgullosa de su madre sobre sus hombros”; y en el camino, él juró que seguiría una carrera lucrativa para compensar a sus padres por todos los sacrificios que habían hecho.
Sin embargo, la vida en Seúl no era como la que había esperado. Yu se sorprendió por los bajos salarios y las terribles condiciones de trabajo que sufrían los trabajadores, especialmente las mujeres y las adolescentes, y antes de finalizar su primer año en la universidad se había puesto a dar clases nocturnas en un distrito fabril, una actividad que pronto atrajo sobre él la atención de las autoridades.
Finalmente lo detuvo la policía. Lo interrogaron durante tres días, tratando de descubrir si estaba alentando huelgas y organizando sindicatos, que eran actividades prohibidas por el gobierno.
Cuando se declaró la ley marcial en mayo de 1980, Yu fue uno de los miles de manifestantes arrestados por exigir la restauración de los derechos democráticos como la libertad de prensa y de reunión y la legalización de sindicatos obreros independientes. Su primera estadía en la cárcel fue de tres meses. Durante ese tiempo fue golpeado regularmente. Luego, al recuperar la libertad, fue inmediatamente reclutado por el ejército. Siendo un conocido manifestante estudiantil, sufrió un duro tratamiento y, como otros que compartían su misma situación, fue enviado a una unidad que patrullaba la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Esta práctica supuestamente pretendía elevar la conciencia de la amenaza del Norte a la seguridad del Sur porque, junto a las temperaturas bajo cero y los frecuentes hostigamientos, había un constante “peligro de tiroteos repentinos”.
Relevado del servicio en la primavera de 1983, Yu fue readmitido en la universidad. Sin embargo, unas semanas después de su regreso se sumó a manifestaciones y pronto fue arrestado de nuevo, esta vez acusado de asalto, luego de que él y otros estudiantes detuvieron a varios agentes policiales “descubiertos al espiar en la universidad”.
Sentenciado a un año de cárcel, Yu fue puesto en “confinamiento solitario (…) aislado del resto del mundo”. Su celda tenía
1,8 metros de largo y 1,2 metros de ancho, con nueve agujeros para ventilación del tamaño de una moneda. Las paredes y el piso estaban cubiertos con espuma plástica para evitar cualquier filtrado de ruido y una puerta doble que obstaculizaba cualquier vista del corredor más allá de ella. “Lo primero que se me ocurrió”, dijo, “fue que sería mejor que aprendiera a llevarme bien con el silencio”.
Yu se mantuvo ocupado con labores de punto. Pero (siempre el estudiante) se preparó un plan de estudios riguroso de 150 tomos de la literatura mundial, incluyendo “todo lo de Dostoievski y de Tolstoi”. Sin embargo, hubo dos obras que le fueron prohibidas, por ser consideradas “subversivas”: Glimpses of World History [Vislumbres de la historia mundial] y What is History [¿Qué es la historia?].[6]
Mis alumnos se preguntaban por qué esos dos libros en particular fueron considerados “subversivos” ¿Qué los hacía “especiales”? Casi de inmediato, pensaron que era porque Nehru había sido un rebelde triunfante contra el imperio y un prominente líder del movimiento no alineado, y Carr había sido el autor de una monumental (y simpatizante) Historia de la Unión Soviética. Pero algunos de mis alumnos siguieron examinando sus respectivos capítulos, suponiendo que los censores realmente leyeron las obras que separaron de las otras. Al hacerlo, descubrieron que Vislumbres de la historia mundial se había originado en la década de 1930, a partir de las cartas escritas por Nehru desde las cárceles coloniales británicas a su joven hija, Indira. Basadas en el universalismo, el humanismo y el marxismo, y reconociendo las alzas y bajas de las fuerzas sociales, las cartas narran una historia global del imperio y la independencia, de la reacción y la revolución, y de la destrucción y la innovación creativa.
En el siguiente, en el libro que se suponía que todos ellos estarían leyendo, ¿Qué es la historia?, vieron cómo Carr discutía enérgicamente contra el pesimismo que prevalecía entre sus pares. Él afirmaba que aun con sus desastres, la historia moderna es progresista, porque seguimos viendo la expansión mutua y la profundización de la razón y la libertad. Y en esos términos, Carr convoca a sus colegas historiadores a reconocer sus responsabilidades intelectuales y políticas y “a presentar desafíos fundamentales, en nombre de la razón, a la manera actual de hacer las cosas”.[7]
Al ver estos libros desde el punto de vista de los poderosos, o sea, de la oficina de los censores de la prisión, mis alumnos coincidieron en que los mismos eran incuestionablemente “subversivos”. Pero, preguntaron entonces -y los amé cuando lo hicieron-, ¿no sería eso también verdad, al menos en cierta medida, de la historia crítica en todos los regímenes de poder y riqueza desiguales?
*
He contado la historia de Yu Si Min porque creo que recrea en un microcosmos la compulsión universal de las clases dominantes a controlar no solo la política y la economía, sino también la cultura y el pensamiento; más específicamente, la memoria histórica, la consciencia, y la imaginación. Allí, en su celda carcelaria, en su improvisado gabinete de lectura, físicamente aislado y solitario, Yu estaba totalmente bajo el mando del estado. Aparentemente confiados, sus guardianes le permitieron el acceso a muchas obras literarias; pero en verdad, estaban siempre preocupados y vigilantes, y obligados a impedirle leer dos de los libros solicitados, las obras que abordaban específicamente la historia.[8]
La experiencia de Yu en la cárcel evoca un largo historial de represiones, ocultaciones, mistificaciones, corrupciones y falsificaciones de la historia. Ante nosotros está el archi-antidemócrata Platón, exponiendo dialógicamente en su República un proyecto de una sociedad ordenada en clases -en la que los poetas y los proto-historiadores deben ser cuidadosamente regulados, y el consenso debe basarse en una gran fabricación histórica:
“Ahora,” dije “¿podemos idear una de esas mentiras -del tipo de las que surgen cuando lo exige la ocasión (…) para inventar una noble mentira y convencer con ella ante todo a los dictadores mismos, y si no al menos al resto de la comunidad?”
“¿A qué te refieres?”, preguntó.
“No se trata de nada nuevo”, dije, “sino de un caso ocurrido ya muchas veces en otros tiempos (…) pero que nunca pasó en nuestros días ni pienso que pueda pasar, es algo que requiere grandes dotes de persuasión para hacerlo creíble”.[9]
(Curiosamente, la República de Platón bien podría haber sido una de las “grandes obras” permitida en el plan de estudios en la cárcel de Yu).
Distinguiendo claramente entre “el pasado” como una invención ideológica y “la historia” como un saber crítico, en The Death of the Past [La muerte del pasado], J. H. Plumb resume sucintamente el desfile de las elaboraciones de la clase dominante y los usos de las mismas desde la época antigua hasta la presente: “El pasado estuvo permanentemente involucrado en el presente, y todo lo que consagraba al pasado -los monumentos, las inscripciones, los registros- eran armas esenciales en el gobierno, para asegurar la autoridad, no solo del rey, sino también de quienes a cuyo poder él simbolizaba y santificaba…”.
Hoy, Plumb podría haber subestimado la persistencia del pasado, y los continuos esfuerzos de las élites para componerlo y dirigirlo, pero apreciaba su importancia esencial: “Los mitos y leyendas, las dinastías y las genealogías (…) las interpretaciones liberales y los destinos manifiestos (…)  Todos los soberanos necesitaron una interpretación del pasado para justificar la autoridad de sus gobiernos (…) El pasado siempre ha sido el esclavo de la autoridad”.[10]
Nuestro propio siglo no está libre de esas prácticas. Siguiendo la consigna del Partido en la obra 1984 de Orwell, “quien controla el pasado controla el futuro, quien controla el presente controla el pasado”, los regímenes totalitarios y autoritarios han buscado constantemente dominar y manipular la memoria pública y privada. Fue cierto con el nazismo y el fascismo, ha sido cierto con el comunismo, y ha sido cierto con una gran cantidad de dictaduras más pequeñas, aunque no necesariamente más benignas.
Aunque comparadas con las devastaciones de la blitzkrieg (guerra relámpago) y las conquistas y el asesinato organizado de seis millones de judíos, la quema de libros y las perversiones del pasado parecen crímenes menores, jamás se las debe pasar por alto, porque el tratamiento criminal de la historia por parte de los nazis sirvió para racionalizar y justificar ante el pueblo alemán sus posteriores crímenes contra la humanidad. Quienes niegan que haya ocurrido el holocausto pueden estar ejerciendo su derecho a la libre expresión (y demostrar que las clases dominantes no tienen un monopolio absoluto para tratar de suprimir el pasado), pero también están cometiendo atrocidades contra la memoria y la historia. La presencia de neo-nazis en las calles de Europa, junto al re-ascenso de políticos fascistas, es escalofriante.[11]
La censura en la Unión Soviética comenzó bajo Lenin como una “medida transitoria”. Sin embargo, como David Remnick escribe en Lenin´s Tomb [La tumba de Lenin]: “El Kremlin tomó tan seriamente a la historia que creó una burocracia masiva para controlarla, para inventar lenguaje y contenido, de modo que las purgas asesinas y arbitrarias se convirtieron en un “triunfo sobre los enemigos y espías”, y el tirano reinante, en un “amigo de todos los niños”.[12]
Isaac Deutscher relata cómo, al comienzo de las campañas de Stalin contra sus rivales, “comenzó la prodigiosa falsificación de la historia que iría a descender como una avalancha sobre los horizontes intelectuales de Rusia” y cómo, al comienzo de la década de 1930, iba exigiendo falsedades y encubrimientos cada vez más masivos. Con las farsas judiciales, las purgas, las hambrunas, las deportaciones, los campos de concentración, y los asesinatos por millones, Stalin y el Partido impusieron una gran “conspiración del silencio”.
Luego de más de un cuarto de siglo, los horrores y las mentiras, y la represión de toda referencia a ellos, fueron tan estrechamente unidos que los sucesores de Stalin no pudieron admitir que se aflojaran demasiado los controles. ¿Cómo podían hacerlo, si todos ellos habían sido sus “cómplices”?[13] El mismo Kruschev apreció plenamente el poder del pasado y paradójicamente, rindió uno de los mejores (aunque no eran universalmente merecidos) homenajes a mi profesión que jamás haya oído: “los historiadores son gente peligrosa, capaces de invertir todo patas para arriba. Hay que vigilarlos”.
Aunque los días más oscuros no regresaron, la historia siguió estando bajo una estrecha supervisión y regulación -con “deshielos” ocasionales, seguidos regularmente por nuevas “purgas”- hasta la glasnost y la perestroika a mediados de los ochenta. Sin embargo, Gorbachov no era un tonto. Incluso él habría preferido, al menos al comienzo, no ampliar la apertura y la reestructuración a las cuestiones del pasado. No fue sino hasta que imaginó que, permitir el reexamen y la revisión pública de los registros históricos, lo ayudaría a socavar a su oposición, que él mismo exigió que se llenaran los demasiado numerosos “espacios en blanco”.[14]
Habiendo sido tan bien supervisados, los mismos académicos profesionales al comienzo dudaban si emprender el entonces permitido reexamen de la experiencia soviética. Pero otros no, y muy pronto el estudio sobre el pasado histórico se fue afirmando en todos lados. Recuerdo claramente el anuncio del gobierno soviético en mayo de 1988 de que, en vista de los grandes cambios en curso, se estaban cancelando los exámenes de historia de la universidad. Con el tiempo, se cancelarían muchas más cosas que eso.
Los errores de cálculo de Gorbachov, si suponemos que nunca pretendió realmente provocar la desintegración de la Unión Soviética, también invitaron a la renovación y el rescate de la política y la historia en Europa Oriental. En 1988, en el vigésimo aniversario de la “Primavera de Praga” y el aplastamiento del experimento checoslovaco sobre la democracia socialista, el grupo disidente “Carta 77” emitió una declaración que concluía con el siguiente párrafo:
Solo pedimos la verdad. La verdad sobre el pasado y la verdad sobre el presente son indivisibles. Sin aceptar la verdad sobre lo que sucedió es imposible abordar correctamente qué está sucediendo ahora; sin la verdad sobre lo que está sucediendo ahora es imposible mejorar sustancialmente el estado de cosas existente.
En las repúblicas bálticas, la insurgencia política fue acompañada por los pedidos de la publicación de los “protocolos secretos” del pacto Hitler-Stalin que habían sellado sus destinos. En forma similar, los cambios en curso en Polonia, por los que durante tanto tiempo lucharon los trabajadores y los intelectuales de “Solidaridad”, generaron una serie de “revelaciones” históricas, referentes a las acciones soviéticas antes, durante y después de la Segunda Guerra Mundial. Y en Hungría, junto con las demandas populares por la reforma política, se organizó un “Comité por la Justicia Histórica” para proseguir la recuperación del pasado enterrado de la Revolución de 1956.[15]
Encubiertas desde 1945, las fuerzas nacionalistas extremistas y reaccionarias asumieron el poder en cada uno de estos casos, amenazando en sus respectivas personificaciones, con reemplazar a la represión comunista de la memoria y de la historia con las represiones nacionalistas. No obstante, la importancia de la historia para los movimientos de liberación de 1989 confirmó las palabras del novelista checo Milan Kundera: “la lucha del hombre contra el poder, es la lucha de la memoria contra el olvido”.[16]
Más hacia el Este, la dirección comunista china, a pesar de todos sus proyectos revolucionarios, en realidad renovaron el manejo del pasado de sus antecesores imperiales y de quienes lo estudiaron. De hecho, Mao y sus cuadros, al decir de Jonathan Unger, estaban aún más decididos a controlar los mensajes impartidos en las obras históricas para inclinar esos mensajes para que favorezcan a las líneas políticas oficiales y extirpen las disidencias u oposiciones que podrían estar ocultas en las alegorías históricas (…) En resumen, los historiadores debían ser los siervos de los propagandistas del Partido.[17]
El grado de control ejercido desde 1949 ha variado, aunque obviamente no tanto como las direcciones historiográficas dictadas por las cambiantes medidas políticas y económicas del gobierno. Por su parte, los mismos historiadores, y otros recreadores del “pasado” chino, en algunas ocasiones, aunque infructuosamente, han alzado su voz para defender el “derecho a recordar”. En 1989, con una petición apoyando a los estudiantes y trabajadores que se movilizaban en la plaza de Tiananmen, un grupo de escritores de Shanghai pidió una “investigación histórica libre”. Sin embargo, luego de la masacre de la noche del 4 de junio, llegó la predecible reacción ideológica, comenzando con la maquinaria de propaganda gubernamental, que describió a la violenta represión al movimiento democrático por parte del ejército como acciones que se tomaban contra los “contrarrevolucionarios”.
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Es difícil tratar a las clases dirigentes de los estados liberales contemporáneos en las mismas páginas como las relacionadas con las experiencias del fascismo y el comunismo. Pero nuestras élites dominantes no son inocentes, y debemos esforzarnos para no olvidar que las instituciones, leyes y costumbres que las limitan son resultado de largas y continuas luchas desde abajo.
En los años que precedieron a la Segunda Guerra Mundial, la educación japonesa era un instrumento ostensible de adoctrinamiento, para cultivar en los niños la creencia de que la expansión de la nación en el exterior era una campaña sagrada para poner “a todo el mundo bajo un mismo techo”, y garantizar que ellos promovieran “la lealtad al emperador y el amor al país”. Todos los libros escolares eran sometidos a revisión y certificación por el Ministerio de Educación. Pero luego de la derrota de Japón y la subsiguiente ocupación estadounidense, se reformaron las prácticas educativas y dentro de ciertos lineamientos, se permitió a los docentes elegir sus textos. Pero esto no duró mucho.
Hacia la década de 1950, triunfó el conservador “Partido Liberal Democrático” y contra la oposición del sindicato de los maestros, reinstituyó el control estatal sobre la educación y la autorización de los libros de texto. Así fue como, a pesar de la creciente historiografía científica, el gobierno pudo prohibir en los libros las referencias específicas a las atrocidades cometidas por el ejército imperial japonés durante la Segunda Guerra Mundial. La más infame de ellas fue la “violación de Nanking” en 1937. Recientemente -debido a las persistentes campañas legales por parte de liberales e izquierdistas y, tal vez, lo que fue incluso más importante, debido a las presiones de los gobiernos de los países que habían sufrido las depredaciones japonesas- las prohibiciones han sido reducidas o retiradas. Sin embargo, el control y la censura estatal de los libros de texto continúan vigentes.[18]
En diversos grados, la distorsión y la obstrucción del pasado histórico por parte de las élites dirigentes han caracterizado a la historia pública y a la educación histórica en todos los antiguos países del Eje, generalmente con la aquiescencia, e incluso la avidez de sus antiguos enemigos, durante la Guerra Fría, y contra la izquierda. Recordemos la política de la amnesia en los austríacos cuando se adherían a la imagen de sí mismos como “las víctimas” del expansionismo alemán; o las iniciativas “históricas” del canciller alemán, Helmuth Kohl, que abarcaban desde la ceremonia del homenaje de Ronald Reagan en el cementerio militar alemán de Bitburg en 1985 hasta sus posteriores planes para conmemorar el quincuagésimo aniversario del complot para asesinar a Hitler, que deliberadamente excluía a los representantes socialistas y comunistas en los movimientos de la resistencia. También podemos registrar aquí a más de medio siglo de prevaricatos y equívocos políticos en Francia, engendrados por el “síndrome de Vichy” de esa nación.[19]
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Desde que se abrieron los archivos en Berlín y en Moscú, los secretos estadounidenses y de otros países occidentales sobre los crímenes estatales y corporativos cometidos bajo la protección de la Guerra Fría, recién están empezando a filtrarse. Acuerdos secretos con nazis y fascistas, espionaje doméstico y persecución a comunistas, pruebas de radiación atómica sobre personal militar y civil, asesinatos y derrocamiento de gobiernos, planes para un ataque nuclear preventivo… empiezo a sonar como Oliver Stone, el productor del filme JFK.
Y aún nos queda el comentario de un ex funcionario de los Estados Unidos, de que “posiblemente, un tercio de la historia estadounidense está clasificada como secreta”. (Ni siquiera comenzaré en absoluto a preguntar sobre todos los “Official Secrets” ocultos en algún lugar de la Gran Bretaña).
Más aún, en los Estados Unidos, y quizás no menos que en Japón, los libros de texto de historia en las décadas de la posguerra han excluido o limitado las referencias a los más oscuros sucesos y a las persistentes luchas sociales que configuraron la historia de la nación y continúan haciéndolo. Partidarios del consenso respecto a la Guerra Fría y de proseguir con el anticomunismo a nivel nacional e internacional, los libros universitarios de historia unánimemente han representado la expansión estadounidense hacia el oeste y las intervenciones en el extranjero, referenciándose con el Destino Manifiesto, la defensa del hemisferio, y/o el apoyo a las luchas anticoloniales.[20] Naturalmente, la democracia fue un tema central en las narrativas de progreso de estos libros; sin embargo, ignorando las persistentes limitaciones, exclusiones y opresiones, estos textos expusieron, mucho antes que Fukuyama tuviera la edad suficiente como para pensar sobre ese tema, una imagen de los Estados Unidos en la posguerra como la culminación de la historia occidental y mundial.
No solo los libros escolares, que son los más oficialistas de las historias públicas, sino también toda la cultura de masas estadounidense, desde Madison Avenue hasta Hollywood, proyectaron esta presunción. Desde la década de los cincuenta hasta la de los sesenta, liberales y conservadores parecieron compartir la creencia histórica de que en los Estados Unidos éramos testigos del “fin de la ideología”.[21] Quienes resistían a esta visión fueron debidamente marginados y carecían de credibilidad. O así pareció durante un tiempo.
Fomentada en parte por la misma contradicción entre la historia relatada y la historia vivida, la izquierda radical estadounidense se había renovado en la década de los sesenta. Y las luchas por los derechos civiles de las minorías raciales y étnicas, por los derechos sociales de los pobres, por la igualdad de derechos de las mujeres, y por el cese de las guerras imperiales, junto a la menos celebrada pero no menos notable insurgencia de la clase obrera por sus derechos y por la democracia en el lugar de trabajo,[22] estos movimientos promovieron serias reformas en la política y la economía estadounidense.
Estas luchas también inspiraron revisiones radicales en el estudio y en el pensamiento históricos, incluyendo la socialización y la democratización del pasado, o sea, la recuperación e incorporación en los registros históricos de las previamente ignoradas experiencias y acciones de clase, raza y género.
Desgraciadamente, aunque esto también era predecible, estas campañas y conquistas democráticas también provocaron profundas reacciones por parte de la élite en el poder, crecientemente preocupada porque las diversas luchas de esa época estaban al borde de unirse en un amplio movimiento radical-democrático y de esta forma promover reformas en una escala aún más grande. En declaraciones públicas y manifiestos, como el informe de la Comisión Trilateral de 1975, La crisis de la democracia, los voceros de la clase empresarial declamaban que los políticos occidentales enfrentaban una “sobrecarga gubernamental”, más específicamente, una “crisis” en la que los problemas de la “gobernabilidad” surgían de esa “sobrecarga”. Se planteaba claramente que la amenaza provenía desde abajo: de las minorías, las mujeres, los grupos de interés público, y los sindicatos; pero los verdaderos culpables que se eligieron fueron la universidad y otros “intelectuales que buscan adoptar nuevos estilos de vida y nuevos valores sociopolíticos” (léase, historiadores y otros del mismo tipo).[23]
De este modo, durante los últimos 20 años hemos estado sometidos, en los Estados Unidos, y en gran parte por las mismas razones, en Gran Bretaña, a lo que Ralph Miliband identificó como una “guerra clasista desde arriba” contra las conquistas del liberalismo y la socialdemocracia y los cambios progresistas causados por las diversas luchas en los años sesenta. Y un acentuado rasgo de estas “revoluciones desde arriba” ha sido la vigorosa y concertada campaña para reconfigurar la memoria histórica, la conciencia, y la imaginación, cuyo clímax iba a ser la proclamación de que realmente habíamos arribado al “fin de la historia”.[24]
Fuertemente alentados y lucrativamente financiados por las élites empresarias, Ronald Reagan y Margaret Thatcher, junto a sus seguidores y serviles lacayos republicanos y conservadores, expusieron en forma brillante versiones míticas de la historia de sus respectivas naciones. Las distorsiones y obstrucciones vulgares del pasado fueron incesantes, pero en particular, podríamos recordar a Reagan remontándose a unos Estados Unidos supuestamente más felices, más seguros, y económicamente más robustos, que existieron alguna vez, dependiendo de la ocasión, antes de las revueltas y los programas de la “Gran Sociedad” de los años sesenta o, en algunos casos, antes del “New Deal” de los años treinta. Para Thatcher, los buenos días de antaño eran aquellos en los que se suponía que prevalecían los “valores victorianos”, y el pueblo británico había sido más autosuficiente, mejor, y más emprendedor y filantrópico (en una combinación determinada, presuntamente, por las circunstancias de clase de cada uno).
Reagan y Thatcher hablaban del pasado como una época de “valores comunes” e insistían sobre la necesidad de restablecerlos. Estos no eran arranques de nostalgia, sino una artillería dirigida contra los liberales, los sindicalistas, los socialistas, las feministas, los pobres, y las minorías raciales y étnicas. Reagan y Thatcher ofrecían una retórica del consenso cuya verdadera intención era fortalecer una política de división social y una economía política de la acumulación del capital y la desigualdad de clases.
Más aún, las ambiciones de los líderes de la Nueva Derecha de restaurar “el pasado” no eran meramente retóricas. En el lenguaje neo-macartista, declaraban su hostilidad hacia la obra científica y pedagógica de los nuevos historiadores, e iniciaron “batallas culturales”, convirtiendo a la “crisis de la educación histórica”, pregonada y exaltada por los medios, en una muy importante cuestión cívica, si no es que relacionada con asuntos de la defensa [nacional]. Luego, bajo el pretexto de responder a la ignorancia de los estudiantes y la propagación de la amnesia histórica, los ministros republicanos y conservadores de educación introdujeron esquemas sin precedentes para “normas nacionales” y “currículos nacionales”, en los cuales la Historia iba a ser un tema central. E hicieron todo lo posible para que las narrativas dictadas en esos programas de estudio y currículos contribuyeran al perfeccionamiento de los órdenes conservadores deseados.
En esta edad del espectáculo y del entretenimiento, los esfuerzos de la Nueva Derecha para subordinar la educación histórica han sido mejorados, o incluso eclipsados (al menos en los Estados Unidos), por las reconstrucciones empresariales del pasado. Pensando particularmente en las representaciones de la Avenida Madison (como se llama a la industria de la publicidad) de los años sesenta, un colega, algo mayor que yo, me advirtió hace algunos años que “en una protesta, puedes escupir sobre el sistema capitalista. Alguna compañía lo recolectará, lo refinará, y lo envasará. Y tu madre lo comprará para regalártelo en Navidad”. En el cine, la televisión y la publicidad, el pasado y el presente son esterilizados y mercantilizados; y ahora tenemos la propuesta de la Corporación Disney, de crear un nuevo parque temático que se llamará “Los Estados Unidos de Disney”, que promete -y aquí uno se queda pasmado, no sabiendo si reír o llorar- crear “representaciones realistas del pasado de la nación”, incluyendo el esclavismo y la Guerra Civil. En una forma verdaderamente orwelliana, nos servirán la historia para el “Fin de la Historia”.
Consideremos nuevamente la variable motivación, pero universal e incansable, de las clases dominantes y dirigentes para subordinar no solo al presente sino al pasado. Sin duda, no hay que ser un marxista para reconocer las ambiciones hegemónicas implicadas cuando un mercenario de cualquier poder proclama que el actual orden de las cosas es eterno. Comprendidos política e históricamente, los intelectuales generosamente subsidiados de la Nueva Derecha con su proyecto del fin-de-la-historia se encuentran en la misma fila que los intrigantes en la República de Platón con su “noble mentira”; todos ellos están decididos a impedir la democracia, no a mejorarla.
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¿Qué tiene la historia que tanto aflige a las clases dominantes y gobernantes, que se ven obligados a controlarla y comandarla? Milan Kundera responde, invirtiendo a George Orwell:
El pasado está lleno de vida y su rostro nos excita, nos ofende y por eso queremos destruirlo o retocarlo. Los hombres quieren ser dueños del futuro sólo para poder cambiar el pasado. Luchan por entrar al laboratorio donde se retocan las fotografías y se reescriben las biografías y la historia.[25]
No es la certidumbre la que autoriza esas acciones, sino la inquietud; no es la convicción sobre el curso de la historia lo que lleva a la clase dominante a declararla “finalizada”, sino la angustia inducida por lo que ellos ven en ella.
Comencé proponiendo que miremos directamente a los ojos de los poderosos, para descubrir lo que ellos ven, lo que reconocen, lo que saben. Debí haber preguntado: ¿Qué es lo que ven, pero tratan de ocultar? ¿Qué reconocen, pero intentan negar? ¿Qué saben, pero tratan de esconder? Boris Kagarlitsky nos recuerda una afirmación de Marx sobre la censura: “La ley contra un estado de ánimo no es una ley del estado promulgada para sus ciudadanos, sino la ley de una parte contra otra. (…) Las leyes contra una forma de pensar son el grito involuntario de una mala conciencia”. Sin duda. Pero no es solo esa culpa la que impone las proscripciones. Sabiéndolo, Kagarlitsky agrega lo siguiente, con el efecto, intencional o no, de dirigir nuestro pensamiento más allá de las experiencias del fascismo y el comunismo: “Introducen la censura quienes temen a la opinión pública; la misma existencia de la censura es una señal de que el pensamiento de oposición está vivo y no puede ser erradicado; que junto al ‘partido’ burocrático dominante también hay un partido democrático de facto”.[26]
¿Por qué las clases dirigentes temen a la historia? Porque, más allá de sus crímenes, y más allá de las tragedias e ironías que tanto exigen esperanza y entusiasmo, ellos ven y saben, al igual que sus predecesores, que la historia ha sido, y sigue siendo, un proceso de luchas por la libertad y la justicia. Y cada vez más, al menos desde fines del siglo XVIII, ha sido, como el difunto Raymond Williams dijo una vez, una Larga Revolución,[27] en cuyo corazón político se halla la lucha por la libertad, la igualdad, y la democracia.
Además, ellos perciben que a pesar de las muchas veces en que la historia ha supuesto la “experiencia de la derrota” para los pueblos y las clases que han tratado de hacer lo contrario, la Larga Revolución también ha ofrecido grandes victorias. Buscando una razón para la esperanza, Ronald Aronson se aventura a decir:
Los verdaderos progresos históricos en la moral social humana han ocurrido mediante esas luchas. Se abolió la esclavitud, se ganaron derechos democráticos, se han prometido y alcanzado ciertos elementos de dignidad e igualdad, se finalizaron guerras, y otras se evitaron, solo porque hemos actuado. Imaginado, a veces desesperadamente, y otras veces con confianza, en las visiones colectivas, movimiento tras movimiento, que se sacrificaron y agitaron; parcialmente logrado y después legitimado por la ley y la costumbre, el progreso social se había hecho realidad en cada paso del camino.[28]
En verdad, ya sea en la resistencia, la rebelión o la revolución, no son solo las victorias las que pesan; también las derrotas han contribuido a la creación de la democracia. Los “Niveladores” y los “Cavadores”: sectas radicales que surgieron durante la guerra civil inglesa del siglo XVII, las posteriores generaciones de los Ludditas Radicales, artesanos ingleses que protestaban contra las nuevas máquinas que destruían el empleo en el siglo XIX, y los artesanos y proletarios Cartistas; los sans-culottes y los comuneros parisinos; los esclavos negros rebeldes en el continente americano; los metalúrgicos radicales, granjeros populistas, obreros socialistas, y los jornaleros “Wobbly”, nativos e inmigrantes en los Estados Unidos; los campesinos, vaqueros y obreros revolucionarios de México; los trabajadores que defendían a la España republicana y sus camaradas en las brigadas internacionales; los partisanos de la Europa ocupada y los luchadores judíos en el gueto de Varsovia; los manifestantes anti-apartheid en Sharpeville en Sudáfrica; y los estudiantes y obreros chinos de 1919 y 1989, todos ellos, en sus respectivas maneras, aportaron a la lucha.
Mi abuelo, ruso judío, que vino a Estados Unidos después de la revolución rusa de 1905 y participó en las campañas como un joven socialista en el Lower East Side de Nueva York, me pasaba, cuando yo era un niño, sus ejemplares de las obras de Tom Paine. Entre ellos, el folleto revolucionario Common Sense, en donde Paine escribió con valentía: “Tenemos en nuestro poder comenzar el mundo otra vez”. En los años 1776, 1789, 1810, 1848, 1871, 1910, 1917, 1945, 1949, 1959, 1968, 1989, 1993, y en tantos otros momentos radicales y democráticos, grandes y pequeños, se renovó esa posibilidad.
Digan lo que digan, los poderosos no lo han olvidado. Ni tampoco han olvidado el desafío que expresó Rosa Luxemburgo mientras escapaba del arresto por parte de los proto-nazis Freikorps que la asesinarían: “«El orden reina en Berlín» ¡Esbirros estúpidos! Vuestro «orden» está edificado sobre la arena. Mañana la revolución ya se elevará de nuevo con estruendo hacia lo alto y proclamará, ante vuestro terror, en medio del bronce de las trompetas: «¡Fui, soy y siempre seré!»”.[29]
Desde hace tiempo, el relato democrático atormenta al imaginario de las clases dominantes. Hoy lo hace aún más, porque es el mismo cimiento sobre el que se apoya la legitimidad política contemporánea. Por muy falsas, hipócritas o blasfemas que sean sus palabras, durante gran parte de este siglo XX, y durante mucho más tiempo en los Estados Unidos, sus dirigentes y gobernantes se han visto obligados a hablar dentro de y para un discurso democrático; y a menudo, un discurso enraizado en un momento revolucionario. Por más limitadas, degradadas o evisceradas que estén las instituciones, la idea del “gobierno por el pueblo” se ha convertido en la piedra angular ideológica del gobierno moderno. Como comenta John Dunn acerca de ese pilar, “en la historia del mundo (…) no hay nada que para los seres humanos goce de esa misma autoridad sin límites; y esto sucede prácticamente en todo el mundo”.[30]
Irónicamente, el mismo contenido de la ideología hegemónica sirve para recordarnos nuestros ideales democráticos y nos ofrece la posibilidad de realizarlos aún más. A veces esto es obvio; pero, de nuevo, a veces -especialmente en nuestras políticas liberales del fin-de-la-historia- hay que escuchar cuidadosamente, muy cuidadosamente, para apreciar la ansiedad de las élites gobernantes.
Veamos cuando en 1992 el demócrata William Jefferson Clinton asumió la presidencia de los Estados Unidos, luego de doce años de gobiernos republicanos conservadores. En su discurso inaugural exhortó a los estadounidenses “a ser audaces, abrazar el cambio y compartir los sacrificios necesarios para que progrese la nación”.
Hay que recordar que Clinton buscaba relacionar su pretendida “visión política” con la del autor revolucionario de la Declaración de la Independencia, Thomas Jefferson. Luego de su peregrinaje a la casa de Jefferson en Monticello y luego de un viaje al distrito de Columbia a lo largo de la ruta recorrida por el tercer presidente en 1801, el discurso inaugural de Clinton estaba cargado de referencias jeffersonianas. Recuerdo en particular un comentario: su afirmación de que “Thomas Jefferson creía que para preservar los mismos fundamentos de nuestra nación necesitaríamos drásticos cambios de vez en cuando”.
Pero, por supuesto, como todos los que fueron niños en los años sesenta (como Clinton) lo sabe, eso no es exactamente lo que dijo el Padre de la Patria. Las palabras que el propio Jefferson profirió fueron: “Sostengo que una pequeña rebelión de vez en cuando es algo bueno, y tan necesaria en el mundo político como las tormentas en el mundo físico”.
¿Cómo deberíamos interpretar la “revisión” del revolucionario Jefferson? ¿Como un acto inocente? ¿Como un acto a favor de la reconciliación política nacional? O, como afirmé (aunque esperando que se demostrara lo contrario): ¿Como un acto a favor del orden existente por parte de otro representante de la clase dirigente, que después de haber hecho su campaña en el nombre del “cambio”, no tenía intención alguna de realmente despertar la memoria y la imaginación histórica estadounidense, por el temor de que el pueblo pudiera realmente intentar hacerlo?
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Desde la celda en la prisión fascista, que se suponía que lo quebraría y que, físicamente, finalmente lo hizo, Antonio Gramsci escribió estas palabras a su joven hijo, recordándonos, desde la base, de dónde podríamos obtener sostén, esperanza, y optimismo:
Mi querido Delio, me siento un poco cansado y no puedo escribirte mucho. Tú escríbeme siempre y acerca de todo lo que te interese en la escuela. Creo que te debe gustar la historia, como me gustaba a mí cuando tenía tu edad, porque concierne a los hombres vivos, y todo lo que se refiere a los hombres, a cuantos más hombres como sea posible, a todos los hombres del mundo en cuanto se unen entre sí en sociedad y trabajan y luchan y se mejoran a sí mismos, no puede dejar de gustarte por encima de cualquier otra cosa. Pero ¿es así?[31]
Con el mismo espíritu, Howard Zinn explica modestamente su “Failure to Quit” [No renunciar]:
Puedo comprender el pesimismo, pero no creo en él. No es simplemente una cuestión de fe, sino de evidencia histórica. No una evidencia abrumadora, sino solo para dar esperanza, porque para la esperanza no necesitamos la certeza, sino la posibilidad. A pesar de todas esas afirmaciones confiadas de que “la historia muestra…” y “la historia prueba…”, la esperanza es todo lo que nos ofrece el pasado… Cuando oigo tan frecuentemente que hay pocas esperanzas para un cambio en los años noventa, también pienso en el desaliento que acompañaba al inicio de los años sesenta.[32]
Atormentados por lo que ven y saben sobre el pasado y la realización del presente, los poderosos reconocen, como lo hiciera Kruschev, que en la medida en que continúan sus labores científicas y pedagógicas, los historiadores pueden ser “gente peligrosa”. No solo somos capaces de empuñar los poderes del pasado contra los poderosos mismos, sino de -al ofrecer desafíos históricos a la desesperación y el cinismo- hacer aportes radicales a la memoria, la conciencia y la imaginación populares.
¿Qué hacer? El mismo Deutscher escribió una vez que el papel de los intelectuales “es seguir siendo eternos disconformes”. Me gusta eso. Sin embargo, en reconocimiento y apreciación de los temores de los poderes fácticos, llevaría esa idea más allá, de una manera que, estoy seguro, él habría aprobado.
Aprovechando un término de mi mentor, Victor Kiernan, afirmaría que nuestra responsabilidad y tarea es asegurar, testimoniar, y promover críticamente la memoria profética de la lucha por la democracia.[33] De este modo, para los historiadores marxistas y otros radicales, el proyecto fundamental sigue siendo el mismo: la recuperación del pasado, la educación del deseo, y el cultivo, como el propio Gramsci urgió, de:
una concepción histórica, dialéctica del mundo (…) que comprenda al movimiento y al cambio (…), que aprecie la suma del esfuerzo y del sacrificio que el presente ha costado al pasado y que el futuro está costando al presente (…) y que concibe al mundo contemporáneo como una síntesis del pasado, de todas las generaciones pasadas, que se proyecta en el futuro.[34]
¿Por qué las clases dominantes temen a la historia? Porque saben que por más antigua que sea la idea democrática, la narrativa democrática moderna, en realidad solo comenzó recién. Como reflexiona Joel Kovel en su reciente estudio del macartismo: “Sí; la variante socialista que fue un callejón sin salida, bajo el nombre del comunismo soviético, finalmente fracasó estrepitosamente. Pero el orden capitalista, con todos sus brillantes logros, no ha triunfado, solo ha ganado”.[35]
Las cosas se harían más fáciles si pudieran ser de otra manera, pero el futuro crecimiento y desarrollo del capitalismo y de la democracia no pueden ir juntos. El crecimiento del primero exige necesariamente que se restrinja la democracia o incluso se contraiga aún más.
La globalización en curso de las relaciones capitalistas de explotación y opresión significa, como ya lo ha sido antes, que las victorias democráticas conseguidas previamente serán severamente cuestionadas, y las nuevas aspiraciones democráticas continuarán siendo duramente confrontadas. Pero como lo dijo Deutscher en La revolución inconclusa “(salvo por una aniquilación nuclear), la historia no llegará a su término en ninguna parte”.[36]
La cuestión es que la clase trabajadora y otras luchas desde abajo continuarán afirmándose. De hecho, en formas que aún tenemos que descubrir, el capital mundial también posibilita que surja su oposición dialéctica a escala global. Sobre la buena posibilidad de que nuestras propias acciones sí importen, debemos trabajar duro para asegurar, que esas luchas, sean nacionales o internacionales, también se inspiren en la memoria profética de la libertad, la igualdad y la democracia.No podemos saber qué ocurrirá, pero estemos seguros de que nuestros opresores están convencidos de que se renovará la histórica y perenne demanda del poder al pueblo. Y eso se refleja en sus ojos.
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* Presentado originalmente como el discurso del Isaac and Tamara Deutscher Memorial Prize, en la London School of Economics, el 8 de noviembre de 1994. Una versión más resumida fue publicada en la revista internacional de derechos humanos Index on Censorship, vol. 24, Mayo 1995. La versión definitiva, enviada especialmente por su autor para ser publicada en Memoria. Revista de crítica militante, corresponde al capítulo segundo del libro Kaye, Harvey J., Why do ruling classes fear history? and other questions, New York: St. Martin’s Press, págs. 7-28. Agradecemos la traducción del inglés al español que amablemente ha elaborado Francisco T. Sobrino.
** Harvey J. Kaye es Ben & Joyce Rosenberg Professor de Estudios sobre Democracia y Justicia, en la Universidad de Wisconsin-Green Bay. Además de numerosos trabajos sobre historiografía marxista, ha publicado Tom Paine and the Promise of America (2006) y Take Hold of Our History: Make America Radical Again (2019).
[1] Francis Fukuyama, The End of History and the Last Man (Nueva York, 1992). Para una discusión de esas ideas ver Lutz Niethammer, Posthistoire: Has History Come to an End? (Londres, 1992).
[2] Comentarios de Edward Luttwak en “El fascismo como la ola del futuro”, London Review of Books, 7 de abril de 1994.
[3] Isaac Deutscher, Herejes y renegados (Barcelona, Ariel, 1970), pág. 7
[4] Howard Zinn, Declarations of Independence: Cross-Examining American Ideology (Nueva York, 1990), pág. 294.
[5] Shim Jae Hoon, “A Rebel with a Cause Pays the Price for Dissent”, Far Eastern Economic Review, Julio 10, 1986.
[6] Jawaharlal Nehru, Glimpses of World History (Oxford, 1989); y E. H. Carr. What is History? (Nueva York, 1962).
[7] E. H. Carr, What is History?, pág. 207
[8] Debo agregar aquí que los últimos párrafos del artículo de la revista informaban que mientras estaba en la prisión, Yu fue despedido una vez más de la Universidad y cuando fue liberado se dedicó a traducir y corregir pruebas de libros para ganarse la vida. También militó en una organización de ayuda a las familias de los presos políticos. Además debo afirmar claramente que al contar esta particular historia, no quiero faltar el respeto hacia los escritores de obras de ficción. La prohibición de sus obras y los ataques y encarcelamientos sufridos por tantos de ellos ofrecen un testimonio más que amplio de su capacidad de incitar el miedo en el corazón de los poderosos.
[9] Platón, La República, www.um.es/noesis/zunica/textos/platon,republica.
[10] J. H. Plumb, The Death of the Past (Nueva York, 1969), pág. 40 (Hay edición en español, Barcelona: Barral, 1972).
[11] Deborah Lipstadt, Denying the Past (Nueva York, 1993); Paul Hockenos, Free to Hate: The Rise of the Right in Post-Communist Eastern Europe(Nueva York, 1993).
[12] David Remnick, Lenin’s Tomb (Nueva York, 1993), pág. 4.
[13] Isaac Deutscher, El profeta armado, Trotsky: 1921-1929 (Ciudad de México, Era, 1966), y El profeta desarmado, Trotsky: 1929-1940 (Ciudad de México, Era, 1966); La revolución inconclusa. Cincuenta años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967).
[14] Ver Remnick, Lenin´s Tomb y R. W. Davies, Soviet History in the Gorbachev Revolution (Londres, 1989).
[15] Sobre estos acontecimientos, ver el número doble de Across Frontiers, Nros. 4/5, (invierno-primavera 1989).
[16] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido (Barcelona, 2000), pág. 2.
[17] Jonathan Unger, Introduction a J. Unger, ed., Using the Past to Serve the Present: Historiography and Politics in Contemporary China (Nueva York, 1993), págs. 2-3.
[18] Ver Ian Buruma, The Wages of Guilt: Memories of War in Germany and Japan (Nueva York, 1994).
[19] Ver Henry Rousso, The Vichy Syndrome, traducido al inglés por Arthur Goldhammer (Nueva York, 1991).
[20] Frances Fitzgerald America Revised (Nueva York, 1980).
[21] Ver Godfrey Hodgson, America in Our Time (Nueva York, 1978), especialmente págs. 67-99.
[22] Ver Barbara Ehrenreich, Fear of Falling (Nueva York, 1989), especialmente el capítulo 3, “The Discovery of the Working Class”, págs. 97-143.
[23] Michael Crozier, Samuel P. Huntington, y Joji Watanuki, Crisis of Democracy: Report on the Governability of Democracies to the Trilateral Commission (Nueva York, 1975), págs. 6-7, 9, 113-15). Hay edición en español: “La gobernabilidad de la democracia”, Cuadernos Semestrales. Estados Unidos: perspectiva latinoamericana, Núms. 2-3, mayo de 1978, págs. 377-397 [Nota del editor].
[24] Ver Harvey J. Kaye, The Powers of the Past: Reflections on the Crisis and the Promise of History (Minneapolis, 1991).
[25] Milan Kundera, El libro de la risa y el olvido, pág. 22.
[26] Boris Kagarlitsky, The Thinking Reed (Londres, 1988), pág. 105.
[27] Raymond Williams, La larga revolución (Buenos Aires, 2003).
[28] Ronald Aronson, The Dialectic of Disaster (Londres, 1983), págs. 301-2.
[29] Rosa Luxemburgo, “El orden reina en Berlín” en Luxemburgo, Rosa y Carlos Liebnecht, La comuna de Berlín, Ciudad de México: Grijalbo, 1971, pág. 76. [Nota del editor].
[30] John Dunn, Democracy. The Unfinished Journey (Oxford, 1992), pág. 239.
[31] Antonio Gramsci, Cartas desde la cárcel  (Caracas, 2006), pág. 60.
[32]  Howard Zinn, Failure to Quit: Reflections of an Optimistic Historian (Monroe, Maine, 1993), pág. 157.
[33] V. G. Kiernan, “Socialism, the Prophetic Memory”, en H. J. Kaye, Poets, Politics and the People: Selected Writings of V. G. Kiernan (Londres, 1989), págs. 204-28.
[34] Antonio Gramsci, Selection from the Prison Notebooks (Nueva York, 1971), págs. 34, 35.
[35] Joel Kovel, Red Hunting in the Promised Land (Nueva York, 1993), pág. 243.
[36] Isaac Deutscher, La revolución inconclusa. 50 años de historia soviética (Ciudad de México, Era, 1967), pág. 13.
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franciscozeus-blog · 4 years
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* UN POCO DE HISTORIA, SIEMPRE ES BUENO TENERLA PRESENTE * ¿ DONDE ESTABA EL EZLN ? Dónde estaba el EZLN y el zapatismo en los años setenta y ochenta, cuando comenzaban a delinearse las políticas neoliberales en México y el mundo? ¿Dónde estaba AMLO? El EZLN como tal no existía aún, sin embargo la organización que fundaría al EZLN en la selva chiapaneca en 1983, las Fuerzas de Liberación Nacional (FLN), ya se organizaban desde fines de los años sesenta en su lucha por democracia y liberación nacional. Eran hombres y mujeres que participaron de las movilizaciones estudiantiles y populares de los años sesenta y setenta, y habían decidido que darían su vida por alcanzar una vida digna para el pueblo y la verdadera independencia nacional. AMLO por su parte, se había afiliado al PRI, el mismo PRI que para ese entonces ya tenía las matanzas de 1968 y 1971 en su espalda. A fines de los setenta fue funcionario del Instituto Nacional Indigenista, institución encargada de ejecutar la política de asimilación cultural de los pueblos indios, ya para inicios de los ochenta era funcionario del Comité Estatal del PRI. Al finalizar los ochenta se sumó a la Corriente Democrática, ala del priismo que encabezaron Cuauhtémoc Cárdenas y Muñoz Ledo y que más tarde, junto a partidos y organizaciones de la izquierda formarían el Frente Democrático Nacional, y luego el PRD. ¿Dónde estaba el EZLN y el zapatismo en los años noventa, fechas de auge de las privatizaciones neoliberales? ¿Y AMLO, dónde estaba? El EZLN, el 1 de enero de 1994, tras 10 años de preparación militar, de organización política, de trabajar y fundirse con las comunidades indígenas de las cañadas, altos y selvas de Chiapas, se levantó en armas contra el Estado mexicano y su principal representante, el presidente Carlos Salinas, demandando: trabajo, tierra, techo, alimentación, salud, educación, independencia, libertad, democracia, justicia y paz. Con esta acción político militar el EZLN tomó la madrugada del 1 de enero ocho cabeceras municipales, detuvo al general Absalón Castellanos ex gobernador de Chiapas y uno de los principales caciques de la región y en general descarriló el proyecto neoliberal y de gobierno transexenal que encabezaba Salinas. Éste último, quien respondió al alzamiento indígena despreciándolos, diciendo que se trataba de pobres indios manipulados y financiados por fuerzas extranjeras, encontró ahí su muerte política. A lo largo de los noventa el EZLN y las comunidades zapatistas enarbolaron varías iniciativas nacionales que llamaron a la gente a organizarse por libertad, justicia y democracia. Convocaron en 1994 a la Convención Nacional Democrática; en 1995 a formar el Movimiento de Liberación Nacional, a mediados de ese mismo año realizaron una consulta nacional por la paz con democracia y participaron junto con cientos de representantes de los pueblos indios en los llamados Diálogos de San Andrés; ese mismo 1995 enfrentaron la traición del gobierno de Zedillo quien, a través del entonces secretario de gobernación y hoy secretario de educación Esteban Moctezuma, intentó la detención de la comandancia zapatista. En 1996 fundaron el Congreso Nacional Indígena, la casa de los pueblos originarios, asimismo realizaron encuentros internacionales de análisis y protesta contra el neoliberalismo, como el llamado Encuentro Intercontinental por la Humanidad y Contra el neoliberalismo, llamaron a la formación del Frente Zapatista de Liberación Nacional como un esfuerzo organizativo, civil y pacífico, que contribuyera a la transformación democrática. En 1997, tras la masacre de Acteal, señalaron claramente a Zedillo y al Estado mexicano como los principales responsables de los asesinatos y de implementar una estrategia paramilitar de contrainsurgencia contra las comunidades indígenas de Chiapas. Por su parte AMLO pasó de ser el presidente del PRI en su natal Tabasco, a ser presidente estatal del recién formado PRD. Para 1990, tras las elecciones fraudulentas en la región, encabezó una serie de protestas que terminaron con una marcha, el Éxodo por la democracia, que llegó a la Ciudad de México a inicios de 1992. Más adelante, en 1994, tras otro fraude en las elecciones a gobernador en Tabasco, AMLO volvió a marchar hacia la Ciudad de México, en la llamada Caravana por la democracia que arribó a la Ciudad de México en abril de 1995, en su camino bloqueo pozos petroleros como protesta contra el fraude y contra las intenciones privatizadoras de Pemex. Durante todo este tiempo se consolidó como uno de los principales dirigentes del perredismo nacional y como un luchador contra los sistemas fraudulentos del gobierno. Para 1996, AMLO había sido designado presidente nacional del PRD, en este cargo declaró contra la matanza de Acteal, emplazó a Zedillo a cumplir los acuerdos de San Andrés y castigar a los culpables de la matanza, sin embargo restó la responsabilidad del presidente al afirmar que Zedillo estaba mal informado. Durante la dirigencia de AMLO el PRD creció en presencia electoral mientras fue cediendo en principios y programa. Las alianzas con priístas y caciques locales le permitieron al PRD convertirse en la segunda fuerza lectoral en el Congreso de la Unión, al tiempo que ganó la jefatura de gobierno del Distrito Federal y las gubernaturas en Zacatecas y Tlaxcala con los recién salidos del PRI, Ricardo Monreal y Alfonso Sánchez Anaya, respectivamente. Estos triunfos electorales le permitieron a AMLO consolidarse como el principal activo del perredismo, sin embargo, internamente sus alianzas con las corrientes más reaccionarias, como los chuchos, fueron mermando poco a poco la ya de por si vacilante estructura democrática del partido. La cuestión es clara, si más tarde los chuchos, los bejaranos y demás fauna se adueñaron del PRD, gran parte es responsabilidad de AMLO. ¿Dónde estaba el EZLN y el zapatismo en 1999 durante la huelga en la UNAM, que hoy todos reconocen lucha fundamental en la defensa de la educación pública en nuestro país? ¿Dónde estaba AMLO por aquellas mismas fechas? El EZLN y las comunidades zapatistas fueron reconocidas por los propios estudiantes como uno de los principales referentes políticos y éticos de la lucha contra el neoliberalismo. Por su parte las comunidades zapatistas fueron de las pocas fuerzas sociales que mantuvieron el respaldo y apoyo, aun con todas sus diferencias, al movimiento estudiantil. Mientras medios de comunicación, caricaturistas, intelectuales y dirigentes del régimen y de la izquierda perredista atacaron y calumniaron a los estudiantes, el EZLN reconoció en ellos lo que eran, un síntoma del desastre nacional producto del neoliberalismo. Mientras tanto AMLO y el perredismo oficial se enfrascaban en pugnas internas tras la elección fraudulenta de 1999 para elegir al presidente del partido que sustituiría a Lopez Obrador. Como ya hemos dicho, el poderío que ganaron las corrientes más reaccionarias y antidemocráticas dentro del PRD, se debe en gran medida a que AMLO se alió con ellas y les cedió el control partidario a cambio de su apoyo para avanzar hacia el gobierno del entonces DF, cargo que alcanzó en diciembre del 2000, después de una elección en la que el PAN y el PRI intentaron boicotear su candidatura y tras establecer alianzas con ex salinistas de primera línea como Marcelo Ebrard y Manuel Camacho Solis. ¿Dónde estaban el EZLN y el zapatismo durante el sexenio de Vicente Fox, su supuesta alternancia democrática y sus pretensiones de hacer el aeropuerto en Texcoco? ¿Dónde AMLO? El EZLN asumió la promesa de Fox de solucionar el conflicto en Chiapas, sin embargo, pronto el Estado mexicano demostró, una vez más, que no honraría su palabra. En 2001 los zapatistas, junto con los pueblos del Congreso Nacional Indígena, organizaron la Marcha del Color de la tierra, que tras más de un mes de caminata arribó el 11 de marzo a la Ciudad de México para intentar convencer a los legisladores del Congreso de la Unión de aprobar la llamada Ley Cocopa, que retomaba los Acuerdos De San Andrés firmados entre el EZLN y el gobierno en 1996. En cambio el Estado traicionando su palabra, aprobó una reforma constitucional en materia indígena que violaba los mencionados acuerdos y negaba con ello el reconocimiento integral de los pueblos indios como sujetos de derecho y componente fundamental de la nación mexicana. Tras esta traición el EZLN y las comunidades zapatistas rompieron todo dialogo con el gobierno y el Estado mexicano, y profundizaron la consolidación de su autonomía. Para 2003 anunciaron la creación de los Caracoles y las Juntas de Buen gobierno, territorios donde el pueblo manda y el gobierno obedece, y donde se consolida una educación, una salud, una economía y una política desde abajo y para los de abajo. La autonomía zapatista es quizá hoy uno de los mejores ejemplos de otro mundo posible, uno sin despojo, sin explotación, sin desprecio y sin represión. No se trata de una utopía, tan sólo del caminar colectivo de los pueblos zapatistas. En estas fechas AMLO gobernó el DF, hoy CDMX, de fines del 2000 a mediados del 2005, cuando se apartó del cargo para participar en las elecciones presidenciales de 2006. Durante su gobierno en el DF, AMLO otorgó una serie de apoyos económicos a los adultos mayores, amas de casa y estudiantes, creo la hoy Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM) bajo un modelo pedagógico incluyente y popular, controló la delincuencia común y desplegó una amplia política de inversión en infraestructura como los segundos pisos y otras vialidades. En general fue un gobierno que combinó la política social de redistribución de la riqueza, con los incentivos y acuerdos con sectores muy importantes de la burguesía, por ejemplo, su relación con Carlos Slim le permitió a este último adueñarse de jugosos negocios en la Av. Reforma y el Centro Histórico de la Ciudad de México. ¿Dónde estaban el EZLN y el zapatismo cuando en el 2004-2005 la oligarquía del PRI y el PAN emprendieron el desafuero contra AMLO? ¿Y dónde estaba AMLO? El desafuero fue uno de los ataques más descarados contra la ya de por sí corrompida democracia mexicana. El PAN, el PRI y sectores de la burguesía encabezaron la estrategia política y legal para inhabilitar a AMLO y evitar que se postulara a la presidencia. Ante este intento de deshacerse de un rival por parte de la derecha, el EZLN, aun cuando expresaría sus más duras criticas a toda la clase política, incluido el PRD y López Obrador, deslindó claramente las posiciones, y llamó a protestar contra el desafuero por comprenderlo como un ataque vil y antidemocrático, en palabras del Subcomandante Marcos un “golpe de estado preventivo” “ilegal e ilegitimo” contra el que había que luchar. Por su parte, AMLO desplegó una amplia movilización social para evitar ser inhabilitado. El cinismo del poder era tal que grandes capas de la población comprendieron que se trataba de una lucha democrática y que, más allá de apoyar o no a López Obrador, resultaba insultante que el presidente Fox, la derecha empresarial y demás miembros de la clase política usaran las leyes de manera tan burda. Una de las más grandes movilizaciones populares de los últimos tiempos ocurrió el 25 de abril, cuando millones de personas salieron a las calles de la ciudad de México a expresar su rechazo al desafuero. El uso del poder político para deshilachar más la ya de por si maltrecha democracia electoral generó una profunda indignación en la sociedad. ¿Dónde estaba el EZLN y el zapatismo cuando en 2006 los gobiernos estatal y federal atacaron a los pobladores de San Salvador Atenco, quienes llevaban años organizados contra el Aeropuerto en Texcoco? ¿Y AMLO, donde estaba? Para ese entonces el EZLN había lanzado un proceso organizativo a nivel nacional con el fin de cambiar desde las bases este sistema autoritario y explotador, generador de pobreza y desigualdad. Este proceso fue convocado mediante la Sexta Declaración de la Selva Lacandona, documento programático donde se encuentra un diagnóstico de la realidad nacional e internacional, donde se plantea la necesidad de que los trabajadores del campo y la ciudad, así como todos aquellos de abajo y a la izquierda, nos organicemos para transformar las cosas desde la raíz y con una perspectiva anticapitalista. Mediante esta Declaración, el EZLN convocó a La Otra Campaña, a la que se sumaron fuerzas civiles, organizaciones políticas y sociales, familias, individuos, colectivos y grupos políticos y culturales, que recorrieron junto con la comitiva zapatista de sur a norte el territorio nacional. La respuesta del Estado mexicano a esta iniciativa civil y pacífica fue la represión. En los primeros días de mayo del 2006 la policía federal arrasó con el pueblo de San Salvador Atenco, días después de que la caravana de La Otra Campaña pasara por ese digno pueblo campesino de Texcoco. La violenta represión contra los pobladores de Atenco y contra los participantes de la Otra Campaña que acudieron en solidaridad con los campesinos provocó cientos de heridos, cientos de detenidos, decenas de mujeres violadas y torturadas sexualmente y dos jóvenes asesinados por las fuerzas policiales del gobierno federal, estatal y local, panistas, priistas y perredistas respectivamente. El atencazo fue la muestra clara del contubernio de los diferentes partidos electorales y el experimento siniestro de una política de represión, violación a los derechos humanos, terrorismo estatal y guerra contra el pueblo que años más adelante se generalizarían en el territorio nacional. El EZLN, los adherentes a la Sexta Declaración y otras organizaciones sociales se movilizaron a nivel nacional e internacional contra la represión, denunciando la tortura sexual y exigiendo la liberación de los detenidos. Mientras, allá arriba el partido de AMLO, el PRD, no se limitó a guardar silencio cómplice, incluso el PRD local emitió un comunicado respaldando la decisión gubernamental. Por su parte López Obrador se concentraba en su gira electoral, en la campaña por los votos, y más allá de no atinar a condenar la represión estatal ni exigir la libertad de los detenidos, prefirió condenar la violencia “venga de donde venga” y deslindarse del asunto. ¿Dónde estaba el EZLN y el zapatismo cuando en el 2006, la misma oligarquía priista y panista realizó un fraude electoral más? ¿Y dónde estaba AMLO? Como hemos dicho el EZLN y los adherentes a la Sexta Declaración se encontraban luchando por la libertad de los presos políticos de Atenco, junto con otras y otros, y también mantenían la gira y el proceso organizativo de la Otra Campaña. Sin embargo y contra cualquier especulación, el EZLN en vos del Subcomandante Marcos condeno el fraude electoral, afirmó: “Se trata de un fraude operado desde Los Pinos y el comando central del PAN, que pone en crisis la democracia, la legalidad y la supuesta neutralidad del IFE.” Por su parte AMLO se encontraba, de nuevo, luchando contra otro fraude electoral en su carrera política. Convocó a desde mítines y marchas hasta el tan temido y satanizado “plantón de Reforma”. Los medios de comunicación, la clase política y la derecha más reaccionaria unieron baterías contra AMLO, al final de cuentas afirmaron se trataba de un “peligro para México”. Son esos mismos medios y esas mismas fuerzas las que hoy, aliadas al gobierno en turno, despliegan sus ataques contra el zapatismo y los pueblos indios. Fuente: http://tejiendorevolucion.org/31118.html
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kiro-anarka · 5 years
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L@S ZAPATISTAS NO ESTÁN SOL@S
ESTAMOS JUNT@S CONTRA EL CAPITALISMO Y LOS PROYECTOS DE MUERTE COMO EL TREN MAYA Y EL CORREDOR TRANSÍSTMICO.
Al CCRI CG EZLN
Al Ejército Zapatista de Liberación Nacional. A la Comisión Sexta del EZLN.
Al Concejo Indígena de Gobierno y su vocera, María de Jesús Patricio Martínez. Al Congreso Nacional Indígena.
A la Sexta Nacional e Internacional.
Al Encuentro Internacional de “Redes de Resistencia y Rebeldías” en apoyo al Concejo Indígena de Gobierno.
A quienes se asumen anticapitalistas y antipatriarcales.
A los medios de comunicación, independientes, alternativos o como se llamen. Al pueblo de México.
Hermanas y Hermanos.
L@S ZAPATISTAS NO ESTÁN SOL@S
ESTAMOS JUNT@S CONTRA EL CAPITALISMO Y LOS PROYECTOS DE MUERTE COMO EL TREN MAYA Y EL CORREDOR TRANSÍSTMICO.
Una ceguera moral y política, mezcla de desmemoria, mentira, mala fe y deliberada calumnia, ha exhibido la ignorancia y fanatismo, lleno de odio irracional y racista por parte de militantes y simpatizantes de Morena en contra del EZLN; sobre todo, después de las declaraciones que hiciera Andrés Manuel López Obrador (el nuevo Finquero), respecto a que el Ejército Zapatista de Liberación Nacional no me va a “cucar” (provocar). Como si declararse en contra del despojo, la explotación, la represión, el desprecio y en defensa del derecho a la vida, a la tierra, al territorio y a su autonomía, fuera una provocación. Es un ¡YA BASTA!
Denunciamos, que la imposición del Tren Maya, el Corredor Transístmico, la Extensión de las Zonas Económicas Especiales, la Iniciativa de Ley para el Desarrollo Agrario y la velada decisión, de convertir a México en “un Paraíso de la Inversión”; representa un PLAN DE CONTRAINSURGENCIA en contra de los pueblos y comunidades indígenas zapatistas, y que más allá de la simulación de la consulta, el “nuevo gobierno” impone políticas neoliberales y capitalistas. Frente a ello, nosotros no sólo declaramos sino que asumimos, que nuestr@s herman@s Zapatistas, nuestr@s herman@s del EZLN, ¡NO ESTÁN SOL@S!, pues en México y el mundo, muchas miradas, pensamientos y palabras, pero sobretodo, Resistencias y Rebeldías, caminamos con la palabra digna y los pasos rebeldes de nuestr@s herma@os zapatistas, en una apuesta de lucha mundial contra el capitalismo y el patriarcado.
Cuando las izquierdas del mundo habían bajado sus banderas tras la caída del muro de Berlín, la aparición sorpresiva del EZLN les devolvió el aliento, la inspiración y la moral de combate. Cuando Salinas de Gortari se perfilaba como “el Gorbachov mexicano” y la izquierda no tenía manera de afrontarlo, el alzamiento armado del EZLN, justo cuando entraba en vigor el TLCAN, el 1o de enero de 1994, derrumbó al falso ídolo neoliberal.
Sin la sangre derramada por l@s herman@s zapatistas, el Sistema Electoral Mexicano no se habría abierto a la “alternancia en el poder”, sobre todo, para los partidos políticos diferentes al PRI, esa medida de contención del descontento, benefició a todos los partidos, incluido al que hoy gobierna el que hoy nos ataca.
El 9 de febrero de 1995, con Esteban Moctezuma al frente, el gobierno de Ernesto Zadillo, concretó la traición al EZLN, argumentando, la “preparación” de acciones violentas contra su gobierno y reveló la supuesta “identidad” de los dirigentes zapatistas, contra quienes se libraron órdenes de aprehensión, cateos, detenciones y mientras tanto, el Ejército mexicano, avanzaba sobre un gran número de poblaciones zapatistas.
El 16 de febrero de 1996, el Gobierno Federal y el EZLN, suscribían históricamente los Acuerdos de San Andrés, Sakam’chen, de los Pobres. Con la firma, el Estado mexicano, parecía reconocer los derechos colectivos y cultura de los pueblos indígenas. Este inédito proceso de diálogo, elevaría a rango constitucional los derechos colectivos de los pueblos indígenas. Empero, esto nunca sucedió. Es decir, el Estado Mexicano y la clase política, incluidos los que hoy gobiernan, faltaron a su palabra, traicionaron.
El 1 de diciembre de 2000, Vicente Fox toma posesión y el EZLN, anuncia ese mismo día, la Marcha del Color de la Tierra, que tres meses después, echaría abajo la indiferencia del impostor, y pondría de nueva cuenta, en la agenda política, la voluntad de diálogo y la búsqueda de un acuerdo que pudiera reconocerse en el marco constitucional, esto jamás sucedió, y como una traición más, el día 28 de abril de 2001, el gobierno de Fox, promulgó la Reformas Constitucional en materia de Derechos y Cultura indígena, que nada tenían que ver con los Acuerdos de San Andrés, por lo tanto, el EZLN se declara en resistencia y rebeldía.
Frente a la traición, común denominador del Estado mexicano, en agosto de 2003, nace la “Autonomía” de los pueblos y comunidades indígenas zapatistas, nacen los “Caracoles Zapatistas” y nacen las “Juntas de Buen Gobierno”; es decir, nace la esperanza de “Otro Mundo es Posible”, y nace por consecuencia, el hecho más “subversivo” y más importante “referente mundial de autonomía y construcción colectiva”, la organización zapatista.
L@s zapatistas han sido críticos de toda la clase política, incluido el actual presidente. El tiempo les ha dado la razón sobre lo que han dicho de todos ellos. En el marco del 25 aniversario del alzamiento zapatista, han alzado su voz para decir: “aquí estamos”, “resistimos”, “vamos a defender lo que hemos construido” y “no vamos a permitir, que vengan a destruirnos”, es su derecho decirlo y nosotros estamos con ell@s. La respuesta gubernamental no se hizo esperar, pues desde la IV Transformación y frente a las declaraciones zapatistas, el mal gobierno lanza una política contrainsurgente de ataques, discriminación, racismo, calumnias, desinformación que frene el rechazo a la imposición de megaproyectos como la explotación forestal transgénica en la Selva Lacandona, el falazmente llamado “Tren Maya” (nombre que usurpa a los pueblos mayas de Chiapas y de Yucatán) y corredor Transistmico, aunado a la patrulla fronteriza y la continuación de la militarización en la zona, así como el velado propósito de usar a los migrantes centroamericanos como mano de obra barata para esos megaproyectos de muerte, mismos que representan en conjunto, un cerco que despoja tierras e invade territorios indígenas y amenaza a los pueblos zapatistas.
Hacemos público nuestros rechazo a la llamada “Guardia Nacional”, pues como parte del “Plan Nacional de Paz y Seguridad”, el nuevo gobierno anuncia, su creación, con mas de 50 mil efectivos; contempla la participación de elementos de las fuerzas armadas, policía militar, naval y federal. Su creación, violenta flagrantemente los derechos humanos, sobre todo, cuando ni siquiera ha sido aprobada la reforma constitucional propuesta para su creación, con ello, implica el sometimiento de los gobiernos civiles al poder militar, logrando así, plena impunidad en las graves violaciones a los derechos humanos, ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y desapariciones forzadas que han cometido elementos y mandos del ejército y la marina. Peor aun, con el pomposo nombre de Guardia Nacional” pretende ocultar, la militarización de todo el pais.
El mercenario de José Manuel Mireles, quien lanzó una amenaza al EZLN, señalando que tiene “autodefensas en 28 estados a favor de AMLO” para responder por el proyecto del nuevo gobierno federal, se suma a las declaraciones de Alejandro Solalinde, quien también en la defensa de AMLO, declaró que “30 millones no se equivocan”, esto, en respuesta a la declaración del EZLN, cuando advertía, que habrá “desilusión” con López Obrador. Así mismo, la complicidad de Morena con el gobernador Velasco, el Partido Verde en Chiapas y sus paramilitares, son una muestra clara de elementos militares de contrainsurgencia, que se suman a elementos de propaganda contrainsurgente, y que en estos dias han saturado las redes sociales, mediante bots y trolles que operan desde la IV transformación.
Los zapatistas se bastan a sí mismos para decir su palabra y defenderse. Sin embargo es nuestro deber ético y moral, salir al paso de las mentiras, las calumnias y amenazas contrainsurgentes para decir que l@s herman@s zapatistas, que l@s herman@s del CNI-CIG, ¡NO ESTÁN SOL@S!
Por todo lo anterior, al nuevo gobierno le decimos, no necesitamos que califique como legítima la postura del EZLN y mucho menos que la reconozca como una “protesta”; necesitamos que entienda, que la palabra de nuestr@s herman@s zapatistas, es realmente el anuncio de una amplia y firme resistencia nacional e internacional en contra de sus proyectos de muerte, en contra del despojo y en contra del capitalismo. Le decimos de frente y sin temor alguno, que el ¡ EZLN, NO ESTÁ SOLO, ahí estaremos nosotr@s.
2019, lo consideramos como el año de la Resistencia y Rebeldía, pues a 25 años del Alzamiento Zapatista y a
100 años del asesinato de nuestro General “Emiliano Zapata”, declaramos que no es un año de conmemoración simbólica, sino un año de lucha, resistencia y rebeldía contra los malos gobiernos y contra el capitalismo. Nuestro General Emiliano Zapata está más vivo que nunca en los corazones de nuestr@s herman@s zapatistas, está más vivo que nunca en la lucha de abajo y a la izquierda, está más vivo que nunca, en los pueblos y comunidades indígenas del México de abajo, está más vivo que nunca en la defensa de la tierra y el territorio, está más vivo que nunca en la defensa de la autonomía y autodeterminación de los pueblos. Camina con nuestr@s herman@s del EZLN, y ¡NO ESTÁN SOL@S!
¡Viva el Ejército Zapatista de Liberación Nacional!
¡Vivan la Juntas de Buen Gobierno!
¡Vivan las Bases de Apoyo!
¡Vivan los Caracoles Zapatistas!
¡Por la reconstitución integral de nuestros pueblos
¡Viva el Congreso Nacional Indígena
¡Viva el Concejo Indígena de Gobierno
¡Zapata Vive, la Lucha Sigue!
¡Tierra y libertad!
¡La tierra no se vende, se ama y se defiende!
¡Los zapatistas defienden proyectos de vida, pero el mal gobierno impone proyectos de muerte!
¡Si el capitalismo globaliza el despojo, globalicemos la resistencia y la rebeldía!
Firman:
Coordinación Metropolitana Anticapitalista y Antipatriarcal con el CIG, Colectivos, Organizaciones, Redes de Apoyo al CIG, individuos y adherentes a la Sexta, Regeneración Radio, Sexta Obrera/UAM Azcapotzalco, UPREZ Benito Juárez, La Voz del Anáhuac, Sexta Azcapotzalco, Café “Zapata Vive”, Colectivo Aequus, Colectivo Chanti Ollin, Colectivo Plantón por los 43, La Bisagra, Coordinacion de Familiares de Víctimas de la Violencia en la UNAM, Colectivo Gaja, Colectivo Ve’Ñuu Savi, Medio Libre Noticias de Abajo, Comunidad Indígena Otomí residente en la CDMX, Frente por el Derecho a la Salud, Colectivo Zapatista, Neza, Movimiento Multisectorial de Trabajadores, Resonancias Radio, Comité de Enlace Latinoamericano y Caribeño (CELEC), La Comunidad de Zapateando Medios Libres, Comité de Justicia Ambiental, Mujeres Tierra, Malú Huacuja del Toro (Nueva York), Ruth Nora Ibarra de la Red de Resistencia y Rebeldía de Zacatecas, Gelacio Gómez, Cooperativa Tepexpan, Rafael Antonio Salvador Pimentel Lisarreta, Dr. Calixto Carbajal de la Brigaga de Salud por Ayotzinapa “Mayor Felix Serdán Nájera” de la Otra en el sur de Morelos, Concejo Nacional y Urbano Campesino (CNUC) Tlaxcala, Colectivo Tierra y Libertad, Instituto Cultural Autónomo “RUBEN JARAMILLO MÉNDEZ” (Tehuixtla, Morelos ), Colectivo “Lola La Agrarista”, Juitepec Morelos, Encuentro de Prácticas y Saberes Comunitarios-Morelos (activistas y colectivos), Red de Apoyo al CIG Tlaxcala, Red Morelense de Apoyo al CIG, Unión Popular Apizaquense Democrática Independiente (UPADI), Asamblea Nacional de Braseros, Red de Resistencia y Rebeldía Vallarta, Bazar Rebelde, Colectivo del periódico “El Zenzontle”, Casa de los Pueblos, Brigada de Arte Comunitario Talimalakatsikinan Nakú”, Elisa Gutiérrez Díaz, María Elena Guzmán Percastegui, Raúl Pérez, Roxana Bolio, Casandra Cárdenas Pimentel, Luis Jacobo, Lucía Rojano Bernabé, José Luis Santiago, Emiliano de la Rosa, Luis Cervantes, Mirna Ramos, Leticia Rojo Carrizoza, y tod@s aquell@s que gusten sumarse.
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pmnoticiasmx-blog · 5 years
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AMLO busca destruir los pueblos originarios con megaproyectos, dice el EZLN en su 25 aniversario La Realidad, Las Margaritas, Chis., 01 ENE (apro).-El permiso que pidió el presidente Andrés Manuel López Obrador a la tierra para construir el Tren Maya fue en realidad un permiso para destruir a los pueblos originarios con sus megaproyectos, aseguró el Subcomandante Moisés al conmemorar el 25 aniversario del alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
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elendriago · 5 years
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Carta de las Mujeres Zapatistas a las hermanas que luchan en todo el mundo
EJÉRCITO ZAPATISTA DE LIBERACIÓN NACIONAL. MÉXICO.
Febrero del 2019.
A: las mujeres que luchan en todo el mundo. De: las mujeres zapatistas.
Hermana, compañera:
Te mandamos un saludo de como mujeres que luchan que somos, de parte de las mujeres zapatistas.
Lo que te queremos decir o avisar es un poco triste porque te comunicamos que no vamos a poder hacer el II Encuentro Internacional de Mujeres que Luchan, aquí en nuestras tierras zapatistas, este marzo del 2019.
Las razones de que no podemos, pues tal vez es que ya las sabes, y si no pues te platicamos un poco:
Pues resulta que los nuevos malos gobiernos ya lo dijeron claro que van a hacer sus megaproyectos de los grandes capitalistas. De su Tren Maya, de su plan para el Istmo de Tehuantepec, de la siembra de árboles para mercancía de maderas y frutas. También dijo que entran las mineras y las grandes empresas de alimentos. Y además tiene un su plan agrario que es que lleva hasta lo último la idea de destruirnos como pueblos originarios, de la manera de convertir nuestras tierras en mercancías, que así quieren completar lo que dejó pendiente el Carlos Salinas de Gortari que no pudo porque lo paramos con nuestro alzamiento.
Esos proyectos pues son de destrucción. No importa cuánto lo quieran tapar con sus mentiras. No importa cuántas veces multipliquen sus 30 millones de apoyos. La verdad es que van por todo en contra de los pueblos originarios, de sus comunidades, de sus tierras, de sus montañas, de sus ríos, de sus animales, de sus plantas y hasta de sus piedras.
O sea que no sólo van contra nosotras las zapatistas, sino que contra todas las mujeres que dicen indígenas. Y pues también contra los hombres, pero ahorita estamos hablando de cómo mujeres que somos.
Quieren que nuestras tierras ya no sean para nosotras, nosotros, sino que para que los turistas se vengan a pasear y tengan sus grandes hoteles y sus grandes restaurantes, y los negocios que se necesitan para que los turistas tengan esos lujos.
Quieren que nuestras tierras se conviertan en fincas productoras de maderas preciosas, de frutas y de agua; en minas para sacar el oro, la plata, el uranio, y todos los minerales que hay y que quieren los capitalistas.
Quieren que nos convirtamos en sus peonas, en sus sirvientas, que vendamos nuestra dignidad por unas monedas al mes.
Porque esos capitalistas, y quienes los obedecen en los nuevos malos gobiernos, piensan que lo que queremos es paga.
No pueden entender que nosotras queremos la libertad, no entienden que lo poco que hemos logrado es luchando sin que nadie nos lleve la cuenta, sin fotos, sin entrevistas, sin libros, sin consultas, sin encuestas, sin votaciones, sin museos y sin mentiras.
No entienden que lo que ellos llaman “progreso” es una mentira, que ni siquiera pueden cuidar la seguridad de las mujeres, que siguen siendo golpeadas, violadas y asesinadas en sus mundos progresistas o reaccionarios.
¿Cuántas mujeres han sido asesinadas en esos mundos progresistas o reaccionarios mientras tú lees estas palabras, compañera, hermana?
Tal vez tú lo sabes, pero claro te decimos que acá, en territorio zapatista, no ha sido asesinada ni una sola mujer en muchos años. Pero eso sí, dicen que nosotras somos las atrasadas, las ignorantes, las poca cosa.
Tal vez no lo sabemos de qué es el mejor feminismo, tal vez no sabemos decir “cuerpa” o según cómo cambian las palabras, o qué es lo de equidad de género o esas cosas que hay tantas letras que ni se puede contar. Y ni siquiera está cabal eso que dicen “equidad de género”, porque sólo hablan de equidad de mujeres y hombres, y hasta nosotras, que nos dicen ignorantes y atrasadas, lo sabemos bien que hay quienes no son ni hombres ni mujeres y que nosotras les llamamos “otroas” pero que esas personas se llaman como se les da la gana, y no les ha sido fácil ganar ese derecho de ser lo que son sin esconderse, porque les burlan, les persiguen, les violentan, les asesinan. ¿Y a poco todavía les vamos a obligar que o son hombres o son mujeres y que tienen que ponerse de un lado o de otro? Si esas personas no quieren pues se hace mal si no se les respeta. Porque entonces, ¿cómo nos quejamos de que no nos respetan como mujeres que somos, si no respetamos a esas personas? Pero bueno, tal vez es porque hablamos de lo que hemos mirado de otros mundos y no tenemos mucho conocimiento de esas cosas.
Lo que sí sabemos es que luchamos por nuestra libertad y que nos toca ahora luchar para defenderla, para que la historia de dolor de nuestras abuelas no la sufran nuestras hijas y nietas.
Nos toca luchar para que no se repita la historia donde volvemos al mundo de sólo hacer la comida y parir crías, para verlas luego crecer en la humillación, el desprecio y la muerte.
No nos alzamos en armas para volver a lo mismo.
No llevamos 25 años resistiendo para ahora pasar a servirles a los turistas, a los patrones, a los capataces.
No vamos a dejar de ser promotoras de educación, de salud, de cultura, tercias, autoridades, mandos, para ahora pasar a ser de empleadas en hoteles y restaurantes, sirviéndoles a extraños por unos cuantos pesos. No importa si son muchos o pocos los pesos, lo que importa es que nuestra dignidad no tiene precio.
Porque eso quieren, compañera, hermana, que en nuestra propia tierra, nos convirtamos en esclavas que reciben unas limosnas por dejar que destruyan la comunidad. Compañera, hermana:
Cuando tú llegaste en estas montañas para el encuentro de 2018 lo miramos que nos miras con respeto, y a veces tal vez con admiración. Aunque no todas las que vinieron así hicieron, porque bien que lo sabemos que hay quien vino para criticarnos y mal mirarnos. Pero eso no importa porque lo sabemos que el mundo es grande y son muchos los pensamientos y hay quien entiende que no todas podemos hacer lo mismo, y hay quien no entiende. Eso pues lo respetamos, compañera y hermana, porque no para eso fue el encuentro. Que sea que no fue para ver quién nos da buena calificación o mala calificación, sino para encontrarnos y sabernos que luchamos como mujeres que somos.
Y pues no queremos que ahora nos vas a mirar con pena o con lástima, como sirvientas a las que se le dan órdenes de buen o mal modo; o como a las que se les regatea el precio de su producto, en veces artesanías, en veces frutas o verduras, en veces lo que sea, como así hacen las mujeres capitalistas. Pero bien que cuando van a comprar a sus centros comerciales ahí no regatean sino que cabal pagan lo que dicen los capitalistas y hasta se ponen contentas.
No compañera, hermana. Nosotras vamos a luchar con todo y con todas nuestras fuerzas en contra de esos megaproyectos. Si conquistan estas tierras, será sobre la sangre de nosotras las zapatistas.
Así lo hemos pensado y así lo vamos a hacer.
De repente esos nuevos malos gobiernos lo piensan o lo creen que, como somos mujeres, rápido lo vamos a bajar la cabeza, obedientes ante el patrón y sus nuevos capataces, porque lo que buscamos es un buen patrón y una buena paga.
Pero no, lo que nosotras queremos es la libertad que nadie nos regaló, sino que la conquistamos luchando incluso con nuestra sangre.
¿Tú lo crees que cuando vengan las fuerzas de los nuevos malos gobiernos, sus paramilitares, sus guardias nacionales, los vamos a recibir con honores, con agradecimiento, con alegría?
No, qué va a ser, les vamos a recibir luchando y a ver si así aprenden lo que son las mujeres zapatistas que no se venden, no se rinden y no claudican.
Nosotras, cuando fue el encuentro de mujeres que luchan el año pasado, pues nos esforzamos para que estuvieras contenta y alegre y segura, compañera y hermana. Y ahí lo tenemos el buen tanto de críticas que nos dejaste: que está muy dura la tabla, que la comida no te gusta, que está muy cara, que por qué esto y que por qué lo otro. Ya te informamos de cómo fue que trabajamos y las críticas que recibimos.
Y aunque con las quejas y críticas, pues acá estuviste segura, sin que los hombres malos o buenos te están mirando y calificando. Puras mujeres estuvimos, tú lo sabes.
Y pues ahora ya no es seguro, porque lo sabemos que el capitalismo viene por todo y lo quiere no importa a qué costo. Y lo van a hacer porque sienten que mucha gente los apoya y que pueden hacer barbaridad y media y todavía les van a aplaudir. Y nos van a atacar y a revisar sus encuestas a ver si tienen buenos puntos y así hasta que nos acaban.
Y mientras te escribimos esta carta, ya empezaron los ataques de sus paramilitares. Son los mismos que antes eran del PRI, luego del PAN, luego del PRD, luego del PVEM y ahora son de MORENA.
Entonces pues te decimos, compañera y hermana, que no vamos a hacer acá el Encuentro, pero sí háganlo en sus tierras, según sus modos y sus tiempos.
Aunque no vamos a asistir, como quiera las vamos a pensar.
Compañera, hermana:
No te dejes de luchar. Aunque esos malditos capitalistas y sus nuevos malos gobiernos se salgan con la suya y nos aniquilen, pues tú tienes que seguir luchando en tu mundo.
Porque bien que lo acordamos en el encuentro que vamos a luchar para que ni una sola mujer en cualquier rincón del mundo tenga miedo de ser mujer.
Y pues tu rincón es tu rincón, compañera y hermana, y ahí te toca, como a nosotras nos toca acá en tierras zapatistas.
Esos nuevos malos gobiernos lo piensan que fácil nos van a derrotar, que somos pocas y que nadie nos apoya allá en otros mundos.
Pero qué va ser, compañera y hermana, aunque sea que sólo quede una de nosotras, pues esa una va a pelear por defender nuestra libertad.
Y no tenemos miedo, compañera y hermana.
Si no tuvimos miedo hace ya más de 25 años cuando nadie nos miraba, pues menos ahora que ya nos miraste tú, bien o mal pero nos miraste.
Compañera, hermana:
Bueno, pues ahí te encargamos la pequeña luz que te regalamos.
No dejes que se apague.
Aunque la de nosotras se apague aquí con nuestra sangre, y aunque se apague en otros lados, tú cuida la tuya porque, aunque los tiempos ahora son difíciles, tenemos que seguir siendo lo que somos, y es que somos mujeres que luchan.
Pues es todo compañera y hermana. El resumen es que no vamos a hacer el Encuentro o sea que no vamos a participar.
Y si lo hacen el encuentro en tu mundo y te preguntan que dónde están pues las zapatistas, que por qué no llegan, pues tú diles la verdad, diles que las zapatistas están luchando en su rincón por su libertad de como mujeres que somos.
Es todo, ahí te cuides compañera y hermana.
De repente pues ya no nos miramos.
Tal vez te dicen que ya no las piensas a las zapatistas porque ya se acabaron ya, que ya no hay zapatistas te van a decir.
Pero cuando piensas que ya no, que ya nos derrotaron, ahí nomás sin que das cuenta, vas a mirar que te miramos y que una de nosotras se acerca y te pregunta al oído para que sólo tú escuches:“¿Dónde está pues tu lucecita que te dimos?”
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Las Mujeres Zapatistas. Febrero del 2019.
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webelpuntosobrelai · 5 years
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EZLN llama a resistencia contra gobierno AMLO
EZLN llama a resistencia contra gobierno AMLO
El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) celebró hoy 25 años del inicio de su insurrección en el estado mexicano de Chiapas con un llamado a resistir al Gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
Encabezados por el subcomandante Galeano, antes Marcos, y por el comandante Moisés, el EZLN festejó con sus juntas de buen gobierno, en La Realidad, el alzamiento del 1 de…
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rincondelblack · 5 years
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seguimos subiendo las fotos poco a poquito... a paso de tortuga y a vuelo de caracol se procesa mejor. 
acá el link a nuestra fotomemoria: https://www.flickr.com/photos/produccionesymilagros/albums/72157692704221611 
7 a 11 de Marzo 2018. Caracol Morelia, Zona Tzots Choj. PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL, POLÍTICO, ARTÍSTICO, DEPORTIVO Y CULTURAL DE MUJERES QUE LUCHAN.
PALABRAS A NOMBRE DE LAS MUJERES ZAPATISTAS AL INICIO DEL PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL, POLÍTICO, ARTÍSTICO, DEPORTIVO Y CULTURAL DE MUJERES QUE LUCHAN.
8 de marzo del 2018.  Caracol de Zona Tzots Choj.
BUENOS DÍAS HERMANAS DE MÉXICO Y DEL MUNDO:
BUENOS DÍAS COMPAÑERAS DE LA SEXTA NACIONAL E INTERNACIONAL:
BUENOS DÍAS COMPAÑERAS DEL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA Y DEL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO:
BUENOS DÍAS COMPAÑERAS COMANDANTAS, BASES DE APOYO, AUTORIDADES AUTÓNOMAS, RESPONSABLES DE ÁREA, MILICIANAS E INSURGENTAS:
ANTES QUE NADA, QUEREMOS MANDARLE UN GRAN ABRAZO A LA FAMILIA DE LA COMPAÑERA DE BAJA CALIFORNIA SUR, ELOISA VEGA CASTRO, DE LAS REDES DE APOYO AL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO, QUIEN MURIÓ CUANDO ACOMPAÑABA A LA DELEGACIÓN DEL CIG EL PASADO 14 DE FEBRERO.
 ESPERAMOS HASTA ESTE DÍA PARA SALUDAR LA MEMORIA DE ELOISA PARA QUE NUESTRO ABRAZO FUERA MÁS GRANDE Y ALCANZARA A LLEGAR LEJOS, HASTA EL OTRO LADO DE MÉXICO.
 Y ESTE ABRAZO Y ESTE SALUDO SON GRANDES PORQUE SON DE TODAS LAS ZAPATISTAS Y DE TODOS LOS ZAPATISTAS EN ESTE 8 DE MARZO PARA ESA MUJER QUE LUCHÓ Y HOY NOS HACE FALTA: ELOISA VEGA CASTRO.  VAYA NUESTRO SENTIMIENTO PARA SU FAMILIA.
HERMANAS Y COMPAÑERAS QUE NOS VISITAN:
GRACIAS A TODAS QUE YA ESTÁN PRESENTES AQUÍ EN ESTE PRIMER ENCUENTRO INTERNACIONAL DE MUJERES QUE LUCHAMOS.
GRACIAS QUE HICIERON EL ESFUERZO PARA VENIR DE TODOS LOS MUNDOS A ESTE RINCÓN EN QUE ESTAMOS.
BIEN LO SABEMOS QUE NO FUE FÁCIL LLEGAR HASTA ACÁ Y QUE TAL VEZ MUCHAS MUJERES QUE LUCHAN NO PUDIERON VENIR A ESTE ENCUENTRO.
MI NOMBRE ES INSURGENTA ERIKA, QUE ASÍ NOS LLAMAMOS LAS INSURGENTAS CUANDO NO HABLAMOS DE INDIVIDUAL SINO DE COLECTIVO.  SOY CAPITANA INSURGENTE DE INFANTERÍA Y ME ACOMPAÑAN OTRAS COMPAÑERAS INSURGENTAS Y MILICIANAS DE DIFERENTES GRADOS.
NUESTRO TRABAJO VA A SER CUIDAR ESTE LUGAR PARA QUE SÓLO ESTÉN MUJERES Y NO DEJAR QUE SE META NINGÚN HOMBRE.  PORQUE LO SABEMOS QUE SON MAÑOSOS.
ENTONCES PUES NOS VAN A VER QUE ANDAMOS POR VARIOS LADOS Y ES PARA ESO DE VIGILAR QUE NO SE METAN HOMBRES Y SI SE METE UNO PUES LO VAMOS A AGARRAR Y LO VAMOS A SACAR PORQUE CLARO SE DIJO QUE NO ESTÁN INVITADOS HOMBRES Y POR ESO LES TOCA ESTAR ALLÁ AFUERA Y YA LUEGO SE ENTERAN DE LO QUE PASÓ AQUÍ.
USTEDES PUEDEN ANDAR DONDE QUIERAN.  PUEDEN SALIR O ENTRAR LAS VECES QUE QUIERAN, SÓLO NECESITAN EL GAFETE Y YA.  PERO LOS HOMBRES NO PUEDEN ENTRAR HASTA QUE ACABE NUESTRO ENCUENTRO.
HAY TAMBIÉN COMPAÑERAS PROMOTORAS DE SALUD Y ALGUNAS DOCTORAS.  ENTONCES SI ALGUIEN SE ENFERMA O SE SIENTE MAL, BASTA QUE NOS DIGAN A CUALQUIERA DE NOSOTRAS Y RÁPIDO AVISAMOS PARA QUE ATIENDAN LAS PROMOTORAS Y SI ES NECESARIO REVISE LA DOCTORA Y SI ES NECESARIO PUES TENEMOS UNA AMBULANCIA LISTA PARA LLEVAR A UN HOSPITAL.
HAY TAMBIÉN COMPAÑERAS COORDINADORAS, TÉCNICAS DE SONIDO, DE LA LUZ SI ES QUE SE VA, DE LA HIGIENE COMO DE LA BASURA Y LOS BAÑOS Y PARA QUE ESTAS COMPAÑERAS TAMBIÉN PUEDAN PARTICIPAR EN EL ENCUENTRO PUES LES PEDIMOS QUE CUIDEN DE LA BASURA, DE LA HIGIENE, DE LOS BAÑOS.
HOY SOMOS MUCHAS PERO COMO SI FUÉRAMOS UNA SOLA PARA RECIBIRLAS Y QUE SE SIENTAN LO MEJOR QUE SE PUEDE SEGÚN NUESTRAS CONDICIONES.
HERMANAS Y COMPAÑERAS:
NUESTRA PALABRA ES COLECTIVA, POR ESO ESTÁN AQUÍ CONMIGO MIS COMPAÑERAS.
A MÍ ME TOCA LEER, PERO ESTA PALABRA LA ACORDAMOS EN COLECTIVO CON TODAS LAS COMPAÑERAS QUE SON ORGANIZADORAS Y COORDINADORAS EN ESTE ENCUENTRO.
PARA NOSOTRAS COMO MUJERES ZAPATISTAS ES UN ORGULLO MUY GRANDE ESTAR AQUÍ CON USTEDES Y LES DAMOS LAS GRACIAS PORQUE NOS DIERON UN ESPACIO PARA COMPARTIR CON USTEDES NUESTRAS PALABRAS DE LUCHA COMO MUJERES ZAPATISTAS QUE SOMOS.
COMO HABLO EN NOMBRE DE MIS COMPAÑERAS, MI PALABRA VA A ESTAR REVUELTA PORQUE SOMOS DE DISTINTAS EDADES Y DE DISTINTAS LENGUAS, Y TENEMOS DISTINTAS HISTORIAS.
PORQUE LO MISMO TRABAJÉ DE SIRVIENTA EN UNA CASA DE LA CIUDAD, ANTES DEL ALZAMIENTO, QUE CRECÍ EN LA RESISTENCIA Y REBELDÍA ZAPATISTAS DE NUESTRAS ABUELAS, MAMÁS Y HERMANAS MAYORES.
LO MISMO MIRÉ COMO ESTÁ LA SITUACIÓN EN NUESTROS PUEBLOS DESDE ANTES DE LA LUCHA, UNA SITUACIÓN MUY DIFÍCIL DE EXPLICAR CON PALABRAS Y MÁS DIFÍCIL DE VIVIR, VIENDO CÓMO MORÍAN DE ENFERMEDADES CURABLES NIÑOS Y NIÑAS, JÓVENES, ADULTOS, ANCIANOS Y ANCIANAS.
Y TODO POR FALTA DE ATENCIÓN MÉDICA, DE BUENA ALIMENTACIÓN, DE EDUCACIÓN.
PERO TAMBIÉN MORÍAMOS POR SER MUJERES Y MORÍAMOS MÁS.
NO HABÍA CLÍNICAS Y DONDE SÍ HABÍA QUEDABA LEJOS. Y LOS DOCTORES DEL MAL GOBIERNO NO NOS ATIENDEN PORQUE NO SABEMOS HABLAR CASTILLA Y PORQUE NO TENEMOS DINERO.
EN LA CASA DONDE TRABAJÉ DE SIRVIENTA NO TENÍA SALARIO, NO SABÍA HABLAR ESPAÑOL Y NO PODÍA ESTUDIAR MÁS, APENAS APRENDÍ UN POCO DE HABLAR.
DESPUÉS SUPE QUE HAY UNA ORGANIZACIÓN QUE LUCHA Y EMPECÉ A PARTICIPAR COMO BASE DE APOYO Y SALÍA EN LAS NOCHES A ESTUDIAR Y REGRESAR YA AMANECIENDO PORQUE EN ESE TIEMPO NADIE LO SABÍA DE LA LUCHA QUE HACÍAMOS PORQUE ERA TODO CLANDESTINO.
EN ESE TIEMPO PARTICIPABA EN TRABAJOS COLECTIVOS CON OTRAS MUJERES ZAPATISTAS COMO EN ARTESANÍA, FRIJOLAR, MILPA, GRANJA.
Y TODO LO HACÍAMOS EN CLANDESTINO PORQUE SI TENÍAMOS REUNIONES O ESTUDIOS POLÍTICOS, TENÍAMOS QUE DECIR DE OTRA MANERA PORQUE ALGUNOS NO SABÍAN NADA NI EN SUS PROPIAS FAMILIAS.
PERO TAMBIÉN NACÍ Y CRECÍ DESPUÉS DEL INICIO DE LA GUERRA.
NACI Y CRECÍ CON LAS PATRULLAS MILITARES RONDANDO NUESTRAS COMUNIDADES Y CAMINOS, ESCUCHANDO A LOS SOLDADOS DECIRLES CHINGADERAS A LAS MUJERES NOMÁS PORQUE ELLOS ERAN HOMBRES ARMADOS Y NOSOTRAS ÉRAMOS Y SOMOS MUJERES.
PERO NO TUVIMOS MIEDO ASÍ EN COLECTIVO, SINO QUE DECIDIMOS LUCHAR Y APOYARNOS EN COLECTIVO COMO MUJERES ZAPATISTAS QUE SOMOS.
ASÍ APRENDIMOS QUE PODEMOS DEFENDER Y QUE PODEMOS DIRIGIR.
Y NO FUERON PALABRAS DE UN DISCURSO, SINO QUE EN VERDAD LO TOMAMOS LAS ARMAS Y PELEAMOS CONTRA EL ENEMIGO, Y EN VERDAD TOMAMOS EL MANDO Y DIRIGIMOS COMBATES CON MAYORÍA DE HOMBRES EN NUESTRAS TROPAS.
Y SÍ NOS OBEDECIERON PORQUE NO IMPORTABA SI ERAS HOMBRE O MUJER SINO SI ESTABAS DISPUESTA LUCHAR SIN RENDIRTE, SIN VENDERTE Y SIN CLAUDICAR.
Y AUNQUE NO TENÍAMOS ESTUDIOS, SÍ TENÍAMOS MUCHA RABIA, MUCHO CORAJE DE TODAS LAS CHINGADERAS QUE NOS HACEN.
PORQUE VIVÍ EL DESPRECIO, LA HUMILLACIÓN, LAS BURLAS, LAS VIOLENCIAS, LOS GOLPES, LAS MUERTES POR SER MUJER, POR SER INDÍGENA, POR SER POBRE Y AHORA POR SER ZAPATISTA.
Y SÉPANLO BIEN QUE NO SIEMPRE ERA HOMBRE QUIEN ME EXPLOTABA, ME ROBABA, ME HUMILLABA, ME GOLPEABA, ME DESPRECIABA, ME MATABA.
TAMBIÉN MUCHAS VECES ERA MUJER QUIEN ASÍ ME HACÍA.  Y TODAVÍA ASÍ HACEN.
Y TAMBIÉN CRECÍ EN LA RESISTENCIA Y VI CÓMO MIS COMPAÑERAS LEVANTARON ESCUELAS, CLÍNICAS, TRABAJOS COLECTIVOS, Y GOBIERNOS AUTÓNOMOS.
Y VÍ FIESTAS PÚBLICAS, DONDE TODAS SABÍAMOS QUE ÉRAMOS ZAPATISTAS Y SABÍAMOS QUE ESTÁBAMOS JUNTAS.
Y VÍ QUE LA REBELDÍA, QUE LA RESISTENCIA, QUE LA LUCHA, ES TAMBIÉN UNA FIESTA, AUNQUE A VECES NO HAY MÚSICA NI BAILE Y SÓLO HAY LA CHINGA DE LOS TRABAJOS, DE LA PREPARACIÓN, DE LA RESISTENCIA.
Y MIRÉ QUE DONDE ANTES SÓLO PODÍA MORIR POR SER INDÍGENA, POR SER POBRE, POR SER MUJER, CONSTRUÍAMOS EN COLECTIVO OTRO CAMINO DE VIDA: LA LIBERTAD, NUESTRA LIBERTAD.
Y MIRÉ QUE DONDE ANTES SÓLO TENÍAMOS LA CASA Y EL CAMPO, AHORA TENEMOS ESCUELAS, CLÍNICAS, TRABAJOS COLECTIVOS DONDE COMO MUJERES MANEJAMOS APARATOS Y DIRIGIMOS LA LUCHA, AUNQUE CON ERRORES PERO AHÍ VAMOS AVANZANDO, SIN QUE NADIE NOS DIGA CÓMO DEBEMOS HACER SINO NOSOTRAS MISMAS.
Y MIRO AHORA QUE SÍ HEMOS AVANZADO, AUNQUE SEA UN POCO PERO SIEMPRE SÍ ALGO.
Y NO CREAN QUE FUE FÁCIL.  COSTÓ MUCHO Y SIGUE COSTANDO MUCHO.
Y NO SÓLO POR EL PINCHE SISTEMA CAPITALISTA QUE NOS QUIERE DESTRUIR, TAMBIÉN PORQUE TENEMOS QUE LUCHAR CONTRA EL SISTEMA QUE LES HACE CREER Y PENSAR A LOS HOMBRES QUE LAS MUJERES SOMOS MENOS Y NO SERVIMOS.
Y A VECES TAMBIÉN, HAY QUE DECIRLO, MISMO ENTRE MUJERES NOS CHINGAMOS Y NOS MAL HABLAMOS, O SEA QUE NO NOS RESPETAMOS.
PORQUE NO SÓLO LOS HOMBRES, TAMBIÉN HAY MUJERES DE LAS CIUDADES QUE NOS DESPRECIAN QUE PORQUE NO SABEMOS DE LA LUCHA DE MUJERES, PORQUE NO HEMOS LEÍDO LIBROS DONDE LAS FEMINISTAS EXPLICAN CÓMO DEBE SER Y TANTAS COSAS QUE DICEN Y CRITICAN SIN SABER CÓMO ES NUESTRA LUCHA.
PORQUE UNA COSA ES SER MUJER, OTRA ES SER POBRE Y UNA MUY OTRA ES SER INDÍGENA.  Y LAS MUJERES INDÍGENAS QUE ME ESCUCHAN LO SABEN BIEN.  Y OTRO COSA MUY OTRA Y MÁS DIFÍCIL ES SER MUJER INDÍGENA ZAPATISTA.
Y CLARO LO SABEMOS QUE NOS FALTA MUCHO TODAVÍA, PERO COMO SOMOS MUJERES ZAPATISTAS, PUES NO NOS RENDIMOS, NO NOS VENDEMOS Y NO CAMBIAMOS NUESTRO CAMINO DE LUCHA, O SEA QUE NO CLAUDICAMOS.
Y QUÉ TANTO ES QUE PODEMOS HACER, PUES AQUÍ LO VEN EN ESTE ENCUENTRO, PORQUE LO ORGANIZAMOS ENTRE MUJERES ZAPATISTAS.
PORQUE NO ES QUE FUE UNA IDEA ASÍ COMO ASÍ.
DESDE HACE VARIOS MESES, CUANDO EL CONGRESO NACIONAL INDÍGENA Y EL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO DIJERON QUE COMO MUJERES VAMOS A DECIR QUE NO TENEMOS MIEDO O QUE SÍ TENEMOS PERO LO CONTROLAMOS, NOSOTRAS EMPEZAMOS A PENSAR EN COLECTIVO QUE TAMBIÉN TENEMOS QUÉ HACER ALGO.
ASÍ QUE EN TODAS LAS ZONAS, EN LOS COLECTIVOS DE MUJERES GRANDES Y PEQUEÑOS SE EMPEZÓ DISCUTIR QUÉ HACEMOS COMO MUJERES ZAPATISTAS QUE SOMOS.
Y EN EL COMPARTE DEL AÑO PASADO SALIÓ LA IDEA QUE SÓLO MUJERES ZAPATISTAS VAMOS A HABLAR Y A HONRAR AL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO.  Y ASÍ HICIMOS, PORQUE SÓLO MUJERES RECIBIMOS A NUESTRAS COMPAÑERAS DEL CONCEJO INDÍGENA DE GOBIERNO Y LA VOCERA MARICHUY QUE AQUÍ ESTÁ PRESENTE.
PERO NO SÓLO, TAMBIÉN EN LOS COLECTIVOS PENSAMOS Y DISCUTIMOS QUE TENEMOS QUÉ HACER MÁS PORQUE VEMOS ALGO QUE ESTÁ PASANDO.
Y LO QUE VEMOS, HERMANAS Y COMPAÑERAS, ES QUE NOS ESTÁN MATANDO.
Y QUE NOS MATAN PORQUE SOMOS MUJERES.
COMO QUE ES NUESTRO DELITO Y NOS PONEN LA SENTENCIA DE MUERTE.
ENTONCES PENSAMOS DE HACER ESTE ENCUENTRO Y DE INVITAR A TODAS LAS MUJERES QUE LUCHAN.
Y LES VOY A DECIR POR QUÉ PENSAMOS ESTO:
AQUÍ ESTÁN PRESENTES MUJERES DE MUCHAS PARTES DEL MUNDO.
HAY MUJERES QUE TIENEN GRANDES ESTUDIOS, QUE SON DOCTORAS, LICENCIADAS, INGENIERAS, CIENTÍFICAS, MAESTRAS, ESTUDIANTES, ARTISTAS, DIRIGENTAS.
BUENO, NOSOTRAS NO TENEMOS MUCHOS ESTUDIOS, ALGUNAS APENAS HABLAMOS ALGO DE ESPAÑOL.
VIVIMOS EN ESTAS MONTAÑAS, LAS MONTAÑAS DEL SURESTE MEXICANO.
AQUÍ NACIMOS,  AQUÍ CRECEMOS.  AQUÍ LUCHAMOS.  AQUÍ MORIMOS.
Y VEMOS POR EJEMPLO ESOS ÁRBOLES QUE ESTÁN ALLÁ Y QUE USTEDES DICEN QUE ES “BOSQUE” Y NOSOTRAS LE DECIMOS “MONTE”.
BUENO, PERO LO SABEMOS QUE EN ESE BOSQUE, EN ESE MONTE, HAY MUCHOS ÁRBOLES QUE SON DIFERENTES.
Y LO SABEMOS QUE HAY. POR EJEMPLO, OCOTE O PINO, HAY CAOBA, HAY CEDRO, HAY BAYALTÉ, Y HAY MUCHOS TIPOS DE ÁRBOLES.
PERO TAMBIÉN LO SABEMOS QUE CADA PINO O CADA OCOTE NO ES IGUAL, SINO QUE CADA UNO ES DIFERENTE.
LO SABEMOS, SÍ, PERO CUANDO VEMOS ASÍ DECIMOS QUE ES UN BOSQUE, O QUE ES UN MONTE.
BUENO, AQUÍ ESTAMOS COMO UN BOSQUE O COMO UN MONTE.
TODAS SOMOS MUJERES.
PERO LO SABEMOS QUE HAY DE DIFERENTES COLORES, TAMAÑOS, LENGUAS, CULTURAS, PROFESIONES, PENSAMIENTOS Y FORMAS DE LUCHA.
PERO DECIMOS QUE SOMOS MUJERES Y ADEMÁS QUE SOMOS MUJERES QUE LUCHAN.
ENTONCES SOMOS DIFERENTES PERO SOMOS IGUALES.
Y AUNQUE HAY MUJERES QUE LUCHAN Y NO ESTÁN AQUÍ, PERO TAMBIÉN LAS PENSAMOS AUNQUE NO LAS VEAMOS.
Y TAMBIÉN LO SABEMOS QUE HAY MUJERES QUE NO LUCHAN, QUE SE CONFORMAN, O SEA QUE SE DESMAYAN.
Y ENTONCES EN TODO EL MUNDO PODEMOS DECIR QUE HAY MUJERES, UN BOSQUE DE MUJERES, QUE LO QUE LAS HACE IGUALES ES QUE SON MUJERES.
PERO ENTONCES NOSOTRAS, COMO MUJERES ZAPATISTAS, VEMOS ALGO MÁS QUE ESTÁ PASANDO.
Y ES QUE TAMBIÉN NOS HACE IGUALES LA VIOLENCIA Y LA MUERTE QUE NOS HACEN.
ASÍ VEMOS DE LO MODERNO DE ESTE PINCHE SISTEMA CAPITALISTA.  LO VEMOS QUE HIZO BOSQUE A LAS MUJERES DE TODO EL MUNDO CON SU VIOLENCIA Y SU MUERTE QUE TIENEN LA CARA, EL CUERPO Y LA CABEZA PENDEJA DEL PATRIARCADO.
ENTONCES LES DECIMOS QUE LAS INVITAMOS PARA HABLARNOS, PARA ESCUCHARNOS, PARA MIRARNOS, PARA FESTEJARNOS.
PENSAMOS QUE SÓLO MUJERES PARA QUE PODEMOS HABLAR, ESCUCHAR, MIRAR, FIESTAR SIN LA MIRADA DE LOS HOMBRES, NO IMPORTA SI SON BUENOS HOMBRES O MALOS HOMBRES.
LO QUE IMPORTA ES QUE SOMOS MUJERES Y QUE SOMOS MUJERES QUE LUCHAMOS, O SEA QUE NO NOS QUEDAMOS CONFORMES CON LO QUE PASA Y CADA QUIEN, SEGÚN ES SU MODO, SU TIEMPO, SU LUGAR, AHÍ LUCHA O SEA QUE SE REBELA. SE ENCABRONA PUES Y HACE ALGO.
ENTONCES LES DECIMOS, HERMANAS Y COMPAÑERAS,  QUE PODEMOS ESCOGER QUÉ VAMOS A HACER EN ESTE ENCUENTRO.
O SEA QUE PODEMOS ELEGIR.
PODEMOS ESCOGER DE COMPETIR A VER QUIÉN ES MÁS CHINGONA, QUIÉN TIENE LA MEJOR PALABRA, QUIÉN ES MÁS REVOLUCIONARIA, QUIÉN ES MÁS PENSADORA, QUIÉN ES MÁS RADICAL, QUIÉN ES MÁS BIEN PORTADA, QUIÉN ES MÁS LIBERADA, QUIÉN ES MÁS BONITA, QUIÉN ESTÁ MÁS BUENA, QUIÉN BAILA MÁS MEJOR, QUIÉN PINTA MÁS BONITO, QUIÉN CANTA BIEN, QUIÉN ES MÁS MUJER, QUIEN GANA EL DEPORTE, QUIÉN LUCHA MÁS.
COMO QUIERA NO VA A HABER HOMBRES QUE DIGAN QUIÉN GANA Y QUIÉN PIERDE.  SÓLO NOSOTRAS.
O PODEMOS ESCUCHAR Y HABLAR CON RESPETO COMO MUJERES DE LUCHA QUE SOMOS, PODEMOS REGALARNOS BAILE, MÚSICA, CINE, VIDEO, PINTURA, POESÍA, TEATRO, ESCULTURA, DIVERSIÓN, CONOCIMIENTO Y ASÍ ALIMENTAR NUESTRAS LUCHAS QUE CADA QUIEN TENEMOS DONDE ESTAMOS.
ENTONCES PODEMOS ESCOGER, HERMANAS Y COMPAÑERAS.
O COMPETIMOS ENTRE NOSOTRAS Y AL FINAL DEL ENCUENTRO, CUANDO VOLVAMOS A NUESTROS MUNDOS, VAMOS A DARNOS CUENTA DE QUE NADIE GANÓ.
O ACORDAMOS LUCHAR JUNTAS, COMO DIFERENTES QUE SOMOS, EN CONTRA DEL SISTEMA CAPITALISTA PATRIARCAL QUE ES QUIEN NOS ESTÁ VIOLENTANDO Y ASESINANDO.
AQUÍ NO IMPORTA LA EDAD, SI SON CASADAS, SOLTERAS, VIUDAS O DIVORCIADAS, SI SON DE LA CIUDAD O DEL CAMPO, SI SON PARTIDISTAS, SI SON LESBIANAS O ASEXUAL O TRANSGENERO O COMO SE DIGA CADA QUIEN, SI TIENEN ESTUDIOS O NO, SI SON FEMINISTAS O NO.
TODAS SON BIENVENIDAS Y, COMO MUJERES ZAPATISTAS, LAS VAMOS A ESCUCHAR, LAS VAMOS A MIRAR Y LES VAMOS A HABLAR CON RESPETO.
NOS HEMOS ORGANIZADO PARA QUE EN TODAS LAS ACTIVIDADES, EN TODAS, HAYA ALGUNAS DE NOSOTRAS QUE LLEVE SU MENSAJE A NUESTRAS COMPAÑERAS EN LOS PUEBLOS Y COMUNIDADES.
VAMOS A PONER UNA MESA ESPECIAL PARA RECIBIR SUS CRÍTICAS, AHÍ PUEDEN ENTREGAR O DECIR LO QUE VEN QUE HICIMOS O HACEMOS MAL.
AHÍ LO VAMOS A VER Y ANALIZAR Y, SI ES CIERTO LO QUE DICEN, LO VAMOS A VER CÓMO HACEMOS PARA MEJORAR.
Y SI NO ES CIERTO, PUES COMO QUIERA LO VAMOS A PENSAR POR QUÉ NOS DICEN ESO.
LO QUE NO VAMOS A HACER ES ECHARLE LA CULPA A LOS HOMBRES O AL SISTEMA DE LOS ERRORES QUE SON NUESTROS.
PORQUE LA LUCHA POR NUESTRA LIBERTAD COMO MUJERES ZAPATISTAS QUE SOMOS ES NUESTRA.
NO ES TRABAJO DE LOS HOMBRES NI DEL SISTEMA DARNOS NUESTRA LIBERTAD.
AL CONTRARIO, COMO QUE SU TRABAJO DEL SISTEMA CAPITALISTA PATRIARCAL ES MANTENERNOS SOMETIDAS.
SI QUEREMOS SER LIBRES TENEMOS QUE CONQUISTAR LA LIBERTAD NOSOTRAS MISMAS COMO MUJERES QUE SOMOS.
LAS VAMOS A MIRAR Y A ESCUCHR CON RESPETO, COMPAÑERAS Y HERMANAS.
DE LO QUE MIREMOS Y ESCUCHEMOS, SABREMOS TOMAR LO QUE NOS AYUDE EN NUESTRA LUCHA COMO MUJERES ZAPATISTAS QUE SOMOS, Y LO QUE NO, PUES NO.
PERO NOSOTRAS NO JUZGAREMOS A NADIE.
NO DIREMOS QUE ESTO ESTÁ BIEN O ESTÁ MAL.
NO LAS INVITAMOS PARA JUZGARLAS.
NI TAMPOCO LAS INVITAMOS PARA COMPETIR.
LAS INVITAMOS PARA ENCONTRARNOS COMO DIFERENTES Y COMO IGUALES.
AQUÍ HABEMOS COMPAÑERAS ZAPATISTAS DE DIFERENTES LENGUAS ORIGINARIAS.  YA VAN A ESCUCHAR LAS PALABRAS COLECTIVAS DE LAS MUJERES DE CADA ZONA.
NO ESTAMOS TODAS.
SOMOS MUCHAS MÁS Y ES MUCHA MÁS LA RABIA Y EL CORAJE QUE TENEMOS.
PERO NO NADA MÁS POR NOSOTRAS ES NUESTRA RABIA, O SEA NUESTRA LUCHA, SINO QUE POR TODAS LAS MUJERES QUE SON VIOLENTADAS, ASESINADAS, VIOLADAS, GOLPEADAS, INSULTADAS, DESPRECIADAS, BURLADAS, DESAPARECIDAS, PRESAS.
ENTONCES TE DECIMOS, HERMANA Y COMPAÑERA, QUE NO LES PEDIMOS QUE VENGAN A LUCHAR POR NOSOTRAS, ASÍ COMO TAMPOCO VAMOS A IR A LUCHAR POR USTEDES.
CADA QUIEN CONOCE SU RUMBO, SU MODO Y SU TIEMPO.
LO ÚNICO QUE SÍ LES PEDIMOS ES QUE SIGAN LUCHANDO, QUE NO SE RINDAN, QUE NO SE VENDAN, QUE NO RENUNCIEN A SER MUJERES QUE LUCHAN.
Y YA PARA TERMINAR LES PEDIMOS ALGO ESPECIAL EN ESTOS DÍAS QUE VAN A ESTAR CON NOSOTRAS.
VIENEN DE VARIAS PARTES DE MÉXICO Y DEL MUNDO, HERMANAS Y COMPAÑERAS YA DE EDAD, “DE JUICIO” LES DECIMOS NOSOTRAS.
SON MUJERES QUE YA TIENEN AÑOS Y QUE LUCHAN.
ENTONCES LES PEDIMOS QUE LES TENGAN RESPETO Y CONSIDERACIÓN ESPECIAL, PORQUE NOSOTRAS QUEREMOS LLEGAR A SER COMO ELLAS, LLEGAR A TENER EDAD Y SABER QUE SEGUIMOS LUCHANDO.
QUEREMOS LLEGAR A SER MAYORES DE EDAD Y PODER DECIR QUE TENEMOS MUCHOS AÑOS Y QUE CADA AÑO QUIERE DECIR UN AÑO DE LUCHA.
PERO PARA ESO TENEMOS QUE ESTAR VIVAS.
POR ESO ESTE ENCUENTRO ES POR LA VIDA.
Y NADIE NOS VA A REGALAR ESO, HERMANAS Y COMPAÑERAS.
NI EL DIOS, NI EL HOMBRE, NI EL PARTIDO POLÍTICO, NI UN SALVADOR, NI UN LÍDER, NI UNA LÍDER, NI UNA JEFA.
TENEMOS QUE LUCHAR POR LA VIDA.
NI MODOS, ASÍ NOS TOCÓ A NOSOTRAS, Y A USTEDES HERMANAS Y COMPAÑERAS, Y A TODAS LAS MUJERES QUE LUCHAN.
TAL VEZ, CUANDO YA ACABE EL ENCUENTRO, CUANDO REGRESEN A SUS MUNDOS, A SUS TIEMPOS, A SUS MODOS, ALGUIEN LES PREGUNTE SI SACARON ALGÚN ACUERDO. PORQUE ERAN MUCHOS PENSAMIENTOS DIFERENTES LOS QUE LLEGARON EN ESTAS TIERRAS ZAPATISTAS.
TAL VEZ ENTONCES USTEDES RESPONDEN QUE NO.
O TAL VEZ RESPONDEN QUE SÍ, QUE SÍ HICIMOS UN ACUERDO.
Y TAL VEZ, CUANDO LES PREGUNTEN CUÁL FUE EL ACUERDO, USTEDES DIGAN “ACORDAMOS VIVIR, Y COMO PARA NOSOTRAS VIVIR ES LUCHAR, PUES ACORDAMOS LUCHAR CADA QUIEN SEGÚN SU MODO, SU LUGAR Y SU TIEMPO”.
Y TAL VEZ TAMBIÉN RESPONDAN “Y AL FINAL DEL ENCUENTRO ACORDAMOS VOLVER A ENCONTRARNOS EL AÑO QUE VIENE EN TIERRAS DE LAS ZAPATISTAS PORQUE ELLAS NOS INVITARON OTRA VUELTA”.
ES TODA NUESTRA PALABRA, GRACIAS POR ESCUCHARNOS.
¡QUE VIVAN TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO!
¡QUE MUERA EL SISTEMA PATRIARCAL!
Desde las montañas del Sureste Mexicano.
Las mujeres zapatistas.
Marzo 8 del 2018, Chiapas, México, el Mundo.
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kiro-anarka · 6 years
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Cientos de hombres y mujeres encapuchados miran hacía una de las tres pantallas que tienen de frente. En ellas pueden ver Reed, México Insurgente, película dirigida por Paul Leduc en 1970. La proyección se realiza en Cinema Infantil Emiliano Zapata 3D, una de las dos salas habilitadas en el Caracol de Oventik para la realización del Festival de cine Puy ta cuxlejaltic (Caracol de nuestra vida), convocado por el EZLN. La escena acontece en los primeros días de noviembre de 2018.
Al festival acudieron personas referentes del cine del México contemporáneo. Se trató de otra de las muchas iniciativas que el zapatismo ha lanzado para dialogar con los otros mundos, pero también para expandir el mundo en las propias cabezas, como dijera el subcomandante Galeano.
En el archivo histórico, alojado en la página Enlace Zapatista, se contabilizan más de mil 700 entradas a documentos publicados entre el 31 de diciembre de 1993 y noviembre de 2018. Una revisión rápida a éste alcanza para esbozar el aporte histórico del EZLN a las luchas en México y el mundo: la guerra, los distintos procesos de diálogo, la Convención Nacional Democrática, consultas, foros especiales sobre derechos y cultura indígenas y sobre la reforma del Estado, encuentros nacionales e internacionales con sociedad civil, intelectuales, pueblos originarios y organizaciones sociales; el Frente Zapatista de Liberación Nacional, su participación en la fundación del Congreso Nacional Indígena (CNI), Caravanas y recorridos por todo el país, la Marcha del Color de la Tierra, las Juntas de Buen Gobierno (JBG) y los Caracoles, la Otra campaña, las movilizaciones en solidaridad con distintos sectores sociales, la Escuelita zapatista, coloquios y seminarios, CompArtes y ConCiencias, encuentros de mujeres y recién, junto al CNI, el proceso del Concejo Indígena de Gobierno.
En 2003, a propósito de los 20 años de formación del EZLN y 10 de su aparición pública, el difunto subcomandante Marcos contó que los tres pilares de esa etapa del zapatismo fueron: 1) el eje de fuego (acciones militares); 2) el de la palabra, (encuentros, diálogos, comunicados y silencios), y 3) el que podía considerarse la columna vertebral: la forma en que se va desarrollando la organización de los pueblos zapatistas.
En el mismo año se dio un paso fundamental en el tercer eje: el ejército zapatista entregó a sus bases de apoyo la totalidad de la administración y mando en los territorios. Los antiguos Aguascalientes se convirtieron en Caracoles, y nacieron con ellos cinco Juntas de Buen Gobierno. El poder popular se organizó en cuatro instancias territoriales (pueblo, región, municipio y zona) y tres niveles de autoridades autónomas (comunitarias, municipales y las JBG). Sin embargo, la máxima son los pueblos y sus asambleas.
En las diferentes generaciones de la Escuelita zapatista, las bases de apoyo mostraron a miles de personas los resultados de su proceso organizativo. Explicaron ahí cómo se organizan de forma diferente atendiendo a las necesidades primordiales y modos de cada pueblo, pero siempre respetando los siete principios del mandar obedeciendo, servir y no servirse, representar y no suplantar, construir y no destruir, obedecer y no mandar, proponer y no imponer, convencer y no vencer, y bajar y no subir.
Rosalinda, una ex integrante de la JBG de la Zona Altos de Chiapas, nos cuenta en uno de los libros La libertad según l@s zapatistas (https://goo.gl/A8V1Xg), algunos de los principales logros en materia educativa y de salud alcanzados sólo en esa zona. Ahí existe un Sistema de Educación Autónoma Zapatista de Liberación Nacional, el cual agrupa a 496 promotores y promotoras, 157 escuelas primarias autónomas y una secundaria. Asimismo, existe una clínica central, 11 microclínicas y 40 casas de salud comunitaria.
Una de las bases principales del proyecto zapatista es la tierra. En palabras del subcomandante Moisés, se trata de la base de la resistencia económica del zapatismo. Es la que garantiza su capacidad autogestiva y sobre la que ensayan un mundo poscapitalista, uno de alma agraria. El trabajo colectivo también es clave en su proceso, por medio de este logran financiar la organización, conformar cooperativas de pan, de ganado, de zapatos. Incluso se han construido instituciones bancarias, como el Banco Autónomo Comunitario, que apoya a las familias en situaciones de emergencia.
El mundo, muy otro, que han construido los pueblos originarios zapatistas, es un referente de organización y resistencia. Tenemos ahí una ventana al futuro con su propia historia. Un ejemplo concreto de que los mundos fuera del capitalismo son posibles… y urgentes. Ahora que el EZLN cumple 35 años de existencia, 25 de su aparición pública y 15 de la creación de las JBG, miremos y celebremos su existencia recordando siempre a Mariátegui: ni calco ni copia, sino creación heroica
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luixzz · 6 years
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RT @RadioZapote: En el último día del año los 5 caracoles zapatistas se encuentran abiertos para recibir a quienes quieran conmemorar un año más del alzamiento indígena de 1994 #EZLN
En el último día del año los 5 caracoles zapatistas se encuentran abiertos para recibir a quienes quieran conmemorar un año más del alzamiento indígena de 1994 #EZLN
— RadioZapote (@RadioZapote) December 31, 2017
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