Tumgik
#Barriadas
santmarc · 2 months
Text
Tumblr media Tumblr media
Marijo Ribas, Bricks and cucumbers; Lichtenberg Studios exchange 2024
The second part of the exchange with the Lichtenberg Studios, was Marijo Ribas residence in Berlin. This residency has implemented a residency program that relates art to the reality of that neighborhood.
"I am interested in the spaces and how they carry ideology and symbolism. Memorials, public architecture and rural areas are linked to production and migration situations. My research in Lichtenberg began with the sculpture designed by Mies Van der Rohe, built in 1926 and demolished in 1935 by the Nazis.  I was interested in the idea of how a memorial that no longer existed, still has a place in the memory. And since that I thought about the function of a memorial, does a memorial repair any damage?
Lichtenbeg has a rural and proletarian past, the most important migrant population during the 60-70, the “gastarbeiters” came from Vietnam. After the fall of the Berlin Wall there was no plan for many of the Vietnamese population living in Lichtenberg, who worked in semi-slavery conditions, subject to time, cohabitation and birth control. With the change in the economic model and the closure of many factories, some Vietnamese returned to their homeland and some decided to stay in Berlin, there is still a significant community, some important meeting points are the Pagoda temple and the Dong Xuan Center.
Food culture is also an identitarian subject, the ritual of harvest, share, sell and eat together. It is not a memorial, it’s ephemeral, but can be toxic or memorable. I used a vegetable, a cucumber, to construct my personal narrative around significant ideas, facts and spaces I found during my residency in Lichtenberg. The result of the research is linked to a series of studio and street photography crossing that ideas."
Marijo Ribas
La segona part de l'intercanvi amb Lichtenberg Studios, va ser la residència que va realitzar l'artista visual Marijo Ribas a Berlín. Aquesta residència implementa un programa de residències que posa en relació l'art amb la realitat d'aquesta barriada, oferint allotjament i mitjans per a explorar la zona.
"M'interessen els espais i com porten ideologia i simbolisme. Els monuments, l'arquitectura pública i les zones rurals que estan vinculades a situacions de producció i migració. La meva recerca a Lichtenberg va començar amb l'escultura dissenyada per Mies Van der Rohe, construïda el 1926 i enderrocada el 1935 pels nazis. Em va interessar la idea de com un memorial que ja no existia, encara té un lloc en la memòria. I ja que vaig pensar en la funció d'un memorial, reparava algun dany?
Lichtenbeg té un passat rural i proletari, la població migratòria més important durant els anys 60-70, els "gastarbeiters" provenien del Vietnam. Després de la caiguda del Mur de Berlín no hi havia cap pla per a molts vietnamites que vivien a Lichtenberg, que treballaven en condicions semiesclavistes, subjectes al temps, la convivència i el control de la natalitat. Amb el canvi en el model econòmic i el tancament de moltes fàbriques, alguns vietnamites van tornar a la seva pàtria i alguns van decidir quedar-se a Berlín, encara hi ha una comunitat significativa, alguns punts de trobada importants són el temple de Pagoda i el centre Dong Xuan.
La cultura alimentària és també un tema identitari, el ritual de la collita, compartir, vendre i menjar junts. No és un memorial, és efímer, però pot ser tòxic o memorable. Vaig utilitzar una verdura, un cogombre, per construir la meva narrativa personal al voltant d'idees, fets i espais significatius que vaig trobar durant la meva residència a Lichtenberg. El resultat de la recerca està vinculat a unes sèries d'estudi i fotografia de carrer, encreuament d'aquestes idees."
Marijo Ribas
Graduated in Fine Arts at the University of Barcelona (2006), Erasmus at HfG, Frankfurt (2005), Postgraduate in Design, Art and Society, Elisava Pompeu Fabra Barcelona (2008), Master in Artistic Productions and Research, University of Barcelona (2010) and first doctoral courses in Art History, University of Barcelona (2013).
Since 2003 I have participated in collective exhibitions and projects in public and private spaces such as Frac Corse, Ruse Gallery, Spazju Kreattiv Malta, MUU Kaapeli Helsinki, Circulo de Bellas Artes Madrid, Centre de Cultura Contemporania de Barcelona, Centre d’Art Santa Mònica, LABoral Centro de Arte, Es Baluard Museu, etc. I have done numerous residencies in production and research centers such as: Las Cigarreras Alicante, MediaLAB Prado Madrid, Edinburgh Sculpture Workshop or Belgrade A.I.R, among others.
Licenciada en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona (2006), erasmus en HfG, Frankfurt (2005), Postgrado en Diseño, Arte y Sociedad, Elisava Pompeu Fabra Barcelona (2008), Máster en Producciones Artísticas e Investigación, Universidad de Barcelona (2010) y primeros cursos de doctorado en Historia del Arte, Universidad de Barcelona (2013).
Desde 2003 he participado en exposiciones y proyectos colectivos en espacios públicos y privados como Frac Corse, Ruse Gallery, Spazju Kreattiv Malta, MUU Kaapeli Helsinki, Circulo de Bellas Artes Madrid, Centre de Cultura Contemporania de Barcelona, Centre d’Art Santa Mònica, LABoral Centro de Arte, Es Baluard Museu, etc. He realizado numerosas residencias en centros de producción e investigación como: Las Cigarreras Alicante, MediaLAB Prado Madrid, Edinburgh Sculpture Workshop o Belgrade A.I.R, entre otras.
45 notes · View notes
magneticovitalblog · 1 year
Text
YA NO TENGO PACIENCIA
Tumblr media
"Ya no tengo paciencia para algunas cosas, no porque me haya vuelto arrogante, sino simplemente porque llegué a un punto de mi vida en que no me apetece perder más tiempo con aquello que me desagrada o hiere. No tengo paciencia para el cinismo, críticas en exceso y exigencias de cualquier naturaleza. Perdí la voluntad de agradar a quien no agrado, de amar a quien no me ama y de sonreír para quien no quiere sonreírme. Ya no dedico un minuto a quien miente o quiere manipular. Decidí no convivir más con la pretensión, hipocresía, deshonestidad y elogios baratos. No consigo tolerar la erudición selectiva y la altivez académica. No me ajusto más con la barriada o el chusmerío. No soporto conflictos y comparaciones. Creo en un mundo de opuestos y por eso evito personas de carácter rígido e inflexible. En la amistad me desagrada la falta de lealtad y la traición. No me llevo nada bien con quien no sabe elogiar o incentivar. Las exageraciones me aburren y tengo dificultad en aceptar a quien no gusta de los animales. Y encima de todo ya no tengo paciencia ninguna para quien no merece mi paciencia"
(Meryl Streep)
9 notes · View notes
sicl5 · 4 months
Text
Capítulo 14 (2ª temporada)
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
-
En alguna parte de Midgar…
— La vida de Tseng peligra. Aunque sin duda yo podría salvarla…
— De eso nada. Nuestros médicos le atenderán. Usted solo haría que peligrase aún más. Profesor… ¿Qué significa lo que hemos presenciado en el templo?
— Como científico, no puedo afirmar nada sin los datos pertinentes. Sin embargo, varias cosas están claras. Primero… Como he subestimado a la pequeña Sil, si lo hubiera sabido antes… Su poder es asombroso. Y lo último… Este es el fin de Shinra tal y como la conocemos.
— En eso estamos de acuerdo.
En un mundo paralelo (ZACK POV)
Me encontraba en el interior del pilar central, en los túneles de las vías del tren. Había pasado parte del día buscando a Sil en moto pero no hubo suerte así que tenía que continuar con lo siguiente. Dos caminos se bifurcaban y yo podía elegir  por cual ir y por cual no.
— A la derecha, el edificio de Shinra. El profesor Hojo quizá pueda curar a Cloud. A la izquierda, el reactor de mako n.º 6. Aún estoy a tiempo de impedir que Biggs lo vuele por los aires. 
Totalmente indecidido miré el lazo de Aeris que lo llevaba atado en la mano recordando así las palabras de Marlene.
"— Tiene el pelo laaaargo.- Dijo Marlene- y plateado…
— Lo que me faltaba.- Mencioné.
[...]
— ¿Qué relación tienen Sil y Cloud?- Pregunté.
— Se aman.- Contestó Marlene.- Muchísimo. 
— ¿De verdad?- Pregunté.
— Sí, se necesitan el uno al otro.- Mencionó ella"
……
….
M̴̞̌̑̓̿͒̀ủ̵͚̬̦̬̤͖̰̲̈́̔̑̆̏̀̌͝n̷̗͎̼͇̭͉͈͉̙͛̈̌̈́̍d̶̢͉̙̗̳͈̐͛́̔̃̈o̴̞̟̻͓͍͔͍̜̤̝͗̓͐̉͌̍͛͘ ̵̢̲̩͔̠͇̖͗̽̓͠͠-̵̬̦̜̜̼̏͊̍̍̈̅̎̚ͅ-̷͚̹͉̼̹̻̬̰̊̀̓̈̇͒̕͜-̴̘̙͍͇̫̲̐̋-̷̪̩̠̝͉̗̿̽͒͛́̐̒̚͘͝-̶̛͇̰̖͇̳́̓̿͑̽̑̆-̵̱̘͎͓̥̿͋-̸̰̠͍͈̿͆̊͊̓̏̕-̷͇͇͈̦̗͑͂ (Sil POV)
Barriada del sector 5: Descampado.
— Despiertaaaa…. Sil, tenemos prisa, ¿sabes?- Una voz despertaba mi pensar y al abrir ligeramente los ojos vi a Aeris delante mio.- ¡Que te despierteeees! 
— ¿Qué ha pasado?- Miré a mi alrededor.- ¿Midgar…?
— Estamos volviendo al planeta…- Dijo Aeris.
— Significa que… ¿hemos muerto?- Pregunté. 
— ¡No!- Mencionó Aeris con una sonrisa.- Es más como… un sueño. ¡Mi sueño!
— Vaya…- Mencioné.
— Qué te parece si… ¿hacemos una tarde de chicas?- Dijo Aeris mirándome fijamente a lo que me sorprendí.
— ¿Y eso a qué viene?- No pude evitar reír un poco.
— No hemos tenido ni un minuto para las dos desde que emprendimos el viaje…- Dijo Aeris.- Nos lo merecemos, ¿no crees?
— En verdad si.- Respondí, con una sonrisa.
— Ah, y una cosa.- Dijo Aeris.- Prométeme… que no vas a mirar el cielo. Es mejor que no lo veas.
— Oye, entonces no me lo digas.- Reí un poco.- Ahora tengo ganas de subir mi mirada. 
Miré el cielo y una gran brecha cruzaba este, parecía que se iba a abrir en cualquier momento y que todo iba a terminarse.
— ¡Vamos!- Exclamó Aeris agarrándome de la mano y llevándome al centro de la barriada.- ¡Vámonos de compras! 
— ¡Se te nota la ilusión en los ojos!- Dije con una sonrisa.- Hagamos lo que quieras, por mi bien.
— Entonces… empecemos por… ¡esta tienda!
Nos acercamos a una tienda de accesorios para el pelo, collares y pulseras. 
— ¡Woah! Todo lo que tienen es muy bonito.- Dijo Aeris.- Sil, todo te quedaría tan bien.
— ¡Aeris!- Dije algo sonrojada.
— Señoritas, escojan lo que quieran para probarselo así podrán decidir mejor.- Nos dijo el dependiente. 
— A ver…- Aeris agarró una pulsera de color rojo y me la puso.- ¿No crees que te va fenomenal? 
— Puede ser, tiene su toque.- Dije con una sonrisa.- ¿Quieres que te escoja uno a ti también?
— ¡Por favor! Así es más especial.- Mencionó ella.
— A ver…- Señalé una diadema rosa que había en el mostrador.- ¿Te gusta esta? Va ideal contigo.
— Ah, perdona.- Dijo el dependiente.- Este es de mis favoritos y no lo vendo. Mira, llevaos esto para compensaros. De verdad que lo siento.
El depentiende me entrego un pin de unos lirios amarillos, la flor de Aeris.
— Creo que este te pega aún más.- Sonreí.
— ¡Sí!- Exclamó ella. Me acerqué y se lo puse en la chaqueta.- Prometo no perderlo. Y ahora… Ah, ahí.
— Me gusta verte así de contenta, Aeris.- Sonreí al verla así, mi corazón vibraba de felicidad.
La seguí al siguiente puesto, de dulces.
— ¡Chicas! Os regalo algo de picar, lo que más os guste.- Dijo la dependienta.- Eso sí, solo una cosa a cada una. 
— A ver qué quiero…- Dijo Aeris.
— ¡Yo lo quiero todo!- Exclamé.- Qué decisión tan difícil… ¡Esto!
— ¡Pues entonces yo aquello!- Exclamó Aeris. 
— Marchando.- Dijo la dependienta con una sonrisa.- Ah, ¡pero eso no es todo! Tengo también unas chuches nuevas. Probadlas.
La señora nos tendió un plato con unos dulces en forma de medusa. 
— ¿Las hace usted?- Preguntó Aeris.- ¡Que aproveche! 
— ¡Que aproveche!- Exclamé yo también y poniéndome una en la boca.- ¿Qué es esto? ¿Le falta azúcar o algo? 
— Como iba a ser mi última creación, quizá fui demasiado atrevida con la receta…- Dijo la mujer riendo.- Menudo chasco.
— Yo también creo que le falta azúcar.- Dijo Aeris.
— En fin.- Dijo la dependienta.- Ese es el menor de nuestros problemas. Se nos acaba el tiempo. 
Volví a mirar aquella brecha en el cielo. ¿Qué significaba todo esto?
(ZACK POV)
Llegué al vestíbulo del edificio de Shinra con mi moto pero un montón de centinelas apuntaban en mi dirección. Otra vez, volvía a no ser bienvenido allí.
— ¿Por qué me recibís en este plan?- Pregunté.- Yo solo venía a pedir cita con el profesor Hojo. Qué más da. Total, si se va a acabar el mundo… no tengo nada que perder. 
Saqué mi espada y apreté el motor de la moto yendo directamente hacia los centinelas que me apuntaban.
— ¡Venid a por mí!- Exclamé. 
(Sil POV)
Conque aquí estabas Aeris, refugiada en un mundo que ha aceptado su destrucción.
La televisión de la barriada estaba puesta y delante de ella habían varias parejas y un fotógrafo.  
Llevándote a Sil, no solucionaras nada. Ni ella podrá salvarte.
— ¿Le pedimos una foto?- Le pregunté a Aeris con una sonrisa. 
— ¡Sí! Vamos a guardar este momento por el resto de nuestras vidas.- Sonrió ella. 
— Lo siento, pero hoy solo hago una foto más.- Dijo el fotógrafo.
— Háganosla a nosotros.- Dijo una pareja que había allí. 
— A nosotros, por favor.- Dijo otra de las parejas. 
— ¡Nosotros no tenemos ninguna foto juntos!- Exclamó la última pareja.
— ¡Ni nosotras tampoco!- Exclamó Aeris. Me puse un poco roja.
— Pero Aeris… esto es para parej…- Dije.
— ¡Por favor!- Exclamó Aeris. 
— No hay quien elija…- Dijo el fotógrafo.- Bueno, posad todos. La pareja que pose mejor se gana la foto. 
— ¡Posa como tu sabes, Sil!- Me dijo Aeris con una gran sonrisa.
No pude contener la risa y la miré fijamente. Se estaba comportando tan adorable. Me crucé de brazos y miré fijamente a cámara. Aeris puso una mano en mi y hizo una pose muy bonita, muy ella. 
— A ver, a ver…- Mencionó el fotógrafo.- La ultima pareja del dia es… 
(ZACK POV)
Teniendo que hacer una regirada a los planes fui a salvar a Biggs, a impedir que cometiera esa locura que estaba pensando en hacer. Llegue al reactor de mako del sector 6 y allí lo vi, sentado en el borde, comiéndose una bolsa de patatas fritas.
— ¿Qué pasa aquí?- Pregunté, acercándome por detrás. 
— Los niveles de mako están casi al cero.- Mencionó Biggs.- El reactor está en funcionamiento, pero no logra extraer ni una gota.
— ¿Eso qué significa?- Volvi a preguntar.
— Que la corriente vital está seca.- Me respondió.- Que, hagamos lo que hagamos, el mundo se va a acabar sí o sí. Estamos jodidos.
Biggs se estiró y en ese mismo instante tiró la bomba que había traído por el precipicio. 
— ¡Cuidado!- Exclamé
Salimos corriendo y escuchamos un pequeño sonido de bomba. Nos tiramos al suelo y pusimos nuestras manos en la cabeza.
— ¿Ya está…?- Pregunté al no escuchar nada más.
— Me agaché durante el ensayo y ahora he pifiado la misión.- Dijo Biggs.- ¿Por qué tuve que sobrevivir solo yo? ¿Por qué me eligió a mí el destino? Lo has visto, ¿no? ¿Ves que no sé hacer nada bien yo solo?
— No digas eso, hombre.- Dije yo, intentando consolarlo. 
— No soy el "elegido" de nadie. Solo el prinagao…- Dijo Biggs.- que mis amigos dejaron atrás. 
— Que dejes de decir esas cosas.- Mencioné- Mírame. Si estoy aquí contigo, es porque he elegido estarlo. 
Me acerqué a él y le ofrecí la mano. Él la agarró y se levantó, mirándome fijamente.
— Gracias, tio.- Dijo Biggs.- Pero… ¿por qué?
— Pues…- Dije poniéndome una mano en mi mejilla.
— Supongo que atentar contra un reactor son palabras mayores.- Mencionó Biggs.- Por mucho que vaya a acabarse el mundo, no podías permitir esto, ¿no? 
— En parte.- Respondí.- Pero más que nada… Es que me tenías preocupado. 
— Alucino contigo.- Me dijo Biggs.- No se puede ser más buena gente.
— Ah… Ya lo pillo.- Dije.- Estoy aquí porque quería hacer algo. Quería tomar una decisión. La que fuera. Toda decisión abre un nuevo camino. Abre… un nuevo mundo de tu elección. He decidido retomar las riendas de mi vida. 
Biggs se rió de mis palabras. Nos miramos y nos sonreímos. Nos habíamos vuelto muy amigos con la broma. En ese momento, alguien disparo a Biggs y sangre salió de él, cayendo al suelo. Me asusté, no podía creer lo que acababa de ver.
— Oye, Biggs…- Dije yo.- Venga ya… No puede ser… ¡Aguanta, Biggs! 
Los centinelas se dirigieron hacia mi y me apuntaron a lo lejos. Miré fijamente al grupo, poco esperanzado.
— Esta vez sí que la palmo.- Me dije.- El destino no perdona. 
Puse mi espada delante mio, para que me cubriera y las balas no me dieran.
— Pero, ¿a mí qué me importa?- Pregunté.- ¿Quién decide mi destino? 
Me puse la espada en alto, con el filo apuntando arriba y cerré mis ojos. 
— ¡Lo voy a decidir yo! ¡Mi vida es mía!- Exclamé.
Empecé a correr y me tiré de manera segura por la plataforma y así evitando a los centinelas.
(Sil POV)
El fotógrafo finalmente decidió hacernos la foto a nosotras y nos la dio. 
— ¡Muchisimas gracias!- Exclamó Aeris agarrando la foto.
— No es nada, señorita. Pero no llores.- Mencionó el fotógrafo.
— ¿Eh?- Me giré a mirar a Aeris.
— ¡No estoy apunto de llorar! No se preocupe, señor.- Dijo Aeris.- Bueno, ¿dónde vamos ahora?
— Aeris…- Dije mirando al cielo una vez más.- ¿Hay alguna cosa más que me tengas que contar primero? La gente esta rarisima y tú… me preocupas. ¿Qué está pasando? 
— ¿Qué tal si vamos a nuestro sitio?- Preguntó Aeris con una sonrisa.
— ¿Nuestro sitio?- Pregunté de vuelta.
— Piensa, piensa…- Dijo Aeris.- Es un sitio que me encanta. ¡Con esta pista ya deberías saberlo!
Sonreí al ver a Aeris así de ilusionada. Creía saber a dónde nos llevaba a las dos.
(ZACK POV)
Estaba sentado en las escaleras de la iglesia de la barriada, pensativo. Sentía presión, no sabia que hacer. 
— Cloud, Biggs, Aeris, Sil… ¿¡Cómo voy a elegir!?- Me pregunté.
En frente mio vi unas botas que me sonaban mucho y al levantar la mirada allí vi a Sephiroth subir las escaleras y dirigirse a la entrada de la iglesia.
— ¡Sephiroth!- Exclamé. No me hizo demasiado caso- ¡Oye!
En ese momento sacó su arma y me apuntó con ella. No tarde en agarrar la mia, muy confundido.
— ¿¡Qué pasa!?- Exclamé.
— Tú no me sirves.- Dijo de golpe Sephiroth. 
De golpe hizo una maniobra con su espada y varios espíritus me atacaron tirándome hacia atrás. Sentía que la tierra me tragaba y cuando abrí los ojos ya no me encontraba en la barriada, estaba en un sitio sin luz, sin nada.
— Sephiroth… ¿todo esto es cosa tuya?- Me pregunté.- Pues no va a acabar así.
Empecé a apartar a todos los espiritus que me frenaban y desaparecieron dejándome en un sitio vacío pero ya no era de color negro. Pétalos de lirio amarillo me acompañaban, marcándome un camino.
— Pienso llegar hasta allí.- Mencioné.- ¡Allá voy! 
Empecé a ir hacia allí, siguiendo la luz.
(Sil POV)
Finalmente llegamos a la iglesia de la barriada y entramos dirigiéndonos a la pequeña zona con flores.
— Lo sabia.- Dije con una sonrisa.- Es donde nos conocimos… 
— Por eso es nuestro sitio especial.- Mencionó Aeris.- Tendríamos más si no fuera porque tenemos pocos recuerdos juntas.
— Hemos vivido muchas cosas.- Dije mirando fijamente las flores.- Pero nos falta por vivir muchísimo más. 
— ¿De verdad?- Preguntó Aeris.
— Sí. Es una de las cosas que más quiero.- Respondí.- Eres alguien muy importante para mi, Aeris. 
Aeris sonrió y me miró fijamente, parecía ilusionada. 
— Es un alivio saber lo que sientes.- Me dijo ella.
— Al final, has estado para mi en todos los momentos…- Mencioné.- Yo… quería pedirte perdón. Imagino que lo de la materia negra… Se ha podido considerar una traición.
— No te preocupes por eso.- Me dijo Aeris.- Lo… sabía desde el principio. 
— ¿En serio?- Pregunté.- Yo no lo sabía… Lo he descubierto allí.. 
— También lo sé… Por eso mismo no te dije nada. Y además.- Me miró a los ojos.- Me quedo más tranquila si la llevas tú. 
— ¿Cuántas cosas más sabias que yo no?- Le pregunté.
— Bastantes…- Aeris miró fijamente las flores.- ¿Has… recordado a Zack?
Asentí, agarrandole la mano, para que cogiera más confianza en la conversación.
— Cuando nos vimos por primera vez… te reconocí como la chica de la que Zack hablaba todo el día. Sil esto… Sil aquello… Él te tenía muchísimo aprecio.- Me explicó. Quedé sorprendida por sus palabras.
— ¿Eras tú… aquella florista?- Pregunté.- Zack me habló de que estaba conociendo a alguien… Es de las pocas cosas que recuerdo haber vivido con él. 
— Sí… Increíble las vueltas que da la vida, ¿no?- Sonrió Aeris.- ¿Qué pensaría Zack al vernos juntas y tan amigas?
— Creo que… seria el chico más feliz del mundo.- Respondí con una sonrisa. 
— Sil.- Me dijo de golpe Aeris acercándose a mí y entregándome la foto.- Quedate esto y… esto.
De golpe me tendió una materia blanca, extremadamente blanca. El color era de lo más singular, nunca había visto nada igual.
— Esto… ¿no era importante para ti?- Pregunté. 
— Esta materia… podrá ayudarte a salvar el mundo, Sil.- Me dijo ella, sus ojos temblaban.
— ¿Estás bien?- Pregunté.
Ella vino hacia mí y me puso tanto la materia como la foto en mi mano. Su mano le temblaba, algo estaba pasando. 
— Adiós, Sil.- Me dijo.- Te quiero muchísimo. 
— Yo también te quiero… pero… ¿qué pasa?- Pregunté.
De golpe un brillo encendió nuestro alrededor y Aeris se acercó a mí empujándome hacia atrás. Me empezaba a caer y no podía hacer nada. Solo pude ver como Aeris me miraba con los ojos repletos de lágrimas y atrás suyo apareció Sephiroth. 
— ¡Aeris! ¡No!- Exclamé. 
Me caí como a una dimensión interespacial, Ecos blancos me rodeaban y me cuidaban de los Ecos negros. Miré hacia abajo y vi a Sephiroth quien sonreía.
— Sil… He aquí el mundo.- Dijo Sephiroth.- Cada vez que se derrumba la barrera del destino nace un mundo nuevo. El planeta alberga una miríada de mundos en su seno. Algunos nacen y perduran; otros mueren en el acto. Incluso los más longevos desaparecerán algún día. Mas su fin no es motivo de tristeza. Los mundos que se acaban vuelven al planeta… y prolongan su vida. Los hijos de Gaia se deben a ella. Si ella muriera hoy, sus hijos morirían también. 
"Según él, lo único que importa es el planeta, y hará lo que sea por protegerlo de cualquier amenaza. Pero el planeta está sufriendo" Escuché la voz de Aeris en mi, de mis recuerdos. 
Sephiroth y yo íbamos por el interespacio a toda velocidad, viendo como mundos se abrían y se cerraban sin cesar. 
— ¿Oyes eso, Sil?- Me preguntó Sephiroth.- El planeta se regocija… Nos bendice. 
— Está… gritando de dolor.- Mencioné.
— Pronto te darás cuenta de la realidad, Sil. Muy pronto.- Me respondió él.- Pronto, volveremos a estar juntos para siempre. El mundo camina hacia el reencuentro. El reencuentro del mundo que ansiamos.
— El reencuentro…- Mencioné yo.
¿Cuál es la realidad? 
¿Cuál es el mundo que ansío?
Sephiroth me enseñó unas imágenes de un mundo lleno de túnicas. Todos mis amigos se conviertian en una, todos. Incluso Cloud. Me dolió.
— No, esto no es lo que quiero.- Exclamé. 
— Ya está hablado…- Mencionó Sephiroth.- Y… no te olvides de traer a Cloud, si no quieres que termine así. Os doy mi bendición. 
Mundo ???
Agarraba fuerte la materia blanca que Aeris me había dado y abrí los ojos, despertando en una especie de bosque extraño. No entendia absolutamente nada. Unos Ecos vinieron rápidamente hacia mi y me intentaron quitar la materia. Me la guardé bien, no quería que me la quitaran.
Saqué mi espada y empecé a luchar contra los Ecos, sacándolos de enmedio. No tardaron en esfumarse. Suspiré de alivio y miré mi alrededor.
— ¡Sil!- De golpe escuché la voz de Aeris.- ¡Volvemos a estar juntas! 
— ¿Va todo bien?- Le pregunté.
Ella me asintió y me acerqué.
— Sephiroth no debe estar demasiado lejos.- Mencioné.- Me siento… relativamente observada por él. 
— Ya.- Dijo Aeris.- Pero tú ahora céntrate solo en ti. 
— ¿Por qué lo dices?- Le pregunté. 
— Céntrate en pensar quién eres en realidad y aférrate a la respuesta.- Añadió Aeris.- Yo me encargo de Sephiroth. Y sobre todo… guárdate bien la materia negra. Si no… querrá usarla.
Aeris iba apareciendo y desapareciendo de detrás de los arboles. No podía creer lo que veían mis ojos. 
— Sabes… soy la única que puedo detenerle.- Me explicó Aeris acercándose a mi.- Porque soy Cetra. 
La materia blanca empezó a brillar y la tendí en mi mano, mirándola fijamente. Aeris la agarró y me sonrió.
— Gracias por traérmela.- Me dijo.- Pero ahora te pertenece. 
Aeris me agarró el brazo y me volvió a dar la materia, pero esta vez era totalmente transparente, el color blanco se había fugado.
— Ala…- Dije impresionada.- Ahora… parece un espejo invertido. 
Cuando volví a mirar hacia adelante Aeris ya no estaba y cuando giré mi mirada la vi, andando, alejándose. 
— ¿Aeris?- Pregunté.- ¡Aeris!
Intenté correr detrás de ella pero los Ecos blancos se pusieron en mi camino, impidiéndomelo. Los intentaba apartar como podia, avanzando lentamente mientras veía a Aeris desaparecer en frente de mis ojos. Me tiraron al suelo y mientras me intentaba arrastrar todo se puso en blanco. 
Unas imágenes se empezaron a reproducir en mi mente. Del momento justo en que le agarré la mano a Aeris para que no cayera en el templo de los ancianos y al final, fuimos arrastradas las dos al vacío. Después de eso parecía que Aeris se había despertado y Tifa fue hacia ella, sonriendo al ver que se encontraba bien. Cloud corrió hacia mí y me agarró en brazos. Vi como Aeris hablaba con el grupo pero no escuché nada. Y la siguiente imagen era Cloud, mirándome muy preocupado y a su lado, Tifa, quien también me miraba igual. Cloud me tuvo que agarrar en brazos de nuevo, no reaccionaba y Aeris dijo algo para luego desaparecer, delante nuestro. Delante de todos. 
— Aeris… ¿dónde estás?
— ¡Aeris!
— Señorita Aeris. ¿Dónde estás? 
Mundo original.
Bosque dormido.
Volví en mí, abrí los ojos y me encontraba en los brazos de Cloud quien me llevaban. De golpe Tifa me miró y una cara de sorpresa se le creó. 
— ¡Sil! ¡Estás despierta!- Exclamó Tifa.
— ¿Qué ha pasado…?- Pregunté.
En ese momento Cloud me dejó en el suelo y me miró fijamente. En sus ojos veia su cara de preocupación, se le removieron los sentimientos.
— Sil, joder…- Dijo Cloud abrazandome muy fuerte.
— Pensábamos que te ibas a morir…- Me dijo Barret.
— ¿Y Aeris…?- Pregunté, algo asustada. 
— Se ha ido…- Mencionó Yuffie.
— Más allá de este bosque hay una capital oculta que alberga un altar de los Cetra.- Explicó Red XIII.- Allí es donde se dirige Aeris. 
— ¿Aún tienes la materia negra?- Me preguntó Yuffie.
— Sí.- Afirmé.
— Aeris debe estar anticipando lo peor… Dijo que solo los Cetra pueden detenerle.- Agregó Yuffie. 
— ¿Dónde está la ciudad esa?- Pregunté.
— Solo lo sabe Aeris.- Dijo Red XIII.
— Como la niebla es tan densa, la hemos perdido…- Mencionó Tifa.- Se ha adelantado ella sola. 
— ¿Qué…?- Se me pusieron los pelos de punta, algo malo se acercaba.- Hay que darse prisa. 
— ¿Estás bien como para seguir?- Me preguntó Cloud.- Si hace falta te llevo…
— Estoy bien…- Miré fijamente la zona y vi a unos Ecos que se dirigian hacia algún lugar.- Por allí. 
— ¿Eh? ¿Y cómo lo sabes?- Me preguntó Barret.
— Lo dice el destino.- Respondí. 
Empezamos a andar todos juntos. Me sentía un poco desorientada de todo lo que acababa de pasar. Yuffie se acercó a mi.
— Es mejor que esa materia la conserves tú.- Me dijo Yuffie.- La materia negra.
— ¿Y eso por qué?- Le pregunté. 
— Me he dado cuenta que tu… eres mucho más hábil que yo con las materias.- Explicó Yuffie.- Estará mucho mejor contigo.
— Eso no es verdad.- Dije con una sonrisa.- Las dos tenemos buenísimas habilidades. Nos compenetramos bien. 
— Gracias por decir eso, Sil.- Me dijo ella con una sonrisa.
Yuffie se adelantó y se acercó Barret a mi.
— ¿Has estado todo el camino soñando?- Me preguntó.- Se te notaba mover los ojos bajo el párpado. 
— Si, algo así.- Respondí.- No se, ha sido un poco extraño. 
— ¿Extraño por qué?- Dijo Barret.
— Estaba… como en un mundo extraño.- Mencioné.- De vuelta en Midgar. Aun así, ha sido bueno volver aunque sea en mi cabeza. 
— ¿Lo echas de menos?- Preguntó Barret.
— Podría ser, es mi ciudad.- Sonreí. 
— Espero que podamos volver pronto.- Dijo Barret.
En ese momento él empezó a andar rápidamente y Red XIII fue el siguiente que se acercó a mi.
— Sil… ¿Consideras que esto es una niebla normal?- Me preguntó. 
— No lo parece, es muy densa.- Dije. 
— ¿No te recuerda a los Ecos?- Me preguntó una vez más Red XIII. 
— Sí, seguro.- Afirmé. 
— Son los guardianes del destino.- Mencionó Red XIII.- Lo cual quiere decir… que estábamos destinados a separarnos de Aeris.
— Espero que no por demasiado tiempo.- Dije.- Todo esto no me da muy buena espina.
— No, a mi tampoco.- Me dijo él antes de avanzar hacia adelante.
Tifa se paró en seco y esperó a que llegara a su altura. 
— Sil… Me has tenido muy preocupada.- Me dijo Tifa.
— Lo siento muchisimo.- Respondí.- No era para nada mi intención.
— Si te vuelves a encontrar mal o tienes pensamientos raros, dínoslo, ¿vale?- Mencionó Tifa.
— Sí, lo haré… A veces siento que no soy yo… O quizás es ahora que no soy yo… No lo sé.- Expliqué.- Es todo tan confuso.
— Sea lo que sea, estaremos a tu lado Sil.- Agregó Tifa.- Pide ayuda si la necesitas, por favor.
— Lo haré, de verdad. ¡Tifa no te preocupes más!- Dije con una sonrisa.- Por suerte estoy bien… 
— Me alegra, de veras.- Mencionó. 
En ese momento Tifa se fue rápidamente hacia adelante y Cait Sith se puso a mi lado.
— Sil.- Me dijo.- Ya he pedido miauchas disculpas a los demás camaradas, pero todavía me quedas tú… Te juro prrr mis siete vidas que lamento el trueque del Gold Saucer. Sabía que la piedra angular era miau peligrosa. Pensé que, si le caía una miauldición a alguien, que fuera a Shinra. 
— No te disculpes.- Dije yo con una risita.- Soy la que más te entiende.
— He estado pensando miaucho en las palabras que me dijiste.- Mencionó Cait Sith.- Me hicieron reflexionar miaucho.
— Es lo que pienso cada vez que nos encontramos a los Turcos.- Respondí.- Al final, les quiero mucho pero lo primero sois vosotros, mis amigos. 
— Eso es tan miaunito, Sil. Se me saltan las lagrimillas…- Dijo Cait Sith.- A partir de ahora, ¡podéis contar conmigo para lo que sea! ¡Palabra de michi!
Cait Sith se adelantó y vino Cloud hacia mi agarrandome la mano.
— Te he echado de menos este rato.- Me dijo Cloud. No pude evitar ponerme roja.- No me perdonaría si algo malo te pasara. 
— Gracias…- Dije, con el corazón a mil.- Yo también te he echado de menos. Por suerte, estoy aquí. 
— Ahora no dejaré que te separes de mi.- Mencionó.
— ¡Oye!- Exclamé.- ¡Desde cuando te has vuelto tan cursi!
— Simplemente… he tenido miedo de perderte.- Explicó.
— Eso… es muy bonito.- Lo miré a los ojos y él me miró. Nos sonreímos. El amor decoraba el ambiente.- Te quiero, Cloud.
— Yo también te quiero, Sil.- Me respondió él.
Capital olvidada.
Finalmente llegamos a una zona nueva, fuera del bosque. Parecía una especie de ciudad extraña, abandonada. Daba muchísima impresión.
— ¿Es aquí?- Preguntó Tifa. 
— ¡Ah, claro!- Exclamó Red XIII.- Si, tiene que ser aquí. Esta es la capital olvidada de los Cetra. Mi abu me ha hablado un montón de este sitio. 
— El altar tiene que estar por aquí, ¿no?- Preguntó Yuffie.- ¡Pega con el ambiente! 
— Venga, vamos a buscar a Aeris.- Mencionó Barret. 
Los Ecos aparecieron de golpe y la ciudad se inundó de ellos. Algo estaba pasando.
— Ya están aquí los Ecos tocando las narices…- Dijo Barret.
— Estos Ecos…- Mencionó Tifa.
— Estos… no aguardan ningún destino.- Expliqué.- Los controla Sephiroth. 
Os estoy esperando, Sil, Cloud.
En ese momento el cielo se volvió de color rojizo y vimos un gran meteorito que se acercaba a donde estabamos.
— No puede ser…- Dijo Red XIII.
Los Ecos tragaron el meteorito y este desapareció y de su concentración salió Sephiroth de nuevo, mirándonos fijamente.
— Aeris, reza cuanto quieras.- Dijo Sephiroth.- El reencuentro.. La fusión de los mundos… se aproxima. Cuando la ira y la tristeza lo arrasen todo, el planeta se hará más fuerte. 
En ese momento desapareció y todo el lugar fue custiodado tanto por Ecos negros como por Ecos blancos.
— Estos Ecos son blancos.- Mencionó Red XIII. 
— Están defendiendo el lugar.- Expliqué. 
Mientras andábamos tuvimos que enfrentarnos a varios Ecos que hacían su trabajo de proteger el destino. De golpe, muchísimos Ecos se pusieron delante nuestro creando una cascada de ellos y por lo tanto, una pared. No podiamos pasar.
— Otro cruce del destino.- Dijo Barret.
Red XIII intentó cargar contra ellos pero fue en vano, era demasiado fuerte.
— ¿Cómo pasamos?- Preguntó Red XIII.
— Ya os digo cómo.- Expresó Barret.- No es la primera vez que le plantó cara al destino. Mi niña, ¡papá volverá pronto a casa!
Barret intentó poner la mano pero fue en vano lo tiró hacia atrás. 
— Aeris…- Dijo Tifa.
— Esperad…- Mencioné.- Esto es marcado por el destino… 
Empecé a andar con determinación y abrí una brecha en los Ecos aunque no iba a aguantar demasiado. Barret, Yuffie, Tifa y Cloud fueron hacia la brecha y la intentaron mantener abierta. Parecía que se iba a cerrar pero de golpe apareció Vincent quien también la aguantaba.
— ¡Sil, ve!- Exclamó Vincent.
— Regresaré pronto.- Dije entrando por la brecha y saliendo por el otro lado. Una vez más me encontraba totalmente sola.
Templo vital.
Entré a una especie de sitio extraño, piedras luminosas alumbraban absolutamente toda la zona y era super bonito de ver. Me puse en una plataforma y esta empezó a bajar, llevándome a otro sitio. Estaba de lleno en la ciudad de los Cetra. Tenia que encontrar a Aeris. No pintaba nada bien.
Empecé a correr por las calles, sin mirar atrás y como más me acercaba, más escuchaba con claridad la voz de Aeris.
— Gaia… Estripe de los Cetra… Yo os imploro. Socorredme. Soy la última de los Cetra. Y ni siquiera sé rezaros como es debido. Quiero mucho a mis amigos. Por eso quiero protegerlos. Ese es mi único deseo. 
Subí las escaleras y allí la vi, rezando. Me acerqué poco a poco a ella, los Ecos intentaban mi impedida al centro, a ella. Me estaba costando pero no me iba a rendir así como así. 
— Gaia… Estripe de los Cetra… Desveladme el camino…
Vi una pluma negra caer del cielo y en ese momento vi a Sephiroth desde arriba. Caía a toda velocidad, con la espada en mano, apuntando hacia abajo.
— ¡Aeris!- Exclamé.
Sin pensar demasiado reaccioné y me tiré hacia ella, tirándola al suelo. Ella me miró a los ojos, sorprendida y yo me puse encima de ella esperando que la espada se clavara en mi. Noté la espada de Sephiroth atravesar todo mi interior pero no sentí dolor. El dolor lo sentí al bajar la mirada y ver que mi intento de protegerla no había servido de nada. Sephiroth había clavado la espada sin piedad, traspasandome y llegando al cuerpo de Aeris. Ella empezó a sangrar, y mis ojos se llenaron de lágrimas. La materia blanca, que aún conservaba Aeris, saltó en ese momento escaleras abajo. 
Todo el dolor que sentía era porque nos habías dejado. 
— ¡Aeris, no! No puedes dejarnos… No… Por favor…
Mis lágrimas manchaban la cara de Aeris quien ya no respondía. El corazón se me apretaba y me estrujaba. Mientras ella yacía muerta, yo había sobrevivido como si nada a la espada de Sephiroth, era todo tan injusto. Abracé fuerte a Aeris y me apoyé en ella. 
¿Por qué…? No es justo… Yo quiero morir para protegerte. ¿Por qué te has tenido que morir tú…? Yo…
— ¿No te lo preguntas?- Me dijo Sephiroth mirando hacia el cielo.- ¿Por qué no estás muerta? Sil… ¿Acaso… estamos vivos? O es que… ¿nada puede matarnos?
— ¡Calláte!- Exclamé.
— Mira como tu cuerpo se recompone… Solo sale un aura negra de ti…- Volvió a hablar.
En ese momento noté la mano de Aeris en mi pelo y yo levanté mi mirada viéndola con sus ojos abiertos.
— Sil, todo irá bien…- Mencionó Aeris.
— Aeris… No…- Las lágrimas seguían corriendo por mi mejilla. 
Ella cerró sus ojos una vez más, notaba la corriente vital a su lado. No podía con todo el dolor que estaba sintiendo. 
— ¡Sil!- La voz de Cloud sonaba a lo lejos.- ¡Aeris!
— ¡Cabrón!- Escuché la voz de Barret.
— ¡Aeris!- Era la voz de Tifa. 
— Que dé comienzo… la convergencia de estos mundos atormentados.- Mencionó Sephiroth.- La desdicha siempre prevalece. La felicidad es efímera. ¡Con qué rapidez se torna en rabia, tristeza, odio! Así ha de ser… Se acerca una ola de destrucción.  
Volví a mirar a Aeris y la volví a ver viva. No sé en que mundo seguía con nosotros, pero en el mundo natural ya no… Ella me asintió, con una sonrisa.
— Aeris…- Expresé.- Volveré… 
Me levanté poco a poco, poniendo mi mano en mi vientre. No tenía ni un poco de sangre, solo un hueco que poco a poco iba cerrandose.
— ¡Sil!- Exclamó Tifa al verme fijamente.
— ¡Sephiroth!- Exclamó Cloud al ver el agujero en mi y fue corriendo hacia él, atacándole. 
— Estoy… jugando mi mejor partida.- Dijo Sephiroth con una gran sonrisa. 
De golpe Sephiroth apretó su puño y se transformó en Jénova viviente, en la corrupción. Me puse en guardia, sacando mi espada. 
— ¡Sil, no puedes luchar así!- Exclamó Barret.- ¡Tienes un agujero del tamaño de una manzana en tu estómago!
— Se está cerrando…- Respondí.- No puede matarme… Lo he entendido.
Empezamos a luchar todos juntos. Nos conmovía la rabia, la ira, la tristeza. Todos aquellos que, para Sephiroth, eran un pecado. Pero eso era lo que nos hacía más humanos, lo fuera más o menos. 
— ¡Tenemos que ser fuertes!- Exclamó Tifa. 
— Claro que sí.- Dijo Cloud. 
De golpe, Jénova empezó a mover las plataformas y nos separó en grupos. Por suerte, Cloud se encontraba conmigo. Jénova estaba atacando a otro grupo y pude mirar por un momento mi vientre. 
— ¿Estás bien?- Me preguntó Cloud.
— Sí.- Respondí.- Ahora ya es más pequeño… No creo que tarde en cerrarse.
En ese momento, Jénova viviente se puso delante nuestro y Cloud y yo nos agarramos las manos.
— ¡Vamos a derrotarla!- Exclamó Cloud.
— ¡Juntos!- Exclamé yo.
Usé mis habilidades con las materias y Cloud empezó a usar su fuerza física contra el monstruo, clavándole su espada varias veces seguidas en su punto débil. Me acerqué yo corriendo hacia la bestia y atravesé mi espada de arriba a bajo haciendo que gritara de dolor. 
De golpe nos volvimos a juntar con los demás antes de que Jénova viviente desapareciera pero los Ecos nos rodearon y un aura blanca salió de donde estabamos.
— ¿Qué está pasando?- Preguntó Barret. 
(Zack POV)
Aún me encontraba dando vueltas por la nada, el sitio en blanco. No encontraba salida.
— ¿Hola?- Exclamé.- Ande lo que ande… está todo blanco. ¡Holaaaaa! ¿Eh?
De repente vi a unos espectros venir a toda velocidad hacia mi y se giraron. Allí, vi a Sil, en guardia. Sin moverse.
— ¡Sil!- Exclamé.- ¡Por fin te encuentro! Me alegro tanto de verte… Aunque, estás muy cambiada, ¿no?
(Sil POV)
Me encontraba sola, en guardia, los Ecos me rodeaban. De golpe noté como que alguien me tocaba y me giré, encontrando a Zack.
— ¿Zack?- Pregunté, muy sorpendida.- Zack.. estas vivo… 
— ¡Sil!- Exclamó Zack mirándome fijamente y abrazándome fuerte.- ¡Te he estado buscando como el que más! ¡No sabes cuanto! 
— ¿Cómo?- Pregunté, sin entender nada pero feliz de estar junto con él de nuevo.
Varias plumas negras aparecieron del cielo y nos pusimos los dos en guardia, espalda contra espalda.
— Casi que… hablamos luego.- Dijo Zack. 
Sephiroth apareció delante nuestro con una sonrisa. Se puso en guardia, con su espada.
— ¡Sephiroth!- Exclamamos Zack y yo al unísono.
— ¡Sil! ¿Preparada?- Me preguntó Zack.- ¡Luchemos juntos!
— Sí.- Exclamé.- ¡Como en los viejos tiempos! 
Empezamos a luchar contra Sephiroth los dos juntos. Nos complementabamos tan bien que se notaba que en un pasado habíamos practicado juntos. Éramos uña y carne.
— ¡Oye!- Exclamó Zack mirando a Sephiroth.- ¡Tú eras de los nuestros! ¿Adónde ha ido a parar tu orgullo de Soldado? 
— Ni me importa.- Respondió Sephiroth.
— Ya lo veo.- Exclamó Zack.- Por eso hiciste lo que hiciste. ¡Y lo que te queda! ¡Ya lo veo todo claro! 
— ¡Zack! ¡Ahora!- Exclamé.
— ¡Entendido!- Dijo él con una sonrisa.
Saltamos a la vez contra Sephiroth quien había alzado vuelo y él levantó su arma.
— Dos mundos se cruzan… y vuelven a separarse.- Dijo Sephiroth.
En ese momento cortó a la nada pero el viento nos separó, cayendo cada uno a un lado de la plataforma. Vi como donde había caído Zack empezaba a formarse una brecha, la misma que viví yo cuando estaba pasando entre mundos. 
— ¡Zaaaack!- Exclamé.
— ¡Sil, cuida de Aeris!- Exclamó Zack antes de desaparecer. 
Me quedé mirando fijamente la zona en la que había desaparecido, algo dolida. Por fin habíamos vuelto a coincidir y el destino decidió separarnos tan rápido. 
— Sil… Te concederé un combate.- Me dijo Sephiroth.
En ese momento Sephiroth se transformó en un bicho enorme. Fui hacia él rápidamente y empecé a atacar la parte inferior de su nueva forma. Parecía que había encontrado un punto débil pues se debilitó. Me agarré fuerte a él y empecé a trepar su cuerpo hasta llegar a su cabeza y empecé a darle golpes con mi espada, sin parar. Un grito de desesperación salió de él y de golpe atravesó una especie de portal, dejándome totalmente sola. 
— Sil, te he cuidado siempre desde el más allá.- Era la voz de Zack, lo escuchaba en mi cabeza.- Siempre, pase lo que pase, estaré contigo.
— Somos… ¡los mejores amigos!- Exclamé yo. 
Puse mi arma como solía hacer Zack y cerré mis ojos. Le notaba en otro mundo, en otro más allá.
— ¡Persigue tus sueños! - Exclamamos Zack y yo a la vez. Le escuché.
Me sentí con mucha más fuerza, mucho más recuperada, mucho más sedienta de venganza.
— ¡Sil!- Una voz me desconcentró y al mirar era Cloud quien venía saltando las plataformas hacia mi.- ¿Todo bien?
— Sí.- Dije.- Sephiroth se ha transformado en un bicho enorme, pero ha desaparecido.
— Está en otro lado, luchando contra los demás.- Me dijo Cloud mirándome fijamente el vientre.- Ya no tienes el agujero. 
— Qué rápido ha cerrado.- Expresé.- ¿Sabes? Zack ha estado aquí hace un momento.
— ¿Eh?- Preguntó Cloud sin enterarse de nada.
— Los mundos que pueden generar un solo mundo son increíbles…- Mencioné. 
Sephiroth en su forma normal apareció delante nuestro y nos miró fijamente. Cloud y yo rápidamente nos pusimos en guardia. De golpe, miramos hacia atrás y vimos a Aeris quien venía hacia nosotros sosteniendo su báculo. Mi corazón se encogió.
— ¡Esto lo decidirá todo!- Exclamó Aeris. 
Asentí y Cloud también lo hizo. Nos pusimos cada uno a un lado de Aeris, con nuestras armas.
— He de reconocer.- Dijo Sephiroth mirando a Aeris.- que te había subestimado.  
Empezamos a luchar juntos contra Sephiroth, los tres juntos, usando nuestro mayor poder.
— ¿Será ella un espejismo? ¿O, es real?- Nos dijo Sephiroth.
— ¡Ya no nos engañas más!- Exclamó Cloud. 
— ¿No te entristece estar solo?- Le preguntó Aeris. 
— No he estado solo en ningún punto. ¿Verdad, Sil?- Me sonrió, atacandome.
— Nunca voy a estar de tu parte. No te voy a perdonar nada, nada de lo que has hecho.- Exclamé.
Él se empezó a reir y yo sentí tal furia en mi interior que tenia que hacer algo, tenía que matarle. Saqué mis tres materias elementales principales: Piro, hielo, electro. Y las infusioné con mi espada, creando la conexión definitiva. La arma elemental. 
— ¡Juntos!- Exclamé.
Los tres a la vez atacamos, con nuestros poderes más fuertes y Sephiroth cayó en el suelo, apoyando una rodilla. Se levantó y nos miró fijamente antes de salir volando.
— Aún sonríe.- Dijo Cloud.
— Entonces es que no ha terminado.- Mencionó Aeris.
Sephiroth se fue y varios Ecos blancos nos rodeaban a los tres. Me acerqué a ellos y les agarré una mano a cada uno cerrando fuerte los ojos.
— Vámonos.- Dijo Aeris.- Los demás deben estar esperando. 
En ese momento noté como la mano de Aeris se desvanecía, se había ido al planeta, al más allá… 
…..
Finalmente terminó, la batalla contra Sephiroth llegó a su fin. El grupo rodeaba a Aeris quien yacía en el suelo, muerta. Tifa estaba llorando, arrodillada ante ella. El corazón me dolía, mucho. Sabía que no iba a despertar, nunca más. 
Salimos de la zona, todo el mundo estaba muy triste. Me senté al lado del agua y me lo quedé mirandofijamente.
En otro mundo, sigues aquí, con nosotros. ¿Verdad, Aeris?
— Ya llevamos mucho aquí.- Dijo Barret.- Vámonos. 
— Sí, de acuerdo.- Dijo Cloud. 
En ese momento recordé la materia blanca y me giré y allí estaba Aeris sonriendome. 
— Os acompaño.- Me dijo ella con una gran sonrisa.
Le sonreí de vuelta y me levanté junto con ella. Solo yo podía notar su presencia pero me llenaba el corazón saber que si, que de alguna manera o otra, la tenía a mi lado.
— Tifa, ¿vienes?- Preguntó Cloud. 
Ella finalmente se levantó y salimos de allí rumbo a nuestro siguiente destino.
(Varias horas más tarde)
Nos encontrábamos en una pradera. Cid intentaba arreglar la avioneta para que por fin pudiera volar una vez más. Yo, estaba sentanda en el suelo, junto con Cloud. Me apoyé en él. 
— ¡Arreando, el cielo llama!- Exclamó Cid cuando la nave por fin sonaba bien.
— Ella… seguirá con nosotros. ¿Verdad, Cloud?- Lo miré, con una sonrisa.
— Estoy seguro de ello.- Respondió él, agarrándome la mano y entrelazando mis dedos con los suyos. 
Saqué la foto que Aeris me había dado, la que nos hicimos en el otro mundo, en Midgar y el punto del libro de la flor. Cloud miró fijamente los objetos que yo mantenía en mis manos. 
— ¿En qué momento os hicisteis esta foto?- Me preguntó.
— En el momento que más juntas estuvimos.- Respondí, con una sonrisa.
— ¡Venga! ¡Todos a bordo o os dejo en tierra!- Exclamó Cid. 
Me lo volví a guardar todo y me levanté junto con Cloud. Nos agarramos fuerte la mano, sin soltarnos.
No miréis al cielo.
La voz de Aeris sonó y rápidamente miré al cielo, viendo esa misteriosa brecha una vez más. No pude evitar sonreír. 
— Vamos al norte.- Dijo Cloud.- Tenemos que acabar con Sephiroth.
— ¿Al norte?- Preguntó Barret.
— Sé cómo piensa, porque los dos somos Soldados.- Mencionó Cloud. 
— ¡Pues eso nos viene de lujo!- Exclamó Yuffie. 
— Tú mandas…- Dijo Barret para luego mirarme a mi.- Llevas lo que más pesa para todos, cuidalo bien.
— ¿¡Qué decís de peso!?- Exclamó Cid desde dentro de la avioneta.- ¡Al que lleve más peso del debido lo tiro en marcha! 
— Tranquilo. A quien se caiga, yo lo recojo.- Dijo Cloud entrando al avión. 
Miré a Tifa y le sonreí. Parecía muy afectada. 
— Sube.- Le dije acercándome a ella.- Si Aeris te viera así no se lo perdonaría.
— Tienes razón, Sil.- Mencionó Tifa.- Gracias.
Se subió a la avioneta y tan solo quedaba yo. Miré hacia atrás y allí la vi, preciosa como siempre.
— Buen viaje.- Nos dijo Aeris. 
— ¿Estarás bien aquí?- Le pregunté.
— Sí. Este es… el hogar de los Cetra- Me sonrió.- No te preocupes, estaré con vosotros desde aquí.
Aeris se señaló el corazón y yo sonreí.
— Te creo.- Dije.- Pero avisanos si de casualidad algún día necesitas ayuda.
— ¡Os haré una señal de humo!- Exclamó Aeris, no pude evitar reir. 
— Entonces, estaremos pendientes.- Sonreí. 
La avioneta arrancó y las dos lo miramos.
— Voy a rezar día y noche para detener a Meteo.- Dijo Aeris.- Y tú… también tienes un trabajo importante. Eres la única capaz de esto.
— Sí.- Mencioné.- Sephiroth morirá.
— ¡Se que puedes!- Exclamó Aeris. 
— Podremos juntos.- Sonreí.- Todos, incluida tú.
— Sí, juntos.
Subí a la avioneta y me senté en mi sitio. Rápidamente Cid alzó el vuelo y nos alejamos de allí, surcando el cielo rumbo a nuestro destino final.
Gracias Aeris, lucharé por ti.
— Ninguna promesa espera el final del viaje.
Fin (de momento)
Tumblr media
-
Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
CAPÍTULO ANTERIOR
3 notes · View notes
sergchesan · 2 years
Text
Cuaderno de alucinaciones
19 de febrero de 2023
Me desperté recordándote. Abrí los ojos y me sentí muy débil, muy triste, muy solo y recordé que tu carne ya no estaba en este mundo. Vino a mi memoria aquel barranco donde jugábamos, aquella cicatriz en medio de esa barriada maldita que nos marcó con tanta violencia. Te invoqué porque un día compartimos la misma herida, esa que terminó contigo y que a mí me mantiene suspendido en una vida que no quiero vivir. Muchas veces durante estos meses he sentido el peso de llevar tu tumba a cuestas, como el que lleva el cadáver de una quimera de la que no puede ni quiere desprenderse. Recuerdo que una vez me dijiste que te cortabas para poder ver esas heridas invisibles que te destrozaban por dentro, para materializar su existencia y no volverte loco; que toda aquella sangre era como memoria hecha líquido. Yo no tenía miedo. Las veía y te preguntaba por los motivos, por el dolor, por su profundidad. Hablábamos de aquello como podríamos haber hablado de cualquier otra cosa. Eso era lo que más te gustaba de mí, que, a diferencia de los demás, yo no te tenía miedo. Hoy pienso que si tus restos pudieran sangrar, me echaría a tu lado, te abrazaría y bebería de tu sangre. Quizás por la misma razón por la que tú te cortabas: para hacer visible aquello a lo que no logro dar sentido. 
32 notes · View notes
elcontinicio · 7 months
Text
𝐌𝐀𝐋𝐀𝐌𝐀𝐍𝐄𝐑𝐀
«𝐷𝑒 𝑡𝑎𝑛𝑡𝑜 𝑖𝑟 𝑎 𝑙𝑜 𝑗𝑜𝑛𝑑𝑜, 𝑠𝑒 𝑐𝑜𝑟𝑟𝑒 𝑒𝑙 𝑝𝑒𝑙𝑖𝑔𝑟𝑜 𝑑𝑒 𝑎𝑐𝑎𝑏𝑎𝑟 𝑡𝑜𝑐𝑎𝑛𝑑𝑜 𝑓𝑜𝑛𝑑𝑜» me decían las malas lenguas, pero no me quedé clavaíca ni se me tostaron las entrañas; en la mañana renací de un quejío entre la piedra, la leyenda y la zambra. Me criaron entre guijarros, cuestas y hostias en bici, así fue como me hice burra y zalamera, usando la soga que me ataba a Granada. 
Tumblr media
● 𝐍𝐨𝐦𝐛𝐫𝐞 𝐜𝐨𝐦𝐩𝐥𝐞𝐭𝐨: Teresa Vega Lara, pero se presenta como Teté.
● 𝐌𝐨𝐭𝐞𝐬 𝐚𝐬𝐨𝐜𝐢𝐚𝐝𝐨𝐬: La Buhíta o la Buhíta de Graná. Viene dado a que se la veía a menudo cantando por las noches en lo más alto de las plazuelas frente a la Alhambra «ululando a la luna».
● 𝐅𝐞𝐜𝐡𝐚 𝐝𝐞 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨: 22 de agosto de 1999, actualmente tiene 24 años.
● 𝐋𝐮𝐠𝐚𝐫 𝐝𝐞 𝐧𝐚𝐜𝐢𝐦𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨: Granada, Andalucía (España). Oriunda del barrio del Sacromonte, una de las seis barriadas que conforman el distrito del Albaicín. No obstante, posee la doble nacionalidad cubana y española. La primera por parte paterna procedente de La Habana y la segunda heredada de su madre afincada en las cuevas del Sacromonte, pero de origen desconocido.
● 𝐑𝐞𝐬𝐢𝐝𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚 𝐚𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥: Detroit, Michigan (Estados Unidos). A los 18 años decidió emigrar a los Estados Unidos dónde ha vivido hasta ahora a pesar de haber estado desde junio de 2022 a marzo de 2024 en su ciudad natal, Granada, por motivos personales.
● 𝐏𝐫𝐨𝐟𝐞𝐬𝐢𝐨́𝐧: 2 trabajos son los que desempeña en la actualidad tras haber abandonado el cuerpo de bomberos al que ingresó en 2019, además de otro pequeños trabajos previos como camarera en pubs.
⠀⠀—Gasolinera-bar: tras su regreso a Detroit, comenzó a trabajar en una gasolinera 24 horas próxima al centro de la ciudad. Se encarga de repostar gasolina, servir bocadillos y en general ocuparse de la tienda con la venta de suministros básicos. ⠀⠀—Bar-sede de Los Santos: ayuda algunas noches como camarera de copas en el bar de la banda a la que pertenece su hermanastro: «La ruca».
● 𝐑𝐚𝐳𝐚: Licántropa por conversión.
Los licántropos son seres sobrenaturales que cuentan con la capacidad de cambiar su fisionomía humana a la de un lobo a voluntad, a excepción de las noches en las que la la luna llena se alza brillante afectando a s u capacidad de razonamiento. A diferencia de los licántropos de sangre, los cuáles heredan la condición genética en su ADN, la fémina fue convertida a la edad de 19 años.
Tumblr media
La infancia y adolescencia de Teresa fue fuertemente marcada por la poesía cubana de exiliados como Acosta, Esténger o Padilla que su padre le inculcaba, pero también por la española de una España dividida y enfrentada en dos mitades que los abuelos y abuelas de las cuestas le relataban. Su alrededor emanaba el aire de la liberación de la dictadura, la España de la transición, con la pena y la gloria que llevaba el bando rojo tras el fusilamiento de García Lorca o Hinojosa, el exilio de Machado, Cernuda, Alberti o Rosa Chacel y el encarcelamiento y muerte de Hernández.
Su vivienda en sí misma era una de las famosas cuevas de las que tanto se habla más allá de Granada: las cuevas del Sacromonte.
Las cuevas utilizadas como vivienda son una de las características más personales del paisaje urbano granadino. Excavadas sobre los cerros y barrancos del cinturón montañoso que rodea Granada, las cuevas aparecen en los límites de la ciudad edificada pero integradas en ella. A nivel social, el desafío es aún mayor si cabe. Moriscos entre cristianos; gitanos entre payos; anarquistas entre fascistas; los malditos entre la gente de bien. A lo largo de la historia los barrios de cuevas de Granada han sido el contenedor de excluidos y el refugio de minorías difíciles de someter. (Más información aquí)
Tumblr media
Era una niña que vivía más horas en la calle que dentro de casa, correteando y pisándola solo para dormir y algunas veces ni lo hacía, se pasaba las noches escuchando la leyenda del Barranco de los Negros cada vez que los mayores se reunían y la narraban mientras cortaban embutido y les daban a beber una chorraica de vino. También se dedicaba a timar algún que otro turista perdido o se sacaba los euros que su padre se gastaba en alcohol cantando por las cuestas del barrio con picardía y encanto. Para cuando pasó a la pubertad, ya comenzaba a mandar a paseo a los muchachos que iban tras ella, era un alma libre y con su fuerte carácter se los comía con su mirar tan oscuro como sus cabellos.
Entre todo este enjambre de sentimientos e historias agridulces aparece la familia Ayala, fue su suerte en un mar de desdichas. Se trataba de un matrimonio de ancianos que vivía en su misma calle viéndola crecer hasta la partida de su madre, la yaya Carmina la reemplazó y tomó su lugar encargándose de peinarla, alimentarla y mimarla, aunque también de regañarla y meterla en vereda mientras que el yayo Manuel le enseñaba a usar el filo del cuchillo o enseñarle refranes, coplas y darle un par de monedas extra a escondidas para que se las gastase en unos pionos caseros de la panadería de la tía Paca.
No fue el único de la familia que la acogió, una persona que se convertiría en su compañero de vida, Alvarico o cómo él la llama a ella «su séptima cuerda». Álvaro Ayala, era el nieto mayor de la familia, se convirtió en su fiel compañero desde el primer momento. Nunca veías a Teresa sin Álvaro ni a Álvaro sin Teresa desde que ambos se conocieron cuando eran poco más que unos criajos. Un verano, se asomó al verla tirar chinas con rabia contra una de las paredes y tras un cruce de miradas y unas sonrisas robadas, el entendimiento de aquel par de críos se afianzó. Aquel duende de pelo rizado era acomo su hermano, más que un amigo era su cómplice de fechorías sin maldad y andanzas repletas de picardía propias de las novelas del Lazarillo de Tormes, Avarico era todo un personaje salido de una novela del siglo de oro. A veces, se unía Salomé Ayala, la pequeña de la familia, pero no por ello la dejaban atrás aunque no siempre podía seguir el ritmo de aquel par debido a que era siete años menor que ellos.
Uña y cuerda, la antítesis del agua y el aceite, tacón y tablao. Decía el viejo refrán que si uno se tiraba por un puente el otro le seguía, Teresa se habría tirado y vuelto a subir para tirarse de nuevo si Alvarico le decía de ir por una más. De raíces vascas, aires de plazuela andaluza y pies en el Sacromonte, Alvarico es un alma errante con tanto arte que cualquier lugar se queda chico para él y su guitarra. Fue quién enseñó a la morena a tocar y a sonreír cuando no podía hacerlo tras la marcha de su madre, fue su pilar cuando no le quedaba más que la pena de la soledad de un padre ausente.
Tumblr media
Teresa estaba decidida a irse de casa en tener los recursos suficientes porque la atadura a la sombra de su padre era cada vez más insostenible, necesitaba dejarle atrás antes de que la absorbiese. Llevaba ahorrando para ello desde los dieciséis, trabajando en una tienda de comestibles de su barrio con un salario precario a 3€/h y dejó sus estudios de lado en cuanto dejaron de ser obligatorios, no volviendo a retomarlos porque ir a clase no era para ella y todo lo que aprendió fue de manera autodidacta, incluyendo inglés para timar a los guiris que visitaban el Sacromonte.
El momento llegó, la misma madrugada que cumplió dieciocho decidió marcharse y su padre no la retuvo, era consciente de que tarde o temprano se iría como hizo su madre, dejándole atrás para ver el mundo que no podía tener entre las paredes de su hogar. Antes de partir y en un momento de catarsis, Fez decidió revelarle su secreto mejor guardado, un secreto que cambiaría su vida para siempre: la historia sobre su primer amor, Eva, y su primer hijo, siendo entonces conocedora de que tenía un hermanastro llamado Jordan en los Estados Unidos.
Esa madrugada puso distancia entre su pasado y ella, comenzando un largo viaje por carretera a lomos del viejo Chevy familiar por cortesía de la juventud de su padre y con el que recorrió parte de Europa. Condujo de país en país, durmiendo en moteles de mala muerte, también en la parte trasera de su coche o en mitad de la nada, malviviendo libremente hasta que llegó a Berlín (Alemania), siendo el país germano su última parada antes de que la vida la pusiese en un nuevo camino.
Una madrugada, después de comprar víveres para esa semana, rondaba el parking de una tienda que abría las veinticuatro horas de una carretera secundaria a las afueras de Berlín. Cuando estaba de camino a su coche, escuchó unos ruidos extraños a su espalda y fue cuando supo que la seguían. En ese momento comenzó a andar más deprisa y a terminar por correr al notar como era perseguida por algún tipo de animal, pero sus zancadas no fueron lo suficientemente rápidas.
Escuchó un rugido atronador a pocos centímetros de ella y cuando su rostro se giró en busca de la fuente del ruido, las fauces de lo que parecía un lobo envolvieron parte de su torso, arañaron allá dónde había piel mordiendo con fuerza en su hombro, pudiendo así arrastrarla al interior del callejón más cercano. Perdió el conocimiento durante varias horas, pero milagrosamente y sin explicación despertó sin ninguna herida, lo que casi la hizo creer que fue una pesadilla salvo por el hecho de que se encontraba tirada en la calle y con su ropa rasgada y ensangrentada. Esa misma noche comenzó a experimentar cambios en la habitación del motel donde se estaba alojando, su temperamento daba señales de descontrol y en el reflejo del cristal de la estancia pudo ver como sus ojos tomaron un color ambarino brillante, mientras que la carne del interior de sus uñas se desgarraba para dar paso a unas incipientes garras que poco tenían de humanas.
Se encontraba en una situación de desesperación absoluta, quería y necesitaba que todo aquello terminase porque sentía que estaba perdiendo la cabeza y el dolor comenzaba a sobrepasar los límites de lo racional, además de vivir esta situación sin poder recurrir a nadie. Estaba sola. Como grito desesperado, corrió sin rumbo hasta llegar a un bosque cercano, no sabía exactamente que pretendía y el pensamiento de saltar se apareció ante sus ojos, quizá no trataba de quitarse la vida, o sí, pero su mente irracional se silenció ante la visión frente a ella de una mujer menuda de largos cabellos azabache que se mimetizaba con la naturaleza en perfecta armonía. Casi parecía una alucinación, su voz la acunó como nana que mece a un bebé y su ternura la desarmó. A pesar de que su nombre era Aura Kisleeva, ella siempre la ha denominado como su salvación y lo más cercano a una madre que ha conocido.
Tumblr media
Fue ella quién la enseñó a ser una loba, que era en lo que se había transformado después de que un licántropo descontrolado le diese caza en aquel estacionamiento. Durante meses, Aura y su pareja Kasch, la hospedaron en su hogar en Berlín encontrando en la pareja una familia que no esperaba tener. En esos meses en los que aprendió a querer ese nuevo ser que habitaba bajo su piel conoció al hijo mediano de Aura, Joel Vulkan, el cual se encontraba en la capital alemana de visita. Llegado cierto punto, comenzaría una nueva aventura tras decidir abandonar Berlín, la coincidencia le fue servida en bandeja al descubrir que Joel procedía de la misma ciudad donde tenía constancia que su hermanastro residía dos décadas atrás: Detroit.
Una vez se instaló en Detroit y tras semanas pateándose las calles de la ciudad, dio con Jordan en el conflictivo barrio de Belmont. Su primer encuentro estuvo cargado de hostilidades y curiosidad a partes iguales, había realizado preguntas indiscretas que la llevaron a descubrir que era miembro de una banda llamada Los Santos. Aún así se presentó en La Ruca, bar sede de la banda, con una foto y una historia que no dejaría indiferente a ninguno de los dos. Desde aquel momento y a pesar del odio que Jordan sintió por el abandono de Fez, su padre, decidió que Teresa no tenía la culpa y la cuidaría con su vida al igual que Los Santos, los cuáles a pesar del recelo inicial terminarían considerándola como una más.
Tumblr media
⬤ De piernas largas, lengua de oro y marcado acento, Teté es una chica de barrio con imán propio acostumbrada a la calle. Maldice constantemente y no se calla ni una, es consciente de que es una malhablada y por ello se ha llevado más de una colleja de los yayos Ayala a lo largo de los años. Es espabilada, desconfiada e impulsiva. Su 1.78 cm está repleto de carácter explosivo y temperamental que ha forjado con los años por todo lo que ha vivido, pero con un mundo interior enorme que hace de ella una mujer imprevisible y de armas tomar.
⬤ Hay cuatro cosas intocables para Teresa:
—Su Chevy: el viejo Chevrolet Chevelle de 1971 de su padre que compró en su juventud puede ser el objeto de mayor valor del cubano, pero ante la incapacidad de conducirlo debido a la retirada de su carnet por conducir ebrio, Teresa decidió quedárselo.
⠀⠀⠀—Su cabello: tiene una melena morena y ligeramente ondulada tan larga como brillante que le llega más allá de la zona baja de la espalda, desde niña ha tenido el pelo largo y es uno de sus rasgos más caracteristicos.
⠀⠀⠀—Sus aros: jamás sale de casa sin unos decorando sus orejas, siempre dorados. Tiene una amplia colección, aunque sus favoritos se los dio la yaya Carmina cuando cumplió dieciséis años. No tenían mucho dinero, pero ahorró para regalarle sus primeros pendientes de oro.
⠀⠀⠀—Su medalla de oro: perteneció a su madre Lola y es de las pocas pertenencias físicas de ella que posee, jamás se la quita y en ella sale representada Santa Sara Kali, patrona del pueblo gitano.
Tumblr media
⬤ Heredó cosas de ambos de sus progenitores.
⠀⠀⠀—De su padre: el amor por las letras, o más concretamente, la poesía. No solo leerla, sino también escribirla y desde niña allá donde hubiese una superficie dejaba sus garabatos en ella, además de redactar cuadernos con sus bocetos escritos.
⠀⠀⠀—De su madre: la magia del «cante jondo», aunque no es algo que saque a relucir en exceso salvo cuando Alvarico saca su guitarra y se junta con los Ayala.
⬤ Al poco de llegar a los Estados Unidos, adoptó un cachorro de rottweiler al que llamó Twist por la famosa novela de Dickens, aunque no lee demasiadas novelas porque pierde la atención con facilidad, fue la primera que leyó y guarda una anécdota sobre ella con bastante cariño en su interior. El pasado año, mientras pasaba un tiempo en Granada, decidió adoptar a otro cachorro de la misma raza llamado Sota, ya que siempre le robaba la baraja de cartas mientras echaban una partida a la fresca junto a Alvarico.
⬤ Sufre de parálisis del sueño, los sentidos y la conciencia permanecen intactos, pero se siente como una presión encima o una sensación de ahogo como también alucinaciones visuales, auditivas y sensoriales junto a un temor desmesurado. Los episodios incrementaron cuando se transformó en loba, raramente logra conciliar más de cinco horas seguidas. Se ha acostumbrado a vivir en una eterna vigía.
⬤ Comenzó en la adolescencia a dejar graffitis por distintos puntos de Granada cuando era joven en Êttandâ pal andalûh (ortografía no-oficial del español creada en 2018 por el colectivo EPA para adaptarse a las particularidades de los dialectos andaluces). En cuanto descubrió que Juan Ramón Jiménez lo hacía porque la ortografía cas­tellana no reflejaba bien lo que luego él recitaba, también al ver que Los Quintero lo representaban en los diálogos de los andaluces de sus obras teatrales o cientos de autores de anto­logías flamencas lo plasmaban en las letras manteniendo la so­noridad, métrica y rima de los cantes.
Tumblr media
2 notes · View notes
oleworm · 11 months
Text
Palabras en castellano
Estrambote: Conjunto de versos estrafalarios que se agregan al final de una combinación métrica.
Estafermo: Figura giratoria de un hombre armado usado en los juegos caballerescos; persona que está parada como embobada.
Sayón: Verdugo; persona vestida con sábana larga para la procesión de Semana Santa.
Ufanar: Engreírse, jactarse.
Estofa: Tela o tejido de labores, por lo común de seda.
Besugo: Pez acantopterigio de color rosado y carne muy preciada; persona torpe o necia.
Orlado: Adornado.
Capcioso: Embustero o falso; trata de obtener una respuesta que comprometa a su interlocutor.
Llosa: Terreno agrícola cercado, próximo a la casa o barriada a que pertenece.
Superchería: Engaño o injuria.
Redivivo: Aparecido, resucitado.
Hórreo: Granero, lugar de almacenamiento de productos agrícolas.
Quintana: Puerta, vía o plaza en los campamentos romanos donde se vendían los víveres; en asturiano, el espacio frente a una o varias casas.
Lagar: Recipiente donde se pisa la uva para obtener el mosto; donde se prensan las uvas o manzanas; en las fábricas de salazón, depósito para el pescado en salmuera.
Pegollo: En asturiano, cada uno de los pilares de piedra o madera sobre el que se apoyan los hórreos.
Casero: Dueño de una casa; administrador de una casa; persona que cuida una casa y vive en ella, estando ausente el dueño.
Gañán: Mozo de labranza; hombre fuerte y rudo.
Zafio: Tosco o vulgar.
Veras: Realidad, verdad; efectividad, fervor o actividad con que se ejecuta algo.
Garrido: Gallardo o robusto; bien parecido, elegante.
Tegumento: Órgano que sirve de protección externa al cuerpo humano y de los animales, con varias capas y anejos como glándulas, escamas, pelo y plumas.
Ecdisis: Muda de los artrópodos.
Exuvio: Muda de los artrópodos.
Carballeda: Sitio poblado de caballos.
Arrobado: Peso por arrobas.
2 notes · View notes
todocubaonline · 1 year
Text
Reportan desaparición de una joven en La Habana
Su nombre es Déborah Hernández y se encuentra ausente al hogar desde el pasado domingo 7 de mayo.
Una joven fue reportada este miércoles como desaparecida en La Habana, según publicó la cineasta Marilyn Solaya en Facebook. Su nombre es Déborah Hernández y se encuentra ausente al hogar desde el pasado domingo 7 de mayo. La realizadora audiovisual informó que Hernández reside en la barriada de Lawton, en el municipio de 10 de Octubre, exactamente en la calle 21 y Dolores. “No hay muchos más…
Tumblr media
View On WordPress
2 notes · View notes
demasiaogitana · 1 year
Text
y es k toy enamorada d 1 canijo d barriada
2 notes · View notes
lilmcttens · 2 years
Text
Younger Mittens hc:
Tumblr media
When Amity was much younger she didn’t have too much a rift between her and her siblings as long as Odalia was out of the picture or room. In fact, I think she used to really look up to them and depend on them for help when she needed it. It’s not like she could leave the manor on her own, but then again.. Maybe they could not either. However, I would like to think they had the typical rule of having to hold her hand when out about the town. Helping her with some day to day things.
Amity would catch the both of them copying one another as they just did naturally without much control. Mittens just thought it was a way to show the other some respect so before Amity had a lot of responsibilities weighing her down she would try to imitate them too. Attempting to become the third twin as it were. She may be thinking they might have wished that they had a third twin and likely a boy for Ed to hang with rather than being bombarded by girls and Emmy well a sister about her age. They could do so much better than who they got Mittens will think sometimes. 
Her mother and father would praise them or scold them when they did wrong, but things were usually unbalanced. So to assert her dominance Amity would try to be more like they were for her mother’s approval, but she would get in the way of their actual lives trying to be more of a copy cat. Truth be told they both probably didn’t think about the things she was putting herself down with. I bet they don’t mind having their baby sister just the way she is she may have come two years later but no matter what happens they both got to meet someone new and not thinking more of an identical clone. 
Like I have stated previously I think as Amity grew from a young age she had tons of sass yet a soft heart. Trying to be the responsible even though that title clearly belonged to the oldest twin Emira. Amity will boss them, they tease her, she barriadas them for goofing off, but if they can con and gently push her into a game eventually she softens and has just as much fun making mischief as they do. Sometimes a little friendly peer pressure could help her with the stress she isn’t supposed to have at her age. Before they were pitted against one another for the battle of attention things were a little more simpler. 
Nowadays they’ve overcome their differences by being in one another’s corner rather than competing and thinking of two as a duo and more of trio. Just by being a team and pulling through their challenges together. It’s beautiful! 
4 notes · View notes
jesrylander · 2 years
Text
Carlos Reynoso: “La antropología debe adaptarse a los cambios o perderá terreno” (Entrevista)
Por Jesse Rylander (Jesse Hernández Luzardo)
Cuando se lo ve por primera vez, quizás sea un poco difícil imaginar que un hombre de mirada tan apacible y menuda estatura,  pueda llevar a cuestas una trayectoria en investigación tan extensa. Su pelo cano y poblada barba gris, son testimonio visual de la experiencia que acompaña de forma omnipresente a Carlos Reynoso, reconocido teórico antropológico argentino, quien estuvo de visita en nuestro país durante el II Coloquio Internacional de Investigaciones en Antropología, organizado por la Maestría en Antropología de LUZ.
La entrevista se desarrolló en el epicentro de la popular barriada de Santa Lucía. Reynoso, junto a su esposa Norma, expresaba maravillado la impresión que le causaba la locación escogida para el encuentro. “¡Es hermoso todo este colorido!”, refirió.
Nuevas modalidades de etnografía
Sentados en una banca,  inicié la conversación con una pregunta directa: “¿de qué se trata su propuesta teórica?”. “El postulado que propongo hace referencia a nuevas modalidades de etnografía, a partir del impacto que han tenido las ciencias de la complejidad, o las ciencias cognitivas, en los últimos quince años. Este proceso, nutrido con el desarrollo explosivo en teoría de redes, fue impulsado a principios del siglo XXI, cuando se comenzó a estudiar Internet, y se descubrió que ésta era más compleja de lo que parecía”.
Reynoso, quien es profesor titular de la carrera de Ciencias Antropológicas en la Universidad de Buenos Aires, explicó que sus estudios hacen énfasis en las  estructuras que permiten vincular entre sí distintos clases de fenómenos, entre los que mencionó redes sociales, fenómenos de procesos de cambio, problemas de epidemiología, difusión de ideas y rumores. “Es que cualquier fenómeno dinámico, puede llegar a ser estudiado mediante las redes complejas”, aseguró.
Aunque las teorías de redes tienen en antropología una larga tradición que se inicia a mediados de la década de los cincuenta, en Inglaterra, en la olvidada Escuela de Manchester, hoy se ha vuelven a revisar bajo una nueva óptica. Carlos Reynoso refirió que, increíblemente, las ciencias formales, entre ellas la biología, están tomando ideas de las ciencias sociales en cuanto a cómo funcionan las redes. “Viejos conceptos de las redes sociales ahora forman parte del conocimiento matemático, incluso de desarrollos en computación muy importantes. A los blogs, por ejemplo, ahora se los llama redes sociales, con lo cual se demuestra el auge de este tema”.
 La conversación prosiguió en medio de una serena tarde dominical frente al templo de Santa Lucía. La pregunta de rigor, luego de la anterior explicación fue: A su juicio, ¿cuál es la utilidad de hacer investigación en esta área?
“Se ha revelado que la antropología tiene mucho que ofrecer en materia de herramientas para abordar las realidades sociales. Antes, esta ciencia estaba limitada en esa tarea y se la observaba como una especie de forma literaria interpretativa. Casi podríamos decir, estética. Ahora tiene mucho que ofrecer en materia de instrumentos para comprender diferentes clases de realidades. Cuando digo esto, no me refiero necesariamente a fenómenos sociales, sino a cualquier clase de fenómenos. Ahora los modelos del lenguaje adquieren casi la misma forma de los modelos de los procesos sociales de transmisión de ideas, difusión de modas, difusión de rumores,  clientelismo político, tráfico de armas y de estupefacientes. Casi cualquier fenómeno se puede llegar a establecer en los mismos términos de redes sociales”, dijo Reynoso, quien también funge como docente de lingüística y semiótica en la Universidad de Buenos Aires.
Con una particular simpatía que dibujaba su entusiasmo al hablar sobre su propuesta, Reynoso explicó que, para entender lo anterior, es necesario comprender una pequeña y no tan compleja matemática. No una de números, según advirtió,  sino más bien fundamentada en cierta clases de estructuras. “Algo similar a lo que pretendía llegar el estructuralismo en los sesentas pero que, por basarse en términos casi exclusivamente en aspectos cualitativos, no mostraba claramente la naturaleza de esas estructuras. Ahora, esa naturaleza sí es clara, ¡y eso es algo maravilloso!”.
Reynoso, quien cuenta con una experiencia de más de 40 años en el área de computación, 10 de ellos en Microsoft, enfatizó que, muy a menudo, tales estructuras no son tan mecánicas o simples como se pensó tradicionalmente en ciencias sociales. Contrariamente,  indicó que hay que pensar en ellas de una forma más abierta, lo cual permite, a su vez, comunicarse abiertamente con otras disciplinas. “Estas herramientas de investigación pueden ser aplicadas perfectamente por arquitectos e ingenieros de software. El abaratamiento de las computadoras y la popularización del Internet ya resulta más viable hablar de estas cosas, con una mirada transdiciplinar”. 
Antropología: la invención de las culturas
La entrevista se disfrutaba, más aún por la quietud del ambiente en el  cual se desarrollaba. Seguidamente, surgió otra inquietud: “Usualmente se tiende a ver el trabajo antropológico como una investigación aislada en una tierra remota ¿Cómo encajan allí las nuevas etnografías?”.
 Con hilaridad, Reynoso responde: “Es recurrente la imagen que refiere a los estudios en antropología en comunidades aisladas, separada del mundo, en el corazón de las tinieblas, con un antropólogo que se encontraba con gente que rara vez había estado en contacto con un hombre blanco. En torno a esto está cada vez más claro que se ha constituido una especie de leyenda muy fuerte que tiene que ver con todo el proceso colonial en el cual se origina esta ciencia”.
Para ejemplificar eso, el catedrático argentino mencionó el caso de Franz Boaz, padre de la antropología en Estados Unidos, quien estudió a los nativos norteamericanos a principios del siglo XX. Aseguró que, cuando Boaz necesitaba hacer una fotografía, limpiaba todo el ambiente para que no apareciera nada que fuera representativo de la cultura occidental. Hacía que el indio vistiera con ropa que nunca había usado o que se usaba en contextos rituales específicos, en lugar de la ropa occidental que llevaba todo el mundo.  “Era como una especie de reconstrucción, a veces fantástica, a veces incongruente, de la cultura tradicional. Eso que podríamos llamar la invención del a cultura. Autores como Adan Cooper, en los 80, escribieron libros sobre esto, en los que se hacía referencia a las invenciones rituales o en los que se exageraba el exotismo de las cosas. También se inventaban estructuras complejas de parentesco que  a los nativos, en realidad, ni se les cruzaban por la cabeza. Eran estructuras que se creaban a partir de las preguntas que se formulaban los antropólogos”.
 Argentina, el futbol y Maradona estuvieron en Bali
No obstante, Carlos Reynoso expuso  que, llegado el momento de la globalización, cuando en todos los lugares empieza a prevalecer una forma cultural derivada de la cultura mediática de los Estados Unidos y su área de influencia, la antropología se quedó con muy poco que decir. “Ese es el momento en el que surgen alternativas en la antropología, tales como los estudios culturales, que se ocupan de las mismas cosas de las que se ocupaba antes, pero en el contexto occidental y contemporáneo, como es el caso de la antropología urbana“.
 A manera de anécdota ilustrativa, Reynoso manifestó que “Una vez estuve en Bali. Veía el crematorio de un brahmán, y se me acercó un balinés quien me preguntó en perfecto inglés: where are you from?, a lo cual respondí: ‘Argentina’. Y él me dijo ¿Argentina? ¡Maradona! Imagínate el contexto: estábamos viendo el crematorio de un brahmán, algo extraño para nosotros, pero el fútbol y Maradona siguen siendo conocidos en todo el mundo. Esta persona luego mencionó una cantidad de nombres de otros jugadores argentinos que yo desconocía. ¡Eso es globalización!”.
 Antropología: adaptación o muerte
A su juicio, la antropología tiene que adaptarse a situaciones como la globalización y, para ello, debe tener las herramientas adecuadas. De esa manera podrá estudiar sociedades complejas y fenómenos que van más allá del estudio de un pequeño grupo o de situaciones que pudieran verse como simples. “Ahora se descubre que nunca hubo culturas simples. Todas las culturas tienen un grado de complejidad”, dice enfático.
“Quizás la forma de abordarlo era lo simple. Quizás, implícitamente, se presuponía: Esta gente es un poco rústica, pero, ¡qué elaborada que es esta medicina hecha por los salvajes! ¿Cuántas clases de patatas conocen estos individuos? ¡Qué memoria prodigiosa tienen! Sin embargo, pienso que todas las culturas deben tener una forma de abordaje que haga justicia a su complejidad”.
 Al referirse a la producción antropológica en América Latina, Carlos Reynoso aseguró que ahora estamos en condiciones de ver que las teorías que nos han hecho llegar desde el primer mundo, quizás no han sido las mejores y que, tal vez, se puedan elaborar formas de desarrollo teórico más adecuadas a las situaciones locales.
 “Ese el mensaje que intento comunicar: Que existen posibilidades instrumentales fortísimas. La antropología no surge del campesinado ni de las tribus que están en el interior, sino que es un fenómeno que surge en las ciudades. Tiene un modelo académico de la cultura y del intercambio, propios de occidente. Es absolutamente importante que ese modelo se produzca y diversifique según el contexto. Y que se corte la independencia de la antropología norteamericana y europea. En ello, subyace una lección muy grande para la antropología en este momento: o se adapta o empezará a perder terreno. Creo que la antropología tiene mucho que enseñar y mucho que aprender de este proceso”, concluyó contundente este prolífico antropólogo que tiene en su haber más de 50 publicaciones en distintas áreas de conocimiento y que ha servido de traductor y revisor de casi 30 obras científicas.
Tumblr media
FOTO: ANTROPOLOGIA RADIO PODCAST
Versión de la entrevista en inglés, aquí
6 notes · View notes
santmarc · 8 months
Text
Tumblr media
Amb motiu de la resolució de la beca de la beca anual d'intercanvi d'Espai sant Marc espai de creació i residències artístiques de Sineu i Lichtenberg Studios espai de residències de Berlín, ens reunim amb el director de l'Institut d'Estudis Baleàrics Llorenç Perelló en Ca n'Oleo per a presentar a la guanyadora d'enguany l'artista visual Marijo Ribàs. L'Institut d'Estudis Baleàrics dona suport a Espai Sant Marc com a Centre de Creació. El mes de juny aquesta artista viatjarà a Berlín per a desenvolupar un projecte específic. Per la seva part Lichtenberg Studios envia el mes vinent de març a l'artista noruega establerta a Berlín Berit Myreboee, que treballarà en el taller de gràfica d'Espai Sant Marc. Aquest intercanvi té com a fi donar suport a la creació i desenvolupar experiències de col·laboració entre els dos espais. Espai Sant Marc des de l'any passat realitza aquest intercanvi amb Lichtenberg Studios, que ofereix un apartament perfectament equipat en l'històric barri perquè artistes visuals desenvolupin i donin a conèixer el seu treball. Aquesta residència depèn de la municipalitat de l'àrea de Lichtenberg, la més a l'est de la capital alemanya, que des de 2011 implementa un reconegut programa de residències que posa en relació l'art amb la realitat d'aquesta barriada, oferint allotjament, mitjans per a explorar la zona, una publicació periòdica i un open studio. Con motivo de la resolución de la beca de la beca anual de intercambio de Espai sant Marc espacio de creación y residencias artísticas de Sineu y Lichtenberg Studios espacio de residencias de Berlín, nos reunimos con el director del Institut d'Estudis Balearics Llorenç Perelló en Ca n'Oleo para presentar a la ganadora de este año la artista visual Marijo Ribas. El Institut d'Estudis Balearics da apoyo a Espai Sant Marc como Centro de Creación.
més informació/más información:
www.santmarcair.com
23 notes · View notes
goya-65 · 2 years
Text
Tumblr media
"Siempre quise saber lo que había detrás de la famosa frase de Facundo Cabral “No soy de aquí ni soy de allá...”, y cuando lo supe, amé esta historia que ahora les cuento:
Tiene tanto tiene qué ver con un sentimiento tan noble y tan poderoso como el amor: el perdón.
El padre de Facundo se fue de su casa antes de que éste naciera. Luego Sara, su madre, fue echada a la calle junto a sus pequeños hijos, y Facundo no tuvo un techo donde nacer, de ahí lo de “No soy de aquí ni soy de allá / no tengo edad ni porvenir / y (a pesar de todo) ser feliz / es mi color de identidad”.
Nació así en La Plata, y se crió en una de las barriadas más pobres de la urbe argentina, como presagio de lo que más adelante la montaña rusa de la vida le depararía: sinsabores, éxitos, fracasos, lucha, amores, desamores y mucho aprendizaje, como preparando al gran apóstol de la música latinoamericana para un camino que no detendría ni su absurda muerte un 9 de julio.
Una noche, tras terminar un concierto en una de las catedrales de la música de Buenos Aires, Facundo, con 46 años a cuestas, se llevó la sorpresa de su vida: en el pasillo lo esperaba su padre.
“Lo reconocí porque era igual a la foto que mi madre siempre había guardado, pero con el pelo cano y las huellas del tiempo reflejadas en su rostro y en sus manos. En el acto supe que era él, porque siempre vi esa foto en la repisa de la cama de mi madre”, contaba Cabral. “Mi padre era muy apuesto. Todo lo contrario a mí, era muy elegante. Ahora, muchísimos años después, estaba allí y me quedé congelado sin saber qué hacer”.
Este era el primer encuentro con su padre. ¿Se imaginan la tormenta de emociones, pensamientos y nerviosismo que azotaban dentro de aquel hombre que paseaba su música por el mundo pregonando la paz, el perdón y el amor? Entonces, ¿qué hacer?
Un día Cabral dijo sobre su padre: “Agotó todo el odio que había acumulado en mí; lo odié tanto y tan profundamente porque había dejado sola a mi madre con siete hijos. Aprendimos todos a tener el cielo por techo y la lucha por sobrevivir se volvió prioridad para los ocho. Murieron cuatro de hambre y frío. Tres sobrevivimos de milagro”.
Ahora, su padre estaba frente a él, y sentía tener todo el derecho de decirle lo que su corazón guardaba. El rencor es un sentimiento tan fuerte como el perdón y Facundo sintió muchas veces que su memoria le alejaría para siempre de aquel hombre. En ese momento, el recuerdo de las palabras de su madre retumbó en su cabeza y en su corazón:
“Vos que caminás tanto, algún día te vas a encontrar con tu padre. ¡No cometas el error de juzgarlo! Recuerda el mandamiento: honrarás al padre y a la madre. Segundo, ese hombre que vas a tener enfrente, es el ser que más amó, más ama y más amará tu madre. Tercero, lo que corresponde es que le des un abrazo y las gracias, porque por él estás gozando las maravillas de Dios en este mundo por el que caminas. La vida que tanto amas no sólo te la dio tu madre, también se la debes a tu padre. No lo olvides”.
El desenlace de este encuentro lo cuenta el mismo Facundo: “Por eso cuando vi a mi padre nos acercamos, nos abrazamos y fuimos grandes amigos hasta el final de sus días. Aquella vez me liberé y dije: ‘Mi Dios, qué maravilloso es vivir sin odio’. Me costó años perdonar y pude hacerlo en un segundo. Y me sentí tan bien”.
El perdón es tan noble y poderoso como el amor.
Texto: Facundo Cabral.
3 notes · View notes
sicl5 · 6 months
Text
Capítulo 13
(La historia es una adaptación de la obra FINAL FANTASY VII por lo tanto incluye SPOILERS de esta.)
-
Puerta de la barriada
Me desperté, había estado tirada en el suelo de la barriada desde que habíamos huido del pilar. Miré un momento a mi alrededor, estaba todo completamente destrozado, me encontraba rodeada de ruinas. No me sentía bien, no me sentía con ganas de nada, me encontraba sola además, probablemente todos habíamos caído mal y nos habíamos dispersado. 
Me quedé allí, sentada, abrazando mis rodillas. Había empezado a recordar un poco a Rude, a Reno y sobre todo… a Tseng. Todo el cariño, todo el amor. Había olvidado esa pequeña pero importante parte de mis recuerdos y dolía recordarlo todo de golpe. Ya no me salían las lágrimas pero me encontraba vacía por dentro.
¿Por qué me separé de ellos?
En ese momento escuché una voz gritando mi nombre pero no tenía fuerzas ni para responder. Me quedé en mi sitio, congelada. El viento era frío o por lo menos así lo sentía yo. Unos ruidos venían de cerca mío y en ese momento, quitando un escombro del camino, apareció Cloud.
— Sil, estás aquí.- Se acercó a mi y me ofreció la mano para levantarme junto a él.- ¿Estás bien?
No le agarré la mano, no me levanté. Cloud se sentó a mi lado y me acercó a él, no dijo nada más. En ese momento las lágrimas volvieron a salir de mis ojos, el contacto físico había removido los sentimientos dentro de mi una vez más. 
— Sabes…- Dije yo quitándome las lágrimas de los ojos. En ese momento Cloud puso su mirada en mi, escuchándome- He recordado… un poco de mi pasado. He recordado que… yo conocía a Reno y a Rude en el pasado. Era muy amiga de Reno y pasaba buenos momentos con Rude, aunque no recuerdo dónde ni el motivo… Por eso parecía que me conocían, por eso evitaban dispararme. Pero… ¿por qué les conozco? 
— ¿Qué hay de Tseng?- Me preguntó Cloud poniendo una mano encima de mi muslo.
— Tseng… Fue mi primer amor. No le recordaba tampoco… Pero al verle en la pantalla y escuchar su voz es cuando me ha vuelto todo a la cabeza.- Respondí a media voz.- No recuerdo mucho más por eso… no sé… me estoy volviendo loca.
Cloud me acercó más a él y me abrazó. Cerré los ojos ciñéndome a su abrazo, sin soltarlo. Su corazón iba rápido, lo podía escuchar desde mi posición y el mío comenzó a correr también. Más que nunca necesitaba su esencia, su presencia.
En ese momento apareció Tifa, quien parecía que nos buscaba y se nos quedó mirando fijamente. Cloud la miró por un momento pero sin apartarme de él ni un segundo.
— ¿Estáis bien…?- Preguntó Tifa con un hilo de voz.
— Sí…- Dijo Cloud mirándome a mi.
Me separé poco a poco de él dedicándole una pequeña sonrisa para que viera que me encontraba un poco mejor y me levanté del suelo como pude mirando a Tifa. Tenia los ojos rojos, se notaba que no me encontraba del todo bien.
— Siento que… haya pasado esto…- Le dije a Tifa.
— No Sil, no es tu culpa… No te machaques.- Dijo Tifa.- Deberíamos ver donde está Barret.
Los dos asentimos y nos pusimos a avanzar entre la barriada destrozada poco a poco. 
— ¡Hola! ¿Hay alguien?- Se escuchó una voz al fondo que parecía ser la de Barret.
— ¿¡Barret!?- Exclamó Tifa acelerando el paso.- Creo que está más adelante.
— Eeeeh, ¿alguien me oye?- Se seguía escuchando la voz, cada vez más cerca.
Una roca impedía seguir avanzando así que optamos por tirarla al suelo presionando los tres juntos. Al conseguirlo y pasar vimos una imagen mucho más desoladora de lo que habíamos visto anteriormente. Todo destrozado, llamas por algunas partes, parecía sacado de un apocalipsis. Allí estaba Barret, mirando los escombros. 
— Marlene…- Dijo Barret.- Marlene. ¡Marlene! ¡¡¡Marlene!!! ¡Biggs! ¡Wedge! ¡Jessie! Hijos de puta…
Barret empezó a pegarle puñetazos duros a la pared dura destrozada que se encontraba delante de él. 
— ¡Hijos de puta! ¡Por vuestra culpa…!-Exclamó Barret. Los tres lo mirábamos fijamente. Era duro de mirar.- Marlene… Marlene…. 
Tifa se acercó a Barret y le puso una mano en su espalda.
— Es culpa nuestra… Les provocamos.- Dijo Tifa.
— No, no puedes pensar así.- Dijo Barret con un nudo en la garganta.- Da igual lo que hayamos hecho. La plataforma la ha derribado Shinra. ¿¡No es así!?
Barret se giró y miró a Tifa, quien temblaba. 
— Sí…- Respondió ella.
Barret agarró la mano de Tifa fuerte y la miró fijamente.
— Nunca olvides esa ira. ¿Vale?- Mencionó Barret antes de darle un abrazo a ella.
En ese momento Tifa me miró de reojo y me hizo un pequeño gesto para que fuera con ellos. Me acerqué lentamente y Barret me abrazó con el otro brazo. Las lágrimas volvieron a salir, todo era demasiado triste. Tifa me miró como pudo y me abrazó también, ella intentaba no llorar.
— Barret.- Dijo Cloud acercándose a nosotros.- Marlene está bien. Aeris la encontró. 
— ¿Aeris?- Preguntó Barret yendo hacia Cloud.- ¿La chica que han atrapado?
— Sí, ella.- Respondió Tifa. 
— ¿Qué narices ha pasado?- Dijo Barret mirándonos.
— Le pedí a Aeris que fuera a por Marlene y la llevara a un lugar seguro.- Mencionó Tifa. 
— ¿Y lo hizo? ¿Estáis seguros?- Preguntó de nuevo Barret, intentando recuperar su esperanza. En ese momento Cloud empezó a andar hacia otra dirección.-¡Eh! ¿Adónde vas? 
Barret empezó a seguir a Cloud mientras Tifa se había quedado paralizada mirando los escombros y las llamas. Le agarré la mano, la miré a los ojos y le sonreí con la poca fuerza que tenía. Ella me asintió y emprendimos la marcha detrás de ellos.
Seguimos avanzando por el derrumbe hasta que llegamos a un sitio donde había gente. Unos reclutas novatos hablaban entre ellos. 
— ¿Cómo ha podido pasar algo así?- Decía uno de ellos.
— De verdad no pensé que…- Dijo el otro.
La gente que había en ese camino estaba destrozada, lloraban, estaban desubicados, todo parecía desbastado. Seguimos avanzando un poco más y de golpe Barret se acercó a Cloud.
— ¡Te he preguntado adónde vas!- Exclamó Barret.
— A la casa de Aeris, en la barriada del sector 5.- Dijo Cloud, calmado. 
— ¿Y Marlene está allí?- Preguntó Barret. 
— Eso esperamos.- Mencionó Cloud.
Barret se quedó plantado y miró fijamente a Cloud mientras él y Tifa seguían el camino.
— ¡Dime que sí está! ¡Dame algo de esperanza!- Exclamó Barret corriendo delante de Cloud de golpe.- Aunque no esté, no te culpare a ti. ¡Lo juro! Bueno… a quien quiero engañar. Fijo que te arrancaría la cabeza…
— Por lo poco que conozco a Aeris…- Dije yo acercándome a él.- Hay muchísimas posibilidades de que haya llevado allí a Marlene, así que no te preocupes tanto, ¿si?
Barret me miró con algo de esperanza en los ojos y siguió el camino poniéndose primero. Cloud frenó un poco y se acercó a donde estábamos Tifa y yo.
— ¿Vosotras sabéis algo sobre los Ancianos?- Preguntó Cloud mirándonos.
— Me suenan de algo.- Dijo Tifa.
— Leí un documento sobre ellos hace poco.- Mencioné.- Hablaba de la raza ancestral y de la canalización del poder del planeta.
— Salen en los libros de astrobiología.- Dijo Barret al escuchar nuestra conversación.- Se supone que son los custodios originales del planeta. Podían incluso comunicarse con él. Hablar con él. 
— Por eso los Turcos la perseguían con tanto empeño.- Agregó Cloud.
En ese mismo instante Cloud puso su mano en su cabeza y cerró fuerte los ojos. Fui hacia él y al poner una mano en su espalda de golpe noté el dolor intenso de cabeza, tuve que apoyarme incluso más en Cloud. Levanté poco a poco mi mirada, con el dolor y allí estaba, Sephiroth. 
— Veo que has vuelto a fracasar, Cloud. Pero esto te fortalecerá.
Sephiroth se acercó a nosotros y puso su mano en mi cabeza. 
— Acompáñale, Sil. Nos reuniremos pronto, los tres. Más pronto de lo que creéis.
En ese momento Sephiroth siguió andando. Cloud se giró bruscamente y puso su mano en su espada pero Sephiroth desapareció.
— ¿Sil, Cloud?- Dijo Tifa mirándonos.
— Estoy bien.- Exclamó Cloud.- Vamos.
— Perdón.- Dije yo siguiendo el camino.
Seguimos andando y llegamos a las puertas del Mercado Muro. Teníamos que ir por allí si queríamos llegar al sector 5. Dos centinelas pasaron patrullando la calle de la entrada del mercado Muro. 
— Esperad.- Dijo Cloud.- Deja que pasen.
— ¿Qué demonios están haciendo aquí?- Exclamó Barret.
— Su trabajo, digo yo.- Dijo Cloud cruzándose de brazos.- Piensa en reunirte con Marlene, nada más.
Pasamos rápidamente el Mercado Muro, Barret corría como un loco e iba primero, se notaba que necesitaba llegar lo más rápido posible a la casa de Aeris. 
— ¿Visteis a Jessie en el pilar?-Preguntó Barret. Se me encogió el corazón.
— Sí, y también a Biggs.- Mencionó Tifa.- Estaban los dos… muy graves. Pero Wedge no estaba con ellos. Logró escapar.
— Me alegro.- Respondió Barret.- Bueno… estaba pensando que… tenemos que encontrar a los demás. 
— ¿Eh?- Dijo Tifa mirándolo. 
— Si no los buscamos nosotros, ¿quién lo hará?- Dijo él.
— Ya…- Suspiró Tifa. 
— Yo… me apunto.- Dije, con un nudo en la garganta.
— Gracias Sil.- Me dijo Barret.- Cloud, también necesitaremos tu ayuda.
— Claro.- Respondió Cloud. 
Centro de la barriada del sector 5.
De un momento a otro llegamos a la barriada del sector 5. Quedaba poco para llegara a casa de Aeris.
— Este es el sector 5, ¿no? ¿Dónde has dicho que está Marlene?- Preguntó Barret. 
— En caso de estar aquí, estará en una casa al otro lado de la barriada.- Respondió Cloud.
— ¡Pues aligerad el paso, venga!- Exclamó Barret.
— Voy tan rápido como tu.- Dijo Cloud.
Pasamos el camino entre la barriada y casa de Aeris y finalmente llegamos a su bonito terreno.
— Esa es su casa.- Señalé yo la casa de Aeris. 
— ¡Marlene!- Exclamó Barret yendo rápidamente hacia allí.
Entramos en la casa y Barret ya se encontraba allí, delante de Elmyra. 
— ¿¡Dónde está Marlene!?- Exclamó Barret asustando a Elmyra.- ¿Está aquí?
— Barret.- Dijo Cloud, llamándole la atención.
— Lo siento.- Dijo Barret poniéndose una mano en la cabeza.- Soy Barret, y Marlene es mi hija. Marlene… tiene el pelo corto. Tiene carita de ángel, además de ser una niña muy buena… Iba vestida de… ¡rosa, sí! Hoy llevaba un vestido rosa.
— Está durmiendo en el piso de arriba.- Dijo Elmyra intentando calmar a Barret. En ese momento a Barret se le iluminaron los ojos y rápidamente se movió hacia las escaleras, bruscamente.- ¡He dicho que está durmiendo! 
Barret empezó a ir escaleras arriba poco a poco, sin hacer ruido. 
— Yo también quiero verla.- Dijo Tifa mirándonos.- ¡Venga, vamos!
— ¡Subid, pero sin hacer ruido!- Dijo Elmyra. 
Subimos poco a poco las escaleras y en la habitación se encontraba Marlene, en la cama durmiendo. Barret estaba de rodillas mirándola.
— Marlene, mi niña… Qué alegría.- Dijo Barret.
Nos quedamos un rato corto mirando a la pequeña y a Barret mucho más aliviado y luego volvimos a bajar las escaleras. 
— Shinra ha capturado a Aeris.- Nos dijo Elmyra, mirándonos. 
— Lo siento.- Dijo Cloud.
— No, soy yo quien le pidió que fuera a rescatar a Marlene.- Dijo Tifa mirando a Elmyra.- Acababa de conocerla, pero era tan maja y amable. Y… me aproveché de ello. 
— No es culpa vuestra.- Dijo Elmyra mirando a Tifa.- Era solo cuestión de tiempo que volviera allí.
— Porque es una Anciana, ¿cierto?- Soltó Cloud mirando a Elmyra fijamente.
— ¿Os lo ha contado?- Dijo Elmyra mirándonos a Cloud y a mi.- Debe de confiar mucho en vosotros… Sí, Aeris es una Anciana, puede que la última con vida. No es mi hija. Biológica, quiero decir. En caso de que os lo preguntarais… Hace unos quince años… enviaron a mi marido a luchar a la guerra. Un día, recibí una carta informándome de que volvería a casa un tiempo. Cuando llegó la fecha, fui a la estación a recogerlo. Pero no apareció. Me temí lo peor… Aun así, me convencí de que le habrían retrasado del permiso. Iba todos los días a esperar y rezar… Fue entonces cuando me la encontré. A ella y a su madre. Pensé que habrían escapado del mercado Muro. O que eran de la plataforma y se habían arruinado. Esas cosas pasan más a menudo de lo que parece. "Lleve a Aeris a un lugar seguro". Esas fueron sus últimas palabras. Mi marido llevaba mucho tiempo fuera y me sentía sola. Así que decidí que el lugar más seguro para aquella niña era a mi lado. No le llevó apenas tiempo considerarme de su familia. Hablaba por los codos. Me contaba historias muy extrañas… como que su madre y ella habían escapado de unas instalaciones… y que no estaba triste porque su madre "había regresado al planeta". 
— ¿Al planeta, eh? Me suena todo eso.- Dijo Barret.
Regresar al planeta… ¿De qué me suena a mi eso?
— Por aquel entonces no comprendía qué decía.- Siguó Elymra.- Al preguntarle si se refería a un planeta del espacio… me respondió que era este. El nuestro. ¿Qué podría responder yo a algo así? "Mami, no te pongas triste". Eso me dijo un día sin venir a cuento. Así que le pregunté el porqué. "Un hombre al que quieres mucho ha muerto. Su alma ha venido hasta aquí para despedirse de ti. Pero no ha podido quedarse porque tenía que volver al planeta." En ese momento no la creí, claro. Pero unos días más tarde recibí una carta informándome de que mi marido había muerto en combate. Era capaz de saber cosas así. Me llevó lo mío acostumbrarme, pero éramos felices. Y un día llamaron a la puerta, era Tseng, de los Turcos. "No, vete". "Aeris, sabes que no eres una niña normal y corriente. Eres descendiente de los Ancianos". No tenía ni idea de qué estaban hablando, así que le pregunté quiénes eran esos Ancianos. "Eran los custodios originales del planeta, cuya infinita sabiduría nos guiará a la tierra prometida. Algunos creen que la tierra prometida es un mito y otros que es una especie de alegoría. Pero nosotros creemos firmemente en las escrituras y la realidad que detallan. Por eso Shinra querría que Aeris nos ayudará…" "¡Mentira! No soy una Anciana" "Dime, Aeris… Aunque estés sola, ¿no oyes voces que te cuentan cosas?" "¡No, nunca!" Pero los tres sabíamos que eso no era verdad. Aquel hombre sabía quién era Aeris, de donde venía, y de qué era capaz.
Esta historia, ya me suena… ¿Qué está pasando?
— A pesar de que sabían dónde se encontraba, ¿no se la llevaron antes? No es típico de los Turcos.- Dijo Cloud.
— Según ellos, tenía que acompañarlos por voluntad propia, o no funcionaria. Por eso, aunque se la hayan llevado, estoy segura de que la estarán tratando bien… Y cuando consigan lo que se proponen, la enviarán de vuelta a casa.
— Lo dudo.- Dijo Cloud yendo hacia la puerta.
— No estarás planeando ninguna locura, ¿no?- Le dijo Elmyra levantándose de la silla.- No compliques más las cosas. Si la perdiera a ella, no sé qué haría… No sé si podría… Por favor…
— Si son los Turcos quienes están cuidando de ella…- Dije yo mirando a Cloud.- Aeris estará bien…
— ¿Y si no son ellos quienes están al cargo?- Me dijo Cloud mirándome a los ojos.
— Cloud, a lo mejor tiene razón.- Dijo Tifa.- Puede que dejen libre a Aeris cuando terminen. Quizás sea buena idea esperar un poco más. 
— Vamos de vuelta al sector 7.- Dijo Barret.- Tenemos asuntos pendientes. Como pasarnos por el bar.
— Sí.- Dijo Tifa.
— Vale.- Dijo Cloud no muy convencido.
Salimos rápidamente de casa de Aeris y nos pusimos rumbo hacia el sector 7.
— Los escombros habrán sepultado la entrada principal al sector 7. ¿Cómo vamos a entrar?- Preguntó Tifa.
— Por el pasadizo subterráneo del parque.- Dijo Cloud.
— Vale, buena idea.- Mencionó Barret.
— ¿Pero cómo vamos a llegar al parque?- Preguntó Tifa de nuevo.
— Conocemos un camino rápido para llegar.- Dije yo.- Ya lo hemos usado anteriormente. 
— ¡Vaya! Habéis hecho de todo mientras estabais desaparecidos.- Dijo Barret.- Lo digo sin animo de ofender.
Autopista derrumbada del sector 6.
Nos dirigimos rápidamente a la autopista derrumbada del sector 6 por donde Cloud y yo habíamos pasado la última vez que nos dirigíamos al sector 7. El camino nos lo sabíamos pero los bichos y monstruos que habían por la zona solo hacían que retrasarnos más y más. 
Al llegar al final del camino este estaba tapiado pero unas escaleras llevaban a una zona inferior por donde podíamos seguir nuestro camino. En ese momento nos encontramos de cara con unos maleantes.
— ¡A por ellos!- Dijo uno de los maleantes.
Nos pusimos rápidamente a luchar contra a ellos para eliminarlos de nuestro camino. Éramos cuatro luchadores hábiles así que no era difícil para nada. Paso que andábamos paso que aparecían más. En ese momento una voz que me sonaba habló.
— ¡Quietos paraos! Si queréis cruzar nuestro territorio, tenéis que apoqui… ¿Otra vez vosotros?- Era El Chungo y su panda.
— ¡Mierda!- Exclamó El Broncas.
— ¡Ay…!- Dijo El Pardi.
— ¿Os conocéis?- Nos preguntó Barret.
— No.- Respondió Cloud.
— ¡No mientas, pavo! ¡Sí nos conocemos!- Dijo El Chungo a lo que yo me reí un poquito.- ¡Eh! ¡Y tú te sigues riendo!
Rápidamente nos deshicimos de ellos, por tercera vez y seguimos el camino volviendo a la parte superior de la autopista para poder proseguir con el camino.
— ¡Por allí!- Dijo Tifa al ver la salida. 
— ¿Por allí se sale?- Preguntó Barret.
— Si, estamos a punto de llegar.- Dije yo.
— Casi me da miedo volver y ver cómo ha quedado todo…- Expresó Tifa.- Va, vamos…
En el último tramo de la autopista había mucha gente parada, posiblemente debido al incidente. Finalmente salimos de la autopista llegando al parque verde del sector 6. También había mucha gente triste. Cuántos habrán perdido familiares, sus casas, su vida… Nos quedamos los cuatro mirando la situación.
— ¡Wymer!- Exclamó Barret.- ¡Estás vivo!
— Y coleando.- Dijo Wymer acercándose a nosotros.
— ¿Quién más salió a tiempo?- Preguntó Barret.
— Ojalá lo supiera… Lo siento…- Respondió Wymer con tristeza en los ojos.
— No pasa nada…- Le dijo Tifa.
— Que alegría verte con vida. Espero que los demás también estén bien.- Barret le puso una mano en el hombro a Wymer y él asintió. 
Nos dirigimos rápidamente hasta la entrada del túnel subterráneo y nos agachamos para bajar rápidamente hacia allí.
Pasadizo de la red eléctrica.
— Bueno…- Dijo Barret cogiendo fuerzas.- A ver que hay en el otro lado…
Empezamos a avanzar por el pasadizo. No estaba vacío, también habían varias personas dentro de él que parecía que habían salido del sector 7 recientemente. A medio camino el pasadizo tembló pero nosotros seguimos a lo nuestro. La gente se lamentaba, tenían ganas de mudarse a otro sitio, empezar de cero e incluso gente quería haber muerto, no tenían nada más. De golpe, otra vez todo empezó a temblar.
— ¿Otra vez?- Pregunté sin entender nada.
— Ha sonado más cerca que antes.- Respondió Cloud mientras ya salíamos por el túnel viendo el sector 7.
— ¡Holaaaaa!- Exclamó Barret.- ¿Alguien necesita ayuda?
Barriada del sector 7.
Todo había quedado destrozado, verlo ahora desde fuera era aun mas duro que antes, que cuando habíamos caído. Mi corazón se encogió, miraba todo despavorida. 
— Madre mía…- Dijo Barret mirando la situación.
— ¡Un poco más, venga!- Escuchamos la voz de Marle de cerca.- ¡Venga!
— ¡Pesa mucho!- Era otra voz.
— ¡Ya vamos!- Dijo Barret al ver una chica atrapada entre las piedras y fuimos rápidamente hacia allí.
— ¡Marle!- Dijo Tifa al ver a Marle mirándola.
— ¡Estáis vivos!- Dijo ella mirándonos a Tifa y a mí. En ese momento todos nos giramos y agarramos la piedra para levantarla, Tifa y Marle se pusieron agarrándole una mano cada una a la chica para poder sacarla.
— A la vez.- Dijo Cloud.- Listos, y…
Levantamos aquella piedra y Tifa y Marle sacaron rápidamente a la chica de debajo. 
— Buen trabajo.- Dijo Barret a la policía vecinal.
— Gracias…- Dijo la chica mientras abrazaba fuerte a Tifa.
Se llevaron a la chica rápidamente para atenderla y Marle nos miró fijamente.
— No sabéis cuánto me alegro de veros.- Nos dijo con todo su corazón.- Y ahora, ¿qué vais a hacer?
— Ni idea.- Respondió Barret.- Tenemos que hacer algo, lo que sea.
— ¿Habéis ido al bar?- Preguntó Marle.
— No.- Respondió Barret.
— Deberíais ir a echar un vistazo.
Tifa miró a Barret y le asintió.
— Vale. Primero al bar, luego ya veremos.- Dijo Barret.
— Tened cuidado.- Nos dijo Marle.- Las calles están sepultadas. No metáis el pie en algún agujero.
Empezamos a ir poco a poco por los escombros y las calles. Barret iba gritando a los cuatro vientos para ver si alguien necesitaba ayuda hasta que se detuvo en seco mirando fijamente lo que parecía ser el cartel del bar, roto. Tifa miró fijamente el cartel y lo que antes era el bar, con unos ojos llenos de nostalgia.
— Tifa…- Dije yo, mirándola. 
En ese momento una caja enorme cayó por mal colocación dirección encima de Tifa y yo rápidamente la agarré del brazo y la tire hacia atrás para que no le diera.
— ¡Cuidado!- Exclamé.
— ¡Joder!- Exclamó Barret de golpe. Él apartó lo más rápido la caja para poder volver a ver el cartel del bar.
Miau.
— ¿Habéis oído eso?- Dijo Tifa.
— Parece un gato, ¿no?- Mencioné.
— Debe ser un gato de los de Wedge.- Dijo Barret. 
Exactamente, allí había un gato que nos miraba fijamente. De golpe se dio la vuelta y siguió su camino. Parecía que quería que lo siguiéramos.
— ¡Vamos tras él!- Dijo Tifa.
Empezamos a ir poco a poco detrás del gato, por donde nos llevaba parecían caminos que no habían sufrido tanto como otras partes de la barriada. En ese momento se metió en un agujero bastante grande que se había hecho por la explosión y la caída de la plataforma.
— ¡Eh! ¡Ya bajamos! Espéranos.- Dijo Barret mientras poco a poco nos tirábamos los cuatro por el agujero.- Este sitio… apesta a Shinra. 
Parecía la parte subterránea de algo de Shinra, definitivamente. Todas las instalaciones eran construidas por Shinra.
— ¿Wedge?- Exclamó Tifa señalando a Wedge quien estaba en el suelo tirado.
— ¡Wedge!- Dije yo yendo corriendo hacia él. 
Antes de llegar donde se encontraba el suelo tembló y las rejas que sujetaban nuestros pasos se desmoronaron haciéndonos caer a una parte incluso más subterránea. 
Laboratorio subterráneo de Shinra.
Abrí los ojos, el golpe había sido duro y me dolía la espalda. Me levanté como pude y vi a Tifa en el suelo, aunque solo estaba ella. Fui corriendo hacia ella y la moví.
— ¡Tifa!- Exclamé.- ¿Estás bien?
Ella poco a poco abrió los ojos y me miró agarrándose a mi para poderse levantar y poniéndose bien la ropa.
— Sí… Gracias Sil…- Tifa miró a su alrededor.- ¿Y los demás?
— No lo se.- Respondí yo.- Cuando he abierto los ojos solo te he visto a ti…
— Ojalá estén bien… ¿Qué crees que es esto?
— Parecen instalaciones de Shinra… Aunque no sabía que aquí se encontraban este tipo de sitios…
En ese momento varios bichos voladores se acercaron a nosotras yendo a atacarnos para alimentarse.
— ¡Cuidado Tifa!- Le puse Barrera gracias a mi materia de protección para que no pudiera pasarle nada. 
Tifa me sonrió y empezamos a cargarnos a los bichos voladores. Cada vez que nos cargábamos una ronda aparecía otra ronda más, parecía que no se acababan.
— ¡No se acaban!- Exclamé yo.
— Debe haber algún nido por aquí cerca.- Dijo ella mientras se cargaba a los bichitos.
— ¡Tifa, Sil!- Era la voz de Barret, sonaba desde el otro lado de la sala.- ¡Eh! ¡Tifaa, Siil!
— ¡Barret!- Exclamamos las dos a la vez.
— ¿Todo bien?- Dijo él gritando para que nos llegara su voz.
— La verdad es que no.- Respondió Tifa.
— Creemos que por aquí cerca hay algún nido.- Dije yo.- ¿Podrías mirarlo?
— ¡Ahora mismo!- Nos dijo Barret.
Barret subió unas escaleras y disparó a lo que parecía un gancho, se ve que desde ahí salían todos esos bichos. El gancho se cayó abajo del todo de la sala y la mayoría de los bichitos se fueron con él. Barret corriendo vino hacia nosotras a ayudarnos a eliminar a los que faltaban.
— ¿Y Cloud?- Preguntó él.
— No lo sé…- Respondí yo algo preocupada.
— Bueno, sabe cuidarse él solito. Nosotros tenemos problemas más gordos.- Dijo Barret terminando de matar al ultimo bicho.- Venga, vamos a por Wedge.
Empezamos a correr rápidamente, subiendo escaleras. Esa era nuestra manera de orientarnos ya que nos habíamos caído y teníamos que volver hacia arriba. Barret nos iba abriendo paso usando las balas de su arma para poder llegar lo más rápido posible.
— Solo por curiosidad.- Dijo Tifa.- ¿Te has abierto paso a tiro limpio?
— Pues claro.- Respondió Barret orgulloso.
Matamos a unos cuantos bichos más y detrás de unas rejas vi una materia brillando en el suelo. Se me iluminó la cara y fui hacia la puerta la cual parecía de caja fuerte.
— Oye Barret. ¿Puedes petar esta puerta?- Le dije mirándolo. 
— ¡Por supuesto!- Se puso a disparar rápidamente a la puerta destrozándola y tirándola abajo.
— ¡Gracias!- Entré rápidamente y agarré la materia del suelo. Era una materia gélida.- ¡Toma! Una más para la colección.
— ¿Qué tipo de materia es?- Me preguntó Tifa.
— Una materia gélida.- Respondí.- Muy útil para lanzar ataques HIELO a los enemigos. Aunque no está trabajada, la trabajaré yo aunque ya tengo una al máximo nivel.
— ¿Y de qué te sirve tener dos?- Me preguntó Barret mirándome.
— Puro coleccionismo. También por la sinergia de materias.- Mencioné.- Va, vamos tirando.
Seguimos avanzando, habían más rejas con puertas. Barret las disparaba e íbamos arrasando con todo lo que veíamos. Llegamos a otro sitio donde habían muchísimas más escaleras.
— Estoy hasta la coronilla de tantas escaleras…- Dijo Barret.
— No me siento las piernas.- Agregué yo.
Arriba nos esperaban varias máquinas de Shinra que nos atacaron al vernos, era una pesadilla, estos sitios parecían abandonados llenos de bichos y máquinas sin control. Nos deshicimos de ellos lo más rápido que pudimos y seguimos avanzando. 
— Oye… ¿creéis que Wedge está bien?- Preguntó Tifa.
— Seguro que sí.- Dijo Barret.- Es más duro de lo que aparenta. Estará durmiendo como un tronco, soñando con sus gatos.
— Ojalá si sea así.- Respondí yo. 
— Tenemos que invitarle a comer cuando salgamos.- Dijo Tifa.- Donde él quiera.
Llegamos a la parte de arriba después de varias decenas de bichos más. Ahí estaba Wedge tirado en el suelo, fuimos rápidamente hacia él. 
— ¡Wedge!- Exclamó Barret poniéndose a su lado y girándole para ponerle boca arriba. Tifa puso su oreja cerca de su pecho.
— ¡Está bien!- Exclamó Tifa.
— ¿Estás segura?- Preguntó Barret a lo que Tifa asintió.
— Ai que bien…- Dije muchísimo más tranquila. 
— ¡Qué disgusto he pasado! Te daría una colleja si no estuvieras medio muerto.- Dijo Barret mucho más tranquilo también.- Que alegría… 
— ¡Gracias!- Le dijo Tifa al gatito de Wedge quien seguía a su lado. 
Miau.
— Venga, vamos.- Añadió Tifa. 
— Sí, ¡claro!- Dijo Barret mientras agarraba a Wedge en brazos.- Menos mal que estoy fuerte.
Me puse a mirar la sala fijamente, no me daba nada buena espina. Una luz empezó a parpadear y la puerta tipo garaje de la sala empezó a cerrarse. Barret puso a Wedge al otro lado de la sala y volvió a entrar donde estábamos Tifa y yo. De golpe salieron unos bichos con forma humanoide de algunos agujeros de la pared, rojos y negros. No los había visto nunca.
— ¿¡Y ese bicho tan feo!?- Exclamó Barret. 
El bicho chilló y de golpe muchísimos de sus hermanos entraron a la sala, rodeándonos por completo. 
— ¿¡De dónde salen tantos?- Volvió a exclamar Barret.
— Deben ser sujetos de experimentación de Shinra.- Dije yo mirándolos.
— ¡Já! En ese caso, ¡con más razón nos lo vamos a cargar!- Dijo Barret disparándoles. 
Intentamos eliminar lo más rápido posible a los especímenes que habían salido, pero cuando pensábamos que todo estaba terminado salieron más. 
— ¡Se me están hinchando las pelotas!- Dijo Barret.
— Esto no tiene fin.- Añadió Tifa.
— Tenemos que cerrar el conducto por el que salen.- Exclamé yo señalándolo.
— Tifa es tu turno.- Dijo Barret mirándola. 
— ¡Vale, cubridme!- Mencionó Tifa.
Tifa rápidamente subió por unas escaleras pero un espécimen le impidió el paso pero eso no era del todo malo. Lo que definitivamente era malo era que salió un espécimen gigante y destruyó la plataforma en donde estaba Tifa. Ella saltó dando una voltereta hacia atrás y Barret rápidamente se acercó poniendo su brazo. Tifa cayó en el brazo de Barret y la volvió a impulsar hacia arriba, haciendo que ella hiciera dos volteretas en el aire antes de aterrizar en la parte viva de la plataforma.
— ¡Woah!- Dije yo, fascinada. 
Rápidamente me acerqué al espécimen gigante y le tiré HIELO++ que le bajo la barra de vulnerabilidad relativamente. En ese momento el espécimen gigante agarró un espécimen de tamaño normal y lo estampó contra un conducto más rompiéndolo.
— ¿Cómo trata así a sus aliados?- Preguntó Tifa sin entender nada.
Rápidamente se rompió otro trozo de la plataforma y yo me acerqué rápidamente al espécimen gigante para intentar distraerle pero sin éxito. Lo que el bicho quería era tirar a Tifa de la plataforma. Barret y yo seguimos luchando hasta que la plataforma se derrumbó del todo y Tifa se puso al lado nuestro.
— Venga, acabemos con todo esto ya.- Exclamé.
Seguimos luchando sin parar, pero eran muy duros. Se notaba que habían sido víctimas de las investigaciones de Shinra. El espécimen gigante hasta podía absorber la energía de los demás especímenes para su propio beneficio.
— ¿Qué? ¿Os estáis cansando?- Preguntó Barret.
— Mira.- Dijo Tifa. Al espécimen se le veía y notaba el corazón.
— ¡Tiene que ser un punto débil!- Dije tirando inmediatamente HIELO+ hacia esa zona y haciéndole un grandísimo daño. 
En ese momento el bicho se tiró rápidamente hacia atrás, muerto de dolor pero no estaba decidido a rendirse así que alzó su puño contra nosotros. En ese momento apareció Cloud desde la parte de arriba quien saltó con su espada y se la clavó al espécimen gigante.
— ¡Cloud!- Exclamé yo.
— A buenas horas.- Dijo Barret.
— Te toca.- Le dijo Cloud a Barret.
— ¿Llegas tarde y encima dando órdenes?- Exclamó Barret usando una bala explosiva contra el espécimen quien cayó al suelo y desapareció.- ¡Chúpate esa! ¿Cómo nos has encontrado?
— Siguiendo los cartuchos de bala.- Respondió Cloud.- No conozco a nadie más que arme semejante estropicio.
Me reí un poco y me fijé que en la pared se había hecho un agujero así que con mi curiosidad me acerqué allí y miré por este. En la pared se veían varias cápsulas gigantes y dentro de ellas habían… personas.
— Madre mía… ¿Eran…?- Dijo Tifa, sorprendida.
— Personas.- Dije mirando fijamente las cápsulas desde a través de la pared.
— Si.- Añadió Cloud.- Típico de Shinra.
En ese momento sentí un dolor punzante en mi cabeza y cerré fuerte los ojos.
"— Quizás esto nos ayude para lo que buscamos, quien sabe.
— ¿No es demasiado?
— No, creo que aguantará."
— ¿Sil?- Dijo Tifa mirándome. En ese momento volví a mi.
Al volver a mirar por el agujero vimos a un montón de Ecos que se aproximaban rápidamente hacia nosotros y aunque nos intentamos proteger el viento que hacían era demasiado fuerte así que nos tiraron al suelo, perdiendo la consciencia. Cuando nos despertamos los cuatro estábamos fuera del agujero.
— ¿Qué narices ha sido eso?- Preguntó Barret levantándose del suelo. 
Por suerte al levantarnos nos dimos cuenta de que Wedge también había sido arrastrado por los Ecos y se encontraba fuera del agujero. Tifa fue rápidamente hacia él. 
— Tenemos que llevarle a algún sitio seguro.- Dijo Tifa.- Lo demás puede esperar.
— De acuerdo.- Contestó Barret.- Vamos.
Tifa agarró el gato de Wedge y Barret agarró a Wedge. Yo me quedé mirando fijamente el agujero, me había despertado algo dentro de mí, algo había conseguido recordar pero solo abría un abanico más mayor de preguntas y yo quería respuestas.
— ¿Sil?- Dijo Cloud, mirándome. 
— Perdón.- Respondí.- Vamos.
Empezamos a andar por la barriada y de golpe Barret se paró en seco.
— Vosotros poned a salvo a Wedge.- Dijo Barret.- Si él está vivo, puede que los demás… 
Se me encogió el corazón y miré al suelo. Por lo visto Cloud y Tifa hicieron lo mismo, los tres sabíamos la verdad.
— Vimos a Jessie y a Biggs en el pilar.- Dijo Cloud.- Lo siento, pero… 
— No sigas.- Dijo Barret con un nudo en la garganta. No pude evitar lagrimear un poco por la situación. 
— Han regresado al planeta.- Dijo Tifa mirando a Barret, con una mirada muy triste.
— Se suponía… que tenían que regresar con nosotros.- Dijo Barret llenó de tristeza.- Si nos rendimos ahora, nunca nos lo perdonarían. Así que… toca cargar con esa responsabilidad. 
Barret con Wedge en brazos, Tifa con el gatito, Cloud y yo nos pusimos en rumbo a dejar a Wedge en un sitio seguro para continuar con lo próximo que nos iba a venir encima pronto.
Tumblr media
-
Esto es una adaptación de la obra original FINAL FANTASY VII (SQUARE ENIX©) sin fines de lucro. Solo tiene fines lúdicos y de comunidad. Prohibida la copia de la adaptación igual que la extracción de personajes propios sin autorización.
CAPÍTULO ANTERIOR
CAPÍTULO SIGUIENTE
3 notes · View notes
cacloco · 12 days
Text
0 notes
noticiassomosponce · 13 days
Text
0 notes
prensabolivariana · 1 month
Text
“El fútbol, este reino de la lealtad humana ejercida al aire libre.” Antonio Gramsci. El fútbol hoy es visto en algunos sectores populares como una forma de llegar a ser multimillonario. Sólo unos poquísimos pobres de nuestras barriadas, de la Colombia profunda consiguen este propósito y hoy juegan en famosos clubes, comprados, como si fueran una mercancía con cifras exorbitantes. Continue reading GOLES, ESCLAVOS Y PARACOS.
0 notes