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#Debate sobre la monarquía en España
telerealrd · 6 months
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La Princesa Leonor Prende la Chispa de la Monarquía: Juramento de Lealtad en su Cumpleaños 18
La Princesa Leonor, heredera al trono de España, dio un paso importante al centro del escenario al prestar juramento de lealtad a la Constitución en su 18º cumpleaños el martes, aunque boicots por parte de políticos de izquierda y separatistas subrayaron las divisiones en torno a la monarquía. La ceremonia en el Parlamento marcó su mayoría de edad, lo que significa que ahora se convertirá…
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jgmail · 10 months
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Indígenas en América y Europa
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Por Juan J. Paz-y-Miño Cepeda
Fuentes: Rebelión
En 1992, con motivo de la conmemoración de los 500 años del “descubrimiento” de América por las grandes monarquías de Europa, se produjo un amplio y generalizado debate sobre los procesos de conquista y colonización en el continente. En aquellos momentos también se intentó “suavizar” conceptos y realidades, y se habló de “encuentro de dos mundos”. Pero existe una amplísima bibliografía que permite conocer y comprender el significado histórico de los acontecimientos del pasado. Hace dos décadas se publicó en España una fabulosa colección de 53 obras de las “Crónicas de América”, en la cual autores como Cristóbal Colón, Hernán Cortés o Pedro de Cieza de León y tantos otros cronistas y relatores del siglo XVI, dan cuenta del proceso de conquista y describen la vida de los “indios” en todo el continente. Un libro extraordinario, El primer nueva corónica y buen gobierno de Guamán Poma de Ayala (del que más se conocen sus famosos dibujos), posiblemente fue escrito a inicios del siglo XVII, pero el manuscrito fue descubierto en 1909 y recién publicado en 1936. Esta obra transformó los conocimientos sobre el imperio de los Incas. Imposible dejar de nombrar a fray Bartolomé de las Casas y sus dos obras fundamentales: Brevísima relación de la destrucción de las indias y la Historia de las Indias, de mediados del siglo XVI, que describen las atrocidades de la conquista y la colonización sobre los indios. Saltando distancias, hay una pléyade de investigadores sobre el mundo indígena de la época de la conquista. Nathan Wachtel, en Los vencidos. Los indios del Perú frente a la conquista española (1530-1570) destacó cómo la cultura de los Incas, tan diferente a la de los “blancos” conquistadores, fue determinante en su propia derrota. El mexicano Miguel León Portilla, en Visión de los Vencidos. Relaciones Indígenas de la Conquista, puso en claro lo que ocurrió en el pueblo Azteca. En la gran lista de estudiosos, al menos citaré a John V. Murra o a Waldemar Espinoza Soriano en sus trabajos sobre los Incas, o a Alberto Ruz Lhuillier sobre los Mayas y a Josefina Oliva de Coll en La resistencia indígena ante la conquista. Jorge Juan y Antonio de Ulloa dejaron, en sus Noticias secretas de América (1735), una detallada relación sobre las realidades del coloniaje en lo que hoy constituyen las repúblicas de Venezuela, Colombia, Ecuador y Perú. Pero también cabría nombrar a Jacques Lafaye, quien en Los conquistadores, trazó la visión que, en el otro extremo, tuvo el conjunto de aquellos aventureros al llegar a tierras indígenas, en las que creían no solo cumplir una misión divina sino reeditar el proceso de la Reconquista contra los “moros” en España. Existe, por tanto, contundente bibliografía histórica para entender, sin lugar a duda ni titubeos, que la conquista fue un proceso sangriento de sometimiento y destrucción sobre las poblaciones indígenas de América. Y para comprender, además, que para América Latina el coloniaje marcó las bases del “proceso de acumulación primitiva de capitales”, estudiado por K. Marx en El Capital, y que fuera tan beneficioso para Europa, así como también marcó el subdesarrollo de la región, del cual aún no se logra desprender. En una nueva era de redefinición de las relaciones internacionales como la que vivimos en el presente y en la cual ha comenzado el quiebre histórico de la hegemonía de Estados Unidos/Europa, nuevamente se acude a revisar la historia para ofrecer otros enfoques que salven la situación tradicional. De la mano de académicos y políticos identificados con las derechas, tanto en España (y Portugal) como entre los autodenominados “hispanistas” de América Latina, han aparecido posiciones y estudios que identifican a los conquistadores como “libertadores” de pueblos, porque a ellos se unieron sectores de las noblezas Aztecas o Incas y miles de indígenas que tenían múltiples razones para levantarse contra las capas dominantes internas. Pero también reivindican una “comunidad hispánica”, bajo la idea de que nunca existió coloniaje, pues estas tierras americanas eran provincias de la Madre Patria, que ejerció una acción benéfica (https://rb.gy/vm6sh). Tratan de negar procesos que no fueron “leyenda negra” sino realidades demostradas desde los escritos del siglo XVI. En otro reciente estudio, destacado por agencias internacionales de prensa, acogido como novedad atrayente para la renovación histórica y titulado El descubrimiento de Europa. Indígenas y mestizos en el Viejo Mundo (https://rb.gy/p6nfk), Esteban Mira Caballos pormenoriza, con lujo de fuentes, cómo fue la llegada de los primeros indígenas a España (llevados inicialmente como esclavos); sigue, además, las huellas de antiguos nobles indígenas que lograron trasladarse a España, y estudia las migraciones indígenas (también de mestizos), que crearon espacios propios de vida y acción. Sin duda, apunta a resaltar los aportes socioculturales que los indígenas lograron introducir en tierras tan lejanas y que los propios europeos no suelen creer y menos admitir. Entre sus varias obras, Mira Caballos tiene un libro anterior: Conquista y destrucción de las Indias, 1492-1573, en el cual reconoce la naturaleza brutal y destructora de la conquista. Pero, a propósito de su reciente libro, este historiador no ha dejado de añadir cierta inclinación “europeizante” y llega a afirmar que la conquista, en definitiva, no fue tal, sino un proceso en el que el 95% de los “conquistadores” eran indígenas (https://rb.gy/gh3al); señala las alianzas de muchos nobles con los españoles, así como observa antiguos curacas/caciques convertidos en dominadores de sus propios pueblos. A propósito de estas afirmaciones, claro que es conocida la alianza que trabaron poblaciones indígenas enteras para apoyar a los blancos conquistadores y para tratar de obtener ventajas de ello. Pero eso no les convierte en “conquistadores” que tuvieran en mente la conquista de esencia colonialista que portaban los blancos españoles/europeos al servir de instrumentos de la avanzada mercantilista, en plena era capitalista. De modo que las nuevas formas europeizantes de concebir la conquista y el coloniaje tratan de minimizar el carácter brutal y destructor que tuvo el proceso de conquista en América Latina y buscan encontrar una comunidad internacional entre iguales, cuando lo cierto es que desde la época colonial hasta el presente, es una realidad incontrastable la diferenciación marcada entre el norte dominante y el sur global dependiente y dominado por potencias capitalistas centrales, que aprovecharon del antiguo colonialismo para forjar su propia vía de desarrollo, del que fueron apartados los países latinoamericanos.
Historia y Presente – blog www.historiaypresente.com
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jartitameteneis · 1 year
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Quería que perdiéramos para que el fútbol dejara de taparlo todo; quería que ganáramos porque, total, lo va a seguir haciendo. Quería que perdiéramos para que se hable menos de un Mundial gestado en la corrupción y construido sobre la muerte; quería que ganáramos porque mis hijos no saben nada de eso y porque a mí me gustaría no saberlo y poder seguir viendo el fútbol con los ojos con los que lo veía a su edad.
Quería que perdiéramos por toda la gente a la que le duele que España "pierda contra los moros" y por todos esos chavales marroquíes que viven aquí, a los que llaman menas, que van a vivir un día de autoestima como pocos, a pesar de que su vida en nuestro país no para de intentar quitársela; quería que ganáramos porque soy español, fanático de la selección, enamorado de un equipo que, por fin, representa en sus orígenes y el color de sus pieles la España real.
Quería que ganáramos porque Marruecos es esa satrapía que maltrata, esa monarquía ultracorrupta tan amiga de la nuestra, esa régimen que manda masacrar migrantes en la valla de Melilla para recibir el aplauso y los cacahuetes de Pedro Sánchez y Grande-Marlaska; quería que perdiéramos porque qué culpa tienen los marroquíes, porque el fútbol es del pueblo, porque está por encima de sus gobernantes como tan bien ha demostrado Irán en este torneo.
Quería que ganáramos por Luis Enrique, porque me lo creo en un tiempo en el que no me es fácil creerme a nadie que no conozco, porque siempre me ha impresionado las lecciones de vida que da cuando habla de la muerte de su hija; quería que perdiéramos por esa Federación tan obscenamente amoral, por ese presidente que trata de colarnos como pasable su permanente blanqueamiento de gobiernos infumables y de una FIFA corrupta y desalmada. Quería que ganáramos porque sí, porque me sale de dentro, porque no lo puedo ni quiero evitar; quería que perdiéramos porque estoy harto de experimentar contradicciones con algo que solo debería ser un juego, diversión, pasión, ilusión. Quería que ganáramos porque el fútbol es muy importante para mí, es parte de lo que soy, me ha dado mucho; quería que perdiéramos porque, en el fondo, sé que todo eso no es tan importante.
Juan Gelman me contó que, mientras estaba siendo retenido y torturado en la ESMA de Buenos Aires, encerrado en un lugar en el que una dictadura militar estaba amenazando su vida, cantaba los goles de Argentina en el Mundial del 78, ese que servía para validar ante el mundo a Videla y los suyos. Desde la mazmorra, recordaba, oía los gritos de los goles de la cercana cancha de River y los festejaba. Cuando le pregunté eso, si quería que Argentina ganara aquel Mundial, que suponía un triunfo para los milicos, me respondió que claro que sí, casi extrañado por la pregunta.
Vale que madurar es asumir contradicciones, cabalgarlas y seguir viviendo, pero también es verdad que estoy harto de un mundo que te obliga a cargar con tantas.
Me fastidia que todas las formas nobles en las que nos relacionamos los seres humanos, todo lo bueno que creamos, sea caldo de cultivo para hacer el mal. No me quiero poner elevado, porque no lo soy, pero esto del Mundial es una metáfora de la vida misma y todos podemos encontrar en nuestro interior situaciones en las que este debate mío se puede trasladar a otras esferas de cada cual. Vale que madurar es asumir contradicciones, cabalgarlas y seguir viviendo, pero también es verdad que estoy harto de un mundo que te obliga a cargar con tantas. Este siempre será el Mundial que me jodió la vida (durante unas semanas). Y lo peor es que sé que la vida me pondrá otras tantas situaciones para seguir jodiéndomela.
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laguaridadelnagual · 6 months
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La princesa Leonor jura la Constitución y hereda el trono de España
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Aunque en España, una monarquía parlamentaria, la Constitución establece la preferencia de un varón, no tener hermanos varones, Leonor se convierte en la heredera legítima   La Princesa Leonor, heredera del trono de España, juró fidelidad a la Constitución el martes, cuando cumplió 18 años, en una solemne ceremonia celebrada en el Parlamento español. Este acto marcó el paso legal para que pueda suceder a su padre, Felipe VI, como jefa de Estado. Acompañada de su padre, el Rey, su madre, la Reina Letizia, y su hermana, la Infanta Sofía, Leonor de Borbón prestó juramento en una sesión especial de las Cortes. Este trámite, realizado en el Hemiciclo del Parlamento, tiene un profundo significado histórico, ya que su abuelo Juan Carlos I lo llevó a cabo en 1969, durante la dictadura franquista, y su padre Felipe VI en 1986, en plena democracia. Con una mano sobre el ejemplar de la Constitución sobre el que también juró su padre, Leonor expresó su compromiso con las palabras: "Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas y fidelidad al rey." Vestida con un traje blanco, la princesa fue ovacionada durante varios minutos después de su juramento. La ceremonia fue seguida en pantallas gigantes en la céntrica Puerta del Sol madrileña y en otros lugares de la capital española. En los alrededores del Parlamento, una multitud ondeó banderas de España en señal de apoyo. En España, una monarquía parlamentaria, la Constitución establece la preferencia de un varón para heredar la Corona. Sin embargo, en este caso, Leonor, al no tener hermanos varones, se convierte en la heredera legítima. Juan Carlos I, rey emérito que abdicó en 2014 y se instaló en Abu Dabi en 2020 debido a escándalos, no estuvo presente en la ceremonia. Según la prensa, sí participará en una celebración familiar en el palacio de El Pardo, en las afueras de Madrid. Por otro lado, no asistieron los representantes de los partidos que abogan por una república, como los independentistas catalanes, vascos y gallegos, y una parte de la izquierda radical. Estos partidos expresaron su desacuerdo con la monarquía en un manifiesto, indicando: "Ni monarquía, ni constitución. Democracia. Libertad. Repúblicas." Tres ministros del gobierno pertenecientes a partidos republicanos tampoco asistieron a la ceremonia. Sin embargo, Pedro Sánchez, el presidente del gobierno, estuvo presente. Actualmente, Sánchez negocia un nuevo ejecutivo para permanecer en el poder, para lo cual necesita el apoyo de los independentistas catalanes y vascos. A diferencia de su abuelo, la Princesa de Asturias, Leonor, cuenta con el respaldo y la simpatía de una parte de la sociedad española, en la que el debate sobre la monarquía es constante. Tras completar sus estudios de primaria y bachillerato en Madrid y el Reino Unido, Leonor ha iniciado tres años de formación militar, siguiendo los pasos de su padre. Su creciente popularidad como la futura cara de la monarquía española ha sido destacada en los medios de comunicación, con la aparición del término "Leonormania". Read the full article
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“Una pensión es un Derecho Humano Básico, la Constitución, debe garantizar la suficiencia financiera”.
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JuanSantiso
septiembre 04, 2020
ARTÍCULO 50 DE LA CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA
Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad. Asimismo, y con independencia de las obligaciones familiares, promoverán su bienestar mediante un sistema de servicios sociales que atenderán sus problemas específicos de salud, vivienda, cultura y ocio.
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YAGO ÁLVAREZ BARBA @ECONOCABREADO
¿Cómo reformar el sistema de pensiones sin recortes?
En septiembre el Congreso tendrá que debatir los Presupuestos Generales del Estado y muchos apuntan a una reforma en las prestaciones por jubilación y el déficit de su sistema. Pero, ¿recortar es la única opción? Otros países lo financian de manera distinta al Estado español.
                                                                 EN FRANCIA
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       Manifestantes contra la reforma de las pensiones, en Lyon (Francia), el 17 de diciembre de2019.
JEAN-   PHILIPPE KSIAZEK AFP
Las pensiones son caras, son insostenibles, hay que reformar (recortar) el sistema actual y encima mira los jetas de los viejos que reciben más de lo que han aportado”. Ese podría ser más o menos el resumen de la línea argumental de aquellos sectores que ven en esta crisis, y en la falta de recursos económicos que va a provocar, una nueva oportunidad para atacar al sistema de pensiones del Estado español. Ante el anuncio por parte de la Comisión de Seguimiento y Evaluación de los Acuerdos del Pacto de Toledo de debatir de manera urgente en septiembre su déficit estructural (y el de las cuentas del Estado), antes de encarar el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado (PGE), ese tipo de mensajes y ataques han despertado de su descanso veraniego para intensificarse.
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Al anuncio por parte del Tribunal de Cuentas, que en su último informe avisaba de que sin una reforma urgente el sistema corría serios problemas de ser inviable, esta semana se ha unido el Banco de España (BdE). En un informe publicado este miércoles, el organismo regulador alertaba de que los pensionistas reciben de media 1,74€ por cada euro que aportan. En dicho documento, que lleva el título de Una estimación del rendimiento financiero del sistema de pensiones, el BdE ha calculado, como si de una inversión financiera se tratara, el rédito que obtienen los trabajadores al pagar sus cotizaciones sociales durante una media de 40 años y recibir su pensión por jubilación a lo largo de una media de otros 21. Según los datos del informe, el rendimiento medio anual de dichas aportaciones comparadas con lo que reciben luego alcanzaría el 3,5%. El BdE, incluso, compara dicha rentabilidad con la que dan los bonos españoles a diez años, actualmente en valores ligeramente negativos, para remarcar lo afortunados que son esos pensionistas comparados con un inversor que compra deuda pública. Una comparación de la que muchos medios se han hecho eco. En cambio, muy pocos medios han resaltado que el mismo informe también señala que a mediados de los 90 esos bonos ofrecían una rentabilidad del 6,6% o que tras la anterior crisis, con la prima de riesgo por las nubes, esos bonos también superaron el 4%.
Según Eurostat, en España hay más de un millón de jubilados que viven en riesgo de pobreza. En concreto, de los 8,1 millones de jubilados que hay en el país, el 12,7% se encuentra en dicha situación. La Encuesta de Condiciones de Vida publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), habla de un porcentaje del 14,8 de las personas mayores de 65 años que están en riesgo de pobreza. Si miramos los datos del Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), el 30% de las pensiones es menor de los 8.200 euros anuales. Es decir, 3,1 millones de personas viven con menos de 609 euros mensuales. Cifras que rompen por completo esa imagen de “jubilado privilegiado” que organismos como el BdE dibujan.
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DEBATE POLÍTICO Y NO ECONÓMICO
“No es la primera vez que el BdE interviene, con argumentos supuestamente técnicos, en el debate político, con gobiernos de diferente perfil ideológico, siempre con posiciones muy conservadoras”, explica a El Salto el economista Fernando Luengo. Y sí, habla de debate político y no económico. Algo en lo que coincide el profesor de Economía Aplicada de la Universidad Rey Juan Carlos Iván Ayala, que defiende que el tipo de sistema público de pensiones, así como la cuantía de las mismas, son una decisión política, no económica, y que la razón por la cual prácticamente todas las reformas de pensiones han ido hacia la reducción de las pensiones (el mantenimiento del sistema actuarial) ha sido ideológica.
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En esta misma línea se pronuncia Pep Juarez, miembro de la Plataforma de Mallorca per a la Defensa del Sistema Públic de Pensions, entidad adherida a la coordinadora estatal COESPE, que afirma que no se puede acometer este debate como si las pensiones se trataran de un problema de “apuntes contables”, como si la cuestión de la insuficiencia en la financiación del sistema de pensiones fuera un “si no hay entradas no hay salidas”. Para el activista y para la Plataforma de Pensionistas, el tema va más allá y recalca que de lo que hablamos es de un derecho constitucional y los poderes públicos están obligados constitucionalmente a hacer lo necesario para que ese derecho se garantice, tal y como reza el artículo 50 de la Constitución Española. Algo en lo que coincide igualmente Luengo:
"Esos servicios son derechos humanos básicos, recibir una pensión que garantice una vida digna entra dentro de esa categoría, y que la norma constitucional debe garantizar para ellos la suficiencia financiera”.
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La posición dominantes ya está clara y se puede dibujar fácilmente: recortar las pensiones o no actualizarlas para que se devalúen por sí solas. Pero existe otra posibilidad que parece que se ha quedado fuera del debate en los últimos años y que, tal vez, sería buen momento para recuperar: financiar las pensiones desde otras vías que no sea únicamente por parte de las contribuciones de los trabajadores. Lo que nos lleva a la pregunta de cuál debería ser la reforma necesaria para asegurar esa financiación y que se cumpla el derecho constitucional.
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“Yo desligaría la reforma fiscal de la sostenibilidad de las pensiones”, afirma Ayala, pero recalca su necesidad “para generar una distribución de la renta determinada e incrementar la capacidad del sector público para producir bienes y servicios. Las pensiones son uno, pero además está el refuerzo de los sistemas sanitarios, los sistemas de cuidados, el cambio climático y todos los desafíos que están ahora doblados por la fuerza del impacto del covid-19”. Ese contexto, el de la pandemia mundial y sus implicaciones económicas de escaso o nulo crecimiento, de masiva destrucción de puestos de trabajo y de represión salarial, “la sostenibilidad financiera de las pensiones pasaría porque se cubrieran con cargo a los ingresos impositivos”, afirma Luengo.
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“En un contexto el de la pandemia del COVID19 mundial y sus implicaciones económicas, la sostenibilidad financiera de las pensiones pasaría porque se cubrieran con cargo a los ingresos impositivos”
Pero, tal y como apuntaban, la reforma necesaria pasa por desligar las pensiones de las rentas del trabajo, tal y como es en la actualidad, para tratar dicha partida como tantas otras: mediante los PGE.
Las tres fuentes consultadas también coinciden en que esa misma reforma fiscal tiene que ir orientada a una mayor progresividad y a disminuir otras partidas del Estado que no tienen esa consideración de derecho social amparado por la Constitución. “Yo no diría -así, en general- que hay un problema de financiación de esos servicios, sino que las políticas llevadas a cabo por los gobiernos y las instituciones comunitarias han comprometido la solvencia financiera de los poderes públicos”, dice Luego. Incluso Ayala ofrece algún ejemplo bastante significativo:
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“El déficit de la seguridad social en 2019 fue de 16.000 millones de euros, mientras que las grandes multinacionales, según datos del economista Gabriel Zucman, dejaron de declarar en España 13.000 millones de euros en el mismo año”.
“Si los gastos que muchos creemos superfluos, como la monarquía, los gastos de defensa o la Iglesia, se pagan mediante los PGE, porque no se va a tratar de la misma manera un derecho”, reclama Juarez.
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¿QUÉ SISTEMAS HAY EN OTROS PAÍSES?
Que las prestaciones de jubilación se financien con los presupuestos generales de un país no es algo nuevo ni que no se haga en ningún otro lugar. De hecho, como explica Ayala, “antes de la firma del Pacto de Toledo en 1995 no había que mantener un equilibrio entre pensiones y cotizaciones, y los déficit se diferenciaban directamente mediante impuestos”. Casi todos los países financian algunas prestaciones a través de impuestos, según explica el profesor: “Muchos están obligados a financiar con impuestos cualquier déficit que se derive del sistema contributivo, como el caso de Reino Unido, Irlanda, Noruega o Finlandia. En otros hay una pensión básica que es financiada total o parcialmente mediante impuestos, como Dinamarca o Suecia”.
En Suecia, por ejemplo, existen tres tipos de prestaciones. Una de las prestaciones de jubilación de rentas y otra, llamada premium, que se financian mediante las contribuciones de los trabajadores. De sus retenciones, una parte mayoritaria se destina al fondo público y otra más pequeña al privado. Pero también existe una pensión de garantía, para trabajadores con niveles muy bajos de cotización que se financia mediante los presupuestos del Estado. De ese modo, la jubilación de aquellas personas con sueldos bajos. Otro, como Alemania, realizan directamente aportaciones regulares del presupuesto a la financiación de pensiones, apunta Ayala, al contrario del sistema español donde, en todo caso, lo que se hacen son préstamos con intereses que pueden ahondar más en el déficit en años posteriores.
En Australia, uno de los sistemas más robustos y con una mayor cobertura según el Melbourne Mercer Global Pension Index de 2019, se financia con todos los impuestos y no se exigen mínimos de cotización, solo que hayas vivido en el país durante diez años. La cuantía de la pensión al jubilarse se basa en los ingresos y el patrimonio de cada persona, pero no en sus nóminas o en los años trabajados.
“Si queremos tener unas pensiones dignas tendremos que tomar la decisión política de financiar los déficit derivados del sistema con el Presupuesto del Estado”, Iván Ayala
Si existen otros sistemas que no presentan déficits estructurales ni parecen correr el riesgo de colapsar, la pregunta vuelve a ser por qué este tipo de debate no se tiene a la hora de abordar el problema del déficit del sistema de jubilación español.  Y lo que se esconde detrás de esos motivos son “los intereses del capital financiero”, según Juarez. “Es un negocio de unos 100.000 millones de euros anuales, un pastel sabrosísimo para las empresas financieras que acaparan el sistema de pensiones privados, sobre todo en un momento en el que los nichos del mercado financiero están en cuestión”, explica el activista de la plataforma de pensionistas mallorquina. Ese “formidable negocio”, en palabras de Luengo, que supone el envejecimiento de la población es también el motivo para que “los fondos privados ya hayan metido mano” y donde “esperan que de la crisis/quiebra de las pensiones públicas surjan nuevas parcelas de negocio”. Una batalla que, según él, “se está librando desde hace décadas, pero que recientemente reviste especial intensidad”.
Esa batalla se recrudecerá con esta nueva crisis. Las exigencias por parte de las instituciones europeas de “equilibrar nuestros presupuestos” si queremos recibi los paquetes de ayudas para la reconstrucción tras el covid-19 apuntarán directamente a esos “jubilados privilegiados” y a los desequilibrios y déficits de la Seguridad Social. Ayala es claro:“Si queremos tener unas pensiones dignas tendremos que tomar la decisión política de financiar los déficit derivados del sistema con el Presupuesto del Estado” Juarez, además,añade que para avanzar en esto hace falta “voluntad política y cierta independencia de los poderes financieros”, pero lamenta que, “por desgracia, la izquierda institucional es bastante sensible a las amenazas de dicho sector”. En septiembre, y hasta que se cierren los PGE, asistiremos de nuevo a esa batalla por el pastel de las pensiones y comprobaremos si existe esa voluntad política para acometer este debate desde una perspectiva que defienda ese derecho constitucional que reza el artículo 50 y, con ello, a los pensionistas.
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Publicación original: https://juansantiso.blogspot.com/2020/09/una-pension-es-un-derecho-humano-basico_4.html
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Liberalismo del siglo XXI: ¿Qué partidos políticos, candidatos y candidatas son más liberales?
Estoy muy cansado de leer y escuchar todos los días, en diferentes medios, a tertulianos y tertulianas que utilizan constantemente conceptos, ideas y mensajes difusos, demagógicos y cargados de deliberada ingenuidad. De todas las afirmaciones que escucho hay unas que considero extremadamente dañinas, corrosivas y manipuladoras: “El mercado es el mecanismo más eficiente para la igualdad”, “la privatización de servicios públicos es necesaria”, “liberalizar y desregularizar sectores económicos es lo más eficaz”, “el papel del Estado debe ser mínimo”, “la gestión privada es más eficiente que la pública”, “bajar impuestos es positivo”… Por desgracia esos eslóganes se repiten una y otra vez desde laboratorios de ideas (think tanks), organizaciones y personas que se autodenominan de ideología liberal.
Trasladar las ideas liberales a la actualidad requiere necesariamente de un análisis temporal y crítico de los sucesos acaecidos durante los últimos tres siglos. El pensamiento liberal se sitúa en otro contexto histórico y se origina con unas pretensiones más bien contrarias a las que se desprenden del tipo de recomendaciones expuestas anteriormente. No podemos hacer un ejercicio de amnesia histórica.
Las ideas liberales surgieron a finales del Siglo XVIII, en sociedades feudales con monarquías absolutistas. Recordemos el caso de la revolución francesa (1789) o de las Cortes de Cádiz en España (1812). Las revoluciones liberales lucharon por limitar el poder de una Corona, a veces colonizadora, que hacía y deshacía a su antojo en beneficio de las clases privilegiadas.
Para continuar persiguiendo sus objetivos originales, el liberalismo del siglo XXI debe luchar contra todo tipo absolutismos, Estatales y de Mercado. En la actualidad hay nuevos señores y señoras feudales, nuevas “coronas” que han ido amasando privilegios y poder a través de sistemas de expropiación del común institucionalizados y “legales”.1 Por desgracia una gran parte de los “liberales” actuales únicamente arremeten contra lo público olvidando que también es despotismo que banca, eléctricas o grandes multinacionales impongan reglas de juego en beneficio propio.
Un liberal contemporáneo debería acabar con los privilegios de las corporaciones que imponen intereses particulares a costa de los de la mayoría. Los liberales actuales, antes de limitar los abusos estatales, deberían luchar por acabar con los del sector privado, promoviendo medidas tales como la expropiación de viviendas utilizadas para la especulación, la eliminación de los oligopolios (por desgracia, tipo de mercado al que paulatinamente nos enfrentamos en casi todos los bienes y servicios), controlar la acumulación y las grandes fortunas, y un largo etcétera de medidas que ayuden realmente a salvaguardar las libertades individuales de toda la ciudadanía.
El liberalismo original permitió el surgimiento de las primeras democracias. Un verdadero liberalismo del siglo XXI puede permitir recuperar las perdidas democráticas que hemos sufrido y avanzar hacia sistemas más depurados y representativos donde la ciudadanía pueda expandir libertades en todas las dimensiones de la vida. El liberalismo del siglo XXI no puede olvidar lo que John Stuart Mill reclamaba allá por el 1859, que la libertad de un individuo acaba donde empieza la de los demás: es legítimo entrometernos con pleno derecho en la libertad de otros por nuestra propia protección, porque nos perjudique o porque produzca daño ajeno (Sobre la libertad, 1859)”.
Desde este prisma, ¿quién es más liberal entre los diversos partidos y candidatos? ¿Qué va más acorde con el liberalismo: apoyar el Acuerdo Transatlántico de “Libre” Comercio e Inversión entre Estados Unidos y la Unión Europea (ATCI, más conocido por sus siglas en inglés como TTIP) o no hacerlo?
En mi opinión, el TTIP, por ejemplo, no es nada liberal puesto que atenta directamente contra las libertades ciudadanas más básicas y las superpone a las de una minoría extractiva e ilegítima. El TTIP homogeneizará a la baja o eliminará derechos laborales, políticos, económicos y sociales. Que una multinacional pueda vender libremente alimentos transgénicos hasta ahora limitados, denunciar ante un tribunal arbitrario las “ventajas” de un servicio público o contaminar con mayor facilidad, afectará muy negativamente a las libertades de la ciudadanía.
Ese es, por ejemplo, un importante criterio para encuadrar las posturas políticas como más o menos liberales. Creo que los resultados pueden ser totalmente contrarios a los clichés dominantes.
Lo mejor para no perdernos en debates estériles sobre etiquetas es redirigir la discusión hacia los contenidos y las propuestas. Por desgracia, muy comúnmente se utiliza uno u otro lenguaje para desviar la atención y encubrir conflictos de intereses. Debemos ir más allá de eslóganes panfletarios para llenar de contenido las palabras y analizar rigurosamente las consecuencias reales de las políticas propuestas. De no ser así quizás estemos apoyando medidas “liberales” que van contra nuestras libertades y las de la mayoría.
Es necesario desenmascarar a falsos y falsas liberales que descontextualizan ideas para fines concretos. Ha llegado el momento de debatir en profundidad y crear un lenguaje claro e integrador que nos lleve a una discusión creativa. Me consta que en algunos foros ya se está haciendo, ¿por qué no sumarnos a todos los niveles?
Liberalismo del siglo XXI: ¿Qué partidos políticos, candidatos y candidatas son más liberales? (2015, 22 mayo). Recuperado 6 de junio de 2020, de https://www.eldiario.es/zonacritica/Liberalismo-XXI-candidatos-candidatas-liberales_6_390620960.html
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unpensadoranonimo · 4 years
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Opiniones sobre la corrupción en la casa real de España (16/8/2020)
A rey huido, cállate pueblo - María Iglesias
A Sumajestad, el rey de España - Martín Caparrós
Comentario de textos y de escoltas - Miguel Ángel Aguilar
Cuál es el horizonte penal de don Juan Carlos - José Apezarena
"Cuando Juan Carlos I te daba el toque, la gente se cagaba encima" - Carlos Prieto
Ejemplaridad - Juan Carlos Escudier
El fin de la monarquía española (2020-2040) - Jose A. Pérez Ledo
El gran fracaso de la operación monárquica franquista - Joaquín Caretti
El problema de los atajos - Javier Pérez Royo
El rey, el Gobierno y la vuelta a la censura - Cristina Fallarás
Episodio 3: ¿Dónde estará mi emérito Aurelio? (2º parte) - Raquel Martos
Hacia un debate sin trampas - Carlos Flores Juberías
Juan Carlos I, un capitán general del Ejército en paradero desconocido - Elena Herrera
Juan Carlos I y los ojos de Suecia - Jorge Urdánoz Ganuza
La Corona, zona franca - Carlos Bitrián Varea
La democracia, la pandemia y el emérito - Jesús Maraña
La democracia por encima de la corona - Ódón Elorza
La falsa legitimación de la monarquía - Sílvia Claveria
La monarquía como desecho: los retratos de Juan Carlos I, a la basura - Karina Sainz Borgo
No a la monarquía, sí a la república - Fernando Luengo y Marià De Delàs
Presunción de inocencia: un derecho fundamental en peligro de extinción - Guadalupe Sánchez
¿Quién la hace la paga? - Susana Gisbert
Un rey solo - Mikel Urretabizkaia
Yo no voté la Constitución - Senén Barro Ameneiro
Yo soy el poder, usted no es nadie - Félix Madero
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hslopezar · 5 years
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HISTORIA Y ACTUALIDAD DEL GALEÓN  SAN JOSÉ
Héctor López Aréstegui
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 Los últimos galeones
El “San José” fue uno de  los últimos galeones de la Monarquía Hispánica[1], la versión final de una familia de buques que comunicaban ambas orillas de su imperio transatlántico. Hubo muchas naves como ella en la “Carrera de la Indias”[2], pero la trágica historia de su hundimiento, a la entrada del puerto de Cartagena de Indias, le convirtió en la leyenda que inspiró la novela “El amor en los tiempos del cólera”, del escritor colombiano Gabriel García Márquez (1927 – 2014).  De esta nave  nos ocuparemos en este trabajo, al amparo de la máxima del jurista estadounidense Oliver Wendell Holmes (1841 – 1935) sobre la naturaleza jurídica de las naves, “el más vivo de los objetos inanimados”.
El “San José” y su gemelo el “San Joaquín” fueron los últimos galeones construidos para servir en la Carrera de Indias. Por esta razón su diseño fue la cima de la evolución de la nave epítome del descubrimiento y colonización de América. Según el “Glosario Náutico” (1848) del marino e historiador francés Agustín Hal (1795 – 1873), el galeón era un “buque de construcción mixta, que se asemejaba a la nao o nave redonda por la forma general, la solidez del escantillón y la altura de las obras muertas; se asemejaba a la galera por su longitud que, sin embargo, no era la de este largo navío pero sí mayor que la de la nao. La relación ordinaria entre anchura y longitud en la nao redonda era de uno a tres; en el galeón, la relación cambiaba haciéndose aproximadamente de uno a cuatro o cinco. Los galeones de pequeño tonelaje estaban provistos a veces de remos; los grandes galeones navegaban como la nao redonda, solamente a vela. La arboladura del galeón, como la de la nao, estaba compuesta de tres mástiles verticales cuando el navío no era muy grande; si tenía un tonelaje considerable, se arbolaba un contra – artimón detrás del palo de mesana quedando así de cuatro mástiles. A veces, por ostentación, como lo señala un autor del siglo XVI, se añadía este cuarto mástil a los galeones ordinarios. Sobre las velas bajas los galeones llevaban, en el palo mayor y en la mesana, velas de cota y de perroquete. Naturalmente, la de mesana y el contra – artimón eran velas latinas, es decir, envergadas sobre antenas[3]”.
La historia del “San José” y la de su gemelo el “San Joaquín” empezó el 12 de junio de 1696, en San Sebastián, País Vasco. Aquel día la Corona firmó con el armador  Pedro de Aróztegui[4] un contrato para la construcción de cuatro galeones para la Carrera de Indias. Las obras debían realizarse en el astillero de Basoanaga, Rentería, valle del Oyarzun,  provincia de Guipúzcoa, en el  País Vasco[5]. La industria naviera vasca tenía justa fama por la calidad de sus embarcaciones desde los tiempos de Alfonso VIII de Castilla[6] (1155 – 1214),  habiéndose ésta desarrollado exponencialmente a partir del reinado de los Reyes Católicos. El contrato estipulaba que habrían de construirse cuatro buques de 1,200 toneladas cada uno cuyos cascos estarían revestidos con láminas de plomo para protegerles de la broma[7], una especie de molusco que ataca a la madera sumergida. Además, el “San José” y el “San Joaquín” debían ser construidos según los criterios que guiaban la arquitectura naval en el resto de Europa, donde el debate de la proporción de un buque de guerra se había decidido en favor de un mayor tamaño y longitud[8]. No obstante, el armador debía guardar las características únicas de los galeones españoles, a saber, su resistencia y su estabilidad. Las obras, iniciadas en 1697, fueron supervisadas por funcionarios de la Junta de Guerra de Indias[9], que era el organismo encargado de dar la conformidad de a los navíos al servicio de la Corona. El 18 de mayo de 1698 dos cascos fueron terminados y bautizados con los nombres de “San José” y “San Joaquín”, respectivamente. Pedro de Aroztegui murió en 1697, pero el trabajo continuó a cargo de su hijo, Pedro Francisco de Aróztegui, que aparejo las naves con pertrechos importados de Holanda[10] entre julio de 1698 y abril de 1699. Poco después la Junta de Guerra de Indias dio su conformidad a las naves y éstas zarparon rumbo a Cádiz para ser artilladas y dotárseles de su oficialidad y tripulación.
Mientras ambos galeones esperaban, al ancla en Cádiz, su entrada en servicio a la Carrera de Indias, en Madrid moría el rey Carlos II (1661 – 1700) sin dejar heredero. Su sucesor testamentario fue Felipe de Borbón (1683 – 1746), duque de Anjou, nieto del rey francés Luis XIV (1643 – 1715)  y bisnieto de Felipe IV de España (1605 – 1665), quien al ser entronizado en 1701 tomó el nombre de Felipe V. Este cambio dinástico produjo una inversión en el juego de alianzas en Europa. Durante el reinado del antecesor de Felipe V, Carlos II “El Hechizado”, España se había unido a la Liga de Ausburgo (1686 – 1697), una alianza defensiva formada con el Sacro Imperio Romano Germánico, Suecia y las Provincias Unidas de Holanda a fin de oponerse a las pretensiones del monarca francés Luis XIV respecto a la sucesión del Palatinado, un territorio del Sacro Imperio entre el alto y el medio Rin y bajo Neckar. El conflicto bélico entre Francia y la Liga se conoce como la Guerra de los Nueve Años (1688 – 1697) y concluyó con los Tratados de Rijswijk (setiembre – octubre 1697). En 1701 se reiniciaron las hostilidades entre ambos contendientes, esta vez por la cuestión de la sucesión al trono hispano. Francia apoyaba al Partido Borbónico, que defendía la ascensión al trono de Felipe V, y  la Liga, a la que se unió Inglaterra, el Partido Austriaco, a favor del Archiduque Carlos de Austria (1685 – 1740),  que se había proclamado Rey de España a fin de continuar el linaje Habsburgo en la Península Ibérica.
Entretanto el Consejo de Indias proseguía la tarea de puesta en servicio del “San José” y el “San Joaquín” para la Flota de Tierra Firme. En 1702 el Consejo de Indias hizo los nombramientos de los oficiales de la Flota, siendo  designado como Capitán General de la misma Don José Fernández de Santillán[11], Caballero de la Orden de Alcántara[12], hombre de gran influencia en la corte que ya había  sido Gobernador y Capitán de guerra de Maracaibo (1674), Capitán General de la Flota de la Nueva España (1687) y  exitoso defensor del puerto de Cádiz al haber batido la arremetida de la escuadra anglo – holandesa del almirante Sir George Rooke en julio de 1702[13]. El Almirante – es decir, el segundo al mando y responsable de la navegación, y mantenimiento de la formación de la flota – era D. Miguel Agustín de Villanueva[14] (1656 –1708), marino de amplios conocimientos náuticos, de  ingeniería militar y de logística. Seguía en la jerarquía D. Nicolás de la Rosa y Suárez, al mando de la tercera nave de la Flota, la Gobernadora,  el galeón “Santa Cruz”, que transportaba al Tercio de Infantería de Marina, y por último D. Nicolás de la Rosa, Conde de la Vega Florida,  comandante de dicho destacamento que embarcaba  toda flota de la Carrera de Indias.
El estallido de la Guerra de Sucesión Española en 1701 trastocó el plan original de zarpe de la Flota de Tierra Firme. Los últimos trabajos en ambos galeones se concluyeron a inicios de julio de 1702, cuando se cernía sobre Cádiz la amenaza de una fuerza invasora anglo – holandesa. Como ya hemos señalado antes, correspondió a Don José Fernández de Santillán dirigir la defensa del puerto al mando de una menguada fuerza franco – española[15]. Esta acción de armas le valió recibir de rey Felipe V el título de  conde de Casa Alegre en 1704, título que aún ostentan sus descendientes en la actualidad[16].
 El desafío transatlántico indiano
El sistema de flotas era la piedra de toque del modelo económico de la Monarquía Hispana, el mercantilismo. Creado por la Real Cédula de 1561, las flotas tenían por fin llevar el tesoro de la Corona y de los particulares a la Península desde las Indias.  Se establecieron dos flotas para esta misión, la de Tierra Firme y la de Nueva España. En líneas generales la Real Cédula  prescribía que ambas debían zarpar juntas de Sevilla – y, desde 1680, también del puerto de Cádiz – entre los meses de febrero y setiembre, aprovechando los vientos favorables, navegar en conserva[17] siguiendo la  ruta de la costa occidental africana hasta el archipiélago de Cabo Verde y, desde ese punto, enfilar  el Mar Caribe. En dichas aguas cada flota  enrumbaba hacia sus destinos, que eran, en el caso del Virreinato de la Nueva España, los puertos de La Habana y Veracruz y, en  el Virreinato del Perú,  Cartagena de India, en Nueva Granada, y Nombre de Dios y Portobelo, en la Audiencia de Panamá.
El esplendor del sistema de flotas fue breve, entre 1590 y 1615. A inicios del siglo XVII las flotas estaban formadas por un mínimo de cincuenta naves de dimensiones y velámenes muy diferentes. Posteriormente el número de buques fue reduciéndose a causa de la falta de protección adecuada para las flotas contra los corsarios y piratas y los retrasos en la navegación debido a los patrones atmosféricos extremos de la época, en particular entre 1645 y 1715[18]. No obstante las flotas seguían considerándose como la columna vertebral  de la economía peninsular, a pesar de que la realidad indiana indicaba lo contrario[19]. Cádiz y Sevilla eran puertos de paso de la mayor parte del tesoro americano hacia las arcas reales de otros países europeos. Los Cargadores de Indias[20] sevillanos eran, de facto, comisionistas del comercio extranjero hacia las Indias – teóricamente ilegal – con la aquiescencia de la Corona[21].
 La organización general de las flotas generaba roces constantes entre los cargadores sevillanos y sus colegas en Lima y México, así como también con la Casa de Contratación[22].  La razón era evidente: la falta de sustentabilidad económica de las Armadas de Indias. La irregularidad de las flotas favoreció notablemente el contrabando y el comercio interamericano ilícito. Así, la llegada de las flotas era un problema para los cargadores indianos.  América ya se abastecía de mercancías manufacturadas fuera del circuito de los puertos oficiales del sistema de flotas y las economías principales de la región – las de los Virreinatos del Perú[23] y el de la Nueva España –  generaban excedentes de exportación para toda la región. En el caso peruano el poder económico de la élite comercial limeña llegó a su zénit a mediados del siglo XVII, a  tal punto que su gremio, el Tribunal del Consulado de Lima, suscribió con el virrey Diego IV de Benavides y de la Cueva (1607 – 1666), entre 1662 y 1664, “varios asientos[24] que finalmente colocaron en manos del Consulado de Lima la administración de la avería[25] del Mar del Norte, la avería del Mar del Sur y la administración de los almojarifazgos[26], alcabalas[27] y Unión de Armas[28] (las averías, por un tiempo de diez armadas y las demás contribuciones por diez años) (…) El comercio de Lima debía pagar en cada armada 350 mil ducados de avería en el Mar del Norte, 102,500 pesos de avería en el Mar del Sur y 127 mil pesos anuales por concepto de los demás impuestos. A esto habría que agregar que el Consulado, “graciosamente”, se comprometió a aportar 60 mil  pesos más en cada armada y prestar 150 mil pesos anuales[29]”. La razón de aceptar este compromiso económico fue de orden práctico: los cargadores limeños se sentían en la capacidad de afrontarlos[30], valía la pena pagar a la Corona por hacerse del control de la mayor parte de sus ingresos fiscales.  Además del beneficio económico, los cargadores limeños también buscaban reconocimiento político y social. Asumir indirectamente la administración del tesoro real era la oportunidad de “dirigirse al rey de la España Católica para convencerlo de que en Lima estaba el nervio central de la lealtad y la riqueza del reino y que el monarca solo debía llenarlos de honor, al mismo tiempo de darles los oficios de Indias[31]”.
Consciente del efecto erosivo de las reivindicaciones indianas en la doctrina de la Monarquía Universal y el Imperio, la Corona  inició en el último tercio del siglo XVII “un tibio programa de reformas cuya intención era centralizar el poder y disciplinar a las Indias[32]”. Así, el académico de la Real Academia de la Historia (RAH) Luis Ribot[33] dice que  se ha exagerado la idea de  la decadencia española, que suele representarse en la figura del último de los Austrias, el rey Carlos II. Según Ribot, “el mito del Hechizado es injusto, pues se basa en unos hechos muy concretos de finales del reinado, propios, además, de una cultura que creía ampliamente en tales supercherías. Lo peor es que, como todo mito, elimina cualquier matiz sobre la personalidad del Rey, impidiéndonos conocerle. No cabe duda que fue un mal rey, probablemente el peor de toda su dinastía en España, aunque muchos de los que vinieron después de él no fueran mejores (…) Carlos II no sólo tuvo la desgracia de ser el último de los monarcas de su dinastía, sino también la de vivir en el período posterior a la derrota y la pérdida de la hegemonía internacional de su monarquía[34]”. Para Ribot Carlos II “fue más trabajador de lo que siempre se ha dicho y mantuvo sólidamente las riendas del Gobierno en Nápoles, Sicilia y Milán [y las Indias] gracias a una amplia serie de virreyes y gobernadores generales cuya capacidad política nada tenía que envidiar a la de los grandes personajes de tiempos anteriores[35]”.
Para los fines del presente trabajo, destacamos dos personajes vinculados al reinado de Carlos II y la tragedia del “San José”, los virreyes  D. Melchor de Portocarrero Lasso de la Vega, tercer conde de la Monclova[36] (1620 – 1705) y su sucesor, D. Manuel de Sentmenat – Oms de Santa Pau y de Lanuza, marqués de Castelldosríus[37] (1651 – 1710).
Melchor de Portocarrero Lasso de la Vega, tercer conde de la Monclova nació en Madrid en 1620.  Militar de carrera, participó en la guerra de los Treinta Años (1618 – 1648). En la batalla de las Dunas de Dunkerque (14 de junio de 1658) – que enfrentó al ejército anglo-francés del vizconde de Turenne, contra el español conducido por Juan José de Austria y Luis II de Condé – perdió un brazo, siendo rehabilitado con una prótesis de plata. Por sus méritos militares fue designado gentilhombre de cámara del Rey, comendador de la Orden de Alcántara y miembro del Consejo de Guerra, etc. En 1686 fue nombrado virrey de México y, posteriormente, del Perú. Durante los dieciséis años de su gobierno (1689 – 1705), el conde de la Monclova demostró ser un hábil negociador frente a los taimados cargadores limeños[38], resolviendo satisfactoriamente para la Corona la controversia de los asientos de 1662 y 1664, que había heredado de su antecesor, D. Melchor de Navarra y Rocafull Martínez de Arroytia y Vique, duque consorte de la Palata (1626 – 1691). Este triunfo político le permitió mantener viva la Feria de Portobelo[39], asegurándose que en ella participaran los peruanos[40], que habían establecido su propio circuito comercial que excluía expresamente Tierra Firme[41]. Además de la organización de la última Feria de Portobelo del siglo XVII (1696),  Monclova emprendió  la reconstrucción de Lima, que había sido destruida por el terremoto del 20 de octubre de 1687. Póstumamente el rey Felipe V lo elevó a la categoría de grande de España de segunda clase el 5 mayo de 1706[42].  
Sucedió al conde de la Monclova como virrey del Perú  D. Manuel de Sentmenat – Oms de Santa Pau y de Lanuza, marqués de Castelldosríus, a quien puede definirse como un cortesano de carrera[43]. En su hoja de servicios figuraba el haber sido gobernador militar del puerto de Tarragona (1677 – 1680), virrey y capitán general de Mallorca (1683 – 1688), miembro del Consejo de Guerra (1689), embajador ante la corte de Lisboa (1696 – 1699) y la corte de París (1699 – 1702). Castelldosríus tuvo el privilegio de ser el primer español de presentarse al sucesor testamentario de Carlos II el Hechizado, Felipe de Borbón, duque de Anjou, atribuyéndosele la famosa frase “Sire, desde este momento no hay Pirineos[44]”.   Nombrado Virrey del Perú en 1702 y elevado a la grandeza de España en 1703, Castelldosríus continuó sirviendo como embajador en París y miembro del Consejo de Guerra en Madrid hasta 1704, cuando le llegó la orden de embarcarse en la Armada de Galeones de Tierra Firme.
La Armada de Galeones de Tierra Firme de 1706 estaba conformada por diecisiete naves – entre ellas sus escoltas, los galeones San José, San Joaquín y Santa Cruz – y  zarpó de Cádiz el 10 de marzo de 1706. Su travesía fue tranquila, pero durante ésta fue gestándose la enemistad entre su Capitán General, D. José Fernández de Santillán, conde de Casa Alegre, y el pasajero de mayor rango de la misma, el nuevo virrey del Perú, marqués de Castelldosríus. Durante la travesía le correspondía al Capitán General una mayor jerarquía que al nuevo virrey del Perú. Esta situación se mantenía incluso hasta el momento en que el nuevo virrey asumiera su sede. Casa Alegre priorizaba la seguridad de la flota, mientras que Castelldosrius se sumía en la desesperación por llegar a Lima. Al tocar tierra la flota en Cartagena de Indias el 22 de abril de 1706, Castelldosrius  exigió al conde de Casa Alegre embarcar a Portobelo inmediatamente. Pero los ingleses merodeaban las costas del norte de América del Sur al acecho de la flota y Casa Alegre pospuso su partida, por razones de seguridad. Cada día de estancia en Cartagena era para Castelldorius  un perjuicio para las arcas reales y su peculio[45].
El virrey marqués de Castelldosrius finalmente enrumbó hacia Portobelo el 15 de julio de 1706. Diez días más tarde, ya en Tierra Firme, constataba el estado de crisis terminal del sistema de flotas.  El viaje del virrey del Perú a su sede de gobierno fue largo y accidentado, no solo por problemas económicos sino por el malestar que causaba el hecho que sólo su entronización en Lima le retiraría de la esfera de poder del conde de Casa Alegre. Mientras tanto  su agente en Lima, D. Antonio Marí hacía los contactos previos con los cargadores limeños, que con algunas reservas adelantaron algunos fondos que enviaron a Panamá[46].  Así pudo Catellldosríus emprender el tramo final de su viaje, arribando a Paita en marzo de 1707 y, tras un largo viaje por tierra, llegar hasta Lima, donde tomó posesión del gobierno el 7 de julio de 1707. Este acto de entronización se recuerda en nuestra historia porque fue la ocasión en donde el rector de la Universidad Mayor de San Marcos, el polígrafo limeño Pedro de Peralta Barnuevo Rocha y Benavides[47] (1663 – 1743) pronunció el célebre discurso Lima Triunfante, donde daba cuenta del desarrollo cultural y artístico que en un sentido universal había adquirido la capital del Virreinato del Perú a fines del siglo XVII y principios del  XVIII.    
El primer acto de la administración de Castelldosríus fue hacer un arqueo del tesoro virreinal. Estas estaban vacías y el virreinato invadido por el comercio ilegal. En una carta dirigida al rey a finales de agosto, escribía: “El comercio en común clama y se queja con razón de que las introducciones han debilitado sumamente la sustancia de su cuerpo; y los miembros que componen este cuerpo mismo son los que, como particulares, motivan la decadencia de sus fuerzas, no haciendo aprecio del interés común cuando concurre el individual[48]”. El Perú no era el vellocino de oro y plata que imaginaban los cortesanos en Madrid y París. Al igual que en el resto del mundo, la Pequeña Edad de Hielo[49] – que se manifestó a través de una serie continuas de ENOs (El Niño-Oscilación del Sur) desde 1630 – había causado estragos en su producción de alimentos y su minería[50]. Así, siendo el contrabando galo la única fuente disponible de ingresos rápidos, Castelldosríus tomó control del mismo en beneficio de las arcas reales[51]. La lógica del juego político del virrey era que, así como podía hacerse la Corona del control del comercio ilícito, también estaba en  sus manos su erradicación.  Ese era el único medio disponible  para someter a los cargadores limeños. Estos finalmente cedieron ante la presión y los incentivos que ofrecía la Corona y, el 19 de diciembre de 1707, zarpaba del Callao una comisión comercial limeña hacia Tierra Firme, para la Feria de Portobelo. La Feria tuvo lugar en mayo de 1708 y, si bien fue modesta comparada con la de 1696, logro recaudarse 12 millones de reales en oro, plata y otros valores.  
 La alianza francesa y la tragedia de Baru
Para Francia el principal objetivo de guerra era “el comercio de Indias y las riquezas que ellas producen[52]”. Entre todos los territorios indianos, el más apetecido por ella era el del Perú, que se consideraba como “la llave[53] de las Indias”. La “conquista gala de las Indias” había de ser indirecta porque, tal como se entendía desde los tiempos del estadista galo Jean Du Plessis, cardenal de Richelieu (1582 – 1642), “España conservaba su imperio colonial porque estaba demasiado lejos para ir a quitárselo[54]”.  Ninguna potencia europea tenía posibilidades de arrebatar las Indias a España, pero sí la de apoderarse de su comercio transatlántico en nombre del principio del derecho de todos a navegar los mares a plena luz del día[55].  Así lo entendía el gran ministro de Luis XIV, Jean Baptiste Colbert (1619 – 1683), que había continuado y desarrollado el axioma político establecido desde la refutación del rey Francisco I (1494 – 1547) de las sucesivas bulas papales que reconocían la preeminencia española en la conquista de América[56].  
 Francia era un aliado incómodo para los españoles. Desde el siglo XVI existía  un estado de guerra latente entre franceses y españoles en las Indias. Uno de los picos de barbarie gala fue el asalto de Cartagena de Indias el 2 de mayo de 1697. La ciudad, que había caído en manos de las tropas del almirante Jean – Bernard Desjeans, barón de Pointis (1645 – 1707),  fue posteriormente saqueada por los bucaneros que acompañaban al cuerpo expedicionario. Según el jefe de los asaltantes,  el gobernador de Santo Domingo, Jean Baptiste Ducasse[57] (1646 –1715), al no habérseles reconocido su  participación en la rendición de la ciudad, no había tenido otro medio mejor de cobrarse los servicios prestados al Rey de Francia. El recuerdo del saqueo de Cartagena estaba fresco cuando, por circunstancias propias de la guerra de Sucesión, el rey Felipe V nombró a Ducasse Capitán General de la Mar, es decir, el hombre al mando de la protección de las Armadas de Indias.  Así, pues, todo trato con los franceses estaba marcado por el recelo y la desconfianza. En el caso del conde de Casa Alegre, Capitán General de la Flota Firme,  estos sentimientos hacia los franceses le costaron la vida el 8 de junio de 1708, pues se admite como la causa principal de la tragedia de Barú la falta de cooperación entre españoles y franceses. Estos últimos esperaban en La Habana las noticias de Cartagena, en constante alerta pues se sabía de la presencia cerca de Cartagena de los buques británicos, al mando del comodoro Charles Wager (1666 – 1743). Esta información también la tenía en sus manos el conde de Casa Alegre, a quién aparentemente importó  más el hecho que la seguridad de su flota dependiese del antiguo jefe de los filibusteros de Santo Domingo que la presencia de los británicos en el área caribeña del Nuevo Reino de Nueva Granada[58].    
El relato más consistente del combate de Barú,  (8 de de junio de 1708), nos dice que, al final de la Feria, el Capitán General conde de Casa Alegre ordenó que se llevase a cabo una minuciosa contabilidad de los fondos recaudados, los cuales alcanzaban, sumando la suma recaudada en el Perú por el virrey Castelldorius, a 1’551, 609 pesos. Una vez contabilizado el tesoro, éste fue repartido y embarcado en el “San José”, el “San Joaquín” y el “Santa Cruz”. La Flota, que constaba de dieciséis barcos, zarpó de Portobelo el 28 de mayo con rumbo a Cartagena. En el camino se le unió otra embarcación mercante. Del conjunto, siete naves disponían de artillería para repeler al enemigo: el “San José”, el “San Joaquín”, la “Santa Cruz”, la fragata francesa “Sanctis Espiritus”, la urca “Nuestra Señora de la Concepción”, la fragata francesa “La Miete” y el patache “Nuestra Señora del Carmen”.
 La derrota entre Portobelo y Cartagena transcurrió sin incidentes hasta que la flota divisó la entrada al puerto, al amparo de los cañones de la fortaleza de Boca Chica, en el archipiélago de Baru. Allí  le aguardaba el  escuadrón británico de cuatro buques. No pasó mucho tiempo para que, se desencadenara un confuso combate nocturno que se prolongó hasta el amanecer del día siguiente. La Flota de catorce naves logró ponerse a salvo en el puerto. El “San José” se perdió con la casi totalidad de su tripulación y el “Santa Cruz”, tras un arduo combate,  cayó en manos del enemigo[59]. La victoria británica fue agridulce: se habían perdido los dos buques más ricos  de la que la llamaban la “Flota de la Plata”, uno hundido en combate y el otro había escapado. El único beneficiado de este combate – el canto de cisne de los galeones como buques de guerra – fue el comodoro Wagner, quien se hizo rico al reclamar como presa el “Santa Cruz” y su carga.
 A modo de epilogo del combate de Baru, diremos que el resto de la flota de Tierra Firme zarpó a Europa en julio de 1708, escoltado por el escuadrón de Ducasse que se encontraba surto en La Habana para realizar dicha misión. En cuanto a la Flota de la Nueva España, ésta logró regresar a la metrópoli sin ningún percance sin la protección de Ducasse. El virrey del Perú, marqués Castelldosrius, hubo de enfrentar una incursión del corsario británico Woodes Rogers en 1709 y las acusaciones de los comerciantes limeños de convivencia con los contrabandistas franceses y conducta liviana en el gobierno del Virreinato. El primer virrey ilustrado del Perú, el pionero del afrancesamiento de la vida y las costumbres limeñas, murió en 1710 y fue sujeto a un juicio de residencia póstumo, que lo declaró inocente de los cargos levantados contra él reconociéndole la Corona haber sido uno de los gobernantes indianos que más caudales había enviado a la Península.  
Un galeón redescubierto
La historia oficial hasta la fecha dice que, tras tres centurias eludiendo a los cazatesoros, el  “San José” fue descubierto al amanecer del viernes 27 de noviembre de 2015,  por el ARC Malpelo, cuyo sonar detectó una anomalía en el fondo marino que resultó ser los cañones de bronce del buque[60]. El 4 de diciembre el entonces jefe de Estado colombiano, Juan Manuel Santos, anunciaba en la base naval de Bolívar, en Cartagena de Indias, que “Sin lugar a ningún tipo de duda, hemos encontrado, 307 años después de su hundimiento, el galeón San José[61]” Luego cayó sobre el buque  un manto de silencio, pues se corrió el velo de secreto de Estado sobre su ubicación.  
Según el presidente Santos el secreto de Estado se justificaba por la reserva debida de la controvertida norma, “Ley 1675, Ley de Reglamentación de los Artículos 63, 70 y 72  de la Constitución Política de Colombia en lo relativo al Patrimonio Cultural Sumergido”, que permite al Estado colombiano “contratar a empresas cazatesoros y pagarles con la carga, eliminando por ley el carácter cultural de los bienes repetidos con valor comercial; es decir que Colombia puede quedarse con unas monedas y lingotes como ejemplo, dejando para los cazatesoros el resto de los objetos repetidos[62]”. El señor Ernesto Montenegro, que en ese momento era director del Instituto Colombiano de de Antropología e Historia (ICANH), añadía que la aplicación de la mencionada ley era un parapeto legal para evitar cualquier tipo de reclamaciones[63]. En este punto cabe recordar que esta ley es considerada por la comunidad arqueológica mundial como un retroceso en la defensa del Patrimonio Cultural Subacuático, pues su espíritu no es otro que el de una Ley de Tesoros. Tal y como ya hemos señalado en trabajo anterior sobre Patrimonio Cultural Subacuático,  “Tesoro y Patrimonio Cultural son antinómicos. Tesoro es la concentración de riqueza inmovilizada y escondida, en particular de metales preciosos o cualquier otro bien de escasez relativa. Patrimonio Cultural es el conjunto de bienes intelectuales, artísticos, tecnológicos, etc, con carácter condensador de los valores, creencias y conocimientos de una sociedad. Los bienes identificados y clasificados como patrimonio cultural no son susceptibles de comercio ni de apropiación privada, por ser de dominio público. El tesoro es un objeto mueble de valor y se encuentra en el mundo del comercio[64]”.
El velo de secreto de Estado fue agrietándose poco a poco cuando se filtraron las primeras noticias sobre la ubicación del pecio del San José. Esto ocurrió en enero de 2018 cuando el diario digital argentino INFOBAE informaba haber obtenido las coordenadas donde se ubicaría el pecio: 76º 00' 20'' W 10º 13' 33'' N, a 600 metros de profundidad, a 50 kilómetros de las playas de la ciudad amurallada de Cartagena de Indias[65]. Según el medio digital citado, las coordenadas coinciden en la zona donde “ya había denunciado 30 años antes la firma Sea Search Armada[66]. En 1982 señaló que "los objetivos principales, en grueso e interés se encuentran ligeramente al oeste del meridiano 76'', y están apenas centrados alrededor del Objetivo A y sus partes asistentes, que están localizadas en la vecindad inmediata de 76º 00' 20'' W 10º 10' 19'' N… La firma mantiene un embargo sobre cualquier extracción, aunque el presidente Santos niega que hubieran encontrado el San José en el lugar que esta notificó[67]". Este dato es crucial para entender las razones por las que el entonces director del ICANH, Ernesto Montenegro, decía en diciembre de 2015 que “habría que preguntar a los abogados[68]”. 
La intervención de letrados no es gratuita. El “San José” es un galeón redescubierto y sujeto a una intensa batalla político – legal desde que, en 1982, la Dirección General Marítima de Colombia reconoció derechos de rescate del pecio a la firma antecesora de la Sea Search Armada. Dos años más tarde el gobierno del presidente Belisario Betancourt anunciaba la intención del Estado Colombiano de rescatar el buque, además de reducir el porcentaje de derechos reconocidos a favor del salvador[69] del 50 al 5 por ciento. Esta reducción fue considerada por el “salvador” como un agravio a sus intereses, iniciándose una larga disputa legal que aparentemente terminó en 2007,  cuando la Corte Suprema de Colombia falló que a la parte recurrente – Sea Search Armada – le correspondía el 50% de la carga del “San José”  que no fuera considerada por las autoridades como patrimonio cultural de la nación.
 En 2010 Sea Search Armada inició acciones legales contra Colombia en Estados Unidos por 14,000 millones de dólares[70], que culminaron tres años más tarde con una derrota legal para la empresa cazatesoros al darle la justicia estadounidense la razón al Estado Colombiano. Casi paralelamente Colombia aprobaba la ya mencionada Ley 1675[71], con el fin de blindar al país frente a cualquier reclamo internacional sobre “el patrimonio de todos los colombianos[72]”, en palabras del ex – presidente Santos.
 Además de la Ley 1675, un fallo del Consejo de Estado[73] estableció que el patrimonio histórico y cultural no puede quedar en manos de privados. No podemos ocuparnos en extenso del fallo del Consejo de Estado de Colombia, pero destacaremos que señala que en Colombia  se considera como patrimonio arqueológico "[los bienes] muebles o inmuebles que sean originarios de culturas desaparecidas, o que pertenezcan a la época colonial, así como los restos humanos y orgánicos relacionados con esas culturas. Los objetos aquí incluidos deben tener representatividad, que resultan significativos para el conocimiento; singularidad, que los hace únicos o escasos en relación con los demás bienes conocidos; estado de conservación e importancia científica, potencial para aportar a un mejor conocimiento histórico, y repetición, que enmarca la cualidad de un bien o un conjunto de bienes que resultan similares[74]”.  Este último punto es clave, ya que el alto tribunal considera que las monedas y lingotes de oro y plata no se les debe considerar automáticamente como tesoro. El Consejo Nacional de Patrimonio Cultural tiene la competencia exclusiva de evaluar  y calificar dichos bienes.
 La posición de España y del nuevo gobierno colombiano
Desde el anuncio del “descubrimiento” del pecio del “San José” la posición española ha sido conciliadora, haciendo expresa reserva de su derecho de “decidir qué actuaciones se adoptarán con arreglo a lo que entendemos que es patrimonio subacuático y el respeto a las convenciones de la Unesco a las que nuestro país se comprometió hace muchos años[75]”.  Esta declaración del entonces secretario de Estado de Cultura, José María Lassalle, en La Habana, Cuba, ha marcado la pauta de las aproximaciones españolas frente a la intención de Colombia de comercializar el “tesoro” del “San José”, a espaldas de sus intereses debidamente sustentados en razones de hecho y de derecho[76]. Todo indica que España desea que el “San José” sea visto y tratado como “un patrimonio arqueológico común de todos los pueblos hispanoamericanos, sujeto a la servidumbre de su protección, de la preservación en la participación de su investigación, acceso científico, su difusión y el deber de cooperación. Hay una norma que rige en todos los Estados de Derecho y que hace que este artículo sea esencialmente jurídico: es el sentido común, el más importante principio del derecho[77]”.  
A diferencia de su postura en el caso de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”, España no estima que el problema sea la titularidad del pecio – que es indiscutiblemente una nave de Estado española – sino que busca sentar un precedente imprescindible de cooperación en materia del Patrimonio Cultural Subacuático entre Hispano América y España para el desarrollo de una arqueología subacuática iberoamericana.
En este sentido España ha hecho grandes avances desde el año 2007. Así, en agosto de 2018, el Centro de Arqueología Subacuática (CAS), una dependencia del Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, anunció la identificación de un buque genovés hundido por el corsario inglés sir Francis Drake (1540 – 1596) en su ataque contra Cádiz entre el 29 de abril y el 1º de mayo de 1587[78]. España quiere replicar estas investigaciones en toda América. Hasta la fecha los más receptivos a esta iniciativa son México, Panamá y Cuba. En este último país, por ejemplo, el 2015  el entonces secretario de Cultura, Lassalle, propuso al gobierno cubano la investigación de los pecios de la flota del almirante Pascual Cervera (1839 – 1909), que se encuentran en la Bahía de Santiago de Cuba, luego de ser hundida en desigual batalla contra la flota estadounidense el 3 de julio de 1898[79].  
 Hasta la fecha Colombia aún no responde a las propuestas españolas de cooperación en el campo del Patrimonio Cultural Subacuático. Lo positivo de la situación es que, tras la revelación de la trama financiera detrás del proyecto de plan de salvamento del ex – presidente colombiano Manuel Santos[80], el gobierno saliente dejó sin efecto los términos de la Asociación Pública Privada (APP)  con una empresa cazatesoros. Al hacer pública esta decisión Santos confesó que “le habría encantado dejar firmado la adjudicación en su gobierno, pero que, por respeto a las instancias judiciales que aún no se han pronunciado respecto a su exploración, había decidido dejar el tema al gobierno entrante de Iván Duque75”. Asimismo Santos declaró: "Puedo asegurarles que está completo, no ha sido saqueado, nadie ha tenido acceso a él. Es un proyecto sobre el cual Colombia debe sentirse orgullosa. Este patrimonio nos pertenece y su recuperación implicó tremendos esfuerzos[81]"
 Todo indica que la gestión gubernamental del presidente Iván Duque será más receptiva hacia los ofrecimientos españoles de cooperación científico – cultural, pues ya durante la reñida campaña electoral que lo llevó a la primera magistratura de Colombia  se declaró favorable a una solución responsable y acorde a la hermandad de los pueblos hispanoamericanos con España[82]. En declaraciones posteriores como presidente electo, en julio de 2018, Duque se comprometió ante los asistentes al Fórum Europa, organizado en Madrid por Nueva Economía Fórum, a solucionar los litigios y estrechar las convergencias con España.
 A modo de conclusión
El sistema de flota sobrevivió a la tragedia del “San José”  pero su viabilidad quedó en entredicho. Las necesidades bélicas obligaron a España a legalizar el comercio francés y, desde 1713 en adelante, todo tráfico mercantil extranjero hacia las Indias fue permitido mediante el sistema del “navío de permiso”. Entretanto la razón de ser de las flotas, el corso y la piratería, desapareció a mediados del siglo XVIII en el Océano Atlántico.  En 1748 el marqués de la Ensenada, Zenón de Somodevilla (1702 – 1781), el más longevo y capaz ministro ilustrado de los Borbones españoles en el siglo XVIII, decretó la libertad de comercio con las Indias. No obstante, en tiempos de guerra, la Real Armada organizó  convoyes con órdenes estrictas de evitar el combate. La directiva primigenia establecida por el marqués de la Ensenada era “velar por el tesoro real y el de sus vasallos, para que no sean pobres”.  El epilogo de la tres veces centenaria epopeya de las flotas españolas del Atlántico fue una tragedia, la de la fragata “Nuestra Señora de las Mercedes”, el 5 de octubre de 1804, sobre la cual nos hemos ocupado extensamente en dos artículos publicados en esta Revista en 2008 y en 2013, respectivamente.
Apoyados en el espíritu de la máxima que anima este trabajo, una vez más comprobamos cómo un buque es el más vivo de los objetos inanimados y cómo su “vida” nos cuenta la historia de una época en España y las Américas, las postrimerías del siglo XVII y la primera década del siglo XVIII. Por eso creemos que el verdadero tesoro del San José es mantener la presencia de un Imperio, el de la historia y cultura hispanoamericana.
 REFERENCIAS
[1] La Monarquía Hispánica era el conjunto de reinos integrados por el reconocimiento al rey católico [de Castilla]. A este conglomerado se integraron, a partir de 1542 los reinos de México y del Perú, al transformarse sus territorios en virreinatos, según lo estipulado en las Leyes Nuevas (Altuve – Febres 2001: 162). Tanto el Perú como México se diferenciaban del resto de reinos de la Monarquía por no contar con casas reinantes autónomas, razón por la cual disfrutaban de un estatus especial (Altuve – Febres 2001:90)
[2] La Carrera de Indias fue la ruta marítima que unía los territorios de la monarquía a través del Atlántico y cuya finalidad, era, según lo establecido por la Real Cédula de 10 de junio de 1561, “que se traiga el tesoro nuestro y de los particulares, que se ha de conducir a estos nuestros Reinos”.
[3]THOMAZI, Augusto (1985), “Las Flotas de Oro. Historia de los Galeones de España”, Editorial Swan SL,, Madrid, España, 224p, p. 20 – 21
[4]Pedro de Aroztegui (¿? – 1697) fue un asentista donostiarra del último tercio del siglo XVII. Formaba parte de la comunidad vasca en Sevilla, la cual tenía gran participación en el comercio con las Indias a todos los niveles, incluida la construcción naval. Ver: ODRIOZOLA OYARBIDE, Lourdes (1998), “La construcción naval en Guipúzcoa. Siglos XVI – XVIII”, Itsas Memoria. Revista de Estudios Marítimos del País Vasco, 2, Unsti Museoa – Naval Donostia, San Sebástian. P.93 – 146 https://untzimuseoa.eus/images/itsas_memoria_02/odriozola.pdf
[5] RAHN PHILIPS, Carla (2010), “El Tesoro del San José”, Marcial Pons Historia, Madrid, 339p, p.35  
[6] Rey de Castilla​ entre 1158 y 1214, derrotó a los almohades en la batalla de Las Navas de Tolosa, librada en 1212
[7]Lamelibranquio del género Teredo, de cuerpo largo y delgado, vermiforme y de valvas muy reducidas. Se hallan distribuidos en todos los mares y océanos y se encuentran sus fósiles desde el periodo jurásico. Son responsables de la carcoma de los buques de madera
[8] Rahn Philips, 2010: 45  
[9] Entre las atribuciones del Consejo de India, en el ámbito militar, se encontraba la formación de la Junta de Guerra de Indias, que estaba formada por los ministros de capa y espada, a cargo de las estrategias, ejércitos y milicias de las Indias.
[10] A fines del siglo XVII ambas naciones formaban parte de la Liga de Augsburgo (1686), una coalición de potencias europeas que combatía el expansionismo francés hacia el corazón de Europa. El conflicto
[11]CORREAL, Francisco, (2011, 1 de julio), “Un héroe marino de la calle Cuna”, El Diario de Sevilla Ver: http://www.diariodesevilla.es/sevilla/heroe-marino-calle-Cuna_0_492550814.html
[12] La Orden de Alcántara es una de las cuatro grandes Órdenes militares españolas. Fue creada en el año 1154 en el Reino de León, y que aún perdura en la actualidad. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Orden_de_Alcán1ntara    
[13] RAHN PHILIPS, 2010:.55 – 77    
[14] RAHN PHILIPS, 2010: .81 – 93    
[15] En 1702 la Marina Real Francesa aún se hallaba en proceso de reconstrucción luego del llamado desastre de La Hougue, el 29 de mayo de 1692, cuando fue derrotada por una flota anglo – holandesa en las costas de la Península de Cotentin, Normandía.
[16] CORREAL, Francisco, (2011, 1 de julio), “Un héroe marino de la calle Cuna”, El Diario de Sevilla Ver: http://www.diariodesevilla.es/sevilla/heroe-marino-calle-Cuna_0_492550814.html
[17] Entiéndase por navegar en conserva, ir en compañía para resguardarse mutuamente de los contratiempos y riesgos que pueden suceder durante una travesía.  
[18] MANN, Micahel (2002), “Little Ice Age”, Encyclopedia of Global Environmental Change, John Wiley & Sons, Ltd, Chichester http:// http://www.meteo.psu.edu/holocene/public_html/shared/articles/littleiceage.pdf
[19] SEINER LIZARRAGA, Lizardo (2002), “Estudios de Historia Medioambiental. Perú XVI – XX”. Fondo de Desarrollo Editorial. Universidad de Lima. Lima, 220p
[20] Los Cargadores de Indias eran los mercaderes españoles autorizados por la Casa de Contratación para comerciar con las Indias. Se hallaban agremiados en el Consulado de Cargadores de Indias que les representaba y tenía jurisdicción para dirimir sus pleitos civiles. Sus casas – palacios, construidos en Cádiz y en los pueblos en sus alrededores constituyen un testimonio de la riqueza que adquirieron los cargadores en el ejercicio del comercio transatlántico.  
[21] Desde la muerte de Felipe IV en 1665 las arcas reales se encontraban al borde del abismo por la inflación desmesurada (Rahn – Philips 2010:59)
[22] La Casa de Contratación era la sede central de las actividades comerciales con las tierras conquistadas por España en América. Fue creada por los Reyes Católicos en 1503. Entre sus funciones estaba la formación de las flotas, la recaudación de impuestos, el control de los productos que llegaban y partían y la concesión de licencias de emigración. Fue también tribunal para todos los incidentes de comercio con las Indias y responsable de la cartografía, la preparación técnica  de los navegantes, el archivo general de los mapas y los diarios de a bordo. La Casa de Contratación fue suprimida en 1790.
[23] A fines del siglo XVII el Virreinato del Perú constituía casi la totalidad de la superficie de América del Sur y comprendía un área de cerca de 24,3 millones de kilómetros cuadrados que contaba con una población estimada de 5,5 millones de personas (Rahn – Philips, 2010: 113)
[24]El asiento era un contrato por el cual se suscribía el arriendo real de un número determinado de naves de guerra de la Corona durante un tiempo o para una acción concreta a cambio de una contraprestación. Las partes de dicho contrato eran, en calidad de arrendador, la Corona, y como arrendatario, los particulares.  
[25] La avería era un derecho sobre las importaciones y exportaciones con el que se sufragaban los gastos que ocasionaban las flotas de protección para las naves de la flota de Indias.
[26] Almojarifazgo. m. Impuesto que se pagaba por las mercaderías que entraban o salían de España, o por aquellas con que se comerciaba de un puerto a otro dentro del reino.
[27]Alcabala. Renta real que se cobraba sobre el valor de todas las cosas: muebles, inmuebles y semimovientes (como el ganado o los esclavos), que se vendían o permutaban. También puede ser definida como un impuesto que gravaba las transacciones mercantiles y que, si bien en la mayoría de los casos pagaba el vendedor, repercutía sobre el comprador, con el alza de los precios de varios productos
[28]Unión de Armas. Impuesto establecido en 1624 por el valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, para la creación de un ejército de 140.000 reservas reclutados y mantenidos por las diferentes provincias, reinos y ciudades autónomas de acuerdo a sus necesidades y posibilidades.
[29] SUAREZ, Margarita (2001), “Desafíos transatlánticos. Mercaderes, banqueros y el estado en el Perú virreinal 1600 – 1700”, Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Riva Agüero, Lima, 528p. 309 - 310
[30] (Suárez, 2001:310)
[31] TORRES ARANCIVIA, Eduardo (2014), “Corte de Virreyes. El entorno del poder en el Perú del siglo XVII”, Pontificia Universidad Católica del Perú – Instituto Riva Agüero, Lima, 284p, p. 195
[32] TORRES ARANCIVIA, 2014:195
[33] RIBOT, Luis (2015, 30 de octubre), “Carlos II, ni hechizado  ni tan decadente”, El Mundo, Madrid
[34] IBIDEM
[35] IBIDEM
[36]TAURO, Alberto (1987), “Enciclopedia Ilustrada del Perú”, Peisa, Lima, IV tomo, p.1358 – 1359  
[37]  VER: https://es.wikipedia.org/wiki/Manuel_de_Oms_y_de_Santa_Pau
[38] Rahn-  Philips, 2010: 123
[39] PORTOBELO (actualmente Panamá) fue  el puerto atlántico por el que pasó la mayoría de las riquezas que España embarcó hacia Europa procedentes de América entre 1606 y 1739.
[40]Suarez, 2001: 384 – 385
[41] Suárez, 2001: 317 – 351.
[42] Rahn . Philips, 2010: 132
[43] Torres Arancivia, 2014: 52  53
[44] TAURO, Alberto (1987), “Enciclopedia Ilustrada del Perú”, Peisa, Lima, II tomo, p.467 – 468  
[45] Rahn – Philips, 2010: 146 – 147
[46] Rahn – Philips, 2010: 151
[47] TAURO, Alberto (1987), “Enciclopedia Ilustrada del Perú”, Peisa, Lima, II tomo, p.1591 – 1592  
[48] Rahn. Philips, 2010:155
[49] PEQUEÑA EDAD DE HIELO (PEH). Período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XIX. La NASA define el término Pequeña Edad del Hielo como un periodo frío entre 1550 y 1850 con tres periodos particularmente fríos: uno comenzando en 1650 (Mínimo de Maunder 1645-1715), otro en 1770 y el último en 1850, cada uno separado por intervalos de ligero calentamiento. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Pequeña_Edad_de_Hielo
[50] GARZA MERODIO, Gustavo (2013), “Caracterización de la Pequeña Edad de Hielo en el México central a través de fuentes documentales”, Investigaciones Geográficas. Boletín del Instituto de Geografía, Universidad Nacional Autónoma de México
[51] La avidez del fisco virreinal  causó malestar entre los comerciantes limeños, quienes veían en Castelldosríus un representante de los intereses galos. No entendían que la política virreinal era la puesta en práctica de una nueva cultura política y económica en América. Castelldosríus fue objeto de acusaciones calumniosas para desposeerle de su cargo en 1708 y 1709. No llegó a enfrentar su juicio de residencia pues murió, en ejercicio de su cargo, en 1710.  SÁENZ RICO – URBINA, Alfredo (1978), “Las acusaciones contra el virrey del Perú, Marqués de Castelldosrius,y sus noticias reservadas” (Febrero 1709) https://www.raco.cat/index.php/boletinamericanista/article/viewFile/98381/145976
[52] KAMEN, Henry (2014), “Brevísima Historia de España”, Espasa Libros, Barcelona, 286p, p.149
[53] Entiéndase llave en el sentido figurado que tiene este objeto entre los hebreos, es decir, el símbolo de poderío y de crédito.
[54] Thomazi, 1985:157
[55] Thomazi, 1985:205
[56] “El sol luce para mí como para otros. Querría ver la cláusula del testamento de Adán que me excluye del reparto del mundo y le deja todo a castellanos y portugueses”
[57] Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Jean-Baptiste_du_Casse
[58] El Virreynato de Nueva Granada fue creado, por primera vez, en 1717
[59] RAHN PHILLIPS, 2010:165 – 215
[60] MARCOS, ANA (2015, 9 de diciembre), “El hallazgo del galeón ‘San José’ se convierte en un secreto de estado”, El País
[61] DOMINGUEZ, Gonzalo (2015, 06 de diciembre), “Colombia confirma hallazgo del mítico galeón San José y sus tesoros sumergidos”, La República, Lima
[62] GARCIA CALERO, Jesús (2015, 7 de diciembre), “El galeón San José no tiene asegurado su futuro”, ABC, Madrid
[63] MARCOS, Ana (2015, 9 de diciembre), “El hallazgo del galeón San José se convierte en un secreto de Estado”, El País, Madrid
[64]LOPEZ ARESTEGUI, Héctor (2013), “El estatus jurídico de los pecios históricos: el caso de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes (2007 – 2012)”, Revista de Marina,  tercer número, Lima
[65] BERNAL MARÍN, Iván (2018, 11 de enero), “Exclusivo: El lugar donde el gobierno colombiano dice haber localizado el galeón San José y la disputa por sus 10.000 millones de dólares”, Ver: http:// https://www.infobae.com/america/colombia/2018/01/18/exclusivo-el-lugar-donde-el-gobierno-colombiano-dice-haber-localizado-el-galeon-san-jose-y-la-disputa-por-sus-10-000-millones-de-dolares/
[66] Sea Search Armada sustituyó legalmente a la compañía que originalmente hizo el descubrimiento del pecio del San José en 1982, la Glocca Morra Company y los mantiene vigentes hasta la fecha. Ver: RENGIFO, José Antonia (2015, 9 de diciembre), “Las batallas judiciales del galeón San José”, El País, Madrid
[67]IBIDEM
[68] MARCOS, Ana (2015, 9 de diciembre), “El hallazgo del galeón San José se convierte en un secreto de Estado”, El País, Madrid
[69] En el derecho marítimo se denomina “salvador” a la parte que, en el marco del salvamento de vidas y mercancías de los peligros del mar, se le reconoce el derecho de recibir una recompensa por sus acciones. El derecho de salvamento marítimo ha existido en cierta forma desde la Edad Media. El derecho marítimo y los tratados internacionales han provisto tal incentivo en forma de recompensa para el exitoso salvador.
[70] IBIDEM
[71] Ver: http://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=53986
[72] AGENCIA EFE (2018, 14 de mayo), “Santos insiste en que el galeón San José es un tesoro colombiano”, AB, Madrid.
[73] El Consejo de Estado de la República de Colombia es la máxima autoridad de la jurisdicción de lo Contencioso Administrativo​ y cuerpo supremo consultivo del Estado. Sus funciones son: 1.  Desempeñar las funciones del tribunal supremo de lo contencioso administrativo, conforme a las reglas que señale la ley; 2.  Conocer de las acciones de nulidad por inconstitucionalidad de los decretos dictados por el Gobierno Nacional, cuya competencia no corresponda a la Corte Constitucional; 3.  Actuar como cuerpo supremo consultivo del Gobierno en asuntos de administración, debiendo ser necesariamente oído en todos aquellos casos que la Constitución y las leyes determinen; 4.  Preparar y presentar proyectos de actos reformatorios de la Constitución y proyectos de ley; 5.  Conocer y decidir de los casos sobre pérdida de la investidura de los congresistas. Ver: https://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_de_Estado_de_Colombia
[74] Ver: https://www.elespectador.com/sites/default/files/pdf-file/sentencia_definitiva_galeon.pdf
[75]RUIZ MANTILLA, Jesús (2015, 9 de diciembre), “España actuará en defensa del patrimonio con el galeón San José”, ABC, Madrid
[76] LOPEZ ARESTEGUI, Héctor (2013), “El estatus jurídico de los pecios históricos: el caso de la Fragata Nuestra Señora de las Mercedes (2007 – 2012)”, Revista de Marina,  tercer número, Lima
[77] LANCHO, José María (2015, 9 de diciembre), “Galeón San José, un patrimonio común y compartido”, ABC, Madrid
[78] CAÑAS, Jesús (2018, 8 de agosto), La huella de Francis Drake”, El País, Madrid
[79] GARCÍA CALERO, Jesús (2016, 10 de agosto), “Lassalle: España no permitirá que se comercialicen bienes del galeón San José”, ABC, Madrid  
[80] GARCIA CALERO, Jesús (2018, 9 de julio), “La trama financiera de cazatesoros detrás del rescate del galeón San José”, ABC, Madrid
[81] AGENCIA (2018, 23 de julio), “He decidido suspender los términos: Santos sobre el galeón San José”, El Tiempo, Bogotá
[82] GARCIA CALERO, Jesús (2018, 25 de mayo), “Mentiras probadas y fake news sobre el tesoro del galeón San José”, ABC, Madrid.
      Madrid.
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fjdrevorio · 3 years
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“El Miradero”, 16/04/2021
La Segunda República
    Noventa años después de su proclamación, ya debería haber llegado la hora de que en los análisis de este fascinante período de nuestra histórica contemporánea predominase la neutralidad y objetividad que cabe esperar en todo estudio científico. Por supuesto, ello es perfectamente compatible con el debate, incluso con la existencia de posiciones contradictorias sobre la misma cuestión, y desde luego este tipo de debates entre expertos -incluso con importantes repercusiones sociales- se siguen produciendo con muchos otros momentos de nuestra historia, desde la batalla de Covadonga hasta las guerras carlistas, pasando por la Guerra de Sucesión y tantos otros momentos. Pero creo que, en lo relativo a la Segunda República, hemos pasado de cuatro décadas en las que no había libertad para investigar y parecía que no se podía decir nada bueno, a tiempos en los que parece que una tergiversada concepción de la llamada “memoria democrática” tiende a imponer una visión idealizada y utópica de este período, que puede llegar a resultar sesgada hasta el ridículo. Creo que ello se debe a que hay, todavía, demasiada politización vinculada a este período, y a que, además, esa politización se vincula con el momento actual, y algunos tratan de fundamentar posiciones sobre la España actual en su análisis sobre lo sucedido hace nueve décadas. Hay demasiada pasión, pero no en el buen sentido positivo de “afición vehemente” aplicada en este caso a la historia, sino en el de “perturbación o afecto desordenado” que se impone sobre el análisis objetivo y racional.
           Creo que, en realidad, la Segunda República tuvo aspectos muy positivos, junto a otros más problemáticos o negativos. En cuanto a lo primero, se aprobó una Constitución pionera en muchos aspectos, una de las primeras en incorporar los derechos sociales, así como el primer Tribunal Constitucional de nuestra historia; se instauró un régimen democrático, no exento de carencias y déficits en su funcionamiento, como les pasa más o menos a todos, pero desde luego mejor que el período inmediatamente anterior, y probablemente el más pleno de nuestra historia hasta ese momento; se consiguió por primera vez el sufragio femenino, entre tantos otros aspectos. Pero también en este período se llevó a cabo una feroz y violenta persecución religiosa, a veces demasiado tolerada desde las instituciones; se ahondó en la radicalización y el enfrentamiento entre españoles, fortaleciéndose esas “dos Españas” que apenas dejaron espacio a los moderados; y se produjeron crisis, episodios violentos, y abruptas rupturas con la legalidad. Por otro lado, se intentó implantar un interesante y positivo modelo de descentralización política, pero nunca llegó a funcionar adecuadamente. En fin, como casi siempre, luces y sombras. Pero ni las luces sirven a mi juicio para defender en este momento la república como un régimen mejor que nuestra monarquía parlamentaria, ni las sombras impiden que hoy pueda llevarse a cabo una defensa justificada de la forma de gobierno republicana. En realidad, nada de lo que he mencionado tiene que ver con la forma de gobierno o con la jefatura de Estado, y probablemente tampoco nada de lo más relevante sucedido en ese período, salvo quizá la interpretación del complejo episodio de la destitución de Alcalá-Zamora en 1936. Así que el debate actual sobre monarquía y república debería desvincularse de la valoración histórica de la Segunda República. Y en fin, iba a decir algo más sobre la Constitución… pero esta se aprobó ya en diciembre, así que anuncio un futuro “miradero” monográfico sobre el tema. Pero puedo simplemente apuntar que, en cualquiera de sus aspectos positivos, es superada claramente a mi juicio por el actual texto de 1978.    
(Fuente de la imagen: https://www.cromacultura.com/segunda-republica/ )
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kiro-anarka · 4 years
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Por Pedro Casas, miembro de la Asamblea Republicana de Carabanchel
El descrédito en que Juan Carlos de Borbón ha sumido a la institución que representó durante 39 años, es de tal magnitud que el debate sobre el futuro de la monarquía está abierto de par en par. Hay quienes consideran que al tratarse de una institución divina, los humanos poco tenemos que opinar al respecto (rey por la gracia de Dios, como el Caudillo). A estas alturas de la historia realmente suena a chiste, aunque no les falte cierta coherencia a quienes sostienen tales tesis, porque desde el punto de vista humano, la monarquía es insostenible. Otros comentaristas menos divinos han creado la teoría de la conspiración, afirmando que todo obedece a una conspiración chavista-podemita, cuyo origen se encuentra en aquella famosa frase de Juan Carlos a Hugo Chávez "Por qué no te callas" en una cumbre iberoamericana. Según ellos, Chávez habría organizado desde aquel momento su venganza, regando de dinero a las jóvenes promesas podemitas, que ahora estarían encabezando la conspiración contra la monarquía, forzando la fuga de Juan Carlos. La ficción da para estas cosas. Ojalá que la izquierda tuviera ese poder. Por otro lado, las y los comentaristas del sistema, esos que nunca se sabe si son monárquicos o republicanos, que se apuntan al pragmatismo de lo útil que ha sido la institución desde su conversión al parlamentarismo vigilado que tenemos en España, critican y lamentan profundamente los desmanes de Juan Carlos, pero se afanan, más que el propio Felipe VI, en separar al padre del hijo, o a la persona de la institución. Merece la pena detenerse un poco en estos argumentos, dado que el propio gobierno (o una parte de él) se ha abonado a esta tesis. Empezando por el propio presidente del Gobierno, que sostiene que hay que separar la institución (monarquía) de la persona que la ostenta. Pues dígame cómo hacemos esto, en una institución que es propiedad de la persona que la ostenta, sin posibilidad de arrebatársela, que dispone de ella a su antojo y que la deja en herencia a su hijo o hija. Y compara la monarquía nada menos que con el sistema de partidos, en el sentido de que si alguien es corrupto, no por ello el sistema es corrupto. Veamos. En España hay demasiada corrupción, y desde luego algo falla en el sistema que tanta corrupción produce, con mecanismos que la favorecen, o débiles frenos que no la evitan. El sistema puede aparecer corrompido, aunque no corrupto per se, porque en cualquier caso las urnas pueden dejar fuera a las personas o partidos que se aprovechan de su cargo para robar al pueblo. Esa es la gran diferencia con la monarquía; si el monarca es corrupto, implica necesariamente la institución que preside y posee, sin posibilidad de cambio, pues no existe mecanismo de cambio democrático al margen de la voluntad del soberano (que para eso lo es). La vicepresidenta primera del Gobierno nos ha desconcertado al afirmar que Juan Carlos se ha marchado de España en un viaje privado, del que no tiene que dar más explicaciones a la sociedad. Entonces, ¿por qué nos enteramos por un comunicado de la Casa Real? Juan Carlos se ha marchado muchas veces de este país sin que nos enterásemos que lo había hecho, incluso siendo rey con mando en plaza. Si ha tenido que ser la Casa Real quien lo informe, es porque "Ahora, guiado por el convencimiento de prestar el mejor servicio a los españoles, a sus instituciones y a ti como Rey, te comunico mi meditada decisión de trasladarme, en estos momentos, fuera de España". En este caso no se ha ido de "cacería", sino por ‘prestar un servicio a los españoles, las instituciones y el rey’; no resulta desorbitado que quienes somos los ‘beneficiarios’ de sus servicios queramos saber dónde se ha marchado y en qué condiciones. Porque, además, como dice la canción, sigue siendo Rey, por decisión del Gobierno (del anterior que le otorgó tal título, y del actual que no lo destituye). Estas teorías lo que pretenden es alejar el debate sobre la propia institución, en horas más que bajas. A muchos representantes de los poderes empresariales, financieros, judiciales, eclesiásticos, militares, etc. les ha ido muy bien con este régimen bajo el que han hecho negocios pingües, y ostentado su poderío. No es de extrañar, por lo tanto, que los comentaristas de los grandes medios de comunicación en manos de aquellos poderes, se apunten a dicha tesis, ya que así defienden un status quo que evite una inestabilidad que podría poner en peligro ciertos privilegios de aquellos propietarios. Exhiben un pragmatismo descarnado, sin entrar al trapo de por qué tenemos que soportar una institución que es la antítesis de la democracia. La Monarquía forma parte de la historia de las desigualdades e injusticias. No existe razón democrática ni de los derechos humanos que justifique mantener una institución así, y ha llegado el momento de plantearlo abiertamente, de frente. El pueblo español es temeroso, pues las dos experiencias republicanas acabaron con golpes militares (la segunda con guerra civil y dictadura sanguinaria como complemento). Es normal que tenga miedo de que la historia se vuelva a repetir. En los hogares de las nuevas generaciones de jóvenes no se ha sufrido ni la guerra ni los años de posguerra, y sólo en algunos casos los últimos años de la dictadura (no siempre los más abiertos, precisamente). Son ahora mayoría quienes no votaron la constitución del 78, y por ello exigen su derecho a decidir la forma de Estado de su país, como quieren decidir sobre otras muchas cuestiones que afectan a su vida política y social. Son por lo tanto ellas y ellos quienes están creando la base social que apoya mayoritariamente la necesidad de realizar un referéndum en el que se decida la forma de Estado, y ello contribuye a que en el arco parlamentario sean cada vez más las fuerzas que defenderían tal celebración. A ver si las fuerzas de izquierda institucionales, que en teoría nunca han renunciado a sus planteamientos republicanos, dejan de escudarse en el ‘no toca’, y se ponen sin descanso a la tarea; y las otras organizaciones que nunca dejaron la bandera, intentan superar un sectarismo estéril, buscando espacios de confluencia amplios que miren hacia el futuro. Este proceso está en marcha, no parece haber dique que lo frene, pues es la propia monarquía la que hace aguas por muchos de sus muros. Las características del sistema que lo sustituya estarán influidas por la correlación de fuerzas que se vayan configurando por parte de los sectores que lo impulsen; de ahí la gran importancia de dejar de ser espectadores del desmoronamiento, y pasar a ser parte activa del derribo y del necesario proceso constituyente que se abrirá a continuación.
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munove · 4 years
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Más voces internas del PSOE se posicionan a favor de la república
A pesar de los intentos de Pedro Sánchez por frenarlo, el debate sobre el modelo de Estado ha calado hondo en el PSOE tras la marcha de España del rey Juan Carlos.
etiquetas: psoe, república, monarquía
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minarquia · 7 years
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Hans-Hermann Hoppe: razón y libertad, por Mises Hispano.
En el libro Monarquía, democracia y orden natural (originalmente titulado Democracia: El dios que falló) Hans-Hermann Hoppe argumenta el fracaso de los liberales clásicos a la hora de limitar el crecimiento del estatismo, proponiendo un sistema de ley privada en el que un conjunto de agencias privadas proporcionen los servicios de seguridad, defensa y justicia. Además, se revisa críticamente la historia política del mundo occidental explicando la evolución de la monarquía a la democracia como un proceso de agravación del estatismo que ha empeorado los problemas sociales. Ambos sistemas, no obstante, adolecen de graves defectos que sólo una alianza entre el movimiento libertario y el conservador puede solucionar a través de la defensa de un Orden Natural basado en la libertad y la propiedad privada. Ediciones Gondo, Madrid, 2004. 371 páginas. Disponible en Unión Editorial.
Hans H. Hoppe es, junto con Jesús Huerta de Soto, el máximo exponente de la Escuela Austriaca de Economía en la actualidad. La IV edición de los Encuentros de Humanidades y Filosofía en Puerto de Mazarrón (Murcia) ha tenido el honor y el placer de invitar y, contar con la presencia del profesor Hoppe, los días 6 y 7 de abril de 2004. La conferencia que ofreció, en una noche histórica para la filosofía política en España, constituyó un ejercicio genial de razón y libertad. Las personas humanas se mantienen en la condición de personas morales o éticas si respetan entre ellos, y en ellos mismos, los principios a priori y evidentes de la razón social y política. La comunicación y el debate argumentativo entre los ciudadanos o personas morales tienen, por tanto, que aceptar implícitamente varios a priori que posibilitan las verdades racionales sobre sus personas, los bienes y la sociedad y, con ello, su riqueza económica y su orden moral, es decir, la libertad.
La libertad se convierte así en auténtica libertad concreta y deja de ser una abstracción incomprensible del “Estado social y democrático de Derecho” que, sin embargo, viene manteniendo la ideología dominante en un sistema económico y político basado en el hurto, robo y guerras totales. El sistema económico democrático y social que conocemos, el llamado ” Estado de bienestar”, tarde o temprano, sufrirá un colapso profundo, tal como ocurrió con el sistema soviético hace trece años. Para evitarlo hemos de intentar volver a las ideas verdaderas, y mediante estrategias concretas conseguir un orden natural de defensa de la razón y la libertad. Es imposible pensar razonablemente en la libertad sin defender absolutamente la propiedad privada. El utilitarismo no consigue, en Economía, respetar la propiedad privada. El método estratégico más legítimo para defenderla es argumentar razonablemente con quien se atribuye el monopolio de la fuerza y la resolución de los conflictos en un territorio determinado (el Estado), y sus intelectuales, para concluir, sin duda, que lo más racional, moral y económicamente, no es otra cosa que conseguir un orden natural de propiedad privada en el que el capitalismo no admita la figura del monopolio. La Economía y la Teoría social consiguen, así, abandonar todo secretismo.
Ocurrió también en el largo paso de la Alquimia (magia) a la Química (ciencia). Con la Escuela Austriaca, y sus antecedentes españoles, la Economía unifica razón y libertad.
Hans Hermann Hoppe expuso las tesis básicas de su libro, y la amplió con ejemplos concretos, muchos de ellos en respuesta a preguntas del numeroso público asistente en el debate posterior a su conferencia. Las razones que se encuentran en la base de su libro sobre la preferencia del orden natural frente a la monarquía y, de la monarquía sobre la democracia, están en la relación entre la teoría científica y la historia. Para Hoppe “la teoría resulta imprescindible para interpretar correctamente la historia. La Historia, la secuencia de acontecimientos que se desenvuelven en el tiempo, es «ciega»”. Pero no es posible para un historiador, que no acepte una teoría a priori como la de la Escuela Austriaca de Economía, entender las razones de la pobreza en las sociedades gobernadas por una forma de gobierno u otro. Los teoremas o juicios sintéticos a priori, así obtenidos, en cambio, sí pueden dar cuenta de los hechos y de las relaciones necesarias en la historia social y económica. Pero, a su vez, ello implica determinadas ” imposibilidades” históricas, como por ejemplo que el “Estado”, definido como “agencia que ejerce el monopolio territorial compulsivo de la decisión soberana (jurisdicción) y la imposición fiscal” pueda ser económica y éticamente eficiente, pues “todo monopolista es «perverso» desde el punto de vista de los consumidores”.
La teoría económica y política, sobre todo la desarrollada por la escuela austriaca, señala Hoppe “es un verdadero tesoro de proposiciones de este tipo. Por ejemplo, que una mayor cantidad de un bien resulta preferible a una cantidad menor de ese mismo bien; que la producción necesariamente precede al consumo; que sin propiedad privada de los factores de la producción no se puede conocer el precio de los factores y que sin el precio de los factores es imposible la contabilidad de costes; que un incremento en la oferta de papel moneda no puede hacer que aumente la riqueza social total, sino únicamente redistribuir la riqueza existente; que ninguna cosa o parte de ella puede ser poseída exclusivamente por más de una persona al mismo tiempo; que la democracia, en el sentido del gobierno de la mayoría, y la propiedad privada son incompatibles”. Por lo que la interpretación de la historia tiene que ser muy otra a la que nos ofrece el comunismo y el pensamiento conservador (aunque se presente como liberal), a saber, que la globalización de la democracia “liberal”, básicamente la misma desde la primera guerra mundial, sea el “fin de la Historia”. Lo cual implica revisar tres mitos: el mito de que el Estado supuso la causa del progreso económico y de la civilización. “En realidad, la teoría dictamina que el progreso tiene lugar a pesar, y no a causa, de la fundación del Estado”, el mito de que la democracia es mejor que la Monarquía, y el mito de que no hay alternativa a la situación actual.
Si el “estado” es el monopolista de la “jurisdicción” lo que hará es, más bien, “causar y provocar conflictos” precisamente para imponer su monopolio. La historia de los estados “no es otra cosa que la historia de los millones de víctimas inocentes del Estado, ciento setenta millones en el siglo XX”. El paso de la monarquía a la democracia implica que el «propietario» de un monopolio hereditario -príncipe o rey- es derrocado y cambiado, no por una democracia directa, sino por otro monopolio: el de los «custodios» o representantes democráticos temporales. El rey, por lo menos, tendrá baja preferencia temporal y no explotará exageradamente a sus “súbditos” ni su patrimonio, ya que tiene que conservar su “reino”. Los políticos habituales del modelo del Estado democrático actual compiten, no para producir un bien, sino para producir “males” como el aumento de: 1) los impuestos, 2) del dinero fiduciario, 3) del papel moneda inflacionario, 4) de la deuda publica, 5) de la inseguridad jurídica por el exceso de legislación, y 6) las guerras, que se han convertido en ideológicas y totales desde la intromisión de los EEUU en la Guerra Mundial I hasta la Guerra de Irak II. “Del mismo modo, la democracia determina la disminución del ahorro, y la confiscación de los ingresos personales y su redistribución” siguió señalando el profesor Hoppe.
Propuso, entonces, su alternativa: un orden natural en el que todo recurso escaso, incluida toda la tierra, es poseído privadamente; y en el que toda empresa depende de los consumidores que voluntariamente adquieren sus productos o de los donantes privados y el derecho de entrada en un sector de la economía, incluido el de la protección de la propiedad, el arbitraje de conflictos y la pacificación, es libre. La seguridad en dicho orden requeriría, en cierta forma, una ciudadanía armada. Pero la empresa que se caracteriza por producir defensa eficazmente no es el Estado, son las “compañías de seguro”. El rasgo distintivo de las compañías de seguros es producir defensa, es decir, paz. Las aseguradoras no asegurarían, ni aseguran, los daños provocados e intencionados de sus clientes ( a ellos mismos o a otros), más bien serían excluidos de la cobertura y terminarían o por reconducirse a ser personas morales que respeten la ética de la propiedad privada o tendrían que refugiarse en las selvas o en los desiertos o polos. En cambio las aseguradoras premian a sus clientes “no agresores” y que en el ejercicio legítimo de su defensa estén “más entrenados y tengan más puntería”. Obviamente la relación entre el asegurador y su cliente sería contractual, evitando el riesgo del exceso de legislación.
¿Cómo puede transformarse un Estado centralista y democrático en un orden natural? , se pregunta Hoppe. La respuesta, contrariamente a como esperan ingenuamente los que todavía se autodenominan ” liberales demócratas”, no podemos esperarla del mismo Estado: “Ciertamente, el Estado centralista y democrático no se autoabolirá democráticamente. He aquí la respuesta: mediante la secesión como etapa intermedia y decisiva hacia la meta última de la privatización total”, sentencia Hoppe. “El Estado central tiene que descomponerse en sus partes constituyentes. Así, en vez de un «Orden Mundial» (inevitablemente controlado por los Estados Unidos), tendríamos un mundo basado en decenas de miles de diversos países, regiones o cantones y cientos de miles de ciudades libres independientes como las hoy pintorescas Mónaco, Andorra, San Marino, Liechtenstein, Hong-Kong, Singapur, Bermuda, etc.” pero no habría desintegración ni pobreza pues los pequeños gobiernos tendrían, y tienen, muchos competidores próximos y si se nota demasiado que gravan a sus propios súbditos y les complican la vida con reglamentaciones más que sus competidores, quedarán expuestos a sufrir la emigración del trabajo y el capital.
Si el país es pequeño, y esa es la estrategia recomendada por Hoppe a los Estados, estará incentivado para a) ser un país de mercado libre total y poder integrarse en el mercado libre mundial participando así de las ventajas de la división del trabajo, b) adoptar un dinero-mercancía “internacional” como pueda serlo el oro, y c) aumentar la prosperidad, el crecimiento económico y el avance cultural.
Ni el pensamiento estatista, ni el liberal tradicional, han podido hasta la fecha contradecir racionalmente la obra del profesor Hans Hermann Hoppe.
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elsoldesantiago · 4 years
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El exilio del rey emérito Juan Carlos reabre debate sobre el futuro de la monarquía en España
El exilio del rey emérito Juan Carlos reabre debate sobre el futuro de la monarquía en España
MADRID, ESPAÑA, (VOA),- En círculos exclusivos de Madrid, el rumor había estado circulando durante semanas: Acorralado por escándalos financieros que no parecen terminar ni desvanecerse, el rey emérito Juan Carlos I se preparaba para irse al exilio.
Los susurros demostraron ser verídicos de una forma espectacular, con el exmonarca yéndose de España esta semana.
En una carta publicada en la página…
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sidigame20g · 4 years
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CASA REALEl anuncio del rey Juan Carlos sacude la política española
0Se produce después de varias semanas de constantes informaciones sobre sus presuntos negocios opacos
REDACCIÓN, MADRID 03/08/2020 19:12 | Actualizado a 03/08/2020 20:10
La decisión del rey Juan Carlos de abandonar España conocida esta tarde ha sacudido los cimientos de la política española y, a pesar de que el rumor llevaba varias semanas encima de la mesa, ha generado gran controversia y son incontables las reacciones suscitadas entre la clase dirigente del país.
Apenas unos minutos después de que la Casa Real difundiera el comunicado, fuentes gubernamentales han celebrado la decisión calificándolo como gesto de“fortalecimiento” de la monarquía española. “Esta decisión fortalece la institución y permite el trabajo constitucional del Rey Felipe”, han expresado fuentes de la Moncloa.
Menos escueto ha sido el comunicado realizado por el Partido Popular que ha expresado su “más absoluto respeto” a la decisión del rey emérito de marcharse de España y ha considerado que con su gesto “demuestra su lealtad a España, a la Monarquía parlamentaria y al rey Felipe VI”. “Don Juan Carlos tuvo un papel determinante y decisivo en la llegada de la Democracia a nuestro país y su legado al frente de la institución ha sido fundamental para que hoy los españoles gocemos de uno de los sistemas democráticos más desarrollados del mundo”. “Desde el PP reafirmamos nuestro respaldo y apoyo al Rey don Felipe, que lleva ejerciendo de forma ejemplar su papel como jefe del Estado durante estos seis años de reinado”, han señalado fuentes del PP antes de hacer un llamamiento a la unidad en torno al jefe del Estado, a la institución que representa y en defensa de la Constitución española como garante de la unidad de España y de todos los españoles”.
A nivel personal, una de las primeras en pronunciarse ha sido la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien, lejos de valorar los motivos que han empujado al monarca a tomar esta decisión, ha querido agradecer el “trabajo histórico de Juan Carlos I por España”.
Desde Catalunya, el presidente de la Generalitat, Quim Torra, ha comparado la marcha del país de don Juan Carlos con la de su abuelo Alfonso XIII, quien se exilió en 1931 cuando se proclamó la II República.
Por su parte, el vicepresidente de la Generalitat y conseller de Economía y Hacienda, Pere Aragonès, ha sostenido este lunes que Juan Carlos I abandona España por los presuntos casos de corrupción con los que se le relaciona mencionando por omisión la situación del expresident Carles Puigdemont: “Unos tuvieron que marcharse al exilio por demócratas, otros se marchan por corruptos”.
El exvicepresidente del Govern y líder de ERC, Oriol Junqueras, ha hecho su propia valoración del comunicado conocido esta tarde resumiéndolo de manera contundente: ”La España irreformable y corrupta de siempre”.
Quien también se ha pronunciado ha sido la portavoz adjunta de ERC en el Congreso, Carolina Telechea, quien ha destacado que el Rey emérito huye de la Justicia española “por corrupto” en lugar de quedarse “a dar la cara con dignidad” y a responder ante los tribunales de las presuntas irregularidades por las que se le investiga.
Más irónico ha sido su compañero de bancada, Gabriel Rufián, quien ha decidido expresar su opinión de manera enmarcándolo en una de las cadenas más virales de este mes de agosto en twitter y que consiste en crear chistes.
En la misma línea se ha pronunciado el portavoz del grupo parlamentario de Unidas Podemos, Pablo Echenique, quien en una cadena de tuits ha lamentado que la decisión comunicada desde la Casa del Rey no arregla ni soluciona nada.
Y el diputado de Compromís Joan Baldoví también ha insistido en las incógnitas judiciales que se abren ahora.
Más aséptico ha sido el mensaje del portavoz de Ciudadanos, Edmundo Bal, quien se ha querido mostrar respetuoso con la decisión para, acto seguido, refrendar su apoyo al rey Felipe VI.
El presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla (PRC), ha sido uno de los primeros líderes políticos en valorar el exilio voluntario del rey emérito con un escueto, pero directo: “Espero que la justicia haga su trabajo”, ha señalado.
Desde Izquierda Unida, la cuenta oficial de twitter ha expresado el deseo de que la querella que la formación presentó en deciembre contra el monarca prospere.
La líder de Adelante Andalucía, Teresa Rodríguez, cargaba en su cuenta de Twitter contra el emérito: ”Juan Carlos I no se va, huye. Alguien debería ordenar su detención y retirarle el pasaporte”.
Desde Vox, Macarena Olona ha lamentado la multitud de tuits que reclaman que el comunicado no ponga fin a las investigaciones abiertas tras la aparición de informaciones relativas a la existencia de cantidades de dinero que el anterior monarca no habría declarado. Así, la portavoz adjunta de la formación de extrema derecha ha señalado que “el odio de la izquierda no conoce límites”, aunque su tuit ha desaparecido minutos después.
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha aprovechado el debate suscitado para apuntar que “la corrupción debe someterse a juicio. Y el apoyo a la monarquía, a referéndum.
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    EL FUTURO DE LA MONARQUÍA
UN “TSUNAMI” DE  JUVENTUD EXIGE:
¡REFERENDUM YA!
Sánchez intenta neutralizar un debate sobre la monarquía impulsado por Podemos desde el Gobierno
El jefe del Ejecutivo destaca que el Gobierno que preside considera "plenamente vigente el pacto constitucional",
mientras el Vicepresidente Iglesias se muestra convencido de que
“TARDE O TEMPRANO LOS JÓVENES IMPULSARÁN UNA REPÚBLICA”
Javier Perez Royo
Quiebra de la presunción de legitimidad
Sin una investigación exhaustiva de lo que ha sido la trayectoria del rey Juan Carlos I durante los años de su reinado, que únicamente la pueden hacer las Cortes Generales, no hay forma de que los ciudadanos puedan llegar a recuperar la confianza en la institución monárquica (ver completo aquí)
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Miles de personas se congregaron en la madrileña Puerta del Sol con una exigencia muy clara: la celebración de un referéndum para elegir entre monarquía y república en España. No se trata del único acto de estas características, pues las concentraciones se reprodujeron en muchas otras ciudades de toda España pocas horas después de que Juan Carlos I haya anunciado su abdicación.
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En la capital, en la Puerta del Sol se produjo un gran “Tsunami” de juventud como nunca se habia visto, imposible moverse,  la concentración se desarrolla entre continuas llamadas a la consulta y lemas como "Felipe, dimite, el pueblo no te admite", “no mas reyes, Referendum” "los borbones, a las elecciones" o el más clásico "España, mañana, será republicana". Así, la muchedumbre ha reclamado en un lugar icónico para el republicanismo –fue aquí donde se proclamó en 1931 la II República– el fin del régimen monárquico.
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La manifestación estaba convocada a través de las redes, a las 8 de la tarde. Con un ambiente festivo, las pancartas de los concentrados reflejaban su deseo de "elegir" sobre la jefatura del Estado.
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Pero no solo los madrileños han salido a la calle a reivindicar el referéndum sobre el modelo de Estado. Miles de personas se concentran en la Plaza Catalunya de Barcelona para reclamar la votación. En el centro de la plaza, numerosas banderas republicanas y dos banderas independentistas catalanas o estelades presiden la concentración barcelonesa.
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Además de las banderas, varios de los manifestantes portan pancartas contra la monarquía, con lemas como "Felipe querido, nadie te ha elegido". "En democracia decide la gente", "Los borbones a los tiburones", "A por la tercera república", "Los catalanes no tenemos rey", "Fuera monarquía, fuera hipocresía", son otras de las consignas que se han podido leer. 
Y EN DONOSTI, OVIEDO, ZARAGOZA, CORUÑA, BILBAO, VALENCIA, ...
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"Per un procés constituent, República ja" –por un proceso constituyente, República ya– y han pedido que "el pueblo decida si quiere Monarquía o República". "una explosión popular con ganas de decidir sobre su forma de Estado", la gente "ha entendido que se le ha hurtado durante muchos años sus posibilidad de decidir".
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Las manifestaciones también se llevan a cabo en Alicante, Avilés, Badajoz, Cartagena, Gijón, Lleida, Granada, Málaga, Mallorca, Murcia, Oviedo, Santiago de Compostela, Sevilla, Valencia, Coruña, Salamanca, Logroño y Zaragoza, por solo citar algunos de los ejemplos con mayor presencia de personas.
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Tambien se realizaron concentraciones en varias ciudades europeas
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Y...Pablo Iglesias, sobre la abdicación: “El Gobierno debería convocar un referéndum”"Pedimos al PSOE que no se preste a un pacto de casta"Tras el anuncio de la abdicación del rey, Pablo Iglesias conectaba con ‘Las Mañanas de Cuatro’ para valorar la noticia. Explicaba que los resultados de las elecciones europeas “implicaban una putrefacción del régimen político del año 78", lo que para él supone un proceso de cambio político y pedía al Gobierno que consulte a los ciudadanos: "La democracia implica que la gente pueda votar, por lo tanto, el Gobierno debería convocar un referéndum”.
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El iceberg de los Borbones
Aroa Moreno Durán@AroaMD [email protected] Publicada el 05/08/2020
La teoría del iceberg es una técnica narrativa que cuenta dos historias, una visible y otra invisible para el lector. Lo que no se cuenta, esa historia subyacente y gigante se articula en torno a todo aquello a lo que solo se alude, son los datos ocultos, la gran elipsis: lo secreto.
Sospechábamos y vamos sabiendo que los últimos escándalos de la monarquía española no eran más que la parte que flota sobre el océano gélido de un iceberg de corrupciones. Abajo, la sumergida institución que fallaba, que se volvía a equivocar y favorecía que volviera a ocurrir. Y lo que antes pudo funcionar oculto sosteniendo la cima visible, lo que solo intuíamos que existía, ha comenzado a deshacerse y se hace difícil la reconstrucción. Es imposible obviar la existencia de lo que no se ve una vez que ha sido descubierto. Si pretenden, no contemplando un referéndum sobre el tipo de Estado que los españoles quieren o pasando página sin más con una institución debilitada por sus propios errores y desacertados actos, que se siga escuchando el gran relato de los Borbones, érase una vez, este reino debería conocer lo que hay debajo del agua. No hacerlo es la explícita negación de la monarquía a la exigible transparencia. La teoría del iceberg ya no nos sirve. Hay que levantar completamente el velo y Felipe VI debería ser el autor de ese relato. Esa y no otra es hoy su herencia.
A relatos medievales, finales medievales. Elegir un voluntario destierro. Eso fue lo primero que pensé cuando Juan Carlos I dijo que se iba de España. ¿Miró atrás por la ventanilla del avión al levantar el vuelo? "Me destierro a la memoria, voy a vivir del recuerdo", escribió Unamuno. ¿Qué ha cambiado en la tolerancia de los españoles ante esos “acontecimientos pasados” relacionados con su “vida privada”? No lo sabemos, los españoles no participan en una encuesta acerca de la monarquía desde hace cinco años. Desde que Felipe VI es rey, el CIS no ha hecho ninguna pregunta sobre él.
¿Cuántas veces, con las familias reunidas en torno al televisor, mi abuelo mandándome callar año tras año a las nueve de la noche de todas las Nochebuenas, nos ha mentido un robótico Juan Carlos I mirando a cámara? El martes 3 de agosto de 2020, se acabó el juancarlismo como un relato que se construye sin saber cómo se va a resolver su final y al poner las últimas frases desvelas una estructura precaria. Los deseos del rey padre de ser recordado como la presencia que unió a todos los españoles después de décadas de división han sido devorados por sí mismo. Su ejemplaridad está rota, su diplomacia ha sido utilizada en beneficio propio. Es el turno del hijo de responder ante los españoles. Es el turno de los españoles de responder a si quieren seguir siendo súbditos o ciudadanos de una república.
Mientras tanto, afuera de Palacio, arrecia la pandemia sobre un reino quebrado emocional y económicamente.
Sospechábamos y vamos sabiendo que los últimos escándalos de la monarquía española no eran más que la parte que flota sobre el océano gélido de un iceberg de corrupciones. Abajo, la sumergida institución que fallaba, que se volvía a equivocar y favorecía que volviera a ocurrir. Y lo que antes pudo funcionar oculto sosteniendo la cima visible, lo que solo intuíamos que existía, ha comenzado a deshacerse y se hace difícil la reconstrucción. Es imposible obviar la existencia de lo que no se ve una vez que ha sido descubierto. Si pretenden, no contemplando un referéndum sobre el tipo de Estado que los españoles quieren o pasando página sin más con una institución debilitada por sus propios errores y desacertados actos, que se siga escuchando el gran relato de los Borbones, érase una vez, este reino debería conocer lo que hay debajo del agua. No hacerlo es la explícita negación de la monarquía a la exigible transparencia. La teoría del iceberg ya no nos sirve. Hay que levantar completamente el velo y Felipe VI debería ser el autor de ese relato. Esa y no otra es hoy su herencia.
A relatos medievales, finales medievales. Elegir un voluntario destierro. Eso fue lo primero que pensé cuando Juan Carlos I dijo que se iba de España. ¿Miró atrás por la ventanilla del avión al levantar el vuelo? "Me destierro a la memoria, voy a vivir del recuerdo", escribió Unamuno. ¿Qué ha cambiado en la tolerancia de los españoles ante esos “acontecimientos pasados” relacionados con su “vida privada”? No lo sabemos, los españoles no participan en una encuesta acerca de la monarquía desde hace cinco años. Desde que Felipe VI es rey, el CIS no ha hecho ninguna pregunta sobre él.
¿Cuántas veces, con las familias reunidas en torno al televisor, mi abuelo mandándome callar año tras año a las nueve de la noche de todas las Nochebuenas, nos ha mentido un robótico Juan Carlos I mirando a cámara? El martes 3 de agosto de 2020, se acabó el juancarlismo como un relato que se construye sin saber cómo se va a resolver su final y al poner las últimas frases desvelas una estructura precaria. Los deseos del rey padre de ser recordado como la presencia que unió a todos los españoles después de décadas de división han sido devorados por sí mismo. Su ejemplaridad está rota, su diplomacia ha sido utilizada en beneficio propio. Es el turno del hijo de responder ante los españoles. Es el turno de los españoles de responder a si quieren seguir siendo súbditos o ciudadanos de una república.
Mientras tanto, afuera de Palacio, arrecia la pandemia sobre un reino quebrado emocional y económicamente.
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Asambleas populares y concentraciones en todo el país para la organización de un #ReferendumRealYa por parte del propio pueblo. No nos van a conceder ese derecho, organicémoslo nosotros/as mismas lo antes posible. Lo hicimos el 15M, lo hicimos el 22M, Hagámoslo ahora! Sin necesidad de esperar a que nadie se reúna en un despacho. Sólo el pueblo va a salvar este país y a la democracia frente sus imposiciones. Derecho a decidir quien gobierna. #ReferendumRealYa /// PÁSALO!!
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lavozdelarepublica · 4 years
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Iglesias considera que el "debate sobre la utilidad de la Monarquía" crece en España
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