Tumgik
#Echó a dos funcionarios
adribosch-fan · 6 months
Text
El Gobierno echó a dos funcionarios de turismo que cobraron millones de dólares trabajando en Miami y París
Lo anunció el vocero Manuel Adorni. Uno de los delegados tenía un sueldo mensual de USD 13.000, mientras que el otro cobraba USD 9.000 Manuel Adorni contó que el Gobierno echó a dos funcionarios de Turismo que cobraban miles de dólares desde hacía varios años En el marco de la reducción del gasto público y del achicamiento de la planta de empleados públicos que tiene el Estado nacional, el…
Tumblr media
View On WordPress
0 notes
elblogdelescriba · 1 year
Text
Keops: ¿un tirano?
 Poco se sabe sobre Khufu o Keops en griego, más que nada se lo conoce por su gran pirámide ubicada en Guiza. Es hijo de Esnofru, el primer monarca de la IV dinastía y la reina Hetepheres.
Gobernó entre los años 2509-2483, se dice que la pirámide tardo unos veinte años en su construcción. Se casó varias veces, y dos de sus esposas eran sus hermanas o media hermanas, Henutsen y Meritetis. Su sucesor era Didufri, que gobernó muy pocos años, le siguió en el trono Khafra o Kefren, que construyo su tumba al lado de su padre en Guiza.
Durante su reinado realizó expediciones militares al Sinaí, exploración en las canteras de diorita en el desierto de Nubia al noroeste de Abu Simbel, reforzando la frontera Nubia. Teniendo solamente una pequeña representación de él, en una estatua pequeña de unos 60 centímetros, hecha en marfil, hallada en Abidos.
 Pero su figura se la asociaba con un tirano, a través del relato que tenemos de Heródoto, donde plantea el uso de esclavos, el cierre de templo e incluso ante la falta de recursos económicos para la construcción de su pirámide, llego a prostituir a su propia hija.
“pero Quéope, que le sucedió en el trono, echó a perder un Estado tan floreciente. Primeramente, cerrando los templos, prohibió a los egipcios sus acostumbrados sacrificios; ordenó después que todos trabajasen por cuanta, del público, llevando unos hasta el Nilo la piedra cortada en el monte de Arabia, y encargándose otros de pasarla en sus barcas por el rio y de transportaría al otro monte que llaman de Libia.” (Libro II, CXXIV)
 “viéndose ya falto de dinero, llegó Quéope a tal extremo de avaricia y bajeza, que en público lupanar prostituyó a una hija con orden de exigir en recompensa de su torpe y vil entrega cierta suma que no expresaron fijamente los sacerdotes. Aún más; cumplió la hija tan bien con lo que su padre tan mal la mandó que, a costa de su honor, quiso dejar un monumento de su propia infamia, pidiendo a cada uno de sus amantes que le costeara una piedra para su edificio” (Libro II, CXXVI)
En otro texto antiguo en donde también aparece este monarca es el Papiro Westcar, se encuentra actualmente en el Museo de Berlín, fechado en la época hitita (XVI-XVII dinastía) pero es copia de una de una época anterior, del Reino Medio (XVII dinastía). Su principio está incompleto, pero mide 1,69 metro de longitud y 0,335 metros de ancho y se desarrolló a través de 12 placas que tiene entre 23 y 27 líneas. En el encontramos cuentos fantásticos que se desarrollaron en el Reino Antiguo, contadas por los hijos de Keops a su padre para entretenerlo.
 Con los estudios actuales, se puede observar más bien, una buena economía para poder desarrollar este tipo de construcción sin perjudicar al resto del funcionamiento del Estado. Incluso se llegó a encontrar la ciudad donde los obreros vivían mientras construían la tumba del rey, siendo hombres que integraban la sociedad como campesinos, artesanos, etc. Había calles paralelas, con dormitorios, centro de producción y de elaboración de alimentos como panaderías, y necrópolis donde se enterraron los trabajadores que murieron en el proceso de construcción, cerca de la necrópolis real, donde estaba el rey con su familia y funcionarios.
3 notes · View notes
arteriaemchamas · 3 days
Text
viaje al oeste
CAPÍTULO LXIII
LOS DOS MONJES SUMEN EL PALACIO DEL DRAGÓN EN UN DESORDEN TOTAL. LOS SABIOS RECOBRAN LAS CENIZAS Y DESTRUYEN A LOS MALVADOS.
Decíamos que, al ver al Gran Sabio y a Ba-Chie montar a lomos del viento y desaparecer entre las nubes con los dos diablillos, tanto el Señor del Reino del Sacrificio como sus súbditos, de todo rango y condición, se inclinaron ante el cielo y exclamaron, sobrecogidos:
—¡Hasta el día de hoy no habíamos creído de verdad que pudieran existir tales inmortales! ¡Son, en verdad, budas vivientes!
—Hasta mis ojos son mortales y sólo pueden ver lo que tienen delante —confesó el rey a Tripitaka y al Bonzo Sha, tan pronto como hubieron desaparecido Ba-Chie y el Peregrino—. Sabíamos que vuestros discípulos eran capaces de atrapar diablillos, pero jamás sospechamos que pudieran volar por encima de las nubes a lomos del viento.
—Vuestro indigno servidor —confesó Tripitaka con gesto humilde— no posee ningún poder mágico y depende totalmente de las habilidades de sus seguidores. ¿Cómo pensáis, si no, que he logrado llegar hasta aquí?
—A decir verdad, señor —confirmó el Bonzo Sha—, el mayor de mis hermanos no es ni más ni menos que el Gran Sabio, Sosia del Cielo, que sumió en su día en un desorden total el Reino Superior con la sola ayuda de su barra de los extremos de oro. No hubo nadie, entre todos los guerreros celestes, capaz de hacerle frente. Hasta el mismo Emperador de Jade y el propio Lao-Tse se sintieron impotentes ante él, y temblaban de espanto cuando oían mencionar su nombre. Por lo respecta al segundo de mis hermanos, os diré que no es otro que el Mariscal de los Juncales Celestes, que se ha arrepentido de sus antiguos yerros y ha abrazado el sendero de la Verdad. En sus tiempos llegó a tener bajo sus órdenes a un total de ochenta mil marineros, que patrullaban sin cesar el Río Celeste. Comparados con ellos, mis poderes son, realmente, insignificantes. Aun así, considero mi deber informaros que soy el Oficial Encargado-de-levantar-la-cortina y que he abrazado, gustoso, los principios de la religión. Aunque ninguno de nosotros valemos gran cosa, somos unos maestros a la hora de capturar monstruos y atrapar diablillos, detener ladrones y echar mano a los fugitivos, domar tigres y dominar dragones, poner patas arriba los Cielos y poner coto a la fuerza destructora de las aguas. Para nosotros no encierra ningún misterio montar en las nubes, cabalgar a lomos del viento, provocar lluvia, amainar la furia de los vientos, hacer cambiar de lugar a las estrellas, cargar con las montañas a la espalda y perseguir a la luna, entre otras muchas cosas más.
Tan larga relación hizo que aumentara el gran respeto que ya sentía el rey por el monje Tang. Le invitaba siempre a ocupar el puesto de honor y se dirigía a él con el título de «Buda respetable», mientras que al Bonzo Sha y a sus hermanos los llamaba, simplemente, «bodhisattvas». Pero, si grande era el respeto que levantaban entre todos los funcionarios, tanto militares como civiles, no era menor la alegría que todos experimentaban por tener entre ellos a seres tan extraordinarios. Desde el último rincón del país venían gentes a presentarles sus respetos, por lo que, de momento, no hablaremos más de ellos. Sí lo haremos, sin embargo, del Gran Sabio y de Ba-Chie, quienes a lomos de un viento huracanado, no tardaron en llegar, con los dos diablillos, a las inmediaciones del Lago de la Ola Verdosa, en el corazón mismo de la Montaña de las Rocas Esparcidas. Deteniéndose en el aire, el Gran Sabio echó una bocanada de aliento sagrado sobre la barra de los extremos de oro y gritó con potente voz:
—¡Transfórmate! —y al instante se convirtió en un cuchillo ritual, con el que cortó las orejas al espíritu del pez de color negro y el labio inferior al espíritu de la anguila. Los dejó caer a continuación en el agua y dijo en tono burlón:
—Id a informar de lo ocurrido al Rey Dragón de Todos los Espíritus. Decidle que acaba de llegar el Gran Sabio, Sosia del Cielo, y que exige la inmediata devolución de las reliquias al Monasterio de la Luz Dorada, en el Reino del Sacrificio. Si se aviene a mis peticiones, salvará su vida y la de toda su familia. Si, por el contrario, se niega a ellas, secaré completamente este lago y pasaré a cuchillo a todos sus moradores.
A pesar del dolor y de las cadenas que destrozaban sus pies y manos, los dos diablillos se sintieron felices de poder escapar con vida. Al entrar en el agua, se vieron rodeados en seguida por los espíritus de peces, gambas, cangrejos, tortugas marinas, lagartos acuáticos y toda clase de criaturas fluviales, que les preguntaron, sorprendidos:
—¿Cómo venís atados, como si fuerais malhechores?
Ninguno se atrevía a responder. Uno movía la cola con nerviosismo y sacudía, avergonzado, la cabeza, mientras el otro no dejaba de golpearse el pecho con las aletas. Comprendiendo que había ocurrido algo terrible, los curiosos los acompañaron en tropel hasta el palacio del Rey Dragón.
—¡Qué desgracia tan grande! —gritaron, desesperados, al entrar.
En aquel momento el Rey Dragón de Todos los Espíritus estaba tomando unas copas con su yerno Nueve Cabezas. Al oír el alboroto, dejó la botella a un lado y salió a toda prisa a ver qué pasaba.
—Ayer por la noche —informó uno de los diablillos con lágrimas en los ojos—, cuando fuimos de patrulla, tuvimos la mala fortuna de toparnos con el monje Tang y el Peregrino Sun, que estaban barriendo los escalones de la pagoda. Tras arrestarnos, nos cargaron de cadenas y esta misma mañana fuimos conducidos ante el rey, que nos trató aún peor que los monjes. Por si eso fuera poco, el Peregrino y ese tal Ba-Chie nos acaban de cortar las orejas y el labio inferior, aunque estamos contentos de haber podido salvar la vida. Si nos han dejado marchar, ha sido con el único fin de exigiros que devolváis las reliquias al monasterio del que las tomasteis.
Al oír el nombre del Gran Sabio, Sosia del Cielo, el Rey Dragón sintió tal pánico, que su espíritu le abandonó y tuvo la desagradable sensación de que había ascendido hasta el mismísimo noveno pliegue de los Cielos. Temblando como una hoja de bambú a merced de los vientos, se volvió hacia Nueve Cabezas y dijo:
—¡Ay, yerno, en qué situación más comprometida nos encontramos! No me hubiera importado enfrentarme a un ejército diez veces superior al mío, pero ése es un contrincante demasiado poderoso para nosotros.
—Tranquilizaos, por favor —replicó el yerno, sonriendo—. Desde mi juventud me he dedicado a la práctica de las artes marciales y he llegado a adquirir una cierta maestría en el manejo de las armas. Me he enfrentado, de hecho, con los luchadores más aguerridos de los cuatro mares. ¿Por qué iba a tener miedo de un mono? Os aseguro que después de tres asaltos agachará la cabeza, derrotado, y no se atreverá ni a mirarme a los ojos.
Los criados le ayudaron a ponerse la armadura, mientras él echaba mano del arma que le había hecho famoso: una espada terminada en una media luna. En dos zancadas abandonó el palacio y, abriéndose camino entre las aguas, salió a la superficie con el gesto imponente.
—¿Quién es ese Gran Sabio, Sosia del Cielo, que, según dicen, acaba de llegar? —gritó, fanfarrón—. ¡Que venga aquí inmediatamente y le enseñaré a dominar la lengua!
Desde la orilla el Peregrino y Ba-Chie le observaron, curiosos, y vieron que llevaba un yelmo tan brillante como la reverberación de la luz en la nieve, una coraza de acero cuyos reflejos recordaban las escarchas otoñales y una túnica de damasco con dibujos de nubes de colores y piezas de jade. Ceñía su cuerpo un cinturón hecho de piel de rinoceronte, que parecía una serpiente pitón moteada de lunares de oro. La espada terminada en una media luna lanzaba rayos de luz, que se reflejaban en sus lustrosas botas de piel de cerdo, de las que se servía para hendir las aguas y caminar por encima de las olas. Desde lejos daba la impresión de que su cabeza era su rostro, cosa que desmentía de cerca su aspecto sorprendentemente humano. De todas formas, sus rasgos aparecían repetidos, como si se reflejaran de continuo en un espejo. Para poder ver cuanto sucedía en los ocho puntos cardinales, tenía ojos por delante y por detrás. Poseía, igualmente, un total de nueve bocas, dos en cada lado, que le permitían hablar con una sonoridad tal, que hasta los planetas se enteraban de lo que decía, como si fuera el lamento de una garza. Por eso precisamente, se extrañó mucho de que nadie respondiera a su pregunta.
—¿Quién es ese Gran Sabio, Sosia del Cielo? —repitió, malhumorado.
El Peregrino se ajustó la arandela que, a manera de corona, llevaba en la cabeza y, acariciando su barra de hierro, contestó:
—El mismísimo Rey Mono en persona.
—¿Dónde moras actualmente y en qué lugar naciste? —volvió a preguntar el monstruo—. ¿Cómo es, además, que te erigieras defensor del monasterio del Reino del Sacrificio y de su corrupto rey? ¿Tan fuerte te crees para deshonrar a dos de mis capitanes de la forma como lo has hecho y venir a retarme a la puerta misma de mi palacio?
—¡Monstruo ladrón! —le insultó el Peregrino—. ¿Así que no sabes quién es tu abuelito Sun, eh? Acércate, que te lo voy a decir. Mi primera morada la establecí en la Caverna de la Cortina de Agua, que se halla enclavada en el corazón mismo de la Montaña de las Flores y Frutos. Desde mi juventud me dediqué al perfeccionamiento de mi cuerpo, logrando que el Emperador de Jade me concediera el título de Gran Sabio, Sosia del Cielo. No contento con eso, sumí el Reino Celeste en una total confusión, sin que ninguno de los guerreros que allí moran pudiera poner freno a mis correrías. Incapaces de castigarme con el rigor del que mis andanzas me habían hecho merecedor, solicitaron la ayuda de Buda, quien, valiéndose de la profundidad de su sabiduría, me hizo dar uno de los saltos a los que debo mi fama y me atrapó con su santa mano, convertida inexplicablemente en una montaña. Bajo ella estuve confinado quinientos años. Aún seguiría allí, de no haber intervenido en mi favor la Bodhisattva Kwang-Ing. El hermano del Gran Emperador de los Tang, el virtuoso Tripitaka, se disponía a partir hacia la Montaña del Espíritu en busca de escrituras sagradas y se me ofreció la posibilidad de obtener la libertad, si me comprometía a protegerle durante el camino. Me he dedicado a ello con tanto ahínco, que no sólo he alcanzado yo mismo la perfección, sino que he acabado con infinidad de diablillos y monstruos, para que otros se animen a seguir mi ejemplo. Al llegar al Reino del Sacrificio, tuvimos noticia de la gran injusticia que se había cometido con nuestros hermanos los monjes, dos tercios de los cuales habían perecido a manos del verdugo. Compadecidos de su suerte, decidimos restituirles el honor que habían perdido. Fue así como nos enteramos de que el monasterio había perdido el aura que hasta entonces había constituido su gloria. Con el fin de aclarar lo sucedido, mi maestro se ofreció a barrer, uno por uno, todos los escalones de la torre. A la hora de la tercera vigilia el silencio era absoluto. Eso me facilitó poder oír la conversación que estaban manteniendo tus dos monstruos, que confesaron que las reliquias sagradas habían sido robadas por el Rey Dragón de Todos los Espíritus y el esposo de la princesa del mismo nombre. Informaron, además, que, mientras ella se hacía con otro valiosísimo tesoro en los Cielos, vuestra banda acababa con la luminosidad del Monasterio, haciendo caer sobre él una lluvia de sangre. Esa misma confesión la repitieron al día siguiente en presencia del rey, que nos encargó que viniéramos a arrestaros a todos. Todo el mundo sabe quién es Sun Wu-Kung. Si devolvéis inmediatamente las reliquias a sus propietarios, perdonaré vuestras vidas y las de todos los que os sirven. Si, por el contrario, cometéis la imprudencia de medir vuestras armas con las mías, sabed que desecaré vuestro lago, arrojaré sobre él esa montaña y pereceréis aplastados bajo su peso.
—¿Cómo te atreves a meterte en los asuntos de los demás, si, como acabas de decir, no eres más que un monje en busca de escrituras? —replicó el yerno del dragón, sonriendo despectivamente—. ¿Qué te importa a ti que yo robe o deje de robar tesoros? Tú dedícate a lo tuyo. ¿A qué viene eso de querer luchar contra mí?
—¡Qué poco piensan los ladronzuelos como tú! —exclamó el Peregrino—. ¿Acaso crees que yo busco el favor real? No es él quien me da de comer ni me encuentro atado a su trono por ningún voto de lealtad. Al robar las reliquias sagradas, no sólo privaste de su aura al Monasterio de la Luz Dorada, sino que trajiste la desgracia sobre los monjes que lo atienden. ¿No se te ha ocurrido pensar que todos ellos son hermanos nuestros? ¿Cómo voy a quedarme impasible ante el sufrimiento que les ha acarreado tu incalificable conducta?
—Eso quiere decir que estás dispuesto a pelear, ¿no es así? —contestó el yerno del dragón—. Deberías tener presente que, como muy bien afirma el proverbio, «no existe nada más carente de sentimientos que la guerra». En el combate no hay piedad. No pienses que voy a andarme con remilgos a la hora de medir mis armas con las tuyas. Recapacita que, si acabo con tu vida, la misión esa de conseguir las escrituras va a sufrir un severo revés.
—¡Maldito ladrón! —gritó el Peregrino, perdiendo la paciencia—. ¡No tienes derecho a darme lecciones de moralidad! ¡Acércate aquí y te enseñaré a qué sabe la barra de tu abuelito!
El yerno del dragón no rechazó el reto. Al contrario, levantó la espada terminada en una media luna y paró limpiamente el golpe de la barra que se le venía encima. Dio, así, comienzo una extraordinaria batalla en el corazón mismo de la Montaña de las Rocas Esparcidas. Todo comenzó cuando el monasterio perdió su aura, el Peregrino atrapó a dos de los diablillos que habían participado en el robo de las reliquias sagradas e informó de lo ocurrido al rey. A eso siguió la devolución de los dos ladrones a las aguas, las consultas que el Rey Dragón mantuvo con sus consejeros y el deseo incontrolado de Nueve Cabezas por mostrar su maestría en el dificilísimo arte de la guerra. Ciego de orgullo, tomó sus armas y cometió la imprudencia de despertar las iras del Gran Sabio, Sosia del Cielo, cuya barra de hierro jamás había conocido la derrota. El monstruo se sentía seguro con sus nueve cabezas y sus dieciocho ojos, que brillaban como ascuas encendidas, pero no contaba con que los brazos del Peregrino eran capaces de resistir una presión de más de mil kilos de peso. La razón estaba, además, de su parte. De todas formas, la espada del monstruo, con su forma peculiar de media luna, poseía todo el poderío del yang[1] y hubiera terminado con la barra, de no ser ésta una de las manifestaciones del yin. Ambas estaban, pese a todo, dispuestas a obtener la victoria. Sin embargo, tras más de treinta asaltos y de volver, una y otra vez, a la carga, ninguna de ellas consiguió una ventaja apreciable. Ba-Chie había estado todo ese tiempo con los brazos cruzados, esperando a que la batalla adquiriera su punto más álgido. Cuando consideró que, por fin, éste había llegado, levantó el rastrillo por encima de la cabeza y lo dejó caer con fuerza sobre la espalda del monstruo. Sus ojos de atrás vieron venir el golpe y, haciéndose a un lado, consiguió parar con su magnífica espada tanto el rastrillo como la barra. La lucha adquirió, así, nuevos bríos, pero, tras seis o siete asaltos más, el monstruo comprendió que no podía seguir resistiendo un ataque tan brutal. De pronto, dio un salto magnífico y se manifestó tal cual era: un insecto de nueve cabezas, increíblemente repulsivo y feroz. Cualquier mortal hubiera perecido de miedo, al verle. Poseía una extraña cresta, que recordaba las plumas erizadas de un ave, y un cuerpo, fuerte como el acero, cubierto de unos pelos ensortijados. Medía cerca de tres metros y medio y su apariencia general era la de una tortuga alargada o la de un lagarto rechoncho. Por contraste, sus patas, que terminaban en una especie de garra acerada, recordaban las de un águila. Sus nueve cabezas estaban unidas como si fueran un ramo de flores. A juzgar por la fortaleza de sus alas, era capaz de remontarse por los aires con más majestuosidad que un halcón. Emitía, además, un sonido estridente, similar por su potencia al canto de una grulla, que llegaba hasta los mismos límites del Cielo. Sus ojos lanzaban rayos de una luz dorada, que hablaban a las claras del orgullo de aquella criatura alada, única en todo el universo. Horrorizado por su visión, Ba-Chie exclamó:
—¡Jamás había visto nada tan repelente! ¿Qué clase de animal puede formar en su seno una cosa tan asquerosa como ésa?
—Es, en verdad, repugnante —reconoció el Peregrino—, pero eso no le va a librar de los golpes de mi barra.
Dando un salto espectacular, el Gran Sabio se elevó hacia las nubes y lanzó un golpe terrible contra las cabezas de la criatura, que extendió, majestuosa, las alas y se hizo a un lado. Se deslizó a continuación por la ladera de la montaña y, dando un grito terrible, le salió del centro del pecho una cabeza más con una boca tan grande como los calderos que usan los carniceros. Con ella agarró al desprevenido Ba-Chie de las cerdas y se perdió con él en las aguas del Lago de la Ola Verdosa. En cuanto hubo entrado en el palacio del dragón, recobró la forma anterior y, arrojando a Ba-Chie a un rincón, gritó con voz potente:
—¿Se puede saber dónde os habéis metido todos?
Al punto apareció un auténtico enjambre de caballas, carpas y percas, acompañadas de una tortuga, un lagarto marino y otras bestias acuáticas, que respondieron a pleno pulmón:
—¡Aquí estamos, señor!
—Coged a este monje y atadle allí —ordenó el yerno del dragón—. Voy a vengar en él los ultrajes padecidos por los dos capitanes que envié de patrulla.
Los espíritus acuáticos agarraron a Ba-Chie y le metieron en el palacio, como si se tratara de un trofeo. En ese mismo instante apareció el Rey Dragón, que exclamó, complacido:
—Lo que acabas de hacer es digno de la mayor de las recompensas. ¿Cómo has conseguido capturarle?
El monstruo no se ahorró ningún detalle. Con su lengua de bestia le informó de cuanto había sucedido. Satisfecho, el Rey Dragón ordenó preparar un banquete para celebrar tan sonada victoria, por lo que, de momento, no hablaremos más de ellos. Sí lo haremos, sin embargo, del Peregrino, que, al ver la facilidad con la que Ba-Chie caía en las garras del monstruo, no pudo por menos de pensar:
—Esa bestia es, realmente, extraordinaria. Debería poner al maestro al tanto de cuanto ha ocurrido, pero me temo que el rey se burle de mí. Lo mejor será que me enfrente de nuevo a ese monstruo. Desgraciadamente en el agua no me defiendo tan bien como aquí fuera. Tendré que transformarme en alguna bestia acuática y tratar de averiguar qué ha sido del Idiota. Tengo que liberarle para poder seguir adelante con este enojoso asunto.
No había acabado de decirlo, cuando hizo un gesto mágico y al punto se convirtió en un cangrejo. De esa forma, no tuvo reparo en lanzarse a las aguas. No tardó en llegar a la puerta de los tejadillos. Conocía bien el camino, porque había sido allí donde había robado al Rey Toro su cabalgadura de los ojos dorados. Andando siempre de lado, el Peregrino traspuso un espléndido arco y vio al Rey Dragón bebiendo despreocupadamente con el insecto de las nueve cabezas y otros miembros de su familia. El Peregrino no se atrevió a acercarse a ellos. Enfiló uno de los pasillos y no tardó en encontrarse con un grupo de gambas y cangrejos, que también estaban celebrando la victoria. Uniéndose al jolgorio, preguntó, como quien no quiere la cosa:
—¿Ha muerto ya ese monje con el morro alargado que ha capturado el yerno de nuestro señor?
—No, no. Aún no —respondió uno de los espíritus—. Está atado en el pasillo que mira al oeste. ¿No oyes sus gritos?
El Peregrino se arrastró hasta el lugar que le habían indicado, donde, en efecto, vio al Idiota atado a una columna y lamentándose, como si acabaran de arrancarle la piel del cuerpo. Acercándose a él, le preguntó, muy bajito:
—¿Sabes quién soy, Ba-Chie?
—¿Qué podemos hacer? —contestó el Idiota, reconociendo en seguida la voz del Peregrino—. En vez de capturar a esa bestia, me ha atrapado ella a mí.
El Peregrino miró a su alrededor y, al no ver a nadie, le desató a toda prisa con sus pinzas. En cuanto se sintió libre, Ba-Chie volvió a preguntar:
—¿Qué vamos a hacer? Ese monstruo se ha quedado con mi arma.
—¿Sabes dónde la ha guardado? —inquirió el Peregrino.
—Debe de haberla llevado al salón principal del palacio —respondió Ba-Chie.
—Vete a la puerta de los tejadillos y espérame allí —le ordenó el Peregrino.
Temiendo aún por su vida, Ba-Chie se deslizó, sin hacer ruido, hacia el exterior del palacio. El Peregrino, por su parte, se arrastró, una vez más, hasta el salón principal, donde no tardó en descubrir, brillante como una gema, el arma de Ba-Chie. Valiéndose de la magia de la invisibilidad, no le costó trabajo hacerse con ella y corrió, alborozado, hacia la puerta de los tejadillos.
—Toma tu arma y no vuelvas a perderla —dijo a Ba-Chie.
—Creo que lo mejor será que vuelva ahí dentro y mida mis fuerzas con las de ese insecto. Si consigo ganar, capturaré a toda la familia del dragón. Si, por el contrario, mi brazo no despliega toda la potencia de la que es capaz, huiré hacia la orilla del lago, donde tú me estarás esperando con tu barra. No te preocupes por mí —añadió, cuando el Peregrino le aconsejó que no se expusiera demasiado—. Sé defenderme bien en el agua.
Más tranquilo, el Peregrino abandonó el palacio y se dirigió nadando hacia la orilla.
Tras estirarse la túnica de algodón negro y agarrar con las dos manos su preciado rastrillo, Ba-Chie dio un grito y se metió en el palacio, dando mandobles a diestro y siniestro. Los seres acuáticos que hacían la guardia entraron en tropel en el salón principal e informaron a su señor de lo ocurrido, diciendo:
—¡Qué gran desgracia se ha abatido sobre nosotros! Ese monje del morro estirado se ha librado de las cuerdas que le ataban y se ha vuelto contra nosotros.
El dragón, el insecto de las nueve cabezas y los demás miembros de la familia real no se esperaban una noticia como ésa. Abandonaron sin ningún orden la mesa y corrieron a esconderse donde podían. El Idiota no se detenía a mirar si sus víctimas eran jóvenes o entradas ya en años. Golpeaba sin piedad y seguía hacia delante. Así entró en el salón principal, derribando mesas y sillas, haciendo añicos los biombos y convirtiendo en polvo los vasos y platos, Sobre tan espectacular momento disponemos de un poema, que afirma:
La Madera Madre fue capturada por un monstruo acuático, pero el Mono de la Mente no la abandonó a su suerte. Valiéndose de un inteligentísimo truco, la liberó de sus cadenas y le permitió que desatara toda la furia que el cautiverio había ido acumulando en su espíritu. Al verla, el Rey Dragón se quedó mudo de espanto y la princesa y su esposo corrieron a esconderse.
Los arcos y las ventanas del palacio caían, hechos añicos, sobre los comensales, sumiendo a los hijos y a los nietos del dragón en un temor como jamás habían sentido en su vida. Ni los biombos de caparazón de tortuga ni las espléndidas plantas de coral escaparon al afán destructor de Ba-Chie. Su rastrillo arrasaba cuanto encontraba, como si fuera un ciclón. Hasta el mismo insecto de nueve cabezas corrió a refugiarse al interior del palacio. Pero, en cuanto hubo dejado a su esposa en un lugar seguro, recobró la calma y, echando mano de su terrible espada terminada en una media luna, volvió al salón, gritando:
—¿Cómo te atreves a avasallar de esta forma a los míos, cerdo irrespetuoso?
—¿Eres tú el que me lo preguntas, monstruo ladrón? —replicó Ba-Chie con desprecio—. La culpa de esto es exclusivamente tuya. Si no me hubieras capturado, jamás habría levantado la mano contra los tuyos. Entrégame inmediatamente las reliquias sagradas, para que se las lleve al rey, y te prometo que pondré fin a toda esta destrucción. De lo contrario, continuaré dando mandobles, hasta que haya acabado con toda tu familia.
Como era de esperarse, el monstruo no cedió a sus pretensiones. Rechinándole los dientes de rabia, se lanzó contra Ba-Chie. Sólo entonces se atrevió el Rey Dragón a iniciar el contraataque, al frente de sus hijos y nietos, blandiendo su terrible arsenal de cimitarras y lanzas. Al ver que la suerte se volvía en su contra, Ba-Chie se dio media vuelta y huyó a toda prisa, perseguido por los soldados acuáticos. Todos ellos eran excelentes nadadores y no tardaron en alcanzar la superficie del lago, precedidos por un aluvión de burbujas, que alertaron inmediatamente al Peregrino. Al ver aparecer a Ba-Chie, seguido tan de cerca por sus perseguidores, montó en una nube y empezó a golpear las aguas, al tiempo que gritaba, enardecido:
—¡No huyáis, cobardes!
Uno de los golpes alcanzó de lleno la cabeza del dragón, que quedó reducida a una masa informe de carne y huesos rotos. La sangre salpicó hasta el último rincón del lago, tiñéndolo completamente de rojo. Su cuerpo quedó flotando patas arriba en las olas, como si fuera un tronco con escamas. Sus hijos y nietos sintieron cómo las fuerzas los abandonaban y huyeron, despavoridos. Únicamente su yerno, Nueve Cabezas, tuvo la suficiente prestancia de ánimo para recoger el cadáver y regresar con él al palacio. El Peregrino y Ba-Chie no creyeron oportuno correr tras ellos. Se sentaron en la orilla y empezaron a calibrar lo que había ocurrido.
—Estoy convencido de que ese monstruo no querrá seguir peleando —dijo Ba-Chie—. Les he causado un tremendo número de bajas con mi rastrillo. Al principio cada cual se escondió donde pudo pero el insecto recobró en seguida la serenidad y el dragón trató de capturarme. Por eso hube de huir a toda prisa. Ha sido una suerte que hayas acabado con él, porque los funerales y el duelo los tendrán ocupados durante mucho tiempo y no pensarán en volver a coger las armas. ¿Qué podemos hacer mientras tanto? Se está haciendo un poco tarde.
—¿A quién le importa la hora que pueda ser? —replicó el Peregrino—. Deberíamos aprovechar la ocasión y seguir acosándolos. Así recuperaríamos cuanto antes las reliquias sagradas y podríamos regresar a la corte.
Pero el Idiota se sentía un poco cansado y, cediendo a la holgazanería, empezó a dar toda clase de excusas para no seguir adelante con el plan del Peregrino, que terminó diciendo:
—Está bien. Si no quieres seguir luchando, no lo hagas. Sólo te pido que los hagas salir del agua. Ya me encargaré yo de acabar con ellos.
No había terminado de decirlo, cuando vieron una extensa masa de nubes negras desplazarse a lomos de un viento fortísimo en dirección este-sur. Sorprendido, el Peregrino aguzó cuanto pudo la vista y vio que se trataba del Honorable Sabio Er-Lang y los otros seis miembros de la Hermandad de la Montaña de los Ciruelos. Con ellos viajaba una jauría de mastines y una bandada de halcones, así como un nutrido grupo de criados portando en larguísimas pértigas los cuerpos muertos de zorros, ciervos, antílopes y otras piezas de caza. Todos ellos llevaban un arco colgando de la cintura y una espada de afiladísima hoja en la mano.
—Aunque no lo creas —dijo el Peregrino, señalando las cinéticas figuras que se movían a la velocidad del viento—, también yo estoy unido a ellos por un pacto de hermandad. Creo que deberíamos pedirles que nos ayuden a acabar con los monstruos de ahí abajo. No podremos disponer después de una oportunidad como ésta.
—No veo razón alguna para no hacerlo, si de verdad son tus hermanos —contestó Ba-Chie.
—El problema es que el mayor de ellos, el Honorable Sabio Er-Lang, me derrotó en cierta ocasión y no me gustaría mostrarme grosero con él —confesó el Peregrino—. Creo que deberías arrodillarte en el centro del camino de nubes y decir: «¡Deteneos, inmortal! El Gran Sabio, Sosia del Cielo, desea presentaros sus respetos». Estoy seguro de que no se atreverá a seguir adelante. No me será, entonces, difícil convencerle, para que una sus fuerzas a las nuestras.
El Idiota montó a toda prisa en una nube y gritó con voz potente desde la cumbre de la montaña:
—¡Aminorad, por favor, la marcha de vuestros corceles y vuestros carros! El Gran Sabio, Sosia del Cielo, desea veros.
—¿Dónde se encuentra nuestro querido hermano? —preguntó el inmortal, haciendo un gesto a sus acompañantes, para que se detuvieran.
—Os espera en la ladera de esta montaña —respondió Ba-Chie, respetuoso.
—Invitadle a venir aquí —ordenó el inmortal, volviéndose hacia sus seis acompañantes, que respondían a los nombres de Kang, Chang, Yao, Li, Kuo y Chien.
—¡Sun Wu-Kung —gritaron, descendiendo por la montaña—, nuestro hermano mayor desea verte!
El Peregrino corrió hacia ellos y, tras saludarlos con el respeto debido, se dirigió a la cumbre, donde fue acogido por el Honorable Er-Lang con los brazos abiertos.
—He oído decir —añadió tras las consabidas frases de saludo— que se os había levantado el castigo y que habíais aceptado la disciplina budista en la misma Puerta de la Ceniza. Os felicito por vuestra decisión, ya que no me cabe la menor duda de que acabaréis sentándoos sobre un loto.
—Eso espero —contestó el Peregrino—. Son muchas las pruebas de amistad que de vos he recibido y es mi deseo corresponderos de la misma forma en el futuro. Aunque, como acabáis de decir, se me ha levantado el castigo y me encuentro ahora de camino hacia el Oeste, no sé si algún día alcanzaré la perfección suficiente para sentarme sobre un loto. Las dificultades son muchas y constantes los peligros. Si, de hecho, me encuentro ahora aquí, es con el fin de capturar a unos monstruos, que han robado unas reliquias sagradas a los monjes del Reino del Sacrificio. Por pura casualidad os hemos visto pasar y se me ha ocurrido que, quizás, podríais echarnos una mano. Eso si, claro está, no tenéis nada mejor que hacer y os lo permiten vuestras obligaciones.
—Por supuesto que sí —respondió Er-Lang, sonriendo—. Si he salido de caza, ha sido porque estaba un poco aburrido. Es todo un gesto de amistad que hayáis decidido solicitar nuestra colaboración en la empresa que ahora os traéis entre manos. Me halaga que hayáis detenido nuestra carrera. Pero ¿queréis explicarme qué tipo de monstruos habitan en esta comarca?
—Tal vez hayáis olvidado —dijo uno de los sabios que le acompañaban— que ésta es la Montaña de las Rocas Esparcidas y que en ella se encuentra el Lago de la Ola Verdosa, en cuyas aguas mora el Rey Dragón de Todos los Espíritus.
—Que yo sepa —replicó Er-Lang, sorprendido—, ese dragón jamás ha causado el menor problema. ¿Cómo es posible que haya robado las reliquias de un monasterio?
—Lo han hecho entre él y su yerno, un insecto de nueve cabezas —explicó el Peregrino—. Juntos dejaron caer sobre el Reino del Sacrificio una extraña lluvia de sangre y, de esa forma, pudieron hacerse con las cenizas sagradas que se conservaban en la torre del Monasterio de la Luz Dorada. El rey pensó que todo había sido obra de los monjes y los torturó despiadadamente hasta reducirlos a la tercera parte de su número original. Compadecido de su suerte, mi maestro se ofreció a barrer los escalones de la torre. Fue así como conseguí atrapar a dos diablillos que habían salido de patrulla y que al día siguiente hicieron una confesión completa en presencia del rey y de toda su corte. Su majestad nos encargó que capturáramos al resto de los culpables; ése es el motivo que nos trajo hasta aquí. En nuestro primer encuentro con ese monstruo de nueve cabezas casi logramos derrotarle, pero le creció una más justamente en el centro del pecho y consiguió llevarse prisionero a Ba-Chie. Afortunadamente, valiéndome de mis poderes metamórficos, le rescaté antes de que le despellejaran vivo. Eso provocó una nueva escaramuza, en la que el viejo dragón encontró la muerte. Sus súbditos cargaron a toda prisa con su cadáver. Precisamente estábamos discutiendo sobre la conveniencia de proseguir o posponer el ataque, cuando aparecisteis vos y nuestros otros respetables hermanos. La decisión está ahora en vuestras manos.
—Opino que es el mejor momento para atacar —contestó Er-Lang—. Están desorientados y podemos acabar con todos de un plumazo.
—Es posible —reconoció Ba-Chie—, pero se está haciendo demasiado tarde para eso.
—¿Para qué preocuparse de la hora, si, como afirma un estratega, «un ejército no debe dejar pasar la menor oportunidad de victoria»? —replicó Er-Lang.
—Mirándolo bien —dijo el sabio Gang—, no hay por qué apresurarse. Toda la familia de ese insecto se encuentra aquí y no es muy probable que trate de huir. En mi opinión, aprovechando que nuestro hermano Sun y Chu Kang-Lier[2] han decidido enmendar sus yerros y llevar una vida de perfección, deberíamos ofrecerles un banquete de reconciliación. De hecho, hemos traído todo lo necesario para un convite; no nos falta ni el vino ni la comida. Los criados pueden hacer una hoguera y asar una o dos de las piezas que nos hemos cobrado. No se me ocurre modo mejor de pasar la velada. Mañana tenemos tiempo más que suficiente para luchar.
—Como siempre —comentó Er-Lang, complacido—, nuestro hermano tiene razón —y ordenó a los sirvientes que prepararan un banquete.
—Es un honor para nosotros —contestó el Peregrino—, pero no debéis olvidar que ahora somos monjes y que seguimos una estricta dieta vegetariana. Esperamos que eso no os cause muchas molestias.
—En absoluto —respondió Er-Lang—. Hemos traído también toda clase de frutas y de bebidas vegetarianas. Entre los inmortales hay muchos que siguen ese tipo de dieta.
De esa forma, los hermanos brindaron por el cariño que los unía bajo la luz serena de la luna y el parpadeo tímido de las estrellas, teniendo el Cielo por tienda y la Tierra por lecho. Aunque las vigilias pueden ser a veces demasiado largas, aquella noche transcurrió más deprisa de lo que ninguno de ellos hubiera deseado. Pronto empezó a teñirse el oeste de una tímida luz dorada. El vino había despertado la valentía de Ba-Chie, que, poniéndose en seguida de pie, dijo:
—Está a punto de amanecer. Creo que voy a sumergirme en las aguas a retar a ese monstruo.
—No te fíes demasiado de él —le aconsejó Er-Lang—. Hazle salir del agua y nosotros nos encargaremos de lo demás.
—De acuerdo —dijo Ba-Chie, echándose a reír y, estirándose las ropas, cogió el rastrillo y se lanzó al lago, no sin antes recitar un conjuro para lograr la partición de las aguas.
No le costó mucho trabajo llegar a la puerta de los tejadillos. Haciendo caso omiso de lo temprano de la hora, lanzó un grito feroz y se metió en el palacio, repartiendo golpes a diestro y siniestro. El hijo del dragón estaba velando el cadáver de su padre, vestido totalmente de traje y llorando como una plañidera, mientras el yerno y uno de los nietos se encontraban en la parte de atrás preparando el féretro. Sin ningún respeto por el dolor de aquella familia, Ba-Chie entró como una exhalación en la habitación en la que se encontraba el muerto y, sin dejar de proferir insultos, asestó un golpe tremendo al heredero del trono. Al instante brotaron de su cabeza nueve regueros de sangre, tantos como dientes tenía el rastrillo de Ba-Chie. Al verlo, la viuda corrió, aterrada, hacia el interior del palacio, gritando como una loca:
—¡Ese monje del morro alargado acaba de matar a mi hijo!
Al oírlo, el insecto cogió la espada rematada en una media luna y corrió a entablar batalla, seguido del nieto del dragón. Ba-Chie los hizo frente con el rastrillo, pero fue retrocediendo poco a poco, hasta terminar aflorando en la superficie del lago. El Gran Sabio, Sosia del Cielo, y sus siete hermanos se abalanzaron en seguida sobre ellos. El nieto del dragón no tardó en quedar reducido a un montón informe de carne macerada.
Comprendiendo que las cosas iban peor de lo que esperaba, el yerno se dejó caer al suelo y adquirió la forma que le era habitual. Extendió a continuación las alas y se elevó hacia lo alto. Er-Lang sacó su cuenco de oro, cogió una pequeña bolita de plata y la lanzó contra el insecto, que se volvió, rabioso, contra él, dispuesto a propinarle un tremendo mordisco. Justamente cuando empezaba a salirle la cabeza en el centro del pecho, el pequeño mastín de Er-Lang dio un acrobático salto y se la arrancó de una dentellada. Ciego de dolor, el monstruo voló hacia los mares del norte. Ba-Chie se dispuso a seguirle, pero le retuvo el Peregrino, diciendo:
—Es mejor que le dejemos tranquilo. Como muy bien aconseja el proverbio, «no debe perseguirse al fugitivo desesperado». No creo que viva mucho tiempo sin la cabeza que acaba de arrancarle el mastín. Tomaré su figura y me abriré camino por las aguas. Tú persígueme hasta el palacio. No me costará mucho arrancar a la princesa el tesoro que hemos venido a buscar.
—Estoy de acuerdo en que le dejemos tranquilo —dijo Er-Lang—. Pero me temo que, si siguen existiendo criaturas como ésa, la gente puede sufrir muchísimo por su causa.
Sus palabras no pudieron ser más acertadas. Hasta el día de hoy puede verse en ciertos lugares un insecto de nueve cabezas, que lanza chorros de sangre y que es el heredero directo del monstruo, cuya suerte acabamos de relatar[3]. El Peregrino, mientras tanto, abrió un sendero por las aguas y Ba-Chie se lanzó tras él, gritando como un loco y lanzando denuestos. A la puerta misma del palacio les salió al encuentro la Princesa de Todos los Espíritus, que preguntó, preocupada, a su falso marido:
—¿Por qué estáis tan alterado?
—Ese Ba-Chie acaba de derrotarme y me viene persiguiendo —contestó el Peregrino—. Estoy al límite de mis fuerzas y no podré resistirle mucho más. Vete a esconder rápidamente los tesoros.
La princesa fue incapaz de distinguir lo auténtico de lo falso. Terriblemente alterada corrió hacia el interior del palacio, de donde regresó con una caja de oro, que entregó al Peregrino, diciendo:
—Éstas son las cenizas budistas —acto seguido sacó otra caja de jade blanco y añadió—: Aquí está el agárico de nueve hojas. Es mejor que los guardes tú. Mientras lo haces, trataré de detener como sea la carrera victoriosa de Ba-Chie. No te retrases mucho. Estoy convencida de que, si luchamos codo con codo, lograremos derrotarle.
En cuanto tuvo las cajas en su poder, el Peregrino se pasó la mano por el rostro y, recobrando la forma que le era habitual, dijo en tono burlón:
—¿Estáis segura de que soy vuestro marido?
Dando un grito de sorpresa, la princesa trató de recuperar las cajas, pero en ese mismo instante Ba-Chie irrumpió en la escena y le asestó un terrible golpe en el hombro, que la hizo rodar por el suelo como una manzana podrida. Sólo quedaba viva la esposa del Rey Dragón. Al enterarse de lo ocurrido, intentó huir por una ventana, pero no pudo escapar de las garras de Ba-Chie, que se dispuso a acabar en seguida con ella. El Peregrino le detuvo el brazo, diciendo:
—Espera un momento. Es mejor que no la mates. La llevaremos a la capital, para que todo el mundo vea lo que hemos sido capaces de hacer.
Sin ninguna consideración Ba-Chie la agarró de los pelos y la arrastró hasta la superficie del lago, seguido del Peregrino con las dos cajas.
—No sé cómo agradeceros cuanto habéis hecho por nosotros —dijo a Er-Lang, en cuanto hubieron llegado a la orilla—. No sólo hemos recuperado las reliquias, sino que hemos acabado con todos los monstruos.
—No seáis tan humilde —replicó Er-Lang—. ¿Qué hemos hecho nosotros, en definitiva? Todo ha sido obra vuestra. Si no hubierais acabado con el rey y no hubierais hecho uso de vuestros poderes metamórficos, aún estaríamos peleando.
—Puesto que nuestro hermano ha obtenido una resonante victoria —añadieron los inmortales que le acompañaban—, aquí ya no hacemos nada.
El Peregrino no se cansaba de darles las gracias. Le hubiera gustado que le acompañaran a ver al rey, pero comprendió que no podía exigirles tanto. Los sabios prosiguieron, pues, su camino hacia el Río de las Libaciones, mientras ellos cogían las cajas de los tesoros y se elevaban hacia lo alto. Ba-Chie no soltó en ningún momento a la viuda del dragón. Montados en una nube, no tardaron en avistar el Reino del Sacrificio. Desde el momento mismo de su liberación, los monjes del Monasterio de la Luz Dorada esperaban impacientes su regreso, apostados a las afueras de la ciudad. Al verlos bajar de la nube, corrieron a su encuentro con grandes muestras de júbilo y los acompañaron al interior de la capital. El monje Tang se encontraba en aquellos momentos conversando con el rey. Armándose de valor, uno de los miembros de la comunidad del monasterio corrió a informar a su majestad de lo ocurrido, diciendo:
—Acaban de regresar los Honorables Sun y Chu con las reliquias y uno de los ladrones.
El rey abandonó a toda prisa el salón del trono, seguido de Tripitaka y el Bonzo Sha. Juntos corrieron a dar la bienvenida a los recién llegados, a los que alabaron por la hazaña realizada. En agradecimiento, el rey ordenó que se les diera un espléndido banquete.
—Opino, majestad —dijo Tripitaka con la humildad que le caracterizaba—, que, antes de sentarnos a la mesa, deberíamos llevar las cenizas sagradas al lugar que les corresponde. Abandonasteis la ciudad ayer mismo —añadió, dirigiéndose hacia sus discípulos—. ¿Cómo es que no habéis vuelto hasta hoy?
El Peregrino le relató, entonces, cómo se habían enfrentado al Rey Dragón y a su yerno, cómo se habían encontrado con el grupo de inmortales, cómo habían conseguido derrotar a los monstruos y cómo se habían hecho, finalmente, con las reliquias. Al oír la gesta que habían realizado en tan poco tiempo, Tripitaka, el rey y los funcionarios, tanto civiles como militares, se quedaron mudos de asombro.
—¿Conoce la viuda del dragón nuestra lengua? —preguntó después el rey.
—¿Cómo no va a conocerla, si ella misma es una reina, que ha dado a luz a infinidad de herederos? —contestó Ba-Chie.
—En ese caso —concluyó el rey—, que nos cuente cómo se llevó a cabo el robo de nuestros preciados tesoros.
—Yo no sé absolutamente nada de eso —respondió la viuda con dignidad—. Tan reprobable acción fue planeada y llevada a cabo por mi difunto marido y nuestro yerno, Nueve Cabezas. Parece ser que, en cuanto tuvieron conocimiento de que en la torre de uno de vuestros monasterios existía una reliquia budista capaz de emitir una luz cegadora, dejaron caer sobre él, hace aproximadamente tres años, una lluvia de sangre y se apoderaron de tan valiosas cenizas.
—¿Cómo se perpetró el robo de la planta de agárico? —volvió a preguntar el rey.
—Eso —respondió la viuda con la misma entereza— fue obra de mi hija, la Princesa de Todos los Espíritus, que se escabulló, sin ser vista en los Cielos y arrancó la mata de agárico de nueve hojas, que la misma Wang-Mu-Niang-Niang había plantado justamente enfrente del Salón de la Niebla Divina. Lo hizo, para que las cenizas sagradas se conservaran intactas y no dejaran de emitir su luz durante más de mil años. Si se la agita un poquito, la misma planta es capaz de lanzar miles de rayos de colores más brillantes que el mismo sol. Ahora esos tesoros están en vuestro poder y, por su culpa, han perdido la vida mi esposo, mis hijos y mi yerno. Apiadaos, pues, de mí y concededme la gracia de continuar viviendo.
—¡De ninguna de las maneras! —exclamó Ba-Chie en seguida.
—La culpa no puede extenderse a toda una familia —sentenció el Peregrino—. Te perdonaremos la vida con una condición: que aceptes de buen grado convertirte en la guardiana del monasterio.
—Ni siquiera una buena muerte es comparable con una existencia desgraciada —replicó la viuda—. Si no me matáis, me comprometo hacer lo que sea.
El Peregrino pidió una cadena de hierro y se dispuso a pasársela a la viuda por el esternón. Antes de hacerlo, sin embargo, se volvió hacia el Bonzo Sha y le dijo:
—Comunica al rey que vaya al monasterio a presenciar de qué forma pensamos proteger el tesoro que allí siempre se ha guardado.
La litera real no tardó en abandonar la corte, portando en su interior al señor de la ciudad y al propio Tripitaka, al que en ningún momento dejaba de la mano. Todos los funcionarios, tanto civiles como militares, se hallaban ya presentes en el Monasterio de la Luz Dorada. Las reliquias sagradas fueron colocadas en una hornacina a la altura del decimotercer rellano. La viuda del dragón, por su parte, fue encadenada a una columna que había justamente en el centro. El Peregrino recitó un conjuro mágico y al punto se presentaron ante él el espíritu de la ciudad y el protector del monasterio, a los que encargó que le dieran de comer cada tres días y la vigilaran constantemente. Caso de no hacerlo, serían ejecutados sin ninguna contemplación. Los dioses asintieron en silencio.
El Peregrino tomó, entonces, la planta de agárico y barrió con ella todos los escalones que separaban el primero del decimotercer rellano, antes de colocarla con cuidado junto a la urna de las reliquias. De esta forma, se logró dar marcha atrás al tiempo y de nuevo volvió a rodear el monasterio un aura tan luminosa, que todos los reinos bárbaros de la comarca percibieron al instante su resplandor. Al salir, el rey dijo, entre agradecido y avergonzado:
—Si no hubierais pasado por nuestro reino, jamás habríamos descubierto lo que realmente sucedió.
—Opino, majestad —contestó el Peregrino, quitando importancia a su confesión—, que el nombre de Luz Dorada no cuadra bien con la importancia de este monasterio. Al fin y al cabo, el oro es una substancia muy voluble y la luz posee una estabilidad tal, que hasta el aire la hace vibrar. Puesto que habéis recobrado su preciado tesoro gracias a nosotros, nos permitimos sugeriros que de ahora en adelante lo llaméis el Monasterio del Dragón Derrotado. Os doy mi palabra de que ese nombre durará para siempre y su fama llegará hasta el último rincón del mundo.
El rey ordenó que así se hiciera. Los canteros reales labraron una placa en la que podía leerse: «Monasterio del Dragón Derrotado. Construido por expreso deseo de su majestad». Tras colgarlo de la puerta principal, dio comienzo un espléndido banquete de agradecimiento, que duró hasta bien entrada la noche. Antes de proseguir el viaje, el rey encargó el retrato de los cuatro peregrinos e hizo inscribir sus nombres en la Torre de los Cinco Fénix. No contento con eso, salió a despedirlos a las afueras de la ciudad.
Igualmente, les ofreció, como recompensa, grandes cantidades de jade y oro, que rechazaron con la debida cortesía. Para ellos era suficiente que los monstruos hubieran sido exterminados y se hubiera hecho justicia. ¿Qué mayor premio que ver brillar el aura que rodeaba el monasterio y sentir que la luz se había extendido por toda la tierra?
No sabemos, de momento, qué peligros los acechaban en el camino que aún les quedaba por recorrer. El que desee descubrirlos tendrá que escuchar con atención las explicaciones que se ofrecen en el capítulo siguiente.
0 notes
lecturasdiarias · 3 months
Text
Lecturas del Viernes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario
Tumblr media
Lecturas del día 28 de Junio de 2024
Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 25,1-12
El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor. La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías, el día noveno del mes cuarto. El hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población. Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa. El ejército caldeo persiguió al rey; lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban abandonándolo. Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó. A los hijos de Sedecías los hizo ajusticiar ante su vista; a Sedecias lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia. El día primero del quinto mes, que corresponde al año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia. Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios. El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén. Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe. De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal  137 (136), 1-2.3.4-5.6
R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que esteban en la orilla colgamos nuestras arpas. R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”.  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno del Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara!  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 8,1-4
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.»
Palabra del Señor
0 notes
abensica2023 · 1 year
Text
EL DAÑO PETRISTA
Lo afirmo porque me cuento entre quienes advertimos, desde un comienzo, que elegir a Petro sería un grave error. El argumento siempre fue el mismo: no vayan a elegirlo porque Petro tiene una personalidad muy dañina.
Inclusive, dije que se equivocaban quienes enfrentaron la campaña presidencial en clave de derechas e izquierdas. El problema principal de Petro no es ideológico; el problema mayor radica en que su condición psíquica siempre lo conduce a buscar qué destruir. Él siempre anda tras la destrucción de alguien o de algo.
Desde que lo conozco, nunca lo he visto moverse para construir algo o para ayudar a alguien. Siempre está intentando hacer algún daño. Su personalidad siempre está pendulando entre dos extremos: o lo mueven sus resentimientos o lo paralizan sus complejos. Por eso lo hemos visto frenético contra los empresarios o contra las fuerzas armadas constitucionales, eso sí, siempre detrás de un micrófono y de un atril, y lo hemos visto, también, incumplir y dejar plantadas a las personas cuando se trata de reuniones en las que no basta la perorata sino que tendría que sostener un diálogo de calidad con interlocutores de calidad.
Pónganle cuidado y verán que cuando él tiene una reunión con personas importantes, que saben de algún tema importante, entonces no llega, simplemente, o se inventa alguna excusa para no llegar. Eso pasó cuando dejó plantados a los magistrados de las altas cortes en una cena en la cual él era el anfitrión. Eso ocurrió cuando dejó plantado al señor Macron, presidente de Francia. Eso fue lo que también pasó cuando dejó metidos al expresidente Santos y a sus asesores de paz en el viaje que hicieron a Cartagena para intentar ayudarle a Petro a revisar ese esperpento ético y conceptual que se llama Paz Total.
Por todas partes circulan muchas versiones sobre los motivos que ocasionan que Petro falte tanto y no llegue a cumplir con compromisos que son de primera importancia. Yo no sé si son ciertas o no. De lo que sí estoy seguro es de que él es una persona llena de complejos que lo paralizan y lo llevan a hacer hasta lo imposible para no tener que discutir temas serios con personas serias.
Naturalmente, ese tipo de conductas provocan que Petro ya esté haciéndole mucho daño al país.
Desde el 7 de agosto que se posesionó, los colombianos hemos venido atravesando por tres tipos de actitudes distintas frente al gobierno. La primera, que podríamos decir que duró hasta diciembre, consistió en callarnos la boca, desearle lo mejor y darle el compás de espera para que nos demostrara que éramos nosotros los estábamos equivocados. Queríamos que hiciera un buen gobierno y que adelantara las reformas que todos sabemos que se necesitan. La segunda, que podríamos decir que duró desde enero hasta que echó al ministro Ocampo y a la ministra López y hasta que le ordenó a la base militar de Los Pozos que se paralizara y no apoyara a los policías que estaban siendo atacados por las milicias del “señor” Iván Mordisco, orden con la que los policías terminaron rendidos, humillados y torturados. Uno de ellos degollado frente a sus compañeros. Esta segunda actitud consistió en hacerle críticas de buena voluntad con el deseo sincero de que rectificara sus posiciones, de que escogiera mejores funcionarios, de que aceptara las modificaciones a eso que el Pacto Histórico llama reformas. Hasta que nos dimos cuenta de que nada de eso iba a ocurrir. De que su verdadera intención no son las “reformas” sino destruir lo que hay. De allí para acá los colombianos hemos venido llegando a la conclusión de que con Petro no hay nada qué hacer. Que lo que él quiere es destruir la democracia y la economía. Que ya comienzan a verse y a sentirse las consecuencias de los daños que hace. Y que la única solución para que no acabe con el país y podamos emprender un camino de construcción de Colombia es que Petro se vaya. En eso consiste la tercera actitud.
Los colombianos sabemos que todavía falta demasiado tiempo para que termine su cuatrienio y que el país no aguanta tres largos años más de su gobierno destructivo. Los colombianos sabemos que no lleva ni siquiera un año pero sentimos como si llevara un siglo. Sabemos que en tres años más alcanza a destruir la democracia, alcanza a destruir a Ecopetrol, alcanza a destruir al empresariado, alcanza a destruir a las FFAA constitucionales, alcanza a destruir el empleo, alcanza a destruir la libertad de prensa y, lo más espeluznante y tenebroso, alcanza a atornillarse más al poder.
Cada día más, los colombianos estamos entendiendo que la solución pasa por que Petro se vaya. No me cabe la menor duda de que el grito de “Renuncie Petro” se convertirá muy pronto en una causa cívica.
Repito: la renuncia de Petro será, muy pronto, la gran causa cívica de los colombianos.
0 notes
abensica · 1 year
Text
EL DAÑO PETRISTA
Lo afirmo porque me cuento entre quienes advertimos, desde un comienzo, que elegir a Petro sería un grave error. El argumento siempre fue el mismo: no vayan a elegirlo porque Petro tiene una personalidad muy dañina.
Inclusive, dije que se equivocaban quienes enfrentaron la campaña presidencial en clave de derechas e izquierdas. El problema principal de Petro no es ideológico; el problema mayor radica en que su condición psíquica siempre lo conduce a buscar qué destruir. Él siempre anda tras la destrucción de alguien o de algo.
Desde que lo conozco, nunca lo he visto moverse para construir algo o para ayudar a alguien. Siempre está intentando hacer algún daño. Su personalidad siempre está pendulando entre dos extremos: o lo mueven sus resentimientos o lo paralizan sus complejos. Por eso lo hemos visto frenético contra los empresarios o contra las fuerzas armadas constitucionales, eso sí, siempre detrás de un micrófono y de un atril, y lo hemos visto, también, incumplir y dejar plantadas a las personas cuando se trata de reuniones en las que no basta la perorata sino que tendría que sostener un diálogo de calidad con interlocutores de calidad.
Pónganle cuidado y verán que cuando él tiene una reunión con personas importantes, que saben de algún tema importante, entonces no llega, simplemente, o se inventa alguna excusa para no llegar. Eso pasó cuando dejó plantados a los magistrados de las altas cortes en una cena en la cual él era el anfitrión. Eso ocurrió cuando dejó plantado al señor Macron, presidente de Francia. Eso fue lo que también pasó cuando dejó metidos al expresidente Santos y a sus asesores de paz en el viaje que hicieron a Cartagena para intentar ayudarle a Petro a revisar ese esperpento ético y conceptual que se llama Paz Total.
Por todas partes circulan muchas versiones sobre los motivos que ocasionan que Petro falte tanto y no llegue a cumplir con compromisos que son de primera importancia. Yo no sé si son ciertas o no. De lo que sí estoy seguro es de que él es una persona llena de complejos que lo paralizan y lo llevan a hacer hasta lo imposible para no tener que discutir temas serios con personas serias.
Naturalmente, ese tipo de conductas provocan que Petro ya esté haciéndole mucho daño al país.
Desde el 7 de agosto que se posesionó, los colombianos hemos venido atravesando por tres tipos de actitudes distintas frente al gobierno. La primera, que podríamos decir que duró hasta diciembre, consistió en callarnos la boca, desearle lo mejor y darle el compás de espera para que nos demostrara que éramos nosotros los estábamos equivocados. Queríamos que hiciera un buen gobierno y que adelantara las reformas que todos sabemos que se necesitan. La segunda, que podríamos decir que duró desde enero hasta que echó al ministro Ocampo y a la ministra López y hasta que le ordenó a la base militar de Los Pozos que se paralizara y no apoyara a los policías que estaban siendo atacados por las milicias del “señor” Iván Mordisco, orden con la que los policías terminaron rendidos, humillados y torturados. Uno de ellos degollado frente a sus compañeros. Esta segunda actitud consistió en hacerle críticas de buena voluntad con el deseo sincero de que rectificara sus posiciones, de que escogiera mejores funcionarios, de que aceptara las modificaciones a eso que el Pacto Histórico llama reformas. Hasta que nos dimos cuenta de que nada de eso iba a ocurrir. De que su verdadera intención no son las “reformas” sino destruir lo que hay. De allí para acá los colombianos hemos venido llegando a la conclusión de que con Petro no hay nada qué hacer. Que lo que él quiere es destruir la democracia y la economía. Que ya comienzan a verse y a sentirse las consecuencias de los daños que hace. Y que la única solución para que no acabe con el país y podamos emprender un camino de construcción de Colombia es que Petro se vaya. En eso consiste la tercera actitud.
Los colombianos sabemos que todavía falta demasiado tiempo para que termine su cuatrienio y que el país no aguanta tres largos años más de su gobierno destructivo. Los colombianos sabemos que no lleva ni siquiera un año pero sentimos como si llevara un siglo. Sabemos que en tres años más alcanza a destruir la democracia, alcanza a destruir a Ecopetrol, alcanza a destruir al empresariado, alcanza a destruir a las FFAA constitucionales, alcanza a destruir el empleo, alcanza a destruir la libertad de prensa y, lo más espeluznante y tenebroso, alcanza a atornillarse más al poder.
Cada día más, los colombianos estamos entendiendo que la solución pasa por que Petro se vaya. No me cabe la menor duda de que el grito de “Renuncie Petro” se convertirá muy pronto en una causa cívica.
Repito: la renuncia de Petro será, muy pronto, la gran causa cívica de los colombianos.
1 note · View note
viviendopraga · 2 years
Text
Las defenestraciones de Praga como deporte nacional se convirtieron en parte de la historia checa como un modo de ajuste de cuentas que acabaron en guerras. Cuyo concepto viene de la preposición latina "de" y la palabra para ventana "fenestra". Si bien es muy vistoso o llamativo lanzar a funcionarios por la ventana, esto seguro que no trae nada bueno. Aunque desde luego aquí en Praga les sedujo bastante la idea para hacerlo en reiteradas ocasiones. Y pese a no ser algo que haya sucedido no solo aquí, si es verdad que las consecuencias de las dos defenestraciones más importantes de Praga han sido devastadoras para Europa. Y entre estas dos defenestraciones de Praga otras tantas como si se trataran del deporte nacional favorito por los checos. Tras la quema por hereje de Jan Hus La primera de ellas como comienzo de una tradición se produjo en el año 1419, cuatro años de después de la muerte de Jan Hus. Quien fue quemado en la hoguera por hereje en el Concilio de Constanza tensando más la situación en el Reino Checo. Motivo por el cual después de este echo la parte católica empezó a cercar a los seguidores del Cáliz o Kalisniks, quienes se radicalizaron en respuesta. Por lo que ya no era de extrañar que el conflicto detonara en algún momento. Siendo el mismo rey Wenceslao IV quien empeoró aún más la situación cuando nombró nuevos concejales de la Ciudad Nueva, e inmediatamente comenzaron a arrestar a algunos husitas. A los seguidores del cáliz se les acabó la paciencia. Motivo por el cual Jan Želivský pronunció un ardiente sermón en la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves el 30 de julio de 1419. Sermón que desencadenó una procesión frente al Nuevo Ayuntamiento de Praga que el mismo encabezaba. Los husitas exigieron la liberación de sus correligionarios. Pero con ánimo de pelea y calentándose el ambiente los husitas arrojaron a los concejales de la Ciudad Nueva de Praga por las ventanas. Los que sobrevivieron a la caída fueron golpeados en la calle. ¡Abajo con ellos! Este evento pasó a la historia como la primera defenestración de Praga, siendo el comienzo de las guerras husitas, que dominaron los acontecimientos europeos durante muchos años. Y que condujeron, entre otras cosas, a varias cruzadas contra los husitas. La segunda defenestración de Praga Esta llego en el año 1483 y es la menos recordada porque no llegó a mayores. Quedando como algo interno en las tierras checas. Donde los husitas volvieron a jugar el papel principal, y una vez más dejaron volar por los aires a los consejeros de Praga. Desafiando al rey Vladislav Jagiellon quien hizo uso de la cordura. Todos sabían muy bien cómo estallaron las terribles guerras después de la primera defenestración, por lo que el rey se echó atrás y dos años más tarde accedió a la paz religiosa de Kutnohorský. Pero aun así las cosas no quedarían ahí. La gran defenestración de Praga Aun habiendo pasado dos siglos desde la quema del maestro Jan Hus por hereje, la memoria seguía recordando. Pues no se había conseguido la paz ni tranquilidad entre católicos y protestantes en las tierras checas.  Por lo que en el año 1618, la nobleza protestante volvió a sentir que la monarquía católica los estaba despojando de sus derechos. Y así se decidió que era hora de volver a las defenestraciones de Praga como deporte nacional. Así que el 23 de mayo del año 1618 los representantes de los estados checos dirigidos por Jindřich Matyáš Thurn y Václav Budovec de Budov defenestraron a dos lugartenientes y secretarios reales. Nadie perdió la vida durante esta defenestración en Praga, pero las consecuencias fueron de largo alcance. Los estados checos se rebelaron y comenzaron un levantamiento. Los husitas acabaron derrotados dos años más tarde en la Montaña Blanca, y 27 nobles seguidores que los apoyaban fueron sentenciados a muerte. A quienes se les cortó la cabeza quedando colgadas de una de las torres del Puente de Carlos. Siendo esta tercera defenestración del año 1618 la que dio inicio a la Guerra de los Treinta Años.
Que fue el peor conflicto bélico que había vivido Europa hasta el momento. Otra defenestración que paso a la historia Si bien es cierto que las defenestraciones con más repercusión han sido las relacionadas con los husitas, no hay que olvidar la de Jan Masaryk.  Hijo del primer presidente de la Primera República Checoslovaca, Tomáš Garrigue Masaryk. Y en común todas las defenestraciones de Praga podemos decir que la identidad de las víctimas era secundaria. Más que un asesinato, fueron un acto político.
0 notes
ribotilina · 3 years
Text
Van un par de veces, y unas cuantas indirectas, en las que quieren saber cómo le hice para que compraran y leyeran tantas revistas. Lo diré una vez, y después no lo voy a andar repitiendo, así que pongan atención.
Como ya saben, el tiraje máximo llegó a ser de 3600 paquetes. Multiplicado por diez revistas, da un total de 36 000 revistas vendidas en menos de un bimestre. Si bien ayudaba la distribución en todo el país y en cinco otros países, la viralidad de las publicaciones y las decenas de miles de seguidores que directa o indirectamente tengo, que se acumulaban con los que conseguía cada revista (pocos, pero conseguían algunos), lo más importante era... chan chan chan... que los editores no sabían de literatura.
Se los explico. En este país, cuando estudian literatura, por medio de un proceso hostigante e insistente, a los de letras les matan toda iniciativa de algo que honesta y auténticamente les guste. Se casan con teorías rancias y aburridas de señores que sobrevivieron a un sistema estatizado y a una inercia de crear sin incomodar o sin "hacerse de enemigos", ya que tener problemas podía causarles repercusiones muy graves. Entonces los estudiantes de letras como que ahí medio saben, como que han leído mucho, como que se aprendieron al pie de la letra el manual, pero en realidad están desconectados de la gente, de la creación y de las propuestas avanzadas. Así que aposté por algo que naciera orgánicamente, que fuera una manifestación de personas que querían expresarse o hacían las cosas porque les gustaban; no podía haber el pago burocrático o el reconocimiento rancio que buscan los que aspiran a becas o puestos como funcionarios. Debía ser completamente real. Esto me causaba problemas, porque no faltaba el estudianteto mediocre y pusilánime que quería que las cosas fueran como había aprendido y se hace en las otras ocho millones de revistas "literarias" que andan por ahí. Entonces la gente detectaba que lo escrito estaba hecho con entusiasmo, se reconocían, podían intuir el intento de los autores de hacer algo diferente y con entusiasmo. Por supuesto yo no podía ir y decirles a los editores que algunas cosas que escogían eran muy básicas o no eran tan buenas como pensaban, excepto cuando hubiera una crítica considerable o ya se juntara la opinión de dos o más personas. Ahí ya me sentía libre de señalárselos. Ese fue uno de los grandes problemas: un señor que se creía muy inteligente burlándose de los editores y saboteando las revistas, y que me lo había dicho como confidencia, dos de los editores lo notaron. Me echó la culpa de exponerlo, como buen psicótico medianito que es y armó su berrinche. Pero ese tipo de cosas pasaban todo el tiempo: egos heridos de narcisistas que se veían como la próxima gran promesa de las letras, atacándome jajajaja.
En fin, me parece que hubo algunas propuestas valiosas. La meta fue abrir terreno para arrancarle de las manos el secuestro de la escritura a los mismos señores de siempre, que cada vez la hunden más. Y despertó el entusiasmo en varios de hacer su propia revista, pero casi todos caen en el error de ir con los mismos viejos lesbianos de siempre a preguntarles su opinión y pedirles consejos, y ahí es cuando todo se va a la popo. Lo bueno es que la curiosidad de escribir y ser leído ya fue dada a algunos que lo merecían y ya veremos los resultados más adelante. Ahora queda esperar.
Espero que lo hayan disfrutado. Me es tan gratificante la certeza de que seré leído y discutido sin importar lo mucho que traten de evitarlo, así que sin nada más que añadir: siya.
0 notes
marga-manso · 6 years
Text
Random infodump - Marga Edition
Nació el 24 de junio de 1899 -el día de San Juan.
Tiene una marca de nacimiento en el tobillo.
Su madrastra intentó llamarla “María de los Dolores” pero para desgracia de Carmen, Marga ya venía bautizada.
Su primera palabra fue “Lena” (intentando llamar a su hermana mayor Helena)
Su recuerdo favorito es estar con su padre en el sillón mientras él le contaba historias de sus viajes (era ingeniero y solían llamarle de diversos lugares de España para que dirigiese construcciones de obras públicas)
Las hermanas mayores de Marga, Carmina y Helena, son diez años mayores que ella y son mellizas entre ellas. Debido a esto Marga nunca tuvo especial relación con ellas a pesar de que en el fondo les tiene cariño.
Es alérgica a los gatos.
Escondió un cachorro de gato debajo de la cama cuando tenía doce años.
Le vino la regla a los quince años. Su padre estaba de viaje, Helena ya se había casado y vivía fuera, Carmina estaba también de viaje y Carmen directamente la ignoró. 
La pobre Marga pensó que se estaba muriendo, y fue la criada de la familia, Soledad, quien la ayudó y le explicó todo.
Soledad era rubia y tenía los ojos verdes y fue de la primera persona de la que se enamoró Marga.
Cuando Marga llegó a Madrid, es posible que estuviese un poco interesada en Federico.
La hermana pequeña de Federico adora a Marga.
Mendieta la reclutó en 1918 en parte por sus propios motivos personales, en parte porque alguien planeaba envenenar a Federico y el Ministerio necesitaba a alguien dentro de la Residencia de Estudiantes para vigilarle.
El alias de Marga, Mariposa, tiene su origen en la obra El maleficio de la mariposa estrenada en 1919 y que le dedicó Federico.
Mendieta la entrenó, personalmente y a su manera. Léase, le enseñó todo lo que los aliados le enseñaron a ella durante su labor de espía durante la segunda Guerra Mundial.
A veces fuma, pero sólo los cigarrillos con sabor a frutas del bosque que puede encontrar en el siglo XXI.
La primera vez que mató a alguien fue en el Nueva York de los años cincuenta, cuando tuvo que disparar a un hombre que intentaba destruir la investigación de Severo Ochoa.
Una vez estaba pintando un mural para la Residencia y en vez de beber del vaso de agua, o incluso del agua de limpiar los pinceles, Marga casi bebe de una lata de pintura.
Sufre mucho por el sombreado.
Sus flores favoritas son los girasoles, y si alguien le vuelve a traer margaritas se las hará tragar.
Sufre mucho en el siglo XXI cuando es verano, porque “¿De verdad que ahora las chicas llevan pantalones? ¿Y tan cortos?”. Irene la apoya.
Le gusta utilizar como fondos imágenes de arte clásico editadas digitalmente.
Conoció a la ex mujer de Irene al colarse accidentalmente en una llamada de Skype de Irene.
El predecesor de Marga en su puesto como jefa de Recursos Humanos era un pseudofranquista al que hubo que llevar al castillo de Huesca.
Se lió con Irene en una fiesta de Nochevieja.
Nunca da la misma respuesta cuando le preguntan por su color favorito.
Cuando le comunicaron la “muerte” de Mendieta, Marga se pasó una semana escondida en la habitación de Federico mientras él estaba de vacaciones.
Cuando volvió, Federico le echó la bronca por no llamarle o mandarle un telegrama y pasó el resto del día abrazado con ella en el sofá.
La primera vez que conoció a Velázquez, entre los dos casi se cargan un Dalí. 
Velázquez por ir enredando con su móvil nuevo, Marga porque... Joder, cruza una esquina y se topa frente a Velázquez, necesita un respiro, pobrecita.
(es posible que entrase en modo fangirl durante un par de horas)
Le gusta el café solo y con mucho azúcar.
Siempre huele a pintura.
Se confunde con el cambio entre euros y pesetas.
A pesar de que es profundamente apolítica (ha visto demasiado de la política española como para apoyar a unos o a otros, a pesar de que sí se interese por lo que hacen los partidos en el día a día) si se cruza con alguien que apoya la dictadura Marga le partirá la cara sin pensarlo dos veces.
(El día que se enteró de lo que le ocurriría a Federico se encerró en el archivo, histérica, y Salvador Martí en persona tuvo que entrar para hablar con ella y sacarla de ahí. A partir de ese momento intenta no enterarse de nada relativo a su futuro.)
Es atea, y a pesar de que no va a juzgar a nadie por lo que haga cada persona con su vida en ese aspecto, odia profundamente cualquier tipo de religión y la saca de sus casillas que la gente se limite a rezar por las cosas en vez de luchar y hacer algo por conseguirlas.
Emilia Pardo Bazán le tiene mucho cariño. Al principio Marga se siente halagada, luego descubre las ideas racistas de Emilia y se queda mosqueada porque entran en conflicto sus ideales.
Es aquí cuando empieza a entender que en ocasiones las cosas no son ni blanco ni negro, y que el mundo ideal que se imaginan en la Residencia y en el Ministerio no existe.
Leyó la saga entera de Harry Potter durante su segunda semana como funcionaria.
Es Slytherin.
Su Spotify es una mezcla muy extraña de swing, Tino Casal, Amaral, M-Clan... Mayoritariamente ochentera, vaya.
Su nombre de usuario en las redes sociales es @muertxdeamor (Muerto de amor es un poema que le dedicó Federico). Su cuenta es privada y sube sobre todo fotos de sus obras, aunque también son famosas sus fotos de otros funcionarios del Ministerio en momentos extraños y sacados de contexto.
Su hilo de “frases del día” es épico y hace a más de uno dudar de la salud mental de los que trabajan en el Ministerio.
Aunque siempre culpa a Cris Carrasco, fue ella la que inició la Guerra de Memes en el grupo de Whatsapp del Ministerio, enviando un meme de Torquemada.
Odia los selfies.
Marga (y Velázquez) en cinco palabras: #do it for the aesthetic
La primera vez que Irene llevó a Marga al Orgullo, en el 2009, lloró.
Es una de las reclutadoras más prolíficas del Ministerio.
Los nuevos reclutas, por lo general, se dividen en cuatro y pasan toda su carrera en el Ministerio escuchando “es recluta, de los de Fulanito”.
Los de Ernesto (más serios y afines a las normas), los de Irene (seleccionados por alguna habilidad en concreto que le pueda ser útil al Ministerio), los de Salvador (casos especiales) y los de Marga (poco ortodoxos incluso para los niveles del Ministerio, mezcla sin sentido de personajes históricos y personajes anónimos)
4 notes · View notes
Text
 Tabla de contenido - Siguiente Capítulo
0.1. Un hombre y un perro se enfrentaron, y sus corazones entraron en pánico
Es una mañana de principios de junio.
Durante la brumosa mañana, un pequeño camión entró en la aldea Qingyao, un suburbio de la ciudad A, zumbando cuando se detuvo frente a la puerta de un pequeño jardín.
La pequeña casa estaba hermosamente construida y bien administrada, con florecientes macetas de plantas verdes por todo el patio.
El jardín no tenía una valla grande, solo una fila simbólica de cercas de bambú, aproximadamente de la altura de la cintura de un adulto. Había enredaderas de color verde esmeralda que trepaban por la cerca de bambú, llenando todo el patio de vida.
El camionero era un hombre de mediana edad con cabello blanco y arrugas en la cara.
Salió del auto y miró la hermosa cerca con flores que crecían en las vides, pero se quedó lejos y no tenía interés en dirigirse hacia esa dirección.
Sabía muy bien que, aunque esta valla de bambú parecía inofensiva y hermosa, en realidad había uñas afiladas y púas de bambú escondidas debajo de las vides. Quien quisiera saltar sin consentimiento tendría una gran capa de carne raspada desde las manos a la cadera.
El patio también estaba lleno de cámaras de vigilancia y no tenía un solo punto muerto. No había necesidad de temer a los ladrones en absoluto.
El conductor fue a la puerta y tocó el timbre.
Al escuchar el timbre de la puerta, Lin Mu abrió la ventana y gritó una respuesta, se limpió rápidamente las manchas de aceite de las manos y bajó corriendo las escaleras.
Lin Mu bajó para abrir la puerta, la sonrisa en su rostro era tan vibrante como las plantas en su jardín e incluso había dos lindos hoyuelos en la esquina de su boca "Tío De [1], ¡buenos días!"
"¡Buenos días, Xiao Lin [2]!" El tío De asintió con la cabeza y entró en el patio.
"El desayuno aún se encuentra caliente en la olla, los bollos grandes de carne los debe comer primero". Dijo Lin Mu, y tomó un ladrillo para evitar que la puerta se cerrara mientras se giraba para mover las macetas en el patio.
El tío De entró en la cocina y levantó la tapa del vaporizador sobre la estufa. Vio seis bollos grandes de carne blanca, cada uno tan grande como una palma, y ​​había dos cuencos de judías calentadas a su lado.
Las reglas son que, cuatro de los seis eran del tío De, los otros dos eran de Lin Mu, ya que comía menos.
El tío De tomó un tazón para los bollos de vapor y llevó el saco de maicena al umbral de la puerta para sentarse. Mientras comía, miró a Lin Mu, que llevaba macetas en el patio.
Lin Mu era muy bueno cuidando flores y plantas. Los cuidados y hermosos maceteros en su patio están cuidados y listos para ser suministrados a algunos grandes hoteles e instituciones en Ciudad A.
El tío De era el responsable del transporte, y había estado trabajando con Lin Mu por varios años.
Siempre le pareció una pena que Lin Mu trabajara por cuenta propia y que la producción y los precios no se pudieran aumentar tanto.
El honesto tío De sintió que, dado que había una oportunidad de ganar dinero, ¿por qué no dejar que todo el pueblo gane juntos? Tanto la producción como los ingresos podrían incrementarse.
Pero esta idea era solo un pensamiento fugaz, solo cruzó por su mente por un momento.
Uno no podía simplemente mirar la cálida y amable apariencia académica de Lin Mu, quien con una sola sonrisa podría fascinar a todo un grupo de señoritas. La verdad es que es un famoso matón en la aldea de Qingyao.
No era exactamente exacto llamarlo matón, pero nadie se atreve a provocarlo.
Lin Mu y su madre, que murió temprano, eran extraños.
En el campo, siempre habría personas que quedarían excluidas, y cualquiera podría intimidar a una viuda y a su hijo.
Cuando llegaron por primera vez, Lin Mu todavía era un bebé pequeño. Su madre tenía un carácter gentil y amable, por lo que sufría mucho en este tipo de lugar, donde las personas honestas serían engañadas.
Después de unos años, Lin Mu estudió y creció. Inicialmente, su personaje siguió a su madre y fue amable y gentil, e incluso era un niño pequeño y cobarde. Pero nadie sabía dónde aprendió a maldecir y actuar como un matón callejero. Agitó una escoba y un ladrillo, maldijo y maldijo a la sanguijuela que vino a molestarlos, lo ahuyentó y casi le abre la cabeza.
Un hombre de treinta y tantos años no podía ganarle a un niño pequeño de ocho años, incluso si uno lo dijera, nadie lo creería.
Los aldeanos no tardaron en descubrir que Lin Mu tenía un talento natural.
El pequeño niño era extremadamente vengativo, y se volvió confiado después de ahuyentar a uno, por lo que persiguió a todas las personas que acosaron a su madre por el pueblo, sin importar si eran hombres o mujeres, y les dio una buena paliza.
Después de eso, ya nadie se atrevió a intimidar a la madre y al niño, y hubo algunos sensatos que trataron bien a esta madre y su hijo viudos.
El tío De era uno de esos.
Desafortunadamente, la madre de Lin Mu no tenía buena salud, y parecía que se enfermó cuando nació Lin Mu. Cuando tenía dieciocho años y recibió su aviso de admisión a la universidad, ella murió.
Antes de morir, le dijo a Lin Mu que trajera a su abuelo para que recogiera su cuerpo.
Fue entonces cuando Lin Mu descubrió que su abuelo era el presidente de una conocida empresa en Ciudad A.
Lin Mu pensó en lo suave que era una persona que era su madre, en cómo ella no volvió a pedir ayuda incluso después de todos estos años, y sintió que había algo sospechoso, por lo que no fue en busca de ayuda, y en lugar de eso en silencio hizo todo por sí mismo.
¿Pero qué tan grande era la aldea Qingyao? El asunto se había extendido rápidamente, y algunas personas aburridas publicaron el asunto en Internet, atrayendo a su abuelo.
Su abuelo tenía una boca venenosa y miró mal a Lin Mu, pero sintió que al menos era un niño. Entonces, adoptó una actitud caritativa para que Lin Mu regresara con él, pero después de que Lin Mu se burlara, se alejó furioso.
Lin Mu era el tipo de persona que guardaba rencor, y en ese momento odiaba tanto a todos que clavó todas las cercas en el patio ese mismo día y arrojó montones de vidrios rotos y madera por todo el patio, causando que esos reporteros intentaran trepar por sus paredes y aldeanos curiosos para ser llevados al hospital.
Ese fue el desastre que sucedió en ese momento, y ahora tenía una forma de ganar dinero, por supuesto que no querría compartirlo con otros.
Al tío De realmente le gustaba Lin Mu, este niño pequeño, y siempre sintió que después de quedarse con Lin Mu por un tiempo, se calmaría y olvidaría todos sus problemas.
Tal vez fue porque Lin Mu era realmente guapo. Cuando se reía, cuando su boca se ensanchaba y esos dos pequeños hoyuelos se acababan, luciendo extremadamente dulces.
El tío De mordió el bollo al vapor y miró que el joven sostenía sin esfuerzo la maceta grande. Pensó en el asunto del que habían conversado antes y preguntó: "Xiao Lin, ¿la última vez dijiste que querías tomar el examen de servicio civil [3]?"
"En [4], lo tomaré". Lin Mu colocó la planta en maceta en su mano dentro del camión, sonrió y dijo: "Voy a registrarme hoy. La unidad no está tan lejos de nosotros, el tren se puede usar para viajar ".
"Oh, oh".
Tío De sabía que, recientemente, una nueva estación de tren fue construido sobre cuatro lis [5] lejos del pueblo.
"La oficina del gobierno no es la misma que nuestra aldea, así que no actúes como lo haces aquí y comiences a pelear sin decir una palabra". Cuando terminó, el tío De echó un vistazo a la cerca de bambú, "no es bueno poner cosas así en la oficina".
Lin Mu no sabía si llorar o reír, "¿cómo podría pelear? No es una oficina gubernamental, solo una oficina subdistrital "
El tío De advirtió nuevamente: "Esa sigue siendo una oficina decente, un cuenco de arroz de hierro [6]. No puedes ofender a la gente."
Lin Mu dijo un montón de 'está bien', y terminó de mover todas las plantas en macetas que necesitaban ser movidas, luego le dio unas palmaditas para quitar el polvo de su mano, "está bien, preste atención al camino y no choque o golpee cualquier cosa."
El tío De terminó el resto de su desayuno en algunos bocados grandes y dijo: "Son otras personas las que deberían prestar atención en el camino".
"Bien." Lin Mu asintió con una sonrisa, vio salir al tío De y regresó a la casa para desayunar.
Lin Mu acababa de graduarse hace un año y obtuvo sin problemas la certificación de registro del funcionario. Ahora era casi la hora y Lin Mu estaba listo para ir a la oficina a registrarse.
Lin Mu no tenía ninguna gran ambición. No tenía interés en los bienes de su abuelo. Simplemente quería ir día a día, ahorrar algo de dinero y completar el último deseo de su madre y abrir una florería. No quería ir a buscar a su padre, solo vivir su vida en paz.
La madre de Lin Mu no tenía pasatiempos especiales y simplemente le gustaba estudiar flores y plantas.
Ella tenía un hermano mayor y menor en la familia, y no tenía ese personaje agradable en casa. Su madre murió temprano, por lo que no había nadie que la considerara. Además, ella nunca había escuchado a su padre y obedientemente fue a estudiar finanzas e ir a citas a ciegas. Sin hablar de que tomó la botánica como su especialidad en la universidad, a menudo también rompía sus citas a ciegas para seguir a su equipo y estudiar la naturaleza.
Esto no fue un problema, hasta que una vez desapareció medio año y volvió embarazada.
Y hasta el final, ella no dijo quién era el padre, y no quería abortar al niño, luego fue expulsada de su hogar por su padre, que estaba muy avergonzado.
Por lo tanto, como venganza personal, Lin Mu planeó abrir su florería frente a la Torre Financiera de la Ciudad A, de modo que su abuelo y tíos que lo menospreciaban tuvieran que verlo todos los días cuando fueran a trabajar, y empujar su presencia en sus caras.
Podrían no soportar mirarlo, pero no podían matarlo, y todos los días se enojarían, a la vez que estarían preocupados de que fuera a los medios y exponga los problemas familiares, ¿no sería esto lo mejor?
Lin Mu lavó el cuenco y subió las escaleras, sacando el archivo sellado y su tarjeta de registro del cajón. Después de asegurarse de que todas las cámaras de vigilancia funcionaban correctamente, cerró la puerta, tomó su pequeño scooter y salió por la puerta.
Ciudad A, ZhongYuan, Calle Qingyao N°404, Oficina del subdistrito de Qingyao.
Aquí era donde Lin Mu iba a ser empleado.
El área era remota. Tan remoto que solo había una cantidad lamentable de peatones.
Lin Mu siguió el navegador durante mucho tiempo antes de finalmente pararse frente a una puerta.
Sostuvo su teléfono, confirmó el número de la puerta y miró la dirección mencionada en el correo.
Y finalmente miró incrédulo la vieja casa en ruinas frente a él.
¿Qué tan mal está la casa?
Una casa ordinaria, con algunas partes de la pared exterior fue despegada, revelando el ladrillo rojo en su interior. La ventana tenía un agujero, que estaba cubierto por un periódico.
La puerta era una puerta verde de tipo antiguo, solo suficiente para que entrara una sola persona, afuera había una puerta de hierro, también de tipo de entrada única.
La cerradura de la puerta de hierro se había roto por Dios sabe cuánto tiempo, porque ya se había oxidado.
Algo como esto, pero desaliñado
Incluso las pocas palabras 'Oficina del Subdistrito de Qingyao' no estaban en placas o carteles, sino que estaban escritas con tiza en la puerta. Después de ser golpeado por el viento y la lluvia, uno solo podía distinguir un difuso 'Qingyao' y 'Oficina'.
Lo único que demostró que Lin Mu no encontró el lugar equivocado fue el edificio de aspecto peligroso con el letrero 403 a la izquierda y el pequeño restaurante sucio sin abrir con el letrero 405 a la derecha.
A la izquierda 403, a la derecha 405, en el medio 404. Esto debe ser correcto.
Lin Mu: "..."
Pero era realmente muy lamentable.
¿Cómo podría ser tan lamentable?
¿Cómo puede ser tan lamentable hasta este punto?
Lin Mu se sintió perplejo.
Se quedó en silencio por un momento, pero aún abrió la puerta de hierro oxidado y levantó la mano para tocar la puerta.
Con este golpe, la puerta verde, golpeada por el clima que estaba cubierta de parches, respondió cayéndose.
Todo el cuerpo de Lin Mu saltó: "???"
Lin Mu se paró en la puerta y quedó atónito por un momento, miró hacia adentro y descubrió que estaba limpio y ordenado. Había algunos escritorios dispuestos de manera ordenada con herramientas de trabajo sobre la mesa, pero no había nadie cerca.
La situación dentro de la oficina hizo que Lin Mu se sintiera un poco aliviado. Miró la hora y descubrió que solo eran las ocho y media.
De nueve a cinco, media hora antes del trabajo, era normal no tener a nadie cerca.
Lin Mu se paró en la puerta y pensó durante cinco minutos, sintió que no era un gran problema dejar que la puerta estuviera allí, así que simplemente entró y, con su propia fuerza, volvió a insertar la puerta en el marco de la puerta. y fingió que todavía estaba intacto.
Después de terminar, Lin Mu retrocedió varios pasos, miró los resultados de su trabajo y sintió que estaba bien.
Demasiado bien.
Justo cuando Lin Mu estaba listo para encontrar un taburete para sentarse y esperar en silencio a que alguien entrara al trabajo, la puerta que acababa de colocar en el marco se abrió de golpe. La persona entró, divagando y desabotonándose la camisa al mismo tiempo, "Vieja tortuga, ya ha pasado medio año, ¡¿has encontrado a la persona que estoy buscando?! ¿Cuánto tiempo ha pasado? ¡tengo prisa!"
Lin Mu se sorprendió al ver a este hombre que se desnudó al entrar por la puerta, tan sorprendido hasta que no supo qué decir. Finalmente, cortésmente emitió una serie de puntos suspensivos que nadie podía escuchar.
"..."
El hombre no recibió ninguna respuesta, se sintió impaciente al desabrocharse la ropa, simplemente soltó las manos y gruñó: "¡Maldita sea, la ropa humana es realmente incómoda!"
Lin Mu miró con los ojos bien abiertos y observó cómo el hombre grande frente a él maldecía y se convertía en un gran perro lobo negro.
Lin Mu se estremeció, tenía cinco partes de horror, cuatro partes de shock y una parte de confusión, abrió la boca, pero ningún sonido salió.
El gran perro lobo estaba completamente ciego a cualquiera en la oficina. Estaba sacudiendo locamente la cabeza y el trasero, tratando de quitarse la ropa humana que lo atrapaba.
Luchó por un tiempo, y eventualmente rasgó la camisa con las garras y levantó la cabeza con rabia, encontrándose con la mirada de Lin Mu que lo miraba en silencio.
Una persona y un perro estaban confundidos.
Lin Mu: "..."
El gran perro lobo: "..."
...¡Mierda!
¡¿Qué?!
¡¿Qué está pasando?!
Lin Mu agarró frenéticamente su mochila y sospechó que lo iban a silenciar.
¡¿Qué?!
¡¿Qué está pasando?!
El gran perro lobo se agarró frenéticamente la cola y sospechó que iba a ser silenciado.
Una persona y un perro se enfrentaron, y sus corazones entraron en pánico.
Nota del traductor:
[1]Tío De : No es su tío de nacimiento, sino un término de respeto.
[2] Xiao Lin: Nombre de mascota. Xiao significa pequeño, Lin es su apellido. "Pequeño Lin"
[3]Exámenes del servicio civil: un examen anual extremadamente difícil para tener la oportunidad de inscribirse como empleado del gobierno
[4] En: Sonido de reconocimiento, generalmente utilizado para expresar un acuerdo.
[5] cuatro lis: 2km
[6] Un cuenco de arroz de hierro: Forma figurada de referirse a que el trabajo que es bueno y seguro.
Tabla de contenido - Siguiente Capítulo
0 notes
fkukso · 7 years
Text
Grandes casos de divulgación anti-científica de 2017
Tumblr media
En su ensayo La nueva Edad Media, publicado en 1972 pero que sigue siendo actual, Umberto Eco afirmaba que, pese a estar rodeados de productos de la ciencia y la tecnología y a que la investgación médica ha salvado la vida de millones, hemos ingresado en un nuevo período de oscuridad intelectual. 
Mientras que los hechos y las evidencias parecieran ya no importar más (ante la inundación de las fake news y el imperio de la posverdad), el pensamiento mágico avanza y se fortalce en países como Argentina, impulsado por el fundamentalismo religioso y la divulgación de la ignorancia. 
2017, obviamente, no fue el primer año plagado de decisiones políticas que ignoran los hechos científicos. Tampoco faltaron charlatanes en TV elogiados como expertos. 
Acá una lista de ridiculeces—que se queda corta— para no olvidar:
1. El “brujo” de la selección argentina
Tumblr media Tumblr media Tumblr media
No basta con tener al mejor jugador de la historia del fútbol, Lionel Messi. En un brote de irracionalidad, la Asociacion del Futbol Argentino contrató los servicios de un extraño personaje: el “brujo” Manuel. (¿Quién pagó sus honorarios, sus viajes de avión, sus viáticos?).
Lejos de poner en duda sus “poderes”, los medios argentinos lo celebraron. Clarín lo describió como “arma secreta” de la selección, además de dedicarle gran espacio con artículos del tipo “una historia de fe” y “viaje a la intimidad”.
En TV, la conductora Mariana Fabbiani —fiel a su estilo de invitar y divulgar el trabajo de parapsicólogos, tarotistas, angelólogos— echó a una de sus panelistas luego de que osara preguntarle a este extraño personaje cuánto cobraba por sus supuestas “curaciones”.
Lectura recomendada: Goles mágicos. Por Nora Bär.
2. Avance de la homeopatía en el Congreso
Tumblr media
La diputada Paula Urroz, parte del bloque oficialista Unión Pro, tuvo la poco brillante idea de proponer incorporar "las prestaciones homeopáticas, incluidos los medicamentos" —según se leía en el texto presentado— al Programa Médico Obligatorio.
El proyecto de ley en favor de la homeopatía tuvo nada menos que 17 firmantes, de los cuales 14 pertenecen a Cambiemos.
Lectura recomendada. Cuando los homeópatas legislan. Por Javier Smaldone.
Tumblr media
3. Antivacunas en el Congreso
Tumblr media
No contenta con eso, la diputada Urroz buscó también eliminar la obligatoriedad del calendario nacional de vacunación.
La iniciativa --que se puede leer aquí-- recibió un rechazo unánime de sociedades científicas. Como detalló la periodista científica Florencia Ballarino, detrás de los dos proyectos está la misma persona: el médico homeópata Eduardo Angel Yahbes, militante antivacunas y asesor de la diputada Urroz.
Como recuerda Javier Smaldone en su blog, en una publicación de Facebook se realizó una convocatoria a un evento a realizarse en el Congreso de la Nación para apoyar la iniciativa antivacunas.
Lectura recomendada: El lobby anticiencia llegó al Congreso. Por Florencia Ballarino.
4. Fundamentalismo religioso en la escuelas pública
Tumblr media
En un nuevo avance del fundamentalismo religioso contra el Estado laico, como lo estable la Constitución nacional, el gobernador Juan Manuel Urtubey decidió restaurar la educación religiosa en las escuelas públicas de la provincia de Salta.
Tras denuncias, un amparo colectivo iniciado por la Asociación por los Derechos Civiles (ADC) y un grupo de madres de alumnos salteños contra el Estado provincial y varias audiencias públicas, finalmente la Corte Suprema resolvió que no podrá darse educación religiosa en las escuelas públicas salteñas en el horario escolar y como parte del plan de estudios.
Gran artículo de la periodista Soledad Vallejos sobre las madres que pelearon contra la educación religiosa en escuelas públicas salteñas: La cruzada laica.
5. El “Bebito”
Tumblr media
Mientras que en Chile se dio un paso hacia adelante para garantizar el derecho de las mujeres al libre acceso al aborto legal y seguro, en la Argentina se sigue festejando cada 25 de marzo el “día del niño por nacer” (de hecho, la Argentina fue el primer país del mundo en declarar el Día del Niño por Nacer a través del decreto número 1406/98).
En marzo, la militante católica Mariana Rodríguez Varela —hija de un funcionario de la dictadura y defensor de Videla— promovió la campaña de “El bebito” en la que invitaba a colgar muñecos y stickers con “un bebito” para “defender la vida”.
No hay que olvidar que el 30 de junio de 2016 se presentó, por sexta vez consecutiva, en la Cámara de Diputados de la Nación el proyecto de ley de interrupción voluntaria del embarazo (IVE), redactado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. No se debatió una sola vez.
En Argentina se calcula que alrededor de 500 mil mujeres recurren cada año al aborto clandestino.
6. Oremos
Tumblr media
Una extraña organización evangelista llamada “Argentina oramos por vos” convocó a rezar en el Obelisco y en todo el país por "la recuperación de la Argentina" el mismo día de la celebración de la Revolución de mayo.
Aún no explican cómo a partir de la oración pueden solucionar problemas aún no resueltos como --según cuentan los medios que lo promovieron— “las inclemencias climáticas, la inseguridad, la violencia en todas sus formas, el avance del narcotráfico y las drogas, la injusticia, la corrupción”.
El evento está en la misma línea de “la Noche de la Salvación”. Atentos a su descripción: “cruzada de bendición para toda la familia”.
7. ¡Milagro!
Tumblr media Tumblr media
“Milagro" sigue siendo una de las palabras más repetidas en los noticieros y diarios argentinos a la hora de hablar de temas de salud. O de cualquier tema en general.
8. Los nuevos expertos: Pitty, la numeróloga
Tumblr media
Está a toda hora, en todos los programas de tv. La promocionan en revistas (como en la revista Gente) con halagos del tipo “es la favorita de los famosos” o “se hizo popular al predecir el casamiento de Isabel Macedo y Juan Manuel Urtubey”.
Quienes la entrevistan la tratan de “experta”. Ella —como varios otros charlatanes— defiende que lo suyo es una ciencia, cuando en realidad no hay evidencia alguna de que los números manejen la personalidad de una persona o determinen eventos futuros.
Lectura recomendada: El peligro de creer. Luis Alfonso Gámez.
9. Los nuevos expertos: Jimena La Torre, tarotista (y "todóloga”)
Tumblr media Tumblr media
Grandes promotores de la ignorancia como el canal C5N, la adoran. La llaman a toda hora para que opine sobre lo que sea: la salud presidencial, el futuro, la selección.
Tanto la aman que sus periodistas no se atreven a hacerle una simple pregunta: ¿qué evidencia tiene para afirmar lo que afirma?
No extraña que este tipo de personajes y sus productos sean best-sellers en Argentina, una sociedad en la que la racionalidad está devaluada y reina el pensamiento mágico.
Sitios como Chequeado deberían empezar a hacer fact-checking de estos nuevos “expertos” tan presentes en las pantallas argentinas.
Lectura recomendada: El mundo y sus demonios. Carl Sagan.
10. ¡Llame ya!
Tumblr media Tumblr media
En épocas de desesperación económica emergen las angelólogas y videntes, listas para vender sus servicios. ¿Serán monotributistas? 
Tienen mejor comunicación pública que muchos institutos científicos.
11 notes · View notes
lecturasdiarias · 4 years
Text
Lecturas del Viernes de la 12ª semana del Tiempo Ordinario
Tumblr media
Lecturas del Día Viernes 26 de Junio de 2020
Primera lectura
Lectura del segundo libro de los Reyes 25,1-12
El año noveno del reinado de Sedecías, el día diez del décimo mes, Nabucodonosor, rey de Babilonia, vino a Jerusalén con todo su ejército, acampó frente a ella y construyó torres de asalto alrededor. La ciudad quedó sitiada hasta el año once del reinado de Sedecías, el día noveno del mes cuarto. El hambre apretó en la ciudad, y no había pan para la población. Se abrió brecha en la ciudad, y los soldados huyeron de noche por la puerta entre las dos murallas, junto a los jardines reales, mientras los caldeos rodeaban la ciudad, y se marcharon por el camino de la estepa. El ejército caldeo persiguió al rey; lo alcanzaron en la estepa de Jericó, mientras sus tropas se dispersaban abandonándolo. Apresaron al rey y se lo llevaron al rey de Babilonia, que estaba en Ribla, y lo procesó. A los hijos de Sedecías los hizo ajusticiar ante su vista; a Sedecias lo cegó, le echó cadenas de bronce y lo llevó a Babilonia. El día primero del quinto mes, que corresponde al año diecinueve del reinado de Nabucodonosor en Babilonia, llegó a Jerusalén Nabusardán, jefe de la guardia, funcionario del rey de Babilonia. Incendió el templo, el palacio real y las casas de Jerusalén, y puso fuego a todos los palacios. El ejército caldeo, a las órdenes del jefe de la guardia, derribó las murallas que rodeaban a Jerusalén. Nabusardán, jefe de la guardia, se llevó cautivos al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, a los que se habían pasado al rey de Babilonia y al resto de la plebe. De la clase baja dejó algunos como viñadores y hortelanos.
Palabra de Dios
Salmo Responsorial
Sal  137 (136), 1-2.3.4-5.6
R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Junto a los ríos de Babilonia nos sentábamos a llorar de nostalgia; de los sauces que esteban en la orilla colgamos nuestras arpas. R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Aquellos que cautivos nos tenían pidieron que cantáramos. Decían los opresores: “Algún cantar de Sión, alegres, cántennos”.  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Pero, ¿cómo podíamos cantar un himno del Señor en tierra extraña? ¡Que la mano derecha se me seque, si de ti, Jerusalén, yo me olvidara!  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
¡Que se me pegue al paladar la lengua, Jerusalén, si no te recordara, o si fuera de ti, alguna otra alegría yo buscara!  R./ Tu recuerdo, Señor, es mi alegría.
Evangelio
Lectura del santo evangelio según San Mateo 8,1-4
En aquel tiempo, al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme.» Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio.» Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero, para que conste, ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés.»
Palabra del Señor
1 note · View note
israel210585 · 5 years
Photo
Tumblr media
PUEBLA: SOBRE LA INJUSTICIA, LA AMENAZA DESCARADA Por: Aquiles Córdova Morán En octubre del año pasado, el Movimiento Antorchista Poblano (MAP) presentó ante el Instituto Electoral del Estado de Puebla (IEEP), la solicitud y la documentación para ser reconocido como asociación civil con derecho a convertirse en partido político local. No se trató de la comunicación de su intención de ser partido, como afirma el IEEP. Ese requisito ya había sido cubierto en tiempo y forma por Podemos Puebla, del cual el MAP se convirtió en sucesor legal mediante un movimiento previsto por la legislación vigente. Este procedimiento se inició después de que la Secretaría de Economía le negara el reconocimiento como asociación civil a Podemos Puebla, argumentando que ya existía otra solicitud con la misma denominación. A raíz de eso y por razones que no me toca a mí detallar, la directiva de Podemos Puebla entró en un proceso de disolución. Esto significa, nótese bien, que Podemos Puebla jamás consiguió su reconocimiento como asociación civil y que, por tanto, no existe legalmente hablando ni puede ser sujeto de derechos. Ante el fracaso de Podemos Puebla, Elieser Popócatl propuso a los dirigentes del Movimiento Antorchista Poblano retomar la gestión con otro nombre y con otra membresía en la directiva, algo permitido por la ley, dijo. Los compañeros poblanos consultaron el asunto con sus abogados y buscaron la asesoría de expertos en derecho electoral; todos coincidieron en que el procedimiento estaba contemplado en la ley y que era, por tanto, perfectamente legal, cosa que el IEEP nunca ha desmentido que yo sepa. El MAP se dedicó a reunir los requisitos exigidos por el IEEP y, completada la tarea, los presentó ante el IEEP en octubre de 2019. Creo que todo mundo estará de acuerdo en que, si como dice hoy el IEEP, el recurso presentado por el MAP tenía un retraso de nueve meses, su rechazo debió ser inmediato y automático. Pero no fue así. En vez de eso, echó a andar todo el proceso de acreditación de militancia y representatividad del MAP, proceso que fue supervisado, controlado y certificado por el propio IEEP (cuyos funcionarios, dicho sea de paso, son altamente profesionales, pulcros y eficientes). Y todo para que, al final, salieran con que todo el esfuerzo había que tirarlo a la basura porque se basaba en una gestión extemporánea. Debo decir que fue un esfuerzo ímprobo, agotador y ejemplar de los antorchistas poblanos. En un corto período de dos meses, cumplieron con las 23 asambleas comprometidas, superando en todas el cuórum mínimo exigido por la ley. Al final, celebraron la asamblea estatal constitutiva con los delegados elegidos en las asambleas distritales. Allí se eligió, por voto libre y directo, a la mesa directiva del partido recién constituido. Fue hasta este momento que al IEE le atacó de pronto una verdadera fiebre por nombrar a su presidente definitivo, para reemplazar a la Lic. Sofía Marisol Martínez Gorbea, que ocupaba el cargo interinamente. Llegó al poder el abogado Miguel Ángel García Onofre, de reconocida filiación morenista, quien en solo dos días se “empapó” del asunto del MAP, descubrió con mirada de Argos el pecado original del proceso y convocó apresuradamente a una reunión semiclandestina de su Consejo en la cual, sin permitir discusión ni argumentación alguna y en poco más de 20 minutos, resolvió: el Movimiento Antorchista Poblano no puede ser partido político local por haber notificado su intención al IEEP fuera de tiempo. En su comunicado del 3 de febrero se lee: “…se consideró ilegal la participación de la asociación civil <>, ya que viola los artículos 11 de la Ley General de Partidos Políticos (LGPP) y 32 del Código de Instituciones y Procesos Electorales del Estado de Puebla, que imponen la obligación a cualquier organización de ciudadanos que busquen constituirse en un partido político en el Estado de Puebla, informarlo al Consejo General en el mes de enero del año siguiente al de la elección de Gobernador”. Es decir, en este caso, en enero de 2019. Y eso es todo. Permítaseme repetirme. A cualquiera que use la cabeza para pensar, se le ocurre preguntar: ¿y para descubrir esa simpleza, esa tan evidente irregularidad, necesitó el IEEP todo el tiempo transcurrido de octubre a la fecha, es decir, poco menos de cuatro meses? ¿No le parece a usted, lector, que si esa es la causa del rechazo, este debió ser inmediato? ¿Alguien se traga la rueda de molino de que el IEE se limita a cumplir y hacer cumplir la ley? El MAP sostiene que el IEE viola sus derechos de modo flagrante porque, habiendo revisado la solicitud y la documentación que presentó en octubre, no las rechazó de inmediato por extemporánea. Ese argumento, dice, se lo saca hoy de la manga el IEEP. No solo eso. Dio luz verde al MAP para llevar adelante el proceso de acreditación de militancia y representatividad, cosa que solo se permite a una asociación civil legalmente constituida. Por tanto, la realización de tal proceso sí implica la aprobación tácita del carácter de asociación civil del MAP. La razón de que el IEEP no alegara extemporaneidad en su momento consiste en que su solicitud, en efecto, no era extemporánea de ninguna manera. Hoy, para sostener esa patraña, el IEEP recurre al pueril juego de transformar, por arte de birlibirloque, la solicitud de reconocimiento como asociación civil en información de intención de ser partido, que debió hacerse, y se hizo, en enero de 2019, por Podemos Puebla, de quien el MAP es sucesor legal. El IEEP dice: <> Esto es verdad en términos generales; pero el MAP no cuestiona el principio aplicado, sino la razón concreta por la cual se concluye que no puede ser un partido local. El IEEP niega que el permiso para el proceso de acreditación de membresía implique la aceptación tácita de la legalidad del cambio de nombre y de miembros directivos de Podemos Puebla a Movimiento Antorchista Poblano. Añade que hay conflicto entre los promotores de uno y otro proceso, y que esto fue lo que obligó la intervención de su consejo. Pero resulta que en su comunicado del 3 de febrero, solo da una única causa legal para su negativa: la extemporaneidad de la comunicación del MAP. No habla de que haya violado la ley en el cambio de nombre y de representantes. ¿Por qué? Por la sencilla razón de que el conflicto con Podemos Puebla es artificial, lo infla y magnifica el IEEP para usarlo como pretexto, pero sabe bien que es jurídicamente insostenible porque Podemos Puebla no existe legalmente y no es sujeto de derecho en este caso. Lo que prueba que la negativa al MAP no es un asunto de estricta aplicación de la ley, como dice el IEEP, sino un golpe político contra un competidor electoral temible. Y no es difícil probarlo. CÓDIGO PUEBLA del 14 de enero dijo: “El miedo no anda en burro. El posible surgimiento de Antorcha Campesina como partido político, provocó crisis entre quienes se oponen. La preocupación es fundada por la capacidad de convocatoria del Movimiento Antorchista. Antes de que Antorcha consiga su registro desde las altas esferas políticas se preparan golpes jurídicos contra la agrupación y sus líderes”. Y que conste que no es el único medio que lo dijo anticipadamente. Miguel Barbosa, gobernador de Puebla, se tiró al ruedo sin tener motivo: “…si Antorcha Campesina piensa que nos va a amenazar se equivoca, les digo que el diablo no existe, les digo que a ellos se les va aparecer la ley, esa sí existe… que ya pierdan esa idea de que a los gobiernos anteriores los amenazaron, los presionaron, les sacaron permisos, concesiones, les sacaron todo. Conmigo no. Yo les trato con respeto pero se acabó eso de violar la ley”. Barbosa nos acusa y nos amenaza, pues, por lo que “pensamos”, no por lo que hacemos, y esto es una aberración jurídica en la legislación del planeta entero. ¿A que viene, además, eso de que a él no le vamos a sacar permisos ni concesiones como a otros? ¿Qué tienen que ver eso con la violación flagrante a nuestro derecho de organizarnos como partido político poblano? Nada. Es una pura amenaza gratuita, descarnada; es abierta intimidación para acallar nuestra justa inconformidad contra el IEEP. Sobre la injusticia, la amenaza brutal de cárcel o represión violenta. Eso se llama fascismo. Hay más. El IEEP acusa a Elieser Popócatl de haber falsificado una firma en el documento que presentó a nombre de Podemos Puebla. Y lo hace justamente ahora, cuando tuvo más de un año para desahogar el problema sin mezclarlo con la solicitud del MAP. Es lo mismo: intimidación pura y simple para inhibir las protestas del MAP. Si el IEEP dice verdad, de ello se deducen dos conclusiones significativas. 1) Se refuerza mi afirmación de que Podemos Puebla jamás tuvo existencia legal como asociación civil, pues en caso contrario, el IEEP habría convalidado el delito de falsificación de firma al reconocer la validez del documento presentado por Popócatl. 2) Que los otros tres firmantes del oficio de marras (quitando a Popócatl y al quejoso), entre los cuales se encuentra Camerina Viveros, debieron haber tenido puntual conocimiento del ilícito y lo dejaron pasar por así convenir a sus intereses. Y ahora resulta que el IEEP coloca los “derechos” de Camerina Viveros por encima de los 50 mil poblanos del MAP. Sabemos con certeza que el Tribunal Judicial Electoral poblano, en pleno acuerdo con el IEEP, ya tiene lista su negativa a la apelación del MAP. Nos llegan, además, rumores amenazantes de que en estos días serán encarcelados los principales líderes del Antorchismo poblano por “órdenes superiores” que Barbosa se dispone a acatar. Todo concuerda con lo dicho por CÓDIGO PUEBLA y todo prueba el carácter político de la resolución del IEEP. Lo ponemos en conocimiento de la opinión pública como un legítimo recurso defensivo, y para llamar al Antorchismo Nacional a alertar a su gente para responder a escala nacional en caso necesario. Dejo aquí constancia anticipada de cualquier atropello en contra del antorchismo poblano. https://ift.tt/2SjzNxE
0 notes
winonalakefossils · 5 years
Text
Winona Lake, No Winona
Era un conocido hecho y lo había sido durante los últimos años, que el mayor parte del correo recibido en la pequeña oficina postal de Winona en Bass Lake en el Starke Condado por el administrador de correo Cary D. Chapman no era realmente dirigido a ninguna persona que vivía allí.  Se pasó una gran cantidad de tiempo de regresar bolsa tras bolsa de cartas a sus remitentes o reenviarlos con desdén a la Oficina de Cartas Muertas.  Ni sola una vez se quejo del trabajo extra.  Por el contrario, recibió una gran cantidad de placer.  “Eso es lo que esos carpetbaggers merecen para huirse con nuestro nombre,” se quejó.  Nadie, y menos de todo el irascible Senor Chapman, podría haber previsto la cadena de eventos que él ponía en movimiento para crear sin darse cuenta, unas cuarenta millas de distancia, un nuevo pueblo que reclamaria para sí el orgulloso nombre de Winona Lake.
En algún lugar de Indiana en marzo del 1895, un distinguido hombre en su mediados de 30s caminó rápidamente hacia una estación de tren.  Llevaba una cartera de cuero recortada con oro y llevaba un abrigo gris oscuro y un sombrero de fieltro con la signatura abolladura en el medio de la corona.  Al entrar en la estación, se acercó al mostrador.  Con una sonrisa cautivadora, le dijo al jefe de estación su destino.  Habiendo recibido su boleto, se hizo a un lado.  Metió la mano dentro del interior de la chaqueta y echó un vistazo a un reloj de bolsillo de oro fino.  Volvió el reloj a su lugar y se quedó pensativo.  El agobiado viajero dejó escapar un suspiro involuntario, y en un susurro bajo que nadie podía oír, murmuró, “Con qué rapidez nuestra suerte puede cambiar!”  Sus pensamientos lo llevaron al enero anterior en ese glorioso domingo cuando el se paró en la nueva iglesia presbiteriana—anteriormente el salón local de baile—y anunció a una delirante multitud sus planes para el establecimiento de un Indiana Chatauqua.
Una multitud considerable de escalofríos presbiterianos pisoteado del frío, golpeando la nieve de sus botas y castañeteando de emoción mientras que compartir lo que poco él o ella había oído del servicio especial del Rev. Dickey.  El ministro había hecho el viaje de Indianapolis a encender un fuego debajo de los locales que se quemarían caliente durante todo el invierno y en la primavera. 
“Bass Lake ha sido elegido por los presbiterianos de Indiana para ser el hogar de la propia Chatauqua de Indiana!” 
Todos en la sala sabían lo que eso significaba y ofreció un aplauso entusiasto.  El anuncio incluso generó unos gritos y silbidos.  El movimiento de Chatauqua había surgido en Nueva York diez años antes y había extendido a la región central y otras partes del país.  En el lago de Chautauqua, los Metodistas ofrecian vacaciones de verano que consistían de entretenimiento cultural y educativo.  Los programas incluyeron maestros, músicos, predicadores, showmen, oradores populares y pensadores.  Lo que el Rev. Dickey describió esa manana se consideró un Chautauqua muy mejorado, ya que se apartó de las formas liberales de los Metodistas a uno de acuerdo con las creencias representadas entre los reunidos.
“La Winona Asamblea, nuestro nombre Chautauqua aquí en Bass Lake, presentará una conferencia de Biblia además de un programa de la más alta calidad inspirado por la Madre Chautauqua, nuestro predecesor en Nueva York.”
Un rugido de aplausos sacudió las vigas, y el reverendo sintió cerca de bailar.
“Imagina esta humilde estructura transformada en una Hermosa iglesia presbiteriana.  Imagina un salón de música, edificios universitarios, y un gimnasio rodeandonos.”  Su sonora voz, sonrisa cautivadora y encanto natural combinaron para persuadir. 
“Pueden ver unos pocos miles de visitantes dando vueltas sobre jardines de flores impresionantes y disfrutando de la dulce y refrescante brisa del lago?”  Hizo un gesto hacía una ventana.  Los terrenos pueden haber estado cubiertos de nieve y el lago congelado, pero la gente vio vívidamente lo que pintó con palabras.
“?Pueden Uds. imaginarse a unos pocos miles de personas apresurandose para asistir un concierto?  Ellos verterán este verano de todo Indiana para escuchar nada menos que el presidente anterior Benjamin Harrison!”
Sus oyentes jadearon ante la idea de tal espectáculo.  Ellos se pusieron de pie como una y aplaudieron de sus manos en una ensordecedor declaración de apoyo. 
Al final del servicio, los alegres congregados se quedaron para afirmar el apoyo de este honorable visionario.  Ellos brillaron.  Profetizaron un gran éxito.  Dieron las gracias al reverendo para la selección de Bass Lake para poner en marcha un nuevo tipo de Chautauqua. 
Era de marzo, ahora, y si el suelo se había comenzado a descongelar, las negociaciones con los funcionarios del condado se habían congelado.  Relaciones heladas pusieron en peligro la gran inauguración de la Winona Asamblea. 
Tales eran los pensamientos del preocupado caballero en la estación de tren cuando sintió un suave toque en el hombro.  Se dio la vuelta y miró a los ojos de un hombre cercano a él en edad y de considerablemente distinguido porte.  Su abrigo negro de doble botonadura tenía botones cubiertos de tela.  Una cinta de seda destacó su elegante sombrero de copa negra.  Su mano izquierda sostenía un bastón de madera muy pulido con una talla de marfil adornado en su cabeza.
El desconocido extendió su mano.  El hombre correspondió. 
“?Tengo el honor de conocer al Rev. Dickey?” Él dijo con un agradable y suave acento alemán, y anadió, “Soy J.E. Beyer.” 
Ese nombre sonó una campana. 
“Señor Beyer, es un placer,” Rev. Dickey respondió con toda la dignidad de un hombre de su estatura. 
J.E. Beyer fue uno de un trio de hermanos que habían emigrado de Alemania y se establecieron en Indiana como mayoristas en productos lácteos y aves de corral.  Poseían y operaban Spring Fountain Park.  En los últimos años, habían cambiado las palabras “el lugar de reunión” para “asamblea” cuando decidieron llevar una versión pequeña de Chautauqua a Indiana.
Los dos hombres entraron en el tren juntos, dirigido por el Sr. Beyer que vio un asiento vacante e invitó a Rev. Dickey unirse a él.  El Sr. Beyer no perdió el tiempo en llegar al punto.
“He estado siguiendo su esfuerzo para abrir un Chautauqua presbiteriano en Bass Lake.”
“Entonces, usted es consciente de que ciertos oficiales del condado y del ferrocarril están jugando con nosotros,” respondió el reverendo.  “Estamos a la espera de miles de visitantes.  Una línea de tren debe venir todo el camino hasta los terrenos de la Asamblea, o de lo contrario los viajeros quedaran varados varias millas de distancia.  Sin embargo, los oficiales se niegan a actuar en esta condición no negociable.” 
Él casi esperaba al Sr. Beyer hacerle preguntas sobre los detalles y proponer una solución.  En cambio, el empresario decidido tomó al reverendo por sorpresa con una oferta. 
“Estoy seguro, Rev. Dickey, que Ud. está conciente de nuestras propias instalaciones.  Tenemos todo lo que necesita en Spring Fountain Park para abrir su Chautauqua a tiempo, y estamos dispuestos a vender.” 
Rev. Dickey se quedó atónito por un momento.  El Sr. Beyer dejó que sus palabras trascendentales se hunden mientras que trazar las rañuras delicadas de marfil en su bastón. 
Cuando volvió a hablar, el Sr. Beyer describió un hotel de primera clase convenientemente ubicado frente a la estación de trenes.  Se jactaba de un auditorio que podía albergar dos mil, meticulosamente cuidadas jardines de flores, varios manantiales naturales, y una oficina de correos.  La lista continuó, ya que los hermanos habían pasado diez años y $125,000 desarrollando el parque. 
Los otros pasajeros no podían oír lo que pasó entre los dos, ni podían mirar hacía otro lado.  El intercambio animado les proporcionó bienvenida entretenimiento.  Los hombres iban de episodios de abundante risa a largos tramos de diálogo intenso como si se estaban formulando una gran idea que cambiaría el mundo.  “Puede muy bién ser que estamos en presencia de la historia”, un pasajero se le oyó decir.
En la parada del tren, el Rev. Dickey abrazó al Sr. Beyer y partió con un semblante alegre y un jubiloso andar. 
La Winona Asamblea inauguró el julio 1 de 1895.  Una multitud de comunicados de prensa habló de una maravillosa Chautauqua y Conferencia de Biblia en Eagle Lake a dos millas de Warsaw, Indiana.  El inquebrantable liderazgo del Rev. Dickey había visto a la junta y los accionistas a través de una tormenta de crisis; verano trajo la cosecha de luchas recientes.  Sin embargo, un problema emergió, un molesto detalle del fallido intento de establecer en Bass Lake. 
El nombre de Winona que los presbiterianos habían legalmente asumido por su Chautauqua había venido de un pueblo en Bass Lake y fue también el nombre de la oficina de correos se encuentra allí.  Cuando la Asamblea se retiró y se instaló en su lugar en Eagle Lake, residentes de Winona en Bass Lake se indignaron.  Y cuando el problema del correo surgió, cavaron y se negaron a ceder ni una pulgada, su fiel administrador de correo a la cabeza.
Mientras el Rev. Dickey anunciaba que la correspondencia se dirigía a Eagle Lake, la gente suponía que la Winona Asamblea estaba ubicada en un lugar llamado Winona, que había sido el plan original.  La confusión resultó en cientos y cientos de cartas—no solo al Rev. Dickey, sino también a invitados oradores, músicos, maestros y aquellos que pasaron el verano en los terrenos-- dirigiéndose al Administrador Chapman en Winona en Bass Lake, quien se aseguró de que no llegaron a sus destinatarios.
El problema se volvió crítico en la primavera de 1897 después de que el incipiente Chautauqua se ganó el derecho de organizer la prestigiosa Anual Presbiteriana General Asamblea.  La oportunidad fue tanto un honor como una enorme empresa, pero la debacle de correo seriamente los obstaculizó las preparaciones.  John Studebaker, un accionista de la Winona Asamblea y fundador de la Studebaker Corporación de Automóviles, escribió una carta al Presidente McKinley insistiendo en que algo se haga.  Muchos presumieron que el asunto se resolvería en cuestión de días.
No lo fue. 
En enero de 1898, la oficina de correos de la Eagle Lake legalmente cambió su nombre a la Oficina de Correos de Winona Lake.  A pesar de este intento de aclarar la confusión, la gente continuó dirigiendose al correo a Winona, Indiana, suministrando un flujo constante de correo imposible de entregar a la oficina de correos de Bass Lake.  Rev. Dickey fue hasta el punto de poner un anuncio en los periódicos con la directiva para dirigir la correspondencia a “Winona Lake, no Winona.”
El problema persistió.
Según las leyes del correo, dos oficinas de correo en el mismo estado no podrían compartir el mismo nombre, y la única persona con la autoridad para reparar el desorden era el presidente de los Estados Unidos.  Mientras tanto, innumerables cartas destinadas a la oficina de correos de Winona Lake terminaron en las manos del obstinado jefe de correos de la Oficina de Correos en Bass Lake.
El diez de agosto de 1903, el Logansport Daily publicó la historia de los dos Winonas:  “Hay millones de personas en el nombre para que una corporación religiosa está luchando contra el jefe de correos en Winona en el Starke County,”  comenzó el artículo.  Continuaba decir como el jefe del correos de Winona, Cary D. Chapman, caracterizado cómo un patriota y un héroe de las guerras Civil, Indio y Mexicana, estaba defendiendo el derecho de su oficina de correos conservar su nombre.
Según el Daily, el noventa por ciento de las personas que se dirigieron cartas destinados a la Oficina de Correos de Winona Lake dejó la palabra “lake.”  Como resultado, su correspondencia fue a Winona en el Starke County, “la única oficina en el estado,”  el periódico sostenía, “legalmente reclamando ese nombre.”
El Presidente Theodore Roosevelt, quien cree Chautauqua era la cosa más Americana de America,” envió una carta al Director General de Correos.  Él, a su vez, envió investigadores postales a las dos oficinas de correos en guerra.  El informe de los investigadores indentificó el Correos de Winona Lake como sirviendo mucho más ciudadanos que el otro Winona, y castigó a su jefe de correos por su parte en frustrar la entrega de correo de los Estados Unidos por un tecnicismo.  En abril de 1905, el Sr. Chapman perdió su lucha por el nombre y su trabajo.  La oficina de correos en Winona en Bass Lake pasó a llamarse Cobbler Station, llevando el nombre de su nuevo administrador de correos.
Era un establecido hecho a pesar de lo que reportaron los periódicos, que el Rev. Dickey pretende abrir el Chautauqua en las afueras del bucólico Winona en Bass Lake en Starke County.  Es por ello que la Winona Asamblea fue legalmente constituda con ese nombre en febrero de 1895.  Cuando ciertos funcionarios levantaron obstáculos, J.E. Beyer intervinó con una oferta que nadie más podía igualar.  El resultado fue el problema perenne de correo redireccionado a manos de Sr. Chapman que obligaron una confrontación que requiere la intervención de un Presidente.  La lucha del Rev. Dickey para traer una Chautauqua a Indiana lo encontró envuelto en un conflicto con una oficina de correos rival, y fue Winona Lake, no Winona, que surgió el vencedor.
Translation by Gail Rogge Merriman
Agradecimiento espcial a: Al Disbro, Winona Lake, IN; Schricker Main Library, Knox, IN; Winona History Center at Grace College, Winona Lake,IN
0 notes
Text
LAS SANCIONES NO FUNCIONAN, ¿CUÁNDO LO ENTENDERÁ EEUU?
Artículo tomado del New York Times.
Escrito por  *Christopher Sabatini.
Jueves 1° de agosto del 2019 -  El esfuerzo del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para provocar el fin del régimen represor de Cuba al aplastar su economía solo garantiza más sufrimiento para los ciudadanos de la isla, que ya padecen suficientes limitaciones a consecuencia del proyecto económico fallido de Fidel Castro.
La Casa Blanca está dañando a la misma gente —los cubanos comunes y corrientes— a la que dice querer ayudar. No solo se están agotando sus posibles fuentes de ingresos independientes (y, con ellas, su autonomía política), sino también su acceso a alimentos y sus esperanzas para el futuro.
Durante décadas, la autocracia cubana ha sido un recordatorio irritante de la impotencia de Estados Unidos para erradicar el comunismo. El congreso estadounidense endureció el embargo contra la isla en 1992 y 1996, con los involuntariamente irónicos nombres de la Ley de la Democracia Cubana y de la que se conoce como la Ley de la Libertad Cubana.
Tumblr media
Esta presión siempre ha venido acompañada del discurso draconiano de los republicanos, a quienes les gusta afirmar que al gobierno de Castro le ha llegado el fin. John Bolton, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, es el representante más reciente de una política de mano dura que ha diseminado esta retórica vacía.
Sin embargo, más de 58 años de aislar a La Habana han demostrado que esta estrategia no sigue ninguna teoría lógica de cambio de régimen, por más bien vista que esta sea al sur de Florida. El aislamiento solo ha reforzado el esfuerzo del gobierno cubano para hacer que sus ciudadanos sean económicamente dependientes del Estado comunista.
Esta estrategia de mano dura de los gobiernos estadounidenses tuvo una breve pausa cuando, en diciembre de 2014, el entonces presidente Barack Obama anunció una flexibilización del embargo y la normalización de las relaciones diplomáticas. Trump revirtió el rumbo y echó a andar de nuevo muchas de las sanciones fallidas del pasado en contra de Cuba, además de algunas nuevas.
Estas sanciones incluyen restringir el turismo estadounidense a viajes grupales oficialmente aprobados con organizaciones culturales, cancelar el permiso para que los cruceros estadounidenses atraquen en puertos cubanos, planes para reducir a 1000 dólares la cantidad de dinero que los cubanoamericanos pueden enviar a Cuba cada tres meses y permitir que los ciudadanos estadounidenses demanden a empresas extranjeras por el uso de propiedad expropiada por el gobierno de Castro (una disposición que habían suspendido los gobiernos republicanos y demócratas desde que se aprobó en 1996).
Tumblr media
Según lo admitió la Casa Blanca, estas políticas reducirán a la mitad el número de turistas estadounidenses que visitan la isla. El año pasado, esa cifra fue de 600.000 personas. Los turistas estadounidenses habían contribuido a mantener las tiendas y los restaurantes privados, así como los aproximadamente veinte mil lugares de hospedaje registrados en Airbnb que han aparecido en años recientes.
El apoyo a La Habana del régimen de Venezuela, otro blanco del gobierno de Trump, se ha detenido, lo que ha agravado los problemas económicos de Cuba.
Poco después de que tomó protesta como presidente de Venezuela en 1999, Hugo Chávez lanzó un salvavidas a la economía cubana, que estaba pasando por un momento difícil, con el envío de cien mil barriles de petróleo diarios, la mitad de los cuales el gobierno cubano vendía en el mercado mundial a cambio de dinero en una moneda fuerte. Como pago parcial por el petróleo barato, los cubanos suministraron apoyo militar y de inteligencia a Chávez y a su sucesor, Nicolás Maduro, para ayudarlos a consolidar su proyecto autócrata y corrupto.
Sin embargo, a medida que la producción de petróleo venezolano se desplomaba en años recientes y los precios mundiales caían, el sistema para mantener a flote a Cuba se redujo a entre 20.000 y 50.000 barriles diarios, a partir de abril.
El gobierno de Trump ha percibido la debilidad de estas dos economías como una oportunidad para provocar un cambio de régimen en ambos países.
El primer objetivo fue Maduro, con la esperanza de que su caída retornara la democracia a Venezuela y de paso provocara la quiebra del régimen cubano, al ponerlo por fin de rodillas. Ahora que los funcionarios gubernamentales deben enfrentar sus esfuerzos fallidos y sobrevalorados para derrocar a Maduro, han cambiado el enfoque: culpan a Cuba por la supervivencia de Maduro, en lugar de a Maduro por la supervivencia del gobierno cubano.
Tumblr media
Los cubanos, y sus líderes, han pasado cosas peores. Las restricciones estadounidenses al comercio y los viajes a Cuba son menores en comparación con las dificultades que enfrentaron tras el colapso de la Unión Soviética, un periodo en el que la economía cubana se contrajo más de un tercio. Aun entonces, con escasez de alimentos, electricidad y esperanzas, el gobierno de Castro sobrevivió.
Hoy, el liderazgo de Cuba, a cargo del sucesor seleccionado por Raúl Castro, Miguel Díaz-Canel, nuevamente está exhortando a los ciudadanos de la nación a apretarse el cinturón, al promover, por ejemplo, el consumo de jutías, un roedor local, como fuente de proteína. Además, otras potencias autoritarias, como China y Rusia, están más que dispuestas a enviar aunque sea un poco de ayuda económica y mucho apoyo ideológico antiestadounidense, lo cual no existía durante el periodo posterior a la Guerra Fría.
La estrategia del gobierno de Trump fracasará, como lo ha hecho en el pasado, y el pueblo cubano continuará soportando el embate de una política estadounidense equivocada. ¿Cuándo aprenderán por fin los líderes estadounidenses las lecciones de la historia?
*Profesor adjunto en la Universidad de Columbia y director ejecutivo de Global Americans.
0 notes
bewild-beproud · 5 years
Text
Historias Africanas – Ziguinchor, la desvencijada joya de Casamance y cómo llegamos a ella –
Nubes gruesas y completamente negras se cernían amenazadoras sobre el río Casamance. La antigua ciudad de Ziguinchor se encontraba casi vacía, azotada por un viento fuerte que eliminaba los resquicios de ese calor húmedo tan característico del África subtropical. Nacho y yo llegábamos sucios, nuestras camisetas antaño blancas fundidas con el color barro de las calles encharcadas, y un ligero temblor empezaba a recorrernos la espina dorsal. No lluevas cariño, todavía no. Quedaba poco para llegar al puerto. Allí habíamos quedado cinco horas y media antes con nuestros compañeros de viaje, cuando reunidos en la frontera con otro país se nos había ocurrido una loca idea, en lo que en ese momento parecía un recuerdo muy lejano, otro mundo.
Tumblr media
Ese otro país era Gambia. Allí habíamos pasado los dos últimos meses, trabajando duro para levantar un sueño que habíamos cumplido. La estructura de la Basori-Playing Nursery School lucía ya en el pueblo que habíamos aprendido a amar. Ante ella, los cuatro amigos nos abrazábamos y enfilábamos el camino de salida de aquel terreno, de aquel pueblo, de aquella pequeña gran victoria. Nos acompañaba Bambo, uno de los hombres más espectaculares que he conocido nunca por su gestión de sus recursos. No había nada que Bambo no pudiese conseguir, por muy inverosímil que pareciese. Eso incluía tomates a medianoche o el asesinato de una rata puñetera que vivía en el tejado. Veíamos cómo desaparecía en su antiguo Mercedes mientras nos aseguraba con su perenne sonrisa que “no problem”. Así era Bambo. En un último gesto de bondad infinita, nuestro hombre cargó nuestras pesadas mochilas en el maletero y nos acercó a la frontera con la región sur de Senegal, la llamada Casamance. Allí empezaba todo.
No es sencillo describir la sensación de libertad y aventura que nos invadía en aquel momento. Tras meses de movimientos limitados, la exuberante Casamance se abría ante nuestros ojos como un cuadro pintado de un solo color. Mirases donde mirases solo había verde, árboles inmensos y una carretera serpenteante que se introducía en una zona inmensa de marismas. La imagen idílica solo tenía un pequeño obstáculo: la frontera. Una frontera africana, para ser más precisos. Como “toubabs”, allí éramos un caramelo que empezaba a derretirse. Quizá eso fue lo que hizo que rápidamente apareciese un guardia fronterizo para llevarnos a un pequeño despacho, donde sus jefes nos preguntaron amablemente qué cojones hacíamos allí. Mientras nos despojaban de nuestros documentos y efectos personales de bolsillo, un enorme gambiano con gesto serio y boina militar nos interrogaba. Las casualidades de la vida hicieron acto de presencia cuando aquel adusto funcionario comenzó a utilizar el castellano, fruto de su paso por Barcelona. Tras unos tensos minutos, el guardia relajó su faz en una sonrisa cuando decidió creer en nuestra inocencia y nos acompañó a la salida. Prueba superada.
Una vez más, allí estaba la puerta de la idílica Casamance, pero esta vez cruzábamos sin más impedimentos que el peso de nuestros macutos. A unos minutos andando se encontraba la estación de “autobuses” (gele-gele) de Seleti, el primer pueblo fronterizo senegalés. Apenas 100 km nos separaban de Ziguinchor, pero nuestro escaso presupuesto y nuestro interés por conectar con el ser humano hicieron que nos decidiésemos rápidamente por ir en autostop. Siendo cuatro, lo más inteligente era dividirnos en grupos de a dos, y para hacerlo más interesante planteamos una carrera, un destino y una frecuencia temporal para facilitar nuestro encuentro.
Con el desafío imperando ya en todas nuestras decisiones, nos separamos varios metros en la pugna por conseguir el primer vehículo. Un desconchado BMW blanco conducido por un joven acompañado de dos mujeres y un bebé fue el primero en detenerse delante de Nacho y yo. Aquel coche no iba directo a Ziguinchor, pero la promesa de un nombre desconocido y a sabiendas de que solo había una única carretera nos apretujamos contra una puerta que no terminaba de cerrarse. ¡Y allá íbamos! Con grandes sonrisas saludamos a nuestros dos compañeros que esperaban sentados en la cuneta. Nos reímos mucho. Pensábamos que nada impediría que llegásemos los primeros.
He aquí cómo el destino suele cebarse con los que se confían, como si realmente un designio divino menor disfrutase enormemente poniendo piedras en el camino mientras se ríe a mandíbula batiente desde alguna nube. El glorioso viento que se introducía por las ventanas de aquel BMW blanco y que nos impulsaba a toda velocidad empezó a disminuir en el siguiente pueblo…donde el joven detuvo el coche alegando que aquel era su destino. Lo era, así que nos bajamos. Recuerdo que aquel pueblo era bonito, distinto de los que habíamos conocido en Gambia. La emoción del viaje no perturbó aquel pequeño escollo, así que nos dirigimos hacia el puentecito que hacía las veces de salida del pueblo. Por allí no pasó nadie en media hora, cuando el rugido del motor de un coche llegó a nuestros oídos y levantó a partes iguales nuestra esperanza y nuestros cuerpos. La desilusión más extrema llegó cuando en aquel coche vimos a nuestros dos amigos cómodamente instalados en el asiento trasero, desde donde incluso se tomaron la licencia de pedir al conductor que disminuyese la velocidad para gritarnos entre risas… ” ¡Nos llevan a Ziguinchor!”. Y allá iban, cruzando ese puentecito por el que no pasaba ni un alma. Nacho y yo nos miramos completamente desolados. Aquellos cabrones iban a llegar antes que nosotros salvo que ocurriese algo extraño, algo que en una carretera senegalesa no es tan difícil, por lo que nos sacudimos la sensación de derrota de encima y nos abrimos unos cacahuetes. Algo es algo oye.
Por fin, después de una hora de espera infructuosa apareció un pequeño camión de transporte de… ¡cerveza! Aquello debía ser una señal, y efectivamente el camión se detuvo. Su destino era Bignona, una ciudad media a unos 30 km de Ziguinchor. Nos servía, así que nos subimos y cruzamos al fin aquel maldito puente. Nos acompañaban dos hombres, el conductor y un acompañante del que supimos más a lo largo del viaje y que resultó ser nuestro futuro benefactor. Era bombero en Ziguinchor y también viajaba en autostop, por lo que nos unió a él ese común sentimiento que aparece cuando una persona realiza lo mismo que tú, esa especie de energía humana que hace pensar en un mundo donde todo tiene sentido. Un amigo que admiro me dijo hace tiempo que cualquier cosa que quieras hacer es posible, puesto que hay una o más personas en el mundo que desean hacer lo mismo que tú. Sin saber cómo, la vida te dirigirá a ellas para poner en común la fuerza que os permitirá realizarlo. Esta energía realmente funciona, está ahí y solo hay que atreverse a buscarla para hacerlo patente.
En estas cosas pensaba mientras la belleza verde de la marisma senegalesa brillaba a nuestro alrededor. Nacho dormitaba a mi lado, y relajado pude por fin pude disfrutar de la contemplación de un paisaje que en ocasiones quitaba el aliento. De una zona cubierta por la más espesa vegetación pasábamos sin corte a una explanada tremendamente abierta y cubierta de agua que rodeaba la carretera, acrecentando el sentimiento de unidad con el camino. ¿Qué más daba no llegar el primero a Ziguinchor? Allí no estaba el premio.
Cuando finalmente llegamos a Bignona nos sorprendió una ciudad cuidada y tranquila. Nuestro camión paraba a descargar en un bar-restaurante y llegaba el momento de buscar un nuevo transporte. Era la hora de comer y apenas habíamos probado bocado. Mamadou, el bombero, debió pensar lo mismo porque sin más preámbulo nos invitó a acompañarle al cuartel de la ciudad. Nos prometió que alguno de sus compañeros acuartelados allí vivía en la misma Ziguinchor y que finalizaba su jornada pronto, por lo que no tendría problema en acercarnos. Maravillados por el plan aceptamos y le seguimos. Mamadou era una bestia física, sin mucha envergadura pero con cada músculo del cuerpo esculpido. Sin preguntar se echó al hombro una de mis mochilas y empezó a caminar a una velocidad supersónica que nos tuvo a Nacho y a mí con la lengua colgante en apenas 5 minutos. Llegamos al cuartel de bomberos de Bignona en un santiamén y allí agradecidos esperamos a que Mamadou anunciase nuestra presencia, o eso creíamos. La verdad es que no entendíamos mucho de lo que estaba pasando, pero era tan divertido que allí nos quedamos.
Nuestro interés se vio recompensado cuando a la entrada del cuartel, unos bomberos en descanso nos invitaron a un té. El maravilloso dulzor del ataya y su peculiar chute de cafeína despertaron nuestros sentidos, lo que fue un estupendo preámbulo de la reaparición de Mamadou con una fuente grande de arroz especiado. Así es Senegal, el país de la Teranga, de la hospitalidad más manifiesta, sencilla y humana que jamás he encontrado. Allí no se concibe que alguien pueda comer mientras otro mira. La casualidad nos había reunido y Mamadou se preocupaba de que estuviésemos bien como si realmente tuviese responsabilidad sobre nosotros.
Cuando terminamos, Mamadou, presa de su incontenible fuerza interior, nos apremió para continuar el viaje. Algo de información debimos perder por el camino porque ningún compañero suyo iba a llevarnos a Ziguinchor. Lo entendimos tarde, cuando el bombero paraba un gele-gele y nos pedía las mochilas para ascender rápidamente. Por si algún lector no ha cogido nunca uno de estos transportes, he de mencionar que son destartaladas furgonetas vaciadas por dentro de todo adorno que impida que entren en ellos por lo menos 30 personas apretujadas en bancos de hierro. Por fuera presentan un aspecto estrambótico, pintadas de colores chillones, alabanzas a Allah, cargas inverosímiles en sus techos atadas con cuerdas y siempre uno o dos chavales jóvenes colgados de la puerta de atrás que hacen las veces de acomodadores, cobran los pasajes y tratan de atraer el mayor número de pasajeros a voces. Ante esta tesitura, lo más lógico es pensar que no tienes mucho tiempo para decidir si te subes o no, y así es, ya que hay veces que debes hacerlo casi en movimiento. Hecho este aparte, volvemos a nuestro gele-gele avanzando hacia nuestra posición y a Mamadou pidiendo nuestras mochilas para, en un instante casi mágico, lanzarlas como si fuesen plumas hacia los jóvenes que ya las ataban al techo antes de que pudiésemos decirle a Mamadou que viajábamos en autostop porque no teníamos dinero para transporte.
Veinte segundos después estábamos ya en el interior de aquel horno humano, sonriendo con disculpa a los pasajeros que nos miraban molestos por las dimensiones de dos nuevos traseros que a ojos vista no cabían allí. Mamadou se reía cuando le acercamos unas monedas que costeaban nuestro pasaje y meneaba la cabeza. Nunca lo cogió, como si le resultase increíble y gracioso que no entendiésemos nada. Eso es parte de vivir África.
El motor del gele-gele rugía como luchando por su supervivencia, buscando con sus lamentos un final digno para una vida tan machacada. A veces sorprende cómo es posible que sigan avanzando, pero lo hacen. Transitábamos por una larguísima recta que nos conducía al fin de nuestro viaje. Ziguinchor no quedaba ya lejos, pero el curioso destino que enfrentábamos ese día nos deparaba una última sorpresa. Sin previo aviso, ocurrieron dos cosas a la vez: el gele-gele pareció desplomarse levemente hacia uno de sus vértices mientras un sonido horrible de fricción nos acuchillaba los oídos. El conductor agarró el volante con fuerza y consiguió mantener recto el vehículo mientras frenaba bruscamente. Hicieron falta varios cientos de metros para conseguir detener aquel monstruo infernal entre gritos y lamentos de los que pensábamos que nos dirigíamos ya sin remisión hacia nuestra muerte. Cuando finalmente paramos, un hilillo de humo ascendía de una de las ruedas traseras del autobús, que había reventado y de la que apenas quedaba un colgajo de neumático. Todos empezamos a bajar del gele-gele, pero casi nadie se quejaba. En Senegal no son raros los accidentes de ese tipo, por lo que para muchos senegaleses es solo un elemento más del transporte por sus carreteras, algo inevitable.
La nueva situación nos dejaba algo más desamparados de lo habitual. Nos encontrábamos en medio de la nada, rodeados del bosque verdoso y espeso y todavía a varios kilómetros de Ziguinchor. Nacho y Mamadou se liaban un cigarrillo mientras algún que otro coche pasaba como una centella a nuestro lado y unas preocupantes nubes negras se acercaban por el este. El sol empezaba a caer al otro lado, conformando un paisaje de una belleza pura e inexplicable, salvaje. De pronto vimos desde la cuneta cómo otro gele-gele, más pequeño y abarrotado si cabe, se acercaba por la carretera y frenaba detrás del averiado. El conductor se bajaba a comentar lo ocurrido cuando Mamadou demostró una vez más que estaba a otro nivel. Dejó caer el cigarrillo y rápidamente se subió al primer autobús para desenganchar nuestras mochilas. Nos las pasó y mientras nos las ceñíamos a la espalda empezó a negociar nuestro pase en el nuevo gele-gele con otro de los trabajadores. Nunca supimos qué le contó, pero 5 minutos después subíamos al vehículo los tres y una venerable anciana milenaria aquejada de una tos que ascendía desde lo más profundo de su alma. Tan solo había tres asientos, por lo que tuve que dejar el mío a la no tan agradecida señora y conformarme con un hierro casi invisible que resultó ser una tortura a cada bamboleo que daba aquel desvencijado transporte.
Volvíamos a estar en movimiento gracias a Mamadou. La tormenta nos seguía como un perro peligroso mientras nos dirigíamos hacia el sol. La entrada a Ziguinchor ya se vislumbraba entre la bruma que se levantaba de la marisma y el río sobre la que se asienta, dando a nuestro final de viaje un aspecto épico indeleble en mi memoria. El gele-gele se detenía al fin para alivio de mi cuerpo maltrecho. Nacho, Mamadou y yo nos bajamos y nos despedimos con entusiasmo. El mundo está lleno de amigos que jamás volveremos a ver.
Una vez más con las mochilas a cuestas nos dirigimos al puerto, nuestro punto de encuentro. Allí estaban David y Fonseca, hablando con unos estibadores que nos salvaron esa tarde, aunque esa es otra historia. Al vernos nos señalaron y corrieron hacia nosotros, sonriendo, sin importar ya el desafío que lo inició todo. Habíamos llegado tres horas más tarde de lo acordado, pero no importaba. Empezaban a caer las primeras gotas sobre Ziguinchor, habíamos llegado.
Mario Marty (@mariomartyph)
Tumblr media
0 notes