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diarioelpepazo · 2 years

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El cambio de estrategia del futbolista brasileño contará con el bufet de abogados de Cristóbal Martell, quien trabajará para poder sacarlo de prisión mientras su defendido siga siendo investigado. Martell es un reputado abogado que defendió Lionel Messi en su litigio por fraude fiscal, además de otros muchos casos vinculados con delitos económicos. Dani Alves contrató al bufet de Cristóbal Martell (Reuters) A medida que pasan los días se van conociendo nuevas informaciones en el caso de Dani Alves, quien está siendo investigado por la supuesta violación de una joven de 23 años en el baño de la discoteca Sutton el pasado 30 de diciembre. Detuvieron a Dani Alves por presunta agresión sexual a una mujer en Barcelona: la Fiscalía pide prisión sin fianza El futbolista que milita en los Pumas de la UNAM fue detenido en la comisaría los Mossos d’Esquadra de Les Corts de Barcelona tras acudir a declarar El lateral brasileño, que recientemente fue cambiado de prisión “por temas de seguridad”, tendrá un nuevo bufete de abogados a su disposición después de que se conociera que el letrado especializado en derecho penal Cristóbal Martell lo defenderá en la causa abierta del juzgado de Barcelona junto a Miraida Puente Wilson, quien tomó el caso desde el pasado viernes. Según informó este martes la abogada a través de un comunicado, tras la decisión de la jueza de enviarlo a prisión sin fianza, Alves ha querido “reforzar” su defensa con un especialista en derecho penal, para lo que ha elegido al bufete que dirige Cristóbal Martell. Martell es uno de los abogados más reputados de Barcelona y, como tal, llevó al expresidente de la Generalitat Jordi Pujol y a su familia en la causa de presunta corrupción y ha representado al futbolista Lionel Messi en su litigio por fraude fiscal, además de otros muchos casos vinculados con delitos económicos. Cristóbal Martell junto a Jorge Messi durante la etapa de La Pulga en Barcelona (Europa Press) Miraida Puente, que asesora a Alves en sus distintas empresas y actividades mercantiles, fue la abogada que lo asistió en su detención del pasado viernes y en su declaración ante la jueza instructora, que tras la comparecencia acordó enviarlo a prisión preventiva, sin fianza. Se complica la situación de Dani Alves: le dictaron prisión sin fianza tras la presunta agresión sexual en Barcelona El futbolista brasileño de 39 años, quien actualmente milita en los Pumas de la UNAM de México, ya fue detenido por la policía catalana al regresar a España En su comunicado que fue difundido por el diario español La Vanguardia, la letrada recordó que asistió al futbolista “en cuanto distintos medios de comunicación adelantaban la existencia de la causa judicial y su concreto objeto, coadyuvando con la fuerza policial y el propio juzgado a la voluntaria puesta a disposición de Dani Alves”. El brasileño, recalcó el comunicado, se encontraba en el extranjero y, a través de la abogada, se ofreció a “prestar declaración y defender su inocencia”. No obstante, “el desarrollo de los acontecimientos y la privación de libertad sufrida” han llevado a Alves y a la letrada a “reforzar” su defensa con un especialista en derecho penal, quien, añadió el comunicado, “colaborará” con Miraida Puente en la investigación y eventual juicio a Alves, para “restablecer su honor y dignidad y, en suma, demostrar su inocencia de los hechos que le son imputados”. Dani Alves pasa sus días en la prisión Brians 2 (Foto: Cuartoscuro / INAMI) La primera tarea que tendrá Martell y su bufete de abogados será la de intentar sacarlo de prisión mientras es investigado. Para ello podría presentar un recurso en las próximas horas en el que solicitará su libertad a cambio de otro tipo de medidas como una fianza, el retiro de su pasaporte o la prohibición de salir del país. La estremecedora declaración de la mujer que denunció a Dani Alves por violación La denuncia detalla qué ocurrió la noche que conoció al futbolista en una discoteca de Barcelona

Posteriormente, ambos representantes legales deberán trabajar en el caso ya que, las contradicciones en las declaraciones de Alves, las versiones de los testigos y las cámaras de seguridad de la discoteca complicaron la situación legal del deportista. Cabe destacar que Martell, uno de los abogados más respetados de Barcelona, lleva más de 20 años defendiendo a clientes de gran calibre y participó en grandes casos mediáticos, siendo algunos de ellos la defensa a la familia Pujol, la del futbolista Lionel Messi por fraude fiscal y la del FC Barcelona en el caso Neymar. Para recibir en tu celular esta y otras informaciones, únete a nuestras redes sociales, síguenos en Instagram, Twitter y Facebook como @DiarioElPepazo El Pepazo/Infobae

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unpensadoranonimo · 4 years

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Opiniones sobre el secesionismo en España (27/6/2020)

Dilema catalanista: emular al PNV con Marta Pascal o una plataforma con Albert Batlle - Marcos Lamelas

ERC, el socio despechado - Jordi Mercader

Euskadi avanza en el desarrollo del Estatuto de Gernika mientras el nacionalismo busca su reforma por tercera vez - Iker Rioja Andueza

Euskadi desde Madrid - Igor Marín Ochoa

La rabieta de ERC y la mercantilización de la política - Antonio Casado

La evolución del voto en el País Vasco: 40 años de hegemonía del PNV con un lapso socialista - Diego Molpeceres

Los amigos de ETA salvan a Marlaska - José Apezarena

Los nietos de Pujol crean el PNV catalán - Jordi Mercader

PDeCAT, Units, la Lliga o el Partit Nacionalista: quién es quién en la sopa de siglas del catalanismo de centro-derecha - Arturo Puente

Trapero canta victoria - Javier Caraballo

Trapis - Miquel Giménez

Un nuevo catalanismo - Jéssica Albiach

#opiniones #nazinalismo #cataluña #euskadi #españa

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teleindiscreta · 7 years

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Torrent propone a Sànchez como nuevo candidato sin fijar aún fecha del pleno

Fuente original: Torrent propone a Sànchez como nuevo candidato sin fijar aún fecha del pleno Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.

El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha oficializado hoy que propone al presidente del grupo parlamentario de Junts per Catalunya (JxCat), Jordi Sànchez, como candidato a la investidura, sin fijar aún la fecha del pleno.

Tras reunirse a lo largo de la jornada de hoy en su despacho de audiencias con el conjunto de líderes parlamentarios, Torrent ha confirmado a través de un comunicado su decisión de aparcar la candidatura de Carles Puigdemont y proponer a Jordi Sànchez, que cuenta con el apoyo de JxCat y ERC, aunque de momento no de la CUP.

Fue el propio Puigdemont quien planteó esta solución el pasado jueves, a la vista de que su investidura seguía bloqueada por las trabas legales.

Paralelamente, los portavoces y diputados de JxCat en el Parlament Elsa Artadi y Eduard Pujol han pedido al presidente del Parlament, Roger Torrent, que convoque el pleno de investidura de Jordi Sànchez de aquí a más de dos días para poder tener tiempo de convencer a la CUP para que apoye la candidatura.

“Le hemos pedido que el pleno no sea en 48 horas para trabajar en las negociaciones con la CUP, si bien la fecha la debe acabar marcando él”, ha explicado Elsa Artadi acompañada de Eduard Pujol en rueda de prensa en el Parlament tras reunirse ambos con Torrent.

Artadi ha detallado que JxCat está ultimando un acuerdo con ERC que se presentará oficialmente en un par de días, y que ese acuerdo seguro que agradará a la CUP porque habla en profundidad de “construir república” y ahonda en el proceso constituyente.

JxCat y ERC necesitan los votos de la CUP para poder tener la mayoría necesaria para investir a Jordi Sànchez ya que Carles Puigdemont (JxCat) y Toni Comín (ERC) no pueden votar porque están en Bélgica: Artadi ha avanzado que Puigdemont no va a dejar su acta de diputado para que entre otro de la lista que sí pueda votar.

También ha destacado que el acuerdo que ultiman JxCat y ERC es diferente al que se trasladó a la CUP el viernes y que los ‘cupaires’ rechazaron el sábado en una asamblea: “Llegamos muy justos de tiempo con la CUP y votaron un documento no definitivo, por lo que ahora pedimos unos días para llegar a un acuerdo sobre el nuevo documento de propuesta que estamos acabando de cerrar”.

“ERC y nosotros nos hemos emplazado a poner sobre la mesa de la CUP una propuesta y que tengan el tiempo suficiente para decidir en función de sus tiempos internos”, ha detallado Artadi, que está convencida de que se va a poder sellar un acuerdo a tres bandas para dar luz verde a la investidura de Jordi Sànchez y a la configuración de un nuevo Govern.

Precisamente sobre la investidura de Sànchez, Artadi ha detallado que el abogado del aspirante a candidato pedirá permiso para que salga de la cárcel e ir al pleno de investidura en cuanto Torrent firme los decretos de convocatoria.

Artadi también ha señalado que JxCat no renuncia a investir a Carles Puigdemont en un futuro y que seguirá intentando reformar la Ley de la Presidencia e impulsando otras iniciativas necesarias para lograrlo.

Sobre la propuesta del diputado de ERC en el Congreso Joan Tardà de tender puentes con los comuns y el PSC, Artadi ha dicho que JxCat siempre ha querido tender la mano a los comuns pero que con el PSC hay “poca relación parlamentaria en este momento”.

europa press

Fuente: La Razón

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#España #Noticias

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noticierouniversal-blog · 7 years

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Victoria Álvarez, nueva defensora de derechos y libertades de los catalanes

Victoria conoció a Jordi Pujol Ferrusola en un puente aéreo. Era 2007. La azafata ofrecía periódicos y él aprovechó para trabar conversación. Ella contestó en castellano. “A partir de aquí empezamos a discutir intensamente de lengua y nacionalismo. Comenzaron a verse, luego a salir y a los dos meses de relación él le explicó que su matrimonio era puro teatro. Continuaron. Luego, la vida les llevó…

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projeto0038-blog · 7 years

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O País da Loucura

Rojo, Alfonso (2009). Jugoslávia: Holocausto nos Balcãs. Yvette leitão, trad; Oliveira, Nuno Simões de, trad. Editorial Inquérito.

O país em que «enlouqueceram» e disparavam contra inocentes como Stipo Varivoda, está no coração da Europa, a três horas de avião de Madrid. Em tempos normais, bastava alguém levantar-se cedo em Barcelona, seguir pela auto-estrada em direcção ao Norte, pisar o acelerador e, após deixar para trás Niza, Génova, Veneza, Trieste, Liubliana e Zagreb, era possível ir cear a Belgrado, capital da antiga Jugoslávia.

Em 29 de Junho de 1914, os jornais da época abriram as suas primeiras páginas com a notícia de que o arquiduque Francisco Fernando, herdeiro do trono austro-húngaro, tinha sido assassinado no dia anterior numa exótica cidade dos balcãs chamada Sarajevo. A 27 de Julho começou a primeira guerra mundial. Três dias depois, o rei Afonso XIII, com o apoio de Eduardo Dato, chefe do governo, promulgou um Decreto Real declarando a neutralidade de Espanha. Aquela decisão manteve os espanhóis afastados dos horrores de uma conflagração em que morreram mais de oito milhões de pessoas.

Decorreram oito décadas e outra guerra mundial desde então. A Europa já não é um espaço dividido entre capitalistas e comunistas. A 16 de Dezembro de 1991, na localidade holandesa de Maastricht, os países ricos do Velho Continente selaram com um tratado a sua vontade de união. Decorreram tantos anos de paz, que muitos de nós acreditámos que os demónios da guerra tinham sido definitivamente exoscizados da Europa. Era um erro.

Na Primavera de 1991, quase sem que nos apercebêssemos, no meio da escandalosa indiferença internacional, estalou a guerra na Jugoslávia. Os implicados eram para nós familiares. Sabíamos como jogavam os futebolistas do Estrela Vermelha de Belgrado, conhecíamos Drazen Petrovic e os basquetebolistas do Cibona de Zagreb e tínhamos escutado os grunhidos da tenista Mónica Seles*.

Era a primeira vez, desde a Segunda Guerra Mundial, que capitais de repúblicas sofriam cercos medievais e se condenavam a morrer de fome crianças como as nossas. Havia campos de concentração, milhares de mortos dezenas de milhares de feridos, rios de sangue, batalhas encarniçadas e actos de crueldade arrepiantes.

O drama jugoslavo tinha todos os ingredientes informativos que, em condições «normais», atraem como um íman o interesse das pessoas e desencadeiam paixões acesas e, todavia, foi insuficientemente coberto pelos meios de comunicação e escassamente compreendido pela opinião pública.

As razões deste incrível paradoxo são múltiplas. Um dos factores que mais contribuiu para o desconhecimento geral foi a extrema complexidade do problema jugoslavo. Os directores dos jornais, as autoridades da televisão ou da rádio e, em última instancia, os leitores, os ouvintes e os espectadores, não sentem especial predilecção pelos acontecimentos arrevesados, nos quais não se podem apresentar factos em preto sobre branco ou em que faltam os protagonistas atraentes.

O presidente sérvio Slobodan Milosevic, um dos grandes culpados do desastre, está muito distante, enquanto «material informativo», de personagens rocambolescos como Sadam Hussein ou o coronel Khadafi. A guerra jugoslava tem sido, sobretudo, uma soma extenuante de tragédias anónimas.

A tudo isto é necessário acrescentar a própria natureza do conflito. Se os jugoslavos tivessem começado a inundar os super-mercados franceses de tomates maduros, as lojas alemãs de eletrodomésticos competitivos ou os escaparates britânicos de roupa barata, a reacção dos Doze, reunidos em Bruxelas, teria sido imediata, enérgica e decisiva. Em vez disso, os jugoslavos dedicaram-se a algo bastante primitivo: matar-se entre si com uma ferocidade inaudita. Para sua desgraça, sob o seu território acidentado não existem imensos jazidos de petróleo, como no Koweit, e as grandes potências mundiais nunca pensaram que os seus interesses vitais estavam em jogo.

Sobreposto à «irrevelância» económica está o risco que acarreta cobrir informativamente este conflito: desde o início da guerra, na Primavera de 1991, até ao Verão de 1992, morreram na zona trinta e oito correspondentes estrangeiros, mais do que os que pereceram em toda a guerra do Vietname. Na lista dos caídos em acção figura o fotógrafo espanhol Jordi Pujol Puente.

Não houve um só jornalista que tenha arriscado introduzir-se nas zonas «quentes», abandonando a comodidade dos hotéis de Zagreb ou de Belgrado, que não tenha experimentado, pelo menos, numa ocasião, o que se sente ao ser roubado sob ameaça de uma kalashnikov, ao ser posto frente a um muro de fusilamento, ou ao ser perseguido pelos caminhos entre um festival de insultos e disparos.

Ao contrário de outros conflitos, como o do Golfo Pérsico, ou os da América Central, ser correspondente estrangeiro não oferece qualquer garantia. Tal como a cruz vermelha das ambulâncias, as palavras «TV» ou «PRESS», escritas com fita isoladora sobre a chapa do automóvel, parecem servir exclusivamente para facilitar a pontaria dos alucinados franco-atiradores.

A enormidade do perigo explica o escasso número de jornalistas estrangeiros que se atreveram a enfrentá-lo e a deficiente informação sobre os aspectos fundamentais. A isso há que acrescentar a dificuldade em explicar os factos de forma acessível para a grande maioria.

A Jugoslávia como Estado só existiu entre 1918 e 1991. De 1918 a 1929 chamou-se «Reino dos sérvios, croatas e eslovenos», 1929 e 1945, «Jugoslávia», e de 1945 até 1991, «República Socialista Federativa da Jugoslávia». Em 1991 esse Estado deixou de existir e os povos que o constituíam começaram a matar-se entre si.

Relatado deste modo parece simples, mas não é. A «morte» da Jugoslávia, a um país de 24 milhões de habitantes, com uma superfície equivalente à da Grã-Bretanha, surpreendeu-nos a todos. Estávamos habituados a receber a visita das equipas desportivas que se designavam «jugoslavas», conhecíamos a existência de uma moeda chamada dinar «jugoslavo» e tínhamos ouvido louvores a um peculiar sistema sócio-económico: a auto-gestão «jugoslava». As agências de viagens faziam propaganda sobre a beleza dos recantos turísticos da costa «jugoslava». Só os mais bem informados estavam a par de que a língua oficial não era «jugoslava», mas o servo-croata, o que parecia um detalhe sem importância.

A 28 de Novembro de 1990, através dos aparelhos de teletexto, chegou às redações dos meios de comunicação a notícia de que a CIA norte-americana previa num dos seus relatórios que a jugoslávia deixaria de existir como Estado antes de dezoito meses.

O estudo da Central Intelligence Agency dizia textualmente: «A experiência jugoslava fracassou. O país cindirse-á antes de ano e meio num processo que será provavelmente acompanhado de violência étnica e desestabilização, podendo levar à guerra civil.» No extenso documento considerava-se como responsável directo o presidente comunista de Sérvia, SIobodan Milosevic, «por agitar e estimular os sentimentos nacionalistas dos sérvios».

A informação da CIA provocou mais hilariedade do que surpresa entre os jornalistas. O comentário quase unânime foi que, «mais uma vez», os peritos norte-americanos equivocavam-se de forma grosseira ou estavam a espalhar rumores maliciosos para desestabilizar um governante incómodo.

Esta ligeireza de juízo não tinha em conta que os analistas da CIA já andavam há muito tempo a investigar escrupulosamente a evolução dos nos Balcãs. Tinham sido capazes de avaliar o peso esmagador da sua história.

A Jugoslávia nunca foi uma nação como as outras da Europa. A França, a Itália, Portugal ou a Espanha possuem cada uma a sua própria história e, apesar da existência de minorias discordantes, um sentimento nacional compartilhado. Mas a Jugoslávia não. Antes da criação do primeiro Estado jugoslavo, em 1918, os povos que o constituíram nem sequer tinham pertencido à mesma cultura.

«Jug» significa «sul»: a Jugoslávia é o espaço em que habitam eslavos do Sul. Etimologicamente soa muito bem, mas esconde que nesse espaço também existem populações não eslavas e que entre as diversas comunidades eslavas há fissuras profundas. A Constituição vigente nos tempos de Tito estabelecia uma hierarquia entre dois tipos de «nacionalidades jugoslavas»: os «povos» e as «minorias».

Os «povos» eram eslavos do Sul: sérvios, eslovenos, croata, muçulmanos da Bósnia, montenegrinos e macedónios. A cada um destes povos correspondia uma das seis repúblicas que integravam a Federação jugoslava. Entre as «minorias» estavam grupos como os albaneses, os búlgaros, os romenos e os húngaros, cujo habitat principal era um país vizinho. Também se incluíam os restos dos antigos impérios, como os «turcos» da Macedónia ou de Kosovo, e pequenas representações da diáspora judaica e cigana.

Esse mosaico étnico-nacional complica-se extraordinariamente com a existência de três línguas principais: servo-croata, esloveno e macedónio; várias secundárias, como o albanês ou o magiar; e dois alfabetos: o cirílico e o latino. A última linha de rotura é o pro-fundo abismo gerado pelas diferenças confessionais.

As três principais religiões da Jugoslávia são o cristianismo ortodoxo, o catolicismo e o islão. Sérvios, montenegrinos e macedónios são ortodoxos. Croatas e eslovenos são católicos. Os albaneses e os «turcos» são muçulmanos.

O que na Jugoslávia converte a religião num factor perturbador não tem a ver com a fé enquanto tal, no sentido de compromisso pessoal. A chave não são as crenças, mas a vinculação de cada indivíduo a uma comunidade cultural hereditária, reconhecida por todos, que se encarna numa confissão religiosa.

Os sultões do Império otomano estabeleciam uma estreita relação entre a nação, millet, e a comunidade religiosa. Os sérvios, por não se consideravam sérvios por habitarem um determinado território. O que os identificava como povo sérvio era o seu agrupamento em torno da igreja ortodoxa. Continuavam a ser sérvios mesmo que estivessem sob a autoridade dos turcos, escondidos nas montanhas da Bósnia ou lutando na fronteira às ordens dos im-peradores católicos da Austria.

Esse sentimento diferenciador e exclusivista sobreviveu ao longo dos séculos. Entre os que falam o servc-croata, quer sejam ou não crentes, todo o indivíduo com antepassados ortodoxos é classificado como «sérvio», o descendente de católicos é apontado como «croata», e o que tem ascendentes ou um apelido muçulmanos, é automaticamente «muçulmano». O linguista francês Paul Garde fez notar, com rigor, que o marechal Tito estabeleceu a categoria de «Muçulmano», com M maiúsculo, para acentuar o carácter de membro de uma nação e não de crente de uma confissão religiosa, a que continuou a chamar «muçulmano», com minúscula.

A vontade de viver juntos, condição fundamental que devem compartilhar os habitantes de um Estado viável, nunca floresceu entre sérvios, croatas, eslovenos, macedónios ou muçulmanos bósnios, exceptuando no breve período que vai de 1948 a meados da década de 50, quando a recordação da Segunda Guerra continuava em carne viva e Tito fascinava os seus súbditos desafiando corajosamente José Estaline.

Uma das coisas que mais surpreende, é a forma como a História condiciona o comportamento de todos os implicados. O território ex-jugoslavo tem um passado confuso, que deixa os seus combatentes obcecados e fixa as suas atitudes. Não é possível compreender a barbárie que se apossou da zona, nem que a aparente loucura dos seus habitantes, sem mergulhar a fundo na sua história.

*A Jugoslávia venceu o campeonato do mundo de basquetebol em 1966 e obteve também o primeiro lugar nessa modalidade nos Jogos Olímpicos de Moscovo em 1980 (N. Da T.).

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unpensadoranonimo · 5 years

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Opiniones (muchas) sobre el separatismo catalán esta última semana (20/10/2019)

A la Generalitat de Cataluña: las sentencias deben cumplirse sin pretexto alguno - Manuel Almenar Belenguer

¿Arde Cataluña? - José Apezarena

Ataques de falsa bandera en Barcelona - Juan Soto Ivars

Barricadas incendiadas con senyeras y rojigualdas - Antonio Maestre

Bienvenido, Mister Torra - David Torres

Buenafuente y los indignados - Javier Caraballo

Buenismo en el Supremo - Voz Pópuli

Caos en el aeropuerto, Guardiola... Los radicales se la juegan a tener eco en Europa - Antonio Fernández

Cataluña, antes y después del 10-N - Agustín Valladolid

Cataluña: ¿un Estado fallido? - Isidoro Tapia

¿Catalunya no tiene quien la construya puentes? - José Luis Úriz Iglesias

Cava y barricadas con Artur Mas en el Premio Planeta - Marta García Aller

Cinco horas atrapados en un Telepizza viendo cómo ardía Barcelona - Ángel Villarino

Con indecencia y deslealtad: la historia se repite - Miguel Ángel Liso

Condenados por sedición - Henneo (Diario 20 Minutos)

Crisis en Cataluña: el riesgo de perder el relato internacional - Ignasi Guardans

De la revolución de las sonrisas a la guerrilla urbana: los radicales mandan en Barcelona - Ángel Villarino y Rafael Méndez

Después de la sentencia - Alfons Cervera

Dos gallegos con toga - Graciano Palomo

Dura lex, sed lex - Jordi García-Soler

El aliento del maligno - Miquel Giménez

El dinero tiene miedo de hablar sobre la crisis de Cataluña - Alberto Sanz

El huevo de la serpiente - Juan Zamora Terrés

El incendio - Fernando Díaz Villanueva

El precio del procés - Joaquim Coll

El president Torra deshonra a la Generalitat - Enric Sopena

El talento ignorado de Torra - José Miguel Contreras

El telón judicial - Encarna Samitier

El tiempo de los jueces ha pasado - Baltasar Garzón

El Supremo abandona la ficción - Elisa Beni

El Tribunal Supremo ha de bajarse del pedestal - José Apezarena

Entre el chantaje y el sabotaje - Voz Pópuli

"España es un Estado fascista": una ruptura total que se anticipa en las redes - Juan Soto Ivars

Europa debe respaldar la sentencia del 'procés' - Luis Garicano

Fin de la vía judicial. Empieza la política - Isabel Serrano

Guardiola, `Més que un Pep´ - Gabriel Sanz

¡Guardiola 'president', Guardiola 'president'! - Rubén Amón

Independentistas desengañados, anarquistas y jóvenes apolíticos: el núcleo duro de los disturbios en Catalunya - Pol Pareja

Independencia sí, violencia no - Imma Lucas

Jordi Pujol fue el principio de casi todo - Enric Sopena

Juicio y justo - Carmelo Encinas

Junqueras quiere un cerdo gordo que pese poco - Antonio Avendaño

La carne de cañón de Quim Torra - Juan Soto Ivars

La ensoñación que acabó en pesadilla - Encarna Samitier

La hora de la policía - Víctor Lapuente Giné

La Justicia ha hecho su trabajo - Manuel Almenar Belenguer

La ley de la gravedad y lo que nos espera - Miguel Ángel Aguilar

La mano que mece el Tsunami - Carmelo Encinas

La rebelión que nunca existió y la sedición como plan B de la sentencia - Iñigo Sáenz de Ugarte

La sentencia - Iñaki Gabilondo

La sentencia de la no rebelión - Diego López Garrido

La sentencia del procés nos condena a la España eterna - Rosa María Artal

La sentencia entra en campaña - Rubén Amón

La sentencia ha desarbolado al independentismo - Carlos Elordi

La sentencia y el derecho a decidir - Manuel Toscano

La Transición de nunca acabar - Cristina Monge

"Las coces de la 'rauxa" y otra revolución catalana - José Antonio Zarzalejos

Las penas a los independentistas no son para tanto - Isaac Rosa

Lo valiente hoy es el sosiego - Fernando Berlín

Los chicos del coro y la señora Dolors - Luis Algorri

Los efectos transversales de la sentencia - Sílvia Claveria

Los infiltrados - Miquel Giménez

Matar a un Puigdemont - Karina Sainz Borgo

Mientras - Fernando Sánchez Alonso

Monaguillos indómitos, multitudes templadas - Antonio Avendaño

¿New Deal verde? Sí, pero como el de Bernie Sanders (II) - Juan Laborda

¿Nos hacemos un Oriol Pujol? - Miquel Giménez

Por qué el lío en Cataluña no se arregla con más empatía - Marta García Aller

Pornografía 'indepe' en el 'prime time' de TVE - Antonio Sanchidrián

Próxima estación: el indulto - Álvaro Nieto

Puigdemont pone las barbas a remojar: euroorden y fuga - Nacho Cardero

Qué ha de pasar en Cataluña - Carlos Gorostiza

¿Qué hemos hecho? - Juan Pablo Colmenarejo

¿Quién busca ganar las elecciones con esta sentencia? - Ignacio Varela

Quién es quién en las protestas de Cataluña contra la sentencia del 'procés' - Daniel Esparza

¿Quién será el Urkullu catalán? - Jesús Cacho

Quim Molotov y la implosión del soberanismo - Rubén Amón

Revolución y Uber Eats: repartidores, mascarillas y miserias - Ángeles Caballero

Se busca conductor con experiencia - Juan Carlos Escudier

Sedición: ¿se estaban alzando quienes protestaban sentados? - Joaquim Bosch

Sentencia del 'procés': la hora de las instituciones - Antonio Casado

Separada de España, muy improbable; arruinada, casi seguro - Alejo Vidal-Quadras

Sobrevivir a la estafa - Gregorio Morán

Son penas, no soluciones - Jesús Maraña

Torra apela ahora al Rey denostado - Jordi Mercader

Torra y Juan Palomo - Miquel Giménez

Torra y los espasmos de un fracaso - Antonio Casado

Tristeza en Cataluña - Isabel Serrano

Un farol que se les fue de las manos - Alejandro Requeijo

Un gobierno en funciones, otro roto a la mitad y todos los partidos en campaña: la tormenta perfecta del conflicto catalán - José Precedo

Un mundo demasiado ocupado - Helena Resano

Una indulgencia feroz - Juan Carlos Escudier

Urge una salida para las aguas putrefactas - Joan Coscubiela

Urgente: el tiempo del derecho penal ha terminado - Ignasi Guardans

Volver a la política, sí. Pero no a la de siempre - Francesc Moreno

Y después de la ira... ¿qué? - Antonio Casado

¿Y si el Gobierno sabe quién coordina a los violentos? - Jesús Morales

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teleindiscreta · 8 years

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Duran Lleida: “Hemos hecho un pan como unas tortas”

Fuente original: Duran Lleida: “Hemos hecho un pan como unas tortas” Puedes ver más visitando Teleindiscreta - Las mejores noticias de actualidad, famosos, salud, belleza, cocina, motor, música y mucho más.

Llegó a ser el político mejor valorado de España. Ejerció como el portavoz de CiU más influyente en Madrid. Dos presidentes del gobierno le ofrecieron ser ministro y lo rechazó. Parlamentario brillante en numerosas legislaturas, hábil negociador de magníficas relaciones con todos los grupos, dejó un recuerdo imborrable en el Congreso de los Diputados. Pero Josep Antoni Duran Lleida, el eterno hombre-puente entre Cataluña y Madrid, el líder democristiano siempre moderado y defensor del diálogo, dejó un día la primera línea política aunque no su voz autorizada. Hace ahora tres años vaticinó las heridas del «procés»: «No traerá la independencia a Cataluña, romperá CiU, el PSC, Iniciativa Els-Verts, surgirá Ciudadanos y dará la hegemonía a Esquerra Republicana». Se ha cumplido a rajatabla y por ello su diagnóstico es clarividente y acertado: «Hemos hecho un pan como unas tortas».

Bajo este título en castellano, y «un pan como unas hostias» en catalán, Duran publica un libro clave para entender la génesis y evolución del desafío separatista y profetiza lo que encierra esa frase tan frecuente en Cataluña: «Esto no acabará bien». En su habitual estilo dialogante, el que fuera hombre fuerte de CiU en Madrid no hace reproches ni ahonda en heridas: «No es hora de buscar culpables, sino de sentarse a la mesa para hablar». Opina que la independencia es imposible, lamenta que haya desaparecido el catalanismo político de centro y apuesta por una salida negociada. Los acontecimientos le han dado la razón, atisba una tensión al límite sobre el referéndum hasta abocar en unas elecciones que darán la victoria a Esquerra y un gobierno tripartito de izquierdas. Por ello, mientras los soberanistas engañan a una sociedad catalana fracturada, su análisis no puede ser más claro: «Habremos hecho un pan como unas tortas».

El libro recoge las cartas dominicales que durante muchos años escribió a los militantes de Unió Democrática. Arranca en 2012, fecha en que comenzó la deriva soberanista y el derecho a decidir, hasta hoy. En el prólogo explica las causas del «procés» y en el epílogo avanza un vaticinio. Su conclusión es clara: nada positivo y un enorme recorrido político para acabar en manos de ERC y los radicales de la CUP. El líder socialcristiano incide en la ausencia de una fuerza catalanista de centro moderada, algo que no ha sucedido en más de cien años de historia del catalanismo político. Editado por Edelibros, que dirige Félix Riera, explica cómo la política «con mayúsculas» se subordina a los movimientos sociales y callejeros. Según Riera, un prestigioso intelectual de Cataluña y que fue miembro del Comité de Gobierno de Unió, el libro es el primero escrito por un protagonista indiscutible de la trayectoria del proceso. «Duran hace una aportación única a los lectores, estén o no de acuerdo». Y concluye que la política catalana «se ha empobrecido».

Quienes trabajaron toda una vida junto a Duran, como el veterano diputado Josep Sánchez Llibre o el senador Jordi Casas, son de la misma opinión. La razón y la ley dicen que no habrá referéndum, pero en breve los soberanistas anunciarán la fecha y forzarán «que el Estado español se quite la máscara». El separatismo busca legitimarse, asegurar que han llegado hasta dónde han pedido pero, una vez más, «la España opresora lo ha impedido». Destacados políticos y empresarios que han hablado con él en los últimos meses coinciden: «El libro demuestra que Duran no se ha marchado». Afirman que sigue siendo «un activo político de primer orden», necesario en el actual desafío, con aportaciones a la política al margen de concurrir a unas elecciones. Ese centro político sólo se puede reconstruir con personas como Duran y sus hombres. El editor Riera hace un buen análisis: «La política catalana ha utilizado la batería para hacer ruido y no seguir un buen compás musical».

Jordi Casas, que fue diputado, senador y Delegado de la Generalitat en Madrid lo tiene claro: «Duran ha sido un hombre fiel, coherente con su pensamiento, que sufrió con mucha dignidad los ataques separatistas». Siempre habló con respeto de Jordi Pujol y Artur Mas, aunque soportó estoicamente muchas dentelladas de los convergentes, hasta romper la unidad del grupo parlamentario en la última legislatura. Casas ensalza su figura y minimiza la derrota electoral: «Las urnas son emocionales, ni quitan ni dan la razón». La fidelidad de su trayectoria lo avala. «Los hechos le han dado la razón y demuestran que hemos hecho un pan como unas tortas», asegura. Lo mismo opina Sánchez Llibre, su auténtico escudero durante décadas en el Congreso, hoy responsable de las relaciones de CEOE con la Cámara Baja.

Duran Lleida lleva una vida intensa. Su etapa como presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores del Congreso le granjeó importantes contactos en el mundo, viaja con mucha frecuencia y le llaman de destacados organismos en Europa y América para impartir conferencias. «Es un orador épico», dice un diplomático que le escuchó en Chile. Lo compagina con su trabajo en el bufete de abogados Colls, en Barcelona, dedicado a la consultoría internacional. Se mantiene en forma con su gimnasia diaria, almuerza ensalada y pasta, es «culé» hasta la médula y mantiene sus creencias democristianas y catalanistas de centro. Sigue apostando por el diálogo, pero sin olvidar la «carpeta catalana», buena definición pedagógica que no puede ser aparcada. «Hay que sentarse», insiste en su petición de una salida negociada bajo el rigor jurídico, como recordó el saliente presidente del Constitucional, Pérez de los Cobos, apelando al diálogo para desatascar el conflicto.

En unos días cumplirá 65 años y ha dedicado más de 30 a la política. El 4 de abril presentará su libro en Madrid, rodeado de una pléyade de rostros conocidos, políticos y empresarios que bien le recuerdan. En su juventud dudó ser músico o periodista, tal vez por ello se llevó de perlas con los informadores, entre los que dejó grandes amigos. «Es un dandi de la política», comentaban las periodistas cuando lucía su palmito elegante en el Congreso, con unas corbatas que hacían época. Siempre fue amable, sin levantar la voz y forjó un equipo de poder político, un grupo parlamentario influyente del que hoy no quedan ni las raspas. Dedica ahora más tiempo a la familia, su mujer Marta, sus tres hijas universitarias y su anciano padre. Fue un auténtico «self made man» de la política, sin herencias ni apellidos ilustres. Ahora le duele y preocupa la situación como una vez me confesó: «Soy un poco sufridor». Al final del camino, ese pan está bastante agrio.

Fuente: La Razón

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