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#PARPADOS ENCAPOTADOS
cristinabcn · 1 year
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BELLEZA: EL PÁRPADO CAÍDO o ENCAPOTADO
BEAUTY: THE DROPPEN OR OVERLOADED EYELID HOLA MUNDO..!! La mirada es una de las características que nos proporciona atracción magnetismo y belleza, de hecho, es uno de los puntos más referentes para los maquillistas en todo el mundo para acentuar la mirada, embellecerla y volverla casi casi cautivante. Sin embargo, los ojos con párpados caídos o encapotados que hoy nos ocupa son aquellos ojos…
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ale-makeup23 · 2 years
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Un Mini tutorial de difuminado de ojos parpado caído o encapotado!
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arinayss · 4 years
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La de los parpados encapotados y la sonrisa tierna! 🐝 . . . #amorpropio #destellosdeamor https://www.instagram.com/p/CDM1ukXDpz-/?igshid=n3v3eadb75b8
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Dile adiós a los Párpados Caídos en menos de 2 minutos con…
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allrisingsunset · 7 years
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                   San Francisco, California.                Fragmento recuperado de 1988.                  𝐓𝐡𝐞 𝐉𝐨𝐮𝐫𝐧𝐚𝐥𝐢𝐬𝐭 𝐚𝐧𝐝 𝐭𝐡𝐞 𝐌𝐮𝐫𝐝𝐞𝐫𝐞𝐫           𝐉𝐮𝐬𝐭 𝐚 𝐠𝐥𝐢𝐦𝐩𝐬𝐞   «Jim Moriarty. Hi. {no reaction}. Jim? Jim from the hospital? Huh. Did I really make such a fleeting impression? But then I suppose that was rather the point. Don’t be silly. Someone else is holding the rifle. I don’t like getting my hands dirty. I’ve given you a glimpse, Sherlock—just a teensy glimpse—of what I’ve got going on out there in the big bad world. I’m a specialist, you see. Like you.»                  —Moriarty From Sherlock.        ━━━━━━━◦┊❈┊◦━━━━━━━             La lluvia caía pesadamente, repiqueteando en las tejas del techo de aquel edificio de la universidad de San Francisco. El joven estudiante de medicina caminaba a un lado de su novia, con las manos entrelazadas mientras ella sonreía de manera radiante, sabiéndose ganadora, pues su pareja tenía fama de no ceder tan fácil y quién lo diría: ¡Ella de todo el mundo lo había conseguido! No podía sentirse más plagada de sí misma, bueno tal vez sí, si lograra conseguir el puesto de editora en jefa, su vida sería sencillamente perfecta.    Mientras él abría la puerta para de la oficina para ella, Astrid entraba con todo el orgullo que sus estrechos hombros podían cargar sobre ellos. El moreno no tardó mucho tiempo en seguirla, adentrándose ambos en aquel recinto hasta que llegaron a lo que sería el escritorio de la estudiante de periodismo, se encontraban en las instalaciones proporcionadas para el periódico de la universidad, hacía un mes que habían regresado a clases y la actividad en aquel lugar era ligeramente frenética, el periódico se imprimiría en pocas horas y no estaba listo.    La muchacha se fijó en la distante figura de Lucas Dolan, observando el encapotado cielo, perdido en su mundo, como desde que habían vuelto de las vacaciones de verano… incluso ligeramente antes de esto, desde que Mary había desaparecido. Aquel era pareja de su amiga Michelle y tenía el deber de vigilarlo para ver si se encontraba bien, su amiga se preocupaba bastante por el muchacho, nunca había lucido tan retraído. «Ah, el amor…» pensó con cierta melancolía, observando con anhelo a su pareja quien le sonreía al notar su mirada… Una fabulosa idea se la había ocurrido ¡Astrid era tan genial! Debería darse palmaditas a sí misma en la espalda por lo mismo, pero podrían esperar, antes se pondría manos a la obra.    —Jules, quiero que conozcas a alguien, seguramente podrías ayudarme a animar al novio de Michelle ¿Te acuerdas de ella? —preguntó al alto, sonriendo más amplio al escuchar su afirmación, tenían saliendo desde el comienzo del verano y por supuesto que ella ya le había presentado a cada uno de sus amigos, Julian siendo tan amable y sociable, no había tardado mucho tiempo en llevarse bien con cada uno de ellos, lástima que Astrid no fuera lo suficientemente inteligente para notar la fachada, nadie lo hacía, nunca.    El plan estaba yendo a la perfección, a Murdock no le costó mucho trabajo elegir al conducto, ella sería la coartada perfecta para acercarse a su objeto de estudio, para medir las reacciones de Dolan sin que él sospechara nada de su acercamiento tan inesperado y repentino… no había vínculo alguno que los uniese, aunque él no tardó mucho en remediar aquello. Para conseguir información del periódico, ya hacía tiempo que se habían inmiscuido entre las sabanas de Astrid, comenzar algo más serio con ella fue cosa de mostrar interés, de estudiarla y adecuarse a la clase de chico que ella tanto añoraba ¿Qué acaso las mujeres tenían que ser tan fáciles siempre?    —Julian Murdock, un gusto —saludó al contrario con la máscara perfectamente ensayada de amabilidad, su «novia» lo había introducido como su pareja, incluso había dado datos innecesarios de su vida personal, pero así era aquella. —Espero que podamos ser buenos amigos —prosiguió con fingida sinceridad, a él no le interesaban sus sujetos de estudio más allá de lo necesario, tampoco tenía amigos, sólo colegas, pero ninguno había estado a la altura nunca, ah, aburridos, tan aburridos.    Luego de un intercambio torpe de palabras y una última mirada a Lucas, Julian regresó al encuentro de su pareja, volviendo a su escritorio mientras mentalmente repasaba los signos vitales que había sido capaz de percibir en el mayor, no necesitaba anotarlos, pues gozaba de una memoria fotográfica, armar expedientes y realizar grabaciones era por el simple gusto de hacerlo, le daba placer tener pruebas de su trabajo.    Correspondió al beso que Astrid había presionado sobre sus labios mientras se ponía de puntitas para alcanzarlo, los parpados de la chica estaban cerrados, disfrutando el momento, mientras los suyos estaban abiertos, su mente recopilando los datos obtenidos; el pulso errático, las ojeras pronunciadas, la mirada perdida, los claros síntomas de ansiedad, la manera en la que sus pupilas se dilataban… no había duda, él estaba listo para recibir otro mensaje, estaba reaccionando justamente como necesitaba ¿Lograría descifrar lo siguiente? La prueba de que, si valía la pena o no, apenas estaba comenzando, por fin las cosas se pondrían lo suficientemente interesantes… vaya.
Luc Dolan
  Contar las horas que había logrado dormir en los últimos días sería una labor deprimente. Era de admitirse que la condición mental de Lucas estaba deteriorándose ante la mirada de todos, sin embargo, aquel detalle pasaba desapercibido fácilmente por el usual carácter taciturno del joven periodista. La única que parecía percibir un cambio notorio en Lucas era Michelle, quien había mencionado en varias ocasiones lo distraído que parecía su novio y la poca atención que le prestaba ahora.. Lucas la amaba, estaba claro, pero algo más carcomía su mente para el momento. Algo mucho más oscuro, algo que lo hacía volverse hacia el buzón del periódico de forma casi compulsiva un día tras otro, sin encontrar respuesta alguna de su mensaje. Estudió la posibilidad de haberlo imaginado todo, de haber sacado conjeturas erróneas, basadas en delirios y alucinaciones. Las actividades del asesino habían cesado y la columna no recibió respuesta alguna. Frustrante como podía ser, no lograba desprenderse de la idea; una vez incrustada en su psique, no parecía querer abandonarlo. Ese día en particular, se encontraba reducido a su escritorio en la oficina del periódico universitario, el clima era propicio para centrarse en su escritura. Golpeaba con su lápiz el papel en blanco donde debía terminar para ese mismo día una columna que no lograba completar. Quería seguir escribiéndole a esa figura que tanto lo atormentaba, pero sabía que debía aguardar si no quería ahuyentarlo. Una presencia externa le abstrajo de sus pensamientos, obligándolo a retirarse los audífonos y detener la reproducción del cassette en su reproductor. Una figura familiar apareció en su campo de visión, junto a un chico alto y moreno. —¿Julian Murdock? ¿No fuimos a la escuela secundaria juntos? Matemática avanzada. —cuestionó con vago reconocimiento del chico, intentando ser amable con el novio de Astrid, sin ofrecerle su mano ni levantarse de su asiento, ciertamente Lucas no era muy hábil para interactuar con otros. —Claro, podríamos salir algún día en... ese tipo de citas dobles, Michelle ha estado algo intensa con ello. La chica, por lo que había podido conversar con Michelle, se encontraba más que orgullosa de su nueva relación y cómo culparla. Julian era la antítesis de Lucas por donde pudiera verse la situación. El alto chico gozaba de reconocimiento social desde la secundaria, además de un historial académico intachable y una facilidad casi innata de relacionarse con los demás. Sería extraño para Lucas andar con un chico así, sin duda la cita sería tremendamente aburrida pero suponía que estaba en deuda con su novia por su actitud dispersa. En cuanto los dos jóvenes se alejaron, Lucas los observó de reojo por última vez. Lucían tan despreocupados y a gusto con la compañía del otro. Al volver al papel en blanco, el canadiense se preguntó cuándo fue la última vez que pudo sentirse así con su propia pareja.
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