Carlos Malpica Flores leyó: La influencia española en los Países Bajos
450 Aniversario del comienzo de la Guerra de los Ochenta Años.
Muchas son las
personas que ven con claridad la relación
que tenemos los españoles con lugares y culturas del planeta, como puede
ocurrir con toda la población de Sudamérica, particularmente con los
hispanohablantes, o incluso con vocabulario y rasgos islámicos después de haber
compartido durante tantos siglos casa.
En cambio menos son
los que han visto alguna vez relación entre
los llamados Países Bajos – actuales Luxemburgo, Bélgica y Holanda – con España, a pesar de que en el siglo
XVI esta zona comenzase a formar parte de la corona española gracias a la
herencia de Carlos I de España y V del Sacro Imperio Germánico y la conquista y
compra de ciudades y provincias como Frisia, Utrecht o Groninga, es decir, casi
toda la actual Holanda, a excepción del Obispado de Lieja.
Es cierto que con
la sucesión del trono de Carlos I a su hijo Felipe II en 1555 la estabilidad
entre un pueblo y otro empieza a romperse, sobre todo por causa de tres circunstancias vitales, la primera
por un Felipe II nacido en España y con menos apego a la gente neerlandesa,
segundo el ferviente catolicismo del monarca en contraposición del calvinismo
reinante en Países Bajos, y tercero, que sabiendo de la buena economía de los
neerlandeses empieza a incrementar los impuestos para sufragarse guerras y
construcciones de palacios. Todo esto
provocaría la rebelión de los Países Bajos del Norte en 1568, y por
consiguiente el comienzo de la Guerra de
los Ochenta Años, pero esto no quiere decir que la influencia española no
siguiese aumentando.
Durante la guerra
varios fueron los intentos de independencia de las provincias que actualmente
conforman Holanda, en un principio comandados por Guillermo de Orange (figura 1) hasta su muerte, y más tarde gracias
a cientos de milicias cívicas como las
de Haarlem (figura 2-3), que como en 1579 formaron la Unión de Utrecht (figura 4) o en 1581 anularon los Estados
Generales de la vinculación con el rey de España.
No fue hasta 1648
con el tratado de Münster cuando
Felipe IV finalmente aceptó la
independencia de la República de las Provincias Unidas, algo que podría dar
por concluido la representación y vigencia de la cultura española en Países
Bajos, cosa que no ocurrió ya que no solo fueron esos cien años los momentos de
intercambio de sabiduría y cultura entre un lugar y otro, tanto antes de la
llegada de Carlos V como después de la pérdida del territorio los contactos
comerciales siguieron en alza.
INFLUENCIA ESPAÑOLA EN LOS PAISES BAJOS
La suma entre los
ya citados cien años de dominación española en Países Bajos y los contactos
comerciales que existían antes del siglo XVI entre las dos zonas bastó para que
la influencia de España fuese increíblemente potente en la sociedad neerlandesa
y flamenca. A continuación comentaremos varios
ejemplos con arraigo español, ya sea desde patrimonio inmaterial que hoy
día sigue perdurando en símbolos y tradiciones, a otros físicos como el Palacio
de Malinas.
En relación con el
patrimonio inmaterial tenemos varias situaciones, como es la todavía cita que
se le da al rey de España en el himno
holandés “Al rey de España he honrado”,
el famoso plato Hutspot de la ciudad
de Leiden, o el famoso Sinterklaas.
El Hutspot se remonta a 1574, se dice que
tras el contraataque que llevó a cabo Guillermo
de Orange contra las tropas españolas que asediaban la ciudad de Leiden
(figura 5) un hambriento holandés encontró una
olla dejada por los hispanos con patata, zanahoria y fritura de cebolla, un
plato que cada 3 de octubre en la ciudad se sigue comiendo para conmemorar la
victoria y expulsión.
Por otro lado el Sinterklaas o Festividad de San Nicolás
es otro ejemplo inmaterial, otra tradición más con arraigo español en este país.
Es cierto que los calvinistas quisieron abolir dicha fiesta celebrada cada 5 de
diciembre pero el pueblo neerlandés no lo aceptó y hoy día se sigue
presenciando. Es desde la península ibérica donde una representación de San Nicolás de Bari sale en dirección a
Holanda para entregar regalos a los
pequeños neerlandeses, incluso esta festividad se vio representada en obras
de arte del siglo XVII como por ejemplo el lienzo “Sinterklaas” de Jan Steen (figura 6). Como dato a mencionar sobre
este tema decir que los primeros colonos que con sus festividades y cultura
llegaron a la costa Este de América del Norte fueron los neerlandeses, es por
ello que Nueva York se llamase Nueva Ámsterdam y que el famoso Santa Claus coja el nombre de Sinterklaas.
Para acabar con
todas las influencias españolas en zona flamenca y neerlandesa no se puede
dejar atrás el gran número de palacios
construidos por la monarquía y nobleza hispana, como ocurre con el Palacio de Malinas o el Palacio de
Coudenberg.
El primero fue
desde el siglo XVI llamado también como Palacio
de Margarita de Austria (figura 7-8) ya que fue aquí desde donde era gobernadora de Países Bajos y cuidadora de
su sobrino Carlos V, el cual por tanto también vivió en el lugar. El
palacio es de los primeros pertenecientes al estilo renacentista nórdico, en el cual se custodiaba todo el tesoro y
galería de retratos de la propietaria se exhibía. Hoy día sigue teniendo uso
como edificio de Tribunal de Justicia.
En cuanto a Margarita habría que decir que fue tan importante su imagen en la
ciudad de Malinas que incluso en la plaza central se sigue erigiendo hoy una
estatua de ella (figura 9-10).
El segundo y
último ejemplo de relación e influencia es el Palacio de Coudenberg (figura 11), desgraciadamente hoy destruido por un incendio en el siglo XVIII.
Es este lugar quizás el más importante para Carlos V, ya que aquí tuvo lugar su
ceremonia de emancipación en 1515 y cuarenta años más tarde su abdicación en su
hijo Felipe II. Sabemos que el lugar fue mandado remodelar por él mismo, en el
cual se construyeron numerosas galerías (figura 12) y salas renacentistas,
incluso una capilla (figura 13) dedicada a sus padres, Felipe y Juana, donde se
guardaba el tesoro. Pero no solo por esto es importante el palacio en temas de
influencia española sino también porque en el siglo XVII los archiduques Alberto e Isabel, soberanos
de los Países Bajos Españoles, esta última hija de Felipe II, viven, decoran y
mejoran el lugar con los mejores arquitectos y con grandes artistas tanto
españoles como extranjeros, como eran Juan
Pantoja de la Cruz, Jan Brueghel
o el gran Rubens.
Figura 1: Guillermo de Orange el Taciturno, 1555, retrato de Antonio Moro.
Figura 2: Banquete de los oficiales de la Milicia de San Adrían en Haarlem con bandas de colores naranja, blanco y azul. Naranja como color representativo de la sublevación, retrato colectivo de Frans Hals.
Figura 3: Banquete de los oficiales de la Milicia de San Jorge de Haarlem, 1616, retrato colectivo de Frans Hals.
Figura 4: División entre Países Bajos Españoles al Sur en amarillo y las Provincias Unidas del Norte en verde tras la Unión de Utrecht de 1579.
Figura 5: Distribución de comida tras la reconquista de Leiden en 1574, lienzo realizado por uno de los maestros de Rubens, Otto van Veen.
Figura 6: La fiesta de San Nicolás, 1663, lienzo realizado por Jan Steen.
Figura 7: Patio y jardines del Palacio de Margarita de Austria.
Figura 8: Fachada trasera del Palacio de Malinas o de Margarita de Austria.
Figura 9: Escultura de Margarita de Austria en la plaza mayor de Malinas.
Figura 10: Detalle de la figura de Margarita de Austria en la plaza mayor de Malinas.
Figura 11: Palacio Real de Bruselas (Palacio de Coudenberg) hacia 1627 atribuido a Jan Brueghuel el Joven.
Figura 12: Restos arqueológicos subterráneos del Palacio de Coudenberg.
Figura 13: Restos arqueológicos bajo el lugar de la supuesta capilla para los padres de Carlos V.
Luis Arribas
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