Allí, dónde mi corazón no llega, llegan las oraciones del alma. Llega el silbido apacible del espíritu que infunde aliento, que quita el dolor y reconforta las manos cansadas. No importa que no me veas, solo debes sentir con el alma.
Un pequeño fuego, alrededor del cual nos sentamos todos, con la tibieza que emana y las chispas maravillosas que se encienden. Tú eres una chispa y yo también, juntos hagamos una gran fogata y seamos calidez a este mundo que está cada vez más frío.
Solo unos pocos encuentran el camino de regreso a casa.
Solo unos pocos ven la luz detrás de una montaña.
Solo unos pocos se suben al tren justo en el momento exacto.
Pero hay un corazón que guía para encontrar el camino, una visión que traspasa montañas y un tren que pasa unos minutos después de que perdiste el primero. Solo para que sepas que nada queda sin sentido ni escapa de las manos de Dios, todo está bajo control...