me voy a matar enfrente del colectivero para cambiar la trayectoria de su vida, pero primero tiene que venir la concha de su hermana
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che 413 pesos el minimo en el bondi el colectivero me vio cara de tarada o me perdi de algo? (tomo todos los dias el bondi pero igual es posible)
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JUANA
Juana está comiendo una factura de membrillo bañada en almíbar que le pegotea todos los dedos. No duda en chuparlos, saborea el dulce disfrutando hasta la última miga. Suelta pensamientos sobre el clima, intentando hacer silencio mental; los nervios por el exámen final que rinde la semana que viene, la atormentan. Está sentada sobre su bolso cuadrille, apoyada sobre una de las grandes ventanas de la estación de buses de *Retiro. Mientras agarra con fuerza su mochila, donde no tiene nada de valor pero sí algunos libros y resúmenes, piensa si algún ratero atina osado a adueñarse de sus cosas, eso le robaría mucho tiempo y trabajo y en este momento, es todo lo que tiene. Sabe que la zona no es confiable, hay que tener 4 ojos, estar atenta, los ladrones son rápidos en Buenos Aires.
Espera el Flecha bus que la llevará a Entre Ríos. Hace tres años que no vive allá, pero el litoral no deja de ser su única casa. Sabe que ahí, se puede desplomar a tomar mate con su mamá si le va mal en la facultad, se puede divertir con sus amigas, pasarla bien con su novio Entrerriano. Él la espera siempre, parado debajo del techo viejo y descascarado de la terminal del pueblo.
Antes de partir, lee algunos apuntes. Mientras espera, prepara sus auriculares de cable negro pelado, sintoniza su radio favorita y espera pacientemente a que llegue la hora de embarcar.
La radio es pequeñita y plateada, la encontró en un asiento de los tantos colectivos que tomó para ir a Entre Ríos. Juana tiene mucha suerte, siempre la vida es muy generosa con ella. Se sumerge en los sonidos borrosos que salen del aparato, sabe que en la ruta hay muchos tramos sin señal de radio, así que aprovecha la espera acompañada de la emisora de turno.
Una sola vez Juana que perdió un bondi, ese día llegó sobre la hora culpa de un corte en la 9 de julio, ¿alguna vez, no hay un corte en la 9 de julio? recuerda como aquella vez corría y corría para llegar. Pero Juana no sabe correr, siempre tuvo las tetas grandes y le duelen mucho cuando corre. Pero esa vez, llegó a Retiro, corrió desesperada de la única manera que puede correr, agarrándose las tetas, y literalmente fue detrás del colectivo por dos cuadras, cargando su bolso cuadrille al hombro, que nunca le pesa mucho, porque sabe viajar liviana. El colectivo se fue sin siquiera amagar a frenar, ella se sentó a llorar en un cordón, afuera de Retiro, sin importar lo peligroso que podía ser eso, quizás estaba llorando porque hacía unos meses se había muerto su papá, pero la angustia muchas veces se disfraza y es más fácil llorar porque perdiste un colectivo que porque perdiste a tu papá. Después de moquear con ruido exagerado unos 30 minutos, se levantó y empezó a buscar opciones para resolver la situación. Unos días más tarde, empezó terapia por primera vez y fue ahí donde se dió cuenta, que ella, es buena buscando soluciones.
Mientras aparecen esos recuerdos y merecimientos en su cabeza, Juana sigue sentada sobre su bolsito, se le duermen un poco las piernas, le pega pisotones fuertes al piso intentando despertarlas, está terminando la factura pegajosa y toma un largo sorbo de jugo de naranja, esos de cartoncito que son sus preferidos. Se acuerda de aquella vez que perdió el bondi, se ríe de su imagen destartalada intentando alcanzarlo sin éxito. Está segura que el colectivero la vió <<Que forro, no paró y yo lloré por 3 días>> recuerda y se ríe. Ahora sabe perfectamente que no lloró 3 días porque perdió un colectivo.
A Juana nunca le gustó quedarse quieta, Retiro le representa el movimiento que empezó tan temprano en su vida y eso la hace feliz. Juana no se imaginaba que tanto tiempo más tarde, el olor a sucio y los chicles pegados de los asientos de Retiro, tendrían tanto sentido. Acelerando muy rápido en su historia, Retiro se convirtió en ese lugar que durante 10 años la vió reír, llorar, duelar, emocionarse, despedirse, darle la bienvenida a una nueva etapa, comer alfajores de fruta o unos panchos con gusto a agua estancada que se convencía que estaban buenos. Fueron 10 años de ir y venir a Entre Ríos. Aquella vez que perdió el colectivo, o esa vez sentada con la factura pegajosa, fueron algunas de las tantas miles de veces, que Juana escucho la radio volviendo a casa.
Después de tantas idas y vueltas, Juana cambió su vida, se fué más lejos, empezó a viajar por el mundo y las vueltas a casa eran cada vez más espaciadas, cumplió todos sus sueños, jugó con el tiempo. Rompió algún corazón, le destrozaron el alma alguna vez. Amo profundamente la vida y padeció, alguna que otra vez, el dolor insoportable de estar en esta Tierra. Ayudó a muchas personas a sentirse mejor. Fue una gran amiga. Juana fue feliz, y sus recuerdos y anécdotas deben ser impresionantes.
Ahora Juana es enorme, tiene muchos años. Tantos que ya no se acuerda su nombre, ni el olor de su perfume favorito, ni las horas que dedicó a estudiar mil cosas diferentes. Solo se acuerda del olor a sucio que había en Retiro hace más de 60 años. Ni los viajes, ni los amores, ni todas las comidas deliciosas que probó. Juana solo se acuerda de una escena, cuando era Joven, tetona y podía correr, solucionar problemas sola y escuchar la radio.
Hace unos días su sobrina buscó por todos lados hasta dar con una radio de esas plateadas y pequeñas, una reliquia. Se la llevó al geriatrico y cuando Juana la vió, pareció volver a conectar con la vida, con su vida; una suave y tranquila sonrisa se le dibujó en la cara, abrazo a su sobrina y se emocionó. Fué la primera vez en algunos años que su expresión se parecía a ella misma. Ya no existen los programas de radio, entonces cuando Juana pide escucharla, la enfermera le da play a alguna lista de esas virtuales, simulando, como cuando un niño toma el té en tazas vacías, la enfermera pone la radio sobre la mesa y reproduce algo que sale por otros parlantes.
Desde que se reencontró con la radio, algo mágico pasó. Cuando Juana se despierta, cada mañana le dan té con una factura de membrillo, porque se niega a comer cualquier otra cosa. Mientras desayuna como reina, escucha ¨su radio¨ y cuenta todos los días la misma historia:
¨Estoy sentada en mi bolso cuadrille, muy puntual como siempre, comiendo una factura de membrillo, tomando un jugo de naranja, mi preferido. Hay olor a sucio, pero no me importa, porque estoy escuchando la radio, muy atenta a que no me roben. Creo que Retiro es mi lugar preferido del mundo. Vamos a Retiro? me quiero ir a casa.¨
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Hola! Quiero hablar un poco sobre lo que está pasando en Rosario todavía no ví a nadie hablando sobre esto (sin presión obvio) solo quería darles un breve de todo.
Ya desde que comenzó este año, grupos de narcos estuvieron amenazando públicamente al gobernador de Santa Fe por medio de graffitti hasta ésta semana que arrancaron con los asesinatos, si no me equivoco fue el miércoles que asesinaron a un taxista, un colectivero y hoy a un playero de una estación de servicio.
Por ahora estuvo ocurriendo todo por alrededor de la misma zona, un fonavi por calle Mendoza, si buscan artículos van a encontrar más detalles al respecto.
Están amenazando la muerte de inocentes específicando las de colectiveros, taxistas, basureros y comerciantes.
Si también vivís en Rosario recomiendo si podes quedarte en casa lo más posible, no salir a caminar a la calle si no lo es necesario, etc. y si no vivís en Rosario por favor tampoco por estos tiempos visites, en cualquier otra época del año es verdaderamente hermosa pero por ahora, por la seguridad de todos es mejor quedarse en casa o vacacionar a otro lado.
Perdón si les bajoneo el día hablando sobre esto pero estos dias estoy sintiendo mucho miedo por la seguridad y bienestar mía, de mis seres queridos y todos quienes viven/trabajan en ésta zona.
En general por favor cuidense muchísimo
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