Tumgik
#después de 9 años si mis cálculos no fallan
vavaharrison · 1 year
Text
Tumblr media
4 notes · View notes
ardeportal · 5 years
Text
Sobre relaciones tóxicas: La pirotecnia y el rock.
Tumblr media
Trotsky Vengarán en La Monumental - 2019. 📷 MVPH
A 15 años de la tragedia de República de Cromañón, público y músicos siguen glorificando el uso de pirotecnia asociado a espectáculos musicales. La vigencia del peligro de su uso y promoción en pleno 2019.
Por Ginny Lupin
El 30 de Diciembre de 2004, 4500 personas (de acuerdo a cálculos estimativos presentados en la causa judicial) se reunieron en República de Cromañón para celebrar fin de año al ritmo de Rocanroles Sin Destino, el último disco de Callejeros a la fecha. La banda de Villa Celina era el suceso del momento, venían de llenar el Estadio Obras Sanitarias a mitad de año y sus fanáticos no imaginaban mejor plan para aquella noche de Diciembre, que despedir el 2004 con el grupo de sus amores de banda sonora. Pero tras la primer estrofa de Distinto, tema que da inicio al disco, Cromañón se prendió fuego, convirtiendo esos acordes en los últimos que escucharían 194 de los asistentes. En el local, el techo contaba con una capa de tela tnt - conocida en Argentina como “media sombra” - , material que hasta al día de hoy es utilizado (por fines estéticos y no acústicos) en escenarios de Montevideo. O bien estos no cuentan con las habilitaciones correspondientes, o los organismos encargados de inspeccionar la seguridad de estos recintos fallan en su tarea. Pero la tela no se incendia sola.
Tumblr media
Trotsky Vengarán en La Monumental - 2019. 📷 Captura video Cuico Perazzo.
La pirotecnia en el rock.
A principios de los 2000, el llamado “Rock Barrial” de bandas como los Redondos, la Renga, los Piojos y Callejeros, era furor en la Argentina. Desde pequeños bares, locales como Cemento, a estadios repletos de gente; el rock barrial era crítica social, pogo, cerveza, amigos, banderas y pirotecnia. De la misma forma en que los vecinos de la cuadra compiten por quién hace más ruido, o ilumina más el cielo con fuegos artificiales en las fiestas; los fanáticos de estas bandas se disputaban quién llevaba más bengalas a las fechas. La banda que más luces encendía, era la que tenía “más aguante”. La cultura de la pirotecnia en el rock se extendía a lugares abiertos y cerrados; y es evidente al mirar los videos de la época: público y músicos apenas se distinguen entre el humo. La noche del recital de Callejeros, lo que generó el fuego fue el impacto de un “tres tiros” (elemento de pirotecnia) contra el techo altamente inflamable del local. Según testigos, República de Cromañón había sufrido tres principios de incendio previos generados por pirotecnia, en recitales de La 25 y Jóvenes Pordioseros; afortunadamente sin heridos. ¿Fue entonces Cromañón una tragedia evitable?. Indudablemente. Aunque en el imaginario colectivo de la época, el uso de pirotecnia era un elemento más de la música en vivo. Artistas, gestores y fanáticos habían normalizado su presencia y, quizás víctimas de la sensación de “ser invencibles” que contagiaba la música, no tomaron consciencia de la gravedad de esta conducta hasta que fue demasiado tarde.
194 es el número oficial de víctimas mortales directas de Cromañón. Y utilizo la palabra “directas”,  dado que esta cifra no incluye a sobrevivientes y familiares que, a consecuencia de daños físicos y emocionales generados por la tragedia, murieron en años posteriores. Complicaciones en heridas de esa noche, enfermedades inducidas por el estrés y la angustia de la pérdida, suicidio; las bajas de una tragedia de tal magnitud no terminan cuando el fuego se apaga. Pero la tragedia del 30 de Diciembre no fue el primer ni el último caso en que el uso de pirotecnia en espectáculos musicales y deportivos, tuvo un desenlace trágico.   El tema “La Bengala Perdida” del gran Luis Alberto Spinetta, fue inspirado por Roberto Basile un hincha de Racing quien perdiera la vida en 1983, cuando con 25 años recibió el impacto de una bengala en La Bombonera. Pero, a pesar de la llegada de su música y el respeto de sus colegas, la suerte de advertencia de Spinetta no fue escuchada; los fuegos artificiales siguieron siendo protagonistas en canchas y pogos, incluso después de Cromañon; con consecuencias fatales aún en espacios abiertos. El 30 de abril de 2011, casi 7 años después de la tragedia de Cromañón, Miguel Ramírez de 32 años fue a ver a La Renga al Autódromo Roberto Moura de La Plata. Llegó al recital, como todos, dispuesto a vivir una celebración de música. Salió en ambulancia. Esa noche Miguel llegó a escuchar el primer tema, antes de que el impacto de una bengala en la parte derecha del cuello lo hiriera de gravedad. 9 días después, falleció.
Es evidente entonces, que el peligro del uso de bengalas y artefactos similares, no se limita a espacios cerrados. La posibilidad de generar un incendio puede ser menor; pero el impacto directo de una bengala tiene altas probabilidades de desencadenar consecuencias fatales. ¿Por qué está normalizado entonces el uso de pirotecnia en estadios y arenas a cielo abierto? ¿Es la muerte de una sola persona “menos grave” que una tragedia masiva?. Definitivamente no.
Tumblr media
Ernesto Tabarez en el Montevideo Rock - 2017. 📷 Mariana Castiñeiras
El peligro de la apología.
La seguridad del público asistente a un espectáculo musical no sólo es un deber de los organizadores del evento, quienes sin lugar a dudas tienen que constatar que no se ingrese con elementos peligrosos al recinto. Velar por la seguridad de todos, es también responsabilidad del propio público, debiendo tomar conciencia y cuidarse como conjunto; y de los músicos, quienes como referentes cargan sobre sus hombros el deber de condenar aquellas conductas que ponen en peligro a los asistentes, en lugar de hacer apología de las mismas.
Esta no es la primera vez que comparto mis inquietudes acerca de la desinformación respecto al uso de pirotecnia en espectáculos públicos en la actualidad. Previamente había escrito sobre el tema, al ver que en el Montevideo Rock 2017 el humo de las bengalas fue un protagonista más del espectáculo. En esa ocasión fue Ernesto Tabárez, vocalista de Eté y los Problems, quien en la segunda jornada del festival, bajó del escenario para cantar – bengala en mano – junto a su público. Cabe destacar que, en la última edición del festival (Noviembre 2018) la problemática de la pirotecnia fue controlada.
Sin embargo, en Mayo de 2019, y tras una prolífica gira por México y Miami, es el baterista de Trotsky Vengarán, Guillermo “Cuico” Perazzo, quien comparte en sus redes un video de la banda tocando entre humo de bengalas, acompañado de la siguiente descripción: “Este video es del domingo pasado en CDMX. Si, es polémico y por nuestros lados directamente cortaríamos todo... Pero anda a explicarselo a #LaMonumental en los festejos de sus 20 años!!! Ellos así lo viven y es su fiesta!!!”
View this post on Instagram
A post shared by Cuico Perazzo ★ (@cuicoperazzo) on May 5, 2019 at 3:51pm PDT
Sin ánimos de arremeter contra un artista en particular, me permito señalar lo siguiente: El video no es polémico, es preocupante. Y el uso de pirotecnia en un recital no es parte de “su fiesta”, sino -  como evidencia el análisis previo -  peligroso para artistas, técnicos y público presente. Si al momento no fue posible controlar la respuesta del público de La Monumental, sí queda en manos del artista la decisión de compartir la desafortunada conducta con sus seguidores en redes.
Lo grave de mensajes como estos, es el impacto que puedan causar en generaciones que no tienen presente el recuerdo de Cromañón y desconocen la cultura “bengalera”. Al encender pirotecnia o compartir un video donde se evidencia su uso como algo “anecdótico”, se envía un mensaje positivo al respecto. Para un adolescente que quiere llamar la atención de su banda de rock, ver a su ídolo con una bengala o encontrarse en redes con la “fiesta” mexicana puede ser disparador a querer generar una fiesta propia. ¿Para qué pintar la bandera más grande si puedo llevar una bomba de humo y ser el más crack?. Me es difícil entender como, transcurriendo el año 2017, aún persiste la concepción absurda de que la pirotecnia es parte del clima del rock, junto con la peligrosa creencia de que una bengala en un lugar abierto no representa peligro alguno. La pirotecnia es un arma y su uso en el rock un precio extremadamente alto a pagar por querer llamar la atención o ser dueños del 'agite más grande'.
Por Roberto Basile, por Miguel Ramírez, por las más de 194 víctimas de la tragedia de Cromañón. Por todos aquellos que queremos seguir disfrutando de la música en vivo. Por respeto a los que no están y a quienes quieren seguir formando parte de la fiesta que es asistir a un recital. No más pirotecnia en el rock. Músicos, gestores y público somos responsables de generar conciencia acerca de sus riesgos y condenar su uso. Memoria y precaución, para evitar otra tragedia.
0 notes