Tengo miedo de volver a perderme en el intento de no perderte a ti.
Tengo miedo de sentirme perdida, vacía, apagada y alejada de mi esencia otra vez.
Tengo miedo de nuevamente no reconocerme, de sentirme una forastera en mi propia piel, de no ser yo misma.
No quiero que elegirte suponga abandonarme. No es justo. No es una elección fácil.
Tengo miedo de volver a perderte.
Tengo miedo de no poder seguir queriéndote, de no poder demostrarlo, no poder decirlo.
Tengo miedo de no poder abrazarte más y que nuestros recuerdos compartidos se conviertan en herida.
Tengo miedo de que dejes de formar parte de mi vida y tu ausencia sea lo único que permanezca cada día.
Tengo miedo de perderte, pero también tengo miedo de perderme a mí en el camino a que te quedes.
El deseo de huir volvió, aunque a tu lado me veo envejeciendo, tengo miedo de que no estés siendo sincero, me aterra que lo nuestro algún día decidas terminar, no has hecho nunca nada que me haga dudar, me pregunto entonces por qué me lleno de ansiedad, qué será.
La confusión y la duda te rompen el corazón hasta que ya no late con vehemencia. Si pulsa, es por dolor. Te sientes melancólica y herida pero tus emociones son al mismo tiempo neutras, transformándose en algo espeso, rígido y frío. Termina cuando tu alma siente que ya no se conecta, con nadie, ni contigo, ya no.
Soltarte dolió.
No quise...pero así fue.
Le expliqué a mi cabeza que era lo mejor...
Ella lo entendió.
Pero hace todos los escritos para ti.
El corazón no quería dar razón.
Se negó a tu partida.
Se negó a mi adiós.
Ahora sufre.
Llora en silencio por lo que un día perdió.
Anhela tu regreso...ahora ya empieza a resignarse.
Despídete dignamente de él, destruye lo, así ya no esperará nada de ti.
Sé ahora más que nunca que no debo volver, pero me enteré que estás buscándome, ¿crees que podré? Seguir así, caminando sin ti, seguir así viviendo sin sentir; me salva pensar que decidiste ver cómo sería tu vida sin mí, con alguien más, me salva de morir, de sufrir, de volver a la tristeza y a ese pozo sin fin al que llamaba amor por ti.
Escape del dolor y la duda, dije adiós a la incertidumbre y la tortura, me aleje de tus besos y de esta aventura, hoy lejos, me siento libre y sin premura, extrañándote e intentando olvidarte sin perder la cordura...