#feminiza

[br-sissy-sub]

se exibir e se humilhar para os machos são uns dos motivos pelos quais você se feminiza, não precisa sentir vergonha disso, você precisa justamente fazer esse tipo de coisa pra que os machos comecem a te perceber como uma fêmea.

[bombnails]

Ivy needs help raising funds for gender affirming surgery! if you have the funds to do so, please donate to help her reach her goal this Black History Month!

[somosfeblog]

El camino de los menores: Capítulo 10

La Corte mental

El recorrido se mete dentro del palacio de las Espadas.

Con esta entrega, exploramos lo que nos quedaba de las espadas. Si bien nuestro Mini Curso ha llegado hasta aquí en lo que a las espadas respecta, de ninguna manera agota este universo. El primer acercamiento a los palos activos de los Arcanos Menores concluye con este capítulo, pero lxs invitamos a seguir investigando y experimentando con las cartas.

Mirada profunda: la Reina

La energía de las reinas se sitúa entre los grados 4, 5, 6 y 7 de la numerología. Hay quienes creen que la Reina representa el 4 y 5 mientras que al Rey le corresponden el 6 y 7. En FE, siguiendo las enseñanzas de Marianne Costa, creemos que Reina y Rey representan dos aspectos diferentes de los mismos grados. La Reina cubre, de alguna manera, el terreno comprendido entre la estabilidad y la llamada de la espiritualidad. Ella posee y gestiona lo que nuestro paje recién estaba conociendo.

Valet de Espadas. El filo de su espada se apoya en su sombrero. Piensa mucho, todo el tiempo, pero no sabe discernir entre el pensamiento maduro y el infantil. Es brillante, pero no confía en su intelecto, no puede hacerse escuchar. Tal vez se trate de un joven becario, o de una idea para un libro, la acumulación de información y  búsqueda de fuentes. O quizás, de un pensamiento confundido, de alguien que habla sin pensar, o de las agresiones en redes sociales.

Reina de Espadas. Su intelecto potente está representado por la espada roja que sostiene con orgullo. El principio activo cae en manos de alguien que lo feminiza. Está plantada y defiende sus opiniones. No teme al rey ni a las posibles repercusiones. Sabe qué significa hablar, pero no está cerrada a sugerencias ni ideas de otros. Hay liderazgo y palabras certeras. Puede ser la que opina para mejorar el mundo, o la que se entretiene con chismes de la Corte. Puede ser una capacitación o un momento de planear estrategias de comunicación.

Rey de Espadas. Esta figura es hábil en el manejo de su lengua. Sabe cómo decir las cosas para jugar con el lenguaje. Puede elegir hablar con verdad o doblar las palabras a su antojo. Empuña la espada con fuerza porque tiene algo para decir, sus ideas son valiosas y lo sabe. Tal vez sea un diputado, un profesor, alguien con la capacidad de resolver problemas e inspirar. Pero también puede ser un político deshonesto o un contrato con letra chica.

Caballero de Espadas. Su espada se ha convertido en una lanza. Es hora de que las palabras corran y se diseminen. Una idea madura se comparte para que puedan nacer ideas nuevas, para que su forma mute. También puede significar abandonar el plano de la cabeza y comenzar a conectarse con el corazón. Acá tenemos a la figura del profeta, el final de un conflicto intelectual, la meditación, alguien que termina su tesis.

TAREA #FE

Práctica: Vamos a hacer un ejercicio vibracional consciente. Colocá a la Corte de Espadas en orden boca arriba. Mirá las cartas y elegí la que más se adecúe a tu situación hoy. No pienses las razones, sentí la vibración. ¿Cuál te llama? ¿Por qué? Ese proceso vibracional es el mismo que ocurre cuando no ves las cartas.

Ritual: Ya que hemos llegado al final del recorrido del ámbito de las espadas, como el caballero, abandonemos la mente. ¿Probaste alguna vez meditar? Es fácil (y a la vez complicadísimo) y lo podés hacer en casa. Sentate en una silla con la espalda derecha y dedícate a respirar. La mente va a generar imágenes a todo lo que da, pero vos no te enganches. Concentrate en tu respiración. Probalo al menos 10’ cinco días seguidos. Hay varias apps gratis de mindfulness que te pueden ayudar. Tal vez te sirva concentrarte en la imagen de una de las cartas.

foto cortesía: @yanetnoeli 

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¡Hasta la próxima!

[distorcendo]

“Amamos aquele que responde à nossa questão: ‘quem sou eu’”

[…} “amar é reconhecer sua falta e doá-la ao outro, colocá-la no outro. Não é dar o que se possui, os bens, os presentes; é dar algo que não se possui, que vai além de si mesmo. Para isso, é preciso se assegurar de sua falta, de sua 'castração’, como dizia Freud. E isso é essencialmente feminino. Só se ama verdadeiramente a partir de uma posição feminina. Amar feminiza. É por isso que o amor é sempre um pouco cômico em um homem, porém, se ele se deixa intimidar pelo ridículo, é que, na realidade, não está seguro de sua virilidade.” […] “Mesmo um homem enamorado tem retornos de orgulho, assaltos de agressividade contra o objeto de seu amor, porque esse amor o coloca na posição de incompletude, de dependência.”

(Miller - Amamos aquele que responde à nossa questão: 'quem sou eu’, Correio 71)

[lgbt-romanian-teens]

De mic copil am realizat ca nu imi pot trai viata ca o fata. La gradinita ma jucam doar cu baietii si dispretuiam momentele cand fetele ma invitau sa ma joc cu ele cu papusile Barbie sau cu poneii, fara sa imi dau seama ca ele ma percepeau ca pe o fata. Parintii au fost foarte intelegatori in aceasta privinta (uluitor) si ma lasau sa ma exprim liber cumparandu-mi haine si jucarii de baieti. Asa s-au desfarusat lucrurile in copilaria mea, cand pe la varsta de vreo 11ani (deci clasa a 4-a) am avut cateva incercari de a ma "feminiza", dar pur si simplu nu ma simteam la locul meu si nu stiam ce se intampla cu mine si de ce nu pot fi ca ceilalti (mama a fost un factor incercand sa ma faca sa ma "integrez in multime") . Doi ani mai tarziu am aflat de termenul de transgender si atunci mi s-a aprins instant un beculet, ca mai sunt si alti oameni in lume care trec sau au trecut prin ce am fost si eu. Probabil ca a durat vreo jumatate de an pana sa accept acest fapt trecand incet de la nonbinary la transgender.

Nu as putea spune ca ma integrez perfect intre ceilalti; de cate ori ma plimb pe holurile liceului aud in spatele meu remarci de genul "asta e fata sau baiat?" sau "o uite un hermafrodit", dar intr-un fel ma bucur ca nu sunt atat de educati incat sa recunoasca o persoana transgender, pentru ca probabil ca as ajunge intr-o buna zi cu buza sparta acasa.

Sunt "out" doar la o fata si ea lesbiana si am avut acum ceva vreme o incercare de a-i explica unei prietene care nu vrea ca "toti gheii sa arda pe rug" ca sunt trans, dar s-a speriat destul de tare si de atunci nu am mai adus in discutie acest subiect. Parintii mei banuiesc de o perioada destul de lunga deja si ma intreaba ocazional "tu vrei sa fii ca baietii si sa ai o pula??" cu niste fete disperate, intre timp ce eu schimb subiectul. Avand in vedere ca in Romania procesul de tranzitie este extrem de anevoios si plin de birocratie (si hai sa fim seriosi cati doctori iti inchid usa in nas cand le pomenesti de asta) cred ca voi putea incepe tratamentul hormonal abia dupa ce voi fi major.

P.S: Sper ca nu ati adormit in timp ce ati citit asta si sper ca nu v-ati crucit de la greselile gramaticale strecurate sa aveti o zi faina

Edit: Hopa ce dramatic a iesit zici ca-i episodu 2 din ciresele tineretii de pe acasa tv

[belle-indifference]

Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar, es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos, es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su "castración", como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.

Jacques-Alain Miller

[keenloverskeletonstatesman-blog]

Párrafo argumentativo

El Párrafo argumentativo presenta una idea con tal de convencer sobre algo que es afirmativo o negativo. La idea principal aquí es como consideran el suelo lo japoneses, seguido de su idea secundaria dormir sobre él. Los conectores que se notan son causa-efecto, unión e indicador de ejemplo, tiene coherencia, en la cohesión pudieron utilizar diferentes o sustituir unas palabras. Es entendible adecuado para la sociedad.

     Lourdes Ochoa Aguilar

Feminiza. (2019). Beneficios de dormir en el suelo. Recuperado de https://www.feminiza.com/beneficios-de-dormir-en-el-suelo/

#Japoneses   #VeranoInolvidable  #SoyUO   #Conectores  

[diariomatutino]

Joana Vasconcelos feminiza el Guggenheim con su espectacular obra

Una enorme pieza hinchable de ganchillo ocupa el atrio del museo de Bilbao en la primera antológica dedicada en España a la célebre artista portuguesa from Europa https://ift.tt/2lGYiF7

[cracklitos]

-machito progre del 8 de marzo-

Machito progre hoy no es su día de visualización

No criticar el feminismo no te hace feministo así como pensar que eres aliado no es lo mismo que ser protagonista.

Tu lugar crítico no puede reclamar la opresión para forzar el igualismo

Por eso piense antes de gritar durante este día

Antes de opinar desde el lugar de privilegio

Antes de empatizar como excusa para imponer sus propias contradicciones.

Hoy marchan quienes en cuya idea autopercibida de mujer

impregnan una injusticia diaria entre violencias de diferente tipo.

Porque la sociedad es machista patriarcal y de cultura misógina

Y si usted amigo no se incomoda si usted no se siente contradictorio

si usted no entiende que este reclamo se trata de usted (o uno como usted) -machito-

Entonces está en otro lado negando su rol de manera conveniente en un discurso que le incomoda cuando lo interpelan -ellas- respecto a su lugar dentro de lo que representa el género opresor

Si usted visualiza el reclamo de las mujeres solo este día

Si usted feminiza un reclamo de género solo para tornar una discusión con la evidente desventaja de lo “femenino”

Si usted quiere que todas las mujeres “sean iguales” y les exige coherencia pulcritud orden solo para levantar una voz de reclamo y atención

Entonces su “celebración” cliché no pretende nada más que otro día de egocentrismo obvio

-y complicidad silente-

Su evocación política social o cultural está en comodidad con este sistema que lo tiene - que nos tiene - en donde estamos.

Y olvídese de igualarnos en este sistema

Porque se trata de luchar efectivamente contra este sistema de producción.

Y si no entiende eso entonces se entiende que disfrute de un protagonismo inesperado desde su progresismo inerte silente cómplice y autoconsumista.

[liricon]

CLEOPATRA

Hoy, en mi curso sobre Shakespeare en la UNAL, debía dar una clase sobre "Antonio y Cleopatra". Es una obra larga, llena de personajes secundarios y de diálogos muy accesorios al asunto dramático, y es dispersa y bastante tediosa, pero, sobre todo, parece menos analizable que las otras obras que hemos leído en el curso (Hamlet, Otelo, Macbeth, El rey Lear, Romeo y Julieta), pues es menos intensa conceptual y poéticamente que ellas: no tiene largas introspecciones filosóficas, ni los personajes se comprometen intelectualmente con sus disyuntivas. Yo llevaba una serie de temas que quería examinar en la clase, y cuando llegué al salón descubrí que se me habían quedado el libro y los apuntes. Luego empecé con los estudiantes a hablar del argumento, y derivamos en un ejercicio sobre los tiempos verbales que usamos para narrar diferentes cosas (sueños, juegos, películas o experiencias). Y, así, íbamos desviándonos, de salto en salto, sin abordar la obra. Nos fijamos en que, antes que una obra de teatro, es un guion cinematográfico, por las exigencias frecuentísimas de cambio de escenario, y por la envergadura de esos cambios: el mar, a bordo de un barco, Alejandría, Roma... Hablamos de muchas cosas evitando hablar de Cleopatra. Y de repente me di cuenta de que, precisamente, según lo que Shakespeare transmite, Cleopatra es aquello de lo que no se puede hablar con las convenciones literarias de los géneros; aquello que necesita otra manera de decirse. Cleopatra no es un personaje: es una persona. Su autor se niega a conocerla y a identificarla: ella es lo no conocible y es la desidentidad. Actúa incosistentemente, todo el tiempo cambia, es la infidelidad y la traición, la violencia y la ternura, y otras parejas de contrarios. La clave está en lo que se dice de ella en un punto de la obra: "Her infinite variety". Y me di cuenta de que Shakespeare no solo imagina el cine en "Antonio y Cleopatra", sino que señala la necesidad de otra literatura. Y lo hace porque se esfuerza en imaginar a la mujer sin concebirla, y, más allá de mostrar al general imantado a ella, se muestra a sí mismo (muestra todo el proceso creativo) abocado a lo femenino, y desbocado en lo femenino: en aquello que está en otro mundo y que reina en ese mundo, y desde allá reina en todo el mundo, y es el desorden del deseo, el otro deseo, el verdadero e inextinguible. Arrebatada de amor y necesidad por el oriente de Cleopatra —la mujer esforzadamente imaginada fuera del patriarcado, y la heredera de unas culturas perdidas—, la obra se desorienta, literalmente. Ella feminiza a todo el mundo: todos los personajes de la obra dejan de ser personajes de teatro (todos son alternativamente tenues e intensos, pero todos son indeterminados). La estructura de la obra deja de ser una estructura teatral. Cleopatra es el principio de lo femenino que feminiza el teatro como ha feminizado, en el extremo del ardor, al trunviro romano (de hecho, cuenta cómo le ha puesto sus ropas en el lecho de amor a Antonio). Ante el fascinus (el falo) imperial, se yergue —acostada— esta fascinación abismal de lo femenino: la reina indómita —la amante, no la esposa— de la colonia. Y en su indescriptibilidad, la aparición de Cleopatra sugiere nada menos que otra manera de hacer literatura, otra manera de figurar a los personajes, una manera descentrada de representar. Cleopatra, que no es un personaje sino la presencia del deseo y el poder de la atracción, no es solo el feminismo avat la lettre, sino también la decolonialidad avat la lettre. Finalmente, en la clase vimos esto y de ello hablamos. Y entonces, la obra que menos nos había complacido a todos fue la que más nos fascinó.

[lo-que-no-puedo-contar]

Amar, decía Lacan es dar lo que no se tiene. Lo que quiere decir: amar es reconocer su falta y darla al otro, ubicarla en el otro. No es dar lo que se posee, bienes, regalos. Es dar algo que no se posee, que va más allá de sí mismo. Para eso, hay que asumir su falta, su “castración”, como decía Freud. Y esto, es esencialmente femenino. Sólo se ama verdaderamente a partir de una posición femenina. Amar feminiza. Por eso el amor es siempre un poco cómico en un hombre. Pero si se deja intimidar por el ridículo, es que en realidad, no está muy seguro de su virilidad.

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Las Máquinas Femeninas: el Futuro del Noise Femenino

Por Nina Power

Los futuros maestros de la tecnología tendrán que ser compasivos e inteligentes. La máquina domina fácilmente lo adusto y lo simplón. – Marshall McLuhan

Los obreros de siglos pasados han sido, indirectamente, los intérpretes más constantes y brutales del noise. El reconocimiento de nuestro pasado siempre debe estar presente. – Mattin, «Tesis sobre el noise, IX»

En febrero de 1966, un grupo de mujeres belgas que trabajaba en una fábrica de armas exigió un salario igual por el mismo trabajo. Su lema fue «las máquinas femeninas van a la huelga» e interrumpieron el trabajo durante doce semanas,comportándose, según afirmaban, «como el que lleva a cabo una guerra»... – libro de historia

La máquina siempre ha deseado a las mujeres. Las necesita por su destreza, sus manos más pequeñas, su capacidad para trabajar con rapidez y, al menos inicialmente, para pedir menos por ello. La proliferación de máquinas de escribir y teléfonos en las décadas de 1870 y 1880 y la mecanización concomitante de la información permitieron a las mujeres competir por puestos de trabajo que podían realizar fácilmente mejor que los hombres. En otras palabras, «un gran número de hombres con un nivel salarial muy alto y con bolígrafos que añadían rápidamente columnas de cifras de cuatro dígitos en su cabeza fueron sustituidos por oficinistas con salarios inferiores, muchas de ellos mujeres, con máquinas» (Lisa Fine, «El espíritu del rascacielos»).

Por supuesto, han sido muy escasos los ejemplos en los que las mujeres se han dedicado a la construcción (aunque el Puente de Waterloo, el más largo de Londres, que fue reconstruido por mujeres durante la Segunda Guerra Mundial, socava de forma excepcional la idea de que el trabajo de la mujer se realiza a pequeña escala). Respecto a las mujeres, tal como señaló Sartre, la máquina sueña a través de ellas, inculcando el nivel justo de distracción para maximizar el rendimiento –los sueños eróticos de las operadoras de máquinas dan lugar a un curioso producto secundario de la repetición del trabajo.

Si las mujeres han funcionado históricamente como conductos para los sueños de las máquinas, entonces el ruido también tiene una cualidad peculiarmente femenina, desde los servicios de mecanografía hasta las fábricas de tejidos y las centralitas telefónicas. En cierto sentido, siempre hemos sido secretamente conscientes de la relación privilegiada entre las mujeres, la tecnología y el ruido:

La vertiente más fantásticamente energética y mecánica de datos, la  conversación, ha sido considerada siempre, para mejor o para peor, como un coto femenino; en realidad, el discurso de la mujer es descalificado, con frecuencia, como ruido –Emmanuel Kant, en su Antropología, destierra con mal humor a «las chicas» a la otra sala debido a sus charlas frívolas– mientras que los hombres debaten lenta y solemnemente los asuntos importantes del día. Cuando la actriz del cine mudo Hedy Lamarr coinventó un sistema de comunicación secreto para ayudar a los  aliados a derrotar a los alemanes en la Segunda Guerra Mundial, MGM mantuvo este aspecto de su vida oculto ya que era incompatible con su imagen de estrella  (incluso aunque ya se había esforzado lo suficiente para destruir esta ilusión, incluso en los comienzos de la idolatría por las estrellas de cine: «cualquier chica puede resultar glamourosa. Todo lo que tiene que hacer es permanecer de pie y parecer estúpida»). Desde los árboles de la selva hasta las lavadoras, desde los dictados  hasta la criptografía, desde el espionaje y el desciframiento de códigos en tiempos de guerra, desde la manipulación y la mecanización de la retroalimentación de la máquina, la información y la transmisión han necesitado, normalmente, a las mujeres mucho más que a los hombres.

La maquinaria no pierde su valor útil tan pronto como deja de ser un bien patrimonial… No acata, de ningún modo, que el supuesto subsumido bajo la relación social del capital es la relación social final y más apropiada de producción para la aplicación de la maquinaria – Karl Marx, Grundrisse

El capital se feminizaba y se feminiza cada vez más, a través de las máquinas. El ginecapitalismo en auge, literalmente, no hace nada mejor y más rápido, a medida que los circuitos balbucean incesantemente. Un millón de trabajadores dedicados a introducir datos suspiran mientras las puntas de sus dedos repiquetean interminablemente; centros de servicio de atención telefónica vibrando con la perfección bien entrenada de los tonos agudos; grabaciones ginoides en las estaciones dando instrucciones a usuarios acosados respecto a dónde deben dirigirse y cuándo. Lejos de experimentar una profunda aversión por lo antinatural, las mujeres artificiosas y procesadas han demostrado su rápida capacidad para adaptarse a la máquina, incluso cuando ésta las usa y abusa de ellas. Toda apelación a la supuesta naturalidad de las mujeres o a cierto tipo de relación privilegiada con la naturaleza es tan históricamente inexacta como banal: las mujeres constituyen los mejores robots, tal como nos mostró «Metrópolis».

No obstante, ¿qué sucede si vamos más allá de esto? ¿Cuándo la comunicación se convierte en una frívola cháchara menor que la producción de puro ruido? Cuando la máquina, en lugar de soñar con las mujeres, es creada, mantenida y, en realidad, explotada por ellas.

Hay una escena en la película de 1929 de Dziga Vertov, «El hombre con la cámara », que combina el metraje de mujeres llevando a cabo diferentes actividades: coser, cortar película (con Elizaveta Svilova, la mujer de Vertov y editora real de la película), contar con un ábaco, fabricar cajas, realizar conexiones en una centralita telefónica, empaquetar cigarrillos, mecanografiar, tocar el piano, responder al teléfono, teclear códigos, llamar al timbre, pintarse los labios. El metraje de cortes se acelera hasta alcanzar una velocidad tan frenética que, en un momento determinado,llega a ser imposible decir qué actividad se está realizando por placer y cuál por trabajo. Ésta es una visión –muy anterior a los ordenadores personales, los teléfonos móviles, los servicios de atención telefónica y la invención de las agencias temporales– de la compatibilidad optimista, quizá incluso de la identificación directa, de las mujeres con las manifestaciones ilimitadas de la tecnología y el artificio…

En ocasiones, siento una conexión psíquica con las máquinas – Jessica Rylan

Si avanzamos casi un siglo, hallamos a Jessica Rylan, una mujer que fabrica sus propias máquinas y que interpreta con ellas, de modo que la superposición entre su voz y sus creaciones pierde todo sentido de separación. Esto es, ciertamente, noise de algún tipo, pero de un tipo totalmente novedoso. En directo, Rylan ejecuta una combinación de exposiciones personales inquietantes (en forma de canciones a capella interpretadas al público con una franqueza sin límites) y una comunión maquinizada con sintetizadores analógicos fabricados por ella misma, retroalimentándose hasta la eternidad y fusionándose con voces etéreas, profanas, que persiguen como los cuentos de hadas contados por una tía sádica. Aunque en las noches de noise, el público emitía gritos ocasionales de «¡más ruido, más dolor!», lo que este deseo de ruido gratuito no entiende es cuánto más efectiva resulta la interpretación de Rylan al revelar el verdadero poder de la máquina.

Jessica Rylan es el futuro del noise, del mismo modo que los hombres son el pasado de las máquinas. Alta, delgada, vestida con elegancia, con gafas… en una oficina repleta de oficinistas, el corazón de Kafka comienza a latir. Mientras las sirenas de lo desagradable continúan seduciendo al imaginario noise masculino, la sra. Rylan y sus sinte-máquinas elaboradas en casa plantean una alternativa deliciosa: qué sucede si, en lugar de la rendición abyecta al dolor hidráulico del tecno-metal, obligamos a la máquina a hablar… con elocuencia. Pero no seamos evasivos: no hay nada agradable en su ruido –ninguna  concesión a lo bonito, a la baja fidelidad, a lo adorable o a lo precioso.

Rylan ha escrito antes sobre la idea de noise personal, en la que se opone a la idea de que el noise debe ser lo más áspero y implacable posible. Esto se ajusta totalmente a la idea de que debería haber cierto estilo de noise, que se debería prestar una determinada atención a las especificidades del sonido y que, de hecho, el único modo de aproximarse a la artificialidad de lo natural es sobrepasar y superar su simulación, lo cual, Rylan lleva a cabo conectando y desconectando su voz y su cuerpo en los autocircuitos de un erotismo onírico que se teje cautivadoramente entre una serie de incongruencias desconcertantes: «Aunque es característico del noise recordarnos brutalmente la vida real, el arte del noise no debe limitarse a la reproducción imitativa» (Luigi Russolo).

Esta reproducción imitativa, esta falta de imaginación que caracteriza a gran parte de la música noise, se ve reflejada en la introspección de la mayor parte de la escena noise, como si la mejor respuesta a un mundo hostil fuera alejarse de él y aullar en una esquina. No hay interés respecto a la naturaleza dentro de la escena noise, afirma Rylan.

«Todo este mundo, todo lo tenemos puertas adentro, miramos Internet, vemos la TV, leemos libros, vemos películas, tomamos drogas, lo que sea. Todo esto es algo muy interior, no dedicamos ningún tiempo al mundo».

Sé cómo manejar mi propio equipo – Jessica Rylan

Es esta relación entre lo natural y lo artificial –y la artificialidad de la naturaleza– lo que quizá exprese mejor el efecto de las performances de Rylan y señala hacia un futuro que será, al mismo tiempo, femenino y maquinizado. Hay algo profundamente extraño, por ejemplo, en el modo en que lo analógico es  procesado por sus sintetizadores. Reconocida normalmente por su calidez, por su autenticidad, su riqueza, Rylan convierte este fetichismo de la máquina vintage en una anti-calidez, una serie de máquinas de estilo propio que cortan y desconectan el tiempo respecto de sí mismo, en el presente. Utilizando lo analógico para remedar los efectos de lo digital, Rylan ha conseguido una técnica que provoca la máxima perturbación posible a su público y sin necesidad alguna de gritar.

Rylan ha comentado en el pasado su deseo de no utilizar ningún efecto que se inmiscuya en el tiempo (reverbs, delays) pero, en cambio, la máquina se mezcla con ella y consigo misma, de modo que ya no se puede afirmar de dónde procede el sonido. En cierto sentido, eso ya no importa. Lo que vemos y escuchamos es una serie de enchufes, cables y conmutadores hábilmente manipulados y ligados a su creadora, que circunvala el estancamiento mecánico y ella misma emite sonidos que se retroalimentan, alejándose de la máquina e incorporándose a ella. La relación con el público es deliberadamente ambigua y está muy estructurada –en lugar de la agresión directa (aunque irónica) que provoca a las multitudes la mayor parte de la electrónica de gran potencia.

Sus espectáculos, aunque ahora son cortos, solían ser incluso más breves, siete minutos más o menos, la anti-indulgencia personificada. «Lo hice todo de una vez», afirma respecto a sus actuaciones previas. En gran medida, ésta ha sido siempre la tentación del noise, adoptar la velocidad y la brutalidad de los coches, de la máquina, el «amor al peligro, el hábito de la energía y la falta de temor» del «Manifiesto Futurista» de 1909 de Marinetti, estar a la altura de la exigencia de Russolo de combinar una variedad infinita de ruidos utilizando miles de máquinas diferentes. Sin embargo, cada vez más, se ha deslizado una cierta calma en sus actuaciones, el pensamiento cauteloso implícito en cada aspecto de su obra: la música, el espectáculo, la interpretación, el equipo. Ninguna mezcla chapucera y abigarrada de la autoabsorción y de la complejidad genial que caracteriza a gran parte de la escena noise.

Si la historia subterránea de la relación entre las mujeres, las máquinas y el noise ha emergido finalmente a la superficie como un nuevo Arte del Ruido que intenta destruir la oposición entre lo natural y lo artificial, intérpretes como Rylan representan una expansión del territorio. Las máquinas ya no soñarán a través de las mujeres, sino que serán construidas por ellas. Se utilizarán no para remedar el aullido impotente de la agresión en un mundo hostil, sino para reconfigurar la misma matriz del noise.

Este ensayo es parte del libro Ruido y Capitalismo que puede ser descargado acá: http://artxibo.arteleku.net/es/islandora/object/arteleku%3A378