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#instante creativo
julian-bellialt · 2 months
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EL MICRORELATO
Esta la historia de Julian, un hombre apasionado por la escritura quien en un día al intentar escribir algo, las ideas no llegaban, un sentimiento nulo se fabricaba en su mente abarcando una sintonía de vacíos creativos que no le permitían escribir ni una palabra. Julian se sentía confundido, en el meollo del asunto siempre tenía un haz bajo la manga, alguna idea para sintetizar, pero ese día al parecer se habían agotado. Exhausto de luchar contra su parsimonia voluntad, sin sentir ni pensarlo, entro en un abismo mental donde al fondo hallo un cumulo de ideas que dejaría plasmadas mientras se encontraba en un claustro mental de arquetipos oníricos. A la mañana siguiente, al revisar su ordenador encontró que había escrito 20 microrelatos. En medio de su emoción descontrolada, se apaciguo y se sentó a revisarlos con calma uno a uno, pero toda la felicidad fue eclipsada cuando encontró algo terrorífico, algo que hizo se levantara aterrorizado de su silla, no podía creer que lo que estaba allí contenido; él, lo había escrito. Una caterva de horrores ortográficos por doquier; “elles, lapso de tiempo, elle, todes, bichota” así como errores ortográficos y gramaticales, mal uso de signos de puntuación e interrogación sin dejar de lado los signos de ¡exclamación! ¡qué horror! Y el uso excesivo de las MAYUSCULAS. Hizo que julian entrara en una catarsis de ira desmenuzada. ¿pero que mierda es esto? Dijo mientras azotaba el diccionario de la RAE. En ese instante, juró vengarse. Así que se sentó delante de su ordenador y empezó a escribir lo que sería su venganza, la cual titularía. “EL MICRORELATO”.
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moriras-lejos · 1 year
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La imaginación no conduce a la locura. Lo que conduce a la locura es la razón. Los poetas no se vuelven locos; los jugadores de ajedrez sí, y los contables, pero sólo muy raras veces los artistas creativos. Como se verá, no pretendo atacar a la lógica: tan sólo digo que la lógica, y no la imaginación, encierra ese peligro.[...]
[...]El loco sanaría si pudiera despreocuparse por un instante. Cualquiera que haya tenido la desgracia de hablar con alguien al borde o en pleno desorden nervioso, sabe que su cualidad más siniestra es una horrible claridad de detalle; una conexión de una cosa con otra en un mapa más elaborado que un laberinto. Si uno discute con un loco, es extremadamente probable que salga malparado, porque en muchos sentidos su imaginación se mueve más deprisa ya que no está limitada por el buen sentido. No la entorpecen el sentido del humor, ni la claridad, ni las ramplonas seguridades de la experiencia. Es tanto más lógico en cuanto que ha perdido determinados afectos sensatos. Desde luego, lo que suele decirse comúnmente a propósito de la locura resulta equívoco. El loco no es alguien que ha perdido la razón. El loco es alguien que lo ha perdido todo excepto la razón. - G. K. Chesterton
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pizzettauniversale · 2 years
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Sabato de Sarno nuovo direttore creativo di Gucci annunciato di sabato questo è instant marketing
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aricastmblr · 2 years
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Tiffany & Co. MEWSROOM
Corporativo Tiffany & Co. presenta a su nuevo embajador de la casa: Jimin de BTS 2 de marzo de 2023
NUEVA YORK, NY—Tiffany & Co. le da la bienvenida a Jimin de BTS, íconos del pop del siglo XXI, como su nuevo embajador mundial de House. Conocido por su estilo único e influencia mundial, Jimin es el embajador perfecto para la joyería de lujo y marca un nuevo capítulo para Tiffany & Co. con los mundos que se cruzan de la música, el arte, la cultura y el lujo.
“Esperamos dar la bienvenida al artista e intérprete multifacético Jimin de BTS como nuestro nuevo embajador de House. Encarna la energía, el estilo y el sentido de la modernidad que personifica a Tiffany and Co”. dijo Alexandre Arnault, vicepresidente ejecutivo de productos y comunicaciones . “Estamos orgullosos e increíblemente emocionados de revelar nuestras futuras campañas con su lanzamiento a finales de esta primavera”.
Celebrado en todo el mundo por su voz reconocible al instante, sus impresionantes habilidades de baile y su imponente presencia en el escenario, el viaje creativo de Jimin está evolucionando. Recientemente anunció el lanzamiento de su primer álbum oficial, FACE , y está enfocado en su nuevo comienzo como solista mientras revela su nueva música al mundo. Como embajador de Tiffany & Co. House, Jimin mostrará su enfoque único en el diseño de joyas al usar diseños icónicos de Tiffany & Co. en las próximas campañas.
“Es un gran honor asociarme con Tiffany y encarnar los valores de una marca que tiene pasión por el diseño, la innovación y el arte”, dijo Jimin.
La sensación del pop mundial se unirá a Tiffany & Co. como embajador de la Casa en marzo y sus primeras campañas para Tiffany & Co. debutarán a finales de este año.
(Pie de foto
Tiffany & Co. presenta a su nuevo embajador de la casa: Jimin de BTS
Crédito de la foto: Hyeawon Kang. Sólo para uso editorial.)
Acerca de Tiffany & Co.
Tiffany & Co., fundada en la ciudad de Nueva York en 1837 por Charles Lewis Tiffany, es una joyería de lujo mundial sinónimo de elegancia, diseño innovador, artesanía fina y excelencia creativa.
Con más de 300 tiendas minoristas en todo el mundo y una fuerza laboral de más de 13 000 empleados, Tiffany & Co. y sus subsidiarias diseñan, fabrican y comercializan joyas, relojes y accesorios de lujo. Cerca de 5000 hábiles artesanos cortan diamantes Tiffany y elaboran joyas en los propios talleres de la empresa, dándose cuenta del compromiso de la marca con la calidad superlativa.
Tiffany & Co. tiene un compromiso de larga data con la realización de sus negocios de manera responsable, manteniendo el entorno natural, priorizando la diversidad y la inclusión, e impactando positivamente en las comunidades en las que opera. Para obtener más información sobre Tiffany & Co. y su compromiso con la sustentabilidad, visite tiffany.com.
@-tiffanyandco
https://press.tiffany.com/tiffany-co-unveils-its-newest-house-ambassador-jimin-of-bts/
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joalilujambio · 1 year
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Hipervigilancia.
"Es cuando el cuerpo de una persona se pone en alerta máxima después de que algo le recuerde un trauma. El cuerpo actúa como si el peligro fuera real, aunque ya no esté presente."
Creo que por mucho tiempo he sido presa de la hipervigilancia, claro que no lo sabía. Ahora que se lo que es y como se manifiesta en mi todo tiene sentido. El mas mínimo roce distinto, un olor intenso, un sabor extraño, una sensación que no se siente lo suficientemente "bien". Examino mi actuar, me detengo, no se que hacer, me paralizo.
Trato de hacerlo a un lado, de concentrarme en el presente como me dicen mis doctores. Acepta, fluye, no te aferres, suelta. Soltar, aceptar, fluir. Creo que a veces lo logro pero el más mínimo detonante me pone en alerta. Al parecer alguna parte de mi cerebro piensa que estoy en constante peligro. ¿De qué? Tengo algunas teorías pero pareciera a veces que tengo miedo a todo y a nada a la vez. Escenarios que podrían parecer normales, cosas cotidianas, simples pero engrandecidas en mi cerebro al grado de causar temblores y hormigueos, dolores de cabeza, picazón, taquicardia, falta de respiración y un dormir inquietante. A veces puedo detenerme un segundo para evaluar la realidad. Me cuestiono constantemente si estoy siendo racional o irracional, loca o certera. A veces logro dejarlo ir y vivir el presente. Al menos tanto como me lo permite esa voz que llevo dentro a donde vaya.
Hoy pensé que fue un gran día a pesar de esa voz. Pude ignorarla pero debo reconocer esta ahí. Incluso pude darme cuenta de lo satisfactorio que es poder ver una película, leer, bañarme y estar a solas sin miedo, sin miedo a mi, a mi mente, a mi destino fatídico, a esa voz que no se calla, no se va por mas que lo intente. Esos instantes no son muchos, esta en aumento pero siguen sin ser muchos. Y a decir verdad no se cuanto durará esta etapa de flujo mental.
Ha querido atacarme con viejas obsesiones en las que los matices de mi sexualidad, moralidad y realidad quieren distorsionar lo que estoy viviendo. He logrado esquivarlos pero solo por un poco. No niego que hay ciclos que me atrapan sin darme cuenta, es tan fácil que me domine. Basta un reflejo, una imagen, un sonido. Hipervigilancia.
Hipervigilancia a la vida, a los instantes, a mis acciones, pensamientos, sensaciones, percepciones, a los demás, a mis sentidos, a mis miedos, a mi dicotomía irreconocible, a mi catastrofismo y básicamente a todo lo que pudiera representar un riesgo para mi por algo que al parecer esa voz sabe y yo no.
No se si me gustaría saber o esa voz solo peca de precaución pero el estado en el que me mantiene de huir o pelear me agota a un grado que pensar duele, hablar cansa, dormir cuesta y aún así me sorprendo a mi misma brindando cálidas sonrisas, abrazos, amor y más incluso en días que no quisiera poner un pie fuera de la cama. Quisiera dormir, apagar mi cerebro y encenderlo a conveniencia.
La hipervigilancia es como una adicción, tu cuerpo vigila más aunque tu ya no quieras ni puedas. Es una alarma encendida todo el dia incluso al dormir en donde puede soltar todas las posibilidades y aumentar mis obsesiones existentes o ser un poco mas creativo y pintarme escenarios nuevos que al menos en mi consciente no habían pasado hasta que me los muestra en lo que deberían ser sueños y no pesadillas.
Pueden preguntarme como lo hago, como se soporta esto y honestamente la mayoria de las veces ni yo se. Es difícil tratar de ayudar cuando no se tienen todas las respuestas a todas esas interrogantes. A fin de cuentas yo misma estoy conociendome a mis 35 años. Yo sigo equivocandome, teniendo miedos, angustias, días desesperados en donde no se que mas hacer y la hipervigilancia solo lo empeora, porque si no lo he mencionado, vigila solo lo malo o lo que cree puede salvarme. Llegado a este punto no se si es mi amigo o mi enemigo.
Aunque honestamente lo veo como un enemigo de un tamaño sumamente mayor al mio, negro, redondo, pesado que podría aplastarme sin dificultad. Y ahi estoy yo en la punta de un acantilado hablando de frente a esa cosa, esa bola pesada, como un ente sin forma pero que me intimida pero fomenta mi coraje para no dejarlo ganar.
Al menos hoy la batalla se ganó. Mi mente pudo ignorar esos escenarios obscenos tan vividos en mi imaginación pero tan lejos de mis anhelos.
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bodyhate · 17 years
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juro q lo he intentado, pero no me he podido resistir
mañana tengo SO y debería estar estudiando o durmiendo y no aquí solo relatar lo bien q me lo pasé el viernes en la despedida de iván y david aunque hubiese mal rollo con iván y aeci estuviese en plan borracha amargada aunque fue divertido verle despotricar contra todo lo q se movía las chicas se lo curraron un montón hicieron el juego de la oca de la fnac y las pruebas eran juegos infantiles o de tipo creativo tuvieron q inventar cuentos, cantar, declararse jugar a las peliculas a la gallinita ciega picapared arrencar cebes en este último hubo el increible momento bizarro a más no poder en el q si me quedaba alguna duda de si David quiere liarse conmigo moría al instante yo cogía a irina, marina a mi, y julia a marina ivan y david estiraban a gerard ya lo habían arrancado yo no soltaba a irina y como es tan pequeñita les daba miedo estirar muy fuerte por si la rompían así q david tuvo la ide de distraerme mientras ivan estiraba y q se le ocurre hacer? comerme la oreja así q me empezó a lamer toda la oreja, después el cuello y yo no sabía q coño hacer, no quería ceder pq perdíamos pero el tio me estaba comiendo la oreja y ahí estaba marina con mi cabeza justo delante y david ahí haciendo lo q hacía fue todo tan raro, tuve q soltar a irina para q se acabase, lo encontré demasiado rebuscado, no me quiero emborrachar en la fiesta fnac, repito deu edu
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alexandersavramis · 2 years
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A veces un pájaro y una árbol hacen simbiosis, el primero construye un nido,  el segundo lo sostiene.
Ambos se afiatan.
El corazon del pájaro se dilata.
Las ramas del árbol soportan toda una generación.
Es un espectáculo, sin nombre,
que no tiene otro propósito que deleitar los sentidos
y arropar el alma de esa simple esencia, 
la vida.
(Quienes hayan contemplado el cielo campestre y observado sus noches podran percibirlo)
(O incluso dentro de si)
A veces, solo es tomar la tierra entre las manos,
y formar constelaciones infinitas al lanzarla a un cuerpo desnudo
sobre un lecho oscuro
de terra fértil,
recién azotada por una tormenta...
Hiede a petricolor
El gran acto creativo:
Millones de gotas
cayendo a gran velocidad
formando surcos, melgas
llenando esteros y ríos.
Un látigo de perlas azota la tierra
sobre las tejas
De una cabaña maltrecha,
las tardes de invierno,
nublado, nublado
sujetamos nuestros cuerpos,
frente a la estirpe angélica,
de un rayo traspasando
las nubes algodonosas.
Y en las noches frías,
tras mi ventana
, las sombras de los árboles,
dibujadas en tinta china,
derrietiendose, llorando
cayendo por la mejilla de cristal
tras un fondo azul platinado,
circunscrito a tu pupila dilatada.
Que ansía la luz.
Mientras el perro del vecino se pliega tratando de traspasar el cerco,
no le importa mojarse
con tal de saciar
sus apetitos de pájaro
cayendo del nido.
Es cadena alimenticia.
Mi gata se esconde,
odia los perros
y el frío.
A lo lejos,
la casona vieja tiene una luz ténue,
danza con el viento y la palma,
tan zigzagueante se desliza
entre nubarrones
y suave lomaje
que tarda en camuflarse,
parece un gigante que se guarece en la niebla.
El sonido del río, tan constante,
tan somnífero,
teje misterios que contienen formas acuáticas.
Raices que se levantan,
desde la roca madre
haustorios que soportan nidos,
vigilados por lechuzas,
Transmutan a terrores,
a brujas aladas que hechizan serpientes
y cocinan roedores distraidos.
No es simbiosis.
Es cadena alimenticia.
Un vuelo,
que rodea el roble ancestral,
cuya trayectoria se tatúa en la piel desnuda del cielo.
Tu cuerpo y el mío en simbiosis,
Conteniendo la lluvia, somos nido de pájaros, madriguera de serpientes y sostén de raíces...
dos lianas enmarañadas balanceándose
al vaiven del viento
inmiscuídos, complices,
de la furia
De la Naturaleza.
Anclados a la roca profunda, que arde al rojo, bajo la montaña.
Ardemos de amores volcánicos,
sabemos a basalto y obsidiana
nuestros dientes revientan,
se fracturan nuestra quijada
y explota el cráter.
La escoria llueve
sobre el campo pompeyano.
Somos laguna,
sciando la sed animal  rescatada del origen turbulento del río.
Ahi nos reflejamos,
en el cielo de ocaso airoso,
envueltos en la niebla paciente que espera, al cuerpo de pajaro y árbol.
Arrullarlos por un instante, ser nido, ser presa. Ser fumarola, ser madre.
Dos polluelos,
devorados por la lechuza.
Sorpresa.
Simbiosis.
Cadena Alimenticia.
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parallel-axis · 5 days
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Out of habit and a love for words, every piece I write is like a "first," a "cameo," or a "fugue" of myself—words or images where I let my mind and its connections to recognition and understanding flow, breaking time into learning periods. These are moments of relief as I look for answers: choosing to write instead of reacting impulsively and condescendingly in situations that challenge how I respond. Creating from scratch what starts as something vague and not immediately clear. Emotions, memories, and fleeting thoughts that come and go without warning.
In encountering texts, passages, and fleeting scraps of paper, I reconnect with them. I keep them in mind, resisting their disposal, stored in a kind of oblivion shaped by time. It’s a clash between the present moment and my memories, softened and erased by situations and events that test my ability to process and affect my integrity. This is one way to describe the process of making this manuscript.
An incomplete puzzle. Time for reflection and looking back at my present, grounding my thoughts. Taking stock of what’s happened: accepting decisions and actions, and acknowledging the randomness of life, as well as the personal meanings and values we share in society—values, feelings, beliefs, propaganda, and ideals.
Accepting our actions and moving forward is part of growing as a species, recognizing that everyone has their own perspective, and no one is entirely wrong. We live in times that call for inclusion, respect, and tolerance in a society that, from my view, has less empathy for others. Hurt and healed. Sick and cured. Recognized and ignored. Captive and free. I share my identity, conviction, right to express myself, and creative process.
Por el hábito y gusto por las letras, cada escrito es una "primicia", "cameo" o "fuga" de mi persona, palabras o imágenes donde se vierte mi mente y sus eslabones de reconocimiento y reconciliación, fragmentando el tiempo en aprendizajes. Trances de alivio en búsqueda de una resolución: elección de redacción que sustituye una actuación bajo circunstancias que desafían mi capacidad de respuesta impulsiva y condescendiente. Estructurar a mano alzada aquello que parte desde su intangibilidad y cuyo origen no concibe como tal. Emociones, memorias, recuerdos que vienen y van sin avisar.
De los otros, mi reencuentro con textos, pasajes, fragmentos volátiles de papel. Teniéndolos en mente al evitar su disposición, almacenados en un olvido aparente y por función del tiempo. Colisión del instante versus mis memorias suavizadas y eliminadas por situaciones y hechos que comprometen mi capacidad de proceso y mi integridad. Siendo esta una de las múltiples maneras de describir el proceso de elaboración de este manuscrito.
Un rompecabezas aún sin terminar. Tiempo de reflexión y retrospección hacia mi presente, aterrizando naves. Recuento de los daños: asumir decisiones y acciones, y aceptar las inherentes aleatoriedades de la vida, así como la particular definición y valoración individual para todo aquello compartido en sociedad: valores, sentimientos, creencias, propagandas e ideales.
Asumir nuestras acciones y seguir adelante es parte de nuestra evolución como especie, sabiendo y reconociendo que cada quien tiene su propia forma de ver el mundo, y que nadie está equivocado. Tiempos de inclusión, consideración y tolerancia en una sociedad que, desde mi punto de vista, tiene cada vez menos empatía hacia su semejante. Herido y sanado. Enfermo y curado. Reconocido e ignorado. Cautivo y libre. Comparto mi identidad, convicción, derecho de expresión y proceso creativo.
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marcogagnoni · 12 days
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Sto testando la mia Jollylook Pinhole Instant Camera, una fotocamera davvero particolare che utilizza pellicole Instax Square. È un’esperienza unica tornare alla fotografia analogica: ogni scatto è un processo che richiede tempo, ma il risultato è sempre affascinante e irripetibile. Nei prossimi giorni condividerò una serie di reel in cui vi mostrerò il mio percorso creativo con questa macchina straordinaria.
Il primo reel uscirà domani alle 15:00, non mancate! 🎞️
In collaborazione con Jollylook 📸
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kpwx · 20 days
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Conocía a Macedonio Fernández solo por Borges, quien se refiere a él con admiración en varias entrevistas (fue amigo de su padre y luego amigo suyo), así que ahora que di por casualidad con su poesía aproveché de leerla para tener alguna idea de su escritura. No escribió mucha poesía y la que escribió estuvo dispersa y no llegó a publicarse durante su vida. Para entenderla bien, por lo demás, hace falta conocer sus teorías metafísico-poéticas, y yo no las conozco, aunque esto aplica sobre todo a sus poemas en prosa; los breves poemas en verso sí que son más accesibles, y por eso me gustaron más. Me pareció lo suficientemente interesante como para intentar leer algo más de su obra, aunque tiene pinta de ser algo compleja.
“Sobre nuestros destinos…”
Sobre nuestros destinos de un día el tiempo su ala eterna agita; somos solo un instante que palpita entre la tibia cuna y la tumba fría.
“Era con mucha noche”
Era con mucha noche y grande soledad. Recuerdo de compañía —que hubo y ya no había. Era la sola compañía del solitario en un camino que ante mí quisiera presentir. Alzóse figura que tan tierna me fuera alguien que me viera nacer, y yo vi morir.
“La muerte no es la nada…”
La muerte no es la nada, sino que nada es. El nacer no es la vida, sino que nada es. Equivócase, por terrenal, el corazón si te llora pues en nuestra mente estás, y estuviste antes de sernos visto. En nuestra mente todo lo que eres está, pues nunca estuviste sino en nuestra mente y nuestra mente es la única que jamás existió. Amarte, pues, debemos, pues que vives y no dolerte, pues no cabe perderte.
“Amor se fue”
Amor se fue; mientras duró de todo hizo placer. Cuando se fue nada dejó que no doliera.
“Al hijo de un amigo” (fragmento)
Porque tal como yo le vi ayer saludar de alma a alma a una mujer vine a comprender lo que saludar era, que es reconocer la existencia de otro con tanta energía como la que pone Dios para invitar a una alma a existir y esto yo no lo sabía. Y en retribución de enseñanza tan valiosa yo le digo: que no tema al ocaso porque es allí donde nacen más días y es donde recibiremos un saludo que nos hará verdaderamente nacer. Y para allí voy caminando sin congoja alguna más seguro de mi eternidad y de la de mi hijo desde que vi cómo saluda al tuyo. Tu hijo cuyo significado es Yo Saludo Yo aplaudo todo vivir.
“Bienvenida la flor…”
Bienvenida la flor un año ha cortada. Rosa y violeta a un tiempo, pasión y poesía que, en la quietud nocturna germinada asomóse al vivir una mañana y enterneció al jardín, recién brotada. Bienvenido al semblante, que en su onda más suave envió el mar creativo a las playas de la vida; en el reír de su boca la «bondad» ha venido y chispas del pensar en sus pupilas.
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anyara · 1 month
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Hace unos días vi que @CinFanfics compartía un pequeño video con un momento de escritura y me gustó su idea. Hoy estaba en medio de mi proceso creativo y me dije: ¿Por qué no?
Les comparto un instante de la escritura de KOTODAMA.
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notasdeciudad · 2 months
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Contra el cielo
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En el recorte que los edificios dibujan contra el cielo se recogen las mejores y peores intenciones de sus promotores y creadores. Proyectar el remate de un edificio, la entrega de este con el aire, no es cosa fácil y al doble compromiso con el propio edificio que corona y con la calle que conforma, se suman todas las soluciones y tentaciones que vemos construidas. Cuanta mayor es la capacidad económica, mayor es la ambición y la posibilidad de “lucirse” y muchas veces, mayor la sumisión municipal para tramitar la excepción.
En cada nuevo inmueble, todo importa, el encuentro con la calle es vital, el cuerpo central es importante pero es el remate de la edificación lo más sensible, y éste, puede convertirse en un regalo o en una carga para la ciudad. Paradójicamente, es más evidente o importante cuanto más nos alejamos. La ciudad se piensa para ser vista desde la calle, de abajo hacia arriba pero cuando la distancia lo permite, también de lejos.
Hay dos actitudes extremas en esta última planta. La minoritaria, conformarse y resolver el asunto dentro de lo permitido, sin aspavientos; o la general, agotar todas las posibilidades de la ingeniería creativo-burocrática en función del bolsillo o agenda. La primera, provoca situaciones de gran atractivo, ya sean de uso común -lo deseable- o privado. Produce gran alegría ver cada vez más terrazas profundas ajardinadas, cubiertas traslúcidas ligeras u otras mil situaciones inesperadas o inacabadas. En muchos casos, los mejores remates, son los que no se ven. En la segunda, lo que vemos es el común “máximo aprovechamiento”, es decir, el mayor número de centímetros cuadrados vendibles. Se trata del volumen mayor edificable donde además, y se nos cuenta como mejora, se prevé macizar hasta la fachada lo que pudo ser al comienzo una terraza o balcón.  Es decir, un máximo permitido al que se superpondrán sin duda otras miserias.
El bajocubierta que servía de almacén y que aislaba térmicamente la casa se ha convertido ahora en el espacio que resume la codicia del metro cuadrado extra: ventanas tipo velux con espacios inhabitables debajo, dúplex miserables, balcones infames o cubiertas coladero con geometrías irresolubles. Es decir, hacer complicado lo que mayor compromiso tiene en la edificación, la cubierta impermeable. ¿Cómo sería un paraguas con semejante lógica?
Las ciudades europeas más admiradas, como París, Munich o Barcelona, tienen ensanches homogéneos y en la diferencia entre lo igual reside su atractivo. Si importa el conjunto como debe, es el entorno el que lo moldea. Siempre. En estas ciudades es el saber comportarse lo que estimula, mientras la excepción acaba aburriendo. 
La cornisa, es consecuencia además de lo que sucede en el techo de la última planta y que vemos desde el aire, poniendo en evidencia lo que somos. En lugar de situar en ella el trastero de lo que sobra con instalaciones, letreros luminosos y ruidos indeseables, podemos verlo como la oportunidad de hacer una fachada más, la respetable quinta. 
El cielo protector necesita ir acompañado de una entrega digna de nuestros edificios. También aquí, en ese preciso instante, es importante saber despedirse.
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Imagen // fuente:
1. Cornisas públicas y privadas de diferentes tiempos // Google Maps
2. La pelea publicitaria de los bancos en la fachada de la ciudad // Google Maps
3. El encabalgamiento urbano buscando la vista al mar // Google Maps
56 Sermos, nº 618, páx. 27 (10/08/2024)
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karaokulta · 2 months
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🚀**Pisando el acelerador de las Indy's 🕹️**🚀 ¿Recuerdan ese momento mágico cuando sacaban su cartucho favorito, lo soplaban (aunque nos dijeran que no lo hiciéramos) y sentían esa ilusión de explorar mundos nuevos en su Nintendo o Sega? Bueno, prepárense que esto va en serio: *First Break Labs* acaba de entrar al escenario, ¡y pinta para revolucionar el barrio indie en grande! Es un equipo de titanes, con viejas glorias de Nintendo y Sega al mando, y tienen la mira fija en ser la catapulta que los nuevos creativos necesitan. 🚀💥 Les doy el *datito* fresco: - 💡 *Experiencia en cargamentos*: Estos senseis del gaming saben cómo darle duro al joystick. Cuentan con más de *20 años* desgarrando el campo de juegos entre títulos indie y hits AAA. - 🤝 *Support al cuadrado*: Estamos hablando de financiamiento y marketing, that’s right! *First Break Labs* se convertirá en ese Player 2 que todos desearían tener en su juego. ¿Y qué tal un jefe que antes lideraba las riendas del producto marketing en Sega y movidas frenéticas en Digital Extremes y SmileGate? Alfonso Cubias es ese líder al que le darías el último power-up sin pensarlo. 🌟 Mi pronóstico de gurú pixelado dice: 🧙‍♂️ Veremos un torrente de innovación y creatividad que antes no alcanzaba a romper la barrera de las grandes ligas. 🌈 Tendremos historias que nos harán sentir otra vez esos nervios de ir más allá del 'Game Over', historias que griten ¡Aquí estoy, y fui apoyado por los grandes! Y, ¿saben algo fantástico? Que estas aventuras puede que estén haciendo historia en este mismísimo instante. 👇🏼Cuento con ustedes para desatar la conversación. - 🤔¿Qué indie games creen que merecen un power-up? - 🌟¡Etiqueten a esos creativos que no paran de soñar en 8-bits! - 💬 Me muero por saber sus predicciones sobre el impacto de First Break Labs en el mundo de los videojuegos. Preparen esos pulgares para comentar, ¡y vamos a darle al start en este debate lleno de vida extra! #GamersUnidos #IndieGames #FirstBreakLabs #Nintendo #Sega #GamingRevolution #MarketingDeVideojuegos 🎮📈🌟
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scrapstudioes · 5 months
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calladaruidosa · 3 months
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Apuntes sobre un taller de escritura
Taller de escritura Vocabulario: lenguaje narrativo, con el que se cuenta. -Gramática -Narrativa: inicio, nido, desenlace -Trama -Descripción: experiencia sensorial en palabras. Hacer sentir, full experiencia humana -Dialogo -Personajes: nadie es el malo, nadie es el bueno, no es blanco/negro, solo son -Narrador: cómo es la voz del que cuenta, puede ser un personaje, o no, puede tener opinión o ser solo un ente objetivo -No hay una ecuación exacta para un escrito completo, terminado, solo hay que arriesgarse y arriesgarse a mostrarlo así, tan imperfecto porque muchas veces lo imperfecto cuando otras personas lo leen, o más adelante, sea considerado como algo muy valioso
Significado-significante
Ejercicio: observar, observar a los seres ser, existir, en su forma más orgánica, manifestarlo en la escritura sin ponerle juicios
VW: ver por los sentidos más que por el pensamiento- así hay un mayor contacto con la realidad
¿Qué es arte? Produce algo, tiene un efecto tanto en el que la hace como el que la recibe.
Diferencia entre narrativa y poesía: la forma en que se cuenta la historia, en que se construye la pieza artística.
Catarsis- Aristóteles. Ver, escuchar, ser algo sin haberlo vivido. Compasión, terror, ahí se purifica el alma y hay un mayor entendimiento de uno mismo
Arte expansivo. Se va agrandado en significados, tiene vida, lo siguen creando a medida de que lo lean.
¿Qué hace que sea un organismo vivo? El significado expansivo. Nacimiento, desarrollo, muerte, como todo ser de este planeta. Historia completa.
Soltar juicios para escribir
¿Qué significa el final? Dejar de escribir, acabar un proceso. Muerte.
Desapego, no poseer nada, no poseo nada para darle vida a esa historia fuera de mí, cuando cierro la historia ya no me pertenece
Metáfora de la planta y la semilla: planta imperfecta igual da semillas para nuevos comienzos más abundantes
Siempre se cierra un círculo para que haya posibilidades de nuevos inicio.
Leer mi escritorio sobre la muerte de
Satisfacción cuando se termina. ¿Qué es la satisfacción? Colmar todas las ganas/necesidades que surgan.
Después del gozo viene la satisfacción
Personificación, manifestación del instante -poesia. Historia del instante mismo, significado puro.
Platón, Aristóteles, Baudelaire?, Witman
Agusto Monterroso, VW, cuento corto? JC? El fragmento de Rayuela: toco tu boca
A. Pizarnik,
Explicar cuestión del significante -significado
Juego de vocabulario. ¿Qué piensan cuando piensan en la tristeza? ¿Qué evoca?
Preguntas para hacer:
¿Cómo se siente cuendo es el final, cuando se suelta el proceso creativo?
Satisfacción
Gozo
Sensorial, experiencia sensorial, descripción de los sentidos
Partir del personaje, no forzar al personaje a la trama, la trama se adapta al personaje.
¿Cómo lo resuelvo? ¿Como lo suelto?
Sacar algo verdadero. De la esencia de cada uno, no pensando en si las demás personas lo van a entender, si está bien escrito, si está lo suficientemente bien hecho para compartirlo. Nada de eso importa, el regalo al mundo tiene que venir de nuestro ser más verdadero, no virtudes, también defectos
Movimiento. ¿Los pensamientos se mueven? ¿Las emociones?
Disfrutar el proceso, no para llegar a la meta, si solo se haya gozo o alivio en la meta no sirve
Para el escritor de ficciones, en el ojo se encuentra la vara con que ha de medirse cada cosa; y el ojo es un órgano que además de abarcar cuanto se puede ver del mundo, compromete con frecuencia nuestra personalidad entera. Involucra, por ejemplo, nuestra facultad de juzgar. Juzgar es un acto que tiene su origen en el acto de ver y cuando no lo tiene, cuando nuestros juicios se desligan de nuestra mirada, una confusión muy grande se produce en la mente, confusión que por supuesto se traslada al cuento.
Y es que aprender a ver es la base de todas las artes, excepto de la música. Conozco a muchos escritores de ficción que además pintan, no porque posean talento alguno para la pintura, sino porque hacerlo les sirve de gran ayuda en su escritura. Los obliga a mirar las cosas. En la escritura de ficción, salvo en muy contadas ocasiones, el trabajo no consiste en decir cosas, sino en mostrarlas.
Cuando alguien pregunta de qué trata un cuento, la única respuesta apropiada es indicarle que lo lea. El significado de la ficción no es un significado abstracto, sino un significado que se experimenta, y el único objetivo de hacer enunciaciones acerca del significado de un cuento es ayudar a experimentar más plenamente ese significado.
La ficción es un arte que demanda la más estricta atención a lo real
Un buen cuento no puede ser reducido, sólo puede ser expandido. Un cuento es bueno cuando ustedes pueden seguir viendo más y más cosas en él, y cuando, pese a todo, sigue escapándose de uno. En ficción, dos y dos es siempre más que cuatro.
La única manera, creo, de aprender a escribir cuentos es escribirlos, y luego tratar de descubrir qué es lo que se ha hecho. El momento de pensar en la técnica es aquél en el cual se tiene al cuento bajo los ojos. El maestro puede ayudar al estudiante a mirar este trabajo individual y a discernir si ha escrito una historia completa, vale decir, una historia en la cual la acción ilumina plenamente el significado.
En la mayoría de esos cuentos, siento que el escritor ha pensado en una acción y luego ha seleccionado un personaje para que la lleve a cabo. Usualmente, existen más probabilidades de llegar a buen fin si se comienza de otra manera. Si se parte de una personalidad real, un personaje real, estamos en camino de que algo pase; antes de empezar a escribir, no se necesita saber qué. En verdad, puede ser mejor que uno ignore qué sucederá. Ustedes deberían ser capaces de descubrir algo en los cuentos que escriban. Porque si ustedes no lo son, probablemente, nadie lo será.
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elcaminodelconejo · 3 months
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Sommernovellette
Por Stefan Zweig. Traducción de Pablo Gianera.
Pasé el mes de agosto del verano último en Cadenabbia, uno de esos lugarcitos del lago de Como encantadoramente escondido entre la blancura de las villas y la tenebrosidad del bosque. Silenciosa y serena aun en los días más animados de la primavera, cuando los turistas de Bellagio y Menaggio se apiñan en la playa exigua, esta ciudad minúscula seguía siendo una soledad perfumada y bañada por el sol. El hotel estaba casi vacío: apenas un par de huéspedes, cada uno de los cuales encontraba insólito el hecho de que el otro hubiera optado para pasar el verano por un lugar tan perdido en el mapa, y cada mañana se asombraban mutuamente de que el otro estuviera todavía ahí. A mí me resultó esto particularmente sorprendente en el caso de un señor ya entrado en años, muy elegante y muy culto —por su aspecto, un tipo intermedio entre un atildado político inglés y un coureur parisino— que, sin practicar ningún deporte acuático, dedicaba el día a contemplar pensativo cómo el humo del cigarrillo se disolvía en el aire, o a hojear distraído un libro. El aislamiento opresivo de dos días lluviosos y la naturalidad con la que vino a mi encuentro le confirieron a nuestro trato una cordialidad que desmentía la diferencia de edad. Había nacido en Livonia y se había educado primero en Francia y después en Inglaterra, no tenía profesión ni tampoco, desde hacía años, residencia fija; era un apátrida en el noble sentido de la palabra tiene para los vikingos y piratas de la belleza, que reunieron en ellos los tesoros mayores de las ciudades depredadas. Era un diletante de todas las artes, pero más fuerte que su pasión amorosa era el distinguido desdén para convertirse en siervo de ellas. Les agradecía miles de horas de genuina belleza, aunque no les daba a cambio ni un solo afán creativo. Vivía una de esas vidas que parecen superfluas, porque las innumerables y valiosísimas vivencias personales se deshacen en el aire con el último aliento, sin dejar nada a nadie.
Le hablé de esto una noche cuando, sentados en la entrada del hotel después de cenar, mirábamos cómo se apagaban en el lago los últimos reflejos de luz. Él sonrió.
—Tal vez tenga usted razón. No creo en los recuerdos: lo vivido se vive en el instante, y desaparece. Y la poesía misma, ¿no muere también veinte, cincuenta o cien años después de nacida?
Pero quiero hoy contarle algo que supongo sería una linda novela. Vamos. Estas cosas se hablan mejor caminando.
Y empezamos a caminar por la maravillosa rambla del lago, a la sombra de cipreses eternos y de intrincados castaños entre cuyas ramas brillaba el reflejo inquieto del agua. Más arriba, era Bellagio una nube blanca teñida con los colores del crepúsculo, y más allá de la colina oscura, ceñida por rayos diamantinos, resplandecían las almenas de la Villa Serbelloni. El calor era ligeramente bochornoso, aunque no agobiante, y la atmósfera húmeda, como la ternura de un abrazo femenino, envolvía las sombras y colmaba el aire con el perfume de flores invisibles.
Empezó:
—Primero una confesión. No le conté que estuve ya aquí, en Cadenabbia, el año pasado, en la misma estación del año y en el mismo hotel. Puede ser que esto lo sorprenda, dado que yo le dije que evito en mi vida cualquier repetición. Pero présteme atención. Naturalmente, todo era tan solitario entonces como ahora. Estaba el hombre milanés que pescaba el día entero, devolvía a la noche los peces al agua, y los pescaba de nuevo la mañana siguiente; dos viejas inglesas cuya existencia vegetativa resultaba casi imperceptible; un muchacho de buena presencia con una chica muy pálida, que no me convenzo de que fuera su mujer porque parecían quererse mucho. Finalmente, una familia alemana, alemanes del norte, del tipo más campesino. Una mujer madura, huesuda, de movimientos agresivos, ojos acerados, y boca áspera, como cortada a cuchillo. Con ella una hermana, inconfundible, de facciones idénticas, pero derretidas, con pliegues, inseparables conversadoras las dos, inclinadas sobre el bordado en el que parecían tejer su irreflexión, parcas implacables de un mundo de tedio y estrechez. Y había entre ellas una joven, la hija de alguna de las dos, no sé de cuál, porque la dura inconclusión de sus rasgos se confundía ya con la suave redondez de una mujer. No era particularmente linda, demasiado flaca, no desarrollada del todo, mal vestida, claro está, y aun así había algo conmovedor en el desamparo de su anhelo. Tenía ojos grandes y probablemente iluminados por un sol negro, esquivos, de un brillo titilante, tembloroso. También ella estaba siempre atareada, pero cada tanto las manos se movían con lentitud, se le dormían los dedos, entonces se quedaba quieta, con la mirada fija en el lago, como en una ensoñación. No sé qué cosa me resultaba tan extraña en su aspecto. ¿Habrá sido el pensamiento tan banal, aunque tan ineludible, que se le viene a uno a la cabeza cuando ve a la madre que se marchita y a la hija que florece, la sombra detrás de la figura, esa ocurrencia de que en la mejilla se esconde ya la arruga, en la risa, la fatiga, en el sueño, la desilusión? ¿O era ese anhelo salvaje, manifiesto, sin meta que delataba toda ella, ese minuto único, milagroso, en la vida de las chicas en el que miran ansiosamente el Todo porque no tienen todavía el Uno al que después se aferrarán y del que terminarán colgando como algas en una madera que flota? Era para mí apasionante observarla; esa mirada húmeda de la ensoñación, la compulsión que tenía de acariciar a cada perro y a cada gato, la inquietud que la impelía a empezar muchas cosas y a no concluir ninguna. Y además la ferviente precipitación con la que inspeccionaba los volúmenes escasos y descabalados de la biblioteca del hotel, o releía los libros de poemas que había traído consigo, su Goethe y su Baumbach… ¿De qué se ríe?
Tuve que pedirle disculpas.
—De la contigüidad de Goethe y Baumbach.
—¡Claro! Eso es cómico, por supuesto. Pero no tanto.
Créame que a las chicas de esa edad les da lo mismo si el poema que leen es bueno o malo, verdadero o falso. Los versos son para ellas meros vasos para calmar la sed, y no les importa la calidad del vino porque llevan la embriaguez adentro antes de haber bebido. Y así estaba esta chica, tan desbordante de anhelo que le brillaban los ojos, le temblaban las manos y caminaba tambaleante, y no obstante decidida, entre la fuga y el miedo.
Se veía que estaba hambrienta de hablar con alguien, de compartir una parte de su abundancia, pero no había nadie: soledad, el golpeteo de las agujas y las miradas glaciales, severas, de las dos señoras. Me asaltó una compasión infinita. Sin embargo, no podía acercarme a ella, primero porque en momentos así un hombre de mi edad no existe para una chica, y también porque soy alérgico a trabar nuevas relaciones, relaciones de familiaridad, sobre todo con viejas burguesas. Cualquier posibilidad parecía estrangulada. Entonces se me ocurrió intentar algo diferente. Yo pensé: es una chica joven, no emancipada, inexperta, acaso por primera vez en Italia, que gracias al inglés
Shakespeare, que no estuvo nunca aquí, pasa para los alemanes como la patria del amor romántico, de los Romeos, de las aventuras furtivas, de los abanicos caídos, del lustre del puñal, de las máscaras, las damas de compañía y las esquelas cariñosas.
También ella, seguramente, acariciaba el sueño de una aventura, ¿y quién conoce las ensoñaciones de una chica, esas nubes blancas que se amontonan, que vagan sin rumbo en el azul, y que como cualquier nube adoptan al caer la tarde colores más cálidos, el rosa subido y el rojo escarlata? Nada en esta tierra puede parecerle a ella improbable o imposible. Así que resolví inventarle un amante misterioso.
”Y esa misma noche le escribí una extensa carta cargada de ternura, humildad y respeto, repleta de insinuaciones extravagantes y sin firma. Una carta que no exigía nada, no prometía nada, desmedida y reticente a la vez, en suma: una carta de amor romántica como extraída de un libro de poemas. Y como sabía que ella, movida por su excitación, era la primera en aparecer para el desayuno, dejé la carta doblada en el pliegue de la servilleta. Llegó la mañana. Me puse a observarla desde el jardín: vi su sorpresa incrédula, su terror súbito, vi la llama encarnada que subió a la palidez de sus mejillas y se extendió enseguida al cuello. Vi la mirada de desesperación, el espasmo, el gesto de ladrón con el que ocultó la carta, y vi después también su nerviosismo durante el desayuno, que apenas probó, apurada por recluirse en un rincón sombrío y poco transitado del pasillo para descifrar esas palabras secretas… ¿Quería usted decir algo?
Había hecho yo un movimiento involuntario que ahora estaba en la obligación de explicar.
—Me parece una jugada muy audaz. ¿No se le ocurrió que ella podría hacer alguna investigación, o por lo menos, lo más sencillo, preguntarle al camarero cómo llegó la carta a la servilleta? ¿O mostrársela a su madre?
—Desde luego que pensé en eso. Pero tendría usted que haber visto a la chica, esa criatura tímida, asustadiza, adorable, que miraba angustiosamente para todos lados si se le escapaba una palabra en voz más alta; si hubiera visto esto, se habría despreocupado. Hay muchachas con un pudor tan acentuado, que con ellas uno puede animarse a llegar a los extremos, porque son tan indefensas que prefieren soportar lo peor antes que confiar su secreto a un tercero. Sonreí mientras ella se alejaba y me alegró el éxito de mi plan. De pronto se dio vuelta. Sentí que la sangre me congestionaba la cabeza: era otra chica, con un paso diferente. Se acercó inquieta y confundida, una ola ardiente le había bañado el rostro, y una dulce turbación la volvía atolondrada. Y fue así el día entero. Su mirada volaba hacia las ventanas, como si fuera allí donde pudiera atrapar el secreto, envolvía a todos, y cayó también sobre mí, que la evité para que ni siquiera un parpadeo me delatara. Pero aun en ese segundo, fugaz como relámpago, me quemó el fuego de una pregunta que casi me espantó, y después de tantos años sentí también de nuevo que no hay lascivia más peligrosa, tentadora y perversa que la de encender esa chispa en los ojos de una chica. Más tarde, la veía sentada entre las otras dos, con los dedos entumecidos, y veía cómo cada tanto se palpaba un sector del vestido, donde seguramente llevaba escondida la carta. Ahora el juego me seducía. Y esa noche le escribí una segunda carta, y lo mismo hice los días siguientes. Era apasionante poner por escrito en mis cartas los sentimientos de un joven enamorado, darles cuerpo, se diría, imaginar las escalas de la pasión, todo invención pura… Esto se convirtió en un deporte fascinante, algo semejante a lo que ha de sentir el cazador cuando pone trampas o señuelos. Y el éxito que obtuve fue indescriptible, casi aterrador incluso para mí mismo, tanto que consideré la posibilidad de no seguir, pero el ardor del juego me tenía ya enganchado. Una ligereza, un embrollo de danza regía su paso, una belleza febril modelaba sus facciones; sus horas de sueño debían ser una espera, la espera de la carta de la mañana: temprano tenía los ojos apagados, inconstantes en su fuego. Empezó a fijarse en sí misma, llevaba flores en el pelo, una dulzura prodigiosa le apaciguaba las manos, una pregunta incesante pendía de su mirada, porque por las mil minucias que yo le revelaba en las cartas intuía ella que el autor estaba cerca, un Ariel que llena de música el aire y, flotando, ausculta a escondidas las acciones más íntimas, sin hacerse jamás visible. Ni siquiera las dos señoras apáticas dejaron de notar su alegría: seguían la figura urgente, las mejillas en flor y se miraban en silencio con sonrisas disimuladas. Su voz ganó un timbre más brillante y más claro, era más atrevida, y le conmovía la garganta un temblor y se henchía, como si quisiera salir de ella un canto con trinos de gozo… ¿Pero qué pasa, se ríe usted de nuevo?
—No, no; siga, por favor. Lo único que quiero decir es que usted es un narrador muy bueno. Tiene, disculpe usted la opinión, talento, y estoy seguro de que escribiría la historia tan bien como cualquiera de nuestros novelistas.
—Quiere usted darme a entender, con enorme cortesía y tacto, que yo narro con los atributos de esos novelistas alemanes suyos: lirismo exagerado, sentimentalismo, pesadez y aburrimiento. Abreviaré el asunto. La marioneta bailaba; yo movía los hilos. Y para desviar de mí toda sospecha —advertí que sus ojos inquisidores buscaban hacer contacto con los míos— le había sugerido en las cartas la posibilidad de que quien las escribía no estuviera allí, sino en alguno de los balnearios cercanos, y que fuera y viniera todos los días en un bote o un barco a vapor. Y ahora, apenas oía la campana de un barco, pretextaba cualquier cosa para eludir la vigilancia de la madre, y correr a una punta del amarradero para observar a los recién llegados.
”Y una vez —era un mediodía encapotado en el que a mí no se me ocurría nada mejor que observarla— sucedió algo muy curioso. Había entre los pasajeros un muchacho muy gallardo, con esa elegancia pintoresca que define el atavío de los jóvenes italianos, y mientras recorría el lugar con la mirada, se detuvo en los ojos desesperados, interrogativos, absorbentes de la chica, que, igual que él, parecía estar buscando algo. La sonrisa quedó enseguida anegada por una ola sonrosada de pudor que se generalizó a todo el rostro. El muchacho vaciló, prestó atención —como es comprensible al ser objeto de una mirada tan febril y llena de mil cosas calladas—, sonrió y se decidió a ir detrás de ella. Pero ella, por su parte, huyó, confundida por la certeza de que estaba ahí aquel a quien había buscado tanto tiempo. Era el juego eterno entre el deseo y el temor, entre el anhelo y el pudor, ese juego en el que en la debilidad, en la dulce debilidad, reside la fuerza. Él, visiblemente envalentonado, aunque no menos pasmado, corrió para alcanzarla, y estaba ya cerca, y yo sentí con horror la proximidad de un caos alarmante… Entonces salieron al cruce las dos señoras. La chica fue volando hacia ellas como un pájaro asustado, el joven se replegó cautelosamente, pero las miradas volvieron a encontrarse y se fundieron como al fuego. Este acontecimiento me advirtió que era necesario poner fin al jueguito, pero la tentación era demasiado fuerte, y decidí usar esta casualidad como un auxilio servicial. Así, le escribí esa noche una carta infrecuentemente extensa, destinada a confirmar sus presunciones. Me atraía ahora influir sobre dos personas.
”A la mañana siguiente, me atemorizó la confusión trémula de su rostro. La bellísima agitación había cedido ante un nerviosismo incomprensible, tenía los ojos húmedos y enrojecidos por el llanto, parecía transida de dolor. Todo su silencio tendía al grito, tenía la frente ensombrecida, y una desesperación acerba en la mirada; yo, en cambio, estaba esperando la claridad de la alegría. Tuve miedo. Se interponía por primera vez algo extraño, la marioneta no obedecía y bailaba al compás de una música que no era la mía. Examiné todas las posibilidades y no llegué a ninguna conclusión. Empecé a asustarme de mi propio juego, y no volví al hotel hasta la noche para evitar la acusación que yo veía en sus ojos. Cuando volví, entendí todo. La mesa no estaba puesta, la familia se había ido, sin que ella tuviera tiempo de decirle a él una palabra y sin poder tampoco confiarles a los suyos que su corazón seguía pendiente de un solo día, de una sola hora. Fue arrancada de su sueño para ser llevada a alguna lamentable ciudad de provincia. Yo había olvidado esa eventualidad. Y siento todavía como una acusación esa mirada última, esa fuerza temible de la ira, del tormento, del desaliento, del dolor más cruel, con los que yo, quién sabe hasta dónde, contaminé su vida.
Se quedó en silencio. La noche nos había acompañado, y de la luna, velada por las nubes, emanaba una luz rara y trémula. Parecía que de los árboles colgaban brasas y estrellas y la superficie pálida del lago. Caminábamos sin decirnos una palabra. Por fin, mi acompañante rompió el silencio.
—Esta era la historia. ¿No podría ser una novelita?
—No sé. Es en todo caso una historia que voy a conservar con las demás que me contó. ¿Pero una novela? Una linda trama que podría interesarme, tal vez. Porque esas personas llegan apenas a tocarse, pero no entran en conflicto; son un asomo de destino, no un destino. Hay que llevar la ficción a su conclusión.
—Entiendo a qué se refiere. La vida de la chica, el regreso a la ciudad de provincia, la tragedia de la vida cotidiana…
—No, no tanto eso. En realidad, la chica ya no me interesa.
Las jóvenes no son nunca interesantes, por más raras que parezcan, porque sus vivencias son todas negativas y, en consecuencia, casi iguales. En este caso, cuando le llega la hora, la chica se casa con un joven de buena posición allá en su pueblo, y esta aventurita queda como una flor perenne de sus recuerdos. La chica no me interesa nada.
—Qué raro. Porque no se me ocurre qué podría encontrar usted en el muchacho. Miradas como esas, el fuego de una paseante, son frecuentes, la mayoría ni las nota y los demás las olvidan enseguida. Hay que llegar a viejo para saber que esto es lo más noble y lo más profundo que nos está destinado, la prerrogativa sagrada de la juventud.
—Tampoco es el muchacho quien me interesa…
—¿Y entonces?
—Me dedicaría a transformar en personaje al hombre mayor, al autor de las cartas. Yo creo que a ninguna edad se escriben cartas inflamadas ni se simulan sentimientos de un amor verdadero impunemente. Trataría de mostrar cómo el juego se vuelve cosa seria, cómo creía él controlar el juego, cuando lo cierto era que el juego lo dominaba ya a él. Esa belleza recién florecida de la chica, que él supone contemplar como mero observador, lo excitaba y lo esclavizaba. Y en el momento en que todo se le va de las manos, emerge en él una nostalgia indomable por el juego… y por el juguete. Me atrae esa inversión amorosa, que torna parecidas la pasión de un viejo y la pasión de un niño, porque ninguno de los dos se siente seguro de sí mismo. Lo sometería al desasosiego y a la esperanza. Lo presentaría voluble, y lo haría correr detrás de ella nada más que para verla, y sin embargo, en el último segundo lo privaría de acercársele, lo haría regresar al mismo lugar con la esperanza de volver a encontrarla, a conjurar el azar, que suele ser cruel. En esa línea planearía yo la novela, y entonces sería…
—¡Mentirosa, falsa, imposible!
Las palabras me sobresaltaron. La voz era áspera, ronca, tremolante, al borde de la injuria. No había visto nunca tan irritado a mi interlocutor. Entendí instantáneamente que había tocado sin querer un nervio muy sensible. Y cuando se paró de pronto, noté, con penosa vergüenza ajena, el brillo plateado de las canas.
Quise cambiar rápidamente de tema, darle un vuelco a la conversación. Pero el otro seguía ya hablando, aunque ahora en una entonación amable y oscura, una voz serena y profunda, de un color melancólico.
—Puede ser que tenga usted razón. Así es más interesante.
L’amour coûte cher aux vieillards fue el título que le puso, creo que Balzac, a uno de sus relatos más conmovedores, y podrían escribirse muchos otros con ese mismo título. Lo que pasa es que los viejos, que conocen los secretos mejor guardados, prefieren hablar de sus éxitos y no de sus debilidades. Les da miedo hacer el ridículo en asuntos que son algo así como el péndulo de lo eterno. ¿Piensa usted realmente que es obra de la casualidad que los capítulos de las Memorias de Casanova que “se perdieron” fueran precisamente aquellos que corresponden a su vejez, aquellos en los que el que mete los cuernos se convierte en cornudo, y el burlador en burlado? Acaso la mano se le volvió torpe y el corazón, estrecho.
Me dio la mano. Su voz era ahora fría, tranquila, impasible.
—Buenas noches. Veo que es peligroso contarle historias a la gente joven en las noches de verano. Da lugar a ideas disparatadas y a ensoñaciones inconducentes. ¡Buenas noches!
Y se perdió en la oscuridad con su paso elástico, al que los años habían vuelto ya más cansino. Era tarde. Pero el cansancio que solía invadirme temprano en el calor blando de las noches se disipó esta vez por la excitación que hacer hervir la sangre cuando le pasa a uno algo extraordinario, o cuando algo ajeno parece, en el lapso de un instante, propio. Caminé por la avenida que lleva a Villa Carlotta, que muere en las escaleras de mármol que dan al lago, y me senté un buen rato en los escalones. La noche era soberbia. Las luces de Bellagio, que antes chispeaban entre los árboles cercanas como luciérnagas, parecían ahora infinitamente lejanas sobre la superficie del agua, y una por una fueron hundiéndose en la tiniebla. El lago en silencio brillaba como una piedra preciosa negra con un fulgor que tendía a deshilacharse en los bordes. Y como manos blancas en teclas claras, las olas subían y bajaban por los escalones macilentos. El cielo -parecía más alto que nunca, abarrotado de estrellas inmóviles. Pacíficas, en una quietud rutilante, callaban; de vez en cuando alguna se desprendía de la danza diamantina y se desplomaba en la noche de verano, allá abajo, en la oscuridad del valle, en quebradas, montañas, en aguas distantes, desprevenidas, arrojadas por una fuerza ciega, igual que puede serlo una vida en la hondura de un destino ignorado.
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