#lima ocupa un espacio especial en mi corazón

[seoul-bros]

Enhorabuena al ARMY de Perú!

Estuve mirando todos los homenajes que ARMY le han hecho a Jimin por su cumpleaños y no hay nada más hermoso que este juego de luces del ARMY peruano. Enhorabuena a tod@s por su creatividad.

Post Date: 11/10/2022

[sergiojuan]

Lima. El cuadrante de Pizarro. Notas literarias. La Catedral (1).

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Observando el río desde el puente, nos comentó el guía que la palabra Lima probablemente provenga de la deformación del sonido “Rímac” en quechua.

Desde allí continuamos hasta la “Casa de la literatura peruana”. Un edificio neoclásico de un color verde claro pastel y blanco que anteriormente había sido una estación de tren. Sin visitar su interior nos publicitó el ser un espacio motivador de la lectura, compuesto básicamente por una biblioteca interactiva y una cafetería que solía hacer espectáculos literarios o escénicos de pequeño formato. Frente al edificio surgió la figura de Vargas Llosa. El guía, lejos de exaltar su literatura habló de sus extravagantes relaciones sentimentales, para acabar, con cierto reproche, comentando su actuación al perder las elecciones presidenciales frente a Fujimori; en vez de hacerle frente desde la oposición, decidió ofendido y desairado irse a vivir a Madrid. En contraposición alabó la obra literaria de Julio Ramón Ribeyro, haciendo mención especial de su primer libro: los gallinazos sin plumas.

Después sabría que los dos literatos peruanos de la “generación de los 50” vivieron su juventud en Miraflores; el primero en el barrio rico y el otro lindando con Santa Cruz, el barrio pobre, aunque él perteneciera a una clase media venida a menos. Precisamente la obra anunciada de Ribeyro refleja la cruda realidad de este barrio en su juventud, mientras que Llosa muestra pertenecer a una juventud intelectual burguesa, consumiendo por los distinguidos barrios de Miraflores, en especial por las cercanías del parque Salazar. Hoy parte de este parque franqueado por el acantilado lo ocupa el mayor centro comercial del país: Lacomar. La cuestión es que teniendo buenas referencias del autor nunca había leído el libro, por lo que me motivó hacerlo, y os digo que valió la pena.

Continuamos la visita por Jirón Ancash, a nuestra izquierda tres edificaciones presentaron sus credenciales neocolonialistas. Sabría más tarde que el “Museo de sitio, bodega y cuadra” es una recomendada visita, sus vestigios arqueológicos permiten acercarse mucho a la vida colonial limeña. Al lado se ubica la elegante Casa Mendoza y en la esquina la curiosa Casa de las trece de puertas, en la otra calle una amplia plaza estaba franqueada por el conjunto arquitectónico de los franciscanos, posiblemente el más hermoso conjunto religioso del Perú. Por la tarde visitaría sus famosas catacumbas, por lo que retraso para entonces detallar la visita.

Volvimos a Jirón de Ancash para acabar en su mercado de artesanía peruana, en especial textil. No niego que puede ser un buen sitio para hacer las últimas compras, especialmente si se sabe regatear. Allí nos despediríamos del guía dejando en una bolsa oculta a su mirada la propina. En realidad el paseo estuvo bien y en consecuencia pagué los servicios, pero me pareció mucha fachada y poco contenido. Entendía que no podíamos entretenernos en todos los sitios (gran parte de las casas neocoloniales de las que hablé se pueden visitar) pero muchas fue mi interés lo que provocó conocer su nombre, sin aportar el guía ni referencias temporales, ni leyendas.

Me dirigí hacia el recomendado restaurante en el pasaje Olaya, frente a la plaza Mayor, un Bouldvard gastronómico que con un menú de 10 euros entraba un vaso de vino. El vino no era para tirar cohetes, pero el menú estuvo muy completo y cocinado con gracia.

Saliendo del restaurante, aún en el mismo pasaje, un joven me interceptó para convidarme a una fiesta particular, un sitio en el que podría comer y beber acompañado de música y compañía femenina. Al mostrar poco interés, subrayó que también había “nieve”. Persistiendo con mi “cara de póker” se acercó un veterano que me lo tradujo por “farlopa”. Expresé con una sonrisa mi desinterés. Al despedirme me hice consciente de la delictiva situación y su permisividad, al observar el grupo de policías armados (ahora menos numeroso que por la mañana) bajo las arcadas del colindante edificio de la Guardia Real.

Delante de la fachada de la Catedral admiré de cerca la portada central de estilo renacentista, compuesta por capiteles corintios en las columnas y hornacinas con las imágenes de los apóstoles rodeando a la espectacular imagen de Jesucristo, mostrando su “sagrado corazón”. Contiene también medallones, cabezas, ángeles y otros adornos típicamente platerescos. Lo que contrasta más de la fachada son sus dos robustos campanarios neoclásicos; una desarmonía que a la vez evoca un equilibrio histórico, muestra de esa centenaria resistencia frente a los constantes avatares destructivos de la naturaleza.

La catedral de Lima fue edificada sobre los terrenos del adoratorio inca del puma inti y el palacio del príncipe cusqueño Sinchi Puma, descendiente directo del Inca Sinchi Roca. Francisco Pizarro destinó un solar a la iglesia, haciendo que el inca renunciara a sus bienes por escrito certificado por notario, evitando el poder ser denunciado en el futuro por usurpación.

En 1535 Pizarro puso la primera piedra​ y dando ejemplo de humildad cargó con el primer madero para la edificación de la iglesia. Inaugurada cinco años después, no pasaría más de un año que sería elevada a catedral con la consecuente necesidad de ampliación por la categoría otorgada, siendo inaugurada en 1552; aún insatisfechos por la modestia de su edificación, en 1604 se inaugura lo que sería la primera parte de la tercera Catedral. Pero duró poco, dos años después un terremoto dañaría seriamente las bóvedas. En prevención se utilizarían nuevos materiales antisísmicos en la nueva construcción acabando las tres partes de la tercera catedral, culminándose en 1649 con las dos torres. Pero pronto se certificaría insuficiente la prevención, cuatro décadas después el terremoto de 1687 causaría graves daños, pero sería en 1746 cuando precisaría de una reconstrucción completa. Se decidió hacer el nuevo edificio basándose en los planos antiguos. El trazado definitivo renacentista de la cuarta catedral lo hizo Francisco Becerra, reedificando la portada de piedra que quedaría conclusa en 1778, casi dos décadas después se inaugurarían las dos torres del campanario.

Durante el siglo XIX, la catedral llegó a estar muy abandonada y deteriorada, teniendo que cerrar en 1893. Cuatro años después se volvería a abrir con reparaciones que aportaron nuevos añadidos en la fachada y remodelaciones estructurales en el interior.

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