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#me voy a dormir ya esta por salir el sol ah
jeanlvc · 2 years
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* buenas noches clowns, ya me hacía falta volver a mi lugar de origen como la clown profesional que soy, ahre. me da mucho gusto volver por acá :’) ando en eso de volver con mis dos personajes del principio pero voy lentamente con el calarr, así que de momento introduzco a este hombre ( copie todo de la anterior no voy a negarlo jajaj pero modifiqué cosas ) y cuando me funcionen las neuronas traigo a mi hija emo. hago este post por si alguien quiere conexiones ahora que entraron pjs en manada, pero también para dejar un par de datos “relevantes” para desarrollar más adelante o que se tengan en cuenta <3 si creen que encaja en algo que les falta, o desean algo pueden imponerme xfa, soy fácil de convencer :p en fin, le pueden dar like a este post y voy a hablarles o directamente a discord que estoy más pendiente. 
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bueno, se llama jean-luc, pueden decirle jean, j, luc, como se les cante, en realidad no es su nombre real pero lo escondió para viajar a francia. #turbio ah. me atrevo a decir que es el mayor de la familia holden aunque no está completa todavía. (xfa tiene vibes de hermano mayor) en resumen, como habrán leído en el main, no son familia de sangre y se unieron de forma legal en estados unidos, todes vinieron de casas hogares y nunca fueron adoptados y son lo más cercano a familia que tienen. respecto a los holden : están instalados en parís desde hace cinco años, viven en el mismo distrito que la familia xian y la familia song, tienen relación cordial/amistosa con la familia le roux, almodóvar y obi, tienen relación complicada/enemistad con la familia joh, sauvaterre y caputo. so... si son de alguna de esas familias y les falta algo por ahí va ;)
respecto a su familia de origen: su papá está preso, era un europeo instalado en estados unidos. se llevaban muy mal antes de que fuese dado a una casa hogar así que tiene esos traumas de niñez :>)
la verdad se movió a francia pensando en trabajar de cualquier cosa, pero tuvo suerte y encontró una vacante en un gimnasio y se puso a entrenar boxeo / kick boxing. antes era boxeador, no famoso pero sí empezó a hacerse conocido en estados unidos. todo estaba ok pero se metió con gente equivocada que empezó a darle fruto a sus peleas...pero en fin, peleaba ilegalmente y había dinero de por medio, gente peligrosa y lo explotaron hasta que dijo que no quería más estar ahí, y lo de francia fue la excusa perfecta para irse. les debe dinero, o más bien, peleas que den dinero, pero se fue *suena y se marchó* pero es un tanto masoquista y en parte porque son de clase baja, el dinero no es tan fácil de obtener así que también pelea en clandestinas para ganar algo más de ingresos y obvio, extraña pelear :( 
el boxeo le encanta pero también le gustan otros deportes, así que es probable que nunca se quede quieto. es una persona muuuuy activa, incluso duerme muy  poco y tiene insomnio, y como no le gusta quedarse mirando el techo sale sin importar la hora. lo habrán confundido con el fantasma de las 3 am en la plaza seguro ah jasjas. es un bro así que si hay alguien por ahí a esa hora le saca conversación sin problema :DD
también es ladrón... no es cierto, jasj es que se robó un perro y siempre lo acompaña ;---;. apareció en la puerta del gimnasio en malas condiciones y se lo quedó, asume que no es de nadie o ahora se joden por haberlo dejado ahí. se ve así . y es muuy torpe ese perrito, así que seguro lo metió en aprietos más de una vez.
en personalidad es bastante sencillo, muy llevable. tiene bastantes valores a pesar de que en donde creció no le enseñaron nada y se las tuvo que arreglar él mismo para apenas terminar la primaria. en mi mente tiene las vibes del amor de mi vida tobias eaton pero con una personalidad más relajada, o todo lo que es malo para él se lo guarda muy bien y no lo exterioriza tanto, salvo cuando temas famiilares aparecen jeje. es bastante disciplinado, se conforma con poco pero no de sí mismo, siempre se está exigiendo un poco más. se topó con gente mala por mucho tiempo así que las primeras impresiones siempre se las queda y es difícil que se las quite, pero eso no le impide abrirse con alguien y conversar o conocer gente nueva. no es ni extrovertido ni introvertido, es de los que te lanzan de vez en cuando algún chistesito o comentario, pero también es serio cuando algo lo amerita. en el trabajo si se hace más el chistosito :$
le encantaría viajar y conocer muchos lugares, pero todavía no desbloqueó el  desactivar pobreza para hacerlo, sin embargo, siempre que puede va a visitar lugares naturales o si tiene compas que le gusta acampar o algo así, va sin dudar :’) 
es de buen apetito, pero come de esos platos que decís wtf?? ni en pedo como eso... o como podrías mezclar tales cosas?? paladar de oro!
no utiliza mucho las redes sociales, lo que tiene sí es un instagram del gimnasio para mostrar algunas cosas que hacen ahí y hacer promoción :p. seguro cuando vino ni tenía celular. así que hc fun si un día conoció a alguien y cuando fueron a intercambiar celulares le dijo: no tengo. y quedó todo muy tenso JSAJS ahora sí tiene :/ 
le encantan los tatuajes, está en proceso de tatuarse todo un brazo.alguien que haya conocido por ahí?? o alguien tatuadxr?? amo.
en el ámbito romantico tuvo una novia antes de mudarse a francia, cortaron ahí cuando viajó :DD  seguro le costó dejar de pensar así que buscó ligar sin compromiso, o también pudo haber intentado algo con alguien pero no funcionó por eso mismo o por cosas de la vida jjjs 
tiene heterocromia y me encantan sus ojos como para no contarlo :/ 
en fin...................... supongo que iré descubriendo mas cosas en la marcha. buscamos de todo :’) y pueden imponer lo que quieran, incluso si no es en conexión, durante el rol <3 les mando un abrazo y gracias por leer!
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i-donot-forget · 4 years
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4 Días
My Candy Love - Love Life
Personajes : Eric - Candy/Sucrette - Nathaniel
Palabras : 2266
Spoilers Episodio 12 y 13
Estuve pensando en los días que pasan entre el beso con Eric y cuando lo volvemos a ver, pero desde la perspectiva de él.
DÍA 0
Salí huyendo como un cobarde después de lo que había hecho ¿en que estaba pensando? ¿Cómo dejé que pasara? Pero no fueron imaginaciones mías, ella me correspondió ¿cierto? Mientras más intentaba recordar los detalles de aquel desliz mi mente solo podía pensar en una cosa, ella y la suavidad de sus labios, robar su aliento, sus ojos vidriosos y mejillas sonrojadas a pesar de mi fechoría no podía evitar sonreír pues la realidad era más deliciosa que todo lo que había imaginado. 
La soledad de mi apartamento me sacó de mi ensueño, ahora tenía que lidiar con las consecuencias de mis actos, la única pregunta era ¿cuando? seguramente en cuanto ella llegara a casa le contaría cómo me aproveché de la situación, tal vez Nathaniel venía camino aquí justo ahora para darme una paliza, que de todas formas merezco...
Aún sentía el ligero toque de su perfume en mí y me estaba volviendo loco, fui a darme una ducha fría con la horrible sensación de escuchar golpes en la puerta, producto de mi atormentada imaginación. No podía pensar y no tenía con quien hablar daba vueltas por el lugar como un león enjaulado, miré el reloj nuevamente desvalido al ver que hasta el tiempo se burlaba de mí, me cambié con la idea de que solo había una cosa que me podría distraer ahora, salir a correr. Iba rápido, perdido en mis pensamientos con la incómoda sensación de que me seguían, detenido de un semáforo me quedé en blanco al ver a un sujeto rubio de chaqueta blanca al otro lado de la acera, sabía que no era él y aun así no podía quitarle los ojos de encima hasta estar 100% seguro, pasé trotando junto a él recibiendo el humo de su cigarro de lleno en mi rostro, para cuando llegue a la otra acera ya necesitaba un cigarrillo más de lo que necesitaba oxígeno. 7 años a la basura, pensé mientras arrancaba el plástico y abría la caja, esa primera calada fue lo único que consiguió calmarme un poco y antes de darme cuenta ya iba por el segundo.
Caminé a casa más tranquilo o el hecho de que la cabeza me daba vueltas absorbía algo de mi atención pero al cerrar la puerta la adrenalina y excitación habían pasado, ahora estaba en el suelo, vi la hora y resignado a que esta noche no podría dormir me dejé caer sobre la silla frente a la mesa que rebosaba informes, abrí la laptop y me entregué al escape que me había escondido de Melissa durante el último año y ahí pude ver un e-mail de Ben que tendría que haber revisado esa tarde si no hubiera tenido tanta prisa de llegar a cierto café a las 8 pm.
DÍA 1 
Para cuando el sol salió ya no podía soportar la idea de no saber qué esperar, así que llamé a Nathaniel en contra de mi lógica y sentido común, puse el teléfono en altavoz y lo dejé sobre la mesa mientras me aferraba a la madera con fuerza, cada tono de llamado alimentaba mi paranoia me esperaba lo peor, gritos, insultos, amenazas, como mínimo y entonces contestó, balbuceé incoherencias hasta notar que no lo sabía, ella no se lo había dicho… aún. Le hablé de la información que Ben me había enviado sintiéndome ligeramente aliviado, colgué el teléfono más tranquilo pero no mejor, este secreto era una bomba de tiempo y yo me sentía como basura. 
Me paralice mientras apretaba el pomo de la puerta, pues por inercia mis pies me llevarían directo al Cosy Bear, como todas las mañanas antes de trabajar y todas las tardes a la hora del cierre, pero ya no podía volver allí como si nada, era un criminal regresando a la escena del crimen, simplemente no podía irrumpir en su espacio después de lo que había pasado, no sin su autorización. Caminé hacia la estación en compañía de un cigarrillo y por alguna razón no podía recordar cuándo había sido la última vez que había hecho esto, estaba tenso, distraído no podía concentrarme ni en la idea más simple mi mente estaba inquieta y simplemente no podía ignorar el porqué, tendría que verle a la cara y actuar como todos los días, tenía que ser convincente y se sentía horriblemente mal. Tomé una bocanada de aire antes de entrar y tras cruzar la entrada me paré unos segundos para observar el interior buscando rápidamente, suspiré por inercia al pensar que todavía tenia unos minutos.
- Me alegra no ser el único que le está afectando la investigación. -
Una palmada amistosa en mi hombro me provocó un sobresalto exagerado pero Nathaniel pasó de largo directo a la oficina del Jefe, vi como se detuvo en el umbral me miró y me hizo una seña para entrar. Expliqué los avances en la investigación con pocos detalles hasta que nuestro superior retomó la reunión, por suerte sin una operación en campo en la agenda podía mantener distancia sin levantar sospechas. El día fue eterno y tortuoso pero eran ya más de las 10 de la noche cuando fui a desahogarme al gimnasio, 3 horas más tarde estaba en casa, otra noche en vela.
DÍA 2
- Es el segundo día que llegas oliendo a cigarrillo en lugar de café. Creía que con la edad tus hábitos iban a mejorar, no a empeorar  ¿La sabiduría de la vejez es un mito acaso?  -
Nathaniel bromeó mientras los golpes secos que le daba al saco de box llenaban el ambiente, dejé la mancuerna que levantaba en el suelo antes de dirigirle una mirada.
- Si, si, ya quiero ver en qué condiciones estarás cuando tengas mi edad, jovencito. -
- Pero en serio ¿Dos días sin café? Eso es un récord, el Cosy Bear quebrará sin ti. -
- Si, bueno estoy cambiando el café por el gimnasio. Con todo el tema de la mudanza me di cuenta que no estoy en tan buen estado. -
- ¿Ya te adaptaste a tu nuevo piso? -
- Por fin tengo una lámpara de noche así que aunque no tengo televisor, ni vajilla real, pude terminar el último libro que me recomendaste. -
- Genial ¿Empezaste algo nuevo? -
- Si, de hecho ya voy por la mitad, es algo diferente, más suspenso con algo de ciencia ficción. -
- Aburrido… -
- Lo que digas… a decir verdad… lo había comentado con... Candy. -
- ¿Ah sí? -
- Si, ahora que lo pienso me pidió la referencia, guardé este artículo de internet con varios títulos del mismo estilo. -
- ¿Se lo enviarías? me harías un favor. -
- Claro, mmmh no tengo su numero. -
- Mi teléfono está en mi chaqueta, la clave es 4444. -
- ¿No sabes su número de memoria? -
- Mmmm no. -
Al desbloquear la pantalla, la fotografía que tenía de fondo fue como una patada en el estómago, era ella luciendo una sonrisa radiante como no recordaba haberle visto, imagino que esa sonrisa es solo para él. Busqué el contacto, “Cariño” claro… lo envié y guardé el teléfono rápidamente como si quemara en mis manos.
Evadí el almuerzo excusado con una cita imaginaria con un abogado de divorcio, conduje por la ciudad sin destino claro, alejándome de aquellas calles en las que por cualquier azar de la vida pudiese cruzarme con ella, me estacioné en una gasolinera cuando fue evidente que sin importar cuanto tiempo estuviera al volante no encontraría las palabras adecuadas y finalmente la llamé, tono de marcado y tras unos minutos, buzón. Vamos otra vez, después de todo debe estar atendiendo el café. Segundo intento, nuevamente al buzón, esto es más difícil de lo que creía ¿Y si no quiere contestarme? No, cómo podría saber que soy yo, tal vez ella sí tiene mi número ¿Pero qué tonterías dices? Claro que no tiene tu número, vamos una vez más la tercera es la vencida. Y fui vencido, tras el tercer intento no tuve el valor de volver a llamar y la incertidumbre comenzaba a llenar mi cabeza, conduje de vuelta a la estación con mil ideas pasando por mi cabeza y en todas yo soy el villano.
Estaba derrumbado en el escritorio de mi oficina tras la reunión de la tarde cuando el teléfono sonó, al ver su nombre en la pantalla se me aceleró el corazón, cerré la persiana de la ventana de la puerta y dude un instante antes de cerrar con llave.
- Hola ¿Candy? Gracias por devolverme la llamada. Creo que deberíamos hablar… -
- ¿Eric? No me acordaba de que tenias mi numero. -
Si… Simplemente sigo engañando a Nath para calmar esta incertidumbre que me esta matando, continuaba acumulando delitos y aunque creí que estaba preparado para afrontar las consecuencias me sorprendí de mi mismo, de lo que estaba dispuesto a hacer por saber. 
- Mmm… Me he permitido pedírselo a Nath. Le he dicho que era para mandarte la referencia del libro del que habíamos hablado pero… los dos sabemos que no es por eso. Quería que hablásemos de lo que ocurrió entre nosotros la otra noche. -
- Y… ¿No podrías haber pasado por aquí? Por teléfono es un poco… -
- ¡Estoy completamente de acuerdo! Pero no estaba seguro de que quisieras verme. En fin… -
- Está bien, bueno, ya sabes donde encontrarme ¿no? Recuerda que no cierro hasta las 8… -
- Es que… Hoy estoy ocupado. Y mañana también. Estaba pensando… ¿... Te parece bien si vamos a tomar algo dentro de dos días? Te prometo que no tardaremos mucho. -
- Pues... Muy bien, hagamos eso ¡Nos vemos pasado mañana entonces! -
Cuando colgó sentí que el mundo volvía a girar, que todo se había detenido solo con su voz, en medio de todo esto una parte de mí se alegraba de oírla otra vez. Poco a poco la súplica que había casi tartamudeado se volvía más clara, ella aún me podría odiar, repudiar y quererme lo más lejos posible de su vida. Quizás eso era lo que merecía, tal vez eso era lo mejor.
Esa noche dormí a ratos despertando sobresaltado hasta el amanecer, una sola pesadilla se repitió en bucle, ella riéndose en mi cara por haber sido tan estúpido como para creer que había algo entre nosotros, que yo había confundido su lastima con interés y es que cómo podría siquiera soñar en que ella lo dejara por… por alguien como yo.
DÍA 3
Trotar acompañado por el rocío matutino me ayudaba a despertar después de no descansar, de alguna forma una noche de sueño entrecortado era más nociva que una noche en vela, esta carencia comenzaba a pasar factura y ya era más que evidente en mi rostro que no estaba teniendo un buen día. Hoy tenía una pequeña operación de campo, nada más que observar en caso de ver algo sospechoso, definitivamente no podría ver nada si apenas podía mantener los ojos abiertos.
Hoy no había podido escapar del almuerzo y Nath ya llevaba un par de minutos mirándome con insistencia.
- ¿Todo anda bien? -
Al escuchar esa pregunta en voz alta dudé, como si ya no fuera físicamente capaz de seguir esta mentira, pensé en confesarle todo, no solo el beso sino este sentimiento prohibido que me había permitido cultivar, lo traidor y canalla que era pero luego pensé en ella, y en como no podía arrebatarle eso que le pertenecía por derecho, si alguien debía ser el gran antagonista era yo, quien tendría que pagar el engaño y la mentira.
- Si… Aunque creo que mi intento de dejar el café por algo más saludable, irónicamente me esta matando, creo que volveré a mis viejos hábitos. -
- Cuídate Eric, aún necesito a mi compañero un tiempo más, alguien tiene que sacar la cara por este departamento. -
Quien diría que las palabras podrían causar dolor físico, sentía como sus palabras se clavaban en mi espalda y bloquean mi garganta. Solo pude sonreír Sentado solo en vehículo de incógnito mi mente estaba en blanco, no, no en blanco realmente una idea había quedado fijada a mi cabeza como una pista que aparece luego de releer por décima vez… No podía, sencillamente no podía hacerle eso a Nath, todo esto había sido una enorme equivocación, una situación confusa y totalmente fuera de lugar, y tenía que acabar lo antes posible. 
Esa noche tampoco pude dormir, pasé las horas pensando en ella, despidiéndome de alguna forma de los momentos que había recolectado en mi memoria, había mantenido esta absurda fantasía por demasiado tiempo ya no podía seguir mintiéndome.
DÍA 4
Esta mañana estaba tranquilo, a pesar de ser el día de nuestra reunión, pero quizás no era tranquilidad sino resignación, hoy terminaba el suspenso, se terminaba esta historia que nunca debió existir.
Las horas pasaron rápido pues ya había tomado una decisión, si quería acabar esto para siempre no debía quedar ninguna duda, yo tenía que contarle a ella absolutamente todo, así cuando me rechace y niegue todas y cada una de mis esperanzas, podría apagar esa luz que todavía desea verla, que ni el hecho de que esta con alguien más a podido extinguir, debía ser ella y debía ser brutal.
Me sorprendió lo rápido que el brillo naranja del atardecer se empezó a colar por la ventana de mi oficina, parecía que después de todo no tenía demasiadas ganas de acudir a mi “cita”. Mi desánimo se iba transformando en nerviosismo con cada paso que daba, para cuando me di cuenta estaba afuera del café.
Y entonces te vi a través de la ventana y sonreí sin poder contenerme porque solo cuando te vi me di cuenta de que lo extrañaba y de que no me había gustado pasar tantos días sin verte y de que incluso todo parecía un poco más luminoso… 
Oh… Mierda, estoy realmente jodido.
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makahimetenshi · 3 years
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Living with you Chapter 21 - Jotakak Fanfic
Fanfiction
Ok, hoy era un día para dedicarse a el, o no específicamente a el, pero si a Jotaro, aunque sin el.
Se había vestido con una musculosa verde y unos pantalones negros, no es como que realmente importaba pero le gustaba cuando sus brazos estaban al descubierto, puro ego personal. Su plan de hoy era…pensar, ir a algún lugar a pensar, en su casa se distraía y no lograba nada  así que salió al parque, a lo mejor el aire libre lo tranquilizaría un poco, aunque le daba envidia por quienes hacían deportes el no era el tipo de persona que salía a correr o hacía ejercicio, tenía buen cuerpo por genética.
Se compró unas palomitas y se sentó en una banca que estaba frente a un lago, a esto era el tipo de cosas a las que se refería con lo de que no se podía concentrar, que necesidad de comprar eso…se rio internamente mientras miraba alrededor del jugar, era día de semana y había poca gente, en especial siendo jueves.
Recapitulando, Jotaro, razones para aclararse el por que lo quería o no, ni siquiera sabía por que lo dudaba, solo no le cerraba.
Mejor amigo desde la universidad, de hecho su primer amigo ahí y mucho tiempo atrás por que en el instituto no era una persona muy sociable y siempre estuvo bastante solo, lo ayudo lo mas posible en su anterior carrera y lo hacía muy bien sin perder la paciencia cuando le enseñaba, lo ayudo a convencer a sus padres de cambiar de carrera y eso definió lo que es el hoy día, todo lo que tenía hoy en día fue gracias a Jotaro puesto que el también lo ayudo con sus contactos a empezar a darse a conocer, realmente le debía mucho eh…Fue su padrino en su boda y lo apoyo lo mas que pudo con el tema del divorcio cuando Jotaro estaba sumamente deprimido con una bebe en brazos, a la cual cargo el mismo día que nació, su familia lo adoraba y según Jotaro ya era parte de ella aunque a el no le gustaba sentirse tan metido.
Jojo siempre fue muy frió y seco con el al hablar, era y es un tipo bastante serio pero entre los 2 las cosas siempre estuvieron bien, siempre estaban cómodos juntos aunque no estuvieran haciendo nada y las tardes en las que se juntaban a…mirarse las caras por que realmente no hacían otra cosa o solo trabajaban sin hablarse debían significar algo no? Que había una química no? Jojo no lo quería desde antes por supuesto, todo se…torno raro cuando se mudo a su casa…o aquella noche en la suya que durmieron juntos? No sabría decir.
Le gustaba mucho estar con el ojiazul, antes de todo eso también extrañaba cuando no lo veía durante días y por eso lo invitaba a su casa a pasar el rato después del trabajo, sabía que no le gustaba en ese momento por razones románticas pero…tal vez solo nunca se había dado cuenta de que lo quería y el moreno solo se enamoró después de el. Tal vez a Kakyoin siempre le gusto Jotaro pero jamás lo había pensado a fondo, más allá de su buena amistad ellos siempre fueron demasiado cercanos, nunca habían pasado más de una semana sin verse si estaban en la misma ciudad y uno de los 2 siempre buscaba al otro, de cierta manera eso lo aliviaba por que si no se pensaría un acosador, aunque sabía que Jojo no pensaría así de el.
En la universidad se veían todos los días y todo era charlas, risas, estudio y películas, siempre se reunían después de clase y de estar con sus amigos en la habitación del otro a jugar videojuegos o ver algo juntos, sus sesiones de estudio eran muy calmas y…
Por que te remontas tanto en el pasado? No había exactamente nada ahí.
En aquellas semanas que estuvo en casa del moreno antes de…que pasara todo lo que pasara se habían estado acercando físicamente mucho más sin notarlo, o al menos sin que el lo note, tal vez si le gustaba Jotaro y por eso…paso todo lo que paso, ósea dormir en la misma cama para 2 amigos solo amiguis estaba bien cada tanto por la confianza pero ya todos los días era raro, no sabía por qué nunca había notado en el mismo si realmente estaba enamorado de Jotaro o no, por que no notaba esas cosas.
Era una cuestión de inexperiencia? Osea el era una zorra que solo lo hacía y demás por que…nunca le llamo la atención ninguna chica y ya esta, la personalidad de ninguna le atraía. Y como podía no haberlo notado hasta las catorceañeras lo notan…
Recordaba la manera tan peculiar en la que Jotaro se enamoro de su ex mujer, el de verdad era un virgen de las relaciones, era raro verlo tartamudear al hablar de ella o como se cohibía delante de ella, a Kakyoin y Anne les parecía sumamente gracioso, ahora se acordaba y le parecía tierno, no le molestaría que Jojo se pusiera así frente suyo, el otro día en la galería cuando fue lo de si el tenia celos por la chica que se le acerco se puso tan tierno.
El cerca de Jojo ahora mismo...se sonrojaba y se sentía muy tranquilo y feliz, ciertamente feliz, mas allá de que pudieran besarse o abrazarse le gustaba compartir momentos con el moreno,  aunque solo fueran a pasar el rato por unos minutos como aquel almuerzo en su trabajo le gustaba verlo, era un poco mas de su relación de amistad pero con mimos y con sonrojos, tal vez siempre tendrían que haber estado así.
Aunque llevando un poco mas de un mes era un poco pronto para pensar en esas cosas.
Kakyoin siempre pensó de su amigo que era lindo, no solo lo pensaba el si no también todas las mujeres que se le acercaban, sus ojos entre una mezcla de verde y azul le habían llamado la atención desde siempre al igual que su altura y complexión, si el se creía más fornido de lo normal en cuanto conoció a Jotaro su vida dio un giro, el era casi 20cm más grande que el y además el doble de grande, en músculos eran iguales Kakyoin solo era mas flaco y tenía una figura mas estilizada, le sorprendía de sobremanera ver a alguien con unos brazos tan grandes y una espalda tan gigante.
La primera vez que se vieron no podía creer que una persona así lo estuviera ayudando con sus ejercicios, lo que mas lindo le había parecido de Jojo desde que lo conoció definitivamente era su rostro serio, siempre estaba con el mismo humor ante gente que no le era tan familiar pero con el o con sus amigos cambiaba un poco, siempre manteniendo el mismo semblante. También le gustaba su pelo, esa mezcla de curvas que siempre llevaba recogido para atrás le parecía de lo mas formal…y sexy…ahora mismo.
Podía ver cualquier parte de su cuerpo e imaginar todo tipo de cosas, desde que lo estuvieran haciendo a simplemente estar abrazados y juntos el uno contra el otro, su corazón latía cuando sus pechos se encontraban y podía ocultar su rostro en su piel. No podía creer las sonrisas de estúpido que tenía cerca de Jotaro, se sentía demasiado ridículo pero no lo podía evitar en especial si levantaba la mirada y se encontraba con sus ojos clavados en alguna parte de su rostro, se preguntaba que cosas pensaba Jotaro de su apariencia, así como el lo notaba super sexy y masculino.
Pensando en ese tipo de cosas tan dulces del moreno se había puesto a sonreír de nuevo, se podía convencer de que…lo quería? De verdad? Lo quería? Después de estar una tarde entera mirando a la nada en un parque había llegado a esa conclusión? De que quería a su mejor amigo de la manera que no se quiere a un mejor amigo? Que se declararían y volverían novios como si fueran adolescentes?
En realidad era…bastante sencillo de decir.
-Kakyoin?
Una voz conocida lo saco de su mundo, había estado con la mirada en el cielo todo el rato, al bajar la cabeza le dolió el cuello, quejándose mientras se llevaba una mano ahí, cerrando los ojos cuando se dio cuenta que el sol le pegaba en estos, entre la oscuridad que se genero en su visión en esos segundos pudo distinguir la figura de un hombre alto con gorra y gabardina.
Esto…facilitaba las cosas.
Da miedo y todo.
Cuando su vista se acentuó un poco mas miro a Jotaro enfrente suyo, tenía su ropa de trabajo y se lo veía bastante…confundido, iba de la mano con Jolyne quien también lo miraba curiosa, por que estaban ahí? Es demasiada coincidencia que “oh he realizado mis sentimientos, tengo que declararme…ah mira ahí esta Jojo” no pues no, no, no…no.
-Jotaro? Que estas haciendo aquí? Jolyne también… -pregunto ligeramente perdido, era como que su momento espiritual para el y…aparecía Jotaro…
-Me llamaron del colegio de Jolyne por que supuestamente estaba enferma pero…-el moreno miro enojado a la niña quien le volteo la cabeza sacándole la lengua –realmente debes estar muriendo como para querer pasar tu ultimo día en el parque verdad?
-Estoy enferma, me duele la cabeza y me tiemblan las manos…-dijo Jolyne, Kakyoin podía ver por su risa que estaba mintiendo, la niña le contagio la risa.
-Me tome el día libre para ir a buscarla y cuidarla pero en cuanto salimos dijo que quería venir al parque…-el pelirojo podía notar ligeramente molesto al moreno aunque le alegraba que se preocupara por Jolyne –tu que haces aquí?
La pregunta lo tomo por sorpresa –ah…había venido a descansar un momento, de hecho creo que me quede medio dormido.
-Ya veo
Era su oportunidad, incluso si recién lo había descubierto que ganaba con seguir esperando? Se lo iba a decir, si estaba aquí luego de descubrir eso era por algo y lo iba a aprovechar.
-Jolyne, por que no vamos a jugar un poco? –la niña se acerco y le dio un beso en la mejilla emocionada –espérame allá, ahora voy.
-Oye no la consientas… -dijo Jojo en cuanto su hija salió corriendo al arenero donde estaban los juegos.
-Jotaro –su voz sonaba firme, y aun sentado en la banca con Jotaro de pie frente suyo sus ojos le miraban fijamente, estaba seguro de lo que hacía –Te quiero –luego de pronunciar esto sus mejillas se coloraron un poco, Jotaro tenía los ojos en blanco y podía ver como el alma se le iba a salir del cuerpo –yo también te quiero –se quiso levantar para ir con Jolyne pero en cuanto le dio la vuelta a la banca Jotaro lo había empujado para capturar sus labios en un beso.
No lo iba dejar escaparse de nuevo.
Jotaro lo había jalado de la mano para atraerlo hacia el y besarlo, después de decirle aquello que tanto había esperado pensaba que se podía ir? Pequeño e ingenuo Kakyoin, cuando había escuchado aquel te quiero la respiración se le había parado junto con su corazón, no podía creer que al fin le había correspondido, seguramente tenía una cara muy graciosa en aquel momento de shock pero no le podía importar menos si estaba besando al pelirojo después de aquello.
No podía poner en orden su mente para expresar lo feliz que estaba, vieron eso de las mariposas en el estomago? Bueno, ahora lo sentía, y le temblaban las manos, temía que sujetando al pelirojo en ese estado este se le pudiera soltar, no podía con la felicidad en su cuerpo.
Un escalofrío lo recorrió cuando los brazos del pelirojo se posaron en su cuello y este empezó a corresponderle e el beso, Jotaro podía notar una sonrisa contra los labios de ambos y eso lo hacía sonreír a el también, se sentía muy tonto. Una batalla de besitos húmedos comenzó cuando el moreno se quiso separar para ver su rostro, cuando sus labios se separaron el pego su frente contra la suya, mirando atentamente su rostro, Kakyoin también se veía feliz y eso lo hacía sonreír todavía mas, las manos de Jotaro se habían posado sobre la cintura de Kakyoin hasta que…
-KAKYOIN! VAS A VENIR O NO? –Jolyne le estaba gritando desde las rejas del arenero con los juegos, quería matar a la niña ahora mismo, Kakyoin en cambio se pego mas a el, abrazándolo mas fuerte.
-Si ya voy! –grito el pelirojo en el hombro de Jotaro, dejando un beso en su cuello- que poca gana de ir…estaba mejor aquí -el pintor se separo de Jotaro para alejarse en dirección a donde estaba su hija, quiso protestar pero por alguna razón el tiempo en su cuerpo se volvía mas lento cerca del pelirojo y siempre reaccionaba tarde.
Pero estaba feliz.
Pasado poco menos de una hora Kakyoin sugirió que se quedaran en su casa a dormir, Jotaro acepto complacido pensando en como podrían hacer con la niña en el departamento y Jolyne contenta de que podría estar con el pelirojo, al menos después de estar sola tantos días.
Apenas llegaron Kakyoin ordeno por internet sushi para la cena, Jotaro sin que lo supiera se había movido a su habitación a agarrar aquellos 2 objetos mágicos que solían necesitar…Jolyne le pidió al pelirojo si no podía bañarse ahí ya que la niña adoraba la bañera de hidromasajes que tenía el pelirojo, y según ella que estaba cansada de la escuela, a Jojo le brillaban los ojos gracias a la oportunidad así que fue el primero en ir a prepararle la bañera.
Kakyoin se había ido al comedor a bocetear mientras Jotaro se encargaba de la niña, estaba contento, no sabía por qué pero sentía que fue importante decírselo y eso le saco un peso de los hombros que no había notado que tenía…estaba sentad en el sillón con su cuaderno pero en cuanto sintió los pasos de Jojo lo cerro, casualmente ese no era el cuaderno que Jotaro debía ver…
El moreno se posó en frente suyo y lo jalo de la mano, haciéndolo entender que debía levantarse, el chico confundido se levantó para ser arrastrado hasta delante de la puerta de su…armario? Cuartito? Ahí era para guardar cosas que sobraban, el moreno abrió la puerta y lo empujo dentro de una nalgada, haciendo sobresaltar a Kakyoin, quien iba a protestar hasta que unos labios se posaron sobre los suyos robándole el aliento, no podía ser que fuera tan sencillo encantarlo.
Sus mejillas se coloraron ante los labios del moreno sobre los suyos, explorándolos y acariciándolos, no resistió mucho más que sintió la necesidad de abrazarlo, posando sus 2 manos en su espalda, aquella espalda tan grande que le encantaba. Jojo lo empujo suavemente hasta la pared de aquella pequeña habitación, Kakyoin suspiro ante esto, no era su culpa después de todo hace mucho que no hacían nada parecido y lo deseaba tanto…Jotaro metido su lengua dentro de la boca de Kakyoin para buscar la de este, queriendo hacerlas bailar una contra la otra, el pintor le facilito las cosas leyendo su mente y encontrándolas, sin darse cuenta había empezado a suspirar en medio del beso,  de verdad  menos de una semana lo ponía así de ansioso?
Al terminar con aquel beso, Jotaro mordió uno de sus labios haciendo jadear el pelirojo, este pego su frente contra la suya para perderse en sus ojos, parecían los de una fiera a punto de devorarlo –Jolyne va a tardarse en el baño.
Ah.
No Jotaro no.
Ósea…
Antes de poder protestar Jotaro lo había vuelto a besar, y aunque le estaba correspondiendo por la calentura que llevaba encima su lado racional no podía evitar darle golpes en el pecho para sacárselo de encima.
-Jotaro! Esta tu hija en el baño! Ahora no podemos! –le grito bajito histérico, no podía ser que Jojo fuera tan oportuno, encima con su propia hija, que harían si los descubría?
-No te preocupes, tenemos tiempo, recuerda que tienes tu jacuzzi y a ella le encanta –el moreno le mordió los labios a la vez que apretaba sus pezones por encima de su musculosa, no pudo evitar soltar un gemido que tapo con sus manos, no era el momento…-Y no tienes que contenerte, el jacuzzi hace bastante ruido…-otro apretujón se hizo presente, aún gimiendo contra su mano, el moreno le saco la mano de la boca y lo volvió a besar, agarrando sus pectorales con sus manos para tocar ambos pezones con sus pulgares.
No pudo evitar tener una erección cuando los pezones de Kakyoin se erectaron contra sus pulgares al mismo tiempo, tenía curiosidad de ver si ya estaba igual de excitado que el pero quería tocarlo un poco más, después de tanto tiempo sin tocarlo quería disfrutarlo, aun si no había pasado tanto tiempo no sentir su piel caliente contra sus manos había sido una tortura. El cuerpo del pintor temblaba debajo suyo, aún en medio del beso los pequeños gemidos del pelirojo lo hacían ponerse más y mas duro, quería que Kakyoin lo tocara pero sus manos estaban en el lugar equivocado, no las quería en sus hombros como se habían posado ahora las quería en su bulto, el beso se rompió cuando el moreno apretó ambos pezones al mismo tiempo jalando aquel pequeño montículo de carne hacia afuera, sacándole al pelirojo un largo y tortuoso gemido.
Sus manos se metieron bajo la musculosa del pelirojo, ahora el calor de su piel lo tocaba también en sus brazos y manos, le encantaba como se le marcaba el sixpack en aquella musculosa pero era mejor sentir aquella firmeza piel con piel, agarraba sus pectorales y tocaba sus costillas con sus grandes manos mientras que la yema de sus dedos tocaba sus pezones, el pintor había echado la cabeza para atrás del placer, incapaz de encontrarse en algún lugar fijo.
Sus manos se movieron a los pantalones de Jotaro, metiendo sin ninguna delicadeza ni aviso sus manos dentro de sus pantalones para agarrar su erección y comenzar a masturbarlo, wow Kakyoin, wow, tal vez Jotaro no era el único torturado en estos días, inconscientemente el cuerpo de Jotaro se tiro hacía delante pegándose al pelirojo, viéndose muy incapaz de seguir el beso por los gemidos que invadían su boca, la mano de Kakyoin moviéndose en el lo había hecho perder la cabeza por instantes, tenía que recomponerse.
El pintor se movía rápido por momentos y lentos por otros, viendo atentamente el rostro del moreno, le encantaba como sus cejas se arqueaban o cruzaban según su expresión y ni hablar de lo linda que se veía su boca abierta gimiendo, los pantalones le empezaron a apretar al ver como se le caía la baba de la boca con esa carita tan frágil.  Jotaro no podía ver si el pelirojo se encontraba excitado o no por que su brazo entre medio de sus cuerpos le tapaba la visión y bloqueaba todo lo demás, su respiración cálida chocaba contra el rostro de Kakyoin al abrir la boca para suspirar, aquellos labios tan deseables que no podía evitar lamer y morder suavemente con la punta de su lengua cada vez que este soltaba un suspiro.
Jojo se pego a el y lo beso, incapaz de aguantar tener la boca de Kakyoin sobre la suya solo cuando este quería morderlo o lamerlo, lo necesitaba a todo rato y momento, y no podía permitirse que el llevara las riendas de la situación, tenía que ser el y solo el, sus brazos se agarraron a su cintura levantándolo, metiendo su lengua hasta el fondo haciendo gemir al pelirojo de la sorpresa, haciéndolo cerrar los ojos cuando la calentura lo golpeo de nuevo, sus brazos se agarraron de su cuello y sus piernas se montaron en la cadera de Jotaro, estaba bastante más incomodo de lo que parecía por que el no era tan bajito como para poder hacer eso con facilidad y tenia la espalda muy arqueada, el moreno lo agarro por las piernas justo debajo de su trasero para sostenerlo mejor,  al pegarse de esa manera podía sentir su erección contra su estomago y eso acababa de prenderlo de sobremanera.
El moreno lo sentó sobre una caja, bajándole los pantalones aún con las piernas de Kakyoin rodeando sus piernas y sus brazos colgados, al menos la pequeña distancia y el punto de apoyo que era la caja lo estaba ayudando, de su abrigo saco la botellita de lubricante y se la puso en las manos, haciendo tragar saliva al pelirojo, quien lo miraba un poco intimidado entre toda la excitación. También aprovechando saco su miembro de sus pantalones y se puso el condon, con lo que tenía planeado no iba a tener muchos momentos para moverse, en cuanto se puso lubricante cerro la botellita y la guardo en su abrigo, lamiéndose los labios antes de besar de nuevo al chico.
Entre medio de ese beso donde Jotaro podía ahogar al pelirojo tranquilamente con su lengua, o podía dejarlo mudo por la manera en que succionaba la suya volvió a agarrarlo de las caderas y el chico se agarró con sus piernas y brazos una vez mas para estar sujetado por Jotaro, incómodo y todo pensaba en cómo se verían desde afuera y la situación lo calentaba bastante.
El frió de la pared choco contra su espalda cuando Jotaro lo pego contra esta como punto de apoyo, tal vez era un poco más pesado de lo que parecía pero no lo veía con mucho interés o cansancio para detenerse, un gemido de sorpresa salió de sus labios cuando las manos mojadas de Jojo empezaron a abrir sus nalgas para meter un dedo, de manera bastante brusca y bruta, haciendo que el chico soltara un quejido de dolor, la pose no era de lo mas cómoda y lo entendía pero eso había dolido bastante, después de una semana no iba a estar igual que la última vez que lo hicieron…
No paso desapercibido esto del  moreno quien se separo y le dio un beso en la nariz, disculpándose, para luego bajar su cabeza y apoyarla en el cuello del pelirojo, dando besos cada tanto mientras empezaba a mover el primer dedo en la entrada de Kakyoin, abriéndola dando pequeñas vueltas en círculos, el cuerpo del chico de ojos violetas temblaba frente al suyo sintiéndose extraño por aquella sensación de nuevo, si había algo que prefería descartar del sexo era esta parte, era preparación que si bien era útil era perder el tiempo y solo lo hacía sentir raro, después de  mucho tiempo en lo mismo empezaba a encontrar placer y ahora mismo quería otra cosa…
Sus brazos se abrazaron mas a su cuello cuando el dedo del ojiazul repitiendo el mismo proceso empezó a moverse dentro suyo, sus labios estaban apretados entre si y no podía evitar los escalofríos que le recorrían todo el cuerpo, al cabo de unos momentos dejo de sentirse tan raro como antes, ya se había acostumbrado y seguramente ensanchado, el segundo dedo del moreno empezó a tantear su entrada y se metió, de nuevo solamente a seguir preparándolo para que el pudiera meterse, no hacía mas que quedarse ahí al inicio a moverse lentamente junto al otro dedo, abriéndose cada tanto para expandirlo.
Cuando el tercer dedo se metió Kakyoin comprendió que no lo iba a presionar tocándolo ahí como siempre y…no estaba mal, la idea no le desagradaba, solo quería continuar y volver a tener a Jotaro dentro suyo, tenía muchas ganas de ver como se veía ahora mismo pero su propio cuerpo lo tapaba.
Había 3 dedos en su interior y el pelirojo casi grita cuando los 3 juntos empezaron a moverse de arriba abajo, en una mezcla de sorpresa y sensaciones raras, los nudillos del moreno chocaban contra su piel cada vez que sus dedos subían y bajaban dentro suyo sabiendo que los otros 2 dedos tocaban toda la piel que tenían alrededor sin quererlo, sintiendo la punta de los 3 dedos tocando cada rincón de sus paredes haciéndolo sentir extraño y complacido a la vez, se estaba empezando a sentir bien entre todo aquello, en un pensamiento raro que llego a su mente recordó lo mucho que quería sentir a Jotaro dentro suyo el otro día y tenerlo así en la cama con sus dedos dentro suyo no estaría nada mal…
La mano de Jotaro se retiro, metiéndose entre sus cuerpos para agarrar su miembro y sujetarlo, haciendo magia para que el chico no se le cayera y el pudiera meterse, no volverían a experimentar nada así por un tiempo luego de esto. Se guio a ciegas logrando después de algunos intentos fallidos meterse en el interior del pelirojo, soltando un gemido ronco bastante audible a la par del gemido super agudo y delicado del pintor, el chico le había tironeado del pelo ante la sensación tan deliciosa de el dentro suyo, ni siquiera había notado el dolor, aquel deseo y expectación habían tapado sus sentidos en ese momento dejando lugar solo al placer.
Sin tiempo que perder antes de que Jotaro no pudiera aguantar mas el sostenerlo comenzó a moverse, agarrándolo de las nalgas lo mas posible para no salirse de dentro suyo, después de esto le dolerían las rodillas y los brazos. Intentando tapar sus gemidos sus labios se posaron en su delicado cuello libre de chupones, esa era una cosa que tenía que corregir, Kakyoin con el cuello marcado era algo sagrado para el y tenía que permanecer así, pensó en que se le estaba haciendo costumbre aquello de gemir contra el chico pero no podía evitarlo, sus hombros era de los sitios favoritos de Jotaro.
Cerro los ojos producto del placer, sintiendo la presión en su frente de sus cejas cruzándose y la piel del pintor contra sus dientes, siempre procuraba no morder fuerte pero sabía que por momentos no podía evitarlo, realmente había estado necesitando hacerlo con el pelirojo, con aquel espacio tan apretado y caliente rodeándolo la fricción y el toque lo hacían jadear mientras empujaba fuertemente las nalgas del chico contra su miembro intentando llegar mas y mas profundo. Los pantalones del pelirojo estaban en perfecto estado y sabia que eso lo estaba torturando, esa erección debía ser dolorosa pero no podía parar para preocuparse por el en este momento, empujándose contra la pared una vez mas logro dar una estocada que lo hizo meterse tan adentro que su bello choco contra las nalgas del pelirojo, logrando que este echara la cabeza hacía atrás, se moría de deseo de ver su rostro también…
Las uñas del pelirojo empezaron a rasguñar la tela del abrigo de Jotaro al mismo tiempo que tiraba de su pelo incapaz de aguantar aquellas sensaciones tan fuertes, Jotaro nunca había estado así de brusco e insistente pero no se podía quejar cuando perdía la conciencia cada vez que el moreno le daba con fuerza, una fuerte embestida lo obligo a cerrar con los ojos sin poder contener un grito, no podía pensar en nada mas que en la punta del miembro de Jotaro tocando todo su interior y golpeándolo por dentro, los ojos le daban vueltas cada vez que esto ocurría, su erección le dolía, la tela le apretaba  y no podía moverse para liberarse a si mismo, entre todo ello sentía que se moriría en pleno orgasmo de seguir así.
Las manos de Jotaro empezaron a moverse en círculos en sus nalgas, mordisqueando y moviendo su cuello a la par que sus caderas empezaban a moverse más rápido e insistentemente, haciendo que el sonido de sus pieles chocando llegara a los oídos de ambos aumentando el calor en aquella habitación tan pequeña. Kakyoin no podía hacer mucho mas que gemir, aquella pose no le dejaba tocarlo ni moverse, se sentía totalmente obligado y atrapado entre el cuerpo del moreno y la pared sin poder hacer nada mas que sentirlo dentro suyo, una mordida mas fuerte que las demás lo hizo mover la cabeza a un lado como aviso de que Jotaro empezaría a moverse mas rápido.
Los gemidos de Kakyoin se oían entrecortados, incapaz de encontrarse lo suficientemente estable como para organizar sus pensamientos, sus labios estaban secos y no podía abrir los ojos,  en sus oídos estaban presentes los sensuales y toscos jadeos de Jojo logrando que cada vez que el moreno presionaba sin querer su cuerpo contra el de el lo invadiera un calor insoportable que lo ahogaba.
Cuando la respiración de Jotaro comenzó a acelerarse el chico de ojos violetas pudo saber que este estaba por correrse, su miembro empezó a palpitar dentro suyo y al cabo de unas estocadas mas la sensación de el condon llenándose en su interior los hizo callar a ambos, espero tranquilamente acariciando su cuello que Jojo pudiera recomponerse, a veces se preocupaba de que fueran tan brutos por la manera en que se agitaban y como terminaban, se cegaban demasiado.
El moreno, moviéndose a tambaleos lo dejo sobre la misma caja de antes, separándose para dejarse caer sobre sus rodillas en el suelo, mirando abajo mientras respiraba. Kakyoin no pudo evitar mirar como su boca se entreabría para exhalar e inhalar el aire y sentirse excitado, los labios de Jotaro eran algo que lo podía, al mirar su miembro que se estaba bajando todavía con el condon lleno llevo sus manos a su propia entrepierna y saco su erección de sus pantalones sin ningún cuidado, comenzando a tocarse desesperadamente sin dejar de verlo.
Los sonidos de aquello hicieron elevar la vista al moreno, encontrándose al pelirojo masturbándose delante suyo, la respiración se le detuvo y se acercó a el, era de las cosas más sexys que había visto y lo había estado imaginando así toda la semana, no podía evitar pensar en aquel hombre de alguna manera que no le generara deseo. Kakyoin salto ligeramente cuando la mano de Jojo se poso sobre su erección, sacando la suya propia para acercarse y meterla en su boca.
Después de bastante tiempo Jotaro se la estaba chupando, otra vez, y estaba ciertamente encantado con aquello, no entendía como podía moverse con aquel cansancio que se le notaba tanto en los hombros pero en un momento de sumo placer en el que tuvo que morderse el labio para no gritar se olvido de ello. Abrió los ojos para poder ver a Jojo en frente suyo, solamente lo estaba chupando, sus manos estaban a los costados de su cuerpo y no podía hacer mucho mas pero le estaba sacando tantos gemidos que ya le dolía contenerse.
La boca de Jojo lo inundaba completamente, su saliva se sentía muy bien ayudando a que subiera y bajara alrededor de su duro miembro, los labios del moreno lo hacían cerrar los ojos cada vez que intentaba verlo, estaba luchando por mantener su conciencia lo mas activa posible para ver a Jotaro, necesitaba verlo así mas seguido o durante mas tiempo, o eso pretendía hasta que su lengua entre esas subidas y bajadas comenzó a recorrer sus venas.
Los contornos del rostro de Jojo se ahuecaban entre medio de aquella chupada, haciéndolo ver el doble de sexy, veía sus ojos entrecerrados y notaba lo lindas que eran las pestañas de Jotaro en ese momento haciéndole justicia a ese rostro tan hermoso, en medio de una succión a Kakyoin se le pusieron los ojos en blanco, tirando la cabeza para abajo jadeando como si le estuviera recuperando el aire después de un gran ejercicio.
Cuando los labios de Jotaro se posaron en su punta dándole algo muy parecido a un beso su entrepierna comenzó a sentir una presión, haciéndolo saber que el orgasmo llegaría pronto, la boca de Jotaro volvía a rodearlo, la calidez y humedad de su boca no lo hicieron resistir mucho mas logrando que cuando el moreno lo empezara a succionar Kakyoin se viniera en su boca, tomándolo totalmente por sorpresa, soltando un gemido mudo gracias a que se estaba mordiendo los labios.
Jotaro retrocedió un poco, llevándose una mano a la boca totalmente sorprendido, el liquido caliente se movía dentro de su boca, lo trago sin saber que mas hacer y vio al pelirojo, sus brazos estaban sobre su frente tapando su rostro, no estaba gimiendo pero su rostro subía y bajaba violentamente. Había disfrutado de aquello, necesitaba hacérselo desde hace ya varios días por que siempre que veía el miembro del chico se tentaba demasiado, pero en cualquier momento que quisiera hacérselo la oportunidad se perdía o prefería hacer otra cosa.
El moreno se saco el condon para cerrarlo y empezar a acomodarse la ropa, miro su reloj y por suerte todavía no habían pasado 40 minutos, Jolyne a lo sumo saldría en unos 10, lo cual suponía ya que al afinar la oreja podía oír todavía el ruido de la bañera de hidromasajes. Miro a Noriaki enfrente suyo, aún en el mismo estado frenético de antes, así que se levanto y le acaricio la mejilla, dándole un suave beso en los labios, aún sin poder verlo a los ojos el pintor le sonrió en el beso, dándole el ok a Jotaro para salir de la habitación.
En cuanto tiro el condon y se lavo las manos y poco mas en la cocina se tiro sobre uno de los sofás de la sala, estaba agotado, pero antes de querer cerrar los ojos el chico de ojos violetas había salido de aquel armario dirigiéndose a la cocina para repetir su mismo proceso en…otras partes…le dio un poco de vergüenza mirarlo en algo tan así…intimo y volteo la mirada, ya se empezaban a tener confiancita?
Kakyoin miro a Jotaro recostado en el sofá y se sentó en el suelo, apoyando sus brazos encima del pecho de este, el moreno volteo a verlo y no pudo evitar sonreir cuando encontró al pelirojo con una carita tan boba.
-Te quiero –susurro Kakyoin, dándole un beso en la mejilla al moreno, quien tomo sus brazos suavemente sin sacarle la mirada.
-Ven –el pintor le miro confuso –encima mio –vio como se paraba y se sentaba sobre sus piernas, Jojo le tironeo de los brazos y Kakyoin se recostó sobre su pecho, entendiendo sus intenciones, jugando con su ropa y tironeando de esta mientras oía su corazón latir.
Una calidez le inundo el pecho cuando vio la bola de pelos roja del chico enfrente suyo, se dispuso a acariciarle el pelo y la espalda, con suavidad, sin despeinar su larga y lacia coleta.
-Te quiero, Jotaro – dijo una vez mas el pintor, había caído ahora como un idiota que no le respondió, no podía evitarlo si verlo tan lindo lo desconcentraba a cada segundo.
-Yo también te quiero
Los 2 se sintieron aliviados, Kakyoin por escucharlo y poder sentirse agusto con aquellos sentimientos y Jotaro…por poder expresarlos, sin miedo del rechazo o de la incertidumbre de nuevo, esta vez con total seguridad de que eran correspondidos y verdaderos.
A los 5 minutos Jolyne salió del baño, encontrándose a la parejita muy cómoda en el sillón.
-Puedo yo también? –dijo alegre corriendo hacía ellos 2, Jotaro tiro la cabeza para atrás, cansado, ahora tendría que moverse para hacerle espacio.
-Te secaste el pelo? –pregunto su padre con pesadez.
-Sip –la niña empezó a jugar con la toalla que tenía en su cuello.
-Apagaste la bañera como te dije?
-Sip –era su momento, su padre no podía decirle nada.
Pero el timbre sonó, Jojo siseo hastiado por el ruido tan molesto del timbre, así que Kakyoin sin levantarse le pidió a Jolyne que le pasara el teléfono del timbre, al ver que era el delivery, compartió una mirada con Jotaro, ninguno de los 2 tenía interés de ir y mucho menos ganas de levantarse, así que mentalmente decidieron lo que sería mejor para todos.
Jotaro saco de su billetera 2 billetes y se los dio a Jolyne.
-El billete mas chico es tuyo, el mas grande es para el delivery, ve a buscar tu el sushi –Jolyne estaba por replicarle que no quería ir pero una sonrisa cálida de Kakyoin cambió la situación.
-Es una buena oportunidad para que empieces a pagar cosas Jolyne –dijo Kakyoin mirándola a los ojos, llenando de seguridad a la muchachita, quien abrió la puerta y bajo por el ascensor.
A los 5 minutos estaban los 3 recostados sobre el sofá, el pelirojo tenía una caja de sushi sobre la espalda y Jolyne y Jotaro lo estaban alimentando ya que el no se podía mover. Quizá le habían puesto demasiada salsa de soja,
La felicidad era solo un poco de todo lo que sentía ahora mismo.
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nosnhaymas · 5 years
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The World of the Guard
Cap. 3 Como perro y gato
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Espero Leonardo a que apareciera Ayano para comer juntos, suspiro al ver que no había respuesta despues de un rato, tomo una tortilla y empezó a comer, al terminar llevo el plato a lavar y tapo el otro plato, tomo una manzana, la lavo y se la comía mientras tomo el canasto de ropa y se lo llevo arriba a los lavaderos, al subir vio que Ayano estaba mirando a la calle con su cabello ondulado moviéndose por el viento que soplaba.
—Estas aquí, ammm, ¿Aquí te quedas?. —Si —contesto seca. —Prepare bistec a la mexicana, te guarde un plato, puedo calentarlo para que comas, igual algunas tortillas. —Estoy bien así, gracias. —Se que no nos conocemos, pero aun así la gente debe ser solidaria con los demás —Ayano entonces volteo a verlo. —Los humanos nunca han sido solidarios, siempre causaban desastres, siempre los causan, desde que aparecieron hasta ahora —camino viendo enfurecida a Leonardo—, nunca cambian. —¡No todos somos así! —replico Leonardo azotando el canasto al piso aun sintiendo miedo a ella—, que la mayoría sea así, no significa que no haya gente buena.
Ayano solo cruzo los brazos y veía de nuevo a la calle, Leonardo suspiro molesto y se dispuso a lavar su ropa sucia en el lavadero de piedra, cada prenda al estar ya lavada la llevaba adentro de un pequeño cuarto donde se encontraba una centrifuga y ponía la ropa para quitarle el exceso de agua. En lo que esperaba veía que Ayano no se movía de su lugar, saco su ropa y la tendió. Ya empezaba el sol a ocultarse y un maullido se oía, Leonardo no puedo evitar investigar de donde venia y veía a la gata del edificio de al lado estar debajo de los lavaderos.
—Awww... hace tiempo que no te veo Bizcocho —decía mientras acariciaba a la gata. —Ugh... neko —Ayano se volteaba disgustada. —¿Uh? ¿Que dijiste? —Volteo a ver a Ayano. —Dije 'Neko' significa gato, es japones. —¿Hablas japones? —pregunto mientras cargaba a la gata. —Es mi idioma natal y... ¡UGH! ¡No tengo porque hablar esto contigo!. —Esta bien, esta bien, no te enojes, solo preguntaba. —Pues ¡No vuelvas a preguntar!. —Bueno, entonces no contestes si no quieres, eso seria mas sencillo y comprendería si no quieres contestar.
Leonardo llevaba la gata abajo tomada con un brazo y con el otro la canasta de ropa, llego a su departamento y entro, soltó a la gata y fue a explorar como siempre hacia, Leonardo fue al mini-refri donde saco un sobre de wiskas y en un traste chico que era de crema echo las wiskas y croquetas para gato, movió el traste y la gata de inmediato fue a por el a comer.
—Eso, tranquila, come con calma.
Leonardo acariciaba su lomo mientras comía la gata de color hueso con una mancha café en su oreja izquierda y en la punta de su cola, sus ojos eran azul celeste y almohadillo de sus patas era un ligero rosado. Ayano mientras estaba arriba se disgustaba mas, a ella no le gustaban los felinos prefería los canes, recordó entonces que ese día mientras estaba tras el espíritu, había visto a esa manada de perros callejeros que asustaron al gato que defendió Leonardo. Ella había distraido un momento con ellos, los había encontrado en un parque mientras bebían agua de una fuente, ella estaba casando lagartijas y chapulines para comer, hasta que vio a los perros, se acerco y los perros emocionados querían jugar con ella, Ayano lo que hacia era educarlos pero la mayoría no sabia que les pedía y solo uno trataban de entenderla, en eso fue cuando vieron al gato y salieron tras él, Ayano no pudo detenerlos y siguió su trabajo, quien diría que se toparía de nuevo con los perros y con el "Humano Rosantino". Ella entonces sintió hambre, solo había tomado el té durante todo el día y no se topo con ninguna lagartija o chapulin para comer, ella trataba de negarse ir abajo a tocar la puerta de Leonardo y aceptar comer lo que preparo, una hora mas tarde el hambre seguía molestándola, tratando de no pensar en eso se puso a meditar, respirando tranquila hasta sentir su estomago estremecerse, tratando de calmarse siguió meditando pero esta vez al respirar sacaba un aire frió intenso, se levanto y vio que había congelado el lugar donde estaba.
—Maldición.
El hambre no puedo contenerse, Ayano necesitaba nutrirse, igual ya estaba cansada de solo comer pequeñas lagartijas, con todo y su orgullo, bajo de en poco por las escaleras de piedra, asomo un poco la vista a que nadie le viera y al estar despejado siguió su camino hasta la puerta de Leonardo, donde se quedo parada en la puerta, no era capaz de tocar, su orgullo se lo impedía y estaba en contra aun así del hambre. Ayano trago saliva y cuando iba a tocar con sus nudillos, Leonardo estaba por salir con la gata en brazos.
—Ah... Ayano... eh, ¿Que... se te ofrece?. —Solo... ¿A donde vas tú?. —A dejar la gatita arriba para que vuelva a su casa. —Esta bien —dijo mientras le daba el paso. —¿Quieres venir? acompaña me, bueno, si quieres.
Ayano no dijo palabra y asintió, siguió a Leonardo a dejar a el gato arriba donde llego. Leonardo acaricio su lomo por ultima vez y la gata se fue mirando atrás cuando llego al otro edificio, Ayano veía de reojo a Leonardo quien se haya despidiendo al gato.
—Lo siento —dijo Ayano. —¿Eh? —volteo crédulo Leonardo. —Por hablarte hablado de esa forma.
Leonardo la miro y sonrió leve, diciendo 'no hay problema', bajaron juntos y la invito a pasar, Ayano estaba apenada que mantenía la mirada abajo cómo un perro con la cola entre las patas, Leonardo tomo el plato donde le sirvió comida y lo calentó en el microondas, Ayano veía la silla, hasta oír el ruido del microondas.
—¡¿Que es eso?! —reclamo con su cabello erizado. —Es la hum... alarma podría decirse, del microondas, así suena cuando termina de calentar la comida.
Ayano se acercaba a ver, Leonardo sacaba el plato y el olor de la comida atrapo a Ayano haciendo que chillaran sus tripas, Leonardo saco una pequeña risa, puso el plato en la mesa y calentó a fuego alto unas tortillas y coloco loa cubiertos.
—Listo, comé.
Ayano tomo los cubiertos, tomo un trozo con la cuchara y al probarlo, tomo más muy hambreada comía el arroz y la carne.
—¿Tienes más? —decía aun con la mirada baja—, por favor. —Si, enseguida te doy más, —tomo su plato y calentó mas comida—, oye, no has tomado ninguna tortilla, ¿No te gustan?. —No se que es una tortilla, nunca e comido eso. —¡¿QUÉ?! ¡¿DE VERDAD?! ¡OH POR EL AMOR AL CIELO DE LO QUE TE HAS PERDIDO! —tomo una tortilla y se la mostró—, mira, esto es una tortilla esta echa de maíz, la enrollas y te la comes —Leonardo le mostraba como se comía la tortilla e igual hizo lo mismo. —Pero sabe mejor que le pongas comida, ¡Anda!. —¡Esta bien! Ya voy la que come soy yo.
Ayano preparo la tortilla con la comida y solo de probarlo le encanto más y preparo otra, Leonardo le sonrió y se le quedo viendo, cuando Ayano termino vio a Leonardo y se inclino como forma de agradecimiento y le dijo.
—Arigato, Humano Rosantino. —¿Eh? Disculpa yo... no. —Dije 'gracias' en japones. —¡A-Ah! Y-ya je no es de nada, ademas puedes llamarme Leonardo, no es necesario Humano Rosantino. —Rosantino... Rosantino esta bien, te dire por tu apellido. —Si ehhh... bueno ya es muy tarde, oye si de verdad no tienes donde dormir... puedes quedarte en mi cuarto, no es molestia yo puedo dormir en el sillón, como la otra vez. —Gracias, pero, no gracias, puedo dormir a la intemperie. —Pero... te dará hipotermia durmiendo afuera en el frió. —Estoy bien así, no necesitas preocuparte por mi. —Bueno... dijiste que te quedarías a cuidarme hasta que te hablen... y por lo que parece, no se ve que hayas comido, ¿Cuanto llevas asi? —Ayano bajo mas la cabeza con la pregunta. —Dos semanas. —¡¿DOS SEMANAS?! ¡¿Y QUE ES LO QUE HAS ESTADO COMIENDO?! —Lagartijas y... chapulines —contesto rasgando su rodilla. —Agh... eso es ah... . —No digas nada, ¿Esta bien?. —Eh... esta bien, bueno... —ambos quedaron en silencio, Leonardo pensaba en que hablar y Ayano se sentía avergonzada por contestar sus preguntas, en eso Leonardo vio el reloj que marcaban las 7. —Bueno, puedes quedarte aquí, comer, dormir... esas cosas, no hay problema si no quieres. —Ayano volteo a verle. —Solo comida, eso esta bien. —Ammm... ok, bueno voy... tengo que ir por el pan, ¿quieres acompañar me?. —Bien.
Leonardo se levanto por su bolsa de mandado y una bolsa de plástico echo sus llaves y tomo dinero de su cartera. Ayano lo siguió y ambos salieron a la calle, mientras caminaban Ayano veía un poco como era, algunas partes de la banqueta estaban trozadas por las ramas de un árbol, estaban sucias, algunas basuras en las orillas junto a las hojas de los arboles y ceses de animales. Llegaron a un local llamado "Pan del sol", Leonardo saludo a la señora que atendía.
—¡Buenas noches!. —Buenas noches ¿Qué vas a llevar? —dijo la señora. —Siete bolillos por favor -vio el mostrador seleccionando un pan de dulce—, y una trenza y... Ayano ¿Qué quieres comer?. —Yo no conozco, elije tu —respondió Ayano. —De acuerdo, bien humm... y me da un ojo por favor —la señora le entrego el pan y Leonardo pago, reviviendo el cambio ambos fueron camino de regreso. —Ese gato... ¿Por que le das de comer? —pregunto Ayano. —Porque me gustan los gatos, de niño cuando veía a un gato rondar cerca, ponía un plato con pan o leche a que lo comiera. —Hummm. —Pero... siempre Edith quitaba los trastes y tiraba la comida, nunca le gustaron los gatos, ni ningún otro animal. —¿Ella era tu madre?. —No -respondió seco pero continuaba con su misma mirada al frente-, pero la gata que viste se llama Bizcocho, es del edificio de al lado, no se quien es su dueño, me tope con ella cuando llegue, lleva siempre su collar gris y su placa con su nombre y el numero de su casa. —Adivino le diste de comer y siempre iba a verte. —Casi —saco unas sonrisas-, no le caía bien al principio, ella rondaba por los lavaderos, cuando la vi intente acariciarla, pero se ponía a la defensiva, intente darle de comer, pero no lo aceptaba, entonces seguí intentando, cada día que pasaba, un día, en época de lluvia ella no pudo regresar a su casa, se había mojado, iba a darle hipotermia, estaba metiendo mi ropa rápidamente hasta que la vi, debajo del lavabo intentado cubrirse de la lluvia, baje rápido mi ropa y fui por una toalla a cubrirla. —Y te rasguño —lo interrumpió. —Si, me rasguño los brazos, pero la cubrí y la metí a mi casa, al meterla ella salio rápido corriendo debajo de mi cama se oculto, intente calmarla, pero seguía alterada, tome una caja que tenia guardada y con harapos viejos le hice una cama, le puse leche caliente y croquetas con wiskas, me cambie de ropa en el baño y cuando fui a ver... ella olio la comida y empezó a comer, no quise asustarla así que dormí en el sillón, a la mañana siguiente ella estaba detrás de mi espalda temblando, la tome con calma y la seque, la recosté en la cama a que se recuperara, le puse mas comida y me fui a la escuela, al volver ella seguía durmiendo vi sus platos y había comido, cuando iba a salir del cuarto ella maulló, me acerque a verla si no tenia algo y estaba asomando su cabeza para acariciarla, desde hay le simpatice.
Llegaron a casa y Ayano se sentó en el sillón sobre sus piernas, Leonardo puso la tetera y puso 2 tazas, saco el pan y le dio un mordisco a su trenza.
—Eso que trajiste, ¿Qué es?. —Es pan de dulce, me gusta mucho las trenzas, las novias, los panques, son deliciosos, también lo es el ojo, el pan que te traje, ¿Qué té quieres? Tengo manzanilla y manzana con canela. —¿No tienes té verde?. —No, lo siento, café si quieres. —Té de manzana —Leonardo sirvió el té y al lado de la taza dejo la azúcar, Ayano veía adentro de la taza la bolsita del té—, ¿Qué es... eso?. —La bolsa de té, adentro tiene las hierbas. —Humm... ¿debo comer la? —No, no. Pero si quieres puedes sacarla y echarle azúcar.
Ayano la saco y probo el té sin azúcar, Leonardo comió su pan y ella el suyo, comieron tranquilos y al acabar Leonardo lavaba los trastes, Ayano agradeció y fue a la puerta.
—Saldré a vigilar. —Esta bien, ammm... hasta mañana. —Hasta mañana Huma... Rosantino.
Ayano se despidió y fue arriba a ver la ciudad mientras oyo un maullido era Bizcocho quien la veía sentada en la barda se acerco a ella y la veía directa a los ojos, Ayano recordó lo que le dijo Leonardo y le dio su mano, Bizcocho acaricio su mano con su cabeza.
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stmac3 · 5 years
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8
Cuando colgué el teléfono, apagué la luz y me quedé a oscuras unos minutos, con la sensación de haber dicho todo lo que tenía que decir, pero con la curiosidad de haber escuchado las explicaciones de Pedro Pablo. Pero era mejor de esta manera.
Cuando pensé en esto sentí como una presión en el pecho que no había sentido antes y ganas de llorar, traté de aguantarlas, pero no pude y así fue como me dormí.
A la mañana siguiente me desperté temprano muriendo de sed, salí de mi pieza a la cocina a buscar agua y me encontré a Gonzalo preparando una bandeja de desayuno para él y Cristian, se sorprendió de verme tan temprano despierto, me ofreció desayuno.
-Gracias Gonza, no tengo hambre, pero me muero de sed.
-No me puedo imaginar porque- dijo riendo.
-Lloré toda la noche.
-Ay huevón! Perdona, yo lo decía porque igual estabas un poco pasado anoche.
-Si también...
-Bueno, ahora necesitas distracción. Estábamos pensando ir a almorzar a Viña a la casa de la Sole, porque no vienes con nosotros? Así aprovechas de tomar aire fresco y te distraes. Volvemos en la noche tarde directo a dormir para levantarnos temprano mañana.
-No estoy invitado a la casa de la Sole- respondí serio.
-Y desde cuando necesitas invitación para ir a su casa? Por supuesto nosotros tampoco estamos invitados, la iba a llamar ahora para decirle que queríamos ir. Pasamos a comprar unas empanadas a la picada de Curacaví y listo. Después nos vamos a pasear a Valpo o Concón. Va a estar feliz de verte.
La Sole era la amiga en común que nos había presentado hacía un par de años en Viña, era un par de años mayor que yo, vivía sola y en ese momento no estaba estudiando ni trabajando, vivía de las rentas.
-Supongo que sería mejor que quedarme solo acá pensando tonteras.
-Listo! Nosotros desayunamos rápido para salir luego y llegar tipo una a su casa. Anda a ducharte y hazte algo en esa cara que pareces muerto! -dijo tratando de hacerme reír.
-Muy gracioso- respondí serio pero en broma.
Mientras estaba duchándome pensé que como todavía me quedaban dos días libres y mejor me quedaba en Viña, así además veía a mi familia. Luego preparé una mochila con lo indispensable para dos días.
Cuando íbamos bajando al estacionamiento Cris me dijo
-Que bueno que viniste! Así te vas a delante con Gonzalo y yo me voy durmiendo atrás.
-Que dulce eres, gracias por preocuparte por mi- le dije riéndome.
-Este se sube al auto y se duerme, es súper buen copiloto- añadió sarcásticamente Gonzalo.
-Que bueno que te quieras dormir, porque tengo en la mochila el cassette de Björk y me voy a ir cantando todas las canciones a todo volumen, cierto Gonza?
-No me las sé, pero te hago los coros, jajajaja!
-Ay, par de huevones pesados, me voy a poner tapones en los oídos, porque Gonzalo es lo más desafinado que he escuchado en mi vida!
Nos reímos mientras nos subíamos al auto de Gonzalo.
En un par de horas estábamos sentados en la terraza de la casa de la Sole mirando el mar y tomando pisco sour. Al principio preferí agua, pero Gonzalo me conoce bien y me llevó una copa igual.
-Al primer sorbo se te va a ir la caña.
-Por quien me tomas?
-Te conozco, además de que te preocupas? Mañana no trabajas y si te quieres quedar puedes descansar y dormir a pata suelta.
-Dime por favor que te vas a quedar acá- dijo entusiasta Sole.
-No sé, pensaba irme en la noche donde mis papás. Igual ni les avisé que venía a Viña. Salió todo de improviso. Cómo todo en mi vida estas últimas semanas.
-Ya no seas dramático- dijo Cris- igual te han pasado cosas, pero no tan mala onda como lo que me pasó con mi mamá.
-Cierto!- dijo Gonzalo.
Después la Sole quiso saber todos los detalles de lo que le había pasado a Cristian.
-Y a ti, flacuchento? Qué te pasó?-la Sole me decía así desde que nos hicimos amigos, por razones obvias.
-Pasando por que como sabes la cosa con el amigo de mi hermano, donde vivía, se puso mala onda y Gonzalo me rescató. Eso fue porque un día no llegué a dormir y se puso mal rollo. Ese día no llegue porque me quedé a dormir con un compañerito de trabajo. La cosa se puso romántica, nos fuimos a Nueva York, onda pololos y anoche fuimos al cumpleaños de un amigo de Gonzalo...
-Un estúpido- añadió Cris.
-y resulta que el cumpleañero es el pololo de mi compañerito-añadí.
-Oh! Que mala onda!- dijo ella-Entonces mejor que te quedes aquí, así te despejas, tomes aire puro, te relajas y en la noche hacemos un carretito en plan tranquilo, te tinca? Mañana te puedes ir a mediodía a la casa de tus papás.
-No es mala idea, ves?- Me dijo Gonzalo- cuando es tu próximo vuelo?
-El miércoles en la mañana a Río.
-Ay, desgraciado! Sacando pica y una acá encerrada en este pueblo! No voy ni a Santiago!
-No te mueras de envidia, es ida y vuelta!- le respondí.
-Ademas no vas de puro floja- le dijo Gonzalo- Me aburrí de invitarte, y ahora sonaste, porque ya no hay pieza de invitados.
-Te puedes quedar conmigo en mi pieza cuando quieras- le dije sonriendo.
Almorzamos en la terraza y después nos fuimos a caminar por el cerro alegre, después a Gonzalo se le ocurrió ir a la Roca Oceánica entre Reñaca y Concón. De vuelta la Sole ofreció hacer ñoquis para la comida. Así que pasamos al supermercado a comprar un par de cosas que faltaban y unas botellas de vino.
Cuando llegamos a su departamento se puso a hacer unas llamadas en su pieza mientras nosotros tres estábamos en la terraza conversando.
Al rato volvió y me pidió que le sirviera una copa de vino porque se iba a cocinar.
-Yo no me pienso ir sin comer ñoquis-dijo Gonzalo.
-Pero no puedes tomar una gota de alcohol- replicó Cris-Soy demasiado joven y bello para morir trágicamente en un accidente de auto causado por un ebrio al volante.
Todos reímos del dramatismo habitual de Cris.
-Obvio que no voy a tomar nada. No voy a tomar nada después de la cerveza que me vas a traer tu, Alvarito lindo!
-Solo una- le recalqué.
Me fui al refrigerador a buscar una cerveza para Cris y otra para Gonzalo. La Sole ya estaba tenía entre las manos una cantidad grande de masa.
-No será mucho?- le dije mirando la bola de harina que estaba estirando en el mesón de la cocina.
-No, vienen unos amigos también a comer.
-Ah, pensé que íbamos a ser nosotros no más. Quienes son?
-Ex compañeros de universidad, la Paula que ya conoces, Andrés y Juan Pablo. Ellos son mis amigos gay de la U, son muy simpáticos.
Ya eran casi las ocho y aún había sol. Llevé las cervezas y me senté al lado de Cris a mirar la puesta de sol.
-Y tu, no vas a tomar nada?- Me preguntó.
-Más rato me tomo algo-Dije pensativo.
Ellos se pusieron a hablar de cosas de trabajo de Gonzalo, pero no escuché nada, estaba concentrado en mis pensamientos. En qué iba a hacer la próxima vez que me encontrara con Pedro Pablo, que le iba a decir, cómo iba a reaccionar. Volví de mi ensimismamiento cuando sonó el timbre del departamento.
-Ay, ya llegaron estos huevones-dijo Gonzalo.
-Te caen mal?-pregunté para saber a que atenerme.
-No, para nada, pero son muy intensos. En realidad son bien simpáticos- una vez que Cris se paró a abrir la puerta porque la Sole estaba con harina hasta en la cara, me dijo al oído - Me comí a uno.
-Y eso?- pregunté con curiosidad.
-Fue antes de Cris, en un Año Nuevo aquí, nadie más sabe, excepto la Sole.
En eso estaban entrando los invitados.
-Cuál fue?
-Bah, copuchento!- Me dijo riéndose mientras Cris se acercaba con el grupo de recién llegados.
Traté de ver algún indicio en las caras de Gonzalo y los invitados para ver quien podría haber sido, pero nada.
Todos saludaron sonriendo y tonteando entre ellos, me sentí un poco intimidado porque todos se conocían.
-Nadie va a venir a saludar a la cocinera?-Sole gritó desde la cocina. Todos se rieron- Está bien, yo voy- dijo mientras salía con las manos llenas de masa y harina tratando de tocarles las caras.
Se armó una pequeña estampida de tres personas tratando de huir de las manos de Sole.
-El rostro no!- gritó uno.
-Ni se te ocurra tocarme el pelo-dijo Paula riéndose.
Se abrazaron y besaron todos al mismo tiempo, Sole con los brazos extendidos para no tocar a nadie con las manos llenas de masa.
Me fui a la cocina con la Sole para ayudarle a terminar más rápido. No tenían idea de hacer nada, pero me ofrecí con ganas de aprender.
-Mi nonno me enseñó a darles la forma a los siete años, si una cabra chica de siete puedes, tu también- Me dijo cuando notó mi nerviosismo.
-Y si no me quedan bien?
-Mala suerte, además en el plato entre los otros no se van a notar, vas a ver qué es fácil agarrar la técnica- Me dijo tranquilizándome- tómate una copa de vino conmigo y te van a salir preciosos!
Hicimos un brindis mientras empezábamos a darle forma, ella hacía un rollo largo de masa, lo cortaba en trocitos casi exactos y yo con un tenedor los aplastaba haciendo una pequeña especie de voluta. Al principio me salieron un poco raros, pero después de un rato empezaron a salir todos iguales. Después de una media hora ya teníamos un ritmo de producción industrial.
En la cocina Sole era incansable, mientras había estado cocinando las papas para la masa, había sacado del congelador una salsa de tomate que hacía ella misma según la receta de sus abuelos italianos. La había puesto en una cacerola grande a fuego muy bajo para que se descongelara. Hicimos una pequeña pausa y me acerqué a ver cuanta salsa era, porque temía que fuera poca cantidad, al abrirla me di cuenta que incluso sobraría.
-Y toda esta salsa? La tenías guardada por si venía el apocalipsis zombie y tenías que quedarte encerrada aquí para siempre?
-Jajajaja...es que hago una vez al mes una cantidad importante para tener guardada y para ocasiones cómo esta.
Me acerqué a probarla, mientras ella sacaba una olla más grande aún para cocinar la pasta.
-Todas estas ollas son heredadas de mi nonno, los domingos cocinaba desde temprano para todo el familión.
-Alcanza para un regimiento!
-Más o menos, en este caso va a estar perfecto.
En ese momento entró Andrés a la cocina a buscar algo para tomar.
-Cómo están los cocineros?
-Casi listos, en una media hora sale la pasta. Así que empiecen a poner la mesa-Ordenó la chef.
-Pucha, yo venía a buscar algo para tomar y a acompañarlos.
-Ya, tómate algo y ofrécenos a nosotros que estamos secos!- respondió mientras sacaba cosas del refrigerador y controlaba todo a su alrededor para empezar a cocer los ñoquis.
-Que tomas, Sole?
-Vino tinto y el flacuchento también.
-Tienes copa, flacuchento?-Me dijo sonriendo Andrés.
-Si, pero está llena de masa y pegajosa. Me llamo Alvaro.
-Mucho gusto, Alvaro flacuchento.
-Oye, deja de huevearlo, yo soy la única autorizada para decirle así.
-Ay, que egoísta, no te molesta que te diga así, cierto?- Me dijo guiñándome un ojo.
-Prefiero Alvaro- respondí sonriendo.
-Viste?
Todos nos reímos.
En un rato estábamos sentados en la mesa. Propusieron un brindis por los cocineros, tuve que aclarar que yo no sabía nada de cocina y que la Sole me había enseñado a darle forma a los ñoquis y que los primeros me habían salido harto feos.
-Aquí está la muestra- gritó Cris levantando su tenedor donde había uno que parecía caca de gato.
-Pero el resto están perfectos-Dijo Sole- así que salud!
Gonzalo estaba tomando agua y prometió que la próxima vez ni de broma tomaba agua, que prefería quedarse a dormir y levantarse a las cinco de la mañana.
Después de comer nos sentamos en el living a conversar. La Sole cerró el ventanal porque los vecinos se quejaban usualmente por el ruido, sobretodo los domingos.
Al rato Gonzalo me hizo una seña para decirme que ya partían a Santiago. Se empezaron a despedir y Andrés preguntó porque “nos” íbamos tan temprano.
-Yo no me voy, bajo con ellos a buscar mi mochila que está en el auto de Gonzalo.
-Siiiii...mi flacuchentín se queda a dormir aquí hoy!
Cuando volví de ir a buscar mi mochila y despedirme de los chicos, estaban todos sentados en la alfombra sentados en círculo. Juan Pablo estaba encendiendo una pipa, por el olor me di cuenta inmediatamente de que era marihuana.
Fui a la cocina a buscar más vino, pero no quedaba. Así que saqué una cerveza.
Cuando volví, me senté también sobre la alfombra y Paula me pasó la pipa.
-No, gracias. No puedo.
-Porqué? -preguntó
-Por mi trabajo, hacen test de drogas- respondí
La Sole añadió:
-Es que es sobrecargo!
Todos se me quedaron mirando y empezaron a bombardearme con preguntas. Que cuánto tiempo llevaba, que si conocía a tal o cual persona, que dónde eran mis vuelos habitualmente, si era cierto que había gente que tenía sexo en los baños, si alguna vez había tenido una emergencia, etcétera.
-Llevo recién un poco más de un mes, en un año pregunten todo lo que quieran- respondí riéndome.
Cómo a las once y media de la noche Andrés miró a la Sole con cara de complicidad mientras se paraba y caminaba al pasillo que llevaba a los dormitorios y le dijo:
-Puedo?
-Pero es domingo! Le respondió ella fingiendo estar enojada.
-De que hablan?- pregunté
-Es que este quiere sacar el whisky que tengo en el closet del pasillo, todos quieren?
-No! Yo ya me voy. Mañana tengo una entrevista de trabajo- respondió Paula. Al tiempo que se despedía de todos.
Juan Pablo aceptó y la Sole también. Yo preferí quedarme con la cerveza, por mientras.
Cuando nos quedamos los cuatro Juan Pablo le preguntó a Andrés por lo de “después”. La Sole los quedó mirando intrigada:
-A ver? Qué está tramando el parcito? Ya saben que me carga que empiecen con sus conversaciones en clave, sobretodo frente al resto. Eso no se hace!
-Siempre nos retas por lo mismo!
-Porque siempre hacen la misma estupidez, tontín!
-Ya, está bien. Lo qué pasa es qué hay una fiesta en Valparaíso de unos cabros que conoce el Andy. Y teníamos ganas de ir.
-Podrían haber partido por ahí e invitarnos, te tinca?-Me preguntó la Sole
-No sé.
Andrés se me sentó al lado y me empezó a contar de que se trataba. Luego del incendio de la Divine no había que hacer y generalmente organizaban fiestas clandestinas en casas o lugares que arrendaban por la noche. Ese día Domingo era en la casa de un amigo suyo que estudiaba teatro y era bien diverso el ambiente. Generalmente hacían alguna performance y era solo con invitación, por lo que solo iban conocidos y amigos de los invitados a esta fiesta. Era en una casa antigua del cerro Concepción.
Al final decidimos ir todos, la Sole echo en su cartera la botella de whisky nos subimos al destartalado auto de Juan Pablo y partimos a Valparaíso, pasamos a comprar cervezas, porque había que llevar lo que cada uno iba a tomar.Nos esperaba una noche muy divertida y particular.
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daicrystal4 · 6 years
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Una nueva tradición
Klance, Percy Jackson AU También en ao3  
--o--
― ¡Eh, Hades! ¡Ten cuidado con las sombritas! ¡No vayas a tropezarte y caer al agua!
―Afrodita. ¿Por qué no estoy sorprendido?
―No sé. ¿Por qué no estoy sorprendido de que te escondas en las sombras? Sal de ahí y hablemos, Keith.
― ¿Y dejar que me embrujes? No te ofendas, pero paso.
― ¿El modo difícil entonces? No voy a dejar que tomes la bandera.
―Adelante, Lance.
Tomaron sus armas y cargaron uno contra el otro, sonriendo ante cada movimiento. Keith, un hijo de Hades, era increíble con su espada. Si bien Lance, un hijo de Afrodita era mucho más hábil con el arco, también era bueno en combate cuerpo a cuerpo.
Pero aun así Keith era mejor.
― ¿Qué tal dos de tres?
-o-
Keith no podía ver, sólo se guiaba por el instinto. Uno de los monstruos que había entrado al campamento lo había herido. Podía escuchar a Pidge y Hunk, dos brillantes semidioses, hija de Atenea e hijo de Hefestos, trazar un plan en segundos para acabar con el monstruo. Shiro, hijo de Zeus, lidiaba con otros. Allura, hija de Apolo, lo ayudaba. O sea, que sólo quedaba una persona disponible para ayudarlo en ese momento.
― ¡Lance!
― ¡Estoy en ello!
A los pocos segundos el monstruo paró en seco, una flecha lo había atravesado. Keith se giró y lo acabó con su espada. Lance sonreía. Su precisión había mejorado en las últimas semanas, había cambiado de su arco normal por uno que la misma Afrodita le había regalado. Al principio no era bueno con él, pero ahora era sobresaliente. Lance usualmente fallaba cuando probaba armas nuevas, pero una vez que lo perfeccionaba era imparable.
Era increíble lo mucho que había cambiado en poco tiempo.
Se habían conocido en la secundaria. Keith siempre estaba solo o metido en peleas, y Lance siempre convencía a la gente de hacer lo que quisiera con sus encantos, pero cuando había intentado convencer a Keith de hacer su tarea no le había funcionado. Eso se había transformado en una rivalidad en la que Lance intentaba convencerlo de cualquier cosa, y luego pasó a ser una amistad al pasar tiempo juntos. Cuando en una fiesta (A la que Lance lo convenció de ir) Keith besó a un chico y alguien lo vio. Las noticias no tardaron en expandirse por toda la escuela, y fue esa la primera vez que usaron sus poderes y por consecuente terminaron atrayendo a un monstruo.
Lance estaba furioso. Había empezado maldiciendo al que había esparcido los rumores con maquillaje que no pudiera quitar, y tras eso lo había engatusado para humillarlo a él. Pero fue entonces que un monstruo apareció y los atacó.
Tras correr por casi toda la escuela, Keith había utilizado sus apenas descubiertos poderes de geoquinesis para tragarse al monstruo. Tras eso, ambos fueron llevados al campamento por Coran, quien había aparentado ser un profesor para vigilarlos.
Afrodita y Hades los habían reclamado a los días. Keith era el primer hijo de Hades en el campamento en mucho tiempo, y Lance tenía una cabaña llena de hermanos y hermanas. Su separación fue inminente, más al enterarse que no eran bichos raros, al menos no para el campamento mestizo.
-o-
―Menos mal que viajas por las sombras, porque el sol derrite a los bombones.
―… ¿En serio?
―Algún día voy a tener una embruja habla lo suficientemente fuerte como para que te gusten mis frases de ligue. Tengo muchos más de donde vino esa.
―No, no digas más por favor. No creo poder… Qué es… ¿Eso?
Keith no pudo evitarlo. Lance siempre vestía con la camiseta naranja del campamento y distintos jeans, una campera larga y zapatillas que definitivamente, no eran blancas. Lo que sea que llevaba puesto, no era su estilo.
― ¡Ugh! ¡Nunca te fijas en mis zapatos, pero hoy tenías que hacerlo!
― ¿Lo siento?
―Sí, espero que lo sientas. ―Dijo, en un tono increíblemente serio― Y espero que me des tu ración de postre como compensación.
― ¿Qué? ¡No!
Entre peleas y risas, llegaron al comedor y se reunieron con sus amigos. Keith agradecía que los semidioses podían cruzarse de mesas, porque no le gustaba comer solo. Su mesa se llenó con rapidez de chistes y comentarios del día, y por supuesto, rumores. Eran todos los temas ideales para que Lance interviniera, pero no daba más que unos pequeños comentarios monosílabos.
― ¿Lance? ¿Es cierto que tú…
―Sí, Pidge. Los zapatos de la vergüenza. No quiero… No quiero hablar del tema. Estoy cansado, creo… Creo que voy a ir a dormir. Nos vemos, chicos.
Lance se retiró sin dejarlos contestar nada. Hunk y Keith sólo pudieron quedarse mirando a Pidge, esperando una respuesta.
―Es… una cosa de la cabaña de Afrodita. No pueden combinarlos con absolutamente nada. Tengo entendido que es un infierno. Además, todos sabemos cómo de popular es Lance. Creo que todo el campamento notó su cambio de estilo de hoy.
Continuaron comiendo en silencio, y luego se separaron. Ninguno de ellos sabía el porqué de la apariencia de su amigo, y Keith estaba a punto de olvidarse del tema, pero fue entonces que los escuchó riendo.
Los hermanos de Lance. Todos eran radiantes. No había una sola imperfección en sus rostros, y las ropas les quedaban como a los modelos. Resultarles atractivos a Keith era algo que todos los hijos de Afrodita tenían en común, pero había una de ellas con la que se llevaba mejor, y fue a ella a la que se acercó.
― ¿Puedo preguntarte algo?
― ¿Otro más? ―dijo, sin mirarlo siquiera a la cara― Sí, Lance tiene los zapat-
― ¡Ya sé eso! Pero, ¿Por qué?
La chica lo miró y entonces le dio una sonrisa leve. Le dijo una cosa a una de sus hermanas, y tras eso, se levantó y pasó a su lado, susurrándole.
―Se negó al ritual de paso. Ve a verlo, ¿Sí?
Keith salió del comedor confundido. Pidge había dicho que lo que pasaba era una cosa de la cabaña de Afrodita, pero, ¿Ritual de Paso? No entendía a qué se refería con ello, y la única forma de encontrar la respuesta era encontrar a un semidiós en específico. Pasó las duchas y llegó al lago, donde vio a Lance. Estaba tirando piedras.
―El lago no te ha hecho nada.
―No, tienes razón. ¿Prefieres que se las tire a un campista?
―Hm, supongo que no.
Quería ser sutil. Lance había dejado en claro que no quería hablar del tema, y si le decía que no se metiera lo dejaría ahí. Pero Lance había estado allí para él muchas veces. Habían estado juntos cuando Keith era objetivo de burlas, y Lance de corazones rotos. Habían estado juntos ante el primer ataque de un monstruo, la ida al campamento mestizo, incluso estuvieron juntos cuando los dioses los reclamaron, y cuando todos los campistas sólo hablaban de la potente aura rosa de Lance y el aura negra de Keith. Habían estado juntos en situaciones de vida o muerte. Keith quería estar ahí para él.
―Hoy hay… Bastante viento.
―Eres pésimo iniciando una conversación, como siempre. Venga, sólo pregúntalo. Te está consumiendo por dentro.
― ... ¿Qué es eso del ritual de paso de tu cabaña?
― ¿Quién te contó de…? Ah… Verás, antes… Antes debías probarte ante el resto.
― ¿Probarte? ¿Cómo? ¿Combates? Eres un increíble guerrero, no puedo creer que hay-
―Debías enamorar a alguien, salir con esa persona y luego romperle el corazón. Para mi paso, esa persona debías ser tú.
―…Wow.
―Es… Es una tradición horrible. La habían abolido, pero volvió con el tiempo. Conoces al capitán de mi cabaña, me negué y aquí estamos.
―Tienes puesto… eso… ¿Sólo porque te lo ordenó?
―No me lo ordenó. Es un castigo. Es algo menor a lo que esperaba, así que está bien. Creía que Afrodita aparecería y terminaría embrujándome para hacerlo, o alguna cosa así.
― ¿Qué? ¿Afrodita?
―Tú me gustas, Keith. Pero enamorarte con mis poderes, me parece una de las cosas más bajas que se puede hacer con este poder, y ni hablemos de romper tu corazón sólo porque sí. Y créeme cuando te digo que he hecho cosas bajas, pero esto... Simplemente no podía hacerlo. Quería decírtelo... Entiendo si no quieres que vuelva a- Lo siento.
El corazón de Keith latía a mil por segundo. Lo que sentía por Lance era algo que había aceptado hacía tiempo, pero en definitiva no esperaba que Lance sintiera algo mínimamente remoto al romance por él. Por mucho tiempo se convenció de que estaría bien sólo con la química que había entre ellos, y que el conocerse de antes era un factor importante, pero esa química no implicaba que Keith tuviera que notar cada perfecto detalle de su rostro, ni la forma en que Lance siempre cambiaba el color de sus aretes dependiendo de su humor. Odiaba verlo coquetear con otros, y también odiaba verlo usar su embruja habla con otros que no fueran él. Keith y Lance habían pasado noches en vela sosteniendo la mano del otro en la enfermería, para que pudieran apretarla si tenían malos sueños, como podía ser recurrente para los semidioses como ellos.
Keith aun recordaba la primera misión donde Lance casi moría. Ese día habían formado un vínculo más especial que antes, ¡Keith incluso lo había acunado en sus brazos!
Lance se había secado las lágrimas, y se había quedado en silencio. Keith sabía que tenía que hacer algo, decir algo, lo sabía, pero no aparecía absolutamente nada en su cabeza. Así que soltó lo primero que pudo.
―Está bien. A mí... Me gustan mucho tus ojos, sobre todo el izquierdo...
―Pfff. ¿Qué se supone que haces? ¿No has aprendido nada de mí?
― ¡Lo estoy intentando!
―Vale, vale. Tienes otro intento.
―... Eh… ¿Acaba de salir el sol? ¿O me has sonreído?
―… No, definitivamente no has aprendido nada de mí. Escucha, yo… Ah, ¿Dónde está?
― ¿Lance?
―No puedo encontrarlo. ― Se había levantado y buscaba algo en sus bolsillos.
― ¿Qué has perdido?
―Mi número de teléfono, ¿Me das el tuyo?
Ahí estaba esa sonrisa socarrona otra vez.
―Te odio.
Se quedaron en silencio, arrojando piedras al lago. No estaba seguro de si su mensaje había llegado de forma clara, pero Lance parecía estar mejor.
―Ven a mi cabaña. Ahí puedes quitarte estas horribles cosas, y si quieres… Bueno… Puedes decir que hiciste una parte del ritual.
― ¿Y qué parte sería esa, sombritas?
Sonrío, imitando a Lance.
―Depende de ti. Enamorarme ya lo lograste, pero, ¿Saldrías conmigo? ¿O un hijo de Hades es mucho para un niñ-
No pudo terminar. Lance lo había besado, y no tenía idea de si tenía algo que ver con la magia de Afrodita, pero se sentía increíblemente bien. Al separarse rieron y fueron a la cabaña de Hades, donde no había otro semidiós para interrumpirlos.
Lance siguió usando los zapatos hasta que el capitán de su cabaña se hartó. Pasó a ser una tradición usarlos como una forma de negarse al ritual, y en ese caso les dibujaban el símbolo de Afrodita y el del padre del otro semidiós. Lance siguió usándolos incluso luego de eso, y luego los colocó donde todos sus hermanos pudieran verlos.
Estaba orgulloso de mostrarlos cuando entraba a la cabaña sosteniendo la mano de Keith.
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miss-vanille · 6 years
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¿Me Has Olvidado? [Pt.2] / Tributo a Lysandro
Si les gusta la historia me harían muy feliz si me lo hicieran saber ♥
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"Sucrette, gracias por escribir la carta[...]
Atentamente, Lysandro”
Sentí la sangre de mi cuerpo bajar de mi cabeza hasta mis pies, estaba helada. Rosa había tenido la razón (nuevamente). Me limité a volver a leer el mensaje unas 10 veces más, además de pellizcarme el brazo para asegurarme que no estaba soñando.  Lysandro a quien creía jamás podría alcanzar de nuevo, había respondido a mi carta, no…más que eso, había aceptado el verme. Mis ojos definitivamente no me dejarían en paz los siguientes días, volví a llorar, pero esta vez no con tristeza, arrepentimiento o pesadez, si no de alegría, una risa tonta me invadió de manera que desperté a mi tan querida compañera de cuarto quien se levantó completamente extrañada de mi reacción a tan pocas horas de haber salido el sol.
  — ¿Qué demonios te pasa? Son las seis de la mañana—exclamó molesta Yeleen mientras intentaba conciliar nuevamente el sueño.
Salí al pasillo antes de que Yeleen se levantara con intenciones de atacarme con  su almohada, llamé a Rosalya tan pronto recobré la compostura  para encontrarme con la sorpresa de que ella si estaba despierta a esa hora.
— ¿Rosa? Buenos días, si bueno, disculpa que te despierte tan temprano pero…
—No me digas, tenía razón y me llamas para decirme lo mucho que lo sientes por haber dudado de mí y quieres saber de la sorpresa que ya no es sorpresa, no te preocupes Lysandro ya nos dijo todo, ¿Cuál es su problema con dejar dormir tranquila a la gente? —Protestó mientras dejaba escapar un sonoro bostezo—Parecen niños pequeños, los adultos necesitamos dormir—Añadió con una voz burlona.
No pude evitar sentir mi cara ponerse colorada, no solo yo estaba emocionada…comencé a reír sola nuevamente, ¿qué era lo que me ocurría?, pareciera que todo lo que anteriormente me había atormentado ya no existiera, como si esos 4 años sin ver a Lysandro jamás hubieran ocurrido, mi corazón no estaba tranquilo…¿Era correcto sentirme así?, después de todo ya no éramos un par de adolescentes, vaya ni siquiera sabía cómo me sentía aún, estaba dejándome llevar demasiado por las emociones del momento, me sentía como la chica que solía ser cuando estudiaba en Sweet Amoris, influenciada por todas las personas que me rodeaban sin preguntarme que era lo que yo sentía y lo que yo quería hacer. La sonrisa desapareció de mi rostro, es cierto después de todo terminamos para bien ¿no?, aunque existieran sentimientos en nuestros corazones por el otro ¿todo volvería a como era antes?, ¿estaba bien todo lo que estaba sintiendo?
—No—dije sin pensar.
—¿Disculpa?, ¿Las horas de mi sueño de belleza no son importantes para ti?—Replicó exasperada.
—N-No, no quise decir eso, estaba hablando sola—Expliqué—Rosa… ¿Está bien que haga esto?, ¿Pueden regresar las cosas a cómo eran antes?
— ¿Qué quieres decir?
—No sé, es algo que cruzo mi mente, ir allá con ustedes…ver a Lysandro, descubrir que es lo que siento, ¿no estoy siendo egoísta?, quiero decir…después de que terminamos Lysandro y yo… ¿no fue porque era lo mejor?, ¿no estaríamos dando un paso hacia atrás?, digo…nosotros hicimos nuestras vidas después de terminar, ¿no estaría abriendo las heridas de ambos con mi visita?, ¿está bien que me sienta emocionada de verlo?  
Suspiró—Sucrette, siendo honesta, lo que puedo decirte es lo siguiente; nuestras vidas están compuestas de ciclos, ciclos que eventualmente cierran o al menos deberían de cerrarse. Esas dudas que expresas para mi demuestran inseguridad en ti misma, en algo tienes razón de lo que planteas y es que tu relación con Lysandro es algo que ocurrió en el pasado sin embargo que terminaran no quiere decir que su ciclo tuviera el cierre que ambos hubieran querido, especialmente por las circunstancias tan traumáticas que fueron el principal factor de su rompimiento, pregúntate a ti misma ¿querías terminar con el?, ¿su relación era una situación toxica de la que ambos necesitaban alejarse para ser felices?, ¿si tus padres no hubieran decidido mudarse aun serían pareja?, si los padres de Lysandro no hubiesen enfermado y luego fallecido, ¿crees que él no habría intentado ir tras de ti?
—Pues…
—A lo que quiero llegar es que ustedes necesitan cerrar el ciclo de lo que fue su relación de preparatoria y decidir, ahora que ya son ambos adultos independientes, que quieren hacer ahora. ¿Qué si abrirán nuevamente sus heridas? Claro que sí, es necesario para sanarlas. ¿Descubrirán nuevas cosas del otro? A lo mejor. ¿Quieren volver a estar juntos? Solo ustedes pueden responder eso, ¿Querer volver está mal? Si ambas partes están de acuerdo no veo porque no deberían intentarlo nuevamente, pero con otra mentalidad obvio, tú ya no eres la misma Sucrette de antes y Lysandro tampoco es el mismo desde que te fuiste, además creo que a estas alturas de su vida, una relación ya no es sencillamente para ver que sale…siento que si realmente tu deseas tener una relación con una persona deberá ser porque comparten metas y un futuro por el cual desean trabajar juntos.
—Rosa—Respondí con un nudo en la garganta—muchas gracias, de verdad que no sabría que hacer sin ti—Confesé con alivio.
—No te preocupes, todo estará bien, ahora si me disculpas me levantaré a hacer desayuno, ya no tengo sueño y prefiero hacer algo productivo a quedarme acostada viendo a la nada intentando dormir de nuevo, de todas maneras Leigh ya se ha levantado a ayudarle a Lysandro.
—Está bien Rosa, no te molesto más, muchas gracias de nuevo…de verdad
—Ah, antes de que se me olvide…te compré un pasaje de autobús en internet para que puedas venir tú también, aprovechando que acabas de terminar los exámenes de fin de semestre y son vacaciones…el único detalle es que tu boleto está marcado para salir el viernes en la mañana y el regreso el viernes de la otra semana. Espero no sea problema para ti o que ya tuvieras planes, no quería que fuera un problema pero tampoco quería arruinar la sorpresa...
—No, no te preocupes no representa ningún problema, tenía pensado pasar mis vacaciones en la ciudad con mi tía.
—Bueno, te envío el pase y demás para que lo imprimas más tarde ¿sí?, deja de preocuparte por todo y solo concéntrate en hacer tu maleta.
—Si Rosa, no te preocupes estaré bien.
Colgué y para cuando vi el reloj ya eran las 8, mi estómago comenzó a rugir por lo que me devolví al cuarto a cambiarme, Yeleen quien ya estaba despierta, solo se limitó a seguirme con la mirada cuando entré mientras que hacía su maleta.
—No sé qué mosca te picó, pero espero se te pase para cuando yo haya vuelto, no estoy dispuesta a soportar que me despiertes tan temprano con esa risa tan extraña que tienes en días de clases.
—¿Te irás de la ciudad?
—¿Realmente te importa?, lo que yo necesito saber es si tú te irás, no quiero encontrarme con la sorpresa de que mi cuarto fue el centro de convención de tus amigos raros, bastante tengo con que tu vivas aquí.
—Sabes que Yeleen, que tengas un bonito viaje con tu familia—Bufé mientras terminaba de cambiarme.
—No me digas que hacer, cámbiate y vete, quiero terminar de empacar en paz.
—No te preocupes ya me voy—Gruñí mientras que salía de mi habitación malhumorada.—No puedo creer lo rápido que logra ponerme de malas, ni Amber me hacía sentir así en la preparatoria.—Dije para mí misma mientras me encaminaba al Cozy Bear Café.
Las calles se sentían tan solas esas vacaciones, la ausencia de los alumnos y sus familiar realmente, se hacían presentes en la ciudad, llegué rápidamente al café como de costumbre, el camino cada vez se me hacía más y más corto, al igual que las calles vacías de la ciudad, el Cozy Bear Café aparentaba estar en medio de un desierto. Solo se encontraban Hyun afuera barriendo la acera y Clemence a lo lejos en las máquinas de café dándoles mantenimiento.
—Buenos días Su, ¿necesitas algo…linda?—Preguntó mientras esbozaba una sonrisa en la que contenía su risa y sus mejillas se encendían de un color rosado.
—Ni si quiera pudiste decirlo sin reírte—Recalqué soltando una carcajada—Sin duda tu fuerte es el café y no el dar cumplidos a tus clientas.
—Oye tengo que mejorar en lo que hago, si no, jamás lograré que me tomen en serio otras chicas lindas como tú, pero ya en serio ¿vienes a desayunar?
—Pues sí, tienes un buen punto, si vengo en plan de clienta. La cafetería no está abierta y quisiera poder desayunar algo más elaborado que un cereal con leche.
—¿Qué te parecen unos waffles con fruta y un café?
—Me conoces bien
—Te lo digo, tengo que mejorar en lo que hago para que me puedas tomar en serio—Presumió mientras me giñaba un ojo, para después volver a sonrojarse y entrar a toda velocidad.
Al tomar asiento en una de las mesitas de la terraza, me di cuenta que mis mejillas también estaban de color rosa, Hyun nunca fallaba en hacerme sonreír, sin embargo esta vez me encontré a mí misma pensando en cómo reaccionaría Lysandro de verme bromear de esa forma con Hyun, sabía que no le era indiferente a Hyun e inlcuso podía llegar a ser divertido tontear  con él. ¿Se pondría celoso? Mis mejillas comenzaron a arder con fuerza de pensar en la posibilidad de volver a ver la expresión de Lysandro  estando celoso y un poco de arrepentimiento me invadió.
—No pensé que mi guiño tendría tanto efecto en ti—Declaró con seguridad, cuando servía mi desayuno.
—Quisieras que así fuera—Contesté, tratando de evitar la mirada de Hyun.
—Entonces si no fue mi guiño, ¿qué te puso así que ni siquiera quieres verme a la cara?—preguntó acercándose a mi rostro.
Mi corazón estaba agitado, pero no sabía si era por la cercanía del rostro de Hyun con el mío, las miradas asesinas de Clemence a lo lejos de nosotros o la imagen que no se iba de mi cabeza de Lysandro celoso, o la mezcla de las 3 cosas a la vez.
—Hyun—Exclamé mientras me paraba de golpe para alejarlo con mi brazo—Gracias por traerme el desayuno, pero agradecería que respetaras un poco mi espacio personal—Chillé—sobre todo si Clemence nos está viendo, siento su mirada mortífera desde lo lejos, no tarda en venir hacia acá—susurré después de lograr separarlo un poco y sentarme en mi mesa.
—Hyun, querido puedes venir un momento—Vociferó Clemence con un tono empalagoso.
—Te llaman, puedo desayunar sola, no te preocupes.
—Voy en un momento, Clemence—respondió—Oye en serio, me gustaría saber que te hizo ponerte así, sé que no te sonrojaste por mí o mi guiño seductor pero me gustaría saber quién si pudo hacerte sonrojar sin estar presente—añadió antes de irse.
—Es un secreto—Declaré victoriosa antes de que se fuera.
Empecé mi desayuno, al tiempo que escribía y borraba lo que habría de responderle a Lysandro…
“Muchas gracias por el mensaje, no esperaba que contestaras tan rápido…”
—No, suena como si no hubiera querido que me respondiera
“Lysandro, muchas gracias por el mensaje, Rosalya me dijo del boleto de autobús, está programado para el viernes, así que ¿supongo que te veré el viernes?”
—Suena extraño…
“Lysandro, gracias por tomarte el tiempo para responder a mi carta, ya me comentó Rosalya del boleto de autobús, me dedicaré a empacar mis cosas, me siento muy emocionada de poder acompañarlos espero poder verlos el viernes si todo va bien. Hasta entonces”
Envié el mensaje con un nudo en la garganta, todavía no podía creer lo que estaba pasando.
—Realmente espero que todo salga bien—Pronuncié mientras que colocaba el teléfono en mi pecho, aun nerviosa.
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amifikunohime · 6 years
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Mamihlapinatapei Capítulo 3: Trapsuki.
—No tengo el tiempo para esto—se quejó un joven vestido de militar mientras caminaba por las calles del reino.
Las personas se ocultaban al ver aquellos gélidos ojos turquesa en el rostro inexpresivo del militar. Si les notaba o no, era algo desconocido para ellos. La respuesta era clara: los notaba, mas no les daba la importancia suficiente para reaccionar. Tan solo era gente asustada, actuando como gatos miedosos; si ellos no habían cometido ningún crimen, no había motivos para temerle. Quizá despertaban una sospecha en él al inicio, pero a estas alturas, al igual que los demás reyes, tan solo se hallaba cansado.
—Vaya, pero si es el rey Trapsuki, ¿qué la trae a las tierras de los mortales, su alteza? —le dirigió la palabra un enano de apariencia desagradable: piel sucia, dientes rotos y cabello grasoso, vestido de harapos. El rey tan solo se rió.
La conversación murió ahí. El rey, que prefería utilizar su uniforme a salir con ropas elegantes y llamativas, continuó su caminata hasta que uno de sus guardias le halló. Su reino era el más estricto y, por tanto, el más ordenado de todos. Los rebeldes rara vez entraban a sus tierras para molestar y cuando lo hacían eran encarcelados o ejecutados de inmediato. Los demás reyes no estaban demasiado de acuerdo en esas medidas, pero era lo que mantenía al caos lejos de su palacio. 
—Su alteza, usted no debería recorrer estas calles sin compañía—le dijo el guardia, preocupado por la seguridad de su rey.
—Meh—le respondió, restando importancia a sus palabras, entonces tomó su pistola y apuntó al guardia—¿alguna vez me has visto fallar un tiro? Yo soy el rey del...
—Lo siento, su alteza—se apresuró el guardia, interrumpiendo a superior. Temeroso por su vida, acompañó su disculpa junto a una reverencia.
—…—Trapsuki suspiró, después de un silencio breve. Aunque ser temido y respetado era gratificante, a veces también le agobiaba que no captaran su humor.
El rey guardó su arma y cedió ante la petición de su guardia. Acompañado por algunos guardias más, se dirigió de regreso a su castillo. No estaba demasiado lejos, por lo que se negó a utilizar alguna carroza, además él solo se subía a su carroza personal y no esperaría a que fuesen por ella al palacio: se le haría tarde para cenar y ya comenzaba a sentir hambre. Los demás reyes esperaban a que se ocultara el sol para cenar, pero él prefería hacerlo durante el atardecer, o antes. Como militar, cuidaba su figura y comer demasiado tarde le podía caer pesado.
Una vez dentro de su castillo, colgó su saco militar y pasó los dedos por su cabello rosa pastel, realizándose a sí mismo un masaje craneal para calmar el estrés que sentía. Uno de estos días acabaría con todo, tan solo debía hallar esa semilla del mal para erradicarla. Uno de estos días, lo tenía por seguro. En su castillo casi no había servidumbre, puesto que no le gustaba. Tan solo alguno que otro guardia en las afueras, vigilando que nadie entrara para atentar contra la vida o las pertenencias del rey. 
—Quizá aún hay algo de pastel de chocolate…—habló en voz baja, caminando hacia la cocina para comprobarlo.
En efecto, aún había algunas rebanadas del dichoso postre, pero no podía tan solo comer esto. Recogió sus mangas y se dirigió hacia el cajón de las carnes para elegir qué comer. Por la actitud que poseía el pelirrosa y los altos muros en su castillo, muchos pensarían que recibía los mejores tratos y una docena de chefs le prepararían desayuno, comida y cena, mas no era así. Las personas se equivocaban en muchas cosas sobre el rey.
Después de cenar, dio otro paseo por las calles cercanas al palacio, siendo escoltado por sus guardias a unos cuantos metros de distancia, para no invadir su valioso espacio personal; luego volvió al castillo para apreciar su jardín, y finalmente entró para leer algunos reportes y cartas. Había una con un sello real de otro reino, mas la ignoró por el momento; con los problemas que tenía en Litecyra, no podía detenerse a ver invitaciones diplomáticas en otros reinos. Solo dios sabría qué sucedería en el reino si alguno de los cuatro reyes desapareciera algunos días.
Terminada la rutina, el rey subió al nivel más alto en su palacio, donde se hallaba su alcoba. Para acceder a ella primero se debía entrar a un pasillo, el cual era el único con puerta al pie de las escaleras tanto ascendentes como descendentes y que debían ser abiertas con llave. A diferencia del resto del edificio, cuyo suelo era de piedra tallada y las paredes decoradas con un papel negro de detalles dorados, este piso tenía paredes turquesas con grabados plateados y el suelo se hallaba cubierto por una alfombra rosa pálido. En cuanto el rey llegó a semejante lugar y cerró la puerta detrás de él, soltó un largo suspiro y sonrió tranquilo.
Dentro de su tan esperada habitación, cuyas decoraciones no variaban demasiado, se dispuso a cambiarse de ropa: su pijama era rosa con botones negros, al contrario de sus zapatillas. Finalmente estaba en la comodidad de su cama, con sus ropas suaves y de aroma dulce. Las sábanas de seda egipcia rosa acariciaban su piel, y él se abrazaba a las grandes almohadas de plumas junto a él. Emanaba una inocencia y pureza que todos desconocían, porque nadie jamás había estado en ese piso, esa habitación, con él.
—Ah…ya terminé con todo por hoy, es mejor si voy a dormir, para así rendir mañana.
Esta era la vida del rey. Aunque la situación política actual le tenía cansado como a todos los nobles, esta no arruinaría la paz y el orden en su día a día. Él simplemente debía seguir haciendo lo mismo de siempre, estando un tanto alerta, y estas noches de paz se mantendrían; día tras día repetía las mismas acciones, caminaba por los mismos lugares, hablaba con las mismas personas, a excepción de las invitaciones al palacio de Colette, Monique o Rise. Él no tenía muchos invitados, ya que en su hogar no tenía servidumbre para atender a una gran cantidad de caprichosos y además era algo introvertido para eso; solo debía abrazarse a la comodidad de su hogar y olvidar todo lo demás, olvidar todo lo demás, olvidar esas cadenas y todo lo demás.
El día siguiente fue una de esas raras excepciones. No solía visitar a Monique si no tenían algún asunto del cual hablar, ya que él respetaba bastante a la Reina Suprema y no quería arrebatarle su valioso tiempo con trivialidades. En lugar de cenar en su hogar, compartiría la mesa junto a ella en el palacio supremo mientras hablarían de tácticas estratégicas para mover sus unidades militares fuera del reino y conquistar más territorios. ¿Quién diría que un plan tan simple entre monarcas cambiaría tantas cosas? Cerca del palacio se halló al caballero Cinder Phoenix, a quien llamaba caballero oscuro por sus ropas y ese afán de vigilar durante la noche y dormir en el día, a diferencia de todos los demás.
—Bienvenido, su alteza —le saludó el caballero, quitándose su casco de metal negro para revelar ese rostro femenino marcado por un par de cicatrices. 
—Black Phoenix —le respondió Trapsuki, con su rostro inexpresivo de siempre— ¿todo en orden?
—Así es, ningún bastardo ha estado armando su desmadre.
—Bien. Sigue así.
La conversación fue corta, puesto que ninguno de los dos era de muchas palabras. El rey continuó su camino, opuesto al del caballero; Cinder solía pasarse las tardes y noches merodeando el centro de la ciudad para ejecutar a aquellos que no cumpliesen las órdenes de las reinas; en algún momento trabajó en su fracción del reino también, pero posiblemente Monique le requería más. Era un hombre querido y temido a la vez, pero tenía la confianza de la corona.
Quizá debió seguir al caballero, o aceptar alguna escolta, porque a unas pocas calles, cerca del palacio de la reina, se encontró con el alborotador infame: Alexei Morrison. Un joven que utilizaba su carisma para engañar a los demás, creando conflictos y disputas entre los habitantes con “fines culturales”. Si tenía buenas o malas intenciones, eso no era algo que le importara mucho al rey; le tenía ahí, a solas, y notó el cuchillo que sobresalía levemente de su gabardina. Sin pensarlo mucho, Trapsuki tomó una decisión; tiró de su gatillo, directamente a la cabeza del rebelde, quien no había ignorado en absoluto al rey y esquivó débilmente el ataque; no lo recibió en la cabeza, pero le dejó inconsciente en el suelo. Debido a que la distancia entre ambos no era tanta, el rostro del monarca se manchó de sangre, sin embargo: esto no le impidió continuar su trayecto hasta el castillo de la reina.
—Al menos no manchó mi uniforme.
Unas horas más tarde, cuando los guardias de la reina volvieron al castillo mientras ellos jugaban ajedrez como ejercicio estratégico para anunciar que el cadáver de Morrison no fue encontrado, ambos monarcas empalidecieron por las posibilidades. Monique se levantó de su lugar, tomando con cuidado la pomposa falda de su vestido azul para andar en sus tacones escaleras abajo y se giró para sonreírle con cierta severidad al uniformado, quien le observaba en silencio alejarse:
—Convocaré una asamblea. Esto no puede ser buenas noticias.
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idolish7-es · 7 years
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SS - 1.3.4: Prohibición de Actividades
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Asegúrense de haber terminado de leer TODA la Parte 1 de la historia principal antes de empezar estas. Hay spoilers importantes.
Tsumugi: Detener todas las actividades y provocarlos– Tsumugi: Como Iori aconsejó, suspendí todas las actividades de IDOLiSH7. Tsumugi: Me pregunto cómo estarán pasando el tiempo…
*abrir* Nagi: Hello! Good morning! ¡Luego de hablar con Mitsuki anoche, mi conciencia de idol ha despertado! Nagi: Por las señoritas que me aman, hoy también, pondré todo mi amor en mi baile... Nagi: Oh… No hay nadie... *abrir* Mitsuki: Por supuesto que no hay nadie. Nagi: Mitsuki… Mitsuki: Ya nos dijeron que no podemos ni cantar, ni bailar, ni nada por el estilo hasta próximo aviso. Nagi: No, no. Acabo de renacer. Ahora quiero cantar con mis mejores amigos más de lo que quiero salir a buscar chicas. Mitsuki: Me siento igual ¿sabes? Pero estoy seguro de que la manager tiene un plan. Así que, sigamos ordenes y seamos pacientes. Mitsuki: ¡Aún así, es muy admirable de tu parte esto, Nagi! Hasta ayer, si hubiéramos tenido tiempo libre habrías corrido a ver algún DVD. ¡No puedo creer que vinieras a la sala de lecciones tú solo! Nagi: Tu apasionado mensaje alcanzó mi corazón. ¡Quiero cumplir las expectativas de mi querido Mitsuki! Nagi: Pero... No podemos bailar... ¿Acaso hice que Tsumugi se enojara al no tomármelo en serio? Mitsuki: ¡No es eso! ¡Anímate! Mitsuki: Ah, mira, Nagi. A través de la ventana. Incluso aquella flor está floreciendo en las sombras. Nagi: Oh. Pobre. Parece que tiene frío. Si fuera ella, haría que me crecieran un par de piernas para poder moverme a donde llegue el sol. Mitsuki: No digas cosas tan aterradoras. Aunque, decir que irías hacia el sol es algo típico de ti. Nagi: ¿…? Mitsuki: Das la sensación de que creciste bien y rápido, bajo los cálidos rayos del sol. Nagi: ¿Acaso tú no? Si eres como el sol. Mitsuki: ¡Jajaja! ¡Gracias! Pero yo soy del tipo que anhela el sol desde las sombras. Nagi: Oh… Mitsuki: Pero no todo es malo, ¿sabes? Justamente porque están en las sombras, cuando un poco de sol les alcanza, una flor hermosa brota en un instante. Mitsuki: ¡Y nosotros también! ¡Así que mantén esos sentimientos de querer cantar y bailar, no dejes que se marchiten! Nagi: Alright! *abrir* Tamaki: Hey. Mitsuki: ¿Oh? Tamaki, ¿qué pasó con la escuela? Iori fue. Tamaki: Mmm. Cuando me desperté ya era mediodía, pensé que estaba bien faltar. Mitsuki: ¡Para nada! ¡No seas tan descuidado! Tamaki: Yama-san sigue durmiendo. Mitsuki: Ese viejo no es un buen ejemplo para la juventud de este grupo... Tamaki: ¿Qué están haciendo? ¿Qué canción? Dejen que me una. Nagi: No no, bailar está prohibido. Mitsuki: Tu trabajo es ir a la escuela. Incluso si llegas tarde, ve. Ahora mismo. Tamaki: ¿Tengo que hacerlo–? Es muy molesto. Para cuando llegue se habrán acabado las clases. Mitsuki: ¡Basta de quejas y ponte en marcha! Y cuando llegues a casa, habla con Sougo. Lo que él dice nunca es equivocado. Tamaki: Sou-chan es muy molesto... Nagicchi, ¿no piensas eso tú también? Nagi: ¡Ayer habría estado de acuerdo contigo, pero hoy he renacido! Attention, please! Tamaki: ¿En serio? *abrir* Sougo: Buen día. ¿Han visto a Yamato-san? Mitsuki: Aparentemente, sigue durmiendo. Sougo: Ya veo. ...Tamaki-kun, ¿qué pasó con la escuela? Tamaki: Feriado compensatorio. (1) Mitsuki: ¡No mientas! Tamaki: ¡Auch! Sougo: Tamaki-kun, si no te sientes mal, debes ir. La escuela es un lugar importante para aprender sobre nuestra sociedad... Tamaki: No es como si hubiera faltado a propósito. Es solo que no me desperté. Sougo: Eso pasó porque te quedaste despierto hasta tarde. Debes terminar tus tareas temprano para poder despertarte temprano... Tamaki: ¡Ugh, déjame en paz! Sougo: …Si no puedes despertarte solo, entonces yo iré a levantarte por las mañanas. Vamos, apresúrate y cámbiate... Tamaki: ¡Ya entendí! ¡Me voy! *cerrar* Sougo: …Nos vemos. Cuídate. Nagi: Wonderful, Sougo. ¡Ahora Tamaki quiere ir a la escuela! Sougo: Aunque en realidad parecía que no quería hablar más conmigo... Mitsuki: ¡No te preocupes! Tiene su propia forma de hacer las cosas, a su ritmo. Es mejor regañarle un poco. Sougo: …Sí. Mitsuki: Ve a regañar al viejo también. Sougo: ¿A Yamato-san? ¿Cómo…? Mitsuki: Gritale al oído algo como "¡Es mediodíaaaaa! ¡¡Hora de despertaaaar!!" Y si eso no funciona, dale una buena patada. Nagi: Kick off! Sougo: …
Yamato: Zzz… Zzz… Sougo: Yamato-san está durmiendo en el living... Ya se despertó una vez, tal vez solo esté exhausto... Sougo: …Gritarle en el oído… Sougo: …E-es mediodía... Yamato: ¿Podrías dejar de estar tan tenso a un lado de la cama? Sougo: ¡…! A-así que estabas despierto. ¿Tienes algo de tiempo? Yamato: Nope. ¿No te das cuenta? Estoy ocupado. Sougo: ¿Haciendo qué…? Yamato: Volviéndome a dormir. Sougo: … Yamato: ¡Jajaja! Ahí se suponía que te quejaras. ¿Qué necesitabas? Sougo: Um… Quería hablar de algo contigo. Yamato: ¿Qué pasa? Estás siendo muy formal. Sougo: Anoche estaba escuchando un CD e inconscientemente empecé a cantar... Aunque estaba prohibido. Disculpa. Yamato: ¿...? ¿Así que, te complicaste tanto para disculparte conmigo? Sougo: No sabía a quien debía reportarlo, y como eres el líder de IDOLiSH7 pensé que eras el más indicado. Sougo: Aceptaré cualquier castigo. Todos respetaron esta decisión, así que incluso si lo hice sin querer, estoy profundamente arrepentido. Yamato: Jaja... ¡Jajaja...! Eres muy serio. A pesar de que eres un criminal buscado. Sougo: ¿Criminal buscado? Ah, lo de la sesión de fotos... (2) Yamato: Sí. ¿Te atrapó algún oficial de policía? Sougo: …Creo que estoy bien por ahora. Yamato: Es bueno oírlo. ¿Podrías traerme algo de té? Sougo: Sí. Yamato: Sou. Soy el líder solo de título. No voy a castigarte o imponerte valores como si fuera un detective haciéndote juicio. Sougo: … Yamato: Tú decides tus propios valores. Ven a molestarme solo cuando quieras que te felicite por algo. Yamato: Pero que sea cuando no esté por irme a dormir. Buenas noches. Yamato: Zzz… Zzz… Sougo: … Sougo: …"Tú decides tus propios valores"... Tal vez esa es la "libertad" que tanto admiraba. Sougo: La anhelaba tanto, y sin embargo no puedo acostumbrarme a ella... *abrir* Riku: Ah… Sougo: Riku-kun. Riku: Bu... ¡Buen día! ¡Si necesitas comprar algo, yo iré! Sougo: Ya fui, no te preocupes. Riku: Entonces, tal vez limpiar... Sougo: Ya limpié la entrada, el living, las duchas y el baño. Riku: Y-ya veo. Riku: Umm… Perdón por decir algo tan raro ayer. Me sorprendió escuchar que habías abandonado a tu familia. Sougo: Está bien. Yo también lo siento. Al fin nos llevábamos bien, pero rompí tus expectativas... Riku: ¡No! ¡Tú no tienes la culpa! Um... ¿Podemos reconciliarnos? Sougo: Jajaja. Sí. Riku: Jaja... ¡Gracias! ¿Tienes algo de tiempo libre luego? ¿Quieres que hagamos alguna lección juntos? Sougo: Me gustaría, pero no podemos. Una vez se termine la prohibición, hagámoslo. Riku: ¡Aah, cierto! Qué lástima. Riku: Luego de reconciliarme con alguien, o cuando me pasa algo bueno y me siento feliz, quiero cantar en voz alta y bailar con todas mis fuerzas. ¡Como queriendo liberar todos los sentimientos en mi interior! Riku: No puedo explicarlo, pero es como si todo aquello que no soy capaz de expresar brotara junto al ritmo. Sougo: Creo que lo entiendo. Por eso tu canto es así. Riku: ¡Creo que todos se sienten así! ¡Especialmente Tamaki! Sougo: ¿Tamaki-kun? Riku: ¡Tamaki usualmente es holgazán, pero cuando baila siempre está muy animado! Tal vez expresa lo que no puede explicar con palabras de esa forma. Riku: Todo este tiempo sin bailar debe estar afectándole a él más que a nadie.
Tamaki: ¡Déjame, Iorin…! ¡Me pidieron que lo hiciera, así que baile solo un poco después de clases! Iori: Nos dijeron que tenemos prohibido cantar y bailar. Y, en primer lugar, llegaste tarde.… Tamaki: Eso es para IDOLiSH7, ¡no tiene nada que ver cuando estoy solo! Iori: ¡Ahora eres parte de IDOLiSH7! No importa cuándo, de ahora en adelante, cada vez que bailes llevarás el nombre de IDOLiSH7 contigo. Tamaki: ¿Qué con eso...? ¡No somos nada libres! Iori: ¡...Yotsuba-san! Tamaki: ¡Estoy haciendo lo que me piden! Pero si no puedo hacer lo que quiero, si no puedo... Iori: ¿Dejarás IDOLiSH7? Bien. Hazlo. Tamaki: ¡Nunca dije eso! ...Iorin, eres molesto. Y malo. Iori: Si lo que quieres es libertad, haz las cosas solo. No importa cómo se vea, la única persona que te dejará siempre hacer las cosas como quieres eres tú mismo. Iori: Cuando se está con otros, se debe estar preparado para ciertas limitaciones. Tamaki: ...No te des tantos aires. Tú estás siempre solo en el salón. Iori: … Tamaki: Ah… No, o sea, no solo. Quiero decir, haciendo lo que quieres por tu cuenta, ¿no? Iori: …Soy malo tratando con otros. Pero me siento responsable por todo el que se vea envuelto conmigo. Tamaki: ¿…Responsable? Iori: Sí. Tú te mezclas con otros casualmente, y de la misma forma intentas desaparecer. Ni siquiera intentas responsabilizarte. Tamaki: No somos familiares, ¿por qué tendría que hacerlo? Iori: Veo tu baile, admiro tu expresividad y habilidad, y me alegra que seas miembro de este grupo. Iori: Mientras estés con nosotros, IDOLiSH7 puede volverse grande. ...Quiero que cumplas mis expectativas. Quiero que te sientas responsable por ellas. Tamaki: …No entiendo muy bien, pero ¿estás elogiándome? Iori: Para nada. Tamaki: Entonces no me importa. Iori: ¡Yotsuba-san! Tamaki: ¡¿Qué?! Iori: Sí estaba elogiándote. Tamaki: Oh. Iori: Como sea, hasta el concierto de TRIGGER, cantar y bailar está prohibido. Mientras seas un miembro de IDOLiSH7, debes respetar esa regla. Tamaki: ¿…Y si la rompo? Iori: ¿Te gustaría bailar solo con tu sombra por el resto de tu vida? Tamaki: …
Continuará...
-Todos los créditos a la traducción en inglés-
(1) Es cuando se tiene un día libre de trabajo/escuela porque un feriado cayó en fin de semana.
(2) Están hablando de la sesión de fotos del capítulo 1.2.2
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luciaenelcosmos · 7 years
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Vicente, el del cuento...
Era de madrugada y yo hablaba  por MSN con mi amigo Thomas, él estaba en Japón y me llevaba 14 horas de diferencia, cuando Thomas se despidió de mi era porque se iba almorzar mientras que yo recién tenía que ir a dormir, pero antes de ir a la cama fui a ver a mi hermana, ella estaba en el velorio de su madrina a quien yo también le llamaba igual. Mi madrina Merci era una mujer de ojos saltones, con poco cabello, boca pronunciada, con un semblante enfermo, de piel blanca, con buen sentido del humor y cada vez que la veía levantaba cuidadosa y lentamente su cabeza y me decía ¡Hola, mamita! su voz cansada reflejaba su avanzada enfermedad y su pierna mutilada decía a gritos ¡malvada diabetes! recuerdo cuando Julio (su hijo, mi cuñado auto proclamado, 《esa es otra graciosa historia》) la llevaba a realizar sus diálisis y tenía que cargarla y colocar su pesada silla de ruedas en la maletera del station wagon que contrataban, ahora todo eso nunca más lo vería solo quedarían en mis recuerdos, mi madrina estaba echada en un cajón de madera color marrón acompañada de la "famosa" capilla ardiente, con unos cuantos arreglos florales, con todos los vecinos, amigos y familiares alrededor de ella en el centro de su sala (la misma que había sido testigo de tremendas rumbas).
Cuando llegué la casa estaba repleta, y mi hermana estaba afuera sentada en una banca que se suele prestar para todos los velorios, sentada a lado de ella su mejor amiga Carmen, su amiga María y mi prima Rosita, hablaban entre ellas y se reían bajito, miraban disimuladamente aun chico, y se volvían a reír, cuando de pronto pasó un señor alto y flaco con un diente de "oro" riéndose a lo Pedro Navaja, era el señor Rodrigo, y escucho gritar suavemente y sin escándalo  a mi hermana"¡suegroooo!" dirigiéndose al señor Rodrigo, supuse que era el papá del "chico" del que hablaban, cuando la más imprudente y voz de negra dijo "¿de quién tanto hablan ah?" y voltee sin disimulo y lo vi, me miró y se voltio, mi hermana un poco más me manda con mi madrina al cementerio (yo tenía apenas 16 años), por que las había dejado en evidencia, pero no me importo y me fui,   pasó media hora y regrese al velorio y esta vez fue diferente, sentí una mirada que no dejaba de seguirme hasta que la encontré, era él mirándome, lo vi y nos vimos, a decir verdad no le puse mucho énfasis a él y me volví a ir.
******
Vicente, “el chico”, era un hombre simpático, de 1.73 aproximadamente, con orejas pequeñas, cabello corto con el peinadito a la moda, ojos pequeños que cuando el sol les daba tendían a tener un color marrón intenso, nariz y boca pequeña, cachetes prominentes, que si los veías te daban ganas de apretarlos, mentón indicado para su pequeña cabecita, de cuello pequeño, poseedor de un cuerpo casi atlético (ni flaco ni gordo), con una ligera “barriguita chelera”, piernas gruesas, manos que encajaban con sus generosos brazos, le encantaba jugar futbol, tomarse sus cervecitas y fumarse un par de cigarrillos, tenía una sonrisa pícara y por lo general, mujer que lo veía siempre hacia un comentario sobre él y su innegable atractivo con las damas.Él sabía lo que tenía, las mujeres lo seguían por todos lados y cuando alguna señorita se le insinuaba Vicente solo reía, se sentía cohibido y muchas veces era un tanto tímido, pero era algo que no podía evitar, su ego estaba bien puesto, como cualquier hombre le gustaba pero no era algo del que se vanagloriaba, Vicente estaba en la flor de su juventud, tenía apenas 26 años…
*********
Mi prima (de cariño) Rebeca vivía en casa de mi madrina Merci, ella tenía un cuarto húmedo, oscuro largo y tenebroso a lado del baño al final del pasadizo, era domingo y estaba en su cuarto con ella, pero misteriosamente salió, no recuerdo porque ni para que, Vicente no paraba de mandarme mensajes a mi celular, y yo me emocionaba con cada uno que llegaba, sus mensajes hacían que mi adolescente corazón quiera salir y regresar de mi cuerpecito, llegó Rebeca y me dijo unas cosas que realmente no le preste atención, cuando terminó de hablar le pregunté por Vicente, ¿siguen en la casa de Leo, tomando? ¡ya no me manda mensajes!, ¡siiiii Ana, él está  ahí en la casa de ese payaso!, creo que se fue a comprar cerveza por eso no te ha respondido supongo, un aire de alivio rozó mi corazón y nuevamente ella se fue, me eché en su cama y miraba mi celular esperando que vibrara mi obsoleto celular, sentí la puerta abrirse e imaginé que era Rebeca y ni me inmute, escuché la puerta cerrarse y se apagó la luz, no me dio tiempo de reaccionar y ya estaba con él arrinconada contra el ropero y sin poder decir nada sus labios estaban conociendo los suaves movimientos que daba mi intimidada boca, nunca nunca nunca nos habíamos hablado en persona y ya estaba besándome, si antes mi corazón sentía salirse, ahora solo y sencillamente había explotado de emoción, cuando terminó de darme el ósculo, sentí en mi boca la primera vez el sabor de la cerveza y el cigarro juntos ¡terrible combinación! y solo  sonreí y me dijo, ya me voy te mando mensaje ¿ya?, no respondí (estaba contrariada) y se fue, y si los mensajes anteriores al beso eran extaciantes los que vendrían no tendrían adjetivo para describirlos, el domingo terminó, él se fue y yo regresé a casa.
***                  Una mañana Vicente me llamó, la última vez que lo vi supe que su papá, el señor Rodrigo, estaba enfermo y se encontraba internado y casi un mes después, su llamada entró a mi celular, yo estaba con mi hermana en el carro por San Martín de Porres  yendo al velorio de mi primo Mathias, la pérdida más dolorosa que eh tenido, contesté "¿Aló? -¿Aló, Ana? ¡ se murió, me acaban de llamar para decirme que se ha muerto, Ana, ¿qué hago?- me quedé en silencio, no sabía qué hacer" lo escuchaba llorar y quería pasarme por el celular para estar con él, yo fui la primera persona a la que él llamó, y no sabía qué hacer, que decir, solo atiné a escucharlo y darle fuerzas, colgó el celular y seguí mi camino con una pena y dos muertes, mi primo querido mi confidente y compañero de juergas imborrables Mathias y el señor Rodrigo a quien había visto desde muy muy pequeña, el pícaro hermano de mi Madrina Merci.
******** Pasaron años y años y siempre hemos estado comunicados, rara muy rara vez nos hemos vuelto a ver, cada uno entiende nuestros porqués y las diferentes excusas que han existido, pero el feeling que nos hemos tenido sigue estando ahí, vivo, confieso que siempre ha sido él el que ha estado insistentemente conmigo, saludándome, aguantando mis caprichos, mis malos ratos, mis desplantes, mis locas reacciones, mis risas, mis exigencias y mis tantos arranques que suelo tener. Hace poco nos volvimos a ver y me tocó ser a mí su soporte, su sostén, su apoyo, su amiga, su compañera, su consejera, su psiquiatra, su psicóloga, su empuje a seguir, su mano imaginaria para darle fuerzas a vivir y no a sobrevivir, todos pasamos por momentos que nunca imaginamos pasar, pero estoy aquí para él, para que no este solo, para que no se derrumbe, para que ría en medio de la tempestad, para que se sienta querido por que todos merecemos y necesitamos ese alguien que esté con nosotros, y aunque yo no lo tuve cuando estuve en tu posición, yo estoy aquí para darte una y mil opciones para ser libre, para ser feliz, para sonreír, para embriagarnos de momentos inolvidables, para verte crecer, para que "le" calles la boca al mundo, para que no te arrepientas de nada, para que inventes una forma de ser tú y solamente tú contigo mismo, y sobre todo para que puedas respirar y sentirte bien.
 Escribo todo esto con la única finalidad de que cuando lo leas te sientas querido, importante, y sobre todo que termines leyendo esto y puedas decir ese del cuento, ¡ese del cuento, SOY YO!
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Frío y dulce [Nolcnorrol]
Suena el despertador. No era necesario, ya estaba despierto (¿despierto? ¡Si casi no pude dormir!). Son las seis. ¡Salto de la cama! No hace frío, tampoco hace calor. Todo marcha bien. Abro las cortinas, ¡que entre el sol! ¡Ah, vaya, qué día! Pobres los que no puedan disfrutar esta vista todas la mañanas: veo un hombre que sale del supermercado, ¿en su bolsa habrá harina o jabón en polvo?; aquel niño corre por la avenida, seguro llega tarde al colegio, qué chistoso; miro más allá, donde una mujer habla con el vendedor de diarios, ¡comenzar el día informándose es siempre lo mejor que se puede hacer!
Voy al baño, pero antes las miro. Me aseguro de que todavía estén allí (¿cómo podrían escaparse? ¡No tienen patas! Aunque admito que eso sería chistoso). Están. Las contemplo un rato, ¡qué ansioso estoy! No me tengo que distraer, parezco un bobo. Ahora toca bañarse, vestirse y ir a trabajar. No quiero sonar mal, pero hoy prefiero que el día pase rápido. Quiero que llegue la noche. Nunca mejor dicho: ¡la noche! La noche más especial, la que llevo meses esperando.
Termino de bañarme y quiero desayunar. ¿Tostadas o galletas? ¿Café? Nada de eso. Eso es común y lo comeremos en días comunes. Hoy no es un día común. Hoy desayuno el pastel que compré ayer y una taza enorme de leche con chocolate. ¡Se me hace agua la boca de solo pensarlo!
Hora de salir de casa. Podría salir más tarde, es verdad, pero correría el riesgo de llegar unos minutos tarde. ¡Casi lo olvido! Antes de irme, tengo que saludar a los chicos. Busco las Pokéballs, ¿dónde las dejé? Ah, claro, en el comedor, en la mesa de la televisión. Abro las Pokéballs de todos (bueno, no, no abrí la de Dodrio porque ayer limpié la alfombra y él siempre la ensucia). “Chicos, me voy a trabajar, sean buenos y quédense en sus bolas. Los veo en unas horas, deséenme suerte”. Pidgeot suelta un chillido. Qué amable es, seguro me está deseando lo mejor.
Llego al trabajo. ¡Hola, Raquel, qué bien te ves! Tino, ¿ese peinado es nuevo? Vanesa, ¿cómo fue tu cita con el tenista? Voy a mi consultorio. Quiero prender un sahumerio. Prendo uno de vainilla: hoy no es un día como cualquier otro. ¿Cuánto falta para que anochezca? ¡Apúrese, señor sol!
Llegan los pacientes. Una mujer mayor, hay que tratarla con respeto. Dice que está muy contracturada: ¡ya lo creo, qué horror! Más tarde, un hombre de cuarenta y dos. Se lo ve nervioso. “Tranquilo: soy masajista, no diablo”, bromeo. Él ríe y vamos a lo nuestro. Al rato se va (se lo ve más relajado, qué bien). Llega otra mujer mayor. También dice estar contracturada. ¡Maldito seas, estrés! ¡No me molestaría perder mi trabajo con tal de que abandonaras este mundo!
El sol está más cerca del horizonte. Son las siete, terminó mi turno. ¡Buen fin de semana, Raquel! ¡Saludos a la familia, Tino! ¡No te olvides de contarme por Whatsapp, Vanesa!
Llego a casa. El tiempo pasa cada vez más lento, ¡pero qué poco falta! Tengo que ir a ver si los chicos están bien, pero antes quiero saber si siguen ahí (recuerdo lo que pensé esta mañana, lo de las patas, ¡qué gracioso!). Sí, ahí están. Siguen sobre mi escritorio. El espejo hace que parezcan cuatro, pero son dos (no te confundas, dos son suficientes).
Ahora sí, a saludar a los chicos. Pidgeot, Noctowl, Fletchinder, Pelipper, Zubat, Tropius, Vullaby, Otag, Dodrio (cuidado donde pisas, tú) y Lapras. Hace mucho que no hacemos algo juntos, chicos, un día deberíamos ir al parque. Suena mi celular. ¡Es Vanesa! Me envió una nota de voz de siete minutos. Seguro habla del tenista. Ese chico es ideal para ella, estoy seguro. Me pregunta qué pienso de lo que me cuenta y imagino cómo sería su casamiento. Miro la esquina superior derecha del celular: ¡ya es la hora! “me tengo q ir!!”, le escribo a Vanesa. Me respondió algo, pero ya no tengo el celular en la mano, estoy yendo al escritorio a buscarlas. Siguen ahí, las entradas están exactamente en donde las dejé la semana pasada.
Salgo a la calle. Estoy vestido para matar, la verdad. Mi mejor traje, mi mejor corbata. Los zapatos me costaron un dineral, mejor ni pienso en eso. Hoy no hay que pensar en eso. Un momento, ¿agarré las entradas? Me toco el bolsillo: sí, las traje, ahí están, bien protegidas. En el camino toco varias veces mi bolsillo (nunca se sabe, todavía pueden salirles patas).
Llego al cine. La fila es larga, pero no me molesta esperar. Me puedo entretener mirando las veredas, eso siempre es divertido. Cada vez hay más personas dentro del cine y menos en la fila. Cada vez estoy más cerca. Me toco el bolsillo: siguen ahí.
Llega mi turno. ¡Por fin! “Su entrada, por favor”, me dice el señor de la puerta. Cómo no, señor. Saco las dos entradas de mi bolsillo. Una es la de la avant premiere, otra es la del meet&greet con el director y los protagonistas. “Tome, buen hombre”, le digo. La mira, todo parece estar bien. Me preparo para poner el primer pie dentro del cine. “Momentito”, me dice. Qué raro, ¿no habrá leído bien? “Deme sus documentos”. ¿Documentos? No traje documentos. “Entonces no puede pasar, señor, tengo que certificar que usted está en la lista”. ¡Nadie me dijo que trajera documentos! Me empiezan a gritar desde atrás, quieren que me apure. ¡No entiendo! ¡Yo me gané las entradas por la radio! ¡Yo voy a ver antes que nadie la nueva comedia romántica de Cecilia Fuentes! ¡Yo me lo gané! “Sin documento no pasa nadie, señor, lo lamento”.
Vuelvo a casa. No me siento bien. Estoy… no sé ni cómo estoy. Estoy raro. Llego al departamento. Cualquiera habría ido a buscar los documentos y vuelto al cine. Yo no puedo. Yo no tengo documento.
Pidgeot se acerca, le debe extrañar que haya vuelto tan temprano. Vete, no quiero hablar ahora. ¡Vete, te dije, no insistas! Estoy triste. Me acerco al celular (estaba apurado y no lo llevé al cine). El mensaje de Vanesa decía “Disfrutaloo!”. Sí, claro. Nada voy a disfrutar. Nada. No le voy a responder.
Supongo que es lo que me toca. Ya pasó varias veces. Otros no tienen la vista de la ciudad que yo tengo a la mañana, yo no tengo documentos. La vida no siempre es justa, empiezo a pensar. Me acuesto en la cama sin sacarme las medias. Trato de dormirme. Esta vez tampoco puedo, pero ya no por la ansiedad sino por la furia. Es furia lo que siento. Es furia porque no es justo lo que me toca. Es furia porque yo soy el que pierde. Busco la carpeta que está en el cajón de la mesa de luz y intento contenerme. Es furia, no hay dudas. La abro. Ahí están sus fotos, seguro que él sí tiene documentos. Siento furia. Están sus fotos, sus datos. Lo miro a los ojos. Tiene ojos azules, pelo azul. Es líder de gimnasio, según dice ahí. Furia, con todas las letras. ¿Vive en “Johto”? ¿Qué es eso? ¿Una comida o una región? Nunca sentí tanta furia. Se llama como yo. Lo odio. Siento furia. Siento furia porque él tiene todo lo que a mí me falta. Siento furia y lo odio. Siento furia y te odio, Falkner.
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makahimetenshi · 3 years
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Living with you Chapter 4 - Jotakak fanfic
-Tio Kakyoin~ te traje algo de cenar –la niña entro a la habitación- Todavía no pudiste organizar todo? –noto como las puertas de la habitación  japonesa seguían cerradas y las valijas estaban sin tocar, apenas estaba abierta la que tenía los soportes y los elementos de trabajo del pintor.
-Lo siento Jolyne, pasa que llevo un día de retraso y tengo que entregar estos cuadros y… -se sorprendió cuando la niña le alcanzo un vaso de bebida –comeré después no te preocupes.
-No! Papa me conto que no comes por terminar tus cosas! Así que me quedare aquí hasta que comas! –la niña le tiro del brazo para que se siente y ponerlo frente a la bandeja con el plato de comida.
El pelirojo la miro totalmente sorprendido, rió por unos momentos y se puso a comer junto con la hija de su amigo, le tenía muchísimo cariño por que la conocía desde que nació, recordaba la primera vez que la cargo, era un poco inusual que el mejor amigo del futuro padre estuviera con el en la sala de partos pero así fue, Kakyoin lo acompaño ese día, sin ningún problema por parte de la familia de Jotaro, Holly después de todo le tenía mucho cariño y apreciaba mucho que el estuviera con su hijo en un día tan importante.
Al rato Jojo entro con un futon a la habitación –Kakyoin, te dejo esto para que duermas –el pelirojo mientras pintaba le hizo unas señas con las manos diciéndole que haga lo que quiera –no parece que lo vayas a hacer por un rato igualmente, buenas noches –el moreno se fue a su habitación a dormir, habiendo dejado ya a su hija en la suya, esta vez no lo despertarían los gritos furiosos del gamer.
A la mañana siguiente los gritos de su hija lo despertaron desde la cocina, había olor a tostados, se paso la mano por la cara y reuniendo fuerzas se levanto para ir a ver que pasaba.
-Jolyne! No grites! Vas a despertar a Jotaro! –veía al pelirojo tapándole la boca a la niña nervioso.
-Mejor! Así el viejo se levanta y viene a comer!
-Que es todo este escandalo? –Jotaro apareció en la puerta sin camisa con el sueño disperso por toda la cara, entrecerrando los ojos por la luz del sol.
-Buenos días Jotaro, estoy preparando un desayuno…simple…en un momento ya estará
-Dormiste bien en el futon? Es difícil acostumbrarse al principio según mi abuelo
-El abuelo nunca se acostumbró, cada vez que viene a Japón se queja mas –la niña tomo un vaso de jugo de naranja
-En realidad me quede dormido en el piso y dormí…unas 3 horas…tenía cosas que hacer, y estoy plenamente satisfecho –el pelirojo lució una sonrisa totalmente orgullosa- los 2 cuadros que termine hacen que mi ego suba –Jotaro suspiro al oírlo y también tomo un jugo, revolviendo el pelo de ambos chiquillos haciendo que el pelirojo riera, su amigo realmente se ponía así cuando algo le salía bien –Me queda solamente terminar 2…y ya estaré totalmente libre, eran para mañana así que por eso mi prisa, los tenía que entregar mañana lunes y el miércoles era la exposición, me pone bastante nervioso.
-Tienes unos hábitos horribles –Jotaro le susurro mientras Kakyoin sacaba los tostados y les ponía una servilleta –A la tarde voy a llevar a Jolyne al cine, quieres venir?
El pelirojo le dio un mordisco a su tostado- Si termino lo que estoy haciendo si, no hay problema…oye gracias por…dejarme quedarme y eso –Jotaro no le respondió, sabía de sobra que no necesitaba decirle que estaba bien todo.
Kakyoin siguió pintando durante la tarde, logro terminar un cuadro mas, casualmente de Star Platinum, realmente le gustaba la idea de la uni de su amigo, era un personaje elegante y formidable a la vista, poderoso y también intimidante, Jotaro hace un rato le había dicho que estaba bien, sabía que su amigo no entendía de estas cosas y pues, lo dejaba pasar y realmente no le importaba, después de todo el no sabía de peces dorados por ejemplo. Fue a darse una ducha, muy pronto Jojo iba a salir con su hija al cine y quería acompañarlos, salió del baño y se puso su crema y perfumes, el anteponía su higiene antes que muchas cosas, su piel para el era sagrada y tenía que que estar suave y con olor a cerezas, o menta, le gustaban ambas, a veces cambiaba, se vistió y fue a buscar a Jotaro a su estudio, ahí tenía unas peceras gigantes decorando las paredes, ciertamente difería mucho con el estilo japonés del resto de la casa pero era su pequeño santuario, tenía varios tipos de peces y todos eran igual de hermosos, varias veces había dibujado el pequeño acuario de su amigo.
-Jojo, van a salir? –Kakyoin se poso en el marco de la puerta, llevaba unas gafas de sol, una polera verde y unos pantalones blancos, Jojo al verlo pensó que se veía bastante bien, tenía estilo.
-Si, Jolyne se esta terminando de arreglar, vas a venir?
-Me gustaría…-un sonrojo se hizo evidente en el rostro del pelirojo al notar que quizá se invito solo.
-Esta bien, luego podemos ir a cenar algo
Toda preocupación desaparecía cuando Jojo le respondía así.
Para la noche ambos hombres ya habían vuelto a casa, Kakyoin tenía a Jolyne en brazos cargándola a su habitación, según ella estaba cansada de caminar, y el realmente no tenía problema en cargarla.
-Jolyne, te había dejado mi consola no? Que tal vas?
-Ya casi voy por la mitad, tengo que aprovechar por que el viejo no me compra videojuegos
-No, Kakyoin como jugador es una mala influencia, te quiero alejar lo mas posible de que te vuelvas como el –el pelirojo rió por lo bajo.
El pintor dejo a la hija de su amigo en el futon y se fue a trabajar a su habitación no sin antes dejarle un beso de buenas noches, igual que su padre. El cual tomo su notebook y se fue a la habitación de Kakyoin sentándose en una esquina, argumentándole que ahí había mejor wifi, el chico realmente no se quejo así que siguió en su pintura sin problema mientras Jojo estaba en internet y ya. Bastante tarde Kakyoin había terminado su pintura, se dio cuenta que el moreno se había quedado dormido con la notebook en las piernas, le quito la computadora ligeramente preocupado y le puso la frazada del futon en los hombros, durmiendo a pleno pecho se iba a terminar enfermando, Kakyoin se fue a dormir al colchón que quedaba con un abrigo encima, no tendría frío pero sin embargo le preocupaba que Jojo si.
Ya de mañana los 3 se despertaron, desayunaron y fueron a sus respectivos trabajos, Kakyoin se encargo de llevar a la niña al colegio, ahí los recibió Polnareff en la recepción quien hace poco había entrado a trabajar en el colegio de la hija de Jotaro, menuda coincidencia!
-Polnareff! –saludo Kakyoin soltando la mano de Jolyne quien prosiguió su camino normal a clases.
-Kakyoin? Que haces tu aquí? –el rostro del francés se ilumino de felicidad al ver a su amigo- y con la hija de Kujo? Que paso? Hombre no esperaba verte!
-Jotaro y yo de momento estamos viviendo juntos y…
-NO ME DIGAS QUE…!? Ay si se nota muchísimo en la universidad y… -Kakyoin sonrojo ante la chismosa y emocionada sonrisa de su amigo hablando de cosas que no eran así!!
-NO! Osea, tuve un problema en mi casa y Jotaro me ofrecía quedarme hasta que lo solucione es todo –Kakyoin tomo su brazo izquierdo quitándole la mirada al francés por un momento, lo bocon de la universidad y de sus salidas no se le iba a quitar nunca, siempre hablando cosas que no debía.
-Ah…que aburrido chicos…-Polnareff lo miro con cierta decepción y el pelirojo rió ante esto –Que tal el trabajo? Te he visto en internet, eres asombroso –el rubio le dedico una sonrisa orgullosa, sabía que su amigo era talentoso, le encantaba su trabajo.
-De verdad? –rió levemente –el miércoles tengo una exposición, te interesaría venir?
-El miércoles casualmente tengo una cita con una chica a la que ya la aplace mucho, ya sabes, no me paran de llover mujeres y se llena mi agenda –el francés mostro una sonrisa picarona, Kakyoin rodo los ojos –No lo haces otro día? Tengo ganas de ir pero… -su expresión se doblaba en lastima.
-Te aviso para la próxima con mas antelación, sabía que eras el profesor de Jolyne por que Jotaro me lo dijo
-En todo caso hubieras venido a visitarme antes~-una sonrisa surco su rostro, luego vió a Kakyoin mirar horrorizado su celular y su rostro entero se normalizo.
-Lo siento Jean, luego nos vemos si? Voy llegando tarde y realmente sufrí por estas pinturas –levantaba el hombro donde estaba el estuche de los lienzos con una sonrisa nerviosa –Adios!
Polnareff le saludo y ambos amigos se despidieron, tenía ganas de invitar a los 2 a beber algún día.
Cuando Noriaki llego a la residencia Kujo se dispuso a ordenar su nueva-temporal habitación con una sonrisa en el rostro, todavía faltaba un rato para que Jotaro viniera con Jolyne así que también podía preparar una cena. Acomodo su ropa en un armario de pared, puso su consola en la televisión del comedor para que también Jolyne pudiera usarla y se acomodo un poco mas con sus pinturas en aquel rincón, y cambio los papeles de diario del suelo. Ahora podría relajarse por un par de días hasta la exposición, y quizá dormir bien esta noche.
Se dío un baño siguiendo su normal proceso de belleza, ósea, la manera de cuidar su piel y su cabello era digna de ser llamada un proceso, se vistió y se puso un delantal, tal vez Nikumans caseros estarían bien, por su influencia extranjera Jotaro y Jolyne no tenían los mismos hábitos japoneses de hacer miles de platos para una sola comida, preferían comer mucho de una sola cosa y ya, Kakyoin era puramente extranjero pero no le molestaba para nada, hasta le ahorraba trabajo así que mejor por el.
Los 2 Kujos no tardaron en llegar y en morir por los Nikumans, Jotaro no había almorzado así que tener una comida al llegar a casa era una bendición y…para ella comer estaba siempre bien, la cocina de Kakyoin no era precisamente deliciosa, era bastante mediocre, ni buena ni mala, tenía sabor pero no era la gran cosa, era comida y ya, por adaptación Kakyoin de tanto tiempo que pasaba con los Joestar se le contagio esa poca habilidad para la cocina y se le quedo y ya.
-Kakyoin -El nombrado levanto la mirada mordiendo su comida- Que tal te fue hoy? Con lo de los cuadros, ósea estuviste trabajando mucho.
El pelirojo tenía ganas de llorar, hace años que nadie le preguntaba algo por el estilo, no solo desde que se mudo si no que en su casa tampoco pasaba, ósea a alguien le importaba su día, era super raro…ya se estaba poniendo emocional, sonrió tímidamente mirando su bebida y le respondió
-Bien, recibieron bien los cuadros y el miércoles será la exposición, así que tengo mañana un día de descanso, luego de las exposiciones vienen los días complicados con los encargos y las fotos y las nuevas ideas y eso…Ah hoy por cierto cuando lleve a Jolyne al colegio encontré a Polnareff.
-Si, me sorprendió bastante verlo ahí, hay que salir juntos un día
-Y también invitar a Avdul, seguro Polnareff sabe como contactarlo –respondió con una sonrisa idiota el pelirojo, se sentía bien.
Paso el rato y ya eran las 10 de la noche, la niña había hecho su tarea y había jugado con Kakyoin en la consola, bajo amenaza de Jotaro que se controlara o lo molía a golpes, y realmente no quería probar la fuerza de su amigo, que ya había comprobado varias veces que era bruta y muy violenta. El pintor se encontraba en su habitación con su pijama puesto con la notebook en sus piernas viendo videos varios, cuando entro Jotaro, sin camiseta, como era usual para el dormir con el celular en la mano.
-Estaba buscando cosas de Avdul y termine encontrando varias fotos y videos de todos, quieres ver? –dijo pausada y tranquilamente el moreno, la mirada de Kakyoin se oscureció por un momento –quite, ESAS fotos, no te preocupes.
El pelirojo le hizo un espacio en el futon y Jotaro se sentó al lado suyo metiendo los pies el la frazada para mantenerse caliente.
-No tienes frió así? –Kujo solo soltó un bufido, a veces preocuparse era para nada.
El moreno puso un video que había filmado Avdul de Kakyoin y Jotaro jugando en la casa de la madre del pelirojo, aquella partida estuvo dura, y eso que solo estaban jugando CSGO, ambos no podían evitar  reír con los comentarios de Avdul en la pantalla, no lo parecía pero el negro era bastante tontito cuando quería y eso era como que su chispa, su sentido del humor oculto. Siguieron viendo varios videos y fotos acordándose de viejos y relativamente nuevos momentos, eran risas simples y cómplices pero ambos se sentían bien con ello, era divertido, a Kakyoin le hacía pensar en lo unidos que eran todos y Jotaro en lo divertido que es cuando todos se juntan, no paso mucho antes de que Kakyoin se recostara dándole la espalda a Jotaro, argumentando que tenía bastante sueño. Jotaro se recostó al lado suyo dándole la espalda, el futon era grande ok? Esta vez no era raro como en casa de Kakyoin que lo tenía que sujetar para que no se le escape a jugar, ahora estaba calmado y esto definitivamente no iba a ser raro al despertar.
-Esta semana voy a tener días difíciles en el trabajo, y muchos odiosos cambios de turno –susurraba Jotaro tapándose su amigo le bufo preguntando por mas –hay un proyecto de remodelar el acuario del zoológico de aquí cerca y me necesitan, ya me veo levantándome, duchándome, trabajando, comiendo, cagando y durmiendo, así todos esos días –Noriaki no pudo evitar soltar una risita.
-Me encargare yo de Jolyne para hacértela mas sencilla –el moreno le bufo, sabía que había sonreído y no era necesario decir mucho mas, ambos cerraron los ojos y se quedaron dormidos
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mrscastellanos · 5 years
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ARGOS: CAPITULO 33
Burbujas de agua suenan, los pequeños rayos de sol ilumina las profundidades del cenote, Danae estaba recostada en la arena mirando solamente como pequeñas gotas de su sangre que salía de una herida en la frente se dispersa en el agua, no podía nadar su cuerpo había sido debilitado por el impacto del kulkan, su mirada vio un plumas blancas al igual de una gran cola de pescado majestuosamente Blanca, segundo después sintió como la tomaban de su antebrazo y la ayudaba a sentarse pudo ver con claridad que era una mujer de tes palida, sus ojos era completamente blanco sin señales de iris, su cabello blanco como la nieve bailaba por el agua y sus escamas brillaban atra vez de los pequeños rayos de luz.
"Lamento que estés nuevamente en las profundidades, es mi culpa que estés sufriendo la inmortalidad, yo solo concedi lo que tu madre del pasado quiso"
Danae solo movió delicadamente su cabeza como señal de no saber nada lo que decía aquella mujer.
" Se que no entiendes lo que estoy diciendo pero quiero pedirle perdón por arrebatarle su vida mortal, y como recompensa te daré mi fulgor para ayudarte cada vez que estés en problemas"
Aquella mujer la tomó de las manos dándole una pluma Blanca como marca de su fulgor, la miró sonriente.
"Danae, partir de hoy seré tu aliada"
Aquella mujer albina se alejó nadando hasta arriba para luego desaparecer entre los rayos del sol,su fuerza había aparecido así poniéndose de pie e impulsarse para salir de ahí, aunque su energía haya regresado su cuerpo sigue adolorido, Nadaba con fuerza hasta por fin se encontrarse en la superficie dando un gran trago de aire, se subió al muelle devolviendo toda el agua que había tragado, su respiración era acelerada.
Danae: Que demonios acabo de presenciar -dijo agitada.
Nyx: ¡Danae!
Se acercó a ella poniendole su chamarra y abrazarla.
Nyx: estaba a punto de volver entrar ahí para buscarte.
Danae: Nyx, estoy muy adolorida por favor vamos de regreso a la aeronave.
Asintió el soldado y la ayudó caminar hasta salir de la cueva, Alcander y Thanasis se encontraban en la salida preocupados igual hasta que vieron que los dos salían de la cueva.
Thanasis: Danae ¿que te paso?
Nyx: habíamos encontrado a kulkan y ya estábamos a punto de concluir la misión pero se despertó agresivamente gracias al ruido de la radio y la atacó al grado de mandar al fondo de un cenote que había.
Alcander: Lamento haberla utilizado.
Danae: No te preocupes hermano, pronto vamo a encontrarla no debe estar muy lejos.
La pelirroja empezó a retorcer del dolor que tenía en el abdomen.
Thanasis: Dejame ayudarte a entrar a la nave.
Nyx: No se preocupe Thanasis yo la llevaré
Danae: No se preocupen yo puedo sola.
Dijo apartándose de ellos y cambiar unos pasos hasta la nave, entró a unas habitaciones que tenía y se dio una ducha cálida para subir un poco la calentura después de estar treinta minutos en las heladas profundidades del cenote, los dolores eran insoportables que trataba de no gritar, salió de la ducha, se puso ropa cómoda y recostarse en un sofá cama que había.
Nyx: ¿Como te sientes?
Danae: Pesimo.
Nyx: Lo que pasaste ahorita quien no se sentiria mal.
Nyx: Es que no es eso nyx.
Danae: ¿Entonces?
Le hizo señas para que se acercara y le hablara por el oído segundos después el soldado la miró fijamente.
Danae: No se lo digas a nadie por favor, es un secreto entre los dos.
La apegó a él empezando a acariciarle la cabeza mientras seguía impresionado por lo que la había dicho.
Nyx: ¿Quieres posponer la búsqueda para otro momento?-preguntó de la nada.
Danae: No lo sé, quiero dar por concluido todo esto de kulkan.
Nyx: Días van y días vienen no hay que desesperarnos, es mejor que pasemos la noche y la mañana aquí, en la tarde reunamos la búsqueda, pero primero está tu estabilidad.
Danae: Ok, pasaremos la noche y la mañana aquí mientras me recupero del todo.
Nyx: Entonces iré ahorita a decirles.
Danae: Por favor no digas nada de nada de lo que te eh dicho.
Nyx: No te preocupes no voy a decir nada, es una promesa.
Danae: -alza su meñique- Por la garrita.
Nyx: ¿es enserio?
Danae: Dije que por la garrita.
Nyx: Bueno, -alza el meñique- por la garrita, ahora descansa.
Salió y se dirigió nuevamente con los chicos.
Thanasis: ¿Como está ella?
Nyx: Está muy mal, aún le duele todo.
Alcander: No puede ser que aun le duela el cuerpo después del impacto que recibió, yo digo que ah de ser otra cosa.
Nyx: Tu hermana podrá regenerar sus heridas, pero el sentir el dolor no, así que comprenderla igual siente y más con ese gran golpe que tuvo ningún mortal lo llegara a contar.
Thanasis: Nyx tiene razón.
Alcander: Bien ¿y ahora que vamos hacer?
Nyx: Me dio la orden que pasemos la noche y la mañana aquí mientras se recupera ella.
Alcander: No me opongo en las decisiones de ella.
Thanasis: Ni yo.
Nyx: Entonces así será.
[Horas después]
La noche cayó Alcander, Thanasis y Nyx se encontraban al rededor de una fogata a las afueras de la nave preparando la cena.
Alcander: Yo soy profesional cocinando.
Thanasis: ¿En serio?.
Nyx: No le crea lo único que le sale perfectamente bien solo son los sándwiches.
Alcander: Pero son deliciosos eso es lo que importa.
Danae: lo puedo confirmar -comentó acercándose a ellos.
Alcander: ¿No deberías de estar reposando?
Danae: Siento que ya repose mucho.
Thanasis: ¿Entonces ya te encuentras mejor?.
Danae: no al cien por ciento pero estoy bien como para seguir adelante con la misión.
Alcander: Eso significa que hay cambios de partida, verdad.
Danae: así es, mañana en la mañana podremos parir para buscarlo.
Nyx: ¿Estas segura de partir mañana?
Danae: -asiente-.
Alcander: Entonces que así sea para terminar lo más rápido esto.
Thanasis: cenemos mejor y dejemos un rato ese tema
dijo entregándole a cada quien un plato de caldo de pescado Danae solo lo veía el plato como la cabeza del animal la veía.
Alcander: vamos, es cuestión que lo comas seguido se que te va encantar.
Danae: Jamás.
Thanasis: ¿A caso no le gusta?
Alcander: Lo odia a muerte, vamos mujer come un poco.
Danae: Prefiero morirme de hambre.
Alcander: Si es que puedes -se ríe.
Danae: No es gracioso sabes.
Nyx: No se como puedes odiar este manjar.
Danae: Solo me voy a tomar el caldo por que tengo hambre nada más.
Entre risas cenaron a gusto una hora pasó y la hora de dormir había llegado todos dormían en camas separadas, y nyx se despertó al escuchar pasos empezó a caminar hasta encontrarse a la joven sentada en la ventana mirando el mar.
Nyx: ¿No puedes dormir? -preguntó acercándose a ella.
Danae: si puedo pero el dolor de cabeza empezó otra vez.
Nyx: No mientas, es por lo otro verdad.
Danae: No es por eso, si no estoy pensativa por aquella mujer albina que vi en las profundidades.
Nyx: ¿una mujer albina?
Danae: -asiente-, tenía la apariencia de una sirena y me pedía perdón por lo de mi inmortalidad.
Nyx: De seguro fue una ilusión tuya, es imposible que existan sirenas en este mundo.
Danae: Es enserio nyx, Eos esta repleto de Magia, de criaturas, personas inmortales, sidereos que hablan, hasta gallinas gigantes hay, como puedes decir que es imposible que existan sirenas.
Nyx: Bueno solo decía por que nunca eh visto una.
Danae: -suspiró- al verlo-
Nyx: Mejor vayamos a dormir para que estemos bien a la mañana y partir.
Danae: Ok.
Se bajó de la ventana y se dirigieron nuevamente a dormir, a la mañana siguiente partieron para encontrarlo nuevamente.
Radio: "Tras fuertes temblores que hubo cerca del Bacia de cauttess, hoy por la mañana se descubrió que el famoso Meteo desapareció completamente"
Alcander: es un hecho que Noctis ya tiene su primer fulgor- Dijo cambiando de estación.
Thanasis: uno menos.
El celular de Alcander empezó a sonar y él revisó que la llamada era de Mark, no dudó en contestar.
Alcander: ¿Como les fue?-preguntó
Mark: "Fue todo un éxito, hubo problemas con el imperio de ideolas pero se pudo solucionar bien, ahorita estamos en una granja de chocobos resguardandonos de la lluvia".
Alcander: ¿Está lloviendo por allá?
Mark: "Si y es provocado por otro sidereo llamado Lamú, hace unos momentos una mujer se acercó de la nada para decirnos que tenemos que encontrar una fulguritas que están cerca de aquí y para avisarnos que la oráculo lunafreya esta en el ojo del huracán".
Alcander: ¿lunafreya en el ojo del huracán?
Danae: Se refiere al ritual del leviatán y de los que la andan buscando.
Alcander: Ya veo.
Mark: " Y ustedes como les va con la búsqueda?"
Alcander: Bueno...-es interrumpido por su hermana que le había quitado el celular.
Danae: Ya lo teníamos pero se nos escapó así de la nada, lo estamos buscando nuevamente -respondió.
Mark: "Espero que puedan capturarlo, ya Noctis te está llevando ventaja"
Danae: ya lo sé.
Mark: "Por cierto él está aqui a mi lado, quieres hablar con él?"
Danae: por ahora no.
Alcander: Hay habla con tu amorcito para que se te quite esa amargura.
Danae: Mira si estoy así es por tu culpa eh, aparte no es amargura es frustración lo que tengo al saber que ya estaba a punto de capturarlo y alguien lo arruina con hablarnos en la radio, así que callado.
Mark: "Bueno de todos modos los dos tienen la culpa uno por llamar y el otro por tenerlo a la mano".
Danae: No ayudes mucho mark.
Mark: "Es la verdad y lo sabes".
La llamada empezaba a distorsionarse y la aeronave empeza igual a tener turbulencia.
Alcander: ¡¿Que es lo que está pasando?!
Nyx: Parece que hay mucha ráfagas de aire.
Danae: Debe de ser él.
Thanasis: Muchachos vengan a ver esto -dijo mirando la ventana.
El trío se acercó a la ventana mirando que había un gran remolino en medio del mar que se acercaba a una pequeña ciudad.
Danae: ese debe der ser el maldito reptil.
Alcander: Daré la orden al piloto para un aterrizaje forzado.
Danae: Que sea un punto no alejado ni cercano a él.
Alcander: Entendido.
El joven príncipe se dirigió a la cabina del piloto dando directamente la orden,la aeronave aterrizó en el punto exacto bajando todos para ver claramente.
Danae: En ese acantilado será bueno para hablar con él, Nyx ¿aún tienes tus kukris?
Nyx: Nunca salgo con ellos, ¿por qué?
Danae: porque las Necesitare para enfrentarme con el sidereo.
Nyx: Estas loca, la última vez esa cosa te mando a la profundidades.
Danae: Y lo mismo va ser con esa ciudad , si no lo detengo.
Alcander: Iremos contigo.
Danae: Es recomendable que se queden aquí, no quiero que les pase nada.
Alcander: Eres necia, todo lo quieres hacer tu sola.
Danae: Admito que soy necia, pero si hago las cosas solas es por que no quiero perderlos por eso mismo Alcander.
Thanasis: Tenemos que respetar la decisión que haga Elyssa siempre sale bien las cosas.
Alcander: ok tiene razón tu clon, son tus decisiones.
Thanasis se acercó a ella entregándole el tridente.
Thanasis: Quiero que lo lleves por ahora para cualquier cosa que pase y yo si tengo fe que lo que vas hacer será un éxito.
Danae: Gracias Thanasis -agradeció tomando el tridente.
Nyx: Espero que no te pierdas otra vez en el fondo del mar- comentó entregándole sus kukris.
Danae: Te lo prometo que esta vez no pasa, chicos Manténgase resguardados por favor.
Los tres asintieron y Danae se marchó hasta al acantilado, entre más subia al lugar, más fuerte era el viento, llegó
Danae: ¡KULKAN!
Aquel gran remolino se esfumó rápidamente dejando ver al sidereo.
"Criatura desagradable, como es posible que sigas viva"
Danae: por que soy invencible para ti animal volador.
"No tienes derecho de ofenderme"
Danae: Ni tu tampoco lo tienes
Danae: Si estoy aquí es para pedirte que regreses con ku y me den su fulgor y me ayuden a proteger al entronado de su sacrificio.
"Ku y yo no pertenecemos en los líos de los Lucis"
Danae: Entiendo perfectamente que ustedes no son parte de los líos de la familia Lucis Caelum, pero hubo un tiempo que lo estuvieron.
"Solo éramos la segunda opción cuando el leviatán o cualquier sidereo no quería aparecer ellos recurrían a nosotros por eso en la separación nos alejamos de ellos, ¡ODIAMOS QUE SEAMOS LOS DE EMERGENCIA!
Danae: Toda la familia de Lucis Caelum son unos idiotas al igual que su gente-mintio- pero estoy segura que hubo alguien que siempre los aprecio como los primeros.
" Nadie lo fue"
Danae: Entonces déjame ser esa primera persona -respondió extendiendo su mano como señal de ofrecimiento.
"Primero me tendrás que derrotarme"
Danae: Bien, si eso quieres vamos hacer una apuesta, si yo te gano tu vendrás conmigo y me darás tu fulgor junto con ku.
"Y si yo te gano"
Danae: Si yo pierdo, me voy dejándote con en paz.
" Que así sea"
Kulkan se elevó al cielo y con su viento cuarteo varios pedazos de de rocas quedando flotando por todo el lugar y así uno por uno atacar a la pelirroja, Danae con el conocimiento que tuvo en los entrenamientos de los glaive, esquivaba uno por uno sobre saltando en ellos hasta contra atacarlo con magica, el sidereo utilizó sus poderes enviandola al agua otra, esta vez su energía seguía, nuevamente esa mujer que vio en las profundidades del cenote hizo acto de presencia frente a ella.
"No te preocupes Danae yo te ayudaré para acercarte a él" -comentó aquella sirena albina.
La albina con sus mano hizo que litros de agua del mar se convirtieran en escaleras, Danae caminó sobre ellos hasta estar frente de él, kulkan seguía atacando derribando las escaleras y las escaleras volvían aparecer, la pelirroja saltó hasta él atacandolo con los kukris de ulric.
Danae: ¡Ya es hora que se acabe esta absurda batalla!
Dando el último golpe de gracia hacia el sidereo dando así terminada el enfrentamiento, Danae volvió a la acantilado donde estaba y vio que kulkan se acerca a ella.
"Haz ganado la pelea y debo reconocer que eres una joven fuerte, lamento hacerte ofendido"
Danae: igual lamento hacerte dicho animal volador.
"Como buen perdedor acepto darte mi fulgor después de que me lleves con ku"
Danae: Me parece una excelente idea.
Kulkan se desmaterializó volviéndose temporalmente es un brazalete en forma de serpiente, Danae se lo puso y bajó del acantilado hasta llegar al lugar donde estaba aquella mujer albina.
Danae: ¿Quien eres exactamente?.
"Solamente una mujer con cola de pescado"
Danae: Bueno a lo que vine, Te agradezco mucho de antemano por la ayuda que me ofreció hace unos momentos.
"No hay nada de que preocuparse jovencita"
Thanasis: Danae lamento interrumpir pero tu hermano quiere verte -dijo mientras se acercaba a ellas repentinamente.
La pelirroja asintió y se fue Thanasis miró que se alejó completamente Danae quedándose sola con aquella mujer.
Thanasis: Diosa Etro creo que sobre pasó con su identidad de sirena.
Comentó mientras Aquella mujer salía del agua con un extravagante traje y corona en forma de sol cambiando completamente su forma, una ala la acompañaba.
Etro: Era la única manera de poder acercarme a ella.
Thanasis: Bueno y creo que tendrás más identidades que utilizar para verla cada vez que quieras.
Etro: Correcto.
Thanasis: lo supuse, por cierto, Te agradezco por darle su fulgor a Danae.
Etro: No es por nada, quiero ayudarla a partir de hoy.
Thanasis: Me parece perfecto que la ayudes cada vez que este en peligro.
Etro: Es lo que puedo hacer después de lo que le hice.
Thanasis: No se culpe, solo usted hizo lo que le pidieron.
Etro había visto que el anillo que traía puesto la pelirroja, se acercó a ella dándole un obsequio para que se lo entregara.
Etro: Eh visto que tu anillo ah sido destruido por completo, así que es momento que ella utilice el mío.
Thanasis: Se lo haré a llegar.
Etro: Quiero decirte algo antes de que me vaya.
Thanasis: Entonces dilo.
Etro: Creo que ya es el momento que hables con ella y le digas toda la verdad.
Thanasis: Quiero hacerlo pero en el ritual del leviatán.
Etro: No te queda mucho tiempo Thanasis, tienes que hacerlo de alguna manera.
Thanasis: Lo tendré en cuenta.
Etro: Te deseo mucha suerte Thanasis.
La diosa desapareció y Thanasis suspiró de preocupación, decidió mejor irse hasta la nave donde se encontraban todos.
Thanasis: Lamento la espera -comentó acercándose a ellos.
Alcander: No te preocupes.
Thanasis: ¿Cual es plan ahora?
Danae: Hay que regresar a Luxnaan para llevar a kulkan con ku para que me puedan dar su fulgor.
Nyx: Entonces vayamos de una vez.
Todos privaron la nave y partieron hasta Luxnaan, horas después llegaron al lugar donde les había indicado Danae que se vería con Ku, se encontraron con él devolvió a su compañero, kulkan volvió a su forma verdadera.
Kukulcan: Agradecemos mucho por lo que hiciste para estar otra vez juntos.
Danae: No hay de que, es mi deber como oráculo ayudarlos y que ustedes me ayuden.
Kukulcan: Como pago te daremos nuestro fulgor.
Resplandeciereron dejando salir partículas de luces que iluminaban alrededor de Danae dando así la señal que la misión de la búsqueda a sido concluida exitosamente, salieron del lugar y adentrarse a la aeronave.
Nyx: ¿Ahora a donde nos vamos?
Danae: Chicos, preparen sus trajes elegantes por que nos vamos directo a santor.
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lonelypatt · 5 years
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Algo que me pasó y escribí el 06/10/17 y que acabo de encontrar
5:35 AM Aún faltaba como media hora para que me tenga que levantar, pero por mala suerte me desperté con una alarma ajena, lo peor: quien la puso ni siquiera se había levantado. 
—No me quiero levantar, hoy toca física. No me gusta física.. Pensándolo bien, ¿qué me gusta a mí? —me dije a mí misma 
Aún tenía los ojos hinchados, eso de llorar hasta quedarme dormida se estaba volviendo como un deporte, pero no uno muy sano. Las cortinas siguen cerradas, nunca me gustó tenerlas abiertas pero mi mamá dice siempre que tengo que abrirlas para "darle un poco de luz a mi vida" Seguía echada y el tiempo iba pasando. 
—Bueno, está bien. Me levantaré. —Dije mientras me sentaba al borde de la cama. —¿Ahora qué? 
Miré hacia la ventana y veía todo entre oscuro y borroso, supuse que era porque no levanté las cortinas, lo dejé así. Tenía unos mensajes de la última persona con la que hablé ayer: "Deja de llorar tanto, piensa en tu gastritis, idiota." 
Me tiré de espaldas a la cama y dejé el celular en alguna parte del enzebrado cubrecama mientras me sobaba la cara tratando de sacarme toda la pereza del día anterior. 
6:00 Suena mi alarma, la fuerte vibración mezclada con la canción de MCR: Planetary. 
—Mierda, ya son las 6:00. ¿Me la pasé haciendo qué? Ahhh, cómo sea. 
Sacudí mi cabeza, metí algunos dedos a entre mi cabello para ver si estaba enredado, pero no lo estaba, desde que me lo corté no se enrieda. Supongo que eso es bueno. Me levanté de un sólo golpe y me dirigí a buscar mi ropa. 
—Pantalón jean, que asco. Bueno, no importa, el polo negro lo compensará. 
Tiré la ropa a la cama y saqué la ropa interior. 
—Sostén negro.. sí. ¿Calzón rojo? Bah, igual nadie lo mirará. 
Me saqué la parte superior de la ropa de dormir, sintiendo el frío de la mañana. Noté algunas marcas en mis pechos y mi clavícula. —"Genial, aún no te vas completamente de mí." 
Tenía todo descubierto de la cintura para arriba, me estiré sonando uno que otro hueso y me dirigí a ponerme el sostén maldiciendolo una que otra vez. No hubo tanto drama con el polo y la chompa. Me dirigí al baño, realmente tenía los ojos hinchados y una cara que reflejaba un vacío horrible, o eso es lo que dijo mi madrina al verme. 
—¿Dormiste bien?
—Sí, gracias. ¿Usted?
—Veo un vacío en tu rostro enorme.
—Bueno, es que yo no me maquillo.
—Así nunca llegarás a nada, Patricia.
—Bueno, iré a tomar desayuno. Buenos días. 
¿Realmente me lo tienen que recordar? ¿Tengo un cartel en la frente que dice "Recuérdame mi vacío existencial y hazme sentir miserable"? Yo sé que estoy mal y no necesito que me lo recuerden cada que tengan la oportunidad, sarta de idiotas. —Pensé mientras bajaba las escaleras —Por lo menos ayer mi mamá dejó preparada la avena, hoy aguantaré un poco más. 
Me serví la avena, comí un pan, lavé mi taza y fui a despedirme. 
—Madrina, ya me voy a estudiar. 
—Cuídate hija, que Dios te bendiga.
—Gracias, hasta luego. 
Me dirigí a la puerta mientras Leopoldo, el pug de mierda que hay de mascota, me ladraba. Al salir la cerré tan fuerte que hubiera sido genial que el perro haya estado entre la calle y la casa. Caminé hacia el paradero, sobándome los brazos con la intención de calentarme un poco. Estaba un poco frío y casi todo estaba cerrado, me senté en una banca esperando que pase la 09, no conozco otro carro que me lleve a donde estudio. Se veía todo tan silencioso, era un poco frustrante esta vez. Generalmente detesto el ruido pero me sentía tan.. vacía? 
7:10 Subí al carro, me puse los auriculares mientras discutía por Messenger. —Patricia, no vayas a llorar en el carro, ya estás bastante mal como para montar un show ahora. —Pensé.
Miré por la ventana tratando de memorizar el camino mientras sentía como me ardía la cara y los ojos. Junté muy fuerte los labios, recordando lo que me dijo Carmelo ayer, algo de que él podía administrar bien sus sentimientos y emociones. Como si él no quisiera no siente y si quiere sí. —¿Por qué yo no puedo ser así? —Me dije mientras me sobaba la cara con la intención de enfriarla un poco. 
Ya estaba cerca al paradero, toqué el timbre y el grandioso chófer me dejó dos paraderos después. Lo maldije mentalmente de mil y una formas mientras bajaba y cruzaba la pista dos segundos antes de que cambie de color y me arriesgue a morir atropellada. Miré el semáforo y rogué por desmayarme ahí y que a nadie le importe, así me atropellaría algún camión sin asco alguno. Pero sabía que no pasaría, las personas normalmente tienen miedo a la cárcel. 
7:25 —Señorita, quitese los auriculares, por favor. 
—Ah si, ahora lo hago. —Dije mientras entregaba la ficha de asistencia y me alejaba del señor que las recibe y subía las estrechas escaleras. —Un piso, dos, tres, cuatro y cinco. Genial, no hay nadie. Ah no, ahí hay una tipa. Bueno, da igual.
Me senté en la segunda banca, atrás de donde se sienta un tipo que es  totalmente idiota, pero inteligente. Un señor de aproximadamente unos 40 años y una tipa que huele como a baño. Normalmente en dónde me senté se sientan unos tipos que encajarían perfectamente en el término "nerd", supuse que les molestaría tener que sentarse una banca atrás pero realmente no me importaba.
Miré hacia la ventana. Estaba en un quinto piso de un edificio muy estrecho, en un terremoto todo esto se iría a la mierda. Me sentía sola, aunque literalmente estaba sola en todos los sentidos. A los 10 minutos llegó uno de los del nerd squad, me miró y susurró algo cómo "Oh, genial" Sabía que les incomodaría pero recordé que no me importaba. Ese tipo era el segundo nerd mayor, el alfa era el "patriarca", así le dicen porque tiene un nombre muy biblico y algo gracioso. 
Seguí apoyada en mi mano mirando la ventana, no había mucho que ver, sólo unos banners enormes de candidatos de ciertos partidos y los techos de los edificios del frente. Pasaron las horas, la primera clase fue de Historia Universal, Grecia vs Persia con un profesor de los que llamo "dateros", luego tocó Física, fue la primera vez que fue agradable ese curso. Al final tocó biología, con un profesor que tenía la cabeza parecida a un nido con unos cuantos pelitos en el medio, pero fue una clase muy entretenida. De 8 a 1:45 apenas y crucé unas cuantas palabras con un tipo al que se le caían las cosas, realmente el pobre era muy torpe y no me molestaba ayudarlo. Era de esos torpes para hablar con personas pero inteligentes, se cubría mucho la cara, quizá tenía complejo de alguna loli de algún anime, lo que sinceramente no me hubiera sorprendido. 
1:45 Ya era la salida, subí al séptimo piso para ir al baño, mojarme un poco la cara y ya irme a casa. Realmente sólo quería estar sola, quería llegar a casa y dormir. Abrí el caño, llene mis manos con agua y me la tiré al rostro. Apoyé las manos en el lavadero y levanté la mirada hacia el espejo, en serio me veía fatal.  Me empapé hasta el polo y los lentes que los tenía sujetados ahí. —Que tonta eres — Susurré.
Metí mis manos entre mi cabello para bajar un poco el volumen y me sequé la cara con el polo que llevaba puesto. 
Volví a mirarme al espejo, volví a recordar todo, mís ojos comenzaron a enrojecerse y sentía mi cara quemandome de nuevo. —No no no no, otra vez no. —Dije mientras mis lágrimas se me mezclaban con el agua que me echaba a la cara. —¡Mierda! ¿Por qué? Ya basta, por favor. No quiero más de esto. Me duele mucho, quiero que desaparezca..
Tomé mis cosas y me encerré en un cubículo. Estaba ahí, sentada en el piso, llorando en mis rodillas con todo ya empapado. Todo se sentía más grande, más profundo: el tamaño de las cosas, la intensidad de mis sentimientos, mís emociones, mi dolor. Levanté la mirada y lo único que podía recordar era lo que por momentos me hizo tan feliz ahora me estaba matando por dentro. 
—Hola, ¿disculpa, te encuentras bien? —al parecer alguien había entrado al baño y no pude escucharlo.
—Sí, gracias.
—¿Necesitas ayuda?
—No, me encuentro bien, gracias. Ya me estaba por ir. —Dije tratando de sonar lo más calmada posible mientras me secaba la cara con las mangas de la polera que llevaba cargada.
No sentía pasos que me hicieran pensar que ya se había ido, seguía ahí, escuchando. Me paré, tomé mi mochila y abrí la puerta, la tipa estaba ahí, mirándome. Era casi de mi estatura, un poco más alta o más baja, quizá, no me importó. La miré con total neutralidad y me dirigí al lavadero, me mojé el rostro con torpeza y me fui. 
—Que entrometida. —Dije mientras bajaba las escaleras evadiendo a cualquier persona que pudiera encontrarme o cruzarme en los pasillos.
 Ya estaba fuera de la academia, unos cuantos pasos y ya estaba en el paradero a esperar la 09. Me senté en la banca, veía a los carros pasar. No era un buen día para llorar, hacía mucho sol, la gente andaba muy feliz por ahí, veía a mis compañeros irse juntos y reírse, se veían bien, se veían estables. —Por que yo no puedo ser así? —Dije un poco antes de ver que venía la 09 y pararme haciendo notar inconscientemente que apenas y tenía fuerzas para caminar. Vi los mensajes en mi celular: "Sí me importa cómo te sientas" "Oye, ya estás mejor?" "Patty, no te olvides que en la tarde es el paseo de antorchas de tu hermano." "¿Quieres ir a fumar un día de estos?" 
2:30 Llegué al parque, bajé del carro y me dirigí hacía casa. Realmente era un bonito día, miré hacía el cielo y el cielo estaba hermoso. Pasé por el segundo trabajo en el que me dijeron que no porque tenía 17, que todo estaba bien pero el único problema era la edad. Sí, mi edad me es impedimento para muchas cosas. 
Llegué a casa, toqué el timbre y me abrió mi mamá. 
—Mi amor, ¿cómo estás?
—Hola, mami. —La besé en la mejilla y la abracé
—¿Qué pasa? 
—Nada, todo está bien. —Le sonreí y le volví a dar un beso en la mejilla, fue la sonrisa más falsa e hipócrita que pude haber dado jamás. No le podía decir a mi madre que me quería morir en ese mismo instante. Ya no la quería hacer sufrir más.
—Ay, hija. Tu comida está para servir, hay trigo y un poco de ensalada sobre la mesa. 
—Gracias, mami. —Me dirigí al baño y me mojé la cara para disimular los ojos hinchados. Quizá mi madre piensa que consumo drogas, quizá debería..
_¿Por qué siempre el baño? —Dijo mi mamá mientras me servía la comida. 
—Las bacterias, má.
3:15 Terminé de comer, pero sin ganas. Yo adoro la comida de mi mamá pero sinceramente no tenía ganas de nada. Sólo quería dormir y despertar un respiro antes de morir. Lavé el plato, tomé mi pastilla y subí a mi habitación.
—Patty, por fa, lleva estos zapatos al Hermano Esaú, el hermano de mi iglesia, ese  que trabajaba cerca, para que les arregle la tapita y luego compras la antorcha de tu hermano. 
 Me senté en la silla con rueditas y me eché para atrás mientras me quitaba las zapatillas. —¿Lo de la antorcha es para las seis, no? 
—Sí. 
—Bueno, ya salgo. —Me volví a poner las zapatillas, metí los zapatos a mi mochila y salí. 
—Hola, ¿me das un cigarro? De mora, por favor. 
—Un sol.
—Tome, gracias. Buen día. 
Guardé el cigarrillo en la el estuche de mis lentes y fui primero a dejar los zapatos al hermabo ese, lo conocía por unas veces que acompañé a mi mamá a la iglesia  y para hacerla sentir bien. Pero nunca me agradó por completo, yo no era ninguna feminazi pero ese tipo era una clase de machismo cristiano humanizado. 
—Hermano Esaú, buenas tardes. 
—¡Señorita Pa ti, pa mi! A los años, ¿cómo se encuentra?
—Bien, gracias. Mi mamá me dijo que le deje estos zapatos. 
—Mmmm, ¿para hoy? 
—No, supongo que para mañana. Hay que cambiarle la tapita y ya.
—Bueno. Dr, Patricia, serán 4 soles, ¿los paga después?
—Sí, cuando los recoja, supongo. Ya me voy, le dejo la bolsa de los zapatos, que tenga buen día. 
—Hasta luego, ¡qué Dios la bendiga, hermana! 
Es una suerte que todo esté tan cerca, la casa, el mercado, el parque, todo. 
Me senté bajo la estatua de Tupac Amaru, había un señor a los metros y una tipa que cuidaba a una anciana paralítica. Traté de estar lo suficiente lejos, entre el sol y la sombra. Evadiendo el viento saqué el encendedor y prendí el cigarrillo. Empecé a mirar alrededor, todo estaba bonito, era un bonito día para pasear y yo ahí sentada sola fumando un cigarro, ¿cuenta como pasear, cierto? Miré el piso, se veía casi simétrico. Los árboles, el pasto, las parejas en las bancas, los niños en los juegos. Ojalá y hubiese amanecido con ganas de escribir algo romántico, hubiese tenido quizá motivación con este día, pero nunca amanezco así. 
—¿Y ahora qué? —Me quedé en blanco, neutral. La sombra me invadió, ya estaba bajando el sol y sentí escalofríos. Me apoyé en la estatua mientras miré hacía donde terminaba. El cielo estaba despejado, figuras y formas entre aves por todos lados. —De pequeña jugaba en este parque, también me rompí el brazo en este parque por primera vez y fue también el reencuentro con mis compañeros de primaria. Por favor, parque, tú no te conviertas en también un recuerdo. 
Se me acabó el cigarro, no compré más porque le prometí que no me volvería adicta. Sí, le prometí muchas cosas y yo sí las cumplí, incluso hasta ahora. 
Me paré y caminé hacia el colegio de mi hermano, según mi mamá en la puerta están vendiendo antorchas así que toca buscar una bonita y adecuada para su edad, sobretodo barata, porque soy realmente tacaña. 
Era un poco más largo el camino del parque hasta el colegio a comparación de la casa al puesto de los zapatos, pero qué importa. Realmente no importa.
  —Eh, ¿señor? Señor.. —Dije mientras golpeaba la puerta del auto, ya que el dueño de las antorchas se había quedado dormido.
—¡Ah! ¿Quién es?
—Vengo por una antorcha, disculpe. Buenas tardes.
—¡Ah, sí sí, antorchas! Tengo de todos los precios: 7, 8, 9, 10.
—Esta está bonita, ¿cuánto está?
—Siete soles.
—¿Seis? 
—Ahh! Está bien. ¿Quieres también una vela?
—No, ya tengo en casa, gracias. Qué tenga buen día.
—Gracias a usted, señorita.
Ya tenía una antorcha que sabía que le gustaría a mi hermano por toda la movida que sigue teniendo él por Pokémon, las demás eran de carritos, animales y no, mucha mamera.
4:09 Llegué a casa, suerte que llevé la llave de mi mamá, así no tuve que tocar el timbre y arriesgarme a que me sienta el olor a tabaco. Me metí al baño, me lavé las manos y subí.
—Ya está.
—¿La antorcha y los zapatos?
—Yep.
—¿Por qué te sacas las zapatillas de nuevo?
—Me iré a bañar.
—Ufffff, hasta que salgas. 
—Pues no pienso ir apestando a desgracia al aniversario de mí anterior colegio. 
—¿Qué?
—So, ya me iré a duchar. 
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coulantdelucuma · 6 years
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2019
Siempre que vuelvo a escribir es porque algo interesante sucedió.
Mi 2019 empezó al rededor del círculo de una amiga de confirmación (sí, confirma) fue divertido, pero me arrepiento de haber tratado a mi cuerpo tan restrictivamente y no haber disfrutado de las grasas y cagadas que merecía consumir en Año Nuevo. A las justas lleve dos gramos de marihuana y me la pasé bien stone, cague de risa eso sí. Mi enero ya lo veía otra vez lleno de chamba y cada vez me sentía menos a gusto, ya no estaba animada de levantarme cada día e ir a chambear. Finalmente se dio El Paso (gran paso) de poder abrirme, de irme y buscar lo que realmente quiero hacer. Inmobiliario no es lo que me llama y menos me veo en eso el resto de mis días. Estaba hostigada, cuando algo te aburre, ya no tiene sentido seguir porque lo haces sin motivación y eso es indispensable en cada acción en la vida. El año pasado lo cerré dejando en claro que yo no quiero alguien que no valora y no sabe lo que quiere, que no sabe dónde y con quien. Me jode que Gino vuelva de la nada como si después de todo nada importara y me llama, me dice si puede venir a mi casa. Erróneamente, lo dejé volver. Parecía que en serio estaba más decidido y se imaginaba un mundo en una relación juntos, sonaba cool y me imaginé también que podría funcionar. Sin embargo, estaba ebrio y eso no me daba ninguna seguridad. Tenía miedo del mismo floro del almuerzo de derecho, no podría soportar otra novela más. Se arrodilló y me pidió para estar, le dije que no y ES QUE COMO VAS A ESTAR CON ALGUIEN SI AÚN NO HAN EMPEZADO A SALIR OFICIALMENTE. (Me da mucha cólera). Cuando noté que se echó para atrás, me dijo hablamos mañana. No le dejé quitarme la ropa, no quería el mismo cuento. Le advertí que sería aquella última vez que tendría sexo conmigo, y efectivamente cumplí. A la mañana siguiente (esperadamente) me dijo que no podía estar con nadie... no me dolió esta vez, me sorprendí porque me dio pena y risa. Había perdido la última chance conmigo, ya tenía planeado todo en adelante y no merecía saber nada más hasta el viaje...
Había comprado los pasajes a Piura, Milena ya estaba en Perú y nada podía salir mal, todo venia planeado desde agosto. Aún no sabíamos si Mancora o Colán, hasta que vimos distancias y dijimos COLÁN19 😻. Encontré el hospedaje perfecto, como de Dios a dos minutos de la playa. Contaba los días para largarme a mis primeras vacaciones después de un año y mi primer viaje sola con amigas. Estaba demostrándole independencia a mi madre, no le pedí ni un centavo para irme, todito fue fruto de mi explotación y lágrimas. Para mi, la mejor satisfacción a mis diecinueve años. Todo estaba cuadrado, me retiraba del estudio la quincena y me iba al norte el diecisies, tuve mil despedidas y fui feliz mi última semana en el Grau. Y emprendí los cambios. Llegamos a Piura en una hora, chapamos taxi como BLANQUITAS OUT OF CONTEXT y llegamos en 40min a Colán, todo es tan rústico, tan agradable y soleado. El hospedaje nos dio dos camas cuando solo pagamos por una, fue genial y esque era restaurante en el primer piso y hotel el segundo. Desayunábamos buenazo y nos quitábamos al mar, excepto el primer día que nos emocionamos con Mile y fuimos en ayunas. LA PLAYA es riquísima, el mar espléndido, nada se compara a otras playas del Perú, es precioso. Empezamos con la negrura y nos moríamos de hambre y boommm COMBO CEVICHE CON CHICHARRÓN DE PESCADO, mande a la mierda la dieta desde mi última semana de chamba, dejé el gym y comencé a vivir. No podía ser más feliz, volvimos al mar y morimos en alegria. Ya teníamos planes en la noche, había un megaevento (JUSTO) en Costa Bonita, conocí a amigas del colegio de Milena, Naya y Oriana, a la última ya la conocía y esque por coincidencia estudia con una amiga mía del colegio, todas en la UPC (el mundo es chico) nos mandamos a la fiesta, tuvimos un accidente automovilístico pero nada grave, pensamos que Oriana había muerto. Igual se levanto y seguimos, Milena y yo solo quedamos moreteabas pero todo bien. La pasamos muy muy bien, comencé a disfrutar la cerveza más y ahora me gusta, cool todo muy cool. Nos quedamos hasta las 6.30am, vimos el amanecer en la playa bailando, es un recuerdo que no tiene precio. Nos volvimos al telo a recuperarnos y al medio día alquilamos cuatrimotos y nos fuimos a una playa más abajo, la pasamos increíble las 4, tragando y cargándonos de risa. Ya calculas las millones de fotos que tengo en mi celular. Ellas volvían en la tarde a Piura y nosotras no nos queríamos quedar muy solas... TINDER DOWNLOADED.
Había conseguido 30 matches en una noche, pero uno fue más decidido. Óscar de 30 años, me daba un poco de temor, pero todo lo bueno comienza con un poco de miedo. Ya el lunes desayunamos y playita, nada más rico que ese mar donde te puedes dejar llevar porque es como una piscina, donde el sol es radiante y el cielo es azul. Ese día decidimos comer tarde porque desayunamos tarde, locamente se fue la luz y el agua 😖 dije ya fue, no veré a Óscar porque no tengo como cargar mi teléfono, menos mal ya me había bañando. Almorzamos plan 7pm y comenzamos a hablar de cualquier cosa con Mile, fue una conversa intensa pero linda. VOLVIÓ LA LUZ, fue cuando Óscar me dijo “ya voy”. El hombre venía desde ciudad de Piura a Colán. Estaba impactada y ya era muy tarde para arrepentirse. Llegó en una caminetaza blanca, lo vi desde el cuarto del hotel, me estaba haciendo la pichi, Milena me desahueveo y salí. Óscar es un churro y nada que hacer que el hombre se siente. Tomamos unas chelas y me llevo al hotel MÁS FICHO de Colán, creo que nunca había ido a uno tan fancy ni en Lima. Tenía ducha española, bar y caja fuerte, la cama era riquísima, todo blanco y la habitación top, tenía piscina y lleno de palmeras. Era el cielo, nos fuimos riendo y chapamos. Ahí descubrí que lo que se venía iba a ser memorable. Efectivamente lo fue, no paramos y lo único que me daba fuerzas era la chela, amo la chela, seguíamos pero DIOS MÍO es que nadie me lo ha hecho tan tan tan bien como Óscar, sabía todo y sabía perfectamente lo que hacía, lo que tocaba y besaba. Un Dios en la cama, yo podía morir en esos momentos. Fueron muchas veces las que me vine y la primera sin que entrara dentro de mi. Con eso digo todo. Me desperté a las 8am y estaba sola (LOL) dije ah chucha el hombre tenía que trabajar y estaba a más de una hora de la ciudad de Piura, ufff solo atine a sonreír y responderle a Milena porque pensaba que había muerto. Me dormí un rato más y me duché, salí a buscar a mi amiga (muy gracioso) mientras volvía al hospedaje veía la maravilla de la naturaleza, como en el desierto hay tanta vida y se ve todo como pensado en su creación. Sonreía mucho, llegué y le conté todo a Mile, me quede dormida (otra vez) y de ahí la última a la playa, almorzamos buenísimo (y bien caro) y dijimos vamos a Piura porque el vuelo sale a las 7am del miércoles y que flojera salir 4am de aquí. Chapamos colectivo y bus para llegar a Piura, fue bien rapido y BIEN BARATO (9 soles todo) increíble. Llegamos y efectivamente la ciudad es bien peligrosa, literal la gente anda armada como si nada. Nos palteamos y chapamos taxi a Lagunas del Chips, el condominio más ficho de Piura, Naya vive ahí y esque su roomie justo se fue y estaba en el depa sola. Llegamos, comimos cualquier cosa y nos metimos a la piscina, (10pm y comenzó a llover) estábamos despidiéndonos de putamadre del primer viaje de muchos. Ya un poco tarde, nos bañamos arreglamos y nos fuimos a dormir, a las hora salimos al aeropuerto y rumbo a Lima, llegamos en 1h. Me dio pena llegar, quería seguir ahí en ese paraíso, donde se come pizza, milkshakes, marino y hombres buenismo. Donde el clima y la playa es magnífico. Donde da ganas de amanecer y seguir disfrutando. No me arrepiento de nada. Mil puntos todo.
Ahora estoy en casa, descansando, feliz sin chamba. Soy feliz, quiero que siga yéndome de putamadre. Aprobé mis dos cursos de verano como si nada, más feliz aún. Vuelvo a clases en tres semanas y la espero muy feliz. Sin embargo a alguien que ahora me está jalando el ojo. Mi amiga Claudia me invitó a ir a su centro de CrossFit. El dueño es un ser muy lleno de buena vibra, un churro y una barba que me encanta. A diferencia de mis usuales gustos, no es alto. Y eso para mi es significativo. Antes era muy cerrada por ese tonto aspecto físico. En fin, estoy yendo a entrenar y putamadre me atrae demasiado, quiero ver la forma de acercarme pero de la mejor manera. No quiero cargarla. Espero que vaya bien con David. Solo me queda agradecer por todo, gracias a Dios por la vida y por cada momento. Amén
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antharea · 7 years
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The past will always come back
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Necesito una maldita cerveza. Negra, a poder ser, y eso que las odio. Pero me hace falta emborracharme. Olvidarme de todo por una maldita noche. Dije en el hospital que no iba a ser contactable hasta mañana por la tarde, asi puedo dormir la resaca que tengo intención de tener. Ahora, la pregunta era, ¿donde? Podría ir al mundo muggle, pero hoy no tengo ganas en lo mas mínimo de hacer malabares entre una parte de mi vida y la otra, así que terminé preguntando a Julie por el mejor lugar donde podría pillarme una cogorza monumental sin tener que preocuparme de volver a casa, aunque, claro, a ella le dije que solo quería pasar un buen rato. Y me dirigió a Hogsmeade, diciéndome que "si quiero encontrar un buen chico no me acerque al Cabeza de Puerco, las Tres Escobas es mejor". Esa mujer y su manía de querer emparejarme. Aunque sabe que no me interesa eso, es divertido ver como lo intenta una y otra vez. Pero bueno, no voy a quejarme, almenos ya tengo una dirección. Paso por el piso a dejarme la bata y ponerme un nuevo par de vaqueros cómodos, que los que llevaba en el hospital están oliendo a desinfectante y lo odio cuando estoy fuera del trabajo, me recojo el peso en una coleta alta y me desaparezco en dirección al pueblo, que lo he cruzado el otro día, cuando aun buscaba piso. Es difícil perderse, y a estas horas la poca gente que hay en las calles se dirigen a sus casas, o a la taberna a la que mis pasos me llevan. Al abrir la puerta, una mujer algo entrada en carnes se choca conmigo y me refreno de hacer una mueca de asco por la sensación oleosa  que tengo en las manos cuando me apoyo en su brazo para no perder el equilibrio. Disculpe, no la vi. Le dedico mi mejor sonrisa falsa, y me limpio de forma instintiva la mano en los vaqueros, aun y cuando no hay nada allí. Odio esos hechizos, y no quiero ni pensar en que estará cambiándose de color, porque lo de su cabeza tiene toda la pinta de ser una peluca, teniendo en cuenta que tiene las cejas pintadas con maquillaje. No, Di, no pienses en eso.. No, lo que he de hacer es disfrutar de estar en un lugar lleno de gente normal, medianamente sana, y de que es mi noche libre. Completamente libre por primera vez en meses.  Decidí no decirle nada sobre todo lo que está pasando aqui a Fae, no quiero que termine escribiéndole a Dave y tener un hermano sobreprotector mirando con lupa cada uno de mis gestos. Que bastante he tenido con la carta-vociferador que me mandó el capullo después de San Valentín, y eso que yo no le dije nada. Odio cuando termina soñando las cosas.. Tuve que terminar escribiéndole de vuelta y prometiéndole que me mantendría lejos de los problemas. Que no nos lo creemos ninguno de los dos, pero así dormirá un poco mas tranquilo. Esquivo un par de mesas, acercándome a la barra mientras me quito la chaqueta, ignorando las miradas que me voy llevando por mi atuendo muggle, y me siento en un taburete. Toca esperar a que me atiendan, pero almenos tengo cosas que mirar. Carteles, fotos varias... Aunque mis ojos se ven atraídos por una imagen en particular, un joven de ojos azules e intensos, con el cartel de "encarcelado injustamente" debajo. Y me tengo que preguntar porque me suena tan conocido. Ah, ya sé, es el del periódico.... ¿Cómo se llamaba? No podría olvidarlo fácilmente tampoco, aunque lo intente porque su apellido me trae recuerdos que intento enterrar por el momento. Abro la boca para llamar la atención del camarero, que está entretenido tratando con otros clientes hasta el punto en el que parece que no me haya visto, pero no llego a pronunciar mas que un Dis.. para cuando un fuerte ruido de escucha desde lo que tiene pinta de ser la cocina, y el chaval sale a toda hostia hacia allí. Lo escucho gritar, y, antes incluso de que llegue a asimilar el nombre que esta pronunciado, me he bajado de un salto de un taburete para esquivar la barra y seguirlo. Si es que no me puedo permitir una puñetera noche libre. La ultima vez fue en la velada del teatro, y, aunque al final no tuve que trabajar, igualmente tuve que apañarmelas para que no se me hundiera completamente el plan, y ahora esto. Paso, soy médico... Acompaño las palabras con un codazo cuando uno de los clientes se me cruza por delante. Y es que vale, lo reconozco, podría haber preguntado si había otro medico en el lugar, o si era algo de poca importancia y que yo no tuviera que atender a nadie. Pero ni se me ha pasado por la cabeza, soy una adicta al trabajo, no lo puedo negar, y hay veces que pienso que me divierto demasiado tratando a los pacientes. "Tienes alma de sanadora", me dijeron una vez, y es en momentos como este en los que pienso que quizás tuvieran razón. Eso o es que soy una cotilla increíble que necesita saberlo todo. Freno en seco al entrar en la cocina, que está bastante oscura, con todos los fogones apagados, e incluso la luz parece parpadear, y veo al camarero arrodillado ante una persona que está en el suelo. Vale, ¿que ha pasado? No puedo preguntarselo al que esta consciente, estaba conmigo en el local, aunque no me hiciera ni puto caso, asi que saco la varita del bolsillo cosido en el lateral del vaquero y me acerco con cuidado mirando alrededor para descubrir si habia sido un accidente o si era otra cosa. Tranquilo, soy medimaga. Le dedico una sonrisa tranquilizadora, esa que uso con los niños cuando llegan a mi consulta, aunque son raros, y señalo con la mano libre hacia el local. Deberías encargarte del caos de la taberna mientras lo diagnostico, ¿vale? He podido ver que el otro también es un hombre, y el perfil, lo poco que veo hasta que me acerco del todo, me suena vagamente conocido, preguntándome a mi misma si me lo hubiera cruzado alguna vez. No queremos que despierte y se encuentre la taberna patas para arriba, ¿no?  ¿Sabes lo que ha pasado? ¿Estaba enfermo? El chaval niega con la cabeza, afectado y masculla un "parecía no dormir bien últimamente" mientras se va, dejándome camino libre para que me arrodille al lado del desmayado para comenzar con mi trabajo. Me busco en los bolsillos hasta encontrar un ticket de a saber que compra, ampliándolo hasta conseguir una buena hoja de papel de tamaño decente antes de lanzar el primer hechizo de diagnostico, el mas básico, terminando por fruncir el ceño al recibir unos datos no concluyentes. ¿Que coño pasaba? Mi zurda busca la muñeca del otro, para comprobar a lo muggle el pulso, y un jadeo escapa de mi pecho al sentir que me quemo. ¡Joder! Aparto la mano, sacudiéndola un par de veces, antes de repetir el gesto, esta vez con algo de cuidado, presionando con la punta de los dedos en el interior de la muñeca y asi encontrar un pulso errático. Pero la quemazón sigue allí, con fuerza, y mi mirada pasa de mi mano, al papel en el que los datos no tienen sentido, casi como si el hechizo hubiera fallado, y después, con algo de miedo, a la cara de mi nuevo paciente. Por los pelos de los huevos de Merlín... La maldición no es mas que un murmullo ahogado, porque sabía que había reconocido esa magia, aunque ahora estaba descontrolada, atacándome cada vez mas a medida que alargaba el contacto. Genial, simplemente genial. Me inclino a medias, acercando mi rostro al suyo, solo para querer comprobar un detalle más, el lado mas técnico de mi mente pidiendo a gritos que me asegurase de que lo había identificado correctamente. Como si el nombre, la cara y la magia no fuera suficiente, el olor que llega a mis fosas nasales hace que me estremezca con fuerza, al punto de casi soltar la varita. Chocolate, humo, y un olor que, con los años, comencé a asociar con el hospital, o, mas exactamente, la muerte. ¿Porque? No lo se, pero es como lo asocio yo. Quizás no es eso, o quizás otra persona lo nombre de otra forma, pero, para mi, es así. Y es el momento en el que se que estoy condenada, que me acabo de encontrar cara a cara con la persona a la que llevaba evitando meses, y sin posibilidad de salir corriendo. Sabes como llamar mi atención, eh, Max? Murmuro mas para mi que para mi paciente y aprieto mas su muñeca, centrándome en la sensación, y que, de esa forma, pueda sentir mis propios hechizos al ser lanzados. Repito el diagnostico, y, con los ojos cerrados, puedo ver la magia ajena luchando contra la invasora, y necesito presionar un poco mas con la mía, forzar mi conjuro a llegar donde debía, para que así pudiera recolectar los datos que buscaba. Un movimiento de varita mas me crea una lista de lo que voy descubriendo, plasmando en papel la información, y repito, buscando esta vez los datos de la sangre. La zurda me pulsa, y se que no debo seguir sosteniéndolo mucho más, pero me veo incapaz de soltarlo. No hasta que no sepa que va a estar bien. Vamos, surfista, no me hagas esto.... Reviso con la mirada los nuevos datos y maldigo de forma sonora, alzando la cabeza para mirar hacia la puerta. Estaría bien si fueras vaciando el local, voy a necesitar silencio para trabajar. Eso y que tengo la impresión de que no va a querer demasiados testigos al rapapolvo que le va a caer. Bien, ahora tenemos dos opciones. Uno, esperar que despierte por su cuenta, que no se cuanto tardará en ello, y no puedo saber si algo falla mientras, ya que me falta el equipamiento del hospital, o despertarlo yo. Que es mas complicado. Porque su magia ahora mismo me está odiando, me he inmiscuido demasiado en lo que esta protegiendo, a el. Suspiro y vuelvo a apretar su piel, ignorando el dolor de la mano, y cierro de nuevo los ojos, quiero poder sentir el conjuro al lanzarlo y asi medir su intensidad. Apoyo la punta de la varita encima de su plexo solar y murmuro el hechizo, buscando darle la menor potencia posible, y de allí subir hasta que fuera bastante. Ennervate. Este encantamiento es como una luz brillante, casi como si mirase al sol de forma directa, que se expande en una ola partiendo desde donde he tocado con la varita su pecho, y ha bastado con el impulso mínimo, o eso creo, porque en el momento en el que llega adonde tengo la mano, su magia despierta con fuerza y me obliga a apartarme, porque amenaza con calcinarme la mano. Joder, ¡bestia! No quiero mirarme la palma, no quiero saber como la tengo, porque si lo veo, dolerá mas. Siempre duele más cuando sabes como es la herida. Lo sé por experiencia.
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