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#niklas bornhauser neuber
aschenblumen · 4 months
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Wittgenstein, mal leído y desmentido por motivos diferentes que Heidegger, hizo evidente que las constantes lógicas, que subyacen a nuestras proposiciones enunciativas concretas, son constantes tautológicas y, salvo ellas mismas, no dicen nada. Recién quien las deja descansar como están, puede volverse hacia un mundo al no poder decir nada sobre él y así abre la posibilidad de comportarse libremente –libre de constantes– hacia él. La relación ética hacia la lengua y el mundo comienza con la suspensión de una lengua suisuficiente; la lengua como acontecer comienza con el despedirse de la lengua como una constante de comprensibilidad.
—Werner Hamacher, «Lo torcido ante todo lo recto. Un diálogo con Werner Hamacher», compilado en La detrición de la lengua. Selección y traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 4 months
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Si el lamento es una posibilidad irreductible –en el sentido de un rasgo estructural indisoluble– de toda lengua, entonces incluso en la lengua de la comunicación siempre está obrando algo incapaz de comunidad, algo no-dialógico y carente de lengua, que disuelve las conexiones sociales, se libera de los efectos de su tejido y destruye sus filamentos. El lamento aísla hasta el punto, diminuto hasta la desaparición, en el cual ya no puede ser contado como lamento y ya no puede ser puesto al lado de un segundo ni de un tercer lamento. Es infrasingular y suprageneral, categorial, inaprensible, una lengua no de la determinación, sino de la ausencia de determinación, de propósito, de intención y a limine también de ausencia de voz.
—Werner Hamacher, «Observaciones sobre el lamento» en La detrición de la lengua. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 8 months
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(...) puede reconocerse [el titubear] como gesto activo del interrogar, en el que la obra, la acción, la ejecución no son registradas bajo el aspecto de su realización, sino que son aprehendidas en el proceso de su creación y devenir. El titubear, al modo de un tema hinchado o un anatema, parecer trazar una huella extrañamente desdibujada que se vuelve afilada y concisa siempre cuando –en una larga historia de Occidente– una cultura de la acción y una cultura de la obra se quiebren y reflejen. El titubear acompaña al imperativo del actuar y de la realización como una sombra, como un antagonista ruin; y en este lugar se podría hablar de una función del titubear: ahí donde se manifiestan acciones y donde se organizan cadenas de acción, se marca un atascarse, una pausa, un detenerse, una interrupción. Con esto, a su vez, se ha instaurado una relación asimétrica con el tiempo y con la historia. Es que en la medida en que el actuar después de Nietzsche se realiza en el olvido y al mismo tiempo engendra historia, así es como su sombra, el titubear, atraviesa esa misma historia; sale de su conjunto relacional con tal de evocar un recuerdo específico: una memoria de lo que no ha sido, el recuerdo de algo pasado que nunca fue presente, un prerrecuerdo de aquella acciones que no sucederán o que aún no lo han sido.
—Joseph Vogl, «Ira y titubeo» en Sobre el titubear. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 8 months
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La escritura ejecuta una permanente decisión [Entscheidung] hacia lo indecidible, su determinación [Entschiedenheit] se aplica a un acto desactualizante; y su margen o libertad de movimiento, su espacio de juego, mide un mundo no terminado. En este sentido, el laberinto es un titubear y este es el mismo camino de la escritura. Aquí se entrelazan laberinto y laberinto del texto. El proceso escritural de Kafka traza una vía que solo mide su infinitud interna, que encierra en sí a toda salida, que solo se abre a sí misma. Este seía el procedimiento de Kafka: una descreación [Entschöpfung] progresiva, aquella fuerza contraria a la creación que se resiste a arrancar el mundo del ámbito de sus posibilidades no realizadas, y un sostenido titubear del devenir-mundo.
—Joseph Vogl, «Laberintos, umbrales» en Sobre el titubear. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 6 months
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El contratiempo no es la imagen que copia [Nachbild], no es el equivalente mimético, no es otra versión del tiempo, porque en cuanto tal estaría sometido, él mismo, a la regla representacional que rompe. Pero tampoco es su negativo, porque lo que viene a contratiempo, no lo hace según un plan –porque, de otra forma, vendría a "su" tiempo–, sino a través de una casualidad más allá de cualquier necesariedad posible. (...) Contratiempo, es el suspender de la forma –e incluso de la forma de la negación–, su afánisis.
—Werner Hamacher, «Des contrées des temps» en Historia lacrimarum. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 1 year
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El comprender no es que un sujeto hermenéutico, conforme a sus determinantes históricos, represente los enunciados de un otro, sino que lo comprendido se representa a sí mismo en su otreificación, porque desde el comienzo solo consistió en si comprensibilidad por principio para otro. Comprensibilidad es, al igual que traducibilidad, una categoría de la otreificación histórica apriorística de la lengua. La traducibilidad es historicidad; la traducción e la única existencia de las lenguas, su existencia histórica, porque esta es el modo, en cada caso singular, en el que las lenguas en tanto lenguas se exponen para otras lenguas, es decir, en las que se exponen a su historia.
—Werner Hamacher, «Lenguas intensivas» en La detrición de la lengua. Selección y traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 1 year
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Lo que sucede en el relato de la historia es el robo de la vida de quien le ocurre. Lo que sucede en el relato de la historia es la despedida de la historia vivenciada. Y solamente así la experiencia del relato de la historia es, una vez más, la experiencia de la historia: no como vivencia al interior de la que uno podría trasladarse por la vía del vivir [hineinleben], del sentir [hineinfühlen] y del empatizar [einfühlen], y que en su presencialidad deje reproducirse una y otra vez, sino en tanto despedida de una vida que es propia solo en apariencia y hasta nueva orden, una vida que recién en el dolor de la despedida es representable en tanto algo padecido, y que recién en el peligro de su pérdida es representable en tanto experimentada, es decir, siempre representable solo post festum y bajo las condiciones de su desaparecer, por ende nunca en cuanto tal.
—Werner Hamacher, «Sobre algunas diferencias entre la historia de acontecimientos literarios y la historia de los acontecimientos fenomenales» en Historia lacrimarum. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber, ligeramente modificada.
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aschenblumen · 11 months
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La lengua siempre es lo que no está determinado a ser, y es una y otra vez –por ella y por otros– determinada a ser lo que no es capaz de ser. Aquella es una relación con el no-ser y es –transitivamente– su no-ser. Determinada a ser indeterminada, deja determinarse a alcanzar a un extremo en determinación, y en la decisión se convierte precisamente en lo que requiere de más determinaciones. Si la lengua es descubrimiento de una nada –una insuficiencia, una falta, un yerro de sí mismo– en lo dado, entonces, también tiene que descubrir esa nada en lo dado por ella misma, lo puesto y dado por supuesto, lo acostumbrado y transmitido por la tradición.
—Werner Hamacher, «Diké — Justicia lingüística» en Justicia lingüística. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 1 year
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El dolor se sustrae en la medida en que se testimonia en los juegos de la lengua. Su autosustracción es el hallazgo feliz de una techné, pero de una architechné que antecede a cualquier ejecución o habilidad técnica determinada y en cada una deja que participe del diálogo lo que no se somete. (...) El dolor, así puede decirse con lo anterior, siempre también es tiempo –el tiempor del «aún no»– y, por ende, tiempo inoportuno, in-tiempo, destiempo, contratiempo: el «aún no» del tiempo.
—Werner Hamacher, «Otros dolores» en Historia lacrimarum. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 1 year
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Si el mismo modelo de la desfiguración es «nublado», si es suspendido, por tanto también lo es su demanda [Anspruch] que pudiera valer como prefiguración del futuro. Esta suspensión, que por las parábolas desfiguradas [entstellt] no es solo registrada pasivamente, sino ejercida activamente, ahora tiene dos lados: por un lado, aún toma parte de la tradición misma al remitir ilustradamente a una determinada enseñanza, una regla, una ley; por otro lado, insiste en que esta enseñanza no está ahí, que la regla es informulable y que la ley –del pasado y del futuro– es irrepresentable. Estos dos rasgos se entrelazan en los textos de Kafka y provocan que la aperturidad y por tanto la inaccesibilidad de la ley misma aparezca como ley – y como ley de la ley. Así como los textos de Kafka dudan infinitamente ante la significación –incluso ante la propia–, así también absorben a su vez el potencial de significación en sí mismo, aumentado a través de su inhibición. La (re)presentación de ellos de súbito se transforma en lo i(rre)presentable. Trasgreden la ley del futuro, de ser i(rre)presentable, porque esta ley no consiste en otra cosa que en el traspaso ilimitado hacia algo distinto. Indican hacia la sustracción del indicar y, de tal modo, se mudan, ellas mismas, hacia la nube.
—Werner Hamacher, «El gesto en el nombre. Benjamin y Kafka» en Comprender detraído. Estudios acerca de filosofía y literatura, de Kant a Celan. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 8 months
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La lengua de la finitud es la sustracción crónica de la función referencial y semántica del hablar, porque con cada una de sus palabras que inclina las representaciones hacia la vida, el mundo y el ser de lo dicho de tal manera es hecho desaparecer. Al girar el poema de Celan hacia su propio fundamento, ya únicamente puede pronunciar la condición de su posibilidad como condición de la imposibilidad de su sólido estar dis-puesto semántico: se abre al abismo de la infructuosidad.
—Werner Hamacher, «El segundo de la inversión. Movimientos de una figura a través de los poemas de Celan» en Comprender detraído. Estudios acerca de filosofía y literatura, de Kant a Celan. Traducción de Niklas Bornhauser Neuber.
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aschenblumen · 8 months
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Una formulación hecha por Bloch sobre mi trabajo de los Pasajes: «La Historia muestra ahí la estampación del sello policial de Scotland-Yard». La fórmula surgía en el contexto de una conversación en la que expuse cómo este trabajo –comparable sin duda en este aspecto, en lo que hace a su método, con el que es propio de la demolición de átomos*– viene dirigido a liberar las monstruosas fuerzas de la Historia que estaban hasta ahora encadenadas a ese famoso «érase una vez» que hoy parece ser clásico en la Historia. La Historia que intentaba y pretendía presentarse las cosa «como fueron» vino a revelarse el más potente entre los narcóticos del siglo.
—Walter Benjamin, «N. Teoría del conocimiento, teoría del progreso» (N 3, 4) en Obra de los pasajes. Edición de Rolf Tiedemann y Hermann Schweppenhäuser, traducción de Juan Barja y edición al español al cuidado de Juan Barja, Félix Duque y Fernando Guerrero.
*Opción traductiva de Niklas Bornhauser Neuber. En el original Atomzertrümmerung el uso de la palabra rescata su sentido literal: zertrümmern tiene el sentido de demoler, desencajar y machucar, característica que se condice con el pensamiento de Benjamin. Si se quiere, Atomzertrümmerung también es hacer ruinas con los átomos.
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