Tumgik
#vestaescritos
mumuchaeeng · 1 year
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dybala-leo I
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— ¿Cristiano te está obligando? — La voz de Lionel sonó preocupada, con una mezcla de autoritarismo pero sobre todo temblorosa.
No puede ser, no puede entender la situación; siente que ese hombre se le está burlando en la cara luego de todo el esfuerzo sobrehumano que ha hecho para que nadie, ningún compatriota le vea la cara… 
— Leo… — Paulo agachó su cabeza, vergüenza era todo lo que sentía ahora mismo ¿Cómo lo iba a encarar? Sentía muchas ganas de llorar, de gritar y especialmente de salir corriendo ante el cuestionario que sabía que iba a recibir.
Algo en él se rompió un poco: Ronaldo siempre le había prometido que momentos así no podía ser, que nunca Lionel iba a saber que le pasaba: que lo juraba por el amor que le tenía a él y al respeto a su esposo político… 
Le creyó, como un idiota le creyó. 
— No, no; joyita, no llores; por favor. — La voz de Lionel empezó a sonar dulce y preocupada, estaba asustado: envuelto en pánico. Su cuerpo dejó la pared para acercarse y llevar sus manos a sus hombros, queriendo calmar el llanto que empezaba a ser agitado de Paulo. — Joyita; ‘cuchame ¿Te está obligando? Si ese hijo de puta… te juro por Dios que lo mato, sólo decime…
Paulo levantó la vista y de nuevo la vergüenza le recorría en todo el cuerpo, jamás se sintió con tantas ganas de que la tierra le trague. — ¡No! ¡Cris no…! No me obligó a nada… Yo fui el que quiso… Perdón, Leo ¡Perdón! ¡Sabía que era tu esposo, yo pensé que…!
Leo no podía dar crédito a lo que escuchaba; era imposible… ¿Por qué justo con Pablo? Es solo un niño ¡Un niño a sus ojos! ¡Un joven que recién sale a la vida! Se siente asqueado pero con culpa; porque Lionel ha entregado su vida para proteger la Albiceleste de su matrimonio venenoso y putrefacto: pero no se dio cuenta que estaba pudriendo a la joya más brillante de su selección.
Quiere morir… 
— ¿¡Qué pensaste, Paulo!? ¡Por Dios! ¿¡Qué no me iba a enterar!? ¿¡Fue eso lo que ese hijo de mil puta te dijo!? — No pudo no gritarle, luego se arrepintió como si la culpa que siente no fuera suficiente: se tomó su propio pecho y quería llorar. — ¿Qué más te dijo? No me mientas. 
Dybala, la joya envenenada por ese matrimonio siguió llorando; pero como un reo aceptando su destino se limpió sus lágrimas y solo pudo balbucear algunas cosas: se encontraba igual de adolorido, hasta traicionado… — N-no te enojes con Cris, Leo: yo no quería… pero sin querer me enamoré de él ¡Y no sé…! — Lionel se cubrió la boca por la sorpresa, mirándolo como si hubiese elegido el peor destino. — ¡Me dijo que no sabías! ¡Me prometió que esto no iba a pasar…!
Pero Lionel ya no podía escuchar más lo que la Joya decía: solo veía las horrendas consecuencias de sus acciones.
Lionel Messi acabó de romper la primer regla que se había puesto cuando hace cuatro años atrás aceptó casarse con Cristiano Ronaldo: nadie de su selección iba a tener contacto con su matrimonio.
Su veneno se iba a quedar entre los dos, si era posible: el mismo Lionel moriría intoxicado con tal de que nadie que quería lo toque.
Lo hacía para cuidarlos a todos pero ve que falló. 
Solo pudo retirarse del lugar, atrás le seguía Dybala llorando como un bebé: pero no podía atenderlo aunque quisiera confortarlo y decirle que solo fue victima de su matrimonio tan podrido y tóxico. 
Solo siente esas fuertes ganas de querer matar a su esposo con sus propias manos, sin importarle la cantidad de cámaras que hay aquí.
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