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lemoriamaipu · 5 months

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Lemoria

Taller de creación literaria de Pueblos Originarios

EL LUGAR EN DONDE CRECÍ

por MARJORIE HUAIQUI

Crecí entre la fractura de dos mundos. Nací en Santiago y viajaba constantemente a una ciudad, en donde estaban mis familiares mapuche. Desde niña supe que era mapuche. mi papá, se encargó de recordármelo con un apodo. Me decía “Leche sur” En mi infancia había una etiqueta de leche que era una mujer mapuche con toda su vestimenta, yo sabía que era mapuche porque cuando me nombraban en la lista, mi apellido no era igual al de mis demás compañeros y compañeras, también lo sabía porque siempre se equivocaban al decirlo. Escuché y vi mi apellido escrito de las formas más diversas, y cuando crecí un poco más supe que era mapuzungun, y que era importante aprenderlo a hablar.

Mi otro lugar fue Maipú, una comuna marcada por el color verde, los árboles, los juegos con mis amigas y amigos, andar en bicicleta, trepar árboles y salir caminando a la plaza de Maipú, descansar en el Templo Votivo y sentir en mi cuerpo la brisa del viento de la tarde.

No podría seguir avanzando en este escrito sin mencionar, que mi familia mapuche sabía de su tüwün porque quedó un recuerdo pasado sobre él. Perdimos el territorio después de las guerras, y creo que una de las consecuencias para mi padre y mis tías, fue la religión. En la de mi tía era la evangélica y en mi casa era la católica. Como mujer mapuche pienso que fue uno de los males que me saca día a día la poesía.

Soy feliz al llevarla porque revivo día a día en mi palabra que nace como un dulce brote rojo de las flores del lawen. Cada una de esas flores, especialmente las rojas son las bellezas que adornan mi vida y no podría dejar de mantenerlas para sentirme viva.

RECUERDOS EN RINCONES DE ARICA

por ANDREA MORALES

PUTRE

A 145 kilómetros de Arica y a 3.500 m.s.n.m. se encuentra Putre, un pueblito del altiplano chileno que cobró gran importancia en el año 1994, cuando se produjo el último eclipse solar del siglo XX y muchos astrónomos lo señalaron como el mejor lugar para apreciarlo. Mi papá, siempre tan querendón, invitó a un joven compañero de trabajo para que fuera con nosotros ese 03 de noviembre. Vicente, que así se llamaba este joven y que hoy descansa en paz, le había prestado meses antes a mi papá un cassette de Queen, el cual quedó tirado en algún rincón de la casa y que yo encontré y escuché tanto, que tenía que pegarlo con esmalte de uñas cuando se me enredaba y rompía en la radio. La primera canción era una experiencia de casi seis minutos, un poco balada, un poco ópera y un poco rock, no era como la gota fría, ni la mariposa tecknicolor, que eran en ese entonces parte de mi banda sonora. En fin, volviendo al eclipse en Putre, hay dos cosas que recuerdo claramente, la primera fue ver a los animales acurrucándose para dormir cuando quedamos a oscuras, siendo apenas las 09:20 de la mañana y lo segundo, es la fe absoluta que pusimos en esos lentes de cartón y una lámina de radiografía con tintes galácticos que nos iban a salvar de la ceguera que nos produciría mirar directamente el eclipse. Confieso que me mataban las ganas de comprobar si realmente uno quedaba ciego si miraba al cielo sin los lentes, pero no me atreví a hacerlo, porque uno en esa época creía todo: el diablo era magnífico, un hipnotizador hacía comer cebolla a un cantante y un filipino estaba embarazado, eran los 90´s. Envueltos en una paradoja y como si la realidad fuera un collage que se pudiera ensamblar arbitrariamente, el astrofísico y también guitarrista de la banda Queen, Brian May, estaba ese mismo día en Putre, observando el eclipse, al igual que Vicente que tuvo un fallido acto de culturización musical, al igual que mi papá, quien se perdió la oportunidad de conocer verdaderos himnos de la historia del rock y al igual que yo, que estaba formándome como fan de la banda. Qué pena no haberlo sabido en ese momento, me enteré muchos años después en internet, leyendo incrédula una nota de la Rock&Pop que hablaba de visitas de grandes artistas a nuestro país que habían pasado desapercibidas. Luego de 21 años, la vida nos volvió juntar en el mismo lugar con May, en el Estadio Nacional, fue el último concierto de la banda en Chile, esta vez él era para mí una estrella majestuosa que eclipsa a cualquier otro guitarrista y yo estaba ciega de fanatismo.

AGRO

El agro de Arica es como La Vega santiaguina, pero con frutas “de verdad”. En los 80´s allí se podían encontrar todo el año guayabas, maracuyás, piñas, chirimoyas y mangos. El Agro y yo fuimos cambiando con el paso de los años y a través de él pude notar mi crecimiento, mientras yo me hacía más grande, este lugar me fue pareciendo má s pequeño. Sus enormes pasillos que me hacían sentir el temor de perderme y que nadie me volviera a encontrar, se fueron haciendo más amigables y transitables gracias al poco sentido de la orientación que pude desarrollar con el tiempo. Tengo un recuerdo que me hace pensar que antes algunas cosas no sólo se hacían de manera distinta, si no que también se hacían de manera fantástica. Recuerdo que todos los domingos íbamos con mi mamá y mi Nonita al Agro y la última compra que hacíamos era la del aceite. Lo vendían por litro y lo entregaban en el tipo de bolsa más delgada que dan los feriantes. Cuidadosamente lo ponían sobre todas las otras compras y partíamos a casa en la micro. Del tambor a la bolsa, de la micro a la casa, llegaba intacto el litro de aceite. No sé si mi mamá, mi Nona, mis tías, vecinas y todas las mujeres que hacían lo mismo habrán reparado en algún momento sobre la gran hazaña que realizaban domingo a domingo. Nunca escuché a nadie decir que se le había roto la bolsa de aceite. La primera vez que fui a la feria aquí en Santiago, llamé llorando a mi mamá, diciéndole que aquí no vendían fruta de verdad:

SOCOROMA

Papá, no se si te acuerdas cuando estábamos en el campanario de la iglesia de Socoroma y no me aguanté las ganas de hacer sonar la campana que era más grande que yo, fue sólo curiosida d de niña, nunca tuve la intención de faltar el respeto al pueblo, como lo dijeron las personas que subieron a retarnos por lo que yo había hecho. Fue tan agresivo el llamado de atención, que no pude seguir disfrutando el resto de nuestro paseo. En Socoroma se produce el mejor orégano del mundo y no puedo evitar recordar este mal episodio cada vez que miro la bolsita donde lo guardo para condimentar mis comidas.

MI ESCUELITA E-5 ESMERALDA

El 28 de febrero de este año, partió del mundo terrenal mi adorada profe Rosa Soto Carmona, ella fue mi profesora jefe en la escuela E-5 Esmeralda de Arica desde el año 1989 hasta 1994, era una mujer sabia, creativa, virtuosa, generosa, todo en ella brillaba. Yo la quería con todo mi corazón y ella no se esforzaba por disimular frente a mis compañeros que era su alumna regalona. En los recreos, nos quedábamos juntas en la sala, mientras ella nos revisaba los cuadernos y yo usaba sus lápices pasteles, otras veces me dejaba ayudarla a estampar las tareas en su hectógrafo. Para quienes no sepan qué es, les explicaré: imaginen un delgado maletín de madera que cuando lo abren, tiene a cada lado una gelatina morada, esta fue la primera forma de fotocopiar que conocí. Mi profe Rosa nos pedía encarecidamente que guardáramos cada lápiz de pasta que se acabara, porque con eso y un calco, marcaba sobre una hoja en blanco con su hermosa letra manuscrita el diseño a multicopiar, luego tomaba un algodón con alcohol, limpiaba una de las dos caras del hectógrafo y ponía la hoja con el diseño a copiar sobre él. Había que esperar toda una noche para que la tarea quedara impregnada en la gelatina y al día siguiente: la magia. Retiraba cuidadosamente la hoja molde y comenzaba a estampar, poniendo una hoja en blanco, pasando su delicada mano sobre ella y retirando la misma hoja pero que ahora tenía un diseño morado, repetía esta operación cuarenta veces y finalmente, estaba lista nuestra tarea. En algunos recreos me dejaba estampar a mí solita, mientras yo soñaba con ser profesora y tener mi propio hectógrafo. Ella vivirá eternamente en las ganas que tengo día a día de ser una buena maestra. Muchas de las hermosas personitas que aparecen en esta foto siguen estando y estarán siempre en mi vida, porque ella nos enseñó a ser como hermanos y me dejó grabado a fuego que la humanidad está por sobre lo profesional… si a veces se preguntan por qué me entrego tanto a mis niños, es porque ella me lo enseñó.

LA GINGA - CARNAVAL CON LA FUERZA DEL SOL

Lo que es hoy el Carnaval Con La Fuerza del Sol, antes se llamaba “Carnaval Ginga Ariqueña” o “La Ginga” como le decíamos todos. Fue iniciativa de Carlos Verdugo, quien desde 1985 hasta el 2004 sacó adelante este espectáculo. Al principio participaban sólo los comerciantes de la desaparecida Feria Brasil, quienes desfilaban bailando samba, sin embargo, con el pasar de los años el carnaval fue tomando mayor importancia y el “Carliños” comenzó a recibir apoyo de las juntas de vecinos y la Municipalidad de Arica, para darle un carácter más relevante y creativo a esta fiesta veraniega, logrando incorporar carros alegóricos y agrupaciones de bailes bolivianos. Yo tenía como diez años cuando vi por primera vez a los que en ese entonces les llamábamos los “Indios Tobas”, estaría de más explicar el problema con la palabra “indio”, pero lo que no sabía era que el término “Toba” no había sido auto designado, si no que también era peyorativo, porque significa “frentón”. Las plumas de los Tobas fueron mis primeros recuerdos de carnaval, luego llegaron los cascabeles de los caporales, la sensualidad de las morenadas, los colores de los Tinkus, las máscaras de las Diabladas, el bombo y los platillos de las orquestas locales que marcan mi pulso y la energía de las agrupaciones afroariqueñas. Toda una fiesta de colores y sonidos que puedo revivir fácilmente cuando cierro los ojos.

EL LAUCHO Y LA LISERA

La playa La Lisera era entre todas, la más famosa en Arica en los 90´s, de arena blanca, sin olas y de aguas claras. Mar adentro, en el centro de la playa, tiene un bloque de cemento al que le llamamos “La Peña”, un lugar que mis ojos de niña veían tan lejano desde la orilla, pero que fue un terreno conquistado en mi adolescencia. No sabría cómo explicar lo que sentí la primera vez que llegué allí, porque en el fondo, todos sabemos que eso te convierte en otro tipo de ciudadano ariqueño y significa también que desde ese momento eres menos niño. Creo que esa fue la última vez que fui a La Lisera, ya conquistada La Peña, conseguí mi pase para ir a la playa vecina llamada “El Laucho”, aquí ya no se iba con los papás, no te pintabas la nariz con Rayfilter de colores, ni se comía huevito tirado en la arena, aquí se tomaba sol en un ambiente adulto joven, se usaba bikini, lentes, pero la hora del baño era toda una tortura, porque el mar estaba lleno de piedrecillas, por lo que El Laucho tuvo históricamente fama de ser sólo un lugar para taquillar. Un día, pasó algo increíble, las marejadas limpiaron la playa y nos dejaron sólo arena bajo el mar, la playa se transformó en un paraíso perpetuo. Una de las tantas muestras del poder del mar. Me pregunto si mis coterráneos valoran hoy la fortuna de poder ir a la playa después del trabajo, si yo pudiera, lo haría varios días en la semana.

MEMORIAS

por PATRICIA FRANCO

Nací en diciembre de 1935 Santiago, mi primera foto la tomaron en el Parque Forestal, mi madre me sostiene en brazos siendo bebé y mi expresión es llorosa. ¿Premonición? Definitivamente.

Mi primer borroso recuerdo es sentir gran angustia al ser llevada desde un parque hasta el lugar donde vivía. Como mi madre trabajaba en una repartición militar, yo estaba con mi abuela, dos veces viuda. Primero nos fuimos a Llo-Lleo donde recuerdo unos paseos al exterior, en una zona arbolada y recogiendo callampas; mi abuela se reía de mí porque escogía las venenosas (eran más bonitas), también sacaba lana de las ovejas que quedaba atrapada en las alambradas, con el pretexto de hacer una almohada. Cuando íbamos a la orilla del mar, me admiraba la destreza de mi abuela para coger los bichos comestibles entre las rocas bajo el agua. Aclaro que ella nació en Nervi, un balneario de la zona de Genova. Todo cambió cuando nos trasladamos a El Monte, donde vivía mi tía abuela viuda, con su único hijo. Para que yo no entendiera lo que hablaban, no lo hacían en italiano – que es comprensible para los que hablan castellano – sino en el dialecto zeneize o ligur, que es más parecido al francés. Eso, lógicamente, me hacía sentir marginada. Tampoco nunca me enseñaron italiano como a mis demás parientes de la familia materna.

Durante su breve primer matrimonio, mi padre, ex militar, planeó viajar a España, integrando el ejército republicano, en guerra con el sublevado bando liderado por Francisco Franco. Pretendía perfeccionar sus conocimientos de ingeniería en Europa, como lo hacían muchos en busca de progreso. Calculó mal, se perdió la guerra. Sufrió algunos percances. Luego de una batalla exitosa, los componentes de la brigada a su mando, lo vitorearon gritando ¡Viva Franco!. Tras saberlo, fueron todos detenidos por traidores hasta que se aclaró el asunto. Tuvo que atravesar los Pirineos para ser finalmente internado en un campo de concentración en Francia. Sin un centavo, logró comunicarse con el consulado chileno, quien envió a un antiguo conocido suyo, Abdón Parra, para sacarlo de allí y embarcarlo con destino a Chile. Al reencontrarse con mi madre, decidieron separarse, anulando el matrimonio.

Mi abuela lo odiaba pues mi madre no quiso aceptar al novio elegido por ella, un boliviano de Santa Cruz, del cual quedan muchas fotos, sin embargo prefirió a mi padre, ex estudiante de leyes que abandonó la carrera para ingresar al ejército. Por esa razón a mí me presentaba como ”la hija de Franco”. Siempre me sentí una extraña en la familia. Ella soñaba con volver a Italia, pero no tuvo los medios económicos para hacerlo. Su madre había regresado a su casa en Génova, espantada por los terremotos de Chile, que le habían costado una pierna y la muerte temprana de su yerno, mientras su marido, desilusionado de sus posibilidades aquí, decidió marcharse a los EEUU. Las comunicaciones fueron sólo por carta, algunas de las cuales se conservan.

En la casa de El Monte no me dejaban salir, me quedaba mirando por la ventana como los demás niños jugaban en la calle. Pero el espacio trasero de esa casa era muy entretenido. HabÍa allí un granado que había crecido inclinado hasta el suelo y era mi escondite preferido, además de comer esa maravillosa fruta de granos rojos y casi transparentes. También crecía un par de perales y un nogal con parte de su ramaje tocando el tejado. Por allí los ratones cosechaban los frutos y los hacían rodar con gran estruendo por el entretecho hasta el extremo de éste, donde estaba su depósito. Se les atacaba con trampas o jaulas. Mi mascota era una gallina japonesa, pero el perro, un pastor alemán bautizado Nero ¡ni acercarse! pues era el guardián y sólo obedecía a mi tío Tito. Cuando cumplí la edad escolar, nos trasladamos a Santiago, a una casa de las primeras cuadras de Vicuña Mackenna. Por la avenida pasaban los carros con estruendo por el empedrado, haciendo estremecerse los vidrios de las ventanas. Allí llegó también mi madre y me enviaron a un colegio cercano. Después supe que estaba todo calculado de antes. Estando en El Monte, mi abuela me había regalado una estampa que mostraba un niño gordito, rubio y de ojos celestes, que señalada un bulto rojo y dorado, que suponía ser un corazón en su pecho y con estas palabras que recuerdo como “Da schau wo ich dich liebe” o algo parecido, distorsionado por el tiempo, que se podía traducir como: Así te muestro cómo te quiero. Mi abuela me aclaró que era el niño Jesús y ante mi sorpresa por su apariencia, siguió explicando que era para que los niños alemanes se identificaran con él y lo sintieran cercano. Fue mi primer encuentro con el poder de la propaganda. Después supe que la estampita en cuestión se la habían regalado las monjas ursulinas, recién llegadas a Chile, que estaban instaladas en un pueblo cercano.

La casa era antigua, dos pisos, techos muy altos. Las habitaciones tenían muchas molduras y paneles, haciéndome ansiar las paredes lisas de una casa moderna. En la galería del segundo piso estaba mi escritorio con todos los elementos escolares.

El colegio de las tales monjitas estaba a unas pocas cuadras del nuevo domicilio, me matricularon allí y no hubo apelación posible ante las protestas. Estaban instaladas en el convento de las monjas agustinas, de clausura. Pocas alumnas por curso, alrededor de 12, la mayoría de origen alemán. Salíamos a las 16 horas. Tuve una amiga en ese colegio con la que nos entendíamos muy bien, junto a ella descubrí algo nuevo: nos podíamos reír a carcajadas, algo desconocido e inaudito hasta ese momento, pero mi madre la censuró. Mis amistades sólo podían ser las hijas de sus propias amigas. Jugaba sola en casa hasta el aburrimiento. En el patio intenté hacer un pequeño jardín, escarbando la tierra y sacando piedras, vidrios, trozos de metal. Logré plantar algunas patillas de cardenal regaladas o robadas a casas vecinas. Cuando comenzaban a crecer, el dueño de la casa, quien vivía en un departamento vecino, decidió comprar un auto y usó el espacio del patio para estacionarlo.

En el verano, visitábamos a los parientes de mi abuela en Viña, luego a los ya fallecidos alemanes en el Cementerio de Disidentes de Valparaíso y a los italianos en el Cementerio Católico. Sin embargo, pasábamos más tiempo en Las Cruces. Al regreso a Santiago, sentía la misma angustia de la primera infancia y al atardecer, tras mirar con nostalgia la puesta de sol sobre el mar y después, las desoladas cuestas de la cordillera de la costa, me parecía escuchar la voz de Atahualpa Yupanqui: “Caminito del indio, que cruza el valle con las estrellas, caminito que anduvo de sur a norte mi raza vieja..” Eso nunca ocurrió cuando, ya adulta, volvíamos de camping con mi familia propia. Entonces, para animar el regreso a casa sintonizaba musiquita orquestal que llamábamos “de supermercado” . Pero, la angustia volvió a asomar su cara fea al regresar de otro país donde hubiera deseado permanecer más tiempo, un año o dos o más quizá.

El barrio era interesante, bellas casas, sedes de embajadas como la de Argentina, Francia (hoy demolida), Gran Bretaña. Cerca estaba el sector del Parque Gran Bretaña, ex Japonés, hoy Balmaceda y el Forestal, donde vivían mis tíos y se elevaban hermosos edificios como los de Sergio Larraín, León Prieto Casanova y Luciano Kulczewski, cuyas casas parecían castillos de cuento infantil, además del Museo de Bellas Artes, que visitábamos con frecuencia, el cerro Santa Lucía, el Zoológico y más arriba el encanto del cerro San Cristóbal. La casa donde vivíamos, la más fea del sector, (pero está peor en la actualidad, porque han eliminado la única terraza del frontis y el bay window) se situaba de costado a la actual Casa de las Gárgolas, casa antigua habitada en ese entonces por el médico homeópata Ramón Pineda y aficionado a leer sus poemas en público, por lo que era peligro público. Hubiera querido estudiar arquitectura, pero estando consciente de mis limitaciones en matemáticas, era un sueño imposible. Mi familia materna quería que fuera pianista o pintora como mi abuelo, pero no tuve dedos para el piano. Lo intenté y pronto me aburrí. Estudié otras materias, totalmente inútiles para la futura vida laboral, pero apasionantes. Nunca fui previsora y deseché todos los buenos consejos debido a rigidez mental, ya que los consideraba inmorales. (jejejeje). También puede ser que, como jamás confiaron en mí para nada…

Pasando el tiempo, viví en muchos barrios, el último de Santiago fue en un pequeño departamento del comienzo de Bustamante. Aburrida del largo trayecto hasta mi último trabajo en Maipú y hastiada de postular sin éxito a un bungalow o departamento de la Caja de EEPP, conseguí una pequeña casa económica en Maipú. Esperaba volver a Santiago al jubilar, pero la realidad tenebrosa del sistema de AFP frustró mis aspiraciones. También echó por tierra mi primer proyecto: estudiar francés hasta el último nivel en el instituto Chileno Francés, pues no tuve ese ramo en el colegio, sino que me tocó estudiar latín, aparte del alemán e inglés. Entonces, recordé el consejo de la última profesora que tuve en el Chileno-Británico (4 años de inglés por disposición de la empresa) quien, al leer mis tareas, insistía: -Entre a un taller literario. Me agradó la idea.

Esta alejada comuna comenzó a mostrar mejor cara con la llegada de los ciudadanos de Haití. Al comienzo saludaban cortésmente a vecinos y transeúntes, pero luego, al notar la sorpresa, optaron por omitirlo. El aspecto que ofrecían con sus esbeltos cuerpos, altura, largas piernas y color atractivo, las mujeres, algo más rellenitas algunas, pero con cuidada apariencia, contrastaban con nuestras deslavadas figuras y piernitas cortas. Hubiera querido que se produjera alguna mezcla que influyera favorablemente en la población, pero a la vez lamentaba que se perdieran con el tiempo sus características. Desgraciadamente no ocurrió así, fueron maltratados vilmente, se aburrieron y se marchó la mayoría del país. Antes también habían llegado peruanos y al menos existe un montón de restaurantes con comida típica. Me dio gusto escuchar a un paseante, hablando por teléfono con algún compadre: “Viva Perú, carajo”. Hasta pueden verse otavaleños vendiendo en las calles. Lo malo del asunto es que el presidente Maduro al parecer sacó a connacionales de las cárceles para enviárselos de regalo a nuestro estimado ex presidente. Pero los hay emprendedores y honestos también y se recuerda que Venezuela acogió muy bien a nuestros exiliados en su momento.

Durante mi adolescencia, después de la segunda guerra, llegaron muchos extranjeros a Santiago, muchos de ellos del ambiente cultural: pintores, fotógrafos, gente de cine, escenógrafos, académicos, bailarines, además de emprendedores de varios tipos. Era un agrado alternar con ellos, algunos fueron mis profesores, otros amigos, mujeres y hombres. ¿Nacionalidades?: húngaros, checos, polacos, alemanes, austríacos, españoles, muchos de ellos además, judíos. Me agradaba especialmente escuchar ese antiguo saludo entre algunos: - Servus.

Siempre me resultó fascinante la variedad de la población en ciudades como Nueva York o Londres y esperaba que ocurriera también en Santiago.

Todo nuestro continente es una mezcla de exiliados e inmigrantes que llegaron a un continente, ya habitado, pero como siempre ha ocurrido en la historia del planeta, desplazando a los originales pobladores. Poco a poco, han ido recobrando éstos el uso de su lenguaje propio y se ha estado expandiendo hasta nosotros, la población mestiza interesada en su cultura ancestral.

Ahora que el avance tecnológico parece haber influido negativamente en el planeta, se advierte una planificación mundial tendiente a producir cierta regresión a sistemas primitivos de vida y eso se advierte en las redes sociales que muestran como nunca, ritos y costumbres de pueblos ancestrales. No dan puntada sin hilo, dicen por ahí.

¿Qué queda de mis antepasados u otros?

Sólo algunos objetos:

- Una lámpara de aceite traída por mi bisabuela Gemma Costa desde Genova.

- Una libreta de notas traída desde Hamburgo por otra bisabuela: Elisa Wiegand. Anotó en ella los detalles de un viaje por su país antes de aventurarse en Chile, destaca en ella haber observado un desfile en honor al káiser Guillermo II, en compañía del rey Humberto de Italia. (Había conflictos serios en esa época ¿?) Sigue luego detallando algunas actividades en Valparaíso y termina con una lista de lavado. En aquellos tiempos, la ropa la recogían las lavanderas y las traían después. Supongo que siempre les faltó algún calcetín.

- Cartas, postales y fotos de mi abuela materna, Bice Foschini. En cuanto a mis cartas y recuerdos de juventud, las destruyó todas, incluyendo los diarios que compró mi padre el día de mi nacimiento, que me regaló cuando cumplí los dieciocho y que tenía guardados en el escritorio para leerlos después.

- Dos bosquejos al óleo de mi abuelo Carlos Müller, fotos y postales.

- Una cajita de loza art deco de mi madre Raquel.

- Fotos de mi padre Alfredo.

- Una silla de madera tallada tipo curul, que perteneció al general José María Bari, quien, a su vez descendía de aquel sueco llamado Lars Campanius, quien, estando en Bari, Italia, cambió su apellido original por el nombre del puerto por razones desconocidas.

- Un manual de baile, escrito por mi bisabuelo Alfredo Laureano Franco Zubicueta. (En el sitio web Memoria Chilena)

VIBRANDO AL RITMO DE LA MÚSICA

por ROMINA ZAMORA

Mi vida comienza en el año 1978 En una época donde en Chile era jugar a la guerra.

Fue un día viernes en la mañana, mi madre me contó que era una bebe gorda, blanca y colorina. El parto fue a las siete de la mañana. En el hospital Barros Luco de la comuna de San Miguel.

Una zona donde nació una de las bandas más importante de nuestro país LOS PRISIONEROS.

Salimos antes de la noche del hospital, con rumbo a la comuna de la Cisterna. Ahí se encontraba el hogar de mis abuelos maternos. Fueron mis primeros años de vida junto a mi hermana mayor y mis dos primos. Era una casa esquina con un patio enorme con un gallinero donde había un gallo que le gustaba perseguirnos y picotear.

Nos cuidaba mi abuela mientras que nuestros padres trabajaban. A la hora del almuerzo nos mandaba al baño a lavarnos la cara las manos y teníamos que estar muy bien peinados, ella cocinaba tres comidas para el día: ensalada, sopa y plato de fondo y nos obligaba a comer todo lo que había cocinado, o nos amenazaba sacando detrás de unas ollas grandes una pala gigante de madera y la dejaba sobre la mesa donde comíamos. Yo me juntaba con mi primo con el cual teníamos la misma edad, éramos los últimos en terminar el almuerzo.

En esa casa hay un baño grande, cabían más de tres personas, y al terminar con mi primo de almorzar corríamos al baño y quien ganaba se sentaba en el W.C. y el que perdía le tocaba una pélela incómoda.

Con mi primo sentados en el baño y planeando unas de las siguientes maldades, reíamos y cantábamos (pa pa pa) nuestra víctima era el gallo, aprovechando su encierro con las gallinas para molestarlo.

Como niños, lo estábamos pasando muy bien, mientras que en las calles de este país todos gritando maldito sudaca.

Pasaron años y mis padres se compraron su casa en la comuna de Maipú, por la calle segunda transversal con Irarrázaval, yo feliz con el cambio me sentía una we are sudamerican rockers con la nueva casita, y mi primo del otro extremo de la ciudad, me decía (que no destrocen tu vida).

Era tanta la inseguridad de la cultura de la basura de este país y por miedo mi mamá no me dejaba salir a la calle a jugar con niños. Recuerdo unos inviernos oscuros y neblinosos solo me entretenía con mi hermana y las muñecas, esperaba con anhelo la primavera porque frente de mi casa instalaban juegos electrónicos habían sillas voladoras mi padre me llevaba y subía solo una vez, y aun siento el viento que pegaba en mi cara, era volar y sentir mi libertad. Cuando terminaba el juego me iba caminando a mi casa, pateando piedras.

En el año mil novecientos ochenta y cinco, pasó el terremoto tenía siete años de edad, fue una película horrible yo quedé shock me imagine que la tierra no iba a tragar. Hubo muchos damnificados, donde el gobierno de turno y la televisión mueven las industrias para la ayuda de los afectados, pero a la vez todos quieren dinero.

Cuando llegó mi adolescencia tuve en mis manos el primer cassette del grupo Los Prisioneros, “La cultura de la basura”, donde en canciones describen las vivencias de muchos chilenos y lo que pasaba en la política en esos años.

Después crearon el disco “La voz de los ochenta”, fue un llamado de atención o un grito a defender nuestra identidad, libertad y equidad. Pero ese grito a todo pulmón se quedó solo en las fiestas de aquella época. Los medios de comunicación se encargaban de maquillar las informaciones para lavar nuestras mentes, todos se preguntaban. ¿Quién mató a Marilyn?.

La mayoría de los chilenos estaban en un silencio rotundo. Lo mejor era tomar un “tren al sur” y olvidar esa mentalidad televisiva.

A mis diecinueve años y con el disco “Corazones” sonando en las radios sentí que estaba lista para amar, una amiga mía me presenta al hombre que hoy es el padre de mi hija. Nos fuimos a vivir juntos cuando nació nuestra hija, muy cerca del templo de Maipú. Yo trabajaba, llegaba hacer las cosas de la casa, atendía a mi niña y a su padre, para ser honesta me sentía una cenicienta.

Cuando escuche la canción “Corazones rojos” del mismo grupo me voló mi mente, pienso que muchas mujeres se despertaron con este tema. Yo sí.

No quería comprender a nadie, excepto a mí. Las palabras comenzaron hacer cuchillas y las manejaba solo mi orgullo, ya no tenían pasión, y se produjo la estrechez de corazón.

Por amarte puse mi corazón en tus manos de niño, todo se estremeció cuando tú lo apartaste de tu lado.

El miedo y la incertidumbre se apoderaban de mí todas las noches al comprender que tenía que partir ahí.

Solo mi corazón apasionado y confiado me llevó a tomar mi rumbo. Con suavidad agarre la mano de mi niña y cerramos la puerta de esa casa, para vivir y poder contarnos una historia original.

Agradecimientos a la música del grupo Los Prisioneros

MAYPUN

por ANTONIO RAGÓN

Siempre disfruté los días largos de soles rojos, siempre disfruté el viento gélido del sur. A veces me escapé entre faroles y cerrojos, a veces me escapé de mi intrépido Maipú.

Nunca olvidaré el olor del petricor y los amigos, nunca olvidaré el cielo raso hecho de paltos. Siempre recordaré aquel licor y a mis testigos, siempre recordaré el duelo y los vasos en alto.

Yo crecí a los pies del templo y siempre fui mal monje, el más hipócrita cenobita. Pero siempre tuve temple, nunca fui el que escoge ignorar a quien me necesita.

Maipú nostálgico de olor a frío, aromas mágicos, dolor sombrío. En la niebla que baña estos parajes entre la bruma, iluminado por la luna en este viaje el peso de lo incierto se convirtió en mi equipaje.

CALLEN

por ANTONIO RAGÓN

En el bosque asesiné otra vez mi nombre y volví a enterrar a mis muertos, Y lo que más odié y lo que más amé se dieron cita en mi nueva tumba. El rugir del tralkan galopó las nubes y sirvió de rúbrica a mi anhelada sentencia. Así me dirigí descalzo al arroyo y entre arrullos me abandoné al río y al silencio del agua. Me adentré en jardines de alicura y con talismanes de caliza y cuarzo sané mi piel. Y atravesé la muerte cinco veces entre copas o quizás fue al revés. Me senté eternidades a oír la paciencia de aṉtü dorando las piedras como un eco que mil laberintos repiten. Embriagado por el arcano perfume de la tierra, pletórico de júbilo por un instante, creí comprender lo que dicen las flores y las cosas sin voz. Y ese canto fue bálsamo del punzante secreto que por dentro me amargaba. Y entonces recordé. Y el silencio y tu nombre se instalaron en mi memoria tan ciertos como segura es la noche. Es esta ausencia que no es cuerpo, esta niebla que no ciega por completo. Es la shampall de tu presencia en el río que a veces me rapta a las profundidades de tu recuerdo y me deja convertido en wala sin poder usar bien mis alas.

Pero tuve que volver arrepentido con las rodillas dobladas, engarfiando los dedos tirando de tu sudario de musgo y lirios. Envidioso de tu destino y avergonzado del propio hube de abandonar el naufragio y los terrores del agua.

Quizás el siguiente pewü sea mejor.

LUGAR ARADO

por ROSA EMILIA URZÚA

Miraba al cielo con ojos de imaginación de niña inocente. Las acrobacias, el ruido de los aviones dejando estelas de rojo, azul y blanco. Chile está de cumpleaños, Con gran gozo, decía mi padre Mi barrio lleno de árboles, olmos, plátanos de gran tamaño, con hojas que cambiaban de color según la estación. Es la Gran Avenida, gran parte ocupada por la Escuela de Aviación Capitán Ávalos. Mis tíos del sur hablaban con orgullo de los paisajes que rodeaban su casa. Ríos, lagos, volcanes, glaciales, etc. Ellos me invitaron a conocer el Templo Votivo de Maipú

(maypun- lugar de arado) en mapundungun. Una sensación de fragancia, de rosas, jazmín, vainilla invadió mi cuerpo pequeño al ver la Virgen del Carmen. En la explanada había alegría, cantos , hermosos trajes de variados colores, bailaban los peregrinos al ritmo de la música. Era la fiesta de La Tirana, me dijo mi tía al oído. Nos tomamos fotos, en algún álbum familiar quedarían. Al pasar los años jamás hubiese pensado pertenecer a esta comuna llena de historia, batallas, promesas, héroes de la Independencia: "Padre de la Patria". Desde mi casa, tengo la panorámica del cerro 15. La cruz con el Cristo calado refleja mi jardín de flores, plantas, fuente de agua, que hace placentero mi hogar, en unión y respeto con mi marido y mis dos tesoros de hijas. ¡Soy afortunada y agradecida de la vida!

RENACE MI INFANCIA

por VIOLETA CUMINAO

Acordarme de mi infancia es lo más lindo que me ha pasado. De la semilla de mi padre Florentino y del vientre de mi madre Zoila, nací un 13 de mayo 1959 en la comuna de San Joaquín en la población La Legua. Mi padre me puso el nombre de Violeta por Violeta Parra y Carmen por la Virgen del Carmen, eso me decía… La casa de mis padres era grande, tenía un segundo piso. Recuerdo esos momentos de invierno después de que una lluvia abría la ventana de la pieza y veía la cordillera, era tan linda que me gustaba contemplar esos momentos que los recuerdo hasta el día de hoy. Cuando salía antü (sol) eran momentos radiantes que nos daban toda su energía. También recuerdo que mi padre iba al sur, traía un cordero o chancho, y lo criaba para después matarlo y comerlo para celebrar las fiestas. En esos momentos de lluvia como niña sentía esas ganas de ir a mojarme, pero no podía porque a mi papá no le gustaba que saliéramos a mojarnos, pero un día él salió de casa y aproveché de ir a caminar por el ko (agua) donde las calles parecían ríos y me sentía tan feliz. También recuerdo esos momentos cuando salimos a jugar con los amiguitos vecinos de la cuadra, éramos como 20 niños y jugábamos a todos esos juegos como: la ronda, el trencito, el elástico, a las mamás a la escuela, mi hermana Erica era la profesora. Hoy en día veo a los niños que sólo juegan con su celular. Recuerdo cuando mi madre iba a parir, me decía que la guagüita la traían la cigüeña yo en mi ignorancia creía y pensaba que era un pájaro que traía una guagüita y la dejaba caer. Lo más preciado es recordar el momento donde compartí con mis padres y mis hermanos éramos una familia grande 13 en total, después de que mi padre cerraba su almacén nos reunimos alrededor del brasero, en donde mi padre y mi madre nos aconsejaban. Fue muy valioso, recibí cariño, valores y aprendí a valorar lo poco que tenía. Mi padre decía que la humildad y la sencillez te hacen grandes personas.

#LEMORIA

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indagaciones · 3 years

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Cinco canciones, cinco colores

La música y los colores desde tiempos inmemorables han ocupado un lugar importante en mi vida, puedo afirmar que son dos conceptos que me sumergen en lo profundo de mi mente y me hacen percibir el mundo con una visión propia, para esta oportunidad he escogido cinco canciones que contienen un color en el titulo, seleccionados sonidos que me cautivaron desde el primer momento que los escuche y me apetece compartir con cualquiera que lea este blog.

El gato negro- Cevlade

El gato negro, una canción de cevlade rapero chileno quien lleva 22 años en la escena del hip-hop y quien se ha destacado por sus letras e instrumentales en el año 2015 lanzo un EP titulado “ el gato negro” con el fin de de rendir homenaje a los llamados poetas malditos en el EP encontramos cuatro obras entre ellas una adaptación al cuento de Edgar Allan Poe publicado en 1843, el gato negro. Sobre un instrumental de rap dirigida por un piano con notas mayores y sintetizador, cevlade comienza a contarnos una siniestra y macabra historia.

La particular forma en que Wladimir logra la unión entre la instrumental y su voz hace que el oyente pueda palpar diferentes sentimientos y conectar con el protagonista o llegar a despreciarlo por completo. Para resumir el tema de la canción trata sobre un hombre que ama a los animales al igual que su esposa, y comparte una estrecha amistad con Plutó un gato negro que tienen en casa, pero después de un tiempo consumido por el alcoholismo y su variado carácter termina con la vida de su entrañable amigo, ocasionando en el una gran culpa y aborrecimiento tanto que comienza a vivir diferente episodios que le roban la tranquilidad hasta desembocar en una tragedia y un giro inesperado.

La interpretación que nos ofrece cevlade es impresionante dejando citas muy puntuales como:

Ese amor llega directo al corazón de un niño Sobre todo si ya probó la falsa amistad del hombre Un ser que yo defino como egoísta y abusivo

No necesitamos ser niños y mucho menos adultos para entender que el amor de un animal hacia nosotros es sincero, pues las relaciones interpersonales la mayoría de las veces no resultan según nuestras expectativas, en el camino de la vida nos encontramos sintiéndonos inseguros y utilizados todo producido por el mal trato de una persona y en ese circulo vicioso nos hemos movido todos, mientras alguien nos daña, nosotros dañamos a alguien más por instinto natural hasta que perdemos la esperanza en encontrar lealtad en las personas y nos refugiamos en otros aspectos como la naturaleza, los animales, incluso en nosotros mismos. Llegando al nudo de la historia nuevamente Cevlade dice:

Hasta que entró en mí el demonio de la perversidad Que es inherente al hombre tanto como lo es la soledad

Por naturaleza la perversidad esta en nuestro corazón, nos gusta hacer el mal solo por defender nuestra verdad, por ir en contra de lo impuesto, por esa razón llegamos a auto torturarnos o a afectar a terceros, es como un lazo que nos envuelve a los humanos y no podemos zafarnos de el, así como la soledad es inevitable, la perversidad funciona de la misma manera.

Dos citas para debatir de manera profunda y psicológica, debido a que más allá del horror que puede generar el relato nos muestra el comportamiento humano en una situación particular. Por ultimo el color negro describe al pie de la letra la temática, musicalidad e intención de la canción.

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Purpura-Wos

En la entrada anterior de manera breve escribí sobre wos ( Valentin oliva) un rapero argentino que actualmente se posiciono entre uno de los mejores sonidos argentos de los últimos años contribuyendo a la escena del hip-hop y del rock en español, mostrando en muchas de sus letras un sentido social, “Purpura” un sencillo lanzado en 2018 con sonidos de trap y sintetizadores muy fuertes pero con una letra bastante profunda y certera con la intención de denunciar el abuso de poder y el mecanismo sórdido con el que pretenden manipularnos los medios.

Con un estribillo pegajoso wos sale diciendo o mejor dicho invitándonos a un baile, pero no cualquier tipo de baile, hay solo pueden entrar los que resisten aunque el mundo quiere que no sean nadie, se puede interpretar como el baile de la lucha o la resistencia, ya dentro del circulo se torna un ambiente mas sensacional con barras con las que todos podemos sentirnos identificados, como que bailando podemos entender lo que pasa ya sea bueno o malo, o que un día eres Dios y al otro cucaracha y todos te dejan de querer cuando ya no eres tan conocido y no tienes mucha apariencia para brindar. Nos cuenta un poco de si mismo como que el vacío en si trae inspiración y que el como persona se ha brindado la oportunidad de navegar en su propio ser.

Todas las obras musicales de Wos se caracterizan por tener frases/citas que parecen hablarnos cara a cara y “purpura” no es la excepción:

Que vivas produciendo pa' que sigas consumiendo No hay lugar para las emociones, lo estamos viendo Si nuestro placer viene con bases y condiciones ¿Me están jodiendo?

El vivir en un continente y país tercermundista nos hace sentir más fuerte lo que nos dice la canción, en este punto de la historia nos encontramos viviendo en un mundo absorbido por el capitalismo y el consumismo donde hace mucho nos dejaron de ver como personas para convertirnos en un número mas de la lista dejando de la lados las emociones, sentimientos y el alma, cosas inmateriales que no tiene valor monetario pero que deberían importar más que el historial bancario, somos como maquinas trabajando para enriquecer a otros que solo nos ofrecen migajas y tiempos limitados para sentirnos vivos. Rozando el final de “purpura” wos tira algo muy realista tanto a la sociedad como a los que nos “gobiernan”:

Entes repletos de egoísmo Los quiero ver cuando se enfrenten a su abismo Si pintan paredes te parece vandalismo Pero matan mujeres y eso a vos te da lo mismo

Quizá hablar de el tema de feminicidios y lo que las autoridades hacen frente al problema puede resultar en una opinión moralista, pero wos aclara que el solo esta compartiendo su punto de vista lejos de la moral sin intención de imponer lo que piensa a nadie. Latinoamérica y en especial argentina reportaron mas de 160 crímenes hacia mujeres ( feminicidio) en lo recorrido del año 2020, es tan grande la problemática que surgió el movimiento “ ni una menos” haciendo marchas, protestas en contra de la muerte despiadada e injusta de mujeres en el país, por su parte el gobierno, diferentes autoridades incluso personas del común han minimizado esta lucha, pero estos mismos que minimizan verdaderos problemas son los que llaman vándalos a los que no encuentran otra manera ser escuchados y rayan un muro para esparcir su voz. La canción retrata a estos seres como entes egoístas que creen tener el mundo a sus pies pero un día se enfrentaran a su abismo, a su propio vacío interno.

Para terminar y con una pausa en la instrumental dice:

Entiendo que no sepan qué expresar Si están viviendo mierda, ¿qué mierda van a contar?

Una frase que no solo es valida para los artistas de la nuera era, si no que al contrario nos habla a todos en general, si no queremos contar mierda, simplemente dejemos de vivir en la mierda en la que estamos, salgamos un poco del lodo tanto mental como físico, atrevámonos también a viajar dentro de nuestro propio ser y hacer el cambio desde adentro.

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Mar rojo- Foyone

Mar rojo, una canción interpretada por Foyone y producida por Sceno desde Malaga españa llega uno de los mejores exponentes del rap en español con una discografía compuesta por 18 álbumes entre ellos “El mesías” un álbum lanzado en 2014 comenzando con “creo en ti” y dando final a la obra maestra con “mar rojo” siendo esta la ultima canción. Foyone es conocido por su manera cruda, realista y en algunos casos agresiva de expresar lo que piensa y siente a través de ondas sonoras llegando a tocar temas particulares como la religión, reptilianos, política, drogas y adicciones entre otros temas que no cualquiera se atreve a exponer.

Una canción cuya duración es de 2:16 minutos, pero que te resuena en la mente toda la vida, comenzando con sonidos muy lofi rap y la característica voz de foyone hablándole al oyente sobre la vida y un poco más, haciendo referencia al mar rojo que atravesó Moisés con el pueblo israelita para de esta manera no desligar la canción del concepto central del que trata el álbum. Personalmente cuando escuche “Mar rojo” me sentí descubriendo una faceta nueva de Pedro (foyone) algo más alejado del rap critico y pensante al que yo como oyente estaba acostumbrada con los Rap sin corte o temas como “Dios colocado”, este es un tema más personal, autorreferencial en varias líneas y con un fin motivacional bien manifestado.

Al ser un tema corto no quiero exponer toda las grandes frases que tiene, pero si mostrare las que mas me han pulsado:

De ti depende la vida que tengas Recoge las semillas que siembras

Una frase que puede caer en el popular cliché de que todo lo que haces ya sea bueno o malo volverá a ti un día, aunque siempre es importante que alguien a través del arte, canción, pintura o libro, vuelva a recordárnoslo pues muchas veces nos descubrimos a nosotros mismos actuando de formas incorrectas, saltando los valores que nos conforman o traicionando nuestra propia esencia, sembrando semillas equivocadas en terrenos que merecen muchas más. La vida que tuvimos, tenemos y tendremos es solo el resultado de lo que en el pasado o en el presente sembramos, el bienestar o destrucción de nuestra propia vida no depende de nadie más que de nosotros mismos y de como utilizamos el tiempo que se nos ha sido entregado. Hay muchas tierras en donde sembrar solo que debemos de aprender a cultivar lo mejor para recoger buenos frutos.

Con unas líneas sencillas y sinceras Foyone busca despedir uno de los mejores temas de su repertorio diciéndonos:

Tu que prefieres despertarte o morir Hacer como que vives o vivir A ti mismo no te puedes mentir

Despertar es una acción que va muchos más allá del hecho de abrir los ojos por la mañana y levantarnos de la cama a desayunar, pues podemos estar durmiendo toda nuestra vida sin saberlo, tener los ojos cerrados aunque juremos tenerlos abiertos, despertar es sacudir nuestras propias cadenas para así buscar la llave que nos haga completamente libres, por eso nos dice que podemos escoger entre seguir dormidos o despertarnos y vivir de verdad, resulta muy jodido saber si estamos viviendo o hacemos que vivimos porque actuar frente a una mentira muchas veces toma tiempo, pero al final de todo no podemos mentirnos, pues siempre hay algo dentro que nos va confirmando si vamos o no por el camino correcto. Por ultimo el color Rojo describe de manera casi intuitiva el tema del que trata la canción, visto desde la psicología del color nos encontramos con un tono que describe el peligro, el dinamismo, la calidad y en algunos casos los sentimientos.

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Anaranjado- Oh'laville

Oh'laville Una banda independiente de rock alternativo fundada en Bogotá, Colombia a mediados de 2009 conformada por cuatro integrantes Mateo París, Andrés Toro, Andrés Sierra y Luis Lizarralde amigos desde el colegio unidos por una pasión: La música. Desde el lanzamiento de su primer álbum de estudio titulado “pedazos de papel” en 2011 y el buen recibimiento por parte de los oyentes y la prensa local , la banda sigue buscando un espacio en la historia del rock colombiano brindándonos sonidos acústicos, acompañados de una guitarra folk y batería eso sin hablar de las letras con tintes poéticos que acompañan cada sonido.

En 2014 sale a la luz “Anaranjado, Pt.1″ Un EP que posteriormente se convirtió en “Anaranjado” de 2015 el álbum definitivo con 12 canciones entre ellas “llévame” y “planetas” temas con los que la banda se dio a conocer a un publico más amplio gracias a que integraron nuevos sonidos en el, la canción titulada igual que su segundo álbum “Anaranjado” valga la redundancia, nos pinta un panorama muy rock desde el inicio con una guitarra sonando muy adelante y una batería fuerte siguiendo para escuchar a Mateo París entrando en la canción con un tono suave y amigable que se va convirtiendo en una voz potente y cruda rompiendo en el estribillo, un tema que como afirmo el vocalista: es el llamado, es el espíritu del disco. Todo lo que dice la letra intenta resumir el ambiente, los sentimientos y la sensación común del álbum.

Aunque anaranjado no tiene un montón de frases o citas tan puntuales como las anteriores canciones, si cabe resaltar que el sentido poético que logran trasmitir es para analizar y darle un contexto propio a pesar de su limitado texto, en versos como:

Siento que me atrae la tempestad Si en la carretera llueve todo el mar Puedo ver las gotas levitar Están llamándome del más allá

Relata una escena muy común de un día probablemente lluvioso por las gotas que a través de la ventana o fuera de ella ve levitar, cuando menciona que lo están llamando del mas allá puede estar ligado a la inspiración o a que su aspecto mas interno le esta acudiendo a gritos para que convierta lo común en algo esplendido por ende se comienza a sentir atraído por la tempestad, surgiendo un interés que no había experimentado antes como dejándose llevar por el ambiente, lo particular del verso es que leyéndose en repetidas ocasiones da la sensación de estar viviendo el momento, sintiendo e inclusive habitando el lugar donde se encontraba el autor. Con una voz tranquila y hasta melódica Mateo dice:

¿Sientes el llamado? Viene con el tiempo Es anaranjado

Una referencia obvia al álbum diciendo que es anaranjado, lo que le da más cabida al argumento que mencione en el anterior verso, el llamado del que tanto se habla a lo largo de la canción era la iluminación que necesitaban como banda para comenzar a crear un proyecto que solidificara el estilo que estaban buscando, pues con este álbum todos nos sentimos escuchando a un oh'laville más interesante y experimental en términos de sonido, escritura y arte dejando un poco lo netamente acústico y plano y trascendiendo a sonidos con mas volumen y peso, para entender esta canción se tiene que escuchar todo el disco, básicamente para comprender porque el llamado venia con el tiempo, pues del primer EP al álbum ya terminado hay diferencias muy notables hay canciones con el mismo titulo pero con diferentes tonalidades musicales. Una canción muy naranja, muy enérgica.

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Ojos color sol- Calle 13 ft Silvio Rodríguez

Aunque en el titulo no esta explicito el color, es más que obvio que se habla del amarillo, el color del sol y las naranjas. Calle 13 un grupo de tres hermanos puertorriqueños René Pérez Joglar (Residente) Eduardo José Cabra (Visitante) y Ileana Mercedes Cabra (iLe) que desde 2003 a 2014 se dedicaron al rap fusión lanzando cinco albúmenes a lo largo de su carrera, siendo su ultimo trabajo de estudio “Multi viral” con canciones como “ El aguante” y “adentro” y entre las colaboraciones nos encontramos con Ojos color sol con la participación de Silvio Rodríguez el cantautor cubano.

Una canción sobre el amor y la admiración acompañada de una paleta de colores muy cuidada y cálida, con una percusión en la instrumental y un bajo en el fondo mientras residente comienza a rimar versos, comentando de manera hiperbólica que el sol se escondió porque tuvo miedo de morir al ver a alguien que brilla más que el, de manera consecutiva sigue en un juego de palabras hablando de naturaleza y constelaciones para así dar paso a Silvio en el estribillo quien entra cantando con su característica voz. En general es un tema donde los sonidos se distinguen por ser orgánicos, generando un equilibro y haciendo que la letra y voz se puedan apreciar de la mejor manera, también hay que resaltar la versatilidad de calle 13 en la canción debido a que en “Multi viral” y trabajos anteriores venían manejando sonidos muy experimentales y ligados al rap.

Al igual que las anteriores canciones Ojos color sol, tiene frases que son para guardarlas y utilizarlas cuando llegue la persona indicada a nuestra vida:

Crecen flores en la arena Cae lluvia en el desierto Ahora los sueños son reales Porque se sueña despierto

Me atrevo a escribir que es una de las temas más amorosos llegando a rosar lo cursi e intenso cuando afirma que crecen flores en la arena algo que naturalmente es imposible, pero ese tipo de detalles le da un toque distinto a la canción describiendo el enamoramiento y al amor en términos generales como una fuerza poderosa capaz de mover lo que muchas veces ya damos por inerte, es tanta la potestad que tiene que los sueños dejan de ser un tal vez para convertirse en un ahora, en algo que se puede palpar, sentir y vivir como si estuviéramos soñando despiertos, en lo personal es mi frase favorita porque logra resumir en cuatro renglones la sensación de estar enamorados, es como si la esperanza nos visitara nuevamente y en muchas ocasiones hasta nos sentimos invencibles. A mitad del tema dicen algo muy similar a la anterior frase pero con una intención más corporal:

Eres un verso en riversa, un riverso Despertaste y le diste vuelta mi universo Ahora se llega a la cima Bajando por la sierra

Un juego de palabras entre verso, riversa y riverso, dando a entender que la persona que ama le da vuelta a su universo, a sus rimas y a su vida, que cuando duerme y despierta le brinda un sentido mas para seguir respirando, en la parte final agrega una metáfora que bien puede ser interpretada en un sentido sexual o espiritual. No hay mucho por analizar en la letra, es una poesía con metáforas, hipérbole y juegos de palabras.

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#music #rapculture #rockband #indagaciones #colores

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