Tumgik
#wilyrex
thelastdada · 6 years
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Tus Ojos Brillan Diferente - Capítulo Final
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...
Capítulo Final: "Brillo"
El frió se colaba por las ventanas, las cortinas se movían levemente, mis ojos comenzaron a abrirse con dificultad. Prontamente me ubique en la cama de mi habitación, estaba abrazando a Samuel por la espalda, deje un beso en esta y me recosté en el otro lado de la cama. Cerré los ojos aun adormilado, estiré mis brazos para quitarme la pereza, ya que ese era un día importante. Me senté en la orilla de la cama y revisé mi teléfono, era veintitrés de diciembre, y eran las ocho de la mañana, el día en que les diríamos a nuestros padres de nuestra relación.
Habían pasado ya dos días desde que regresamos de Londres, de nuestro bonito descanso, o algo por el estilo, ya que pasamos mucho revisando las oficinas de allá. También había conocido por fin a James y a Jess, y a su pequeña bebé, ellos se habían portado muy bien conmigo, me habían recibido con mucha calidez, y sin duda estaban felices de conocerme. Pude fácilmente ver el cariño que tenían por Samuel, tanto por cómo me recibieron como por cómo me hicieron mil preguntas para conocerme mejor. Eran una familia muy agradable, y eso me hizo sentir más tranquilo, ya que Samuel había pasado de una mala época para encontrarse con ellos, ayudándole a seguir conquistando sus sueños.
—¿Despierto? —dijo dando la vuelta para encontrarse conmigo, apenas pude asentir cuando sentí como me jalo del brazo para volverme a recostar— todavía tenemos tiempo —dijo mientras me dejaba besitos en la mejilla, haciéndome reír.
—¿No estas nervioso? —asintió y se alejó un poco de mí, tomando mi mano y entrecruzando nuestros dedos.
—Lo estoy, como no tienes una idea, sin embargo, acabamos de pasar dos días hibernando en tu casa, ya es tiempo de afrontar todo.
Asentí mirando como levantaba mi mano para jugar con ella —¿sospecharan?
—No creo, saben que sigo en Londres y será casual que nos unamos a su reunión de hoy, digo, ambos ya estamos de vacaciones.
—Entonces esperaremos hasta el final.
—Cuando solo queden nuestros padres.
Suspire y pude ver como tomo mi mano para dejar un beso en la palma —te amo —dije acercándome a él, deje un beso en sus labios, uno breve y tierno.
Una hora después ya estábamos en el salón, tumbados en el sofá y mirando la hora, ya que Carolina llegaría a visitar, puesto que faltaba muy poco para navidad, y se quedaría en mi casa. Todavía seguía sorprendido por el cambio que daban las cosas, hacia solo un año yo estaba tumbado en ese mismo sofá, mirando a la nada y deprimido por el hecho de pasar por esas fechas solo, ya que Santiago se iba con su familia a Italia, dejándome solo. Con todas las personas que más me hacían recordar a Samuel, porque si, en las fechas decembrinas era cuando más lo recordaba, gracias al clima y a los mínimos detalles. Recordaba perfectamente como tenía que quedarme escuchando anécdotas viejas, adornando el árbol, preparando postres y recibiendo una taza del famoso chocolate del padre de Samuel, receta de su abuela, el cual me traía recuerdos más profundos.
"Recibí dos tazas grandes, ambas con nubes de azúcar en la parte más alta y sin crema batida. Las tome con cuidado y fui hasta el salón, donde Samuel me esperaba, le entregue una con mucho cuidado y me senté junto a él, frente a la chimenea que su padre acababa de encender. Sonrió y chocamos las tazas en forma de brindis, me reí y bebí del delicioso chocolate, miro mi reacción todo el tiempo, cuando enfrente su mirada él se giró. Bebió de su taza y continuamos mirando al fuego, sin decir nada, solo manteniéndonos uno al lado del otro, sentí su hombro tocar el mío y mi corazón se aceleró, sin embargo, eso fue nada comparado a cuando sentí sus dedos tocar mi mano que descansaba en la alfombra. Abrí más los ojos y él fingió que no pasaba nada, sus dedos se aferraron a mi palma, buscando entrelazarse con los míos, yo tosí discretamente y miré hacia el comedor, donde no había nadie —tus padres están en la cocina —murmuré cerca de su oído.
—Vamos arriba —susurro de la misma forma.
—Sam... —me dio un golpe con su hombro y sonrió coquetamente.
Unos minutos después tomamos nuestras tazas y subimos corriendo por las escaleras, Samuel les gritó a sus padres que estaríamos jugando arriba, su padre dijo que estaba bien y nosotros desaparecimos. Una vez en su habitación él jaló la silla de su escritorio mientras yo dejaba las tazas allí, la coloco debajo de la manija y la pateo un poco, yo solo me reí por la acción, era como de película. Se rio junto conmigo y camino hasta mí, con torpeza dejo una mano en mi mejilla y se acercó lentamente, yo sentí mi corazón casi salir de mi pecho, poso sus labios en los míos, sin moverse, su otra mano se detuvo en mi cintura, haciéndome jadear. Se separó un segundo y me miro a los ojos, yo lo mire de vuelta, diciéndole con eso que estaba bien, cerré los ojos y junte nuestros labios de nuevo. Esta vez fui yo quien se movió un poco más, saboreé con temor su labio inferior, el movió su rostro a la derecha y comenzó a besarme, con esa habilidad que poco a poco crecía. Escuchamos la puerta principal abrirse, nos separamos, pero él dejo descansar su frente con la mía, nos congelamos con el ruido, por el silencio pudimos escuchar como llegaba la familia de Frank, el padre de Samuel dijo que estábamos arriba y enseguida escuchamos los pasos de Frank. Samuel dejo un beso fugaz en mis labios y fue a quitar la silla de la puerta, sonreí un segundo y toqué mis labios, donde había dejado ese beso, la puerta se abrió y regresamos a fingir que no pasaba nada."
La puerta principal se abrió mientras Samuel preparaba té y hacia una llamada, me levante rápidamente y ayude a Carolina con su maleta, ella me dio un abrazo y comenzó a quitarse su bufanda y su abrigo, estaba realmente frío el clima —¿quieres algo de beber? Sam está haciendo té.
—Verde, si tienes —asentí y le señale el sofá, me escabulló a la cocina y lo mire allí esperando a que el agua hirviera.
—¿Listo? —sirvió agua en las tres tazas y yo coloque las bolsitas. Habíamos planeado que decirle a Carolina, al menos de forma oficial, que llevábamos unos meses saliendo. Y por supuesto, que ella fuera una especie de practica para enfrentar a nuestros padres más tarde, aunque la prueba final fuese en blanco.
Fuimos al salón y dejamos las tazas en la mesa, nos sentamos en el sofá grande, mientras ella estaba en el individual, frente a nosotros —¿Qué pasa? —dijo cuándo los dos nos quedamos mirándola.
—Tenemos algo que decirte —dije con mi voz más grave.
Samuel recargó su mano en la mía —Guillermo y yo estamos saliendo —dijo seriamente.
—¿Del closet?
—Carol, esto es serio —me quejé.
—Guille, se de ustedes desde hace semanas, oh, espera, lo sé desde hace años.
—¿Puedes no divulgar eso ultimo? Gracias —dije molesto.
—Lo que pasa es que estamos haciéndolo formal —explicó Samuel, con más calma de la que yo tenía con mi hermana. Ella asintió y le prestó atención a él, como esperando a que continuara, estuve a punto de decirle algo cuando él habló— así que, de manera formal, estoy saliendo con tu hermano.
—Al menos admites que antes no fue formal.
—Carolina.
La mano de Samuel descanso en mi pierna, evitando que dijera algo más —entiendo a qué te refieres, pero eso ya quedo arreglado entre Guillermo y yo, es algo que hemos dejado pasar, y que hasta día de hoy intentamos olvidar —asentí escuchando sus palabras— estamos intentando algo real esta vez, estamos siendo demasiado serios Carol, de hecho, esta noche hablaremos con nuestros padres.
—¿Todos juntos? —pregunto sorprendida.
—Sí, por eso estábamos practicando contigo.
Ella se quedó pensando y sonrió levemente —eso será una gran noticia, y justo antes de navidad.
—No nos ayudas —dije mirándola mal.
—Es que yo también tengo una noticia que dar... pero yo necesito que estén todos allí.
—¿Qué tienes que decir? ¿Por qué no me has dicho? —ella miro a Samuel y luego a mí, como si él supiera algo— ¿Qué me perdí? —pregunte hacia ambos.
—Carolina quiere decirlo esta noche Guille, no arruines la sorpresa.
—¿Tú lo sabes?
—Sí, pero me entere por accidente, así que fingiré sorpresa —levante las cejas molesto— no te enojes Guille, tenemos algo importante que hacer hoy, no es momento.
—Pero quiero saber...
—En un rato más chiqui.
...
Suspire y me deje caer en el sofá de casa de mis padres, por alguna razón habían movido el lugar de reunión, de cualquier forma, eso me tenía poco preocupado, ya que tenía una angustia creciente entre lo que Carolina tenía que decir y lo que nosotros teníamos que decir. Dio un trago a mi ponche navideño, al cual en secreto le serví vodka, por eso de tener el valor más tarde. Vi a Samuel jugando cartas con otros en la mesa, miré mi reloj y me sentí impaciente, apenas pasaban de las ocho. Al siguiente día era el viaje, todo podía bien salir mal, nuestros padres podían molestarse, estar en desacuerdo... todo podía salir de la forma contraria a como nosotros planeábamos. Escuche un grito, era el padre de Frank, quien acababa de ganar la ronda de póker, en ese momento Samuel cruzo su mirada con la mía y se levantó de la mesa, caminando hacia mí, al otro lado de la casa.
—¿Estas bien? —negué dando un trago a mi bebida, él se sentó junto a mí tranquilamente— ¿quieres ir a tu habitación? —sonrió pícaramente.
—Estamos a poco de decirle a nuestros padres que llevamos meses saliendo ¿y quieres que nos escondamos en tu habitación? —murmure mirando hacia la ventana, de cierta forma acercándome a su oído— de hecho, espero que les sea complicado descubrir lo que hemos hecho estos meses a solas mientras nos desaparecíamos al mismo tiempo... y mientras compartimos habitación ese fin de semana.
—O cuando éramos jóvenes —ahogue mi risa.
—Se volverá todo muy obvio apenas lo confesemos.
Continúe medio riéndome y compartiendo miradas con Samuel, cuando de repente ya todos estaban en la sala, Alex se sentó junto a Samuel y lo hizo pegarse más a mí, yo me moví lentamente, disimulando la cercanía. Carolina se levantó y miro hacia todos —tengo dos noticias que compartir —dijo aclarando su voz— la primera es que a partir del próximo año estaré trabajando en el hospital La Paz, a la vez que termino mis estudios en la Universidad Complutense —yo sonreí, aunque esa noticia ya la conocía, los demás la felicitaron, sentí como Samuel estiro su brazo y de forma casual se recargó el sofá, cerca de mí—la otra noticia... —ella se giró un momento a su lado, donde vimos a Frank levantarse. La mano de Samuel se aferró a mi brazo, cerca del hombro, entendí de inmediato que buscaba calmarme, vi a Carolina mirarme fijamente.
—Desde hace algunos meses, Carolina y yo hemos estado saliendo —el agarre se volvió más fuerte y yo cerré los ojos, no pude ver las reacciones de todos, pero escuché a Alex diciendo que no era verdad y que no lo creía.
—Tranquilo —escuche el susurro de Samuel, asentí y regrese a mirar a ambos. Mis padres lucían sorprendidos, pero nada molestos, como si lo esperaran, los padres de Frank estaban de la misma forma, parecía ser una noticia agradable para todos.
Vi a Frank caminar hacia mí, me levanté y enseguida lo hizo Samuel, manteniéndose al margen —¿desde cuándo? —pregunté mirándolo seriamente.
—Van a ser casi dos años —rodé los ojos— perdón Guille, pero te juro por mi vida, que la amo, de verdad la amo.
—¿Cuándo comenzó?
—Hace dos navidades.
—¿Justo allí? ¿Nada antes? —él negó.
—No estamos jugando Guille, esto va muy en serio, por eso decidimos decirlo a todos —en mi mente reí al escucharlo, ya que eso mismo había dicho Samuel en la mañana, cuando estaba convenciendo a mi hermana. Le di una palmada en el hombro, y nada más— gracias.
—Estas vigilado —sentí a Samuel acercarse y vi como todos ya estaban de pie y dispersos, escuchando lo que decía Carolina desde el otro lado. Me senté en el sofá y terminé con mi ponche —¿lo sabías?
—Me entere hace unas semanas, los vi juntos en el departamento de Frank, estaba muy sorprendido.
—No sé cómo no lo note antes Sam —en mi mente ya tenían sentido todas las ocasiones en que ambos desaparecían, en que ambos salían casualmente, cuando llegaban a casa juntos porque se habían encontrado, la razón por la que Carolina se quedaba en mi casa. Todo tenía sentido ahora—son como nosotros —concluí.
Él se rió —tendrá sentido para todos después —asentí con una media sonrisa— ¿quieres hacerlo esta noche? Podemos esperar...
—No, no, aprovechemos que están felices —dije mirando a mis padres mientras abrazaban a Frank con una sonrisa sincera. Debían sentirse bien, de saber que esta con un chico al que conocen desde adolescente, desde que yo lo lleve a la casa presentándolo como mi amigo. Sentí escalofríos cuando pensé en que Samuel era lo mismo, y en como ellos vieron que me volví cercano con él, como cambié radicalmente al estar a su lado... así como sabían del cambio que di cuando se fue. Me abrume con los pensamientos y la negatividad, suspire pesadamente y mi compañía pudo sentir mi ánimo de inmediato.
—Estaremos bien —dijo desde una distancia prudente de mí, quiso sostener mi mano, pero se detuvo.
...
La puerta se cerró y despedimos a los papás de Frank, ahora solo quedaba la familia de Samuel, la mía y Frank. Sin embargo, este último y Carolina estaban hablando en la entrada, baje las escaleras y vi que ahora hablaban con Samuel, me acerque a ellos —¿seguro que no quieren que nos quedemos? —Samuel negó mientras me paraba a su lado.
—Será mejor si solo somos nosotros —dije tratando de calmarme.
Ambos asintieron y fueron a despedirse de nuestros padres, nosotros caminamos detrás, sentí la mano de Samuel rozar la mía, me sujeté a sus dedos y naturalmente sentí más calma en mí —vayan con cuidado, y recuerden que mañana a las dos de la tarde —les dijo mi madre, compartimos una última mirada y los vimos salir por la puerta principal.
—Deberíamos irnos ya, hay que verificar que no falte nada hijo —le dijeron a Samuel, él me miro y yo asentí levemente.
Fui hasta la cocina para encontrar a mis padres —¿pueden venir un momento? —les pedí, ellos me miraron con duda y me siguieron hasta el salón, donde los padres de Samuel nos esperaban de pie.
—Siéntense —les pidió.
Los cuatro lo hicieron a la vez que nos miraban extrañados, sentí un enorme nudo en mi estómago, pero que cuando les dije que me gustaban los chicos, no sabía porque, era extraño sentirme peor. Pero si lo pensaba más a fondo, esta era una confesión más importante, porque ya no les decía que solo me gustaban los chicos, ya les decía que me gustaba solo un chico... y que ese chico era Samuel. Él se aclaró la voz y comenzó —hay otra cosa que tengo... tenemos que decirles, a los cuatro —todos lo miraban fijamente, yo desvié la mirada y me pegué un poco más a él, rozando su hombro— Guillermo y yo estamos saliendo, desde hace unos meses —mi corazón se hundió, casi pude sentir mis piernas fallar, era como si no estuviese viviendo ese momento.
El silencio inundo la sala.
Gire a mirarlo, él me miro de vuelta y su mano toco mi espalda con suavidad, dando palmadas de ánimo, él era más fuerte, siempre lo sería. Mi padre se levantó y nosotros reaccionamos de inmediato, nos miró a ambos y se enfocó en Samuel, lo tomo del hombro y le dio un abrazo fuerte, me separe un segundo y sentí la mirada de mi madre en mí, como si quisiera averiguar algo. El papá de Samuel se levantó de la misma forma y medio un abrazo, enseguida nos separamos, estos dos se abrazaron, llamándose consuegros. Samuel sonrió y me miro, sin embargo, no pude devolver esa mirada, ya que su madre no lucía como nuestros padres, y prestando más atención, mi madre tampoco lucía bien.
—Hablaremos de esto mañana —dijo la madre de Samuel, se levantó y camino hacia la puerta. Mi madre hizo lo mismo y fue hasta el comedor.
Samuel compartió una corta mirada conmigo y desapareció para ir tras su madre —nos vemos mañana —dijo su padre, nos dio una media sonrisa y salió de la casa.
—Déjame hablar con ella —le pedí a mi papá, él asintió y subió al primer piso. Camine hasta la cocina, donde mi mamá lavaba platos y vasos, me acerque con temor y me detuve a un lado de ella, recargándome en la encimera. No dije nada, solo me mantuve a su lado, mirando como salían lágrimas de sus ojos, me acerque y la abrace, pero ella siguió llorando, me abrazo con fuerza por la cintura.
No entendía el porqué de sus lágrimas, me estaba confundiendo —¿él fue la razón? —preguntó mientras se separaba de mí— ¿por él cambiaste tanto hijo? —la miré y asentí cabizbajo— es cuando estas a su lado —sollozo mientras se quitaba los guantes de hule— brillas cuando estas con él. Pero él se fue... y tu empeoraste. Dios, era tan claro... no sé cómo no lo vimos nunca.
—Pero está bien ahora mamá, nosotros estamos bien.
Ella se limpió las lágrimas y sujeto mi mano —¿esto no es algo que comenzó hace unos meses verdad? —negué con la cabeza.
—Él llegó a cambiar mi vida mamá, de la forma que una y otra vez tu nos has contado con papá... él ha sido demasiado. Desde que lo conocí, él siempre vio algo en mí, algo que hasta la fecha yo no puedo encontrar, con él las cosas tenían color, y honestamente, no desearía compartir mi vida con alguien más que con él. A veces siento que es demasiado para mí, así lo sentí cuando éramos jóvenes, hace diez años sentí que yo era una piedra en su camino, y nunca tuve el valor de detenerlo y de decirle que él era para mí. Sin embargo, esos diez años nos enseñaron muchísimo, de nosotros mismos y de la vida, es por eso que estamos aquí. No quiero decir que sea destino, pero por algo él regreso, le dieron una oportunidad que no podía rechazar, y termino de vuelta en Madrid. De alguna forma yo termine dándome cuenta de que no estaba viviendo como quería, luego él llegó a mi trabajo, a la empresa que yo vi crecer, y aquí las reuniones nos juntaban de nuevo... simplemente no pudimos evitar que ese amor surgiera.
Mi madre sonreía y limpiaba sus lágrimas mientras me escuchaba —de verdad lo amas hijo.
—Con mi vida.
...
Media hora después ya me encontraba yendo de camino a mi casa, Samuel no me respondía el teléfono, supuse que estaría hablando con sus padres todavía. Mi mente seguía revuelta con las reacciones, mis padres estaban bien con lo sucedido, quizá mi madre solo necesitaba tiempo, tiempo viendo que estábamos bien y felices. Bajé del taxi y encontré a Samuel fuera, recargado en la puerta, corrí hasta él y lo abrace —está helando, ¿Por qué no me llamaste? —abrí rápidamente y lo deje pasar, encendí las luces y la calefacción.
—Creí que Carolina estaría aquí, pero supongo que se fue con Frank.
—¿Qué sucedió? ¿No hablaste con tus padres? —dije mientras el agua se calentaba en la estufa, él se recargo en el desayunador y me miro cabizbajo.
—No quiso hablar conmigo, dijo que nos veríamos mañana, y mi padre no insistió tampoco, me dijo que él hablaría con ella —me acerque y lo abrace por la cintura, dejando que su cabeza se recargara en la mía.
—Estará bien, solo necesita tiempo Sam, es normal, fue algo sorprendente para ellos.
El agua hirvió y la serví en nuestras tazas usuales, puse las bolsitas de té y le indiqué que subiera él primero. Nos quitamos la ropa hasta quedar solo en bóxer y camiseta, como solíamos dormir juntos, nos metimos debajo del edredón y yo deje que solo la luz de fuera nos iluminara. Se sentó junto a mí y le entregue su taza con cuidado, la sujeto con ambas manos mientras se acercaba más a mí —¿y tus padres?
—Están bien, solo mi madre se preocupó, pero sé que necesita tiempo también.
—¿Se preocupó?
Di un corto trago de mi té y asentí —entendió rápidamente todo, desde que éramos adolescentes.
—¿De verdad? —preguntó sorprendido.
—Ella vio todo Sam, ella impulso a mi padre a que nos mudáramos, porque, aunque yo no lo dijera, ella sabía que yo no estaba bien. Luego de la nada me miro sonreír, me miro con amigos, dice que me miraba brillar en ese tiempo. Pero después caí de nuevo, en ese momento no supo con exactitud la razón, puesto que veía a Frank y Alex junto a mí, sin embargo, como ya sabes, fue algo muy intenso en mi vida.
Samuel dejo su taza en la mesita y se separó un poco de mi —debe odiarme...
—No, no, solo estaba preocupada por mí.
—Por ti estando a mi lado —pude ver el miedo en sus ojos, la simple expresión me hizo estremecer.
—Le explique todo Sam, ella más que nadie puede ver mi sinceridad, entendió que te amo, y que las cosas son diferentes ahora. Que han pasado 10 años desde ese tiempo, que somos personas maduras, y que queremos compartir nuestra vida juntos.
Deje mi taza y me acerque para abrazarlo y darle un beso —a veces siento que te miro como ella lo hace.
—¿Cómo?
—Ella también puede ver el brillo que hay en tus ojos, ella pudo encontrar el cambio cada vez, ella debió ver como tus ojos brillan diferente. Cuando estás conmigo, cuando estas triste... el cambio es claro. Y siendo tu madre, debió ser horrible ver como ese brillo se apagó luego de mi partida. Necesito hablar con ella, necesita saber que no pienso irme Guille, que no te dejare de nuevo...
Sentí mi corazón detenerse un segundo, la forma en que decía esas palabras, me embelesaba por completo, me hacía sentir único, me hacía sentir necesario... —haz eso mañana, ahora dejemos de hablar de eso, ¿está bien? —cambie el tema, temí continuar por ese camino, además de que no quería que siguiera pensando en su madre.
Asintió y me dio un beso de vuelta —está bien, ¿pero podemos hablar de cómo reacciono tu papá? —sonrió más tranquilo.
—Cierto, tengo que admitir que me sorprendió.
—Te dije que me quería como yerno.
Me reí y me recosté, cubriéndome con el edredón, él hizo lo mismo, quedando a mi altura y mirándome a los ojos —¿crees que estaremos bien? En un futuro...
—Por supuesto —respondió con una sonrisa— nos imaginó con una enorme casa, con un perro, hijos... —dijo esa palabra con cuidado— con una piscina, un jardín donde hagamos reuniones y fiestas con la familia y amigos. Nos imaginó subiendo a nuestra camioneta familiar, con nuestros hijos, guardando maletas y todo lo necesario para ir a pasar la navidad en la casa del lago de los Díaz, junto con todas las demás familias.
—Madre mía, la imaginación —me burle.
—¿Lo imaginas? —dijo seriamente mientras pasaba sus dedos por mi mejilla.
—Lo imagino —sonreí, aferrándome a la imagen en mi mente.
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domis-bat · 7 years
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Tenían razón... wigetta me hizo llorar. que sad :”v
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aicergs · 7 years
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Seguramente si Samuel hubiera hecho lo mismo o sea que haya dejado a Willy en su cumpleaños muchas hubieran dicho lo mismo xD. Así como cuando fue lo de Silvia que le echaron mierda. Que era una niña, que estaba más plana que un mapa y que no se comparaba con Willy. Pero cuando aparece que Willy “está” con  Christina. Ah nooo la chica es una diosa, es guapísima, y dicen que Willy se ve mejor que nunca y que que bien que Willy sea feliz, cosa que no hicieron con Samuel. Así que no me sean doble moral (ojo, no estoy diciendo que todas)
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noelia-z4-blog · 7 years
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Me da mil años de vida que los dos estén así de contentos no importa lo que este pasando. 😊😊💚💜
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Pase por miles de novias,una más no me hará daño¿o sin?
Espero que todo pase rápido y vuelva a ser como antes
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dakeke6969 · 7 years
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lo único que me preocupa en estos momentos es que cristina no sea una cazapatner y de verdad VERDAD quiera a nuestro chino U//U, es todo lo que pido. #wigettaisreal ... es una hermosa historia que siempre estará en mi corazón :,).
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alexdavs · 8 years
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Esa parte del vídeo se siente una tensión tan extraña, recordemos ese momento please xd 💚💜
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vinikal · 8 years
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Típico veo la bolita verde sola y mi amiga me da la idea de hacer la fórmula wigetta XD
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adacxrlin-blog · 8 years
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Pensé que estaba loca, entonces vi los comentarios y me sentí mejor.
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thelastdada · 6 years
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Tus Ojos Brillan Diferente - Capítulo 13
Capítulo Anterior.
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Capítulo 13: “Jamás pensé en ti"
Su mirada estaba matándome, se reía estando molesto, pero ¿Por qué esa molestia no parecía real? Estábamos mojándonos cada vez más, no sabía que decirle, me sentía cansado de su actitud... --¿no podemos dejar eso atrás? –pedí en tono bajo, estaba tratando de dejar todo eso olvidado, pero él seguía insistiendo en nuestro pasado, el pasado que parecía no dejarnos en paz.
Suspiro muy serio y regreso a mirarme fijamente --sé que para ti tal vez fue más sencillo, no puedo saberlo, sin embargo... –sus ojos se llenaban de lágrimas, las cuales luchaba por evitar, sentí escalofríos --yo sentí que moría Samuel, mi vida cayó en un punto malo. ¿Sabes cuantas veces escuche que solo era una ruptura? Tuve que mentir, tuve que inventarme toda una historia para ocultarte, y para justificar mi actitud... "No es nada grave", "estas exagerando", "todos pasamos por eso", escuchaba frases así a diario –me quedé sin que decir, tan solo vi como bajo su rostro y temblaba del frió, sus manos también temblaban, estaba siendo sincero --quería pensar como ellos, quería sentirme así de tranquilo, quería dejar pasar todo. Pero las noches, las noches no me dejaban hacer nada, la oscuridad podía conmigo –dijo casi sin respirar, podía escuchar sus sollozos, el último de ellos libero las lágrimas que también me delataban, a pesar de ello volvió a mirarme --¿no te parece triste que ni siquiera recuerdo la última vez que me dijiste 'te quiero'?
--Yo lo recuerdo –susurre sin pensarlo dos veces
--Porque tú sabías que sería la última vez... --y allí, en ese mismo instante me sentí el más grande hijo de puta. Ni Santiago, ni quien sea que le haya lastimado antes, nadie se comparaba conmigo, nadie le dejaría nunca una herida como la que yo marque en su vida
Nos quedamos en silencio, sin ser capaces de mirarnos de nuevo, tan solo siendo empapados por la fuerte lluvia, siendo abrigados por ella --te llevaré a casa –fue mi única respuesta, él estaba temblando más y tan solo asintió con la mirada en otro lado, estábamos más que empapados. Caminamos en silencio hasta mi auto, el cual no estaba nada lejos, abrí las puertas y lo vi tratar de exprimir su chaqueta –está bien –fue lo único que le dije, se sentó y coloco su cinturón. Dejé mi saco en los asientos de atrás y deshice mi corbata, él tan solo miraba por la ventana, el ambiente no era incomodo, no era de molestia, era una mezcla demasiado dolorosa, un ambiente que nunca en mi vida había experimentado. Podía escuchar el sonido de su nariz, la cual estaba poniéndose roja al igual que sus mejillas, tenía frió, y yo sin algo que pudiera cubrirlo. El camino fue corto, pude entrar sin problemas por su calle, desabrocho su cinturón y tomo su chaqueta, "no agradezcas, no agradezcas" rogaba en mi mente, abrió la puerta y desapareció en silencio. Mire por unos segundos mientras el caminaba hacia la entrada, su casa estaba oscura, y el clima no era nada bueno, me preocupe por saber que haría allí solo. No tendría quien lo cuidará, quien lo atendiera por si se resfriaba de nuevo, quien se mantuviera a su lado tan solo.
Giré y saqué mi auto de allí, no merecía acercarme más a él.
...
Con ropa más cómoda me fui a trabajar a mi estudio, tenía que ocupar mi mente, aunque esta quisiera reventar de las múltiples emociones que me acomplejaban en el momento. Recibí una llamada de mi madre, era para invitarme a la reunión que harían ese viernes, ya que sería una sorpresa para la hermana de Guillermo, quise excusarme, sin embargo, no conseguí inventar algo en ese momento. Otra prueba más de lo exhausto que me sentía.
--¿Samuel? –toco Frank, casi me caigo de la silla del susto que me dio, ni siquiera escuche cuando abrió la puerta principal --¿Qué haces aquí? ¿no quieres salir?
--Acabo de llegar de Londres –aclaré
--Yo vengo de una reunión de ex alumnos, muchos te mandan saludos, yo no sé cómo se enteraron de que ya vives aquí. De hecho, tampoco sé cómo se enteraron de que estabas en Londres... --mientras él seguía balbuceando, recordé que él y Guillermo compartían clase, eso quería decir que Guillermo no fue a la reunión
--¿Guillermo estuvo allí? –pregunte directamente, su atención se enfocó en mí, dejando esa pila de post its de colores en su lugar
--No, nunca ha asistido
--¿Por qué?
--¿Hoy estamos curiosos? –comenzó a bromear, pero mi mirada seguía seria –no lo sé, él se volvió otra persona después, nos distanciamos –note que quería dejar el tema, algo debía saber, Guillermo había dicho que lo paso mal, quizá Frank lo sabía.
--¿Sabes que le paso? ¿Por qué paso un año sin estudiar? –solo recibí silencio como respuesta, bajo la mirada y movió sus dedos, como cuando se ponía nervioso –dime que sucedió cuando me fui Frank
--No creo que deba decírtelo
--Eres mi mejor amigo, tan solo dime la verdad
--¿Paso algo con él? –asentí, él suspiro preocupado –prométeme que estarás bien, tienes que entender que eso ya paso Samuel, fue hace diez años
Asentí una vez más –solo dímelo
--Guillermo comenzó a portarse diferente cuando te fuiste, yo no sabía que no le habías explicado tu situación, yo creí que él estaba de acuerdo en que te fueras, así que no le di la suficiente atención. Después noté que se enteró cuando por accidente dije que estabas en Nueva York, estábamos en el salón y su reacción no fue buena, salió del lugar y al día siguiente no fue a la escuela. Sus padres dijeron que estaba enfermo, incluso fui a visitarlo, pero se negó muchas veces, hasta que regreso un par de semanas después, siendo otra persona, las palabras que cruzabas con él eran limitadas, si ya era una persona aplicada, se volvió el triple –mi expresión seguía seria, Frank me miraba con suma atención –faltaba poco para terminar el año escolar, por lo que llego el último día de clases y fue la última vez que lo vi durante un largo tiempo. Después los rumores se esparcieron, yo lo supe por mis padres, así que era cierto, Guillermo no había hecho el examen para el bachillerato, debido a que tenía depresión –al decir esa palabra reviso mi expresión --pero no cualquier depresión, él vivió encerrado... por todo un año –sentí mis manos temblar, mis ojos se llenaban de lágrimas, y Frank evito mi mirada –nos enterábamos de todo por sus padres, ellos ya no sabían qué hacer con él, sentían... --volvió a considerar sus palabras, pero al final continuo –sentían que en cualquier momento podía intentar algo malo --el nudo en mi garganta ya no me dejaba estar, limpie un par de lágrimas y note que me miraba con arrepentimiento –supe que varios psicólogos y médicos lo trataron, pero solo lo llenaron de antidepresivos y medicinas, Alex y yo escuchábamos esas conversaciones, ambos pensábamos que no era cuestión de eso, sino que era él quien necesitaba curarse a sí mismo. Cuando todo eso paso, le conté a Alex de tu relación con él, y tuvo la idea de enviarte una carta, contándote lo que pasaba –lo miré con sorpresa –estábamos muy asustados Sam, de verdad creímos que lo perderíamos... pero tú nunca respondiste
--No recibí nada –reclame sorprendido
--Usamos la dirección que nos dio tu madre, así que creímos que tan solo no querías saber más de lo que pasaba acá –negué y bajé la mirada, esas cartas jamás llegaron a mí, ¿Por qué?
--Jamás las recibí Frank, yo... yo hubiera vuelto, yo estaba muy mal sin él... --mis lágrimas me vencieron
--Entonces ese no era su destino, si las cartas no llegaron fue por algo, quizá si hubieras vuelto las cosas no serían iguales en este momento
--¿Que-que paso después?
--Vimos los meses pasar, sabíamos que leía muchísimo, y que estudiaba mucho sobre tecnología, su hermana nos contaba todo, ella vivía asustada por lo que él pudiera hacer, tu sabes lo cercanos que son. Después sin que nadie se enterara, hizo su examen y regreso a estudiar fuera, por supuesto que sus padres estaban alegres, sin embargo, él... él era como un muerto en vida, que lo único que hacía era estudiar, comer y dormir. Su salud se deterioró mucho, lo fuimos a visitar más de un par de veces al hospital, la mayoría de las veces era por la anemia que padecía. Pero luego de varios meses consiguió mejorar, y con los años comenzó a crear una vida más y más normal, su gran mejoría fue cuando estaba por segundo año de facultad, fue cuando comenzó a ir a las reuniones en casa de tus padres, e incluso a mí me tocó verlo en bares y poco tiempo después conoció a Santiago... pero esa historia ya la conoces –suspire una vez más, había sido demasiada información, eso era de lo que me hablaba. "Las noches no me dejaban hacer nada, la oscuridad podía conmigo", recordé sus palabras, si yo sentía que sufría, si yo sentía que moría por haberlo dejado... él, él de verdad estaba muriendo.
Sin recibir un no como respuesta, Frank se quedó a dormir en el departamento, estaba sumamente preocupado por mí, porque no reaccionaba aún. Me preparo un té y se dejó caer junto a mí en el sofá, esperando por que dijera algo. Sin embargo, no podía decir algo, estaba aún procesando todo, me parecía increíble lo sucedido, lo que provoque por ser tan ambicioso y egoísta. Jamás pensé en él, dije quererlo, dije amarlo... vaya, prometí cuidarlo siempre. Me atreví a prometerle mil veces un por siempre que yo mismo ignoraría, miles de por siempre que llegaron hasta esa noche en el parque, y si no me bastaba, todavía fui cruel al dejarlo. Le dije que se había acabado, él con llanto en los ojos, aferrándose a mi... y yo, todavía dije que no lo quería, sin siquiera tener una idea de cuanto lo estaba lastimando. Rompí su corazón, sin una justa explicación, ignore sus sentimientos, olvide mis propias palabras, y no le dije que me iría lejos... nunca le dije que me iba a otro continente. Siendo solo unos niños prácticamente, ¿Qué hacíamos jugando con el amor de esa forma? ¿Qué hacíamos prometiéndonos palabras que desconocíamos? ¿Qué hacíamos amándonos con tanto fervor?
...
El inmenso dolor de cabeza me despertó, había bebido y había bebido sin que me importara nada. Frank estuvo a mi lado todo el tiempo, bebió conmigo, aunque poco pudiera entenderme, escucho mis quejas, soporto todo, demostrándome una vez más el gran amigo que era. Lo mire durmiendo a mi lado, le lancé una almohada al levantarme, ni siquiera se inmutó, mire la hora, iba tarde para el trabajo, y para colmo estaba sintiéndome resfriado. Pensé en faltar, pero luego de lo que sucedió el día anterior, no daría el mejor ejemplo, tuve que ducharme rápido, me vestí y salí del departamento dejando una simple nota a Frank que decía: "Gracias".
Apenas las puertas del elevador se abrieron me alegre de sentir la calidez de la oficina, afuera estaba el viento frio, y había olvidado ponerme una bufanda o mínimo un abrigo más acogedor. Pero no, iba por la vida con solo un pantalón negro, una camisa azul y un saco muy delgado –consigue el medicamento más fuerte, me siento resfriado –le pedí a Carlos, mire de lejos a los escritorios, todos estaban allí trabajando, estaba a punto de saludar, hasta que un estornudo me lo impidió, así que entre a mi oficina. Dentro de las cosas que más odiaba se encontraba estar enfermo, mi cuerpo no era nada débil, desde mi llegada a Nueva York, yo me había encargado de esforzarme en fortalecer mis defensas, debido a que estaría lejos y solo. Así que una gripe para mí era nada, y prácticamente me sucedían una vez al año, tenía que lidiar con esta.
--Aquí –me entrego un par de tabletas, las bebí con el té y comencé a leer lo que estaba en mi escritorio, una vez más, si me ocupaba mejor. Note que se quedó de pie mirándome con atención, como si quisiera decir algo más
--¿Qué pasa?
--Nada, es solo que luces muy cansado, deberías tomarte un día –por supuesto que lucía cansado, tanto emocional como físicamente, acababa de regresar de un viaje, había pasado todo eso con Guillermo y luego bebí hasta que mi cuerpo me lo permitió. Quizá alguien más débil podría haber terminado en el hospital con esa mezcla
--Estaré bien, solo necesito organizar mis pensamientos –aclare para ambos.
Durante las horas de oficina hice todo para concentrarme en mi trabajo, pero no podía, simplemente mi mente no me dejaba. Guillermo... Guillermo, si no fuese por mi auto control, la maldita oficina estaría destruida de la impotencia que sentía, así como no encontraba calmarme, tampoco encontraba una solución para ello. Quería disculparme, por supuesto que quería hacerlo, pero ¿con que cara me atrevería?
Me asomé por los cristales y vi como no había nadie, ya se habían ido, ya se había ido Guillermo. Salí de la oficina, Carlos estaba allí aún –vámonos –dije, salimos del edificio y nos despedimos. Una vez en mi auto me quede mirando al techo, escuche ruido y vi como estaba lloviendo de nuevo, ya era de noche y el estacionamiento estaba desierto. El recuerdo de lo que paso antes me ataco, una vez más, recordar a Guillermo siendo tan débil frente a mí, rompiéndose por fin y demostrándome lo que su mirada ocultaba, el dolor tan grande que había hecho cambiar el brillo de sus ojos. Sin poder evitarlo, sin saber qué hacer y sin tener una idea de que decirle, estaba fuera de la calle donde vivía. Al verlo sabría qué hacer, al verlo sería honesto y le diría todo. Aunque no estuviera seguro de que era todo.
La calle estaba bloqueada, así que estacione antes, no me importo la lluvia y corrí hasta el fondo, donde estaba su casa, toque casi desesperado. No abría, toque de nuevo y noté que la lluvia no disminuía --¿Samuel? –abrió una mujer, me sorprendí de escuchar mi nombre, ella me miraba con atención y detalle, era Carolina. La hermana de Guillermo.
--¿Carolina? –pregunte torpemente
--Si... ¿eres tu cierto? –asentí –al final volviste –dijo con voz seria, y su mirada no era muy amigable
--Si, volví hace unos meses
--¿Y qué haces aquí? –fue directa
--Necesito ver a Guillermo –comencé a percibir su hostilidad, algo le molestaba de mi
--Él no está aquí –me miro con atención –¿has hablado con él?
--Si. Tu sabes que éramos cercanos
Suspiro y esbozo una sonrisa de burla, idéntica a la de Guillermo pensé –lo eran Samuel, desconozco las razones por las que se hablen ahora, pero quiero pedirte que mantengas una distancia de él –su mirada era muy intensa, ella lo sabía, por supuesto que lo sabía, no se comportaría así solo por gusto. Era su hermana, y yo conocía la cercanía que tenían, en algún momento debió confesarle nuestra relación, y luego de que me fui, era fácil que llegara a esa conclusión. Merecía ese trato.
--¿Samuel? –escuche detrás de mí, me gire y lo vi con una sombrilla sobre él --¿Qué-que haces aquí? –dijo con dificultad, sin siquiera notar que su hermana estaba detrás de la entrada casi asesinándome con la mirada
--Vine a verte –confesé en casi un susurro, ahora era yo quien se sentía pequeño frente a él
Me miro con atención, vi sus mejillas rojas, tenía frio –no creo que tengamos de que hablar, creo que fui claro anoche –a pesar de su actitud tan seria, dio un par de pasos más cerca de mí, estaba cubriéndome de la lluvia, lo miré fijamente –deberías irte, te vas a resfriar –mi estómago se encogió, todavía tenía la intención de preocuparse por mí
--Primero piensa en ti, entra Guille –le dijo su hermana, yo mismo me había olvidado de que ella seguía allí en la entrada, él se acercó y la miro con sorpresa –entra –le repitió, camino a mi lado y se acercó a la puerta, vi que él hizo señas para que se alejara, yo no me movía aún
--Lo siento Guille –suspire --sé que es inútil una disculpa, soy consiente –su hermana se había ido, escuche la puerta de su casa cerrarse, él se quedó allí aun sosteniendo la sombrilla entre ambos –pero es que no sé qué hacer, no sé qué decir, no sé qué fue lo que nos pasó realmente. Sé que fui insensible... sé que te hice algo imperdonable –susurré sin ser capaz de mirarlo a los ojos –Frank me contó todo, sé lo que te sucedió
--Por eso estas aquí –pude sentir como estaba molesto por ello
--Aunque no me lo hubiera dicho, me sentí así desde el momento en que te vi, en el momento en que vi tu mirada con atención –dije mirándolo a los ojos por fin --solo no sabía cuánto te había afectado
--Ahora lo sabes –musito serio, su mirada se volvía tan fría que me dejaba sin palabras –ve a casa, es tarde –me entregó la sombrilla y se dio la vuelta para cruzar la entrada y cerrar la puerta. No dije más, estaba desconcertado de nuevo, lo había tenido enfrente y no dije nada importante, no reaccione como debía, y sé que él esperaba algo de mi parte. O eso quería creer.
...
"Hacía frío en el aeropuerto, mis padres tenían esa expresión triste todavía, note que mi padre se esforzaba por sonreírme, pero mi madre no lo conseguía. El avión que me llevaría a otro continente ya había abierto la puerta, tenía que despedirme. Abrace a ambos, las palabras de mi parte eran pocas –cuídense mucho, les llamare en cuanto llegué. Cuando menos lo piensen estaré de regreso –dije para los tres, los dos se abrazaron y me miraron alejarme, ambos tenían lágrimas en los ojos, las cuales yo luché por ocultar, sin buenos resultados. Al entrar al avión vi que mi asiento era ventanilla, me acomode sin pensarlo tanto, deje mi mochila en mis pies y tan solo me dedique a ver el aeropuerto desde mi lugar. Escuche las instrucciones sin dejar de mirar fuera, los sonidos comenzaron, estábamos yéndonos por fin, estaba dejando todo.
La ciudad se hacía pequeña cada vez, pensé en mi familia, en mis amigos y por supuesto, en Guillermo. Imagine lo sorprendido que estaría al enterarse de mi partida, haberlo dejado fue la mejor decisión, conociéndolo él hubiera hecho un enorme berrinche y luego hubiera insistido en una relación a distancia, consiguiendo que yo también lo considerara como buena idea. Probablemente hubiésemos arruinado todo de esa forma, es por eso que mi decisión había sido la mejor... debía ser la mejor. Él debía entenderlo, y así continuaría con su vida, sin prometerme cosas que serían difíciles de cumplir, simplemente seguiría adelante y buscaría cumplir sus sueños, tal como yo lo estaba haciendo en ese momento. Si, las cosas tenían que ser así, por más que mi pecho doliera de recordarlo, por más que lo extrañara cada noche, por más que lo amara, eso era por nuestro bien."
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domis-bat · 7 years
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Dia de ponerse al corriente con el salseito wigettil  uvu <3
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ask-5-us · 8 years
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S: Necesitamos vuestras preguntas~
Pincha aquí :D
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juuz4-blog · 8 years
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Yo fui de las que se instaló Tumblr, no entendió nada, dejé el blog y poco después volví y empecé a entender como funcionaba el fandom
Y la verdad es que no me arrepiento para nada de habérmelo vuelto a instalar. Aunque a veces hay bardo y algunos malos royos me encanta ver como a la gente le gustan las mismas cosas que a mi y tienen las mismas opiniones. Antes de entrar aquí pensaba que era rara y que estaba loca, ahora veo que no soy la única xD. Nahh pero ahora dejando las bromas de lado, Gracias <3
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tuviejaftlarry-blog · 8 years
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hace banda que lo veo como solo una amistad, sabia que los trapitos iban a salir al sol, pero igual fue inesperado
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eliasweet · 8 years
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Wigetta The Movie
Seguro es lo que llevan dos años planeando.
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alexdavs · 8 years
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Si tan solo hubiera más momentos como este, esa felicidad tan extrema...💜💚
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