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Antes de una relación piensa esto…

Es un hecho que nadie nos enseña nada sobre el amor. Ni siquiera nuestros padres nos instruyen sobre eso de las relaciones amorosas y mucho menos los estragos que provoca un corazón roto. Vamos, ni en las escuelas se nos enseña nada sobre inteligencia emocional o la resolución de crisis existenciales relacionadas con el amor.

Sin embargo, al final no es necesario que se nos enseñe con anticipación sobre el tema, porque de hecho, tenemos a la mejor maestra para aprender: la vida. Y aunque sus métodos a veces – o casi siempre – incluyen tropiezos, golpes y muchas pero muchas heridas, nos termina por dar experiencia que mal o bien, ayuda en algo…sólo en algo.

Conforme vamos creciendo, nos damos cuenta que el amor no es como en las peliculas de los domingos y menos como nos ha hecho creer Disney durante toda la vida. A la par de ir creciendo y “madurando”, nos percatamos que en realidad el príncipe o la princesa no es tan azul como parecía y que más bien, resultó medio gris. O que nuestro Erick no era tan Erick después de todo y tenía algo de Úrsula, pero también, que nosotros no éramos tan “Bellas durmientes” y siempre sí teníamos un poco de Maléfica en nuestro ser.

De cualquier forma, al paso de los años y las experiencias es cómo uno va aprendiendo con quien sí, con quien no y con quien nunca. Vamos haciéndonos más cuidadosos con nuestras emociones y finalmente definimos lo que queremos y no.

Es por eso que hoy quise compartirles algunas preguntas básicas que a mí me hubiera gustado responder en su momento y que tal vez me habrían evitado muchos descalabros, que a pesar de todo agradezco porque me hicieron aprender y madurar.

No obstante, muchos allá afuera aún pueden evitarse sufrimientos innecesarios, si desde el inicio se detienen a pensar en lo que sería mejor antes de entregarle a alguien el tesoro más preciado que tenemos: nuestro amor así que nos     

¿Ya superé mi relación anterior?

Imposible pensar en responder las siguientes de forma honesta si ésta no se aclara desde el inicio. La mayoría de nosotros en algún momento, nos hemos “enamorado” de alguien sólo porque se parece a nuestro ex y nos recuerda muchas cosas que se vivieron con esa persona que ya no está. Y honestamente, no hay nada peor que un clavo que saca otro clavo o andar con alguien sólo porque seguimos buscando en el fondo a esa persona que dejamos atrás.

Si bien es cierto que las personas solemos buscar patrones de personalidad y físico a la hora de una nueva relación, también es cierto que debemos aprender a no tropezar con la misma piedra dos veces. Tal vez con una diferente, pero no con la misma.

Después de todo, si le dijiste adiós a alguien que ahora está en tu pasado, fue por una razón y como dicen: “atras, ni para coger impulso”. Pero si eres de esas personas que la piedra que tiran no la vuelven a recoger, entonces tal vez tu corazón ya esté listo para conocer a alguien nuevo y mejor.

   ¿Para qué quiero una relación?

De todas, ésta es quizá la pregunta más importante y más ignorada por todos. Generalmente conocer a una nueva y potencial pareja nos emociona tanto que nos dejamos llevar y el problema de hacerlo es que muchos terminan estrellados contra la pared.

Algunos en realidad ni quieren una relación, sólo buscan pasar el rato y alguien de planta con quien tener sexo, otros pretenden matar su soledad en compañía de alguien porque ni saben lidiar con ella, ni saben estar consigo mismos, y otros tantos, simplemente van de relación en relación por mera atracción física, deporte, costumbre y por la presión social del grupo de amigos en donde ya todos están hasta comprometidos y pues horror ser el único solterón.

Cuando la pregunta se responde de forma honesta, nos damos cuenta si en verdad queremos estar con alguien o sólo es para sumarlo a la larga lista de nombres que después de un breve rato, se van a olvidar.

 ¿Estoy listo(a) para tener una relación?

La respuesta a esta pregunta tiene mucho que ver con la anterior. De hecho, de la respuesta anterior se define esta respuesta.

Muchas personas creen que estar listo para andar con alguien es como cuando se mete un pastel al horno y esperas el tiempo adecuado a que se esponje: hay que esperar hasta que suene la campanita, pero en realidad no es así.

No hay un tiempo definido que podamos medir para saber si estamos listos o no, porque el amor llega de repente, sin avisar, cuando menos lo esperas, pero siempre en el momento correcto.

Sin embargo, uno se da cuenta que está listo, porque se dejan de cometer los errores del pasado y se olvida esa enfermiza ansiedad por querer estar con alguien a como dé lugar. Simplemente vas sin prisas y se deja que todo fluya para que se den las cosas de forma espontánea y real, porque se quiere y se puede, no porque se necesite.

Si resulta, qué bueno y si no, aprendes a no azotarte como antes y sigues avanzando hasta que ocurra un nuevo encuentro.

    ¿Realmente quiero estar con “x” persona?

Una cosa es que nos guste alguien y otra muy distinta, que queramos estar con esa persona.

Cuando se conoce a alguien nuevo, de entrada nos puede gustar y por ese simple hecho, podríamos asegurar que queremos estar a su lado. No obstante, el trato es el que realmente define si de verdad esa persona nos gusta más allá del físico como para poder entablar algo más serio y en forma.

El sexo tampoco debe definir lo anterior. Uno de los errores más comunes que muchos hemos cometido, es estar con alguien sólo porque en la cama hay buena química, aunque fuera de ella deje mucho qué desear y terminen siendo dos hermosísimos muebles a lado del otro.

Cuando se quiere estar con alguien de verdad, el físico que tenía tanta importancia en un inicio y las ardientes sesiones de glorioso sexo, pasan a un segundo término, pues lo que realmente hace que nos quedemos con alguien, es su personalidad y la forma en la que nos trata durante el convivir diario. De lo contrario, no pierdas ni le hagas perder el tiempo a nadie bajo la curiosidad y el pretexto de “Es que me gusta pero no se”.

      ¿Estoy preparado(a)  para hacer espacio y tiempo en mi vida para alguien más?

Después de cierta edad las personas tendemos a volvernos más celosas de nuestro tiempo y espacio. Las experiencias del pasado nos han hecho más cuidadosos para no dejar entrar a cualquiera a nuestra vida y únicamente hacer cambios y mejoras por alguien que realmente lo valga.

¿Nos volvemos exigentes? Sí. Pero no es una exigencia arrogante o soberbia, es la exigencia que te da la madurez de saber cómo llevar esto de las relaciones y cómo cuidar tus emociones para que no se vuelvan a romper tan fácil, de tal forma que compartir tu individualidad es un regalo que no puede darse a cualquiera. Es decir, una pareja llega y cambia la rutina por completo, porque ahora ya no sólo debemos pensar en uno, sino en dos.

Y eso está bien, pues las parejas equilibradas siempre contemplan en su rutina y planes al otro, algo que no pesa siempre y cuando sea la persona indicada que te motive a hacerlo.

A pesar de eso, siempre hay quien muchas veces se deja llevar por la emoción que causa un nuevo encuentro, antes de ponerse a pensar en si de verdad tiene el tiempo para dedicarle a alguien más. Recordemos que las relaciones se alimentan de tiempo y la calidad de éste al estar juntos.

Es, en resumidas cuentas, un “desgaste” y empleo de energía emocional y física. Al final, esto de establecerse con alguien en una relación “formal”, es como la planificación familiar: ¿tienes el dinero y los medios para mantener a un hijo? Acá es lo mismo: ¿tienes el tiempo, las ganas y la disposición para hacerle un espacio y darle atención a alguien más? Cuando te respondas eso, sabrás qué hacer.

¿Quiero y puedo comprometerme a dar lo mejor de mí para que esto funcione?

No es suficiente con que te guste alguien. Debe haber algo en esa persona que te inspire a tener el compromiso y las ganas de querer que de verdad resulte. El gustarse no significa nada. A veces dos que se gustan están destinados a eso, a gustarse y ya.

A mí por ejemplo, me gustan los tiburones pero eso no necesariamente significa que quiera y muera por nadar con ellos.

Comprometerse con alguien va más allá de lo físico que es el primer filtro. Hay un montón de cosas más que definen y despiertan en nosotros el deseo por querer de verdad hacer las cosas bien con alguien y surge solo, sin presiones y de forma genuina.

Recuerda que si hay que forzarlo, entonces no es de tu talla. Aplica para zapatos, ropa, anillos, amistades y claro…amores..

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Sexo en la Ciudad.

Dicen que el sexo se volvió fácil desde que el amor se hizo complicado y es que en esta moderna era es muy difícil encontrar ese acercamiento con alguien que realmente esté interesado en conocer tu persona antes que conocer tu cuerpo.

El concepto completo de la palabra amante se ha malentendido o puede que se haya solo entendido parcialmente a lo relacionado con el sexo, sin embargo vivimos en una era dónde nadie se hace el desayuno en la cama y nadie tiene romances inolvidables; en vez de eso se desayunan a alguien la madrugada del sábado antes de las 7 de la mañana y se olvidan los romances lo antes posible, donde conseguir sexo con alguien es más fácil y rápido que ordenar pizza por teléfono y lo que llevas en el exterior vale más que lo que llevas dentro. Lo más importante es protegerse y pues “cerrar el trato” si sabes a lo que me refiero.😏

Y es en medio de ese debate dónde me encontré esta semana, dónde en una videollamada con amigos cercanos, llegó una interrogante a mi cabeza.

Se ha convertido el sexo en el premio de consolación cuando no ganas el amor?

Interrogante que luego obviamente investigue con mis diferentes fuentes quienes son mis queridos amigos que con la emoción de ayudar a mi iluminación,  pues me compartieron algunas de sus experiencias tanto en relaciones amorosas como sexuales .... Más de lo que quería saber de hecho 😣

Algunos dijeron que muchas veces se utiliza el sexo como pasatiempo, que mientras encuentras la persona indicada puedes divertirte con los equivocados, pensamiento que de hecho en algún momento compartí. 

Sin embargo otros no estaban de acuerdo pues decían que quienes hacen eso tienen cierto miedo al compromiso y por eso no se pueden establecer con una sola persona, que no hay nada más bonito que hacer el amor con una persona que aparte de ser tu pareja sexual sea tu compañera y amiga.

Al ver cómo se contradecían tantas opiniones despertó más mi curiosidad y avivó un poco más la investigación pues muchos tenían algo que aportar al respecto.

Alguien mencionó que en su experiencia, uno escoge dónde quiere llevar la relación en la primera cita. Dónde se clasifica al individuo/a en posible candidato al premio mayor (en este caso sería una relación a largo plazo) o simplemente se le coloca como un concursante al que luego se eliminará del juego para darle camino a otro.

A lo que otro responde como sabrás si merece el premio mayor si tú cómo juez no lo pruebas al principio y es que cuando vas a comprar algo para llevarte a casa tienes que probarlo en la tienda o por lo menos te tiene que gustar visiblemente lo que ves para que le des una oportunidad. Si sirve lo tomas sino lo dejas, todo depende del desempeño.

Otra opinión es que para mantener a alguien interesado no debes lanzarte al sexo desde la primera cita, quizás en la 3ra o 4ta depende de qué tanta química haya entre ambos.

Uno de mis mejores amigos dijo que siendo un soltero de más de 28 tienes dos opciones: pegarte en la cabeza contra la pared por qué no encuentras pareja o hacer el amor como aquel que lo hace por trabajo, a lo que yo respondí - por dinero?

-No awe, sin emociones, fue su respuesta añadiendo que es más provechoso cuando ambos saben que solo es por eso, no hay dramas, se buscan solo cuando quieren hacerlo, si están disponibles bien sino no hay reclamos o por lo menos no deberia, y lo mejor no tienes que pagar cenas o salidas al cine para llegar hasta ahí.

Entre tantas diferentes opiniones me perdí en un momento pensando qué tal vez estamos llegando a una etapa donde se ha olvidado o malentendido tanto el concepto de tener a alguien que se confunde fácilmente con tenerlo en tu cama. Es más fácil creer que cortando de raíz una emoción puedes estar mejor. Y es que un mundo en el que hay citas sin sexo, sexo sin citas y en el que conservas a tus ex amantes cómo amigos/as después de que el sexo termino que realmente define una relacion?

 Mientras escuchaba o leía diferentes puntos de vista, pues me preguntaron el mío y  aunque en algún momento producto de la inmadurez o inocencia para muchos tenia otro tipo de pensamiento, ya veo las cosas un poco mas claras, y por los consejos y experiencias compartidas como vividas, conteste que pues si concuerdo en la parte en que el sexo es parte importante en una relación más no lo es todo. Que una relación se basa más en emociones, si esas mismas que a veces tratamos de evitar sentir por miedo al fracaso. Que muchas veces nos enfocamos más en una apariencia en vez de darnos la oportunidad de conocer a alguien a quien probablemente no estemos viendo pero puede hacernos feliz, Y que si el sexo es fácil pues se vale aprovecharlo pero si el amor es complicado merece ser encontrado ¿No? 💙

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Ojala te rompan el corazón

No me odies por decírtelo, pero en verdad si deseo que te ocurra. Si ya te ha pasado, entonces felicidades, y si no, bueno, ojalá que te ocurra pronto porque es algo que vas a necesitar.

Probablemente estás pensando que soy un idiota por desearte algo así, digo, ¿quién en su sano juicio le desea el sufrimiento que causa un corazón roto a alguien más?...Exacto, yo!. Pero la verdad es que tener un corazón roto tiene muchas más cosas buenas de las que imaginas, en alguna parte lei una vez algo que decia que son afortunados los que saben tener el corazon roto, porque de todas las experiencias, esa es una de las mas humanas. No solo duele, tambien empodera y cambia. Y si! De hecho es cierto.

A mí, por ejemplo, no solo me lo rompieron, me lo hicieron pomada hasta que no quedó nada. Tardé mucho en sanar eso sí, y cuando por fin estaba regresando a su estado normal, me volví muy desconfiado y frio.

Usaba mil filtros antes de dejar entrar a alguien y ni siquiera los dejaba pasar tan profundo. Se quedaban en el recibidor y terminaba por usarlos y despedirlos muy pronto.

Fue muy duro. Pero después de haber pensado demasiado, aprendí que convertirme en una fortaleza impenetrable de hielo, no era la verdadera lección ni el fin. Y eso que yo aprendí, en verdad deseo que un día lo aprendas y no habrá, por desgracia, otra forma de que lo hagas a menos que te dejen el corazón así…hecho mierda.

Como ves, hablo en serio. Pero descuida, créeme que lo peor que puede pasar después de eso, es que por fin sepas realmente qué quieres y lo mucho que vales para que dejes de dar descuentos.

Por eso quiero que tengas el corazón roto, para que te des cuenta que después de eso la vida sigue y seguirá. Para que comprendas que si tú no cuidas tus emociones, nadie más lo hará.

Ojalá te rompan el corazón para que sepas lo mucho que duele entregarse a la persona equivocada, aun cuando sabías que no debías hacerlo, pero si como yo eres masoquista y ahi vas, aprenderás de esa lección, y aunque te va a doler mucho, te harás más resistente y sabio a la hora de escoger.

Que te rompan el corazón de tal forma que jamás quieras volver a repetir la experiencia, y al contrario, a partir de ese momento decidas ir por algo mejor con alguien mejor porque lo mereces. Que te rompan el corazón para que seas más fuerte, más valiente y más experimentado.

Ojalá te rompan el corazón no para que dejes de creer y confiar para siempre, sino para que aprendas en quien sí creer y confiar, y quien definitivamente no. Para que sientas que afortunadamente, aún sigues siendo humano, de esos que todavía aman con todos los “riesgos” que eso conlleva.

Y ya al final, después de que te hayan roto el corazón y después de que lo hayas superado, ojalá que por fin encuentres a alguien que de verdad aprecie todo el tiempo y esfuerzo que pasaste preparándolo para dejarlo habitable de nuevo.

Que sea alguien que ame no lastimarte, que adore cuidarte y le guste tu felicidad. Ojalá sea alguien que también sepa, como tú, lo que es tener el corazón hecho añicos y lo mucho que cuesta repararlo, para que jamás tenga ni la menor necesidad o impulso por querer romperte. 

Y entonces cuando eso pase, ahora sí querido/a, que jamás te vuelvan a romper el corazón. 😘

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Enemigos de la cama

Consejo: "La próxima vez que decidas acostarte con alguien, asegúrate que sea alguien que te haga reír…así es más probable que te haga gemir”

Hace algún tiempo en alguno de mis post escribí sobre la cama, no el objeto literal sino a los diferentes tipos de encuentros que tenemos sobre ese objeto y como los calificamos en secreto dependiendo del desempeño que se haya tenido y es que en la vida hay muchas cosas decepcionantes pero entre los primeros lugares se encuentra el mal sexo. Muchos saben de lo que hablo. Esa sensación torpe de no saber qué ocurrió o qué fue eso que pasó, deseando únicamente vestirte para salir huyendo, mientras suplicas con todas tus fuerzas que no te pregunten “¿cuándo nos vemos otra vez?” porque seguramente la respuesta sería un “nunca” disfrazado de un “si, estamos en contacto o yo te chateo después”.😒

Y es que el mal sexo a parte de dejar esa horrible sensación de pérdida de tiempo, puede compararse con la decepción que provoca una película que morías por ver, pero que al final resulta ser terriblemente mala, rompiendo toda tu ilusión y dejándote con ganas de reclamar la devolución de tu dinero, lo cuál es una ventaja, pero en la cama no puedes reclamar ni la devolución de tu tiempo, ni la energía gastada y mucho menos los fluidos que, literalmente, bien pudieron haberse ido al drenaje y eso hubiera sido mucho mejor.

Así que pensando en toda esa serie de eventos desafortunados que muchos hemos vivido – inspirados claro, en el primo de un amigo, obviamente -, es que dejé de lado otras ideas, y me animé a tocar asuntos más corporales,  haciendo un recuento de aquellos tipos de personas con los que es muy probable que más de uno se haya encontrado alguna vez, y que desde luego, no deseamos volver a topar jamás y que lo que sí deseamos es poder tener un identificador para seguro colocarlos en el blacklist, ya que en la mayoría de estos fatídicos casos salen con la pregunta de los 64 mil: ¿Te gustó?…No. Obvio

Entre estos especímenes comunes en nuestra sociedad pude identificar algunos que seguro te has encontrado, no digas que no, yo se que si Pillín/a

1) El/La que se cree “perro”: y en realidad no me refiero a los que andan con uno y con otro, sino más bien, a todos esos que tienen complejo de perro y les da por lamerte hasta las orejas. Se concentran tanto en olfatearte y pasarte la lengua por todos lados, que llega un momento en donde ya no sabes hacia dónde va eso. Es decir, ¿en qué momento tener la lengua de alguien metida hasta el tímpano se volvió erótico y excitante? En pocas palabras: son personas que te dejan más baba por todo el cuerpo, que placer. A esos, mejor denles una paleta

2) El hombre (si,sorry chicos pero esto es con ustedes) “te juro que nunca me había pasado”: ya saben, es el típico hombre que te encanta físicamente y tú le encantas a él. Por mensajes de texto te decía las cosas más sexys del mundo y hasta te envió fotos de donde no le toca el sol. Pero a la hora de la hora y teniéndote desnudo frente a él, en posición y con toda la actitud, algo pasa que su “orgullo” simplemente deja de funcionar. Aquella herramienta, que se supone era dura como brazo de albañil, termina quedándose tan flácida que su única excusa para justificar el hecho de dejarte desnudo y alborotado, es: “es que estoy nervioso, porque me gustas mucho”. ¿Pues sabes qué? A mí me gustaría mucho que te fueras un poco a la v..

3) El/La “a lo que voy”: este tipo de persona no tiene perdón de Jesucristo y es un insulto a cualquier esfínter que se tope a su paso. Generalmente suele ser hombre aunque hay mujeres que también, y su modus operandi es que no conoce nada de juegos previos o estimulación. De hecho te  ve como equivalente a un pedazo de carne, literalmente -, como para descargar su frustración  acumulada. Si te da un beso o dos a lo mucho, di que te fue bien, pues con frecuencia llega, te voltea, hace lo suyo, termina y todavía tiene el cinismo de preguntar “¿te gustó?” como si te hubiera hecho alcanzar las estrellas, cuando lo único que te hizo alcanzar, fue tu celular para bloquearle y nunca volverle a ver.

4) El/La “Saco de papas”: este espécimen, por el contrario, suele ser más tranquilo y vaya que se toma su rol muy en serio, porque literalmente no hace nada. Él simplemente llega, se desnuda y se deja caer en la cama como tabla, esperando que el otro sea quien haga todo el trabajo, mientras él o ella…bueno, mientras platica por WhatsApp o se toma un café con galletas. Su descaro llega a la hora de confesarte que le encantó todo lo que le hiciste y que seguramente querrá repetir. Mi consejo: aléjate, corre lejos y no mires atrás.

5) La “comadre”: este espécimen es multitasking, pues posee la misteriosa y rara habilidad de estar en todo a la vez y hacerte la charla casual sobre tus últimas vacaciones mientras tiene el orgasmo a la mitad – y otras cosas dentro -. Es el clásico que quiere estar hablando a mitad del acto y diciendo frases random, como si se tratara de un paseo dominical en el parque. A éste con ponerle la mano en la boca muy estilo bondage se le quita y puede que hasta le guste la dominación

6) El/La parturiento”: este tipo de persona no importa si es hombre o mujer, finalmente siempre es más escandaloso de lo que debe, o sea, mucha bulla y pocas nueces. Por lo general se les identifica ya que gritan como si estuviera pariendo un bebe puerco espín con todo y púas. Algo muy similar a aquellos ridículos en el gimnasio que gritan más de la cuenta para que los demás vean lo duro que entrenan, siendo que lo único duro que tienen, es el cerebro. A estos como los anteriores, con la mano en la boca, asunto resuelto. (de nada😉)

Al final del día, todos nos hemos topado con alguno de estos personajes – o peor a��n, hemos sido alguno (excepto yo obvi)-, que pasan a formar parte de nuestra lista de “fracasos sexuales”, esas anécdotas y experiencias “culturales” que su única utilidad, es ser contadas en las reuniones con amigos para robar carcajadas y recordarnos lo que no debemos hacer de nuevo, para no ser recordados como esa mancha sexual en el historial gracioso de alguien más.

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Que cálidas se sienten tus manos cuando el resto de mi mundo muere congelado.

Besos de cianuro

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The Golden Age of Children’s TV, the 90’s.

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A cierta edad

Y entonces te das cuenta que gran parte de tu vida se ha ido en aguantar y soportar situaciones que no te gustaban y personas que no te agradaban. Te percatas que durante mucho tiempo buscaste a las personas incorrectas y peor aún, a quien jamás te buscó. Le rogaste demasiado a alguien que al final no lo valía y le diste todo a quien al final te dejó y lo regaló a alguien más.

Afortunadamente cumplimos años y resulta casi obligado darnos cuenta que llega un punto donde ya no estamos dispuestos a seguir repitiendo la misma historia una y otra vez. La edad nos va dando esa sabiduría y ese derecho de poder elegir nuestras batallas y mejor aún, a las personas que nos rodean, las situaciones que queremos y las que ya no.

Al entender eso, resulta sumamente fácil y cómodo comenzar a hacer muchas cosas que antes nos daba miedo hacer. Damos pasos que de otra forma no hubiéramos dado y eso de dar vuelta a la página ya no nos causa conflicto. Comenzamos a dejar de jugar el juego de otros, para comenzar a jugar el nuestro y redefinirlo con nuestras propias reglas, las que nos gustan y nos dan bienestar.

Así, poco a poco nos damos el derecho de soltar y de abrirle la puerta a todo y todos los que se tengan que ir. Sin pensarlo y con toda seguridad, dejamos de regalarle tiempo a quien no nos da del suyo. Nos deshacemos de situaciones desgastantes y empezamos a caer en cuenta que está bien, que no es egoísmo, es amor propio.

Después de todo y gracias a las experiencias pasadas, nos ganamos el derecho de poder elegir lo que sí y lo que no tiene cabida en nuestra vida. Nos volvemos más autónomos y dejamos a un lado esa fea costumbre por estar consultando nuestras decisiones con los demás porque ahora son enteramente nuestras y nos gustan. Las tomamos para nosotros y no para encajar o agradar a otros

Llegar a cierta edad trae muchas ventajas que nos ayudan a limpiar y reordenar los cajones; liberamos espacio sacando lo viejo para que pueda entrar lo nuevo. Si alguien nos dice adiós, le abrimos la puerta y lo despedimos. Si alguien quiere entrar y quedarse, lo invitamos a pasar. Y si somos nosotros los que tenemos que se tienen que marchar, agarramos nuestras maletas y nos vamos.

Caemos en cuenta que ya no estamos en edad de estar presentes para quien siempre está ausente. Tampoco estamos para andar mendigando amor, amistad, atención y cariño de quien claramente no quiere dárnoslo. Y entendemos por fin que no necesitamos estar con quien solo nos tolera y no nos acepta, sin importar que sean familia, amigos o amores.

Puede parecer duro y tajante, pero así es. Crecer y madurar implica saber dejar en el camino muchas cosas y muchas personas, porque no se trata de cantidad sino de calidad. Pero está bien, así solo está quien tiene que estar. Aprendemos a ser selectivos y a hacerle espacio solo a quien lo merece, pero más importante aún, aprendemos a no perder nunca más nuestro espacio por regalarlo a alguien más.

Que suerte llegar a cierta edad.

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Dale la vuelta a tu teléfono

ɐuɐɯǝs ɹoǝd nʇ ɹǝs ɐ ɐʌ ɐʇsǝ sɐǝnƃolqǝɹ ol ou ıs ǝɥɔou ɐʇsǝ sɐuǝnq sɐıɔıʇou ɹǝuǝʇ ɐ sɐʌ oʇsǝ ǝʇsıǝl ǝnb ǝpsǝp

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Cosas que todo soltero en sus 20's debe hacer.

Después de ciertas experiencias que incluyen muchos tropiezos pero también aciertos, generalmente llega la madurez; esa madurez que te hace comprender y disfrutar cada etapa de la vida, dándole su momento y espacio a cada situación. En pocas palabras, se aprende a vivir sin prisa.

Eso me sucedió a mí. Ahora que ha pasado el tiempo y que de alguna forma he ganado más experiencia, veo las cosas desde otra altura y con otra perspectiva.

Me di cuenta que durante alguna etapa de mi vida, en donde aún vivía con esa ansiedad adolescente por comerme el mundo a bocados gigantes, como si me encontrara en una constante carrera contra el tiempo mientras dejé de disfrutar el momento presente.

En aquellos años pensaba en todo, menos en la etapa que estaba experimentando ese momento. Justo como cuando éramos jóvenes y la mayoría de nosotros ansiaba ser adulto y crecer para según nosotros, hacer lo que nos diera la gana. Luego llegó esa etapa que tanto ansiabamos cuando chicos y nos dimos cuenta que crecer no resultó tan fabuloso como pensábamos, aunque tampoco es tan terrible como nos contaron.

Y así vivimos el resto de nuestras vidas: queriendo saltarnos etapas para ir a otras que todavía no llegan – y quién sabe si lo harán –  o traer de vuelta las que se fueron. Paseamos en un eterno círculo de inconformidad con el momento presente, mientras añoramos lo que no existe y extrañando lo que existió.

Lo mismo pasa con la soltería. Muchos nos hemos visto envueltos en esa desesperación que causa el querer terminar con ella y por fin encontrar a alguien que cancele las citas con nuestra soledad, pues al parecer, la soledad se convirtió en el “monstruo” debajo de la cama que nos persigue como adultos.

Y no es que esté mal querer encontrar a alguien con quien compartir la vida, claro que no. Pero pienso que algo peor que la soltería, es estar con alguien que te haga sentir solo, aún estando junto a ti. Yo lo he vivido y es cuando más soltero he deseado estar, porque si nos ponemos a pensar, nunca estamos realmente tan solos como creemos. A veces nos gusta exagerar y auto compadecernos.

Fue así como en ese entendido de disfrutar cada etapa de la vida – incluyendo la soltería – me vi motivado a pensar y compartir algunas cosas que quizá no ayuden a encontrar más rápido a la persona indicada, pero sí ayudarán a allanar el camino de reencontrarnos más rápido con nosotros mismos y  estar listos por si en una de esas, llega alguien que se las ingenie para hacernos volver a sentir mariposas en la panza.

Equivócate y aprende.

Comete un sinfín de errores, incluyendo en el amor. Siente lo que es tener el corazón destrozado una, dos, tres o las veces que sean necesarias y aprende a reconstruirte y a juntar tus partes rotas. Así de simple.

Como dicen por ahí, sacate la m**** muchas veces y aprende de esos errores. Despreocúpate por querer hacerlo todo perfecto y sin margen de error. Con el tiempo verás que esos errores y tiempos difíciles, fueron una buena oportunidad para crecer y hacerte mejor persona de lo que pensaste que podrías ser.

Aprende todo y se curioso acerca de todo. Jamás temas preguntar o verte tonto haciéndolo, porque el tonto deja de serlo hasta que se anima a despejar sus dudas, pero si no lo hace, estará condenado a ser tonto siempre. Además, cuando llegue esa persona indicada, ya sabrás por experiencia lo que NO debes hacer otra vez y te habrás convertido en un mejor tú para ese alguien.

Viaja

En estos tiempos y viendo el panorama actual, sin mencionar los agitados ritmos de vida que llevamos, en donde a penas y da tiempo de sentarse a ver Netflix, tal vez viajar no sea taaaaan sencillo como ir a comprar un helado al chinito, pero siempre que se pueda y en la medida de tus posibilidades, reserva un fin de semana para visitar algún lugar que no conozcas.

Puedes hacerlo con amigos y estaría bien, pero si puedes hacerlo solo, mejor. Viajar solo es de las pocas experiencias que te permiten conocerte mejor, pues literalmente estás tú por tu cuenta y eres responsable de ti.

Y ojo, esto no quiere decir que no puedas viajar cuando encuentres a alguien especial, pero aquí se trata de disfrutar tu tiempo para ti sin preocuparte por nadie más. Así que viaja, vete un par de días a ser feliz y no le digas a nadie cuando vuelves…excepto a tu madre, ella debe estar tranquila.

Trabaja en lo que te apasione y hazte de tus propios medios y cosas.

Dicen por ahí que las mejores y más inteligentes parejas son aquellas que crecen financieramente juntas y así alcanzan el éxito a la par. Lo que nadie nos dijo, es que las parejas que llegan a ese punto, están formadas por individuos que antes, durante su soltería, aprovecharon ese tiempo “solos” para concentrarse en conseguir y lograr sus objetivos y metas personales.

Ya sea lograr un buen empleo, montar un negocio o mejorar sus ingresos haciendo lo que aman, comprar una casa o departamento, un auto o simplemente, tener una estabilidad laboral y financiera, son metas que uno debe considerar antes de querer desperdiciar energía innecesariamente en el drama de “forever alone”.

Hacer eso no sólo da tranquilidad y seguridad, también la ventaja de tener algo que ofrecer y compartir con alguien que también se haya ocupado de hacerse de lo suyo por méritos propios, para entonces ahora sí, ir por más juntos.

Asegúrate de decirle adiós al pasado y dejarlo cerrado.

Es cierto que todos tenemos una historia que para bien o para mal, nos ha hecho ser quienes somos ahora y por eso tiene bastante importancia. Sin embargo el pasado, sea cual sea el caso de cada quien, no termina por definir en absoluto nuestro futuro y siempre es mejor soltar y aprender a dejar ir lo que se tenga que ir o a quien se tenga que ir.

El pasado no tiene nada nuevo que aportar y no va a decirte nada que no sepas ya. Por algo se llama pasado y por algo dejaste atrás a ciertas personas o situaciones. Así que más vale que hayas aprendido bien – aún estás a tiempo de aprender – a cerrar ciclos con gente que es en el pasado donde debe estar.

Que no te deban nada ni debas nada, para evitar aférrarte y seguir arrastrando gente y situaciones que ocupan el espacio que le tocaría llenar a nuevas experiencias con otras personas y en este caso, con ese alguien realmente especial que tanto quieres encontrar.

Aprovecha el tiempo con tus amigos y familia.

Y no me refiero a que una vez que encuentres alguien que valga la pena, no puedas seguir disfrutando de tus amigos y familia, porque de hecho, alguien que realmente valga la pena, no va a permitir que te olvides de ellos para tener toda tu atención la gran parte del tiempo.

Pero seamos honestos, cuando llega esa persona que no tiene comparación con nadie que hayas conocido antes, nada más importa. Queremos darle todo nuestro tiempo y atención, y en ocasiones, pareciera que dejamos a los demás de lado, aunque en el fondo no es así de intencional.

No obstante, mientras no llegue esa persona “ideal”, disfruta a los tuyos, porque las parejas van y vienen mientras no sea la persona indicada, pero la familia y los amigos, siempre van a estar ahí, aún cuando ya hayas encontrado al amor de tu vida.

Pero sobre todo lo mejor que te puedo decir es quiérete sin control. Hazlo por y para ti. Arréglate para ti, ponte guapo(a) para ti, sonríe para ti y si en el camino aparece alguien que quiera compartir todo eso contigo, excelente, si no, pues más para tí. Enamórate de ti y luego podrás enamorar a quien se te antoje. ✌🏽

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Oops... Volví con mi ex

Llega un determinado momento en la vida de toda persona en el que, debido a la edad, nos convertimos en el ex de mucha gente y como en la película “lidiamos con sus fantasmas”.  Eso es una realidad que no podemos evitar. Así como tampoco podemos evitar el curso natural de la vida: ella está formada por ciclos y las relaciones amorosas que afortunadamente o no son parte de esos ciclos. Por eso, con el paso del tiempo, vamos agregando un nuevo nombre a la lista de ex novios – Dependiendo claro, de que tan ojo alegre seamos -.

Sin embargo hay veces en las que pareciera que el ciclo de algunas personas no se cerró del todo y que faltaron cosas por vivir – incluyendo ese kamasutra que nunca terminaron -. Esta situación hace que despierte en nosotros la cosquilla por volverlo a intentar sin importar el tiempo que haya pasado desde el rompimiento.

Cabe aclarar, que el tema de volver con los ex novios  ha sido motivo de estudio y discusiones por parte de los científicos, debido al terror y duda que han venido causando desde tiempos inmerorables. Por esa razón, siempre he sostenido que algunas personas deberían traer incluida una advertencia o mínimo fecha de caducidad.

Al pensar en regresar con alguien, siempre es bueno valorar los pros, los contras y  otros factores tales como:

– ¿Quién terminó a quién?

– ¿Cómo terminó la relación la primera vez?

– ¿Por qué termino?

Y otras cosas que pueden orientarnos para saber si esa segunda vuelta va a funcionar mucho mejor que la primera, o en cambio, evitar tropezar con la misma piedra y volar hacia otro lado.

Lo importante para poder tener una reconciliación es poner especial ojo en si el amor y la confianza se vieron afectados o no.  Porque usualmente cuando dos personas deciden regresar sin importar cuánto tiempo haya pasado, es debido a que el cariño y la confianza siguen ahí y a que los motivos de teeminar no fueron lo suficientemente graves como para dañar los sentimientos.

Por ejemplo, hace tiempo tuve una relación que terminó debido a muchos factores externos a nosotros. Tal vez no era nuestro momento, tal vez éramos demasiado inmaduros y necios, o tal vez ambos. Sin embargo, después de cierto tiempo la vida volvió a juntarnos. Esa vez fue diferente porque aunque ambos nos encontrábamos en etapas diferentes de la vida, compartíamos ya un mismo canal. Estabamos más maduros, menos necios y con más experiencia. Fue así como pudimos retomar lo que alguna vez empezó y fue realmente bueno. Caso contrario a lo que pasó con cierta persona, de la cual preferiría no acordarme mucho, porque gracias a sus infidelidades y mentiras, fue imposible tener algo de nuevo cuando la vida nos cruzó por segunda vez en el camino. ¿Ven las diferencias? En el primer caso pudo ser posible retomar las cosas porque seguía latente cierto amor y cariño, pero en el segundo, evidentemente yo hubiera cometido un acto suicida, si hubiera tontamente dado una segunda oportunidad a quien seguramente volvería a hacerme lo mismo o peor.

En realidad yo siempre he pensado que hay personas en nuestra vida que bien merecen una segunda oportunidad, pero hay otras a las que es mejor darles un hermoso viaje todo pagado a las Islas de la v**** para que ahí se queden y no regresen jamás. Sin embargo lo que definitivamente no apruebo es que a veces nos enrolemos en círculos viciosos con una relación que ya resulta destructiva y que no lleva a nada bueno. Hacer eso es como querer sufrir por gusto y no darse cuenta que a veces las personas no cambian a menos que hagan un verdadero trabajo con ellos mismos. De otro modo yo les recomiendo que se arrimen un banquito, se acuesten quizás a esperar por qué eso nunca va pasar.

Y es que siendo honestos el problema no es problema, es decir,  regresar con el ex no debería ser algo que cause tanto conflicto, porque conflicto es el que tienen aquellos con el “Síndrome Rihanna” y regresan a la boca del lobo por su propio pie. Pero si el volver a intentar algo con quien alguna vez ya se tuvo fuego no representa ningún peligro ni físico, emocional o mental, entonces ¿por qué no revivir esas cenizas de amor y terminar ese kamasutra que quedó inconsluso? El  chiste de todo esto está  no tropezar con la misma piedra aunque te la vuelvas a encontrar, y mejor, rodar junto con ella si es que conviene.

En conclusión mis guapos  lo mejor es convertir a los ex novios en nuestros sex friends…(broma...no hagan eso! En serio😐!!) En realidad lo que deben tener en mente es que regresar con el ex es una cuestión que dependerá de cada persona. Debemos analizar las ventajas o desventajas de reiniciar algo que tal vez pueda funcionar o que tal vez nos deje más destrozados que Miley con resaca.

Así que guapos, en está ocasión y con la con firmeza del brazo de un albañil, les digo que no todas las segundas partes son malas si se trabaja para que no ocurran los errores de la primera. Pero eso sí, no se vale regresar con el ex por dependencia emocional, rutina, obligación o cualquier otro tipo de trauma. Esas cosas aquí no por favor. Aunque les duela decir que no, aunque extrañen todo lo vivido y aunque por dentro estén destrozados, manténganse de pie cual mesera de Hooters por fuera y digan no. Recuerden que si van a regresar con alguien, que sea porque quieren, porque pueden y porque vale la pena, pero nunca, nunca porque lo necesiten... De nada  :) 

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No más momentos robados.

Basado en una experiencia personal

Entonces ahí estás. En una cama ajena y en un ambiente donde el intruso eres tú. Al inicio desde luego que resulta divertido compartir abrazos que le pertenecen a alguien más y robar besos furtivos a espaldas de otro, que posiblemente, tarde en darse cuenta que son tres en vez de dos.

Así pasan los días y los meses. Tú compartiendo besos que son de otro dueño y él, buscando en ti lo que no encuentra en otros brazos. Hasta que finalmente despiertas un día en esa cama de hotel y te preguntas si estar ahí es realmente lo que quieres, y peor aún, ¿cómo fue que llegaste hasta ese punto? Un punto que alcanzaste convirtiéndote en eso que una vez juraste no llegar a ser. Y mírate ahora…

Te das cuenta que lo que inició como un juego pasional y cargado de adrenalina, terminó dejándote igual o más destrozado que al inicio. Que jugar a ser el otro y vivir con la ilusión de que un día tal vez tu podías llegar a ocupar un primer lugar en la vida de ese alguien, no pasa; no es como en las películas.

Sin embargo, tampoco debes de autocompadecerte porque sabías desde el inicio en lo que te estabas metiendo. Creíste poder jugar con fuego sin salir quemado, y ahora que las llamas comienzan a tocarte, quieres salir corriendo porque no resultó ser lo que esperabas.

Y es que hay ciertos tipos de fuego que no son maleables para todo el mundo, con los que debes tener cuidado y con los que no debes quemarte dos veces. Pero a ti, al parecer te gustan los que te ocultan y te dan segundos lugares.

De repente piensas que después de las citas a escondidas, de todas esas horas en la cama, de los mensajes anónimos y las llamadas en voz baja, ¿quién te va a reparar cuando te des cuenta que solamente fuiste un escape, una salida fácil a una situación que de momento no se supo resolver, o como dicen, un desliz?

En toda historia de amantes siempre debe haber un perdedor, ese que no logra quedarse con el corazón de aquel a quien brinda refugio temporal. Y en este caso, sin excepción a la regla, tú has resultado ser el perdedor.

Pero afortunadamente ya te cansaste de ser el que siempre va a estar ahí, a merced y antojo del otro, cuando pueda y cuando quiera. De acomodarte a sus tiempos, obligándote a adecuar tu rutina a la de él, porque como siempre, pesó más el ego de saber que eres lo suficientemente atractivo como para robarle la mirada y los besos a  la pareja de alguien más. Y ambos sabemos que el sabor de lo prohibido hasta cierto punto causa más placer y satisfacción que lo fácil, pero a un precio alto, precio que ahora sabes.

Ahora sabes que esa historia no tuvo el final feliz que tanto esperabas y tampoco podía tenerlo. ¿Cómo algo que empieza mal puede terminar bien si desde el inicio todo se hizo de forma “ilegal”?.

Entendiste que en este mundo hay dos tipos de personas: los que se conforman con segundos lugares y se quedan rezagados, escondidos y negados, y también lo que prefieren ser la prioridad de alguien y no una simple opción. Entendiste que después del sexo a escondidas y la adrenalina que provoca el besar un cuerpo “prohibido”, no hay más nada, solamente soledad y un vacío inclusive más profundo que al principio, porque entendiste que esos momentos robados no son una vida.

Finalmente y tras haber recuperado tu dignidad y haberla puesto de nuevo en su lugar, no te queda más remedio que abandonar todo eso porque jamás fue tuyo y nunca lo será, para entonces verdaderamente, darte el lugar que mereces en primera fila y no tras bastidores, dentro de la historia de alguien que te quiera como su protagonista y no como el secreto culposo que sus labios jamás podrán pronunciar.

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Lo complicado es lo indicado.

“¿Y por qué yo no?” le preguntaba Carrie al amor de su vida justo antes de que se quedara con otra mujer.

“No. En serio. Realmente necesito escucharlo. Vamos, dímelo”  decía insistente.

“No sé. Todo se volvió muy difícil… y ella es…” respondió Mr. Big.

Sé que es cliché citar a “Sex and the City” y podría ser considerado por algunos como algo “demasiado retro o gay”, pero no encontré diálogo más relevante que ese para ejemplificar lo que quiero decirles, pues este episodio demostró a las personas como yo lo que siempre hemos sabido subconscientemente: conocer al tipo de persona “complicada” como nosotros, es lo mejor que le puede pasar a alguien. Y perdón si suena a ego, no lo es, pero definitivamente es la verdad.

Mr. Big probablemente iba a terminar esa oración con algo como “simple”. Todos los que vimos la serie sabemos que Natasha, su futura esposa, no se enoja ni lo desafía a ser mejor. Asiente y se ríe y siempre está cómoda. Es dulce, simpática y deja que Mr. Big haga todo lo que él quiera.

Carrie en cambio es “complicada”. No acepta nada menos de lo que se merece, porque sabe que lo merece. Quiere más de Big. Tiene opiniones, una vida y sueños para los dos. A veces discute con él en momentos inoportunos porque es apasionada y emocional.

Y no es que a Natasha no le importe lo que Mr. Big haga, pero es una chica básica que quiere mantener la paz a cualquier costo, incluso si eso significa dejar de lado sus necesidades. Su mente no es tan analítica e imaginativa como la de Carrie, así que puede aguantar más. Es simple.

Así como ella, hay muchas personas simples y así como Mr. Big hay muchas personas ciegas que creen estar en el camino correcto con la persona correcta, aunque su verdadera persona correcta, esté frente a sus narices.

En un ejercicio de instrospección, en donde me aparté de mi ego, llegué a aceptar que efectivamente yo mismo no soy simple. Admito que soy un desafío para muchas personas, incluso para mí. Aunque intente con todas mis fuerzas ser el chico simple, simplemente no está en mí ser uno.

Demando más de todos porque veo gran potencial y porque he aprendido a pedir tanto como doy, pero sin exigir. Sólo quiero lo mejor para mí y para mi pareja, así que nunca aceptaré ninguna señal de una relación mediocre y sin pasión. (Lo mismo deberías hacer tú).

Alguien sin evolucionar siempre querrá a alguien simple. No quiere trabajar duro por nada ni mejorar por alguien que se lo merece, especialmente por una relación con quien vale la pena. No quiere ser desafiado ni confrontado.

Pero una persona real sabe que siempre será mejor estar con alguien “complicado”. Puede que no sepas que lo amas, pero sí lo amas. En este caso, una persona que sabe lo que quiere, nunca estará satisfecho con la persona fácil, y aunque puede ser dulce y fingir estar cómodo, será sin inspiración y siempre se quedará con ganas de más.

Incluso el terco Mr. Big se dio cuenta de que no quería lo fácil, y terminó engañando a Natasha… con Carrie. Y haciendo una analogía traspolada en específico a las relaciones, vemos que las personas “complicadas” son creativas y, a veces, emocionales.

Puede también que sean un poco lo que algunas personas llaman “locos”, pero nadie te amará mejor, eso es seguro. Nadie te hará el amor con tanta pasión ni aportará a tu vida “eso” que sabes te hace falta para sentirte bien y feliz.

Nadie más te alentará a que sigas tus sueños como lo hará alguien así. Tendrás tantas conversaciones profundas que te harán cuestionar tus creencias e ideas, e incluso replantearlas. Será más inteligente que tú en varias ocasiones. No siempre será fácil, pero será más satisfactorio y siempre entretenido. Hará que lo ames en su totalidad.

Una persona simple en cambio, tiene una mente simple. Las cosas no serán tan difíciles cuando estés con alguien así. Serán océanos en calma y navegación sin problemas. Con este tipo de gente probablemente te imagines llegando al altar.

Pero si quieres ser la mejor versión de ti mismo y expandir tu mente y capacidades, quédate con la persona “complicada”. Alguien quien te dice exactamente lo que espera y lo sigue hasta el final. Lo que necesitas y no lo que quieres escuchar.

Alguien que demanda tu respeto.

Alguien con quien puede hablar de política, religión o espiritualidad, incluso si sus opiniones son diferentes a las tuyas.

Alguien con quien cuyos ojos brillan con pasión acerca de varios temas. Que brillan cuando te ve llegar

Alguien que no permitirá que desperdicies tus talentos.

Alguien que te empuja a ser mejor todos los días, para ti mismo, para el mundo y claro…para sí mismo.

Alguien con quien peleas a veces y aún así sólo te hace amarle más.

Alguien que  es igual o mejor que tú y que quiere que caminen en la misma dirección.

Alguna vez en un avión durante un vuelo me senté al lado de una pareja de recién casados. Platicando con ambos, uno de ellos dijo que lo que más lo atrajo de su pareja fue que era más inteligente que él. Sólo alguien libre de su ego puede decir eso y saber que es bueno para su persona.

Pero por favor, no malinterpretes el discurso anterior: alguien “complicado” que todavía no es maduro será muy molesto. Empezará discusiones contigo sobre cualquier idiotez  y te sentirás como un fracaso en su presencia porque no sabrás cómo hacerlo feliz.

Lo mejor viene cuando madura porque entonces sabe manejar esa complejidad y con un poco de experiencia y sabiduría, ese alguien se convertirá en una persona con la que quieras estar siempre. Y, una vez que llegue a ese punto, es mejor que no lo dejes marchar o perderás lo mejor que jamás hayas encontrado.

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Si, soy complicado.

Hoy por fin puedo aceptarlo. Ya no tengo miedo de enfrentarme a esas cosas que me disgustaban de mí mismo en el pasado. Por eso hoy, de frente conmigo mismo, puedo decir que sí, que después de todo, creo que parte de la responsabilidad ha sido mía, porque soy de uno de esos chicos “complicados” que al fin se resignó y se dio cuenta que efectivamente, no es fácil lidiar con alguien así.

Me entrego a la idea de asumirme como alguien “complicado” por lo complejo de mis ideas y mis distintas formas de ver la vida, mismas que no siempre son entendidas por el resto y mucho menos compartidas.

Y por primera vez, contemplo la posibilidad de que tal vez mis fracasos amorosos fueron en gran parte responsabilidad mía. ¿Qué tal que en realidad nunca fueron los otros y siempre fui yo? ¿Qué tal que en mi afán de querer hacer que el otro entendiera mi complejidad, terminaba complicándolo todo realmente?

Tal vez he llegado a ese punto de la vida donde he comenzado realmente a hacerme cargo de mis actos. Y viendo la situación, tengo dos opciones: aprender a ser menos complejo y más simple o abrazar la idea, fluir y dejar que llegue alguien lo suficientemente capaz como para aceptar y amar mi complejidad…si es que llega. Pero tampoco me asusta si no lo hace.

Y es que tampoco quiero cambiar para agradar a alguien. No quiero ya ser yo el único que se adapte o haga cambios por alguien que no hace ni siquiera su mayor esfuerzo. Simplemente no estoy dispuesto a conformarme con menos de lo que doy, porque yo doy en grande. No sé conformarme con lo simple y ordinario. No sé.

Algunos lo llamarán egoísmo y exigencia, pero yo prefiero llamarle madurez, pues creo que luego de adquirir la experiencia necesaria, la vida como premio de graduación, te da el derecho de volverte un tanto exigente, pero no de forma negativa, sino como reflejo del aprendizaje que te han dejado los errores cometidos en el pasado y que por supuesto, ya no estás dispuesto a cometer.

Entonces ser exigente en cierto grado no resulta algo negativo, sino algo que te permite escoger mejor y saber exactamente a qué y a quién hacerle espacio en tu vida. Así de simple.

Cuando entendí lo anterior, no me quedó de otra más que aceptar que sí, que en efecto, soy alguien “complicado”. Y no sólo complicado por verdaderamente saber lo que quiero y lo que ya no quiero, sino por la claridad, a veces abrumadora, de mis ideales  y lo perfectamente trazado del camino que voy siguiendo para llegar hasta donde quiero. También complicado, por la facilidad con la que puedo hacerme cargo de mis emociones aunque a veces no gusten a otros.

Pero sobre todo “complicado” por haber entendido que quien quiere estar, está y se queda sin tener que convencerle de nada y quien no, pues que se vaya

Me doy cuenta y acepto que soy “complicado” por ser entregado y por ya no conformarme con las sobras o migajas afectivas de alguien que me hace rogarle, porque el amor no es una caridad, y aprendí a no detener mi andar por nada ni nadie que no me dé motivos para hacerlo. El que quiera ir conmigo y hacernos compañía durante el camino, adelante, pero si no pasa, tampoco es malo. He aprendido a caminar solo

Y no es que sienta que sea un privilegio o deban hacer cosas para merecerlo, pero después de haber malgastado mi tiempo en gente y situaciones que no lo ameritaban, aprendí a ser más cuidadoso a la hora de entregarlo…y entregarme

Así que después de todo, no me desagrada ser uno de esos “complicados”. Prefiero ser uno, a ser de aquellos sin rumbo que van por la vida arruinando historias e inventando puro cuento, que no saben quiénes son ni mucho menos lo que quieren, porque al final, se conforman con gente que les llene vacíos que ellos mismos no saben llenarse. Yo no. Yo ya entendí que la ausencia de uno mismo en el afán llenarse con alguien más es terrible, y eso es algo que nadie debería vivir.

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Libertad

La soledad es libertad.

Pero toma un tiempo hasta que entendemos eso.

Después de todo,

nos acostumbramos siempre

a la presencia de alguien,

siempre con el sentimiento de alguien,

siempre con el dolor de alguien.

Tal vez por eso el miedo de quedarse sólo

hace que nos apegamos a relaciones tan infelices.

Preferimos la seguridad de alguien que nos lastime a la inseguridad de llegar a casa

y no encontrar a nadie,

de despertar por la mañana

y no tener un mensaje.

Pero poco a poco te das cuenta

de que no tener nadie

es aún más seguro,

pues nadie te lastimará,

nadie te decepciona,

nadie parte.

La soledad no siempre dura para siempre,

sino que sirve como una especie

de proceso del amor propio.

De vivir bien consigo mismo.

Porque al final, quien no es un buen impar,

jamás será un buen par.

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La cama

En uno de mis lluviosos días libres mientras miraba un programa de TV acompañado de mi mejor amiga donde algunas personas compartían sus mejores y peores experiencias sexuales, pasó un caso de una chica que contaba que salía con un chico el cual le gustaba mucho pero le tuvo que terminar por qué este era muy malo en la cama, pues unos meses antes  mientras tenían intimidad este se quedó dormido.

Es que ya no sabia qué hacer no le funcionaba nada de la cintura para abajo, NADA!! Está muerto. decía aquella chica.

-En serio? Dejarias a alguien por no ser bueno en la cama, Dije yo.

-Obvio bebe. La mayoría de veces lo que somos en la cama es lo que somos en la vida, jamás he conocido a algún hombre que sea malo en la cama y bueno en la vida. Contesto mi mejor amiga.

Lo que en mi cabeza inicio un muy curioso debate sobre aquel tema.

Esa misma noche me puse a pensar en respecto a la cama, somos calificados en secreto cada vez que invitamos a alguien a acompañarnos en ella? (Excelente, bueno, regular, o deficiente). En realidad es hacer el amor no más que un cuestionario de popularidad y si el sexo es un examen cómo sabemos si pasamos o reprobamos?

Cómo saber si eres bueno en la cama?

Pregunta que no dejaba de pasar una y otra vez en mi cabeza lo cual me hizo buscar diferentes opiniones entre mis amigos.

Curiosamente muchos quisieron aportar algo a mi investigación del tema alegando que sabes que eres bueno en la cama cuando vez que esa persona te busca muchas veces por qué le gusta estar contigo íntimamente, cuando solo con mirarte ya te imaginan sin ropa y haciendo una que otra cosa no muy decente.😏

Varios días después luego de un almuerzo con otra de mis amigas le hice espontáneamente aquella interrogante que aún vagaba por mi cabeza.

-Karol, eres buena en la cama?

Su mirada de asombro fue tan espontánea como su risa después de asimilar la pregunta.

-No te rías y contesta que es en serio?Agregue yo.

-Pues claro que lo soy querido. Respondió

- Y como lo sabes? Pregunté yo.

-Pues me lo dicen todo el tiempo, como la semana pasada.... Aparentemente la semana anterior mi no muy cuerda amiga se había visto con una pareja gay amigos de ella en uno de sus viajes. Estos estaban celebrando ocho años de estar juntos y querían hacer algo diferente pues dentro de lo que tenían planeado querían compartir una experiencia sexual con una mujer y habían decidido que la mejor opción para eso era mi amiga por la confianza que le tenian.

-... Así que estoy pensando hacerlo. Es algo diferente; agrego Karol

-Un trio a estas alturas de tu vida, y con una pareja gay!!. En serio??? Exclamé yo.

-Sabes para ser alguien que dice ser de mente abierta tienes una visión muy limitada de la sexualidad además querido es el siglo XXI, ya no se trata sobre etiquetas sexuales sino de expresión sexual, ya no es sobre dormir con hombres o mujeres sino de dormir con individuos. Eso lo leí hace poco. Agrego ella

-Estas loca. Contesté riéndome

-Y por eso me amas. Respondió

Luego de llegar a mi casa frente a mi computadora empeze a recordar aquella conversación con Karol que me dejó pensando  si realmente vivimos en una época de tantas posibilidades en la cual muchas personas somos multiculturales y multifacéticas existirán aquellos que sean multisexuales. Aquellos de disfrutan de su sexualidad a tan anchas que no se trata de sí se etiquetan de gays o heterosexuales sino de sí eres bueno o malo en la cama.

Yo personalmente creo que como lo he dicho antes el sexo es para disfrutarlo y no hay más plenitud que disfrutarlo con quien tengas una conexión, que sea alguien que aparte de compartir tu cama comparta también tus gustos y aspiraciones por qué para algunos no se trata solo de con quién te acuestas en ella sino de con quién quieres despertarte diario.💙