thelostplanet-elyxion

[thelostplanet-elyxion]

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ㅤ@호랑해: 사랑 촌스런 그 감정, 근데 내 가슴이 뛰어, 왜 나 이래 나? 왜 < NARRATIVA LIBRE > 사랑에 목 매는 건지? 어차피 뻔한 감정이잖아, 분명 다 안다 믿었지, 알고도 빠진 함정인가 봐…

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ [TACTO]

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ㅤㅤㅤㅤEl sonido de una notificación le avisó de un mensaje nuevo. Rodeado del resto de sus compañeros quienes habían salido de sus aulas para tomar un café por la mañana, abrió la foto y tuvo que bajarse los lentes de inmediato para evitar que la imagen de Jimin en lencería fuera reflejada en estos. No dejaba de pasear la mirada por aquellas curvas que lo invitaban a explorarlas toda la noche; o en este caso, todo el día, sobre aquellos perfectos pechos que apenas y estaban cubiertos por algo de tela de encaje y viajó hasta la intimidad ajena que se mostraba ligeramente húmeda y lista para recibirlo.

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Tan embobado estaba con su teléfono que no se fijó que todos en la sala lo estaban mirando y al parecer, le habían preguntado algo. Tosiendo bajó el café de su mano y dijo la mentira que más rápido pudo inventar.

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"El spam está cada vez más intenso. De la nada te invitan a cenar estos días."

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Y tan rápido como flash, bloqueó de nueva cuenta su teléfono. Los demás se rieron por la expresión de susto que tenía Kang e ignoraron el estado nervioso en el que se encontraba poco antes, alegando que probablemente le habían enviado el anuncio de una de esas chicas que estaba muy de moda y que, claramente no te estaba invitando a jugar a la hora del té saliendo con poca ropa. El verdadero problema no es que tuviera a sus compañeros regados en la habitación y hablando de lo descarado que se había vuelto el spam y la promoción a las mujeres de compañía, lo que tenía al menor de los maestros sudando frío era la erección que creció dentro de sus pantalones.

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No podía pasar a un lado de ellos para ir al baño a bajarlo, tampoco podía pedirles que se salieran para darse una mano ahí mismo y su cerebro matemático no estaba concentrado en ellos para crear un plan de escape y el tiempo se estaba pasando. Cuando la hora de la siguiente clase llegó, el efecto en él había bajado un poco, pero sabía que aún había un bulto lo suficiente grande en sus pantalones para delatar que algo no estaba bien con el hombre y entonces lo comprendió, era la venganza que Jimin le había prometido.

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Con esa realización, decidió que ambos podían jugar con fuego y acudió a su siguiente clase de matemáticas con la entrepierna más despierta de lo normal, pero al no prestarle tanta atención no llegó a convertirse en aquella gran erección que su alumna amaba meterse a la boca. Y como si el destino le estuviese jugando una broma, la siguiente clase la tenía con Jimin.

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Sin pensar en lo que dijeran sus alumnos, impartió la clase lo mejor que pudo, pero sabía que la atención de las señoritas se desviaba del tema de clase a lo ajustados que se le veían los pantalones ese día. Una hora, resistió una hora antes del receso con la única intensión de acomodar a la bajita sobre su escritorio y recordarle por media hora, que el que mandaba ahí era él.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ [SHIBARI]

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ㅤㅤㅤㅤJimin podía ser el pecado andando; tenía cara de bebé, pero un cuerpo que invitaba al más arriesgado a probar de su dulce néctar, era su alumna y le llevaba casi una década de diferencia, pero estaba sedienta de sentirse adulta y arder en los brazos correctos. Jimin era considerada todo lo que estaba prohibido, sin embargo eso no lo detenía de hundirse en su interior y moverse veloz sobre ella hasta que sólo sus jadeos y respiraciones entrecortadas se escucharan en la habitación hasta que ambos llegaran al punto más alto.

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Fue esa percepción que tenía de la menor, la que hizo que no se sorprendiera cuando ella pidió el control esa noche y, con el deseo de dejarla probar todo lo que podía hacer, cedió sin miramientos volviéndose uno con la silla donde estaba sentado. Podía sentir su miembro endurecerse por los deliciosos movimientos que ella estaba haciendo y fuera de sentirse avergonzado, amaba poder demostrarle lo mucho que lo ponía y todas las ganas que le traía encima; porque de ser por él, no la dejaba salir de la cama hasta que no pudiera caminar.

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Sin embargo estaba ahí en la cocina de la menor, sin poder tocarla, sin poder verla pero aquella bufanda le daba el cálido aroma de la menor; ese que lo hacía perderse en el cuello ajeno y besarlo hasta dejarlo marcado con sus labios. Preso del placer que ella le podía ofrecer, sintió como una bendición el ser librado de su pantalón, para ser encerrado de nueva cuenta pero esta vez, en la cavidad más peligrosa para él: la boca de Jimin. No podía mover sus manos para guiarla con el ritmo que quería y si ella no se apartaba antes de terminar, tampoco podría ser él quien la retirara antes de soltar su esencia, lo único que podía hacer era jadear el nombre de la menor y desear que nunca terminara.

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Notó que los movimientos de la bajita se hicieron más intensos cuando se hubo acostumbrado al tamaño de su miembro y a tenerlo dentro de ella, pues sentía su miembro entrar y salir de la húmeda cavidad bucal y aquello le enloqueció por completo. Sus movimientos inconscientes lo llevaron a jalonear sus manos un par de veces, quería hacerle saber cuánto necesitaba estar dentro de ella, pero no en el lugar que había escogido; necesitaba estar entre sus piernas y embestirla tan profundo que olvidara su nombre, que era su maestro o cualquier otra cosa que pudiese pasar por su mente. Quería comerla, devorarla, hacerla arder hasta que se derritiera entre sus manos.

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Tal vez fueron sus propios pensamientos impuros, llenos de imágenes donde antes la había tomado, el recuerdo de sus jadeos y la voz entrecortada de Jimin, los responsables que en poco tiempo estuviese liberando su presemen dentro de la boca de la bajita. Pero estaba seguro de algo y es que no podía permanecer un minuto más sin ser rodeado por esas preciosas piernas.

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ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤ ㅤㅤㅤㅤㅤshibari  ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ

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Los encuentros sexuales que mantenía en secreto con su profesor se volvían cada vez más constantes, ya sea en el aula, en la casa del mayor o en la propia cuando sus padres no se encontraban. No importaba mucho el lugar cuando se trataba de comerse entre ellos dos, ese deseo que sentían muchas veces los había puesto en peligro de ser descubiertos, pero poco les preocupaba si alguien los veía.

Con el tiempo, cada uno fue abriéndose más a intentar nuevas posiciones e incluso incorporar algunos juguetes para darle un tono más picante a sus encuentros. Aquello era algo que disfrutaban mucho y Jimin no tenía el menor problema en cumplir cada fetiche del mayor, quien era el que usualmente dominaba cuando estaban juntos.

Pero esa noche, Jimin ansiaba tener el control sobre el cuerpo bien trabajado del castaño y demostrarle que a pesar de la diferencia de edad existente entre ambos, ella podía dominarlo a su antojo.

— Cierra tus ojos…

Susurró Jimin mientras sus labios se deslizaban por su cuello, lamiendo y succionando en ciertos momentos su piel para dejarle alguna que otra marca de color rosado que constrataba a la perfección con su piel de porcelana.  Cuando este le obedeció, aflojó lo suficiente aquella corbata que traía y poniendo sus manos detrás de su espalda, amarró con fuerza sus muñecas para que no pudiera deshacerse con facilidad de aquél nudo; aprovechando de que se encontraba sentado en una de las sillas de su cocina, la menor para torturarlo, comenzó a mover sus caderas en un delicioso vaivén que rozaba constantemente su húmeda intimidad con aquél bulto bajo los pantalones del profesor.

Privarlo de tocarla no fue suficiente para ella, quien terminó por cubrir sus ojos también con una bufanda que encontró cerca. Así mismo, la castaña se hizo un espacio entre las piernas del mayor y no tuvo reparo alguno en bajar un poco más las prendas que cubrían su erección, para de esa forma, ingresar cada centímetro dentro de su boca, una y otra vez hasta sentir su glande chocar contra el fondo de su garganta.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ㅤ ㅤ ㅤ ㅤ [PARAFILIA]

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ㅤㅤㅤㅤ"Espérame en el baño del segundo piso" Fue el texto que envió el docente a su alumna mientras compartía un momento de reflexión con sus compañeros.

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Después de reafirmar que su relación no sólo era maestro-alumna, Kang Woo había tomado la libertad de pedirle a Jimin su número para compartir material subido de tono cuando no lograran reunirse en algunas ocasiones. Esas fotos y vídeos, lejos de hacerlo entrar en razón al ver a la menor mostrándole desinhibida su cuerpo, lo hicieron preguntarse qué tan lejos estaría dispuesta a llegar. Con eso en mente, empezó a comprar juguetes y lencería para que los usara con él y justo ese día, decidió poner su plan en marcha.

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Salió de sala de maestros con una amplia sonrisa para que no notaran que junto al ya acostumbrado maletín, llevaba una bolsa negra en sus manos. Huyendo de la mirada de los demás, fue a encontrarse con la pequeña traviesa; quien ya se encontraba dentro del baño. Él sólo atinó a sonreír y poner el seguro para cerrar la puerta detrás de él. Lo siguiente es que no hubo una charla previa a que los labios del maestro se estrellaran con los ajenos y comenzaran a deslizarse hambrientos con la intensión de subir la temperatura entre ellos para empezar su peligroso juego.

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Aunque ella era alta, no le bastó esa posición que estaban manteniendo y alzándola por el trasero la acomodó a un costado del lavabo para meterse entre sus piernas y rozar su creciente bulto contra la entrepierna de la menor. Quería devorarla, hacerla suya ahí mismo y escuchar como pronunciaba su nombre entre jadeos, pero no tenían tiempo para eso y necesitaba que ella recuperara un poco la cordura y saliera del baño antes del cambio de clases, por lo que sin esperar más dejó ir sus labios para arrodillarse frente a ella y deshacerse de su ropa íntima. Con su diestra cubrió los labios de Jimin como señal de no hacer ningún ruido y abrió sus piernas para dejar expuesta la entrepierna de la menor; donde paseó a su gusto la lengua, rozando una y otra vez su clítoris en busca de estimularla un poco más.

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Cuando sintió que Jimin empujaba su cadera contra él, supo que el momento había llegado y de la bolsa negra sacó el primer juguete para probar ese día, llenó el dildo de lubricante y sin decir una palabra lo empujó al interior de Jimin; jugando un poco con ella dando un par de embestidas con este y luego mostrándole la magia en ese pequeño aparato, que además de ser un dildo era un vibrador y con el control a distancia él podría decidir el ritmo de la vibración que este iba a tener. Lo encendió para darle una probada de lo que iba a vivir y viendo como se retorció sobre la fina porcelana del baño, sonrió complacido y lo apagó de nuevo.

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Una vez terminó con la parte de abajo, la alzó para que se pusiera de pie y acomodarle de nuevo la ropa interior susurrándole un: "por si te corres durante mi clase" previo a darle una nalgada y dedicarle una sonrisa coqueta. Pero eso no era todo lo que traía en la bolsa.

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Desabotonó la camisa de Jimin hasta dejar expuesto su sostén y aquellos deliciosos pechos donde podía perderse por horas, depositó suaves besos sobre estos y bajó de un tirón la prenda para encontrarse cara a cara con la blanca y delicada piel. Uno a uno, estimuló los pezones de la menor hasta que se hubiesen endurecido lo suficiente para ponerle aquellas diminutas pinzas con las que esperaba fantaseara una hora completa. Habiendo terminado con su "trabajo" dio un apretón a su trasero y dejó un beso corto en sus labios.

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"Espero que te diviertas en mi clase, Yoo Jimin."

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El basto cielo azul le dio la bienvenida tan pronto como cruzó el portal. Sabía que lo había guiado hasta ese punto, conocía lo que debía hacer tan pronto como llegara, sin embargo se tomó el tiempo para maravillarse con las diferencias tan grandes que existían entre ese mundo y el suyo. Al igual que un turista, observó cada espacio a su al rededor sin poder creer que estuviese volando sobre otro sitio que no fueran las calles que ya conocía.

Tecnología de alta gama era utilizada en todas las estructuras, los semáforos o las paradas de transporte público, ¿Qué diferenciaba ese lugar de su ciudad? La respuesta era sencilla y es que él; como practicante de hechicero que era, podía reconocer la magia a donde fuera.

Cambió su atuendo para adecuarse a la vestimenta de los de ahí y no llamar la atención y se dejó llevar por los transeúntes; recorriendo con ellos los pasos que les hacía falta hasta llegar a sus destinos y de ahí partir él en la dirección que consideraba lo llevaría a su objetivo. Sin embargo, cuando una presencia extraña empezó a seguirlo, detuvo su andar para enfrentarla.

"¿Puedo ayudarte en algo?"

Cuestionó girando sobre sus talones y encontrando a una niña frente a él.

"Pareces perdido. Voy a orientarte. Las cosas… son diferentes aquí y tú estás yendo en la dirección equivocada."

Alzó una de sus pobladas cejas y con una sonrisa de autosuficiencia estaba apunto de recriminar que sabía a dónde estaba caminando, pero bastaron sólo un par de movimientos de las manos ajenas sobre el aire para que todo se volteara. Los autos no pasaban a su lado, ahora transitaban por el cielo volando a bastantes metros de donde él se encontraba y aquello que creía haber conocido, dio un giro de 180° mostrándole que era el único raro que estaba caminando sobre ese lado. Avergonzado y sin decir una palabra más, aterrizó a un costado de la menor; quien había brincado desde el lugar donde antes iba caminando hacia el lado correcto y lo esperaba con una sonrisa burlesca.

"Vienes a la biblioteca, ¿cierto?"

La respuesta pareció alertarlo y mirándola de arriba a abajo se preguntó donde estaba el truco ahí, haciendo esta vez que la menor se riera divertida. No tardó en puntuar lo obvio.

"Se te nota en la cara que estás perdido. Descuida, yo te guío en este universo."

Y sin chistar el pelinegro caminó a su costado haciendo un par de preguntas, permitiendo que una menor de edad lo guiase en terreno desconocido.

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En una noche de lluvia de estrellas, el curioso Alexander salió de casa y caminó hasta llegar a un parque cercano, donde miró al cielo y unió las manos frente a su pecho para pedir un deseo; tal como le había enseñado su madre.

"Deseo tener el poder para vengar la muerte de mi madre."

Murmuró el niño sin una pizca de remordimiento. La mujer que más amaba a sus cortos diez años, había sido asesinada por la familia de su padre por no ser nativa del mismo país. En el intento de conseguirle al señor Lockwood una esposa que fuera digna del puesto, ocasionaron un choque en el que Miyeon perdió la vida, y en su lugar, lo comprometieron con otra empresaria famosa para consolidar ambas empresas.

El sufrimiento en sus palabras y la seriedad con la que fue pedido aquello, llevaron a que Calcifer; una estrella que cruzaba el cielo en ese momento, aterrizara en sus manos para confirmar que ese fuera su deseo. Para cumplirlo, tenía que entregar a cambio lo que más amara en ese momento y lejos de pensar en su familia, dio su corazón a cambio; ya que era todo lo que poseía en el momento.

Después de entregar aquello que lo hacía más humano, huyó acompañado de Calcifer convertido en un demonio de fuego y se dedicó a aprender sobre los nuevos poderes que le habían sido otorgados hasta que se convirtió en un gran mago.

Regresó a casa años más tarde, el día de la gran ceremonia para celebrar el nuevo miembro de la familia Lockwood, arrasando con toda la gente a su paso; reconociendo en ellos a los responsables de haber asesinado a su madre y haciendo que ardieran en llamas.

Todos a excepción de uno...

Su padre.

Tomándolo como rehén, regresó a la casa que había compartido con Miyeon y él; misma que no había sido utilizada desde el incidente de la muerte de la mujer y la desaparición del niño, para vengar pieza por pieza el accidente en el que había muerto su mamá. Todo el odio que acumuló contra el hombre por años, fue saciado por sus gritos de dolor y las constantes súplicas para salvar su alma, pero ya era demasiado tarde, porque no pensaba dejarlo vivo para contarlo.

Esa tarde-noche quedó grabada en distintos medios de comunicación como "El cumpleaños de Stephen Lockwood" y recordado por las enormes llamas que consumieron a cada miembro de la familia en el recinto en el que festejaban al niño.

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En medio de una mudanza, el joven Sehun; necio a aceptar el cambio de ciudad, queda atrapado en un mundo mágico en el que cuesta conseguir las cosas, y en el que se tiene que luchar por lo que crees y por lo que amas. Sus padres no están ahí para ayudarle a sobrevivir y el peligro de desaparecer lo obliga a tomar un trabajo bajo el mando de una gran bruja Yubaba, perdiendo con ello su nombre.

De su lado sólo está un chico llamado Haku que le ayuda lo más que puede para encontrar a sus padres, la ropa que vestía antes de terminar ahí y una carta de sus viejos amigos donde venía su nombre; el cual era importante que recordara o se quedaría de por vida a trabajar ahí, tal como le pasó a Haku.

Al ver lastimado y en problemas a su único amigo en forma de dragón, decide ayudarlo, emprendiendo el camino hacia Zeniba, la hermana de Yubaba, donde le son revelados secretos de su vida y la de Haku; a quien parecía haber conocido antes. Con los recuerdos de su amigo de vuelta, regresa a la sala de baños donde trabajaba, vence a la bruja y obtiene su libertad al igual que la de sus padres.

Cuando regresa a su mundo nota la diferencia que en medio del bosque donde se habían perdido, corre un río lleno de agua y se trataba de Kohaku, el dios del río que había conocido en el otro mundo. A partir de ese día, en la nueva ciudad donde vivía, Sehun iba todas las tardes al río para jugar en su amplitud con su amigo.

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Tras haber sido maldecido por una bruja, Alexander Lockwood decidió esconder su paradero dentro de un castillo que se manejaba a base de magia e interconectaba sus puertas con distintos sitios que tenían una historia dentro del mago.

La primer puerta; señalada en color azul, guiaba a un lugar cuyo clima era caluroso y húmedo rodeado de amplias playas. Para Jeju, su principal actividad consistía en la pesca y la manera de ayudar al pueblo playero, bajo el pseudónimo de Oh Sehun, era manteniendo buen tiempo para que los peces no faltaran nunca.

Hacia arriba, la puerta en color verde, llevaba a un lugar con clima fresco ya que se trataba de un bosque en medio de las montañas rocosas en Canadá. Ahí el mago se encargaba de mantener el lugar lleno de turistas y todos lo conocían con el nombre de Alexander.

En color rojo y, siendo la última puerta que todos los residentes de su castillo podían abrir, mostraba las calles llenas de magia de Inglaterra. Como dicho lugar ya tenía más de lo que el mago pudiera ofrecer, ahí entregaba hechizos sencillos para acentuar el toque que la saga de Harry Potter le había dado.

Una última puerta, a la que estaba prohibido el paso, lo transportaba a un campo en medio de las montañas, donde solía pasar el tiempo en su forma de demonio. Este lugar era su lugar seguro y, para evitar los accidentes, la ubicación del mismo era desconocida.

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Doce cincuenta y siete, marcó el reloj de la cocina cuando el bailarín acudió en busca de un café. Había estado rodando por la cama desde una hora antes en busca de conciliar el sueño, sin embargo cuando aceptó que el dormir no era más algo que lo ayudara a consolarse, salió de la cama para beber una vez más.

El alcohol no era ya suficiente para calmar la herida que tenía por dentro, pero el café se había convertido en su fiel compañero en las noches largas como esa. Con un dolor que estrujaba su corazón, se sentó en el comedor para mirar esas paredes blancas que antes le transmitían calidez. El subconsciente lo traicionó una vez más y vio la silueta de la bajita deambular frente a él, seguido del eco de su risa; resonando tan fuerte que tuvo que cubrir sus odios.

Todo era una mentira. Ella no estaba ahí.

Los historia que habían construido en secreto, el amor que se habían profesado a base de besos y la promesa de estar siempre juntos, ¿donde quedaba todo eso ahora que la había perdido? No había más desayunos compartidos, ni las noches de películas abrazados en el sofá y aunque la desesperación del idol; y las ganas de sentirla de nuevo, hicieron que llenara sus noches con caras lindas y vestidos apretados, ninguna de ellas cubrió el vacío que Jisoo dejó en su vida.

Sintiendo las tibias lágrimas caer por su rostro, dejó caer la cabeza a un costado de la taza humeante y con la palma abierta, golpeó el material del mueble un par de veces. Se odiaba por haber sido tan idiota para perderle, por haber permitido que sus errores dañaran a la persona que más amaba y ahora que no estaba con él, sólo podía pensar en cuanto quería tenerla a un lado.

En medio de su nublada vista, vislumbró la taza a su lado y se percató de la pieza que había cogido sin darse cuenta. Se trataba de un regalo que le había dado la cantante y sin poderlo evitar recordó las palabras de amor que le había dedicado al entregarla. Vio la cerámica por unos minutos, pensando que no servía de nada conservarla ahora que no tenía a la mujer que le había robado hasta el alma y sin pensarlo dos veces, la arrojó a la pared que tenía en frente, manchando la pulcritud de esta con el líquido caliente.

Abandonó el comedor y se acercó a ver el desastre que había causado; la mancha comenzaba a secarse y aquella taza que tanto amaba, ahora estaba esparcida en pequeños pedazos por el piso. Su llanto se volvió incontrolable ante la escena y poco a poco descendió hasta quedar tirado casi encima de la cerámica y graves gritos salieron de sus labios al sentir su piel siendo atravesada por estos.

Pero nada se igualaba al dolor que tenía en su interior.

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Durante las noches solitarias del bailarín, las pesadillas solían convertirse en las criaturas más escalofriantes y las situaciones más desagradables; podía ver desde un edificio derrumbarse con cientos de personas dentro, hasta su propia muerte después de ser perseguido por enormes animales.

Esto ocasionó que poco le gustara dormir o el caer de la noche. Si uno de sus mayores no podía quedarse con él, prefería bailar hasta entrada la madrugada y cansar lo suficiente su cuerpo antes de darse un baño y caer rendido en su cama.

Odiaba la incertidumbre de pensar "¿qué cosas horribles traerá la oscuridad hoy para mi?" convirtiéndose en un gran desgaste emocional y causante que perdiera la concentración durante el día.

Hasta que la conoció.

A su lado los días eran más brillantes, las sonrisas más amplias y la felicidad era cada vez mayor. Sentirla a su lado le traía la paz que los años le fueron robando y, con el paso del tiempo, las pesadillas disminuyeron hasta desaparecer por completo; no había nada que fuera malo entre los brazos de su amada.

Ahora amaba relajarse entre sus brazos mientras la escuchaba hablar sobre su día o cuando sentía las caricias que las pequeñas manos adversas brindaban a su cabello antes de dormir.

De la misma forma, él quería convertirse en un refugio capaz de resguardarla en los momentos difíciles y brindarle la misma calidez que ella había traído a su vida, desde el momento en que la conoció.

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El arcoíris de Alexander. 🌈

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Si alguien hace mi bingo, le regalo un chocolate.

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Estoy tan de acuerdo con el personaje que me tocó, que no me queda más que agradecerlo.

Posiblemente es un aspecto de mi que no todos conocen pero suelo andar con "pies de plomo" porque no quiero cometer los mismos errores que antes, aún estoy trabajando en ello pero es mi granito de arena para convertirme en una persona emocionalmente responsable y dar paso a mi versión "buena".

El pasado, los golpes de la vida y mis errores, me han llevado a aprender lo que quiero y no quiero hacer, la imagen que quiero proyectar y, de alguna manera, a vivir cómodamente.

Chihiroxander, seré ahora.

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Soy casi 100% aries.

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A decir verdad, durante años enteros me persiguió mi pasado, hasta que logré soltarlo y dejarlo ir. Hoy a día, soy feliz y vivo tranquilo.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤSentimental Playlist

Paper cuts by EXO CBX

Breath by Lee Hi

Drunken truth by Chen

Like rain like music... by Baekhyun

Hug me by Chanyeol

Don't go today by Chanyeol

Without you by Chanyeol

Zombie by Day6

On the road by Baekhyun

End of a day by Jonghyun

No intento decir nada con la selección de canciones que hice. A decir verdad, amo las baladas; me sanan el alma o me ayudan a abrir un hoyo más profundo en ella y considero son dignas de admiración.

Quería poner todas las baladas que hay en mi grupo, pero prefiero que conozcan los covers que el resto de mis miembros han realizado.

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ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ⠀   𝘃𝗶𝗼𝗹𝗲𝘁 𝗮𝗻𝗱 𝖿𝗂𝗇𝖼𝗁

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ⠀   𝗈𝗁 𝗌𝖾𝗁𝗎𝗇

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ⠀   + 𝗌𝗉𝗋𝗂𝗇𝗀, 2021

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ ⠀   + 𝗌𝖾𝗈𝗎𝗅, 𝗌𝗈𝗎𝗍𝗁 𝗄𝗈𝗋𝖾𝖺

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ㅤ ㅤㅤㅤ未 ; A Alex le encanta ver dormir a su prometida; no porque fuera un acosador que disfrutara seguir a su amada cuando ella no se daba cuenta, sino porque así puede recorrer cada recoveco de la castaña y deleitarse con los ligeros movimientos de su nariz al dormir, sin ser interrumpido por los cachorros o fuera evitado por ella.

Esa mañana en particular, el bailarín pudo ver como el sol que inundaba cada espacio de la habitación, se reflejaba en los largos cabellos ajenos; haciéndolos parecer de oro, y la manera tan especial en que su piel parecía brillar al ser iluminada. Atrapado en la escena tan artística, se permitió viajar por todo su cuerpo y detallar cada espacio a la perfección.

Kim Jisoo es un gran enigma; tiene facciones pequeñas y delicadas que la hacen verse como una niña, sin embargo es poseedora de un carácter fuerte y valiente; mismo que te recuerda a cada instante que ella es capaz de hacer lo que quiera.

Es muy imprudente juzgarla por su forma de comportarse, o definirla con un simple y llano color; porque en su interior estaba llena de colores y una infinita gama de tonalidades

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𝗖𝗼𝗻𝘁𝗶𝗻𝘂𝗮𝗰𝗶𝗼́𝗻

⤷ https://cutt.ly/InGOuOx

Al escuchar aquella voz, interrumpiendo en su tiempo de descanso, refunfuñó molesto y alzó la vista hasta encontrar su dueño, dedicándole una sonrisa sínica antes de volverse invisible y desaparecer en la oscura noche. Sin embargo, la curiosidad fue mayor para el príncipe del engaño y se mantuvo a una distancia corta para observar los movimientos ajenos.

—Lamento romper tus ilusiones. Pero, ¿qué te hizo creer que un novato puede contra mi?

Se comunicó mentalmente con el enmascarado mientras hacía que el árbol donde estaba trepado alzara sus raíces y empezara a caminar despacio.