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jessica alexander in the face magazine by jessica madavo
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Le había dado ya toda la vuelta al jardín en busca de Dawlish que no parecía estar en ningún lado. Después de ver a esa mujer extraña que se parecía a su tía y la rara interacción que habían tenido decidió que era mejor no hablar con algún otro de los invitados. Los británicos eran muy extraños.
Pero entonces lo vio, sosteniendo una caja de regalo envuelta en papel bastante ridículo.
— ¡Ahí estás! — Se acercó rápidamente hasta donde estaba. Tomando la caja y dejándola sobre la mesa cercana para lanzarse a su cuello.— Pues claro que sí tontito, ese es el punto de las sorpresas.— Sonrió complacida al escuchar que su abuela no había arruinado su sorpresa.— ¿No creíste que iba a perderme este día o sí? — No solo había llegado a la ciudad para asistir a la fiesta. Estaba ahí para convencerle de volver con ella a Francia como siempre debió ser.
Entro de nuevo en la casa, mirando alrededor con los ojos muy abiertos. Nadie de su familia estaba a la vista, excepto por su tío Hamish que acababa de entrar a la cocina.
Cuando un par de invitados se dispersaron, al fin pudo verla. Se acercó rápidamente todavía con la caja de regalo en las manos.
—¡Cass! Yo... No esperaba verte aquí... Digo... Me alegra verte pero... ¿Cómo estás aquí? Es una gran sorpresa...
Cassandra Mulciber había sido su compañera en la academia. Muchas veces se preguntó por qué había decidido estudiar en esa institución si no podía ocultar que odiaba cocinar y hornear, pero eso no impidió que se hicieran buenos amigos y con el paso de los meses mucho más cercanos.
Aunque por supuesto la había invitado a acompañarlo de regreso a Londres, su negativa inicial le había hecho entender que realmente no estaba interesada.
Después de esas increíbles semanas en su puesto de la cafetería en el Ministerio, ni siquiera había vuelto a pensar en ella.
@unknownfaces
Elevó una de sus cejas ante lo que decía Potter. Aunque él mismo no estaba acostumbrado a los privilegios que podían dedicarse de su apellido, le pareció un poco extraño que ella a pesar de ser parte de una familia de más renombre, tuviera que iniciar con tareas tan mundanas como lo que describía.
—Bueno, estoy seguro de que eres la mejor con esos pergaminos y que encontrarás tu camino para conseguir lo que te propongas. Siempre fuiste la más lista de todos nosotros. Y hablando de nosotros siempre puedes venir con Florence y conmigo. Sabemos que lo tuyo son las criaturas mágicas pero el entrenamiento que haremos en Brasil sobre plantas suena realmente prometedor — dijo sin disimular su entusiasmo. Puede que los cuatro fueran mejores amigos cuando eran niños, pero al crecer sus diferentes personalidades los llevaron por caminos distintos. Eso sin olvidar que él, Florence y Elijah se graduaron antes que Alice.
Aunque sabía que sus probabilidades de éxito eran pocas, pondría todo su esfuerzo en convencer a Ally para que los acompañara.
@ally-potters
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No tuvo mucho qué hacer en los días previos a la fiesta. Al tratarse de una sorpresa, no podía arriesgarse a que alguien conocido la viera, así que pasaba la mayor parte del tiempo en casa de sus abuelos e incluso su padre había escrito. Todos lucían un tanto tensos respecto a su visita e incluso se atrevería a apostar que sus potenciales planes de mudarse los tenía a todos actuando tan extraño.
Encontrar la casa de los padres de Elijah no fue difícil. Como le había dicho su abuela cuando fue a buscarla a su oficina, el lugar fue fácil de reconocer por el alboroto y la música que se escuchaba.
La puerta estaba abierta, así que simplemente entró. Miró alrededor, en busca de Dawlish o alguna de las personas que había visto en fotografías que pudieran decirle dónde encontrarlo, sin éxito, pero desde ese lugar parecía que en la fiesta sí había alguien a quien sí conocía.
— ¿Tía Phee...? — Preguntó, acercándose a la mujer que se encontraba de espaldas.— No tenía idea de que los conocieras... Y papá tampoco lo mencionó...— Claro que era muy poco lo que realmente conocía de su tía abuela e incluso de su abuelo muerto.
Una mueca que no pudo disimular del todo se instaló entre las comisuras de su boca. No sé sentía tan incómodo desde hace mucho tiempo pues Mulciber era un nombre que no mencionaban nunca desde que le charlaron con Danielle. No era necesario volver a hacerlo.
Pero aparentemente el destino tenía otros planes.
— No te preocupes, tenemos la ventaja de que nosotros sabes que irá. Simplemente habrá que localizarla antes de la fiesta y decirle que se canceló. Elijah podría explicarnos mucho más sobre ella y seguramente podemos mantener en secreto que se encuentra en la ciudad. O si no es demasiado tarde podríamos convencer a Sylvie que haga la fiesta en otra parte. Descuida, todo estará bien — repitió más para él mismo. Necesitaba convencerse de que podían tener la situación bajo control.
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Riley Keough at the Academy Women’s Luncheon hosted by Chanel (2023)
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— Ni a esta hora ni a ninguna.— Se atrevería incluso a decir que estaba evitándola desde que llegaron a la ciudad, pero no permitiría que ese comportamiento continuara.
— Ah sí, yo no quiero desayuno para mañana, no es necesario que prepares uno para mí.— Que estuviera guardando dos recipientes la hizo entrecerrar los ojos. Si toda esa comida fuera para él, hubiera utilizado un solo recipiente. Algo estaba sucediendo y no le gustaba. Debía encontrar la forma de atraparlo en lo que fuera que estuviera haciendo.
— Muchas cosas se pueden hacer estando dentro mientras llueve.— Le sonrió de lado, cruzándose de brazos. No iba a pasar otra noche armando juguetes o viéndolo jugar videojuegos. Esos sin contar que estaban en la casa de sus padres y necesitaban su propio lugar lo más pronto posible.
— Lamento esto, no quería molestarte a esta hora— dijo besando su mejilla como saludo. Volvió su atención casi de inmediato a lo que estaba preparando, que aunque el sartén estaba protegido con magia anti quemaduras, no debía ser descuidado en ningún momento. — Creo que la comida era mejor cuando yo era pequeño, aunque aún son buenos recuerdos— dijo terminando de colocar los omelettes recién hechos en los recipientes que ya tenía listos. Era demasiado riesgo que ella notara que de hecho estaba preparando un par de viandas y no sólo un servicio individual, pero se apresuró a poner laa tapas y guardarlo en la lonchera. Sin duda podría haberlo hecho más rápido con su varita, pero prefería no mezclar la comida con la magia. — Te veré más tarde ¿de acuerdo? Podemos salir un rato o armar un LEGO… Bueno es que no se pueden hacer muchas cosas afuera si llueve.
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Odiaba Londres: todo era tan gris y frío. No era completamente ajena a la ciudad, pasaba por lo menos un par de semanas cada año visitando a su abuela, pero sin duda prefería por mucho pasar el tiempo en casa, en el campo francés. Pero debía pensar a futuro, y eso era lo único que la mantenía en el lugar.
Por supuesto, nunca hubiera aceptado dejar su país sin un compromiso formal. De ninguna manera habría aceptado una mudanza sin tener la certeza de que se casarían en el futuro cercano. Se lo repetía frecuentemente en esos días como cuando, por ejemplo, Elijah prefería quedarse en otra habitación porque debía levantarse temprano para ir al colegio de magia británico en donde había comenzado a trabajar.
— He estado durmiendo demasiado, diría yo.— Respondió, sin hacer el mínimo esfuerzo por ocultar su desagrado. El que tolerara todos esos cambios no significaba que estuviera contenta al respecto.— ¿Es que en esa escuela no les dan de comer?— Tanto ruido la despertó y sabía muy bien de dónde venía. Como supuso, lo encontró en la cocina, preparando un desayuno bastante grande incluso para sus estándares.— Si tienes que llevar toda esa comida todos los días, bien podrías llevar el refrigerador en tu espalda en lugar de esa mochila que te niegas a soltar.— Había intentado incontables veces el convencerlo de deshacerse de la horrible mochila que utilizaba para cambiarla por algo un poco más sofisticado, aunque no había tenido suerte aún.
No pudo decir nada más. Tanto porque ella salió muy rápido de la oficina como porque no tenía una excusa válida para su ausencia todos esos años. Por supuesto, estuvo en el funeral del Ministro y tuvo que soportar verla a lo lejos junto a ese desconocido que ahora compartía todos sus días. Y se convenció a sí mismo que ella no necesitaba a alguien que no podía dejar de llorar al pensar en ella.
Le preguntaba a su hermana por Alice siempre que se comunicaban e incluso le escribió también a ella, aunque esas cartas jamás las envió. Eso no impedía que pensara en ella todo el tiempo, pues sabía de buena fuente que muchas noches mencionaba su nombre en sueños.
Sabía que le debía una disculpa, pero hasta que las palabras correctas llegaran a su boca, esperaba que llevarle el desayuno todos los días empezando desde ya pudiera demostrar que le importaba.
Aunque esa conocida sensación de que alguien lo observaba, le hizo saber que alguien se daría cuenta de su plan antes que Ally.
—Hola... Lo siento, no quería despertarte. Lo siento... ¿Dormiste bien? Es el objetivo de que no me escuches roncar por las noches.
Desde que llegaron a Londres no habían dormido juntos ni una vez y aunque esa semana tenía la excusa del trabajo, no tenía idea de lo que le diría a Cass el fin de semana. Ni siquiera tenía una explicación para ese desayuno demasiado abundante para que fuera sólo para él.
@unknownfaces
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Sonrió al escuchar a la mujer hablar sobre una fiesta. Siendo así era imposible que Dawlish escapara o intentara escabullirse, además era la oportunidad de conocer a sus padres, algo que por alguna razón estando en Francia no había sido posible.
Tomó el pergamino con la dirección, dedicándole una rápida mirada. No tenía ni la menor idea de dónde era ese lugar, pero aún tenía un par de días para averiguarlo.
— Como dije, él no sabe que estoy en la ciudad. Me gustaría que se mantuviera así hasta el día de la fiesta si no es mucho pedir.— Para que su plan resultara necesitaba sí o sí del elemento sorpresa.— Y gracias por esto.— Dijo, levantando la mano con la que sujetaba el pergamino antes de guardarlo, lista para irse.— Oh, casi lo olvido.— Ya había llegado al marco de la puerta cuando se volvió sobre su hombro.— Soy Cassandra. Cassandra Mulciber.
Le gustaba mucho más involucrarse en el trabajo en la cocina, pero había ocasiones, como esa, en la que debía encargarse de algunas cosas en la oficina. No le gustaba cerrar la puerta a menos que fuera completamente necesario, así que cuando escuchó que alguien tocaba, creyó que se trataba de alguno de los chicos de la cafetería.
—No, está bien. Pasa por favor.— No era del todo extraño que fueran a buscarla, pero había algo en esa chica que le era vagamente familiar.— Oh, ya veo...— Si era amiga de su nieto, seguramente debió haberla vista en fotografías y de ahí que le fuera un poco conocida.
— En ese caso me parece que es tu día de suerte. Su madre planeó una fiesta para este fin de semana.— Mientras le explicaba, buscó un pedazo de pergamino para escribir la dirección y la hora de la reunión.— Si no sabe que estás en la ciudad seguramente le gustará verte llegar.— Por lo que su nieto le había dicho, planeaba quedarse en Londres, pero seguramente extrañaría a los amigos que había hecho en el colegio.— Será la única caza decorada en el vecindario, no será difícil reconocerla.— Le entregó el pedazo de papel con las instrucciones. Si se trataba de una sorpresa, no iba a mencionarle nada a Elijah.
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Aparecerse en el lugar no era algo improvisado. Desde que él dijo que volvería a Inglaterra su mente comenzó a trabajar. Tenía ya un plan en mente, pero debía esperar por el momento adecuado y ese había llegado. Había dicho a sus padres que estaría fuera del país pues quería pasar más tiempo con su abuela. No era del todo mentira, no necesariamente, pues se estaría quedando en su casa.
Llegar a esa cafetería tampoco fue difícil. Tratándose de un lugar tan popular y siendo propiedad de alguien tan famoso era muy fácil de localizar. Lo único que tuvo que hacer al llegar fue preguntar en el mostrador por la persona que buscaba, explicando que necesitaba de su ayuda para algo relacionado con su nieto. Eso fue suficiente para que la enviaran a su oficina. La puerta estaba abierta, pero aún así todo la puerta un par de veces para llamar la atención de la mujer que estaba sentada en el escritorio.
— Lamento molestarla de esta manera. El encargado del mostrador me dejó pasar...— Solo entonces dio un par de pasos, entrando en la oficina que estaba llena de fotografías.— Soy amiga de Elijah, estuvimos juntos en la academia. Se acerca su cumpleaños y quería sorprenderlo, pero no sé dónde encontrarlo y tampoco sabía a quién más preguntarle. Habla de usted todo el tiempo así que creí que tal vez usted podría ayudarme.— Por lo que había escuchado, era prácticamente imposible que Catchlove la dejara ir del lugar sin darle por lo menos un sitio en dónde comenzar su búsqueda.
@beautyandthecheese
—Pues creo que me vería genial con eso... —dijo sin poder evitar reírse de nuevo.
Así podría resumir ese picnic: risas, delicioso café y excelentes bocadillos. Todavía sonreía al recordar ese almuerzo y aunque se vieron brevemente para compartir el almuerzo los siguientes días, ese momento en particular lo acompañó hasta la mañana de la fiesta.
Su madre había insistido en que usara una camisa y pantalón formal, pero tal y como le había dicho a Ally, se puso una camiseta divertida debajo, en particular una que tenía el logotipo de Batman.
No estaba seguro de si podía bajar ya a saludar a quien sea que hubiera invitado su madre, pero en verdad se alegró que la primera persona que miró al bajar la escalera, fue a Alice. La saludó con un beso en la mejilla y aprovechó la cercanía para susurrarle.
—Ya se lo que piensas, luzco como un anciano pero... ¿Un anciano usaría una camiseta de Batman?— preguntó desabotonando un par de botones para dejarla mirar el logotipo.
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Riley Keough for Free People’s “Daisy Jones & the Six” capsule collection, 2023
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